CELULOIDE DIGITAL - MARZO 2014

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ablar en esta ocasión de Spider-Man me pone la carne chinita de la emoción. Cuando muchos no le tenían fe al nuevo Peter Parker (Andrew Garfield), e inclusive tuvo muchas burlas en Inglaterra por su selección para interpretar al arácnido , la película tapó muchas bocas, las mejores pruebas son que le fue bien fue la taquilla y recabó más de 260 millones de dólares, siendo el reinicio de una franquicia que más billetes verdes ha recaudado. Aunque en Estados Unidos no logró superar a la anterior trilogía, a nivel mundial sí fue un gran éxito. En esta ocasión vemos a un Peter Parker muy diferente, más maduro e intrigado con lo sucedido a sus padres, vemos más villanos, el regreso del Duende Verde, Rhino, y a Electro, interpretado por el increíble Jamie Foxx. En el tráiler de esta nueva entrega vemos muchas cosas increíbles como el laboratorio secreto, por llamarlo de alguna manera, de Richard Parker, veremos a los Padres de Peter, un increíble traje mecánico de Rhino y el cómo se convierte en archivillano el fantástico Electro. ¿Muchas escenas de acción?, de seguro las habrá. ¿Qué sucede con Gwen Stacy?, no lo sé. ¿Serán equitativas las escenas de pelea entre nuestro héroe y los tres archivillanos? Esperemos que sí, aunque ya aquí en México, como siempre, sus cambios de nombre en las películas, ya nos pude decir que quizá electro tendrá mayor aparición en pantalla ¿Valdrá la pena verla en 3D? Yo creo que sí. No queda más que esperar a su gran estreno y que los norteamericanos se mueran de envidia por que la tendremos dos semanas antes en nuestro país.

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esulta increíble lo que sentí al ver este film, y para ser sincero, esta es la primer película del reconocido director que yo veo. La cinta está basada en el libro de Georges Bernanos, que retrata la desgraciada vida de una niña, en este caso Mouchette una adolescente de aproximados 13 años. Para comenzar el film, el director muestra una secuencia que resume todo lo que la niña padecerá tras la muerte de su madre, y de forma inmediata, vemos a los adultos involucrados en el inicio del fin de la vida de esta niña. Mouchette tiene que cargar en sus hombros tareas que son inimaginables e indeseables para cualquier niña de sus edad, cuidar a su hermano casi recién nacido, cuidar en todo a su convaleciente madre y tener que soportar los malos tratos de su alcohólico padre. Con esos problemas en mente y tener que sufrirlos día tras día, el carácter de la niña se torna difícil y muy rudo hacia sus compañeras de escuela y el resto de la gente del pueblo -no se molesta en insultar desde quienes la fastidian hasta quienes le ofrecen ayuda-; podría decirse que todo su odio, rencor e ira se ve descargado con sus semejantes. Un día decide no irse directo a su casa tras terminar la escuela, lo que resulta en una noche donde la 'inocencia' de Mouchette se verá alterada y definitivamente perdida. El trabajo de Bresson al llevar esta obra a la pantalla, se puede calificar de magistral, siguiendo con el ya clásico estilo del cine francés, al mostrar lo desgarrador que puede ser la vida de un ser inocente (niños y adolescentes), y enfrentarse a las adversidades (duras pero reales) de la vida, una vida donde los padres (guías nuestros) no pueden o no muestran el afecto y atención debidos; todo lo anterior llevado con un excelente respeto y creo yo, con una habilidad tremenda por este director. Su dirección, acompañada de la muy bien realizada fotografía hacen de Mouchette otro gran clásico del cine mundial digno de aplaudirse, respetarse y reconocerse como lo que es, un clásico total. No puedo terminar sin antes mencionar el gran trabajo de la joven que encarna a Mouchette, sin duda ella logra transmitir ese 'algo' que hace que uno como espectador se sienta desgarrado y con mucho dolor o tristeza. ¡GRAN PELÍCULA!

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a ópera prima de Humberto Hinojosa se centra en la historia de amistad entre José (Christian Vázquez) y el Kumbia (Rodrigo Corea), dos inseparables jóvenes que se ganan la vida pastoreando los borregos en el rancho de su patrón Don Leandro (Edmundo Leaño). José nunca conoció a su padre y a la edad de cuatro años quedó huérfano de madre, criándose en un convento bajo el cuidado del párroco del pueblo (interpretado por Carlos Aragón); Kumbia creció sin una figura paterna pero se crió al lado de su madre y sus hermanas, quienes una a una, se fueron 'al gabacho' con sus respectivas parejas, dejándolo al cuidado de su 'aguë'. Harto de los maltratos de Jerónimo (Iván Arana), el hijo de su patrón, José idea un plan para sacar todos los borregos del rancho, venderlos y cumplir su sueño de un futuro mejor, pero las cosas se complican cuando una chica llamada María (Ximena Romo) regresa al pueblo y comienza a coquetear con él, a pesar de ser cortejada por Jerónimo. En Oveja Negra, que no hay que confundir con La Oveja Negra de Ismael Rodríguez y protagonizada por el inmortal Pedro Infante, el director debutante echa mano de locaciones en el pueblo de Malinalco, ubicado en el Estado de México y donde pasó los veranos de su infancia, para hilvanar una historia (también de su autoría) que recuerda 10

mucho a las películas mexicanas de la Época de Oro del Cine Mexicano, pues utiliza elementos de la comedia y tragedia de los filmes de aquella época. La química entre los protagonistas resulta fascinante y brinda frescura a la propuesta, sobresaliendo en ella el trabajo de Rodrigo Corea como Kumbia, el jovial amigo de José. Estrenada en 2009 en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde resultó ganadora del Premio del Público y galardonada con el premio FIPRESCI (de la Federación Internacional de Críticos) a la Mejor Ópera Prima, Oveja Negra es una película que no busca otra cosa más que hacer pasar un buen rato al espectador, una misión que queda por demás sobrepasada, ya que ofrece una historia entretenida y emotiva sobre la amistad incondicional y el primer amor, pero evitando caer en sentimentalismos fáciles; también hay que recalcar que utiliza giros interesantes hacia el tercer acto del filme y entrega un final muy alejado de los acostumbrados 'happy endings'. Humberto Hinojosa está por estrenar en cartelera comercial su más reciente cinta, I Hate Love/Odio el Amor, donde Christian Vázquez vuelve a tener el rol protagónico, y con la que se llevó el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2012.


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ollywood, para variar, le ha echado el ojo a otra obra de culto extranjera para recrearla bajo sus propios parámetros. En esta ocasión, la película en turno es ni más ni menos que Oldboy, película surcoreana del año 2003 inspirada en el manga homónimo de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, y dirigida por el gran Park Chanwook. En esta nueva versión, el director Spike Lee, ya muy lejos de su estatus de culto, nos presenta a Joe Doucett, un cínico ejecutivo publicitario interpretado por Josh Brolin, que es secuestrado y mantenido en aislamiento en lo que parece ser una habitación de hotel durante dos décadas, lapso durante el cual se entera, a través de la televisión, que su mujer ha sido asesinada y el principal sospechoso de la muerte es él mismo. Tras veinte años sin explicación alguna sobre su reclusión, el hombre es liberado con la única misión de descubrir el paradero de su hija y encontrar al cruel personaje que orquestó su secuestro y cautiverio, aunque descubrirá que la conspiración de la que ha sido víctima está aún muy lejos de llegar a su fin. Spike Lee prueba alejarse lo más posible de ofrecer una copia al carbón de la cinta original e intenta llevar la película por otros senderos muy diferentes a los utilizados por el cineasta surcoreano, llegando incluso a desarrollar algunas ideas interesante y no presentes en la Oldboy original, como por ejemplo la escena del roedor y sus crías en el cuarto de hotel, que representa hasta entonces la única compañía para el ya mentalmente descompuesto protagonista o ese final

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del personaje central que resulta muy distinto al de la primera versión. Sin embargo, el director falla en este intento, pues amén de tener que entregar -por presiones del estudio- un corte de apenas 104 minutos, en el camino despoja al personaje de casi todos sus conflictos internos y su introspección es casi nula, perdiendo con ello toda la visión y el sentido tan particular sobre la venganza con la que Chan-wook impregnó su cinta hace ya una década. Y si también tenemos que las interpretaciones del reparto resultan por demás mediocres -sobre todo del sobrado Sharlto Copley como el villano de la cinta y un Josh Brolin que a duras penas se salva-, entonces el resultado es realmente intrascendente y anodino. Oldboy es un remake del montón que termina siendo un thriller cualquiera, todo lo que hizo grande a la cinta surcoreana no aparece aquí por ningún lado, no hay una buena propuesta audiovisual, no hay sofisticación en las peleas, la famosa secuencia del martillo que atestiguamos casi sin cortes en el filme original, aquí es sustituida por una serie de escenas de acción editadas con una mezcla de sonido casi de carácter genérico. Y no es que la Oldboy de Park Chan-wook sea intocable -que tenga carácter de culto no la hace insuperable (todo puede ser superado) ni mucho menos le otorga un derecho a no ser reelaborada-, sino que la oportunidad de reinterpretar una historia, como esta, con mucho potencial, ha sido desperdiciada terriblemente, ese posiblemente sea su mayor desacierto.


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on un título que alude a la presencia de las coristas afroamericanas en el escenario de manera cercana a los cantantes más famosos del planeta, pero muy alejadas del gran estrellato, el documental 20 Feet from Stardom (Dir. Morgan Neville) da un espacio y pone bajo los reflectores a esas voces armoniosas que todos seguramente hemos escuchado pero no conocemos sus nombres; esas voces que han acompañado a varios de los artistas más grandes pero que, en ocasiones, no han tenido la oportunidad de expresar quienes verdaderamente son. Intérpretes como Bruce Springsteen, Stevie Wonder, Sting, Bette Midler y Mick Jagger, son algunos de los cantantes que comparten sus experiencias al lado de estas voces privilegiadas y poseedoras de grandes registros y variados estilos, voces a las que incluso varios cantantes de rock y pop han recurrido a lo largo de los años para lograr un nuevo sonido en sus producciones discográficas. A lo largo de 91 minutos, acompañamos a cantantes como Tata Vega, Lisa Fischer, Darlene Love, Merry Clayton y Claudia Lennear, así como al trío de la familia Waters, por un recorrido desde los grandes años de gloria y sus trabajos con artistas como Ray Charles o David Bowie, hasta conocer cómo se desenvuelven en sus vidas cotidianas hoy en día, la mayoría de ellas bastante

alejadas de los escenarios, y algunas, bastante decepcionadas o frustradas por no haber alcanzado la fama mundial, aunque siempre felices por haber pertenecido a ese mundo de la música por lo menos algunos años. Además, hay un acercamiento a Judith Hill, cantante de 29 años que actualmente busca alcanzar la fama después de haber trabajado (como corista por supuesto) con Kylie Minogue y Michael Jackson, y haber participado en la versión estadounidense de The Voice. El realizador Morgan Neville nos ofrece una mirada melancólica al pasado glorioso de sus protagonistas, pero también representa una valiente declaración sobre el precio de la fama y sobre el cómo hay muchas cantantes que no están dispuestas a continuar con ese estilo de vida, pues de haber continuado en ese camino, no estarían aquí hoy en día, y por el contrario, habrían muerto de sobredosis hace ya muchos años, tal y como se atreve a confesar la cantante Tata Vega tras haber vivido una carrera, si bien llena de satisfacciones, también llena de desencantos y traiciones. 20 Feet from Stardom, ganador del Premio de la Academia en la pasada entrega del Oscar, es un documento histórico-musical entrañable sobre las historias jamás contadas de las mujeres ocultas en el escenario bajo las sombras de los 'grandes' artistas.

