Casa Palabras N° 1

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Número 1 Enero 2013

Joaquín Pinto: Álbum particular. Mo Yan, Premio Nobel de literatura. Entrevista a Eliécer Cárdenas. El pensamiento de Edgar Morin. 1 Malabares en su tinta. La flauta de ónix.


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editorial

A QUIJOTEAR

U

na vez mĂĄs, la adarga mĂĄs vehemente del Quijote, la cultura, sale por los campos de la patria, a buscar, a referir, a contar, a descubrir, la semilla de la imaginaciĂłn y la palabra, que enriquece la tierra de los creadores. Con enorme esperanza abrimos estas pĂĄginas para que HQ HOODV Ă€X\D HO QXHYR SHQVDPLHQWR ODV QXHYDV H[SHFWDWLvas, las incansables manifestaciones de la literatura y el arte TXH VH H[SUHVDQ HQ HVWH WLHPSR GH WHFQLÂżFDFLyQ DFHOHUDGD tiempo desgraciadamente marcado por la frivolidad y el espectĂĄculo light, tiempo peligroso donde una globalizaciĂłn deshumanizada trata de arrasar con nuestras culturas primigenias y uniformar los distintos elementos simbĂłlicos que han sido siempre el sustento de nuestra nacionalidad. Desde el inefable paĂ­s del norte nos envĂ­an empaquetados, sus comidas basura, su vestimenta estrafalaria, sus pobres hĂŠroes alcornoques como Batman, SupermĂĄn o el Hombre AraĂąa, (su espĂ­ritu mercantilista y guerrerista, que es lo mismo, ha olvidado ya a Whitman, Hemingway, Faulkner o Poe), sĂ­mbolos y lenguajes banales y torpes que utiliza el poder para mantenernos dormidos en el “entretenimientoâ€? para controlar cualquier tipo de pensamiento que atente contra sus privilegios. Estamos en un momento histĂłrico importante. Los pueblos de Ecuador y AmĂŠrica Latina han dicho ÂĄbasta! al capitalismo y al neocolonialismo. Estamos enfrentando la pobreza, la inequidad y la injusticia desde una propia lĂłgica. Nadie puede cambiar nuestro espĂ­ritu libre y de sabidurĂ­a ancestral, y para fortalecernos es necesario repartir el pan, el abecedario y el libro con la misma ecuanimidad y patriotismo. Buscamos ahora desentraĂąar los propios sĂ­mbolos, que no son escandalosos ni HVSHFWDFXODUHV VLQR TXH SDVDQ SRU HO ÂżOWUR WLHUQR GH OD YLGD cotidiana y de la historia. Entonces, decir nuestra palabra, despojarla de la frivolidad y mediocridad reinante, arremeter contra la banalizaciĂłn de la cultura, porque tambiĂŠn en esa trampa cae muchas veFHV HO SHULRGLVPR H[XOWDQGR OD FKLVPRJUDItD \ HO HVFiQGDOR GeneraciĂłn de Lady Gaga, DelfĂ­n Quishpe y pollos fritos Kentuky. Estas pĂĄginas se abren para recordar lo olvidado profundo y escuchar la palabra que viene.

número uno ‡ enero 2013 Presidente Raúl PÊrez Torres

Vicepresidente Gabriel Cisneros Abedrabbo

Director de Publicaciones Patricio Herrera Crespo

Editores PaĂşl Hermann Violeta Luna Patricio Viteri

DiseĂąo Tania DĂĄvila. DirecciĂłn de Publicaciones

Colaboran en este número: Luis Alberto Bravo, Fernando Balseca, Cecibel Ayala, Paulina Simon Torres. Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Dirección de Publicaciones Av. Seis de Diciembre N16–224 y Patria 7HOI ([W gestion.publicaciones@cce.org.ec www.cce.org.ec Quito–Ecuador.

casapalabrascce @casapalabrascce casapalabrascce@gmail.com

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índice

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Un recorrido por la trayectoria de Mo Yan Premio Nobel de Literatura cuyas obras no han sido masivamente difundidas en español.

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Eielson pictórico El poeta Luis Alberto Bravo nos muestra una fasceta desconocida del poeta Jorge Eduardo Eielson.

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Cárdenas portátil Paúl Hermann entrevista al escritor Eliécer Cárdenas sobre su trayectoria literaria y las particularidades con que ejerce HO R¿FLR GH OD SDODEUD

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Malabares en su tinta La más reciente novela de Iván Égüez es lúcidamente diseccionada por la pluma de Fernando Balseca.

Los silencios de Varguitas Tomando como eje a Mario Vargas Llosa, Raúl Pérez Torres recuerda el devenir literario de toda una generación; fortalece su eterno vínculo con las letras; replantea su compromiso militante y lamenta los fraudes del Nobel, del hombre, no del escritor.

Morin en español (O ¿OyVRIR IUDQFpV Edgar Morin ofreció en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura su conferencia La vía. Para el futuro de la humanidad. Una muestra de su pensamiento a cargo de Patricio Viteri Paredes.

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Poción de medianoche

Título del nuevo poemario de Cecibel Ayala. Una muestra de HVWH PDJQt¿FR WUDEDMR TXH inaugura la colección Casa nueva de la Institución.

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Proyecto de Publicaciones La Dirección de Publicaciones de la Casa ofrece información sobre algunas de las colecciones que presentará durante la administración de Raúl Pérez Torres y reseñas de sus publicaciones más recientes.

29 Pinto Álbum particular

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A propósito de la publicación que la CCE realizará del Álbum Particular de Joaquín Pinto, Patricio Herrera Crespo ofrece información sobre este valioso manuscrito de ¿QDOHV GHO VLJOR ;,; H LQLFLRV GHO ;;

Agnès Varda Paulina Simon realiza un brillante recorrido por la trayectoria de Agnès Varda, la única directora GH XQR GH ORV PRYLPLHQWRV FLQHPDWRJUi¿FRV más potentes en la historia del cine, la Nouvelle Vague, o Nueva Ola francesa.

Edición de aniversario La poeta Violeta Luna da su particular visión sobre la poética de Arturo Borja, con motivo de la reedición que la Casa ha realizado de La Flauta de Ónix a cien años de la muerte del poeta.

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variaciones

Mo Yan

en un diario

para pintar

E

l jueves 11 de octubre de 2012 la Academia Sueca de Estocolmo anunció como ganador del Premio Nobel de Literatura a Mo Yan; es una noticia vieja, pero sucede que debido a la poca difusión que ha tenido la obra del escritor chino en América Latina, parece que hubiese sido impresa en uno de aquellos periódicos que usamos para cubrir el piso cuando pintamos las paredes de nuestra casa \ TXH SRU H[WUDxR VRUWLOHJLR QRV

atrae más que cuando el diario era nuevo. /D $FDGHPLD OH FRQ¿ULy HO premio por el relato que el autor, de cincuenta y siete años de edad, ha realizado de la convulsa historia de su país, en una descripción HQ OD TXH FRQÀX\HQ ODV WUDGLFLRnes y ritos del mundo rural y en un lenguaje que mezcla el realismo y la magia, así como la ironía y la sensibilidad. Mo Yan nació en una familia de granjeros en 1955 y debido a

la Revolución Cultural, abandonó los estudios en quinto grado. Durante su adolescencia trabajó en el campo y en una fábrica y en 1976 se enroló en el ejército. Empezó a escribir relatos en 1981 y tres años después se inscribió en la Academia de Arte del ejército. Se graduó en 1986, y un año más tarde publicó la novela Sorgo Rojo, llevada al cine por Zhang Yimou en 1988. En 1995, tras publicar la noYHOD GH DOWR FRQWHQLGR VH[XDO Pechos grandes y caderas pequeñas, el escritor fue obligado por el ejército chino a escribir una autocrítica y a sacar su obra de circulación. A Mo Yan sin embargo, la censura no le preocupa, «siempre hay ciertas restricciones a la escritura en cada país», ha dicho «y esos límites pueden representar en realidad una ventaja al forzar al autor a ceñirse a la estética de la literatura». Se ha comparado sus complejos XQLYHUVRV ¿FFLRQDOHV FRQ ORV FUHDdos por el estadounidense William Faulkner y el colombiano Gabriel García Márquez. De hecho, en

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2011 Mo Yan asistiĂł a la presentaciĂłn de la primera traducciĂłn RÂżFLDO DO PDQGDUtQ GH Cien aĂąos de soledad, y manifestĂł: ÂŤtras leer siete pĂĄginas de esa novela, en la que entrĂŠ atraĂ­do por su primera frase, encontrĂŠ inspiraciĂłn para mi propia obraÂť. A mĂĄs de las citadas Sorgo rojo y Pechos grandes y caderas pequeĂąas, el autor ha publi-

cado Las baladas del ajo (obra recomendada por la Academia Sueca); La vida y la muerte me estĂĄn desgastando; La repĂşblica del vino; Shifu, harĂ­as cualquier cosa por divertirte y Rana. Las cuales aĂşn no han sido masivamente difundidas en espaĂąol. (VFULWRUHV H[LOLDGRV GH &KLQD lo han acusado de escribir a favor del rĂŠgimen comunista y la prensa

R¿FLDO GH VX SDtV OR KD FDOL¿FDGR como al primer chino galardonado con el premio Nobel, ya que los demås –entre ellos los de Liu;LDRER *DR ;LQMLDQJ \ 'DODL /DPD¹ IXHURQ HQWUHJDGRV D H[Lliados o presos políticos contrarios al Partido Comunista Chino. A continuación ofrecemos las primaras líneas de Cambios, noveGDG HGLWRULDO GH 6HL[ %DUUDO

Cambios

S

e supone que deberĂ­a escribir sobre lo acontecido a partir de 1979, pero mis pensamientos franquean ese lĂ­mite y vuelan hasta esa tarde otoĂąal de 1969 en que resplandecĂ­a el sol, brillaban los crisantemos amarillos y los gansos salvajes iban hacia el sur. En ese punto, mis recuerdos se fusionan conmigo, y mi memoria deviene mi yo de entonces: un niĂąo solo que habĂ­a sido H[SXOVDGR GH OD HVFXHOD SHUR TXH DWUDtdo por el bullicio del patio, temeroso y encogido, se deslizaba por la entrada sin portero, recorrĂ­a un largo pasillo oscuro y desembocaba en el centro mismo de OD HVFXHOD XQ SDWLR URGHDGR GH HGLÂżFLRV por los cuatro costados. A la izquierda habĂ­a un poste de roble con un travesaĂąo sujeto con alambre del que pendĂ­a una FDPSDQD GH KLHUUR R[LGDGD $ OD GHUHFKD una sencilla mesa de ping-pong hecha de cemento y ladrillos; alrededor, un grupo miraba jugar a dos contrincantes. De allĂ­ venĂ­a el bullicio. Eran las vacaciones de otoĂąo en la escuela del pueblo, y casi todos los espectadores eran profesores; sĂłlo habĂ­a unas cuantas alumnas muy guapas. Eran de la selecciĂłn de ping-pong formada en la escuela y tenĂ­an que participar en el torneo de la capital del distrito que iba a celebrarse con ocasiĂłn del DĂ­a Nacional, de modo que ellas no se habĂ­an ido de vacaciones, se habĂ­an quedado para los entrenamientos. Todas eran hijas de cargos de la granja estatal; comĂ­an bien,

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estaban bien desarrolladas, tenían la piel tersa y blanca, y al ser de familias ricas, vestían ropa bonita. Nada mås verlas se daba uno cuenta de que no eran de la misma clase social que nosotros, hijos de pobres. Nosotros las admiråbamos, ellas en cambio no se dignaban echarnos ni una mirada. Uno de los jugadores era un profesor de matemåticas que yo había tenido. Se llamaba Liu Tianguang. Era rechoncho, pero en cambio tenía una boca enorme, donde, según decían, podía meterse su propio puùo, aunque nunca realizó esta proeza delante de QRVRWURV ¹D PHQXGR DÀRUDQ D PL PHQte imågenes de Êl bostezando en la tarima, con esa bocaza abierta de par en par; era un espectåculo imponente–. Así que tenía un mote, Hipopótamo; pero como ninguno de nosotros había visto ese animal en realidad y dado que los sapos tambiÊn tienen la boca muy grande y para colmo hipopótamo (hema) y sapo (hama) en chino se pronuncian de manera parecida. Liu el Hipopótamo pasó –es de sentido común– a llamarse Liu el Sapo. La idea no había sido mía, pero Êl estuvo haciendo sus pesquisas y llegó a la conclusión de que yo era culpable. Liu el Sapo era hijo de un hÊroe de guerra, y ademås presidente del comitÊ revolucionario de la escuela; ponerle un mote era un delito grave; así, el que PH H[SXOVDUDQ GH OD HVFXHOD \ PH SXVLHran en volandas de patitas en la calle era lógico e inevitable.


