CELULOIDE DIGITAL - OCTUBRE 2014

Page 1



01


REDACCIĂ“N

www.facebook.com/celuloidedigital

02

www.twitter.com/celuloidemag

revistaceluloidedigital@gmail.com



04


05


C

on esta cinta el director logra ganar más mi admiración hacia su trabajo, si ya me había conquistado con su The Thin Red Line hace muchos años, hace poco ocurrió lo mismo con Days of Heaven y The Tree of Life; pero no había tenido oportunidad de ver la opera prima de este gran director. Aterrizando la historia en el sur de E.U., un 'cuento de hadas' da inicio al ver a la joven Holly ensayando con su bastón y un perdido Kit interesado por saber quién es esta chica; al transcurrir la narrativa vamos encontrando una historia llena de amor e inseguridades naturales en la vida de todo joven tiene durante su juventud. Con unas extraordinarias actuaciones de unos desconocidos Martin Sheen y Sissy Spacek, ambos demostraron sus dotes actorales con un profesionalismo, todo esto a sus cortas edades. Los detalles técnicos siempre han bien-acompañado a Malick, desde el bien usado 'voz en off', hasta la fotografía y la banda sonora, incluyendo el soundtrack utilizado, todo logra un deleite visual y sonoro que termina de enamorarnos de la historia. Malick muestra sus primeros dotes de director y lo hace de maravilla. Altamente recomendable para todos aquellos que simplemente quieren ver una historia de 'amor' (si lo quieren ver desde ese punto de vista).

06


07


08


L

as bodas son ya inherentes a la comedia romántica, ya sea porque al final de las películas, y con el último beso, ya se vaticina el nupcial futuro de la pareja protagónica, o porque, en otras ocasiones, estos eventos sociales forman incluso parte vital de la trama o son el tema de la misma, como en el caso de la insufrible Guerra de Novias (Bride Wars; 2009), la muy guarra Damas en Guerra (Bridesmaids; 2011), la sangrienta [REC]3: Génesis (2012) o la muy reciente -y decepcionan-te- propuesta nacional Cásese quien pueda (2014). Dentro de la cinematografía producida en la península ibérica, más concretamente en España, además de la ya mencionada [REC] 3: Génesis (y que ya viene la cuarta entrega para este mismo mes), recientemente también se han producido filmes con tramas nupciales como La Gran Familia Española de Raúl Sánchez Arévalo (con múltiples nominaciones al Goya y con estreno fijado para este mes en México) y 3 Bodas de Más (2013), título original de la película que este mes llegará a nuestras latitudes con el incomprensible cambio de título de Las Bodas de mis Ex. La película, dirigida por Javier Ruiz Caldera, sigue a Ruth (Inma Cuesta), una joven que trabaja como investigadora en una universidad, y cuya vida amorosa en los últimos años ha sido un desastre, aunque el panorama siempre puede empeorar, como en su caso, pues repentinamente recibe una invitación para la boda de su ex novio. ¿Qué puede ser peor que tu ex novio se case con otra mujer y, además, te invite a su boda?, se pregunta Ruth, pues recibir otras dos invitaciones para asistir a las bodas de otros dos de sus ex novios, hombres a los que alguna vez consideró como 'los hombres de su vida', y que en menos de un mes, verá como unen sus vidas a los de sus nuevas parejas. Pedro (Berto Romero), un alérgico al compromiso presuntamente cambiado en su perspectiva respecto al matrimonio; Mikel (Paco León), un popular surfista al que le falta uno que otro tornillo, y Álex (Lau09

ra Sánchez) un hombre que ha decidido transformarse en mujer para casarse con otro hombre, son los ex novios a cuyas bodas deberá acudir la protagonista, acompañada de la mejor pareja que ha podido conseguir ante tal emergencia: Dani (Martiño Rivas), el nuevo becario de la universidad donde trabaja. Aunque se pierde hacia el tercer acto el ágil ritmo que había mantenido durante gran parte de la película, y la resolución amorosa final se siente no sólo anti climática -por previsible-, sino también forzada y nada natural, el filme en su conjunto es una muy aceptable propuesta cómica que deja ver el talento del director para este género en el que no busca descubrir el hilo negro de la comedia, sólo retomar los elementos que se han probado que funcionan y utilizarlos de una manera, si bien no del todo original pues no está exenta de situaciones trilladas-, sí con un timing atinado y gags muy trabajados que combinan el humor y las situaciones de la clásica comedia romántica, con el humor un poco más guarro de otras propuestas estadounidenses como de los hermanos Farrelly, pero utilizado tan sólo en algunos puntos del filme y con cuidada mesura. El trabajo actoral acertado del reparto ayuda también a proporcionarle frescura a la cinta, los personajes, que si bien no son psicológicamente complejos, resultan bien construidos, bien escritos, y cada uno con sus muy particulares características únicas; es necesario aquí señalar el gran trabajo protagónico de Inma Cuesta, pues su Ruth es una chica simpática, adorable, pero también con toda la determinación de una mujer valiente que se aleja de la imagen de la chica/objeto de las comedias machistas y, por el contrario, resulta una mujer protagonista activa y con mucha iniciativa. 3 Bodas de Más/Las Bodas de Mis Ex es una propuesta con leves fallos que se pueden pasar por alto, lo cual tendrá como recompensa pasar un rato sumamente entretenido y divertido en un domingo por la tarde con el/la novi@.


10


E

l inclasificable relato de la ópera prima de John Cameron Mitchell es la adaptación de su propia obra de teatro musical de Broadway y sigue a Hedwig (el mismo Cameron Mitchell), un transexual nacido en el lado oriental de Berlín el mismo año que comenzó la construcción del muro que dividió la ciudad -y la sociedad- alemana; producto de la relación entre un soldado americano y una alemana comunista, Hedwig siempre padeció la estricta educación de su madre y la frustración con el juicioso entorno en el que le tocó vivir, pero a la edad de 25 años, encuentra en una relación con el sargento norteamericano Luther Robinson (Maurice Dean Wint) la oportunidad perfecta para alcanzar la libertad al otro lado del muro, pero para poder casarse con él debe someterse a una operación de cambio de sexo, la cual no sale del todo bien y Hedwig se queda en la entrepierna con esa pulgada irritada y rabiosa (angry inch) a la que hace referencia el título del filme y una de las canciones que con fiereza interpreta en algún punto de la película. Poco tiempo después de haber dejado el lado oriental de Alemania, es abandonado por el Sargento y decide entonces crear una banda de rock, lo que le dio la oportunidad de conocer a un joven con padres fanáticos religiosos llamado Tommy (Michael Pitt), al cual adopta como su amante y protegido antes de ser traicionado por éste, quien bajo el nombre de Tommy Gnosis -bautizado así por el propio Hedwig- se lanza como cantante con las letras y composiciones que le robó a Hedwig, por lo que éste decide perseguirlo por toda su gira a través de Es-

11

tados Unidos y busca sacar a la luz la verdad sobre la 'originalidad' de la música de Tommy, quien ofrece conciertos masivos en reconocidos recintos, mientras que Hedwig se presenta en modestos restaurantes buscando un poco de ese reconocimiento tan merecido. Hedwig and the Angry Inch se convirtió en toda una revelación en 2001 no sólo por su propuesta visual y potente banda sonora, sino por su fantástica y original anécdota que grita y canta un discurso sobre la autoaceptación, logrando llevarse premios en diversos festivales de cine como Sundance y San Francisco. John Cameron Mitchell entrega una poderosa interpretación protagónica, una estrella de rock transexual con salvajes toques de glam y punk; el filme está cargado de un delicioso humor negro, es irreverente, divertida, rara y punzante, plagada de alegorías religiosas -no sólo sobre el catolicismo o cristianismoy referencias a la cultura pop, es una ópera rock contracultural que se convirtió en todo un símbolo para la comunidad LGBT de comienzos de siglo, es un documento fílmico sobre el autodescubrimiento, la libertad interna y la libre expresión, una retorcida fábula llena de comedia, color y energía, es una propuesta original y diferente. Hedwig and the Angry Inch fue para la primera década del nuevo milenio lo que significó El Show de Terror de Rocky (The Rocky Horror Picture Show) para la década de los setentas, o lo que significó Velvet Goldmine para los años 90, una trasgresora joya imprescindible del universo cinematográfico underground.