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osé Luis Valle, realizador de origen salvadoreño, escribe, produce y dirige Workers, una cinta que surge de una conversación con su padre donde éste le dijo: "Yo ya no puedo hacer planes a largo plazo". Partiendo de esta simple línea, el director plantea una reflexiva historia sobre la marginación de dos trabajadores mayores que de pronto se enfrentan a un futuro incierto y a las decisiones que se ven obligados a tomar y que significan una especie de rebelión personal. Workers narra la historia de dos trabajadores víctimas de la injusticia en contra de sus derechos y su dignidad. Por un lado, tenemos la historia de Lidia (Susana Salazar), una empleada doméstica que ha trabajado toda su vida para su Patrona (interpretada por Vera Talaia), quien súbitamente muere dejando toda su herencia a su perra 'Princesa', una galgo completamente mimada y tratada, literalmente, como miembro de la realeza a la que ahora deben servir todos los empleados de la casa (desde las sirvientas hasta el chofer), ésto hasta que la mascota muera de causad naturales y los empleados puedan disponer de la herencia, como bien lo marca el testamento; por otra parte, tenemos a Rafael (un impasible Jesús Padilla), un leal empleado de una fábrica de focos (Phillips),

que tras tres décadas de ferviente de servicio hacia la empresa -sin faltar un sólo día a trabajar y sin tomar un sólo día de vacaciones-, ve sus planes de jubilación frustrados por su situación como ilegal, por lo que debe seguir laborando en la compañía. Desde la primera escena del filme, una larga secuencia en las playas del Océano Pacífico entre la frontera México-Estados Unidos, el trabajo del cinefotógrafo César Gutiérrez nos marca el pausado ritmo que imperará a lo largo de los 123 minutos de la cinta. Workers, a través de las excelentes (y muy contenidas) interpretaciones de Susana Salazar y Jesús Padilla, es una exploración a un par de personajes grises, pusilánimes, que ajenos al conocimiento sobre sus derechos, actúan por instinto para poder sobrevivir tras largas décadas de servicio hacia personas (o compañías) de quienes jamás recibirán reciprocidad alguna. El trabajo fílmico de José Luis Valle destaca por la claridad de su discurso (no se va por las ramas, es directa); es una muestra de la situación social/laboral no sólo en la zona fronteriza de nuestro país, sino de todo México, un tratado sobre la exclusión social y sobre las personas que se mueven en la periferia de la vida. 16


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oy feliz, si no fuera feliz no hubiera hecho las tonterías que hice, no me hubiera puesto chichis”, cuenta una actriz transgénero que después de tener una carrera fructífera como actor infantil, y como bailarín e imitador en la adolescencia, actualmente se encuentra en el olvido, pero con la certeza de haber hecho lo correcto. Quebranto es un largometraje documental dirigido por Roberto Fiesco que plasma la transición vivida por un hombre que a una edad madura se dio cuenta que quería ser mujer, el éxito a una edad en la que él no comprendía la dimensión de las cosas, confusión por su sexualidad en la adolescencia, temor por cambiar de género a una edad adulta, y las puertas que le fueron cerradas por ser una mujer y actriz trans. Fernando García, actualmente Coral Bonelli, fue actor infantil en los años setenta, mejor conocido como Pinolito, inició su carrera imitando al cantante Raphael, después incursionó en el cine en películas como Los hijos de los pobres de Rubén Galindo y Fe, esperanza y caridad junto a Jorge Fons, Katy Jurado y Julio Aldama. Años después fue bailarín en el Teatro Blanquita, donde experimentó y des-

cubrió su orientación sexual, pero no fue hasta su edad adulta, cercana a los 50 años, que después de una presentación en la que imitaba a Lucha Villa se fue vestida así hasta su hogar, donde decidió y anunció a su madre que a partir de ese momento iba a ser mujer. Coral narra que de no haberlo hecho probablemente hubiera llegado al suicidio. “Me preocupaba que entrara a un charco de lodo que no conocía; no sabía lo que era ser mujer” relata la madre de Coral. Y lo que vino después, ya como mujer, fue el rechazo, el estigma y la falta de oportunidades laborales, orillada por algunos años a ejercer como trabajadora sexual. Sin embargo, el retrato que hace Fiesco de Coral, es el de una vida plena y feliz a pesar de las circunstancias y pesares que ha vivido, ella sigue tocando puertas para volver a actuar, da clases de baile, continúa imitando a Lucha Villa y a Lupita D'Alessio, y vive tranquilamente con su madre. “No me arrepiento… hay que seguir viviendo” dice en un momento la actriz cuando se le cuestiona si ha valido la pena cambiar por completo una vida de más de treinta años, “ahora puedo ser yo, yo, yo”.

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on su ópera prima, un remake al clásico de culto Dawn of the Dead de George A. Romero, el director Zack Snyder se colocó en el radar de la industria hollywoodense, logrando con ello su segundo trabajo tras la cámara bajo una gran producción de la industria, y entregando una de las mejores adaptaciones de cómics o novelas gráficas a la pantalla grande. Inspirada en la novela gráfica homónima original de Frank Miller, 300 (id. 2006) nos sumergió en la encarnizada batalla del Rey Leónidas (Gerard Butler) y los tres centenares de espartanos que defendieron a su ciudad de los ejércitos del autoproclamado Rey Dios persa Xerxes (Rodrigo Santoro) en la famosa batalla de las Termópilas casi cinco siglos antes de Cristo. Con este filme, Snyder nos ofreció por primera vez un vistazo a su muy particular estilo y técnica visual que utilizaría también en sus proyectos posteriores como Watchmen; esto es, el uso de numerosos elementos generados por computadora -como la sangre digital- y filmada casi en su totalidad sobre green screen, así como la explotación del instrumento narrativo de alteración de la velocidad en las peleas cuerpo a cuerpo. Así, el uso de 'slow motion' nos permitió apreciar a detalle los sanguinarios enfrentamientos de Leónidas y sus hombres contra las hordas persas. El impacto visual causado por 300 inspiró a otras producciones cinematográficas como Inmortales (Immortals, 2011), e incluso televisivas como el caso de Spartacus (2010-2013), y con el éxito obtenido de manera global por 300 -más de $450 mdd en todo el mundo-, la idea de una secuela se esparció casi desde el estreno de la cinta original, pero no había una novela gráfica que continuara con la historia de los espartanos y Zack Snyder ya estaba comprometido con otros proyectos como director, por lo que el proyecto se fue postergando. A ocho años de distancia, un nuevo filme sale a la luz. 300: El Nacimiento de un Imperio (300: Rise of en Empire; 2014) es una proyec-

to bastante peculiar, puesto que en realidad no podríamos calificarlo como una secuela de la cinta de Snyder, quien aquí únicamente funge como productor ejecutivo y cede su lugar como director al israelí Noam Murro, sino que podríamos denominarla como una suerte de spin-off de la historia original, ya que presenta hechos acontecidos antes, durante y después de la batalla de las Termópilas relatada en la original 300. En la película vemos al general Temístocles (un carente de carisma Sullivan Stapleton) defender las costas de Maratón, Grecia y derrotar al ejercito naval persa del Rey Darío (Igal Naor); los sucesos de esta fatídica batalla repercuten en el futuro de Persia y derivan en el origen de Xerxes -hijo del Rey Darío y encarnado nuevamente por Santoro- como un Rey Dios, quien inicia la guerra en contra de toda Grecia. Desde aquí comienza la narración en pantalla de los hechos que ocurren de manera paralela a los de la cinta de Snyder, vemos a Temístocles enfrentarse a la flota de Xerxes comandada por la letal y eficaz estratega Artemisa (Eva Green) mientras nos enteramos que el Rey Leónidas se enfrenta, con 300 espartanos, a los ejércitos persas en las Termópilas. Finalmente, el tercer acto del filme es un vertiginoso epílogo que muestra lo ocurrido tras la derrota de los espartanos y la alianza de éstos con los atenienses liderados ahora por Temístocles y la Reina Gorgo (nuevamente Lena Headey) que busca vengar la muerte de Leónidas. Noam Murro se encarga de dar continuidad a la franquicia de una forma decente al replicar la formula al pie de la letra, el estilo visual de Snyder se mantiene y se respeta a lo largo de todo el filme pero exponenciando la oferta todos los elementos: más líneas poéticas y grandilocuentes, más batallas, más sangre, más sexo, más de todo, pero sin llegar jamás al hartazgo, y con un muy cuidadoso y eficiente uso de formato 3D. La historia, escrita por el mismo Frank Miller en su novela gráfica 'Xerxes' y adaptada por Zack Snyder y Kurt Johnstad, 21

además del paralelismo temporal que guarda con la historia de los espartanos, también guarda paralelismos en cuanto a su estructura narrativa del filme previo, a la que podríamos considerar prácticamente idéntica, reafirmando también en este sentido su carácter de 'formula' establecida. Tenemos una voz en off que nos cuenta la historia, tenemos a un general liderando a un muy limitado número de soldados ateniense en contra de los inmensos batallones de Xerxes, también hay un intento por persuadir al enemigo para que acepte su rendición a cambio de riquezas y poder, con la diferencia que en ésta escena las negociaciones llevan a un acto sexual consumado tan pasional como violento por parte de Artemisa y Temístocles, dejando un poco lejos aquella secuencia ambiguamente homosexual donde Xerxes quiere alcanzar la rendición de Leónidas a cambio de convertirlo en general de sus tropas y que expanda su dominio por toda Europa; existe también una subtrama que involucra una breve historia de un padre y su hijo peleando hombro con hombro en el ejército y que, al igual que en la anterior, desemboca en la fatídica muerte de uno de ellos. 300: El Nacimiento de un Imperio se ocupa no sólo de dar continuidad a la historia de los espartanos, también funciona como una expansión de toda su mitología al darnos más información sobre las motivaciones de sus personajes, como en el caso del origen de Xerxes o las reflexiones bélicas de Temístocles; la película ofrece cohesión a los elementos de todo un universo cinematográfico que se ha cocinado con receta de eficacia ya comprobada para ofrecer toda una franquicia sólida de la cual, seguramente, pronto tendremos noticias sobre una nueva entrega. Mientras tanto, aunque bien no resulta superior a la original, 300: El Nacimiento de un Imperio mantiene sus estándares tanto de calidad como de entretenimiento y la hacen una digna secuela que rompe con la regla que dicta que segundas partes nunca fueron buenas.


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a primera vez que lo note fue la segunda semana desde que él se fue. Intenté salir a comprar fruta y no pude, al llegar a la puerta del edificio me pregunté a mí misma si en realidad la necesitaba y si no podía esperar más tiempo ¿Qué tal si volvía mientras no estaba? Hacía dos semanas él se había ido, después que había rechazado su propuesta de matrimonio. No es que no quisiera casarme, sino que no quería terminar encerrada en una casa, ahora me parecía irónico pero en su momento tenía mucha lógica. No noté que hacía un mes no salía de la casa hasta que tuve ir a pagar el alquiler, tenía un poco de miedo de salir de la casa así que hice todo online, el internet es una maravilla. Recuerdo bien en mis clases de sociología, que el profesor nos aseguraba que “el ser humano es un ser social, necesita relacionarse con otras personas para sobrevivir, por ejemplo, al hablar con los dependientes de las tiendas ¿o dónde piensa ir a comprar el queso y el pan?” resulta que se puede vivir sin queso y que hay recetas online para hornear pan. El tiempo es difícil de medir si no tienes un modo de saber cuándo termina un día y cuando inicia otro, mi trabajo de programador me proporcionaba con horarios raros y a final de la jornada terminaba durmiendo por la mañana y a veces por las tardes no me di cuenta exactamente cuando pasaron pero cuando lo noté ya llevaba varios meses sin salir. Eso era todo, estaba condenada a morir sola y triste en un pequeño departamento y el gato se comería mi cadáver.

A veces pensaba que me había dejado, pero si así hubiera sido se habría llevado sus cosas ¿o no? Luego me convencía a mi misma que estaba muerto aunque… No había recibido ninguna llamada de la morgue. —¿Alguien en casa?— Mis pensamientos lúgubres fueron interrumpidos por alguien que golpeaba a la puerta y llamaba animadamente— ¿Hola? Escuché susurros y risas, suspiré al escuchar sus pasos alejarse, no tendría que abrir la puerta. —¿Hola?— Volvió a llamar a la puerta la misma persona, lo podía ver por la mirilla. —Ya te dije que ella no ha salido desde hace varios meses, sólo el casero la ve y ni siquiera él nos dice cómo es o cuál es su problema. —Dijo alguien del otro lado de la puerta, intentando convencer a la otra persona para que se fueran, le dio un golpe en la parte posterior de la cabeza y se alejo rápidamente al imaginar que el más alto haría lo mismo, no pude evitar reír. —¿Qué fue eso?—Dijo la misma persona al escucharme reír. —Nada, —dijo la primera voz— de haber sabido de ante mano que eras tan chismoso no habría accedido a mudarme contigo. Esperé a que se fuera y reí nuevamente, seguro eran amigos o hermanos. Comencé a imaginar cómo eran, había visto el camión de la mudanza y habían descargado caballetes y varias pinturas enmarcadas entre otras cosas. Seguro era un artista. Estaba a punto de volver a mi trabajo, también conocido como mi computadora, cuando vi una hoja de papel caer por 23

un costado de la puerta. “Me acabo de mudar con mi hermano e insistió en hacer una fiesta para que conozca a sus vecinos. Te vi en la ventana, espero que vengas” De algún modo me encontré considerando la invitación seriamente, afortunadamente tuve que trabajar y me salvó de la letanía de pros y contras sobre salir o no de mi departamento. Estaba tomando un descanso, necesitaba un poco de café, cuando escuche unos golpeteos discretos en la puerta, sintiéndome audaz abrí la puerta. —Hola, soy tu nuevo vecino. —Sonrió el extraño— ¿Puedo pasar? No reconozco a nadie ni puedo unir tanto nombre a tantas caras nuevas. Mi nuevo vecino entro antes de obtener respuesta a su pregunta, cerrando la puerta tras de sí al escuchar a quien asumía era su hermano buscándolo. —¿Qué haces? No puedes entrar a la casa de alguien que no conoces así como así. ¿Eres un criminal o algo similar? ¿Me estás secuestrando? —Comencé a discutir, al escucharme pensé que, tal vez, aun había esperanzas para mí y no tenia que morir y ser devorada por el señor botas.


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on su sexta película, La Gran Belleza (La Grande Bellezza; 2013), el director italiano Paolo Sorrentino ha conseguido el codiciado Oscar en la categoría a Mejor Película Extranjera, además de haber obtenido también ya el Golden Globe en la misma categoría y haber estado nominado a la Palma de Oro en Cannes como Mejor Película premio que finalmente se llevara La Vida de Adele (La Vie d’Adèle) de Abdellatif Kechiche. Pero la carrera del también guionista comenzó en la década de los 90 con sus cortometrajes Un Paradiso (1994) y L'Amore non ha confini (1998); ya en el nuevo milenio, en 2001, el realizador entregó su ópera prima, L'uomo in piú, una comedia negra ubicada en la década de los 80 con dos hombres que comparten no sólo el mismo nombre, Antonio Pisapia, sino también la fecha de nacimiento. Uno cantante (Toni Servillo, desde aquí, actor fetiche del director) y otro futbolista (Andrea Renzi), ambos se encuentran en un momento decadente de sus vidas y ven como sus destinos se cruzan en el infortunio. Con su segundo filme, Le Conseguenze dell'amore (2004), obtuvo reconocimiento internacional, obteniendo incluso una nominación a la Palma de Oro en el festival de Cannes, donde también presentó su siguiente proyecto: L'amico di Famiglia (2006). Un par de años después llegó su primera nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera con Il Divo (2008) filme que se centra en la 25

figura de Giulio Andreotti, uno de los personajes políticos más controvertidos en Italia al convertirse en jefe de gobierno en siete ocasiones; Sorrentino expone las presuntas relaciones del político con la mafia de Sicilia, por lo que fue procesado durante la década de los 90 pero absuelto por falta de pruebas contundentes. En 2011, el director presentó su primera cinta hablada en inglés: This must be the Place, protagonizada por Sean Penn (como nunca se había visto), una road movie melancólica con tintes de thriller sobre el descubrimiento de la propia identidad, el perdón y la redención. El filme fue presentado en Cannes donde estuvo nominada a la Palma de Oro. Su más reciente cinta, La Gran Belleza (La Grande Bellezza) fue también presentada en Cannes el año pasado donde estuvo nominada a la Palma de Oro; la cinta, constituida por una serie de viñetas que tienen como elemento central al personaje de Jep Gambardella encarnado por Toni Servillo y que retratan la decadencia de la burguesía en la roma actual con grandes guiños/homenajes a la obra del maestro Federico Fellini, ha sido galardonada como Mejor Película Extranjera en los premios BAFTA, Golden Globes, y muy recientemente, en los premios Oscar 2014. La Gran Belleza será estrenada este mes en nuestro país, sin duda una inigualable oportunidad para dejarse fascinar por esta bellísima y extravagante obra italiana.


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FOTO:http://www.hollywoodreporter.com/sites/default/files/2014/02/hoffmanwalken_3108.jpg


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l pasado domingo 2 de marzo, el cuerpo del actor fue encontrado por su amigo David Katz en el baño del apartamento del actor con una aguja hipodérmica aún prendida de su brazo. Sobredosis, fue las obvia especulación respecto a su sorpresivo deceso, ya que no era del todo secreto su adicción a la heroína. Ahora sabemos que murió por la sobredosis accidental drogas, el actor de 46 años sufrió una intoxicación aguda por heroína, cocaína, anfetaminas y benzodiacepinas (tranquilizantes). Ante una pérdida como la de alguien del tamaño de Philip Seymour Hoffman, están de más las razones de su fallecimiento y, por el contrario, permanecen sólo las grandes interpretaciones, desde La Duda (Doubt; 2008) de John Patrick Shanley, pasando por Casi Famosos (Almost Famous; 2000) de Cameron Crowe, hasta Juegos de Placer (Booggie Nights; 1997), Magnolia (1999), o The Master: Todo Hombre necesita un Guía (The Master), las tres de Paul Thomas Anderson. Sin embargo,

quedan también en el imaginario todas las actuaciones que ya jamás nos ofrecerá después que lo veamos este año en A Most Wanted Man de Anton Corbijn y resucitado de manera digital para aparecer en Los Juegos del Hambre: Sinsajo I y II. El ganador del Oscar en 2006 por Capote (Dir. Bennett Miller) y su interpretación del autor de A Sangre Fría, no creía en los roles pequeños o grandes, creía, por el contrario, en la responsabilidad para con sus personajes a interpretar. Como gran apasionado del teatro, intentaba participar, por lo menos, en una obra al año, ya que decía que eso lo vigorizaba y era un buen descanso alejado de los sets de las películas. "El escenario puede ser más satisfactorio porque pasas más tiempo ensayando, y el cine es más técnico", declaró alguna vez el actor nacido en Nueva York. Con tres hijos que le sobreviven, se ha marchado uno de los mejores actores de la historia dejando un gran legado. Descanse en Paz.

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a ceremonia de la 86a entrega de los Premios del Academia transcurrió con escasas sorpresas (por no decir que ninguna) en cuanto a los premios otorgados, y con una divertida y acertada conducción por parte de Ellen DeGeneres, que si bien fue un tanto ácida, podríamos también considerarla como mesurada. 12 Años Esclavo (12 Years A Slave) de Steve McQueen fue la ganadora del premio más importante de la noche: Mejor Película, aunque sin duda la gran ganadora fue Gravedad (Gravity) de Alfonso Cuarón, una espacial odisea que le tomó seis años llevar a buen puerto, una titánica labor que se vio recompensada, además de los múltiples galardones ya recibidos alrededor del mundo, con siete estatuillas doradas incluyendo las de las categorías a Mejor Director -para Cuarón, claro está- y Mejor Cinematografía para Emmanuel 'Chivo' Lubezki, además de llevarse los premios a Mejores Efectos Visuales, Mejor Edición, Mejor Mezcla de Sonido, Mejor Edición de Sonido y Música Original. En las categorías histriónicas no hubo sorpresas y, como era de esperarse, tanto Matthew McConaughey como Jared Leto subieron al escenario a recoger su estatuilla como Mejor Actor y Mejor Actor de Reparto respectivamente por su sorprendente trabajo en Dallas Buyers Club del canadiense Jean-Marc Vallée. En lo correspondiente a las cate-

gorías a Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto, las favoritas Cate Blanchett y Lupita Nyong'o recibieron su Oscar por sus papeles en Jazmín Azul (Blue Jasmine) y la celebrada 12 Años Esclavo. Spike Jonze repitió la hazaña de los Golden Globes al llevarse el premio en la categoría a Mejor Guión Original por la estupenda y -nada común- cinta de ciencia ficción Ella (Her); el Oscar a Mejor Guión Adaptado fue para John Ridley por la adaptación a la pantalla de 12 Años Esclavo, la novela autobiográfica de Solomon Northup que derivó en la homónima cinta ganadora del premio principal de la noche. La sexta película de Paolo Sorrentino, La Gran Belleza (La Grande Bellezza), le colocó en sus manos su primer Oscar al resultar ganadora como Mejor Película Extranjera. La nueva cinta de Disney, Frozen: Una Aventura Congelada (Frozen) obtuvo el galardón como Mejor Película Animada, y en la categoría a Mejor Documental, 20 Feet from Stardom obtuvo la estatuilla. Aunque sin muchas emociones -prácticamente todos los premios ya estaban cantados- y con un humor reservado, la Ceremonia 86 del Oscar mantuvo su entretenido ritmo durante las tres horas, y entre pizzas y selfies (una de ellas la más retuiteada de la historia -hasta ahora-) se otorgaron los premios a los mejor de la industria hollywoodense.

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y French Film Festival es un festival francés en línea gratuito, organizado por UniFrance Films, que se disfrutó a lo largo de un mes -del 17 de enero al 17 de febrero de 2014-, y que este año logró captar 4 millones de visitas en línea en todo el mundo. La edición de 2014 batió un nuevo récord. Nos alegra saber que México se encuentra dentro de los países que más visitó la plataforma del festival y esperamos el próximo año se sumen más visitantes.

En China es dónde mejor ha funcionado el festival, principalmente en las plataformas Youku y Tudou, con 3,5 millones de visionados (+830%). El corto Séptimo Cielo, por sí solo, ha sido visionado 2,5 millones de veces y el largometraje Augustine, 350 000 veces. El número de cintas vistas en la página myFrenchFilmFestival.com también ha aumentado en un 20%, pasando a 230 000 visionados. El top de los 5 países con mayor número de visionados es el siguiente: China, Polonia, Rusia, México, Brasil. En cuanto a los territorios de pago, el número total de visionados aumenta en un 21%, con 46 000 alquileres frente a 38 000 en la última edición. En iTunes, por su parte, los resultados se han duplicado prácticamente. Por primera vez, paralelamente al evento en línea, se han organizado sesiones comerciales en salas, en Estados Unidos y Rusia, gracias a la colaboración pactada con la distribuidora americana Specticast. Además, por la red del Instituto Francés, hubo también varias decenas de sesiones no comerciales. El número de inscritos en la plataforma myFrenchFilmFestival.com ha sido de 100 000 internautas. El número de fans de la página Facebook del festival se ha duplicado en un mes, alcanzado los 180 000 internautas. El tráiler de presentación del festival acumula hasta la fecha 2,6 millones de visionados en el mundo.

Todos los filmes premiados se proyectarán a bordo de los aviones de Air France durante seis meses, a partir del verano de 2014. Los filmes galardonados se propondrán igualmente a una decena de compañías aéreas extranjeras, en virtud de un acuerdo concluido con la sociedad Skeye. Premio del Jurado de Cineastas extranjeros, presidido por Jean-Pierre Jeunet con Marco Bellocchio (Italia), Anurag Kashyap (India) y Frédéric Fonteyne (Bélgica). Boda en Mendoza de Édouard Deluc. Premio del Público (más de 30 000 votos registrados) Largometraje: Como un león de Samuel Collardey. Cortometraje : Mademoiselle Kiki y los Montparnos de Amélie Harrault. Premio de la Prensa Internacional (atribuido por diez periodistas de diarios extranjeros) Largometraje: La Vírgen, los Coptos y Yo de Namir Abdel Messeeh. Cortometraje: Antes de perderlo todo de Xavier Legrand. Premio de las Redes Sociales (jurado de 100 internautas de 20 países distintos, influyentes en Facebook y Twitter) Largometraje: A galope de Louis Do de Lencquesaing. Cortometraje: Arcilla de Michaël Guerraz.