opiniĂłn

lo que

Varguitas no dijo RaĂşl PĂŠrez Torres

F

ue en Cali, en agosto de 1974, cuando conocí a Mario Vargas Llosa. Era quizå mi primer Congreso de Escritores, y asistía tembloroso y eufórico junto a tres de mis padres putativos, a saber: Pedro Jorge Vera, Alfredo Pareja Diezcanseco y à ngel Felicísimo Rojas, quienes se codeaban gratamente con Gudiùo Kiefer, Julio Ortega, Jorge Edwars o Fernando Alegría y nos permitían con benevolencia escuchar y hasta participar de esas misas misteriosas en las que DFWXDEDQ FRPR H[SHUWRV R¿FLDQtes, misas que se practicaban a puerta cerrada, casi secretamente, luego de las mesas redondas y las conferencias, entusiasmados por el licor y los cigarrillos y una que otra fanåtica que, como yo, agradecía al Dios de la Literatura esa posibilidad de estar cerca, a la mano, de esos monstruos que con sus mentiras, enriquecían todos nuestros sueùos. Mås aún si todos ellos eran izquierdistas confesos, antiimperialistas, apoyaban la Revolución Cubana, y los movimientos de liberación de Nuestra AmÊrica, y ninguno, se presenWDED WRGDYtD FRPR ³PDU[LVWD GH tendencia Groucho�. A nuestra generación, la de los tzånzicos, el Frente Cultural y la Bufanda del Sol, nos había des-

lumbrado ya La ciudad y los perros, esa nueva manera de contar la metĂĄfora del poder y la lucha, y mĂĄs aĂşn ConversaciĂłn en la Catedral, 1969, derroche de pericia tĂŠcnica, que narra los aĂąos 50, cuando el general Manuel OdrĂ­a propiciĂł ese envilecimiento colectivo, esa corrupciĂłn y frustraciĂłn que le lleva a preguntarse a Zavalita (personaje inolvidable) Âżen quĂŠ momento se habĂ­a jodido el PerĂş? Novela sinfĂłnica, de varios instrumentos y ejecutantes. Ăšnica novela que el propio Vargas Llosa salvarĂ­a de un incendio, como lo dijo alguna vez. Un nuevo novelista, obsesivo, disciplinado, eufĂłrico, valiente, nacĂ­a para sumarse a los cortĂĄzares, a los rulfos, a los onettis, que empezaban a deslumbrar el nuevo y el viejo continente, y nacĂ­a para dar voz a los desposeĂ­dos, para dar a conocer las atrocidades del poder, para enjuiciar con su palabra a los tiranos, sean de donde fueren, empezando por el PerĂş, donde ya habĂ­an prohibido La ciudad y los perros y habĂ­an quemado el libro en la plaza pĂşblica, y luego prohibirĂ­an otros de sus libros y sus pelĂ­culas, como PantaleĂłn y las visitadoras y La casa verde. El boom en verdad, era como un disparo a la burguesĂ­a y a las

clases dominantes. Se delineaba una nueva visiĂłn de esa AmĂŠrica soĂąada por MartĂ­ y probada por Fidel y el pueblo cubano. La utopĂ­a estaba cerca, pero como escribĂ­a Flores Galindo: ÂŤpor GHÂżQLFLyQ XWRStD HV OR TXH QR tiene lugar ni en el espacio ni en el tiempoÂť y como descubre luego Vargas Llosa en su libro sobre JosĂŠ MarĂ­a Arguedas, publicado en 1996: ÂŤla obligaciĂłn moral de dar cuenta de las injusticias de su mundo y de programar su remedio, no es garantĂ­a de que su obra alcance artĂ­sticamente algĂşn valorÂť. AsĂ­ y todo en la dĂŠcada del setenta vivĂ­amos un paraĂ­so de ODV OHWUDV LQVXĂ€DGRV GH IH GH YRluntad y poesĂ­a, pero como dice Proust, no hay mĂĄs paraĂ­sos que los perdidos, y luego, con el correr de los aĂąos, cada cual buscĂł la cantera de sus propias lĂĄgrimas y risas. Ya lo decĂ­a la tĂ­a Julia, parafraseando a Borges ÂŤel tiempo es olvido y es memoriaÂť, Julia Urquide, boliviana que viviĂł con Mario casi una dĂŠcada, la de sus comienzos, que le acompaùó a su beca en EspaĂąa y se puso a trabajar como dactilĂłgrafa en la revista Selecciones del Reader’s Digest, porque el dinero de la beca no alcanzaba. Tiempo en el que no importaba que ella fuera

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diez o mås aùos mayor, ella tambiÊn dolida por la ingratitud del ÀDPDQWH 3UHPLR 1REHO TXH OD abandonó cuando ya era mundialmente reconocido y se casó con Patricia Llosa Urquide, prima hermana de Vargas Llosa y sobrina de Julia. En una última entrevista (Julia Urquide murió hace poco en Bolivia) ella, llena de melancolía decía no me equivoquÊ con Mario en lo literario, como hombre me defraudó, porque los sentimientos no se venden y Varguitas los vendió, Êl ha triunfado gracias a mi obstinación y su enWXVLDVPR FXDQGR HPSH]y HO p[LWR PH H[FOX\yª 6H UHIHUtD D La tía Julia y el escribidor (1977) donde Êl narra sus relaciones íntimas, sin consultarla siquiera, cosa que le pareció impúdica y de mal gusto y le impulsó a escribir su libro contestación Lo que Varguitas no dijo, pero tambiÊn le costó que el Premio Nobel le quitara iracundo las regalías de La ciudad y los perros que ella recibía puntualmente. Vargas Llosa lo ha reiterado siempre: el gÊnero novelesco no ha nacido para contar verdaGHV HVWDV DO SDVDU D OD ¿FFLyQ se vuelven siempre mentiras o tambiÊn todos los novelistas VRQ GLVFUHWRV H[KLELFLRQLVWDVª

y ĂŠl no desperdiciĂł ÂŤesa pasiĂłn de contarse a la vez que cuentaÂť de la que hablaba su amigo JosĂŠ Miguel Oviedo, y quizĂĄ ese libro sea una llaga permanente a su bella y desaforada manera de literaturizar la vida. En todo caso, es enriquecedor rememorar los buenos tiempos de la tĂ­a Julia, cuando junto con Varguitas, en una pequeĂąa buhardilla de ParĂ­s, en la dĂŠcada del sesenta, recibĂ­an a guerrilleros y militantes peruanos o de cualquier parte, como LobatĂłn o amigos del legendario Hugo Blanco. Ella evoca las noches con ese muchaFKLWR H[WUDRUGLQDULR -DYLHU +Hraud, asesinado poco despuĂŠs, o con Julio y Aurora CortĂĄzar, JosĂŠ y Pilar Edwars, Carlos Fuentes y Rita Macedo, o las sobremesas con Miguel Ă ngel Asturias o las salidas a escuchar a Edith Piaf, Yves Montand, Juliette Greco o el inolvidable Aznavour de La Bohemia. 0XMHU ÂżQD H LQWHOLJHQWH OD 7tD Julia fue secretaria privada de BĂĄnzer y luego de Paz Zamora, y cuando estaba de humor recordaba la boĂŽtĂŠ de la Plaza San MartĂ­n, donde apenas entraban, como una premoniciĂłn, el trĂ­o “negronegroâ€? les cantaban aquel pasillo que dice: ÂŤno creas que si tĂş te alejas yo voy a llorar / tendrĂŠ que

buscar otro amor pero que sepa amar‌. Creo que hay varios Vargas Llosa. Yo admiro y amo su literatura porque en ella estå el mås autÊntico y el mås sabio. El PrePLR 1REHO QR HV XQD FDOL¿FDFLyQ D VX H[WUDRUGLQDULD REUD 7DPELpQ se lo dieron a Obama por la paz y antes a Churchill por la literatura. Y no se lo concedieron a Joyce, a Proust, a Kafka, a Borges, que cómicamente creía que ya se lo habían entregado, ni siquiera a Lezama Lima que al decir de Arguedas, sin haber salido jamås de Cuba, sabía mås del Ulises que la propia PenÊlope. Para terminar me permito recurrir a Chesterton que decía: La Biblia dice que amemos a nuestros amigos pero tambiÊn a nuestros enemigos. Probablemente son la misma persona. Las personas que amamos no mueren, quedan encantadas, dice Gonzalo Rojas. Porque hay muertos que no mueren, pero hay tambiÊn muertos que mueren antes de su muerte, como Vargas Llosa, ese que vive en La ciudad y los perros y en La casa verde, pero que estå muerto en su påginas decrÊpitas del diario El País de Espaùa.

Un minuto de silencio por Carlos CalderĂłn Chico

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Era un hombre especial, no pasaba desapercibido. Su fuerte voz acompaĂąada de movimiento de brazos y manos, llenaba el ambiente. El tema: libros, historia y literatura. Con un nuevo proyecto en mente, con un libro o una revista en camino. En los primeros dĂ­as del aĂąo, la muerte se llevĂł a nuestro querido amigo. Un extraordinario gestor cultural, gran investigador de las letras y la historia; compaĂąero de ruta, asiduo colaborador de nuestros proyectos editoriales. Para quienes seguimos caminando por los senderos de la cultura, su nombre estarĂĄ siempre presente.


actualidad

pensamiento complejo

Edgar Morin

Patricio Viteri Paredes

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La ciencia se ha vuelto ciega por su incapacidad de controlar, prever, incluso concebir su rol social, por su incapacidad de integrar, articular, reflexionar sus propios conocimientos.

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DUD HO ÂżOyVRIR IUDQFpV (GJDU Morin, nuestra ĂŠpoca neceVLWD VLWXDU WRGR HQ HO FRQWH[WR y en la complejidad de nuestro planeta. Y para ĂŠl, la complejidad es un tejido de elementos inseparablemente asociados: ÂŤHay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo (como el econĂłmico, polĂ­tico, sociolĂłgico, psicolĂłgico, DIHFWLYR PLWROyJLFR \ H[LVWH XQ tejido interdependiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto GH FRQRFLPLHQWR \ VX FRQWH[WR ODV partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre ellas. Por esto, la complejidad es la uniĂłn entre la unidad y la multiplicidadÂť. Pero un todo no es la suma de sus partes: el todo tiene cualidades o propiedades que no se encuentran en las partes. Si de un ĂĄrbol VyOR QRV ÂżMDPRV HQ ODV UDtFHV R solamente en el tronco o la copa, no podremos conocer con integridad quĂŠ es un ĂĄrbol, pues el conocimiento de los elementos DLVODGRV HV LQVXÂżFLHQWH En los seres humanos y en los seres vivos el todo tambiĂŠn se encuentra al interior de las partes: cada cĂŠlula contiene la totalidad del patrimonio genĂŠtico de un organismo; tambiĂŠn la sociedad como un todo estĂĄ presente en el interior de cada individuo en su lenguaje, su saber, sus obligaciones, sus normas. Y, asĂ­ mismo, cada individuo contiene el todo del cual forma parte. 3HUR HO H[WUDRUGLQDULR DYDQFH FLHQWtÂżFR TXH VH SURGXMR HQ HO VLJOR ;; LPSOLFy XQD KLSHUHVSHcializaciĂłn de las disciplinas que, concentradas en sĂ­ mismas, establecieron la disyunciĂłn entre las humanidades y las ciencias. Es decir, las ciencias obedecĂ­an al principio de reducciĂłn, que disminuye el conocimiento de un todo al conocimiento de sus partes, y que restringe lo complejo a lo simple.

