EL
NÚCLEO
Francisco Ordóñez Director del Núcleo de Pichincha de la CCE Homero Arboleda Coordinador del área de Comunicación Diego Yépez S. Editor General Patricio Santacruz Diseño Gráfico Héctor Cobo y Bryan Morales Fotografía El Núcleo de Pichincha de la CCE agradece a: Rosa Ponce, Jorge Gómez, Amaru Cholango, Santiago Díaz, Paolo Vallejo, Gabriela Ruiz, Sandino Burbano, Diego Mosquera, Josué y Christian Moreno, Jorge ‘Ioch’ Chicaiza, Alexandra Cárdenas, Viviana Iñiguez
CONTENIDO 4........ Amaru Cholango: comunión del espíritu y la materia 5........ Paolo Vallejo: la exaltación melódica 6........ Santiago Díaz Loza: la música de los metales 7........ Cine: La filosofía de los quijotes subalternos 8........ Fotoreportaje: Policromías del instante 10......Territorio: El impulso cultural en la mitad del mundo 12...... Gastronomía: La renovación del sabor de la Tola 14...... Fotografía 16...... Crónica: La consagración del fuego 19...... Galería 20.......Gabriela Ruíz: las máscaras lúcidas 22.......El universo retórico de ‘Ioch’ 24.......Poesía: Tierra en medio 26.......Agenda
NUE VO
Nuestros pueblos primigenios observaron y entendieron cómo el Sol determinaba el tiempo. En el Ecuador, solamente el día del nuevo ciclo solar el astro se proyecta de forma perpendicular, y hace que en el meridiano los objetos traguen su sombra. Ese momento marcaba el inicio del año andino, del fuego nuevo donde la vida se renueva. El fenómeno se produce el 20 de marzo de cada año. Es el equinoccio de primavera para el norte o el de otoño para el sur. No es una coincidencia que el Núcleo de Pichincha de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” haya programado en esta fecha la inauguración de su sede, ubicada en el Centro Histórico de Quito, en la calle Manabí, y que haya decidido presentar su revista: El Núcleo algunos días después. Los dos factores marcan nuestro inicio real. Con la emisión de la Ley Orgánica de Cultura el 30 de diciembre de 2016, se concreta el mandato para que, dentro de las acciones para reenrumbar el camino de la Casa de la Cultura, se elimine a su exMatriz, se cree la Sede Nacional con competencias de coordinación, planificación, evaluación y asesoría a los núcleos provinciales, mientras que éstos deben realizar el trabajo de producción y circulación de contenidos culturales y de resguardo de la memoria social en el territorio. La Ley, en ese esquema, manda que se cree el Núcleo de Pichincha para que realice su trabajo en territorio. Ha pasado casi un año del plazo que dio la Ley para que el Núcleo esté debidamente conformado y en funcionamiento. No obstante, recién desde el 1 de enero de 2018 tenemos autonomía para actuar, recibimos, así sea mínimo, el presupuesto para operar, y abrimos una maravillosa casa, a la que ya estamos convirtiendo en un centro cultural que nos permite servir a la comunidad del Centro Histórico y que es la base para ir conformando nuevas centralidades culturales en la provincia de Pichincha. Que el nuevo fuego ilumine el camino que hoy empezamos a abrir con las manos de los artistas, gestores culturales y comunidad. El trabajo ha sido arduo, esperamos la buena cosecha. Francisco Ordóñez Andrade Director del Núcleo de Pichincha
Amaru Cholango C O M U N I Ó N
D E L
E S P Í R I T U
Y
L A
M A T E R I A
“He nacido (1951) en Quinchucajas, en la parroquia de Cangahua, en la ciudad de Cayambe. Por eso me debo a su pueblo.
¿con qué cultura me paraba? Me hubiese dedicado a copiar lo que tienen ellos, sin disponer de una substancia original.
El Yachaj es un hombre de conocimiento y el artista, que maneja la parte visual, trabaja con sus manos. El arte es la comunión entre la idea, el espíritu y la materia. En Europa hay muchos pintores famosos. Si al llegar no hubiera tenido mis conocimientos de Yachaj, de nuestra tierra y ancestros:
El arte es el quehacer en la vida. Es la parte de la cultura que mueve el espíritu del hombre y no sólo su intelecto. Mi obra es un rescate religioso y cultural de nuestros antepasados indígenas. En la actualidad, la alcaldía de Cayambe ha donado un terreno en
el sector de la Remonta, para la construcción del museo Amaru Cholango. En Alemania viví por lo menos durante treinta años. La obra que construí durante ese periodo conformará el espacio”.
