Número 1 Enero 2013
Joaquín Pinto: Álbum particular. Mo Yan, Premio Nobel de literatura. Entrevista a Eliécer Cárdenas. El pensamiento de Edgar Morin. 1 Malabares en su tinta. La flauta de ónix.
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editorial
A QUIJOTEAR
U
na vez mĂĄs, la adarga mĂĄs vehemente del Quijote, la cultura, sale por los campos de la patria, a buscar, a referir, a contar, a descubrir, la semilla de la imaginaciĂłn y la palabra, que enriquece la tierra de los creadores. Con enorme esperanza abrimos estas pĂĄginas para que HQ HOODV Ă€X\D HO QXHYR SHQVDPLHQWR ODV QXHYDV H[SHFWDWLvas, las incansables manifestaciones de la literatura y el arte TXH VH H[SUHVDQ HQ HVWH WLHPSR GH WHFQLÂżFDFLyQ DFHOHUDGD tiempo desgraciadamente marcado por la frivolidad y el espectĂĄculo light, tiempo peligroso donde una globalizaciĂłn deshumanizada trata de arrasar con nuestras culturas primigenias y uniformar los distintos elementos simbĂłlicos que han sido siempre el sustento de nuestra nacionalidad. Desde el inefable paĂs del norte nos envĂan empaquetados, sus comidas basura, su vestimenta estrafalaria, sus pobres hĂŠroes alcornoques como Batman, SupermĂĄn o el Hombre AraĂąa, (su espĂritu mercantilista y guerrerista, que es lo mismo, ha olvidado ya a Whitman, Hemingway, Faulkner o Poe), sĂmbolos y lenguajes banales y torpes que utiliza el poder para mantenernos dormidos en el “entretenimientoâ€? para controlar cualquier tipo de pensamiento que atente contra sus privilegios. Estamos en un momento histĂłrico importante. Los pueblos de Ecuador y AmĂŠrica Latina han dicho ÂĄbasta! al capitalismo y al neocolonialismo. Estamos enfrentando la pobreza, la inequidad y la injusticia desde una propia lĂłgica. Nadie puede cambiar nuestro espĂritu libre y de sabidurĂa ancestral, y para fortalecernos es necesario repartir el pan, el abecedario y el libro con la misma ecuanimidad y patriotismo. Buscamos ahora desentraĂąar los propios sĂmbolos, que no son escandalosos ni HVSHFWDFXODUHV VLQR TXH SDVDQ SRU HO ÂżOWUR WLHUQR GH OD YLGD cotidiana y de la historia. Entonces, decir nuestra palabra, despojarla de la frivolidad y mediocridad reinante, arremeter contra la banalizaciĂłn de la cultura, porque tambiĂŠn en esa trampa cae muchas veFHV HO SHULRGLVPR H[XOWDQGR OD FKLVPRJUDItD \ HO HVFiQGDOR GeneraciĂłn de Lady Gaga, DelfĂn Quishpe y pollos fritos Kentuky. Estas pĂĄginas se abren para recordar lo olvidado profundo y escuchar la palabra que viene.
número uno ‡ enero 2013 Presidente Raúl PÊrez Torres
Vicepresidente Gabriel Cisneros Abedrabbo
Director de Publicaciones Patricio Herrera Crespo
Editores PaĂşl Hermann Violeta Luna Patricio Viteri
DiseĂąo Tania DĂĄvila. DirecciĂłn de Publicaciones
Colaboran en este nĂşmero: Luis Alberto Bravo, Fernando Balseca, Cecibel Ayala, Paulina Simon Torres. Casa de la Cultura Ecuatoriana BenjamĂn CarriĂłn DirecciĂłn de Publicaciones Av. Seis de Diciembre N16–224 y Patria 7HOI ([W gestion.publicaciones@cce.org.ec www.cce.org.ec Quito–Ecuador.
casapalabrascce @casapalabrascce casapalabrascce@gmail.com
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índice
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Un recorrido por la trayectoria de Mo Yan Premio Nobel de Literatura cuyas obras no han sido masivamente difundidas en español.
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Eielson pictórico El poeta Luis Alberto Bravo nos muestra una fasceta desconocida del poeta Jorge Eduardo Eielson.
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Cárdenas portátil Paúl Hermann entrevista al escritor Eliécer Cárdenas sobre su trayectoria literaria y las particularidades con que ejerce HO R¿FLR GH OD SDODEUD
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Malabares en su tinta La más reciente novela de Iván Égüez es lúcidamente diseccionada por la pluma de Fernando Balseca.
Los silencios de Varguitas Tomando como eje a Mario Vargas Llosa, Raúl Pérez Torres recuerda el devenir literario de toda una generación; fortalece su eterno vínculo con las letras; replantea su compromiso militante y lamenta los fraudes del Nobel, del hombre, no del escritor.
Morin en español (O ¿OyVRIR IUDQFpV Edgar Morin ofreció en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura su conferencia La vía. Para el futuro de la humanidad. Una muestra de su pensamiento a cargo de Patricio Viteri Paredes.
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Poción de medianoche
Título del nuevo poemario de Cecibel Ayala. Una muestra de HVWH PDJQt¿FR WUDEDMR TXH inaugura la colección Casa nueva de la Institución.
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Proyecto de Publicaciones La Dirección de Publicaciones de la Casa ofrece información sobre algunas de las colecciones que presentará durante la administración de Raúl Pérez Torres y reseñas de sus publicaciones más recientes.
29 Pinto Álbum particular
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A propósito de la publicación que la CCE realizará del Álbum Particular de Joaquín Pinto, Patricio Herrera Crespo ofrece información sobre este valioso manuscrito de ¿QDOHV GHO VLJOR ;,; H LQLFLRV GHO ;;
Agnès Varda Paulina Simon realiza un brillante recorrido por la trayectoria de Agnès Varda, la única directora GH XQR GH ORV PRYLPLHQWRV FLQHPDWRJUi¿FRV más potentes en la historia del cine, la Nouvelle Vague, o Nueva Ola francesa.
Edición de aniversario La poeta Violeta Luna da su particular visión sobre la poética de Arturo Borja, con motivo de la reedición que la Casa ha realizado de La Flauta de Ónix a cien años de la muerte del poeta.
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variaciones
Mo Yan
en un diario
para pintar
E
l jueves 11 de octubre de 2012 la Academia Sueca de Estocolmo anunció como ganador del Premio Nobel de Literatura a Mo Yan; es una noticia vieja, pero sucede que debido a la poca difusión que ha tenido la obra del escritor chino en América Latina, parece que hubiese sido impresa en uno de aquellos periódicos que usamos para cubrir el piso cuando pintamos las paredes de nuestra casa \ TXH SRU H[WUDxR VRUWLOHJLR QRV
atrae más que cuando el diario era nuevo. /D $FDGHPLD OH FRQ¿ULy HO premio por el relato que el autor, de cincuenta y siete años de edad, ha realizado de la convulsa historia de su país, en una descripción HQ OD TXH FRQÀX\HQ ODV WUDGLFLRnes y ritos del mundo rural y en un lenguaje que mezcla el realismo y la magia, así como la ironía y la sensibilidad. Mo Yan nació en una familia de granjeros en 1955 y debido a
la Revolución Cultural, abandonó los estudios en quinto grado. Durante su adolescencia trabajó en el campo y en una fábrica y en 1976 se enroló en el ejército. Empezó a escribir relatos en 1981 y tres años después se inscribió en la Academia de Arte del ejército. Se graduó en 1986, y un año más tarde publicó la novela Sorgo Rojo, llevada al cine por Zhang Yimou en 1988. En 1995, tras publicar la noYHOD GH DOWR FRQWHQLGR VH[XDO Pechos grandes y caderas pequeñas, el escritor fue obligado por el ejército chino a escribir una autocrítica y a sacar su obra de circulación. A Mo Yan sin embargo, la censura no le preocupa, «siempre hay ciertas restricciones a la escritura en cada país», ha dicho «y esos límites pueden representar en realidad una ventaja al forzar al autor a ceñirse a la estética de la literatura». Se ha comparado sus complejos XQLYHUVRV ¿FFLRQDOHV FRQ ORV FUHDdos por el estadounidense William Faulkner y el colombiano Gabriel García Márquez. De hecho, en
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2011 Mo Yan asistiĂł a la presentaciĂłn de la primera traducciĂłn RÂżFLDO DO PDQGDUtQ GH Cien aĂąos de soledad, y manifestĂł: ÂŤtras leer siete pĂĄginas de esa novela, en la que entrĂŠ atraĂdo por su primera frase, encontrĂŠ inspiraciĂłn para mi propia obraÂť. A mĂĄs de las citadas Sorgo rojo y Pechos grandes y caderas pequeĂąas, el autor ha publi-
cado Las baladas del ajo (obra recomendada por la Academia Sueca); La vida y la muerte me estĂĄn desgastando; La repĂşblica del vino; Shifu, harĂas cualquier cosa por divertirte y Rana. Las cuales aĂşn no han sido masivamente difundidas en espaĂąol. (VFULWRUHV H[LOLDGRV GH &KLQD lo han acusado de escribir a favor del rĂŠgimen comunista y la prensa
RÂżFLDO GH VX SDtV OR KD FDOLÂżFDGR como al primer chino galardonado con el premio Nobel, ya que los demĂĄs –entre ellos los de Liu;LDRER *DR ;LQMLDQJ \ 'DODL /DPDÂą IXHURQ HQWUHJDGRV D H[Lliados o presos polĂticos contrarios al Partido Comunista Chino. A continuaciĂłn ofrecemos las primaras lĂneas de Cambios, noveGDG HGLWRULDO GH 6HL[ %DUUDO
Cambios
S
e supone que deberĂa escribir sobre lo acontecido a partir de 1979, pero mis pensamientos franquean ese lĂmite y vuelan hasta esa tarde otoĂąal de 1969 en que resplandecĂa el sol, brillaban los crisantemos amarillos y los gansos salvajes iban hacia el sur. En ese punto, mis recuerdos se fusionan conmigo, y mi memoria deviene mi yo de entonces: un niĂąo solo que habĂa sido H[SXOVDGR GH OD HVFXHOD SHUR TXH DWUDtdo por el bullicio del patio, temeroso y encogido, se deslizaba por la entrada sin portero, recorrĂa un largo pasillo oscuro y desembocaba en el centro mismo de OD HVFXHOD XQ SDWLR URGHDGR GH HGLÂżFLRV por los cuatro costados. A la izquierda habĂa un poste de roble con un travesaĂąo sujeto con alambre del que pendĂa una FDPSDQD GH KLHUUR R[LGDGD $ OD GHUHFKD una sencilla mesa de ping-pong hecha de cemento y ladrillos; alrededor, un grupo miraba jugar a dos contrincantes. De allĂ venĂa el bullicio. Eran las vacaciones de otoĂąo en la escuela del pueblo, y casi todos los espectadores eran profesores; sĂłlo habĂa unas cuantas alumnas muy guapas. Eran de la selecciĂłn de ping-pong formada en la escuela y tenĂan que participar en el torneo de la capital del distrito que iba a celebrarse con ocasiĂłn del DĂa Nacional, de modo que ellas no se habĂan ido de vacaciones, se habĂan quedado para los entrenamientos. Todas eran hijas de cargos de la granja estatal; comĂan bien,
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estaban bien desarrolladas, tenĂan la piel tersa y blanca, y al ser de familias ricas, vestĂan ropa bonita. Nada mĂĄs verlas se daba uno cuenta de que no eran de la misma clase social que nosotros, hijos de pobres. Nosotros las admirĂĄbamos, ellas en cambio no se dignaban echarnos ni una mirada. Uno de los jugadores era un profesor de matemĂĄticas que yo habĂa tenido. Se llamaba Liu Tianguang. Era rechoncho, pero en cambio tenĂa una boca enorme, donde, segĂşn decĂan, podĂa meterse su propio puĂąo, aunque nunca realizĂł esta proeza delante de QRVRWURV ÂąD PHQXGR DĂ€RUDQ D PL PHQte imĂĄgenes de ĂŠl bostezando en la tarima, con esa bocaza abierta de par en par; era un espectĂĄculo imponente–. AsĂ que tenĂa un mote, ÂŤHipopĂłtamoÂť; pero como ninguno de nosotros habĂa visto ese animal en realidad y dado que los sapos tambiĂŠn tienen la boca muy grande y para colmo ÂŤhipopĂłtamoÂť (hema) y ÂŤsapoÂť (hama) en chino se pronuncian de manera parecida. Liu el HipopĂłtamo pasĂł –es de sentido comĂşn– a llamarse Liu el Sapo. La idea no habĂa sido mĂa, pero ĂŠl estuvo haciendo sus pesquisas y llegĂł a la conclusiĂłn de que yo era culpable. Liu el Sapo era hijo de un hĂŠroe de guerra, y ademĂĄs presidente del comitĂŠ revolucionario de la escuela; ponerle un mote era un delito grave; asĂ, el que PH H[SXOVDUDQ GH OD HVFXHOD \ PH SXVLHran en volandas de patitas en la calle era lĂłgico e inevitable.