P

La hiperespecialización impide ver tanto lo global como lo esencial, e impide tratar correctamente los problemas particulares que sólo pueden ser planteados y pensados HQ XQ FRQWH[WR $O PLVPR WLHPSR la división de las disciplinas imposibilita aprehender lo que estå tejido en conjunto, es decir lo complejo. Mientras que la cultura general incita a la búsqueda de la FRQWH[WXDOL]DFLyQ GH FXDOTXLHU información o de cualquier idea, OD FXOWXUD FLHQWt¿FD \ WpFQLFD parcela, desune y compartimenta los saberes haciendo cada vez mås GLItFLO VX FRQWH[WXDOL]DFLyQ El pensador francÊs utiliza una cita de Heidegger para ilustrar la desazón contemporånea: Ninguna Êpoca ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos quÊ es el hombre. Los cuatro pilares del mundo moderno –la ciencia, la tÊcnica, la economía y la ganancia– dejaron a un lado la integridad humana. La ciencia se ha vuelto ciega por su incapacidad de controlar, prever, incluso concebir su rol social, por su incapacidad de LQWHJUDU DUWLFXODU UHÀH[LRQDU VXV propios conocimientos. Por tanto es necesaria y posible la unidad de la ciencia. Una ciencia que sea capaz de aprehender, al mismo tiempo, unidad y diversidad, continuidad y rupturas; es decir una perspectiva transdisciplinaria que atraviese la Física, la Biología y la Antropología. La fragmentación de los saberes no puede capturar la cualidad multidimensional de los fenómenos humanos. El pensamiento complejo trata de relacionar los conocimientos dentro de este tejido interdependiente, restituyÊndolos D VX FRQWH[WR UHLQVHUWiQGRORV \ religåndolos en la globalidad a la cual pertenecen. El ser humano o


ÂŤDeberĂ­amos poder vivir sin sacrificar el presente por el futuro, sin abandonar tampoco el pasado: necesitamos conservar una herencia culturalÂť. la sociedad son multidimensionales: el ser humano es a la vez biolĂłgico, psĂ­quico, social, afectivo, racional; la sociedad abarca dimensiones histĂłricas, econĂłmicas, sociolĂłgicas, religiosas, etc. Morin nos dice: ÂŤQue se entienda desde ahora mi camino: es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes, antagonistas, pero inseparables ante mis ojos; se trata, ciertamente, de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata, en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo, una teorĂ­a, una lĂłgica, una epistemologĂ­a de la complejidad que pueda resultarle conveniente al conocimiento del hombre. Por lo tanto lo que se busca aquĂ­ es la unidad del hombre y, al mismo tiempo, la teorĂ­a de la mĂĄs alta complejidad humanaÂť. Es decir que el hombre como individuo, como sociedad y como especie se encuentra en el vĂŠrtice de la antropolĂ­tica de Morin. Pero el hombre, ademĂĄs, debe tomar conciencia de que se encuentra en una comunidad de destino con los otros hombres, con la Tierra-Patria y con el cosmos. Lo que distingue al hombre de un primate es que el primero es, ademĂĄs de un ser completamente biolĂłgico, un ser completamente cultural. La cultura acumula en sĂ­ lo que se conserva, transmite, aprende. La cultura no es innata sino un hecho humano fundamental, pues estĂĄ constituida por el conjunto de los saberes, saber-hacer, reglas, normas, interdicciones, estrategias, creencias, ideas, valores, mitos que se transmiten de generaciĂłn en generaciĂłn, se reproducen en cada individuo, controlan OD H[LVWHQFLD GH OD VRFLHGDG \ PDQWLHQHQ OD FRPSOHMLGDG psicolĂłgica y social. Edgar Morin concluye: ÂŤDeberĂ­amos poder vivir VLQ VDFULÂżFDU HO SUHVHQWH SRU HO IXWXUR VLQ DEDQdonar tampoco el pasado: necesitamos conservar una KHUHQFLD FXOWXUDO 1HFHVLWDPRV PDQWHQHU OD ÂżGHOLGDG a nuestras raĂ­ces. Debemos vivir no sĂłlo de un modo utilitario y funcional sino tambiĂŠn de un modo poĂŠtico, siendo el estado poĂŠtico aquel al que nos hacen acceder HO DPRU OD FRPXQLyQ OD ÂżHVWD HO M~ELOR TXH FXOPLQD HQ HO p[WDVLVÂŞ

BiografĂ­a Nace en ParĂ­s el 8 de julio de 1921, en una familia de origen judĂ­o sefardĂ­. Desde los 15 aĂąos se involucra en actividades polĂ­ticas revolucionarias y en 1941 ingresa en el Partido Comunista FrancĂŠs. Al aĂąo siguiente obtiene la licenciatura en Historia, GeografĂ­a y Derecho en la Sorbona. Participa en la Resistencia durante la ocupaciĂłn alemana y al ÂżQDOL]DU OD JXHUUD VH FDVD HQ (Q LQJUHVD DO &HQWUR 1DFLRQDO GH ,QYHVWLJDFLyQ &LHQWtÂżFD GH )UDQFLD &156 \ HVH PLVPR DxR HV H[SXOVDGR GHO 3DUWLGR &RPXQLVWD SRU VXV crĂ­ticas al estalinismo soviĂŠtico. En 1960 funda el Centro de Estudios de Comunicaciones de Masas (CECMAS) y en 1962, junto con Roland Barthes, la revista Communications. Fue profesor de prestigiosas universidades francesas, brasileĂąas y estadounidenses; ha escrito mĂĄs de 50 libros UHOHYDQWHV \ UHDOL]y YDULDV REUDV FLQHPDWRJUiÂżFDV OH KDQ otorgado muchos premios y condecoraciones en Europa y AmĂŠrica. El 26 de noviembre de 2012 dio en Quito la conferencia, La VĂ­a. Para el futuro de la humanidad, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

BibliografĂ­a Galvani, Pascal y Cecilia Espinosa. Edgar Morin: La vĂ­a para el futuro de la humanidad. www.ceuarkos.com/ YLVLRQBGRFHQWH LQGH[ KWP Grinberg, Miguel. Edgar Morin y el Pensamiento Complejo (GLWRULDO $OIDRPHJD 0p[LFR Morin, Edgar. IntroducciĂłn al Pensamiento Complejo. Gedisa, Barcelona, 1998. Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educaciĂłn del futuro. UNESCO, ParĂ­s, 1999. Morin, Edgar. El Paradigma Perdido. Ensayo de BioantropologĂ­a. Editorial KairĂłs, Barcelona, 1996. Multiuniversidad Mundo Real. Edgar Morin, El Padre del Pensamiento Complejo. http://www.edgarmorin.org/ ELRJUDÂżD HGJDU PRULQ KWPO

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EliĂŠcer CĂĄr BIOGRAFĂ?A PORTĂ TIL El pasado diciembre EliĂŠcer CĂĄrdenas estuvo de cumpleaĂąos. 63 velas en el pastel no fueron muchas si se considera todo lo que este novelista nacido en CaĂąar ha escrito. Fue un activo militante de izquierda e incluso cayĂł preso durante la dictadura civil de Velasco Ibarra por defender los derechos de los estudiantes. Como muchos escritores de su generaciĂłn estuvo influido por el indigenismo, el modernismo y el existencialismo y escribiĂł su primer cuento: “Hoy al Generalâ€? a los quince aĂąos de edad. EstudiĂł Jurisprudencia en la Universidad Central de Quito. Se licenciĂł en Ciencias Sociales. TrabajĂł como reportero y jefe de redacciĂłn de diario El Tiempo, se dice supersticioso y catĂłlico aunque no practicante, cree en la labor pastoral hacia los indĂ­genas y teme al diablo que todos llevamos dentro.

Uno, de los padres, sĂłlo hereda lo malo, pero ÂżincidiĂł en su vida el haber sido hijo de un contador de historias y de una profesora? 'H KHFKR HO HQWRUQR IDPLOLDU LQĂ€XyĂł decisivamente en mi vocaciĂłn de escritor. Mi mamĂĄ, como maestra, me enseùó desde pequeĂąo la pasiĂłn por la lectura. En cambio mi padre era un gran narrador oral, me dio un mundo mĂ­tico y fantĂĄstico que luego aprovecharĂ­a en mi labor literaria. Cuando estaba en el colegio tenĂ­a fama de rebelde, Âżcontra quĂŠ se rebelaba? Bueno, mi rebeldĂ­a se dirigĂ­a principalmente contra los prejuicios de un colegio religioso y clasista, y paulatinamente hacia el conjunto de la sociedad que me parecĂ­a injusta e inequitativa. A los 17 aĂąos, a causa de una decepciĂłn amorosa quiso suicidarse. ÂżPensĂł cĂłmo iba a hacerlo? Realmente se tratĂł de una salida un poco melodramĂĄtica, pues en el fondo nunca quise quitarme la vida, porque amo vivir. QuizĂĄ se tratĂł de una tentativa inspirada en novelas y pelĂ­culas romĂĄnticas que veĂ­a y leĂ­a con avidez.

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En la Universidad hizo taller con Ulises Estrella, Raúl PÊrez Torres e Ivån Égßez. ¿Cómo recuerda aquel tiempo? Propiamente no formÊ parte del Taller de la Bufanda del Sol, aunque fue importante conocer a quienes ya tenían un prestigio literario y habían publicado libros, ademås


denas

magnetĂłfono

PaĂşl Hermann

eran animadores culturales de primera importancia, por lo tanto ellos fueron un estĂ­mulo para mi incipiente formaciĂłn literaria de entonces. Su primera novela; Juego de MĂĄrtires (1976), trata sobre la frustraciĂłn de un hombre que vegeta en un empleo pĂşblico y que narra historias de familia. ÂżLa OLWHUDWXUD GHEH VHU ELRJUiÂżFD" Toda narrativa es, de un modo u RWUR DXWRELRJUiÂżFD (Q Juego de MĂĄrtires enfoquĂŠ un mundo de decadencia familiar y de falta de estĂ­mulo vital en su protagonista, talvez porque hubo personajes y situaciones familiares que posibilitaron ese argumento, aunque el tema fue transformado radicalmente y es una novela ciento por FLHQWR ÂżFFLRQDO Dice que en 1977 empezĂł a escribir por las noches Polvo y Ceniza. ÂżContinuĂł siendo un autor nocturno o aprendiĂł a escribir tambiĂŠn con luz natural? En l977 ya me habĂ­a casado, y tenĂ­a alguna ocupaciĂłn provisional, lo que me daba tiempo para dedicarme a escribir sobre todo en las tardes. AsĂ­ comencĂŠ a concebir Polvo y Ceniza, como la historia mĂ­tica y popular del bandolero NaĂşn Briones, que ya habĂ­a tenido una abundante literatura, pero mĂĄs bien de carĂĄcter anĂłnimo, lo que se llamarĂ­a una “subliteraturaâ€? que narraba sus hazaĂąas, asĂ­ como poemas populares tambiĂŠn anĂłnimos.

ÂżImaginĂł el ĂŠxito que tuvo Polvo y Ceniza? 1R SHQVp HQ HO p[LWR GH OD QRYHla, mĂĄs tuve dudas porque era la ĂŠpoca de las novelas introspectivas, por lo menos en el EcuaGRU 3HQVp TXH SRGtDQ FDOLÂżFDU D mi obra como un remanente del realismo social de los 30, aunque por supuesto yo habĂ­a procurado apartarme lo mĂĄs posible de esa literatura de denuncia, basada en esquemas de buenos y malos. Por entonces ya habĂ­a asimilado los procesos modernos de la novelĂ­stica latinoamericana, el neorrealismo italiano, y la obra de William Faulkner, que fue decisiva no sĂłlo para mĂ­ sino para una serie de narradores ecuatorianos y latinoamericanos. La novela ganĂł el Concurso convocado por la CCE, pero Galo RenĂŠ PĂŠrez no la publicĂł. Le recuerdo esto para preguntarle: ÂżEditar en Ecuador ha sido difĂ­cil? Lamentablemente y por alguna UD]yQ TXH QR PH H[SOLFR ODV EDses del concurso de novela convocado por la CCE de entonces, no incluĂ­a la publicaciĂłn del libro, y asĂ­ tuve que esperar a que un amigo mĂ­o ya fallecido, que era un poco de todo, inclusive editor, realizara la primera ediciĂłn de Polvo y Ceniza, con trabajos en varias imprentas a las que debĂ­a dinero. De todos modos, la primera ediciĂłn se agotĂł rĂĄpidamente, gracias tambiĂŠn a que mi

papĂĄ se dedicĂł a regalar ejemplares a todos cuantos conocĂ­a. ÂżSu mejor trabajo es Polvo y Ceniza? Creo que hay un prejuicio en torno a Polvo y Ceniza, quizĂĄ por ser mi obra mĂĄs conocida y para muchos la Ăşnica que han leĂ­do de mi autorĂ­a, sin embargo considero que tengo otras obras a la altura de Polvo y Ceniza, aunque no han sido difundidas como ella, por ejemplo Los diamantes y los hombres de provecho, Una silla para Dios, HĂĄblanos BolĂ­var, Las humanas certezas, Los libros de relatos: Siempre se mira al cielo, La incompleta hermosura, etc. Polvo y Ceniza ha sido publicada por varias editoriales del Ecuador y del extranjero, pero tambiĂŠn ha tenido ediciones piratas, esto es algo que le ha negado dinero, Âżpero no ha alimentado tambiĂŠn su ego? Creo que toda persona tiene en mayor o menor medida su ego, pero en mi caso me ha producido satisfacciĂłn saberme leĂ­do, aunque de hecho mis obras no me han producido mucho dinero, incluida Polvo y Ceniza. Otras novelas histĂłricas se hicieron antes, A la Costa, por ejemplo, pero Âżfunda usted en Ecuador la novela del bandolerismo? No precisamente. En los aĂąos 30 del siglo veinte, el escritor Gerardo Gallegos escribiĂł una 13


