Andrei Vazhnov: "Ser dueños va a pasar de moda".

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pueda falsificar. (Salvo excepción del “Complot del 51 por ciento”, la mitad de las personas más uno que conforman la red tendrían que estar de acuerdo en mentir en algún dato.) 6. Los comerciantes pueden conver‐ tir los Bitcoins en cualquier divisa en cualquier casa de cambio de Bitcoins o los utilizan a su vez para pagarles a sus proveedores. Y otro dato a tener en cuenta son las comisiones nulas o muy bajas que inter‐ vienen en las operaciones, haciendo de la moneda un medio más rentable que las entidades bancarias, con altas tasas de comisión para los comerciales y pa‐ gos diferidos.

Bitcoin Argentina: “Acá hablamos y respiramos Bitcoins”. Es una organi‐ zación sin fines de lucro que nació en el 2013 con el objetivo de promover las monedas digitales en el país. Se ha con‐ vertido en el referente a nivel global para todo el interesado, ya sea particular, em‐ presa u institución que quiera profun‐ dizar en el mundo del Bitcoin. A través de eventos abiertos al público intentan democratizar este fenómeno y despejar las dudas que haya al respecto de esta nueva forma de pago. Dentro de muy poco estarán inaugurando Espacio Bit‐ coin (o Bitcoin Center), un edificio de 3 pisos por el microcentro donde la gente, los emprendedores y los desarolladores puedan compartir un espacio común de trabajo.

Andrei Vazhnov «Ser dueños va a pasar de moda» Vazhnov es mucho más que un referente de la impresión 3D; se reconoce como techno‐optimista y esta charla que comenzó como una introducción a esta nueva tecnología terminó siendo un interesante en‐ cuentro en donde reflexionó sobre el papel de la tec‐ nología en la resolución de problemas sociales, el mundo del trabajo y del conoci‐ miento, y el futuro de las industrias. Vazhnov imagina una sociedad en donde la riqueza se vuelve virtual y el concepto de propiedad pasa de moda. ¿Cómo fue tu acercamiento a la impresión 3D? Cuando era chico leía mu‐ cha ciencia ficción y había un concepto recurrente llamado “Von Neumann Probe” John Von Neumann fue un ma‐ temático húngaro‐estadounidente que junto a Alan Turing creó la primera com‐ putadora. Él observó que si teníamos algo que puede ejecutar cualquier serie

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de instrucciones ¿por qué no conectarlo a una máquina física que pueda crear algo en el mundo físico? Esto fue mucho antes de la impresión 3D y en ese en‐ tonces los escritores de ciencia ficción tomaron este concepto: una nave espa‐ cial robótica que, por ejemplo, mandás sola al universo y usando la luz de la es‐ trella local empieza a construir edificios y todo lo necesario para la vida... Hoy en día, esto que parecía una locura con la impresión 3D se está volviendo realidad. Lo que me impresionó fue este concepto de que podemos construir estas civili‐ zaciones vacías de manera gratuita. Desde ese entonces todo esto empezó estar en mi cabeza y empecé a generar ideas entorno a esto. ¿Cuál es tu rol en Trimaker? A fines de 2012, Maximiliano Berttoto, el fun‐ dador de Trimaker, estaba empezando con el proyecto y necesitaba ayuda con el software, un tema no menor para las impresoras 3D; en mi libro (ver recua‐ dro) yo hablo mucho de eso, es una de las razones por las que no nació antes aunque ya había patentes en los años ‘50 y ‘60. Entonces, la mayor parte de mi formación tiene que ver con eso, así que lo ayudé, y ahora yo sería algo así como el “Techonology Officer”. ¿Qué fue lo que hizo que la impresión cobrara relevancia hoy en día? Porque como decís no es un invento reciente… Pasaron dos cosas, la primera es que el software y la computadora se volvieron mucho más rápidos de lo que eran antes; la persona que inventó la im‐ presora 3D en 1956 (Otto Munz) no te‐