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ofiane es un joven rudo con una facha agresiva que vive en un barrio violento de la periferia de Paris. Él es líder de un grupo de chicos sin oficio que dedican su tiempo a deambular por las calles buscando problemas, en sus miradas y su andar ellos reflejan una gran molestia e intolerancia a su propia historia. Sofiane es discreto, pero le gusta que la gente lo reconozca, vive en constante pelea con su padre, quien reclama el que no tenga trabajo y no aporte económicamente en casa. Además de todo esto esconde un gran secreto: se prostituye por internet, pero eso no le causa conflicto, lo que le molesta es aceptar consigo mismo que es con personas de su mismo sexo, Sofiane sólo acepta su homosexualidad mientras se prostituye, en su vida común él se define como un hombre. Algo llega a su vida que lo hace tambalear y tomar una fuerte decisión. Excelente corto con escenas violentas, que logran trasmitir el enojo de unos jóvenes inadaptados a su contexto, además del temor y dolor de la aceptación de una preferencia, todavía asfixiante para algunos. 32


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s una divertida comedia francesa dirigida por Édouard Deluc y ubicada geográficamente en Argentina, por lo que combina español, francés e inglés, un revoltijo de idiomas que los actores deben tratar de usar con el fin de poder comunicarse en un extraño país. Cabe destacar la simplicidad y facilidad de Philippe Rebbot para la comedia, con una pinta estrafalaria y despreocupada, él provoca un sinfín de aventuras que logran sacar buenas dosis de risas. Una pareja de hermanos franceses llega a Argentina para la boda de su primo; uno de ellos, el menor, es Antoine (Nicolas Duvauchelle) quien se siente destruido sentimentalmente ya que su esposa lo acaba de abandonar. Marcus (Philippe Rebbot) quien decide que ese viaje será un escape para su hermano menor y tratará por todos los medios sacarlo del bache sentimental en el que se encuentra. Marcus es muy ocurrente y ve la vida simple, decide que la vida nocturna -unas prostitutas y unos bares- podrían ayudar a su hermano a levantar el ánimo, cosas que no logran mucho en Antonie. por lo que deciden emprender el viaje en coche a Mendoza donde surgen amistades, encuentros con desconocidos que se vuelven parte crucial de sus aventuras. Como punto crucial los hermanos sufren un empático acercamiento, logran estrechar lazos que tenían perdidos, así comienzan una unión que difícilmente se podrá romper. El tiempo y las aventuras van curando el ánimo de Antonie, él ya ni se acuerda de su ex mujer, pero Marcus inicia a decaer, pues el trae problemas mucho más grandes que los de Antonie y ahora le tocará al hermano menor tratar de animar a su decaído hermano. Una película para toda la familia, sin pretensiones, que logra sacar las risas, con sus ingenuas soluciones a problemas reales, sorprendiendo con la naturalidad y dejando un buen sabor de boca. 33


E

s un filme de Samuel Collardey con las actuaciones de Marc Barbé, Anne Coesens, Marc Berman y Jean-François Stévenin, una historia centrada en las aspiraciones de un niño de Senegal. Mitri tiene 15 años y su sueño es lograr jugar en los super clubes europeos, del Barça o del Chelsea, ésta es una aspiración generalizada en muchos niños y no solamente en Senegal, que nos habla de lo importante que es regular y saber la forma en que se contrata a los chicos y el anhelo e ímpetu tan grande de ellos por lograrlo. Mitri vive con su abuela en un barrio pobre, pero él tiene sobresalientes capacidades con el balón, es el mejor jugador de su comunidad. Un día, un seleccionador no oficial lo elije para probar suerte en Francia, sólo que esta oportunidad no es gratuita, para poder llevarlo le cobra una suma alta, que notablemente la abuela no tiene, pero con la promesa de que pronto lo recuperaran y multiplicado, la abuela decide vender sus bienes para lograr que su nieto triunfe como futbolista. Llegando a Francia comienzan los problemas, ya que Mitri es menor de edad y es complicado para los que lo sacaron de Senegal, conseguir una prueba por lo que deciden abandonarlo y dejarlo a su suerte. Mitri logra encontrar personas que lo ayudan a seguir en el mismo camino, pues sabe todo lo que tuvo que sufrir su abuela para conseguir el dinero y no puede regresar derrotado por lo que decide no renunciar a su sueño. El racismo se hace presente por su procedencia y color, pero poco a poco Mitri va demostrando porqué llegó hasta Francia, la suerte le sonríe un poco y conoce a un entrenador que se convierte en su protector y motivador. La película es entretenida mas no brillante, es un tanto predecible y no se adentra en la dureza de la migración ni el racismo, sin embargo, logra su cometido entretener y contarnos una aventura desde Senegal a Francia de manera amena. 34


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os muestra una historia escrita, dirigida y actuada por: Louis Do de Lencquesaing apoyado por su hija Alice de Lencquesaing, además de Marthe Keller, Valentina Cervi, Bernard Verley. Esta es una historia de amor y desamor donde la gente aparentemente es feliz pero se da cuenta de que puede estar mejor. Paul es escritor, vive con su hija adolescente tiene una relación muy cordial y amigable, el está un poco solo y aburrido, pero esto termina pronto, pues conoce a Ada una mujer atractiva que trabaja con su editor. Ada se siente feliz y realizada, cree que lo tiene todo: trabajo, una pareja con la que está próxima a casarse y una linda niña, pero Paul es interesante y se siente atraída. Inicia el coqueteo entre ambos en el cumpleaños de Ada, pero un suceso sacude a Paul, ya que fallese su padre. A él lo invade la nostalgia. Debe viajar al lado de su hermano para consolar a su madre, una mujer manipuladora que necesita su consuelo. Ada y Paul comienzan a salir y sentir una atracción sexual muy fuerte por lo que empiezan a tener encuentros y disfrutar su momento. Tal parece que los dos tienen claro que solo es una aventura, pero las cosas salen de control, pues ya es una necesidad sentir sus cuerpos. Las coincidencias aparecen cuando la hija de Paul es la niñera de Ada pues cuida a su pequeña hija, ella está conociendo y disfrutando salir con un futbolista con el que también ella tiene encuentros. Todo se vuelve complicado cuando Ada queda embarazada y tiene que salir del sueño, de la aventura, la situación se salió de control y ahora su vida tiene muchas interrogantes, debe decidir con quien se quedará, con el padre de su primer hija o con el nuevo amor que acaba de descubrir. Es una historia romántica donde no importa la edad o la situación civil, los amores llegan sin pedir permiso, si te gustan las historias románticas es entretenida. 35


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no de los remakes de superhéroes esperados para este año resultó ser Robocop, la pregunta era ¿cómo podrían mejorar la idea implantada en la década de los 80's, del robot justiciero que podía jerarquizar sus órdenes de acuerdo con un criterio humano en lugar de obedecer un proceso electrónico? La respuesta nos llegó con la propuesta del director José Padilha, un tanto sci fi, sin despegarse del entorno actual. Aunque el argumento central está enfocado en la conciencia de las fuerzas policiales ante los ataques enemigos, los prototipos de la tecnología empleada resultan muy agradables visualmente, pues con tomas limpias y abiertas, vemos instrumentales, bases de recarga y estancias propias de los laboratorios y sus áreas de prueba, muy bien ambientadas. Incluso los espacios correspondientes a OmniCorp eran de estilo minimalista. De hecho, sobresale que las armas empleadas por OmniCorp, son muy similares a las empleadas en la versión de 1987 y mejoradas gracias al diseño digital. Los efectos especiales como era de esperarse, fueron fundamentales para la realización de esta historia, pues con ellos fuimos testigos de la explosión (implosiva por cierto: no se extendió más allá del vehículo) que casi termina con la vida de Alex Murphy; los ataques en las pruebas y en las calles, cuando la fuerza cyborg realiza su trabajo o bien, cuando el mismo Robocop debe pasar tras sus líneas defensivas. Sin embargo, el que se lleva las palmas, es aquel donde vemos el cuerpo restaurado de Murphy, conectado a la base del laboratorio, sin la armadura.

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Esta, más estilizada que la de 1987 donde la dimensión nos permitía identificar que las piezas estaban ensambladas al estilo de las armaduras de la edad media, muestra el diseño con los nuevos materiales que le restan peso y otorgan movilidad al policía, sin que por ello dejemos de ver sus pasos con precisión mecánica, los giros iniciando con el torax y luego hacia la cabeza, además de los procesos inteligentes de la misma, al abrirse el compartimento de las armas o iniciar el rastreo automático en las pantallas del visor computarizado. Cumplido el aspecto del impacto visual, retomemos el argumento: los policías humanos tienen la capacidad de identificar cuando es necesario utilizar las armas y cuándo se debe proceder de otra forma, como iniciar una negociación o realizar un arresto sin fuego. Ya en 1987 eran conocidas las prácticas poco éticas respecto al trato con criminales, en donde la tortura podía ser parte de un arresto, pero además está la situación de quitar la vida a otros, en nombre de la justicia, sin mayor arrepentimiento ni resaca espiritual. De ahí que encontramos dos personajes en pugna por lo que debe ser y lo que no, en función de otorgar esa humanidad a la práctica de la justicia y entender cómo la manipulación en la información de los medios masivos, efectivamente se convierte en un poder en aras de modificar el sentimiento público respecto a una decisión que compete a todos: la seguridad. Esa lucha queda caricaturizada en la película, pero es una realidad evidente entre quienes realizan labores operativas y quienes deciden desde la perspectiva de la moral y las buenas costumbres.


No es de extrañar que un Pat Novak (en México tenemos varios), mostrara su indignación ante un sinnúmero de televidentes, porque las fuerzas policiales no utilizaran equipos que sin dudar actuarían frente a los criminales, pues las víctimas potenciales seguían en las calles, mientras las tácticas humanas perdían fuerza ante la inmediatez de las máquinas. Es en este momento donde muchos argumentos de otras varias películas de ciencia ficción convergen: somos los humanos quienes estamos empujando a que la tecnología se apodere de nuestras bases de datos y, de nuestra voluntad. Por supuesto, encontramos al científico emocionado por el avance del hombre-máquina, pero al mismo tiempo horrorizado por los alcances de este, por los fines bélicos con los que se relaciona a un experimento de esta naturaleza. Se evidencia también, aquella parte ética de los científicos realmente imbuidos por sus proyectos y prototipos, pues en nombre de la ciencia buscan hasta dónde se puede llegar, sin afectar al resto de la sociedad. Ahí también entra la crítica a esta humanidad “evolucionada”, pues nosotros mismos nos sabemos incapaces de ser personas en búsqueda del bien común, de alejarnos de las tentaciones de la corrupción ejercida por las ganancias monetarias o por la simple maldad de no creer al otro capaz de hacer lo que se le encomienda. Los valores como la confianza y el respeto, parecieran reservarse a lo que ya no es pensante sino actuante, a lo que otorga solución al momento, sin pensar en ese abuso del poder que se genera al paso del tiempo. Entonces, el hombre dentro de la máquina debiera conciliar esa parte, pero igual es un fenómeno al que hasta su hijo puede ver con extrañeza y su esposa con recelo; es más, su casa no necesita más que un corredor en un laboratorio. Algo parecido a las políticas institucionales que consideran la presencia de sus trabajadores en el momento que se necesita, sin importar lo demás, pues la responsabilidad es personal. Seguro que nos estamos volviendo los hombres grises de Momo (Michael Ende, 1973). La parte más interesante resulta precisamente cuando conectan la base de datos de la policía al cerebro de Murphy y este sufre una suerte de shock al encontrar información acerca de su propio accidente, pues detona la jerarquía de las órdenes que debe seguir. Es lo más humano que le sucedió dentro de la ar-

madura, ya que, al igual que quienes no usamos ni una prótesis dental, entró en conflicto respecto a sus propios valores, dudas, intereses, pero sobre todo emociones, pues al experimentar enojo con euforia con frustración, se generó una dosis altísima de adrenalina que sólo podían calmarle abriéndole el cerebro y proporcionándole drogas. Muy familiar. A la usanza del cine del siglo anterior, los personajes obedecieron a las características propias de su labor en la historia: la esposa-madre, abnegada y preocupada no sólo por el bienestar de su esposo sino también de su hijo, pero de paso por toda la humanidad; el empresario millonario sin escrúpulos cuyo fin es abrir las puertas al negocio de su vida; la abogada-representante-vocera que busca entre los recovecos necesarios para lograr que sus propuestas se acepten sin efectos secundarios y siempre alcanzando los mejores resultados para su jefe; la asistente del científico que pareciera conocer mejor el proyecto que su creador y tiene siempre la respuesta inmediata para la situación que enfrentan. Ojo, las mujeres no fueron las sumisas de aquel entonces, pero tampoco las aguerridas con testosterona en el organismo. Para fines prácticos, Robocop es una decente adaptación de la versión original. Provee los elementos de una película policiaca, con los dramas de la vida familiar abruptamente arrebatada y los sinsabores de la ciencia ficción respecto al conflicto entre hombre y máquina. Por supuesto, hay venganza, golpes fuertes, ruidosos, contundentes; destrucción en edificios o calles, vehículos de lujo, sangre y cibernética bien justificada. La invitación va entonces no sólo para que la vean, sino para seguir en nuestra condición humana y así poder disfrutarla, ¿o no? 38


