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Editor: Finbar Flynn Colaboradores: Pedro Arzillier, Imelda Aguilera Taylor, Jorge Luis Álvarez, Ulises Flores Hernández, Rafael Mejía, Siniestro Sexual, Montag. Diseño Editorial: Finbar Flynn Fotografías: Diversas fuentes de internet y proporcionadas por algunas distribuidoras. Celuloide Digital es una publicación mensual editada por amantes del séptimo arte sin ninguna finalidad de lucro. El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores. Las personas mencionadas, así como las marcas e imágenes utilizadas en la revista son utilizadas únicamente para fines editoriales, para ilustrar los artículos o noticias de los filmes, de los cuales sus derechos de autor pertenecen a las casas
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l director mexicano Guillermo del Toro se ha convertido en uno de los más exitosos en la Meca del Cine. Su nombre ya ha quedado grabado con letras de oro en los anales de la industria fílmica gracias a su extraordinario trabajo como cuenta cuentos con un marcado estilo visual y una particular predilección por historias macabras sobre personajes solitarios en contextos de marginación. Ya con su opera prima, Cronos (1993), el cineasta tapatío revolucionó el cine de género en México y colocó a esta obra maestra como una de las mejores películas del cine nacional. Con esta historia de un maduro vampiro posmoderno se perfiló como uno de los autores más prometedores de México y con su segundo largometraje, Mimic (1997), ya había dado el salto a Hollywood. Pero no obstante su éxito en Estados Unidos donde cumplió su sueño de llevar a la pantalla grande a uno de sus personajes favoritos de los cómics (Hellboy) en dos ocasiones (y esperemos que una tercera también se materialice)-, del Toro ha trabajado también en su lengua materna con producciones españolas (El Espinazo del Diablo) y coproducciones mexico-hispanas (El Laberinto del Fauno), siendo las mejores en su filmografía y logrando competir incluso por la Palma de Oro en Cannes en 2006.
Contando con un elenco multiestelar que incluye a Mia Wasikowska y Tom Hiddleston -quienes sustituyeron a Emma Stone y Benedict Cumberbatch- acompañando a Jessica Chastain y Charlie Hunnam, del Toro nos presentará este mes en cines su proyecto más ambicioso, incluso más que la megaproducción Titánes del Pacífico (Pacific Rim) -uno de los mejores blockbusters que nos dio el 2013-, puesto que el director regresa a su género favorito, el terror, pero agregando en esta ocasión elementos de romanticismo gótico, buscando crear con ello su película más escalofriante pero a la vez la más bella. Para ello, del Toro echó mano de la pluma del guionista Matthew Robbins -quien escribió también el guión de Mimic (1997)- y con la británica Lucinda Coxon trabajó para pulir el guión y dotar del grado adecuado de perversidad e inteligencia la historia que sigue a la protagonista Edith Cushing (Wasikowska), una aspirante a escritora del siglo XIX que, tras una tragedia familiar se debate entre la fuerte atracción por un enigmático desconocido, Sir Thomas Sharpe (Hiddleston), o el fuerte cariño por un viejo amigo de la infancia, Alan McMichael (Charlie Hunnam). Finalmente, Cushing se decide por el enigmático Sir Thomas, quien ya como su esposo, la lleva a vivir a Cumbria, una mansión en ruinas encumbrada en una montaña de tierras color sangre. En la vieja mansión, en la que también vive Lucille Sharpe (Chastain), la solterona hermana de Sir Thomas, la joven pronto descubrirá que se ocultan muchos secretos tras las paredes, y que su esposo podría no ser lo que aparenta. Por lo que hemos podido ver hasta ahora en los avances, nos podemos atrever a decir que nos espera una delirante historia de fantasmas que buscará helar nuestra sangre. Del Toro nos ha prometido una película brutal y sangrienta, una cinta que rendirá homenaje a los grandes clásicos de horror de la historia del cine... ¿lo logrará?
Finbar /@FinbarFlynnXY
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n El Gabinete del Dr. Caligari, dirigida por Robert Wiene en 1920, Francis nos relata la historia de su amigo Alan y su novia. Francis y su amigo visitan una feria en el pueblo ahí se encontrarán con el espectáculo que presenta el Dr. Caligari, una presentación del sonámbulo Cesare, quien según Caligari, es capaz de dar respuesta a cualquier pregunta que se le realice. Alan pregunta al sonámbulo por la fecha de su muerte, y éste le responde que será esa misma noche antes del amanecer. La profecía se cumple y Francis comienza a investigar al Dr. Caligari y su misterioso acompañante sonámbulo para llegar a la verdad. A este filme silente alemán se le considera como la primera manifestación del expresionismo en el séptimo arte. Ésta y Nosferatu ( F. W. Murnau, 1922) son las dos obras maestras del expresionismo en el mundo del celuloide. Con un diseño de producción totalmente vanguardista, Robert Wiene, divide el film en seis capítulos donde la escenografía, los contrastes, el maquillaje y la atmósfera oscura creada en la cinta, marcaron para
siempre la historia del cine. Aún hoy podemos ver reminiscencias del expresionismo alemán en películas como las de Terry Gilliam o las de Tim Burton, cuya filmografía evidencia la enorme influencia que indudablemente dejó este tipo de cine. El Gabinete del Dr. Caligari también es reconocida por ser la primera película donde se utilizó el ya muy socorrido truco de la vuelta de tuerca. Dentro del guión, escrito por Hans Janowitz y Carl Mayer, se introduce un giro en la historia que produce una ambigüedad en el filme; es la primera vuelta de tuerca en la historia del séptimo arte y nos deja con una incertidumbre muy difícil de despejar. Su vanguardismo, su extraordinaria escenificación y su crítica social (la película era una denuncia hacia el Estado alemán y la introducción de personas sonámbulas -léase soldados alemanes- a cometer crímenes contra el pueblo), hicieron de este filme un clásico y una obra maestra no sólo del expresionismo, sino de la cinematografía mundial.
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n 1838 un agente inmobiliario de la pequeña ciudad de Wisborg llamado Hutter es enviado al castillo del Conde Orlok en Transilvania para cerrar la venta de una casona en la ciudad que colinda con la casa del mismo Hutter. En el enigmático castillo, y tras la firma del contrato, el agente inmobiliario descubre la vampírica naturaleza de su anfitrión, y al verlo partir hacia su nuevo hogar teme por la vida de su esposa Ellen. Esta libre -y no autorizada- adaptación de la novela de Bram Stoker por parte de Henrik Galeen es una obra maestra del expresionismo alemán y una pieza clave en la historia de la cinematografía mundial; la espléndida interpretación de Max Schreck como el siniestro Conde Orlok en los juegos lumínicos de su formidable puesta en escena se ha quedado para siempre en los anales de la historia.
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osemary y Guy Woodhouse, un joven matrimonio neoyorquino, se mudan a un edificio cercano a Central Park donde pronto se hacen amigos de un amabilísimo matrimonio vecino, los Castevet. El promisorio futuro les permite comenzar a hacer planes para tener un hijo, pero cuando Rosemary (fenomenal Mia Farrow) queda embarazada, sólo recuerda haber tenido relaciones con un ente insólito que le ha dejado marcas en todo el cuerpo. Con el paso de los meses, la futura madre comienza a sospechar que algo en su embarazo no va bien. Como nunca en otra cinta, Roman Polanski juega con nuestra mente para aterrarnos de manera perturbadora sin mostrarnos ni una sola secuencia de horror explícito; la cinta es una clase magistral de cómo hacer cine de suspenso y nunca mostrar absolutamente nada. Inquietante clásico de culto que va más allá del género al que pertenece y se convierte en un filme imprescindible de la historia del cine.
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ack lleva a su mujer y su pequeño hijo para que lo acompañen en el majestuoso Hotel Overlook, lugar donde se encargará del mantenimiento de las instalaciones durante el invierno, época en la que el lugar quedará cerrado y aislado del mundo debido a la nieve. Pero con el paso de los días, Jack comienza a perder el control de su personalidad mientras extraños sucesos paranormales suceden en el hotel. El Resplandor es la adaptación fílmica la novela homónima de Stephen King por parte de Stanley Kubrick; el resultado fílmico no sólo es un título indispensable del terror ochentero que escarba en lo más profundo de la mente humana, sino toda una obra maestra de la cinematografía mundial, una lección de cómo hacer CINE.
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llan Gray, un joven aventurero guiado por su fascinación por todo aquello que se pueda catalogar como paranormal, se aloja en un castillo de enrarecida atmósfera en el que comienza a tener visiones perturbadoras, entre ellas, la de una mujer inconsciente que ha sido atacada por un vampiro en forma de bruja. Grey, entonces, emprende la cacería de la criatura para terminar con ella, sin contar con que él mismo será víctima de un encanto. Carl Theodor Dreyer nos sumerge en una pesadilla con potentes imágenes; una obra maestra que deslumbra con su propuesta onírica y sugerente, una de las primeras películas que se atrevió a reinventar el mito vampírico.
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a única incursión del cineasta en los terrenos puros del género de Terror se dio con este relato sobre diversos ataques en los Estados Unidos, aunque el twist se encuentra en que en esta ocasión no son personas quienes cometen los asesinatos tan recurrentes en su filmografía, sino aves. No obstante este cambio, Hitchcock coloca nuevamente -y como siempre- al público en el papel de voyerista y desconcierta al nunca dar explicación alguna respecto al comportamiento de las aves en esta película protagonizada por Tippi Hedren y Rod Taylor. Con uno de los más sofisticados controles del suspenso en la historia del cine -como ejemplo podemos citar la secuencia que tiene lugar previo al ataque de los pájaros a los niños de la escuela-, Hitchcock recubre su filme con un halo de misterio y lo remata con un desenlace apocalíptico de antología, entregando con ello la cinta más espectacular de su prolífica carrera. Esto es cine en estado puro.
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n esta otra libre adaptación de la novela de Bram Stoker, el cineasta Francis Ford Coppola reinterpreta el mito vampírico del relato original y lo presenta bajo una estilizada perspectiva gótica en los terrenos formales, y romántica en cuanto al tratamiento de la historia de amor trágico entre el Conde Drácula -inspirándose en el empalador Vlad- y la sempiterna Mina Murray. El fastuoso diseño de arte, vestuario y maquillaje, funcionaron como elemento de apoyo perfecto para la extraordinaria interpretación del Conde por parte del siempre estupendo y versátil Gary Oldman; otro vampiro que se quedó para siempre en la memoria fílmica.
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l doctor Genessier secuestra hermosas jóvenes y les arranca la piel de la cara para efectuar operaciones en el rostro desfigurado de su otrora bella hija con el fin de devolverle la gracia primigenia. Pero las operaciones aún no son perfectas, y el rostro terso, paulatinamente vuelve a degradarse, por lo que el profesor precisará matar una y otra vez. En esta obra maestra del género, Georges Franju crea una atmósfera enfermiza que nos lleva directamente al delirio de este desquiciado cirujano; esta tenebrosa premisa -inspirada en la novela de Jean Redon- se presenta con un ritmo cadencioso que nos adentra lentamente en este thriller que se transforma en una de las mayores experiencias del horror puro.
T
res amigos -Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams- se internan el 21 de octubre de 1994 en un bosque de Maryland para filmar un documental sobre la leyenda local que gira en torno a la famosa "Bruja de Blair". A los jóvenes nunca se volvió a ver pero un año después fueron encontradas sus videocámaras y el material que filmaron da pistas sobre lo que sucedió con ellos. Promocionada como un autentico filme documental, este experimento de 'found footage' cambió por completo el rumbo del cine y desde entonces cada año se estrenan varias películas con la misma fórmula que esperan repetir el éxito o convertirse en un título icónico... lo cual no han conseguido. El Proyecto de la Bruja de Blair es el último gran clásico del terror del siglo XX.
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a novela de William Peter Blatty -inspirada a por un caso verdadero ocurrido en Washington a finales de la década de los 40s- fue llevada a la pantalla grande y se convirtió en la película de terror más popular en la historia del cine. En ella se relata la historia de la pequeña niña Regan, su posesión satánica y los intentos de los sacerdotes Merrin y Karras por librarla de las garras de un mortal demonio llamado Pazuzu. Rodeada de curiosidades, accidentes y misteriosas muertes durante la producción, la película se convirtió en un clásico de culto al centrarse en personajes, contextos y entornos con los que el público se pudo identificar directamente: una niña común, una madre divorciada, un sacerdote con sentimiento de culpa por abandonar a su madre en un hospicio, otro sacerdote con un tortuoso pasado religioso, una casa común en una calle sin ninguna particularidad. La amenaza que los acecha también se vuelve casi palpable.
