CELULOIDE DIGITAL - ENERO 2015

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Ilustración digital:

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Como cada año, nos renovamos visualmente y en esta ocasión damos un giro radical al no centrarnos en uno de los estrenos del mes, sino en una cinta que, aunque no ha llegado (y parece que jamás lo hará) a nuestras pantallas, creemos que es preciso darle su justo lugar en la cinematografía: Enemy, la versión cinematográfica de la novela de Denis Villeneuve protagonizada estupendamente por Jake Gyllenhaal, quien el año pasado nos regaló ésta fantástica interpretación dual y la perturbadora actuación de Nightcrawler. A la par que nuestro análisis de Enemy, tenemos preparado un artículo especial sobre los Doppelgänger, la figura sobre la que se centran tanto la película de Villeneuve como la obra de Saramago, evidentemente. Además, en esta ocasión les tenemos, como nunca antes, un número muy completo en cuanto a reseñas se refieren y les tenemos once revisiones a cintas que llegarán este mes a las pantallas cinematográficas: Whiplash, Foxcatcher, El Más Buscado, Inquebrantable, entre muchas más. Y por supuesto nuestras secciones habituales con Cine Clásico, Cine Vampírico, Cine de Diversidad Sexual y mucho, mucho más de eso que nos reúne aquí mes con mes. Así que sin más, los invitamos a acompañarnos en esta nueva etapa de Celuloide Digital.

Editor: Finbar Flynn

¡Bienvenidos!

Colaboradores: Pedro Arzillier Imelda Aguilera Taylor Petite Fruit Rafael Mejía Jessica Villarreal Silvia Ruvalcaba Siniestro Sexual Montag Diseño Editorial: Finbar Flynn Fotografías: Diversas fuentes de internet y proporcionadas por algunas distribuidoras. Celuloide Digital es una publicación mensual editada por amantes del séptimo arte sin ninguna finalidad de lucro. El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores. Las personas mencionadas, así como las marcas e imágenes utilizadas en la revista son utilizadas únicamente para fines editoriales, para ilustrar los artículos o noticias de los filmes, de los cuales sus derechos de autor pertenecen a las casas productoras de las cintas aquí mostradas y no se pretende infringir nungún derecho.

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n profesor de Historia descubre a su doble exacto como actor secundario en una película de serie B llamada El que no se amaña no se apaña. Esta es la premisa que desencadena los acontecimientos narrados en la novela El Hombre Duplicado de José Saramago y de la que se ha realizado ya una versión cinematográfica bajo la dirección del quebequense Denis Villeneuve. En Enemy, el afable profesor de Historia llamado Adam (Jake Gyllenhaal) sigue la recomendación de su colega de Matemáticas sobre rentar una simpática comedia en el videoclub, pero lo que el profesor encuentra en la película no son risas o entretenimiento, sino a su sosia Daniel Saint-Claire (Gyllenhaal por supuesto), un actor idéntico a él interpretando a un botones en una secuencia casi al final del mediocre filme; este descubrimiento tambalea su estable y monótona existencia, y la incansable búsqueda de su doble le acarrea inesperadas consecuencias. Con un guión adaptado de la novela Saramago a cargo de Javier Guillón, el filme (al igual que la novela) recurre a la figura del ‘Doppelgänger’ para confeccionar un retorcido relato sobre las individualidad humana y sobre todo aquello que nos hace únicos.

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“Chaos is order yet undeciphered” Estamos frente a un thriller psicológico cuya eficacia es alcanzada en gran medida gracias al destacable trabajo histriónico del protagonista Jake Gyllenhaal, pues con una doble actuación logra separar a la perfección los personajes de los hombres duplicados, cada uno de ellos con características de personalidad muy marcadas y evidenciadas por el meticuloso trabajo de gesticulación y expresión corporal del actor, incluso la mirada que logra Gyllenhaal tanto en Adam como en Daniel son completamente diferentes. El trabajo de Sarah Gadon, quien interpreta a Helen, esposa de Daniel con quien espera la llegada de su primer hijo, es otro de los puntos histriónicos a destacar, pues en sus breves apariciones ofrece una actuación contenida pero muy emocional, caso contrario a Mélanie Laurent, quien interpreta a Mary, la novia de Adam, un personaje pobremente desarrollado sin oportunidades de lucir el talento de la actriz parisina. A pesar de ser casi idéntica al material original del premio Nobel, la propuesta de Villeneuve, quien ya ha demostrado su valía como gran talento gracias a sus extraordinarios primeros trabajos: La Mujer que cantaba (Incendies; 2010) e Intriga (Prisoners; 2013), resulta una interpretación muy personal de la historia, pues echa mano de interesantes juegos de luces ámbar y tétricas sombras, mientras que juega también con la fotografía de Nicolas Bolduc y la arquitectura de los edificios (algunos duplicados) para crear un ambiente de tensión y asfixia en el que el profesor busca incesantemente a su doble, a ese actor secundario cuya simple existencia no deja de perseguirlo ni por un segundo del día... ni de la noche. 08


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Enemy es un thriller psicológico fuera de lo normal, pues aunque es bizarro, angustiante y paranoico, es también una cinta arriesgada por su aletargada propuesta narrativa, en la cual nos encontramos con secuencias que evocan al cine de David Lynch, como las perturbadoras visiones de mujeres embarazadas con cabeza de araña o descomunales aracnoides sobre la ciudad. El resultado final es un trabajo de adaptación muy rescatable en el que, a pesar de que la tensión que se acumula en los tres últimos capítulos de la novela del portugués son sustituidos aquí por un veloz montaje que ofrece una vertiginosa resolución del conflicto central, el filme logra transmitir esa atmósfera metafórica del libro sobre los problemas de identidad e individualidad, concluyendo con una secuencia final muy arriesgada que acaba por anidar en la mente del espectador, obligándolo a cuestionarse por varios días sobre esa película que acaba de experimentar y el final que no ha terminado por entender. ¿Un segundo visionado? Por supuesto, será más que preciso. Finbar Flynn // @FinbarFlynnXY

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iete años después de haber presentado su ópera prima en el 5° Festival Internacional de Cine de Morelia -Párpados Azules (2007) con Cecilia Suárez y Enrique Arreola-, el cineasta veracruzano Ernesto Contreras presenta también en el festival de la capital michoacana su segundo largometraje en el que, de nuevo, se aproxima al tema de la soledad en la Ciudad de México. En esta ocasión, Pina (Irene Azuela) e Igor (José María Yazpik), sus dos protagonistas principales, son arrastrados -y nosotros junto con ellos- por una intempestiva e inevitable atracción; sin embargo, ninguno es libre para dar rienda suelta a esta novedad sentimental. Ella tiene a Lorenzo (Hayden Meyenberg), hijo de diez años de su anterior matrimonio y se encuentra atravesando por la difícil etapa post-divorcio. Él está casado con Flora (Cecilia Suárez), una mujer sumisa y fría, casi indiferente, a la que Igor está atado pero a la que no desea a pesar de seguirla amando... ¿o será que sólo ya se acostumbró a ella? Frente a la frustración de no poder iniciar libremente una relación, cada uno intenta a sobrellevar sus desencuentros de la mejor manera que pueden: Pina decide comenzar confeccionar un disfraz de león para Lorenzo, que actuará en la próxima representación escolar del Festival de la Primavera; Igor le compra a su mujer con el dinero de los ahorros de ella misma- una fotocopiadora para ayudarla en la carente situación financiera por la que atraviesan y la instala en su austero departamento. Ambos buscan labrar su 15

propio camino para poder entablar esa irresistible relación, buscan, de una u otra manera, romper las cadenas que los atan. La llegada de la Primavera traerá consigo las oportunidades para que los amantes logren su liberador cometido y poder dejar atrás la oscuridad de sus días invernales. Como en su anterior trabajo de ficción, Ernesto Contreras juega con la soledad física y emocional de sus personajes, pero ahora fortalece su narrativa a través de una fotografía más fría, oscura y plomiza -cortesía de Tonatiuh Martínez Valdéz- con la que consigue atmósferas invernales cargadas de gran preciosismo, además, echa mano de un score penetrante, hipnótico y melancólico compuesto por Emmanuel del Real de Café Tacvba con el que se complementan a la perfección los estados anímicos de los personajes en pantalla. La película es un sutil y preciso acercamiento a la rutina hogareña que comienza a asfixiar a los protagonistas que buscan una válvula de escape para sus pasiones violentamente reprimidas que están al borde de la explosión. Finalmente, las crisis emocionales terminan por estallar y llevan a los personajes a tomar decisiones que cambiarán el rumbo de sus vidas para siempre. Las Oscuras Primaveras es una fábula dramática urbana sobre relaciones humanas contemporáneas, de pasiones reprimidas y de actos sexuales como única forma de conseguir el desprendimiento de las frustraciones, actos de comunión y liberación.


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l director Richard Linklater se ha ganado ya un lugar en el Olimpo de los cineastas por sus filmes (que más bien deberíamos denominar como 'tratados') de corte existencial a través de historias que desbordan cotidianidad, películas que están despojadas de toda pirotecnia hollywoodense o aspavientos de cualquier tipo. Su obra cumbre, la trilogía del romance compuesta por Antes del Amanecer (Before Sunrise; 1995), Antes del Atardecer (Before Sunset; 2004) y Antes de la Medianoche (Before Midnight; 2013), representa no sólo un gran ejercicio experimental a través de los años en los que sigue la vida de la pareja protagonista (Jesse y Celine, es decir, Ethan Hawke y Julie Delpy), sino que también se coloca como una de las mejores historias de amor jamás capturadas en celuloide. Sus inquietudes sobre la vida vuelven a sobresalir en 'Boyhood', su 'nuevo' ejercicio experimental que comenzó a producirse en el año 2000 y que se cierne sobre el crecimiento y la madurez humana, fases por las que invariablemente se atraviesa durante las etapas de la infancia y la adolescencia. Linklater propone con ello una radiografía de la vida de un chico, filmando anualmente y durante más de una década algunos breves segmentos de su vida desde los cinco hasta los diecisiete años. Es de esta manera que conocemos a Mason (Ellar Coltrane), un pequeño de cinco años recostado en el pasto mientras contempla el cielo a la vez que nosotros lo vemos a él y de fondo escuchamos 'Yellow' de Coldplay. El tiempo pasa y las cosas cambian: cambian sus padres (Ethan Hawke y Patricia Arquette), se divorcian, cambia de escuela, cambia de casa, de estado, su madre cambia de relaciones, vuelven a cambiar de casa, él cambia de amigos, de novias, etc. Y a través de todos estos cambios, la cámara inquieta (como si de otro niño-adolescente se tratase) nos permite compartir con él estos momentos que, aunque no lo parezcan, son tan triviales como decisivos en su vida: el distanciamiento con su padre, su relación con su hermana (Lorelei Linklater), la aceptación de las nuevas parejas de su madre, su primera peda (borrachera), las pláticas absurdas con los amigos, el descubrimiento de su pasión por la fotografía, su primer beso, su primera novia, su primer corazón roto, esa primera y verdadera charla con su padre (con cerveza en mano, como debe ser), su graduación, su ingreso a la universidad, etc. 16


