«EL EDUCADOR NATO» EDUARD SPRANGER BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL MANUEL ÁVILA CAMACHO LIC. EDUCACIÓN PREESCOLAR CURSO: TEORÍA PEDAGÓGICA A N A C E C I L I A G O N Z Á L E Z M AYORGA
III. EN EL LABERINTO DE LAS COMUNIDADES •
El educador nato siente intimamente que la educación ética no puede lograrse en la mera instrucción.
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La instrucción ha de contribuir a la educación y las múltiples teorías de la «instrucción educativa» han tratado de ilustrar sobre cómo se realiza esa contribución.
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La educación es siempre a obra de un querer consciente. Los llamados «educadores secretos», es decir factores ambientes ya existentes, ejercen por cierto también su influencia sobre el educando; pero un ambiente éticamente malo induce al mal.
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«Poderes morales» como los llamaron los historiadores idealistas, surgen al tomar forma a traves de la consciente labor ennoblecedora, a veces, de generaciones. En ellos se piensa cuando desde algún tiempo se habla de «educación funcional», pues se ha perdido el contacto con el fruto de la antigua filosofía alemana del espíritu.
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No basta que exista una comunidad, en la cual y para la cual se educa. Los contenidos éticos en relación a los cuales la comunidad actúa. La influencia formadora no puede quedar abandonada nunca a si misma, como algo que «funciona» bien y con seguridad. El espíritu del grupo necesita del contralor y de la constante purificación por medio de la conciencia.
• Una pedagogía sociológica tendría la tarea de aclarar como la educación de un pueblo determina su estructura social general y sus ramificaciones. Una sociología pedagógica indaga las formas de la convivencia y la conciencia de cohesión, que se forman en el ámbito de la educación. • El cansancio pasivo que tan fácilmente señorea en una clase, solo puede ser superado cuando todos discurren con todos y se afanan por algo que les resulte interesante. El maestro no deja de ser autoridad, porque permite que por un tiempo obren libremente las individualidades. Habiéndose todos reído lo suficiente el puede trocar inmediatamente la alegría general en seriedad. El maestro su objeto siempre es crear un clima bienhechor.
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Una escuela no debería ser meramente un establecimiento de enseñanza sino una comunidad juvenil de vida.
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La familia jamás podrá ser liberada del todo de su responsabilidad educativa.
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Desde que la educación y la enseñanza se transformaran en profesión específica y además aprobada por el Estado, es posible cometer el error de creer que constantemente deba notarse en el educador nato lo que hace.
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No se puede transformar la educación en un oficio, que siempre está ligado a un ruido fabril específico.
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Es que el educador necesita de cualidades, que no se basan en la intelección y que por lo tanto no pueden ser ni enseñadas ni aprendidas. El verdadero educador vive del grado de autodisciplina que ha desarrollado en si mismo.
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El capital de energía y del método que se acumulado, se convierte diariamente en la moneda del flujo sobre otros. Este capital nunca se agota, es un peligro inminente dada la actividad fatigadora del educador.
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Es necesario revisar cuidadosamente la propia interioridad, para ver si están correctamente distribuidas las relaciones de poder volitivo y subordinación. Son decisivas las cualidades interiores. Quien no dispone precisamente de ellas, quizás valga mucho en la deliberación de los sabios pero «educador nato» no lo es.
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El verdadero formador de hombres siempre se inclinará a llenar con espíritu pedagógico las comunidades de vida no educativas y a despedagogizar las de decidida orientación pedagógica.
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Cuanto más se mueve el educador como hombre pleno, maduro, entre los que están a su cargo, tanto más libremente se irradiará en su circulo lo humano que es fin último. Expresado de otro modo: Solo se puede ser ejemplar, cuando no se quiere ser ejemplar.
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Lo moral aparece en dos formas: como orden normativo de la convivencia reconocido y seguido por los mas y en el cual se expresa cuales son los valores que comúnmente se afirman. Es sobre esta base o este trasfondo que se realizan las vivencias y modos de comportamiento éticos del individuo: la moral individual.
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Una moral no es un sistema cerrado que pueda desarrollarse como una dogmática unívoca. Los filósofos moralistas ingleses del siglo XVIII, ella se hace tangible, a través de actos de aprobación y desaprobación, por medio de los cuales la totalidad reacciona frente al comportamiento típicamente determinado de los que a ella pertenecen.
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Se orienta al adolescente en la autoridad de la moral, que se vive en su contorno. Si es mas, favorece la decadencia. Si es pura, constituye ella misma un influyente poder de educación.
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El verdadero educador se siente custodio de la verdadera moral y la incluye en su responsabilidad,
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La ampliación así lograda del concepto de «educador nato» al de un verdadero educador del pueblo no es de ningún modo un agregado fortuito.
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El educador nato ejerce en todos los tiempos una función de vigilancia en el dominio de la moral.