nía manera de mecanizar el cabezal de una manera tan precisa y tan flexible, porque justamente el software en aquel momento no existía y no permitía estas cosas, además, por ejemplo, “uploadear” un objeto 3D en la memoria para impri‐ mirlo pesa quizás 500 Megabytes; hoy en día cualquier laptop tiene esa capa‐ cidad; en el ‘86 a lo mejor había tres computadores que tenían eso y gastaban millones en lograrlo. La otra arista, igual o aun más impor‐ tante, es la difusión de Internet. Puedo compartir objetos físicos digitalmente, puedo mandar un vaso o una silla a 500 personas a la vez estando en cualquier parte del mundo. Internet apalanca todo lo que se puede compartir digitalmente, antes el tema era compartir textos, des‐ pués la música, después los videos, ahora compartir objetos físicos; cada una lleva más banda de ancho que el an‐ terior así que la impresión 3D se apa‐ lancó mucho en que Internet fuera re‐ almente global y permitiera las veloci‐ dades para este tipo de intercambios.

PERFIL Andrei Vazhnov tiene una Maestría en Políticas Publicas de Harvard University y un diploma en fisica de Novosibirsk University. Es director académico del Instituto Baikal y autor del libro “Impresión 3D: Cómo va a cambiar el mundo”, el primer libro sobre el tema en español. Actualmente es asesor estratégico en Trimarker. Fue director de Ingeniería en Macrovision Corporation donde estaba a cargo del equipo de desarollo de RightAccess, un sistema de gestión de licencias digitales y de RightCommerce, un sistema de billing y commercio digital. Fue gerente de Tecnologia (CTO) y vicepresidente de Desarollo de Software en eMeta Corporation donde estaba a cargo de los equipos de ingeniería, control de calidad y soporte técnico. Andrei además ha trabajado en Wall Street como investigador asociado en Goldman Sachs.

¿Qué impacto creés que va a tener esta tecnología? Va a ser transversal al igual que la computación en su mo‐ mento. La impresión 3D va a estar om‐ nipresente y de a poco va ir modificando todas las industrias. Por ejemplo, al igual que revolucionó los transplantes odon‐ tológicos, en 20 años va a revolucionar todo tipo de transplantes. Va a jugar un rol importante en sustentabilidad, en el sentido de que las impresoras 3D del fu‐ turo van a ser construidas de manera que puedas reciclar las cosas ya impre‐ sas; también, cuando se haya avanzado más, va a acabar con el tema de obso‐ lescencia programada que es el sistema de relaciones económicas que hemos construido. Otra arista importante es el problema de vivienda. En una charla que di me preguntaron si eso deja a la salud de lado porque di el ejemplo de las vi‐ viendas, y un médico argentino que es‐ taba en la sala contestó que el hecho de que podamos dar una vivienda digna a todos es el factor más importante de to‐ dos en la salud; si le das una vivienda digna a la gente ya solucionás el 60 por ciento de los focos de riesgos. Así que creo que el impacto va a repercutir en muchísimas áreas. En este último tiempo la impresión 3D fue trending topic, mucha gente se acercó teniendo como referencia la impresión normal y al ver que no

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era tan fácil como parecía, se desilusionó...Hay una diferencia muy grande con la impresión común; todos podemos imprimir, pero no es así con la impresión 3D, no todos sabemos dibujar en 3D. La gente se entusiasma temprano con estas cosas. Por ejemplo, salió en los medios que en China imprimieron 20 casas en 24 horas, pero eran sólo paredes y te‐ chos, no era una casa con todo lo que eso conlleva, pero el hecho de que se haya hecho eso no es poca cosa. En el largo plazo todo esto va a existir, no hay ninguna limitación tecnológica que in‐ dique que no pueda haber tres cabezales que vayan juntos poniendo uno, hormi‐ gón, otro, la cañería, etc., eso ya lo están investigando. Otro punto es que va ser un poco más lento de que lo que la gente espera; está esta famosa curva de Silicon Valley: cuando nace una tecnología re‐ volucionaria, al principio, las expectati‐ vas empiezan a crecer muy rápido y lle‐ gan a un nivel muy alto comparado con lo que la tecnología puede hacer. La gente se acerca y dice “ah, me dijeron que ya imprimen casas y corazones, y en realidad, pueden imprimir vejigas y muñecos de plástico” y las expectativas caen pero en el largo plazo supera las expectativas originales, eso pasó con in‐ ternet en los años ‘90. Creo que en este momento estamos justo en el pico de expectativas yendo hacia la meseta. Además, los materiales son costosos por ahora...Sí, porque justamente to‐ davía no es masiva, las empresas que producen materiales son muy grandes y para ellos producir una tonelada no es rentable. Los jugadores grandes no se meten hasta que la demanda alcance un cierto nivel, y hasta que la tecnología se haya comprobado, todavía es muy ex‐ perimental. Los grandes jugadores no quieren ensuciar su marca metiéndose en algo que todavía no le copa a la gente. Apple no fue el primero en sacar un smartphone pero fueron los mejores cuando salieron. ¿Qué tipo de expertise en necesario? Hay que entender que no es una máquina mágica, es una tecnología bastante com‐ pleja a nivel de modelaje y manejo de ma‐ teriales. Para ponerlo en términos sim‐ ples es una tecnología de manufactura y como tal es compleja. No va a haber hasta dentro de los próximos 100 años una cosa como en Star Trek que te fabrica cualquier cosa. El hecho de que puedas imprimir en plástico no significa que pue‐

