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Cuntinúa en la temporada fuerte de las películas en competencia para los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, mejor conocidos como los premios Oscar y este mes se viene repleto de estrenos que compiten por llevarse algún galardón en sus muy variadas categorías, por lo que no es de sorprender que nuestro Top5 se encuentre conformado mayoritariamente por cintas que aspiran a llevarse alguna estatuilla como 12 Years a Slave de Steve McQueen, Dallas Buyers Club de Jean-Marc Vallée o Her de Spike Jonze, quienes compiten en la categoría a Mejor Película, aunque también tenemos a Saving Mr. Banks de John Lee Hancock en la contienda a Mejor Música Original (Score). Pero claro, nada de esto es tan importante como nuestra gran película del mes: La Vie D'Adele, la indiscutible ganadora de la Palma de Oro en Cannes el año pasado y que finalmente tendrá su estreno en salas comerciales este mes, es por eso que, además de dedicarle nuestra portada y reseña como artículo central, hemos preparado contenido relacionado con ella como una minificción inspirada en esta gran cinta y un breve Top5 de Cine Lésbico con cinco filmes para comprender el Amor de Mujer a Mujer.
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Y por supuesto nuestras secciones habituales donde les tenemos muchas más reseñas e información de películas como Ender's Game, 47 Ronin, I, Frankenstein, Jack Ryan: Shadow Recruit, Captain America: The Winter Soldier, 5 Días sin Nora, Robocop, Captain Phillips, Frozen, Ernest & Celestine y The Wolf of Wall Street, éstas últimas cuatro, también están nominadas al Oscar.
Editor: Finbar Flynn Colaboradores: Pedro Arzillier Imelda Aguilera Taylor Petite Fruit Rafael Mejía J. Amaro Bautista Silvia Ruvalcaba Siniestro Sexual Montag
Como verán es un número cargado de MUCHO CINE y esperamos que lo disfruten tanto como nosotros disfrutamos realizarlo y compartir con ustedes nuestro amor por el séptimo arte.
Diseño Editorial: Finbar Flynn Fotografías: Diversas fuentes de internet y proporcionadas por algunas distribuidoras.
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a ha pasado mucho tiempo desde que se inició la avalancha de superhéroes y su éxito en taquilla. Esta vez, por segunda ocasión, regresa el Capitán América, quizá uno de los superhéroes más queridos por los norteamericanos. Aunque pudiera decirlo, yo soy uno de sus fans, desde mi colección de historietas, ahora comics, hasta el verlo en las matinées de los sábados en esas caricaturas espantosas que eran casi inmóviles y que más era el dialogo que la misma figura desplazándose estática por toda la pantalla. Desde aquellos ayeres, yo ya quería ser como el Capitán América. En esta ocasión, veremos al Capitán América luchar contra el Soldado del Invierno; al parecer, un gran enemigo capaz de darle batalla a nuestro héroe. Parece estar muy bien entrenado, además de contar con un brazo artificial que está hecho de Adamantium, el mismo elemento con el que las garras de Wolverine fueron hechas. Muchos recordarán, de la primera parte, al gran amigo del Capitán América,
me refiero a Bucky, aquel que se quedó colgado de un vagón y el Capitán no logró salvarlo, cayendo a las aguas heladas y nunca más supimos de él. Sólo quiero decirles a los no tan familiarizados con el tema, sin echarles a perder la película, que en esta segunda parte él reaparecerá. Veremos también romance y a un nuevo héroe. Para los que no han visto el tráiler, se los recomiendo mucho, quizá este es uno de los superhéroes más realistas, más humanos (sin mencionar al Hombre Araña), con broncas existenciales, que no termina de encajar en este nuevo mundo, lucha contra terroristas, nuevos villanos y nuevos superhéroes. Veremos no sólo la lucha por ser un gran héroe sino superar sus broncas existenciales. Mucha acción, excelentes efectos especiales y quizá otra de las películas que nos dejarán con el buen sabor y la angustia de esperar por lo menos un año para verlo en otra secuela.
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o hay regalo más grande que una amistad sincera y pura"; desde siempre he creído en la amistad, pese a que en la vida me he topado con fuertes adversidades y realidades con respecto a ésta, de las cuales he aprendido bastante. Antes de ver esta película, había escuchado cosas diversas al respecto, pero una vez que la vi, mi perspectiva de la misma cambió para siempre. Sra. Daisy, una judía de casi 70 años, se ve obligada a tener un chofer, ella se mantiene a la defensiva con respecto a esta idea. El hijo de la Sra. contrata a Hoke, un chofer de raza afroamericana y diez años menor que su futura 'jefa'. Ambos hacen lo posible por convivir en sana paz, pese a la necedad de la señora de no requerir los servicios de su nuevo chofer. Finalmente, es la misma Sra. Daisy la que tiene que resignarse y aceptar la presencia de Hoke, y de esta singular 'unión' nacerá algo que ni uno de los dos habría imaginado. La cinta es una adaptación de una reconocida obra de Broadway, que es am-
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bientada a finales de los años 50s, por lo que la mayor parte de la historia se desarrolla en los 60s, etapa particularmente llena de cambios sociales, culturales y económicos. Cambios que también se aprecian a lo largo de las vidas cotidianas de nuestros personajes, poco a poco dejando atrás ideas como las clases sociales, el racismo, el prejuicio, el resentimiento, entre otros, que son claramente expuestos en el filme. Jessica Tandy y Morgan Freeman dan un claro ejemplo de lo que es una sana y excelente química entre ambos, llevan sus roles a un nivel que se cree incluso fuera de la pantalla, lo que se traduce en actuaciones perfectas y entrañables personajes. Hans Zimmer nos deja otra de las tantas bandas sonoras clásicas que son maravillosas y, difíciles de olvidar. La fotografía, el diseño y la adaptación son dignos de aplausos. Una cinta donde la amistad se respira por doquier, y por ello, es una de mis favoritas (la llevaré en mi corazón para siempre).
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a coproducción franco-belga nominada al Oscar, Ernest & Celestine, sobresale por su gran sensibilidad y ternura al relatar una sencillísima historia sobre la amistad y la tolerancia. Bajo la dirección de Stéphane Aubier, Vincent Patar y Benjamin Renner, la película es una adaptación de una serie de libros infantiles escritos e ilustrados por Gabrielle Vincent, en donde nos cuenta la muy peculiar historia de un enorme oso y una diminuta ratoncita, cuyo imprevisto encuentro da paso a una gran amistad. Ernest, el oso, es un vagabundo que vive humildemente en el mundo superior y se sostiene de lo que puede juntar trabajando (cuando lo deja la policía) como hombre orquesta y payaso en la calle; Celestine, quien vive en el mundo inferior, es una ratoncita muy distraída pero tremendamente imaginativa que, cuando no está divagando e imaginando historias donde un oso y un ratón se hacen amigos (algo imposible e inimaginable para los de su especie), trabaja con otras ratoncitas recolectando los dientes de leche que mudan los niños osos en la superficie. Un día, la tarea para Celestine de tomar los dientes de leche se complica y termina encerrada en un bote de basura, donde casualmente Ernest, desesperado por el hambre, busca algo de comer, lo que sea... incluso una inocente ratoncita. Al intentar ser devorada por el oso, la pequeña roedora reacciona rápidamente y convence a la fiera hambrienta de no ingerirla, ofreciéndole otra opción para satisfacer su hambre: acceso total a la bodega de una dulcería.
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Y es así como da comienzo la más improbable de las amistades, donde un oso y una ratoncita, que en principio no se llevaban nada bien, se descubren cómplices en fantásticas aventuras, revelando también sus frustraciones y más grandes anhelos: él quiere alejarse del mundo de la abogacía que toda su familia ha practicado desde un par de generaciones atrás (su abuelo, padre y tíos fueron jueces) y ella quiere ser artista para dejar atrás todas las imposiciones sociales que quieren convertirla en dentista. Ernest & Celestine, que cuenta con una estética tan sencilla y artesanal en su animación tradicional (y que, por cierto, resulta una verdadero deleite visual), es una cinta que a pesar de estar enfocada principalmente a los niños, su discurso va más allá del simple y llano entretenimiento infantil y mucho más lejos de un mensaje simplón, pues también habla sobre temas trascendentales para todas las edades como la amistad y el miedo a lo desconocido por culpa de los prejuicios. El filme está nominada a la próxima entrega de los premios Oscar en la categoría a Mejor Película Animada, donde se enfrenta a cintas como The Wind Rises de Hayao Miyazaki, Mi Villano Favorito 2, Los Croods y Frozen: Una Aventura Congelada, y la verdad es que resulta muy difícil que se alce con la estatuilla dorada, aunque en calidad argumental supere por mucho a las de Disney y DreamWorks.
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a Ladrona de Libros (The Book Thief; 2013) es una adaptación del libro de Markus Zusak, dirigida por Brian Percival, quien va presentando a la Alemania en tiempos de Hitler, centrando la historia desde la mirada de Liesel Meminger, una niña encarnada por Sóphie Nelisse, acompañada de su amigo Rudy Steiner (Nico Liersch) y sus papás adoptivos Hans y Rosa Hubermann (Geoffrey Rush y Emily Watson). Es una amena historia bélica, y no sólo por el contexto, sino por la lucha de descubrir y entender el actuar y sentir de la guerra, pero contada con un tono cálido, con una voz en off perfectamente modulada que aparece en momentos de clímax. Ella es la acechante muerte que deambula durante toda la historia. Liesel es una niña inteligente, noble e inocente que vive en la época de la Segunda Guerra Mundial; a pesar de este contexto, su vida está llena de magia, ya que logra una vida feliz, descubriendo sentimientos y gente a su alrededor que la hace más fuerte y sensible a la vida misma. Conoce el racismo y la indignación de la gente, con el sufrir de judíos, pero también de alemanes, ya que para una guerra se necesitan dos bandos, y las pérdidas duelen enormemente, ya que son vidas humanas que se pierden por un objetivo irrisorio. Sus papás adoptivos son caras opuestas, el papá es dulce, tierno y complaciente, pero la mamá es fría, dura y enérgica, aunque de buen corazón. Su nuevo papá la ayuda a aprender a leer, es la cosa más importante para ella, pues ya es algo grande para no saber hacerlo y además encuentra fascinante la lectura. Max es un judío que llega a pedir ayuda a su familia, ahí Liesel comprende el significado de hermandad y se da cuenta de lo humanistas y empáticos que son sus padres, al arriesgar sus vidas por ayudar a un desconocido. 12
Liesel, poco a poco va entendiendo el porqué la guerra es mala, ve la amargura que va dejando a su paso con familias incompletas o totalmente destruidas, pero también conoce sobre el amor, la empatía, el cariño y la honestidad de una amistad como la de Rudy, un niño que desde el primer momento, queda cautivado y decide ser su compañero de aventuras. Recordamos el mito olímpico del hombre más rápido del mundo, Jesse Owens, con Rudy a quien le encanta correr, y en una ocasión decide pintarse completamente de negro y sueña con ser Owens. Todo va muy bien, hasta que un vecino lo ve y lo acusa de semejante tontería: "querer ser un negro”. El filme nos narra cómo la gente se va creyendo la filosofía nazi, donde por tonterías como éstas, la gente podría ser acusada y castigada. Otro de los acontecimientos importantes es la quema de libros “inmorales”, donde Liesel acude emocionada y feliz, pero su rostro poco a poco va cambiando cuando se da cuenta del horror del discurso y la orden de quemar libros, que a juicio de unos, son prohibidos, cosa que para ella es dolorosa, pues se ha refugiado enormemente en ellos. Liesel es valiente y decide salvar uno de ellos, a partir de aquí se vuelve fanática de los libros, hasta el punto de tomarlos prestados sin autorización de los dueños; por eso el título de 'ladrona de libros'. En fin, es una película para toda la familia que conecta con el público por el drama y el divertido andar de aventuras de los niños Liesel y Rudy, con un fuerte mensaje de humanidad entre los hombres.