interesante novela sobre el bandolerismo fronterizo que se llama Eladio Segura, pero no se trata de un bandolero social como NaĂşn, sino de un simple salteador de caminos, sin ninguna aureola en el pueblo. ÂżSintiĂł despuĂŠs de Polvo y Ceniza una inmensa responsabilidad? DespuĂŠs de Polvo y Ceniza, simplemente seguĂ­ escribiendo, apartĂĄndome, por supuesto, de la temĂĄtica del bandolerismo, que la retomĂŠ muchos aĂąos despuĂŠs con El Ă rbol de los quemados, en una saga que concluye con una novela aĂşn inĂŠdita. La crĂ­tica que en eso se parece a los arcanos, habĂ­a decidido de antemano que yo serĂ­a el autor de Polvo y Ceniza y el resto ya no importaba, y asĂ­ se dieron los casos insĂłlitos de que comentaban desfavorablemente mis obras posteriores sin haberlas leĂ­do siquiera. Cosas de nuestra crĂ­tica. Tres aĂąos despuĂŠs de Polvo y Ceniza, publicĂł Del silencio profundo, novela sobre un lustrabotas y su familia que, pese a sus dos ediciones, ha tenido escasa difusiĂłn. ÂżLa trabajĂł pensando que podrĂ­a superar su trabajo anterior? Fue una novela lĂ­rica, en la cual la pobreza de una familia humilde alcanza creo yo, niveles de humanidad y poesĂ­a, por supuesto, sin tratar de edulcorar en manera alguna la miseria. Su viaje a Cuba en 1986, el respeto de Cuba por sus hĂŠroes, Âżlo motivĂł a escribir y a publicar HĂĄblanos BolĂ­var? HĂĄblanos BolĂ­var se publicĂł poco despuĂŠs de mi primer viaje a Cuba, que fue en l981, y no tuvo nada que ver con ningĂşn culto a los hĂŠroes porque el tema de la novela no es BolĂ­var, sino el ha14

llazgo de unos manuscritos que probarían en la novela que el Libertador fue asesinado, teoría que frecuentemente ha sido planteada en la realidad, creo que sin fundamento. En el 85 editó un libro de Relatos Siempre se mira el cielo, con cuatro historias sobre niùos‌ No solamente son historias sobre niùos, hay tambiÊn una en la cual el personaje es un adulto. Fue mi segunda obra de relatos, ya que la primera es Hoy al General. Las humanas certezas, su siguiente novela, recoge sus experiencias como político y su relación con una comunidad indígena del Caùar. ¿Sintió la necesidad de expresar, no sólo el mundo mestizo, sino tambiÊn el indígena? Efectivamente, Las humanas certezas surgió de una campaùa política en las comunidades de Caùar, tratÊ en ella de abordar el mundo mítico a travÊs de personajes que son animales, un årbol y objetos inanimados como una camisa, para narrar la historia de una comunidad en lucha entre la tradición y el progreso. Los diamantes y los hombres de provecho es una novela en la que SXVR GH PDQL¿HVWR VXV SUHRFXpaciones revolucionarias. ¿Se propuso hacer literatura políticamente comprometida, o eran temas que se imponían por sí solos? Los diamantes y los hombres de provecho es una de las obras que mås aprecio, porque es la mås DXWRELRJUi¿FD D SDUWLU GH DPLVtades que tuve en los inicios de mi vida política, como estudiante de izquierda, pero no solamente es una novela política, sino una novela de formación, eso que los alemanes llaman una Bildung

Roman, o novela formaciĂłn, de aprendizaje. Publica posteriormente la novela histĂłrica Diario de un idĂłlatra, en la que se plantea mayores desafĂ­os tĂŠcnicos. ÂżHa querido ser un autor experimental o considera que para escribir una nueva novela hay que limitarse a narrar con correcciĂłn y belleza una buena historia? En mi obra narrativa, siempre ha H[LVWLGR XQ DIiQ GH H[SHULPHQtar, de no repetirme, y de abordar nuevas temĂĄticas, lĂłgicamente bajo puntos de vista y tĂŠcnicas diferentes. Diario de un idĂłlatra HV XQD GH ODV QRYHODV PiV H[SHULmentales que he escrito. Ha publicado ademĂĄs libros para nixRV ¢(V DOJR TXH OR JUDWLÂżFD" Para mĂ­ ha sido un deber escribir para la infancia, porque son los lectores de hoy y del maĂąana y es preciso cultivar la lectura desde la mĂĄs tierna edad. Creo que HV PX\ JUDWLÂżFDQWH HVFULELU SDUD niĂąos. (V XQ DXWRU SUROtÂżFR ¢7LHQH XQ KRUDULR ÂżMR" 0H FRQVLGHUR XQ DXWRU SUROtÂżFR y eso que no escribo mĂĄs allĂĄ de media hora diaria, eso sĂ­ todos los dĂ­as, salvo sĂĄbados y domingos. ÂżSon placenteras las horas que le dedica a la escritura? MĂĄs que placenteras, me parecen vitales los minutos que dedico a la escritura creativa, sea novela, cuento, teatro. ÂżReescribe? Por supuesto, es necesario reescribir, aunque por lo general no paso de una segunda escritura. Siempre tuvo tendencia a la novela social‌


Efectivamente, para mí la novela debe recrear mundos y personajes con todas sus contradicciones LQWHUQDV \ H[WHULRUHV HQ XQ XQLverso social, inclusive mis personajes mås solitarios estån permeados por lo social. ¿Hay en su obra intenciones didåcticas? Conscientemente no he tratado de dar lecciones con mis obras, aunque quizå se desprenden forzosamente en algunas circunstancias. Hemingway decía que para escribir bien hay que estar enamorado. ¿Comparte esa opinión? Sigo otra frase que me parece mås interesante, que pertenece a Malcolm Lowry, y que dice puedo escribir con hambre o con frío, llueva o escampe, eso es lo que hace maravilloso escribir. Hemingway tambiÊn decía que el periodismo es bueno para la literatura siempre y cuando uno se retire a tiempo. Usted, como redactor primero, y jefe de redacción despuÊs, de diario El Tiempo, no podría compartir esa opinión‌ Por cierto que el periodismo siempre es un riesgo latente. Hay que evitar la confusión de escriELU UHODWRV GH ¿FFLyQ HQ SHULRGLVmo o escribir crónica periodística en creación literaria. El Pinar de Segismundo es una novela que habla de los aùos mås ricos del país en lo que a cultura VH UH¿HUH HV XQD GH HVDV QRYHODV que todos habríamos querido escribir. ¿Usted elige los temas o los temas lo eligen a usted? Se trata mås bien de intuiciones literarias, uno halla un tema, pero tiene que irlo imaginando minu-

ciosamente antes de escribirlo. En efecto, El Pinar de Segismundo es una especie de homenaje irĂłnico a nuestros mayores en literatura, con sus manĂ­as, sectarismos y obsesiones. El Pinar de Segismundo es una novela con mucho humor. Hacer reĂ­r a los lectores con una obra literaria es algo muy difĂ­cil de lograr. ÂżUsted siempre quiso hacerlo? Es una novela que necesitaba del humor para ser accesible, caso contrario creo yo que hubiera sido un acto fallido y los personajes habrĂ­an salido acartonados e inautĂŠnticos. No olvidemos que son personajes literarios, aunque lleven los nombres de personas reales. ¢6H VLHQWH LQĂ€XLGR SRU OR TXH OHH cuando estĂĄ escribiendo? SĂ­, siempre necesito leer a alguno de mis autores favoritos cuando estoy escribiendo, por ejemplo a Carlos Fuentes, A Dos Passos, Cesare Pavese o JosĂŠ de la Cuadra.

El Pinar de Segismundo (Fragmento) -ÂĄSeĂąor! -espetĂł la voz ĂĄspera de aquel a quien el pueblo denominaba “Profetaâ€?-, la cultura no es esto. Yo pensĂŠ en otra cosa muy distinta al firmar el decreto que fundaba la Casa. SeĂąalĂł con su largo imperativo Ă­ndice, al montĂłn de impresos desparramados en el escritorio-: Ustedes, los intelectuales izquierdizantes creen que ya no leo. Lo hago, cuando me queda un poco de tiempo libre y me engolfo en mis obras favoritas: Lamenais, Taine, Spencer, la historia nacional del arzobispo GonzĂĄlez SuĂĄrez. Pero ahora han llegado a mis manos estos verdaderos engendros de anarquĂ­a, perversidad e incultura. SĂ­, seĂąor, de incul-tu-ra. ÂżCĂłmo es posible que la instituciĂłn que usted dirige publique tanta basura de albaĂąal?

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ÂżOtros escritores le han enseĂąaGR FRVDV VREUH HO RÂżFLR" Creo que todos los escritores que he leĂ­do, inclusive los menos importantes me han enseĂąado algo. TambiĂŠn la conversaciĂłn con otros colegas instruye, y eso es bueno. ÂżQuĂŠ ha aprendido sobre literatura de otras artes? 1XQFD VH DSUHQGH OR VXÂżFLHQWH pero creo que la literatura permite abordar las diversas artes, desde la Ăłptica de la creaciĂłn, pin-

tura, mĂşsica, teatro, danza, cine sobre todo. ÂżPiensa que los escritores ecuatorianos competimos entre nosotros? Los escritores ecuatorianos, generalmente no competimos. Nuestro mercado es muy pequeĂąo y mĂĄs bien necesitamos ir juntos antes que competir, aunque claro, especialmente los mĂĄs jĂłvenes consideran a la carrera literaria como una competencia a veces desleal.

Usted ha querido vivir en Cuenca para tener una vida menos tensionante, Âżpero esto no le ha privado un poco del reconocimiento que ha merecido? El Ecuador es un paĂ­s pequeĂąo y se puede vivir en cualquier parte sin que eso perjudique seriamente una carrera literaria. Por supuesto, vivir en la capital genera ciertas ventajas, pero estas son mĂĄs de oportunidades de viajar que literarias en sĂ­. Talvez ventajas editoriales, pero Cuenca es una buena ciudad para escribir.

butaca

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Lolita

Camera buff

Toda la precisiĂłn tĂŠcnica, todo el simbolismo del cineasta norteamericano al servicio de la obra literaria mĂĄs lograda de Vladimir Nabokov. Fue presentada en 1962 y desde entonces se ha convertido en la inspiraciĂłn de miles de cineastas y amantes del sĂŠptimo arte alrededor del mundo. (O ÂżOP FXHQWD OD KLVWRULD GH +XPEHUW catedrĂĄtico europeo de edad madura, que se enamora de la belleza y malicia de una adolescente; todo lo que hace por hacerla suya y las intrigas que terminan por desbarrancarlos.

Inmenso y poĂŠtico tributo al cine del director polaco Krzysztof Kieslowski. En un paĂ­s situado detrĂĄs del telĂłn de acero, el trabajador de una fĂĄbrica se ve convertido en el encargado de registrar los sucesos laborales con la cĂĄmara que FRPSUy SDUD ÂżOPDU HO QDFLPLHQWR GH VX hijo. MĂĄs temprano que tarde descubre que siente mĂĄs pasiĂłn por el cine que por su propia familia y mĂĄs necesidad de registrar poĂŠticamente su universo que documentar la polĂ­tica laboral.

No

Old boy

En 1988, cuando los Estados Unidos consideraron que las dictaduras que crearon en los paĂ­ses latinoamericanos GHEtDQ OOHJDU D VX ÂżQ $XJXVWR 3LQRFKHW VH ve obligado a convocar a elecciones para intentar continuar en el poder de manera democrĂĄtica. La campaĂąa por el No la realiza un publicista joven, desde el interior mismo de medios adscritos al poder, apoyĂĄndose en el discurso de la nueva ĂŠpoca. PelĂ­cula imprescindible en la que se puede escuchar a Gael GarcĂ­a hablando con acento chileno.