Dama Muerta
El bebe de Kathy y Robert nació muerto. Para evitar que su esposa sufriera, adopta a otro niño recién nacido para sustituirlo por el fallecido. El niño al que llaman Damien, crece de lo más normal hasta que al cumplir 5 años comienzan a sucederse una serie de eventos escalofriantes. Un sacerdote se pone en contacto con Robert y Kathy para hacerles saber que ha descubierto que su hijo es ni más ni menos que el mismo Anticristo, por lo que lo mejor que se bebe de hacer es asesinarlo. En La Profecía destaca su inolvidable banda sonora ganadora del Oscar y sus espeluznantes escenas sobrenaturales. Se dice que es una película maldita por la muerte de varias personas en las familias de aquellos que colaboraron en la película.
Marion Crane viaja por carretera tras robarse la nomina del lugar donde trabajaba, decide quedarse una noche en un motel donde conoce a su joven encargado, Norman Bates con el comienza a socializar; sin embargo, ocurre un hecho lamentable y Marion dura días desaparecida, por lo que su novio y su hermana emprenden su búsqueda, dando con el motel y con el carismático pero misterioso Norman. La famosa escena de la regadera es quizás la más recordada, homenajeada y parodiada en una película de terror, el excelente manejo del suspenso y el giro argumental de la película es algo que nadie se esperaba. La obra más reconocida del maestro del suspenso Alfred Hitchcock.
El asesino serial Charles Lee Ray escapa de la policía pero está gravemente herido y se esconde una fábrica de muñecos. Antes de morir realiza un ritual para que su alma reencarne en un popular muñeco. Para mala fortuna del pequeño Andy, que tanto anhelaba un muñeco "Good Guy", su madre le regaló justamente el muñeco embrujado, el cual continúa asesinando gente por placer y venganza. Puede que en la actualidad suene algo tonto el que un pequeño muñeco cause terror, pero en la memoria colectiva de la gente que la vio en los 80s sigue en sus peores pesadillas.
Steve y Diane son una clásica pareja americana que se muda junto con sus hijos a lo que será su nuevo hogar. Pero inesperadamente empiezan a ocurrir fenómenos paranormales, comenzado por un suceso en el que la más pequeña de sus hijas se sienta frente a la tv sin señal que parece estar tratando de comunicarse con alguien, y anuncia que "ellos" están aquí. Poco a poco los sucesos se van intensificando y afectando a todos los miembros de la familia. El reconocido director Steven Spielberg produce y respalda al director Tobe Hooper director del clásico slasher The Texas Chainsaw Massacre- en este afortunado paso por el género. Otra de las cintas "malditas" de Hollywood, también repleta de extraños sucesos durante su producción siendo el más sonado la repentina muerte de la pequeña niña protagonista.
Una joven acomplejada y tímida llamada Carrie vive junto con su conservadora y fanática religiosa madre. Ella le ha creado infinidad de prejuicios, miedos e inseguridades que hacen que sea difícil para Carrie el adaptarse a convivir con gente de su edad. La adolescente descubre tener la habilidad de la telequinis, de la cual estudia en la biblioteca y practica en solitario. Desafortunadamente la crueldad juvenil lastima a Carrie y hace que despierte en ella una imbatible furia y sed de venganza. Junto con Regan de El Exorcista, Carrie es uno de los personajes femeninos más destacados del cine de terror, imposible olvidar el rostro perturbado de Sissy Spacek bañado en sangre.
Suzy es una estudiante de ballet estadounidense que ingresa a una prestigiosa academia de danza. Curiosamente, cuando ella llega a la escuela, es encontrado el cuerpo sin vida de otra estudiante, Pat. Antes de morir, la joven comentó que había descubierto un terrible secreto con respecto a la escuela, y a raíz de eso comienzan a suscitarse eventos extraños y más muertes, Suzy entonces debe resolver cual es la causa de esos sucesos. El particular estilo visual para el terror de Dario Argento llamó la atención del mundo por lo moderno, estilizado y colorido de sus escenas sangrientas; una obra de culto imprescindible de un director legendario.
Frank Cotton adquiere una caja que en un bazar oriental que supuestamente contiene poderes: la leyenda dice que al abrirla se crea una puerta para seres de otra dimensión. Cotton accidentalmente convoca a estas criaturas que llegan de una dimensión infernal para atormentarlo y torturarlo. Veinte años después, su hermano y su esposa se mudan a la antigua casa de Frank, y es ahora su perturbado espíritu el que torturará a sus familiares. Un terror más perverso y con un toque de bondage, así como la impresionante figura espectral de Pinhead, hacen de esta cinta inglesa un clásico de culto indispensable.
El doctor Henry von Frankenstein está por concluir su experimento más monstruoso. Él, junto con su sirviente Fritz, se escabullen por las noches en los cementerios del pueblo para conseguir partes corporales de cadáveres para con ellas crear a su muerto viviente. Pero el doctor no sabe que el cerebro que ha conseguido para implantarle a su creación pertenecía a un criminal, por lo que al cobrar vida la criatura atemoriza a todo el pueblo. Un mérito el lograr una cinta de terror como esta en lo que prácticamente serían los inicios del cine, la interpretación de Boris Karloff como el monstruo es ya toda una leyenda del celuloide.
Un satélite comienza a emitir radiaciones que tienen un efecto terrorífico: los muertos despiertan y salen de sus tumbas para atacan a los humanos y alimentarse. Justo esa noche Johnny y Barbara, una pareja de hermanos que se encontraban visitando la tumba de su padre, son repentinamente atacados por unos hombres "pálidos", pero escapan y logran refugiarse en una granja donde conocen a la pareja propietaria de la misma junto con su pequeña hija, y a otra pareja que también se refugia en el lugar. La trama de esta cinta se convirtió prácticamente en un referente para cualquier cinta de zombies que le sucedieron.
Carla Moran sufre de una serie de ataques cuando se encuentra en su alcoba; se trata de una entidad que la viola por las noches. Luego, las agresiones comienzan a aumentar tanto que intenta matarla. Carla entonces recurre a un centro psiquiátrico donde le atribuyen los sucesos a desórdenes mentales causados por diferentes problemas en su vida. Los ataques continúan por lo que Carla se pone en contacto con unos expertos parapsicólogos que le ayudarán a deshacerse del ente en esta cinta que inspiró en el caso real de Carla Moran, una mujer que decía ser atacada sexualmente por los fantasmas.
Una chica familiallamada se va de Sally, vacaciones en compañia a una de tranquila unos amigos, casa junto emprenden a un lago, unpero viaja una carretera por mañana reciben para avisitar la visita la tumba de un par de su deabuelo extraños ya jóvenes, que le han como informado es de esperarse que parecelas serintenciones que fue profanada. de ambosEn chicos el camino no son selaquedan mejores. sinSecuestran combustiblea ylabuscan familia yayuda, hacenpero con se ellos encuentran una escalofriante con una apuesta rara familia de que y unningún asesino miembro de aterrador, Leatherface, la familia estará el cual vivo persigue al amanecer. a los jóvenes atacándolos con una sierra La cinta eléctrica, podríaademás resultarde algo poseer sofisticada un macabro como gusto para catalogarla por lapidar como a sus cine de terror,ypor víctimas usar nosu apegarse piel. a los convencionalismos del genero, pero el mismo Basado director en la ha historia declarado real de que uno el de usalos sus más películas sonados como asesinos una especie serialesde terapia de la historia para vencer de los sus Estados miedos Unidos, personales. este filme, Su cine juntoconfronta con Halloween, al espectador es otro pionero del génerointernos. slasher. con nuestros temores
Siendo apenas un niño, Michael asesina a su hermana mayor a puñaladas usando un cuchillo de cocina para cometer el crimen. Por ser menor de edad es internado en un hospital psiquiátrico. 15 años después, y en plena víspera de Halloween, Michael escapa de dicho hospital y regresa a su pueblo donde comete una serie de asesinatos y comienza una persecución interminable buscando asesinar a Laurie (Jamie Lee Curtis, la "scream queen" por excelencia), quien se convierte en su obsesión y a la vez en su mayor rival mientras unos médicos están tras su rastro. Una película de bajo presupuesto que derivó en un múltiple número de secuelas (algunas innecesarias y absurdas) y es para muchos la pionera que dio inicio al género slasher.
En el apacible pueblo de Woodsboro se comienzan a cometer una serie de asesinatos; el homicida es un hombre (o mujer) con túnica negra y una espectral mascara, y todo un experto en cine de terror, conocimiento en el cual se basa para aterrorizar y cometer sus asesinatos. La heroína de la historia es Sidney, una joven universitaria que ha tenido un pasado algo difícil al vivir el asesinato de su madre, y ahora es ella quien se convierte en la principal presa del asesino. Los asesinatos no ceden y todos se convierten en sospechos. Scream representó el resurgimiento del slasher en los años 90s, homenajeando/mofándose de los clichés y estereotipos del cine clásico de terror.
El campamento del Crystal Lake estuvo cerrado por mucho tiempo por la muerte de un joven al ahogarse en el lago que se encuentra al lado del campamento. Ahora el campamento ha sido reabierto y está preparándose para recibir a nuevos visitantes, pero la tragedia de hace algunos años se vuelve a repetir, hay un asesino suelto en el campamento matando jóvenes. Viernes 13 dista mucho de ser la mejor película de terror, carece de la genialidad que la mayoría de las cintas de terror tienen, pero el gran éxito y lo más recordado de la cinta es el terrible personaje central, Jason, uno de los personajes más icónicos del género.
Cinco amigos se reúnen para pasar el fin de semana en una vieja cabaña que han alquilado. Durante la primera noche, encuentran en el sótano un extraño libro y unas grabaciones que al parecer pertenecían al anterior dueño, un viejo profesor de universidad. A raíz de ahí comienzan a suscitarse varios fenómenos sobrenaturales, los jóvenes han despertado a un maligno espíritu, el cual se posesiona del cuerpo de uno de ellos. El entonces novato director Sam Raimi brindó aquí su particular y nueva visión del género, mezclando comedia, gore y terror de manera equitativa y con resultados favorables. Un clásico de culto esencial.
Dos jóvenes estadounidenses se van de "mochilazo" a Europa creyendo que serán unas vacaciones inolvidables y en las que podrán experimentar de todo. Unos extraños los convencen de ir a un poblado pequeño donde les asegura podrán conseguir chicas al por mayor. Pero lo que no saben los chicos es que han sido engañados y llevados con otra intención: en ese lugar existe una especie de negocio clandestino donde raptan y subastan gente para que puedan ser tortudadas y asesinadas de la manera que más le guste al cliente. La idea de Hostal le surgió al director a raíz de encontrarse por casualidad un anuncio en internet donde te ofrecían matar y torturar gente a cambio de dinero.
Lionel vive junto a su posesiva y sobre protectora madre y se enamora de una chica llamada Paquita que trabaja en una tienda de la ciudad. Un día, la madre de Lionel sigue a escondidas a su hijo y a Paquita hasta el zoológico, donde es mordida accidentalmente en el brazo por una rara raza de primate. A causa de la mordida la madre se va conviertiendo en un zombie mientras Lionel trata de cuidarla para que nadie se dé cuenta del padecimiento de la madre, pero ella comienza a comer y contagiar a más gente. Estamos frente a otro ejemplo de gore junto con comedia; divertida, irónica y sangrienta. Los flamantes comienzos de un novato Peter Jackson, futuro artífice de las dos trilogías de la saga de El Señor de los Anillos y El Hobbit.
A Nightmare on Elm Street | Wes craven | 1984 Un terrorífico fantasma se aparece en los sueños de algunos jóvenes convirtiéndolos en unas horribles pesadillas. Pero no sólo eso, varios de ellos van a pareciendo muertos mientras duermen. La criatura espectral es el alma de un hombre que hace años fue asesinado por gente del pueblo quemándolo vivo. Ahora, Freddy Kruger viene a cobrar venganza. Una de las tantas cintas del genio del terror, el recién fallecido Wes Craven, en la que nos trae una premisa llena de muertes de lo mas bizarras, sangre y susto al por mayor, además de un gran villano que ha permanecido en el inconsciente colectivo por décadas. Actualmente a muchos nos podría resultar difícil espantarnos con estas cintas, pero en los 80s generaban el terror colectivo.