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espués de su ácida crítica a la televisión basura con La Chispa de la Vida, Álex de la Iglesia regresa con Las Brujas de Zugarramurdi, una divertida comedia negra que abre con una trepidante secuencia: un asalto a un establecimiento de compraventa de oro, perpetrado por José, un padre recién divorciado (interpretado por Hugo Silva) que va vestido como Jesucristo pintado completamente de plateado; su pequeño hijo Sergio (Gabriel Delgado) y Tony, su atractivo amigo mujeriego (encarnado por Mario Casas) que va disfrazado de soldadito gringo de juguete; los tres son apoyados por sus cómplices que desde la calle vigilan la llegada de la policía y van disfrazados ni más ni menos que de botargas de Bob Esponja, Minnie Mouse y El Hombre Invisible. Para su escape rumbo a Francia, secuestran a Manuel (Jaime Ordoñez), un taxista que, casi inmediatamente, se une a los asaltantes para huir de su rutinaria e insoportable vida al lado de su mujer. Pero para alcanzar la frontera con Francia, y con ello su libertad, deben adentrarse en los bosques de Navarra y atravesar el pueblo de Zugarramurdi, legendario punto ibérico donde se dice que nació la brujería. A partir de ese punto, el cuarteto no sólo debe escapar de la policía, sino también de un puñado de peculiares brujas caníbales dirigidas por
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la malvada Graciana (ni más ni menos que Carmen Maura). Con Las Brujas de Zugarramurdi, Álex de la Iglesia se acerca de nuevo a su cine más inspirado y divertido y con tintes contraculturales como El Día de la Bestia, La Comunidad o Balada Triste de Trompeta, y hace uso de los recursos para hacer todo en grande y de manera espectacular, como su climática secuencia final con esa enorme bestia generada por computadora que tiene que devorar y defecar al 'elegido' (que no es otro que el pequeño Sergio) como parte del ritual final que se debe realizar como bien lo marca una antigua profecía. La cinta es un vehículo del más negro de los humores que será del total agrado para los fans más acérrimos de Álex de la Iglesia, donde los gags no tienen desperdicio, y a pesar de que a la mitad de la película el guión pierde un poco el rumbo, pues después de conocer a las brujas en el pueblo maldito, los protagonistas se meten en embrollos que resultan irrelevantes, innecesarios e incongruentes dentro de la trama y de los que escapan gracias a resoluciones que se sienten 'sacadas de la manga', en la recta final se retoma el camino de la historia para terminar con un tercer acto estruendoso con mucha parafernalia visual con la que logra, hasta cierto punto, cerrar bien la historia.
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he Act of Killing representa el segundo largometraje documental de la pareja estadounidense conformada por Joshua Oppenheimer y Christine Cynn, quienes hace diez años presentaron The Globalisation Tapes, que significó una exploración a la historia que ha llevado a la globalización actual (o de ese entonces, mejor dicho), y al cómo se puede luchar de manera unida contra la explotación obrera que se realiza mediante el militarismo y la represión en aras de construir una 'economía global'. Para este nuevo testamento histórico fílmico, a la pareja de realizadores se ha unido un nuevo director indonesio, el cual ha preferido mantener su identidad oculta. Y es que no es hasta que vemos The Act of Killing, que podemos cabalmente comprender la decisión del cineasta de mantener su anonimato, pues lo mostrado en pantalla es brutal. A mediados de la década de los sesenta, se realizó un militarizado golpe de estado en Indonesia, tras el cual, el General Suharto asumió el poder, y con esto, tuvo lugar uno de los peores (aunque menos conocidos) genocidios en la historia de la humanidad: Varios miles de 'comunistas' (que en realidad sólo eran personas que estaban en contra del régimen de Suharto) fueron aniquilados por los escuadrones de la muerte. Y son precisamente tres líderes de estas mortales agrupaciones, quienes dan testimonio de sus -según ellos- heroicas acciones. Anwar Congo, Herman Koto y Adi Zulkadry son los tres líderes militares que, con -mucho- gusto y -aún más- orgullo, hablan sobre las 'medidas' que tomaron para aniquilar a los 'comunistas', e incluso aceptan hacer recreaciones de los sucesos. Es así como podemos ver
al trío principal re visitar los lugares de las masacres o las bodegas donde se perpetraban las ejecuciones; a la vez, Congo no duda en demostrarnos la manera en que 'ejecutaba' a los 'comunistas' con tan sólo un poste y un alambre. O podemos ver también una violenta 'dramatización' de los momentos en los que una aldea entera es arrasada por las fuerzas militares. The Act of Killing es un testimonio perturbador, un escalofriante cuento relatado por los mismos ejecutores que perpetraron los crímenes; aunque aún más espeluznante resulta el hecho que, actualmente, estos deplorables personajes sean considerados casi héroes nacionales y gocen aún de un considerable poder en Indonesia, pues tanto el gobierno, funcionarios públicos, grandes empresarios, medios de comunicación, reputados periodistas y gran parte de la población, ven en ellos a grandes figuras a las que agradecen haberles otorgado la libertad y deshacerse de los 'comunistas'. Y para cuando comienzan los créditos finales, uno se pregunta si el mantener su identidad oculta le será suficiente al anónimo tercer realizador para mantener íntegra su seguridad, pues ante lo mostrado en pantalla y la manera en que deja parados a los tres líderes militares, no dudamos, ni por un segundo, que su cabeza ya tenga precio. The Act of Killing es un documental ampliamente recomendable (debería ser obligatorio, si me preguntan) que plantea una nueva forma en la que se aprecia la realidad y una nueva concepción de la Maldad; aunque seguramente, cuando hayan finalizado su visionado (si es que lo terminan, pues es difícil de ver -por lo denso, no por violento-) no querrán volver a verlo.
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osé descubre que Nora, su ex esposa de 62 años con la que compartió su vida por tres décadas para luego divorciarse, ha cometido suicidio. Pero antes de morir, ella elaboró un detalladísmo plan para que su otrora esposo tenga que encargarse de su entierro y dicta todo lo que se debe hacer durante los cinco días que permanecerá su cuerpo en su casa, ya que no podrá ser enterrada según las rigurosas 24hrs. establecidas, puesto que la fecha se empalma con la celebración de la Pascua Judía. Pero el plan tiene una fisura en su casi perfecta estructura, y es que una misteriosa foto olvidada (¿dejada?) debajo de la cama, cambiarán la mecánica familiar ante el duelo cuando, cegado por el dolor y el resentimiento, busque que las específicas instrucciones de Nora no se ejecuten. La directora debutante, Mariana Chenillo, escribió y dirigió la premisa de la cinta basándose en una experiencia autobiográfica: la relación de sus abuelos, pero ficcionando los detalles para crear también un ensayo sobre la pérdida y el perdón a través del personaje de José, interpretado eficazmente por Fernando Luján, pues después de que encuentra la comprometedora fotografía debajo de la cama de la difunta Nora (Silvia Mariscal), se enfrenta a los celos y al resenti18
miento, mostrando su lado más contradictorio y enfrentándolo con las creencias religiosas del resto de la familia, como su hijo Rubén (Ari Brickman) o la tía Lena (Verónica Langer), creencias de las cuales ha estado alejado por mucho tiempo. Y a pesar de que pudiera sonar como un dramón lacrimógeno, no es así, puesto que el guión logra conjugar equilibradamente el melodrama con la comedia (por momentos muy irónica); ésto además de contar con un trabajo actoral que contribuye con trabajos creíbles frente a la cámara y en un lugar bastante limitado, pues casi todo ocurre entre las cuatro paredes del departamento de Nora. Los actores, con base en el guión y la construcción de personajes, buscan escapar de los clichés y sin buscar, en ningún momento, protagonismo alguno. La producción de la cinta estuvo a cargo de Laura Imperiale (quien ha estado detrás de proyectos como Nicotina, Quemar las Naves, y más recientemente, Tercera Llamada) y recibió reconocimientos en varios festivales como el de Tokio y Moscú, recibiendo también el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2008, sede cinematográfica donde la directora presentó el año pasado su nueva cinta: Paraíso.
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n 1987, el director Paul Verhoeven nos presentó una historia de ciencia ficción escrita por Edward Neumeier y Michael Miner, ubicada en un futuro donde el crimen y la violencia son regidores de la ciudad de Detroit. Allí, el oficial Alex Murphy (Peter Weller) sufre un feroz ataque criminal y lo que queda de su cuerpo es utilizado por el gobierno en un proyecto científico para crear un poderoso cyborg que logre acabar con el crimen de la ciudad. RoboCop se convirtió en una película de culto en los terrenos sci-fi, además de ser una cinta muy violenta (para la época), obteniendo la clasificación R en Estados Unidos (equivalente a C en México), aunque existe la versión del director, mucho más violenta que la que se mostró en cines, conteniendo escenas más elaboradas como la del oficial protagonista siendo acribillado por el grupo de criminales, inclusive con una escena donde la parte posterior de su cabeza explota a la cámara cuando es ultimado por el jefe de la banda criminal, Clarence Boddicker (Kurtwood Smith). Ésta versión puede ser encontrada como parte de la muy selectiva The Criterion Collection. Del éxito de película se generó una gran franquicia, y de ella se desprendieron dos secuelas (RoboCop 2 en 1990 y RoboCop 3 en 1993), una serie de televisión (RoboCop; 1994), una miniserie (RoboCop: Prime Detectives; 2000), dos series animadas (RoboCop en 1988 y RoboCop: Alpha Commando en 1998), varios videojuegos, cómics (editados por Marvel y Dark Horse) y mucha, mucha memorabilia. Y ahora, a casi tres décadas de sus estreno, Hollywood ya ha preparado un remake del filme ochentero, para tratar de, como al protagonista, resucitar la franquicia y mejorar los aspectos técnicos que puedan permitirle introducir al personaje a las nuevas generaciones. José Padilha, director responsable del díptico brasileño Tropa de Elite (2007 y 2010), es quien está al frente del proyecto con la historia recontextualiza21
da por el guionista Joshua Zetumer y con el muy poco conocido Joel Kinnaman como Alex Murphy. Al también protagonista de la serie The Killing lo acompaña la guapísima Abbie Cornish, a quien hemos visto en cintas como El Amor de mi Vida (BrightStar; 2009) y Sucker Punck (2011), y que en esta ocasión dará vida a Clara, esposa del oficial que será transformado en un letal cyberpolicía. Dentro del reparto encontramos también grandes nombres de la industria como el gran Gary Oldman como el Dr. Dennett Norton, Michael Keaton como Raymond Sellars, Jackie Earle Haley como Mattox y Samuel L. Jackson como Pat Novak. Es extraño que teniendo a Padilha como director de la cinta, ésta vaya a ser clasificación PG-13 en Estados Unidos (o el B15 equivalente en México), y es que resulta un tanto contradictorio que si RoboCop fue creado para acabar con la violencia en Detroit, la cinta vaya a prescindir de élla a la hora de contextualizar la historia del filme, pues a juzgar por los avances, los productores han optado por diluir la violencia y presentar así una cinta de acción casi en tono familiar, y seguramente aquí no veremos manos que explotan al ser impactadas por un proyectil, o brazos cercenados cuando un hombre es acribillado, ni mucho menos nucas que explotan al recibir el tiro de gracia. Esperemos, entonces, que si han despojado a la historia de su violencia inherente, por lo menos hayan puesto mucho más cuidado en la parte que atañe a la psicología de Alex Murphy, que realmente sea una cinta de ciencia ficción donde desarrollen sus conflictos internos, así como las dilemas éticos y morales que conllevarían el proceder con este tipo de experimentos al combinar humanos con máquinas. ¿Hasta qué punto seguirá siendo humano? ¿Hasta dónde llegará su libre albedrío si se encuentra sometido a una conciencia robotizada? Esperemos que la cinta sí explore estos planteamientos porque si no tendremos un verdadero desastre.
