13 minute read

6. David y Saúl

�� Año Bíblico: Levítico 14-15

David y Saúl

Advertisement

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1).

“Los que son fieles a Dios no necesitan temer el poder de los hombres ni la enemistad de Satanás.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 322. Lectura adicional: El Ministerio de Curación, págs. 385–394.

Domingo

1. EN EL DESIERTO DE ZIF 31 de enero

�� Año Bíblico: Éxodo 40

a. Describe la actitud de David hacia su agresor. 1 Samuel 26:2, 7–16.

1 Sam 26: 2, 7-16 Saúl entonces se levantó y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif. Continuar lectura en 1 Sam 26: 7-16 RV 1960

“Cuando Saúl fue puesto reiteradamente bajo el poder [de David], y sus seguidores querían matarlo, David no les permitió hacerlo, aunque él temía constantemente por su propia vida, y era perseguido como una bestia salvaje por Saúl.”—Spiritual Gifts, tomo 4A, pág. 91.

b. ¿Por qué Saúl era tan peligroso, incluso ahora? Versículos 17–21.

1 Sam 26: 17-21 Y conociendo Saúl la voz de David, dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, rey señor mío. 18 Y dijo: ¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué mal hay en mi mano? 19 Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte él la ofrenda; mas si fueren hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia de Jehová, porque me han arrojado hoy para que no tenga parte en la heredad de Jehová, diciendo: Ve y sirve a dioses ajenos. 20 No caiga, pues, ahora mi sangre en tierra delante de Jehová, porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, así como quien persigue una perdiz por los montes. 21 Entonces dijo Saúl: He pecado; vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más, porque mi vida ha sido estimada preciosa hoy a tus ojos. He aquí yo he hecho neciamente, y he errado en gran manera

“A veces, después que los hombres de mente corrompida se dedicaron a hacer y decir cosas inicuas contra los siervos del Señor, se arraiga en su mente la convicción de que obraban mal. El Espíritu del Señor contiende con ellos, y humillan su corazón ante Dios y ante aquellos cuya influencia procuraron destruir, y es posible que cambien de conducta para con ellos. Pero cuando vuelven a abrir las puertas a las sugestiones del maligno, reviven las antiguas dudas, la vieja enemistad se despierta, y vuelven a dedicarse a la misma obra de la cual se habían arrepentido, y que por algún tiempo abandonaron. Vuelven a entregarse a la maledicencia, acusando y condenando en forma acérrima a los mismos a quienes habían hecho la más humilde confesión. A las tales personas Satanás puede usarlas, después que adoptaron esa conducta, con mucho más poder que antes.”—Patriarcas y Profetas, pág. 719.

2. EL MAL DE LA ENVIDIA

�� Año Bíblico: Levítico 1-3

a. ¿Hasta qué punto la respuesta de Saúl a la misericordia de David podría ser confiable, y por qué? 1 Samuel 26:23–25; 27:1.

1 Sam 26: 23-25 Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová. 24 Y he aquí, como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción. 25 Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar. 1 Sam 27: 1 Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.

“Este segundo caso en que David respetaba la vida de su soberano hizo una impresión aún más profunda en la mente de Saúl, y arrancó de él un reconocimiento más humilde de su falta. Le asombraba y subyugaba la manifestación de tanta bondad… Pero el hijo de Isaí no tenía esperanza de que él siguiera por mucho tiempo en esta actitud.”—Patriarcas y Profetas, pág. 727.

“[Saúl] escuchó a cada falso testigo, recibió con avidez cualquier cosa que fuera en contra del carácter de David, esperando poder hallar una excusa para manifestar su envidia y odio crecientes dirigidos contra quien había sido ungido para ocupar el trono de Israel. Dio crédito a cada rumor por inconsistente e irreconciliable que fuera con el carácter que ya antes había formado David y con sus hábitos de vida.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 2, pág. 1013.

b. Explica cómo la envidia que arruinó la vida de Saúl es una causa común de desdicha en muchos hoy en día. Proverbios 14:30 (última parte); 27:4.

Pr 14: 30 Mas la envidia es carcoma de los huesos. Pr 27:4 Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

“La envidia hacía a Saúl desgraciado, y ponía en peligro al humilde súbdito de su trono. ¡Cuánto daño indecible ha producido en nuestro mundo este mal rasgo de carácter!... La envidia es hija del orgullo, y si se la abriga en el corazón, conducirá al odio, y eventualmente a la venganza y al homicidio. Satanás ponía de manifiesto su propio carácter al excitar la furia de Saúl contra aquel que jamás le había hecho daño.”—Patriarcas y Profetas, pág. 706.