Seis amigas se reencuentran después de que hace tiempo vivieron una tragedia, un aparatoso accidente. Las chicas se juntan para practicar la espeleología, en los Montes Apalaches. Ya estando en lo profundo de las cuevas, una enorme roca cae y obstruye la salida; el grupo se divide y se disponen a encontrar una manera de abandonar las cuevas sin imaginar que en la oscuridad de esas cuevas habita una extraña raza de monstruos humanoides que se han adaptado para sobrevivir en las sombras. Ahora la situación para las chicas se complica porque no sólo deben de buscar una salida, sino también tratar de mantenerse con vida. La sencillez del guión que se ve apoyada por un gran manejo del terror hacen de El Descenso una de las cintas más sobresalientes del cine de terror británico.
Cuatro documentalistas exploran la selva Amazonas en América del Sur para realizar un documental sobre las tribus aborígenes que viven en esa región, de las cuales se rumora que practican el canibalismo. Tras varios meses sin saber de los reporteros, un grupo de rescate es enviado dará dar con su paradero, pero lo que encuentran en su lugar son cintas de video, las cuales contienen los horribles acontecimientos que tuvieron que vivir los reporteros desaparecidos. Una de las cintas más polémicas de la historia que incluso fue prohibida en muchos países, levantando incluso rumores de que los asesinatos mostrados ahí eran reales, llevando a un proceso legal a el director de la cinta. Al final sólo se pudo comprobar que las únicas muertes reales de la cinta eran la de los animales.
Una familia se va de vacaciones a una tranquila casa junto a un lago, pero una mañana reciben la visita de un par de extraños jóvenes, como es de esperarse las intenciones de ambos chicos no son la mejores. Secuestran a la familia y hacen con ellos una escalofriante apuesta de que ningún miembro de la familia estará vivo al amanecer. La cinta podría resultar algo sofisticada como para catalogarla como cine de terror, por no apegarse a los convencionalismos del genero, pero el mismo director ha declarado que el usa sus películas como una especie de terapia para vencer sus miedos personales. Su cine confronta al espectador con nuestros temores internos.
Milos es un actor porno retirado. Él ahora se encuentra casado y tiene un hijo, pero le llega una jugosa oferta de regresar al negocio, la paga es bastante buena y cree sería adecuado aceptar para el bien de su familia. Lo que desconoce es que la cinta para que ha sido contratado es una película porno "diferente" donde no sabe qué va a suceder. Si algo es polémico en el cine son el sexo y la violencia, y Una película serbia combina ambas de una manera bastante enferma, que sobrepasa lo imaginable. Entre sus escenas más polémicas está una en la que un bebé es violado, razón por la que el director fue investigado por presunta pornografía infantil. Una muestra del lado más oscuro del ser humano.
Lucie es una niña que se encontraba desaparecida. Después de más de un año aparece vagando al borde de una carretera. La niña parece estar bien pero por las noches tiene pesadillas con gente torturada pero ella no recuerda nada sobre su cautiverio. Los años pasan y nos volvemos a encontrar con Lucie, irrumpiendo en una casa de campo y asesinando, sin razón aparente, a toda una familia que habitaba ahí. El gore es llevado al extremo en esta cinta de Pascal Laugier donde la venganza sirve de pretexto para mostrarnos las escenas más explícitamente violentas en lo que va de este nuevo milenio.
Dos turistas norteamericanas viajan por Europa; repentinamente se les avería su coche y bajan para pedir ayuda en una casa cercana, sin imaginarse que serán secuestradas por un doctor que las aísla en un sótano junto a otro hombre. Pronto descubren que este médico se especializaba en separar gemelos siameses, pero ahora quiere experimentar algo diferente con sus tres rehenes. Su plan es conectar el sistema digestivo de los 3 uniéndolos por la boca y el ano, formando así una especie de ciempiés humano. Grotesca por donde la vean, se convirtió en una película de culto generando por la insistencia de los fanáticos otras dos secuelas.
Una extraña cinta de video que esta maldita, quien se atreve a mirarla recibe una llamada telefónica en la que le informan que solo le quedan 7 días de vida. La grabación ya ha cobrado muchas víctimas entre ellas la prima de Reiko, una periodista que decidirá investigar el origen , y la manera de acabar con dicha maldición ya que ella corre peligro al haber visto la grabación. Ringu fue la responsable del boom de las cintas de terror japonesas en el mundo. Abriendo paso a otras grandes cintas de terror niponas como The Grudge (2002) o Audition (1999), exitosas secuelas y remakes.
Un cura ha estudiado por años el "Apocalipsis de San Juan" tratando de descifrarlo. Cuando logra hacerlo descubre que, según la escritura, el Anticristo nacerá en Madrid en una fecha muy cercana: el 25 de diciembre de 1995. El Padre contará la ayuda de un popular esotérico televisivo y un joven heavy metalero, para tratar de ganarse la confianza de Satán y descubrir el sitio exacto del nacimiento del Anticristo. Antes de que el cine de terror español tuviera su gran momento pasando el año 2000 con cintas como El Orfanato, Los Otros y [Rec], esta comedia negra de terror llego a refrescar un género que por años estuvo estancado.
En la ciudad de Seúl, un extraño objeto cuelga de un puente sobre un río. Se trata de una criatura mutante que emerge de las profundidades del mar y que al despertar acaba con todo a su paso, es una fuerza incontrolable que ni siquiera el mismo ejército es capaz de detener. La criatura secuestra a una pequeña niña sin hacerle daño, por lo que la familia de la pequeña va a rescatarla. La cinta es el resurgimiento de esas películas sobre monstruos gigantes tan populares en países orientales hace ya bastantes años. Tal fue el éxito que la convirtió en la película más taquillera en Corea del Sur y puso a su director en la mira del mundo, llevándolo a rodar su primera cinta en inglés: Snowpiercer, la cual se encuentra actualmente en cartelera.
Jim despierta en un hospital tras haber estado en coma provocado un accidente que lo mantuvo inconsciente por varios meses. Al despertar se encuentra con una ciudad de Londres totalmente desolada y sin señales de vida. Pronto se entera de que la humanidad ha sido infectada por un extraño virus. Atacado por una horda de violentos zombies, intenta escapar y se encuentra con un grupo de sobrevivientes, con los que intenta encontrar un refugio, sólo para descubrir que esos temibles muertos vivientes son solo el comienzo de sus problemas. El versátil director Danny Boyle nos trajo al comienzo del siglo XXI este filme de terror con imágenes aterradoras de un Londres desierto, desesperanzador y tenebroso en el que la naturaleza del ser humano puede ser aún más aterradora que una pandemia zombie.
El mundo de una pareja colapsa cuando su pequeño hijo muere de forma accidental. El dolor y la culpa sumergen a la madre en una profunda depresión; su marido, que es psicólogo, comienza a trabajar en una terapia para ayudar a su mujer a recuperarse. Es así que "él" y "ella" se recluyen en una cabaña escondida dentro de un bosque, para así llevar a cabo el tratamiento. Pero ella y su entorno comienzan a comportarse de una manera extraña. El polémico director danés nos trae esta historia de terror que divide opiniones, un filme que muy pocos se atreverían a ver más de una vez por lo perturbador de sus imágenes. Y no es para menos, el mismo director declaró que esta cinta sirvió como terapia para salir de una profunda depresión.
Lola es la chica más tímida del colegio, no obstante se atreve a invitar a Brent al baile escolar. Pero Brent no acepta la invitación e irá al baile con alguien más: su novia. El chico no se imagina lo que le espera al rechazarla, pues a esa apacible chica no le gusta recibir un no por respuesta, por lo que con ayuda de su padre secuestra a Brent haciendo de su noche baile del baile un auténtico infierno. Recuerda a las clásicas cintas de adolescentes pero llevándola a un extremo más perverso .El personaje de Lola transmite mucha ingenuidad pero a la vez una frialdad aterradora a la hora de torturar a el desafortunado chico.
La película de este género con la premisa más original en años: una chica es "contagiada" sexualmente de una suerte de maldición/presencia que la seguirá por el resto de su vida a menos que se deshaga de ella a través del mismo método que la infectó. El director David Robert Mitchell presenta una historia con narrativa pausada y con el mood de una película de los años 70s -incluso el uso de celulares se reduce al mínimo en la trama-; una estupenda muestra de que lo que más importa es el ingenio y la creación de atmósferas asfixiantes. Además, gracias a esta cinta, su protagonista, Maika Monroe, se pone bajo los reflectores como una promisoria Scream Queen del nuevo milenio.
La actriz Jennifer Kent debuta tras las cámaras con una historia de terror -escrita por ella mismaen la que retoma la figura del Babadook -el famoso "coco" o "el hombre del saco" en su versión australiana- como el ente antagónico del filme que acosa a una madre soltera y su pequeño hijo. Kent logra construir asfixiantes atmósferas recurriendo a guiños visuales del expresionismo alemán; una modesta joya del cine australiano hecha con bajísimo presupuesto pero con muchísima autenticidad.
Nicole Kidman -antes de inyectarse todo el botox del mundo en la cara- encarna a una madre que espera el regreso de su esposo enviado a la guerra mientras debe cuidar a sus hijos fotofóbicos en una antigua mansión acompañada de sus tres sirvientes; extraños fenómenos paranormales llevan a la mujer al borde de la locura. El chileno Alejandro Amenábar escribe y dirige esta demencial historia de fantasmas con un magistral uso del suspenso para crear tensión a lo largo de la trama y un elegante giro de tuerca final.
Laura llega con su esposo Carlos y su hijo Simón para vivir en el orfanato en el que creció cuando era niña y que ahora piensa transformarla en una residencia para niños con discapaci-dades. Simón comienza a desconcertar cada vez más a Laura pues dice hablar y jugar con otros niños del lu-gar; la desaparición de Simón y el ambiente cada vez más enrarecido de la casona de-sequilibran completamente a Laura. La opera prima de Juan Antonio Bayona es una película que recurre al horror genui-no y no a efectismos fáciles tan típicos de Hollywood; una sofisticadamente ensambl-ada cinta de terror con toques discretos de drama que crea y sostiene su atmósfera de principio a fin. Un clásico contemporáneo.
Una reportera que prepara una nota especial sobre el trabajo del departamento de bomberos en Madrid acompaña a la brigada en una misión aparentemente rutinaria en un edificio departamental; la emergencia resulta ser una plaga zombie al interior del inmueble en donde quedan atrapados algunos bomberos, la reportera, su camarógrafo, todos los vecinos y los infectados que se multiplican a cada minuto. Fenomenal primera entrega del tándem Jaume Balagueró y Paco Plaza que dio pie a una exitosa -aunque desigual- saga española, que también generó un aberrante remake gringo.
Durante la década de los 80s, llega a los suburbios de la clase media en Estocolmo la pequeña Eli -junto con su extraño tutor- para instalarse en el departamento contiguo al de Oskar, un niño que vive con su madre divorciada. La extraña amistad que entablan el niño y la vampiro durante las horas nocturnas en los depresivos departamentos de interés social le da a Oskar la valentía suficiente para enfrentarse a sus acosadores en la escuela; pero cuando comienzan a aparecer cuerpos con la sangre drenada y los vecinos comienzan a sospechar que hay algo raro en la extraña pareja de inquilinos, hacen inminente un nuevo y obligado escape de Eli. La propuesta del director Tomas Alfredson es una hipnótica mezcla de sangre y melancolía que reinterpreta la figura del vampiro en el celuloide.
La Guerra Civil española recién ha terminado y Carlos, de diez años, es llevado a un colegio/orfanato en el que dan acogida a los huérfanos de las víctimas. En el lugar, dirigido por una mujer mayor llamada Carmen y el señor Casares, Carlos comienza a ser acechado por un fantasma, una presencia de un pequeño desaparecido en circunstancias extrañas. La cinta juega con diversos géneros como el horror, la fantasía y algunos destellos de western, diseccionando a través de la mirada de los niños la pérdida de la inocencia, los horrores de la guerra y la fractura social que acarrean los conflictos civiles, una pequeña gran joya de la cinematografía hispana.