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omo bien indican y nos permiten las leyes del retrofuturo: "Más vale tarde que nunca". Así que finalmente les tengo este artículo (que originalmente lo tenía pensado para mi primera colaboración -y para comenzar el año-, pero me pidieron en cambio, que realizara la lista de las '10 películas imprescindibles de Sci-Fi y Fantasía para el 2014' que pudieron ver ya el mes pasado) para recordar los 30 años de la llegada y partida de ese legendario 1984, un año tan importante para la ciencia ficción, tanto literaria como cinematográfica, por ser el título de una de las mejores historias sci-fi jamás escritas por George Orwell. Lo más obvio habría sido hablar de las versiones fílmicas de la obra de Orwell (que por cierto, la segunda adaptación se estrenó precisamente en 1984), pero quise alejarme un poco de eso y hablar, en cambio, de otras cuatro películas que han sido inspiradas y con repercusiones directas o indirectas de ese gran legado literario llamado 1984.
Una de las obras maestras de Terry Gilliam (director también de Los Bandidos del Tiempo, Tideland o El Imaginario del Dr. Parnassus) es una libre adaptación de la novela del autor inglés donde la única libertad de un burócrata puede ser encontrada al lado de una chica en sus sueños. La trama se sitúa en una ciudad ficticia de un distópico y deprimente futuro incierto bajo un régimen burócrata y autoritario, donde una simple mosca, que cae accidentalmente dentro de una computadora, altera el apellido de un tranquilo jefe de familia, llevando al señor Harry Buttle a ser detenido y asesinado por el Estado al ser confundido con el peligrosísimo guerrillero Harry Tuttle (el gran Robert De Niro en una breve participación). En ese mundo, controlado por el sistema burocratizado que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo condena (incluso los sentimientos), también vive el burócrata de clase media Sam Lowry (interpretado por Jonathan Pryce), quien se rebela contra el fascismo gubernamental al encontrar en la vida real, a esa (literalmente) mujer de sus sueños. 22
En la década de los 70s, George Lucas reelaboró y extendió su propia obra universitaria (el cortometraje Electronic Labyrinth THX-1138:4EB) para crear una interesante propuesta visual con un argumento de Watler Murch y el mismo Lucas, inspirados indudablemente en el mundo ya propuesto en papel por Orwell, pero con un enfoque un tanto más psicológico sobre el individuo bajo el régimen totalitario. La cinta es protagonizada por el entonces joven Robert Duvall como THX, un sujeto que vive en un mundo subterráneo donde todos los habitantes son creados artificialmente (in Vitro), sus nombres surgen de combinaciones de letras y números, tienen la cabeza rapada, y para mantenerlos bajo control, les son suministrados sedantes a través de distintas drogas. THX, quien se ve envuelto en un triangulo amoroso tras ser seducido por su compañera de cuarto, quien ha estado experimentando al evitar ingerir drogas, se ve obligado a intentar huir de la ciudad subterránea. La cinta es una rebelión contra el sistema, buscando así, que triunfe la individualidad en una la lucha en contra de los paradigmas establecidos.
La premisa de la novela gráfica de culto (conformada por diez volúmenes) escrita por Alan Moore e ilustrada por David Lloyd, reimagina la historia de la humanidad y nos plantea un mundo donde los alemanes no fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial. En V for Vendetta vemos un Londres dominado por el totalitarismo, y donde un hombre, V, planea, de manera meticulosa, su venganza en un 5 de noviembre que el mundo no olvidará. Los artífices de la trilogía de The Matrix apadrinaron al entonces primerizo James McTeigue en la muy decente adaptación fílmica de la novela gráfica que contó con el formidable Hugo Weaving (aunque nunca le vemos la cara) como V, gran personaje cuya máscara se volvió icónica en movimientos contraculturales en todo el mundo; la guapísima Natalie Portman se encargó de dar vida a Evey, para cuya representación se rapó completamente la cabeza en una de las mejores secuencias del filme. John Hurt (quien protagonizó la versión fílmica de la novela 1984 realizada en ese año), Stephen Rea y Stephen Fry complementaron el reparto de esta cinta de subversivos alcances. 23
Cinta protagonizada por Christian Bale sobre un mundo donde el gobierno totalitario mantiene a la población bajo control a través de pastillas que suprimen cualquier sentimiento o emoción (considerándolos incluso como ilegales), constituyendo así una sociedad casi autómata y disciplinada de muy fácil control. Escrita y dirigida por Kurt Wimmer (también responsable de la desastrosa Ultraviolet con Milla Jovovich), la cinta elige guiarse por una estética futurista baratona donde las secuencias de acción (estupendamente coreografiadas, hasta eso) no se hacen esperar a la menor provocación. El resultado final es una cinta de acción estilo serie B con buenas peleas pero con muy pocas propuestas de lectura en cuanto al nivel de profundidad de su discurso.
CINE LÉSBICO
Cinco imprescindibles para comprender el amor de Mujer a Mujer. SiniestroSexual
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La ópera prima de Raúl Fuentes es una valiente propuesta nacional que sigue a Alejandra (Andrea Portal), una mujer estricta, cuyas obsesiones y manías (que no son pocas) la han llevado a la soledad. Ésto hasta que conoce a María (Naian Daeva), una adolescente que, a pesar de no estar completamente conforme con su vida, irradia energía y parece estar llena de vida; juntas se complementan, pero no pueden llenar los vacíos tan íntimos de la otra, y posiblemente, no sobrevivan a la conducta autodestructiva de Alejandra. Todo el Mundo tiene a alguien menos Yo opta por una visión realista y una narrativa alejadas completamente de romanticismos, ofreciendo en cambio, un convincente relato sobre las relaciones interpersonales y la gran dificultad de cambiar la forma de ser, ya sea la de otros, o la de nosotros mismos.
Una pareja de lesbianas vive (aparentemente) feliz al lado de sus dos hijos adolescentes, hasta que ellos deciden que quieren conocer a su padre, o mejor dicho, al hombre que donó su esperma para el procedimiento in Vitro mediante el cual fueron concebidos. La cinta dirigida por Lisa Cholodenko y nominada al Oscar como Mejor Película, acierta al retratar con equilibrio la situación de los adolescentes deseosos por conocer a su padre, y la situación sentimental de la pareja que se ve trastocada por la llegada de éste al núcleo familiar, poniendo a prueba su fortaleza como pareja. Los chicos están bien es una comedia fresca y muy divertida que peca un poco de moralista en su recta final, pero no impide que disfrutemos de las maravillosas actuaciones de sus protagonistas: Julianne Moore, Annette Bening y Mark Ruffalo, así como descubrir talentos como los de los entonces casi desconocidos Mia Wasikowska y Josh Hutcherson.
La comedia romántica de 2001, Kissing Jessica Stein, dirigida por Charles Herman-Wurmfeld, sigue a la exitosa soltera Jessica Stein (Jennifer Westfeldt), quien tras buscar al hombre perfecto en numerosas citas a ciegas, descubre en su lugar a la mujer perfecta. Más allá de retratar la recién descubierta atracción hacia alguien del mismo sexo, la película muestra el miedo de su protagonista ante la posibilidad de que su familia se entere que su nueva pareja es una chica.
Bajo la dirección de Maryam Keshavarz, la cinta iraní del 2011 gira en torno a una adinerada familia iraní que lucha por contener la creciente rebeldía sexual de su hija adolescente Atafeh (Nikohl Boosheri), mientras lidian también por resolver la obsesión sexual de Mehran (Reza Sixo Safai) por Shireen (Sarah Kazemy), la 'mejor amiga' de su hermana. además de ser un acercamiento a la homosexualidad en la moderna República Islámica de Irán, Circumstance es también una exploración hacia el fanatismo religioso, las adicciones a las drogas y la fragilidad de los lazos familiares. 25
Después de la sensacional XXY, su directora, Lucía Puenzo, nos ofrece otro relato con diversidad sexual incluida, volviendo a trabajar con Inés Efrón. La trama se enfoca en la relación entre Ailín (o 'la Guayi'), quien ya ha trabajado como mucama por siete años en la casa de la familia del juez Bronté en Argentina, y Lala, la hija del ya mencionado juez que tiene su misma edad. Ambas deciden escaparse y roban un cuadro y varias joyas de la casa, pero en su escape se embarcan en una espiral de impunidad y crímenes que traen consigo el descubrimiento de secretos familiares y leyendas acuáticas.