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Todas esas situaciones y aspectos que se deben afrontar en la primera fase importante del desarrollo emocional humano se retratan al más puro estilo de Linklater, quien se aparta por completo de ese cliché fílmico del 'chico ordinario al que le suceden cosas extraordinarias'. No, aquí no se encontrarán con eso en lo más mínimo, aquí lo que hay es una historia cotidiana y trivial, como esas que acostumbra a realizar el mexicano Fernando Eimbcke (Temporada de Patos -2004-, Lake Tahoe -2008- y Club Sandwich -2013-). Y es que es precisamente eso lo que hace grande a esta película; la cotidianidad de la infancia/adolescencia y la trivialidad de las situaciones por la que atraviesa Mason nos acercan como audiencia y se logran establecer conexiones con la historia, porque la historia de Mason es también nuestra historia, o por lo menos lo fue hace ya algunos ayeres cuando teníamos su edad y vivimos las mismas experiencias. Si nos viéramos obligados a definir en una sola palabra a Boyhood, esa sería "autenticidad", pues es lo que desborda cada uno de los fotogramas de este entrañable experimento fílmico construido eficazmente gracias a una narrativa ágil en la que se deben señalar los bien ejecutados saltos temporales a lo largo del filme en el que Linklater se niega rotundamente a utilizar las marcas recurrentes en pantalla como 'un año después', sino que, como en el caso de Closer: Llevados por el Deseo (Closer; 2004) de Mike Nichols, el paso del tiempo se advierte de varias maneras: ya sea mediante los naturales diálogos, los evidentes cambios de apariencia en los personajes, y también por el acertado manejo del contexto socio-político-cultural en el cual se enmarca la infancia/adolescencia de Mason. El recorrido a través de los doce años lo hacemos con la compañía de una cuidada selección de grandes hits musicales que van desde los ya mencionados Coldplay hasta llegar a 'Somebody that I used to know' de Gotye, pasando por 'Hate to say I Told you so' de The Hives, 'Crazy' de Gnarls Barkley, entre varios muchos más. La premier de Harry Potter y la Piedra Filosofal, la renuencia a lectura de la nueva, popularísima y edulcorada novela Crepúsculo y la campaña anti-Bush en la que se involucran Mason, su hermana y su padre para finalmente llegar a la elección de Barack Obama como el nuevo Presidente de Estados Unidos, son algunos de los momentos que hacen del filme algo más que un experimento anecdótico infantil/adolescente. Boyhood es el ejercicio experimental más arriesgado y pulido en la carrera de Richard Linklater, una historia humana básica y, como en la vida real, sin aditamentos de ningún tipo. En su compleja sencillez y en las contenidas y sensibles interpretaciones del grupo actoral que revela una gran química/complicidad entre ellos (y en la que sobresale la natural revelación de Ellar Coltrane), es donde el experimento de Linklater encuentra sus mayores virtudes y logra colocarse como su obra más lograda después de la historia de amor de Jesse y Celine. Una joya imprescindible de 165 minutos.

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l biopic se ha convertido en un género muy socorrido por guionistas, directores y productores en la industria fílmica. ¿Y cómo resistirse esas historias? Vidas difíciles pero que al final resultan inspiradoras. Así que el ver la historia del físico Stephen Hawking en la pantalla grande era sólo cuestión de tiempo, y fue el director James Marsh, ganador del Oscar por el documental Man on wire (2008), el que se dio a la tarea de presentarnos la vida del famoso astrofísico: sus años en la Universidad, sus logros profesionales, y la evolución de su rara enfermedad (la esclerosis lateral amiotrófica) que por poco le cuesta la vida. Pero ¿qué hace a La Teoría del todo diferenciarse entre las demás biopics? Ésta se enfoca más en la relación con su esposa por más de 25 años, Jane Wilde, la mujer detrás del genio, madre de sus tres hijos y la que lo acompañó, cuidó y amó a pesar de la enfermedad. La cinta está basada en las memorias escritas por Jane en el libro Travelling to Infinity: My Life with Stephen. Ella también colaboró en la adaptación del guión (junto con Anthony McCarten) y en que la película fuera lo más correcta posible, para no tener conflictos con ella ni con Stephen. Aunque siendo honestos, y ya que se centraron en la relación de la pareja, en el filme hicieron falta anécdotas más íntimas para darle más fuerza a la historia de amor. El punto fuerte de la cinta son, indudablemente, sus protagonistas, dos de las estrellas más prometedoras del Hollywood actual: Eddie Redmayne y Felicity Jones. El trabajo de Redmayne es magistral, el actor investigó y estudió 21

movimientos y gestos (no había visto una caracterización de un cuadrapléjico tan convincente desde Daniel Day-Lewis en Mi Pie Izquierdo); y los que dudamos en un principio de él teniendo el rol protagónico, después de verlo no nos queda duda que estamos presenciando una de las mejores interpretaciones del año, y nos comprueba que además de ser muy atractivo y un talentoso cantante (Los Miserables), es un gran actor de amplio registro dramático. La contraparte perfecta al soberbio Redmayne , es la fantástica Felicity Jones en el papel de Jane, una actuación correcta y efectiva que respalda y da fuerza a la de su coprotagonista. Sin duda alguna este proyecto catapultará las carreras de estos dos astros del cine. Ahora, la gran incógnita sería, ¿qué piensa el mismo Hawking sobre el proyecto? Se conmovió tanto que al momento de ver la cinta, soltó una lagrima. Inmediatamente dio su apoyo al proyecto y, además, dio autorización para que usaran su voz en el filme. La trama inevitablemente les recordará a Una Mente Brillante (A Beautiful Mind; 2001), con la diferencia que La Teoría del todo es más una película inspiradora y romántica que un biopic genérico, pero no de esas historias de amor "rosas"; a pesar de la separación (no es spoiler, se sabe que se separaron y cada uno se casó de nuevo), el amor de una u otra manera perduró, fue algo que sucedió entre ellos dos pero trascendió en otros niveles, adaptando así ese principio de la física que ahora dicta que "el amor no se crea ni se destruye, sólo se transforma".


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esulta muy interesante que una película que cuenta con una premisa tan elemental como Whiplash: Música y Obsesión (Whiplash; 2014) esté causando sensación en cada festival donde se presente (en el Festival de Sundance se llevó incluso el Premio de la Audiencia y el Gran Premio del Jurado; mientras que en el Festival Internacional de Cine de Morelia los aplausos al final de la proyección no fueron menos efusivos y los comentarios no menos entusiastas). Y es que si tomamos en cuenta que la película narra la historia de Andrew (Miles Teller), un ambicioso percusionista de jazz que desea entrar a un elitista Conservatorio de Estados Unidos, y su conflictiva relación con su desequilibrado y obsesivo tutor musical, Terence Fletcher (J.K. Simmons), quien lo lleva siempre al límite para alcanzar la perfección interpretativa, uno pensaría que no hay nada trascendental en ello (¿cuántas veces no hemos visto ya la dinámica del cruel profesor y el alumno un tanto 'softy' pero excepcionalmente talentoso?); sin embargo, no es lo que nos cuenta sino la manera en la que lo cuenta lo que hace de esta cinta una gran experiencia audiovisual. Este segundo largometraje de Damien Chazelle, tras su muy bien recibida ópera prima, The Spectacular Now (2013), protagonizada también por Teller junto a la ahora muy reconocida Shailene Woodley, sobresale principalmente por dos razones: su increíble, estilizada y vertiginosa puesta en escena, y los duelos de actuaciones de la dupla central. Miles Teller demuestra su talento con un trabajo sensible y a la vez completamente apasionado por la música que llevará hasta sus últimas consecuencias; mientras que Simmons está sencillamente soberbio con su imponente y abrumadora actuación del sádico y abusivo profesor. En Whiplash: Música y Obsesión, la edición al ritmo de los beats atrapa la atención desde el comienzo, y a lo largo del filme se puede percibir la atmósfera jazzística, como si estuviéramos en un concierto intimista pero con una poderosa, violenta y explosiva energía en el entorno. Este homenaje al mundo de la música y a la creación e interpretación artística, es un filme que va de menos a más, iniciando con un progreso ligeramente pausado para ir subiendo la intensidad (en todo sentido) y terminar con un clímax explosivo y catártico. Whiplash: Música y Obsesión es auténtica, vibrante e hipnótica, una cinta de la cual es imposible despegar los ojos una vez que nos adentremos en la travesía personal de Andrew, en sus ambiciones y en sus sacrificios que requerirán de sangre, sudor y lágrimas... pero sobre todo, sangre. 22


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a inmaculada postal de los Alpes nevados es el lienzo que utiliza el director sueco Ruben Östlund (Play) para plasmar elegantemente la naturaleza humana en su más primitiva expresión a través del súbito y gradual desmoronamiento de una familia modelo durante sus vacaciones en su cuarto largometraje, Fuerza Mayor (Turist/Force Majeure; 2014). La experiencia formal de Östlund adquirida gracias a su pasado profesional como documentalista de esquí durante la década de los 90s, y que ya había mostrado en sus anteriores largos de ficción, se manifiesta nuevamente a través de una estética aséptica y despojada de artificios; las largas secuencias con cámara fija o discretos movimientos imperan en esta historia de alcances éticos familiares inimaginables. Fuerza Mayor comienza con una familia llegando a un lujoso resort en medio de los Alpes, el matrimonio conformado por Tomas (Johannes Kuhnke) y Ebba (Lisa Loven Kongsli), acompañados de sus hijos Harry (Vincent Wettergren) y Vera (Clara Wettergren), buscan disfrutar de una formidable semana de esquí, pero durante un almuerzo en la terraza de su oneroso restaurante se produce un alud en la ladera de la montaña; los niños comienzan a ponerse impacientes, pero Tomas señala que es un alud controlado por los expertos y que es completamente normal, el alud no se detiene y parece que arremeterá con toda su fuerza contra la zona turística, provocando el pánico entre los clientes cuando el impacto parece inminente; Ebba llama desesperada a su esposo para que la ayude a proteger a Harry y Vera, pero Tomas se ve sorprendido por su instinto de supervivencia y no puede hacer otra cosa más que correr y dejar a su suerte a su esposa e hijos (aunque sí le da tiempo de tomar su iPhone de última generación que tenía sobre la mesa). Al final, la avalancha sí estaba controlada por los expertos y ésta se detiene sistemáticamente poco antes de llegar a la zona de los resorts alpinos, pero la cobarde actuación de Tomas ante la emergencia (la cual intenta borrar actuando como si nada hubiera pasado) fractura irremediablemente la relación familiar, la 25

cual se va resquebrajando con el paso de los días de la semana en los que Östlund va diseccionando los comportamientos instintivos inherentes a nuestra condición humana ante situaciones límite. Al igual que la avalancha estaba completamente controlada gracias a la planeación minuciosa de los especialistas, el estudio de los instintos humanos que realiza el director sueco es de una precisión abrumadora; y de la misma manera que la avalancha se iba ensanchando mientras seguía su camino vertiginoso por la ladera, Tomas se ve envuelto en un violento alud de reproches y desacreditaciones por parte de su esposa en frente de sus mejores amigos, quienes incluso se llevan la situación de Tomas hasta su cama, en donde en lugar de tener una relación de intimidad, comienzan una divertida y filosa discusión sobre lo comprensible (o no) de su comportamiento. Todo esto arrastra al padre de familia a un verdadero infierno en medio de las vacaciones familiares, pues busca desesperadamente retomar su lugar como el "hombre de la casa" o "el protector de la familia" mientras es sometido al más feroz de los juicios, pero no sólo de su familia (su esposa e hijos lo rechazan y se sienten molestos) sino de toda la sociedad que espera de un hombre (de cualquiera, no sólo de él) su siempre presencia imperturbable y heroica ante situaciones como ésta, tildando de cobardes a quienes no proceden de la manera que las reglas no escritas lo dictan. Con Fuerza Mayor, Östuld entrega un nuevo ejercicio audaz y de gran calibre, con altas dosis de humor negro dinamita varios conceptos sobre los comportamientos éticos políticamente incorrectos, enfrenta al instinto de supervivencia con el paternal y protector (y queda claro cuál gana), arrasando igualmente con ideas pre establecidas y caducas sobre los roles que deben tener ambos sexos en la sociedad, aunque particularmente y por la naturaleza de la historia, se centra más en la exploración del sexo masculino; es también una brillante disertación sobre el miedo al fracaso y una mordaz exploración de la virilidad bajo la mirada machista y doble moralina de la sociedad occidental actual.