Cinco universitarios llegan a una cabaña en un remoto bosque con la idea de pasar un fin de semana de entera diversión -léase sexo y drogas, para variar-; pero cuando encuentran en el sótano una colección de objetos extraños, liberan sin querer a una entidad del mal que los acechará -y matará- uno a uno. En esta fársica propuesta del director Drew Goddard -quien escribió el guión junto con Joss Whedon (creador de Buffy: La Cazavampiros y director de las ultrapopulares cintas de Los Vengadores)-, se pitorrean de lo lindo de todos los clichés y estereotipos del género de terror; se trata de una obscura comedia de lo absurdo del terror que vino a refrescar el género al mostrarnos todos sus puntos débiles y convertirlos en su mayor virtud.
Un hombre llamado Adam se despierta encadenado a un tubo en una decadente habitación, en cuyo otro extremo se encuentra otro hombre, Lawrence. En medio de los dos hay un cadáver. Ninguno sabe por qué están ahí ni cómo llegaron al lugar, pero un cassette les da instrucciones: Lawrence debe matar a Adam en un plazo menor a ocho horas o ambos morirán. El juego de Jigsaw ha comenzado y el tiempo se agota. Una sorprendente cinta que logra capturar al espectador desde el comienzo y que sostiene el ritmo y suspenso hasta el minuto final con un desenlace que no discrepa con la propuesta gore que presentó durante toda la película. James Wan se convirtió con esta cinta en un director de culto, aunque desde entonces sus resultados han sido muy desiguales y su estilo han querido emular con resultados francamente lamentables (sí, nos referimos a la basura de Annabelle).
Arash, un joven narcomenudista que se encuentra aletargado por alguna de sus substancias, conoce una noche a La Chica, una vampiro que sale a cazar por las fantasmales calles de la ciudad -llamada Bad City, por cierto-. Pero esta premisa clásica de chico conoce chica -aunque sea una vampiro- se ve alterada pues se trata del primer western vampírico iraní y cuenta con una propuesta monocromática y videoclipera que muchos han considerado como una oda al terror 'lynchiano', al empoderamiento femenino y a los duelos de los spaghetti western. Afortunada mezcla de géneros que la han convertido en un clásico de culto a pesar de su reciente aparición y han puesto bajo los reflectores a su artífice, Ana Lily Amirpour, una de las prometedoras directoras de Medio Oriente.
Una joven llamada Marta llega a la Hacienda Sierra Negra con el fin de visitar a su tía enferma; Enrique, un agente viajero que viaja en el mismo tren, se ofrece a acompañarla. Ambos deciden continuar el viaje en una vieja carreta que llegó a recoger una misteriosa caja enviada desde Hungría. Al llegar a la casona de sus parientes, su tía ya ha muerto; ella decide quedarse pero no se da cuenta que ha quedado a merced de los vampiros que han ocupado la hacienda. El guión de Ramón Obón toma al personaje creado por Bram Stoker y lo adapta a un contexto gótico mexicano; el galante Germán Robles se convierte en un ícono del horror patrio y con este enigmático trabajo se anticipa a la figura británica del vampiro que encarnara luego Christopher Lee; mientras que Fernando Méndez crea uno de los filmes de culto más alabados fuera de nuestras fronteras cuyo éxito obligó a una secuela El Ataúd del Vampiro.
En el México colonial de 1535, un alquimista ha logrado construir una pequeña maquinaria con el poder de otorgar la vida eterna a cambió de alimentarse de sangre humana; el considerado hereje es perseguido por la Santa Inquisición pero antes de morir logra ocultar el objeto en una reliquia que, varios siglos después, termina en la tienda de un anticuario que lo activa accidentalmente, por lo que se ve obligado a someterse al ansia que le provoca la sangre humana con la que debe alimentarse si no quiere 'morir' ahora que se ha convertido, sin proponérselo, en un vampiro. El mexicano Guillermo del Toro reinterpreta el mito vampírico con una modesta producción que, a pesar de lo limitado del presupuesto, ya deja ver su particular estilo visual y evidencia sus toques personales en el terreno argumental como su aproximación a los terrenos de lo sobrenatural, a la búsqueda de la inmortalidad, al vampirismo -ya incluso escribió junto con Chuck Hogan una trilogía vampírica muy recomendable, por cierto- y su gusto confeso por los insectos (el mítico artefacto creado por el alquimista es un letal bicho dorado). Una pieza clave y de culto en la cinematografía nacional.
Galdino Forti, un trastornado científico busca desesperadamente la cura para una extraña enfermedad y la muerte de los especímenes con los que experimenta -y que ha conseguido de manera misteriosa- van muriendo uno a uno. Sorprendentemente, el científico regresa años después de su exilio en una finca acompañado de un ser con extrema palidez. Nuevamente vemos el tema del hombre que va en contra de la naturaleza, una mezcla de locura y genialidad, además de una arrogancia al más puro estilo del doctor Frankenstein en una atmósfera asfixiante que da soporte a la ya estupenda actuación de Carlos Villarías -el Drácula de la versión hispana de 1931.
Religión y fenómenos paranormales entretejen esta historia relatada por una anciana moribunda que entrega al joven sacerdote del pueblo un milagroso escapulario que, de acuerdo con ella, protege de la muerte a su portador, contándole además cómo el milagroso objeto salvó la vida de sus cuatro hijos. Ambientada en la época de la Revolución Mexicana, Servando González hace uso de un simple objeto como protagonista, y aunque principalmente se va por el camino del misterio y el suspenso con ciertos destellos de realismo mágico, logra crear oscuros momentos de absoluto horror.
Filmada a la par en los mismos sets que la película de Tod Browning, esta versión mexicana mantiene prácticamente el mismo guión de la película protagonizada por Bela Lugosi, pero se aparta por completo de dicha versión gracias a su tono actoral y la intensidad dramática de las escenas. Bajo la dirección de George Melford, esta versión de Drácula es motivo de controversia y debate entre los expertos para determinar cuál de las dos versiones es la mejor; muchos de los conocedores se han decantado por esta versión protagonizada por Carlos Villarías.
Una familia queda desprotegida tras la muerte del padre de la estirpe quien era el principal proveedor de alimento para su linaje; la partida del padre no sería de tal gravedad si no fuera por el hecho de que lo que esta familia se lleva a la boca es carne humana, ya que pertenecen a un clan cuya religión les marca la práctica de rituales caníbales. El peso de salvar alimenticiamente al grupo recae en Alfredo el hijo mayor, un inadaptado adolescente que no está listo para el rol que le ha heredado su finado progenitor. A través de esta familia habitante del Distrito Federal, Michel Grau se olvida de la obviedad y de lo evidente que resulta la metáfora para exponer que, socialmente al menos, nosotros somos nuestros propios depredadores; la innegable alegoría se ve enmarcada -y remarcada- con encuadres dentro de encuadres que asfixian al espectador mientras en pantalla son expuestas las secuencias sórdidas que no ocultan sus referencias a la obra de la fotógrafa estadounidense Nan Golding.
Alucarda es una solitaria joven huérfana que ha vivido toda su vida en un convento y cuya vida cambia el día que conoce a Justine, otra huérfana que llega al lugar tras la muerte de sus padres. Con ella entabla una estrecha relación, pero cuando salen a dar un recorrido por el bosque y se topan con un grupo de gitanos, el encuentro desata de manera irremediable una serie de extraños sucesos paranormales y encuentros demoniacos. Una misteriosa presencia maligna se posa sobre las dos amigas. Posesiones demoniacas, satanismo, aquelarres, vampirismo, y por supuesto, mucha sangre, es lo que podemos encontrar en este trabajo de Juan López Moctezuma que, a pesar de sus deficiencias narrativas y conceptuales, renovó el cine de horror en México a través de la perturbadora presencia en escena de sus actrices centrales (especialmente Tina Romero) y su sobresaliente propuesta visual.
A raíz de un asesinato ocurrido en su edificio sin una causa clara o alguna relación directa aparente, la apacible vida de la joven Dolores (Susana Zabaleta) y su esposo Andrés (Alejandro Tommasi) se convierte en una pesadilla poblada por extraños personajes. Algunos de ellos parecen querer ayudar a Dolores, como una hechicera llamada Madame Endor (Delia Casanova) y el muy peculiar Dr. Riojas (Ricardo Blume), pero la verdad es que la joven ya no puede confiar en nada ni en nadie. Sobrenatural, ópera prima de Daniel Gruener, es un desconcertante y estimulante filme sobre la fractura matrimonial causada por las obsesiones; una interesante cinta que deambula entre el thriller psicológico y el horror con elementos de brujería, vudú y reminiscencias a El bebé de Rosemary (Rosemary's Baby; 1968), todo bajo la siempre excelsa fotografía a cargo de Rodrigo Prieto, el recurrente cinefotógrafo de Alejandro González Iñárritu.
En una de las mejores historias de Carlos Enrique Taboada, una niña adinerada que pasa casi todo su tiempo sola entabla una amistad con otra infante que desea más que nada ser una bruja. Entre juegos infantiles las proposiciones extrañas comienzan a surgir, desencadenando el terror y la tragedia. Relatada en todo momento desde el punto de vista de la pequeña protagonista -la cámara siempre colocada a la altura de un infante nos niega el rostro de los adultos que esporádicamente aparecen en la historia-, la cinta echa mano de la inocencia infantil trastocada por fenómenos paranormales para conseguir el máximo horror.
Un matrimonio que pierde a sus dos hijos preadolescentes en unas cuevas legendarias durante el regreso de unas vacaciones familiares en las afueras de la ciudad de Tijuana; al ser encontrados y llevados de regreso a casa, los niños comienzan a tener comportamientos extraños. Ahí va el diablo es una modesta película en la que el director español Adrián García Bogliano combina con destreza el terror psicológico de los años 70s con un gore sofisticado del nuevo milenio.
E
l cine de terror industrializado lleva ya varios años -¿décadas?con una parálisis creativa lamentable. De la numerosa lista anual de producciones de este género, la gran mayoría son filmes que van de lo mediocre Unfriended, el remake de Poltergeist: Juegos Diabólicos, etc.- a lo realmente patético -Annabelle, Exorcismo en el Vaticano, y otro largo etcétera-. Sólo algunas cintas logran sobresalir, y por lo regular, no son producciones estadounidenses las que sorprenden de una manera propositiva, sino cintas modestas en su presupuesto que lo compensan con gran imaginería y autenticidad -la cinta australiana The Babadook, por mencionar algún título, es uno de los ejemplos más recientes-. Y para confirmarlo, la película que hoy nos ocupa no proviene de territorio yanqui, sino directamente desde el viejo continente; desde Austria, para ser más precisos -aunque si se anunciara un remake gringo en los próximos meses no nos sorprendería en lo más mínimo. La historia de Dulces Sueños, Mamá (Ich seh Ich seh, 2014), se desarrolla casi en su totalidad en el cotidiano y veraniego microuniverso hogareño que se crea entre las cuatro paredes de una lujosa casa localizada en la campiña austriaca, un tanto aislada de la civilización. En ella vive Die Mutter, una madre soltera y estrella televisiva local con moderada popularidad, acompañada de sus hijos gemelos Lukas y Elias. La trama de la
cinta detona casi de inmediato cuando la madre regresa a casa tras haberse sometido a una cirugía estética facial; pero casi de manera inmediata, los pequeños comienzan a sospechar que quien ha regresado a casa con la cara oculta tras los vendajes podría no ser su madre. Un errático comportamiento y la implementación de nuevas reglas en la casa, son sólo algunos indicios que hacen sospechar a Lukas y Elias que su madre está siendo suplantada. Este elegante thriller psicológico parte de esta premisa y pone a cocer a fuego lento una fascinante historia sobre los juegos de poder mientras se explora la estabilidad emocional de los personajes infantiles -que por lo regular son retratados bajo un halo de inocencia- y cuestiona de manera punzante la maternidad. Además, el filme trastoca dos figuras importantes en las que el ser humano, por naturaleza, busca refugio: el Hogar y la Madre. Y es que, cuando estos dos elementos se ven alterados ¿a quién se puede recurrir? Con el respaldo de Ulrich Seidl responsable de la trilogía Paraíso: Amor (2012), Paraíso: Fe (2012) y Paraíso: Esperanza (2013), que hemos podido ver aquí en México el año pasado- quien ejerce como productor de la cinta, y un formalidad visual similar a la fenomenal Funny Games (1997) de Michael Haneke, la dupla de realizadores Severin Fiala y Veronika Franz, construyen un filme sustentado en atmósferas taciturnas
y un espléndido uso del suspenso -recurriendo como apoyo a la limpia fotografía de Martin Gschlacht y el inquietante score de Olga Neuwirth, elementos que consiguen hacer más aprehensiva esa atmósfera que ya de por si presenta la minimalista residencia-, añadiendo esporádicamente ciertas dosis de violencia, en algunos casos bastante gráfica, pero en otros tantos -la mayoría- brutalmente emocional. El guión -escrito por los mismos realizadores- rehúye de cualquier efectismo y artificio para representar con maestría un juego de personajes pasivo-agresivos que se va retorciendo conforme avanzan los minutos y culmina con un interesante giro de tuerca que permite apreciar la historia con un prisma distinto. Las actuaciones de los tres protagonistas (Susanne Wuest como la Madre/Monstruo, y Lukas Schwarz y Elias Schwarz como los gemelos) representan otra de las principales bazas del filme, pues estos transmutan de una manera muy orgánica a lo largo del relato al tiempo que se plantean, desenvuelven y cierran las situaciones que van engarzando los capítulos que dan forma a esta perturbadora anécdota. Dulces Sueños, Mamá es un drama familiar que va transfigurando su estructura para terminar como una salvaje y macabra fábula de ritmo lento y sombrío; un ejercicio sobresaliente que refresca al género y ofrece una experiencia que es, al tiempo, inquietante y formidable.
