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CULTURA
EAD y Corporación Amereida invitados a la celebración de los 100 años de la bauhaus
En la Bienal de Venecia del 2014 la arquitecta, historiadora e investigadora española Beatriz Colomina, ubicó a la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso dentro del grupo de entidades educacionales que han enmarcado sus prácticas en la tradición de las pedagogías radicales. Esta denominación le otorgó reconocimiento internacional y se transformó en el argumento para la invitación a ser parte de las exposiciones de la celebración de los 100 años de la escuela de los oficios alemana Bauhaus.
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Por Genny Viedma
La Casa de la Construcción Estatal (Staatliche Bauhaus) fue un reconocido proyecto de artes y oficios, así como una escuela de arquitectura experimental, fundada en la ciudad de Weimar, Alemania por el arquitecto, diseñador y urbanista Walter Gropius. De gran influencia en la Europa del siglo XX, propuso constantes reformas a las enseñanzas artísticas, revolucionando el pensamiento creativo siempre considerando la perspectiva y el clima político y social de la época. Se presentó entonces, como una propuesta de reconstrucción social a partir de proyectos que incidían en la vivienda, la vida cotidiana y la convivencia.
Si bien la Bauhaus debió cerrar sus puertas hace décadas, su legado prevalece. Por ejemplo, dos de sus construcciones fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, valores como el desarrollo de un diseño universal, compartido e interdisciplinario, así como las prácticas experimentales, transnacionales, diversas, multiformes y contemporáneas, son parte de la herencia que se busca rescatar, divulgar y repensar junto a diversos actores del mundo, celebrando el centenario de su fundación.
Es por esta razón, que la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso junto a la Corporación Cultural Amereida recibieron una invitación a ser parte de las actividades conmemorativas, específicamente, en el “Parlamento de las Escuelas” realizado durante el Festival “School Fundamental” en marzo pasado. El equipo de profesores que representaron a la PUCV y a la Ciudad Abierta lo conformaron David Luza, Katherine Exss, Andrés Garcés, Juan Carlos Jeldes, Rodrigo Saavedra y Alejandro Garretón. En la actividad, quince diferentes proyectos educativos del mundo, que junto a EAD PUCV han sido posicionados dentro de las pedagogías radicales, se reunieron para exponer su quehacer bajo tres parámetros: el político, las prácticas y la institución. Más tarde se dieron instancias de reunión y conversación en torno a las presentaciones, momento en que quedó en evidencia el aporte de los académicos de la PUCV a la experiencia internacional. “Parte de las delegaciones y la directora nos comentaron que hay un gran valor en nuestra propuesta y modalidad en cuanto a la docencia, pues se ha creado un ámbito de trabajo que privilegia lo que se genera en común y el estar presente. Además, también es potencial material de discusión e investigación”, destaca el académico David Luza.
Este reconocimiento internacional permite validar la consolidación del aporte y valor de la tradición poético-experimental y de la espontánea correlación entre los oficios del diseño y la arquitectura que, desde un punto de vista artístico, son la base y visión del proyecto educativo EAD. Además, se hacen indudable algunos de los aspectos en común que hay entre el proyecto chileno y el alemán, desde el punto de vista de las influencias y motivos de creación.
El arquitecto Miguel Eyquem, ilustra que en el momento de la fundación de la EAD, Chile tenía una especie de pensamiento isleño, pues se desconocía lo que estaba ocurriendo en los otros continentes, lo que permitió la creación de un proyecto innovador. “La situación era que no teníamos ninguna noticia de lo que sucedía en Europa. No tuvimos contacto con ninguno de los movimientos de vanguardia que existían en Europa, los originales”, dijo.
Sin embargo, con la llegada de los argentinos Godofredo Iommi y Claudio Girola, se instaló una perspectiva abierta, derivada de la información que se podía obtener gracias a las embarcaciones que iban a Europa y traían nuevas perspectivas a Buenos Aires. “Claudio conocía a diferentes artistas plásticos y escultores que tenían trabajos muy parecidos a lo que nosotros hacíamos con los cursos del espacio”, explicó Eyquem. De esta forma, el conocimiento del trabajo y de las metodologías pedagógicas similares que habían operado en la Bauhaus antes de su cierre, pudieron estudiarse y en cierta medida aplicarse a en la Escuela de la PUCV.
EAD-AMEREIDA, UNA PEDAGOGÍA RADICAL
Las pedagogías radicales, entre las que la arquitecta, Beatriz Colomina, ubicó a la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV, tras su proyecto de investigación realizado en la Universidad de Princeton, tienen en común que surgieron ligadas a importantes cambios sociales en sus respectivas épocas y lugares de fundación.
Es así como para el profesor David Luza, la identificación que realiza la curadora española para integrar a la Escuela entre las pedagogías radicales, tiene que ver con que su investigación está basada en tendencias de la postguerra, donde existe una necesidad de invenciones para los nuevos desafíos afines con la construcción de una sociedad y cómo eso se traduce en un trabajo pensado desde el contexto presente, además, cómo se da valor a la experimentación como parte fundamental de un proyecto educativo actual. Por otro lado, destaca la voluntad de dar paso a un trabajo pensado en el contexto presente y delegado de la poesía.
“Creemos que ha sido fundamental el que vemos la disciplina como oportunidad para aumentar los conocimientos de frontera, siempre visto desde un punto de vista innovador. Además, la necesidad de alejarnos de algunas dimensiones pensadas netamente para la preparación del futuro laboral, y orientar a nuestros estudiantes desde la tradición del explorar, crear, experimentar e innovar”, comentó.
Esto cobra sentido, al destacar que desde los orígenes de la Escuela en la década de los 50, fueron arquitectos y otros artistas como pintores y poetas quienes comenzaron con las actividades de docencia sobre el oficio arquitectónico, desde el quehacer propio de las materias y la palabra poética e integrando, ya desde mediados de los 60, la experimentación a través de travesías por el continente americano, acción que se ha mantenido en el tiempo.
Sin ir más lejos, en la presentación del proyecto conjunto de EAD y la Amereida en el “Parlamento de las Escuelas” se destacó la siguiente reseña: “En un territorio abandonado, azotado por el viento, de hierba y arena, cerca del puerto chileno de Valparaíso, un grupo de artistas y poetas itinerantes fundaron la Ciudad Abierta en la década de 1960. Es una comuna, un experimento pedagógico y un laboratorio de arquitectura de práctica cercana, todo en uno. Sus habitantes combinan vivir, trabajar y estudiar.” Un texto de carácter más bien literario que describe la mirada de un proyecto único, desde sus inicios innovador y abierto al cambio social y cultural de las ciudades y otros espacios de encuentro que son parte del método, la perspectiva de intervención urbana y el sello de los profesionales que forma la EAD.
Además, este viaje al centenario de la Bauhaus, y las experiencias compartidas por los académicos, abrió un debate entre los asistentes sobre cómo se construyen, complementan y reformulan los nuevos proyectos pedagógicos de arquitectura, diseño y urbanismo, tomando en cuenta el aprendizaje y oportunidades discutidas en conjunto. “Hay ahora un desafío interesante pues queda cuestionarse cómo seguimos trabajando en torno a estas tres dimensiones (política, práctica e institucional) y cómo canalizamos experiencias de otros y aprovechamos los contactos para establecer relaciones internacionales que permitan generar alianzas de investigación y discusión pedagógica”, finaliza David Luza.