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Un mundo decadente

VIERNES, 9 DE DICIEMBRE, 2022

Por Manuel Henda

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¿En qué periodo de tiempo vivimos hoy?

“En los días de Martín Lutero, hubo quienes vinieron a él y le dijeron: ‘No queremos su Biblia, queremos el Espíritu’. Martín Lutero les dijo: ‘Os daré un golpe en la nariz con su espíritu’. Por muy grandes que sean vuestras pretensiones, no sois hijos de Dios.” 1

En tiempos pasados, los justos sentían que era imposible estar relacionados con Roma, y aunque el antagonismo contra este sistema de error se mantenía sólo a riesgo de la vida y la propiedad, muchos todavía tenían el valor de permanecer separados, luchando por la verdad. La verdad bíblica era más preciosa para ellos que la riqueza, el honor o incluso la vida misma. No podían soportar ver la verdad enterrada bajo un montón de superstición y sofismas mentirosos.

Los reformadores tomaron la Palabra de Dios en sus manos y levantaron el estandarte de la verdad ante el pueblo, declarando valientemente lo que el Señor les había revelado a través de un cuidadoso examen de la Biblia. Sufrieron la más cruel de las muertes por su fidelidad a Dios, pero por la sangre de Cristo adquirieron para nosotros libertades y privilegios, que tristemente, ahora están siendo entregados fácilmente al poder del mal por muchos que dicen ser protestantes.

Recordemos las 95 Tesis de Martín Lutero que en su día resonaron por montañas y valles y estremecieron a Europa como un terremoto. Este valiente hombre convocó a un ejército espiritual de nobles seguidores de Cristo, y la verdad que defendían no pudo ser silenciada por las llamas, la tortura, el encarcelamiento o la muerte. Y aún hoy, las voces remanentes de ese noble ejército de mártires revelan el poder romano y la apostasía —el misterio de iniquidad que Pablo previó— que se intensificaría en los últimos días.

“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:1–7).

LA VERDAD SUAVIZADA

Cuando la iglesia primitiva se corrompió, alejándose de la sencillez del evangelio y aceptando ritos y hábitos mediante un pago, perdió el Espíritu y el poder de Dios, y para gobernar la conciencia del pueblo, buscó el apoyo del poder secular. Esto dio lugar al papado, una iglesia que dirigió el poder del estado y lo empleó para favorecer sus propios fines, especialmente para castigar la supuesta “herejía”.

“Siempre que la iglesia alcanzó el poder civil, lo empleó para castigar a los que no admitían todas sus doctrinas. Las iglesias protestantes que siguieron las huellas de Roma al aliarse con los poderes mundanos, manifestaron el mismo deseo de restringir la libertad de conciencia. Ejemplo de esto lo tenemos en la larga persecución de los disidentes por la iglesia de Inglaterra. Durante los siglos XVI y XVII miles de ministros no conformistas fueron obligados a abandonar sus iglesias, y a muchos pastores y feligreses se les impusieron multas, encarcelamientos, torturas y el martirio.

“Fue la apostasía lo que indujo a la iglesia primitiva a buscar la ayuda del gobierno civil, y esto preparó el camino para el desarrollo del papado, simbolizado por la bestia. San Pablo lo predijo al anunciar que vendría ‘la apostasía,’ y sería ‘revelado el hombre de pecado.’ 2 Tesalonicenses 2:3 (VM). De modo que la apostasía en la iglesia preparará el camino para la imagen de la bestia. La Biblia declara que antes de la venida del Señor habrá un estado de decadencia religiosa análoga a la de los primeros siglos. ‘En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos, traidores, protervos, hinchados de orgullo, amadores de los placeres, más bien que amadores de Dios; teniendo la forma de la piedad, mas negando el poder de ella.’ 2 Timoteo 3:1–5 (VM). ‘Empero el Espíritu dice expresamente, que en tiempos venideros algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios.’ 1 Timoteo 4:1 (VM). Satanás obrará ‘con todo poder, y con señales, y con maravillas mentirosas, y con todo el artificio de la injusticia.’ Y todos los que ‘no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos,’ serán dejados para que acepten ‘operación de error, a fin de que crean a la mentira.’ 2 Tesalonicenses 2:9–11 (VM). Cuando se haya llegado a este estado de impiedad, se verán los mismos resultados que en los primeros siglos.