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ún recuerdo bien ese día, el y yo habíamos quedado de vernos en el café tradicional. Él tenía problemas existenciales y yo, una autoproclamada sobreviviente de los problemas existenciales, estaba dispuesta a escuchar y aconsejarle. Pero él nunca llego, esperé buen rato afuera, hasta que comenzó a llover, entré al lugar y me dirigí a nuestra mesa usual, seguro se le había hecho tarde, pero no fue así. —Estúpido Sergio— Murmuré, no podía enojarme, ya lo conocía. Después de un vaso con agua, dos tazas de café y media docena de galletas acepté que me había dejado plantada. —Espero que seas tú, si no lo eres esto será muy incomodo. — Dijo una chica alta de cabello corto, estaba desordenado y apuntaba en todas direcciones. —Pues… Yo soy yo, ¿Quién eres tú? —Sofi, —Sonrió y la pude reconocer al fin. — Hola Lauren. — ¡Oh Dios! —Me levanté y la abracé con fuerza. — ¡Estás tan distinta! ¿Dónde habías estado? ¿Qué te has hecho? ¡Tu cabello! Sofi y yo habíamos sido amigas desde hacía muchos años, nos habíamos conocido en la preparatoria y nos volvimos inseparables desde entonces hasta el momento que tuvo que mudarse de la ciudad para poder estudiar la carrera que le apasionaba, por supuesto intentamos seguir siendo amigas pero la distancia era demasiada y nuestras vidas habían cambiado, ya no teníamos nada en común. —Así que ya no te da miedo comer sola. —Dijo Sofi mientras mordisqueaba una galleta, nadie sabía que odiaba comer sola. — ¿Cómo lo sabes?— Pregunté sorprendida, estaba segura que ocultaba bien todas esas cosas, no me gustaba que las personas supieran cuales eran mis debilidades y cuantas eran, Sofi sólo rodó los ojos. — Iba a verme con alguien, me dejó plantada. — ¿Sigues con esos tontos amigos que sólo te usan?— Ahora fui yo quien rodó los ojos como respuesta. —¿Qué haces aquí?— Pregunté intentando desesperadamente de cambiar el tema. —Vine por mi novia… —Miró alrededor y luego a mí— ¿No te sorprende? —¿Qué cosa? —Pregunté haciéndome la indiferente a su pregunta, por supuesto que entendía a que se refería pero no, no me sorprendía y no, no me interesaba. —En realidad no es mi novia,“estamos dándonos un tiempo”, pero bueno aún no perdemos ciertas costumbres. —Suspiró y señaló discretamente a la barrista, que coqueteaba abiertamente con uno de los me seros. —¿Sigues con esas tontas que sólo te usan? —Mi pregunta la tomó por sorpresa y luego sonreí, haciéndole saber que era broma. —Vamos, ya me aburrí de estar aquí. Pedimos la cuenta y el mesero que coqueteaba con la barista nos la proporcionó, pu-
de ver la mirada de desprecio que Sofi le dedicó y suspiré. —Sofi —Dije su nombre lo bastante alto para que la barista, que estaba cerca lo escuchara— tengo buenas nuevas. —La mire y sonreí— Olvidé mi cartera. —Yo te invito. —Rio por lo bajo y tomó la cuenta, poniendo el dinero en la mesada. —Gracias Sofi, —Sonreí al ver que la chica nos miraba de reojo y tome la mano de mi amiga. — eres como el príncipe encantador. —Sí, claro “princesa”. — Dijo arrastrando la última palabra. —La tendrás de vuelta pronto, aunque no se para que la quieres. — Murmuré al salir del lugar. — Ya puedes soltarme. —Ahora creerá que eres mi novia. —Me miró. — ¿Y eso te molesta? Créeme, en dos minutos te enviará un texto preguntándote quien soy y te pedirá que me dejes y vuelvas con ella, tú sólo debes decirle que “me quieres mucho” pero que la amas a ella. —Sonreí y me giré a mirarla. — ¿A ti te molesta? —Su tono se había vuelto serio— ¿Qué lo crean? —No. —Negué suavemente. Después de ese día Sofi se comportó como si en verdad fuera mi novia para mí era un poco extraño, no estaba acostumbrada a tanta miel, a tanta atención y mucho menos a tantos detalles. —Hoy es nuestro aniversario. —Dijo un día cuando nos encontramos en el parque cerca de mi casa. — Tenemos un mes juntas. ¿Ya había pasado un mes? No me hacía a la idea que el tiempo se fuera tan rápido y mientras no me hacía a la idea de eso, algo más me tomó por sorpresa. —Creo que ya puedo decir esto sin miedo a equivocarme —dijo y yo la miré, no estaba prestando atención exactamente a lo que estaba diciendo— te amo. ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? Espera… Detente, ¿Qué? Miré a Sofi sorprendida, mi mente iba a mil por hora, ideas estúpidas y alocadas cruzaban por ella, ¿Qué se supone que uno debe decir en estas situaciones? —Lo sé. — Escuche que respondí, al ver su reacción me golpee mentalmente. —¿Lo sabes? —Me preguntó, sin dejar de mirarme. Asentí como respuesta y abrí la boca para hablar nuevamente pero ningún sonido salió. No es que no la quisiera,y no es como si fuera incapaz de amar, sólo era… Incapaz de decirlo.— No necesitas decirlo ahora, algún día… Estará bien. —Lo siento. —Susurre y apoye la frente en su hombro. —No lo hagas, —Me hizo que la mirara. — te conozco, ¿de acuerdo? Te entiendo. La abracé y suspire. Después de un tiempo yo también estuve segura de lo que sentía por ella, pero para mí no fue tan fácil decirlo, esas palabras eran… palabras grandes de las cuales no me podría retractar después.
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—¿Qué haces? —Pregunté al verla concentrada, con el ceño fruncido y la mirada en la pantalla de su portátil. —Debo entregar un informe mañana y no lo entiendo. —Suspiró frustrada y continuó mirando la pantalla, luego sonrió y me miró. —Sé que es difícil para ti pero intenta no distraerme. —Lo intentaré. —Me senté frente a ella y la miré trabajar por un rato. — Hay algo que quiero decirte. —Dime… —Pidió sin prestar mucha atención. —No es importante pero… Bueno… Creo que… —Al final no dije nada y balbucee por veinte minutos, ahora yo estaba frustrada, suspiré y me levanté. — ¿Quieres un té? Iré por uno. —Ya te lo dije, te conozco, cuando lo digas estará bien. —Dijo y me miró, yo huí a la cocina. No fue hasta después de medio año que pude decir esas palabras grandes. Dicen que si quieres un final feliz debes detener la historia, yo la habría detenido allí, después de decir por primera vez “te amo”, pero vivimos en el mundo real. Claro, teníamos problemas como cualquier otra pareja, pero el hecho que fuéramos un tipo de pareja distinta agregaba un poco más de presión. Sofi creía que sólo estaba experimentando y que pronto la dejaría y tendría un novio, yo me cansaba de asegurarle lo contrario. Eran las 10:00 a. m. , estaba en una entrevista de trabajo, cuando recibí un mensaje, seguro era Sofi deseándome buena suerte para mi entrevista. Busqué mi móvil y efectivamente tenía un mensaje de Sofi, sonreí. “Gracias por todo. Creo que debemos terminar ahora antes que nos hagamos más daño. Ve con tu ‘amigo’ Sergio, él te ama y té estás enamorada de él, sólo que aún no lo sabes.” Sentí como todos los músculos de mi cara se congelaron, manteniendo la sonrisa. La llame inmediatamente, escuché el timbre una y otra vez… No hubo respuesta, la llamé de nuevo. —Puedes pasar ahora…— Dijo la secretaria y yo asentí. No recuerdo mucho de la entrevista tiempo después recibí una llamada con las buenas nuevas que me contratarían. Cuando salí de la entrevista me detuve frente al edificio, no sabía qué hacer. Sofi había prometido que iríamos a celebrar después de una exitosa entrevista o a ahogar las penas después de una mala. — ¿Lauren? —Escuche mi nombre y me giré, encontrando a Sergio. — ¿Qué haces aquí? —Lo saludé e intenté sonreír. —Sofía me pidió que pasara por ti.
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on apenas 20 años, recién cumplidos hace algunos meses, la parisina (de ascendencia griega) Adèle Exarchopoulos es ya toda una estrella internacional tras haber protagonizado la indiscutible ganadora de la Palma de Oro en Cannes el año pasado, donde también recibió el premio a Mejor Actriz, el cual compartió con su coprotagonista, la no menos talentosa Léa Seydoux, pues complementó perfectamente el desempeño actoral de Adèle, quien demostró una gran sensibilidad histriónica. Este año participará en dos proyectos franceses: Voyage vers la mère de Mikhail Kosyrev-Nesterov y Qui vive de Marianne Tardieu. 28
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riginario de Lexington, Kentucky, George Clooney es considerado (y con toda justa razón) como uno de los hombres más sexys de Hollywood. Y es que a sus 52 años, el actor refleja ese lado glamoroso de la Meca del Cine, con su impecable presencia en campañas para distintas marcas y productos, y participando en grandes filmes sin ninguna otra pretensión que la del entretenimiento (Ocean's Eleven, Ocean's Twelve y Ocean's Thirteen podrían aplicarse aquí como el ejemplo más claro de esto). Pero hay otro lado de George Clooney que las revistas y programas de espectáculos no exponen (porque claro, eso no vende tanto como el siempre estar cuestionando su orientación sexual), y es esa postura siempre crítica hacia la política exterior del gobierno de su país. Como activista liberal, se ha valido de su poder en la industria cinematográfica para producir y/o dirigir cintas más propositivas, sino en su propuesta artística, si en su discurso. El primer ejemplo lo tenemos, casualmente, con su ópera prima: Confesiones de una Mente Peligrosa (Confessions of a Dangerous Mind; 2002), filme que, además de ser bastante entretenido, explora la relación de la CIA, como un aparato gubernamental, y la televisión, como medio masivo para la difusión/manipulación de las masas. Poder y Traición (The Ides of March; 2011) podría servirnos también como claro ejemplo del Clooney que señala los errores políticos gubernamentales de los Estados Unidos, pues en ella resalta la podredumbre imperante en el traicionero, amoral y cruel mundo de la política. Sin embargo, es Buenas Noches, y Buena Suerte (Good Night, and Good Luck; 2005) donde se ha podido ver con mayor claridad la postura de un director sensible pero implacable, pues a través de esta propuesta filmada en blanco y negro, Clooney destapa un oscuro episodio estadounidense protagonizado por su gobierno y la televisión: la cacería de brujas del Senador Joseph McCar-
thy contra el comunismo y la exhaustiva investigación por parte del periodista Edward Murrow (un sorprendente David Strathairn) sobre los métodos utilizados por el político para dicha 'cacería'. La gran influencia ejercida por el novel invento sobre las familias estadounidenses es otro de los aspectos que Clooney logra abordar de manera acertada en la cinta, pero sobre todo, muestra que la televisión (aunque podemos expandir el discurso a cualquier medio) puede tener un gran poder sobre la política, especialmente si en ellos se encuentra gente preparada y dispuesta a todo con tal de llegar a la verdad (o sea igualito que Jacobo Zabludowsky y Joaquín López Dóriga). Buenas Noches, y Buena Suerte es una gran cinta sobre la corrupción de la prensa frente al poder, una premisa que sigue vigente pues podríamos compararla con la situación mediática de hoy en día. En su nueva película como director, Operación Monumento (The Monuments Men; 2014), Clooney nos muestra a un grupo de profesores soldados conocidos como 'Monuments Men' (por si se preguntaban lo del título original), ésto debido a que pertenecen a la sección de Monumentos, Bellas Artes y Archivos, la cual rescatar de una inminente destrucción cerca de cinco millones de obras que habían sido confiscadas (robadas) por los nazis durante los años 30s y 40s. George Leslie Stout (Clooney) fue el líder del grupo de rescate de las obras, y su historia fue contada en el libro escrito por los investigadores Robert M. Edsel y Bret Witter, el cual ahora ha servido como base para la película. La cinta podría no reflejar una postura política de Clooney, pero seguramente confirmaremos (aunque no creo que sea necesario a estas alturas) que es poseedor de ese necesario oficio para contar historias con gran precisión; sin duda alguna habrá que verla.
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n cosa de 60 años, la vida en la Tierra puede cambiar drásticamente: las invasiones alienígenas y el hambre de poder traspasará las barreras que conocemos, de tal manera que el Universo mismo, será un nuevo paraje que podremos visitar gracias a la tecnología interestelar. Sin embargo, no seremos los adultos de entonces los depositarios de tales beneficios, sino aquéllos que van empezando a ver la vida y quienes seguramente tendrán la apertura necesaria para no sucumbir ante las posibilidades que se mueven dentro de la mente, en tales condiciones. Orson Scott Card, recrea lo que será el mundo en el 2070, a través de la mente y el entorno caótico de un niño, que si bien no se esperaba que naciera (de ahí su apodo “Ender”), resulta ser un genio de la estrategia, así como un filósofo, según su personal entender, respecto de lo que significa su entrenamiento en la Escuela de la Batalla (ya existen algunas, con tecnologías más o menos similares) y la situación que vive en casa con sus hermanos: conflictuado con uno, encariñado con otra, nada que no veamos hoy en día.
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Sin embargo, como en muchos casos de las historias de ciencia ficción, Ender es uno de los elegidos para aportar grandes logros, ya que está preparado genéticamente para afrontar con la frialdad requerida, así como con la agudeza necesaria, lo que se requiere en momentos decisivos. No significa que sea un camino fácil, pues no es el único con estas características y, muy a su pesar, tendrá que enfrentar pequeñas batallas personales, incluso antes de siquiera formar parte de un equipo de ataque. El autor retoma la vieja pero cada vez más actual premisa de la ley del más fuerte, pues se refleja en cada reto que Ender debe superar para probar su aptitud. No obstante, apela a la pureza de espíritu, a la bondad en el alma y aún, al autocontrol de las pasiones, sobre todo de aquellas que tendrían consecuencias funestas al buscar justicia. Ese lado humano es el que determina, finalmente, que es el más apto, el que busca un bien común y el que decide de acuerdo con su sentido de responsabilidad, más que con su ánimo de triunfo, pasando encima del resto.