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n su ópera prima, Capote (2005), el director Bennett Miller realizó un análisis psicológico del periodista y escritor estadounidense (interpretado por Philip Seymour Hoffman) centrándose en su obsesión con Perry Smith, uno de los asesinos de la familia Clutter en su granja de Kansas, caso que lo inspiró para escribir su más célebre novela: A sangre fría. Después, con su segundo largometraje, Moneyball (2011), Miller se adentró en el mundo de los deportes y echó mano de las experiencias de Billy Beane (Brad Pitt), el director general del equipo de beisbol de los Atléticos de Oakland (Oakland Athletics) que rompió paradigmas en el mundo deportivo consiguiendo grandes éxitos a través del raro método que da nombre al filme y que le permitió sacar adelante al equipo con un limitadísimo presupuesto, además de utilizar métodos estadísticos por computadora para coordinar igualmente las jugadas en el campo. Ahora, con su tercer largometraje, Foxcatcher (2014), el director neoyorquino hace una especie de mezcla de ambas temáticas para contarnos la historia (nuevamente basada en hechos reales) de un trío de personajes grises y tristes que buscan reconocimiento y de lo que están dispuestos a hacer para conseguirlo. Foxcatcher es la historia de John du Pont (Steve Carell), un heredero multimillonario que invita al medallista de oro olímpico Mark Schultz (Channing Tatum) a instalarse en su residencia para que le ayude como entrenador de un equipo de lucha grecorromana para los Juegos Olímpicos de Seúl en 1998. El medallista acepta inmediatamente, pues la oferta le brinda la esperanza de alejarse finalmente de la sombra de su hermano, el también medallista olímpico Dave Schultz (Mark Ruffalo), bajo la cual ha vivido casi toda su vida. La relación entre John y Mark comienza de manera afortunada, las metas en el entrenamiento del equipo comienzan a ser alcanzadas y entre ellos nace una especie de relación padre-hijo, sin embargo, la situación comienza a complicarse cuando Dave también es requerido para ayudar al entrenamiento del equipo, las

vidas de los tres hombres quedan marcadas irremediablemente. Miller fue reconocido por este filme en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes donde obtuvo el premio como Mejor Director, y no es para menos, pues el bien logrado trabajo con Foxcatcher es sorprendente. Se trata de un complejo estudio de la mente retorcida de John du Pont, un hombre desequilibrado que busca desesperadamente la validación y admiración de su madre, es un personaje infantil en muchos sentidos, en ocasiones no es más que un niño buscando siempre el cariño de una madre que nunca ha aceptado la verdadera pasión de su hijo: la lucha grecorromana, un deporte que para ella no tiene mérito alguno. Gran parte del acertado acercamiento a este personaje se debe al bien planeado guión de Dan Futterman, E. May Frye y Kristin Gore, de ritmo pausado pero con momentos poderosos que permiten echar vistazos a la turbia y peligrosa psique de du Pont. Además, la contenida y por momentos siniestra actuación de un casi irreconocible Steve Carell (en una sobria interpretación bajo un asombroso trabajo de maquillaje y prótesis facial), resulta indispensable para el buen tratamiento del delirante millonario. Por otra parte, el filme también se da el tiempo de desarrollar adecuadamente la trama de los hermanos Schultz (principalmente el personaje de Mark) y resulta igual de entretenido e interesante ver el desarrollo de la relación entre los hermanos con cierta rivalidad profesional que ha llegado a trastocar sus vidas personales. Tanto Tatum como Ruffalo ofrecer trabajos sensibles, bien construidos y matizados, personajes complejos, llenos de rencor, tristezas, furia y sueños rotos. Foxcatcher convierte la anécdota verdadera en una gran historia dramática que nos ofrece una nueva oportunidad para acercarnos a la condición humana. El filme es una propuesta magnética que combina el lado oculto del mundo del deporte ya retratado en Moneyball con las atmósferas frías, sombrías y violentas de Capote, una composición cinematográfica filmada con una sobriedad y elegancia sobresalientes. 26


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n el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados continúan con el avance de sus tropas irrumpiendo en territorio enemigo. Al sargento Don 'Wardaddy' Collier (Brad Pitt) se le encomienda una misión mortal tras líneas enemigas en los últimos días del conflicto bélico, por lo que reúne a sus mejores cuatro hombres -Boyd 'Bible' Swan (Shia LaBeouf), Trini 'Gordo' García (Michael Peña), Grady 'CoonAss' Travis (Jon Bernthal) y el novato Norman Ellison (Logan Lerman)- y se adentran en el área nazi bajo la protección del gigantesco tanque Sherman al que han bautizado (y rotulado) con el nombre de Fury. La misión se ve alterada por una mina terrestre que los deja varados a mitad de una campiña con un numeroso ejército alemán rodeándolos rápidamente. Los cinco hombres, superados extraordinariamente en número y armamento, se entregan a la última de sus batallas contra el enemigo, conscientes completamente de que nunca lograrán salir con vida del corazón de la Alemania nazi. Bajo esta premisa bélica, el director David Ayer (guionista de la clásica Training Day con Denzel Washington e Ethan Hawke, y responsable, entre otras, de End of Watch con Jake Gyllenhaal y Michael Peña) presenta su proyecto más ambicioso hasta la fecha: Corazones de Hierro (Fury; 2014), una historia escrita por él mismo en la que vuelve a echar mano de la violencia y la fatalidad (presentes en toda su filmografía) para reforzar su discurso: en la guerra no hay ganadores o perdedores, no hay mártires ni héroes, sólo hay sangre y muerte en ambos bandos del conflicto. Recurriendo a una narrativa pausada pero no exenta de acción, el director retrata las últimas veinticuatro horas de este ecléctico grupo militar de una manera cruda y descarnada en la que no ofrece concesión alguna y de la que extirpa toda propaganda yanqui que caracteriza al cine 'made in USA' de este consagrado género. Y es precisamente éste el mayor logro de Ayer en Corazones de Hierro, eliminar del relato todo el sentido de heroicidad que el gobierno estadouni29

dense se ha empeñado en remarcar como un gran valor cívico y de amor a la patria a través de sus campañas en las que Hollywood ha sido también participe, utilizando su fulgor para encandilar visones y ocultar los verdaderos intereses estadounidenses en los conflictos bélicos internacionales. Corazones de Hierro es un filme donde no hay buenos o malos, hay simplemente seres humanos con todo lo bueno y malo que eso conlleva. Y es que aunque la trama se centra en este aislado sector militar estadounidense, jamás son mostrados como héroes intachables que dan su vida por su patria; de hecho, durante la primera hora y media de la película, el director realiza un minucioso examen de cada miembro del quinteto que tripula al Fury, permitiendo una mirada amplia y sin censura a las miserias humanas que cada uno lleva a cuestas, ofreciendo una radiografía detallada de nuestra condición y un estudio sobre el porqué actúan de tal o cual manera. Son personajes con los que cuesta trabajo identificarse o tener un mínimo de empatía, sin embargo tampoco los podemos juzgar por sus acciones. Por otra parte, el enemigo tampoco es expuesto bajo una óptica maniquea, sino que Ayer deposita en ellos algunos atisbos de compasión, de misericordia, de humanidad, elementos que se antojan inimaginables para cualquier otra película bélica que se realice en territorio yanqui (a excepción de ese maravilloso díptico creado por Clint Eastwood -Flags of Our Fathers y Letters from Iwo Jima- que da su debida importancia a ambas caras de la moneda bélica). Ayer muestra los horrores de la guerra de la manera más visceral a través de una dramatización excelentemente actuada y una sofisticada puesta en escena llevada con gran pulso y precisión, dejando claro con ello que no hay belleza alguna en la guerra; estamos ante una propuesta dramática, anti heroica, potente y aguerrida que tras su 'glorioso' final en una alborada de 1945, se esconde sin sensiblerías la más triste de las reflexiones: la guerra nunca termina tranquilamente.


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a biopic de la famosa cantante mexicana llega envuelta en una acalorada polémica dentro y fuera de la pantalla. En la ficción: la ópera prima del suizo Christian Keller pretende hacer un retrato imparcial de algunos fragmentos de la vida de Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz, desde su casting para una femenina agrupación musical orquestada por el ya entonces reconocido productor Sergio Andrade, así como su turbulenta relación profesional y sentimental con el que se convertiría en su manager, el rápido ascenso a la fama en la escena nacional y su caída estrepitosa tras ser acusada -junto con Andradede corrupción, rapto y violación de menores, lo que la llevó a ser recluida en una cárcel de Brasil y luego en Chihuahua. En la realidad: la escritora Sabina Berman, autora del guión de la cinta, se ha deslindado del proyecto argumentando que el trabajo que ella entregó -construido a base de varias entrevistas hechas a la misma Gloria Trevi, a periodistas como Paty Chapoy y la reportera Laura Suárez del programa Ventaneando, entre otros implicados directamente, en mayor o menor medida, al caso del llamado "clan Trevi-Andrade"- fue destrozado para tomar sólo algunos elementos de éste y armar una ficción bastante distinta de lo que planteaba originalmente el argumento, un hecho del que habla en el libro Gloria: Una historia sobre la fama y la infamia, que fue publicado recientemente bajo el sello de Editorial Planeta y donde da fe del proceso periodístico y de investigación que se siguió para crear el guión. A su vez, la cantante se ha encargado de difamar a la escritora diciendo que esa no es su verdadera historia, que se trata de un guión cimentado en mentiras -a pesar que ella misma, en un principio, estuvo directamente involucrada en el 31

desarrollo del proyecto- y ha desacreditado y retirado su apoyo a la película argumentando que no refleja lo que realmente vivió al lado del Sergio Andrade, declaraciones que resultan ciertamente incomprensibles en tanto que la película no pierde oportunidad de limpiar su imagen y absolverla de toda culpa y vínculo directo con los crímenes de su ex representante, acercándose por momentos a una grave apología de la figura de Gloria Trevi -extraordinariamente matizada por Sofía Espinosa. Por el contrario, quienes sí quedan muy mal parados son TV Azteca, su presidente Ricardo Salinas Pliego, y algunas de sus estrellas como las periodistas Paty Chapoy (Marisa Rubio), Mónica Garza (Magali Boysselle), la reportera Laura Suárez (Estefanía Villareal) y la cantante y conductora -y en su momento esposa de Andrade- Aline Hernández (Ximena Romo); y aunque a todos ellos les cambian los apellidos o los mencionan únicamente por su nombre, las referencias son más que evidentes. La conductora estrella de Ventaneando es retratada como la principal artífice de la oleada de ataques y denuncias que comenzaron ventilar los escándalos del 'clan Trevi-Andrade' cuando la dupla dejó la televisora del Ajusco y firmaron con la de San Ángel, insinuando con ello que mientras formaron parte de las filas de la televisora de Ricardo Salinas Pliego, los secretos escabrosos de la pareja y el clan se pasaban por alto. Se revelan los secretos de orquestación de la campaña de desprestigio comandada por Paty Chapoy y su apoyo a la publicación del libro La Gloria por el Infierno de Aline Hernández, representada como una chica fácil, celosa de Gloria Trevi y resentida con Sergio Andrade que sólo quería vengarse de su ex esposo.