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ego es una de las marcas más exitosas de la historia a nivel global; la compañía de origen danés ha logrado 'construir' todo un emporio comercial con base en sus piezas para armar (simples y sencillos bloques/ladrillos de plástico con capacidades interconectables) y sostener una exitosa franquicia con una enorme diversidad de artículos. Este año, finalmente dan el salto a la gran pantalla y en tres dimensiones. El filme sigue a Emmet (Chris Pratt en su versión original), un constructor normal, ordinario y fielmente apegado a las normas que lleva siempre a la mano, que un día es confundido por una rebelde llamada Estilo Libre (con la voz de Elizabeth Bakns) con El Maestro constructor, es decir, 'la persona más extraordinaria del mundo' que, según indica una antigua profecía, será el 'elegido' para salvar al mundo. La Gran Aventura Lego (The Lego Movie) toma como premisa esta historia sencilla, pero la deconstruye para ofrecernos una parodia/crítica a la sociedad instaurada sobre el pensamiento único y la coartación de la libertad creativa; además, claro, de brindar un divertimento de primer nivel. Los directores Phil Lord y Christopher Miller (también co-guionistas) hacen uso de la clásica historia del 'elegido', su misión para salvar al mundo y el 'viaje del héroe', para satirizarnos como sociedad consumista ("Un café de precio excesivo", demanda el anodino constructor en un establecimiento que claramente emula a un Starbucks) y enajenada (cantando todo el día "¡Todo es increíble...", un estribillo de una canción 'payoleada' para transmitirse día y noche por la radio; o viendo "¿Dónde están

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mis pantalones?", un programa basura de la televisión con éxito arrollador). El mundo donde vive Emmet pareciera ser utópico, es colorido, ordenado, luminoso... incluso tienen 'instrucciones para ser felices' (saludos a Carlos Cuauhtémoc Sánchez), pero en realidad es un mundo distópico donde todo el mundo ha sido despojado de su propia identidad (aunque ellos no lo perciban), pues son personajes genéricos en medio de una sociedad con tintes orwellianos donde el pensamiento individual está prohibido so pena de "ponerlos a dormir", como bien lo advierte -en voz baja- el Señor Negocios (voz de Will Ferrell), el malvado tirano que pretende utilizar una poderosa arma (un superpegamento) para mantener por siempre el orden de todos los universos Lego. La Gran Aventura Lego es una cinta divertida e inteligente con múltiples parodias/homenajes a cintas con anárquico espíritu como, por ejemplo, Matrix (The Matrix; 1999), con la secuencia del interrogatorio de Emmet con el policía bueno/policía malo, que remite inmediatamente al primer encuentro entre el Sr. Anderson -posterior Neo- y el agente Smith, incluso en la paleta de colores que utilizan en la escena. Es también una deslumbrante propuesta animada con un gran trabajo de animación por computadora al más puro estilo stopmotion, con un carácter casi artesanal y donde absolutamente todo puede construirse con los bloques; técnicamente es majestuosa. La Gran Aventura de Lego es entretenimiento inteligente que vas mucho más allá de ser un anuncio de bloquecitos de colores de 100 minutos de duración.


E

l cineasta de origen austriaco Ulrich Siedl escribe (junto a Veronika Franz) y dirige la trilogía denominada 'Paraíso', y que gira en torno a la búsqueda de ese tan anhelado lugar donde tendremos nuestra felicidad asegurada, por parte de tres mujeres pertenecientes a la misma familia. En esta primera entrega, Paraíso: Amor (Paradies: Liebe; 2012), seguimos a Teresa, una mujer cincuentona que busca escapar, aunque sea momentáneamente, de su tediosa y rutinaria vida en su natal Austria, por lo que decide tomarse unas vacaciones en las playas de Kenia. Ahí, en las playas africanas, las turistas europeas (a las que llaman 'Sugar Mamas') pueden relajarse a tomar el sol de manera plácida en un lado de la playa, pero cuando deciden dar una caminata por la costa o refrescarse en sus aguas, numerosos jóvenes kenianos, que hasta ese momento han aguardado de pie y de manera paciente e inamovible bajo el sol abrasador, se abalanzan sobre ellas pa-

ra intentar venderles diversas artesanías u ofrecerles sus servicios sexuales, un placer al que Teresa decide rendirse tras ser animada por sus compañeras de viaje, quienes también exploran el sexo con los jóvenes kenianos. Con esta primera parte de su tríptico cinematográfico, Siedl hace un magnífico análisis del vacío emocional que intenta ser llenado a través del turismo sexual. Nos muestra cómo Teresa vive sentimentalmente vacía, y en este viaje liberador no busca sólo el sexo por el sexo, sino que busca, como bien lo revela en una plática con sus amigas en la playa, que alguien la mire más allá de sus arrugas y su cuerpo flácido, quiere que alguien la mire a los ojos y entre directamente en su alma, busca que alguien la ame. De una manera estéticamente atractiva (vean la fotografía y el uso del color) pero sin dejar de lado la sordidez que un relato como este lleva implícita, así como su estilo de documentalista, el cineasta nos muestra los encuentros de 42

Teresa (extraordinariamente interpretada por Margarete Tiesel) con sus amantes de raza negra, y la manera en la que logra efímeramente mitigar su soledad, pero también deja al descubierto cómo no puede postergar su regreso a la realidad donde tiene que hacer frente al hecho de que ese cariño que recibe es simplemente una transacción sexo-monetaria. Paraíso: Amor no es una cinta complaciente, no es de fácil visionado y seguramente incomodará en más de una ocasión al espectador al punto de, tal vez, llegar a causar repulsión, pero a veces ese es el precio que hay que estar dispuesto a pagar por hablar sin tapujos sobre la crueldad inherente en nuestra naturaleza como ser humano.


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a han pasado 35 años desde la clásica Kramer vs Kramer de Robert Benton con Dustin Hoffman y Meryl Streep, y apenas el año pasado pudimos ver Manto Acuífero de Michael Rowe (presentada en el Festival Internacional de Cine de Morelia dentro de la Sección Largometraje Mexicano); ambas teniendo como eje central el tema del divorcio cuando hay hijos de por medio. Y en medio de ellas hemos podido ver filmes centrados en el divorcio como La Guerra de los Rose (The War of the Roses; 1989) de Danny DeVito o Historias de Familia (The Squid and the Whale; 2005) de Noah Baumbach. Pero ¿Qué hacemos con Maisie? (What Maisie Knew; 2012), cinta que hoy nos ocupa, se encuentra más cercana a la cinta de Rowe por dedicarse a mostrar la separación desde el punto de vista de una pequeña niña. Inspiradas en la novela homónima de Henry James publicada en 1897, las guionistas Carroll Cartwright y Nancy Doyne adaptan exitosamente la historia a nuestros días y ofrecen un guión sen-

cillo pero efectivo, el cual sigue a Maisie (Onata Aprile, una verdadera revelación), una pequeña niña que se encuentra atrapada en medio de la batalla legal librada por sus padres Susanna y Beale (la gran Julianne Moore y el más que correcto Steve Coogan) por obtener su custodia. Scott McGehee y David Siegel, dupla de directores que nos han ofrecido, entre otras cosas, la rescatable El Precio del Silencio (The Deep End; 2001) con Tilda Swinton, vuelven a evidenciar su gran talento y sensibilidad para narrar historias llenas de sutilezas. Insistiendo en alejarse de melodramas ordinarios y fáciles, la cinta muestra cómo la pequeña Maisie se va adaptando a su nueva situación con dos padres y casas separadas, a través de las nuevas parejas de sus progenitores (Lincoln, el nuevo esposo de Susanna, interpretado por Alexander Skarsgård, y Margo, la nueva novia de Beale, encarnada por Joanna Vanderham), con quienes establece una relación más estrecha que con sus mismos padres, quienes únicamente la utilizan como arma/escudo en la 43

batalla legal por la patria potestad, aunque en relalidad ninguno quiere verdaderamente la responsabilidad de tener una hija a su lado, pues supone una carga y un estorbo que se interpone en su camino y en sus planes personales. ¿Qué hacemos con Maisie? es un retrato contundente de la infancia rodeada de mentiras y desengaños. Es un drama excepcional que sobresale por sus actuaciones tan honestas y un trazo de los personajes definidos a la perfección como personas reales que tienen todos los errores de nuestra naturaleza humana; un emotivo tratado sobre el egoísmo de los adultos y las consecuencias de éste en la vida de los niños.


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a nueva película del experimentado director inglés Stephen Frears (responsable de la estupenda La Reina o la ya clásica Amistades Peligrosas) sigue a Philomena (Judi Dench), una mujer a quien su hijo Anthony le fue arrebatado para 'darlo en adopción' (que es otra manera de decir que fue 'vendido' a una pareja estadounidense por las monjas del convento católico donde vivía cuando era apenas poco mayor que una adolescente) y quien toma la decisión de buscarlo cinco décadas más tarde. La historia está inspirada en el sorprendente caso verdadero de Philomena Lee, quien tras varias décadas de guardarse el secreto del hijo que le fue arrebatado, busca la ayuda del periodista caído en desgracia Martin Sixmith para que la ayude a encontrar las pistas que la guíen al paradero de su hijo; el papel de este periodista es interpretado decorosamente por Steve Coogan, quien también es coguionista del filme al lado de Jeff Pope, juntos adaptaron el libro 'El Hijo Perdido de Philomena Lee' escrito por Sixmith.

La película es un drama en estado puro, y fácilmente hubiera podido caer en el típico melodrama británico o en clásico telefilme biográfico (¿se acordaron de Hallmark Channel y sus insufribles propuestas? Sí, yo también) de no ser porque el guión, aunque muy convencional en su propuesta, establece una estructura narrativa ágil, siempre interesante y con algunos destellos de humor. Así acompañamos a la mujer en la búsqueda incansable por su hijo, llevándola incluso a cruzar el Oceano Atlántico para seguir los rastros del paradero de Anthony en Estados Unidos (donde fue rebautizado por su familia adoptiva como Michael, e interpretado por Sean Mahon) y descubrir algunos secretos de su hijo que no son del todo agradables; todo esto mientras algunas pláticas entre los personajes abordan temas como la existencia o creencia en Dios, los pecados o el perdón. Philomena es una historia de tragedia e infortunio, sí, pero también es una historia de amor materno incondicional en el que el mayor acierto es el soberbio trabajo de Judi Dench, quien se confirma 44

como una de las mejores actrices de nuestros tiempos, especialmente en esta cinta, pues se ha alejado de los roles de mujer dura a la que ni el mismísimo James Bond puede hacerle frente, dulcificando aquí su carácter con una interpretación por demás emotiva y con toques de humor un tanto sarcástico. El filme es una experiencia emocional sobre el amor materno-filial que encontrará gran eco en el público femenino, al cual se le recomienda ir acompañado de una caja de pañuelos desechables de tamaño moderado.