Complejo como los pensamientos, el argumento nos lleva, a través de las escenas en cuarteles o espacios cerrados, a esa sensación de control extremo, mientras que, por el contrario, ante los simuladores de batallas el panorama se abre cual bóveda celeste, a las posibilidades de la ingravidez, de la libertad de acción, de la destrucción misma. De hecho, el principal objetivo de esas tomas sci-fi, determinan la dimensión de un futuro tecnológico, que no sólo nos espera, sino que llama a nuestra puerta para adentrarnos en la inmensidad del binomio mente-cuerpo, ya que sin una, el otro no sirve de mucho. Ahora bien, el hecho de que las escuadras de la escuela estén conformadas por preadolescentes, hace ver un esfuerzo por sobrellevar las causas personales como verdaderas misiones de vida, pues de ellas dependen el estatus que las rigen: vencer para no ser sobajado; no someterse sino demostrar liderazgo; ser abierto a nuevas ideas para lograr el triunfo; justificar los medios con el fin y las pérdidas con el éxito. Seguramente el autor leyó “El arte de la guerra” de Sun Tzu, pues la parte reflexiva de Ender, es muy parecida a la postura del guerrero racional, armónico con su entorno y su causa, buscando el beneficio del “ganar-ganar”, dejando claro de quién fue la iniciativa, sutileza única de los líderes natos. Por supuesto, visualmente y gracias a la alta definición, la imagen es muy limpia y nos muestra espacios opuestos continuamente: realidad virtual contra la tridimensional; paisajes pacíficos contra batallas intergalácticas; alta introspec-
ción sobrepuesta a la simple pero firme expresión de órdenes. A ello le agregamos la intencional diferencia de razas entre los integrantes de las escuadras, en donde vemos rasgos característicos de distintos pueblos, complexiones fuera de estereotipos, temperamentos prototípicos y, curiosamente, cierta inocencia en su proceder, aunque se preparan para causar muerte o destrucción. Tiene que haber adultos en este tipo de empresas, de modo que veteranos como Harrison Ford, Ben Kingsley y Viola Davis, hacen acto de presencia, tan decorosa como Will Smith en After Earth, pero quienes realzan, a final de cuentas, el propósito de la historia: la manipulación de los más jóvenes (vuelve la estrategia), aprovechándose de lo único que tienen a su favor, que es la experiencia en la negociación, misma que se convierte en una nueva enseñanza para aquéllos manipulados. De hecho, seguir el paradigma de la jerarquía por logros acumulados, contrasta con la edad de quienes quedan al mando, con varias generaciones de por medio. Debemos considerar que si un hábil lobo de mar logró engañar a una mente privilegiada, lo mejor que podemos hacer los simples mortales para sobrellevarlo, es volver a lo terreno, dejando lo virtual solamente para fantasear, si es que ya hemos aprendido qué es lo uno y qué es lo otro. Porque todo es estrategia en esta vida; inevitablemente hemos de entrar al juego.
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a nueva obra cinematográfica de Martin Scorsese nos sumerge en el abismo del sueño americano, ese oscuro y perverso rincón de la tierra de las oportunidades que muy pocos se han atrevido a exponer, como Oliver Stone en su maravillosa El Poder y la Avaricia (Wall Street; 1987) con Michael Douglas. El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street; 2013), por su parte, está basada en la autobiografía homónima de Jordan Belfort y nos narra la historia de este cínico y amoral corredor de bolsa que en muy poco tiempo logra crear su propia empresa, Statton-Oakmont, dedicada a la venta de acciones de empresas mediocres o ficticias (pues a veces ni siquiera podrían considerársele como empresas) y destinadas al total fracaso. El relato de El Lobo de Wall Street es audaz y vertiginoso, y hay que agradecerle eso al guionista Terrence Winter (Los Soprano), pues la estructura del enérgico guión no da respiro sobre los excesos del mundo bursátil y la corrupción en la glorificada cultura del dinero en Estados Unidos; son 179 minutos de prostitutas (desde las baratas hasta las más selectas), drogas de todo tipo, salvajes orgías, lanzamiento de enanos como si fueran dardos, mansiones, autos de lujo, costosísimas joyas, viajes en helicóptero y en avión estando completamente narcotizado, y una gran lista de etcéteras, que son sólo algunos de los 'placeres' que se puede brindar Belfort (extraordinariamente interpretado por Di Caprio en ésta su quinta colaboración con Scorsese) o que puede brindarle a su segunda esposa Naomi (Margot Robbie), una exuberante rubia por la que dejó a su primera esposa: Teresa Petrillo (Cristin Milioti).
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Y lo mejor de todo lo anterior, es que se nos cuenta sin ningún rastro de moralina ni juicio de valor sobre su protagonista y su decadente estilo de vida; olvídense de dedos inquisidores señalando los 'errores' de Belfort, aquí no encontrarán nada de eso. Al principio de la cinta vemos sus pueriles intentos por adentrarse en ese feroz mundo bursátil y por el cual es devorado, pero lo vemos seguir adelante gracias a ese motor que lo impulsa: su totalmente consciente avaricia, "yo siempre quise ser rico", señala en algún momento su protagonista, el cual comparte cierto paralelismo con los protagonistas de los thrillers gansteriles de Scorsese, sólo que trasladando la acción de las peligrosas calles neoyorquinas, a las oficinas bursátiles. El Lobo de Wall Street es, entonces, una experiencia entretenida, divertida, pero sobre todo honesta, de esas honestidades brutales que inclusive llegan a doler y lastimar el 'orgullo americano' al gritar las verdades de la tierra de los corredores de bolsa, por lo que no nos sorprende que, hasta ahora, no haya obtenido muchas nominaciones a los premios más gordos como los Globos de Oro donde sólo ha obtenido su nominación como Mejor Película Musical o Comedia y Mejor Actor en Musical o Comedia para Leonardo DiCaprio. Bien dicen que "la verdad no peca pero incomoda", y Scorsese incomoda, e incomoda mucho, por lo que no esperemos verla nominada a los premios de la Academia, pues a ésta nunca le ha gustado que les exhiban sus trapitos sucios de la tierra de las oportunidades; sin embargo, prevalece la completa certeza de que el neoyorquino nos ha puesto frente a nuestras pupilas una de las mejores cinco películas de 2013.
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ajo la dirección de Stuart Beattie (quien en su haber cinematográfico sólo tiene la muy menor Tomorrow, When the War Began de 2010), llega la adaptación a la pantalla grande de la novela gráfica homónima de Kevin Grevioux (editada por Darkstorm), inspirada en el legendario personaje de Mary Shelley . La historia se sitúa en una especie de presente distópico donde se libra una guerra milenaria entre ángeles (que adoptan la forma de gárgolas vigilantes) y demonios, y donde la creatura creada por el Dr. Frankenstein (encarnada aquí por Aaron Eckhart) ha sobrevivido hasta nuestros días, siendo bautizada como Adam por la Reina de las Gárgolas (Miranda Otto) y viéndose perseguida por las fuerzas oscuras lideradas por Naberius (Bill Nighy), el líder de los demonios, un ángel caído del cielo que busca obtener el secreto de la inmortalidad que guarda la creación de Frankenstein.
Yo, Frankenstein viene respaldada por los creadores de la saga Underworld, por lo que garantiza escenas de acción medianamente interesantes con efectos especiales decentes y un diseño de arte bastante atractivo; además, se deja ver que la novela gráfica en la que se inspira tiene toda una mitología bastante rica que combina lo gótico con lo contemporáneo y lo divino con lo científico de una manera interesante. No obstante, de toda la propuesta que seguramente tiene el material impreso original, simplemente nos dejan ver destellos que no acaban de convencer al verlos en la pantalla, pues dejan pasar muchas propuestas interesantes que ofrece la ciencia ficción como, por ejemplo, una aproximación más profunda hacia la esencia de Adam y todos sus demonios internos al saberse un ente hecho de ocho diferentes cuerpos, o como un trasfondo (ahora ya más en el terreno de la fantasía que de la ciencia ficción) 38
más detallado del ejército celestial de las gárgolas, así como su lucha con los ángeles caídos. Yo, Frankenstein es un filme que entretiene, y al igual que la creatura central de la historia, es capaz de realizar grandes proezas; pero al final de cuentas, tanto película como protagonista, carecen de alma y de una identidad propia, y aunque nos amenacen con secuela, el filme quedará en el olvido.. O por lo menos eso se merece.
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ack Ryan, el analista de la CIA creado por Tom Clancy (fallecido apenas en octubre del año pasado) en sus novelas policiacas y de corte militar, está de regreso en la pantalla grande para detener a un terrorista ruso que busca perpetrar un atentado en suelo norteamericano, generando con ello un gran colapso económico que llevaría a los Estados Unidos a una segunda gran depresión. Esta premisa de Jack Ryan: Código Sombra (Jack Ryan: Shadow Recruit; 2014) sigue estando inspirada en el personaje creado por Clancy pero no está basada en ninguna de sus novelas en particular, pues la cinta busca una reinvención de su mitología para poder crear desde cero una franquicia de espionaje. Tras haber sido interpretado por Alec Baldwin (La Caza del Octubre Rojo; 1990), Harrison Ford (Juego de Patriotas; 1992 y Peligro Inminente; 1994) y Ben Affleck (La Suma de Todos los Miedos; 2002), Ryan ahora habita en el cuerpo de Chris Pine, quien lo interpreta de manera más que convincente, pues
el miembro de la CIA no es un espía al estilo James Bond, sino un agente sin entrenamiento especial para este tipo de misiones, y aunque fue miembro de la marina, es más un hombre común que se debe enfrentar a una situación de peligro inesperada. Kenneth Branagh, director de la cinta, es también el antagonista del filme, pues encarna la villano a vencer: el ruso Viktor Cheverin. La película juega bien con los elementos del cine de espías y Branagh da muestra de ser un realizador competente en el género y puede ofrecer entretenimiento sin mayores pretensiones, cuenta con secuencias de acción bien ejecutadas y emocionantes; tiene también la dosis justa de acción y suspenso que deben tener este tipo de cintas, todo muy bien equilibrado. Aunque por otra parte, exactamente ése es su punto débil, pues la cinta está hecha según lo que establecen las reglas del género y no se arriesga en ningún momento a alejarse de los clichés del cine de acción (y ya dejen en paz a los rusos, por favor, las cosas han cambiado mucho desde que 39
Clancy escribió sus novelas, ya no estamos en la Guerra Fría); además, el villano resulta de lo más desdibujado, llegando incluso a ser insignificante, ésto debido a que el guión no traza muy bien al personaje (sus motivaciones son inverosímiles) y Branagh lo encarna con una tibieza que resulta prácticamente carente de cualquier proyección emocional, ni es carismático, ni intimidante. Jack Ryan: Código Sombra es un filme que cumple con entretener y nada más, pero también es una película de espionaje y de acción como cualquier otra que hayamos visto (¡y miren que hay 'harto' ejemplo!), por lo que su visionado es recomendable únicamente si son fans del género, si no lo son, mejor vean propuestas más interesantes como la franquicia Misión Imposible (y eso que jamás me imaginé recomendar alguna vez una película con Tom Cruise).