Y es que, a todas luces, se aprecia que Gloria (2014) es una película hecha para limpiar la imagen de la cantante de "Pelo Suelto", buscando continuamente exonerarla de toda culpa mostrándola como una víctima más de todo lo sucedido; desde el inicio de la película se hace una ilustración de la intérprete como una chica un tanto ingenua que sólo busca triunfar en el mundo de la música pop en México, que compone sus propias canciones, originales, pegajosas, ingeniosas y completamente atractivas para las masas -aunque primitivas, según Andrade-, las cuales se convirtieron en grandes éxitos por su gran talento y carisma sobre el escenario, por la asombrosa capacidad de su manager en el área de producción para pulir las canciones y por su competente habilidad en el marketing discográfico. El ex representante y amante de Gloria Trevi es retratado cómo un Rey Midas del mundo del espectáculo nacional, hay referencias a las grandes figuras que se consolidaron gracias a su talento en el medio -como Lucerito y su inseparable Mamá en una muy breve aparición de sus personajesy a quienes establecieron con él relaciones profesionales fructíferas -como Emilio Azcarraga Milmo, "El Tigre" y Raúl Velasco en Siempre en Domingo-, pero también se exhibe su lado oscuro y sórdido, lleno de obsesiones psicosexuales que giran en torno al manipulador sometimiento de la mujer tanto física, mental y artísticamente; dentro de este apartado es necesario señalar que el estupendo desempeño de Marco Pérez -imponente en cada escena- al momento de encarnar a Andrade, resultó vital para la credibilidad de este complejísimo personaje. Gloria es una cinta de calidad técnica casi impecable, y el "casi" es porque algunas caracterizaciones como las de Raúl Velasco y Paty Chapoy son verdaderamente caricaturescas, por lo que se agradece profundamente que sus apariciones sean muy breves; por otra parte, desde el diseño de arte hasta la fotografía se utilizan acertadamente para poder crear una propuesta visual bastante fresca en la que están presentes varios momentos de espíritu videoclipero que capturan la esencia estética de la carrera noventera de Gloria cuando se convirtió en un ícono contracultural contra la santurrona mojigatería de Televisa y de la Iglesia Católica, tal es el caso de la secuencia "Una papa sin cátsup" o de la escena de la interpretación en concierto de "Con los ojos cerrados", donde

la cantante se despide de los escenarios para retirarse al lado de Sergio Andrade. La narrativa del filme va engarzando las secuencias y las escenas de una manera orgánica y natural, y de esa manera vamos recorriendo los capítulos más escabrosos del relato: la trata de blancas, la corrupción, la muerte de la bebé de Gloria Trevi, su estadía en la cárcel, etc., los cuales son abordados con sensatez y mesura, sin sensacionalismos, en ningún momento se busca caer en lo grotesco sino que, por el contrario, la propuesta llega a ser sutil y refinada. Pero a pesar de estas virtudes formales, es el carácter panfletario a favor de la pulcra imagen de la cantante, lo que hace que la fresca propuesta visual y contraculturalmente discursiva -la corrupción política, los sistemas caducos, las imposiciones de valores por parte de la Iglesia, la censura, etc.- se vea opacada por su trasfondo melodramático falso e hipócrita que no se aventura a ir más allá, que evita escarbar más profundo en las anécdotas del caso Trevi-Andrade y de toda la información que es del dominio público. "Gloria" no cuenta nada que no sepamos ya, el filme funciona a manera de homenaje que aprovecha todos sus recursos para 'santificar' y 'redimir' a la cantante ante el público al presentarla como 'inocente' de todo delito. Por lo tanto, la polémica que gira en torno a esta producción y las declaraciones desaprobatorias de Gloria Trevi hacia la cinta, huelen más a un plan mercadológico que a una verdadera oposición de la cantante ante lo que en el filme se cuenta de ella, puesto que tanto para la cantante regiomontana como para Sergio Andrade, resulta una cinta inofensiva que presenta 'una versión muy light' de la verdadera y bulliciosa vida de la cantante. Gloria se estrenará en cines el 1° de enero de 2015 y, según reveló el productor Matthias Ehrenberg en la pasada edición del Festival de Cine de Morelia donde se estrenó fuera de competencia, el filme sí sufrió diversos cambios con respecto al guión de Sabina Berman, incluso el corte definitivo para cines podría cambiar ligeramente, ya que se piensa añadir un breve epílogo después del final de la cinta con el que originalmente se presentó en las proyecciones del festival michoacano: Gloria atravesando el umbral de la cárcel de Chihuahua tras ser liberada y absuelta de todos los cargos. 32


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n 1740, la francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve publicó La Bella y la Bestia, una extensa novela sobre el amor imposible entre dos personajes a través de una dura crítica a la monarquía y la burguesía amante de los forzosos pactos nupciales a los que sometían a sus hijas para continuar perpetuando su oneroso linaje; dieciseis años después, y tan sólo uno después de la muerte de Villeneuve, su compatriota Jeanne-Marie Leprince de Beaumont editaría su propia adaptación: una versión condensada y edulcorada de la historia de Villeneuve despojándola de toda crítica social y dejando los elementos fantásticos para confeccionar un tradicional cuento de hadas. Esta última versión de Beaumont es la más conocida y difundida, y en la que se han basado la numerosas representaciones teatrales y adaptaciones cinematográficas y televisivas hasta la fecha, desde la clásica y laureada versión de Jean Cocteau en 1946, hasta la muy popular versión animada de Disney de 1991 a cargo de la dupla Gary Trousdale y Kirk Wise, pasando obviamente por la versión que hoy nos ocupa: La Bella y la Bestia (La Belle et la Bête; 2014) de Christophe Gans (Le pacte des loups y Silent Hill) con Léa Seydoux (La vie d'Adéle) y Vincent Cassel (Irreversible y Black Swan). Tratando de apegarse lo más posible a la historia más popular del cuento de hadas, La Bella y la Bestia no está libre de licencias creativas y nos presenta a un acomodado comerciante (André Dussollier) que se ve obligado a refugiarse en el campo junto con sus seis hijos (tres mujeres, tres hombres) tras el naufragio de su barco mercante que le acarreó la ruina económica; los problemas empeoran una noche que el comerciante roba una rosa del jardín del mágico reino donde habita la Bestia (Vincent Cassel) y ésta lo condena a muerte; el mercader le pide como última voluntad que lo deje ver a su familia una vez más, a lo cual la Bestia accede concediéndole veinticuatro horas para despedirse de su familia y regresar a cumplir su condena. Sin embargo, Bella (Léa Seydoux), la más joven y alegre de sus hijas, decide tomar el lugar de su padre y se presenta en el castillo de la Bestia. Incapaz de matarla, la Bestia la condena a vivir para siempre en su castillo, donde cada noche se reúnen para cenar y donde Bella irá descubriendo fragmentos de la trágica historia detrás de su captor. 34


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La Bella y la Bestia marcha perfectamente como un espectáculo visual, la extraordinaria fotografía de Christophe Beaucarne, el fastuoso trabajo de diseño de arte del equipo conformado por Virginie Hernvann, Wolfgang Metschan, Andreas Olshausen y Etienne Rohde, y el detallado vestuario de Pierre-Yves Gayraud, logran crear en pantalla el universo mágico ideal para un tradicional cuento de hadas, pero tras esa extravagante puesta en escena se esconde un vacío emocional que jamás se puede colmar, pues al parecer la historia está al servicio de los efectos cuando debería ser completamente el contrario. Tratando de llenar el vacío contextual de la novela sobre el origen de la Bestia, aquí se inventan una trágica historia que resulta absurda y ridícula, en la que además se insertan caprichosamente algunos personajes fantásticos como los cachorritos sabuesos que se convierten en los mejores amigos de la protagonista durante su reclusión o los gigantes de piedra de la climática batalla final en los muy amplios (y digitalizados) jardines del palacio; mientras tanto, la historia romántica entre protagónicos tampoco resulta más afortunada, pues entre Bella y Bestia no existe la más mínima de las químicas, por lo que mucho menos se puede esperar un deseo creciente que culmine en el amor redentor de la Bestia nuevamente transformado en el otrora apuesto príncipe sin la película de profuso vello computarizado que esconde el rostro de Cassel durante gran parte del metraje. En su deambular entre situaciones demasiado infantiles (e incoherentes) para un filme adulto y demasiado oscuras para un filme infantil, el uso de la pantalla verde resulta verdaderamente excesivo, el mágico reino de la Bestia parece un catálogo de efectos especiales digitales europeos que pretende demostrar que en el viejo continente también poseen la tecnología virtual para competir con Hollywood en la maquilación de blockbusters. La Bella y la Bestia de Christophe Gans es una propuesta efectista y emocionalmente impedida, un filme pictóricamente excesivo y pretencioso que se engolosina en su artificioso apartado visual de €33 millones y se olvida del espíritu romántico-gótico que recubre el texto original; una fallida actualización del texto que es mejor evitar y, por el contrario, recurrir a la obra fílmica de Cocteau, o en su defecto, a la fábula ancestral de Disney.

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areciera que el 2014 fue el año de las biopics. Como si el mundo entero se hubiera puesto de acuerdo, este año se maquilaron alrededor del globo historias tras historias de personajes basados en figuras de la vida real. Incluso en México no nos quedamos atrás y dentro nuestras fronteras se realizaron la desastrosa Cantinflas, la irregular Gloria y la estupenda El Más Buscado. Esta tendencia fílmica se vuelve aún más notoria en esta temporada de premios en donde, por su naturaleza inspiradora, estos relatos se colocan entre las principales candidatas a los reconocimientos de lo mejor del año en la meca del cine. The Imitation Game, The Theory of Everything, Big Eyes, Foxcatcher, Pride y American Sniper son algunos ejemplos de filmes biográficos, o basados en hechos reales, que se han estrenado (o están por lanzarse) y que suenan como candidatas a varios premios importantes, sobresaliendo claro está, el premio Oscar. Inquebrantable (Unbroken; 2014), el nuevo trabajo tras las cámaras de Angelina Jolie tras su debut con In the Land of Blood and Honey (2011), ha venido sonando como una de las posibles (aunque poco probables) candidatas como Mejor Película en los premios de la Academia. ¿Y cómo no iba a ser candidata si el filme tiene todo para agradarle al jurado de los premios Oscar? Se trata de una historia inspiradora basada en la juventud de Louis Zamperini, un medalista olímpico estadounidense de ascendencia italiana, sobreviviente a un desastre bélico aéreo en el Pacífico, a un naufragio de 47 días y a una larga y violenta estadía en dos campos de prisioneros en Japón durante la Segunda Guerra Mundial. 39