opiniĂłn
lo que
Varguitas no dijo RaĂşl PĂŠrez Torres
F
ue en Cali, en agosto de 1974, cuando conocĂ a Mario Vargas Llosa. Era quizĂĄ mi primer Congreso de Escritores, y asistĂa tembloroso y eufĂłrico junto a tres de mis padres putativos, a saber: Pedro Jorge Vera, Alfredo Pareja Diezcanseco y Ă ngel FelicĂsimo Rojas, quienes se codeaban gratamente con GudiĂąo Kiefer, Julio Ortega, Jorge Edwars o Fernando AlegrĂa y nos permitĂan con benevolencia escuchar y hasta participar de esas misas misteriosas en las que DFWXDEDQ FRPR H[SHUWRV RÂżFLDQtes, misas que se practicaban a puerta cerrada, casi secretamente, luego de las mesas redondas y las conferencias, entusiasmados por el licor y los cigarrillos y una que otra fanĂĄtica que, como yo, agradecĂa al Dios de la Literatura esa posibilidad de estar cerca, a la mano, de esos monstruos que con sus mentiras, enriquecĂan todos nuestros sueĂąos. MĂĄs aĂşn si todos ellos eran izquierdistas confesos, antiimperialistas, apoyaban la RevoluciĂłn Cubana, y los movimientos de liberaciĂłn de Nuestra AmĂŠrica, y ninguno, se presenWDED WRGDYtD FRPR ÂłPDU[LVWD GH tendencia Grouchoâ€?. A nuestra generaciĂłn, la de los tzĂĄnzicos, el Frente Cultural y la Bufanda del Sol, nos habĂa des-
lumbrado ya La ciudad y los perros, esa nueva manera de contar la metĂĄfora del poder y la lucha, y mĂĄs aĂşn ConversaciĂłn en la Catedral, 1969, derroche de pericia tĂŠcnica, que narra los aĂąos 50, cuando el general Manuel OdrĂa propiciĂł ese envilecimiento colectivo, esa corrupciĂłn y frustraciĂłn que le lleva a preguntarse a Zavalita (personaje inolvidable) Âżen quĂŠ momento se habĂa jodido el PerĂş? Novela sinfĂłnica, de varios instrumentos y ejecutantes. Ăšnica novela que el propio Vargas Llosa salvarĂa de un incendio, como lo dijo alguna vez. Un nuevo novelista, obsesivo, disciplinado, eufĂłrico, valiente, nacĂa para sumarse a los cortĂĄzares, a los rulfos, a los onettis, que empezaban a deslumbrar el nuevo y el viejo continente, y nacĂa para dar voz a los desposeĂdos, para dar a conocer las atrocidades del poder, para enjuiciar con su palabra a los tiranos, sean de donde fueren, empezando por el PerĂş, donde ya habĂan prohibido La ciudad y los perros y habĂan quemado el libro en la plaza pĂşblica, y luego prohibirĂan otros de sus libros y sus pelĂculas, como PantaleĂłn y las visitadoras y La casa verde. El boom en verdad, era como un disparo a la burguesĂa y a las
clases dominantes. Se delineaba una nueva visiĂłn de esa AmĂŠrica soĂąada por MartĂ y probada por Fidel y el pueblo cubano. La utopĂa estaba cerca, pero como escribĂa Flores Galindo: ÂŤpor GHÂżQLFLyQ XWRStD HV OR TXH QR tiene lugar ni en el espacio ni en el tiempoÂť y como descubre luego Vargas Llosa en su libro sobre JosĂŠ MarĂa Arguedas, publicado en 1996: ÂŤla obligaciĂłn moral de dar cuenta de las injusticias de su mundo y de programar su remedio, no es garantĂa de que su obra alcance artĂsticamente algĂşn valorÂť. AsĂ y todo en la dĂŠcada del setenta vivĂamos un paraĂso de ODV OHWUDV LQVXĂ€DGRV GH IH GH YRluntad y poesĂa, pero como dice Proust, no hay mĂĄs paraĂsos que los perdidos, y luego, con el correr de los aĂąos, cada cual buscĂł la cantera de sus propias lĂĄgrimas y risas. Ya lo decĂa la tĂa Julia, parafraseando a Borges ÂŤel tiempo es olvido y es memoriaÂť, Julia Urquide, boliviana que viviĂł con Mario casi una dĂŠcada, la de sus comienzos, que le acompaùó a su beca en EspaĂąa y se puso a trabajar como dactilĂłgrafa en la revista Selecciones del Reader’s Digest, porque el dinero de la beca no alcanzaba. Tiempo en el que no importaba que ella fuera
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diez o mĂĄs aĂąos mayor, ella tambiĂŠn dolida por la ingratitud del Ă€DPDQWH 3UHPLR 1REHO TXH OD abandonĂł cuando ya era mundialmente reconocido y se casĂł con Patricia Llosa Urquide, prima hermana de Vargas Llosa y sobrina de Julia. En una Ăşltima entrevista (Julia Urquide muriĂł hace poco en Bolivia) ella, llena de melancolĂa decĂa ÂŤno me equivoquĂŠ con Mario en lo literario, como hombre me defraudĂł, porque los sentimientos no se venden y Varguitas los vendiĂł, ĂŠl ha triunfado gracias a mi obstinaciĂłn y su enWXVLDVPR FXDQGR HPSH]y HO p[LWR PH H[FOX\yÂŞ 6H UHIHUtD D La tĂa Julia y el escribidor (1977) donde ĂŠl narra sus relaciones Ăntimas, sin consultarla siquiera, cosa que le pareciĂł impĂşdica y de mal gusto y le impulsĂł a escribir su libro contestaciĂłn Lo que Varguitas no dijo, pero tambiĂŠn le costĂł que el Premio Nobel le quitara iracundo las regalĂas de La ciudad y los perros que ella recibĂa puntualmente. Vargas Llosa lo ha reiterado siempre: ÂŤel gĂŠnero novelesco no ha nacido para contar verdaGHV HVWDV DO SDVDU D OD ÂżFFLyQ se vuelven siempre mentirasÂť o tambiĂŠn ÂŤtodos los novelistas VRQ GLVFUHWRV H[KLELFLRQLVWDVÂŞ
y ĂŠl no desperdiciĂł ÂŤesa pasiĂłn de contarse a la vez que cuentaÂť de la que hablaba su amigo JosĂŠ Miguel Oviedo, y quizĂĄ ese libro sea una llaga permanente a su bella y desaforada manera de literaturizar la vida. En todo caso, es enriquecedor rememorar los buenos tiempos de la tĂa Julia, cuando junto con Varguitas, en una pequeĂąa buhardilla de ParĂs, en la dĂŠcada del sesenta, recibĂan a guerrilleros y militantes peruanos o de cualquier parte, como LobatĂłn o amigos del legendario Hugo Blanco. Ella evoca las noches con ese muchaFKLWR H[WUDRUGLQDULR -DYLHU +Hraud, asesinado poco despuĂŠs, o con Julio y Aurora CortĂĄzar, JosĂŠ y Pilar Edwars, Carlos Fuentes y Rita Macedo, o las sobremesas con Miguel Ă ngel Asturias o las salidas a escuchar a Edith Piaf, Yves Montand, Juliette Greco o el inolvidable Aznavour de La Bohemia. 0XMHU ÂżQD H LQWHOLJHQWH OD 7tD Julia fue secretaria privada de BĂĄnzer y luego de Paz Zamora, y cuando estaba de humor recordaba la boĂŽtĂŠ de la Plaza San MartĂn, donde apenas entraban, como una premoniciĂłn, el trĂo “negronegroâ€? les cantaban aquel pasillo que dice: ÂŤno creas que si tĂş te alejas yo voy a llorar / tendrĂŠ que
buscar otro amor pero que sepa amar‌. Creo que hay varios Vargas Llosa. Yo admiro y amo su literatura porque en ella estĂĄ el mĂĄs autĂŠntico y el mĂĄs sabio. El PrePLR 1REHO QR HV XQD FDOLÂżFDFLyQ D VX H[WUDRUGLQDULD REUD 7DPELpQ se lo dieron a Obama por la paz y antes a Churchill por la literatura. Y no se lo concedieron a Joyce, a Proust, a Kafka, a Borges, que cĂłmicamente creĂa que ya se lo habĂan entregado, ni siquiera a Lezama Lima que al decir de Arguedas, sin haber salido jamĂĄs de Cuba, sabĂa mĂĄs del Ulises que la propia PenĂŠlope. Para terminar me permito recurrir a Chesterton que decĂa: La Biblia dice que amemos a nuestros amigos pero tambiĂŠn a nuestros enemigos. Probablemente son la misma persona. ÂŤLas personas que amamos no mueren, quedan encantadasÂť, dice Gonzalo Rojas. Porque hay muertos que no mueren, pero hay tambiĂŠn muertos que mueren antes de su muerte, como Vargas Llosa, ese que vive en La ciudad y los perros y en La casa verde, pero que estĂĄ muerto en su pĂĄginas decrĂŠpitas del diario El PaĂs de EspaĂąa.
Un minuto de silencio por Carlos CalderĂłn Chico
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Era un hombre especial, no pasaba desapercibido. Su fuerte voz acompaĂąada de movimiento de brazos y manos, llenaba el ambiente. El tema: libros, historia y literatura. Con un nuevo proyecto en mente, con un libro o una revista en camino. En los primeros dĂas del aĂąo, la muerte se llevĂł a nuestro querido amigo. Un extraordinario gestor cultural, gran investigador de las letras y la historia; compaĂąero de ruta, asiduo colaborador de nuestros proyectos editoriales. Para quienes seguimos caminando por los senderos de la cultura, su nombre estarĂĄ siempre presente.
actualidad
pensamiento complejo
Edgar Morin
Patricio Viteri Paredes
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La ciencia se ha vuelto ciega por su incapacidad de controlar, prever, incluso concebir su rol social, por su incapacidad de integrar, articular, reflexionar sus propios conocimientos.
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DUD HO ÂżOyVRIR IUDQFpV (GJDU Morin, nuestra ĂŠpoca neceVLWD VLWXDU WRGR HQ HO FRQWH[WR y en la complejidad de nuestro planeta. Y para ĂŠl, la complejidad es un tejido de elementos inseparablemente asociados: ÂŤHay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo (como el econĂłmico, polĂtico, sociolĂłgico, psicolĂłgico, DIHFWLYR PLWROyJLFR \ H[LVWH XQ tejido interdependiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto GH FRQRFLPLHQWR \ VX FRQWH[WR ODV partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre ellas. Por esto, la complejidad es la uniĂłn entre la unidad y la multiplicidadÂť. Pero un todo no es la suma de sus partes: el todo tiene cualidades o propiedades que no se encuentran en las partes. Si de un ĂĄrbol VyOR QRV ÂżMDPRV HQ ODV UDtFHV R solamente en el tronco o la copa, no podremos conocer con integridad quĂŠ es un ĂĄrbol, pues el conocimiento de los elementos DLVODGRV HV LQVXÂżFLHQWH En los seres humanos y en los seres vivos el todo tambiĂŠn se encuentra al interior de las partes: cada cĂŠlula contiene la totalidad del patrimonio genĂŠtico de un organismo; tambiĂŠn la sociedad como un todo estĂĄ presente en el interior de cada individuo en su lenguaje, su saber, sus obligaciones, sus normas. Y, asĂ mismo, cada individuo contiene el todo del cual forma parte. 3HUR HO H[WUDRUGLQDULR DYDQFH FLHQWtÂżFR TXH VH SURGXMR HQ HO VLJOR ;; LPSOLFy XQD KLSHUHVSHcializaciĂłn de las disciplinas que, concentradas en sĂ mismas, establecieron la disyunciĂłn entre las humanidades y las ciencias. Es decir, las ciencias obedecĂan al principio de reducciĂłn, que disminuye el conocimiento de un todo al conocimiento de sus partes, y que restringe lo complejo a lo simple.