“La envidia y los celos son como dos hermanas que se combinan en su actividad. La envidia llevará a un hombre a desear algún bien que otro posea, y le impulsará a usar todos los medios a su alcance para derribar y dañar el carácter y la reputación de aquel en cuyo lugar desea estar. Se difunden falsedades, habladurías y calumnias, y todo lo que se pueda utilizar será empleado para poner al hombre envidiado en una situación desfavorable ante el pueblo. Los celos llevan a un hombre a sospechar que otro busca privarle de ventajas y posición. Saúl tenía tanto envidia como celos.”—The Signs of the Times, 2 de noviembre, 1888.

3. APRESURÁNDOSE CUESTA ABAJO

�� Año Bíblico: Levítico 4-6

a. Además de la envidia, nombra otra característica de Saúl a evitar. Juan 12:43.

Jn 12: 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

“Uno de los mayores defectos del carácter de Saúl era su amor al favor popular y al ensalzamiento. Este rasgo había ejercido una influencia dominante sobre sus acciones y pensamientos; todo llevaba la marca indeleble de su deseo de alabanza y ensalzamiento propio. Su norma de lo bueno y lo malo era la norma baja del aplauso popular. Ningún hombre está seguro cuando vive para agradar a los hombres, y no busca primeramente la manera de obtener la aprobación de Dios.”—Patriarcas y Profetas, pág. 704.

b. ¿Qué destino, derivado de la trágica experiencia de Saúl, debería hacer que toda alma temerosa de Dios se sienta amonestada? Proverbios 26:24–27.

Pr 26: 24-27 El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño. 25 Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón. 26 Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación. 27 El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.

“No era a David —quien no le había hecho daño alguno— contra quien luchaba el rey; estaba en conflicto con el Rey del cielo, pues cuando se permite a Satanás que controle la mente que no quiere ser regida por Jehová, él la conduce de acuerdo con su voluntad, hasta que la persona que así queda en su poder se convierte en un instrumento eficaz para llevar a cabo sus designios. La enemistad del gran originador del pecado es tan acerba contra los propósitos de Dios, tan terrible es su poder para el mal, que cuando los hombres se apartan de Dios, Satanás influye en ellos y su mente queda cada vez más subyugada, hasta que eliminan el temor de Dios y el respeto por sus prójimos, y se vuelven osados y manifiestos enemigos de Dios y de su pueblo.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 2, pág. 1013.

c. ¿Cómo la amargura de Saúl actuó contra sí mismo y afectó a toda la nación? Salmos 52:2–5; Isaías 3:12 (segunda mitad).

Sal 52: 2-5 Agravios maquina tu lengua; Como navaja afilada hace engaño. 3 Amaste el mal más que el bien, la mentira más que la verdad. 4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua. 5 Por tanto, Dios te destruirá para siempre; te asolará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Is 3: 12 Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos.

“¡Qué ejemplo dio Saúl a los súbditos de su reino con su desesperada e injusta persecución de David! ¡Qué registro estaba permitiendo que se colocara para las generaciones futuras en las páginas de la historia! Procuró volcar toda la marea del poder de su reino dentro del canal de su propio odio al perseguir a un inocente. Todo esto tuvo una influencia desmoralizadora sobre Israel.”—Ídem.

4. REVELANDO LA RAÍZ

�� Año Bíblico: Levítico 7-8

a. ¿Cuál es la fuente real de la envidia? Lucas 4:5–8; Mateo 27:17, 18, 29–31.

Lc 4:5-8 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Continuar lectura en Mt 27: 17, 18, 29-31 RV 1960

“La traición, el juicio y la crucifixión de Cristo fueron planeados por el enemigo caído. Su odio, manifestado en la muerte del Hijo de Dios, colocó a Satanás donde su verdadero carácter diabólico fue revelado a todas las inteligencias creadas que no habían caído por el pecado.

“Los santos ángeles se horrorizaron al ver que uno de ellos podía caer tan bajo como para ser capaz de semejante crueldad.”—The Spirit of Prophecy, tomo 3, pág. 183.

b. Describe las distintas tácticas del enemigo contra nosotros actualmente.