Tomando como base el bestseller homónimo de Laura Hillenbrand, el guión adaptado por los hermanos Ethan Coen y Joel Coen junto con Richard LaGravenese y William Nicholson, utiliza una narrativa fragmentada a través de flashbacks durante la primera mitad del filme para introducirnos al personaje central interpretado con solvencia por Jack O'Connell, una verdadera revelación actoral de 2014 participando tanto en blockbusters (300: Rise of an Empire) como en proyectos más pequeños pero también más sustanciosos (Starred Up y '71). Con una sorprendente secuencia de batalla aérea se nos presenta a Louis Zamperini en medio de una misión militar junto con sus compañeros en un avión bombardero; tras un milagroso regreso a la base, su estadía en el lugar se ve interrumpida por una nueva misión, pero esta vez de rescate, no de ataque. La suerte juega en su contra y el avión pierde dos motores obligando a un acuatizaje forzoso en el que sólo sobrevive Zamperini y dos de sus compañeros: Mac (Finn Wittrock) y Phill (Domhnall Gleeson). Tras más de 40 días de naufragio sobreviviendo a base de pescado crudo y escasa agua de lluvia -y tras la muerte de Mac-, Zamperini y Phill son rescatados/capturados por el ejército japonés. Ya en tierra, Zamperini sobrevivió a dos campos de concentración bajo el régimen del sádico comandante Watanabe al que llamaban El Pájaro (encarnado por el cantante pop Takamasa Ishihara), quien se ensañó con el corredor olímpico y no perdía la oportunidad de humillarlo e intentar hacer que perdiera la dignidad. Inquebrantable es una historia sobre la resistencia espíritu humano que se apega más a los cánones del cine clásico y huye de los excesos formales del cine contemporáneo, sin embargo, su principal fallo es no mostrarnos el origen claro de la fortaleza de Zamperini. Y es que pesar de todo lo sufrido por el héroe de la anécdota (llevado con gran aplomo por O'Connell durante las más de dos horas de metraje), es difícil conectarse con un personaje sin verdaderos matices, un personaje más bueno que Jesucristo (según la película) que se mueve a través de una historia superficial que se alarga innecesariamente en muchas ocasiones y que pareciera regodearse en mostrar el sufrimiento humano, haciendo sentir a la película saturada y excesiva en el sufrimiento del personaje, y muy poco inspiradora, cuando es precisamente en esto último donde tendría que destacar: ser inspiradora. Pese a que el resultado final que entrega Jolie no es para nada despreciable y da muestras de tener talento tras las cámaras, es evidente que aún carece de la experiencia que forja el oficio necesario para una historia de esta envergadura. Inquebrantable es una cinta de buenas intenciones, un filme que nos comparte una historia que merecía ser contada desde hace mucho tiempo, pero que también merecía una mejor narradora.

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lfredo Ríos Galeana fue el criminal más buscado en nuestro país por varias décadas, fue el más famoso asaltabancos en la década de los 80s, adjudicándose el título de el hombre con más atracos cometidos en México y en el mundo, sumando casi un centenar de bancos. Pero no fue únicamente su exitosa trayectoria lo que lo convirtió en toda una leyenda criminal, sino su astucia, su inteligencia que lo llevó a comenzar su carrera delictiva al permitirle unirse a las fuerzas de las Radio Patrullas del Estado de México, en donde aprovechó los beneficios de su "profesión" para comenzar con los atracos bancarios, originando con ello una fructífera trayectoria como roba bancos en la que logró escapar tres veces de prisión, mantenerse prófugo por casi dos décadas desde su último escape, la obtención de un título -falso, por supuestocomo Ingeniero Civil, y -según cuenta la leyenda-, la grabación de un disco de música ranchera bajo el nombre de Luis Fernando y el alias de El Charro Misterioso -título que originalmente tendría el filme- o El Charro del Misterio, bajo el anonimato de una máscara negra de luchador, con la que se presentaba en Palenques y otros shows musicales en vivo en escenarios más pequeños como cantinas o bares. La fascinante figura de este criminal mexicano es llevada a la gran pantalla por el realizador José Manuel Cravioto (Los últimos héroes de la Península y codirector de Seguir Siendo: Café Tacvba al lado de Ernesto Contreras) en su ópera prima de ficción, El Más Buscado (2014), una especie de continuidad a su cortometraje El Charro Misterioso (2005) en donde su experiencia y sensibilidad obtenida como documentalista le permite explorar a conciencia los aspectos más íntimos del personaje como su compleja personalidad, su inteligencia y astucia, el crimen como su única forma de vida posible, su relación intima con Sonia -su cómplice y novia-, etc. El filme se encarga también de mostrar las más importantes hazañas criminales de Alfredo, como sus estrategias para asaltar los bancos, el evitar hasta el extremo el disparo de sus armas -nuestra idea era nunca matar a nadie, revela en entrevista durante una de sus capturas-, el mantenerse alejado de los radares de la policía por varios años, y las pocas veces que fue detenido, lograr fugarse de la cárcel; y por supuesto, la cadena de corrupción que subía hasta las más altas esferas del poder judicial. 42


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Pero lejos de que pudiera pensarse en este filme como una apología del crimen organizado o de una figura anti heroica como la de Alfredo Ríos Galeana, en realidad El Más Buscado se ve emparentado más con Los Ladrones Viejos: Las Leyendas del Artegio (2006), ese fantástico documental de Everardo González que también se aproxima de una manera muy sensible a un quinteto de criminales de antaño de la Ciudad de México en la época de Arturo 'Negro' Durazo, o con La Reina del Sur (2013), esa también interesante propuesta discursiva de la televisión que retrató aspiracionalmente la vida de una mujer mexicana común convertida -circunstancialmente- en una de las mujeres narcotraficantes más poderosas en el viejo continente. Cravioto retrata aquí una cultura mexicana adoradora del dinero -aunque no del modo tan ácido como lo ha hecho hace un año Martin Scorsese con El Lobo de Wall Street, pues ese finalmente no es su objetivo aunque se agradece el atrevimiento-, así como una forma de vida asociada al crimen organizado a la que ansían muchos mexicanos -y que también pudimos apreciar el año pasado en el documental Narco Cultura (2013) de Shaul Schwarz. Pero sobre todo, El Más Buscado es el retrato de un personaje complejo y tridimensional, el de un hombre amante de las mujeres, de la música mexicana, de los amigos, del buen vivir; es también un retrato de la lucha psicológica entre Alfredo (excepcional Tenoch Huerta) y el comandante Zárate (un Marco Pérez sobresaliente, como siempre); esto resulta ser uno de los grandes aciertos del filme, esta relación odio-admiración-rivalidadrespeto que se genera entre criminal y comandante, y que es retratada con gran pulso a través del metraje gracias al excelente guión -del mismo Cravioto- y el duelo de actuaciones que ofrecen Huerta y Pérez, pues inclusive en las secuencias en las que sus personajes no comparten tiempo en pantalla, la tensión entre criminal y obsesivo justiciero se vuelve casi palpable. Las jerarquías en el sistema político, el escalafón profesional dentro del entorno policial, la corrupción y el pago de cuotas mensuales para poder delinquir tranquilo para que los policías no se metan en asuntos ajenos, las prácticas y las expectativas del mundo del crimen organizado, así como su relación colectiva -a través de la banda del Alfredo- en este específico bajo contexto sociocultural, son todas diseccionadas sutilmente en el subtexto que yace bajo el revestimiento de película de acción con vertiginoso montaje a través de una narración cíclica y alejada de una estructura no lineal de impecable manufactura técnica. El Más Buscado es uno de los primeros grandes estrenos nacionales que demuestra que en este país se puede hacer cine de género y se puede hacer bien, una película que es capaz de defenderse por sí sola gracias a su impecable calidad en todos su apartados y que seguramente será no sólo un éxito de taquilla sino en todo un clásico contemporáneo de nuestro cine.

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Reflejos de

celuloide L

a figura del Doppelgänger -cuyo origen se remonta a la tradición oral de las leyendas nórdicas y germanas en donde la visión del propio doble auguraba una pronta muerte- hace su aparición estelar en la literatura pre-romántica como el gemelo malvado -o sosia- en las comedias de Molière y Shakespeare, para ir tornándose en una figura más oscura con el paso del tiempo y la evolución literaria, en donde ya obedece más a retratos de la materialización del lado oscuro del ser humano, a un desdoblamiento de la personalidad que se ha mantenido dormida por las presiones sociales donde la ética, la moral y las 'buenas' costumbres han castrado/limitado al que ahora sufre la 'persecución' de su 'doble', su otro y diametralmente opuesto yo -Frankenstein podría entrar aquí- o que se enfrenta a su propia transformación en su contraparte monstruosa -aquí encontramos al Dr. Jekyll y al macabro Mr. Hyde. En un tono un tanto más psicológico, Dostoievski propone un desdoblamien-

to psíquico de su protagonista en El Doble, un personaje completamente opuesto en cuanto a su personalidad y que paulatinamente lo va suplantando irremediablemente, consiguiendo con ello las cosas que su versión original jamás se atrevió a reclamar y que sólo se había atrevido a soñar con alcanzar. En la literatura, innumerables autores desde Hans Chrsitian Andersen hasta Julio Cortázar, pasando por Robert Louis por: Stevenson, Mary Shelley, finbar|@finbarfl ynnxy Lester del Rey y José Saramago- han recurrido en sus textos a la figura del Doppelgänger, la cual por supuesto también ha dado el salto a otros lenguajes narrativos como el mundo de las historietas -Bizarro es el 'doble' imperfecto de Superman, mientras que Venom es el ente intergaláctico que hace simbiosis con Peter Parker/Spider-Man permitiendo la salida de sus más oscuros deseos de venganza. Inevitablemente, el cine -el arte visual más importante de nuestra era y el que más cambios sociales ha traído consigo-

también ha echado mano de esta misteriosa imagen para transportarnos a realidades inimaginables, ya sea en meros relatos cómicos -Me, Myself and Irene (2000) de los escatológicos y sardónicos Peter y Bobby Farrelly-, en animaciones infantiles -Coraline (2009) de Henry Selick-, en historias sci-fi apocalípticas -Invasion of the Body Snatchers (1956) de Don Siegel-, o en densas propuestas psicológicas/existenciales Solaris (1972) de Andrei Tarkovsky. Ya sea a manera de elemento cómico, de rebeldía ante la sociedad, de suplantación de identidades, de invasiones alienígenas, de premonición mortuoria o de desdoblamiento psicológico, los Doppelgänger han estado entre nosotros -a través del cine- mucho antes de lo que podríamos imaginar. A continuación dejamos un listado con 10 cintas imprescindibles para acercarse a esta enigmática figura...

DOPPELGANGERS EN EL CINE

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La obra maestra de Alfred Hitchcock es considerada por muchos expertos como la mejor película de la historia, por lo que no podíamos colocarla en otra posición que no fuera la de honor en este listado como el ejemplo perfecto del cine de dobles/doppelgängers. Con las actuaciones estelares de James Stewart y Kim Novak, el filme versa sobre el detective Scottie (Stewart) de la policía de San Francisco que padece de vértigo acrofobia-, y tras una persecución a un delincuente en la que muere uno de sus compañeros al caer al vacío, decide retirarse de su profesión; sin embargo, su mejor amigo del colegio lo contrata para que vigile a su bella esposa Madeleine (Novak), pues ha presentado graves trastornos psicológicos obsesivos sobre su pasado y comienza a parecer que estuviera poseída por el espíritu de su difunta tía, llevándola incluso a cometer varios intentos de suicidio, hasta que un día logra su cometido... o eso parece, pues tiempo después el detective encuentra a una mujer bastante parecida Madeleine y comienza a obsesionarse con ella. Un misterioso, sombrío, denso y muy pesimista relato pesadillesco sobre la vida, la muerte, el amor, la pasión, el deseo, el sexo y la manipulación. 52


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Situada en el Japón medieval que ha quedado devastado por las guerras feudales, el filme de Akira Kurosawa nos narra la historia de un ladrón de clase baja que es elegido y entrenado para suplantar a Shingen, un poderoso líder de guerra que se encuentra agonizante, engañando con ello a los enemigos que planean atacar el feudo cuando el líder muera. Con el paso del tiempo y la 'interpretación' de Shingen de una manera cada vez más recurrente, el ladrón comienza a adoptar verdaderamente la personalidad del líder. Esta magistral obra de Kurosawa -financiada por Francis Ford Coppola y George Lucas- destaca por su avasalladora belleza; Kagemusha: La Sombra del Guerrero es un filme impresionista con una historia llena de lirismo, un drama intimista de épicas proporciones.

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Dos mujeres completamente idénticas: Weronika y Veronique (ambas Irène Jacob). Cada una vive completamente ajena a la existencia de la otra; mientras una vive en Polonia, la otra hace lo propio en París, pero tienen mucho más en común que su nombre y exacta apariencia: ambas son huérfanas de madre, padecen una enfermedad cardiaca, poseen una grata sensibilidad artística para la música y pueden percibir que no se encuentran solas. Considerada como una de las obras maestras del cine europeo del siglo pasado, La Doble Vida de Verónica de Krzysztof Kieslowski es un, misterioso, sugerente y poético homenaje a la figura femenina y una existencial propuesta fílmica sobre la sincronía del destino.

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Una de las obras más Inquietante e hipnóticas de una de las psiques más extrañas e inteligentes del universo del cine. La historia de Lost Highway versa sobre Fred Madison (Bill Pulman), un músico de jazz que vive felizmente con su esposa Renee (Patricia Arquette), que comienza a recibir unos misteriosos videos con grabaciones de él y su mujer en el interior de su propia casa. Un día, en una fiesta, un escalofriante personaje (Robert Blake) le revela que, en ese preciso instante, él está en su casa; preocupado por la violación de la seguridad e intimidad de su hogar, acude a la policía, pero inesperadamente y debido al contenido de esos videos, es inculpado del asesinato de su esposa. Lost Highway es una de las más potentes y perturbadoras experiencias multisensoriales del cine de Lynch; compleja y tenebrosa, fascinante y enigmática obra maestra cuyas incógnitas no resueltas (y que nunca lo estarán, como en todo el cine de Lynch -y el que diga que ya las ha descifrado miente vilmente- siguen siendo el principal atractivo para verla y experimentarla una y otra vez.

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El director de El Último Tango en París (1972) presentó cuatro años antes una muy libre adaptación del relato El Doble de Dostoievski y traslada la acción a la Italia de los años 60s en donde el pasivo joven idealista Giacobbe (Pierre Clementi) se ve enfrentado con su doppelgänger de carácter revolucionario y activista contra la Guerra de Vietnam -además de psicótico. Profundamente simbólica en su aspecto formal, y altamente política y revolucionaria respecto a su discurso, Partner de Bernardo Bertolucci es un tratado sobre la ambivalencia de la personalidad a la vez que homenajea a Godard y a la juventud en lucha en el mundialmente decisivo año de 1968.

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El canadiense Denis Villeneuve se hizo cargo de la libre versión fílmica de la novela El Hombre Duplicado de José Saramago y entregó un trabajo más que notable. La historia cinematográfica de un profesor de historia que descubre a su sosia en una mediocre película de serie b y se obsesiona por encontrarlo se convirtió en una de las cintas más propositivas del año pasado gracias a su construcción narrativa como thriller psicosexual salpicada de secuencias surrealistas -la mujer con cabeza de araña, la araña gigante sobre la ciudad, la araña en la recámara...- con las que busca -y logra- replicar la atmósfera de la novela fuente original. Enemy es un perturbador viaje al interior de la mente de un hombre y sus más oscuras obsesiones -retratadas bajo la formidable interpretación dual de Jake Gyllenhaal como Anthony y Adam-; es un interesantísimo trabajo psicológico sobre la individualidad humana por parte de uno de los mejores directores canadienses contemporáneos al que no hay que perderle la pista.

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David Cronenberg y Norman Snider escriben la adaptación del libro Twins de Bari Wood y Jack Geadland, inspirado en el caso verídico de los doctores Stewart y Cyril Marcus. En Dead Ringers, la versión fílmica de Cronenberg, Beverly y Elliot, dos respetados ginecólogos y hermanos gemelos con personalidades opuestas de manera diametral, se ven profesional y mentalmente dañados -al grado de la desintegración psicológica- cuando uno de ellos se enamora de una hermosa paciente llamada Claire Niveau. A pesar de que no estamos ante uno de los mejores filmes del canadiense, el típico tono cerebral del realizador para abordar las historias, su inigualable body horror, así como la inolvidable y perturbadora actuación dual de Jeremy Irons, convierten a la cinta en un sobresaliente ejemplo del cine de dobles y doppelgängers.

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La ópera prima del hijo de David Bowie, Duncan Jones, fue una de las mejores películas sci-fi de la primera década de este milenio. Moon nos contó la historia de Sam, un astronauta lunar estadounidense que descubre toda una conspiración empresarial en el negocio de las excavaciones lunares, junto con todo un ejército de clones esperando ser activados en caso de que requiera ser reemplazado. Un claustrofóbico filme de bajo presupuesto sobre la identidad y la soledad que se presenta como una bizarra mezcla entre 2001: A Space Odyssey y Solaris, sostenido magistralmente por las interpretaciones de Sam Rockwell como único protagonista durante los 97 minutos de metraje.

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Las vidas de Rhoda Williams (Brit Marling) y John Burroughs (William Mapother), una brillante aspirante a un programa de astrofísica del Instituto Tecnológico de Massachusetts y un exitoso compositor y padre de familia, colisionan brutal e irreversiblemente el día en que en el cielo aparece un duplicado de nuestro planeta. Another Earth es una cinta de ciencia ficción profundamente intimista con rastros filosóficos sobre nuestra existencia, nuestra individualidad, la redención y las posibilidades de reescribir nuestra propia historia.

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El actor y director Richard Ayoade, junto con Avi Korine, adaptan la obra existencialista de Dostoievski y así nos presenta a Simon James (Jesse Eisenberg), un aburrido oficinista que trabaja en una agencia gubernamental y que ve trastocada su tranquila y gris existencia por la llegada de un nuevo trabajador, que resulta ser su doble exacto aunque con opuesta personalidad. Este nuevo compañero laboral, llamado James Simon, es su copia exacta pero nadie excepto él parece percatarse de ello, pues este doble es confiado, carismático y hasta con algunos toques de seductor; es total y completamente diferente a Simon. Con The Double, Ayoade nos pone frente a una historia sobre hacerle frente a los deseos reprimidos, la lucha del protagonista para poder retomar el control de su propia identidad y conseguir el amor de su compañera de trabajo: Hanna (Mia Wasikowska). The Double es un oscuro cuento retorcido y desequilibrado plagado de un humor negrísimo e inteligente donde Jesse Eisenberg nos brinda un trabajo más que solvente con su dual interpretación en esta estilizada y pesadillesca experiencia. Una pequeña y modesta joya del cine contemporáneo que no se puede dejar pasar bajo ninguna circunstancia.

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or fin se estrenará en México la película En El Bosque (Into the Woods; 2014), un musical que en el teatro de Estados Unidos es muy famoso. ¿Qué tan arriesgado es basarse en un musical de una obra tan famosa, con un gran éxito en taquilla, para convertirla en una producción de cine con excelentes actores? Primero que nada, en esta versión de cine le han quitado unas cuantas canciones para no hacerla tan musical; bueno es lo que dicen ellos. Un gran reparto con excelentes actores como Meryl Streep como la bruja de la historia, un Johnny Depp como El Lobo Feroz, Emily Blunt como la esposa del panadero, entre otros actores participan en este oscuro musical con una versión muy diferente de los cuentos clásicos que Disney alguna vez nos contó llenos de miel sobre hojuelas. Un proyecto muy interesante que hace años se tenía pensado llevar al cine pero por una u otra cosa nunca se llevó a cabo. ¿Será el momento preciso para atreverse a lanzar una película con estas características?, pues parece que sí, en Estados Unidos se ha mantenido en los primeros lugares en cartelera desde su estreno a finales de diciembre. 70


Muy recomendable el tráiler para que lo vean, muchos efectos especiales, historias que identificaremos de inmediato, y que quizá nos sorprendan por ser contadas de otra manera. Además, la garantía de los actores y la casa Disney presentes en este proyecto. ¿Qué podemos esperar de esta película en México? pues quizá una taquilla aceptable, ya que los musicales parece que son bien aceptados en nuestro país, bueno casi todos, porque la última que ni loco me atreví a ver, pero que muchos de mis amigos salieron odiándola, ¿Qué le dijiste a Dios?, parece que fue un fracaso en el aspecto fílmico pero un gran éxito en taquilla. Así que se le puede augurar un cierto éxito, pensando en que alguna Mamá distraída piense que es una historia muy bonita, llena de dulzura, hadas madrinas y el bien siempre predominando sobre el mal, y lleven a sus pequeñines a verla.

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a ópera prima del francés Yann Gonzalez posee una premisa -escrita por él mismo- que no se podría plantear de una manera más sencilla: una pareja de amantes (Niels Schneider y Kate Moran), junto con su mayordomo travesti (Nicolas Maury), planean una orgía a la medianoche para la que han convocado a la Puta (Julie Brémond), el Adolescente (Alain-Fabien Delon), la Estrella (Fabienne Babe) y el Semental (Eric Cantona). Siete peculiares personajes que, antes de entregarse al frenesí sexual durante toda la madrugada, deberán conocerse unos a otros. La charla que sostienen de manera previa al encuentro sexual aborda temas que van desde el amor, el sexo, la libertad y la familia, dejando también al descubierto la verdadera personalidad de cada uno de los presentes a través de los episodios -a manera de flashbacksen los que los personajes dejan ver sus no tan luminosos pasados repletos de heridas causadas por carencias y/o excesos; de entre esta serie de viñetas, sobresale la perteneciente al origen de la pareja central y la sui generis relación que mantienen con su mayordomo travestido. Echando mano de un sobresaliente score electrónico -compuesto por su propio hermano: Anthony Gonzalez de M83- que comienza a sonar cuando los protagonistas activan con la palma de su mano una sofisticadísima 'jukebox' que reproduce la música de acuerdo al estado de ánimo de quien la impulse, y con un estilo que recuerda en varias ocasiones al cine del jovensísimo Xavier Do-

lan o al del ya veterano Pedro Almodóvar -sobre todo por ese humor negrísimo cortesía siempre del personaje encarnado por Nicolas Maury que no le pide nada a ninguna de las mejores chicas Almodóvar-, Gonzalez nos hace acompañar a los personajes por numerosos pasajes de corte teatral y poético, como una cárcel sexual, un escenario onírico, un cementerio en la época de las Cruzadas, etc., y aunque se noten artificiosos con una cuidadísima dirección de arte, no obstruyen el camino para diseccionar e invitar a la reflexión sobre la naturaleza sexual humana, sobre todo porque en esos espacios los habitantes son personajes complejos con los que podemos sentir empatía o alguna conexión al reconocer alguna(s) característica(s) en nosotros mismos. Les rencontres après minuit -que se presentó el año pasado fuera de competencia en la Semana de la Crítica en el marco del Festival Internacional de Cine de Cannes, el cual le rindió un homenaje este año al realizar el cartel oficial de dicha sección oficial con una clara alusión a la secuencia inicial del filme con la chica montada con un joven con casco en una motocicleta- es un primer experimento que sale más que bien librado y nos ofrece una poética mirada a la complejidad de la sexualidad humana, un muy afortunado debut por parte de Gonzalez, quien nos regala postales de gran belleza que se quedarán en la memoria para siempre y que se perfila como uno de los talentos más prometedores del cine contemporáneo.