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Paolo Vallejo
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L A
“Una vida sin música no sería concebible. En cada interpretación despliego alegría, tristeza, llanto... La música lo es todo. La ejecuto desde que tengo quince años. En el barrio tocaba con grupos folclóricos, en las esquinas, con los amigos… Luego tuve la oportunidad de viajar al viejo continente, dónde me radiqué durante varios años, encomendado a la música. Viví en Holanda y viajé por Europa. También me instalé dos
E X A L T A C I Ó N
M E L Ó D I C A
años en Corea del Sur. Entonces retorné a Ecuador (Quito) y continué mi pasión.
propio estudio, donde se fragua la magia de aquellos que concretan sus ideas.
Me inicié como productor musical debido a la necesidad que tienen los músicos de sacar sus trabajos; a veces no disponen de los recursos para conseguirlo. Durante muchos años estudié la disciplina de la producción musical, la cual me apasiona y conforma un valor agregado en mi oficio. Monté mi
Mi nuevo proyecto es la banda Jammin’go, cuya propuesta es un tributo sonero y salsero a Julio Jaramillo. Para nosotros lo importante es revitalizar su figura, con la intención de que las nuevas generaciones desarrollen una conciencia sobre la belleza de la cultura ecuatoriana”.
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Santiago
Díaz Loza
L A M Ú S I C A D E L O S M E TA L E S
“El arte es la conciencia y el despertar hacia la fortaleza de la luz y el universo. Se sostiene en la paz, la libertad, el color, la esencia. A través de los metales, alpaca, cobre, bronce…, mi trabajo refleja la creatividad y las vivencias de nuestros antepasados. Me dedico a plasmar, tanto en la música como en la orfebrería. Lo hago para las nuevas generaciones, las cuales se hallan hambrientas de identidad; por eso es obligatorio que el saber quede esculpido.
Mi faceta de artista comenzó porque desde la infancia estaba aliado con el sonido del viento y la respiración de la Tierra. La naturaleza me brindó una melodía que hizo que tuviera la necesidad de tallar, cantar y danzar la cosmogonía de mi corazón. Durante algunos años, desde los nueve, pertenecí a la orquesta sinfónica del maestro Edgar Palacios. Ahora interpreto junto a un gran ser humano, quien me ayuda a componer el substrato de la realidad”. .
LA FILOSOFÍA
de los quijotes subalternos Sancho padece obesidad mórbida. Bajo el cielo nublado del páramo, en el patio de una paupérrima granja, se dedica a urdir injertos anómalos con las flores salvajes. El polvo sepulta sus experimentos absurdos. Esta imagen inaugura Quijotes negros, el primer largometraje del cineasta esmeraldeño Sandino Burbano. La cinta, estrenada en 2017 y premiada en festivales de París, Los Ángeles y Mar del Plata, retoma a los personajes de la obra suprema de las letras hispánicas: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Es la fascinación por lo grotesco lo que mueve la cámara de Burbano, en cuyos planos se distingue la influencia de las tomas surrealistas de los directores que, como Luis Buñuel, lograron materializar la atmósfera sobrecargada de los sueños. En el caso de Quijotes negros, la marginalidad de los personajes es un postulado filosófico. La obesidad de Sancho (Patricio Garrido), se atempera por su patetismo infantil. La sabiduría de Enano (Tomás Tipán) se diluye en su cabeza calva y en su ropa anacrónica. Don Quijote (Alberto Cuesta) deambula por los aires, ataviado con una armadura de latón; no busca a ninguna Dulcinea. Es Sancho el que necesita casarse y hallará el amor entre las piernas de la Reina (Annie Rosenfelt) y la Princesa (Mónica Mancero), las cuales se encuentran de visita en el Quito contemporáneo. La cinta de Burbano no es una adaptación de la novela: es una parodia en tono de fantasía que se enfoca en la crítica social, y en la que se perciben los alaridos en contra del despojo de la riqueza de América realizado por los Conquistadores durante la Colonia. A pesar de que las actuaciones carecen de espontaneidad y pecan de histrionismo teatral, ésto no afecta la integridad de la película; de hecho, acrecienta su valor y la transforma en una versión en fílmico de teatro del absurdo.