das imprimir en metal; vamos a tener que estar entrenados en cada una de ellas, además, esto lleva habilidad artística. Es por eso que van a abrir una gama de em‐ presas que tienen que suministrar estos materiales, alguien que tenga expertise en manejarlas, alguien que te ayude a ele‐ gir qué máquina comprar, cómo usarla, cómo repararla, alguien que escriba un software y una vez que esté escrito que la gente pueda usarlo… ¿El trabajo en todo esto cómo se vería afectado en tu opinión? Normalmente, cuando aparece una tecnología nueva se piensa que va a disminuir fuentes de tra‐ bajo porque automatiza alguna activi‐ dad. Primero reemplazó los músculos, luego algunas acciones automáticas y ahora está reemplazando algunas tomas de decisiones como lo hacen las compu‐ tadoras... Si te fijás en la época de la Re‐ volución Industrial también se pensaba eso, hasta apareció el “ludismo” (movi‐ miento obrero que expresaba su odio ha‐ cia las máquinas destruyéndolas a causa de la pérdida de trabajo) pero en realidad son trabajos que hoy nadie extraña, por ejemplo cosechar a mano. En 1930 John Maynard Keynes escribió un libro en donde decía que las máquinas iban a re‐ emplazar todo y auguraba el desempleo tecnológico y en realidad se equivocó to‐ talmente. Después hubo un crecimiento de trabajo que jamás había existido por‐ que la economía pasó a concentrase en el sector de servicios que da mayor di‐ versidad de empleos. Ahora, si plantea‐ mos un futuro extremo, por ejemplo, que haya robots que sean igual de inteligen‐ tes que las personas, ahí sí no habría tra‐ bajo para nadie, pero claramente no va‐ mos a llegar a eso en los próximos años. ¿Y en 200 años? En 200 años quizás sí tengamos una sociedad de la abundancia extrema en donde los robots y las com‐ putadoras podrán proveer cualquier bien material o servicio, pero esa va a ser una sociedad con otros tipo de psicología y de objetivos muy lejano a lo que nosotros pensamos hoy. Creo que lo que vamos a ver en estos años es el surgimiento de nuevos trabajos que exigen mayor edu‐ cación. A nivel social esto plantea mayor desigualdad entre los que tienen educa‐ ción y los que no, y va a ser un desafío importante para la política social. Algunos piensan que este tipo de tecnología o esta idea de “matar al intermediario” nos acerca a una época ori74 | 75