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l director Alexander Payne (Entre Copas) vuelve a retratar las relaciones paterno-filiales, pero en esta ocasión, nos muestra la otra cara de la moneda. Si en Los Descendientes (esa joyita protagonizada por George Clooney que también estuvo nominada al Oscar como Mejor Película hace un par de años) nos hablaba del aprendizaje de la paternidad, en Nebraska nos lleva al otro extremo y nos presenta a David Grant (Will Forte), un hombre separado que se ve obligado a acompañar hasta Lincoln, Nebraska -un viaje no muy corto tomando en cuenta que ellos viven en Billings, Montana- a su insistente y senil padre Woody Grant (Bruce Dern) a cobrar un supuesto premio de un millón de dólares, aunque no es otra cosa que uno de esos 'sorteos postales' que todos hemos recibido alguna vez en nuestras casas. Nebraska es una road movie que, con una gran sensibilidad, retrata el reencuentro emocional de un hijo y su amor por su padre. A través de viñetas fotografiadas de manera poética en blanco y negro (a cargo de Phedon Papamichael, recurrente cinefotógrafo de Payne) y una estructura pausada e intimista, acompañamos a padre e hijo en un viaje lleno de autodescubrimientos, desde la aceptación de la vejez por parte del oca-

sionalmente lúcido Woody, hasta la comprensión, por parte de David, de una persona a la que realmente no conocía, y que repentinamente, comienza a apagarse frente a él de una manera paulatina, lenta, pero irreversible. Despojado de artificios y pretensiones, el guión del la cinta (escrito por Bob Nelson) eficazmente retrata nuestras contradicciones humanas, nuestros errores, la mezquindad humana (a través de la familia de Woody, la cual apenas se entera que cobrará un millón de dólares, comienza a acecharlo como buitre, pretendiendo obtener una parte del premio), los sueños no alcanzados, las frustraciones y los últimos intentos por alcanzar la felicidad cuando el tiempo no es ya suficiente. Vemos también a Woody obsesionarse con obtener ese premio millonario, pero detrás de esa obsesión no está una avaricia insaciable o una testarudez senil, está la búsqueda de la felicidad propia (en forma de una camioneta nueva que se quiere comprar) y la de sus hijos a través de un legado que con los años no ha podido conseguir y que, de pronto, se le ha presentado la oportunidad de obtener algo grande; busca su reafirmación como persona para él mismo, como hombre para sus amigos, como esposo para su mujer, y como padre para sus 45

dos hijos. "Sólo quería dejarles algo a ustedes", confiesa un demencial Woody a su hijo David, quien descubre tener un padre muy distinto al que creía conocer, pues en el pueblo natal de Woody, donde tienen que pasar el fin de semana para continuar después el viaje a Nebraska, David se entera de anécdotas sobre su padre, quien era todo un rompecorazones y tenía a las chicas vueltas locas, incluso a la ahora editora del periódico local que busca publicar la increíble historia de su amor platónico y su millonario premio. Nebraska es una tratado sobre las relaciones paterno-filiales que evita cualquier chantaje emocional para provocar reacciones en el espectador, por el contrario, logra la reflexión a través de personajes entrañables -con los que sentimos inmediata identificación- que protagonizan un agridulce relato que exhibe nuestra naturaleza emocional de una manera muy humana, sincera y honesta. Otra joyita de Alexander Payne.


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ohn Wells, quien en 2010 presentó su ópera prima The Company Men, dirige August: Osage County, película coral basada en la exitosa obra de teatro homónima presentada en Broadway, escrita por Tracy Letts (también responsable del guión adaptado para este filme) que se centra en una reunión familiar donde salen al descubierto los secretos más oscuros y se desenmascaran las más atroces mentiras. Esta odisea familiar comienza con la desaparición de Beverly, el patriarca de la familia Weston que vive junto a su esposa Violet en una casona a las afueras de Pawhuska, en el estado de Oklahoma. Ante las misteriosas circunstancias de su desaparición, la familia se reúne en el caserón y los trapitos sucios y rencores no tardan en salir a la luz. La familia Weston, cuyo único miembro masculino es el desaparecido Beverly (un breve pero extraordinario Sam Shepard), se ha distanciado con los años y sus integrantes transitan sus existencias absortos y despreocupados de los otros miembros de su familia, hasta ahora, cuando esta pequeña crisis los ha obligado a reunirse nuevamente. La disfuncional familia (porque no existen de otra clase), es encabezada por Violet (encarnada por Meryl Streep y si digo que está extraordinaria sería un pleonasmo), una desequilibrada mujer cuya grave situación de salud -padece un cáncer ya muy avanzado- no le impide seguir manipulando y ofendiendo a todos por igual, actitud que le es recriminada principalmente por Barbara (Julia Roberts, también solvente en su trabajo), pues al parecer de esa no tan amable

manera es como la educó a ella y a sus hermanas Ivy y Karen (Julianne Nicholson y Juliette Lewis), aunque a ellas no parece causarles tanto conflicto el errático y hasta racista comportamiento de su madre. En el reparto también encontramos a Ewan McGregor como Bill (esposo de Barbara), Abigail Breslin como Jean (hija de Bill y Barbara) y Dermot Mulroney como Steve (pareja en turno de Karen). Margo Mrtindale da vida a la Tía Mattie (hermana de Violet), Chris Cooper es el Tío Charlie (esposo de Mattie) y Benedict Cumberbatch es el 'pequeño' Charles (hijo de Mattie y Charlie). En August Osage County sobresalen sus diálogos mordaces, se nota que son líneas pulidas, y por lo tanto efectivas, que sirven como críticas fuertes hacia la estructura social que representa 'la familia'. El conjunto actoral ofrece un gran soporte durante todo el filme, todos están en papel y en ese aspecto el filme se mantiene sólido. El único detalle es que varias de las subtramas, a pesar de ser sumamente interesantes, no se desarrollan eficaz y completamente, ofreciendo un mayor protagonismo a la rivalidad entre Violet y Barbara, y olvidando por momentos que se trata de la historia de una familia, no de dos miembros de ella. Esto queda en evidencia, sobre todo, en las subtramas correspondientes a las historias de Jean y Karen, cuyas anécdotas apenas reciben un tratamiento superficial, haciéndolas prescindibles dentro de la trama de la cinta que termina por carecer de cohesión y no se siente como un todo, deja la sensación que algo le falta, se siente, como la familia que retrata: incompleta. 46

http://bit.ly/1eL6NqI





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l nuevo trabajo del director italiano Paolo Sorrentino, sigue a Jep Gambardella, un escritor que tras la publicación de su primer y único libro varios (muchos) años atrás, abandonó la escritura para dedicarse al periodismo. Jep, con 65 años recién cumplidos, sigue una vida frívola en la gran Roma, en fiestas nocturnas que se prolongan hasta que el sol se asoma en el horizonte. Pero la noticia del fallecimiento de su primer amor, lo despierta de su mundano letargo y se replantea varios aspectos de su vida, comenzando a atravesar por un extraño estado de ánimo que ni él mismo es capaz de comprender, y empezando también a perseguir esa gran belleza con la que no se ha topado en décadas y por la cual no ha escrito un nuevo libro desde entonces. Echando mano de una fragmentada narrativa, el guión escrito por el mismo Sorrentino junto a Umberto Contarello, ofrece una sucesión de episodios con cambios muy marcados tanto de tono como de ritmo, y en los cuales atestiguamos los encuentros (y desencuentros) de Jep con los personajes de una sociedad en decadencia, quienes demuestran un descarado 'snobismo', comenzando incluso por el muy cínico protagonista, quien por cierto es interpretado de manera soberbia por Tony Servillo. Dentro del guión podemos también encontrarnos con referencias al cine de Federico Fellini, desde el lugar donde ocurre la historia (la maravillosa Roma) hasta algunos pasajes con homenajes implícitos a La Dolce Vita. Una gran colección de personajes secundarios como prostitutas, políticos co51

rruptos -porque no hay de otros ¿o sí?-, vedettes en decadencia, vecinos de identidades misteriosas, sabias y muy longevas monjas, cardenales con peculiares aficiones culinarias, entre muchos otros, ofrecen una variedad de situaciones con diálogos que transitan entre lo más banal (pero tan sólo en apariencia) y lo gloriosamente existencial. Ésto, retratado bajo el lente de Luca Bigazzi, cuyo maravilloso trabajo (exagerado, mas nunca barroco) ofrece varias secuencias deslumbrantes, como las dos primeras del filme: el ágil y ligero recorrido por algunas estatuas y monumentos antiguos donde canta un coro de mujeres vestidas de negro, y la subsecuente gran fiesta al ritmo del remix de Far L'Amore de Bob Sinclair y Rafaella Carra. También sobresale aquella escena dentro de una muy bizarra clínica de botox, así como la maravillosa y surrealista secuencia en la que decenas de cigüeñas se encuentran descansando en la terraza del protagonista y donde la longeva monja le obsequia una dosis de sabiduría al confundido Jep: "¿Sabes por qué sólo como raíces? Porque las raíces son importantes". La Gran Belleza, así como las obras de Fellini, son una carta de amor hacia una de las ciudades más maravillosas donde se conjuga la decadencia con la opulencia; una cinta melancólica donde Sorrentino se refugia en los grandes clásicos del cine italiano para hablar, como si de un antiguo truco se tratase, sobre el desencanto en este mundo contemporáneo.




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urante un viaje en solitario realizado a través de las aguas del Océano Índico, un hombre (anónimo, sin nombre, al que los créditos de la cinta se limitan a denominar como 'Our Man'/'Nuestro Hombre') despierta en su velero para descubrir que se ha impactado contra un contenedor que flotaba a la deriva en mar abierto, causando graves daños a la embarcación y dejando inservibles los equipos de comunicación para pedir auxilio, quedando a merced de la naturaleza a varias millas de la costa más cercana. All is Lost es la segunda película del director J.C. Chandor, y al igual que su muy rescatable ópera prima El Precio de la Codicia (Margin Call; 2011), que se focalizaba en las horas previas a la gran crisis financiera estadounidense de 2008, cuenta con un guión escrito por él mismo. El filme es un poderoso relato de supervivencia que pone todo el peso sobre los hombros del veterano Robert Redford, algo muy similar a lo realizado por Alfonso Cuarón con Sandra Bullock en Gravity, pero a través de un acercamiento a nuestro instinto de supervivencia de una manera más intimista e introspectiva, lo cual acerca también al filme a otras propuestas de supervivencia en la pantalla grande como Una Aventura Extraordinaria (Life of Pi; 2012) de Ang Lee, aunque a diferencia de ella, ésta anécdota está desprovista de sentimentalismos fáciles con tendencia a la manipulación emotiva. A través de poco más de cien minutos de metraje, acompañamos a 'Nuestro Hombre' intentando reparar su embarcación gracias a su astucia y gran experiencia como marino y navegante, y a pe-

sar de que tiene a la edad en su contra (tomemos en cuenta que Robert Redford tiene ya casi ocho décadas sobre este planeta), lo vemos salir avante y sobrevivir a una implacable tormenta. Pero a pesar de su ingenio en su lucha por su supervivencia, hay otros factores como el inclemente Sol, las amenazas acuáticas naturales (tiburones, tormentas, etc.) o el inevitable agotamiento que le ha producido su desafortunada situación sin comida ni agua potable, que lo llevan a confrontar su propia mortalidad y plantearse, a través de una carta de despedida, si todos sus esfuerzos por sobrevivir han valido la pena, si es preciso seguir luchando hasta el final, sea cual sea, o si hubiera sido mejor 'dejarse ir' desde un principio. All is Lost plantea exitosamente cuestionamientos existenciales sobre el hombre y el encuentro de su más primitivo instinto de supervivencia en medio de una profunda soledad, y gran parte de ello es gracias a la actuación de Robert Redford, quien entrega un 'tour de force' con apenas unas cuantas líneas de diálogo durante toda la cinta, regalándonos con ello una transformación de su personaje de manera sutil pero contundente, desde sus meditativas primeras acciones para intentar reparar su nave, hasta el borde de la desesperación tras varios días a la deriva y con las oportunidades de ser rescatado cada vez más improbables. Con esta cinta, J.C. Chandor se reitera como un autor al que hay que seguir muy de cerca, pues sus dos propuestas cinematográficas, hasta este momento, poseen una gran precisión narrativa que deja ver a una gran promesa del cine.