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n abril de 2009, el capitán Richard Phillips toma el mando del MV Maersk Alabama para llevarlo del puerto de Omán al de Mombasa a través del Golfo de Adén; en el trayecto, el barco carguero es secuestrado por un grupo de piratas somalíes liderado por Abduwali Muse, y tras varios incidentes con la tripulación a bordo de la embarcación, los piratas toman como rehén al capitán en un bote de emergencia durante cuatro días. Esta increíble historia de supervivencia ha sido narrada en el libro A Captain's Duty: Somali Pirates, Navy SEALS, and Dangerous Days at Sea, escrito por el mismo Richard Phillips y Stephen Talty, el cual ha sido adaptado al cine por Billy Ray y dirigido por Paul Greengrass, a quien conocemos por ser un más que eficaz director de thrillers de acción como United 93 (2006) y The Bourne Ultimatum (2007), y que en esta
ocasión hace un trabajo formidable con este relato de sobrevivencia en altamar. Capitán Phillips (Captain Phillips; 2013) es protagonizada por Tom Hanks, a quien hace mucho no le veíamos un desempeño tan extraordinario como el que realiza en esta cinta, pues no interpreta al típico héroe de acción, sino a un capitán como cualquier otro, y que se ve arrastrado por una serie de situaciones peligrosas, tratando de arreglárselas como mejor puede para sobrevivir. En este apartado es también justo mencionar el estupendo trabajo de sus cuatro ficticios captores, destacando sobre todo Barkhad Abdi, quien interpreta a Muse, líder de los piratas. Con poco más de dos horas de duración, la cinta mantiene el suspenso en todo momento y logra que percibamos la sensación de vertiginoso peligro gracias al uso de la cámara en mano (recurso clásico y siempre bien utilizado por
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Greengrass) acompañada por la trepidante música; además, los cerrados encuadres nos permiten también experimentar cierta claustrofobia, sobre todo en los momentos que transcurren dentro del bote salvavidas. Capitán Phillips es una excelente cinta de acción eficazmente estructurada que no da descanso al espectador y lo hará pasar un buen rato en la sala; no obstante, no podemos pasar por alto que en su historia se siente un carácter pro yanqui en su discurso, ya que a pesar de que se quiere mostrar la historia de los piratas como si ellos también tuvieran su punto de vista y su versión de la historia, ésto no se logra del todo.
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a historia de los 47 ronin (famosa leyenda japonesa cuyos sucesos tuvieron lugar en los primeros años del Siglo XVIII) es adaptada a cuatro manos por Chris Morgan y Hossein Amini. En 47 Ronin: La Leyenda del Samurái, dirigida por el debutante director Carl Rinsch, un mestizo marginado llamado Kai (con cara y cuerpo de Keanu Reeves), se une a un grupo de ronins (liderados por Oishi, interpretado por Hirokuyi Sanada) que buscan vengar la muerte de su maestro -injustamente acusado de atacar a a Lord Kira, encarnado por Tadanobu Asano, y obligado a suicidarse a través del ritual seppuku-, y con ello recuperar el honor y la dignidad del pueblo de Ako. La película es visualmente maravillosa, posee una composición fotográfi-
ca fantástica y los efectos especiales son realmente excelentes (aunque cabe señalar que la visión de Japón está demasiado ‘americanizada’ y el 3D sí es una verdadera estafa, pues no es ni bueno, ni malo... simplemente es inexistente), y podemos decir que busca ser fiel lo más posible al relato original (a pesar de que hollywood se empeñó meter a la fuerza al personaje de Keanu Reeves nada más porque 'debe' haber un personaje occidental en la historia), pero el filme se torna aburrido porque ni toda la parafernalia, por muy bella y casi perfecta que sea, puede llenar el gran vacío que hay en el guión respecto a sus personajes pobremente trazados y despojados de emociones y motivaciones (¿alguien se creyó el romance entre Kai y Mika?), lo cual hace que el espectador no 41
sienta ningún interés ni por los ronins, ni por su búsqueda de justicia, honor y dignidad a través de la venganza, pues está retratada con una frivolidad digna de telenovela. 47 Ronin: La Leyenda del Samurai, a diferencia de la leyenda en la que está inspirada, pronto quedará casi en el total olvido, su destino será repetirse una y otra vez como filme de relleno en los canales 'especializados' en películas, y sólo será recordada como 'aquella vacua, frívola y aburrida película donde todos actúan igual de mal que Keanu Reeves'.
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nspirada muy levemente en el clásico La Reina de las Nieves, de Hans Christian Andersen, Disney ofrece su más reciente propeusta animada, la cual sigue a Anna, una princesa optimista y valiente que va en busca de su hermana, la Reina Elsa, pues, sin querer, ha lanzado un gélido hechizo que ha condenado a todo el reino de Arendelle a un invierno perpetuo. En su épico viaje conoce al temerario montañero Kristoff y a su juguetón reno Sven, así como a Olaf, un superinocente muñeco de nieve que ha cobrado vida; todos ellos le ayudarán en su travesía para encontrar a su hermana y tratar de convencerla para que regrese al reino y termine con el invierno eterno. Frozen continúa con la tradición de Disney de empoderar al género femenino, y como ya lo hiciera Pixar con Valiente (Brave; 2012), aquí le dan a las mujeres su incuestionable poder protagónico dentro del cuento, por lo que muy lejos han quedado ya los príncipes que buscan rescatar a las desvalidas y sumisas chicas en apuros. Y aún más allá de esto, la cinta representa un gran avance en las cintas de Disney en solitario, es decir, sin Pixar (aunque tienen un grupo de consejeros que los apoyan en la supervisión), pues la cinta no sólo resulta enormemente entretenida y muy divertida para los niños, incluyendo va-
rios números musicales (que podrían sacar de quicio a quienes no sean amantes de los segmentos musicales), sino que también posee una historia con la suficiente complejidad de sus personajes, y de la trama, para entretener a los adultos. Creo que no hace falta mencionar si la cinta cumple o no en los apartados técnicos, puesto que en estos tiempos que corren ya estamos acostumbrados a un nivel de excelencia en la calidad de las cintas animadas por computadora, y Frozen cumple con eso y más, ya que sorprende con secuencias espectaculares tanto por su cuidada fotografía como por su iluminación, el detallado de texturas y la creación eficaz de atmósferas, destacando sobre todo esa extraordinaria secuencia del 'rescate' al final de la cinta, pues es una escena que cumple con toda regla en cuanto lo que se refiere a las secuencias de acción. Así las cosas, Frozen es una cinta como hace mucho Disney no nos ofrecía, regresando un poco a esas fantásticas fábulas que lo hicieron uno de los estudios de animación más grandes del mundo, pero modernizándolas atinadamente para contextualizarla con los valores que ahora prevalecen. Es de lo mejor en cuanto a animación hollywoodense se ha hecho este año. http://bit.ly/1cNTuzd
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a película La vida de Adele (La vie d'Adèle: Chapitre 1 & 2, 2013) del tunecino Abdellatif Kechiche, llega con la Palma de Oro en la mano y con centenares de elogios recibidos en cuanto festival o evento cinematográfico se ha presentado. La historia, adaptada de la novela gráfica "Le bleu est une couleur chaude" de Julie Maroh por el mismo Kechiche junto a Ghalia Lacroix, relata el despertar sexual (lésbico) de Adèle (aunque en el material fuente lleva por nombre Clémentine), interpretada por Adèle Exarchopoulos, una chica amante de la literatura que no está completamente segura de su orientación sexual y descubrirá en Emma, encarnada por Léa Seydoux, al primer amor de su vida. Adèle, de 16 años, vive en conflicto interno por no estar completamente definida en cuanto a sus gustos sexuales; además de ser presionada por su grupo de amigas (o por lo menos dicen serlo) para que salga con Thomas (Jérémie Laheurte), un chico que muestra un obvio interés hacia ella. Adèle, más a fuerza que de ganas, acepta salir con el chico, se conocen, y a pesar de tener muy poco en común (a él no le gusta leer y la música que escuchan es diametralmente opuesta), ella accede a dar el siguiente paso en la relación, pero descubre que los chicos definitivamente no son lo suyo, por lo que decide no seguir adelante con la incipiente relación. Un día, mientras camina por las concurridas calles parisinas, se cruza en su camino una joven de cabello azul con la que intercambia miradas, pero ninguna se detiene para dar pie a lo que, obviamente, fue una atracción a primera vista. Deprimida y aún más confundida, acepta ir a un antro gay para acompañar a su mejor amigo; ahí, se encuentra nuevamente con la chica del cabello teñido y estudiante de bellas artes, con la que entabla una plática que con el tiempo se convierte en una poderosa relación que tiene que sortear no sólo los conflictos típicos de cualquier pareja, sino también los obstáculos que suponen los prejuicios sociales de aquellos a quienes consideraba sus mejores amigas.
La cinta, que tiene tres horas de duración, cuenta con un sobresaliente, sólido y fluido guión con diálogos de gran frescura y honestidad; además, recurre frecuentemente al uso de close ups como parte de la propuesta visual de Sofian El Fani -que se ve decorada con una gran carga de tonalidades azules-. Las magistrales actuaciones de la pareja central (destacando Adèle Exarchopoulos, una joven que emana ingenuidad, inocencia, frescura y vitalidad, ofreciendo una interpretación avasalladora y resultando en un gran descubrimiento), sirven para que Kechiche ofrezca un retrato intimista del amanecer sexual de una joven, incluida esa larga secuencia de sexo explícito que supone el primer encuentro sexual de Adèle y Emma, una secuencia plagada de encuadres y long shots de una belleza sobresaliente que quedarán entre las mejores secuencias eróticas jamás filmadas. Desde la primera media hora del filme, donde se nos muestra la confusión, la angustia y los conflictos internos por los que atraviesa la protagonista, hasta la última media hora de la cinta, donde se abordan los no tan buenos resultados de los altibajos de la relación entre Adèle y Emma, la cámara somete a la pareja central al escrutinio del espectador para narrar, de manera contundente, la epopeya íntima y cruda sobre el primer amor en dos capítulos (esos a los que se hace referencia en el subtítulo original: Chapitre 1&2), y a los que corresponden las etapas por las que atraviesa la protagonista en la cinta: la primera, la de su iniciación en el mundo sexual lésbico; y la segunda, la de su aprendizaje en el terreno de las relaciones interpersonales. La Vida de Adèle es una trágica historia sobre el despertar sexual, así como de la búsqueda de nuestra libertad y felicidad en terceras personas, que sobresale por su magistral manufactura en todos los ámbitos: el guión, las interpretaciones y la dirección, cuya conjunción perfecta hacen de esta película (cuya premisa podría ser ordinaria) una obra maestra del cine contemporáneo muy alejada de un discurso pro gay.