Santiago 3:14–16.

Stg 3:14-16 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

“Es la obra de Satanás tentar las mentes. Insinuará sus sugestiones arteras y agitará dudas, cuestionamientos, incredulidad y desconfianza de las palabras y acciones del que lleva responsabilidades y que está tratando de implementar los planes de Dios en sus labores. Es el propósito especial de Satanás volcar sobre y alrededor de los siervos elegidos de Dios, dificultades, perplejidades y oposición, de modo que se vean obstaculizados en su trabajo y, que si es posible, se desanimen. Los celos, las luchas y las conjeturas malignas contrarrestarán, en gran medida, los mejores esfuerzos que los siervos de Dios, asignados a una obra especial, sean capaces de realizar.

“El plan de Satanás es sacarlos del puesto del deber trabajando mediante sus agentes. Usará como sus instrumentos a todos los que pueda instigar a albergar desconfianza y sospechas… Hay en la naturaleza del hombre, cuando no está bajo la influencia directa del Espíritu de Dios, una inclinación a la envidia, los celos y la desconfianza cruel, la cual, si no es subyugada, conducirá a un deseo de socavar y denigrar a otros, mientras que espíritus egoístas tratarán de afirmarse en ellos mismos sobre sus ruinas.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 3, págs. 376, 377.

“Nos esperan tiempos peligrosos. El espíritu de destrucción y de violencia aumenta en el mundo. Y en la iglesia, el poder humano se vuelve predominante; aquellos a quienes se han confiado posiciones de confianza piensan que tienen derecho a dominar.

“Los hombres a quienes el Señor llama para ocupar cargos importantes en su obra deben cultivar un sentimiento de humilde dependencia de él. No deben tratar de abarcar demasiada autoridad; porque Dios no los ha llamado a dominar, sino a hacer planes en cooperación con sus compañeros de labor. Todo obrero debe considerarse sujeto a los requerimientos y las instrucciones de Dios.”—Ibíd., tomo 9, pág. 216.

Jueves

�� Año Bíblico: Levítico 9-10

5. ESPERANZA EN MEDIO DE LA TORMENTA

a. A diferencia de Saúl, ¿cómo podemos ser inspirados por la actitud de

David en el desierto, incluso en sus tiempos más descorazonadores?

Salmos 27:1–3; 59:1–3, 17.

Sal 27:1-3 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. Sal 59:1-3, 17 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí. 2 Líbrame de los que cometen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios. 3 Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos. No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová. 17 Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.

“David compuso muchos de los salmos en el desierto, al cual se vio obligado a huir por seguridad… Mientras David pasaba así por severas pruebas y dificultades, manifestó una confianza inquebrantable en Dios, y estaba especialmente imbuido de su Espíritu al componer sus cánticos que relatan sus peligros y liberaciones, atribuyendo alabanza y gloria a Dios, su misericordioso preservador. En estos salmos se ve un espíritu de fervor, devoción y santidad.”—The Spirit of Prophecy, tomo 1, págs. 386, 387.

b. ¿Qué esperanza animó el corazón de David en la cueva, y cómo puede esta esperanza reflejarse también en nuestra vida? Salmos 142:1–7; 31:23, 24.

“No debéis sorprenderos si no es placentero todo lo que hay en el camino hacia el cielo… Avanzad diariamente pronunciando la oración de David: ‘Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen’. En todos los caminos de la vida hay peligros, pero estamos seguros si seguimos donde el Maestro nos guía, confiando en Aquel cuya voz oímos que nos dice: ‘Sígueme’.”—Comentario Bíblico ASD, [Comentarios de E. G. de White], tomo 3, pág. 1161.

Viernes

PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL 5 de febrero

�� Año Bíblico: Levítico 11-13

1. ¿Cómo puedo cultivar un espíritu semejante al de David hacia aquellos que puedan odiarme? 2. ¿En qué se diferencian los celos de la envidia, y por qué debo evitar cualquiera de los dos? 3. ¿Qué llevó a Saúl a recurrir a tal determinación para destruir a su rival? 4. Explica cómo Satanás usa la envidia como un arma contra el pueblo de Dios hoy en día. 5. Al igual que Dios hizo con David en la cueva, ¿cómo me ha consolado a menudo?

This article is from: