Revista de literatura y otras artes
Letra Muerta Número 2, septiembre 2011, Concepción
Fotografía por Fernando Valenzuela
Quiénes somos Cecilia y Karen, amantes de las lecturas en la micro y las conversaciones desvirtuadas en redes sociales Fanáticas de The Mars Volta y los garbanzos dulces Las micheladas con palomitas saladas son nuestra inspiración Estudiantes de Periodismo en toma (con mucho tiempo libre)
Aburridas de aspirar a concursos de literatura, creamos una revista propia
'Somos melómanos, cinéfilos y ninfómanos' (Basaure Huidobro)
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El Dueto (no alcanza pa’ equipo)
Directora: Karen Vergara Editoras: Cecilia Ananías y Karen Vergara Diagramación: Cecilia Ananías Colaboración especial Corrección diseño: Matías Fuentes
Participaron en esta edición:
POESÍA
Alan Basaure- Periodismo UdeC Ayelén Silva- Ped. en Inglés UC de Temuco Carolina Cid Carolina Torres- Derecho UCSC Chimpi (seudónimo) Gonzalo Ramírez, Ped. en Español UdeC Jorge Trujillo- artista autodidacta Maquiavel- Licenciatura en Historia UdeC Marcela Gallardo- Periodismo UdeC Octavio Abello- escribidor Paurr (seudónimo), Medicina UdeC Rodolfo Yertin (seudónimo) Victoria Merino- Ped. en Español UdeC
CUENTOS
Este trabajo está licenciado bajo la Creative Commons Attribution-NonCommercialNoDerivs 3.0 Unported License
Dilou Mafuag (Matías Fuentes)Castellano USACH Gonzalo Ramírez, Ped. en Español UdeC Lucho Tabilo- Periodismo UCSC Lucía (seudónimo)- aeromoza Miguel Molinet- Periodismo UdeC
FOTOGRAFÍA
Fernando Valenzuela- Ped. en Cs. Naturales y Química UdeC Fernando Venegas- periodista y profesor UdeC
CONCIENCIA
Camila Stuardo- Sicología UDD Ceje (seudónimo)
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Poesía
Miedo Seudónimo: Chimpi Tengo miedo, estoy aterrada. Aterrada porque siento, aterrada porque ya no puedo Controlar mis sentimientos. Miedo porque pienso en lo que siento. Aterrada porque siento que ya no pienso. Aterrada, llena de miedo, porque siento y pienso…
Memo
a mi prostituta favorita Nombre: Octavio Abello Oficio: Escribidor Yo soy la vela Aquél que acaricia el fuego y le brota la esperma Tú eres el fósforo y el recipiente Se despide ATTE Octavio.-
Misma Nombre: Ayelén Silva Estudiante de Ped. en Inglés, UC de Temuco Tú no has dicho ni una sola palabra llevas casi dos horas mirando al infinito. Toco tus manos heladas y apenas parpadeas Tus labios rosados permanecen quietos el color de tu cara no se va Tú y tu cuerpo inmóvil me asustas No logro entender por qué prefieres quedarte así, te vas en tus pensamientos y yo intento volverte a tierra te vas sin decir a dónde y no me llevas Tus palabras caen de a una, como lágrimas... de a poco y son saladas; difíciles me culpas ¿te he hecho daño? me odias y no entiendo No pediré ayuda, no daré lástima, has sabido usar mi cabeza y mis manos has sabido dejar mi voluntad contigo.
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Desconsuelo Nombre: Marcela Gallardo Estudiante de Periodismo UdeC Me hubiese gustado llamarte Oírte y pensar que soñé Profundo con aroma y dolor Que la noche fue larga Que el licor ardió en mi ira Que la mañana sería analgésica Y la cabeza no me daría más vueltas. Pero no fue así como quise dormir Nunca te llamé, aunque mucho evoque tu nombre. Aquella noche te hallé Dormido por fin Sin más que sufrir Oh Dios, no te llamé Desde mi vientre ya muerto Quise gritarte lo mucho que te amo Que tu carne me dolía Que tu sangre también latía en mi. Ser de mí ser La locura te consumió Y no estuve ahí Para abrazarte Y acompañar tu final. En mi desconsuelo Errática caminé y busqué Entre la embriaguez Tu rastro, tu olor, tu paso. Parecía todo sereno Parecía temprano
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Madrugada fría Con aroma invierno. Ya estaba allí, sin más camino De aquel natural De aquel de destino Con pensarte libre Y los ojos limpios. La necesidad de no vivir así Por no volverte a imaginar Por no volverte a recordar. Ya estoy aquí hijo mío Mi respiro es decidido No me queda más que hacer Porque no deseo más Que irme contigo.
Ella
Nombre: Victoria Merino Estudiante de Ped. en Español UdeC Ella venía volando, sola y despierta. Hacia mí, venía volando como de otra hora. (Quizás en qué cielo se encuentra estampado el recuerdo) Venía volando despierta, con sueños... Torbellino el cabello, resuelto el misterio. En silencio venía volando, en otra hora entre dos cielos.
Esquizofrenia Otra obra de Octavio Abello
Ángel Por Carolina Cid Con el mejor ánimo me dispuse para encontrarme con él, mi ángel malvado. Muchas horas despierta, soñando a la luz de mis rojas velas, que he dejado consumir pensando sólo en él. Tengo escondida una pasión oculta, ya marchita, mi cuerpo no permite que siga su rumbo, lo único que anhela es dejarla morir, incinerarla, exprimirla hasta botar sus cenizas, encantadas y empapadas de recuerdos estallantes. Hablo conmigo, sola y trastornada, sólo la luna me escucha, me mira e ilumina. Le pregunto, ¡qué hago aquí! Esperas lo imposible, deseas lo impensable. Lamentando sin motivo, mi amor cautivo, recuerdo sus ojos dirigidos a mi rostro cohibido por recibir esa atención tan cautivante. Me mira y me contempla, me sueña, se enloquece, me habla, me ama, se despide y me ignora.
La gran enemiga de la literatura masiva Es precisamente ella La literatura + I.V.A
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distorted Incertidumbre self portrait
Nombre: Alan Basaure Estudiante de Periodismo UdeC
las cosas duelen más cuando amanece por la luz, la resaca o el olvido. cuando la lluvia me sorprende en la ventana y mi cuerpo no tolera tanto invierno. los cigarros como inciensos aromatizan mis ganas de moverme por el mundo, lento y pausado. no tolero mi mente criminal cuando amanece las balas, la sangre, la huida. cuando el sol no aparece y no hay calma y mis ojos agonizan cual fantasma. los cigarros como inciensos incineran mi piel demacrada, yerma y desolada. quisiera ir a dormir cuando amanece, evitar la ira de la rutina y sus hábitos. cuando el ímpetu devora los intentos de paz y la lujuria subyuga el lado conciente. los cigarros como inciensos dañan la instancia privada y fecunda de mis sueños despiertos.
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Otra obra de Carolina Cid
Oyendo los compases de mil gotas al caer sin dormir por un segundo descifrando mi inquietud estoy cansada, helada, en catarsis por tanta lentitud La lluvia toca con fuerza, las ventanas de mi cuarto poca luz, que desvanece, ilumina mi rostro asustado por la sensación de incertidumbre sobre qué pasará en instantes, sobre qué me depara éste día si es que alguien interrumpe mi camino si es que alguien me tiende una mano o simplemente, me empuja al abismo.
FotografĂas de Fernando Valezuela
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La Pena
Otra obra de Octavio Abello Pesa el hombre, pesa la sangre, pesa La tarde, el sueño, cada movimiento Mientras afuera baila el universo Heme aquí militando la tristeza Entonces la vida esa antigua pieza Que conjuga este alto sufrimiento Quiero la muerte, no tiene defecto Su boca, su pecho, su mano tiesa Tengo la pena de todos los seres Cargo el océano, ¡Yo porto la noche! La melancolía de todos ustedes Lato el espacio vacío del boche Mato esa luz que a veces tú tienes Quito futuro, ¡nadie me escuche!
Paren el mundo que (no) me quiero bajar
Nombre: Jorge Trujillo/ Ocupación: Artista autodidacta No es tan fácil culpar al mundo Sabiéndose aferrado a sus polleras Y sin embargo la tentación es grande… Dicen que errar es humano Tanto que erramos al errar Y cada yerro es una cadena un eslabón más a nuestra cuenta
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Voy frenando Más aún sigo arrastrando Pulsando el corazón en voluntades tembleques Que se afirman en actos Desperdigados y crecientes Que eyaculan estelas de simiente Para pintar un mas allá Desde acá.
Herida Ya no escribo desconocida
Nombre: Gonzalo Ramírez Estudiante de Pedagogía en Español, Udec
Ya no escribo Que las palabras se las trague mi boca Que nazcan al revés que vomiten mi conciencia, que lloren mi ignorancia Porque ya no escribo porque dejé que me curaran los ojos con sal Porque veo amarillo y azul La cuarta ola se lo llevó y no regresa a la octava Vuelta Atrás ¡Quieta marejada! que se agrieten, que se lluevan, que se escupan A la puta que me enseñó a escribir al mal lamento, al mal coger, al mal tratada Que me quede sin discurso, sin nombre con los ojos negros de muerte en un estante Que se queden meados por perros de la calle que le llueva el sol de medio día, a medio estar, a medio servir. Come y calla. que se atrofien mis labios y sonrían.
Seudónimo: Rodolfo Yertin Impacto me causó más pena y amargura mi alma albergó, pero no se compara con el sentir de aquella mujer que acudió desesperada sin que nada le consolara Al niño le entregué una sonrisa y con pesar le observaba con que energía y alegría él jugaba y se reía, mas él no comprendía mas su inocencia aún le protegía ¿Por qué pasan las cosas? te preguntamos y no nos das respuestas, sólo espero que esto no sea una prueba de vivir en una sociedad enferma y dejar que el mundo gire al revés La desgarradora desesperación una madre no tiene fuerza para esta situación, mas no escribo con letra muerta si no con sentimiento de tristeza al ver una madre destrozada por su hijo de dos veranos que ha sido recién violado.
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FotografĂas de Fernando Venegas
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De secretarias degeneradas en oficinas de abogados. Nombre: Carolina Torres/ Estudiante de Derecho UCSC Creo en la palabra currículum creo en el abultamiento del currículum como en la prominente y tremenda porción de carne entre sus piernas masculinas (pobre muchacho, se sonroja) con su sangre y líquido con su expulso e impulso cuántico de este diminuto pedazo de tierra sabanil a la sideral lasitud espacial creo en su currículum, miamor creo en su hambre profunda, en el girar de su lengua retrocediendo el tiempo circularmente manillas en sentido contrario de mis pezones, hacia afuera.
ha de tener tras esos profundos ojos verdes alguna especie de animalidad oculta y ha de ser algunas especiales noches de verano como la polilla sobre el mantel como la polilla sobre la cocina y en el sillón y tal vez , sobre esta mesa de escritorio en que me alzo nuevamente como secretaria dibujando cochinadas en mi libreta de notas, de faldita y tacón
usted, jovencito veinteañero que posee todavía el impulso primordial apagado a golpes en bibliotecas institucionales - gracias por atender a la postulación, lo estaremos llamando -
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Olvidé
Seudónimo: PauRR/ Estudiante de Medicina, UdeC Se me olvidó otra vez, que te quiero. Se me olvidó que dependo de tu calor, de tu piel. Que el borde de tu cadera es la prolongación de mis piernas. Olvidé nuevamente que mi risa no es risa hasta que se contagia con la tuya. Olvide que mis manos, mis pies, mi cuerpo no son míos, son una mera ilusión, tú los conviertes en realidad con cada caricia, beso, respiración. Y olvide que te pensaba cada momento, olvide mi nombre, tu nombre. Olvidé que te necesito… y ahí estaba sumida en el aburrimiento infinito, disminuyendo cada vez más mi existencia, absorbida por la apatía. Pero como recordabas que era tuya, volviste a reclamar lo tuyo. Y en cada beso me fuiste dibujando, pintando y ahora nuevamente cobro vida.
Otra obra de Alan Basaure
1930
Detrás de su corazón de mago, fuera de su mente de príncipe. Entre las manos de hombre trabajador, desvaneciendo a partir de mi alma. En la mirada evasiva de niño orgulloso y molesto, camuflado en cabellos de cielo, acariciando el aire sólido, sin peso más que el de sus propias gotas de tierra. Medieval, épico, moderno y postmoderno, idealista, cautivo, furtivo, caritativo, absorto. Innumerables sus formas de abrir-cerrar los ojos, preocupado de no tropezar, esforzado en caer.
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Sobrellevando las lágrimas internas, vaciando lo lleno, buscando en lugares remotos un poco de paz, buenas noches -me dijo- y despertó.
Shúper tú, shúper yo Gonzalo Ramírez Bachiller, Estudiante de Ped. en Español, UdeC Espasmos al final del pasillo y a la izquierda donde la rebelión no ha tenido lugar Se cayó un hemisferio y cubrió de gritos la alfombra Por hoy, los restos no se devolverán Trastornos psicosomáticos, trastornos transitorios Siga la luz abra la boca escupa un diente Me cosieron el cerebro cuando mis venas yacían abiertas
¡Shuper tú, tú y tú por introversión! ¡Shuper tú, shuper yo, se invierten! /Un eco que parece jadeo y la función psicomotora se estremece Mi cuerpo fractal desgarrado jamás caerá en línea recta y sin más pecados confesados Matusalén se retuerce, se infecta / Saluda a un niño pobre y sus calendarios Say hello to my Little friend! / Mejor explotar en psicopartes y dejar el psicoculo inmaculado a que caer con los ojos abiertos y la lengua afuera/ -El número que usted marca no se ha marcado– Sorry for the mess -
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¿Existes? Seudónimo: Maquiavel Estudiante de Licenciatura en Historia, Udec Cansancio, dolor, tristeza. Tú, creador y administrador, sé lo que sientes, pereza. Pereza, al observar como, tu mayor creación destruye, su propia existencia.
al corazón derretido. La pereza extermina
Pero, ¿no te ocurrió aquello, quizás por soberbia?. El libre albedrío, será mi mayor regalo, pensaste. La pertenencia del hombre, Pertenecerte ha dejado.
Soberbio eres y serás, Porque aun piensas, que por toda la eternidad podrás siempre pronunciar “Hasta mañana si yo quiero”.
Pereza sientes, no tristeza porque bien sabes que la tristeza interminable, priva al corazón de su función principal. Generar pasión.
A través de esto puedo, Aceptar, afirmar y confirmar. “Que soy ateo gracias a ti”
Ya muerta por el tiempo la pasión irrefrenable. Necesitarte ya no podemos, sería ridículo sentir lástima por alguien perfecto, consumido por su infinita perfección. Preciso momento acude la duda, ¿existes?, o somos tan débiles
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Que necesitamos tu arrogante prepotencia para saciar nuestra fingida soledad.
FotografĂas de Fernando Valezuela
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Obsesión Victoria Merino García Egresada de Ped. en Español, UdeC Pierdo mis horas en el éxtasis delirante del impacto. Anhelo que la palabra me exprese. Siniestros pensamientos atrasan el tiempo. ¿Soñemos juntos? Volátiles, entre tu voz y mis letras. Enloquecer en las tardes, INVISIBLES, retiradas del mundo al revés de mis ideas. Serán sólo recortes de poemas "de otro tiempo", generando una OBSESIÓN I N M E N S A M E N T E hermosa.
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Yo Otra obra de Victoria Merino García Están tan muertas estas letras como mi alma. Desperdiciar vida, Soñándote. Han llevado a mis ojos a un nublado atardecer. Sin abrazos, ni caricias. Tanto como él te desprecias, tanto como él te ignore. Amante impura, destino de una antigua nínfula, terminarás despreciando la entraña. Mis letras están tan muertas como mi alma. Ser tú, resultaría caótico, problemático. Ya no hay tiempo ni te quedan rostros.
Ella-la-araña (a Ester) Otra obra de Jorge Trujillo
Ella no hacía ruido: Nadie la escuchaba Ni su madre que cosía y cosía Ni su padre que de inercia se emborrachaba Ni aún su hermano, lejos en delirios de cartón pintado Ella recibe un plato en su nuca Y cuando despierta su boca ya no es boca Va aprendiendo a enhebrar sus ponzoñas Hasta que un día arranca Sólo para regresar Y concienciar Que no hay más Que el silencio del hogar Ella regresa Y empieza a urdir su tela Densa, cada vez más densa Ella-la-araña Trama y trama Ya no escucha Se disfraza de formas Sobrias y apagadas Sirve que sirve Para dar sentido a su trampa Llena todo de telarañas Vomita ponzoñas Nos ahoga Y se va quedando sola, sola Con una mano en la espada Y otra en la balanza (no hay odio Ni incomprensión…sólo…perdón)
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Narrativa
Midnight snack Nombre: Lucía/ Ocupación: aeromoza Bajo a tu cocina y las baldosas resplandecen ante la fluorescencia del refrigerador profanado. La caja fuerte no posee ningún botín digno: una zanahoria añeja, un par de latas de cerveza, restos de comida china y una caja de leche. La huelo. Sí, está buena. Me sirvo una caña y vuelvo a tu habitación. Estás dormido, muy dormido y las luces de la calle se reflejan en tu espalda. Las sombras de la noche te hacen ver en blanco y negro. Saco la cámara y te tomo una foto; nunca lo sabrás. Voy al balcón y prendo uno de tus cigarros, leche y pucho, extraña combinación. Tienes el sueño tan pesado que nunca sabrás que me desvelé. Tienes el sueño tan pesado, que me puse a hurguetear en tus cosas, tus libros. Incluso encontré la foto que tienes con ella, la que ilusamente trataste de esconder. Es bonita, eso tampoco lo sabrás, tampoco lo sabrá. Vuelvo al balcón y veo los taxis esperando que alguien quiera una carrera. Me visto, pero no puedo evitar dejar “casualmente” el par de aros que traía dentro de tu velador. Aquella pequeña mina antipersonal algún día explotará y yo tampoco lo sabré. Salgo al frío y comienzo a bajar las escaleras, pero un sentimiento de culpa me toma por sorpresa. No, no tiene nada que ver con lo que hicimos, ni con la revancha de los aros, ni con la poca lealtad de género hacia la de la foto. No, lo que me pesa es perderme ese fantástico amanecer desde tu encumbrada ventana; esos pequeños placeres que sólo tienen los que viven en altura. Y justo que andaba con la cámara.
Comprensibles e impredecibles Seudónimo: Dilou Mafuag/ Estudiante de Castellano USACH
Comprendo que me hayan golpeado, que hubiera tenido que cambiar mi número de celular y que, siempre cuando te llame, entregue un nombre falso si me contesta alguno de ellos; que solamente te pueda ver furtivamente cuando sales a hacer algún trámite; e incluso, el haberme visto obligado a raparme “al cero”, dejarme barba y usar permanentemente lentes oscuros para que no me reconozcan si me los topo en la calle. Pero que aquel día, tus padres se fueran a las 4 a.m. del motel y nos pillaran desnudos en tu cama de madrugada… ¡Créeme que aún no lo puedo entender!
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Salud, Conchetumadre! Nombre: Miguel Molinet/ Estudiante de Periodismo UdeC Me di una vuelta carnero y conocí un mundo de mierda, me emocioné. Llovían lumas, lloraban gases, minaban gritos y salpicaba sangre, en el piso, y corriendo por los edificios. Apenas me di la vuelta para mirar, encontré en el cielo un color extraño, algo verdoso. Supongo que en algo reflejaba lo que había más abajo, lo que venía en no mucho más. Comencé a caminar raro, levantando un poco las rodillas, sumergido en una muchedumbre que me erguía y me hacia sentir orgulloso de reclamar por lo que es nuestro. -Debimos hacerlo hace mucho tiempo-, pensé, -tal vez sea un poco tarde-. Pero aunque así lo fuera, sigo caminando, al frente del frente, con la frente en alto y en lo alto el frontis que afrontaba el reto de esperarnos, antes de ser liquidados, si algo no salía bien. De pronto mi estoicismo se ve interrumpido de una manera vergonzosa. Siento un pequeño cosquilleo en mi nariz, como si algún intruso estuviera con alguna pluma revolviendo algo. Pienso que son esas bombas que ellos arrojan y que la idea es que uno llore. Pero, aunque hago uno y mil ademanes, me es imposible deshacerme de aquella incómoda sensación.
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De pronto, empieza todo a ser más rápido y violento, me siento incómodo y viejo y caminar se vuelve extraño y comienzo a levantar mi pecho y a esperar los golpes y los tiros, a asumirlos como corresponden y a devolverlos si es necesario. En cuestión de segundos se suelta la masacre, las reprimendas represivas y las coerciones coercitivas vuelan. Y yo subversivo observo que sólo son cientos, pero que pueden con mis miles, porque es claro que no es justo. El caos me ahonda y me consume, me liberta y yo lo libero de sus pieles, lo suelto en cuanto suelto una de esas que suenan y se escuchan cuando muchos luchan por subir su sueldo. Todo es entre verde y gris y es más mucosa que susto lo que me atonta a ratos, me hace mirar al cielo buscando algo de luz, tratando de desenmarañar un antiguo truco casero que lo aliente a salir, pero no, no puedo, no podría, porque demostraría mi debilidad ante tantos y no quiero que eso opaque esta batalla librada, este encuentro fortuito que nos tiene entre las cuerdas. ¿Y a quién le va a importar que lo nuestro sea justicia y lo de ellos desahogo, si al final todos ven lo que quieren ver? Eso es lo que me enrabia.
Entre tanto alboroto recojo un pedazo de suelo y me dispongo. Mi cubierta me tapa hasta el pelo y un pañuelo hace el resto del trabajo. Sólo mis ojos me delatan y me limito a ver adelante. Quiero lanzarla. Saco fuerzas de flaqueza para hacerlo, lo más lejos que pueda, hacia la cabeza de aquel que con cruel delicadeza echa arriba a la más débil. Qué cobardía. A él es a quien apunto. Y ahí voy, echo el brazo para atrás con violencia para lograr mayor fuerza, pero no puedo. No lo entiendo. Vuelve ese puto cosquilleo en mi nariz, esas ganas de estornudar malditas que me enredan y me coartan. Elevo mi cabeza hacia el cielo y cierro los ojos, arrugo mi cara buscándolo, intentando sacarlo desde lo profundo de mi amargura. Pero es en vano y me enojo. Se burla otra vez de mí. Y me lleno de violencia y mi brazo se echa atrás otra vez, pero esta vez sí encuentra la fuerza que necesito para partirle el casco y hacer que la suelte y aunque él que se caiga y que comience a dar giros por el piso y convulsione, la suelta, y eso es lo que me importa.
venían muchos, todos hacia mí, al de chaqueta negra. Corro como nunca. Sé que soy más rápido y que en algún momento los perderé, pero no quiero voltear. Y corro aún más raudo y siento que mis ojos se tornan nubosos y me es difícil ver y por alguna extraña razón mis piernas no me responden. No puede ser. ¿Por qué ahora? Es el maldito cosquilleo, esa estúpida sensación que me está atontando y me vuelve más lento y ciego cada vez. Pero cómo parar de correr, si arranco de mi fin. Corro, corro por mi vida, corro sin ver hacia donde, corro y tropiezo y vuelo por los aires hasta caer. Intento reincorporarme y veo que ya me tienen. De nada sirvió. Miro hacia arriba y desde lo más profundo de mi ser sale ese maldito estornudo, el que toda la mañana se contuvo para cagarme de esta forma. -Salud, conchetumadre!me dice el más grande de ellos, riéndose al tiempo todo el resto, justo antes de que descargaran toda su furia contra mi cuerpo y me desaparecieran de este mundo.
Me enorgullezco de mi acción, y me quedo mudo pensando, paralizado tan solo unos segundos, pero mi oído logra escuchar a mis espaldas la orden: -¡Ese de capucha, el de chaqueta negra, ahora!-. Alcanzo apenas a mirar hacia atrás cuando veo que ya es tiempo de correr, porque atrás
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Fernando Venegas
Fernando Valenzuela
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Perfect Nombre: Karen Vergara/ Estudiante de Periodismo Udec El sol lo iluminaba todo, tarde de agosto, frío naciente, plaza pública, cerezos en flor. Jodorowsky dijo ‘cuando te guste alguien sentirás en tu útero un sol que no quema’ y acá estoy fumándome un pito contigo y te miro a los ojos y me voy al infinito. Me sonríes con esos dientes pepsodent mientras pienso ¿Qué cresta me encontrai? Me miras y me acaricias la cara como si fuera un tesoro, una joya preciada por la que piratas se pelearon durante generaciones. En mi cabeza no para de dar vueltas Perfect de los Smashing, mientras aspiro la última bocanada de marihuana y siento que todos los dolores se van. Lovers out of time Te doy un beso y siento que sacudo todo el mundo, la vida es buena, pienso y me acuesto en el pasto. You’ll see I promise we’ll be perfect Quisiera que entendieras que me gustas, que esa timidez derritió mi corazón Pero solo puedo reír y tomar otro sorbo más de cerveza, -Me desarmas.
Usted se encuentra aquí… Nombre: Gonzalo Ramírez /Estudiante de Ped. en Español, UdeC Señor, sé lo que cualquier chileno promedio que se respete puede saber. No sé de leyes, tampoco de medicina, no me pregunte por química, menos por geografía. No me pregunte entonces por direcciones, porque no soy de la ciudad. Siempre digo que soy de entre San Felipe y Los Andes, que me perdí entre Coquimbo y La Serena, hasta encontrarme entre Talcahuano y Concepción. Extranjero como usted, no lo puedo ayudar ¿Qué le voy hacer? Soy sólo una persona normal, que vive entre la certeza y la ambigüedad, como cualquier chileno promedio que se haga respetar. Váyase ahora, pregunte en otro lugar.
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Gouge Away (arrancar sin parar) Nombre: Cecilia Ananías/ Estudiante de Periodismo UdeC 3:45 AM Entre los vacíos, algunos recuerdos guardo. El insomnio ha terminado por aplacar la memoria y preservar sólo lo esencial. No hay ningún respiro de sobra entre mis pulmones... tan poco es el aliento que a veces me siento desmayar. Y mi corazón latiendo lo justo y necesario, sin ningún retumbar para dar; nada para regalar a quienes lo necesitan - ¿Y acaso alguien me necesita? Y son los mismos vacíos quienes no me dejan responder. Los veo amortajados de negro, sosteniéndome de un brazo, imposibilitándome partir, negándome una salida... - No estoy buscando una salida de la ciudad ni de este callejón… sino del océano mental que brotó dentro de mi cabeza. Ni siquiera sé por qué me encuentro aquí, sentada sobre los adoquines, en medio de una calle demasiado antigua como para tener tránsito... demasiado solitaria como para considerarme una suicida esperando a un ebrio al volante que llegue a pasarme encima. Lo que sí recuerdo… recuerdo que solía amar estas calles ancianas llenas de adoquines, sólo por la
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manera en que reflejan la lluvia. A veces veo en ellos los ojos negros de un amante extraño, alguna compañía en las calles, más allá del vaso de vodka en mis manos; más allá de la botella de vodka reventada contra aquel poste cercano. - Vaso de plástico marca “Kamadi”- me recito a mí mismavodka Eristoff, el más vomitivo de todos… ¿por qué? ¿soy una alcohólica en medio de una horrible recaída? ¿una ex reo que provocó un incendio para huir? ¿una persona a quien le dieron un fuerte golpe en el cráneo? Y me aterra no recordar... pero no sabría decir dónde he dejado las llaves. Ni siquiera el celular. En una noche de luna y nubes, no sabría adivinar hacia donde caminar (pero los adoquines son cómodos y hay algo en mi porfía que impide que me congele y mimetice contra el frío suelo, en medio de mi estúpido… ¿duelo?) Alguien alguna vez me dijo que estaba genéticamente incapacitada para ser feliz. Que soy la brocha que compuso cierta canción para los Rolling Stones… Just paint it black. Soy la ponzoña que haya envenenado con sus labios aquellos que se acercaron demasiado... a todos aquellos a quienes les
importé. Sólo son quienes los hice creer que podía ser feliz, sólo para decepcionarlos... (no, no, mañana estará todo bien, sólo porque yo quiero y me lo ordeno). Siento una lástima sin remedio hacia la botella despedazada y ninguno por mí misma, aunque también yazca rota en una calle, donde la basura suele parar (sólo un sorbo más para calentarme aunque sea la garganta, este vaso entre mis manos y pulso galopante, bruma nocturna, respirar jadeante, antes de decidir si recordar o dejarme morir aquí). Y quiero recordar... sé que hay una luz a la que extraño sentirla aliviándome el corazón, reviviendo el palpitar y color de mis manos, pero... pero no es el sol, es una luz aún más cálida... una luz que ya no está. Y sólo quiero recordar… pero algo me dice que no me gustará la respuesta. Que de hecho la odio tanto, que por eso vago perdida a la intemperie, desmemoriada e insensible ¿tengo un hogar al cual regresar siquiera? O sólo soy como aquel hombre echado entre dos botes de basura, que no sé si duerme entre nosotros o allá en los cielos, porque no lo veo respirar… oh Dios, hace tanto frío, el hombre podría estar muerto de frío, pero tengo frío en mis manos, frío en mi alma, mi identidad enfriada y ni rastros de un teléfono helado que
pueda apoyar contra mi oreja, para intentar despegar la lengua y soltar un mísero “auxilio”. Un jodido y mísero auxilio… 4.20 AM Arrancar sin parar... puedes arrancar sin parar. Estarte todo el día, si es lo que quieres. El sonido ochentero de Gouge Away, por The Pixies, está sonando dentro de mi cabeza: ocupando cada una de mis neuronas, sin dejar espacio para nada más; arrancar sin parar… está trayendo a mi memoria los acordes de mejores días, cuando fuera una estudiante despreocupada de la vida y no esta mísera sombra de mujer atravesando y desangrando Concepción, como una daga escondida entre las ropas. De hecho, este barrio está teñido por la sangre y el calor, un barrio rojo como le suelen llamar. - Eres bonita. Te falta carne en las piernas no más, pero son largas. Si trabajaras acá te iría re piola, galla- me conversa una travesti demasiado brillante, si se le compara con aquel oscuro lugar. Lleva un corsé de látex negro, en conjunto con una falda escocesa cortísima; está parada junto al semáforo y se agacha picarona mostrando un buen trasero cada vez que un automovilista para. Hay algo en su sonrisa que tiene luz, a pesar de los malos tratos propios de su oficio, aún así, ella tiene luz… en cambio en mí, ya no queda nada que
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alumbre. - ¿Y qué haces por acá, flaca?me pregunta curiosa. Se subió sólo 10 minutos al auto anterior, un rapidito o un “trabajillo” nada más. - No estoy muy segura. Llevo horas caminando así. - ¿Y cómo te llamas? ¿tienes familia acá?- las cejas depiladas y vueltas a dibujar se concentran con sorpresa en mi alicaído rostro. - No estoy segura… de nada ¿por qué otra razón vagaría por las calles? Risas de ella: - Por placer- es la simple y certera respuesta- Mi nombre artístico es Valeska, un gusto ¿quieres un trago pal’ frío?- me ofrece una petaca de ron. Y yo bebo los restos de licor, como si al fondo de esa botella fuera a hallar todas las respuestas a la avasalladora horda de preguntas que nublaban mis sentidos… 5.10 AM Tengo ganas de gritar en cámara lenta, como si fuera parte de una película… o del videoclip de una canción rockera. Soltar un gemido melodioso, un “ooooh” orgásmico, unos versos sin sentido, mientras el irrespetado público rompe a aplaudir con sus caras sin rostros, con sus manos llenas de cámaras y grabadoras, con sus gritos de muchedumbre, pidiendo mi cuerpo, pidiendo mis huesos, que me tire hacia ellos para que me desplumen cual ave mitológica, cual gallina pa’ la cazuela…
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- Tengo mis circuitos y boca llenos de incongruencias. Un perrito me sigue… hace rato que lo hace. Puede que en alguna esquina, escondite o casa alguien lo extrañe; puede que fuera parte de la enésima camada de una perra con demasiados amantes, demasiado suelta (hasta para ser perra) y cuyos dueños, aburridos de tanto acto de procreación, decidieran tirarlo junto a sus hermanos a quizás cuál río, del que sólo él saliera vivo… Arrancar sin parar... puedes arrancar sin parar. Estarte todo el día, si es lo que quieres. Siempre que estoy sola, los animales me siguen. Puedo recordar eso. Este es lanudo y blanco, como una oveja que ladra. Se ha puesto a gemir al verme y luego ha movido la cola muy contento apenas le he soltado un pedazo de pan. Ahora me sigue y acerca su hocico con nariz húmeda hacia mi mano, buscando una caricia, un gesto de aprobación. Llevo horas y horas caminando. Sólo tuve una botella de vodka, un travesti y ahora tengo un perro. El frío de la noche pareciera arrancarme la piel; el frío del olvido me ha arrancado el corazón. Y aquel auto… Aquel auto viene decidido a arrancarme la vida… y el último recuerdo. Que tu vida rueda ante tus ojos antes de morir, vaya qué es cierto! ¿Pero acaso realmente quería aquella película dentro de mí rodando, aplastando? Veo al conductor gesticular
desesperado desde la cabina, darle un giro espantoso al volante. Recuerdo todas las horas de trabajo como secretaria, contestando llamadas, pasando llamadas, anotando recados de los llamantes, clasificando papeles, haciendo cafecitos, abriéndome de piernas ante el jefe, aguantando las horas extras, los gritos e insinuaciones, los clientes que estallan como bomba, los clientes que al menos dicen “gracias”. Escucho las llantas rayando el pavimento, forzándose a doblar, a salvarme. Escucho el llanto eterno de la bebé por las noches, asustada de las formas de los árboles mecidas por el viento, hambrienta de leche tibia, anhelante de mamar mis senos. Escucho las canciones de cuna y rock que le cantara, con paciencia inacabable, con voz suave, con voz de madre. Arrancar sin parar... puedes arrancar sin parar. Estarte todo el día, si es lo que quieres.
de las normales, sometiéndome bajo su peso, aquella noche que llegara apenas sosteniéndome sobre mis piernas hasta la casa, directo a pagarle a la niñera, a alimentar a la bebé… a alimentarla y que sucumbiera ante el sueño… Las ruedas, sus chillidos. El conductor, su pulso. El auto, la suerte: que sobre aquellos adoquines mojados diera cuatro trompos y apenas pasara rozándome por un lado. Yo, aún viva, pero rogando por mi homicidio. Mi bebé, mi sol, mi luz… ya recuerdo: muerta aquella noche, bajo mío y mis senos llenos de leche, ahogada bajo mi cuerpo y calor, mientras yo me las daba de Bella Durmiente. Yo ya no puedo arrancar...
El conductor siente el miedo, el peso de una condena, la adrenalina de un error a punto de cometerse; siento el hálito de la muerte, conversándome al oído, recordándome, entre los acordes de una canción de los Pixies (Durmiendo sobre tu vientre/ Rompes mis brazos/ Sacas a cucharadas mis ojos/ Has estado frotando un mal hechizo/ Con dedos sagrados) y las sombras de los árboles y el ladrar de los perros, aquella noche que mi jefe se aprovechara de mí más veces
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Fernando Venegas
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No Feelings
Nombre: Lucho Tabilo/ Estudiante de Periodismo UCSC Miro a mi alrededor y todo es borroso. Hay latas de Escudo vacías, colillas de cigarro en vasos con piscola, ceniceros con ramitas y papas fritas humedecidas, la alfombra manchada con vómito y dos condones en el suelo. La pieza huele mal, asquerosamente mal. Miro el celular y el reloj marca las 1:39 pm. Me duele la cabeza en mala y me meto a las llamadas salientes. ¡Puta que la cagué!, hablé más de media hora con mi ex y no sé qué chucha dije ni que cresta comenté. Pienso en lo que viene y tendré que mentir la misma excusa barata de siempre. Doce llamadas perdidas del Pablo. Por ir a comprar pitos a la UBB me olvidé que tenía que pasar a buscarlo donde su abuela en Hualqui. Por gueón le pasó, le dije que me acompañara, pienso para remediar un poco la culpa. Las legañas no me permiten abrir bien los ojos. Me levanto con lentitud, siento que todo a mi alrededor pasa lento, más lento que de costumbre. Abro la cortina y el sol con sus destellos me deja la mirada a oscuras. Cierro con rapidez, ¡milagro!, y me estiro sobre la cama. Tengo el pico parado, la verga se me escapa por el bóxer y me da lata echarme una
paja. Voy recordando a ratos lo que pasó y me cago de la risa. Recuerdo un poco a la Maca conversando a la entrada de la cocina. Todos estaban locos escuchando No feelings de los Sex Pistols y buscando temas de Lou Reed, Weezer y Pete Doherty en Grooveshark para carretear por la noche. Todos tomando y drogándose como enfermos, como si el mundo se va acabar. La Maca es mi compañera de tesis y tiene 24. Es seca, se hace la calladita pero la chupa como las diosas (¿Lo chuparán las diosas?) La Maca siempre tiene dramas existenciales y se siente fea. No se tiene fe. Tiene la autoestima por el suelo. Pasó que nunca habíamos agarrado, nunca se nos había pasado por la mente siquiera. Bueno, en realidad a mí muchas veces, pero dudo que ella sí. Nos curamos y terminamos tirando en mi pieza. No sé cómo lo hice. Quizás me fui cortado a la primera porque siempre le tuve ene ganas. Me acuerdo que en clases le miraba las tetas mientras la muy matea leía a Eco y Foucault. Puta que me calentaba esa gueá. Igual está rica, mamona pero rica. Salva. Es como para andar con la mina de la mano por el paseo peatonal. Igual bien.
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A las 4 tengo entrega en la U y la sola idea de salir de mis 8 metros cuadrados me da náuseas. Me levanto y piso una cubeta con agua, claramente hielo derretido y me enojo, me enojo más que la cresta. Voy al living y está la Paty durmiendo en calzones con el Rossner. Abro las cortinas y conecto el ipod a los parlantes. Suena The Clash a todo dar. Diez minutos después la vieja del 26 me guebea por el volumen, me paso por la raja sus reclamos y no le hago caso. En la cocina hay una olla con arroz graneado y en el refri unas vienesas con tomate. Listo, tengo almuerzo.
a barrer y reparar en parte la mierda de departamento que dejamos. Nadie habla con nadie, todos con caña.
Se van todos, me dejan solo. Nunca he estado acompañado ni cuando estaba con la Feña. La Feña es mi ex y me cagó con medio mundo la muy perra. No vale la pena hablar de ella. La quiero pero la odio, ¿se entiende? Me siento fétido, pegoteado y sudado. Voy a la ducha y mientras suena el celular me corro una paja. Bueno, en estricto a rigor me la corro a medias. No pude irme cortado. El constante ring ring me distraía y no podía imaginar las tetas de la Maca, sus labios delgados besándome y mordiéndome, sus El Rossner se pone a lavar loza manos tirándome el pelo y todo y los vasos. Lo hace en silencio y eso. Dejo de rayarla y salgo raudo algo de vergüenza porque sabe que me debe una bien grande. Si se llega a vestirme. Me miro al espejo y aún a enterar la Pía que se tiró a la Paty, tengo cara de curado. El celu me dice que tengo llamadas perdidas de quedaría la cagá. Resulta que la Pía la Feña. está embarazada y lo tiene con el agua cortada, por eso este gueón Abro Gmail y tecleo con está a pura “manuela” y tirándose a otras minas, el muy hijo de puta. Por lentitud: “Sorry si te desperté, no sé qué hablamos pero sorry. otro lado la Paty es una mina que Saludos a tu vieja. Atentamente, la sabe hacer, es calentona a cagar. Tomás”. De vuelta esperaré un OK! Seductora a más no poder. Fue un polvo de carrete y no le dirá a nadie, o quizás menos. Con que no venga estoy seguro de eso, a no ser que no a hincharme las pelotas todo bien. Almuerzo y pesco mi bici para ir a le haya dado ningún orgasmo. Por la U. Al llegar a la esquina le pago suerte me la tiré primero que todos el arriendo a la señora Gladys, los de Enfermería y Sociología. sin antes darle un beso y esos chocolates trencito pequeñitos Ordeno un poco y los que aún que tanto le gustan y un piropo. duermen en la pieza del Pablo sin que les diga palabra alguna se ponen Así quedo como rey. Doblo y de la
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billetera saco el último pito que me queda. Es prensado pero da igual, quiero algo para relajarme, para sacarme de órbita. Doy un par de piteadas y conecto los audífonos. Paso por Víctor Lamas y las minas del Fiscal están agarrando con los del Molina, todo un clásico penquista. Más allá, cerca del Instituto Humanidades, un viejo de boina le saca fotos a su perro mientras hace caca. Me río y pienso en lo freak de fotografiar perros cagando ¿Qué chucha pasará por esa mente? Por tonto casi me saco la cresta. El tío de los helados me mira y saluda, pienso que a la noche tendré que pasarlo a ver para comprar marihuana. El tío sabe.
secretaría y en menos de cinco minutos ya estoy arriba del vehículo. Todos drogándose y la Maca me mira a cada rato. Nos ponemos a cantar Crazy de Gnarls Barkley. No sabía que la Maca fumaba, me impacta, me asombra. Vamos por el camino de las industrias y la Maca que va sentada al lado mío empieza a tocarme el pico. Nadie se da cuenta. Estoy con buzo y se marca todo. Se acomoda y pone de lado para hablar con el Toti y la Vito, que como siempre se van comiendo de manera grotesca, mientras de forma circular mueve su culo sobre mí. No veo mi rostro pero debo estar hirviendo a full, con una cara de caliente a más no poder.
En la facu no hay nadie. Ni el auxiliar que vende cigarros sueltos. Llamo al Pablo y no contesta. Debe estar enojado. Mensaje de texto: “Ven rápido a la Perú, Maca”. Me urjo, pienso que le pudo pasar algo, que la asaltaron, que le robaron el note con todo lo que llevamos de tesis, cualquier guebá y llego en un dos por tres a la plaza. Ahí me doy cuenta que no ha pasado nada grave. Está con todos los que estuvieron en mi casa hace poco. Están en la camioneta del Alfredo y quieren ir a Ramuntcho a fumar unos cogollos que trajo el Carlos de Los Andes y tomar unas Coronas del rajado del Toti. No debo, pero quiero ir. Me dicen que tengo diez minutos. Sin pensarlo dos veces tomo mi cleta y dejo mi avance de tesis en
Dejamos la camioneta en Lenga porque los muy tarados quieren irse por el bosque hasta llegar a la playa. La bici la dejo encadenada afuera de una cocinería donde antes iba con mi vieja. La caminata es agotadora y empinada. Me quedo más atrás con la Maca que tiene los ojos rojos. No me gusta como se ve cuando fuma, hace que sus verdes no resalten. Da igual como se vea en todo caso, el punto es que la quiero tener arriba mío pronto. No hablamos mucho, solo imbecilidades como “Está lindo el día”, “Se va poner helado a la noche, ah”, “Lo pasamos bien ayer”. Miro su cuello y me gusta, me gusta bastante. La beso y me responde con más calentura que yo. El Carlos que va más adelante se ríe y me hace un gesto de que seguirá caminando.
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Nos tiramos en unas ramas secas y noto que sus pezones se marcan en su polera de Bob Esponja amarilla.
Me sonrojo. Me tiro en sus piernas y ella hace trenzas con mi pelo. Me acaricia y mira fijamente. No sé qué decir. No sé cómo actuar. Me baja el buzo y ya sabe lo Tanto cariño me puso nervioso. Me que quiere. Siento su lengua tibia, paro y alejo de todos y me pongo su boca en mi verga y la respiración a mear. Los miro de lejos y pienso comienza a ser más rápida. Le saco en mí. Pienso en este pobre y triste sus calzas y la pongo sobre mí. Se estudiante de Publicidad que está a mueve rápido y violentamente. Se punto de salir al mundo laboral y le muerde los labios y me pellizca las da pavor el futuro. No por flojo, pero tetillas. Con eso me mató, mejor que por temor al fracaso. Un gueón lleno cualquiera de las actrices porno que de traumas, porque su padre nunca veía cuando pendejo. El lugar no da lo quiso ver y su vieja se sacó lo que para improvisar mucho pero jugamos no tenía por darle todo lo que tiene bastante. Me mira fijamente y dice ahora. No sé porque estoy llorando. que acabe en sus pechos. Como soy Seco mis lágrimas y vuelvo. obediente le hago caso. La Maca que es super Llegamos a la playa y miramos observadora me pregunta qué pasa todos como estúpidos esa piedra y le digo que nada, que son cosas gigante que está en Ramuntcho. mías. Aún así me quedo en su Son recién las cinco y media y pecho. Me consuela y tranquiliza. tenemos para rato. La Maca me tiene Saco mi chaleco y lo pongo sobre su abrazado y me parece extraño. Hace espalda, el frío comienza a caer y ene que no estaba así. Me gusta, debemos caminar. De regreso nadie me hace sentir querido. Hasta me habla. Todos estamos callados. Por dan ganas de pedirle pololeo, pero suerte mi bici aún está donde la sería nada que ver. Quedaría como dejé. La Maca me da la mano, pero el típico gueón patético que luego de no se la doy. Me mira por el espejo un polvo quedó enamorado. Pésimo. retrovisor y esquivo su mirada. No quiero sentir. No quiero sentirla. No Jugamos a las cartas y nos quiero que sintamos. reímos de las portadas de Las últimas Noticias. Comentamos Llegamos a calle Los Carrera películas de Cuevana y dejamos y me bajo en Sodimac. Me despido que los pitos corran y corran. La de todos y le doy un beso a la Maca. Maca me besa en la cara y me Pedaleo por Conce. Se acaba la tiene tomado de la mano. ¿En qué batería de mi Ipod por lo que no es momento llegamos a esto? ¿Nos tan entretenido el regreso. gustamos? ¿Qué onda? Nos molestan Debo llegar a la entrada de y dicen que hacemos linda pareja. Chiguayante. No es tanto lo que
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debo andar. Abro la puerta del departamento y aún huele a cigarro. Pongo el hervidor y preparo una taza de café. No dejo de pensar en la Maca. No puedo dejar de pensar en sus caricias, besos y, sobre todo, en su mirada y cariño que entrega. Abro el refri y está vacío. Me da lata pedir algo, así que me tiro sobre el sofá. El Pablo llega con media pizza, convida y se acuesta en su pieza. No sé qué hacer. No entiendo que cresta me pasa. Tomo otro café y el vibrador del celular se siente desde lejos. Mensaje de texto: “Yo tampoco puedo sacarte de mi cabeza. Eres un imbécil y me gustas hace tiempo. Si me quieres ver, responde. Maca”. Sonrío y respondo al minuto: Ídem ;).