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ason Reitman se ha convertido en uno de los directores en el que está puesto el futuro de Hollywood. Sus cintas se han caracterizado ser una bocanada de aire fresco en la cinematografía hollywoodense. Desde su debut con Gracias por Fumar (Thank You for Smoking; 2005), seguido por sus éxitos como Juno: Crecer, Correr y Tropezar (Juno; 2007) y Amor sin Escalas (Up in the Air; 2009), las cuales le dieron reconocimiento entre la crítica y el público , el director nos ha ofrecido relatos frescos, divertidos y entrañables. En esta ocasión, Reitman presenta Aires de Esperanza (Labor Day; 2013), un filme bastante diferente a los que no tiene acostumbrados el joven canadiense. Labor Day está basada en el libro Joyce Maynard y la historia se centra en Henry Wheeler (Gattlin Griffith), un niño de 13 años que está en pleno despertar sexual, y el cual es la única compañía de su madre, Adele (Kate Winslet), quien en ese momento atraviesa por una profunda depresión causada por el divorcio de su ahora ex esposo, el cual ya ha formado una nueva familia. Un día, madre e hijo conocen a Frank (Josh Brolin), un hombre que los convence de ocultarlo de la policía en su hogar. Todo esto sucede en el fin de semana anterior al Día del Trabajo en Estados Unidos, y el cual , adivinaron, cambiará sus vidas para siempre. El personaje de Adele está dañado, desesperanzado; de pronto entra este

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extraño a su hogar y vuelve a sentir lo que es tener un hombre en el hogar, alguien con quien cocinar la cena, que enseñe al hijo a jugar baseball, que se encargue de las tareas del hogar, que la haga sentir cosas que no creería poder volver sentir y cree que es su oportunidad de ser feliz; aunque en realidad se supone que la trama de la cinta está enfocada desde la perspectiva del chico, que está llegando a la adolescencia y con ello le llegan muchos cambios dentro de él . Aquí en Labor Day, el ya característico humor negro de sus anteriores cintas le da paso a este retrato mas intimo, uno se siente como una suerte de intruso en la familia, apreciando cada detalle de las vidas de los personajes. Reconocimiento para Kate Winslet, su interpretación de Adele es lo más destacable de la cinta, ella tiene esa maravillosa habilidad de decir y transmitir tanto con una simple mirada, que su interpretación te atrapa. En cierta manera la cinta recuerda a Los Puentes de Madison (The Bridges of Madison County; 1995) del gran Clint Eastwood, y en la cual, también unos días bastan para que nazca el amor de los protagonistas, aunque en la propuesta de Reitman, el desarrollo de la cinta se queda corta, y por alguna razón toda la situación se torna algo inverosímil en algún punto.




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i algo caracteriza a Darren Aronofsky es que siempre ofrece un cine inteligente, y así lo ha demostrado desde aquel muy rescatable thriller experimental llamado Pi: El Orden del Caos (Pi, 1998), donde un brillante matemático se obsesiona con encontrar una clave numérica que podría ser la llave para acceder a todos los patrones universales y el completo y perfecto orden que se oculta bajo el aparente caos. Un par de años después ofreció su mejor filme hasta la fecha, Réquiem por un Sueño (Requiem for a Dream; 2000), adaptación de la novela homónima de Hubert Selby Jr. que sigue a cuatro individuos que se enfrentan a sus propios demonios, y quienes sólo encuentran el camino a sus propias utopías a través de sus adicciones a distintas drogas. Su siguiente proyecto, ya de una mayor ambición, le llevaría seis años edificarlo; La Fuente de la Vida (The Fountain; 2006), es una estupenda cinta de ciencia ficción que nos cuenta la historia de una pareja de amantes en sus distintas reencarnaciones a través de los siglos, y desde la época de la Conquista española, hasta un futuro lejano e incierto, acompañamos a la pareja protagonista en un viaje surreal de ascensión hacia el Xibalba. Su siguiente proyecto fue un giro de 180° en todo sentido, pues en El Luchador (The Wrestler; 2008), el filme más accesible del director para el gran público, el director neoyorquino compartió la historia de decadencia personal y profesional de un luchador al borde del retiro obligatorio. Finalmente, el director recurrió a clásicos del cine como Las Zapatillas Rojas (The Red Shoes; 1948) de Michael Powell y Emeric Pressburguer y La Malvada (All about Eve; 1950) de Joseph L. Mankiewicz, para crear El Cisne Negro (Black Swan; 2010), un thriller psicosexual sobre una bailarina de la Compañía de Ballet de Nueva York, obsesionada por obtener el papel

principal en la puesta en escena El Lago de los Cisnes; apoyándose también en ideas visuales de la animación nipona Perfect Blue de Satoshi Kon (de la cual compró sus derechos en 1997 con la idea de hacer un remake e incluso replicó la escena del grito en la bañera en su cinta Réquiem por un Sueño), Aronofsky entregó el mayor éxito en su carrera hasta el momento, recolectando incluso varias nominaciones al Oscar en las categorías a Mejor Película, Director, Fotografía y Edición, logrando llevarse a casa el premio a la Mejor Actriz Principal para Natalie Portman, protagonista del paranoico, pesadillesco y un tanto erótico filme. Este mes, el director regresa a la pantalla con un proyecto tan anhelado como ambicioso, su propia visión sobre el pasaje bíblico de Noé y su Arca. Ya desde el 2008, se hablaba de una gran posibilidad de llevar esta mítica historia a la pantalla grande bajo la dirección de Aronofsky, pues es un proyecto que había querido realizar desde que terminó su ópera prima, puesto que Noah es un personaje que ha llamado la atención al neoyorquino desde su infancia. El relato bíblico es ya por todos conocido, la Tierra se ha convertido en un lugar asolado por los pecados, por lo que Noé recibe una misión de carácter divino: construir un Arca para salvar a su familia y a una pareja de cada especie animal sobre la Tierra del inminente diluvio con el que Dios borrará a la humanidad de la faz de la Tierra para darle una segunda oportunidad de comenzar desde cero. Pero más allá de una historia hiperconocida (e hiperparodiada) está un director que sabe hacer Cine y que es capaz de convertir historias conocidas en productos propositivos, originales, interesantes e inteligentes, por lo que seguramente no tendremos una clásica película bíblica del montón.

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Liderando al reparto de esta ambiciosa puesta en escena tenemos a Russell Crowe, quien es acompañado por la siempre estupenda Jennifer Conelly, encarnando a su esposa Naameh (papel para el que fue considerada también la gran Julianne Moore); como bien podemos recordar, Crowe y Connelly ya habían trabajado juntos en Una Mente Brillante (A Beautiful Mind; 2001) de Ron Howard, por lo que Noah representa el reencuentro profesional de estas estrellas de Hollywood. Los hijos de Noé, Shem, Ham y Japheth, serán representados en pantalla por Douglas Booth, Logan Lerman y Leo McHugh Carroll, respectivamente; mientras tanto, Emma Watson sigue demostrando que hay vida después de Harry Potter y, tras haber trabajado ya con grandes directores como Alfonso Cuarón (dentro de la misma saga del niño mago) y Sofia Coppola, ahora trabaja bajo las ordenes de Aronofsky dando vida a Ila, hija adoptiva de Noé. Dentro del reparto también encontramos a Sir Anthony Hopkins, pues lo podremos ver como Matusalén, mientras que a Ray Winstone lo veremos en el papel de Tubal Cain. Inspirados obviamente en el pasaje del antiguo testamento, el guión de Aronofsky y Ari Handel (recurrente colaborador del cineasta con guiones como los de El Cisne Negro, El Luchador o La Fuente de la Vida) pretende presentar a un Noé oscuro e imperfecto, un hombre atormentado por visiones apocalípticas sobre el destino del mundo: la muerte por agua. Además de considerarlo como un personaje heroico, Aronofsky también lo considera un personaje complejo, pues siente una verdadera culpa por su supervivencia, un aspecto por el que también se ha preocupado en mostrar en su propia visión del relato, el cual podremos ver en pantalla a partir del próximo 21 de marzo.

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apitán América: El Primer Vengador (Captain America: The First Avenger; 2011) de Joe Johnston, fue el punto de partida que estableció las bases dramáticas para el conflicto que se resolvió con el megaevento fílmico de Marvel: Los Vengadores (The Avengers; 2012) de Joss Whedon. Tres años después, la secuela Capitán América: El Soldado del Invierno (Captain America: The Winter Soldier; 2014), ahora bajo la dirección de los hermanos Anthony Russo y Joe Russo, asentará los pilares para el próximo gran evento cinematográfico de Marvel, volverá a plantear una historia que se desarrollará, extenderá y culminará en la secuela Avengers: Age of Ultron, a estrenarse el próximo año. Captain America: The Winter Solider, sigue a Steve Rogers (nuevamente Chris Evans) y su proceso de adaptación al mundo moderno, intentando vivir en Washington de manera tranquila mientras trabaja bajo las órdenes de S.H.I.E.L.D, aunque repetidamente discute los procederes de la agencia y su muy cuestionable ética que dicta que el fin justifica los medios. Tras un mortal ataque a la agencia de inteligencia y antiterrorismo, Rogers descubre toda una red de intrigas y amenazas que ponen en riesgo al mundo entero; para hacerle frente a esta nueva amenaza global, el súper solado recurre a Black Widow (Scarlett Johansson) y a Sam Wilson (Anthony Mackie) también conocido como The Falcon, un personaje que posee una especie de exoesqueleto con alas incluidas con las que puede volar, además de ser también un experto en combate cuerpo a cuerpo. Juntos, trabajando bajo las órdenes del jefe de S.H.I.E.L.D., Alexander Pierce (el consagrado Robert Redford), intentarán

evitar que se consumen las conspiraciones que podrían causar una catástrofe mundial, una tarea que resultará por demás titánica, puesto que tendrán que hacerle frente a un nuevo y poderoso adversario, un agente soviético conocido como El Soldado del Invierno. Esta nueva amenaza global se transforma en un problema personal para Steve Rogers cuando descubre que El Soldado del Invierno no es otro que Bucky Barnes (Sebastian Stan), su otrora mejor amigo que, durante una misión fallida que buscaba detener a Red Skull, pareció haber muerto en acción al no poder ser rescatado por el Capitán América, cayendo inevitablemente al vacío desde un tren. El cuerpo de Barnes, al igual que el de Rogers, se mantuvo congelado para después ser encontrado por las fuerzas armadas rusas, quienes le implantaron un brazo biónico de adamantium (el mismo metal implantado en el esqueleto de Wolverine) para reemplazar el que había perdido tras su caída, le lavaron el cerebro, lo manipularon, lo adiestraron y reclutaron para realizar misiones secretas durante la Guerra Fría. Para conocer cómo termina esta historia y ver cuáles serán los planteamientos que nos guiarán hacia Avengers: Age of Ultron (2015), tendremos que esperar hasta el ya muy próximo 28 de marzo cuando llegue a las pantallas mexicanas Captain America: The Winter Soldier, que por cierto, será lanzada en nuestro país una semana antes de su lanzamiento en Estados Unidos, donde será lanzada hasta el 4 de abril, lo cual deja muy clara la importancia mercadológica que tiene nuestro país en cuanto al consumo de productos Marvel.