ginaria en la que las relaciones entre los hombres eran directas. ¿Lo ves así? No sé si es tan así. En el paleolítico por ejemplo, la gente compartía para sobre‐ vivir, no por una cuestión social o altruista sino como un seguro. Ahora a nivel social la gente tiene mucho más incentivos para compartir y esto para mí es nuevo. In‐ ternet multiplica cualquier cosa que ha‐ gas, si tenés una copia de un objeto digital, ya tenés mil copias, un millón, las que quieras, el costo de crear otra copia digital es cero, y sumando a eso la distribución gratis que da internet, esto cambia mucho la economía de todos los que intervienen en el proceso. Pero, ¿qué incentivo tene‐ mos para compartir cosas si, por ejemplo, para mí crear algo cuesta X horas de tra‐ bajo y crear una copia de eso la misma cantidad de horas? Ninguno, a menos que haya retribución; pero si puedo hacerlo sólo una vez y multiplicarlo por un millón sin costo alguno, el incentivo es más alto. Además si todo el mundo se copa con tu objeto vos sos la estrella. ¿Qué tipo de objetos se están compartiendo? Hay un proyecto que se llama Open Source Ecology y es muy incipiente pero plantean desarrollar diseños libres abiertos de todas las máquinas indus‐ triales, ya sea hornos, cosechadoras, ca‐ miones, etc. su lema es poder arrancar una nueva civilización sin tener dinero, o sea teniendo la gran mayoría de los bienes disponibles sin capital o al costo de la materia prima. Eso sería un cambio positivo enorme si lo vemos desde la óp‐ tica de la política social.

Eso viene a patear el tablero de los modelos de negocios de todas las industrias prácticamente. ¿Sentís que ya hay resistencia de parte de algunas áreas de producción? Hay un dicho que explica casi todo en la vida social, polí‐ tica y de negocios que es del escritor Up‐ ton Sinclair: “Es difícil hacer que un hombre comprenda algo, cuando su sa‐ lario depende de esa incomprensión”. El hecho de que estos inventos de alguna manera le saquen ventaja a los modelos de negocios ya establecidos, en sí no es nuevo. En su momento el automóvil amenazó el transporte a caballo, y como éste hay más ejemplos, entonces diría que primero es parte del proceso de eco‐ nomía moderna. Claramente el que se beneficiaba de este modelo va a tratar de usar su poder para frenarlo, pero el que trata de frenar un avance tecnoló‐ gico con maniobras legales o con lobby, en el largo plazo siempre pierde. Hay un libro de Clayton Christensen que se llama The innovator’s dilemma, en el que se dice que las empresas que tratan de defender su modelo de negocio y no tratan de “autodisruptirse” pierden en el largo plazo; si apareció una tecnología disruptiva hay que tomarla, aunque te cueste, aunque estés canibalizando tus propias ventas. Es muy difícil de hacer, casi ninguna empresa lo hace, esa es la razón de por qué start ups existen y a veces le ganan a empresas más grandes: no tienen sus recursos invertidos en la tecnología anterior o sus bolsillos atados a la existencia del modelo previo.


Hemos llegado a avances tecnológicos impensados hace 20 años atrás pero sin embargo, los problemas en cuanto a salud, vivienda y pobreza siguen siendo los mismos, ¿por qué pensas que estás problemáticas todavían están un paso atrás del avance tecnológico? Muchas veces se piensa que un problema social existe simplemente por‐ que hace falta una herramienta o un bien material pero el problema existe por otras razones, la aparición de la tecno‐ logía simplemente lo destaca. El ejemplo más impresionante es el de la comida: la gente gasta un porcentaje importante de su salario en comida, pero eso simple‐ mente es una relación de fuerzas econó‐ micas y sociales ya que solo el 4 por ciento de los argentinos producen toda la comida (¡de hecho el doble!) para el país, entonces podemos decir que lo que cuesta producirla es gratis. Hoy el mundo produce el doble de comida necesaria y la otra mitad simplemente se pierde por varias razones. Los restaurantes, por lo menos en Europa, compran 30 por ciento más de los insumos que necesitan por‐ que es mucho más caro decirle al cliente “No tengo tal plato” que tirar el stock a la basura. En ese sentido, por ejemplo, problemáticas como la pobreza o la edu‐ cación son problemas multifacéticos que en cada sociedad tienen sus propias di‐ mensiones.