12


N

iko Fischer despierta al lado de una chica en un apartamento en Berlín. Mientras él se alista para salir furtivamente de la escena, ella despierta y le ofrece una taza de café, así como una cita para verse nuevamente esa misma noche; pero con tan sólo una antipática mirada del joven nos queda claro (a la ahora molesta chica y a nosotros) que ninguna de las dos propuestas le apetece. Desde esta secuencia inicial nos queda claro el discurso del filme: el desencanto (ya no tan) juvenil y la falta de rumbo. Tom Schilling es el extraordinario protagonista de Oh Boy, ópera prima del alemán Jan-Ole Gerster, quien también escribió el guión del filme que narra, en tan sólo hora y media, 24 horas en la vida de Niko a través de una serie de situaciones que lo hacen replantearse la búsqueda de su futuro en un día muy particular donde todo le sale mal, pues desde la desafortunada situación con la chica con la que amaneció, hasta la imposibilidad de poder tomarse un simple y sencillo café en todo el día, vuelven aún más difícil el hecho de que su padre se ha enterado que ha abandonado la carrera de Derecho desde hace un par de años y ha gastado los mil euros que mensual y puntualmente le depositaba en su cuenta bancaria; "me queda claro que lo único que me queda por hacer, es no hacer nada por ti", le advierte a manera de ultimátum su acaudalado progenitor. La película es sencilla y elegante en su forma, una puesta en escena con un exquisito manejo del blanco y negro y con una fotografía impecable de Philipp Kirsamer, pero es también poderosamente discursiva en su fondo a través de las situaciones que, al igual que Niko, deambulan entre la comedia y el drama. Así, entre las confesiones de su nuevo vecino sobre sus problemas maritales/sexuales, los reencuentros con una ex compañera de escuela con traumas sin resolver por viejos problemas de obesidad y las visitas a un set de filmación acompañando a su amigo actor en decadencia, el ya casi treintañero protagonista se replantea su existencia, sobre todo, después de un encuentro y una agradable charla en un bar con un desconocido y ebrio anciano que ha regresado a su Alemania después de sesenta años. Y al final, al comienzo de otro día, nuevamente al amanecer pero ahora finalmente con el tan anhelado café sencillo en la mano, Niko se sienta solo en la cafetería, mientras la ciudad y las personas siguen igual, pero él, tal vez, ya no sea el mismo.

13


S

e trata de la ópera prima de Catalina Aguilar Mastretta, con un duelo de actrices desde la joven pero con sobresaliente actuación de Cassandra Ciangherotti, hasta las ya reconocidas Maria Rojo, Isela Vega, Arcelia Ramírez y Evangelina Martínez, así como Julio Bracho e Isabel Camil; juntos conforman las divertidas y en ocasiones dramáticas actuaciones de este filme. Las Horas Contigo muestra los diferentes matices de las tan diversas generaciones que constituyen una familia, desde la nieta que quiere ser independiente, que cree no necesitar de una pareja y no se siente convencida de querer ser mamá; la mamá, que sabe que cometió muchos errores al tratar de educar a su hija, que la quiere con todo su corazón, pero que también se permitió vivir y cometer errores en este proceso; y la abuela, que fue el centro de la familia, que dio dirección y les dejó lo más importante: el lazo familiar que las unirá toda la vida. La historia se desarrolla desde el sentir de Emma (Cassandra Ciangherotti), la nieta, todo gira desde su perspectiva, ella tiene un vínculo muy fuerte con su abuela de muy avanzada edad quien ya está enferma y muy cercana a abandonarlas. La mamá (María Rojo) tiene una visión muy divertida de la vida, ella no se complica y tiene un lenguaje muy atinado al llamar las cosas como son. Emma se encuentra en un momento muy deci-

sivo en su vida, pues tiene una pareja y sospecha estar embarazada, ella tiene todas las dudas que puede sentir una mujer a su edad y en su etapa: "¿seré buena mama?", "¿sabré educar a mis hijos?", "¿no perderé mi independencia?", "¿el papá será mi pareja para toda vida?", "¿realmente quiero compartir esto con él?". Por otro lado, la mamá está tratando de aceptar y buscando que la partida de su madre sea lo menos dolorosa para todos, y a pesar de su sentido del humor, a ella la encontramos disculpándose y reconociendo los errores que cometió. Y la abuela (Isela Vega) tratando de seguir físicamente con ellas, dejando enseñanzas y uniendo a todas las generaciones. Sobresale que no hay un malo es este filme, tú y tus propios miedos son quien te atoran y no te dejan o limitan el seguir tu andar. Es una película con divertidas vivencias, con un toque emotivo donde cualquier persona se puede ver reflejada, tanto hombre como mujer. Ya que el pasar de una etapa a otra crea incertidumbre, el que la sociedad cada vez exija más sobre el papel que se supone nos corresponde nos puede poner en duda constante sobre nuestras decisiones ante la vida. Realmente vale la pena ver el filme, el lenguaje es divertido y se presta para que la disfrutes con amigos, novio, familiares. Es apta para todo público ya que cuenta con una sensibilidad cautivadora y catártica. Altamente recomendable.

14


15


C

atalina Aguilar Mastretta, una directora joven que combina su frescura con una gran sensibilidad, que sorpresivamente sedujo la atención con su primera película, Las horas contigo (2014), tocando un tema común en la vida de cualquier mortal: las generaciones que se van y nos dejan múltiples enseñanzas, y las que van llegando a nuestras vidas para ayudarles a forjar el inicio de su camino. ¿Cómo nace tu película? Arrancó como una película chiquitita, fue pensada como un trabajo de escuela de guionismo en Los Ángeles junto con mi novio, que era productor, y estaba pensada en no gastar. Se pensó en la casa de mi abuelita, luego de di el guión a Roberto Sneider para que me diera notas al gusto y de ahí se decidió hacerlo en grande, se volvió un poco más ambiciosa de lo que era, pero en el corazón estaba la idea de la relación entre el abuelo y el nieto, lo que significa crecer y tener pérdidas. El cómo se muere una generación y tú accedes al siguiente paso. Es parte de tu historia... La parte de mi abuela sí, tiene que ver con lo que significó para mí y mis primos que se muriera mi abuelita, y su casa que era un espacio que todos veíamos como tierra natal. Hay una frase que dice “no creciste aquí pero aquí fuiste más feliz que en otro lado”, es la parte de la conexión con el espacio, con la casa de la abuelita, era un lugar muy entrañable, la sensación y la idea de lo que significa perder eso, esto sí lo quería plasmar, lo demás es un conflicto ficticio. La última frase de mi abuela se me quedó muy presente, entonces esta es su versión de ficción. “La última y primer palabra: Mamá”. 16


Es una película muy femenina... Es chistoso, cada vez que me preguntan eso pienso: “nadie le dice a Tarantino '¿por qué haces películas tan masculinas?'”, muchos hombres escriben películas pobladas de hombres y supongo que por ser mujer te salen historias de mujeres, porque es el mundo en el que has estado, en esas reuniones familiares, en la casa de mi abuela generalmente acabábamos sentadas juntas platicando de algo, pero pienso que también hay un espacio de hombres que hacen lo mismo y lo hemos visto mucho en el cine. No lo traté como bandera femenina de hacerlo, pero así salió. Tratamos de darle a los personajes masculinos, aunque tengan poco tiempo en pantalla, arcos interesantes, esta historia de la chava que primero quiere ser independiente y vivir sin el novio y que finalmente dice 'sí, ayúdame, sí le entro al matrimonio'. Se vale hacer pareja y a ver qué pasa. A los hombres jóvenes muchas veces les exigen, también está complicado ser hombre pues tienen una disyuntiva muy fuerte, pues tienen que ser muy hombres, masculinos, exitosos, protectores, pero también deben ser sensibles, dejarnos ser. Todos los roles están complicados. Los hombres también se identifican con la historia, finalmente ellos también piensan en el momento adecuado para casarse, para tener hijos, cómo organizo mis prioridades, finalmente creo los hombres se pueden identificar con el personaje femenino sin problema. Lo más complicado de la película... El rodaje, por muchas situaciones, pero de manera técnica por la forma como se filmó, no fue muy tradicional, se filmaron muchas repeticiones de la misma escena, queríamos mucha naturalidad, para los actores fue muy cansado y con razón, de repente es más fácil hacer una sola toma, pero no, nosotros queríamos una cosa más estructurada, entonces, eso es fue muy divertido pero sí lo más complicado. ¿Quién es tu actriz revelación? Cassandra Ciangherotti es una chica que hizo Tlatelocco, pero no fue el personaje principal ahí, pasan muchas cosas, pero ella no es el centro de la película a diferencia de esta, este fue su primer protagónico, en Las horas contigo ella sale en todas las escenas y no sólo eso, todo está desde su punto de vista, pues todo gira alrededor de ella, de lo

que ve, lo que oye, lo que siente, es la experiencia desde la chica. ¿Cómo convenciste a las grandes actrices? Sí fue de convencerlas pues no teníamos para pagar lo que realmente tendrían que haber cobrado. Con María Rojo tuve mucha suerte, pues ella tiene un protagónico fundamental, tiene las mejores líneas las mas simpáticas, al mismo tiempo muy protagónico, es difícil tener papel como éste, a María le gusto el papel decidió entrarle al proyecto. Isela Vega, ella había trabajado con Roberto en Arráncame la vida, yo no la veía como la abuelita dulce y pensar en que debería estar cinco semanas en la cama sin hacer nada y eso para cualquier actriz es un reto espantoso, pero cuando la conocí dije 'es perfecta'. Esos ojos, es maravilloso, sí le tuvimos que insistir pero al final aceptó. Su actuación con los ojos y el cuello te dice todo. Arcelia Ramirez es una mujer con tanta experiencia que hasta fuera de cámara quiere escuchar qué hacer, está todo el tiempo escuchando y haciendo. Profesional y excelente actriz. Arcelia tiene una dedicación al detalle y una vulnerabilidad, pero nada protagónica, siempre en relación a su personaje, realmente me sorprendió muchísimo su profesionalismo.

más importante para mí es mostrarle el trabajo a las actrices y que se conmovieran al ver el trabajo que ellas realizaron, el que se sintieran naturales y satisfechas, eso me conmueve y me dice que el trabajo estuvo bien.