Cierto día un ser vital y mundano es encerrado en una habitación sin mås compaùía que un televisor que trasmite películas violentas; estimulado por estas y para no enloquecer, Old boy se convierte en un autÊntico maestro de las artes marciales, y cuando es liberado aniquila a sus captores sin mås armas que su cuerpo y un martillo. La razón por la cual fue encerrado, el director NRUHDQR .LP .L 'XN OD UHYHOD DO ¿QDO


boceto

Patricio Herrera Crespo ÂŤ

E

n 1882 comprÊ este libro al hijo del seùor Sebastiån Viderí en 2 pesos, el modelo de encuadernación, es bien hecho, escribía Joaquín Pinto en la primera pågina de lo que sería su à lbum particular, XQ SHTXHxR OLEUR GH [ FP TXH UHcogería, en sus 201 påginas, apuntes en dibujos y palabras de uno de los mås grandes artistas ecuatorianos GHO VLJOR ;,; Joaquín Pinto (1842 – 1906) que, a decir de JosÊ Gabriel Navarro ‌fue un raro ingenio, inteligente, culto y creador, laborioso en su profesión, pintor ilustre y gran acuarelista, desde pequeùo demostró su inclinación a la pintura por lo que buscó adquirir conocimientos en la escuela de Cipriano Borja y posteriormente en los talleres de varios artistas. Sin embarJR HO TXH PiV LQÀX\y HQ VX SUHSDUDFLyQ IXH HO SLQWRU Nicolås Cabrera, quien, ademås, acercó a Pinto al Tratado de Pintura de Manuel Samaniego y le aconsejó que copiara los cuadros de los Profetas de Goríbar. Fue entonces, ntonces, según Navarro que Pinto encontró su ro y su camino y por Êl se fue con maestro talentoo y sin titubear.

A la muerte de su maestro, Pinto se dedica de lleno a la pintura y a profundizar sus conocimientos en una formación autodidacta. Recibe la inÀXHQFLD GH ODV DFXDUHODV FRVWXPEULVWDV GH &KDUWRQ y Manosalvas, que posteriormente le llevaría a realizar acuarelas sobre los personajes costumbristas que Juan León Mera presentó en sus coplas, en un intento por rescatar el folclor y las tradiciones populares que completaría con otra serie aùos despuÊs. Dibujó y pintó el Ecuador, recorriendo sus paisajes. Bocetó y anotó lo que sus ojos miraban y admiraban: PRQWDxDV YDOOHV \ OODQXUDV ÀRUD IDXQD LQFRUSRUDQGR anotaciones para registrar sus características y ubicación. 7DPELpQ GRFXPHQWy ODV H[FDYDFLRQHV TXH PRQVHùor Federico Gonzålez Suårez realizó en el norte del país, dibujando posteriormente una serie de piezas caùaris que fueron incluidas en los libros Estudio histórico sobre los Caùaris (1878), Atlas Arqueológico (1910) y Los Aborígenes de Imbabura y del Carchi (1910). Igualmente ilustró el libro Faune Malacologique de la Republique de l’Equateur, libro de malacología publicado en 1897 en el Boletín de la Sociedad Zoológica de Francia, para el que compuso 36 óleos sobre papel, de caracoles y moluscos. En los últimos veinte aùos de su vida, Pinto se dedicó tambiÊn a la enseùanza, dictando clases particulares en su domicilio, y la cåtedra de dibujo en el colegio San Pedro Pascual. Posteriormente dirigió en Cuenca la Academia de Dibujo y Pintura y a continuación dictó cåtedra en la Escuela de Bellas Artes en Quito hasta su fallecimiento, el 24 de junio de 1906. Con esta etapa coincide su decisión de escribir y dibujar sus vivencias en este pequeùo libro al que llamaría à lbum particular, recordando que ya en sus viajes por el país bocetó, dibujó y registró con apuntes, ubicación, características y otras referencias los sitios tra que visitaba y que trasladaría al papel TambiÊn lienzo o al papel. fechó mucho muchos de sus bocetos, dibujos, apunt apuntes y obras co con el seudónimo

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Ipton, nombre compuesto por las letras de su apellido. El libro se encuentra en el Museo de la Casa de la Cultura desde 1938, cuando la colección particular de don Alfredo Flores y Caamaño fue adquirida por el Gobierno Nacional para la creación del Museo Único que después sería absorbido por la CCE. Este coleccionista había sido uno de los compradores de la obra de Joaquín Pinto que fue vendida por su familia que enfrentó graves problemas económicos después de su fallecimiento. Por este legado, la Casa de la Cultura cuenta hoy con la más grande muestra de Joaquín Pinto. Alrededor de 220 obras que incluyen bocetos, dibujos a lápiz y carboncillo, tintas, óleos, acuarelas y pasteles. Además tres libros: El estudio de los Aborígenes de Imbabura y Carchi, otro con cinco láminas de paisajes en acuarela y el Álbum Particular, motivo central de este artículo. Según la museóloga en arte Verónica Muñoz R., quien ha realizado un estudio del libro, «se trata de un FXDGHUQR GH WUDEDMR GH [ cm., en pasta dura», forrado con papel marmoleado y papel café imitación cuero. Tenía 199 páginas numeradas por Pinto. Es precisamente el coleccionista Alfredo Flores y Caamaño quien, en 1930, escribe en las dos primeras hojas sin numerar, lo siguiente: «Álbum particular de don Joaquín Pinto. Total de páginas 199, Dibujos 117 sin contar dobles, triples, etc. en cada página. Páginas blancas, lecciones y preceptos, las demás. Páginas que faltan: 27, 34, 66». Volviendo a la investigación de Verónica Muñoz ahora falta también la página 16, por lo que se cambió la numeración de las páginas 17 y 18 que aparecen como 16 y 17, pasando directamente a la 19. Además están en blanco, pero numeradas, las páginas 95, 96 y de la 126 a la 167. Sobre el contenido del libro dice Muñoz: «se puede dividir en dos partes principales, la primera compuesta


Esta rara joya bibliogrĂĄfica, un legado trascendental en la historia del arte ecuatoriano, por pertenecer a uno de los mĂĄs grandes pintores, y que ha permanecido en custodia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

por bocetos, estudios preparatorios, apuntes visuales, garabateos, etc. En repetidas ocasiones se puede encontrar en la misma hoja bocetos de temas variados. La segunda parte se distingue por FRQWHQHU DSXQWHV GH WH[WR FRQ IUDses, comentarios, transcripciones,

apuntes de libros de pintura, estĂŠtica, etc. Muchas pĂĄginas tienen WH[WR HQ ODV GRV FDULOODVÂŞ (VWD UDUD MR\D ELEOLRJUiÂżFD XQ legado trascendental en la historia del arte ecuatoriano, por pertenecer a uno de los mĂĄs grandes pintores, y que ha permanecido en

custodia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, serĂĄ dada a conocer al pĂşblico por decisiĂłn de la actual administraciĂłn que ha resuelto realizar una ediciĂłn facsimilar. El Ă lbum Particular de Pinto estarĂĄ en manos del pĂşblico en el primer trimestre de este aĂąo.

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Malabares

en su tinta Fernando Balseca

A

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unque uno de los ejes temĂĄticos de esta novela es consignar las peripecias que aparecen en la bĂşsqueda de un muchacho llamado Irigilbert, que ha desaparecido misteULRVDPHQWH VH SXHGH DÂżUPDU TXH todo Malabares en su tinta es el relato de un plural rastreo de lenguajes, de historias, de imposibles certezas, de personajes y personas que llevamos dentro y fuera, de sueĂąos desvanecidos; HQ ÂżQ HV XQD QDUUDFLyQ TXH VH SURSRQH XQ HVIXHU]R SRU H[SORUDU la totalidad, lo cual ha sido el cometido de las grandes novelas. 7HQHPRV SXHV XQ WH[WR HQ HO TXH el autor/narrador trata de plasmar la idea de que, en el momento en que se produce la escritura –y la posterior correcciĂłn–, es posible decirlo todo y abordarlo todo de manera coherente. Asombra este esfuerzo por recorrer parte de una vida como si fuera la vida entera. A lo largo de las 350 pĂĄginas se introducen varias voces que cuentan su visiĂłn de los hechos narrados; sin embargo, la sensaciĂłn del lector es que ese conjunto de hablantes podrĂ­a ser el resultado de una sola voz creadora, llamada “mi SeĂąorâ€? por uno de los narradores. No cabe duda: el poder de OD ÂżFFLyQ HV WDQ ELHQ PDQHMDGR HQ estas pĂĄginas que nos hace creer TXH HQ OD SOXUDOLGDG H[LVWH XQ XQR \ TXH HQ HO XQR VH H[SUHVD XQD FRPXQLGDG $ ÂżQ GH FXHQWDV VL OR

pensamos un poquito, siempre hay muchos yoes en una sola persona, no se diga en unos personajes que estĂĄn ahĂ­ para constatar los alcances creadores de la palabra literaria. AsĂ­, los personajes se entrometen en los parlamentos de otros personajes, intervienen, subrayan, PDQLÂżHVWDQ VXV GHVDFXHUGRV OR que crea una sensaciĂłn de que la verdad no proviene, bajo ninguna circunstancia, de un solo polo sino que es producto del cruce de informaciĂłn y de memoria de muchos actores y participantes. La literatura, en medio del ambiente social en que vivimos actualmente, viene a demostrar, una vez mĂĄs, que es una forma adecuada para quebrar esa creencia por la cual alguien puede pensarse dueĂąo de la verdad. En este sentido, la novela

de IvĂĄn es polĂ­tica, porque provee a sus lectores de instrumentos para entender crĂ­ticamente el entorno en que cada uno vive, en soledad y en colectividad. Dado que leemos aquĂ­ y ahora, hay una serie de alusiones que pueden ser interpretadas como un clarĂ­simo intento por hacer del discurso de la literatura uno que interviene en realidad, para ampliar en los lectores la perspectiva de ver las cosas. Lo primero que salta a la vista, incluso antes de enterarnos cabalmente quĂŠ mismo va contando la novela, es el gusto siempre renovado de IvĂĄn ÉgĂźez por la palabra literaria, pues el libro que tenemos entre manos muestra tambiĂŠn un entusiasmo convencido por la H[SHULPHQWDFLyQ YHUEDO SRU HO juego lingßístico, por las asociaciones de palabras, por resaltar el VLJQLÂżFDQWH GH ORV YRFDEORV &DVL todos los narradores presentes en el libro tienen la conciencia de que, para producir literatura, deben mostrar los lĂ­mites de la OHQJXD QDWXUDO (Q GHÂżQLWLYD HVR es literatura: mĂĄs que un mero ejercicio que traslada informaFLRQHV VH WUDWD GH XQD WH[WXDOLGDG TXH SRQH HQ FULVLV HO VLJQLÂżFDGR mismo del lenguaje del que parte el escritor. Por eso, esta novela consigue crear una nueva sensaciĂłn de realidad, logra en cada una de sus pĂĄginas demostrar el paraGLJPD IXQGDPHQWDO GH OD H[SH-


biblioteca

riencia artĂ­stico-literaria, que es mostrar no solamente la desnudez del mundo sino de las palabras que se colocan una tras de otra para nombrarlo. De esta forma, las voces del relato mantienen la comprenVLyQ XQLÂżFDGD GH TXH HO YDORU mĂĄs importante de la literatura HV HO KDOOD]JR GH QXHYDV H[SUHVLvidades. Lo curioso es que IvĂĄn consigue hacer esto no sĂłlo con la lengua castellana, sino ademĂĄs con el inglĂŠs. TambiĂŠn sabemos que la novela es una forma en la que cabe todo; por tanto, en un momento, al ÂżQDO GH OD QRYHOD XQR GH ORV QDUUDdores asume la defensa literaria del “estiloâ€?, un aspecto del que ya casi

no se habla en los cĂ­rculos literarios y en los lugares en los que se la estudia sistemĂĄticamente pues algunos han preferido destacar RWURV FRQWH[WRV GH OD OLWHUDWXUD No es que haya teorĂ­a literaria en este libro; aunque sĂ­ podemos comprobar que la posiciĂłn del escritor queda consignada como parte de una lucha estĂŠtica; la literatura no es sĂłlo un decir especial acerca del mundo, sino tambiĂŠn un decir sobre el propio trabajo de la escritura. Sin embargo, IvĂĄn hace una apuesta no sĂŠ si llamarla mĂĄs clĂĄsica, de defensa del estilo; postura con la que concuerdo, pues esa es la marca del lenguaje literario propiamente dicho que se atreve a ir mĂĄs allĂĄ del sentido que nos provee la lengua materna. Tal vez esta vocaciĂłn por la H[SUHVLyQ OH KD LQVSLUDGR DO HVWXdioso VĂ­ctor Ivanovici, en la solapa del libro, a rememorar la obra Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante. Efectivamente, mientras disfrutaba de estas peripecias verbales, la mayorĂ­a de las cuales se resuelven en la paradoja

y en el humor, pensaba en las SRVLEOHV GLÂżFXOWDGHV GH WUDGXFLU esa novela a otras lenguas, pues es tan cercana al dialecto ecuatoriano que costarĂĄ mĂĄs de un dolor de FDEH]D KDOODU OD H[SUHVLyQ SUHFLVD en otros registros lingßísticos. Esto, ciertamente, no es un defecto de la novela; pues sus resonancias VLJQLÂżFDWLYDV VRQ WDQ LPSRUWDQWHV que esta puede ser comparada, en lengua castellana, con Tres tristes tigres, como ya se dijo, en lengua portuguesa con Grande sertao: veredas, y en inglĂŠs con el mismĂ­simo Ulysses. La literatura es un juego, DSXQWD DO SODFHU TXH VXHOH H[SUHsarse mĂĄs de una vez con una VRQULVD $ HVWD H[SHULHQFLD QRV lanzan permanentemente los narradores de Malabares en su tinta, quienes saben de los vuelos que consigue alcanzar la sorpresa lingßística. IvĂĄn es un maestro de la lengua: como lector y escritor ha podido detectar casi todos los efectos singulares que la asociaciĂłn de palabras y la aliteraciĂłn conllevan: “la lĂ­vida frutaâ€?.

metrĂłnomo

Chancho en piedra Lo mejor es mascar lauchas

Extremoduro Material defectuoso

Los Bunkers MĂşsica libre

Yan Tiersen Dust lane

En su mĂĄs reciente producFLyQ GLVFRJUiÂżFD OD EDQGD de rock chileno Chancho en piedra ofrece, entre muchas otras sorpresas, una versiĂłn libre del poema de Nicanor Parra, CanciĂłn de cuna. Se puede encontrar, apartando el follaje que los mĂşsicos crean FRQ JXLWDUUDV HOpFWULFDV WH[WRV ĂĄsperos pero tambiĂŠn una alta dosis de metĂĄlica ternura.