POLICROMÍAS
DEL INSTANTE La ciudad multicolor destella en sus espacios y personajes, aunque los últimos a veces desaparecen entre el gentío.
Las fotografías de Diego Mosquera (Quito, 1982), realizadas con un celular, se enfocan en el anverso. En las instantáneas que no se fraguan en las iglesias coloniales o en las postales de los turistas. La urbe despliega la diversidad cultural y las mutaciones de un entorno que se ramifica.
E L I M P U L S O C U LT U R A L E N L A
MITAD DEL MUNDO La extensión de San Antonio de Pichincha de la CCE “Benjamín Carrión”, promueve desde el 2012 decenas de actividades artístico-culturales para encauzar a la parroquia al cambio inducido por la presencia de la Unasur. Este estímulo produjo más de 48 eventos en el año 2017, a los que se sumaron actores religiosos de la Iglesia de San Antonio, rectores y directores de colegios y escuelas, la Asociación de artistas Mitad del Mundo, el colectivo Manantial del Sol así como los grupos Teatro Ensayo, Camerata, Conjunto de Cámara y el Coro Nacional de la CCE. También vinieron, desde el extranjero, innumerables artistas, escritores y cultores: Baquetada Ensamble (Colombia), Katy Egas (Venezuela), Dora Elia Crake (Chicago), Andrea Elgueta (Chile), y la Compañía Folklórica Magisterial de Hidalgo (México). Durante el 2018 se concretará la creación de la Biblioteca de San Antonio, gracias al respaldo del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de la parroquia. De igual forma, se busca activar nuevos
centros de atracción turística. Por ejemplo: los sitios arqueológicos Rumicucho y Catequilla, el Centro Histórico de San Antonio, los cerros La Marca, Casitahua y Pululahua. Están en marcha el I Festival Internacional de Teatro Comunitario y la conformación del coro Niños cantores de San Antonio.
Cronología 2012
Se suscribió en noviembre un convenio de cooperación entre el colectivo Manantial del Sol y la CCE, mediante el cual los gestores de la parroquia, liderados por Diego Pérez Terán, activaron la Extensión en la zona noroccidental de Quito. El proyecto fue respaldado por Alex Troya, presidente del GAD de San Antonio.
2014
La actividad se sostuvo gracias al apoyo del GAD y de los gestores de la parroquia. Se efectuaron talleres de actuación, artesanía y cine.
2015
El convenio entre Manantial del Sol y la CCE se reactivó, y la alianza de la última con el GAD se fortaleció. Estas entidades realizaron varias proyecciones de cine para los niños de San Antonio. Empezó el proyecto de creación de la Biblioteca comunitaria. El Ministerio de Cultura entregó algunos libros, al igual que la CCE; el GAD también recolectó varios ejemplares e inició las gestiones frente al Municipio para conseguir el espacio. Se realizó un concierto de Música Sacra al que se integraron artistas de la parroquia.
2016
Se efectuaron eventos artísticos y culturales directamente en las instalaciones de varias escuelas y colegios como la Unidad Educativa Mitad del Mundo, 29 de Junio, Tanlahua y Calacalí. Los estudiantes fueron los beneficiarios. Se acentuaron los talleres de origami, lectura, animación para niños, los mismos que se impartieron directamente en las escuelas.
El Núcleo.
Desde hace tres años la noche inicia más temprano en el tradicional sector de La Tola, en la periferia del Centro Histórico de Quito. Según la leyenda, en este punto están los peleadores más aguerridos de la capital. Se ha convertido en un polo para el turismo y la gastronomía tradicional e internacional. Las estrechas calles refugian sabores diversos. Las noches se iluminan con fogones. El destello de los focos amarillos, los cuales reviven los crepúsculos del siglo anterior, también alumbran el rótulo colgante y de madera de Sereno Moreno, picantería ubicada en las calles Esmeraldas y Vicente León.
