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Taminchi y el arte visionario amazónico

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Antonio Hirtz

Antonio Hirtz

Wisdom Guardians. Lienzo (diferentes medidas).

Por Fernanda Montiel

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Invitado varias veces a Quintana Roo para compartir su obra —la medicina que constituye su “arte sanador”—, Juan Carlos Taminchi (junto con Sandro Vidal) se presentó recientemente en el Teatro de la Ciudad en Playa del Carmen para exponer su concepto del arte visionario amazónico, una propuesta visual que une lo antiguo con lo moderno, en un estilo posmodernista que motiva la apertura de la imaginación más profunda de los sueños ceremoniales y milenarios de las tribus ancestrales de Perú.

Artista de origen indígena —lo cual se refleja en la claridad de sus ojos y la sencillez de su personalidad—, Taminchi nos recuerda a través de su obra la manera especial que tenemos de ser hijos e hijas de la abuela tierra, de la abuela agua, del abuelo viento, del abuelo fuego. Frente a sus creaciones, el espectador pareciera encontrarse ante las visiones internas del artista mediante procesos de introspección en la iconografía indígena, ante una idea totémica de animales de poder, así como en espacios de recreación iridiscente. La plástica de Taminchi sugiere lo chamánico, lo autóctono, las visiones que abren la profundidad del volumen en rituales curativos con plantas sagradas.

Como una especie de imán colorido, cada cuadro atrapa a los visitantes que se adentran en la contemplación. Es como una atracción involuntaria hacia cada pieza plástica, cuyo contenido se enriquece si se observa con unas gafas de 3D proporcionadas a los espectadores. Así, ya con lentes especiales, dan inicio a una

especie de inmersión en el cuadro, en la creación, en la composición; se cruza el umbral hacia la línea, hacia la altura y el volumen, a la inclusión en un mundo cuya fuerza evoca una vertiente onírica, y en cuyos contenidos están las formas humanas, las formas animales y la naturaleza pura.

El movimiento del cuadro empieza a tener el ritmo del latido, como si fuera uno solo, un solo “bum bum” del corazón del espectador y del artista. Una especie de oleaje continuo pulsado con la fuerza de las imágenes y el color fosforescente que evocan lo más antiguo de las visiones con la “abuela ayahuasca”.

Este reflejo de la sangre amazónica deja una sensación de conciencia hacia la plástica contemporánea. Esta unión evidente entre el mundo antiguo y el mundo moderno, esta especie de vínculo entre el mundo indígena y el mundo tecnológico, hace de la obra del artista un reflejo indudable de la situación actual. Un encuentro con la planta de poder, con la madre Tierra, un recordar la belleza de este planeta, encontrándose con el espejo, con las huellas azules, con la raíz de las abuelas, con el regreso a casa, observado con alta tecnología.

Es justo esta unión entre lo que hemos sido y lo que somos, lo que nos recuerda las formas más puras de la naturaleza y sus colores, así como el rostro del venado, el águila, el jaguar, la mariposa, el colibrí, el delfín, guías espirituales de las culturas mesoamericanas.

Este reconocimiento del arte indígena, del arte visionario amazónico en especial, deja ahora un testimonio en nuestra ciudad y sienta un precedente del talento innato de una cultura que ha salido a explorar México, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica para situarse con gran éxito en las salas de exposiciones y en las galerías, donde, por cierto, cada obra se presenta en dos modalidades: original y reproducciones en impresión digital de gran calidad, lo cual puede consultarse en la página oficial del artista: www.taminchivisions.com

La trascendencia y el legado de esta obra merecen el tiempo y el espacio. Tropo

Fernanda Montiel. Periodista y coreógrafa, temascalera tradicional, promotora cultural. Preserva y difunde tradiciones ancestrales. De linaje indígena, comparte enseñanzas de sus abuelos mesoamericanos. Cuenta con publicaciones en diferentes periódicos y revistas, es creadora de metodologías de autoconocimiento y autosanación. Dirige su propia empresa: Grupo Temascalli. Radica en Playa del Carmen.

Ronin Medicina. Lienzo (diferentes medidas).

Nacido el 7 de julio de 1985, Juan Carlos Taminchi estimuló sus habilidades de dibujo en un primer contacto con la naturaleza circundante a los ocho años, lo cual le abrió las posibilidades al sueño artístico. Estudió en la Escuela de Artes Pucallpa, donde se convirtió en profesor. Y pronto, en busca de nuevas tendencias artísticas, descubrió el mundo de los espíritus y las plantas sagradas, lo que le permitió profundizar su enfoque del arte visionario, un arte sagrado y espiritual dado por la madre Tierra. A partir de entonces, ha participado en varias exhibiciones y asistido a varios talleres con otros artistas visionarios de su área.

En octubre de 2009, realizó su primera exposición de arte individual que se llamó "Amazonías" en París, la capital francesa. Después, actuó en nombre de una asociación de pintores y escultores amazónicos llamada Onanyati, que significa en idioma shipibo "Sabiduría de los antepasados" y asistió a la exposición colectiva "Jamais trop d’art" en Tournai, Bélgica.

Hoy en día, forma parte de varias exposiciones como "Third Eyes Gallery", Boom Festival 2012 en Portugal, "Burning Man 2012", "Matices de las Américas", "Moksha Fair Art". Y otras en Estados Unidos, en Europa y América del Sur.

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