DespuĂŠs de La ley innata, obra cumbre del rock programĂĄtico HQ HVSDxRO OD EDQGD GH ([WUHPDdura, EspaĂąa, entrega a sus seguidores un disco con temas contundentes; algunos ganan por TKO y otros por puntos, pero todos noquean. No se podĂ­a esperar menos de AntĂłn IĂąaki, letrista que llegĂł a esta producciĂłn despuĂŠs de publicar su novela El viaje Ă­ntimo de la locura.

Cuando las canciones de Silvio RodrĂ­guez empezaban a sonar QRVWiOJLFDV HVWD EDQGD DÂżQFDGD HQ 0p[LFR WRPy GH las letras mĂĄs icĂłnicas del trovador cubano y las cantĂł con acordes de rock. Un disco para que las nuevas generaciones se enamoren de la poesĂ­a, un disco al que hay que aplaudirle los “arreglosâ€? y que Silvio RodrĂ­guez agradeciĂł sinceramente.

Acercarse a los universos musicales de Yan Tiersen es como escuchar, por vez primera, los sonidos de Pink Floyd o The Police o Bob Marley, y no nos referimos a los gĂŠneros, sino a las propuestas, a los recursos, a las notas que tejen una partiWXUD FRORULGD H[SHULPHQWDO \ DO mismo tiempo, anclada en las tradiciones y el academicismo.

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Jorge Eduardo

Eielson

Luis Alberto Bravo

A

diferencia de lo que le RFXUUtD DO SHUVRQDMH ¿FWLcio Paranoico Pérez con relación a un siempre adelantado José Saramago, Jorge Eduardo Eielson no desilusionó nunca ni

evitó desarrollar sus inquietudes artísticas, en apariencia con muFKD UHODFLyQ GHXGD R LQÀXHQFLD de autores como Yves Klein, Piero Manzoni o Alberto Burri. En la actualidad Eielson es un reco-

nocido y consagrado poeta. Esta categorización no habría gustado para nada al artista, quien no enWHQGtD D OD SRHVtD FRPR XQD H[presión limitada a su forma escrita sino que traspasaba con naturaleza

Réquiem por Marilyn Monroe, por Jorge Eduardo Eielson

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variaciones KDFLD RWURV VRSRUWHV \ H[SUHVLRnes. MĂĄs que hacer un homenaje a modo de copy paste de poemas, quiero reivindicar al artista. Pues considero que el Eielson artista visual es aĂşn el dark side del poeta Eielson. La vida y carrera artĂ­stica del peruano corriĂł paralela a la que desarrollaban por esa ĂŠpoca Klein, Burri, Rauschenberg, HWF <D HQ KDEtD H[SXHVWR en la GalerĂ­a Colette Adlendy, el mismo lugar donde siete aĂąos mĂĄs tarde (entre 1956 y 1957) <YHV .OHLQ H[SRQGUtD HO LQLFLR de su ĂŠpoca azul: Bleu. Coincide HQ HQ VHQGDV H[SRVLFLRQHV en la Galleria dell’Obelisco, de Roma, con Rauschenberg (aĂşn el neodadĂĄ no era algo consciente ni tomaba precisiĂłn). Eielson deberĂ­a ser reivindicado como un antecedente directo del neodadaĂ­smo y del pop art: en 1962, apenas dos meses de la muerte de Marilyn Monroe y cinco aĂąos antes de que Warhol realizara su famosa serigrafĂ­a, Eielson desarrollĂł $FWR ÂżQDO 2EUD de teatro en un acto), una especie de ejecuciĂłn teatral de difĂ­cil ejeFXFLyQ ÂąLQĂ€XLGR VHJXUDPHQWH SRU el performance Yves Klein como director de orquesta, de 1958– en la cual la Marilyn Monroe de una fotografĂ­a escapaba de esa dimensiĂłn para volver a la realidad objetiva. Eielson denominĂł este acto, como una misa solemne, algĂşn crĂ­tico lo denominĂł “poesĂ­a dramĂĄticaâ€?, otros discreparon debido a su ausencia de parlamentos, teatralidad, y contrapunto fĂ­sico. De cualquier modo, Eielson se adelantĂł a tantos otros como Andy Warhol, o Ernesto Cardenal, al llevar a un Ă­cono de la cultura popular a su obra artĂ­stica (incluso ya habĂ­a mencionado a la Monroe en un poema de Habita-

Eielson deberĂ­a ser reivindicado como un antecedente directo del neodadaĂ­smo y del pop art ciĂłn en Roma, de 1957, es decir, el interĂŠs hacia una conversaciĂłn intelectual giraba por un asunto de seducciĂłn y no por mero sensacionalismo). AĂąos despuĂŠs reivindicarĂ­a al fallecido piloto de FĂłrmula Uno, Ayrton Senna. Pero la cultura pop, ya habĂ­a interesado a Eielson, claro, no de modo consciente al movimiento que liderarĂ­a Warhol. Un aĂąo antes, 1961, habĂ­a desarrollado (su muestra Jeans) donde presentaba ropas rasgadas, cortadas, quemadas, es decir, esto se adelantaba a la efervescencia del uso decadente del jean en el resto de la dĂŠcada de los 60, y su estela en los 70, 80 y 90. ÂŤLas ropas tratadas e insertadas en el cuadro tradicional, representan, en realidad, la necesidad del artista de tener una huella humana en la propia obra. Con una cierta anticipaciĂłn respecto a la moda de los jeans y de los mitos de los aĂąos 60Âť (Rachele Ferrario). 6XV H[FpQWULFDV esculturas subterrĂĄneas, serĂ­an una respuesta a las esculturas vivientes de Piero Manzoni (ambos vivĂ­an en MilĂĄn) y a la vez, a las esculturas monocromĂĄticas de Yves Klein. Pero correrĂ­an irregular suerte, de todas ellas, las que mĂĄs se mantienen en la memoria, son los papeles azules que lanzĂł DO YLHQWR FRQ XQ WH[WR HVFULWR HQ ellos: ÂŤEste pedazo de papel azul es un fragmento del UniversoÂť. Estas irĂłnicas respuestas a los discursos de Klein y de Manzoni serĂ­an rechazadas por Eielson (de ningĂşn modo serĂ­a un Lado B de nadie). DirĂ­a en una entrevista realizada en 1998: ÂŤEn Italia hay la convicciĂłn de que el uso de la

tela rĂşstica es invenciĂłn de Alberto Burri, asĂ­ como en Francia, hasta hace algunos aĂąos, el azul ultramar, el famoso IKB (International Klein Blue) era patrimonio H[FOXVLYR GH <YHV .OHLQ 3RU OR que a mĂ­ respecta no he tenido nunca en cuenta el hecho de que XQD H[SUHVLyQ IXHVH ÂłH[FOXVLYD´ de un artista mĂĄs que de otro. Ya ha sucedido que alguno hiciera los “nudosâ€?: ÂĄa mĂ­ no me importa, basta que sean bellos!Âť. Materia utĂłpica pasarĂĄn a engrosar los H[FpQWULFRV SHGLGRV TXH KLFLHra Eielson a la NASA. Primero VROLFLWy TXH HO $SROR ;, FRORFDUD en la Luna, una de sus esculturas. Hecho que fue denegado. Posteriormente pidiĂł que dispersaran sus cenizas en el satĂŠlite, pues consideraba a la Luna, el cementerio ideal para los poetas. Nuevamente su pedido fue denegado. Quien escribiera ÂŤMi corazĂłn sigue latiendo estĂşpidamente / desde el amanecer del 13 de abril de 1924Âť falleciĂł un martes 8 de marzo de 2006.

Cuerpo enamorado 0LUR PL VH[R FRQ WHUQXUD Toco la punta de mi cuerpo enamo /rado Y no soy yo que veo sino el otro El mismo mono milenario 4XH VH UHĂ€HMD HQ HO UHPDQVR \ UtH Amo el espejo en que contemplo Mi espesa barba y mi tristeza Mis pantalones grises y la lluvia 0LUR PL VH[R FRQ WHUQXUD Mi glande puro y mis testĂ­culos Repletos de amargura Y no soy yo que sufre sino el otro El mismo mono milenario 4XH VH UHĂ€HMD HQ HO HVSHMR \ OORUD

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Cecibel

Ayala: poeta

Poción de medianoche Gota a gota remojaste mis labios, YHUWLHQGR DJXD YLYD GH WX ÀDXWD Todavía no tenías nombre, pero ya viajaba en tu mirada de ramajes oscuros, hasta secretos jardines sin retorno.

Ya no amo la carne herida de tus pĂĄrpados Ăłrbita que va regando de sangre las piedras esa gala de frialdad vacĂ­a.

Y a veces, abrazando una piedra te decĂ­a: Âżbeso sabio o beso ardiente?

ÂżNo ves que todavĂ­a es pronto para sucumbir a las sombras que la tarde arrastra en hervidero?

TodavĂ­a no tenĂ­as nombre cuando te miraba, tallo nervioso bajo un clavel en llamas.

Fiel a la renuncia con el alma entre los dientes, GH OR H[WiWLFR D OR FUXGR vete de mĂ­.

Gota a gota tu latido me recorrĂ­a como un instante de vana saciedad.

Y ahora que ha pasado tanto tiempo, ĂĄvida de embriaguez, miro cĂłmo se adormece la tarde. 6p TXH \D QR SRGUp UHVLVWLU OD HPERVFDGD ÂżQDO Todo cae nada mĂĄs empezar y todo es despertar. 24

Radiosa

Y si alguna vez recorrĂ­ el hielo de tu palma bien abierta, esperando saciar el Ăşltimo zarpazo, con el alma entre los dientes, ÂĄhuye de mĂ­! Tu inmaterial omnipresencia ha esquilmado la mĂĄscara de mis ojos.


casa nueva Ultramundo Te espero con todo lo que aĂşn habita en mĂ­: un esquivo fragor que resopla en las llanuras. Te encuentro en cada piedra, en el claro donde los rĂ­os han dibujado su forma mĂĄs serena. Te escribo para prolongar la ilusiĂłn de un viaje sin retorno, por el susurro que te envuelve en la inmensidad. No soy mĂĄs que la faz del tiempo que se ahogaba en el Ăşnico palpitar.

de nuestros cuerpos húmedos y agitados. Éxtasis Recorro los hilos de plata que van trazando nuestras miradas, acaricio tu nombre, como un río herido bajo mis pies, bajo el ardor que hacías latir en mi vientre, mientras te alejabas abatido hacia la sombra, intentando no comprender nada.

Azur Esta maĂąana despertĂŠ en la hierba mojada de tu vientre; cegada por la luz que manan tus ojos de inhumana belleza, al sucumbir ante la tentaciĂłn de no dejar huellas, aunque te hayas convertido en el objeto de un culto autista. Abrazo tu mirada y haces que mis mares revelen la verdadera raĂ­z de mis secretos. Cuando el agua no te corta, elevas mi cuerpo hacia ritmos semejantes a los que se despliegan entre las eclosiones planetarias de tus ojos. Amado.

Cecibel Ayala

Recorro el silencio que bajo mi lengua has depositado como una droga clandestina.