La noche serena
Cerca de veinte meses han pasado desde la apertura del establecimiento. Surgió a partir de un negocio familiar y ahora lo administran Josué y Christian Moreno. Ellos han proseguido la tradición familiar, heredada de su padre, e incluyen en su menú uno de los platos más consumidos en la Sierra: la fritada. La preparación de esta exquisitez preserva su sabor tradicional. El ajo, la cebolla y otras especias autóctonas le otorgan el mismo gusto que le hubiesen dado nuestras madres y abuelas. El cerdo, luego de haber sido secado y dorado, queda listo para servirse acompañado de mote, plátano maduro, papas, choclo y un recio ají, el cual puede sacar lágrimas hasta a los más avezados. En la Tola, el ají de las ‘huecas’ es el único riesgo para los comensales. La multiplicidad de establecimientos ha transformado al barrio, cuya seguridad también ha mejorado, en un espacio permanente de visita y hospedaje para turistas nacionales y extranjeros. En un perímetro de cuatro cuadras existen más de veinticinco establecimientos, en los cuales se puede comer y además disfrutar de diversas bebidas. El flujo comercial en esta zona se ha revitalizado. Cuenta Josué que al Pato Lukas —como se llamaba el anterior restaurante donde ahora funciona Sereno— llegaban clientes desde diversos lugares del Centro Histórico. Lo hacían, en especial, del mercado Central, debido a su cercanía. Venían atraídos por el particular sabor de su fritada e, incluso, un afamado establecimiento les compraba al mayoreo el producto para la reventa. Quizá Don Patricio, padre de los Moreno, nunca pensó que sus hijos heredarían su destreza culinaria, aunque terminarían preparando, para los visitantes del cálido local, platos más sofisticados con ingredientes como los champiñones portobello, los tomates cherry, las reducciones de vinagre
balsámico… Estos guisos se han implementado debido a las exigencias de un grupo más variopinto de visitantes, que incluyen a los turistas nacionales y extranjeros.
La noche morena
Ahora llegan al Sereno los servidores públicos, los ‘gringos’, los hipsters, los geeks, los rockers, los ciclistas, los electrónicos... Solicitan platos que sean acordes a su paladar. Por ende, Christian y Josué han procurado que su menú se adapte a las exigencias de los carnívoros como de los vegetarianos. Para su realización, Christian, quien también es ingeniero en alimentos, mantiene a cabalidad las buenas prácticas de manufactura (BPM), las cuales garantizan que los platos, a más de ser apetitosos, respeten las normas de aseo y los estándares adecuados. Los productos son, de forma general, adquiridos en los dos mercados cercanos al local: el Central y el de San Roque. En el menú destacan: la fritada, las costillas horneadas acompañadas de bastones de yuca frita, los deditos de maduro con queso, las alitas de pollo en su salsa servidas junto a papas fritas. Para los vegetarianos: los hongos portobello escoltados por los tomates cherry y una reducción de vinagre balsámico, y el ceviche de coco con tostado y chifles. El último plato llama la atención de los visitantes en vista de su alquimia particular, en la cual prevalece el sabor del pepino, los tomates y la ralladura de coco. Esta invención, destaca Christian, es la adaptación de una comida brasileña. Se lo solicita más durante la noche, cuando los visitantes desean una opción ligera para acompañar su bebida. Los Moreno establecen un vínculo de confianza con sus clientes cuando recomiendan la cerveza artesanal que combina con los platos. Para el ceviche, por ejemplo, aconsejan la variedad rubia artesanal y ligera, dado que no opaca la frescura de sus ingredientes; para el cerdo sugieren la cerveza roja, en vista de su sabor más dulce. Las nuevas tendencias han modificado la oferta gastronómica en Pichincha, propiciando un resurgimiento de la tradición. El fenómeno se encamina hacia la hibridación de las técnicas e ingredientes, pero sin perder el patrimonio cultural que preserva cada platillo.
LA CONSAGRACI
Al igual que ha sido percibido durante milenios por los pueblos indígenas de los Andes, quienes celebran el inicio del nuevo año (Mushuk Raymi) cada 21 de marzo, el resplandor del equinoccio pronosticaba el florecimiento. En la Casona Antigua de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), construida por Benjamín Carrión en 1944, se generaba un enfrentamiento entre las viejas jerarquías y el advenimiento del nuevo camino. Había un problema soterrado. Se percibía un murmullo velado que se escabullía entre los resquicios: era el eclipse de una fuerza que se extinguía. Estaban más de treinta gestores encerrados en una oficina diminuta. A pesar de la carencia de espacio las ideas se desbordaban. Las computadoras, traídas por los trabajadores desde sus casas, también se hallaban aglomeradas en las mesas
insuficientes. Hubo días en los que las sillas escasearon y tuvieron que ser compartidas. Si alguien se levantaba perdía su lugar aunque lo reconstruyese a partir de los parámetros de su ingenio. Los camarógrafos trajeron sus propias cámaras. Todos utilizaron sus teléfo-
nos personales.