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ras el sorprendente éxito conseguido con Los Juegos del Hambre (Dir. Gary Ross; 2012), una secuela era más que evidente, obligatoria podríamos decirlo. A un año de distancia, el segundo capítulo que lleva por título En Llamas, mejora por mucho lo logrado por su predecesora. En la continuación de la historia de Katniss Everdeen, ella y Peeta vuelven a casa tras resultar los vencedores en la edición 74 de los anuales Juegos del Hambre, pero su victoria no ha sido como las de los eventos pasados, su victoria ha sido vista como un acto de rebeldía por parte del Capitolio y como una incitación a la rebelión por parte de los Distritos subyugados bajo el poder del presidente Snow. Katniss, sin proponérselo, se ha convertido en una imagen icónica en la que la población ha depositado todo lo que les queda: Esperanza. Para apagar los estallidos de violencia en los Distritos, el presidente Snow, ayudado por Plutarch Heavensbee, el nuevo Vigilante Jefe, organiza unos Juegos del Hambre un tanto distintos, a los que denomina El Vasallaje, que no es otra cosa que una nueva competencia a muerte pero con los ganadores (o sobrevivientes, según Haymitch) de las ediciones anteriores de los juegos, y donde obviamente, estará presente La Chica en Llamas, a la que el Capitolio busca eliminar desesperada, aunque discretamente. Francis Lawrence, quien reemplazó como director a Gary Ross, deja de lado su toque personal (lo cual agradezco como no tienen idea) plasmado en cintas como Constantine o Soy Leyenda, y deja que sea la estética de la cinta anterior la que también envuelva a esta entrega dando una continuidad en la estética visual a la franquicia, pero mejorando muchos aspectos técnicos (claro que el hecho de que el presupuesto de esta nueva entrega sea de $140mdd -en comparación con los $78mdd de la anterior- tiene un poquito que ver), como una fotografía

más cuidada y la remoción de la turbulencia provocada por la cámara en mano que se empeñaron en usar todo el tiempo en la primera entrega y que más allá de crear una sensación de mayor realismo, terminaba por cansarnos y aturdirnos. En Los Juegos del Hambre: En Llamas, todo fluye con más naturalidad, en ningún momento decae el ritmo, y las escenas de acción están mucho mejor ejecutadas; sí, hay movimientos bruscos de cámara pero aún así nos es permitido ver la acción, a diferencia de la entrega anterior donde los encuadres y la acelerada edición nos permitían apenas enterarnos de lo que sucedía en pantalla. La historia también mejora bastante y se vuelve mucho más interesante, ya que en la primera mitad podemos ver las consecuencias políticas y sociales del desacato de Katniss al final de la cinta anterior (¡Ay, lo que hacen un poco de bayas y una promesa de trágicos amantes!) y en la segunda mitad podemos adentrarnos a los nuevos Juegos del Hambre, que a pesar de ser algo que ya vimos en la película anterior, no nos hace sentir que sea repetitivo, pues aquí, más que destacar la encarnizada batalla entre tributos, se enfoca en el establecimiento de las alianzas y el descubrimiento de los traidores (¿o acaso serán mártires?); aunque eso sí, hay acción, mucha y buena. Todo esto, por supuesto, es sostenido por el trabajo histriónico del reparto, desde la sensacional Jennifer Lawrence, quien está extraordinaria en este rol de Katniss que parece haber sido creado ex profeso para ella, hasta el verdaderamente intimidante Donald Sutherland como el presidente Snow; Josh Hutcherson y Woody Harrelson también demuestran que ya conocen sus roles (Peeta y Haymitch) como la palma de su mano y hacen su trabajo decorosamente. Destaca también la mayor importancia otorgada (a algunos en mayor medida) de ciertos personajes ya conocidos como Cinna (Lenny Kravitz), 73

nocidos como Cinna (Lenny Kravitz), Effie (Elizabeth Banks) y Prim (Willow Shields). Los Juegos del Hambre: En Llamas resulta una más que entretenida cinta de aventuras pre-revolucionarias donde lo único que le podemos reclamar es que no nos muestre más de la rebelión que se está gestando en las entrañas de Panem y que el final resulte sumamente abrupto, dejándonos con una sensación agridulce por un final que no termina de ser contundente y se siente como un 'cliffhanger' de serie televisiva cualquiera.


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n 2011, el director italiano Paolo Sorrentino se aventuró más allá de su lengua materna para ofrecernos su primera cinta (y única hasta la fecha) rodada en inglés. El filme, que toma prestado su título de la canción de la banda Talking Heads -cuyo vocalista David Byrne tiene una participación muy especial en la cinta-, nos presenta a un sorprendente Sean Penn encarnando a Cheyenne, una exótica estrella de rock estadounidense que ahora vive acomodadamente en el retiro en Dublín al lado de su esposa Jane (la siempre fantástica Frances McDormand), ésto gracias a sus cuantiosas regalías por sus grandes éxitos de antaño. Cheyenne recibe la noticia de que su padre, con quien no ha tenido contacto en 30 años, se encuentra agonizando en Nueva York, por lo que decide regresar a Estados Unidos para despedirse de él, un hombre judío que fue sobreviviente de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. El otrora exitoso cantante, que se empeña en mantener su estética gótica, llega demasiado tarde para despedirse de su padre, pero descubre, a través de algunos diarios de su padre, que éste había pasado casi su vida entera tratando de encontrar a Aloise Lange, un criminal nazi refugiado en suelo estadounidense, por lo que decide darle continuidad a la tarea de su padre y seguir con la búsqueda del anciano alemán que se ha escondido en Estados Unidos. This Must be the Place (a la que aquí en México la comercializaron bajo el infame título Un Lugar Maravilloso) es una suerte de road movie sobre un entrañable personaje -este rockero cincuentón con síndrome de Peter Pan (¿será por eso que habla así?)- que en su búsqueda por finalizar la inconclusa tarea de su padre, se encuentra con personajes gracias a los cuales termina no sólo por asumirse finalmente como un hombre -por eso finalmente se decide a fumar-, sino que se transforma y se reconcilia, aunque sea post mortem, con su padre y consigo mismo, encontrando finalmente la anhelada 'venganza', que finalmente termina siendo más bien 'redención'. 75


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a cadena de televisión de paga HBO lanzó hace un par de meses una nueva serie con formato de antología (cada temporada se nos cuenta una historia diferente, por lo que el reparto también cambia) protagonizada por Matthew McConaughey y Woody Harrelson como los detectives Rust Cohle y Marty Hart. La historia, que en tan sólo ocho capítulos abarca un lapso de 17 años y sigue a este par de detectives de homicidios en sus investigaciones sobre una serie de asesinatos con tintes metapsicópatas, se relata de manera fragmentada, y en ocasiones sin un orden cronológico, ya que sucede en dos líneas de tiempo: una en 2012 y otra a manera de largos flashbacks de la época cuando comenzaron las investigaciones en 1995. Es una suerte de rompecabezas que, con la información que nos van dando a cuenta gotas, debemos ir resolviendo a la par que hacen lo propio los investigadores. True Detective es escrita por Nic Pizzolatto, autor responsable de un par de guiones para el serial The Killing y de la novela Galveston, publicada en 2010 y de la cual ya se prepara una versión cinematográfica para el próximo año con un guión adaptado por el mismo Pizzolatto, quien sitúa la historia en su natal Luisiana, en la Norteamérica profunda, ese lugar donde existe un altísimo índice de crímenes en sus zonas rurales y cuya geografía pantanosa presenta el escenario perfecto para un relato denso, oscuro y macabro sobre un asesino metapsicópata. La serie rompe esquemas televisivos porque nos muestra algo que no se había visto en la pantalla chica, porque este no es un programa de detectives con personalidades opuestas que deben dejar de lado sus diferencias para atrapar a un asesino serial, el cual, por cierto, tampoco es el clásico y sanguinario asesino de siempre, pues a diferencia de otros, éste personaje no suele satisfacerse y fascinarse con el simple hecho de matar, sus motivaciones también están guiadas por sus profundas y retorcidas creencias religiosas que involucran incluso rituales espirituales/metafísicos. A Rust y Marty nos los presentan, en un principio, a través de videos policiales donde aparecen siendo entrevistados por otro par de detectives, un recurso narrativo que nos ofrece a los personajes a manera de documental y los hace más verosímiles y cercanos. Son personajes complejísimos con unas psiques deliciosas y que es un placer ir descubriendo más detalles sobre ellas a

través de las declaraciones frente a la cámara, y también a través de sus conversaciones o, casi siempre, discusiones. Y así, mientras uno (Rust) se avienta unos fantásticos monólogos filosóficos/metafísicos existenciales de lo más pesimistas, tenemos al otro (Marty) un poco más alivianado pero viéndose perseguido por cuestionamientos de una índole más moral y ética sobre su persona, su trabajo y su abnegado matrimonio. En este apartado es preciso señalar las extraordinarias actuaciones de todo el elenco, pero principalmente el desempeño de McConaughey y Harrelson, pues ambos nos entregan trabajos fantásticos y como muy pocas veces son vistos en estos terrenos tan alejados de la pantalla grande, particularmente por parte del recién ganador del Oscar como Mejor Actor, quien posiblemente reciba un Emmy para hacerle compañía a los otros galardones que ha cosechado con su trabajo al lado del canadiense JeanMarc Vallée en Dallas Buyers Club. Otro de los grandes aciertos de la serie, es la magistral dirección de Cary Fukunaga, de quien hemos podido ver hasta ahora dos filmes: Sin Nombre (2009) y Jane Eyre (2011). El realizador, de ascendencia japonesa y sueca, se ha encargado de la dirección de los ocho capítulos, con lo que podemos tener un trabajo prodigioso al lograr cohesión y coherencia en cuanto al estilo de la serie, a diferencia de otros seriales donde, al tener a varios directores en cada temporada, hay irregularidades en estos aspectos a lo largo de una serie de capítulos. Aquí no, aquí se logra una esencia, un espíritu único que permea y se mantiene a lo largo de todos los capítulos, por lo que no sería errado considerarla, más que una serie, una película de ocho horas. True Detective es una gran producción de HBO de muy lenta y opresiva cocción (por eso no será para todos los gustos) y con suficiente suspenso y giros para mantener hipnotizados a los espectadores que, valerosos, se atrevan a seguir adelante tras ese primer momento con esos extraordinarios planos de los campos de cultivo en llamas, donde se ha dejado el cuerpo de la víctima que desatará la investigación que se prolongará por casi dos décadas; todo ello en medio de atmósferas que nos recuerdan en gran medida a Zodiac (2007) de David Fincher; además, True Detective también se caracteriza por sus grandes proezas de producción, como el final del cuarto capítulo con un plano secuencia de casi siete minutos, algo muy poco 77

común en las series de televisión. Y por si fuera poco, además que ésta propuesta es un gran producto de entretenimiento de la mayor calidad posible, también se da el lujo de diseccionar nuestra naturaleza humana y criticar de una manera implacable a nuestras instituciones, tanto gubernamentales como religiosas, porque en el camino que recorren los detectives para encontrar a 'The Yellow King', mote con el que se le conoce al metapsicópata serial, descubren también los trapitos sucios de algunos miembros de la policía y de líderes o guías espirituales cristianos de la comunidad. Ya con el capítulo final transmitido el pasado 9 de marzo, y aunque eso era ya previsible desde el fantástico y enganchador final del primer capítulo, True Detective se ha convertido en un serial de culto, uno que vino a llenar el lugar que dejó la también muy celebrada Breaking Bad. Este último capítulo se ha convertido para HBO en el final de temporada de una 'serie nueva' con mayor audiencia desde la también fantástica Six Feet Under con estreno en 2001. La serie reunió a 3.5 millones de espectadores frente a las pantallas de TV para presenciar el desenlace de la historia; y aunque podría parecer que 3.5 millones de telespectadores no son una gran cifra, debemos recordar que el serial se transmite por la cadena HBO, una empresa de televisión premium y que no es cualquier sistema de televisión de paga con programación básica. Además, el sistema HBO Go, que ofrece la misma cadena para ver el capítulo en línea horas después del estreno en televisión, colapsó por algunas horas debido al gran tráfico que se generó al momento de colocar este último episodio online, por lo que ahí podemos ver otra muestra del gran éxito de la serie, de la cual, por alguna extraña razón, no ha sido anunciada oficialmente la realización de su segunda temporada, aunque el creador y escritor del concepto ya ha revelado algunos detalles sobre la próxima historia, dejando entrever que podría ser una historia con, por lo menos, una mujer protagonista y en un ambiente muy alejado de la zona rural de Luisiana. Lamentablemente, el director Cary Fukunaga no regresará como director, aunque se mantendrá como productor ejecutivo de la serie, la cual podría tener a dos o tres directores para la segunda temporada, la cual tendrá un gran reto al buscar igualar el nivel que ha dejado la historia de Rust y Marty.


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no de los hombres más notables en la industria del entretenimiento por televisión, J.J. Abrams (a quien debemos series como Alias, Lost o Person of Interest), y uno de los directores más poderosos en la industria hollywoodense, el recién ganador del Oscar como Mejor Director, Alfonso Cuarón, unen sus fuerzas para producir Believe. En esta nueva apuesta serial nos acercan a una niña llamada Bo (interpretada por Johnny Sequoyah), que posee asombrosas habilidades que han provocado que muchos la persigan, ya sea para ayudarla o para explotar sus dones para su propia conveniencia. En la serie también conoceremos a Tate (Jake McLaughlin), un convicto condenado a muerte al que le es ofrecida su libertad a cambio de la protección de la pequeña Bo para mantenerla a salvo del malvado Skouras (encarnado por Kyle MacLachlan). El capítulo piloto de la serie ha sido coescrito por Abrams y Cuarón, mientras que la tarea de dirigir el primer capítulo del serial recayó en el mexicano; la primera temporada de esta serie, conformada por nueve episodios, ocho de los cuales serán ya dirigidos por Jonas Pate, se estrenará el 10 de marzo en la cadena NBC en Estados Unidos y una semana después, el día 17, en nuestro país pero a través de Warner Channel.

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La Ley del Deseo (1987)

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