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Proyecto de talento humano en una fundación afectada por el COVID-19
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Ayudar no solamente es donar dinero o regalar cosas materiales sino también ofrecerle a una persona conocimientos académicos enriquecedores que le sirvan para crecer dentro de su entorno personal e institucional.
A lo largo de mi vida como estudiante me he sentido sumamente agradecido de haber tenido la oportunidad de conocer a docentes que me han brindado no solo sus conocimientos, sino también sus sabios consejos, los cuales me han ayudado a convertirme en un profesional con gran capacidad.
En la materia de “Servicio a la comunidad”, nuestra docente y guía, Denisse Álvarez de Linch, y la Dirección General de Responsabilidad Social y Vinculación con la Comunidad (DGRSVC) de la Universidad Casa Grande, nos asignaron un proyecto: presentar una propuesta con planes de capacitación y motivación requeridos en organizaciones afectadas por la pandemia del COVID-19. Esto como parte de las pasantías comunitarias que debemos cumplir durante nuestros estudios, las cuales buscan poner en práctica los conocimientos adquiridos y contar con una experiencia profesional real, lo cual es importante.
El proyecto fue llevado a cabo en casi cuatro meses, desde el 12 de enero hasta el 23 de marzo de 2021. En el primer mes participamos de una reunión informativa dirigida por nuestra docente y la DGRSVC, donde nos socializaron los pasos a seguir para cumplir nuestras pasantías y la asignación requerida. Asimismo, igualmente en enero, conformamos los equipos y empezamos a investigar y a enviar correos a distintas empresas y fundaciones con las que queríamos colaborar.
Posteriormente, en febrero, nos informaron que trabajaríamos con la Fundación Mercedes de Jesús Molina, localizada en Guayaquil, Ecuador. También nos dieron acceso a la plataforma Moodle, como medio para realizar diversas entregas del proyecto que se requerían en el proceso. Y, para mantener una comunicación más cercana, teníamos un grupo en Telegram, en el que nuestra docente nos iba guiando e informando.
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EL ALTILLO
Para finalizar, en marzo tuvimos dos revisores seguidos en cuyas instancias nuestra docente nos corrigió y dio una positiva retroalimentación, con amplias observaciones, para poder llevar a cabo un mejor trabajo. Por otro lado, concluimos exitosamente la presentación final, propuesta que, a continuación, fue entregada a la fundación.
La propuesta
Es así como en enero del 2021 tuvimos la oportunidad de aportar en la organización de la estructura organizacional —según las necesidades actuales— de dicha fundación. Asimismo, asistimos en la tarea de describir las funciones de cada puesto de la institución, desarrollamos los perfiles de cargo identificado y, como ayuda voluntaria, donamos un aire acondicionado. Mi equipo estuvo conformado por los estudiantes: Marcos Centurión, María Belén Coronel, Naycar Márquez y Carolina Ojeda.
El proyecto se enfocó, principalmente, en aplicar dichas acciones, tomando en cuenta el contexto actual de la pandemia del COVID-19, por lo que el proceso se llevó a cabo en modalidad virtual, aunque, en ciertos momentos, se desempeñaron labores de manera presencial, tomando en cuenta, responsablemente, todos los protocolos de bioseguridad. La recolección de datos se desarrolló por medio de entrevistas semipresenciales con la administradora de la fundación y su exdirectora. Además, se analizó el comportamiento de la organización y su entorno.
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Uno de los factores que nos llevaron a determinar dichas acciones como parte de la propuesta fue la situación actual y real de la fundación, cuyo nivel de eficacia se había debilitado en los últimos cuatro años. Uno de los problemas encontrados fue cuando el Consejo Nacional de Planificación (CNP), dentro del gobierno de Lenin Moreno, creó el proyecto Plan Nacional de Desarrollo 20172021 “Toda una Vida”1, en el que, en varias partes del documento, se plantea el objetivo de garantizar una vida digna para todas las personas, en igualdad de oportunidades. A esto, la administradora agregó que dicho Plan “Toda una Vida” también afirma que los individuos con discapacidad están siendo atendidos, cuando, en realidad, esto no se está cumpliendo como es debido.
Creo que, en definitiva, esta experiencia fue muy enriquecedora para todos los que participaron en este proyecto de pasantías comunitarias. Aumentó mi deseo de querer ayudar solidariamente en torno a la situación que viven los beneficiarios de la fundación; solo se necesitan ganas de ser empáticos. De esta manera, aplicando nuestros conocimientos en el área de talento humano, podemos brindar recomendaciones y herramientas que apoyen a mejorar la vida de las personas con discapacidad de fundaciones e instituciones.
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Referencias
Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo. (2017, 22 de septiembre). Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021. Toda una Vida. https://bityl.co/7Ltg
1https://bityl.co/7Ltg
Por Juan Xavier Garaycoa
Estudiante de cuarto año d e la carrera de Gestión del Talento Humano de la Facultad de Administración y Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande (UCG).