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Dinámica del mercado laboral en el Eje Cafetero 2018

Foto: Albeiro Rudas

El comportamiento reciente del empleo en la región ha presentado resultados poco favorables en términos de la tasa de desempleo, siendo bastante alarmante el desempeño de Quindío, que ocupa el primer lugar como el departamento con mayor tasa.

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Por: Mateo Rivera Arbeláez Profesional de Estudios Económicos de la CCMPC

La gran mayoría de ocupados en la región tienen un nivel educativo de secundaria media, en Caldas representan un 29,27%; en Quindío 33,54% y en Risaralda 31,01%. En cuanto a la cualificación de la mano de obra bajo el criterio del nivel formación adecuado, de acuerdo con las realidades actuales del mercado (técnico, pregrado y posgrado), los mejores resultados son los de Caldas, puesto que un 24,09% de los ocupados cuenta con un nivel de formación superior. En segundo lugar, se encuentra Risaralda, donde un 23,06% de los ocupados cuenta con un buen nivel de formación, con relación a Quindío donde solo un 22,19% de los ocupados tienen una buena cualificación laboral. Los datos de la composición sectorial del empleo pueden explicar en gran medida las razones del mal desempeño de Quindío, en este departamento los grandes generadores de empleo son sectores con bajo nivel agregado en términos de especialización del trabajo y son altamente volátiles a los cambios coyunturales asociados al ciclo económico. Por el contrario, para el caso de Caldas y Risaralda, si bien predomina la participación de la agricultura y el comercio, hay un aporte muy representativo de la industria manufacturera en la generación de empleo, lo cual genera efectos positivos como una mayor estabilidad y formalidad en los puestos de trabajo.

La formalidad es un indicador fundamental del mercado laboral, muestra como es la calidad del empleo que se genera en un territorio; por ejemplo, durante el 2018 Caldas presentó una tasa de informalidad de 54,3%; lo que indica que más de la mitad de los trabajadores en el departamento son informales. Pese a ello ocupa el cuarto lugar como el departamento con la menor informalidad laboral por detrás de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca. Por su parte, Risaralda ocupa el sexto lugar con una informalidad cercana a un 59% y Quindío ocupa el octavo lugar con una informalidad de 60,3%. En el Eje Cafetero hay un gran desafío, puesto que se debe mejorar la formalidad laboral; si bien en comparación con los otros departamentos los resultados son positivos, se deben tomar medidas cuando más de la mitad de los trabajadores son informales.

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