N
adie sabe de donde provienen las ideas, y al igual que los sueños, estos se ocultan en un rincón desconocido de nuestra mente esperando el momento para despertar y cruzar la frontera de la imaginación a nuestra realidad. Freddy Krueger nació de la mente de Wes Craven, un director que demostró que el terror no es sólo un elemento del cine, si no que también puede ser un estilo de vida. Durante su carrera en cine y televisión, Craven mantuvo un estilo ingenioso y elegante con una serie de personajes tan reales cuya única limitación que tienen es la pantalla del espectador. En esta ocasión recordaremos a un hombre dedicado a su arte que llevó al género de terror a un nivel más, regalándonos a grandes personajes en este largo recorrido. El 15 de abril de 2011 nos asombró por una última vez con Scream 4, una cinta que recupera lo mejor de Wes al regresar a uno de sus personajes más populares. La cinta que tenía la intención de convertirse en una nueva trilogía fue todo un golpe en cartelera demostrando que el asesino serial de Woodsboro seguía vigente y Wes Craven aún más. Pero los números son los que rigen este sistema y al estrenarse tuvo criticas mixtas pero eso no impidió que llenara sus bolsillos con 40 millones de dólares en
su primera semana, siendo automáticamente el mejor estreno de todas las películas de la saga, sin embargo el camino que tuvo que recorrer para llegar a su finalización fue largo y por años el propio director se negó a una cuarta parte considerando su trilogía impecable, pero sus palabras cambiaron cuando en 2010 confirmó que en efecto, él iba a escribirla y dirigirla. Con el sutil sentido del humor que lo caracterizaba, Craven aseguró que su cuarta parte serviría para burlarse de las secuelas sin fin que llegan a tener algunas series de películas y sobre todo si uno quería entender a fondo el verdadero sentido de la cinta uno debía saber en qué momento se encuentra al día de hoy las cintas de terror debido a que el terreno de trabajo ya no es el mismo cuando han pasado más de 10 años. Con todo esto en mente deberemos recordar el año 1996, el año que vio nacer la primera Scream estrenada en el mes de navidad, una cinta que sigue la vida de Sidney Prescott, una estudiante cualquiera del pueblo ficticio de Woodsboro, pero su vida cambia drásticamente al ser acosada por el ahora clásico asesino de la máscara blanca de fantasma llamado Ghostface, un siniestro personaje que realiza llamadas telefónicas a sus víctimas antes de asesinarlos. Craven escribió un guión inteligente con una trama
elaborada que logró revitalizar el género de las cintas slasher de adolescentes de la década de los 80s al presentar lo mismo pero de un modo distinto y aquello le valió obtener el puesto # 60 de 100 en la lista de las mejores cintas de horror de los últimos 13 años de Entertainmet Weekly, llamándola “New Classic”, y por si fuera poco, la creación de Wes ocupa el lugar 458 en la lista de las mejores 500 películas de todos los tiempos. Y el verdadero punto a favor que tiene es el ingenioso diálogo que mantiene con demás cintas de terror en el desarrollo de la historia, es aquí donde dejamos de ser por unos momentos el espectador y nos transportarnos a la escena en curso tratando de responder las preguntas que realiza el asesino si es que aún queremos salvar nuestra vida o la de las personas que queremos. Desde Halloween, pasando por Viernes 13, Craven no deja títere con cabeza y menos podía no mencionar a su creación más preciada, Pesadilla en la Calle Elm, pero sin olvidar el humor que tan necesario es al mencionar uno de los personajes de Scream el curioso nombre de Wes Carpenter, un nombre ficticio creado a base del propio nombre del director y el de John Carpenter, el creador de la cinta de terror clásica Halloween. La saga Scream nos enseñó que la vida es una gran película. Amen.
Clairvius Narcisse, el hombre que presuntamente a base de magia negra y vudú fue envenenado y enterrado vivo para luego formar parte de un oscuro proceso de zombificación, fue la base del libro de Wade Davis y que Wes se encargó de plasmar en la gran pantalla con La Serpiente y el Arcoíris. Una cinta que refleja la sutileza del realizador provocando momentos de pánico en la audiencia al tener en cuenta que lo que están viendo posiblemente es real y que si lo fue sucede aún en nuestros días. La cinta no fue del agrado de muchos y actualmente mantiene una calificación en Rotten Tomatoes de 59% de frescura, pero al igual que un buen vino, este sólo necesita un poco de tiempo para demostrar en verdad de lo que está hecho ya que la cinta estrenada en 1988 logró tener una cantidad nada despreciable de 19 millones de dólares.
Las Colinas Tienen Ojos, una cinta que se convirtió en un clásico inmediato en su estreno en 1977, nos muestra a una familia que sale de viaje pero se quedan varados en el desierto de Nevada, y es ahí donde los persigue un clan de caníbales deformes con la única misión de llevarlos a las colinas del lugar para devorarlos. Como es sabido, la cinta de culto fue censurada por su alto nivel de gore pero nunca se fue por el camino fácil, demostrando el realizador nuevamente que una cinta bien plasmada no necesita nunca aplicar la frase menos es más. Sin embargo en 1972 nadie sabía quién había sido el responsable de tan siniestra película ya que por entonces tenemos a un Wes Craven iniciando con La Última Casa a la Izquierda. El porqué de pronto todo el mundo estaba hablando de aquella película dirigida por un desconocido fue debido al ruido que ge-
neró ya que en cada país que se estrenaba debía ser altamente censurada y en algunos lugares se negaban a proyectarla, pero el público exigía ver la historia de una joven que cumple 17 años y con la compañía de su mejor amiga planean ir a un concierto y a pesar de las negativas de los padres estos aceptan, sin embargo debido a una alteración de los planes originales, ambas son acompañadas por un par de desconocidos que había escapado de la cárcel horas antes y ambos las victimizan, golpean y violan hasta la muerte. La cinta, que con un pequeño presupuesto de apenas 87 mil dólares generó un total de 3 millones y la atención de todo el mundo; aquello fue la puerta de Craven a las grandes ligas del género del terror.
Años después, Craven coleccionó una serie de recortes de periódico pequeños publicados en Los Ángeles Times que contaban la odisea que realizaban los refugiados jemeries al huir de los Estados Unidos debido a la guerra de Camboya, esto les provocó una serie de pesadillas al grado de que varios refugiados se negaban a dormir. Varios de ellos meses después morían mientras tenían pesadillas. Craven comentó que el periódico nunca se percató de las reincidencias de los eventos debido a que jamás relacionaron las noticias y que sólo le daban un pequeño espacio en las esquinas. Los médicos nombraron el padecimiento con el nombre de “El síndrome de la muerte asiática” y sólo afectaba a hombres de 19 a 57 años y al termino del caso se dio por sentado que había sido una muerte súbita inexplicable. La semilla de lo que terminaría siendo A Nightmare on a Elm Street ya se encontraba en la mente de Wes y él estaba decidido a realizar una cinta con base a esa información. Entre los muchos elementos que mermaron la mente del realizador son varios, entre los más destacables se encuentra la experiencia que vivió en su niñez al estar en casa solo y darse cuenta que en la acera de enfrente de su casa un viejo con vestimenta extraña y un sombrero solo miraba fijamente su ventana sin moverse para luego sólo irse. Dos ideas separadas por años pero al unirlas con los recortes del periódico terminó convirtiéndose en lo que ya sabemos. La creación de Freddy Krueger es de toda una vida, el nombre lo tomó de un muchacho que lo molestaba en su es-
cuela, Fred Krueger, mientras que los colores que caracterizan el suéter a rayas, eligió el rojo y el verde después de leer un artículo en Magazine Scientific American, donde aclaraban que la retina del ojo humano rechaza esa peculiar unión de colores. Como era de esperarse el guión fue rechazado en multitud de ocasiones e incluso Walt Disney Pictures ofertó comprarlo para utilizarlo a modo de fábula con los niños que no se quieren ir a dormir con la condición de que bajara el tono del filme para ubicarlo a un público infantil, Craven se negó. Por aquel tiempo New Line Cinema se encontraba en crisis y a pesar de que no contaba con el dinero apropiado para su materialización fue la casa productora que le dio luz verde con la única esperanza de que se volviera su carta blanca y la salvara de la bancarrota. La cinta que tuvo un presupuesto limitado apenas alcanzando el millón y medio de dólares sufrió problemas e incluso se pudo detener la filmación al no contar con el presupuesto para pagarle al equipo dos semanas de sueldo al quedarse sin distribuidora, aquello no importó y todos continuaron en la filmación para que en su estreno esta se volviera una rareza de Hollywood al ser un éxito cosechando más de 25 millones de dólares salvando a la compañía y proyectando una de las cintas más subversivas que Craven hizo en su carrera. New Line Cinema fue conocida después por el singular apodo de La Casa que Freddy construyó. Sin embargo la infancia de Craven pudo haberlo orillado a formarse profesionalmente en otra vocación al tener una educación estricta-
mente bautista que le era implementada por sus padres, esto le ocasionó no tener contacto alguno con la televisión, cómics, o el cine ya que se consideraba una herejía. Años después obtuvo una licenciatura en inglés y psicología lo que le permitió impartir clases de inglés y de humanidades en Clarkson Collage of Technology, universidad de Nueva York pero fue brevemente debido a que años después comenzó su carrera cinematográfica como ayudante de editor de sonido para después, en la década de 1970, comenzar a realizar un par de películas altamente exageradas y controvertidas lo que le hizo acreedor a la fama de director truculento. Wes abandonó nuestra dimensión en su casa de Los Ángeles el 30 de agosto del presente año debido a un cáncer cerebral, dejando a su esposa actual, Iya Labumka, ex vicepresidenta de los Estudios Disney y a sus dos hijos, Jessica y Jonathan Craven. Al final del día, su paso en cine y televisión siempre será recordando, ya sea por los capítulos de la Dimensión Desconocida, por mencionar algunos como Bola Baja, El Camaleón o Día de la Ruptura, donde podemos apreciar la sutileza del manejo de la historia mientras que en cine jamás podremos no reconocer por estas fechas los disfraces de Freddy Krueger o Scream que tanto nos han atemorizado en la gran pantalla. El hombre se va pero el legado es el que se queda, y Freddy Krueger, ahora junto con su creador, se mantendrán ocultos en la oscuridad, siempre listos para aterrorizarnos en lo más profundo del sueño eterno, un lugar al que todos llegaremos. Descanse en paz, Wes Craven.