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SAVING MR. BANKS
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ace 50 años, una película cautivó a toda una generación con música y magia. Mary Poppins es el clásico dirigido por Robert Stevenson estrenado en 1964 y que se convirtió en toda una cinta icónica para los estudios Disney, lanzando al estrellato a la debutante Julie Andrews y logrando hacerse de cinco premios Oscar: Mejor Actriz, Mejor Edición, Mejores Efectos Visuales, Mejor Canción Original y Mejor Score. Pero detrás del fantástico cuento de la mágica niñera que acude al rescate de la familia Banks, hay una historia de lucha de egos y de la búsqueda de redención, tanto por parte de la autora Pamela Lyndon Travers, en cuyo libro está basada la película, como del mismo Walt Disney, quien por dos décadas buscó persuadir a la renuente escritora para que le permitiera la realización de la cinta inspirada en ese tan entrañable personaje que es Mary Poppins. Y es precisamente esta historia la que retrata la cinta El Sueño de Walt, título con el que se distribuirá en nuestro país la cinta que lleva por título original Saving Mr. Banks. Protagonizada por Emma Thompson y Tom Hanks como P.L. Travers y Walt Disney respectivamente, la película dirigida por John Lee Hancock (responsable de The Blind Side por la que Sandra Bullock ganara su Oscar como Mejor Actriz) se enfoca en el viaje que realizó la escritora australiana (motivada por una personal crisis financiera) para reunirse con el animador estadounidense, con el fin de ella misma supervisar todo el proceso creativo en la pre-producción de la película durante dos semanas, y al quedar completamente complacida con el enfoque y tratamiento del proyecto, ceder finalmente los derechos de su primera y más popular novela para ser llevada al cine. El guión de la cinta (escrito por Sue Smith y Kelly Marcel) echa mano de las casi cuarenta horas de grabación que la misma P.L. Travers exigió que se documentaran durante el proceso de supervición en la pre-producción como evidencia de lo que ella misma había autorizado y lo que había descalificado; y es así como Saving Mr. Banks nos muestra ese juego de estira y afloja entre P.L. Travers y Walt Disney. La autora, se muestra siempre renuente a ceder los derechos de su novela, con un carácter permanentemente difícil y poniendo peros 51
al 99% de las propuestas que le presentan tanto el guionista Don DaGradi (interpretado por Bradley Whitford) como a los compositores, los hermanos Robert y Richard Sherman (B.J. Novak y Jason Schwartzman respectivamente); su infernal y poco tolerante actitud podrían retratar a una mujer aprensiva y un tanto paranoica, pero es gracias a la historia de la infancia de la escritora en su natal Australia -la cual se nos cuenta de manera alternada a la trama principal del filme- que podemos entender sus motivaciones y su gran miedo a dejar que alguien ponga las manos encima de su tan personal y semi-autobiográfica obra. En estos fragmentos de la cinta, no sólo vemos cómo P.L. Travers tuvo que sobrellevar el alcoholismo de su padre Travers Goff -posterior inspiración para la creación del Mr. Banks de la novela-, un personaje sorprendentemente entrañable y estupendamente interpretado por Colin Farrell (sí, sí sabe actuar), también vemos como tuvo que hacerle frente al intento de suicidio de su madre (una excelente Ruth Wilson). Aquí también conocemos a la Tía Ellie (Rachel Griffiths) ese gran personaje que inspiró a Travers a crear a la mágica niñera que llega al rescate de la familia. Saving Mr. Banks es una 'cinta Disney' por donde se le vea, no únicamente por relatar esta historia tan directamente relacionada con el estudio y con su gran artífice, sino por ser, en espíritu, una cinta completamente del estudio de animación más grande de América: es divertida y conmovedora. Pero es también una 'cinta Disney' porque, al igual que sus clásicas cintas de cuentos de hadas, edulcoran las historias originales y las transforman en productos 'familiares', en esta ocasión, sumergen en almíbar el desenlace de la cinta al mostrar a una Travers conmovida ante el resultado final de la cinta, hecho que dista un tanto de la realidad, donde la autora no quedó complacida al 100% con la adaptación y el espíritu de su tan amada novela fue un tanto mancillado por 'caprichos' del estudio. Saving Mr. Banks es una cinta con altibajos pero no se puede negar que es entretenida, divertida y con un relato entrañable para toda la familia, aunque siempre permanece la duda de qué tan bien librada saldría si no fuera porque la gran Emma Thompson lleva todo el peso del filme sobre ella y lo hace extraordinariamente bien.
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a esclavitud en Estados Unidos es uno de los más oscuros y penosos pasajes de sus historia, y ha tratado de ser evitado (y por lo tanto, borrado de la memoria colectiva) desde siempre; afortunadamente el séptimo arte ha sido una buena herramienta para evitar que sea olvidado y mostrar las atrocidades que el hombre es capaz de cometer en contra de su propia especie. Mandingo de Richard Fleischer, Manderlay de Lars von Trier, Amistad, Lincoln (ambas de Steven Spielberg) y más recientemente Django Unchained de Quentin Tarantino, han sido sólo algunas de las películas que, con mayor o menor compromiso, han puesto el dedo sobre la llaga de este tema que tanta incomodidad causa en Estados Unidos. 12 Years a Slave, la nueva película del infravalorado director Steve McQueen (quien ya nos ofreció las excelentes Hunger en 2008 y Shame en 2011), es la más reciente cinta dispuesta a no dejar olvidados casi cuatro siglos de esclavitud en Estados Unidos, pues además de ser una confirmación de su firme postura como miembro de la comunidad afroamericana, el relato de su cinta está basado (por muy increíble que parezca) en un caso verídico: el del culto y virtuoso violinista Solomon Northup (Chiwetel Ejifor), quien con engaños y promesas de una serie de presentaciones por Estados Unidos, fue secuestrado y vendido como esclavo al Sur del país (en Luisiana) para trabajar en la plantación de Ford (un benévolo aunque poco valiente Benedict Cumberbatch), pero tras unos violentos incidentes en dicha plantación, Ford se ve obligado a ceder al nuevo esclavo a la plantación del desequilibrado Edwin Epps (Michael Fassbender en su tercera participación con McQueen), donde pasará el resto de sus días de esos doce años que vivió como esclavo.
El director nos ofrece un relato sólido en todos los sentidos, desde los rubros técnicos donde se logran con gran solvencia trabajos sobresalientes como en diseño de arte, fotografía, música y vestuario, hasta llegar a la parte medular, es decir, el bien estructurado guión de John Ridley, que intercala la vida del protagonista como hombre libre al lado de su familia en Nueva York, como su 'nueva vida' bajo humillaciones y la pérdida casi total de su dignidad, pero nunca perdiendo la esperanza de encontrar alguna manera de volver a casa al lado de su esposa e hijos. Esos doce años que se mantuvo cautivo son retratados a través de episodios descarnados que ponen sobre la pantalla las palabras traducidas a imágenes que fueron adaptadas de la novela autobiográfica escrita por el mismo Solomon Northup y en la cual está basada la película. Sobresaliente resulta la actuación de su protagonista Chiwetel Ejiofor, quien lleva todo el peso de la cinta, y se ve secundado por grandes desempeños de actores de reparto como Paul Dano, Paul Giamatti, el ya mencionado Fassbender, Sarah Paulson, el muy breve Brad Pitt, y la determinante participación de Lupita Nyong'o en el rol de Patsey. McQueen, de origen británico, entrega una cinta visualmente bella y honesta sobre, posiblemente, el más oscuro y vergonzoso episodio de la historia estadounidense; 12 Years a Slave es una historia tan brutal y desgarradora como necesaria es su exposición en estos momentos donde se necesitan testamentos (de cualquier tipo) que den fe de lo ocurrido en la historia del hombre y que estos hechos, impunes hasta hoy, no se pierdan en el tiempo.
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bicada en la ciudad de Los Ángeles de un futuro no muy lejano, aunque indeterminado, Ella (Her; 2013) sigue a Theodore Twombly (un soberbio Joaquin Phoenix), un redactor de cartas personalizadas en beautifulhandwrittenletters.com (escríbanla y los enviará directo al sitio de la cinta), quien ha vivido deprimido desde que rompió con su esposa Catherine (Rooney Mara); un día, al regresar a casa tras su jornada de trabajo, consigue un nuevo sistema operativo llamado OS 1, que mucho más que ser un avanzado software para computadora, es el primer sistema con una inteligencia artificial de avanzadísima tecnología, una entidad intuitiva con conciencia propia, diseñada para satisfacer, de manera eficiente y eficaz, todas las necesidades del usuario. Tras resolver que quiere una voz femenina para su nuevo software y responder un par de preguntas (¿es usted social o antisocial? y ¿cómo describiría su relación con su madre?), Theodore descubre a su nuevo sistema operativo, el cual se autodenomina como Samantha (con la voz de Scarlett Johansson), un nombre que ha elegido tras haber leído, en fracciones de segundo, una infinidad de nombres y determinar que es el que mejor va con ella. Theodore y la voz femenina de la sorprendentemente sensible y divertida Samantha, van creando una estrecha relación de amistad y complicidad en su vida cotidiana. Y así, mientras ella intenta comprender y asimilar la naturaleza de los humanos con una curiosidad inagotable ("quiero saber todo sobre todo", dice en algún momento, quien también le pregunta a Theodore "¿cómo era el ser casado y compartir la vida con alguien?"), él continúa con su trabajo como redactor de emotivas cartas y accede a participar en una cita a ciegas (con alguien que es igualita ni más ni menos que a Olivia Wilde); pero es cuando este improvisado encuentro romántico no sale como lo esperaban (ella esperaba algo más que un acostón y él no estaba preparado para ofrecer algo más), que Theodore encuentra refugio y consuelo con Samantha en esa madrugada donde su relación pasa a un siguiente nivel, más profundo y emocional. Bajo esta premisa, el director Spike Jonze juega con el concepto del amor hombre/máquina y nos regala la película más conmovedora y humana del año, 59
además de abordar planteamientos filosóficos sobre lo que nos hace seres humanos. Ella es una fábula que nos habla de la evolución del ser humano en una época ultramoderna donde correremos riesgos de intimar con la tecnología; es también una propuesta sobre cómo nos relacionamos con la tecnología y sobre nuestro desapego a las personas reales: ¿Es Samantha -o su relación con ellamenos real que la chica con la que salió en la cita a ciegas? ¿Es Theodore -como se lo indica su ex esposa cuando se reúnen a firmar el divorcio- una persona que quiere una pareja sin los retos de tener que lidiar con algo real? Estas son algunas de las muchísimas interrogantes que nos plantea Jonze a través de un excelente guión (donde nada sobra y nada falta) que nos muestra a un protagonista melancólico y robotizado, y su relación con esta sensible inteligencia artificial que en ocasiones resulta ser mucho más humana que él mismo. "Tengo la habilidad de aprender y madurar de mis experiencias", dice Samantha en cierta parte de la película, contrastando completamente con la situación de Theodore, quien parece no haber aprendido ni madurado nada tras su rompimiento con su esposa. Pero, ¿cómo cuestionar o etiquetar como 'una locura' la relación entre Theodore y Samantha si, después de todo, "el amor no es más que una forma de locura socialmente aceptable", como tiene a bien señalar Amy -interpretada por Amy Adams en un breve pero determinante rol-, la mejor amiga de Theodore. Con Ella, Spike Jonze nos ofrece una obra maestra de la ciencia ficción del nuevo milenio que a pesar de ser completamente tradicional en su propuesta cinematográfica, es absolutamente visionaria en su discurso y su tratamiento, sobresaliendo también el extraordinario uso de la banda sonora (que incluye, entre otros, a Arcade Fire -con varios temas, pero destacando Supersymmetry-, The Breeders, Little Willie John, The Chantels, así como los mismísimos Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson, quienes interpretan The Moon Song, compuesta por Karen O. y Spike Jonze) para apoyar los momentos melancólicos del protagonista; el filme es un cálido y sutil relato tan improbable (hasta ahora) como creíble a cerca del amor entre un hombre y una máquina.