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or excelencia, uno de los westerns más clásicos del cine americano, con todo y eso, se ha ganado su merecido lugar en la historia del cine mundial, como uno de los films imprescindibles del cine. Uno de mis favoritos por varias razones, desde el tema central el cual está perfectamente bien hecho y bien trazado, la gente malagradecida. El sheriff del pueblo, Will Kane, recién casado debe dejar el puesto que ha tenido por varios años, además de que debe irse pues el sustituto ya viene en camino. Justo antes de partir, Will se entera que han liberado a uno de los más peligrosos hombres que ha pisado el pueblo, y que prometió regresar para matarlo. Mientras se dirige a su futuro hogar, el sheriff decide regresar para 'matar' al pistolero, todo como un gesto de bondad, agradecimiento y profesionalismo, valores que resaltan de este sheriff, pero al regresar notará que 'el león no es como lo pintan'. Este genial trabajo de Zinnemann representó el segundo premio Oscar para Gary Cooper, quien interpreta al Sheriff Will Kane; para ese entonces Cooper era uno de los más respetados actores que poseía una gran trayectoria, su profesionalismo se ve reflejado en el personaje tan bien representado, que sin duda lo coloca como una de las mejores interpretaciones que he visto en mi vida. El resto del reparto está muy bien, resaltando a la dupla de actrices Grace Kelly y Katy Jurado (luz y oscuridad de Will, podría decirse). La banda sonora ha pasado a la historia junto con su única canción, una fotografía muy bien realizada (destacando los encuadres a las vías del tren esperando la llegada del pistolero), muy buen guión que maneja una realista y excelente historia, mostrando que el querer ayudar a la gente no siempre es bueno, a veces nos encontraremos con la hipocresía, la ingratitud, la envidia y la cobardía. Película que me enorgullece considerarla entre mis 'mega' favoritas de todos los tiempos. 75


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xisten diferentes maneras, procedimientos e inspiraciones para definir el nombre de una película, y quizá una de las más curiosas es obtenerlo a partir de un sonido, Jordan Scott le dio nombre a Cracks por el ruido que hacen las ramas de los árboles al romperse; los personajes al igual que el filme, terminan rompiéndose a partir del deseo y la ambición. La historia de la cinta enmarca la vida de ocho niñas en un prestigioso internado inglés durante la segunda guerra mundial. El ambiente del lugar es estricto, hostil y religioso, donde una profesora liberal será su modelo a seguir y su fascinación. Al ser la opera prima de Jordan Scott, la película conlleva un ritmo pausado y cuidadoso dejando al espectador instantáneamente hipnotizado a la película

hasta el final, Cracks puede describirse como una trama elegante de conflictos internos llevados a la locura. El filme cuenta con tintes minimalistas, escenas en cámara lenta, transiciones suaves y una banda sonora a cargo de Javier Navarrete, quien también realizó la música de El Laberinto del Fauno, siendo estos los elementos que crean una armonía entre los personales, la dirección y la historia. La transformación interna de los personajes y la evolución de las interpretaciones se refleja a partir de que un elemento externo rompe con sus costumbres y hábitos provocando el quiebre entre ellas. “La inocencia no se pierde, se arrebata…” es la frase que utilizó Jordan Scott para describir la historia. Es la idea que envuelve toda la película.

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l frío, húmedo y sobrepoblado co- trarse a la deriva, solitario, marginado; razón de concreto de la capital fin- construye atmósferas asfixiantes y delandesa es el lugar donde se de- sesperanzadoras desde esa magistral sarrolla la historia de Simo (Johannes secuencia inicial onírica en donde Simo Brotherus), un chico de catorce años es testigo de la caída de un tren al mar con serios problemas de autoestima y tras el descarrilamiento provocado por el nula habilidad para defenderse del hostil derrumbe de un puente; de pronto, Simo entorno, que vive con su hermano mayor ya no es más un testigo presencial, sino (Jari Virman), un delincuente que en 24 el protagonista mismo del sueño al estar hrs. será ingresado al penitencial para atrapado en uno de los vagones del tren que cumpla su condena, y su madre que rápidamente se está inundando y (Anneli Karppinen), una mujer alcohó- dejándolo atrapado bajo el agua sin lica de carácter impredecible. Ella lo per- posibilidad de escape alguna. Las sesuade para que se quede con su her- cuencias oníricas que aparecen periódimano en casa la última noche antes de camente en la película, remiten inmeque éste ingrese a prisión, mientras ella diatamente a maestros como Lynch o planea una salida nocturna con su galán Tarkovsky, de hecho, Eraserhead (19en turno. Los hermanos salen de parran- 77) y Stalker (1979) les vendrán varias da esa noche pero se ven involucrados veces a la cabeza mientras aprecien la en eventos que los cambiarán profunda- propuesta visual de Peter Flinckenmente, en especial a Simo, pues a su fal- berg. Concrete Night es un meticuloso tratata de autoestima así como de habilidad para protegerse a sí mismo, también se do sobre la búsqueda de la individualisuma su incipiente pérdida de noción de dad, ese viaje agobiante que todos realilo que es real y lo que es solamente un zamos en la adolescencia buscando un episodio onírico, confundiendo la a ve- guía en cualquier personaje mayor al ces insoportable realidad con profecías que admiramos y/o respetamos, ya sea interpretadas de las dilucidaciones e un padre, un hermano, un maestro, un ideas apocalípticas y catastróficas del amigo, etc.; aunque lamentablemente pesimista de su hermano mayor. Un en- para Simo, la única figura 'ideal' a la que cuentro casual con su vecino fotógrafo podía mirar hacia arriba con un poco de (Juhan Ulfsak) en el que confunde sus respeto y admiración, será encerrada en intenciones al quererlo retratar con una las próximas horas, perdiendo también corona de guirnaldas -como el fotógrafo con ello a la única referencia masculina acostumbra hacerlo con otros chicos que tenía en su hogar y se encontrará que han modelado para él-, despierta en con un personaje que pondrá a prueba el joven un terror que explota en un vio- su masculinidad al pretender retratarlo lento ataque de pánico, encontrando con con una guirnalda en la cabeza. Pirjo ello una parte de su identidad que no ha- Honkasalo nos comparte este relato de bía sido descubierta y el camino hacia su corte social que por momentos nos reverdadera naturaleza. cuerda a otra grata experiencia cinemaEsta tesis existencialista adolescente tográfica que hemos tenido recientetitulada Concrete Night (Betoniyö; 2013) mente en cartelera, El Gigante Egoísta llega firmada por la directora, guionista y (The Selfish Giant; 2013) de Clio Barcinefotógrafa finesa Pirjo Honkasalo, nard, una interesante propuesta con la quien desde hacía quince años no roda- que tiene varios puntos en común más ba una cinta de ficción (Tulennielijä; 19- allá de ser protagonizadas por adoles98) y se había enfocado, en cambio, en centes, aunque a diferencia de la cinta su prolífica carrera como documentalista británica, Concrete Night, explora el y cinefotógrafa. Honkasalo, con ayuda mundo adolescente desde el ámbito de Pirkko Saisio, adaptó y modernizó la sexual y la apabullante represión social novela homónima de este último que fue de la homosexualidad, una represión tan publicada originalmente en 1981. La brutal que lleva a Simo al autorechazo y búsqueda de identidad, la violenta pérdi- al repudio de cualquier personaje homoda de la inocencia y el paso hacia la ma- sexual por el que se pueda sentir amenadurez son las principales variantes en zado, en este caso, su vecino fotógrafo. esta ecuación altamente surrealista, Estamos, entonces, frente a una devascríptica y profundamente filosófica. Pre- tadora introspección adolescente, una sentada bajo la excelente fotografía en inquietante búsqueda retratada a través blanco y negro de Peter Flinckenberg, de potentes secuencias en las que muel filme logra retratar en las locaciones chos se reconocerán... muy a su pesar. de Helsinki ese sentimiento de encon79


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ese a que México no se caracteriza por sus paisajes nevados, este fría temporada invernal resulta el marco perfecto para hablar de un filme vampírico surgido de las gélidas páginas de la novela gráfica 30 Days of Night que fue publicado originalmente en 2001 con una historia de Steve Niles y los macabros trazos de Ben Templesmith. La trama de la serie impresa nos traslada a la comunidad ubicada más al norte de toda América: Barrow, Alaska, un lugar en el que por su proximidad al círculo polar ártico, la población no ve desaparecer el Sol en varios meses (del 10 de mayo al 2 de agosto) para después encontrarse sumergidos en la total oscuridad durante un mes entero (del 18 de noviembre al 17 de diciembre). Y es precisamente esta oscura temporada la que propicia el entorno idóneo para que un clan vampírico se apodere del lugar sin que nada pueda detenerlos. Con esta premisa, Steve Niles trató de levantar el proyecto como una película, pero el rechazo de los estudios lo llevó a realizarlo de manera impresa; años después el interés cinematográfico surgió y con el respaldo de Sam Raimi a través de su casa productora Ghost House Pictures, el proyecto fílmico se puso en marcha bajo la dirección de David Slade (quien había sorprendido gratamente con su ópera prima Hard Candy en 2005) dando como resultado una adaptación más que aceptable. 30 Días de Oscuridad (30 Days of Night; 2007) comienza en el ocaso del 17 de diciembre y la repentina llegada a Barrow de un grupo de vampiros sedientos de sangre que toma ventaja de la oscuridad que los cobijará por el próximo mes y comenzando a alimentarse de los pocos pobladores de la aislada comunidad. Los pocos sobrevivientes, entre los que se encuentran el comisario Eben Oleson (Josh Hartnett) y su esposa Stella (Melissa George), deben intentar hasta lo imposible con tal de sobrevivir hasta que el Sol reaparezca en el cielo. El filme logra capturar la esencia del material original y recrea exitosamente la atmósfera claustrofóbica y sanguinaria que plasma Templesmith en las páginas de la novela gráfica. Slade nos pone frente a un material fresco que revitaliza el subgénero vampírico al optar por contarnos una historia sobre vampiros de verdad, esos entes nocturnos que sí se alimentan de sangre, que viven bajo el dominio de sus impulsos primitivos, que tienen su propio lenguaje, sus propios códigos de conducta. Además, todo lo hace a la vieja usanza y se decanta por no utilizar efectos especiales generados por computadora -como ahora lo hacen todas las películas de vampiros, ¿verdad Dracula Untold?- y recurre a Weta Digital -la compañía de Peter Jackson- para la creación el uso del maquillaje, las prótesis y los galones de sangre falsa para crear a las míticas criaturas y las voraces secuencias de acción vampírica que se despliegan a lo largo del filme que sobresale por devolver al cine vampírico el aura brutal con una bestial historia de supervivencia retratada a través de un gore elegante -sí, existe- con un aire de cine de serie B e interpretaciones solventes de todo el reparto en donde sobresalen Josh Hartnett como el héroe/comisario y el siempre excelso Danny Huston como Marlow, el líder del clan vampírico. 30 Días de Oscuridad es una propuesta sombría, agresiva, delirante y desoladora en la que la nieve se tiñe de sangre. 81


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ick Dunne es un hombre estadounidense común y corriente que vive en el tranquilo poblado de North Carthage, en Missouri, pero súbitamente se convierte en el principal sospechoso de la desaparición y aparente homicidio de su esposa Amy Dunne, justo el día en el que cumplían cinco años de casados. Esta sencillísima premisa es el detonante del que parte Perdida (Gone Girl; 2014), el nuevo trabajo del ya muy experimentado realizador David Fincher (El Club de la Pelea, Red Social) que está basado en la novela homónima de Gillian Flynn, periodista y escritora que se ha encargado de realizar también el guión para la película. En Perdida, reina la confusión durante la primera mitad del metraje, hay distintas versiones de los hechos, hay tantas versiones y teorías como personajes en la película (y algunos de ellos, como el policía encarnado por Patrick Fugit, no dudan en compartirlas a la menor oportunidad) y en realidad no podemos confiar más en unas que en otras. Las mentiras, las traiciones, las sospechas, las venganzas, las obsesiones, los reproches, los deseos reprimidos y los rencores; todos estos elementos son moneda de uso corriente en esta historia de la pareja perfecta venida a menos que plantea Fincher, una pareja de monstruos que se lastiman y se hieren pero que habitan bajo el mismo techo, en una casa de ensueño con deslumbrante (casi palpable) pulcritud pero que contrapuntea con la invisible (aunque también casi palpable) inmundicia en la que los personajes están hundidos hasta el cuello.