¿Fue un reto trabajar con ellas? Sí, con un reparto de este peso y trayectoria es un gran reto, ¿sabes qué es lo que pasa?, con buenos actores es que todo lo que hagan está bien.

¿Cómo preparaste el trabajo con las actrices? Si hay malas actuaciones evidentemente es mi culpa, pues son actrices probadas y reconocidas, sí creo que recae en el director y editor, siento que trabajamos de diferentes modos dos semanas de ensayos, platicábamos y nos conocimos más, tratando de entender la personalidad de cada una de las seis, platicando a ver que salía, lo que cada una pensaba, hubo diferentes tandas de reuniones, tuvimos un trabajo practico con Arcelia y una enfermera real, donde Arcelia absorbió totalmente la información de cómo moverse, la imagen, todo, ese tipo de detalles que Arcelia cachó, muchas cosas mecánicas de cómo levantar a alguien, muy útiles para su papel. Ese fue el trabajo previo.

Tus padres... Son muy malos como críticos, son absolutamente papás, pues todo les parecía bueno porque lo hice yo, entonces no son buenos. Me apoyaron mucho y nos visitaban en set pero nada más

¿Qué sigue para la película? Tenemos distribución con Videocine, no sabemos cuando sale pero sí este año y tratar de ir al mayor número de festivales. Pero la terminamos hace dos semanas así que no está muy claro todavía.

¿Te ha ayudado en algo la familia? Es algo que no se puede negar, como mis papas son escritores, conozco otros escritores, conozco directores como Roberto desde los 15 años, pero hasta ahí, las familias que son abogados, conocen a grandes abogados, en fin es el medio en el que te mueves y las relaciones que vas forjando.

¿Qué le dirías a la gente para que decida verla? Que es una película muy emotiva, emocionante, que puedes ver con muchos tipos de gente, amigos, novio, la puedes experimentar con la familia y eso no es fácil de encontrar en general en el cine, también es rara, es una película de gente buena que está haciendo su mejor esfuerzo, a pesar de que en el mundo hay tanta maldad también hay mucha bondad y amor, por eso creo que es catártica y eso es lo que creo que es el punto fuerte de la película y que espero la gente quiera experimentar.

¿Te sientes satisfecha? Es imposible, siento que, como director, todo el tiempo estas pensando: "aquí nos equivocamos, aquí debió de durar más o menos". Es muy difícil, pero lo 17


A

l terminar una relación puedes hacerlo de dos maneras: siendo completamente infantil e inmaduro, lanzando sus cosas por la ventana y gritándose palabras que después no recordarás, o bien, puedes ser la persona madura y aceptar que han crecido en direcciones distintas, prometiendo que continuarán siendo amigos. —¿Somos amigos verdad?— Sonrío Roberto. Roberto era un chico genial, estaba segura que cualquier chica que lo enganchara sería afortunada aunque con esa genialidad venía un poco de estupidez, bueno no se puede ser tan guapo y ser inteligente, por algo lo nuestro no había funcionado. Era eso o la tipa con la que me engaño. —Por supuesto— Asentí con la sonrisa más falsa del mundo, esperando, rogando que no me fuera a decir gorda. —Perfecto, quiero que conozcas a Liz. —¿Liz? —Mi novia. —Asintió con una gran sonrisa imbécil. —¿No es la pelirroja del otro día? Tu sabes, la que estaba en nuestra cama. —¿Eso había sonado sarcástico y cool y no herido y amargado, verdad? —Ah, sí… Por cierto gracias por llevarla a su casa ese día. El ser amigo o amiga de un ex tiene muchas ventajas pero más que nada tiene desventajas. Te piden favores, olvidan quien eres y te hacen comentarios completamente innecesarios sobre su nueva relación. “¿Somos amigos, verdad?” Es la pregunta más terrible del mundo porque sabes que quien la hace está rompiendo contigo, pidiéndote un favor, a punto de decirte que tienes sobrepeso o algún trozo de comida atorado entre los dientes, nada bueno sale de esa pregunta. —Bien, terminemos con esto. —Le dije al llegar al restaurante donde supuestamente conocería a Liz. — Hola Liz, soy… —Ella es Martha. —Corrigió rápidamente Roberto. —¿Qué paso con Liz? —Eh, nos encontró a Martha y a mi… —No necesitas decir más. —Negué rápidamente— Hola Martha. 18

—¿Y bien?—Pregunto Roberto después de unos días.— ¿Tiene tu sello de aprobación? Porque planeo casarme con ella. —¿Te casarás? —Ya te lo había dicho, varias veces. —Sí pero todas esas veces terminan cuando tu las engañas con la mesera o la directora de catering. —Eso es agua pasada. —Sonrío jovialmente— En fin, la mejor amiga de Martha era Liz y creo que no puede ser la madrina así que tendrás que hacerlo, ¿lo harás, verdad? ¿somos amigos? Nunca había querido pensar en bodas el hecho de estar sepultada hasta el cuello en tul me volvía loca y heme aquí probando pasteles y empacando arroz en bolsitas de seda. Rogaba por que llegara el día, al fin podría volver a mi naturaleza de solterona-aburrida-amargada-odiacosas-suaves-y-cursis. —¡Justo te estaba buscando! —Exclamo Roberto entusiasmado, al fin, se casaría y me dejaría en paz. — ¿Dirías que somos amigos verdad? —No, no lo somos… —Murmure al darme cuenta, una rubia lo sujetaba del brazo y susurraba cosas a su oído.— ¿En tu boda? ¿Quién es esta ahora? —La prima de Martha, Rubí. —Explicó como si nada. —¿A dos días de tu boda? —Se encogió de hombros y sonrió como un niño al que han cachado robando dulces. —¿Somos amigos verdad?— Nunca me había considerado una persona agresiva aunque si una persona que pierde los estribos fácil, eso, pierdo los estribos fácil. Estaba tan molesta con Roberto que lo único en que podía pensar era en las clases de boxeo que había tomado hacia unos años: “Un pie delante del otro, busca tu centro y golpea con el puño cerrado” —¿Somos amigos verdad?— Pregunté cuando subió a la ambulancia, Martha le sujetaba la nariz, la posiblemente rota nariz.


19




22


C

asi una década después de alcanzar un enorme éxito tanto en taquilla como en crítica, llega la secuela de la cuidadísima adaptación fílmica que supuso La Ciudad del Pecado (Sin City; 2005), una película que replanteó la manera de llevar novelas gráficas a la gran pantalla y refrescó al Cine Negro en Estados Unidos. La dupla directiva conformada por Robert Rodriguez y Frank Miller -creador del cómic homónimo original- está de regreso con una nueva película conformada por tres historias -más un breve prólogo-, todas ellas conectadas a través del personaje de Marv y el famoso Kadie's Saloon. En el brevísimo episodio que sirve como preámbulo del filme -Just Another Saturday Night- nos encontramos con Marv (nuevamente Mickey Rourke aunque con una caracterización mucho más recargada), quien se encuentra a un lado de un accidente en el que se ha visto involucrado un auto de la policía, aunque no recuerda nada del incidente. Tras hacer memoria de lo sucedido, emprende la huída para refugiarse en Old Town, lugar donde es protegido por las sigilosas y mortales ya conocidas figuras femeninas que resguardan los límites de esa parte antigua de Basin City. La primera historia ya en forma -The Long Bad Night- presenta un nuevo personaje, Johnny (interpretado por el siempre agradable Joseph GordonLevitt), un carismático aunque arrogante galán que parece tener siempre la suerte de su lado, que llega al Kadie's Saloon donde se reúne el senador Roark (Powers Booth) para apostar clandestinamente en el poker; el siempre triunfador acaba pagando el precio de su osadía y termina demolido en el asfalto jurando venganza -el desenlace de esta historia es insertado entre el segundo y tercer segmento.