L
a nostalgia y el enamoramiento son las dos principales veredas que recorre Carmín Tropical, el nuevo trabajo del director Rigoberto Perezcano (Norteado, 2009), un filme que tiene como protagónico a Mabel, un personaje muxe que regresa a Juchitán, su pueblo natal en Oaxaca, al enterarse del violento asesinato de su mejor amiga Daniela -también muxe. El viaje que realiza con el propósito de encontrar al asesino de su amiga se convierte también en una íntima travesía llena de melancolía al reencontrarse con sus viejos amigos, los familiares de Daniela y el micro universo de cabarets y shows travestis que abandonó por amor varios años atrás para seguir sus sueños de convertirse en cantante. En Carmín Tropical, escrita por el mismo Perezcano con ayuda de Édgar San Juan, se apuesta por una historia de atmósferas y por una anécdota intimista que por momentos coquetea con el film noir -o más bien 'pink noir', en palabras del propio director- y el thriller con desbordadas pulsiones psicosexuales. Sin embargo, la investigación criminal para encontrar al asesino de su mejor amiga -y original leitmotiv de Mabel, interpretada extraordinariamente por el actor José Pescina- pasa a un segundo plano para darle una mayor importancia al reencuentro de su protagonista con su propia historia, con sus amores, sus amistades, la culpa y las traiciones, con esa nostalgia que se hace presente desde el momento en decide que regresar a su pueblo natal del que nunca se despidió y que ha estado esperando su regreso.
Y en esas secuencias en las que se juega un poco con el cine negro y el thriller, el secreto de la identidad del asesino serial de muxes resulta ineludible en la historia y se logra mantener la incógnita de manera sobresaliente durante buena parte de la película, y cuando la identidad de éste queda expuesta ya en el tercer acto de la cinta, también resulta extraordinario el desempeño del actor encargado de darle vida a un personaje tan complejo psicológicamente, pues se trata de un psicópata sexual que deambula entre el deseo y la repulsión a lo diferente, lo cual no es otra cosa que la atracción y rechazo hacia sí mismo y su naturaleza sexual no asumida. El caso pasional de Carmín Tropical es psicológicamente violento, sexual y sangriento, aunque hábilmente se rehúsa a caer en el morbo al que se podría entregar fácilmente en un relato de esta naturaleza, y por el contrario, le película termina por ser una mixtura eficaz de géneros en donde tampoco están ausentes las reflexiones sobre los roles de género y la doble moral sexual del mexicano, todo ello con una narrativa hipnótica y atmosferas con reminiscencias lynchianas -logradas en gran parte gracias a la ayuda de la poderosa, sugestiva y por momentos claustrofóbica fotografía de Alejandro Cantú- que culmina con una secuencia musical sublime, un desenlace que, aunque se torna previsible, no deja por ningún momento de ser arriesgado, desconcertante y poco complaciente, además de rebosado de una profunda y oscura psicología que tendrá alcances inimaginables.
A
lfredo Ríos Galeana fue el criminal más buscado en nuestro país por varias décadas, fue el más famoso asaltabancos en la década de los 80s, adjudicándose el título de el hombre con más atracos cometidos en México y en el mundo, sumando casi un centenar de bancos. Pero no fue únicamente su exitosa trayectoria lo que lo convirtió en toda una leyenda criminal, sino su astucia, su inteligencia que lo llevó a comenzar su carrera delictiva al permitirle unirse a las fuerzas de las Radio Patrullas del Estado de México, en donde aprovechó los beneficios de su "profesión" para comenzar con los atracos bancarios, originando con ello una fructífera trayectoria como roba bancos en la que logró escapar tres veces de prisión, mantenerse prófugo por casi dos décadas desde su último escape, la obtención de un título -falso, por supuestocomo Ingeniero Civil, y -según cuenta la leyenda-, la grabación de un disco de música ranchera bajo el nombre de Luis Fernando y el alias de El Charro Misterioso -título que originalmente tendría el filme- o El Charro del Misterio, bajo el anonimato de una máscara negra de luchador, con la que se presentaba en Palenques y otros shows musicales en vivo en escenarios más pequeños como cantinas o bares. La fascinante figura de este criminal mexicano es llevada a la gran pantalla por el realizador José Manuel Cravioto (Los últimos héroes de la Península y codirector de Seguir Siendo: Café Tacvba al lado de Ernesto Contreras) en su ópera prima de ficción, El Más Buscado (2014), una especie de continuidad a su cortometraje El Charro Misterioso (2005) en donde su experiencia y sensibilidad obtenida como documentalista le permite explorar a conciencia los aspectos más íntimos del personaje como su compleja personalidad, su inteligencia y astucia, el crimen como su única forma de vida posible, su relación intima con Sonia -su cómplice y novia-, etc. El filme se encarga también de mostrar las más importantes hazañas criminales de Alfredo, como sus estrategias para asaltar los bancos, el evitar hasta el extremo el disparo de sus armas -nuestra idea era nunca matar a nadie, revela en entrevista durante una de sus capturas-, el mantenerse alejado de los radares de la policía por varios años, y las pocas veces que fue detenido, lograr fugarse de la cárcel; y por supuesto, la cadena de corrupción que subía hasta las más altas esferas del poder judicial. Pero lejos de que pudiera pensarse en este filme como una apología del crimen organizado o de una figura anti heroica como la de Alfredo Ríos Galeana, en realidad El Más Buscado se ve emparentado más con Los Ladrones Viejos: Las Leyendas del Artegio (2006), ese fantástico documental de Everardo González que también se aproxima de una manera
muy sensible a un quinteto de criminales de antaño de la Ciudad de México en la época de Arturo 'Negro' Durazo, o con La Reina del Sur (2013), esa también interesante propuesta discursiva de la televisión que retrató aspiracionalmente la vida de una mujer mexicana común convertida -circunstancialmente- en una de las mujeres narcotraficantes más poderosas en el viejo continente. Cravioto retrata aquí una cultura mexicana adoradora del dinero -aunque no del modo tan ácido como lo ha hecho hace un año Martin Scorsese con El Lobo de Wall Street, pues ese finalmente no es su objetivo aunque se agradece el atrevimiento-, así como una forma de vida asociada al crimen organizado a la que ansían muchos mexicanos -y que también pudimos apreciar el año pasado en el documental Narco Cultura (2013) de Shaul Schwarz. Pero sobre todo, El Más Buscado es el retrato de un personaje complejo y tridimensional, el de un hombre amante de las mujeres, de la música mexicana, de los amigos, del buen vivir; es también un retrato de la lucha psicológica entre Alfredo (excepcional Tenoch Huerta) y el comandante Zárate (un Marco Pérez sobresaliente, como siempre); esto resulta ser uno de los grandes aciertos del filme, esta relación odio-admiración-rivalidadrespeto que se genera entre criminal y comandante, y que es retratada con gran pulso a través del metraje gracias al excelente guión -del mismo Cravioto- y el duelo de actuaciones que ofrecen Huerta y Pérez, pues inclusive en las secuencias en las que sus personajes no comparten tiempo en pantalla, la tensión entre criminal y obsesivo justiciero se vuelve casi palpable. Las jerarquías en el sistema político, el escalafón profesional dentro del entorno policial, la corrupción y el pago de cuotas mensuales para poder delinquir tranquilo para que los policías no se metan en asuntos ajenos, las prácticas y las expectativas del mundo del crimen organizado, así como su relación colectiva -a través de la banda del Alfredo- en este específico bajo contexto sociocultural, son todas diseccionadas sutilmente en el subtexto que yace bajo el revestimiento de película de acción con vertiginoso montaje a través de una narración cíclica y alejada de una estructura no lineal de impecable manufactura técnica. El Más Buscado es uno de los primeros grandes estrenos nacionales que demuestra que en este país se puede hacer cine de género y se puede hacer bien, una película que es capaz de defenderse por sí sola gracias a su impecable calidad en todos su apartados y que seguramente será no sólo un éxito de taquilla sino en todo un clásico contemporáneo de nuestro cine.
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ras algunos cortometrajes, y una vez reconocido de manera internacional con su interesantísima cinta El Huesped (The Host -2006-), el director surcoreano Bong Joon-ho presenta su primera cinta rodada en inglés, con la que vuelve a adentrarse en las historias de ciencia ficción, pero esta vez agregando a la premisa algunos elementos de la teoría marxista y del concepto del motor inmóvil de Aristóteles. La obra en cuestión, Snowpiercer (2013), tiene lugar en un mundo apocalíptico donde, tras un accidente ocurrido durante un experimento con el que se buscaba 'enfriar' la Tierra ante el implacable calentamiento global, la escasa humanidad que sobrevivió a la glaciación global habita ahora en un tren que recorre incansablemente el planeta, completando una vuelta entera cada 365 días. En esta especie de Arca de Noé del nuevo milenio -y que, de hecho, lleva por nombre 'El Arca'-, los sobrevivientes para variar y no perder la costumbre- están divididos en marcados estratos sociales, a los cuales les corresponden sus respectivos vagones: la clase proletaria se mantiene en los últimos vagones padeciendo hambre, frío y toda clase de vejaciones, mientras que la élite se ubica en los primeros coches del imparable vehículo disfrutando de todas las comodidades y entregándose a los excesos, aunque reservando la sofisticada locomotora -donde se alberga el mítico motor eterno- para su creador, el legendario, visionario y -por casi todos- alabado Señor Wilford. Una revolución generada en los últimos vagones del tren, detona la acción de esta inusual propuesta dentro del género sci fi. Giliam (John Hurt), un anciano proletario al que ya le han amputado -como castigo en revueltas infructuosas previas- sus dos extremidades inferiores y sólo le queda una superior, organiza y dirige la secreta revuelta en contra de los regentes dentro del tren, mientras que Curtis
(Chris Evans) y Edgar (Jamie Bell), son los líderes del movimiento encargados de llevar al resto de los amotinados hasta el frente del tren para tomar el control y establecer el balance social. Es el propio Joon-ho, junto con Kelly Masterson, quien adapta al cine la novela gráfica de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette, logrando una desquiciada e invernal aventura sobre las vías, es una propuesta visualmente deslumbrante e intelectualmente satisfactoria, posee el equilibrio perfecto entre forma y fondo, acción y discurso logran empatarse a la perfección para ofrecer un entretenimiento muy inteligente. Snowpiercer lo mismo ofrece secuencias de acción logradísimas, como también brinda un discurso económico-político-social de gran alcance, pues no sólo habla de la desigualdad en la repartición de la riqueza, sino que también -y como ya se mencionó brevemente en el primer párrafo de esta crítica- ofrece una alusión a algunas ideas de la teoría marxista, la cual considera a los trabajadores como una mano de obra que puede equipararse con alguna cantidad determinada de dinero, es decir, que se puede adquirir; esta idea se deja planteada de una manera extraordinaria por Mason (una Tilda Swinton casi irreconocible), quien después de un insignificante amotinamiento que involucró un zapato como proyectil, les hace saber clara y llanamente -a través de un efusivo mini discurso/regaño- cuál es el lugar que a la 'prole' le corresponde: la cola del tren. Ya en la última parte del filme, también se abordan otros temas no menos interesantes: el primero, es que se hace referencia al concepto del motor eterno planteado por Aristóteles, una clase de energía no física capaz de auto perpetuarse y creada por el Sr. Wilford (¿Dios?), interpretado por Ed Harris; en segundo lugar, y el que me pareció un tema mucho más atractivo desde mi muy
particular y subjetiva perspectiva, es el de las revoluciones como parte fundamental del sistema, pues son estos movimientos armados los que, generándose se manera esporádica a lo largo de la historia humana, de alguna manera sostienen y mantienen funcionando al sistema como una máquina perfectamente lubricada para que puede seguir corriendo a la perfección, al igual que el tren. Snowpiercer es una muy estimulante aventura claustrofóbica que va a satisfacer por igual a aquellos quienes busquen meramente entretenimiento y, a la vez, a quienes estén en pos de una propuesta arriesgada con múltiples lecturas; a través de esta distopía, Joon-ho hace un crítica hacia una sociedad asquerosamente capitalista, como la imperante en estas latitudes en las que nos encontramos, es de esas propuestas que el cine de acción y ciencia ficción casi nunca ofrecen, o por lo menos no el cine hecho en hollywood -aunque lo hayan intentado con la muy fallida Elysium, posiblemente por eso Harvey Weinstein, cuya compañía fue la distribuidora del filme en los Estados Unidos, quería que la película se editara y se le recortara alrededor de cuarenta minutos, y al parecer nunca sabremos si esta censura era buscada porque no le gustó la aproximación hacia la sociedad capitalista que propone el filme o porque tiene una idea tan equivocada del público estadounidense que pensó que nuestros vecinos del norte no comprenderían esta cinta. Sea cual sea la razón, lo que se agradece al final de cuentas es que la censura no haya prevalecido y la película se vaya a estrenar, en Estados Unidos, de manera íntegra y sin ningún corte; para México, las cosas no pintan mejor, y no por el tema de la censura, sino por el poco interés de las distribuidoras para traernos este film, ojalá que eso cambie muy pronto, mientras tanto, que aquí quede la recomendación para disfrutar de este filme en cuanto se pueda.