Cecilia Ananías
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Ensalada Otra obra de Karen Vergara Yo fumo, tú fumas, él fuma, nosotros fumamos y vosotros fumáis, esa fue la antesala de la pelea. -Olvídate de ese gueón, me dijo la Lore mientras intentaba decirle que hablara más bajito, pero no dio resultado. Tomé la mochila con fuerza, me quería ir; mi vida sentimental había sido lo suficientemente basureada esos años, como para tolerar un escrutinio público, otra vez. Me sentía como bruja en la hoguera, era siempre lo mismo, todos debatían de mi vida personal sólo porque era la más chica. Todos querían saber por qué cresta había dejado mi vida rosa y mi familia feliz y me había ido a negro, a la esvástica, a lo nazi. Intentar explicarles lo que me pasaba, había sido tan difícil como usar esas pesadas botas de milico la primera vez o cuando el sicópata del Nico me había puesto el piercing. Pero poco importaba, todos peleaban siempre, por que estaba la cagá en el país, por las tomas, los otakus o los hippies de la plaza Perú. Querían que hablara, no había caso. Todos querían de una puta vez enterarse de por qué había ingresado al grupo; sólo Evangelina lo sabía, era algo mutuo, una noche de mierda nos contamos la vida como algo más que un soplo, casi con la mente, cadáveres se esparcen en nuestros armarios, la boca reseca, hay secretos que no pueden ser sólo de uno. Maté a mi ex, lo pillé con otro gueón, en mi casa, en mi cama, dentro de mis sábanas infantiles, no, el asunto no era que fuera homosexual. Bueno en realidad sí, sí importaba, no era como que me cambiara por otra más linda ni que se hubiera buscado una más puta. Era algo que a mis veinte años no esperaba… Ahí entendí todo, las fiestas en Freemind, ‘no si voy a acompañar al fleto del Víctor nomás, para que no lo sigan los neo’, su tirar tan fome el último tiempo. Podría haber soportado muchas cosas, hasta que me hubiese levantado la mano, pero eso, eso no podía… Del resto me acuerdo poco, solo que me fui serpenteando por la diagonal más dolida que la cresta, como una patada de esas que te dejan el sabor a hiel en la boca. Volví, pero en la noche, al departamento que compartimos juntos. Estabas durmiendo ni siquiera habías hecho el intento de explicarme, no me llamaste, no me buscaste, el cuchillo de mango azul resplandecía en la cocina, el único objeto que nunca usabas, vivías cortándote los dedos cuando hacíamos ensalada. Hoy tú fuiste la ensalada. Tú acompañaste mi cena, en la bandeja. Te escondí en el armario, de donde jamás debiste haber salido.
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Ellos fumaron.
Cecilia AnanĂas
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Conciencia
Vivisección
¿Quién de nosotros alguna vez no ha consumido o usado algún producto de una compañía que fomente la vivisección? Quizás te preguntas qué es… aquí va la explicación: vivisección proviene del latín vivus (vivo) y sectĭo (cortar), por tanto es la disección de un animal que aún está vivo. Esto comenzó hace más de 10 años y se estima que cada año 100 millones de animales sufren por esta práctica ¿En qué consiste principalmente? En quemar y electrocutar animales, en producirles adicción a drogas, ser infectados con cáncer, diabetes, SIDA, entre otras enfermedades… en ser víctimas de extirpaciones de ojos, de daños cerebrales, inyectados, envenenados y heridos. Esta práctica se caracteriza por ser utilizada para probar nuevos medicamentos, cosméticos, productos de limpieza, industria, odontológicos, entre muchos otros… para realizar investigaciones forenses, sobre enfermedades, acerca del comportamiento de no-humanos, para producir animales genéticamente alterados, etc. Además de lo anterior, tiene la característica esencial del misterio… quienes estamos fuera de los laboratorios no podemos saber qué ocurre dentro de ellos ni qué tipo de prácticas se llevan a cabo… sólo debemos conformarnos con ver las publicaciones de los investigadores, buscar información o videos de grupos activistas que han invadido estas propiedades privadas y,
Por Camila Stuardo, estudiante de Sicología UDD por último, informarnos gracias a personas que aburridas de ver lo ocurrido dentro de los laboratorios han decidido hablar y contar sus testimonios. Entre los animales que sufren “gracias” a esta cruel práctica encontramos a ratas y ratones, perros, gatos, peces, aves, caballos, conejos, entre otros. La mayor parte de los animales son diseccionados en universidades, las que tienen proyectos financiados generalmente por compañías comerciales. Un estudio llevado a cabo en 1990 informó que sólo existe una correlación del 5 al 25% entre experimentos realizados en no-humanos y sus efectos en nosotros… dejando en claro que no reaccionamos de la misma forma que los animales nohumanos frente a diversos productos. ¿Qué podemos hacer? Para comenzar, informarte sobre el listado de productos que experimenta con animales y así reemplazar productos que fomenten estas prácticas, por productos más éticos. A continuación, nombro algunos productos que fomentan la vivisección: Soft, Linic, Lux, Rinso, Skip, Ceylon Tea Emblem, Doña Clara, Vim, Te Club, Sedal, Rexona, Quix, Pepsodent, OMO, Malloa, Hellmann’s, Dove, Dorina, Cif, Bresler, Bonella, Axe, Ades, Always, Ariel, Hugo Boss, Braun, Duracell, Gillete, Lacoste, Oral-B, Pampers, Pantene, Pringles, Milo, Nesquik, Fitness, Capri, Trencito, Maggi, Nido, Ecco, Doko, Glade, Raid, Ziploc, Listerine, Neutrogena, Carefree, Visine, Pedigree, Snickers, Twix, Whiskas, Skittles, m&m, Orbit, Nexcare, Post-it, Scotch, BabyLee, Colgate, Palmolive, Air Wick, Vanish, Veet, Huggies, Kotex, Mimosa, L’oreal Elvive, Giorgio Armani, Lancome, Garnier, Maybelline, Vichy, Poett, Clorox, Bic, Aquafresh, Etiquet Men y Women, Panadol, Pritt, entre otras.