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l director canadiense Jean-Marc Vallée, de quien podemos recordar propuestas como la entrañable C.R.A.Z.Y. (2005) y el drama histórico La Reina Joven (Young Victoria; 2009), vuelve tras la cámara para compartirnos una historia sobre los avatares de un hombre recién diagnosticado con el virus del VIH y su lucha contra el sistema farmacéutico. Dallas Buyers Club está inspirada en el caso real de Ron Woodroof, un electricista, aspotador y cowboy de rodeo texano inmerso en la drogadicción, la promiscuidad y la homofobia que en 1986 es diagnosticado como portador de VIH y con un pronóstico de vida de 30 días; pero lejos de quedarse sentado a esperar el final de sus días, Woodroof investigó y buscó tratamientos que le ayudaran a controlar la enfermedad. Primero comenzó a tomar AZT, el único medicamento aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) para ser comercializado en Estados Unidos y que recibía gratuitamente en el hospital, pero los efectos secundarios del tratamiento (que la FDA jamás hizo públicos) lo llevaron al borde de la muerte. Woodroof se dedicó entonces a buscar tratamientos alternativos y descubrió que había ciertas medicinas antivirales, que aunque no estaban permitidas en Estados Unidos, eran mucho más efectivas como retrovirales que las de el 'tratamiento oficial' con AZT que se brindaban en los hospitales. Así, comenzó a contrabandear medicamentos antivirales desde distintas partes del mundo (principalmente México) que pudieron ayudar a los seropositivos a llevar una mejor calidad de vida, aunque claro, todo ello de manera clandestina y con la ayuda de Rayon, un transexual seropositivo con quien Woodroof se asoció para fundar el Club del título del filme y proveer los tratamientos alternativos a todos aquellos que pudieran costearlos.
Jean-Marc- Vallée realiza un estupendo trabajo como director al ofrecernos una historia sincera e inteligente, una mirada profunda a una época donde el SIDA era asociado con las personas homosexuales, pertenecientes a una comunidad que se volvió aún más marginada después de la pandemia a mediados de los años 80s, una plaga que quitó la vida a millones de personas, entre las que se encontraba el galán hollywoodense Rock Hudson, a quien se hace una breve referencia al inicio de la cinta. Craig Borten y Melisa Wallack, guionistas del filme, se alejan completamente de los biopics más tradicionales, pues además de compartirnos la desoladora historia de Woodroof y Rayon, ofrecen también una denuncia contra la FDA y las corporaciones farmacéuticas, quienes trabajan hombro con hombro para librar guerras contra todo que le que represente una amenaza contra sus medicamentos. Dallas Buyers Club no es una cinta fácil ni complaciente, es un inteligente y sensible relato sobre la tenacidad, un doloroso tratado sobre la determinación humana retratada a través de los soberbios trabajos de Matthew McConaughey y Jared Leto, quienes sufrieron transformaciones físicas sorprendentes para encarnar a Woodroof y Rayon, respectivamente, y son merecedores de todos los elogios -y premios- del mundo; veremos entonces, si su desempeño es reconocido en la próxima entrega del Oscar (próximo 2 de marzo) donde ambos están nominados como Mejor Actor y Mejor Actor de reparto. Mientras tanto, el visionado de la cinta está mucho más que recomendado a partir del próximo 7 de febrero aquí en México.
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on Gravity, el mexicano Alfonso Cuarón alcanza uno de los logros técnicos más grandes en la historia del Cine (sí, ese que se escribe con mayúsculas) y replantea el uso del lenguaje cinematográfico en el cine de acción. Partiendo de una premisa en extremo sencilla y más que conocida por todos aquellos que han visto el trailer -un par de astronautas queda a la deriva tras ser impactados por los restos de un satélite ruso que ha sido destruido-, Cuarón apuesta por los planos secuencia (el primero de más de 15 minutos es apabullante) para plasmar en pantalla el relato de supervivencia que coescribió con su hijo Jonás. A través de las extensas secuencias 'sin cortes', se apela principalmente a la propagación de esa sensación de miedo, angustia y claustrofobia por la que atraviesan los astronautas, sobre todo la novata Dra. Ryan Stone (es decir Sandra Bullock), pues en su primera misión espacial tiene que enfrentarse a la mayor de las pesadillas de un astronauta. Y es que a lo largo de las secuencias, el cineasta mexicano se inclina más hacia el uso de las distintas herramientas que ofrece la gramática cinematográfica (en la misma escena se va de los encuadres, a los close ups, al plano subjetivo, pasando por diversos ángulos de las tomas, etc.) para sumergirnos en una 'experiencia cinematográfica' que se ve complementada a la perfección por la preciosista fotografía de Emmanuel 'Chivo' Lubezki, por el extraordinario diseño sonoro y por el más que justificado uso del formato 3D, planteando con ello una nueva manera de hacer cine de acción, igual de dinámico, igual de trepi-
dante (incluso más, tal vez), pero sin la necesidad de hacer decenas de cortes en una escena de escasos minutos. Gravity es cine poderoso, honesto y humano, sin trampas sensibleras y cargado de alegorías sobre el renacimiento del ser humano (Bullock flotando en posición fetal o dando sus 'primeros torpes pasos' -cuando la vean lo entenderán-) tras un evento catártico (aquí tal vez muy extremo) y la fuerza vital que nos lleva a intentar sobrevivir a como dé lugar; y si bien es cierto que las alegorías podrían llegar a ser bastante obvias (ok, sí, lo son), no implica que sean menos efectivas. Es una cinta de acción espectacular (todo en el aspecto técnico es impecable) salpicada de breves momentos dramáticos que ayudan a la audiencia a conectar exitosamente con la historia y sus personajes. George Clooney interpreta correctamente (y no esperábamos menos de este carismático histrión) al experimentado Matt Kowalski, aunque la verdadera estrella es, sin duda alguna, Sandra Bullock, pues en su personaje recae toda la acción del filme, resolviéndolo con un trabajo por demás sobresaliente, aunque bajo mi humilde juicio, no es como para el Oscar (como han señalado muchos). Gravity es una experiencia cinematográfica que no da un minuto de respiro, no sólo por la trepidante premisa, sino porque visualmente es majestuosa (no hay ningún plano que no sea simplemente hermoso); una cinta que, a diferencia de otras, se debe presenciar en 3D, pues es parte esencial para que se experimente cabalmente. Cine de alta calidad, y sin duda alguna, de lo mejor que ha producido la industria hollywoodense este año. 66
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nos jovencísimos Hugh Grant y Kristin Scott Thomas dan vida a la pareja estadounidense conformada por Nigel y Fiona, quienes deciden hacer un viaje en crucero de Estambul a la India para celebrar su séptimo aniversario como feliz matrimonio. A bordo de la gran embarcación conocen a la exuberante Mimi y a su lisiado esposo Oscar (interpretados respectivamente por Emmanuelle Seigner y Peter Coyote), un enigmático dúo que cambia drásticamente el rumbo de vida de la pareja cuando Oscar, al notar el evidente deseo que Nigel siente por su esposa, le propone que intente seducirla, pero antes debe escuchar la historia que relata cómo fue que se conocieron y cómo terminó él en silla de ruedas. Luna Amarga (Bitter Moon; 1992), adaptación de la novela de Pascal Bruckner, es una interesante y sorprendente aproximación a la naturaleza humana a través de la sexualidad, es visitar un tétrico y recóndito universo en el que Roman Polanski nos embelesa con las eróticas imágenes y las situaciones de la historia que Oscar relata a Nigel, las cuales, a pesar de que para algunos puritanos e hipócritas persignados (como el personaje de Hugh Grant) pudieran parecer repugnantes, no podemos dejar de verlas. La obsesión y la lujuria se hacen presentes en todo el metraje de la cinta que nos sumerge a lo más profundo de la psique humana, de donde, en la noche del 31 de diciembre y con un mar agitado que ameniza la fiesta de bienvenida para el nuevo, surgen las más tenebrosas, retorcidas y co dependientes relaciones que envuelven a las dos parejas en un trágico destino. 68
El Festival Internacional de Cine de Morelia en coordinación con Warner Brothers presenta en Pátzcuaro: Gravity, dirigida por Alfonso Cuarón. Con esta proyección inicia un ciclo de funciones cada jueves y domingo de 2014 en Pátzcuaro, y viernes y sábados en Santa Clara del cobre, Tacámbaro (Pueblo Mágico), Tzintzuntzan, Quiroga y Zacapu. Habrá otros eventos.
Se acerca la 4a. edición del FICUNAM y ya se han dado a conocer algunos pormenores de lo que nos tienen preparado del próximo 27 de febrero al 9 de marzo: The Wind Rises, la película con la que Hayao Miyazaki se despide como director (y la cual está nominada al Oscar como Mejor Película Animada) será la encargada de inaugurar el festival en el que también tendrá su estreno la nueva cinta del realizador Sion Sono: Why Don't You Play In Hell! Talleres, retrospectivas, exposiciones, pláticas con los realizadores, encuentros de escuelas de cine y autocinema, es sólo una parte de lo que se podrá disfrutar en el FICUNAM.
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ste mes, el suspenso y el terror regresan a la pantalla nacional con el estreno de la segunda temporada de Niño Santo, el serial producido por Canana y televisado por Once TV México (o Canal Once) que continuará con la historia inspirada en la vida del Niño Fidencio, uno de los más famosos curanderos que han existido en México. En los seis capítulos de la primera temporada, un mortal brote epidémico comienza a afectar a la zona sur del país, por lo que las autoridades sanitarias envían a tres jóvenes con el fin de vacunar a la población de la región y prevenir con ello la expansión de la epidemia. Durante el trayecto, Lucía, Damián y Farca (Karla Souza, José María de Tavira y Francisco de la Reguera, respectivamente) atraviesan la población conocida como 'Aguazul', cuyos habitantes se niegan a ser vacunados y ven como una amenaza la visita de los jóvenes, incluso son advertidos por el médico del poblado
de no intentar vacunar a las personas de la localidad. En el lugar, comienzan a presentarse extraños fenómenos relacionados con el famoso 'Niño', el joven curandero que se ha convertido en el líder espiritual de la comunidad y quien confronta a los científicos argumentos de los médicos con las posibilidades de la fe. En esta segunda temporada, Lucía ha logrado escapar de Aguazul y se encuentra con Farca, quien ha vivido en la selva con la obsesión de saber lo que verdaderamente se esconde tras las sanaciones milagrosas del 'Niño', por lo que hará cualquier cosa para hacer que Lucía regrese con él a la comunidad, incluso atentar contra la propia salud de Lucía. Mientras tanto, Damián, tras ser secuestrado por 'La Serpiente', es ahora un miembro activo y militante en la comunidad rural del 'Niño'. Además, la llegada al lugar de una periodista, podría poner al descubierto ante el mundo todos los secretos de 'Aguazul'. 70
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l serial Juego de Tronos (Game of Thrones; 2010-) no es una propuesta más de la televisión estadounidense, ya que se ha convertido en toda una experiencia y su visionado no se parece al de ninguna otra serie. Con el pronto arribo de su cuarta temporada (en abril próximo que para un fan pareciera tan lejano aún), se ha convertido en un fenómeno de culto televisivo, y no es para menos, pues la adaptación a la gran pantalla de las novelas de George R.R. Martin han roto los paradigmas establecidos de la televisión con despliegues en sus valores de producción altamente notables, como ese inolvidable penúltimo capítulo de la segunda temporada con la batalla naval. Game of Thrones nos replantea el término 'medieval', conjugando trágicos ecos shakesperianos con el cine de aventuras medievales, en donde siete
reyes buscan el Trono de Hierro en el ficticio Reino de Westeros, ésto a través de una historia compleja, llena de conspiraciones, traiciones, sexo (incluyendo entre hermanos) y mucha, mucha sangre. Este mes, se edita finalmente en formato casero la tercera temporada de la serie, la cual se ha convertido en la más polémica de las tres entregas emitidas (hasta ahora) por los sucesos ocurridos en la recta final de ésta, donde no se hicieron esperar las sorpresivas muertes de personajes tan entrañables que se habían convertido en los favoritos de la gran mayoría de los fans (me incluyo) alrededor del mundo. Imprescindible su adquisición para los amantes de la serie, para quienes servirá como perfecto preámbulo para la cuarta temporada por la que ya estamos salivando. 71
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