“Muchos consideran la gran diversidad de creencias en las iglesias protestantes como prueba terminante de que nunca se procurará asegurar una uniformidad forzada. Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión de asuntos en los cuales no todos están de acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico.” 2

EL ESTABLECIMIENTO DE LA IMAGEN DE LA BESTIA

Juan el Revelador describe: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase” (Apocalipsis 13:11–15).

La imagen de la bestia se forma antes de que se cierre la puerta de la gracia. Esta segunda bestia de Apocalipsis 13 ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia y hace que la Tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Apocalipsis 13:16, 17).

Esta es la prueba final por la que el pueblo de Dios llamado a salir de Babilonia (confusión) pasará antes de ser sellado. Todos los que demuestran su lealtad a Dios observando su ley y negándose a aceptar un falso sábado, se colocan bajo el estandarte del Señor Dios Jehová, y reciben el sello del Dios vivo. En contraste, aquellos que renuncian a la verdad de origen celestial y en cambio aceptan el domingo (el primer día de la semana del pagano dios sol) en lugar del sábado (el séptimo día—el día de descanso sagrado de Dios establecido en la creación) recibirán la señal de la bestia.

UNA TRIPLE UNIÓN

El Revelador describe además: “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 16:13, 14).

“Las doctrinas de los caudillos religiosos han abierto la puerta a la incredulidad, al espiritismo y al desprecio de la santa ley de Dios, y sobre ellos descansa una terrible responsabilidad por la iniquidad que existe en el mundo cristiano.

No es momento de buscar las costumbres y prácticas del mundo; nuestro enfoque debe ser, en cambio, buscar la voluntad de Dios para ver lo que dicen las Escrituras, y luego caminar según la luz que Dios nos ha dado. Nuestras inclinaciones, hábitos y prácticas no deben tener la preeminencia. La Palabra de Dios debe ser nuestra norma.

“Sin embargo, esa misma clase de gente asegura que la corrupción que se va generalizando más y más, debe achacarse en gran parte a la violación del así llamado ‘día del Señor’ (domingo), y que si se hiciese obligatoria la observancia de este día, mejoraría en gran manera la moralidad social. Esto se sostiene especialmente en los Estados Unidos de Norteamérica, donde la doctrina del verdadero día de reposo, o sea el sábado, se ha predicado con más amplitud que en ninguna otra parte. En dicho país la obra de la temperancia que es una de las reformas morales más importantes, va a menudo combinada con el movimiento en favor del domingo, y los defensores de éste actúan como si estuviesen trabajando para promover los más altos intereses de la sociedad; de suerte que los que se niegan a unirse con ellos son denunciados como enemigos de la temperancia y de las reformas. Pero la circunstancia de que un movimiento encaminado a establecer un error esté ligado con una obra buena en sí misma, no es un argumento en favor del error. Podemos encubrir un veneno mezclándolo con un alimento sano pero no por eso cambiamos su naturaleza. Por el contrario, lo hacemos más peligroso, pues se lo tomará con menos recelo. Una de las trampas de Satanás consiste en mezclar con el error una porción suficiente de verdad para cohonestar aquél. Los jefes del movimiento en favor del domingo pueden propagar reformas que el pueblo necesita, principios que estén en armonía con la Biblia; pero mientras mezclen con ellas algún requisito en pugna con la ley de Dios, los siervos de Dios no pueden unirse a ellos. Nada puede autorizarnos a rechazar los mandamientos de Dios para adoptar los preceptos de los hombres.

“Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia.” 3

Mediante un decreto destinado a imponer una institución papal en oposición a la ley de Dios, el espíritu inmundo del protestantismo apóstata se une dando una mano al poder romano y la otra al espiritismo. Bajo la influencia de esta alianza, los Estados Unidos son inducidos a repudiar todos los principios de su Constitución que habían hecho de él un gobierno protestante y republicano, y en cambio adoptan medidas para la propagación de los errores y falsedades del papado. Al ocurrir esto, podemos saber que la hora del poder hipnotizador de Satanás está cerca y el fin está próximo.