23


El segundo relato del filme -del cual se toma su nombre para el subtítulo de la película y cuyo argumento ocurre antes de los sucesos del filme original- sigue al detective Dwight (esta vez con la cara de Josh Brolin sustituyendo a Clive Owen), quien recibe una llamada de Ava (Eva Green), una seductora mujer que tiempo atrás le rompió el corazón y que ahora busca su ayuda para librarse de su tiránico esposo, aunque en realidad se trata de una trampa para deshacerse de su marido sin mancharse las manos y poder cobrar la herencia; tras descubrir demasiado tarde- el plan de Ava, Dwight termina malherido, casi agonizante, por lo que debe regresar al lugar del cual nunca debió haber salido: Old Town, donde encontrará refugio y protección de su eterna enamorada -pero pocas veces correspondida- Gail (Rosario Dawson). La tercera y última parte de la película -Nancy's Last Dance- es protagonizada por Nancy Callahan (Jessica Alba), la bailarina del Kadie's Saloon que sigue sin poder superar la muerte de Hartigan (Bruce Willis con brevísimo cameo), por lo que se ha estado preparando física -a través de la práctica de tiro al blanco- y mentalmente emborrachándose para reunir valor- para ir tras el senador Roark, responsable de que Hartigan se suicidara en la película anterior; para lograr su venganza, Nancy recurrirá al siempre leal Marv y juntos irán tras la cabeza del congresista. Robert Rodriguez y Frank Miller -quien tiene un par de cameos en la cinta y uno de ellos es al lado de Rodriguez emulando una escena de la primera entrega-, vuelven a compartirnos ese violento y sórdido universo construido casi en su totalidad de manera virtual sobre pantalla verde y que marcó un hito en la manera de trasladar novelas gráficas a la pantalla de plata -sin La Ciudad del Pecado, no existirían 300 (2006) y Watchmen (2009), ambas, por cierto, de Zack Snyder. La propuesta estética monocromática que presentó la película de 2005, es aquí mucho más dinámica, más vibrante; nuevamente sorprende la escrupulosa traslación de las viñetas al mundo de las imágenes en movimiento. En esta nueva entrega se evidencia más la mano de Rodriguez -hay una sobrecarga de efectos especiales y armas extravagantes- y se nota menos la presencia de buen material de autor por parte de Miller -algunos personajes ni siquiera tienen sombra alguna de personalidad. No obstante estos excesos y carencias, el magnetismo de la propuesta sigue intacto. El selectivo blanco y negro sigue tan salvaje como hace diez años, o incluso más; el sentido del ritmo se mantiene vigoroso y no da descanso en este desenfreno digital de violento erotismo. Este ejercicio de estilo de pirotécnico film noir resulta visualmente estimulante aunque inferior a su predecesora en el trasfondo psicológico de sus personajes. Sin City: Una dama por la cual mataría vuelve a demostrar que el Cine Negro está más vivo que nunca, aunque sea creado digitalmente. 24


25


U

na nueva saga literaria ha dado el salto a la pantalla grande en busca de su propio mercado en el mundo juvenil. Esta vez se trata de The Maze Runner, saga escrita por el estadounidense James Dashner y conformada por una trilogía de novelas -The Maze Runner, The Maze Runner: The Scorch Trials y The Maze Runner: The Death Cure- más una publicación precuela -The Kill Order. El debutante Wes Ball, quien hasta ahora se había especializado en la creación de efectos especiales -aunque cuenta también con una lista de tres cortometrajes escritos y dirigidos por él mismo-, es el responsable de darle forma a esta aventura que gira en torno a Thomas (Dylan O'Brien), un chico que despierta amnésico en un oscuro elevador que lo lleva a 'el Área', un enorme terreno a campo abierto rodeado por altos muros; en el lugar conoce a un numeroso grupo de chicos que le dan la bienvenida y le explican que detrás de las altas murallas se encuentra un complejo laberinto plagado por letales criaturas biomecánicas a las que se les conoce como 'Penitentes'. Ninguno de ellos recuerda nada de su pasado a excepción de su nombre -lo único que les dejan conservar, según se advierte-; no recuerdan ni a sus padres, ni quiénes eran antes de llegar a ese lugar ni mucho menos cómo llegaron hasta ahí. Aproximadamente tres años han pasado desde que Alby (Aml Ameen), el primero de ellos, llegó al lugar de la misma manera que Thomas; desde entonces, cada mes un nuevo miembro es ingresado a la comunidad en la que se ha establecido una ordenada mini sociedad en la que se siguen las reglas de convivencia y de desempeño laboral para ganarse el alimento. Pero la llegada de Thomas da un giro a las cosas, pues muestra una curiosidad más allá de lo normal hacia el laberinto, el cual es explorado todos los días por los 'corredores', un grupo de chicos que dedican el día entero a recorrer el laberinto con el objetivo de trazar un mapa con la esperanza de encontrar una salida. La curiosidad y desobediencia de Thomas acarrea algunos problemas para la comunidad y la llegada de Teresa (Kaya Scoledario), la primera chica del grupo -y la última persona que, de acuerdo con una nota que lleva consigo, será enviada a 'el Área'- viene a complicar aún más las cosas para la aparentemente utópica sociedad que sólo busca sobrevivir el día a día. 26


27


28


Si bien se trata de otra historia ubicada un futuro post-apocalíptico donde existen sociedades distópicas que se desmoronan desde el interior ante la perpleja mirada de la comunidad y no representa una propuesta en absoluto novedosa -sobre todo cuando en los últimos años hemos sido testigos de muchos ejemplos llevados al cine como The Hunger Games, Divergent o The Giver-, es justo mencionar que The Maze Runner cuenta con un espíritu aventurero propio que la separa de otras propuestas juveniles. Además, otro de los aspectos que vale la pena considerar es que después de tener a Katniss, Tris y Bella como mujeres protagonistas de las últimas y más exitosas sagas juveniles, The Maze Runner tiene un protagonista masculino, así que pueden olvidarse de la pretensión tan de moda sobre el empoderamiento de los roles femeninos, aunque tampoco pretende regresar a la mujer al típico rol de la chica en apuros, sino que el papel de la única mujer en el grupo resulta ser tan activo en la cinta como el de cualquier otro miembro de la comunidad, lo cual no la vuelve una cinta con un discurso machista o feminista, sino uno que opta por la equidad. The Maze Runner es una historia sobre un grupo de chicos que busca sobrevivir a los peligros del hostil entorno pero que también se deben enfrentar con ellos mismos en una encarnizada batalla por el poder, y en este aspecto, la película equilibra perfectamente el ambiente natural de 'el Área' con el tétrico y tecnológico-científico universo del laberinto al otro lado del muro. Así tenemos que durante la primera mitad del filme nos encontramos frente a una extraña mezcla de El Señor de las Moscas y Lost que sorprendentemente funciona y nos permite conocer bien a los personajes más importantes para después, ya acercándose a la segunda mitad de la cinta, nos adentra en ese complejo laberinto que se mueve constantemente y nos remite irremediablemente a otra cinta clásica de anónimos experimentos socioculturales como lo es el filme de culto The Cube (1997). El guión -a cargo de Noah Oppenheim, Grant Pierce Myers y T.S. Nowlin- maneja muy bien la narrativa, la historia fluye sin tiempos muertos pues siempre hay algo interesante que se nos está contando y la gran química entre los actores logra mantener la atención del espectador a pesar de no escapar de los clásicos e infaltables clichés en las predecibles situaciones o en los estereotípicos personajes cuyo desenlace se puede advertir desde muy temprano en la cinta. No obstante, estos errores se vuelven menores gracias a que nos han puesto frente un producto que da prioridad a la historia y la complementa con la acción y los buenos resultados en los efectos especiales que, en conjunción, nos regalan secuencias frenéticas y emocionantes bien montadas. The Maze Runner es un sobresaliente trabajo de cine comercial que cuenta con los elementos para convertirse en todo un éxito y lograr ser una de las nuevas franquicias de cine, pues ésta, a diferencia de Divergente, sí se merece seguir adelante como saga. 29