N
icolás Pereda es uno de los cineastas más prolíficos de México y ya tiene una amplia trayectoria en el Festival Internacional de Cine de Morelia donde, en 2007, ganó con su ópera prima, ¿Dónde están sus historias?, el reconocimiento a Mejor Largometraje Mexicano. Este año, en la décimo segunda edición del festival, el director nacido en la Ciudad de México, presentó su séptimo trabajo de ficción bajo el título Los Ausentes (2014), un relato sobre un septuagenario (Guadalupe Cárdenas) que vive solo en una sureña provincia costera de México y que, al no tener papeles que validen la posesión de su humilde casa -o de la tierra donde está fincada de una manera improvisada-, tiene que presenciar cómo es demolida. Ante la tragedia, el hombre se ve obligado a las montañas boscosas, un lugar donde comienza a perder la cabeza, donde los recuerdos y los ecos de otros tiempos comienzan su viaje de regreso junto con su otro yo (Gabino Rodríguez), uno más joven y combativo. Los Ausentes es una película llena de sutilezas que apela a la participación activa del espectador que debe ser paciente y desenmarañar la historia que se está proponiendo en pantalla, una historia de una realidad existente en México -el desalojo de comunidades rurales a favor
del avance del entorno urbano/turísticopero a la que no estamos acostumbrados a mirar de frente. Una cinta construida con silencios y atmósferas como sus pilares más importantes. Con poquísimos diálogos, Los Ausentes nos cuenta una pequeña historia de grandes dimensiones y mayores alcances sobre la memoria y nuestro entorno, una historia donde el pasado se instala en la rutina diaria del septuagenario a quien los ecos del pasado lo confunden en el día a día. De acuerdo con el guionista del filme, Alejandro Mendoza, Los Ausentes gira en torno al descenso a los infiernos del personaje principal, un recorrido, una búsqueda en la que se quiere encontrar a sí mismo. El argumento sencillo, Pereda lo extiende al máximo a través de su radical propuesta -como toda su filmografía-, con tomas largas donde la cámara flota y avanza cautelosa, o donde en otras ocasiones permanece estática, para regalarnos largos planos que registran la gran belleza natural y cotidiana en esta historia de corduras alteradas ante las muy comunes injusticias de la realidad nacional. Los Ausentes es una historia donde se alternan el pasado y el presente, y donde también ambos convergen finalmente en compañía del alcohol, los cigarros y un viejo revolver.
E
l director Noah Baumbach está de regreso, y como es costumbre en su filmografía, abordar las crisis y los avatares de la edad y la madurez, pero esta vez agrega a la ecuación ciertos tópicos acerca de la creación artística y los problemas de las brechas generacionales a través del comiquísimo retrato de un matrimonio de cuarentones que se ven deslumbrados por la vitalidad, el estilo de vida desenfadado y la manera de ver el mundo de una joven pareja de hipsters. En esta sátira sobre la madurez llamada Mientras somos jóvenes (While we're young, 2014), Ben Stiller da vida a Josh, un documentalista que ha estado trabajando en un proyecto por los últimos diez años, y a pesar de que ya cuenta con cientos de horas de material, no se ha decidido a terminar su documental. Él y su mujer Cornelia, interpretada por Naomi Watts conocen a una joven pareja formada por Jamie y Darby (Adam Driver y Amanda Seyfried respectivamente) y comienzan a frecuentarse más y más, con lo que la pareja comienza a recuperar su "juventud perdida"... o por lo menos eso intentan. Josh y Cornelia
se ven deslumbrados por la vitalidad de la joven pareja de veinteañeros emprendedores y comienzan a notar que sus vidas, a pesar de la estabilidad, libertad y felicidad que decían poseer, están muy lejos de ser lo que ellos esperaban. El tiempo que pasan con Jamie y Darby inicialmente los revitaliza y los lleva a querer emprender nuevos proyectos profesionales, pero pronto la pareja comienza a notar las fracturas que ya tenía su matrimonio y los reproches no tardan en salir a la luz; además, parece que el hecho de que las parejas se conocieran no fue del todo casualidad sino toda una estrategia de Jamie. Con Mientras somos jóvenes Baumbach pone bajo la lupa los conflictos emocionales de los personajes creados por la negación del paso del tiempo y de volverse "viejo", pero además propone un juego de espejos entre generaciones exponiendo el temido -e inevitable- 'relevo generacional' al que hacen frente Josh y Cornelia en plena crisis de la mediana edad; es así como presenciamos sus patéticos intentos de aferrarse a una etapa de sus vidas, perpetuar su juventud y buscar ser aceptados por una
fracción social que ya los cataloga como individuos obsoletos -por cierto, su experiencia con ayahuasca es hilarante-. Estamos, entonces, frente a una interesante propuesta plagada de atinadas y mordaces líneas que utilizan el humor negro y sardónico para guiarnos hacia reflexiones sobre la ansiedad que provoca cumplir años y la búsqueda de la eterna juventud a costa de dejar de ser uno mismo. Aunado a esto, el director de Frances Ha (2012) plantea interesantes cuestionamientos sobre las obras cinematográficas y su autenticidad, y especialmente propone un debate sobre los documentales respecto a la ética que se debe seguir para su realización y nos cuestiona si cualquier medio o recurso se justifica para alcanzar el objetivo que se persigue. Mientras somos jóvenes es otra sólida propuesta de su director, es un trabajo inteligente y divertido que con precisión se adentra profundamente en la angustia que provoca envejecer en una sociedad desbocada a la que es casi imposible seguirle el ritmo.
A
my es una mujer independiente y liberal que vive sin ataduras: la diversión, el embriagarse, fumar hierba y el sexo casual son parte de su cotidianidad. Desde pequeña su padre les inculcó a ella y a su hermana ciertas creencias personales sobre las relaciones amorosas, tales como que la monogamia no existe. Su hermana hizo caso omiso a las recomendaciones, se casó con un hombre que era padre soltero y juntos esperan un hijo. Pero Amy sí lo tomó como su filosofía de vida. Trabaja en una revista dedicada al público masculino y aspira a convertirse en editora de la misma, sale con un chico con el que tiene una relación abierta, por lo que no deja de tener sus aventuras con otros hombres. Pero cuando a Amy le es asignada la tarea de escribir un artículo sobre el Dr. Aaron Conners, un destacado médico deportivo, comienza a cuestionar sus ideales al inesperadamente comenzar a enamorarse de Aaron. Esta chica es un desastre (Trainwreck, 2015) es la nueva cinta del director Judd Apatow, cuyo estilo para la comedia tan peculiar e irreverente, las du-
des flick, lo hizo posicionarse en el cine, y ahora vuelve después de varios años de no realizar proyectos. Sólo que ahora la cinta gira en torno a una protagonista femenina, la comediante Amy Schumer, quien se ha dado conocer a través de sus shows de stand up y su programa de tv caracterizados por su ácido sentido del humor ideal para una cinta de Apatow. Incluso me atrevería a afirmar que por su tan desenfadada y atrevida personalidad (¿recuerdan esas atrevidas fotos con temática de Star Wars para la revista GQ?) la actriz es el alter-ego del personaje que interpreta, lo cual no resulta tan descabellado ya que Amy, además de protagonizar junto a Bill Hader, es también la guionista de la cinta. Acompañan a Amy y Bill un destacado elenco que es uno de los más grandes atractivos de la cinta, desde deportistas como John Cena y LeBron James, hasta pequeños cameos de estrellas como Daniel Radcliffe, Marisa Tomei y Matthew Broderick. También actores en roles secundarios como Ezra Miller, Brie Larson y la británica Tilda Swinton en un personaje en el que nunca cree-
ríamos verla -la despiadada y superficial jefa de Amy-, y cómo siempre, robándose las escenas en las que aparece. Siguiendo la pauta que dejaron cintas recientes como Damas en Guerra (Bridesmaids, 2011) y Armadas y Peligrosas (The Heat, 2013), Esta chica es un desastre muestra a una protagonista que rompe con los estereotipos de roles femeninos en el cine. Amy Schumer, para sorpresa, hace un gran papel, tiene momentos hilarantes, románticos y hasta dramáticos sin perder esa comicidad pícara tan característica. Y si bien estamos hablando de una comedia romántica de manual, no pierde el sello de las cintas de Apatow, el resultado no es cursi ni moralista gracias a como se desarrollan las situaciones plasmadas en el ingenioso guión. Amy no esperaba salir con el hombre que entrevistaba, ni tener sexo sin estar ebria, mucho menos aceptar una segunda cita (no son spoilers, sabes qué pasará), pero cuando existe una verdadera química con alguien más, lo ideales que uno se impone salen sobrando.
G
reg es un chico que está en su último año de secundaria; él siempre ha tratado de mantenerse al margen de los demás compañeros, le gusta pasar desapercibido y ser prácticamente invisible. Él tiene sólo un amigo, Earl, al que por cierto no le gusta llamar "amigo", sino mas bien, "compañero de trabajo". Y es que las amistad que une a Earl y Greg desde chicos es por el amor que tienen ambos hacia el cine, tanto así que dedican su tiempo libre en hacer sus propias versiones de los clásicos que tanto aman. Un día, la madre de Greg le cuenta una triste noticia: a una de sus compañeras de la escuela, Rachel, le acaban de diagnosticar leucemia, por lo que ella cree que sería una buena acción que Greg se volviera amigo de ella para apoyarla. Greg, a regañadientes, acepta ir a visitar a Rachel, y al vivir tan de cerca la enfermedad hace que lo que en un principio fue una imposición de una amistad forzada, se convierte en una verdadera lucha de Greg para lograr que la chica no se rinda. El director Alfonso GomezRejon regresa al mundo del cine con su
segundo largometraje de la mano de un guión adaptado por Jesse Andrews, el mismo autor del libro homónimo en el que se basa la película, por lo que tenemos una adaptación bastante fiel al material impreso. Al leer la trama es inevitable creer que la cinta será una historia de amor imposible en el que la muerte se tratará de interponer muy al estilo de Bajo la misma estrella, pero el mismo Greg lo aclara en repetidas ocupaciones: ésta no es una historia de amor. La historia no se centra en la enfermedad de la chica, sino en Greg. Su personaje es un ejemplo de esos chicos que abundan hoy en día, que se esfuerzan por ser diferentes, egoístas y arrogantes, cuando en realidad son como todos los chicos de su edad: inseguros y confundidos. Greg llega a ser bastante aborrecible y aunque en momentos saque a relucir su egoísmo, su normalmente pasivo amigo Earl estará ahí para ponerle un alto y acompañarlo en la batalla contra la muerte de Rachel. Los jóvenes protagonistas Thomas Mann, Olivia Cooke y RJ Cyler logran
unas actuaciones convincentes, naturales y emotivas que ayudan a dotarle el dramatismo requerido para la historia. Y como un plus para todo amante del cine, tenemos los divertidos homenajes que hacen Greg y Earl en sus versiones de cintas clásicas (fantástica su versión de La Naranja Mecánica con calcetines) con momentos sumamente originales. Me and Earl and the dying girl sale por completo de los convencionalismos del género, pero en momentos, al igual que el personaje de Greg, se siente que se esfuerzan demasiado en tener momentos de originalidad; pero es sólo un detalle menor que no hace menos placentero verla. Pasando por momentos divertidos y otros verdaderamente desgarradores que nos van preparando para el que parece es un inminente desenlace, el trabajo de Gomez-Rejon hace despertar muchos sentimientos en esta suerte de coming of age humano y emotivo que nos enseña que nunca dejarás de aprender de las personas, estén o no ellas en este mundo.