¿Cómo te imaginás el mundo en el corto-mediano plazo? En 10 años va‐ mos a poder dentro de poco agregar comportamiento inteligente a todas las cosas que nos rodean; uno de los pro‐ cesadores más comunes para electro‐ domésticos ya cuesta un dólar, y es una computadora más potente que las que existían en los ‘60. La heladera va a po‐ der consultar al lavarropas cuál es el me‐ jor momento para cortar para no sobre‐ cargar la red; los almacenes de granos mismos te van a decir si les entró agua o si se metió un roedor; los coches van a cooperar con los semáforos automá‐ ticamente para generar patrones de trá‐ fico y evitar embotellamientos. Y ese proceso va a ir continuando, una de las aristas de esto son las “smart cities” (ciu‐ dades inteligentes) en donde va haber sensores por todos lados que cooperen, informen las acciones de la gente. Tam‐ bién creo que va a pasar de moda tener cosas, vamos a comenzar a aparecer la “leasing society”, la sociedad de alquiler. En general ser dueños de las cosas es algo que pesa, pero nosotros todavía percibimos que ser dueños de las cosas es algo que te posiciona. Una vez que se pase de moda ser dueño de cosas, la gente no va a tener tantas cosas y se va crear logística, para esta cultura de la sociedad de alquiler. Va a ser una trans‐ formación grande.

«En general ser dueños de las cosas es algo que pesa, pero nosotros to‐ davía percibimos que ser dueños de las cosas es algo que te posiciona. Una vez que se pase de moda ser dueño de cosas, la gente no va a tener tantas cosas y se va crear logística, para esta cultura de la socie‐ dad de alquiler. Va a ser una transformación grande.»

¿Un ejemplo? Creo que en el futuro va a haber coches autoconducidos que po‐ drán inclusive ser su propio dueño; ten‐ drán una billetera de bitcoins, a la cual le pagás, se van a reparar solos por me‐ dio de sensores, va a saber cuándo hay que cargar combustible... y una vez que esto exista ¿quién va a necesitar un auto? Con el dolor de cabeza que es tener un auto, que hay que arreglarlo, ponerle aceite, tener una cochera, etc. O me ima‐ gino que si necesitás una herramienta para tu casa puede aparecer un drone en tu puerta a traértela, la usás y des‐ pués él la devuelve; y lo mismo con cual‐ quier cosa. Creo que va a ser muy im‐ portante para la sustentabilidad, porque casi cualquier cosa que tenemos menos el teléfono y el bolso que usamos todos los días, lo utilizamos una pequeña frac‐ ción de tiempo. Son cambios muy fuertes para el ser humano en muy corto tiempo. ¿Cómo sentís que nos afecta? En 1970 el fu‐ turista Alvin Toffler escribió Future shock, donde planteaba que los cambios

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se volvieron tan rápidos que las perso‐ nas viven en estado de choque perma‐ nente. Creo que es una pregunta válida si el ser humano se siente desorientado o desmayado cuando todo está cam‐ biando así de rápido por más que sea por cosas buenas. Yo soy techno‐opti‐ mista, creo que el mareo tiene algún costo pero los beneficios son mucho más altos, como la impresión de órganos, por ejemplo. ¿Cómo te imaginás al ser humano de ese momento? Una vez que los bienes materiales sean suficientemente buenos creo que la gente ‐y eso ya está pasando en las sociedades más ricas, va a dejar de ostentar riqueza; de hecho de apoco está pasando. La relevancia pasa por co‐ sas más útiles, y eso creo que va a hacer la virtualización de la riqueza, cada vez un mayor porcentaje de ingresos se va ir hacia educación, cosas que no impli‐ can creación de nuevos bienes materia‐ les. En el corto o mediano plazo creo que el aumento general de bienestar en la sociedad causa un aumento de empatía, y esa fue la tendencia en la historia. Si tomamos a los romanos y griegos anti‐ guos no eran intelectualmente distintos de nosotros, pero sí muy crueles; eso es un signo de que era una sociedad muy pobre. La tecnología creó un nivel de abundancia que para ellos sería muy loco. Creo que todos los sistemas que te‐ nemos, ya sea de leyes, de moralidad o de política, son estructuras en función de la escasez. Toda la moralidad en cual‐ quier religión está basada en ayudar al prójimo y una vez que no hay sufri‐ miento y ningún tipo de pobreza ese mo‐ tivo que fue tan central no va existir tan fuertemente; es imprevisible saber cómo se va resignificar, a nosotros nos cuesta pensarlo.


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