Cayambe, 15 de mayo de 1986. Tiene estudios de ComunicaciĂłn Social en la Universidad Central del Ecuador. (O HVFULWRU 0LJXHO 'RQRVR 3DUHMD VH UHÂżULy D VX DQWHULRU libro, El Cazador FRPR D XQ WH[WR VLQ FODVLÂżFDFLyQ SRVLEOH que arroja apenas una luz en las tinieblas que llevamos dentro. Los poemas que presentamos corresponden a su reciente poemario PociĂłn de medianoche.

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«Agnès Varda ha sido a fin de cuentas desde siempre una auténtica ensayista del cine, puede que incluso la más determinada y tenaz de los últimos decenios». Alain Bergala. 26

Agnès

Varda Paulina Simon Torres

A

gnès Varda fue la única directora mujer de uno de los movimientos ciQHPDWRJUi¿FRV PiV SRWHQWHV HQ la historia del cine, la Nouvelle Vague, o Nueva Ola francesa, un modo de ver el mundo con mayor naturalidad y emoción, con más independencia creativa y mayor libertad económica.

En la década de los cincuenta los críticos más famosos del mundo encabezados por François Truffaut, se proponen devolverles a las películas la vitalidad, en una época en la que el cine comercial y las adaptaciones literarias empiezan a poblar la cartelera y el PRGR GH ¿OPDU \ SURGXFLU XQD película se encarece, se complica


escaleta y pierde emotividad. Para los fundadores de Cahiers du Cinema este cine acartonado de la Êpoca no dejaba lugar a la emoción, a la interpretación, al disfrute. El público debía acostumbrarse a ver historias fåciles en las que cada detalle de la trama estå resuelto sin permitirle al espectador entrar en la historia. Y en el caso de los directores de cine, sucede que con estas producciones en serie, pierden la capacidad de crear, la libertad de inventar y dirigir historias originales. Entonces los HVFULWRUHV \ FLQp¿ORV H[SHUWRV empiezan a hacer sus propias películas. Varda es parte de este círculo muy masculino conformado por el mismo François Truffaut, por Jean-Luc Godard, Claude Chabrol y Eric Rohmer. Aunque por ORV VHVHQWDV VH OD LGHQWL¿FDED con un segmento de creadores de la Nueva Ola, un poco mås políticos, mås de izquierdas del que formó parte su pareja por mås de 30 aùos, Jacques Demy; su gran amigo el documentalista Chris Marker, recientemente fallecido y Alain Resnais.

Varda, nacida en 1928, es considerada la madre y por muchos, la abuela de la Nouvelle Vague. Se dice que su pelĂ­cula La Pointe Courte puede considerarse realmente como la primera pelĂ­cula de HVWH PRYLPLHQWR (O ÂżOPH FXPSOH en gran medida con las consignas del grupo de no ceder a la profesionalizaciĂłn y los protocolos rĂ­gidos del cine. Varda, que tenĂ­a una preparaciĂłn artĂ­stica como escultora y fotĂłgrafa, debuta en el cine con esta obra y marca una primera pauta de lo que serĂĄ su trabajo a lo largo de los aĂąos, tanto inscrita en el movimiento de la 1RXYHOOH 9DJXH FRPR HQ VXV H[periencias mĂĄs contemporĂĄneas con un cine documental Ă­ntimo, en primera persona, a manera de diario, pero siempre en el conWH[WR GH OR VRFLDO OR SROtWLFR \ OR artĂ­stico. Si se destaca el papel de Varda como la Ăşnica mujer entre los caballeros de la Nouvelle Vague, es porque ademĂĄs de su estilo muy SHUVRQDO FLQHPDWRJUiÂżFDPHQWH siempre fue una activista polĂ­tica y una feminista militante que ha dejado escrito en sus obras im-

SRUWDQWHV PDQLÂżHVWRV DVt FRPR apologĂ­as a la belleza y al amor tambiĂŠn. Ella misma ha dicho de su PRGR GH ÂżOPDU TXH VH WUDWD GH CinĂŠcriture, escribir con cine o escribir sobre el cine. Esta nociĂłn se siente especialmente en OR UHĂ€H[LYR GH VXV GRFXPHQWDOHV en los que hace un recorrido con imĂĄgenes por su vida y las pone en paralelo con dimensiones y referencias totalmente emotivas y brillantes. Cuando uno es espectador de la obra de Agnès Varda siente como si ella pudiera mirarlo a uno sentado en el cine, siente como si dialogara con una abuela entraĂąable. Ver las pelĂ­culas de Varda tiene mucho de aprendizaje y mucho de catarsis; es entender el mundo y es entenderse a uno mismo en XQ FRQWH[WR XQLYHUVDO Documentales como Los cosechadores y la cosechadora y Las Playas de Ă gnes hablan del VHQWLGR GH OD YLGD GH OD SUR[Lmidad con la vejez y la muerte; pero ante todo de un modo, QR VRODPHQWH GH ÂżOPDU VLQR GH vivir: reciclando, recuperando,

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coleccionando objetos, ideas, emociones, recuerdos, pelĂ­culas. Sus cortos, por otro lado, son ensayos artĂ­sticos y YLVXDOHV TXH H[KLEHQ VXV FUHHQFLDV SROtWLFDV VX DFWLvismo, y el modo profundo e Ă­ntimo que tiene Varda de disfrutar el mundo, de ver ParĂ­s, de comunicarse y comentar cada detalle con su pĂşblico. Otra de sus obras mĂĄs sentidas es el largometraje GH ÂżFFLyQ Jacquot de Nantes, un bello homenaje a su esposo, el cineasta Jacques Demy, en el que hace gala de su talento como cineasta, como artista visual y contadora de historias. Retrata a Demy desde su biografĂ­a, pero tambiĂŠn desde la fantasĂ­a, el amor, las LOXVLRQHV GH VX QLxH] \ OD FRPELQDFLyQ GH OD ÂżFFLyQ FRQ ORV UHWD]RV GH ODV SHOtFXODV TXH pO ÂżOPy

La Nouvelle Vague y ese sentido de libertad creativa, naturalidad, vigor y emotividad del que se hablaba en los cincuentas y sesentas, y que son algunas de las marcas indelebles del cine de Agnès Varda, son de otra Êpoca, pero resultan absolutamente vigentes para el cine de nuestro tiempo. La lucha es la misma cuando se habla de un cine independiente y de autor, en el momento que viven las cinematografías del mundo, arrinconadas por un cine comercial, de industria, inmenso y con muy poca originalidad. TambiÊn como espectadores es un buen momento para ver el cine de Agnès Varda y dejarnos atraer con esa voluntad de contar única y ese estilo que lo combina y resume todo para abrirnos los ojos a un universo de sensibilidad, pleno e inspirador.

CARTELERA

La Cinemateca del Ecuador, gracias a la Alianza Francesa de Quito y al Institut Français tienen el placer de presentar del 6 al 10 de febrero, en la sala Alfredo Pareja, una pequeùa muestra de la obra de Agnès Varda: dos documentales imprescindibles de su obra mås actual: Los cosechadores y la cosechadora (2000) y Las playas de Agnès 7DPELpQ VX ¿FFLyQ Jacquot de Nantes (1991). Finalmente, una colección de cortometrajes, que VRQ HQVD\RV DUWtVWLFRV \ YLVXDOHV TXH H[KLEHQ VXV FUHHQFLDV SROtWLFDV VX DFWLYLVPR \ HO PRGR SURIXQGR H tQWLPR que tiene Varda de disfrutar el mundo.

Muestra Agnès Varda: Ser y filmar FEBRERO 2013

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Hora

MiĂŠrcoles 6

Jueves 7

Viernes 8

SĂĄbado 9

Hora

Domingo 10

17:00

Cortos 1

Las playas de Agnès

Cortos 3

Los cosechadores y la cosechadora

16:00

Cortos 1

19:30

Los cosechadores y la cosechadora

Cortos 2

Jacquot de Nantes

Las playas de Agnès

18:30

Jacquot de Nantes


libros Son cien aĂąos de la muerte de Arturo Borja y la vigencia de su obra es indudable. Escritores, crĂ­ticos literarios, maestros y lectores han comentado y siguen celebrando su escasa e importante producciĂłn.

Arturo

Borja: E

humor Violeta Luna

n ediciĂłn de aniversario, de noviembre 2012, la Casa de la Cultura acaba de reeditar La Ă€DXWD GH Ă?QL[, con una nota preliminar de RaĂşl PĂŠrez Torres, actual presidente de la InstituciĂłn. La verdad es que de un total de cuarenta y cuatro poetas que entre 1890 y 1920 sobresalieron en la escritura intimista, de pulimento idiomĂĄtico y temĂĄtica americanista, se tomaron solamente cuatro como referente del llamado “primer modernismoâ€?. Estos cuatro, cuya caracterĂ­stica fue el suicidio, constituyen, al decir de RaĂşl Andrade, la GeneraciĂłn Decapitada. Con los restantes se completarĂ­a el cuadro mĂĄs notable de nuestra poesĂ­a ecuatoriana de comienzos GHO VLJOR ;; $OJXQRV GH HOORV FRPR $OIRQVR 0RUHQR Mora, JosĂŠ MarĂ­a Egas, Hugo Mayo, Miguel Ă ngel LeĂłn, Miguel Ă ngel Zambrano, Gonzalo Escudero y Jorge Carrera Andrade, sin tener el estigma de la muerte fatal tienen la misma localizaciĂłn literaria, H[FHSWXiQGRVH ORV GRV ~OWLPRV FRQVLGHUDGRV SURSLDmente postmodernistas. Lo que viene despuĂŠs ya es solamente mera LQĂ€XHQFLD <D OR DGYLHUWH 0DULR %HQHGHWWL FXDQGR H[SUHVD Š$ WUDYpV GH ORV VLJORV OD SRHVtD VLHPSUH HV la misma. Lo que cambia es el estilo de la repeticiĂłnÂť. Fuere lo que fuere, hoy nos interesa la palabra doliente \ PtVWLFD GH $UWXUR %RUMD HVH H[WUDxR VHU KXPDQR GH lĂşcido y patĂŠtico estilo que mĂĄs allĂĄ de las desviaciones propias de esa ĂŠpoca, conociĂł la ineludible trampa de lo ignoto, de ese pasadizo irreverente en donde se estrangulan los dĂŠbiles y enfermizos intelectos. Con el humor en gris, viviendo siempre a la sombra de su madre locura o su madre melancolĂ­a, como un niĂąo desvalido que no termina de sufrir, Borja asume sin embargo su gravedad fĂ­sica y su gravedad psĂ­quica, la asume con esa lucidez del moribundo, como ese ÂŤvespertino trozo de paisaje en el aguaÂť al que PHQFLRQD HQ VX WH[WR Mi juventud se torna grave. 29


Comprende perfectamente, con esa claridad del ~OWLPR UHÀHMR TXH YLYLU QR HV PiV TXH VXPHUJLUVH en la eterna y cruel dialÊctica de ese preguntar y UHVSRQGHU FRQ¿UPDU \ UHFKD]DU LPSUHFDU FRQWUDdecir o maldecir, hasta llegar al fondo de la luz o la inconsciencia. Como en ningún otro, el potencial imaginativopatÊtico es muy marcado en el lirismo de Borja. 1R KD\ WH[WR TXH QR FRQWHQJD XQD FDUJD GH WURSRV especialmente símiles y metåforas. Por otro lado los LQVWDQWHV HPRWLYRV KDOODQ FDXFH HQ OD HOHJDQFLD H[FODmativa e interrogativa, en esa ternura escondida bajo el nombre de aùoranza. %RUMD VLQ GXGD HV VREULR D SHVDU GH VXV EHDWt¿FDV alucinaciones. Evita el prosaísmo y enriquece de sutil erotismo ciertos temas en los que la búsqueda de lo H[yWLFR OR YXHOYH UHEXVFDGR 2WUDV YHFHV QR GHMD GH manifestar su neurastenia cotidiana y es ahí cuando se llena de una clarísima ironía que raya en el sarcasmo del epíteto preciso, como en su Epístola, dirigida a Ernesto Noboa: Hermano poeta, esta vida de Quito, estúpida y molesta, estå hoy insoportable con su militarismo idiota e inaguantable‌.