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La hiperespecializaciĂłn impide ver tanto lo global como lo esencial, e impide tratar correctamente los problemas particulares que sĂłlo pueden ser planteados y pensados HQ XQ FRQWH[WR $O PLVPR WLHPSR la divisiĂłn de las disciplinas imposibilita aprehender ÂŤlo que estĂĄ tejido en conjuntoÂť, es decir lo complejo. Mientras que la cultura general incita a la bĂşsqueda de la FRQWH[WXDOL]DFLyQ GH FXDOTXLHU informaciĂłn o de cualquier idea, OD FXOWXUD FLHQWtÂżFD \ WpFQLFD parcela, desune y compartimenta los saberes haciendo cada vez mĂĄs GLItFLO VX FRQWH[WXDOL]DFLyQ El pensador francĂŠs utiliza una cita de Heidegger para ilustrar la desazĂłn contemporĂĄnea: ÂŤNinguna ĂŠpoca ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos quĂŠ es el hombreÂť. Los cuatro pilares del mundo moderno –la ciencia, la tĂŠcnica, la economĂa y la ganancia– dejaron a un lado la integridad humana. La ciencia se ha vuelto ciega por su incapacidad de controlar, prever, incluso concebir su rol social, por su incapacidad de LQWHJUDU DUWLFXODU UHĂ€H[LRQDU VXV propios conocimientos. Por tanto es necesaria y posible la unidad de la ciencia. Una ciencia que sea capaz de aprehender, al mismo tiempo, unidad y diversidad, continuidad y rupturas; es decir una perspectiva transdisciplinaria que atraviese la FĂsica, la BiologĂa y la AntropologĂa. La fragmentaciĂłn de los saberes no puede capturar la cualidad multidimensional de los fenĂłmenos humanos. El pensamiento complejo trata de relacionar los conocimientos dentro de este tejido interdependiente, restituyĂŠndolos D VX FRQWH[WR UHLQVHUWiQGRORV \ religĂĄndolos en la globalidad a la cual pertenecen. El ser humano o
ÂŤDeberĂamos poder vivir sin sacrificar el presente por el futuro, sin abandonar tampoco el pasado: necesitamos conservar una herencia culturalÂť. la sociedad son multidimensionales: el ser humano es a la vez biolĂłgico, psĂquico, social, afectivo, racional; la sociedad abarca dimensiones histĂłricas, econĂłmicas, sociolĂłgicas, religiosas, etc. Morin nos dice: ÂŤQue se entienda desde ahora mi camino: es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes, antagonistas, pero inseparables ante mis ojos; se trata, ciertamente, de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata, en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo, una teorĂa, una lĂłgica, una epistemologĂa de la complejidad que pueda resultarle conveniente al conocimiento del hombre. Por lo tanto lo que se busca aquĂ es la unidad del hombre y, al mismo tiempo, la teorĂa de la mĂĄs alta complejidad humanaÂť. Es decir que el hombre como individuo, como sociedad y como especie se encuentra en el vĂŠrtice de la antropolĂtica de Morin. Pero el hombre, ademĂĄs, debe tomar conciencia de que se encuentra en una comunidad de destino con los otros hombres, con la Tierra-Patria y con el cosmos. Lo que distingue al hombre de un primate es que el primero es, ademĂĄs de un ser completamente biolĂłgico, un ser completamente cultural. La cultura acumula en sĂ lo que se conserva, transmite, aprende. La cultura no es innata sino un hecho humano fundamental, pues estĂĄ constituida por el conjunto de los saberes, saber-hacer, reglas, normas, interdicciones, estrategias, creencias, ideas, valores, mitos que se transmiten de generaciĂłn en generaciĂłn, se reproducen en cada individuo, controlan OD H[LVWHQFLD GH OD VRFLHGDG \ PDQWLHQHQ OD FRPSOHMLGDG psicolĂłgica y social. Edgar Morin concluye: ÂŤDeberĂamos poder vivir VLQ VDFULÂżFDU HO SUHVHQWH SRU HO IXWXUR VLQ DEDQdonar tampoco el pasado: necesitamos conservar una KHUHQFLD FXOWXUDO 1HFHVLWDPRV PDQWHQHU OD ÂżGHOLGDG a nuestras raĂces. Debemos vivir no sĂłlo de un modo utilitario y funcional sino tambiĂŠn de un modo poĂŠtico, siendo el estado poĂŠtico aquel al que nos hacen acceder HO DPRU OD FRPXQLyQ OD ÂżHVWD HO M~ELOR TXH FXOPLQD HQ HO p[WDVLVÂŞ
BiografĂa Nace en ParĂs el 8 de julio de 1921, en una familia de origen judĂo sefardĂ. Desde los 15 aĂąos se involucra en actividades polĂticas revolucionarias y en 1941 ingresa en el Partido Comunista FrancĂŠs. Al aĂąo siguiente obtiene la licenciatura en Historia, GeografĂa y Derecho en la Sorbona. Participa en la Resistencia durante la ocupaciĂłn alemana y al ÂżQDOL]DU OD JXHUUD VH FDVD HQ (Q LQJUHVD DO &HQWUR 1DFLRQDO GH ,QYHVWLJDFLyQ &LHQWtÂżFD GH )UDQFLD &156 \ HVH PLVPR DxR HV H[SXOVDGR GHO 3DUWLGR &RPXQLVWD SRU VXV crĂticas al estalinismo soviĂŠtico. En 1960 funda el Centro de Estudios de Comunicaciones de Masas (CECMAS) y en 1962, junto con Roland Barthes, la revista Communications. Fue profesor de prestigiosas universidades francesas, brasileĂąas y estadounidenses; ha escrito mĂĄs de 50 libros UHOHYDQWHV \ UHDOL]y YDULDV REUDV FLQHPDWRJUiÂżFDV OH KDQ otorgado muchos premios y condecoraciones en Europa y AmĂŠrica. El 26 de noviembre de 2012 dio en Quito la conferencia, La VĂa. Para el futuro de la humanidad, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
BibliografĂa Galvani, Pascal y Cecilia Espinosa. Edgar Morin: La vĂa para el futuro de la humanidad. www.ceuarkos.com/ YLVLRQBGRFHQWH LQGH[ KWP Grinberg, Miguel. Edgar Morin y el Pensamiento Complejo (GLWRULDO $OIDRPHJD 0p[LFR Morin, Edgar. IntroducciĂłn al Pensamiento Complejo. Gedisa, Barcelona, 1998. Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educaciĂłn del futuro. UNESCO, ParĂs, 1999. Morin, Edgar. El Paradigma Perdido. Ensayo de BioantropologĂa. Editorial KairĂłs, Barcelona, 1996. Multiuniversidad Mundo Real. Edgar Morin, El Padre del Pensamiento Complejo. http://www.edgarmorin.org/ ELRJUDÂżD HGJDU PRULQ KWPO
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EliĂŠcer CĂĄr BIOGRAFĂ?A PORTĂ TIL El pasado diciembre EliĂŠcer CĂĄrdenas estuvo de cumpleaĂąos. 63 velas en el pastel no fueron muchas si se considera todo lo que este novelista nacido en CaĂąar ha escrito. Fue un activo militante de izquierda e incluso cayĂł preso durante la dictadura civil de Velasco Ibarra por defender los derechos de los estudiantes. Como muchos escritores de su generaciĂłn estuvo influido por el indigenismo, el modernismo y el existencialismo y escribiĂł su primer cuento: “Hoy al Generalâ€? a los quince aĂąos de edad. EstudiĂł Jurisprudencia en la Universidad Central de Quito. Se licenciĂł en Ciencias Sociales. TrabajĂł como reportero y jefe de redacciĂłn de diario El Tiempo, se dice supersticioso y catĂłlico aunque no practicante, cree en la labor pastoral hacia los indĂgenas y teme al diablo que todos llevamos dentro.
Uno, de los padres, sĂłlo hereda lo malo, pero ÂżincidiĂł en su vida el haber sido hijo de un contador de historias y de una profesora? 'H KHFKR HO HQWRUQR IDPLOLDU LQĂ€XyĂł decisivamente en mi vocaciĂłn de escritor. Mi mamĂĄ, como maestra, me enseùó desde pequeĂąo la pasiĂłn por la lectura. En cambio mi padre era un gran narrador oral, me dio un mundo mĂtico y fantĂĄstico que luego aprovecharĂa en mi labor literaria. Cuando estaba en el colegio tenĂa fama de rebelde, Âżcontra quĂŠ se rebelaba? Bueno, mi rebeldĂa se dirigĂa principalmente contra los prejuicios de un colegio religioso y clasista, y paulatinamente hacia el conjunto de la sociedad que me parecĂa injusta e inequitativa. A los 17 aĂąos, a causa de una decepciĂłn amorosa quiso suicidarse. ÂżPensĂł cĂłmo iba a hacerlo? Realmente se tratĂł de una salida un poco melodramĂĄtica, pues en el fondo nunca quise quitarme la vida, porque amo vivir. QuizĂĄ se tratĂł de una tentativa inspirada en novelas y pelĂculas romĂĄnticas que veĂa y leĂa con avidez.
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En la Universidad hizo taller con Ulises Estrella, RaĂşl PĂŠrez Torres e IvĂĄn ÉgĂźez. ÂżCĂłmo recuerda aquel tiempo? Propiamente no formĂŠ parte del Taller de la Bufanda del Sol, aunque fue importante conocer a quienes ya tenĂan un prestigio literario y habĂan publicado libros, ademĂĄs
denas
magnetĂłfono
PaĂşl Hermann
eran animadores culturales de primera importancia, por lo tanto ellos fueron un estĂmulo para mi incipiente formaciĂłn literaria de entonces. Su primera novela; Juego de MĂĄrtires (1976), trata sobre la frustraciĂłn de un hombre que vegeta en un empleo pĂşblico y que narra historias de familia. ÂżLa OLWHUDWXUD GHEH VHU ELRJUiÂżFD" Toda narrativa es, de un modo u RWUR DXWRELRJUiÂżFD (Q Juego de MĂĄrtires enfoquĂŠ un mundo de decadencia familiar y de falta de estĂmulo vital en su protagonista, talvez porque hubo personajes y situaciones familiares que posibilitaron ese argumento, aunque el tema fue transformado radicalmente y es una novela ciento por FLHQWR ÂżFFLRQDO Dice que en 1977 empezĂł a escribir por las noches Polvo y Ceniza. ÂżContinuĂł siendo un autor nocturno o aprendiĂł a escribir tambiĂŠn con luz natural? En l977 ya me habĂa casado, y tenĂa alguna ocupaciĂłn provisional, lo que me daba tiempo para dedicarme a escribir sobre todo en las tardes. AsĂ comencĂŠ a concebir Polvo y Ceniza, como la historia mĂtica y popular del bandolero NaĂşn Briones, que ya habĂa tenido una abundante literatura, pero mĂĄs bien de carĂĄcter anĂłnimo, lo que se llamarĂa una “subliteraturaâ€? que narraba sus hazaĂąas, asĂ como poemas populares tambiĂŠn anĂłnimos.