Como en toda la obra fílmica de Fincher (así como en sus innumerables videoclips y comerciales que ha realizado para grandes artistas y marcas internacionales), el punto vital siempre se encuentra en el apartado técnico, su pericia en esta área es su sello distintivo, y aquí en Perdida, se hace patente nuevamente su gran astucia al momento de presenciar la impecable puesta en escena. No obstante, la mancuerna hecha con la autora Gillian Flynn, permite que no sólo la parte formal destaque, sino que en su fondo también haya cosas vitales. Su incuestionable mente prodigiosa ofrece un relato sofisticado, un filme pausado (pero sin tiempos muertos) que se vuelve adictivo para finalizar su visionado pidiendo más, más de lo que este realizador hollywoodense nos ha ofrecido por 149 minutos, más de esos personajes tan atractivos como repulsivos, más de ese magistral emplazamiento de cámara que nos lleva por rincones insospechados, más de ese sublime manejo de la iluminación que casi alcanza la perfección, siempre queremos más de Fincher. En Perdida, como en ninguna otra película del director originario de Colorado, forma y fondo se complementan para alcanzar un equilibrio asombroso, estamos ante un trabajo en el que huye del uso de los clichés, y si acaso tiene que hacer uso de alguno, no duda en señalarlo (como la relación íntima maestroalumna) y hacerlo más evidente para que notemos que se trata de un lúcido juego, tanto o más lúcida que esa crítica implacable que también hace a los medios de comunicación y a la manipula82

ción amarillista de la información para transformar completamente la verdad de los hechos y con ello lograr cambiar la opinión pública, salvando o condenando así a una persona. El guión se mantiene sólido a pesar de recurrir continuamente a los flashbacks; el suspenso y la tensión se mantienen al máximo aún cuando el misterio de la desaparición de Amy ya ha sido resuelto. El nerviosismo prevalece porque la resolución del caso no significa el final de la historia y lo que pasará nos mantiene expectantes en todo momento. El filme es una disección de las obsesiones de una dupla de personajes complejos y multidimensionales que resulta contundente gracias, en gran medida, a que son interpretados con gran solvencia por Ben Affleck (Nick) y Rosamund Pike (Amy) en lo que representa, para ambos, las interpretaciones de sus carreras; además de destacar la nueva colaboración de Trent Reznor y Atticus Ross, quienes se encargaron de agregar las perturbadoras e hipnotizantes notas musicales a las igualmente perturbadoras secuencias del filme. Siempre vanguardista y con el poderío visual a tope, Fincher nos ha ofrecido con Perdida un ejercicio contundente, un genuino thriller psicológico estéticamente violento (más de lo que aparenta), elegante, cruel y sofisticado.


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l nuevo trabajo del director italiano Paolo Sorrentino, sigue a Jep Gambardella, un escritor que tras la publicación de su primer y único libro varios (muchos) años atrás, abandonó la escritura para dedicarse al periodismo. Jep, con 65 años recién cumplidos, sigue una vida frívola en la gran Roma, en fiestas nocturnas que se prolongan hasta que el sol se asoma en el horizonte. Pero la noticia del fallecimiento de su primer amor, lo despierta de su mundano letargo y se replantea varios aspectos de su vida, comenzando a atravesar por un extraño estado de ánimo que ni él mismo es capaz de comprender, y empezando también a perseguir esa gran belleza con la que no se ha topado en décadas y por la cual no ha escrito un nuevo libro desde entonces. Echando mano de una fragmentada narrativa, el guión escrito por el mismo Sorrentino junto a Umberto Contarello, ofrece una sucesión de episodios con cambios muy marcados tanto de tono como de ritmo, y en los cuales atestiguamos los encuentros (y desencuen-

tros) de Jep con los personajes de una sociedad en decadencia, quienes demuestran un descarado 'snobismo', comenzando incluso por el muy cínico protagonista, quien por cierto es interpretado de manera soberbia por Tony Servillo. Dentro del guión podemos también encontrarnos con referencias al cine de Federico Fellini, desde el lugar donde ocurre la historia (la maravillosa Roma) hasta algunos pasajes con homenajes implícitos a La Dolce Vita. Una gran colección de personajes secundarios como prostitutas, políticos corruptos -porque no hay de otros ¿o sí?-, vedettes en decadencia, vecinos de identidades misteriosas, sabias y muy longevas monjas, cardenales con peculiares aficiones culinarias, entre muchos otros, ofrecen una variedad de situaciones con diálogos que transitan entre lo más banal (pero tan sólo en apariencia) y lo gloriosamente existencial. Ésto, retratado bajo el lente de Luca Bigazzi, cuyo maravilloso trabajo (exagerado, mas nunca barroco) ofrece varias secuencias deslumbrantes, como las dos

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primeras del filme: el ágil y ligero recorrido por algunas estatuas y monumentos antiguos donde canta un coro de mujeres vestidas de negro, y la subsecuente gran fiesta al ritmo del remix de Far L'Amore de Bob Sinclair y Rafaella Carra. También sobresale aquella escena dentro de una muy bizarra clínica de botox, así como la maravillosa y surrealista secuencia en la que decenas de cigüeñas se encuentran descansando en la terraza del protagonista y donde la longeva monja le obsequia una dosis de sabiduría al confundido Jep: "¿Sabes por qué sólo como raíces? Porque las raíces son importantes". La Gran Belleza, así como las obras de Fellini, son una carta de amor hacia una de las ciudades más maravillosas donde se conjuga la decadencia con la opulencia; una cinta melancólica donde Sorrentino se refugia en los grandes clásicos del cine italiano para hablar, como si de un antiguo truco se tratase, sobre el desencanto en este mundo contemporáneo.


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no de los proyectos televisivos más interesantes estrenados el año pasado fue Looking de HBO, y no únicamente por tratarse de una serie con protagonistas homosexuales en una cadena y horario premium, pues si bien es verdad que ha habido propuestas queer en la pantalla chica como Queer as Flok -en su excelente versión británica y su sobresaturada (y sobrevaluada) versión gringa-, o The L Word (20042009), es muy poco común encontrar series netamente gays en una cadena tan importante dentro de un horario estelar. Looking es una arriesgada propuesta creada por Mihcael Lannan inspirada en sus experiencias como joven gay en la ciudad de San Francisco. El británico Andrew Haigh, director de Weekend (2011) -filme convertido instantáneamente en un clásico queer contemporáneo-, fungió aquí como escritor, productor y director de cinco capítulos de la primera temporada -conformada por ocho episodios. Haigh logró replicar la atmósfera intimista de Weekend en el serial que sigue a tres amigos homosexuales: Patrick (Jonathan Groff), Agustin (Frankie J. Alvarez) y Dom (Murray Bartlett), un trío a través del cual Haigh forma un mosaico de experiencias y anécdotas con las que expone la vida contemporánea de la comunidad gay en San Francisco. Pero no obstante la sexualidad de los protagonistas, la serie no gira en torno a la condición gay de ninguno de ellos, pues éstos están completamente asumidos como homosexuales y con toda ecuanimidad viven su vida en paz con su sexualidad, son personajes completamente plenos, ellos saben quiénes son y están felices con ellos mismos, no hay complejos sexuales de ningún tipo, por lo que la serie no se convierte en una propuesta panfletaria que busque reivindicar a la comunidad gay o reclamar sus derechos ante la desigualdad. Looking no sólo explora la parte sexual y emocional de los protagonistas, sino que los tridimensionaliza y los hace complejos al también mostrar otras facetas de sus vidas como sus frustraciones y/o aspiraciones profesionales/familiares. Sin hacer algún tipo de presentación formal narrativa, el guión muestra a Patrick, un diseñador de videojuegos que debe enfrentarse al reto que representa Kevin (Russell Tovey), su nuevo jefe que busca quedarse únicamente con los mejores en su ramo; Agustín, un artista que se siente un fracaso y no cree estar a la altura de las exigencias del mundo del arte; y Dom, quien lleva casi diez años

trabajando como mesero, hasta que el reencuentro con un ahora exitoso ex novio lo hace replantearse su futuro profesional con un negocio de comida propio. Looking, a pesar de su tono de cómicodramático ligero, está llena de detalles que la enriquecen y la vuelven emocionalmente compleja: posee diálogos audaces y naturales que en todo momento se sienten improvisados y nada estudiados; las escenas de sexo son plasmadas sin tretas ni extravagancias sexuales, el sexo se siente íntimo y natural sin perder un ápice de pasión. Lo anterior, aunado con las excelentes actuaciones del elenco -especialmente de Jonathan Groff y la revelación de Raúl Castillo como Richie, uno de los prospectos amorosos de Patrick-, anulan completamente cualquier rastro de artificio en la serie. Esta honestidad en el retrato de los personajes permite la completa identificación del público sin importar su orientación sexual, Looking es sobre las relaciones personales contemporáneas, el hecho de que los protagonistas sean gays es algo meramente circunstancial, como bien quedó demostrado en el excelente quinto capítulo de la serie, donde Haigh otorga a Patrick y Richie el total del tiempo en pantalla del episodio, un capítulo que dio muestra de una perfección narrativa pocas veces vista en la pantalla chica y de una profunda conexión emocional serie-audiencia lograda por su gran carga de sensibilidad y prescindiendo de superficialidades tan comunes en los seriales gays -¿verdad Queer as Folk USA?. En el último capítulo de la primera temporada, los personajes quedaron suspendidos emocional y profesionalmente, por lo que a partir este mes finalmente sabremos lo que ha ocurrido con el triángulo amoroso entre Patrick, Kevin (Russell Tovey) y Richie, con la asociación profesional/amorosa de Dom y Lynn (Scott Bakula) y el restaurante que administran juntos, y cómo ha sobrellevado Agustín su ruptura con Frank (O.T. Fagbenle); además conoceremos a dos nuevos personajes: Eddie (Daniel Franzese), un nuevo prospecto amoroso de Agustín y Malik (Bashir Salahuddin) un nuevo romance de Doris (Lauren Weedman), la enfermera mejor amiga del trío central -y ex novia de Dom. Looking es una aproximación a las relaciones contemporáneas, al sexo, al romance y a la intimidad y su primera temporada ya está a la venta para ponerse al corriente previo a la segunda temporada que se estrena este 11 de enero. 87


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