Borja sin duda es sobrio a pesar de sus beatĂ­ficas alucinaciones. Evita el prosaĂ­smo y enriquece de sutil erotismo ciertos temas en los que la bĂşsqueda de lo exĂłtico lo vuelve rebuscado. 7H[WRV VX\RV GH MRYLDO \ SHUIHFWD IDFWXUD HQ ORV TXH DĂ€RUDQ FRPR HQ XQ MXHJR GH FRQVRQDQFLD VXV UHLWHUDWLYDV LQWHUURJDQWHV \ DÂżUPDFLRQHV VRQ SRU ejemplo VisiĂłn lejana y Bajo la tarde. QuiĂŠn sabe si lejos del borrĂłn fatĂ­dico de la muerte, el itinerario del poeta hubiera sido prĂłdigo, o tal vez, como tantos precoces talentos hubiera caĂ­do en el estancamiento. Pero, aparte de cualquier suposiciĂłn, su obra es sencillamente un indicador de calidad, un paradigma lĂ­rico como lo es tambiĂŠn la poĂŠtica de Noboa CaamaĂąo, Fierro y Silva. Ya quisiĂŠramos que las actuales voces, las nuevas “promesasâ€? tuvieran una dĂŠcima del numen de esta generaciĂłn, al menos la valentĂ­a de mostrarse honestos, sin poses ni caretas, de ser autĂŠnticos y leales con ellos mismos y sobre todo tener la lucidez para ser verdaderos creadores y seres humanos maduros. Arturo Borja cumple ciento veinte aĂąos y no ha muerto en vano.

Arturo Borja 300


libros Proyecto editorial CCE

pasiĂłn por los

libros

El compromiso de la DirecciĂłn de Publicaciones de la Nueva Casa de la Cultura Ecuatoriana no es con la cantidad, sino con el escrupuloso control de sus ediciones, con la cuidadosa selecciĂłn de cada uno de los tĂ­tulos que conformarĂĄn sus colecciones, con los poetas, narradores, ensayistas, artistas plĂĄsticos de nuestra sociedad, que apenas comienzan o que han trazado ya un camino, con los hombres y mujeres de todas las provincias del paĂ­s y de todos los sectores de nuestra sociedad.

Esenciales

ColecciĂłn clĂĄsicos del Ecuador

Libros que leemos sin que nadie nos diga que debemos hacerlo, libros que consultamos para hallar respuestas, para saber cĂłmo H[SUHVDURQ ORV JUDQGHV PDHVWURV de nuestras letras aquellas cosas que nos preocupan ahora, libros para mantener siempre viva nuestra memoria, para rendir tributo a los ecuatorianos que trazaron los primeros caminos de nuestras letras, que marcaron generaciones.

Letras claves

Casa nueva

ColecciĂłn letras modernas

ColecciĂłn nuevas palabras

Libros de los escritores ubicados entre los fundadores de la literatura nacional y aquellos que apenas empiezan; de los buscadores de palabras que dejaron caminos de letras para poder volver a casa, libros de la ciudad y sus mĂĄrgenes sin miedo a los laboratorios literarios. Palabras maduras para los nuevos lectores de nuestro tiempo.

La DirecciĂłn de Publicaciones sabe que si no se apuesta por las letras nuevas llegarĂĄ el dĂ­a en que perdamos la palabra, la voz, en que los ecuatorianos dejemos de comprender nuestra identidad cultural, de fortalecernos como naciĂłn, por eso ha destinado una FROHFFLyQ SDUD UHFRJHU ORV WH[WRV de escritores, hombres y mujeres, dispuestos a dar su paso inaugural, a ofrecernos sus singulares obsesiones y propuestas estĂŠticas.

Se prevee ademĂĄs, publicar una colecciĂłn de lo mejor de la nueva literatura latinoamericana gracias a la hermandad que la CCE mantiene con instituciones y embajadas de varios paĂ­ses de la regiĂłn. 0HGLDQWH XQD FROHFFLyQ GH (QVD\R VH SRQGUi HQ HVFHQD ODV UHĂ€H[LRQHV GH ORV HFXDWRULDQRV HQ WRUQR D ORV PiV diversos temas y ofrecerĂĄ herramientas a los constructores de pensamiento, argumentos para el debate, mĂşltiples perspectivas sobre las nuevas preocupaciones de nuestro tiempo. Otra colecciĂłn estarĂĄ dedicada a la Interculturalidad. Esta cobijarĂĄ, como un amplio paraguas, las preocupaciones de todos los pueblos que conforman el paĂ­s, pero tambiĂŠn se ocuparĂĄ de las prĂĄcticas cotidianas de nuestra JHQWH GH ODV KLEULGDFLRQHV FXOWXUDOHV TXH QRV GDQ LGHQWLGDG GH QXHVWUDV H[SUHVLRQHV FRQWUDFXOWXUDOHV \ PDQLIHVtaciones juveniles. $QXQFLDPRV ÂżQDOPHQWH XQD FROHFFLyQ OODPDGD D FRQVWLWXLUVH HQ UHIHUHQWH GH QXHVWUDV DUWHV SOiVWLFDV \ YLVXDOHV para difundir nuestra cultura en imĂĄgenes. 31


Con tinta fresca /D Ă DXWD GH yQL[ Arturo Borja Hay poetas que pasan por la vida como relĂĄmpagos que se queman en su propia luz. Estrellas fugaces que dejan llamas en el corazĂłn de los hombres. Seres que ardieron en la palabra para alumbrar nuevos horizontes. Arturo Borja es uno de ellos. A cien aĂąos de su muerte terrenal, debemos, tenemos que recordarlo. Él y sus compaĂąeros de vida, infortunios y versos –Humberto Fierro, Ernesto Noboa y CaamaĂąo y Medardo Ă ngel Silva–, inauguraron una singular poesĂ­a ecuatoriana, la “poesĂ­a vivaâ€? que dijera Jorge Enrique Adoum. Sobre las ruinas de un romanticismo agotado, anquilosado por reglas ya FDGXFDV HO 0RGHUQLVPR SHUPLWLy TXH QXHVWURV SRHWDV H[SUHVDUDQ GRORURVDmente toda la fĂŠrtil sensibilidad de su vivencia humana. Este movimiento nos dio la poesĂ­a mĂĄs fecunda y armoniosa de aquella ĂŠpoca. /D SRpWLFD GH %RUMD HV XQ UHĂ€HMR GH HVD IXJD LPSRVLEOH HQ OD TXH SHUVHYHUDURQ QXHVWURV EDUGRV GH SULQFLSLRV GHO VLJOR ;; (YDGLUVH GHO PHGLR KRVWLO ÂłPXQLFLSDO \ HVSHVR´ VLJQLÂżFy WDPELpQ SDUD pO XQD HYDVLyQ GH OD misma vida, una negaciĂłn radical del futuro. Sus versos son las luminosas huellas de su paso angustiado por este mundo. RaĂşl PĂŠrez Torres

El Caminante mira como pasa el camino Bruno SĂĄenz Con este tĂ­tulo sugestivo, Bruno SĂĄenz Andrade no nos presenta un nuevo poemario sino que recopila sus ensayos, trabajados entre 1982 y 2009, esto es, en diferentes ĂŠpocas en su trayectoria como artista y testigo de la palabra, desde hace cerca de treinta aĂąos. Para Bruno no es el Caminante el que pasa, sino que es el camino el TXH OH YD PRVWUDQGR ODV PDUDYLOODV GHO DUWH FRPR KRQGR UHĂ€HMR GH OD YLGD (Q VX libro nos confrontamos con la obra de algunos de sus artistas preferidos, en mĂşsica y en literatura. Sobre esta Ăşltima asignatura llama la atenciĂłn del lector los intentos repetidos del autor por descifrar la esencia de la poesĂ­a, tanto, desde el punto de vista, mĂĄs de poeta, que de acadĂŠmico, como cuando se adentra en la obra de Borges en XQ LQVSLUDGR HQVD\R R HQ ORV PiV PLQXFLRVRV H[iPHQHV GH OD REUD GH GRV DOWDV cumbres de nuestra poesĂ­a: Gangotena y Jara Hidrovo, mostrĂĄndonos su temĂĄtica, sus tĂŠcnicas y su inefable inspiraciĂłn. Para SĂĄenz la poesĂ­a es un misterio o una interrogante, misteriosa interrogante, dirĂ­a, yo, sobre la vida humana.

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libros

Obituario del silencio Enve En verr Ál ve Álva vare va rezz En re Enda dara da ra Corazonar con el silencio, con el silencio imaginante, corazonar más que orar; pasionar con la palabra apasionante y apasionada, intuir que lo poético es un son del corazón, no sólo obituario…; aunque el amor pueda ser el leitmotiv obsesivo de este texto, el poeta cumple con razón su objetivo expresivo y estético: demostrar lo que dijo el joven Marx: «El hombre en tanto ser sufriente, es un ser apasionado, la pasión es la potencia del hombre, persiguiendo con energía su objeto»… Diego Velasco Andrade

Sombrilla lunar Adriano Valarezo Adriano Valarezo ha publicado con el auspicio de la CCE y del conocedor editor que es Patricio Herrera, un pequeño gran tomo con mágico título: Sombrilla lunar, queremos rendir homenaje, sugiriendo la pronta lectura de los relatos que en distintas dosis están desplegados en las 95 páginas de fácil, ágil, honda y placentera literatura, que hacen el corpus y el animus del libro. Adriano de leyente a escribiente. Queda claro que los libreros, cuando buenos, son cultores de saberes, coleccionistas de autores, escritores de buenas letras y codiciados cómplices de nuestro vicio mayor: la lectura. Oswaldo Paz y Miño J.

Poción de medianoche Ceci Ce cibe ci bell Ay be Ayal alaa al En su segundo trabajo, esta poeta cuya palabra, ha dicho Miguel Donoso Pareja, «arroja apenas una luz en las tinieblas que llevamos dentro», nos entrega treinta y tres poemas de inmensa factura, bordados con asociaciones sorprendentes. Poesía poderosa, escrita con tinta nueva y que, más alla de una inmensa sensibilidad, muestra un profundo conocimiento de la tradición liteteraria. Poción de medianoche es el primer libro de la colección Casa nueva de la CCE.

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libros TambiĂŠn te besarĂŠ en Lisboa Oswaldo PĂĄez Barrera Obra de corte polĂ­tico-social que muestra una faceta de los grupos subversivos formados en varios paĂ­ses latinoamericanos, enemigos del imperialismo yanqui. Rafael LĂłpez, supuesto nombre del protagonista, se involucra en una cĂŠlula de izquierda revolucionaria y escribe un diario que lo lleva por ciudades y paĂ­ses de AmĂŠrica. Entre sus amigos guerrilleros estĂĄn Lena Doria, una peruana abatida en una redada fronteriza; y, Carlota Banderas, ecuatoriana oriunda de Cayambe, con quien mantiene una peligrosa relaciĂłn.

Bases y estrategias de la gestiĂłn (de lo) cutural FabiĂĄn Saltos Coloma Aporte para la fundamentaciĂłn metodolĂłgica orientada al diseĂąo de polĂ­ticas cultuUDOHV DFRUGHV FRQ OD UHDOLGDG HFXDWRULDQD PHGLDQWH UHĂ€H[LRQHV VREUH OD JHVWLyQ cultural y las transformaciones sociales. FabiĂĄn Saltos Coloma, propone una serie de herramientas conceptuales que SHUPLWHQ FRPSUHQGHU D OD *HVWLyQ &XOWXUDO GHO iPELWR SURIHVLRQDO \ FLHQWtÂżFR enmarcada en el Sistema Nacional de Cultura y la Ley OrgĂĄnica de Cultura. Saltos enfatiza en los fundamentos y modelos de la gestiĂłn cultural pĂşblica, SULYDGD \ FRPXQLWDULD WRPDQGR H[SHULHQFLDV H[LWRVDV FRPR OD GH OD FRPXQD $JXD Blanca, en la provincia de ManabĂ­.

Disquisiciones y Divagaciones Victor Ivanovici RaĂşl PĂŠrez Torres dice que en este libro, Victor Ivanovici, vuelve con un atado de oro ÂŤ... trae a GĂłngora, BĂŠcquer, Lorca y algunas Carabelas para las Indias donde viajan nuevamente Borges, Carpentier, GarcĂ­a MĂĄrquez, y Octavio Paz, ese oso gramĂĄtico que decĂ­a: “soy una historia, una memoria que se inventa...â€?, razĂłn de ser de este libro que nos devuelve los espacios habitables para la poesĂ­a eternaÂť. La Casa de la Cultura presentarĂĄ este libro en el marco de las conferencias que Victor Ivanovici ofrecerĂĄ durante el mes de enero en centros culturales del paĂ­s.

Convocatoria La DirecciĂłn de Publicaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana invita a escritores, comunicadores, gestores culturales y artistas, a colaborar con la revista Casapalabras, con ensayos inĂŠditos sobre temas de arte y cultura. Se receptarĂĄn en el correo electrĂłnico: casapalabrascce@gmail.com, textos de entre 3 y 5 cuartillas escritas a espacio simple, letras Times New Roman, 13 puntos. 34


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