ÂżImaginĂł el ĂŠxito que tuvo Polvo y Ceniza? 1R SHQVp HQ HO p[LWR GH OD QRYHla, mĂĄs tuve dudas porque era la ĂŠpoca de las novelas introspectivas, por lo menos en el EcuaGRU 3HQVp TXH SRGtDQ FDOLÂżFDU D mi obra como un remanente del realismo social de los 30, aunque por supuesto yo habĂa procurado apartarme lo mĂĄs posible de esa literatura de denuncia, basada en esquemas de buenos y malos. Por entonces ya habĂa asimilado los procesos modernos de la novelĂstica latinoamericana, el neorrealismo italiano, y la obra de William Faulkner, que fue decisiva no sĂłlo para mĂ sino para una serie de narradores ecuatorianos y latinoamericanos. La novela ganĂł el Concurso convocado por la CCE, pero Galo RenĂŠ PĂŠrez no la publicĂł. Le recuerdo esto para preguntarle: ÂżEditar en Ecuador ha sido difĂcil? Lamentablemente y por alguna UD]yQ TXH QR PH H[SOLFR ODV EDses del concurso de novela convocado por la CCE de entonces, no incluĂa la publicaciĂłn del libro, y asĂ tuve que esperar a que un amigo mĂo ya fallecido, que era un poco de todo, inclusive editor, realizara la primera ediciĂłn de Polvo y Ceniza, con trabajos en varias imprentas a las que debĂa dinero. De todos modos, la primera ediciĂłn se agotĂł rĂĄpidamente, gracias tambiĂŠn a que mi
papĂĄ se dedicĂł a regalar ejemplares a todos cuantos conocĂa. ÂżSu mejor trabajo es Polvo y Ceniza? Creo que hay un prejuicio en torno a Polvo y Ceniza, quizĂĄ por ser mi obra mĂĄs conocida y para muchos la Ăşnica que han leĂdo de mi autorĂa, sin embargo considero que tengo otras obras a la altura de Polvo y Ceniza, aunque no han sido difundidas como ella, por ejemplo Los diamantes y los hombres de provecho, Una silla para Dios, HĂĄblanos BolĂvar, Las humanas certezas, Los libros de relatos: Siempre se mira al cielo, La incompleta hermosura, etc. Polvo y Ceniza ha sido publicada por varias editoriales del Ecuador y del extranjero, pero tambiĂŠn ha tenido ediciones piratas, esto es algo que le ha negado dinero, Âżpero no ha alimentado tambiĂŠn su ego? Creo que toda persona tiene en mayor o menor medida su ego, pero en mi caso me ha producido satisfacciĂłn saberme leĂdo, aunque de hecho mis obras no me han producido mucho dinero, incluida Polvo y Ceniza. Otras novelas histĂłricas se hicieron antes, A la Costa, por ejemplo, pero Âżfunda usted en Ecuador la novela del bandolerismo? No precisamente. En los aĂąos 30 del siglo veinte, el escritor Gerardo Gallegos escribiĂł una 13
interesante novela sobre el bandolerismo fronterizo que se llama Eladio Segura, pero no se trata de un bandolero social como NaĂşn, sino de un simple salteador de caminos, sin ninguna aureola en el pueblo. ÂżSintiĂł despuĂŠs de Polvo y Ceniza una inmensa responsabilidad? DespuĂŠs de Polvo y Ceniza, simplemente seguĂ escribiendo, apartĂĄndome, por supuesto, de la temĂĄtica del bandolerismo, que la retomĂŠ muchos aĂąos despuĂŠs con El Ă rbol de los quemados, en una saga que concluye con una novela aĂşn inĂŠdita. La crĂtica que en eso se parece a los arcanos, habĂa decidido de antemano que yo serĂa el autor de Polvo y Ceniza y el resto ya no importaba, y asĂ se dieron los casos insĂłlitos de que comentaban desfavorablemente mis obras posteriores sin haberlas leĂdo siquiera. Cosas de nuestra crĂtica. Tres aĂąos despuĂŠs de Polvo y Ceniza, publicĂł Del silencio profundo, novela sobre un lustrabotas y su familia que, pese a sus dos ediciones, ha tenido escasa difusiĂłn. ÂżLa trabajĂł pensando que podrĂa superar su trabajo anterior? Fue una novela lĂrica, en la cual la pobreza de una familia humilde alcanza creo yo, niveles de humanidad y poesĂa, por supuesto, sin tratar de edulcorar en manera alguna la miseria. Su viaje a Cuba en 1986, el respeto de Cuba por sus hĂŠroes, Âżlo motivĂł a escribir y a publicar HĂĄblanos BolĂvar? HĂĄblanos BolĂvar se publicĂł poco despuĂŠs de mi primer viaje a Cuba, que fue en l981, y no tuvo nada que ver con ningĂşn culto a los hĂŠroes porque el tema de la novela no es BolĂvar, sino el ha14
llazgo de unos manuscritos que probarĂan en la novela que el Libertador fue asesinado, teorĂa que frecuentemente ha sido planteada en la realidad, creo que sin fundamento. En el 85 editĂł un libro de Relatos Siempre se mira el cielo, con cuatro historias sobre niĂąos‌ No solamente son historias sobre niĂąos, hay tambiĂŠn una en la cual el personaje es un adulto. Fue mi segunda obra de relatos, ya que la primera es Hoy al General. Las humanas certezas, su siguiente novela, recoge sus experiencias como polĂtico y su relaciĂłn con una comunidad indĂgena del CaĂąar. ÂżSintiĂł la necesidad de expresar, no sĂłlo el mundo mestizo, sino tambiĂŠn el indĂgena? Efectivamente, Las humanas certezas surgiĂł de una campaĂąa polĂtica en las comunidades de CaĂąar, tratĂŠ en ella de abordar el mundo mĂtico a travĂŠs de personajes que son animales, un ĂĄrbol y objetos inanimados como una camisa, para narrar la historia de una comunidad en lucha entre la tradiciĂłn y el progreso. Los diamantes y los hombres de provecho es una novela en la que SXVR GH PDQLÂżHVWR VXV SUHRFXpaciones revolucionarias. ÂżSe propuso hacer literatura polĂticamente comprometida, o eran temas que se imponĂan por sĂ solos? Los diamantes y los hombres de provecho es una de las obras que mĂĄs aprecio, porque es la mĂĄs DXWRELRJUiÂżFD D SDUWLU GH DPLVtades que tuve en los inicios de mi vida polĂtica, como estudiante de izquierda, pero no solamente es una novela polĂtica, sino una novela de formaciĂłn, eso que los alemanes llaman una Bildung
Roman, o novela formaciĂłn, de aprendizaje. Publica posteriormente la novela histĂłrica Diario de un idĂłlatra, en la que se plantea mayores desafĂos tĂŠcnicos. ÂżHa querido ser un autor experimental o considera que para escribir una nueva novela hay que limitarse a narrar con correcciĂłn y belleza una buena historia? En mi obra narrativa, siempre ha H[LVWLGR XQ DIiQ GH H[SHULPHQtar, de no repetirme, y de abordar nuevas temĂĄticas, lĂłgicamente bajo puntos de vista y tĂŠcnicas diferentes. Diario de un idĂłlatra HV XQD GH ODV QRYHODV PiV H[SHULmentales que he escrito. Ha publicado ademĂĄs libros para nixRV ¢(V DOJR TXH OR JUDWLÂżFD" Para mĂ ha sido un deber escribir para la infancia, porque son los lectores de hoy y del maĂąana y es preciso cultivar la lectura desde la mĂĄs tierna edad. Creo que HV PX\ JUDWLÂżFDQWH HVFULELU SDUD niĂąos. (V XQ DXWRU SUROtÂżFR ¢7LHQH XQ KRUDULR ÂżMR" 0H FRQVLGHUR XQ DXWRU SUROtÂżFR y eso que no escribo mĂĄs allĂĄ de media hora diaria, eso sĂ todos los dĂas, salvo sĂĄbados y domingos. ÂżSon placenteras las horas que le dedica a la escritura? MĂĄs que placenteras, me parecen vitales los minutos que dedico a la escritura creativa, sea novela, cuento, teatro. ÂżReescribe? Por supuesto, es necesario reescribir, aunque por lo general no paso de una segunda escritura. Siempre tuvo tendencia a la novela social‌
Efectivamente, para mĂ la novela debe recrear mundos y personajes con todas sus contradicciones LQWHUQDV \ H[WHULRUHV HQ XQ XQLverso social, inclusive mis personajes mĂĄs solitarios estĂĄn permeados por lo social. ÂżHay en su obra intenciones didĂĄcticas? Conscientemente no he tratado de dar lecciones con mis obras, aunque quizĂĄ se desprenden forzosamente en algunas circunstancias. Hemingway decĂa que para escribir bien hay que estar enamorado. ÂżComparte esa opiniĂłn? Sigo otra frase que me parece mĂĄs interesante, que pertenece a Malcolm Lowry, y que dice ÂŤpuedo escribir con hambre o con frĂo, llueva o escampe, eso es lo que hace maravilloso escribirÂť. Hemingway tambiĂŠn decĂa que el periodismo es bueno para la literatura siempre y cuando uno se retire a tiempo. Usted, como redactor primero, y jefe de redacciĂłn despuĂŠs, de diario El Tiempo, no podrĂa compartir esa opiniĂłn‌ Por cierto que el periodismo siempre es un riesgo latente. Hay que evitar la confusiĂłn de escriELU UHODWRV GH ÂżFFLyQ HQ SHULRGLVmo o escribir crĂłnica periodĂstica en creaciĂłn literaria. El Pinar de Segismundo es una novela que habla de los aĂąos mĂĄs ricos del paĂs en lo que a cultura VH UHÂżHUH HV XQD GH HVDV QRYHODV que todos habrĂamos querido escribir. ÂżUsted elige los temas o los temas lo eligen a usted? Se trata mĂĄs bien de intuiciones literarias, uno halla un tema, pero tiene que irlo imaginando minu-
ciosamente antes de escribirlo. En efecto, El Pinar de Segismundo es una especie de homenaje irĂłnico a nuestros mayores en literatura, con sus manĂas, sectarismos y obsesiones. El Pinar de Segismundo es una novela con mucho humor. Hacer reĂr a los lectores con una obra literaria es algo muy difĂcil de lograr. ÂżUsted siempre quiso hacerlo? Es una novela que necesitaba del humor para ser accesible, caso contrario creo yo que hubiera sido un acto fallido y los personajes habrĂan salido acartonados e inautĂŠnticos. No olvidemos que son personajes literarios, aunque lleven los nombres de personas reales. ¢6H VLHQWH LQĂ€XLGR SRU OR TXH OHH cuando estĂĄ escribiendo? SĂ, siempre necesito leer a alguno de mis autores favoritos cuando estoy escribiendo, por ejemplo a Carlos Fuentes, A Dos Passos, Cesare Pavese o JosĂŠ de la Cuadra.
El Pinar de Segismundo (Fragmento) -ÂĄSeĂąor! -espetĂł la voz ĂĄspera de aquel a quien el pueblo denominaba “Profetaâ€?-, la cultura no es esto. Yo pensĂŠ en otra cosa muy distinta al firmar el decreto que fundaba la Casa. SeĂąalĂł con su largo imperativo Ăndice, al montĂłn de impresos desparramados en el escritorio-: Ustedes, los intelectuales izquierdizantes creen que ya no leo. Lo hago, cuando me queda un poco de tiempo libre y me engolfo en mis obras favoritas: Lamenais, Taine, Spencer, la historia nacional del arzobispo GonzĂĄlez SuĂĄrez. Pero ahora han llegado a mis manos estos verdaderos engendros de anarquĂa, perversidad e incultura. SĂ, seĂąor, de incul-tu-ra. ÂżCĂłmo es posible que la instituciĂłn que usted dirige publique tanta basura de albaĂąal?
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ÂżOtros escritores le han enseĂąaGR FRVDV VREUH HO RÂżFLR" Creo que todos los escritores que he leĂdo, inclusive los menos importantes me han enseĂąado algo. TambiĂŠn la conversaciĂłn con otros colegas instruye, y eso es bueno. ÂżQuĂŠ ha aprendido sobre literatura de otras artes? 1XQFD VH DSUHQGH OR VXÂżFLHQWH pero creo que la literatura permite abordar las diversas artes, desde la Ăłptica de la creaciĂłn, pin-
tura, mĂşsica, teatro, danza, cine sobre todo. ÂżPiensa que los escritores ecuatorianos competimos entre nosotros? Los escritores ecuatorianos, generalmente no competimos. Nuestro mercado es muy pequeĂąo y mĂĄs bien necesitamos ir juntos antes que competir, aunque claro, especialmente los mĂĄs jĂłvenes consideran a la carrera literaria como una competencia a veces desleal.
Usted ha querido vivir en Cuenca para tener una vida menos tensionante, Âżpero esto no le ha privado un poco del reconocimiento que ha merecido? El Ecuador es un paĂs pequeĂąo y se puede vivir en cualquier parte sin que eso perjudique seriamente una carrera literaria. Por supuesto, vivir en la capital genera ciertas ventajas, pero estas son mĂĄs de oportunidades de viajar que literarias en sĂ. Talvez ventajas editoriales, pero Cuenca es una buena ciudad para escribir.
butaca
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Lolita
Camera buff
Toda la precisiĂłn tĂŠcnica, todo el simbolismo del cineasta norteamericano al servicio de la obra literaria mĂĄs lograda de Vladimir Nabokov. Fue presentada en 1962 y desde entonces se ha convertido en la inspiraciĂłn de miles de cineastas y amantes del sĂŠptimo arte alrededor del mundo. (O ÂżOP FXHQWD OD KLVWRULD GH +XPEHUW catedrĂĄtico europeo de edad madura, que se enamora de la belleza y malicia de una adolescente; todo lo que hace por hacerla suya y las intrigas que terminan por desbarrancarlos.
Inmenso y poĂŠtico tributo al cine del director polaco Krzysztof Kieslowski. En un paĂs situado detrĂĄs del telĂłn de acero, el trabajador de una fĂĄbrica se ve convertido en el encargado de registrar los sucesos laborales con la cĂĄmara que FRPSUy SDUD ÂżOPDU HO QDFLPLHQWR GH VX hijo. MĂĄs temprano que tarde descubre que siente mĂĄs pasiĂłn por el cine que por su propia familia y mĂĄs necesidad de registrar poĂŠticamente su universo que documentar la polĂtica laboral.
No
Old boy
En 1988, cuando los Estados Unidos consideraron que las dictaduras que crearon en los paĂses latinoamericanos GHEtDQ OOHJDU D VX ÂżQ $XJXVWR 3LQRFKHW VH ve obligado a convocar a elecciones para intentar continuar en el poder de manera democrĂĄtica. La campaĂąa por el No la realiza un publicista joven, desde el interior mismo de medios adscritos al poder, apoyĂĄndose en el discurso de la nueva ĂŠpoca. PelĂcula imprescindible en la que se puede escuchar a Gael GarcĂa hablando con acento chileno.