30


J

onas es un adolescente que vive en una futurista sociedad aparentemente utópica en la que se ha dejado atrás el dolor, el sufrimiento y toda clase de emociones negativas al apegarse a la Monotonía e Igualdad, erradicando con ello toda profundidad emocional y existencial en sus vidas, inclusive renunciando a los colores, a los aromas y a los sabores. En la Ceremonia del Doce, en la que los adolescentes son promovidos hacia los puestos determinados que ocuparán por el resto de sus vidas, a Jonas se le encarga la tarea de ser el nuevo 'receptor', por lo cual recibirá todas las memorias colectivas previas a la Monotonía de parte del 'receptor' anterior -ahora convertido en 'dador'. Cuando el joven comienza a recibir todos los recuerdos y experiencias de la humanidad pre-monotona, se da cuenta de cuan superficial y vacua se ha vuelto la sociedad, por lo que se cuestiona todos los procederes que se practican dentro de una sociedad en la que él confiaba ciegamente y sin cuestionarse nada. Esta es la premisa de esta especie de variante juvenil de 1984 (George Orwell) que representa El Dador de Recuerdos (The Giver; 2014), la adaptación de la primera de cuatro novelas escritas por Lois Lowry que tienen lugar en el mismo universo y en un tiempo futurista distópico similar: The Giver (1993); Gathering Blue (2000); The Messenger (2004) y The Son (2012). La película dirigida por el bastante incapaz Phillip Noyce y protagonizada por la joven estrella en asenso Brenton Thwaites -Oculus, Maléfica, The Signal, entre otras-, el experimentado Jeff Bridges, la siempre fantástica Meryl Streep, la impasible Katie Holmes y el insípido por lo menos aquí- Alexander Skarsgard, llega en un momento donde la cartelera se encuentra saturada de este tipo de propuestas situadas en sociedades futuristas distópicas; tan sólo este año ya tuvimos La Gran Aventura Lego (The Lego Movie), Divergente (Divergent), Maze Runner: Correr o Morir (The Maze Runner) y dentro de un par de meses 31

tendremos la nueva entrega de la saga de Suzanne Collins, Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte I (The Hunger Games: Mockingjay Part I). Además, a estas propuestas comerciales hay que sumarles otras cintas un tanto alternativas como Snowpiercer (2014) y The Zero Theorem (2013), que aunque no han sido estrenadas en México, y posiblemente nunca se estrenen, sí están ya disponibles en On Demand, por lo que en esta reñida competencia de filmes sci-fi distópicos, El Dador de Recuerdos no se encuentra en una muy buena posición. A pesar de que la alegoría de la novela de Lois Lowry -y de todas aquellas en las que se inspiró como la ya mencionada 1984 de Orwell y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley- mantiene parte de su esencia en El Dador de Recuerdos, es la superficialidad de su propuesta -ligera y con la información ya procesadalo que hace que la cinta no tenga repercusión alguna en el público más allá del entretenimiento. Su buena manufactura, sus interpretaciones hasta cierto punto decentes, y su correcta narración -aunque con un estilo visual de lo más anodino y sin una pizca de sofisticación o ingenio-, no aportan absolutamente nada a una premisa ya conocida y de la que hemos presenciado mejores y más emocionantes versiones. Aunque por otro lado, se le puede reconocer a la cinta que su guión cuenta con una narrativa fluida que mantiene el buen ritmo y la atención a lo largo de las casi dos horas; así como también se agradece infinitamente que no se enfoque demasiado en la subtrama amorosa y no se convierta en un mar de sentimentalismos baratos como Divergente. El Dador de Recuerdos es una cinta de muy mediano alcance que seguramente no logrará fundar los cimientos para la expansión en cines de la saga impresa, como tan ingeniosamente lo ha hecho la franquicia de Los Juegos del Hambre, aunque si propuestas tan enervantes como Divergente sí tendrán continuidad en la pantalla, entonces ésta propuesta también tendría que merecer que se le dé seguimiento.


C

antinflas, el personaje creado por el torero, cómico, actor y empresario Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes (Ciudad de México, México, 12 de agosto de 1911 Ciudad de México, 20 de abril de 1993) es posiblemente la figura masculina más emblemática conocida mundialmente de nuestro cine, por lo que una película-homenaje era una cuestión que ya había tardado en producirse tras varios años de proyectos fallidos y demandas entre los familiares del legendario actor. Lamentablemente, el filme -que viene bajo la producción de Televisa y la dirección de Sebastián del Amo (El Fantástico Mundo de Juan Orol; 2012)- deja mucho que desear como propuesta artística sobre el cómico más famoso de México y, por el contrario, no representa más allá que una colección de viñetas -sin el menor rigor narrativo y mucho menos interpretativo por parte del multiestelar aunque desangelado conjunto actoral que logró reunir el filme- en las que se recrean pasajes importantes y ya conocidos de la vida del gran Mimo de México. Cantinflas (2014) narra de manera paralela los inicios en las carpas y el ascenso de Mario Moreno Reyes como cómico en la escena teatral y fílmica nacional durante la década de los años 30, así como la complicada planeación y etapa de preproducción, por parte del productor Michael Todd, de La Vuelta al Mundo en 80 días (Around the World in Eighty Days) de Michael Anderson, película estadounidense ganadora de cinco premios Oscar, incluyendo Mejor Película -derrotando así a otras como Gigante (Giant; Dir. George Stevens), Los Diez Mandamientos (The Ten Commandments; Dir. Cecil B. DeMille) y El Rey y Yo (The King and I; Dir. Walter Lang)-, en la que el mexicano debutó en la Meca del Cine interpretando al francés Passepartout, por cuya encarnación se hizo merecedor del Globo de Oro a Mejor Actor de Comedia en 1957. 32


33


34


La película se aleja completamente de cualquier exploración hacia algún elemento oscuro del personaje principal, como la complicada vida personal de Mario Moreno, envuelta siempre en escándalos sobre romances extramaritales (siempre con rubias) y su imposibilidad para tener hijos. En cambio, en Cantinflas se opta por ofrecer una visión siempre luminosa y dicharachera del comediante, magistralmente encarnado por el actor español Óscar Jaenada. Sin embargo, el encomiable trabajo de Jaenada no logra mantener a flote una película que hace agua por todos lados, desde su carácter de biopic genérico con enormes problemas de un guión que no termina por adquirir cohesión narrativa alguna en sus 102 minutos, así como el muy desigual desempeño actoral del resto del reparto, pues si bien es verdad que actores como Luis Gerardo Méndez o Ilse Salas buscan dar lo mejor de sí para encarnar respectivamente a Estanislao Shilinsky y Valentina Ivanova -'Valita'-, sus personajes van perdiendo fuerza e importancia en la historia, se van diluyendo a medida que el filme avanza e incomprensiblemente comienzan a insertarse una cascada de personajes secundarios -muchas veces innecesarios- que van desde lo pobremente interpretados -algunos de ellos ni siquiera mencionan una sola palabra y sólo parecen maniquíes sonrientes- hasta alcanzar la patética caricaturización -Ximena Rubio como María Félix es el claro ejemplo-; y bueno, de las caracterizaciones mejor ni hablamos porque quieren hacernos creer que con cambiarle el color de ojos a Bárbara Mori ya está lista para interpretar a Elizabeth Taylor, cuando todos sabemos que para interpretar a una leyenda de Hollywood de la talla de Liz Taylor también hace falta, por lo menos, ser actriz. Cantinflas, como tantas otras películas biográficas del montón, juega a la hipocresía deificando a una figura que, como es bien sabido, era tan luminoso como lóbrego. Es una película que le reconoce sus méritos como genio comediante y como exitoso empresario -lo cual es correcto que se le celebre y se le aplauda, pues gracias a su talento en ambas facetas se ganó su merecido lugar dentro de la Época de Oro del Cine Mexicano- y posiblemente funcione como un homenaje al mundo del cine -y al de Hollywood, no al mexicano, tal vez por eso piensen que tiene posibilidades de ganarse el Oscar (cosa que obviamente no ocurrirá). Posiblemente también funcione como un homenaje a toda la industria cinematográfica que se encuentra tanto al frente como detrás de las cámaras -actores, actrices, productores, directores, cinefotógrafos, guionistas, compositores, etc.-, pero está muy lejos de ser una película que hable del verdadero Mario Moreno, de ese hombre que frente a las cámaras hacía reír como nadie en el país con su papel de 'el peladito' que proclamaba las verdades que nadie más se atrevía a decirles a los políticos, pero que apenas se quitaba su personaje era un hombre parco, duro, severo, serio y amante de los lujos; un hombre que, con el paso de los años, fue estableciendo conexiones dentro del sistema político que tanto criticó en sus inicios, llegando incluso a realizar campaña política para la dictadura priísta . Este biopic de Cantinflas no intenta siquiera hacer un análisis más a fondo de la figura de Mario Moreno, no hay profundidad alguna en el personaje, no cuestiona ni explora al actor, a la estrella, sólo cumple con las órdenes y deseos de Televisa que busca reforzar la inmaculada y legendaria figura del comediante más importante que ha tenido -y que tendrá- nuestro país. Y es una lástima, pues el país ya se merece que se desmitifiquen sus figuras icónicas y se presenten sus personalidades como verdaderamente fueron, no como leyendas, no como mitos, sino como humanos. 35