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Reflexión Seudónimo: Ceje Nuestra vida carece de valor, somos reemplazables y manipulables, como máquinas hechas de carne. Ya no tenemos sueños, tenemos objetivos; ya no anhelamos, solo cumplimos funciones; ya no pensamos, sólo recitamos lo que otros han pensado o lo que repiten mil veces por la caja estúpida. ¿Cuál es nuestro problema? ¿Por qué nos sentimos buscando algo que no llega? Y cuando no llega, preferimos perdernos para no sentir, para dejar de anhelar algo que no entendemos para nada. ¿Qué nos falta? Lo mismo que nos falta a todos, lo que nos robaron, nos robaron la vida. Desde antes del útero ya no era nuestra, desde antes de sentir -lo que fuese de esta realidad- nuestra vida no estaba determinada a existir en función de sí misma, sino que en función de una estructura superior impuesta. Somos una mercancía, no somos seres humano:, los seres humanos son animales, nosotros nos vemos superiores a los animales, los animales aportan a que la tierra exista y se conserve, nosotros podemos destruir la tierra, los habitantes de la tierra son vistos por nosotros como “la naturaleza”, nosotros nos vemos a nosotros como algo diferente a la naturaleza. Entonces nos vemos como algo que no es de la naturaleza, que no es animal ni humano y no pertenece a la tierra. Somos máquinas y mercancía, ya no tenemos vida.
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¿Cuántas decisiones en nuestra vida han sido realmente nuestras? Tenemos un tiempo limitado para existir, nuestros cuerpos son cuerpos de animales después de todo, por esto las decisiones respecto a qué hacer durante aquel tiempo no son triviales. Sería todo muy fácil si nos contentamos con las opciones existentes de dónde trabajar, vivir y morir. Bastaría con dejarnos llevar por lo existente, o mejor dicho, lo establecido, nuestras decisiones serían tan triviales como qué comprar, qué estudiar, cómo obtener dinero y cómo divertirnos. Estas “opciones” solo responden a estudios de mercado y tendencias de masas, queremos sentirnos vivos y para eso nuestra existencia debe ser reconocida por el resto y para ser reconocida por el resto la existencia debe ser espectacular, y lo espectacular es lo que vende, y lo que vende es lo que podremos decidir dentro de nuestra vida. Entonces podemos elegir un camino del cual sabemos su probable trayectoria futura y sentimos seguridad de tener un trabajo remunerado mensualmente, de ahorrar para el futuro y de tener previsión médica, la seguridad de poder pagar para optar por algo establecido por el mercado. De pronto hemos elegido un paquete que asegura cómo será nuestra vida. De nuevo el mismo día de ayer, los mismos lugares, los mismos rostros, ejecutar las mismas tareas y cuando algo se sale de lo normal es lo
comentado y recordado, la anécdota del día. Autos, ruido, gente, edificios, cables, humedad, esperar, avanzar, semáforos, flujo, interrupción, ruido, demasiada gente, ruido, olor, presión, humo, quiero salir, edificio, casa, tienda, tubos de escape, sitio baldío, edificio, gente, más gente, más ruido, más rápido, más rápido, ya no queda tiempo, más rápido, más rápido, llegas adonde te dirigías, gente, ruido, obligaciones, calor, frío, presión, gente con olor a cigarro, estrés, quieres irte, quieres estar de vacaciones, quieres escapar, el reloj no avanza, más gente, más ruido, quieres huir, quieres tranquilidad, quieres vacaciones, quieres morir. Olvidamos que la incertidumbre es una característica natural de la vida, la naturaleza de la realidad en que existimos es caótica, es decir, no es posible prever los eventos ocurrentes debido a la complejidad del total de interacciones existentes, es posible reducir la complejidad de los eventos al estandarizar las interacciones, como se hace con los seres humanos. Las acciones del ser humano estandarizado son previsibles, al ser predecibles son controlables, al ser controlables su naturaleza humana y caótica desaparece. Nuestra vida es cumplir una función definida en la sociedad, nuestra vida es predecible, lo que queremos es predecible, lo que pensamos es predecible porque seguimos un patrón de conducta, pero lo seguimos por miedo a sentirnos vivos (y el miedo es la principal arma de una dictadura silenciosa).
Los patrones de conducta que nos estandarizan son tan rígidos como el cemento de las ciudades, peor aún, nuestra mente se encuentra tan estructurada y es tan difícil de modificar como la civilización. Nuestra mente ha sido moldeada para creer que necesitamos instituciones como la educacional, religiosa, gubernamental o económica para guiarnos y formarnos; aceptamos su existencia, conservamos su existencia, perpetuamos su existencia y todo sin siquiera cuestionarnos si lo necesitamos. ¿Y si no hubiera escuelas, religiones, países y dinero? ¿Si no hubiera jerarquía? Si pudiéramos decidir quiénes somos, ser quienes somos sin las presiones del entorno llenándonos de miedo, ¿haríamos las mismas cosas que hacemos ahora con nuestras vidas? ¿Cómo seriamos? Sin embargo hay que poner una triste mancha de realidad y cordura a esta utópica pregunta. Las cosas jamás cambiarán, seguirán habiendo ambiciosos, explotadores, jerarquías, guerras, poder y especulación; pero el hecho de que existan y continúen existiendo no nos impide querer ser nosotros mismos y no un producto de aquello que nos induce a ser formados y utilizados. Solo tenemos una vida, lo único que podemos experimentar se encuentra en este momento, en este respiro, no sabemos si moriremos mañana, en un mes o en diez años, pero sabemos que moriremos. Quiero ser yo pero me estoy buscando y sólo encuentro los trozos que sobraron de lo que mis dueños querían que fuera, los pedazos desparramados de mis entrañas que
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se desgarraron dentro de mí en un baño de odio, soledad y miedo. Pero ahora que tengo pesadillas de libertad que acompañan mis insomnios, salgo de noche a desenterrar mis cadáveres para cocerlos a los que me quedan. Quién soy, quién seré, quién podría ser, todo depende de las decisiones que tome y lo que decido depende de lo que mi mente me permite decidir, ¿Mía? ¿Puedo llamar a lo que pienso como propio? Si como actúo, lo que pienso e incluso como percibo la realidad es un producto de la secuencia de construcciones formuladas durante mi existencia que dependen de forma directa, indirecta, adrede o sin intención de algo ajeno a mi mismo. Es así que me doy cuenta que mi forma de observar la realidad no es más que una copia de la forma en que, por experiencias u obligación, se me ha enseñado a apreciar lo que existe; en este caso la deconstruccion de la propia estructura de pensamientos y sensaciones de la realidad puede llevar a variar lo que uno experimenta y decide de vida, aunque para encontrar la forma más cómoda de percibir la realidad es necesario construirse y destruirse muchas veces.
¿Quieres alguna verdad?
La vida carece de sentido, el cuerpo y el espíritu solo ven cabida a su propia existencia al experimentar su utilidad. En una sociedad en donde la vida carece de sentido propio el sentido se reemplaza por comodines de responsabilidad, militancia o utilitarismo para algo mayor. Si hubiera que existir sin un fin, la vida sería disfrutar de existir; como seres sociales, creativos y nómadas, la naturaleza animal del ser humano. Pero la tecnología nos ha aislado, la educación, las comunicaciones, el adoctrinamiento, la privación de la propiedad, la imposición mediante la fuerza física o sicológica, el estrés ambiental de soportar las grises vitrometálicas urbes estáticas y fluidas de sin vida. No hay oportunidad de existir, no existe un fin hacia donde ir, no hay satisfacción, solo aislamiento mental y físico. Estamos presos en nuestras cabezas, estamos presos en las ciudades, estamos presos en la sociedad, somos esclavos de la civilización. ¿Sabes que hacer si estas esclavizado, sabes que hacer si estas preso y quieres ser libre, sabes que hacer cuando ya no ves una salida a la jaula erigida sobre nuestras cabezas?
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Te resistes o te suicidas.
Fernando Valenzuela
Cecilia AnanĂas
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¡Gracias a todos los que participaron! Envía tus colaboraciones para la edición de octubre al mail letramuerta.revista@gmail.com ¡Recibimos poesía, cuentos, fotografía, reflexiones, dibujos y más!
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