Cierto dĂa un ser vital y mundano es encerrado en una habitaciĂłn sin mĂĄs compaĂąĂa que un televisor que trasmite pelĂculas violentas; estimulado por estas y para no enloquecer, Old boy se convierte en un autĂŠntico maestro de las artes marciales, y cuando es liberado aniquila a sus captores sin mĂĄs armas que su cuerpo y un martillo. La razĂłn por la cual fue encerrado, el director NRUHDQR .LP .L 'XN OD UHYHOD DO ÂżQDO
boceto
Patricio Herrera Crespo ÂŤ
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n 1882 comprĂŠ este libro al hijo del seĂąor SebastiĂĄn ViderĂ en 2 pesos, el modelo de encuadernaciĂłn, es bien hechoÂť, escribĂa JoaquĂn Pinto en la primera pĂĄgina de lo que serĂa su Ă lbum particular, XQ SHTXHxR OLEUR GH [ FP TXH UHcogerĂa, en sus 201 pĂĄginas, apuntes en dibujos y palabras de uno de los mĂĄs grandes artistas ecuatorianos GHO VLJOR ;,; JoaquĂn Pinto (1842 – 1906) que, a decir de JosĂŠ Gabriel Navarro ‌fue un raro ingenio, inteligente, culto y creador, laborioso en su profesiĂłn, pintor ilustre y gran acuarelistaÂť, desde pequeĂąo demostrĂł su inclinaciĂłn a la pintura por lo que buscĂł adquirir conocimientos en la escuela de Cipriano Borja y posteriormente en los talleres de varios artistas. Sin embarJR HO TXH PiV LQĂ€X\y HQ VX SUHSDUDFLyQ IXH HO SLQWRU NicolĂĄs Cabrera, quien, ademĂĄs, acercĂł a Pinto al Tratado de Pintura de Manuel Samaniego y le aconsejĂł que copiara los cuadros de los Profetas de GorĂbar. Fue entonces, ntonces, segĂşn Navarro que ÂŤPinto encontrĂł su ro y su camino y por ĂŠl se fue con maestro talentoo y sin titubearÂť.
A la muerte de su maestro, Pinto se dedica de lleno a la pintura y a profundizar sus conocimientos en una formaciĂłn autodidacta. Recibe la inĂ€XHQFLD GH ODV DFXDUHODV FRVWXPEULVWDV GH &KDUWRQ y Manosalvas, que posteriormente le llevarĂa a realizar acuarelas sobre los personajes costumbristas que Juan LeĂłn Mera presentĂł en sus coplas, en un intento por rescatar el folclor y las tradiciones populares que completarĂa con otra serie aĂąos despuĂŠs. DibujĂł y pintĂł el Ecuador, recorriendo sus paisajes. BocetĂł y anotĂł lo que sus ojos miraban y admiraban: PRQWDxDV YDOOHV \ OODQXUDV Ă€RUD IDXQD LQFRUSRUDQGR anotaciones para registrar sus caracterĂsticas y ubicaciĂłn. 7DPELpQ GRFXPHQWy ODV H[FDYDFLRQHV TXH PRQVHĂąor Federico GonzĂĄlez SuĂĄrez realizĂł en el norte del paĂs, dibujando posteriormente una serie de piezas caĂąaris que fueron incluidas en los libros Estudio histĂłrico sobre los CaĂąaris (1878), Atlas ArqueolĂłgico (1910) y Los AborĂgenes de Imbabura y del Carchi (1910). Igualmente ilustrĂł el libro Faune Malacologique de la Republique de l’Equateur, libro de malacologĂa publicado en 1897 en el BoletĂn de la Sociedad ZoolĂłgica de Francia, para el que compuso 36 Ăłleos sobre papel, de caracoles y moluscos. En los Ăşltimos veinte aĂąos de su vida, Pinto se dedicĂł tambiĂŠn a la enseĂąanza, dictando clases particulares en su domicilio, y la cĂĄtedra de dibujo en el colegio San Pedro Pascual. Posteriormente dirigiĂł en Cuenca la Academia de Dibujo y Pintura y a continuaciĂłn dictĂł cĂĄtedra en la Escuela de Bellas Artes en Quito hasta su fallecimiento, el 24 de junio de 1906. Con esta etapa coincide su decisiĂłn de escribir y dibujar sus vivencias en este pequeĂąo libro al que llamarĂa Ă lbum particular, recordando que ya en sus viajes por el paĂs bocetĂł, dibujĂł y registrĂł con apuntes, ubicaciĂłn, caracterĂsticas y otras referencias los sitios tra que visitaba y que trasladarĂa al papel TambiĂŠn lienzo o al papel. fechĂł mucho muchos de sus bocetos, dibujos, apunt apuntes y obras co con el seudĂłnimo
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Ipton, nombre compuesto por las letras de su apellido. El libro se encuentra en el Museo de la Casa de la Cultura desde 1938, cuando la colección particular de don Alfredo Flores y Caamaño fue adquirida por el Gobierno Nacional para la creación del Museo Único que después sería absorbido por la CCE. Este coleccionista había sido uno de los compradores de la obra de Joaquín Pinto que fue vendida por su familia que enfrentó graves problemas económicos después de su fallecimiento. Por este legado, la Casa de la Cultura cuenta hoy con la más grande muestra de Joaquín Pinto. Alrededor de 220 obras que incluyen bocetos, dibujos a lápiz y carboncillo, tintas, óleos, acuarelas y pasteles. Además tres libros: El estudio de los Aborígenes de Imbabura y Carchi, otro con cinco láminas de paisajes en acuarela y el Álbum Particular, motivo central de este artículo. Según la museóloga en arte Verónica Muñoz R., quien ha realizado un estudio del libro, «se trata de un FXDGHUQR GH WUDEDMR GH [ cm., en pasta dura», forrado con papel marmoleado y papel café imitación cuero. Tenía 199 páginas numeradas por Pinto. Es precisamente el coleccionista Alfredo Flores y Caamaño quien, en 1930, escribe en las dos primeras hojas sin numerar, lo siguiente: «Álbum particular de don Joaquín Pinto. Total de páginas 199, Dibujos 117 sin contar dobles, triples, etc. en cada página. Páginas blancas, lecciones y preceptos, las demás. Páginas que faltan: 27, 34, 66». Volviendo a la investigación de Verónica Muñoz ahora falta también la página 16, por lo que se cambió la numeración de las páginas 17 y 18 que aparecen como 16 y 17, pasando directamente a la 19. Además están en blanco, pero numeradas, las páginas 95, 96 y de la 126 a la 167. Sobre el contenido del libro dice Muñoz: «se puede dividir en dos partes principales, la primera compuesta
Esta rara joya bibliogrĂĄfica, un legado trascendental en la historia del arte ecuatoriano, por pertenecer a uno de los mĂĄs grandes pintores, y que ha permanecido en custodia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
por bocetos, estudios preparatorios, apuntes visuales, garabateos, etc. En repetidas ocasiones se puede encontrar en la misma hoja bocetos de temas variados. La segunda parte se distingue por FRQWHQHU DSXQWHV GH WH[WR FRQ IUDses, comentarios, transcripciones,
apuntes de libros de pintura, estĂŠtica, etc. Muchas pĂĄginas tienen WH[WR HQ ODV GRV FDULOODVÂŞ (VWD UDUD MR\D ELEOLRJUiÂżFD XQ legado trascendental en la historia del arte ecuatoriano, por pertenecer a uno de los mĂĄs grandes pintores, y que ha permanecido en
custodia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, serĂĄ dada a conocer al pĂşblico por decisiĂłn de la actual administraciĂłn que ha resuelto realizar una ediciĂłn facsimilar. El Ă lbum Particular de Pinto estarĂĄ en manos del pĂşblico en el primer trimestre de este aĂąo.
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Malabares
en su tinta Fernando Balseca
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unque uno de los ejes temĂĄticos de esta novela es consignar las peripecias que aparecen en la bĂşsqueda de un muchacho llamado Irigilbert, que ha desaparecido misteULRVDPHQWH VH SXHGH DÂżUPDU TXH todo Malabares en su tinta es el relato de un plural rastreo de lenguajes, de historias, de imposibles certezas, de personajes y personas que llevamos dentro y fuera, de sueĂąos desvanecidos; HQ ÂżQ HV XQD QDUUDFLyQ TXH VH SURSRQH XQ HVIXHU]R SRU H[SORUDU la totalidad, lo cual ha sido el cometido de las grandes novelas. 7HQHPRV SXHV XQ WH[WR HQ HO TXH el autor/narrador trata de plasmar la idea de que, en el momento en que se produce la escritura –y la posterior correcciĂłn–, es posible decirlo todo y abordarlo todo de manera coherente. Asombra este esfuerzo por recorrer parte de una vida como si fuera la vida entera. A lo largo de las 350 pĂĄginas se introducen varias voces que cuentan su visiĂłn de los hechos narrados; sin embargo, la sensaciĂłn del lector es que ese conjunto de hablantes podrĂa ser el resultado de una sola voz creadora, llamada “mi SeĂąorâ€? por uno de los narradores. No cabe duda: el poder de OD ÂżFFLyQ HV WDQ ELHQ PDQHMDGR HQ estas pĂĄginas que nos hace creer TXH HQ OD SOXUDOLGDG H[LVWH XQ XQR \ TXH HQ HO XQR VH H[SUHVD XQD FRPXQLGDG $ ÂżQ GH FXHQWDV VL OR
pensamos un poquito, siempre hay muchos yoes en una sola persona, no se diga en unos personajes que estĂĄn ahĂ para constatar los alcances creadores de la palabra literaria. AsĂ, los personajes se entrometen en los parlamentos de otros personajes, intervienen, subrayan, PDQLÂżHVWDQ VXV GHVDFXHUGRV OR que crea una sensaciĂłn de que la verdad no proviene, bajo ninguna circunstancia, de un solo polo sino que es producto del cruce de informaciĂłn y de memoria de muchos actores y participantes. La literatura, en medio del ambiente social en que vivimos actualmente, viene a demostrar, una vez mĂĄs, que es una forma adecuada para quebrar esa creencia por la cual alguien puede pensarse dueĂąo de la verdad. En este sentido, la novela
de IvĂĄn es polĂtica, porque provee a sus lectores de instrumentos para entender crĂticamente el entorno en que cada uno vive, en soledad y en colectividad. Dado que leemos aquĂ y ahora, hay una serie de alusiones que pueden ser interpretadas como un clarĂsimo intento por hacer del discurso de la literatura uno que interviene en realidad, para ampliar en los lectores la perspectiva de ver las cosas. Lo primero que salta a la vista, incluso antes de enterarnos cabalmente quĂŠ mismo va contando la novela, es el gusto siempre renovado de IvĂĄn ÉgĂźez por la palabra literaria, pues el libro que tenemos entre manos muestra tambiĂŠn un entusiasmo convencido por la H[SHULPHQWDFLyQ YHUEDO SRU HO juego lingĂźĂstico, por las asociaciones de palabras, por resaltar el VLJQLÂżFDQWH GH ORV YRFDEORV &DVL todos los narradores presentes en el libro tienen la conciencia de que, para producir literatura, deben mostrar los lĂmites de la OHQJXD QDWXUDO (Q GHÂżQLWLYD HVR es literatura: mĂĄs que un mero ejercicio que traslada informaFLRQHV VH WUDWD GH XQD WH[WXDOLGDG TXH SRQH HQ FULVLV HO VLJQLÂżFDGR mismo del lenguaje del que parte el escritor. Por eso, esta novela consigue crear una nueva sensaciĂłn de realidad, logra en cada una de sus pĂĄginas demostrar el paraGLJPD IXQGDPHQWDO GH OD H[SH-
biblioteca
riencia artĂstico-literaria, que es mostrar no solamente la desnudez del mundo sino de las palabras que se colocan una tras de otra para nombrarlo. De esta forma, las voces del relato mantienen la comprenVLyQ XQLÂżFDGD GH TXH HO YDORU mĂĄs importante de la literatura HV HO KDOOD]JR GH QXHYDV H[SUHVLvidades. Lo curioso es que IvĂĄn consigue hacer esto no sĂłlo con la lengua castellana, sino ademĂĄs con el inglĂŠs. TambiĂŠn sabemos que la novela es una forma en la que cabe todo; por tanto, en un momento, al ÂżQDO GH OD QRYHOD XQR GH ORV QDUUDdores asume la defensa literaria del “estiloâ€?, un aspecto del que ya casi
no se habla en los cĂrculos literarios y en los lugares en los que se la estudia sistemĂĄticamente pues algunos han preferido destacar RWURV FRQWH[WRV GH OD OLWHUDWXUD No es que haya teorĂa literaria en este libro; aunque sĂ podemos comprobar que la posiciĂłn del escritor queda consignada como parte de una lucha estĂŠtica; la literatura no es sĂłlo un decir especial acerca del mundo, sino tambiĂŠn un decir sobre el propio trabajo de la escritura. Sin embargo, IvĂĄn hace una apuesta no sĂŠ si llamarla mĂĄs clĂĄsica, de defensa del estilo; postura con la que concuerdo, pues esa es la marca del lenguaje literario propiamente dicho que se atreve a ir mĂĄs allĂĄ del sentido que nos provee la lengua materna. Tal vez esta vocaciĂłn por la H[SUHVLyQ OH KD LQVSLUDGR DO HVWXdioso VĂctor Ivanovici, en la solapa del libro, a rememorar la obra Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante. Efectivamente, mientras disfrutaba de estas peripecias verbales, la mayorĂa de las cuales se resuelven en la paradoja
y en el humor, pensaba en las SRVLEOHV GLÂżFXOWDGHV GH WUDGXFLU esa novela a otras lenguas, pues es tan cercana al dialecto ecuatoriano que costarĂĄ mĂĄs de un dolor de FDEH]D KDOODU OD H[SUHVLyQ SUHFLVD en otros registros lingĂźĂsticos. Esto, ciertamente, no es un defecto de la novela; pues sus resonancias VLJQLÂżFDWLYDV VRQ WDQ LPSRUWDQWHV que esta puede ser comparada, en lengua castellana, con Tres tristes tigres, como ya se dijo, en lengua portuguesa con Grande sertao: veredas, y en inglĂŠs con el mismĂsimo Ulysses. La literatura es un juego, DSXQWD DO SODFHU TXH VXHOH H[SUHsarse mĂĄs de una vez con una VRQULVD $ HVWD H[SHULHQFLD QRV lanzan permanentemente los narradores de Malabares en su tinta, quienes saben de los vuelos que consigue alcanzar la sorpresa lingĂźĂstica. IvĂĄn es un maestro de la lengua: como lector y escritor ha podido detectar casi todos los efectos singulares que la asociaciĂłn de palabras y la aliteraciĂłn conllevan: “la lĂvida frutaâ€?.
metrĂłnomo
Chancho en piedra Lo mejor es mascar lauchas
Extremoduro Material defectuoso
Los Bunkers MĂşsica libre
Yan Tiersen Dust lane
En su mĂĄs reciente producFLyQ GLVFRJUiÂżFD OD EDQGD de rock chileno Chancho en piedra ofrece, entre muchas otras sorpresas, una versiĂłn libre del poema de Nicanor Parra, CanciĂłn de cuna. Se puede encontrar, apartando el follaje que los mĂşsicos crean FRQ JXLWDUUDV HOpFWULFDV WH[WRV ĂĄsperos pero tambiĂŠn una alta dosis de metĂĄlica ternura.