L

a locura y la genialidad como elementos simbióticos que forman parte de la creación artística han sido ya abordados en incontables ocasiones en el mundo del celuloide. Ejemplos como Pi: El Orden del Caos (Pi; 1998) de Darren Aronofsky o Una Mente brillante (A Beautiful Mind; 2001) de Ron Howard, han plasmado historias de personajes con un gran coeficiente intelectual que, a pesar de su prodigiosas mentes capaces de discernir cosas imposibles para el resto de los mortales, comienzan a padecer enfermedades como esquizofrenia o diversos delirios degenerativos. Otras películas como Sed de vivir (Lust for Life; 1956) de Vincente Minelli, Pollock (2000) de Ed Harris, (Las Horas (The Hours; 2002) de Stephen Daldry y En el Camino (On the Road; 2012) de Walter Salles han presentado a personajes icónicos en el universo del arte (Vincent van Gogh, Jackson Pollock, Virginia Woolf y Jack Kerouac respectivamente) cuyas vidas transitaron entre la genialidad artística y la delirante locura autodestructiva. Y es precisamente la creación artística originada en un estado de desorden mental el tema principal en Frank (2014), una historia inspirada en las experiencias de Jon Ronson mientras fue tecladista de la Frank Sidebottom and the Oh Blimey Big Band, agrupación liderada por Frank Sidebottom, excéntrico personaje creado por el comediante y músico inglés Chris Sievey a finales de los 80 en la escena musical de Manchester y que muriera en esa ciudad el 22 de junio de 2010 a causa de cáncer de garganta. El alter ego de Jon Ronson en la película, Jon Burroughs (Domhnall Gleeson), es el personaje que funciona a manera de hilo conductor y que nos lleva por un viaje que apenas sobrepasa los noventa minutos, pero que termina por ser toda una odisea a través de una sobresaliente psique creativa. Jon es un joven aspirante a músico que, en un absurdo encuentro en la playa, conoce a una excéntrica banda llamada Soronprfbs a la que tiene oportunidad de unirse como reemplazo del tecladista que recientemente ha quedado 'indispuesto' para tocar en las presentaciones de la agrupación. Así también se le presenta la oportunidad de Jon para integrarse de manera definitiva y colaborar en la creación del nuevo disco experimental de la banda, entre cuyos miembros podemos encontrar a toda una colección de personajes bizarros como la violenta y neurótica Clara (Maggie Gyllenhaal), una mujer que toca el Theremín; el aparentemente cuerdo Don (Scoot McNairy), que funge como manager de la banda; el guitarrista Baraque (Francois Civil); y por supuesto el vocalista Frank (Michael Fassbender), peculiar personaje que además de contar con una prodigiosa creatividad, se caracteriza por utilizar una enorme cabeza hecha de cartón y papel maché que no se quita en ningún momento.

40


41


42


Acompañamos entonces a la banda en la extraña construcción de su nuevo material, mientras Jon, además de hacer un registro del proceso creativo a través de Twitter y YouTube, lucha por su frustración al creer no estar a la altura de las exigencias creativas tan extremas que se requieren para la realización de un material discográfico de tan extraña banda. El espíritu optimista de Jon, que lo ha hecho que lleve su registro creativo a las redes sociales, hace que cada vez más gente conozca a la banda junto con el proceso de creación del nuevo álbum, convirtiéndose en un pequeño fenómeno en las redes, llegando incluso a ser invitados al festival de corte indie South By Southwest (SXSW) donde las cosas se salen un poco de control y la película da un giro inesperado. El director Lenny Abrahamson, quien hace exactamente hace una década presentó su ópera prima Adam & Paul, nos ofrece aquí una sobresaliente comedia negra que se presenta de una forma similar a la manera intimista en la que los hermanos Coen nos permitieron un acercamiento a la figura del músico folk Llewin Davis (personaje inspirado parcialmente en el músico y activista Dave Van Ronk y que en la pantalla fue encarnado por Oscar Isaac) en Balada de un Hombre común (Inside Llewyn Davis; 2013). Frank representa un cuento fascinante, extraño y maravilloso sobre el poder creativo bajo los desórdenes mentales escrita por Jon Ronson, quien con ayuda de Peter Straughan, ficcionalizó sus experiencias y las transformó en esta especie de fábula bizarra que sirve a manera de homenaje/tributo a todas aquellas personas que al igual que Frank Sidebottom, son fantásticamente extrañas para lograr sobresalir en el mainstream. Frank es una pieza artística bizarra donde cada actor se planta fuertemente en el terreno de lo absurdo y no lo abandonan por ningún motivo durante toda la película, la cual va de ser una hilarante comedia absurda durante la primera mitad, para darle paso posteriormente a un drama igualmente absurdo y extrañamente divertido con el que se logra también conmover gracias a esa capacidad histriónica que posee el incuestionable y verdadero protagonista de la película, Michael Fassbender, pues aún con la enorme cabeza falsa a cuestas, logra sacar adelante a su personaje y ser la esencia y el alma del filme. Mención aparte merecen las secuencias finales de la película donde el actor, ya sin la enorme cabeza de papel maché, vuelve a demostrar el porqué es considerado como uno de los mejores actores de su generación. Bizarra, extraña, excéntrica, divertida, absurda, dramática, honesta, caótica, oscura y sorpresiva, son algunos de tantos calificativos con los que podríamos referirnos a Frank, pero elegiremos uno que servirá también a manera de recomendación: imperdible. 43




N

ick Dunne es un hombre estadounidense común y corriente que vive en el tranquilo poblado de North Carthage, en Missouri, pero súbitamente se convierte en el principal sospechoso de la desaparición y aparente homicidio de su esposa Amy Dunne, justo el día en el que cumplían cinco años de casados. Esta sencillísima premisa es el detonante del que parte Perdida (Gone Girl; 2014), el nuevo trabajo del ya muy experimentado realizador David Fincher (El Club de la Pelea, Red Social) que está basado en la novela homónima de Gillian Flynn, periodista y escritora que se ha encargado de realizar también el guión para la película. En Perdida, reina la confusión durante la primera mitad del metraje, hay distintas versiones de los hechos, hay tantas versiones y teorías como personajes en la película (y algunos de ellos, como el policía encarnado por Patrick Fugit, no dudan en compartirlas a la menor oportunidad) y en realidad no podemos confiar más en unas que en otras. Las mentiras, las traiciones, las sospechas, las venganzas, las obsesiones, los reproches, los deseos reprimidos y los rencores; todos estos elementos son moneda de uso corriente en esta historia de la pareja perfecta venida a menos que plantea Fincher, una pareja de monstruos que se lastiman y se hieren pero que habitan bajo el mismo techo, en una casa de ensueño con deslumbrante (casi palpable) pulcritud pero que contrapuntea con la invisible (aunque también casi palpable) inmundicia en la que los personajes están hundidos hasta el cuello. Como en toda la obra fílmica de Fincher (así como en sus innumerables videoclips y comerciales que ha realizado para grandes artistas y marcas internacionales), el punto vital siempre se encuentra en el apartado técnico, su pericia en esta área es su sello distintivo, y aquí en Perdida, se hace patente nuevamente su gran astucia al momento de presenciar la impecable puesta en escena. No obstante, la mancuerna hecha con la autora Gillian Flynn, permite que no sólo la parte formal destaque, sino que en su fondo también haya cosas vitales. Su incuestionable mente prodigiosa ofrece un relato sofisticado, un filme pausado (pero sin tiempos muertos) que

se vuelve adictivo para finalizar su visionado pidiendo más, más de lo que este realizador hollywoodense nos ha ofrecido por 149 minutos, más de esos personajes tan atractivos como repulsivos, más de ese magistral emplazamiento de cámara que nos lleva por rincones insospechados, más de ese sublime manejo de la iluminación que casi alcanza la perfección, siempre queremos más de Fincher. En Perdida, como en ninguna otra película del director originario de Colorado, forma y fondo se complementan para alcanzar un equilibrio asombroso, estamos ante un trabajo en el que huye del uso de los clichés, y si acaso tiene que hacer uso de alguno, no duda en señalarlo (como la relación íntima maestroalumna) y hacerlo más evidente para que notemos que se trata de un lúcido juego, tanto o más lúcida que esa crítica implacable que también hace a los medios de comunicación y a la manipulación amarillista de la información para transformar completamente la verdad de los hechos y con ello lograr cambiar la opinión pública, salvando o condenando así a una persona. El guión se mantiene sólido a pesar de recurrir continuamente a los flashbacks; el suspenso y la tensión se mantienen al máximo aún cuando el misterio de la desaparición de Amy ya ha sido resuelto. El nerviosismo prevalece porque la resolución del caso no significa el final de la historia y lo que pasará nos mantiene expectantes en todo momento. El filme es una disección de las obsesiones de una dupla de personajes complejos y multidimensionales que resulta contundente gracias, en gran medida, a que son interpretados con gran solvencia por Ben Affleck (Nick) y Rosamund Pike (Amy) en lo que representa, para ambos, las interpretaciones de sus carreras; además de destacar la nueva colaboración de Trent Reznor y Atticus Ross, quienes se encargaron de agregar las perturbadoras e hipnotizantes notas musicales a las igualmente perturbadoras secuencias del filme. Siempre vanguardista y con el poderío visual a tope, Fincher nos ha ofrecido con Perdida un ejercicio contundente, un genuino thriller psicológico estéticamente violento (más de lo que aparenta), elegante, cruel y sofisticado. 46