No existían intermediarios ni escollos burocráticos. Las actividades se desplegaron sin que hubiera signos de angustia y primaron las risas explosivas. El futuro era promisorio, por eso la velocidad arreman-
IÓNDEL FUEGO gaba las camisas. No había tiempo para quejas. De pronto, una mañana se informó a todo el personal que el traslado a la casa patrimonial que fue asignada por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) —la cual está ubicada en el Centro Histórico de Quito, en las
calles Manabí y Cotopaxi—se concretaría durante la noche del 14 de marzo.
Nos reunimos en la Casona Antigua a las 20H00. Aunque el camión en el que realizaríamos el traslado estaba listo, cuando intentamos salir
fuimos interceptados por los guardias. Como se temía, se había dado la orden de que se prohibiera nuestra partida; nos revisaron hasta las mochilas. Pero el obstáculo no amedrentó a nadie. En el Pabellón —construido para la conferencia Hábitat III de las Naciones Unidas y entregado al Núcleo como parte de sus instalaciones— se almacenaban suficientes muebles como para levantar y organizar, aunque fuese de manera provisoria, a la nueva Institución. Entonces, una cuadrilla de más de quince empleados del Núcleo se encaminó allí, seguida del camión de la mudanza, y nos pusimos manos a la obra. En menos de una hora acarreamos el mobiliario y luego lo trasladamos a la nueva casa. Vencimos la incompetencia, la envidia, la coacción. En una noche se levantaron los cimientos de aquello que permanecerá durante décadas y será un capítulo aparte de la historia de la cultura ecuatoriana.
A mediodía del 20 de marzo, el Taita Oscar Ortíz M. realiza una ceremonia para los más de treinta miembros del Núcleo, en el parque El Arbolito. Tras el encendido de tabaco ritual, y en conjunción con la danza y los rezos, se atestigua que la cosecha será abundante. La chacana de los equinoccios y los solsticios le rinde un homenaje a las civilizaciones andinas. La ceremonia concluye con una pambamesa, y todos los trabajadores del Núcleo se encaminan al Centro Histórico de Quito, a preparar la apertura de la nueva casa. El ángel de la renovación sobrevuela el ambiente. El aliento de los siglos se percibe en el límite del barrio de San Juan. En la época prehispánica se levantaron aquí los templos de los incas. El humo del palosanto expande su aroma por los interiores de la casa patrimonial, ubicada en las calles Cotopaxi y Manabí, donde desde ahora funcionará el Núcleo. El Taita desliza el humo, acompañado de algunas jóvenes, para que ellas se apoderen del espacio e invoquen al espíritu de la fertilidad. Falta poco para que, cuando el crepúsculo empiece a instalarse a las 18:00, se
abran al público los portones. Se descorren los cerrojos y los asistentes comienzan a aglomerarse en los espacios de la nueva casa. Antes, los zanqueros les dieron la bienvenida. El ambiente es atizado por una banda de pueblo. Los visitantes se deslizan por los pasillos y suben las escaleras, motivados por la curiosidad y sorprendidos por el florecimiento. Escalan tres pisos hasta la terraza, desde la que se puede apreciar una vista panorámica del Quito antiguo en la que prima la estatua del Panecillo. La casa, construída en la década del 20 del siglo pasado, se halla completamente restaurada. Mantiene los lineamientos de la arquitectura adoptada después de la Colonia: techos altísimos, habitaciones espaciosas, pasillos laberínticos, patios dilatados, paredes gruesas… Por las inmediaciones transitan varios personajes del quehacer artístico y cultural ecuatoriano. En una esquina, rodeado de varios amigos, está el Ministro de Cultura Raúl Pérez Torres; más allá, bordeando las escaleras, el pintor Pavel Egüez; Marcelo Ordoñez, fundador de la Compañía Nacional de Danza y
la bailarina María Luisa González, quien fue directora de la institución durante 16 años, devanea los proyectos que en su momento piensa compartir con el Núcleo... La casa nueva está llena. Se desborda de humanidad. El huasipichai es un éxito aunque los espacios escasean; hay un entrelazamiento de brazos, torsos, piernas, espaldas... Las conversaciones se intercalan con la música de la Orquesta Ecuador Sinfónico, hasta que el estrépito mancomunado produce un quiebre temporal y los acontecimientos se condensan, como si formasen una chacana. Es la transparencia del ritual y el humo. El símbolo de la renovación. El traspaso por el umbral de la Cruz del Sur, cuyas premoniciones indican, al igual que ocurre en la naturaleza, que lo que se encuentra desgastado debe fenecer para que el ciclo se cumpla. El establecimiento del Núcleo implica derruir un sistema anacrónico, y su gestación abre un camino cuyas bifurcaciones nutrirán a la cultura colectiva de la Provincia.