DespuĂŠs de La ley innata, obra cumbre del rock programĂĄtico HQ HVSDxRO OD EDQGD GH ([WUHPDdura, EspaĂąa, entrega a sus seguidores un disco con temas contundentes; algunos ganan por TKO y otros por puntos, pero todos noquean. No se podĂa esperar menos de AntĂłn IĂąaki, letrista que llegĂł a esta producciĂłn despuĂŠs de publicar su novela El viaje Ăntimo de la locura.
Cuando las canciones de Silvio RodrĂguez empezaban a sonar QRVWiOJLFDV HVWD EDQGD DÂżQFDGD HQ 0p[LFR WRPy GH las letras mĂĄs icĂłnicas del trovador cubano y las cantĂł con acordes de rock. Un disco para que las nuevas generaciones se enamoren de la poesĂa, un disco al que hay que aplaudirle los “arreglosâ€? y que Silvio RodrĂguez agradeciĂł sinceramente.
Acercarse a los universos musicales de Yan Tiersen es como escuchar, por vez primera, los sonidos de Pink Floyd o The Police o Bob Marley, y no nos referimos a los gĂŠneros, sino a las propuestas, a los recursos, a las notas que tejen una partiWXUD FRORULGD H[SHULPHQWDO \ DO mismo tiempo, anclada en las tradiciones y el academicismo.
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Jorge Eduardo
Eielson
Luis Alberto Bravo
A
diferencia de lo que le RFXUUtD DO SHUVRQDMH ¿FWLcio Paranoico Pérez con relación a un siempre adelantado José Saramago, Jorge Eduardo Eielson no desilusionó nunca ni
evitó desarrollar sus inquietudes artísticas, en apariencia con muFKD UHODFLyQ GHXGD R LQÀXHQFLD de autores como Yves Klein, Piero Manzoni o Alberto Burri. En la actualidad Eielson es un reco-
nocido y consagrado poeta. Esta categorización no habría gustado para nada al artista, quien no enWHQGtD D OD SRHVtD FRPR XQD H[presión limitada a su forma escrita sino que traspasaba con naturaleza
Réquiem por Marilyn Monroe, por Jorge Eduardo Eielson
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variaciones KDFLD RWURV VRSRUWHV \ H[SUHVLRnes. MĂĄs que hacer un homenaje a modo de copy paste de poemas, quiero reivindicar al artista. Pues considero que el Eielson artista visual es aĂşn el dark side del poeta Eielson. La vida y carrera artĂstica del peruano corriĂł paralela a la que desarrollaban por esa ĂŠpoca Klein, Burri, Rauschenberg, HWF <D HQ KDEtD H[SXHVWR en la GalerĂa Colette Adlendy, el mismo lugar donde siete aĂąos mĂĄs tarde (entre 1956 y 1957) <YHV .OHLQ H[SRQGUtD HO LQLFLR de su ĂŠpoca azul: Bleu. Coincide HQ HQ VHQGDV H[SRVLFLRQHV en la Galleria dellâ&#x20AC;&#x2122;Obelisco, de Roma, con Rauschenberg (aĂşn el neodadĂĄ no era algo consciente ni tomaba precisiĂłn). Eielson deberĂa ser reivindicado como un antecedente directo del neodadaĂsmo y del pop art: en 1962, apenas dos meses de la muerte de Marilyn Monroe y cinco aĂąos antes de que Warhol realizara su famosa serigrafĂa, Eielson desarrollĂł $FWR ÂżQDO 2EUD de teatro en un acto), una especie de ejecuciĂłn teatral de difĂcil ejeFXFLyQ ÂąLQĂ&#x20AC;XLGR VHJXUDPHQWH SRU el performance Yves Klein como director de orquesta, de 1958â&#x20AC;&#x201C; en la cual la Marilyn Monroe de una fotografĂa escapaba de esa dimensiĂłn para volver a la realidad objetiva. Eielson denominĂł este acto, como una misa solemne, algĂşn crĂtico lo denominĂł â&#x20AC;&#x153;poesĂa dramĂĄticaâ&#x20AC;?, otros discreparon debido a su ausencia de parlamentos, teatralidad, y contrapunto fĂsico. De cualquier modo, Eielson se adelantĂł a tantos otros como Andy Warhol, o Ernesto Cardenal, al llevar a un Ăcono de la cultura popular a su obra artĂstica (incluso ya habĂa mencionado a la Monroe en un poema de Habita-
Eielson deberĂa ser reivindicado como un antecedente directo del neodadaĂsmo y del pop art ciĂłn en Roma, de 1957, es decir, el interĂŠs hacia una conversaciĂłn intelectual giraba por un asunto de seducciĂłn y no por mero sensacionalismo). AĂąos despuĂŠs reivindicarĂa al fallecido piloto de FĂłrmula Uno, Ayrton Senna. Pero la cultura pop, ya habĂa interesado a Eielson, claro, no de modo consciente al movimiento que liderarĂa Warhol. Un aĂąo antes, 1961, habĂa desarrollado (su muestra Jeans) donde presentaba ropas rasgadas, cortadas, quemadas, es decir, esto se adelantaba a la efervescencia del uso decadente del jean en el resto de la dĂŠcada de los 60, y su estela en los 70, 80 y 90. ÂŤLas ropas tratadas e insertadas en el cuadro tradicional, representan, en realidad, la necesidad del artista de tener una huella humana en la propia obra. Con una cierta anticipaciĂłn respecto a la moda de los jeans y de los mitos de los aĂąos 60Âť (Rachele Ferrario). 6XV H[FpQWULFDV esculturas subterrĂĄneas, serĂan una respuesta a las esculturas vivientes de Piero Manzoni (ambos vivĂan en MilĂĄn) y a la vez, a las esculturas monocromĂĄticas de Yves Klein. Pero correrĂan irregular suerte, de todas ellas, las que mĂĄs se mantienen en la memoria, son los papeles azules que lanzĂł DO YLHQWR FRQ XQ WH[WR HVFULWR HQ ellos: ÂŤEste pedazo de papel azul es un fragmento del UniversoÂť. Estas irĂłnicas respuestas a los discursos de Klein y de Manzoni serĂan rechazadas por Eielson (de ningĂşn modo serĂa un Lado B de nadie). DirĂa en una entrevista realizada en 1998: ÂŤEn Italia hay la convicciĂłn de que el uso de la
tela rĂşstica es invenciĂłn de Alberto Burri, asĂ como en Francia, hasta hace algunos aĂąos, el azul ultramar, el famoso IKB (International Klein Blue) era patrimonio H[FOXVLYR GH <YHV .OHLQ 3RU OR que a mĂ respecta no he tenido nunca en cuenta el hecho de que XQD H[SUHVLyQ IXHVH ÂłH[FOXVLYD´ de un artista mĂĄs que de otro. Ya ha sucedido que alguno hiciera los â&#x20AC;&#x153;nudosâ&#x20AC;?: ÂĄa mĂ no me importa, basta que sean bellos!Âť. Materia utĂłpica pasarĂĄn a engrosar los H[FpQWULFRV SHGLGRV TXH KLFLHra Eielson a la NASA. Primero VROLFLWy TXH HO $SROR ;, FRORFDUD en la Luna, una de sus esculturas. Hecho que fue denegado. Posteriormente pidiĂł que dispersaran sus cenizas en el satĂŠlite, pues consideraba a la Luna, el cementerio ideal para los poetas. Nuevamente su pedido fue denegado. Quien escribiera ÂŤMi corazĂłn sigue latiendo estĂşpidamente / desde el amanecer del 13 de abril de 1924Âť falleciĂł un martes 8 de marzo de 2006.
Cuerpo enamorado 0LUR PL VH[R FRQ WHUQXUD Toco la punta de mi cuerpo enamo /rado Y no soy yo que veo sino el otro El mismo mono milenario 4XH VH UHĂ&#x20AC;HMD HQ HO UHPDQVR \ UtH Amo el espejo en que contemplo Mi espesa barba y mi tristeza Mis pantalones grises y la lluvia 0LUR PL VH[R FRQ WHUQXUD Mi glande puro y mis testĂculos Repletos de amargura Y no soy yo que sufre sino el otro El mismo mono milenario 4XH VH UHĂ&#x20AC;HMD HQ HO HVSHMR \ OORUD
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Cecibel
Ayala: poeta
PociĂłn de medianoche Gota a gota remojaste mis labios, YHUWLHQGR DJXD YLYD GH WX Ă&#x20AC;DXWD TodavĂa no tenĂas nombre, pero ya viajaba en tu mirada de ramajes oscuros, hasta secretos jardines sin retorno.
Ya no amo la carne herida de tus pĂĄrpados Ăłrbita que va regando de sangre las piedras esa gala de frialdad vacĂa.
Y a veces, abrazando una piedra te decĂa: Âżbeso sabio o beso ardiente?
ÂżNo ves que todavĂa es pronto para sucumbir a las sombras que la tarde arrastra en hervidero?
TodavĂa no tenĂas nombre cuando te miraba, tallo nervioso bajo un clavel en llamas.
Fiel a la renuncia con el alma entre los dientes, GH OR H[WiWLFR D OR FUXGR vete de mĂ.
Gota a gota tu latido me recorrĂa como un instante de vana saciedad.
Y ahora que ha pasado tanto tiempo, ĂĄvida de embriaguez, miro cĂłmo se adormece la tarde. 6p TXH \D QR SRGUp UHVLVWLU OD HPERVFDGD ÂżQDO Todo cae nada mĂĄs empezar y todo es despertar. 24
Radiosa
Y si alguna vez recorrĂ el hielo de tu palma bien abierta, esperando saciar el Ăşltimo zarpazo, con el alma entre los dientes, ÂĄhuye de mĂ! Tu inmaterial omnipresencia ha esquilmado la mĂĄscara de mis ojos.
casa nueva Ultramundo Te espero con todo lo que aĂşn habita en mĂ: un esquivo fragor que resopla en las llanuras. Te encuentro en cada piedra, en el claro donde los rĂos han dibujado su forma mĂĄs serena. Te escribo para prolongar la ilusiĂłn de un viaje sin retorno, por el susurro que te envuelve en la inmensidad. No soy mĂĄs que la faz del tiempo que se ahogaba en el Ăşnico palpitar.
de nuestros cuerpos hĂşmedos y agitados. Ă&#x2030;xtasis Recorro los hilos de plata que van trazando nuestras miradas, acaricio tu nombre, como un rĂo herido bajo mis pies, bajo el ardor que hacĂas latir en mi vientre, mientras te alejabas abatido hacia la sombra, intentando no comprender nada.
Azur Esta maĂąana despertĂŠ en la hierba mojada de tu vientre; cegada por la luz que manan tus ojos de inhumana belleza, al sucumbir ante la tentaciĂłn de no dejar huellas, aunque te hayas convertido en el objeto de un culto autista. Abrazo tu mirada y haces que mis mares revelen la verdadera raĂz de mis secretos. Cuando el agua no te corta, elevas mi cuerpo hacia ritmos semejantes a los que se despliegan entre las eclosiones planetarias de tus ojos. Amado.