Romanistas, protestantes y mundanos aceptarán juntos la forma de la piedad sin la eficacia de la misma y verán en esta alianza un gran comienzo del tan esperado milenio.

EL FOCO DE PERSECUCIÓN TANTO DE PROTESTANTES COMO DE CATÓLICOS

Jesús advirtió a sus seguidores: “Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 10:17–22).

Las persecuciones protestantes en nombre del romanismo —porque la religión de Cristo fue casi aniquilada— cobrarán plena vigencia cuando se unan el protestantismo y el papismo.

Cuando las principales iglesias de los Estados Unidos, uniéndose en los puntos de doctrina que les son comunes, influyan sobre el Estado para que imponga sus decretos y apoye sus instituciones, la América protestante habrá formado entonces una imagen de la jerarquía romana, y será inevitable la imposición de penas civiles contra los disidentes. “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).

NUESTRA PROFUNDA NECESIDAD DE REFORMA

Nos estamos acercando al final de la historia de la tierra, y ahora no es momento de buscar las costumbres y prácticas del mundo; nuestro enfoque debe ser, en cambio, buscar la voluntad de Dios para ver lo que dicen las Escrituras, y luego caminar según la luz que Dios nos ha dado. Nuestras inclinaciones, hábitos y prácticas no deben tener la preeminencia. La Palabra de Dios debe ser nuestra norma.

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:9–11).

No hay necesidad de ser enanos espirituales si ejercitamos continuamente nuestras facultades espirituales. Limitarse a orar por esto y aquello no satisface las necesidades del caso. Debemos acostumbrar nuestra mente a concentrarse intensamente en los temas espirituales.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:1–13).

El ejercicio fortalece y da vigor. Muchos profesos cristianos se encuentran en camino de perder ambos mundos. Ser medio cristiano y medio mundano no hace que uno se salve en parte, sino que se pierda por completo.

CONCLUSIÓN

Hay que renunciar a todo lo que nos aleja de Dios.

“Las riquezas son el ídolo de muchos. El amor al dinero y el deseo de acumular fortunas constituyen la cadena de oro que los tiene sujetos a Satanás. Otros adoran la reputación y los honores del mundo. Una vida de comodidad egoísta, libre de responsabilidad, es el ídolo de otros. Pero estos lazos de servidumbre deben romperse. No podemos consagrar una parte de nuestro corazón al Señor, y la otra al mundo. No somos hijos de Dios a menos que lo seamos enteramente.” 4

“Desear ser bondadosos y santos es rectísimo; pero si no pasáis de esto, de nada os valdrá. Muchos se perderán esperando y deseando ser cristianos. No llegan al punto de dar su voluntad a Dios. No deciden ser cristianos ahora.” 5

Aprovechemos el tiempo mientras la puerta de la gracia esté abierta. No podemos perder un momento. El fin está cerca. Pronto las vías de circulación disponibles para transmitir la verdad estarán rodeadas de peligros a diestra y siniestra. Esto se hace para obstruir el camino de los mensajeros del Señor para que no puedan realizar lo que aún pueden hacer ahora. Debemos seguir adelante con nuestra labor. Los poderes de las tinieblas están actuando con una intensa energía que procede del abismo, y los pasos sigilosos del maligno buscan alcanzar a los que ahora están dormidos.

Tenemos ahora advertencias que son posibles de dar, una obra que se nos concede hacer rápidamente. Pronto será más difícil de lo que podemos imaginar. Que el Señor nos ayude a mantenernos en el lado de lo correcto, a trabajar con los ojos fijos en Jesús, nuestro Líder, y, con paciencia y perseverancia, avanzar hacia la victoria. ‰

Referencias:

1 Sermons and Talks, tomo 1, p. 22.

2 El Conflicto de los Siglos [Edición de 1954], pp. 496, 497. [Cursivas del autor.]

3 Ibíd., pp. 643–645.

4 El Camino a Cristo, p. 44.

5 Ibíd., p. 47, 48.

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