WAMPRA RAYMI Se realizó un encuentro artístico, cultural y provincial —del 8 al 9 de noviembre de 2017— que contuvo: una secuencia de talleres, una exposición de video y fotografía, y varias presentaciones musicales y de arte urbano.
LA CASA EN LLAMAS
Se visibilizaron los modelos de autogestión de los grupos independiente de la CCE mediante la puesta en escena —desde el 23 de octubre al 15 de noviembre—, en los barrios y parroquias de Quito, de 12 colectivos teatrales y artísticos.
FESTIVALES DE ARTES ESCÉNICAS Se impulsaron las actividades de los festivales de la provincia de Pichincha, a través de 56 funciones que se efectuaron durante octubre y diciembre de 2017. De esta forma se incentivó la circulación de contenidos escénicos en los espacios convencionales y no convencionales, así como la generación de públicos.
EXTENSIONES DE LA CCE NÚCLEO PICHINCHA Se estimuló la actividad cultural de las extensiones de Alangasí, Conocoto, Chimbacalle y San Antonio de Pichincha, en noviembre y diciembre 2017. Así se incitó la circulación de propuestas culturales y de artes escénicas, y se promovió la participación de diversos públicos en sus zonas de influencia.
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Los ojos de Gabriela Ruíz (Quito, 1989) son el espejo cóncavo donde mora su pasión por el teatro y el cine. Estudió actuación en la Universidad Central del Ecuador. Sus primeros años en la facultad de artes reflejaron a sus juegos de niña. Los devaneos existenciales de la obra de Eugène Ionesco, El rey se muere, conformaron su bautizo en las tablas. Forjó su espíritu en el postulado del absurdo, en el límite de la esquizofrenia perspicaz de aquel que puede, en sus propias palabras, “no ser yo […] llegas a la actuación y haces el papel de un loco. Piensas en tu lado siniestro, el que no sacas a relucir en la vida”. Luego de concluir sus estudios, la joven actriz indagó en los ángulos de su oficio. Descubrió que la actuación para teatro y cine parecen iguales pero emplean técnicas disímiles. “En el teatro interpretas con todo el cuerpo. En el cine te enfocas en una mano u otra parte del cuerpo, ya que el público entiende más cosas”. Lo importante es mantener la naturalidad: “ser sutil;
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Lúcidas
no ser obvio con la gente”. Gabriela Ruiz también es dramaturga. En la actualidad se halla escribiendo un monólogo y trabaja en su puesta en escena. Además, pocos días atrás presentó El terrible Martínez, obra que es una elegía a la chullería quiteña. Ha compartido escenario con actores y directores ecuatorianos como Christopher Bauman o José Pacheco. Le maravilla la actuación de Gary Oldman, en la película Drácula (Francis Ford Coppola, 1993), puesto que renuncia a su divinidad por amor; de igual forma le apasionan las actuaciones de la francesa Isabelle Huppert. Según la actriz, el montaje de las obras se ha incrementado en el país, pero para el público el teatro todavía no es una necesidad sino un entretenimiento, aunque debiera convertirse en un pilar de la cultural local. “Lo suntuario tiene mucho más peso, el lucro, la simplificación hacia el gusto de la masa”. Para Gabriela existen excepciones a la norma como el Patio de Comedias, corporación cultural que se ha mantenido desde la década del 80 debido a su calidad. “Tampoco podemos ser complacientes”, acota, dado que los espectadores prefieren las propuestas y películas internacionales o comerciales. Sin embargo, al público le gusta las representaciones bien creadas e inteligentes. Por lo tanto, los actores requieren mantener un margen de calidad y al mismo tiempo no subestimar la sensibili-
dad de las personas. Si bien el género comedia es de los preferidos, explica, no es el único que existe y los actores pueden diversificar su trabajo. Además, la publicidad de “boca en boca” es la mejor carta de presentación, dado que si la concurrencia sale contenta recomienda a sus amigos que asista. Pero disfrutar del arte va más allá de apoyar al productor o a los actores: tiene que transformarse en una necesidad del cuerpo. “No piensen que apoyan a la cultura, sino que se apoyan a sí mismos. Nosotros trabajamos para que el público halle un disfrute sensorial”.