Cecibel Ayala
Recorro el silencio que bajo mi lengua has depositado como una droga clandestina.
Cayambe, 15 de mayo de 1986. Tiene estudios de ComunicaciĂłn Social en la Universidad Central del Ecuador. (O HVFULWRU 0LJXHO 'RQRVR 3DUHMD VH UHÂżULy D VX DQWHULRU libro, El Cazador FRPR D XQ WH[WR VLQ FODVLÂżFDFLyQ SRVLEOH que arroja apenas una luz en las tinieblas que llevamos dentro. Los poemas que presentamos corresponden a su reciente poemario PociĂłn de medianoche.
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«Agnès Varda ha sido a fin de cuentas desde siempre una auténtica ensayista del cine, puede que incluso la más determinada y tenaz de los últimos decenios». Alain Bergala. 26
Agnès
Varda Paulina Simon Torres
A
gnès Varda fue la única directora mujer de uno de los movimientos ciQHPDWRJUi¿FRV PiV SRWHQWHV HQ la historia del cine, la Nouvelle Vague, o Nueva Ola francesa, un modo de ver el mundo con mayor naturalidad y emoción, con más independencia creativa y mayor libertad económica.
En la década de los cincuenta los críticos más famosos del mundo encabezados por François Truffaut, se proponen devolverles a las películas la vitalidad, en una época en la que el cine comercial y las adaptaciones literarias empiezan a poblar la cartelera y el PRGR GH ¿OPDU \ SURGXFLU XQD película se encarece, se complica
escaleta y pierde emotividad. Para los fundadores de Cahiers du Cinema este cine acartonado de la ĂŠpoca no dejaba lugar a la emociĂłn, a la interpretaciĂłn, al disfrute. El pĂşblico debĂa acostumbrarse a ver historias fĂĄciles en las que cada detalle de la trama estĂĄ resuelto sin permitirle al espectador entrar en la historia. Y en el caso de los directores de cine, sucede que con estas producciones en serie, pierden la capacidad de crear, la libertad de inventar y dirigir historias originales. Entonces los HVFULWRUHV \ FLQpÂżORV H[SHUWRV empiezan a hacer sus propias pelĂculas. Varda es parte de este cĂrculo muy masculino conformado por el mismo François Truffaut, por Jean-Luc Godard, Claude Chabrol y Eric Rohmer. Aunque por ORV VHVHQWDV VH OD LGHQWLÂżFDED con un segmento de creadores de la Nueva Ola, un poco mĂĄs polĂticos, mĂĄs de izquierdas del que formĂł parte su pareja por mĂĄs de 30 aĂąos, Jacques Demy; su gran amigo el documentalista Chris Marker, recientemente fallecido y Alain Resnais.
Varda, nacida en 1928, es considerada la madre y por muchos, la abuela de la Nouvelle Vague. Se dice que su pelĂcula La Pointe Courte puede considerarse realmente como la primera pelĂcula de HVWH PRYLPLHQWR (O ÂżOPH FXPSOH en gran medida con las consignas del grupo de no ceder a la profesionalizaciĂłn y los protocolos rĂgidos del cine. Varda, que tenĂa una preparaciĂłn artĂstica como escultora y fotĂłgrafa, debuta en el cine con esta obra y marca una primera pauta de lo que serĂĄ su trabajo a lo largo de los aĂąos, tanto inscrita en el movimiento de la 1RXYHOOH 9DJXH FRPR HQ VXV H[periencias mĂĄs contemporĂĄneas con un cine documental Ăntimo, en primera persona, a manera de diario, pero siempre en el conWH[WR GH OR VRFLDO OR SROtWLFR \ OR artĂstico. Si se destaca el papel de Varda como la Ăşnica mujer entre los caballeros de la Nouvelle Vague, es porque ademĂĄs de su estilo muy SHUVRQDO FLQHPDWRJUiÂżFDPHQWH siempre fue una activista polĂtica y una feminista militante que ha dejado escrito en sus obras im-
SRUWDQWHV PDQLÂżHVWRV DVt FRPR apologĂas a la belleza y al amor tambiĂŠn. Ella misma ha dicho de su PRGR GH ÂżOPDU TXH VH WUDWD GH CinĂŠcriture, escribir con cine o escribir sobre el cine. Esta nociĂłn se siente especialmente en OR UHĂ&#x20AC;H[LYR GH VXV GRFXPHQWDOHV en los que hace un recorrido con imĂĄgenes por su vida y las pone en paralelo con dimensiones y referencias totalmente emotivas y brillantes. Cuando uno es espectador de la obra de Agnès Varda siente como si ella pudiera mirarlo a uno sentado en el cine, siente como si dialogara con una abuela entraĂąable. Ver las pelĂculas de Varda tiene mucho de aprendizaje y mucho de catarsis; es entender el mundo y es entenderse a uno mismo en XQ FRQWH[WR XQLYHUVDO Documentales como Los cosechadores y la cosechadora y Las Playas de Ă gnes hablan del VHQWLGR GH OD YLGD GH OD SUR[Lmidad con la vejez y la muerte; pero ante todo de un modo, QR VRODPHQWH GH ÂżOPDU VLQR GH vivir: reciclando, recuperando,
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coleccionando objetos, ideas, emociones, recuerdos, pelĂculas. Sus cortos, por otro lado, son ensayos artĂsticos y YLVXDOHV TXH H[KLEHQ VXV FUHHQFLDV SROtWLFDV VX DFWLvismo, y el modo profundo e Ăntimo que tiene Varda de disfrutar el mundo, de ver ParĂs, de comunicarse y comentar cada detalle con su pĂşblico. Otra de sus obras mĂĄs sentidas es el largometraje GH ÂżFFLyQ Jacquot de Nantes, un bello homenaje a su esposo, el cineasta Jacques Demy, en el que hace gala de su talento como cineasta, como artista visual y contadora de historias. Retrata a Demy desde su biografĂa, pero tambiĂŠn desde la fantasĂa, el amor, las LOXVLRQHV GH VX QLxH] \ OD FRPELQDFLyQ GH OD ÂżFFLyQ FRQ ORV UHWD]RV GH ODV SHOtFXODV TXH pO ÂżOPy
La Nouvelle Vague y ese sentido de libertad creativa, naturalidad, vigor y emotividad del que se hablaba en los cincuentas y sesentas, y que son algunas de las marcas indelebles del cine de Agnès Varda, son de otra ĂŠpoca, pero resultan absolutamente vigentes para el cine de nuestro tiempo. La lucha es la misma cuando se habla de un cine independiente y de autor, en el momento que viven las cinematografĂas del mundo, arrinconadas por un cine comercial, de industria, inmenso y con muy poca originalidad. TambiĂŠn como espectadores es un buen momento para ver el cine de Agnès Varda y dejarnos atraer con esa voluntad de contar Ăşnica y ese estilo que lo combina y resume todo para abrirnos los ojos a un universo de sensibilidad, pleno e inspirador.
CARTELERA
La Cinemateca del Ecuador, gracias a la Alianza Francesa de Quito y al Institut Français tienen el placer de presentar del 6 al 10 de febrero, en la sala Alfredo Pareja, una pequeùa muestra de la obra de Agnès Varda: dos documentales imprescindibles de su obra mås actual: Los cosechadores y la cosechadora (2000) y Las playas de Agnès 7DPELpQ VX ¿FFLyQ Jacquot de Nantes (1991). Finalmente, una colección de cortometrajes, que VRQ HQVD\RV DUWtVWLFRV \ YLVXDOHV TXH H[KLEHQ VXV FUHHQFLDV SROtWLFDV VX DFWLYLVPR \ HO PRGR SURIXQGR H tQWLPR que tiene Varda de disfrutar el mundo.
Muestra Agnès Varda: Ser y filmar FEBRERO 2013
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Hora
MiĂŠrcoles 6
Jueves 7
Viernes 8
SĂĄbado 9
Hora
Domingo 10
17:00
Cortos 1
Las playas de Agnès
Cortos 3
Los cosechadores y la cosechadora
16:00
Cortos 1
19:30
Los cosechadores y la cosechadora
Cortos 2
Jacquot de Nantes
Las playas de Agnès
18:30
Jacquot de Nantes
libros Son cien aĂąos de la muerte de Arturo Borja y la vigencia de su obra es indudable. Escritores, crĂticos literarios, maestros y lectores han comentado y siguen celebrando su escasa e importante producciĂłn.
Arturo
Borja: E
humor Violeta Luna
n ediciĂłn de aniversario, de noviembre 2012, la Casa de la Cultura acaba de reeditar La Ă&#x20AC;DXWD GH Ă?QL[, con una nota preliminar de RaĂşl PĂŠrez Torres, actual presidente de la InstituciĂłn. La verdad es que de un total de cuarenta y cuatro poetas que entre 1890 y 1920 sobresalieron en la escritura intimista, de pulimento idiomĂĄtico y temĂĄtica americanista, se tomaron solamente cuatro como referente del llamado â&#x20AC;&#x153;primer modernismoâ&#x20AC;?. Estos cuatro, cuya caracterĂstica fue el suicidio, constituyen, al decir de RaĂşl Andrade, la GeneraciĂłn Decapitada. Con los restantes se completarĂa el cuadro mĂĄs notable de nuestra poesĂa ecuatoriana de comienzos GHO VLJOR ;; $OJXQRV GH HOORV FRPR $OIRQVR 0RUHQR Mora, JosĂŠ MarĂa Egas, Hugo Mayo, Miguel Ă ngel LeĂłn, Miguel Ă ngel Zambrano, Gonzalo Escudero y Jorge Carrera Andrade, sin tener el estigma de la muerte fatal tienen la misma localizaciĂłn literaria, H[FHSWXiQGRVH ORV GRV ~OWLPRV FRQVLGHUDGRV SURSLDmente postmodernistas. Lo que viene despuĂŠs ya es solamente mera LQĂ&#x20AC;XHQFLD <D OR DGYLHUWH 0DULR %HQHGHWWL FXDQGR H[SUHVD Š$ WUDYpV GH ORV VLJORV OD SRHVtD VLHPSUH HV la misma. Lo que cambia es el estilo de la repeticiĂłnÂť. Fuere lo que fuere, hoy nos interesa la palabra doliente \ PtVWLFD GH $UWXUR %RUMD HVH H[WUDxR VHU KXPDQR GH lĂşcido y patĂŠtico estilo que mĂĄs allĂĄ de las desviaciones propias de esa ĂŠpoca, conociĂł la ineludible trampa de lo ignoto, de ese pasadizo irreverente en donde se estrangulan los dĂŠbiles y enfermizos intelectos. Con el humor en gris, viviendo siempre a la sombra de su madre locura o su madre melancolĂa, como un niĂąo desvalido que no termina de sufrir, Borja asume sin embargo su gravedad fĂsica y su gravedad psĂquica, la asume con esa lucidez del moribundo, como ese ÂŤvespertino trozo de paisaje en el aguaÂť al que PHQFLRQD HQ VX WH[WR Mi juventud se torna grave. 29
Comprende perfectamente, con esa claridad del ~OWLPR UHĂ&#x20AC;HMR TXH YLYLU QR HV PiV TXH VXPHUJLUVH en la eterna y cruel dialĂŠctica de ese preguntar y UHVSRQGHU FRQÂżUPDU \ UHFKD]DU LPSUHFDU FRQWUDdecir o maldecir, hasta llegar al fondo de la luz o la inconsciencia. Como en ningĂşn otro, el potencial imaginativopatĂŠtico es muy marcado en el lirismo de Borja. 1R KD\ WH[WR TXH QR FRQWHQJD XQD FDUJD GH WURSRV especialmente sĂmiles y metĂĄforas. Por otro lado los LQVWDQWHV HPRWLYRV KDOODQ FDXFH HQ OD HOHJDQFLD H[FODmativa e interrogativa, en esa ternura escondida bajo el nombre de aĂąoranza. %RUMD VLQ GXGD HV VREULR D SHVDU GH VXV EHDWtÂżFDV alucinaciones. Evita el prosaĂsmo y enriquece de sutil erotismo ciertos temas en los que la bĂşsqueda de lo H[yWLFR OR YXHOYH UHEXVFDGR 2WUDV YHFHV QR GHMD GH manifestar su neurastenia cotidiana y es ahĂ cuando se llena de una clarĂsima ironĂa que raya en el sarcasmo del epĂteto preciso, como en su EpĂstola, dirigida a Ernesto Noboa: ÂŤHermano poeta, esta vida de Quito, estĂşpida y molesta, estĂĄ hoy insoportable con su militarismo idiota e inaguantableâ&#x20AC;ŚÂť.