47




50


E

scrita y dirigida por Daniel Sánchez Arévalo (Primos y AzulOscuroCasiNegro), La Gran Familia Española, cinta con el mayor número de nominaciones al Goya 2014 (doce, para ser exactos), nos lleva a conocer a una numerosa y entrañable familia (conformada por el patriarca, sus cinco hijos y su única nieta) en uno de los días más importantes de su vida: el día de la boda del más pequeño de sus hijos y, también, el día del último partido del Mundial de Futbol donde España ha llegado hasta la gran final y se enfrentará contra Holanda por el título de Campeón Mundial. El director echa mano (con referencia directa incluida) de Siete Novias para Siete Hermanos (Seven Brides for Seven Brothers; 1954), dirigida por Stanley Donen, para introducirnos al núcleo familiar conformado por el Padre (Hector Colomé), quien justo a la mitad de la ceremonia sufre una angina de pecho que obliga a suspender indefinidamente la boda; Adán (Antonio de la Torre), el hijo mayor que vive deprimido por su separación y los problemas económicos; Benjamín (Roberto Álamo -el Hombre Tigre en La Piel que Habito-), el segundo de los hermanos quien sufre de un leve retraso mental y lleva siempre puesta una cachucha; Caleb (Quim Gutiérrez), un médico misionero que ha regresado después de un par de años de voluntariado (o más bien autoexilio) en Kenya; 51

Daniel (Miquel Fernández), quien vive desde hace unos años a dieta constante y con una rutina estricta de ejercicio, además de esperar nervioso el regreso de su hermano Caleb; y finalmente, Efraín (Patrick Criado), el quinceañero que desposará a Carla (Arantxa Martí), el gran amor de su vida desde la infancia... o eso perece. Ambientada, como y se mencionó, durante la final del Mundial en Sudáfrica, la cinta nos presenta una colección de personajes reunidos en la finca de la familia donde ha de celebrarse la boda entre Efraín y Carla, y donde también, a través de varias subtramas ingeniosamente hilvanadas con saltos en el tiempo y una edición cuidadísima que agilizan la narración, se nos cuenta como paralelamente al evento pambolero que atestiguan los invitados a la boda en una pantalla instalada exclusivamente para ello- se van revelando secretos familiares que cambiarán el concepto de lo que se conoce como 'familia'. La Gran Familia Española no descubre el hilo negro de las comedias dramáticas, pero ofrece personajes y situaciones lo suficientemente complejas, inteligentes y divertidas como para brindar un eficaz entretenimiento durante sus cien minutos de duración, además de mostrar un estilo del director más depurado, quien puede dotar a su cinta de una personalidad propia.




E

l cineasta parisino Jalil Lespert lleva a la gran pantalla la vida del reconocido diseñador de modas Yves Saint Laurent en la película que lleva su nombre y en la que es encarnado hábilmente por el peculiar actor Pierre Niney. Narrada en tercera persona por el personaje de Pierre Bergé -interpretado por Guillaume Gallienne a quien podemos ver actualmente en Chicos y Guillermo ¡a comer! (Les garçons et Guillaume, à table!; 2013) como parte del 18° Tour de Cine Francés que está recorriendo la república mexicana-, el filme narra los inicios de Saint Laurent como sucesor de la casa de Dior -de quien fue su asistente hasta su repentino fallecimiento en 1957- hasta su consagración en el mundo de la moda internacional; además de recorrer también su relación con Bergé, socio y amante que estuvo siempre a su lado hasta su fallecimiento en 2008. Yves Saint Laurent es técnicamente perfecta, desde el sorprendente y detallado diseño de arte para recrear el fulgor de finales de los años 50 y toda la década de los 60, hasta un maquillaje sobresaliente, sin olvidar obviamente un vestuario brillantemente confeccionado y una musicalización sublime. Todos los elementos se conjugan a la perfección para apoyar el también sobresaliente trabajo actoral de Pierre Niney y Guillaume Gallienne, quienes alcanzan una compenetración que trasciende la pantalla. Sin embargo, la academicidad y corrección de la película han resultado ser sus mayores errores y lo que la ponen en un nivel medio a pesar de su riqueza formal. La película es sencillamente correcta, pero nada más; resulta conmovedora pero sólo por momentos. Existe en la película una sobresaturación de información presentada a través de una serie de anécdotas -no todas interesantes y, en ocasiones, no muy bien conectadas unas con otras-, y un análisis bastante superficial hacia su protagonista. El filme aborda la complicada personalidad del famoso modisto, marcada

por el cuadro clínico de trastorno maniaco-depresivo que padecía, por sus problemas con el alcohol y otras drogas, así como por sus deslices con varios hombres que hicieron peligrar su relación con Bergé en más de una ocasión durante su autodestructiva, co dependiente, depresiva y longeva relación que duró cincuenta años. Y sí, los momentos escabrosos de la vida de Saint Laurent son abordados en el filme, pero éstos son manipulados con pinzas, con un extremo cuidado para mantenerse siempre dentro de la corrección hacia la figura del genio de la moda y mantenerse también alejado del lado oscuro de su compañero de vida Pierre Bergé. Y es quizá por este punto que el verdadero Pierre Bergé ha dado el visto bueno al filme de Jalil Lespert y ha rechazado categóricamente su aprobación a la otra biopic que sobre su socio y amante ha realizado el cineasta Bertrand Bonello -responsable, entre otros filmes, de esa provocadora cinta llamada Tiresias- con el actor Gaspard Ulliel interpretando a Saint Laurent, y que -dicen- es mucho más atrevida, más enfocada a su poder creativo y mucho más estimulante en todos los sentidos, tanto así que fue la elegida por la Academia de Artes y Técnicas de Cine de Francia como la representante de dicho país en la carrera por el Oscar como Mejor Película de habla no inglesa. Pero mientras esperamos que la versión de Bonello se estrene en México para la cual aún no hay ni siquiera una fecha tentativa- y nos permita tener la oportunidad de comparar ambas propuestas, queda aquí la invitación para revisar Yves Saint Laurent, aunque debería indicar que la recomendación va dirigida principalmente a todos aquellos admiradores del reconocido diseñador o a quienes estén inmersos en el mundo de la moda, para el resto, lo más recomendable es que busquen otra opción más estimulante y atrevida que este tibio acercamiento al genio que revolucionó el mundo de la moda.