EL UNIVERSO
RETÓRICO
IOCH Jorge Chicaiza Molina, ‘Ioch’, es un ilustrador, diseñador gráfico y dibujante de historietas ecuatoriano. Su trabajo se enfoca en la ilustración de humor negro. Utiliza una técnica mixta que combina el dibujo tradicional hecho a mano con lo digital; también explora el alcance de la imaginería en el dibujo y la pintura. Sus creaciones aparecieron en numerosas publicaciones de EE.UU., México, Colombia, Ecuador, Chile y Argentina. Es uno de los fundadores de la revista de historietas Lesparragusanada.
Jorge A. Gรณmez Valdez (Quito, 1985). Los siguientes textos pertenecen al libro Tierra en medio (cancionero), ganador del Premio Nacional Paralelo Cero 2017.
DESNUDOS EN LA CARRETERA (A ROCK SONG) Al conocer a los demás corres el riesgo de ser tú mismo por lo tanto, evítalos como al roce de la piel que produce congelamiento. Al ser tú mismo te desnudas para nadar en medio del bosque. Entonces, no te hieras las plantas de los pies, no te arrugues las yemas de los dedos con el aire que se desploma no seas tú, por lo más sagrado, no seas tú. Siempre sé otro, siempre busca al otro, rescátalo de este congelamiento torrencial. Guárdalo de perecer en el sudor que se aloja entre tus costillas, apártalo de este rastro sin sentido que es la esperanza de esta escritura cubierta de ceniza que son las cosas que algún día habrán de abandonarnos. Besa al otro y déjalo naufragar, por lo más sagrado, incendia tu alma.
NATURALEZA Los ebrios perseguimos cualquier rastro de vino y las hormigas se arrastran por azúcar, ¿Por qué culpar al instinto? si también descorcha una angustia añeja. Lo que en realidad sucede es que la Muerte se ha aficionado a la jardinería, desde que empezamos a poblar la Tierra.
CONFESIONES (SIN AUDÍFONOS) «La poesía es solo para tipos cansados de observar» —me repito—. Nadie chupa un par de tetas sin un rastro de culpa. Es vergonzoso. Soy un mamífero cuya lengua jamás ha renunciado a la humedad. Sin embargo hay ocasiones en las que no soy capaz de soportar ni una taza de leche caliente, en la mañana.
FIN DE LOS TIEMPOS (OUTRO/MÚSICA PROTESTA) Era quizás la visión de esta Tierra abandonada a un recital de pisadas sin nombre o nuestra renovada costumbre de criar insectos en las manos de los niños, lo que aceleró la edificación de las últimas sequías de las que seríamos testigos todas juntas; hechizadas bajo el arrullo de un pastizal en llamas, todas… sembradas en el ojo de un torbellino de retamas tiernas.
BALADA DEL SEGADOR Desde que nací no he sido más que el límite de otra sombra, pegado a tierra, destinado a custodiar el gorjeo de los termiteros. Yo, que me acostumbré a divertirme como si ya estuviera muerto. En mis pasos no hay símbolo tan perenne ni que concentre más descamación que la lengua rota coronada por un par de labios sepultados. Los hombres que yacen junto a mí se interesaron en las ruinas desde que empezaron a nombrar las estrellas y yo sin embargo, en los laberintos me detesto porque siempre encuentro un paraíso que olvido a cada minuto.
HERENCIA (SONATA DEL HUÉRFANO) Este silencio no puede ser acallado, ni siquiera por una marea de interpretaciones, todo este dolor no puede ser más que soportado y seguido, como una danza de bodas. Hoy, una jauría de caballos sedientos derrotan los recuerdos. Hoy, una sábana de estrellas muertas cubre la granja de mis sueños. Hay, un desierto desde el útero hasta la puerta. El temblor es la música de mi nacimiento.
AGENDA CULTURAL
ABRIL
2018