Borja sin duda es sobrio a pesar de sus beatĂficas alucinaciones. Evita el prosaĂsmo y enriquece de sutil erotismo ciertos temas en los que la bĂşsqueda de lo exĂłtico lo vuelve rebuscado. 7H[WRV VX\RV GH MRYLDO \ SHUIHFWD IDFWXUD HQ ORV TXH DĂ&#x20AC;RUDQ FRPR HQ XQ MXHJR GH FRQVRQDQFLD VXV UHLWHUDWLYDV LQWHUURJDQWHV \ DÂżUPDFLRQHV VRQ SRU ejemplo VisiĂłn lejana y Bajo la tarde. QuiĂŠn sabe si lejos del borrĂłn fatĂdico de la muerte, el itinerario del poeta hubiera sido prĂłdigo, o tal vez, como tantos precoces talentos hubiera caĂdo en el estancamiento. Pero, aparte de cualquier suposiciĂłn, su obra es sencillamente un indicador de calidad, un paradigma lĂrico como lo es tambiĂŠn la poĂŠtica de Noboa CaamaĂąo, Fierro y Silva. Ya quisiĂŠramos que las actuales voces, las nuevas â&#x20AC;&#x153;promesasâ&#x20AC;? tuvieran una dĂŠcima del numen de esta generaciĂłn, al menos la valentĂa de mostrarse honestos, sin poses ni caretas, de ser autĂŠnticos y leales con ellos mismos y sobre todo tener la lucidez para ser verdaderos creadores y seres humanos maduros. Arturo Borja cumple ciento veinte aĂąos y no ha muerto en vano.
Arturo Borja 300
libros Proyecto editorial CCE
pasiĂłn por los
libros
El compromiso de la DirecciĂłn de Publicaciones de la Nueva Casa de la Cultura Ecuatoriana no es con la cantidad, sino con el escrupuloso control de sus ediciones, con la cuidadosa selecciĂłn de cada uno de los tĂtulos que conformarĂĄn sus colecciones, con los poetas, narradores, ensayistas, artistas plĂĄsticos de nuestra sociedad, que apenas comienzan o que han trazado ya un camino, con los hombres y mujeres de todas las provincias del paĂs y de todos los sectores de nuestra sociedad.
Esenciales
ColecciĂłn clĂĄsicos del Ecuador
Libros que leemos sin que nadie nos diga que debemos hacerlo, libros que consultamos para hallar respuestas, para saber cĂłmo H[SUHVDURQ ORV JUDQGHV PDHVWURV de nuestras letras aquellas cosas que nos preocupan ahora, libros para mantener siempre viva nuestra memoria, para rendir tributo a los ecuatorianos que trazaron los primeros caminos de nuestras letras, que marcaron generaciones.
Letras claves
Casa nueva
ColecciĂłn letras modernas
ColecciĂłn nuevas palabras
Libros de los escritores ubicados entre los fundadores de la literatura nacional y aquellos que apenas empiezan; de los buscadores de palabras que dejaron caminos de letras para poder volver a casa, libros de la ciudad y sus mĂĄrgenes sin miedo a los laboratorios literarios. Palabras maduras para los nuevos lectores de nuestro tiempo.
La DirecciĂłn de Publicaciones sabe que si no se apuesta por las letras nuevas llegarĂĄ el dĂa en que perdamos la palabra, la voz, en que los ecuatorianos dejemos de comprender nuestra identidad cultural, de fortalecernos como naciĂłn, por eso ha destinado una FROHFFLyQ SDUD UHFRJHU ORV WH[WRV de escritores, hombres y mujeres, dispuestos a dar su paso inaugural, a ofrecernos sus singulares obsesiones y propuestas estĂŠticas.
Se prevee ademĂĄs, publicar una colecciĂłn de lo mejor de la nueva literatura latinoamericana gracias a la hermandad que la CCE mantiene con instituciones y embajadas de varios paĂses de la regiĂłn. 0HGLDQWH XQD FROHFFLyQ GH (QVD\R VH SRQGUi HQ HVFHQD ODV UHĂ&#x20AC;H[LRQHV GH ORV HFXDWRULDQRV HQ WRUQR D ORV PiV diversos temas y ofrecerĂĄ herramientas a los constructores de pensamiento, argumentos para el debate, mĂşltiples perspectivas sobre las nuevas preocupaciones de nuestro tiempo. Otra colecciĂłn estarĂĄ dedicada a la Interculturalidad. Esta cobijarĂĄ, como un amplio paraguas, las preocupaciones de todos los pueblos que conforman el paĂs, pero tambiĂŠn se ocuparĂĄ de las prĂĄcticas cotidianas de nuestra JHQWH GH ODV KLEULGDFLRQHV FXOWXUDOHV TXH QRV GDQ LGHQWLGDG GH QXHVWUDV H[SUHVLRQHV FRQWUDFXOWXUDOHV \ PDQLIHVtaciones juveniles. $QXQFLDPRV ÂżQDOPHQWH XQD FROHFFLyQ OODPDGD D FRQVWLWXLUVH HQ UHIHUHQWH GH QXHVWUDV DUWHV SOiVWLFDV \ YLVXDOHV para difundir nuestra cultura en imĂĄgenes. 31
Con tinta fresca /D Ă DXWD GH yQL[ Arturo Borja Hay poetas que pasan por la vida como relĂĄmpagos que se queman en su propia luz. Estrellas fugaces que dejan llamas en el corazĂłn de los hombres. Seres que ardieron en la palabra para alumbrar nuevos horizontes. Arturo Borja es uno de ellos. A cien aĂąos de su muerte terrenal, debemos, tenemos que recordarlo. Ă&#x2030;l y sus compaĂąeros de vida, infortunios y versos â&#x20AC;&#x201C;Humberto Fierro, Ernesto Noboa y CaamaĂąo y Medardo Ă ngel Silvaâ&#x20AC;&#x201C;, inauguraron una singular poesĂa ecuatoriana, la â&#x20AC;&#x153;poesĂa vivaâ&#x20AC;? que dijera Jorge Enrique Adoum. Sobre las ruinas de un romanticismo agotado, anquilosado por reglas ya FDGXFDV HO 0RGHUQLVPR SHUPLWLy TXH QXHVWURV SRHWDV H[SUHVDUDQ GRORURVDmente toda la fĂŠrtil sensibilidad de su vivencia humana. Este movimiento nos dio la poesĂa mĂĄs fecunda y armoniosa de aquella ĂŠpoca. /D SRpWLFD GH %RUMD HV XQ UHĂ&#x20AC;HMR GH HVD IXJD LPSRVLEOH HQ OD TXH SHUVHYHUDURQ QXHVWURV EDUGRV GH SULQFLSLRV GHO VLJOR ;; (YDGLUVH GHO PHGLR KRVWLO ÂłPXQLFLSDO \ HVSHVR´ VLJQLÂżFy WDPELpQ SDUD pO XQD HYDVLyQ GH OD misma vida, una negaciĂłn radical del futuro. Sus versos son las luminosas huellas de su paso angustiado por este mundo. RaĂşl PĂŠrez Torres
El Caminante mira como pasa el camino Bruno SĂĄenz Con este tĂtulo sugestivo, Bruno SĂĄenz Andrade no nos presenta un nuevo poemario sino que recopila sus ensayos, trabajados entre 1982 y 2009, esto es, en diferentes ĂŠpocas en su trayectoria como artista y testigo de la palabra, desde hace cerca de treinta aĂąos. Para Bruno no es el Caminante el que pasa, sino que es el camino el TXH OH YD PRVWUDQGR ODV PDUDYLOODV GHO DUWH FRPR KRQGR UHĂ&#x20AC;HMR GH OD YLGD (Q VX libro nos confrontamos con la obra de algunos de sus artistas preferidos, en mĂşsica y en literatura. Sobre esta Ăşltima asignatura llama la atenciĂłn del lector los intentos repetidos del autor por descifrar la esencia de la poesĂa, tanto, desde el punto de vista, mĂĄs de poeta, que de acadĂŠmico, como cuando se adentra en la obra de Borges en XQ LQVSLUDGR HQVD\R R HQ ORV PiV PLQXFLRVRV H[iPHQHV GH OD REUD GH GRV DOWDV cumbres de nuestra poesĂa: Gangotena y Jara Hidrovo, mostrĂĄndonos su temĂĄtica, sus tĂŠcnicas y su inefable inspiraciĂłn. Para SĂĄenz la poesĂa es un misterio o una interrogante, misteriosa interrogante, dirĂa, yo, sobre la vida humana.
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libros
Obituario del silencio Enve En verr Ál ve Álva vare va rezz En re Enda dara da ra Corazonar con el silencio, con el silencio imaginante, corazonar más que orar; pasionar con la palabra apasionante y apasionada, intuir que lo poético es un son del corazón, no sólo obituario…; aunque el amor pueda ser el leitmotiv obsesivo de este texto, el poeta cumple con razón su objetivo expresivo y estético: demostrar lo que dijo el joven Marx: «El hombre en tanto ser sufriente, es un ser apasionado, la pasión es la potencia del hombre, persiguiendo con energía su objeto»… Diego Velasco Andrade
Sombrilla lunar Adriano Valarezo Adriano Valarezo ha publicado con el auspicio de la CCE y del conocedor editor que es Patricio Herrera, un pequeño gran tomo con mágico título: Sombrilla lunar, queremos rendir homenaje, sugiriendo la pronta lectura de los relatos que en distintas dosis están desplegados en las 95 páginas de fácil, ágil, honda y placentera literatura, que hacen el corpus y el animus del libro. Adriano de leyente a escribiente. Queda claro que los libreros, cuando buenos, son cultores de saberes, coleccionistas de autores, escritores de buenas letras y codiciados cómplices de nuestro vicio mayor: la lectura. Oswaldo Paz y Miño J.
Poción de medianoche Ceci Ce cibe ci bell Ay be Ayal alaa al En su segundo trabajo, esta poeta cuya palabra, ha dicho Miguel Donoso Pareja, «arroja apenas una luz en las tinieblas que llevamos dentro», nos entrega treinta y tres poemas de inmensa factura, bordados con asociaciones sorprendentes. Poesía poderosa, escrita con tinta nueva y que, más alla de una inmensa sensibilidad, muestra un profundo conocimiento de la tradición liteteraria. Poción de medianoche es el primer libro de la colección Casa nueva de la CCE.
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libros TambiĂŠn te besarĂŠ en Lisboa Oswaldo PĂĄez Barrera Obra de corte polĂtico-social que muestra una faceta de los grupos subversivos formados en varios paĂses latinoamericanos, enemigos del imperialismo yanqui. Rafael LĂłpez, supuesto nombre del protagonista, se involucra en una cĂŠlula de izquierda revolucionaria y escribe un diario que lo lleva por ciudades y paĂses de AmĂŠrica. Entre sus amigos guerrilleros estĂĄn Lena Doria, una peruana abatida en una redada fronteriza; y, Carlota Banderas, ecuatoriana oriunda de Cayambe, con quien mantiene una peligrosa relaciĂłn.
Bases y estrategias de la gestiĂłn (de lo) cutural FabiĂĄn Saltos Coloma Aporte para la fundamentaciĂłn metodolĂłgica orientada al diseĂąo de polĂticas cultuUDOHV DFRUGHV FRQ OD UHDOLGDG HFXDWRULDQD PHGLDQWH UHĂ&#x20AC;H[LRQHV VREUH OD JHVWLyQ cultural y las transformaciones sociales. FabiĂĄn Saltos Coloma, propone una serie de herramientas conceptuales que SHUPLWHQ FRPSUHQGHU D OD *HVWLyQ &XOWXUDO GHO iPELWR SURIHVLRQDO \ FLHQWtÂżFR enmarcada en el Sistema Nacional de Cultura y la Ley OrgĂĄnica de Cultura. Saltos enfatiza en los fundamentos y modelos de la gestiĂłn cultural pĂşblica, SULYDGD \ FRPXQLWDULD WRPDQGR H[SHULHQFLDV H[LWRVDV FRPR OD GH OD FRPXQD $JXD Blanca, en la provincia de ManabĂ.
Disquisiciones y Divagaciones Victor Ivanovici RaĂşl PĂŠrez Torres dice que en este libro, Victor Ivanovici, vuelve con un atado de oro ÂŤ... trae a GĂłngora, BĂŠcquer, Lorca y algunas Carabelas para las Indias donde viajan nuevamente Borges, Carpentier, GarcĂa MĂĄrquez, y Octavio Paz, ese oso gramĂĄtico que decĂa: â&#x20AC;&#x153;soy una historia, una memoria que se inventa...â&#x20AC;?, razĂłn de ser de este libro que nos devuelve los espacios habitables para la poesĂa eternaÂť. La Casa de la Cultura presentarĂĄ este libro en el marco de las conferencias que Victor Ivanovici ofrecerĂĄ durante el mes de enero en centros culturales del paĂs.
Convocatoria La DirecciĂłn de Publicaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana invita a escritores, comunicadores, gestores culturales y artistas, a colaborar con la revista Casapalabras, con ensayos inĂŠditos sobre temas de arte y cultura. Se receptarĂĄn en el correo electrĂłnico: casapalabrascce@gmail.com, textos de entre 3 y 5 cuartillas escritas a espacio simple, letras Times New Roman, 13 puntos. 34
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