54


55




58


L

a influencia de la celebrada obra literaria de Bram Stoker sobre el conde Drácula dentro de la cultura vampírica es de un nivel tal, que incluso hoy en día sigue siendo la principal referencia cuando de chupasangres se habla. En el mundo del celuloide, la novela epistolar del irlandés ha inspirado la creación de decenas de filmes sobre vampiros con innumerables variantes y ha servido para la construcción de algunos Clásicos del Cine como Nosferatu (1922) de F.W. Murnau con Max Schreck, Dracula (1931) de Tod Browning con Bela Lugosi, la mexicana El Vampiro (1957) de Fernando Méndez y Paul Nagel con Germán Robles y Drácula (Bram Stoker's Dracula; 1992) de Francis Ford Coppola con Gary Oldman. No obstante el éxito de la obra de Stoker, pocos conocen al personaje de la vida real que inspiró al escritor en la creación de su vampiro, Vlad Tepes, también -o mejor- conocido como Vlad 'El Empalador', un príncipe rumano famoso por su violencia y salvajismo contra sus enemigos y sobre todo recordado por sus sádicas prácticas como el empalamiento. Es esta figura la que los guionistas Matt Sazama y Burk Sharpless han puesto como protagonista en este intento de replanteamiento de la representación vampírica en la más reciente propuesta de cine vampírico que ha perpetrado Hollywood. Drácula: La Historia Jamás Contada (Dracula Untold; 2014), presenta al príncipe rumano Vlad en la piel de Luke Evans -su primer protagónico en cine a pesar de haber participado ya en sagas exitosas como Rápido y Furioso o El Hobbit- que se ve obligado a buscar el poder sobrenatural que le permita enfrentarse a la expansión del imperio turco otomano que amenaza a su pueblo, su esposa Mirena (Sarah Gadon) y su hijo Ingeras (Art Parkinson). Buscando a toda costa de alejarse de una figura vampírica sanguinaria y gore, aquí se intenta construir un personaje más humano y acosado por los demonios de la maldición de la sangre, pero si lo que buscaban era crear un anti-héroe romántico, Francis Ford Coppola ya lo hizo hace más de dos décadas y lo hizo magistralmente, presentó un vampiro que se entregaba a la maldición de la sangre por amor, era una clásica historia romántica y gótica en el más estricto sentido académico de los términos. El Vlad que muestra aquí el director debu59

tante Gary Shore, a pesar de todas las libertades obvias que se permitió el guión respecto a la figura histórica, está bien representado durante los primeros veinte minutos del filme, el cual posee un arranque enérgico en donde la situación política y algunos aspectos del personaje están correctamente planteados; sin embargo, el encuentro entre Vlad y el Maestro Vampiro, el legendario ente que amenaza la montaña Broken Tooth y de quien Vlad busca obtener su fuerza para derrotar al imperio turco otomano en la que es, sin duda alguna, la mejor secuencia del filme con un excelente Charles Dance como la criatura/híbrido que sirve de homenaje al Nosferatu de Murnau y al Drácula de Coppola, marca el declive de la cinta que, a partir de ese punto exacto, comienza a correr con torpeza y cayendo en lugares comunes y clichés del subgénero vampírico para terminar siendo no más que una muy mediocre cinta de fantasía y acción con batallas campales creadas de manera digital, y que a pesar de estar plagada de efectos especiales de primer nivel, no es capaz de regalarnos una sola secuencia realmente memorable. En Drácula: La Historia Jamás Contada no hay terror, la película lo evita como su protagonista intenta eludir la luz del Sol o la plata pura; con sigilo tantea el terreno pero en ningún momento se atreve a plantar bien los pies en los oscuros terrenos del género. Las ideas sobre la maldición de la sangre o la redención del personaje no se desarrollan en ningún momento del precipitado metraje que apenas alcanza los 90 minutos -y afortunadamente no duró más. Tan incoherente resulta la película, que toda la riqueza y complejidad metafórica que representaba ese 'oscuro don' heredado del legendario vampiro en la cueva, es echado por tierra con la creación, por parte de Vlad, de un ejército vampírico con sed de venganza que sirvió sólo para darle a la película un clímax que a duras penas roza con lo sanguinario y con un final que recuerda mucho al presentado en 30 Días de Noche (30 Days of Night; 2007) con el redimido Eben Oleson (Josh Hartnett) desintegrándose al contacto voluntario con la incipiente luz solar. Drácula: La Historia Jamás Contada no es ni oscura, ni visceral, ni sangrienta, y una película de vampiros que deja al público con sed de sangre es... bueno, ya saben lo que opinamos de las películas así.


https://www.facebook.com/pages/El-Otro-Cine-Film-Club/299520840207683



62


L

a película La vida de Adele (La vie d'Adèle: Chapitre 1 & 2, 2013) del tunecino Abdellatif Kechiche, llega con la Palma de Oro en la mano y con centenares de elogios recibidos en cuanto festival o evento cinematográfico se ha presentado. La historia, adaptada de la novela gráfica "Le bleu est une couleur chaude" de Julie Maroh por el mismo Kechiche junto a Ghalia Lacroix, relata el despertar sexual (lésbico) de Adèle (aunque en el material fuente lleva por nombre Clémentine), interpretada por Adèle Exarchopoulos, una chica amante de la literatura que no está completamente segura de su orientación sexual y descubrirá en Emma, encarnada por Léa Seydoux, al primer amor de su vida. Adèle, de 16 años, vive en conflicto interno por no estar completamente definida en cuanto a sus gustos sexuales; además de ser presionada por su grupo de amigas (o por lo menos dicen serlo) para que salga con Thomas (Jérémie Laheurte), un chico que muestra un obvio interés hacia ella. Adèle, más a fuerza que de ganas, acepta salir con el chico, se conocen, y a pesar de tener muy poco en común (a él no le gusta leer y la música que escuchan es diametralmente opuesta), ella accede a dar el siguiente paso en la relación, pero descubre que los chicos definitivamente no son lo suyo, por lo que decide no seguir adelante con la incipiente relación. Un día, mientras camina por las concurridas calles parisinas, se cruza en su camino una joven de cabello azul con la que intercambia miradas, pero ninguna se detiene para dar pie a lo que, obviamente, fue una atracción a primera vista. Deprimida y aún más confundida, acepta ir a un antro gay para acompañar a su mejor amigo; ahí, se encuentra nuevamente con la chica del cabello teñido y estudiante de bellas artes, con la que entabla una plática que con el tiempo se convierte en una poderosa relación que tiene que sortear no sólo los conflictos típicos de cualquier pareja, sino también los obstáculos que suponen los prejuicios sociales de aquellos a quienes consideraba sus mejores amigas.

La cinta, que tiene tres horas de duración, cuenta con un sobresaliente, sólido y fluido guión con diálogos de gran frescura y honestidad; además, recurre frecuentemente al uso de close ups como parte de la propuesta visual de Sofian El Fani -que se ve decorada con una gran carga de tonalidades azules-. Las magistrales actuaciones de la pareja central (destacando Adèle Exarchopoulos, una joven que emana ingenuidad, inocencia, frescura y vitalidad, ofreciendo una interpretación avasalladora y resultando en un gran descubrimiento), sirven para que Kechiche ofrezca un retrato intimista del amanecer sexual de una joven, incluida esa larga secuencia de sexo explícito que supone el primer encuentro sexual de Adèle y Emma, una secuencia plagada de encuadres y long shots de una belleza sobresaliente que quedarán entre las mejores secuencias eróticas jamás filmadas. Desde la primera media hora del filme, donde se nos muestra la confusión, la angustia y los conflictos internos por los que atraviesa la protagonista, hasta la última media hora de la cinta, donde se abordan los no tan buenos resultados de los altibajos de la relación entre Adèle y Emma, la cámara somete a la pareja central al escrutinio del espectador para narrar, de manera contundente, la epopeya íntima y cruda sobre el primer amor en dos capítulos (esos a los que se hace referencia en el subtítulo original: Chapitre 1&2), y a los que corresponden las etapas por las que atraviesa la protagonista en la cinta: la primera, la de su iniciación en el mundo sexual lésbico; y la segunda, la de su aprendizaje en el terreno de las relaciones interpersonales. La Vida de Adèle es una trágica historia sobre el despertar sexual, así como de la búsqueda de nuestra libertad y felicidad en terceras personas, que sobresale por su magistral manufactura en todos los ámbitos: el guión, las interpretaciones y la dirección, cuya conjunción perfecta hacen de esta película (cuya premisa podría ser ordinaria) una obra maestra del cine contemporáneo muy alejada de un discurso pro gay. 63


64


U

bicada en un futuro cercano, la ópera prima del director Duncan Jones (quien como dato curioso cabe señalar que es hijo ni más ni menos que de David Bowie) sigue a Sam Bell, un astronauta que ha vivido aislado durante tres años en una excavación en la Base Minera Sarang para la compañía Lunar Industries Ltd en la cara oculta de la Luna; pero cuando su contrato está a punto de expirar, y tan sólo unas semanas lo separan de su regreso a la Tierra -así como de su reencuentro con su mujer Tess y su hija Eve-, el navegante comienza a padecer el deterioro de su salud (dolores de cabeza, alucinaciones, etc.) y descubre un oscuro secreto que no será nada fácil de asimilar pues le atañe completamente. La trama podría parecer sencilla, pero conforme avanza la historia, ésta se va transformando en un claustrofóbico, retorcido y emocionante relato. Una cinta hipnótica que en sus limitantes económicos (apenas $5 millones de dólares de presupuesto) encontró posiblemente la mayor de sus virtudes: centrarse en la credibilidad de la historia evitando grandilocuencias técnicas y enfocándose en la historia y su protagonista (un estupendo Sam Rockwell); lo de Moon es ciencia ficción a la vieja escuela, un excitante y sorprendente thriller psicológico.

65




La Ley del Deseo (1987)

www.issuu.com/celuloidedigital


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.