Evidencia la función social cultural y docente de la escuela

La función social cultural y docente de la escuela Capitulo III. Vivir y aprender, una concepción nueva y vieja del proceso de aprender Un modo científico popular de abordar este proceso del aprender ha sido tratar de reducir el pensar y el aprender en lo posible sobre una “base mecanizada; recoger el pensar, el valorar y el aspirar y todas las manifestaciones superiores humanas y reducirlas a los términos más inferiores; reducir la psicología humana primero a psicología animal, después a fisiología y por ultimo a física y química.

El método es viejo porque a través de la historia ha habido hombres que han examinado el aprender desde el extremo superior como un modo de proceder reflexivo.

El aprender es absolutamente necesario si lo que entonces ocurre ha de tener sentido consigo mismo. Nosotros no aprendemos principalmente con referencia al futuro. Aprendemos esencialmente con referencia a lo que tenemos inmediatamente a mano.

El aprender es, pues, absolutamente necesario para el escuchar con existo, como este es absolutamente necesario para la réplica adecuada. Por lo tanto, si aprendemos cualquier asunto en la vida, tal como comprar un abrigo, sino aprendemos como hacerlo, nunca seleccionaremos el que nos presentan ni podremos considerar el siguiente como deseable.

Aprendemos algo en el grado en el grado en que le concedemos importancia. Si es de poca importancia lo aprendemos ligeramente, y lo olvidamos pronto. Si lo es de mucho, lo aprendemos profundamente.

El aprender es el que une a la experiencia para hacer de ella un modo continuo.

Vivir es actuar y actuar es reaccionar. Aprendemos pues nuestras reacciones y nada más que nuestras reacciones.

Parece ser cierto que la práctica o repetición puede fortalecer un aprender débil. Nosotros podemos no asignar mucha importancia a una cosa que oímos por primera vez. Entonces no la aprendemos mucho. La próxima vez que la aprendamos, la aprendemos un poco más y así sucesivamente. Si esto ocurre con la suficiente frecuencia, acabaremos por aprenderla intensamente.

“Nuestros niños no aprenderán realmente la democracia hasta que vivan democráticamente” y “Es siempre mejor vivir la poesía que escribirla”. Aprendemos lo que vivimos en el grado en que lo vivimos, en el grado y dentro de las limitaciones con que lo aceptamos para actuar. Y lo que aprendemos asi se introducirá en nuestra estructura orgánica.