D
avid Pablos presenta La Vida Después, un filme que hurga en los lazos familiares, la herencia y la posibilidad de elegir; se adentra en la relación fraternal y la disfunción familiar. El filme inicia con los momentos memorables de los hermanos Rodrigo y Samuel disfrutando de la playa al lado de su madre. Su infancia es común: los niños juegan, la mamá trabaja; de niños la vida es simple pues no es necesario entenderla, todo es juego y diversión puedes ser invisible y el universo sigue girando. Así es como trascurre su infancia. Pero ella tiene un cierto tono de soledad o amargura, pareciera que se pierde en sí misma, conforme transcurre su vida y los niños crecen se percibe la separación de las relaciones, desde los hermanos entre sí, hasta la madre, hay un evidente quiebre que se va acrecentando con el paso del tiempo. Por fin llegan a la adolescencia, y con ella, un fuerte suceso, su madre (María Reneé Prudencio) decide alejarse de ellos dejando una escueta nota: “Tuve que salir. Mamá”. El más afectado es Samuel (Américo Hollander), por ser el más joven y sensible, Rodrigo (Rodrigo Azuela) es frio y distante, ya que él se reconoce en su madre y entiende lo que está pasando. Ellos deciden salir en su búsqueda.
En este viaje se desencadenan las rupturas más notables en su relación fraternal, es vital la personalidad de cada uno y la forma en que reaccionan de acuerdo a sus experiencias en un seno familiar con carencias, una nula comunicación. Se genera una fuerte pelea entre ellos que marca un clímax decisivo para enfrentar lo que viene. La narración está bien enfocada, combinando el cordial matrimonio de la música con las imágenes. La acertada fotografía de José de la Torre recorre los paisajes de Sonora, los cuales nos van adentrando al sentir de los personajes. Entre la brevedad de los diálogos y la calidad de las secuencias, con notables silencios por parte de los personajes, pero con gran comunicación visual y sonora que nos adentra en los estados de ánimo. Buen filme, desolador, con papeles muy bien logrados y representados categóricamente desde los infantiles hasta la madre. La Vida Después nos evoca esas decisiones que debemos de tomar, como lo es renunciar al patrón trazado por la herencia, fracturas que por darse en la familia son más difíciles aún, pero necesarias para definir y elegir vivir feliz nuestra propia historia.
E
l cineasta español Nacho Vigalondo rompió paradigmas en el cine sci-fi en español con su estupenda ópera prima Los Cronocrímenes (2008). Con su segundo largometraje, Extraterrestre (2011), le dio otro giro al género al aderezarlo con fuertes y frescos toques de comedia romántica. Ahora, con Open Windows: Persecución Virtual (2014), pretende ir más allá de todo lo anterior propuesto; se trata de su trabajo más ambicioso hasta la fecha -en coproducción con Estados Unidos y rodado en inglés-, una trepidante cinta de suspenso cibernético. Open Windows: Persecución Virtual es protagonizada por Elijah Wood como Nick Chambers, un apocado webmaster de un concurrido sitio dedicado a su actriz favorita, la célebre estrella cinematográfica Jill Goddard (Sasha Grey), y quien ha resultado ganador de un concurso para conocerla en una entrevista y cena privada; pero unas horas antes de la anhelada reunión, recibe una llamada del manager de la actriz para comunicarle que ésta ha cancelado la cita y no se llevará a cabo. Sorpresivamente el manager le da la oportunidad de vengarse de ella al ofrecerle total acceso a su celu-
lar, su laptop y algunas cámaras al interior del hotel en el que está hospedada; molesto, y sobre todo, decepcionado de la cancelación por parte de la actriz, Nick acepta la oferta sin imaginarse la pesadilla que está a punto de desatar, pues todo se trata del plan de un psicópata (Neil Maskell) que matará a la actriz si no hace lo que se le pide. Aunque con una premisa que ya hemos visto en anteriores ocasiones -el personaje central se encuentra en el momento y lugar equivocados y se ve obligado a actuar de una determinada manera o terminará por verse involucrado en el crimen-, Vigalondo se demuestra conocedor enciclopédico del lenguaje narrativo cinematográfico y echa mano de recursos estilo Hitchcock -que por supuesto nos remiten a grandes clásicos del thriller como la seminal para el género La ventana indiscreta (Rear Window, 1954)- y los combina con el uso de la tecnología cotidiana -todo sucede en la pantalla de una laptop- para ofrecer 90 trepidantes minutos que va engarzando con giros de tuerca a granel para culminar con un bestial clímax. A Open Windows: Persecución Virtual no se le pueden negar sus valores de
producción, ni su dinamismo narrativo, pero debajo de ese empaque transgresor yace una crítica simplona y burda -a veces con tintes aleccionadores- a la vida de inmediatez en la que se desenvuelve la sociedad contemporánea perpetuamente conectada a las redes sociales, al peligroso juego de las identidades en línea, y a la obsesión de las masas y su culto a esas figuras mediáticas a las que llaman "artistas" -sean cantantes, actores, escritores, videobloggers, etc.-. El tercer largometraje de Vigalondo es un interesante ejercicio de estilo que marca un parte aguas en el lenguaje narrativo del cine del nuevo milenio; pero no obstante esta evolución narrativa, en ocasiones el guión se nota tan desesperado en su intento por ser altamente ingenioso que los constantes giros de tuerca -en una trama atestada de "casualidades", por cierto- la llevan hasta el punto del ridículo, perdiendo con ello el sentido y convirtiendo al filme en un despropósito de magnas dimensiones donde la coherencia brilla por su ausencia. Recomendable para fans del género y para feligreses incondicionales de Vigalondo.
E
l primer documental de la directora de anuncios publicitarios Crystal Moselle nos abre la puerta de un mundo con tintes surrealistas delimitado por las paredes del departamento en Nueva York de la familia Angulo, conformada por el padre Óscar, la madre Susanne, y los siete hijos —seis hombres y una mujer— cuyas edades van desde los 16 hasta los 24 años: Bhagavan, los gemelos Govinda y Narayana, Mukunda, Krsna, Jagadisa, y la hermana mayor, Visnu, quien padece una enfermedad que ha afectado su crecimiento. Lo que distingue a los Angulo de otras numerosas y disfuncionales familias, así como a su particular entorno, es que los siete hermanos varones han pasado prácticamente toda su vida entre las cuatro paredes de dicho departamento ubicado en el décimo sexto piso de un edificio de ayuda social en el Lower East Side de Manhattan, y conociendo el mundo exterior a través del cine al que tuvieron acceso gracias a películas en VHS y DVD. La decisión de uno de los hijos de salir al exterior, cimbra los cimientos de la familia y se tambalea la figura autoritaria del padre de familia. Con una premisa tal, no es de extrañar que inmediatamente vengan a nosotros los recuerdos de cintas como Canino de Yorgos Lanthimos desde la lejana Grecia, o El Castillo de la Pureza de Arturo Ripstein desde unas latitudes que nos son más familiares, tanto por la manufactura mexicana de la cinta como por el caso real en el que estuvo inspirado —el del jalisciense Rafael Pérez Hernández
y su familia en la ciudad de México en la década de los 50—. Pero más allá de estas similitudes, Wolfpack: Lobos de Manhattan (The Wolfpack, 2015) es una obra que toma un rumbo muy distinto. Y es que a pesar que el documental sí se aproxima a la relación padre-hijos que se va debilitando tras la decisión de uno de ellos de salir a la calle y que luego es secundada por los demás hermanos en clara decisión de rebeldía ante el otrora dominante patriarca, Moselle resuelve encaminar su trabajo hacia un enfoque más luminoso y alejado del morbo en el que hubiera sido extremadamente fácil caer. El protagonismo de la historia, entonces, recae en la forma en la que el cine ayudó a los hermanos Angulo a conocer y tratar de concebir un mundo que les fue negado a causa de las desvirtuadas creencias religiosas y filosóficas del padre de familia basándose en la filosofía hinduista Hare Krishna y en varios preceptos New Age —de ahí que todos sus hijos tengan nombres sánscritos—; creencias que lo llevaron a recluir a sus hijos en su departamento para protegerlos de la moralmente corrupta sociedad occidental. Es así como los hermanos Angulo se vieron obligados a forjarse una cosmovisión retorcida e ingenua del mundo exterior —que sólo podían ver desde su ventana— a través de las miles de películas que vieron durante los dieciséis años de encierro; años en los que descubrieron clásicos como Ciudadano Kane (Orson Welles) o Lo que el viento se llevó (Victor Fleming), u otros clásicos ya corres-
pondientes al cine contemporáneo como la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson) y la correspondiente a Batman (Christopher Nolan), así como cintas de culto como Perros de Reserva (Quentin Tarantino). Miles de títulos que apreciaron y revisitaron una y otra vez; títulos de los que transcribieron los diálogos y —como si se tratase de la película Originalmente Pirata de Michel Gondry— recrearon las escenas emblemáticas de sus películas favoritas caracterizándose con materiales improvisados y grabándolas con su austera videocámara. Así encontramos a uno de los hermanos encarnando al Caballero de la Noche con una armadura de cartón y a otro maquillado como el Payaso Príncipe del Crimen amenazando con un ultimátum al héroe de Gotham; en otro momento tenemos a uno de los hermanos bailando al ritmo de "Stuck in the Middle with You" de Steelers Wheel, mientras interpreta a Mr. Blonde (Michael Madsen) en la legendaria escena de tortura y mutilación en la también mítica Perros de Reserva. Cinematográficamente hablando, Wolfpack: Lobos de Manhattan puede ser considerado como un trabajo narrativamente convencional, pero es en sus personajes, en su insólita experiencia y en la manera en que se aproxima a la experiencia cinéfila como mecanismo de defensa y salvación en el particular microuniverso de los Angulo, que el trabajo audiovisual se hace poseedor un gran valor como documento fílmico.
E
l director Wes Ball regresa al mundo postapocalíptico al que dio forma el año pasado con Maze Runner: Correr o Morir (Maze Runner, 2014), la primera entrega de esta serie cinematográfica inspirada en la saga literaria juvenil de James Dashner sobre un futuro distópico donde un grupo de adolescentes deben sobrevivir a un mortal laberinto al que no recuerdan cómo han llegado. Al final de la cinta original, los sobrevivientes descubrían toda una conspiración de una compañía llamada WICKED/CRUEL pero eran rescatados por militares; esta segunda parte, Maze Runner: Prueba de Fuego (Maze Runner: The Scorch Trials, 2015), arranca justo en ese punto de rescate, pero los chicos no tardan en descubrir que el operativo no ha sido más que una cortina de humo de la misma compañía que busca continuar con la experimentación con ellos como conejillos de indias para dar con una cura a la pandemia viral que ha desolado la tierra. Después de la eficaz mezcla de El señor de las Moscas (1990) con El Cubo (1997) que supuso la primera parte, en esta ocasión la trama de la cinta se enfila directa y completamente hacia los terrenos del cine de supervivencia: Thomas
(Dylan O'Brien) y compañía esta vez deben escapar de WICKED/CRUEL a través de una ciudad en ruinas y de un agotador desierto a las afueras de las instalaciones de la compañía, para dirigirse a las montañas donde, se dice, se encuentra la organización rebelde The Right Arm, a la que buscan con la esperanza de que pueda ayudarlos a combatir a quienes buscar capturarlos y la posibilidad de brindarles una cura contra el virus. Esta secuela mejora en su nivel de producción en comparación con su antecesora; tiene un mayor presupuesto que se ve reflejado en un mayor número de secuencias de acción y la mayoría de éstas están bien resueltas (sobre todo la secuencia del primer encuentro con los infectados y su posterior encuentro diurno con estas mismas creaturas en lo alto de un edificio en ruinas). No obstante, el resto de los elementos de la cinta se presentan endebles: los nuevos personajes son poco o nada interesantes; los personajes ya conocidos pierden su frescura y atractivo original; el guión, que además de haber cambiado considerablemente la trama con respecto a la saga impresa, tiene huecos argumentales que busca que pasen desapercibidos; y los verda-
deros avances que hay en la historia son realmente muy pocos si se toma en cuenta que la cinta dura más de dos horas. Son demasiados minutos para una película de transición que nos cuenta realmente muy poco. Maze Runner: Prueba de Fuego es una secuela eficaz como vehículo de entretenimiento que cautivará a los acérrimos seguidores de la saga, pero que mejoraría mucho con la anulación de veinte minutos de su metraje y centrándose en las cosas que verdaderamente importan para desarrollar la historia sin andarse por las ramas (la narcótica secuencia del club pudo ser eliminada sin remordimiento alguno, mientras que el clímax en el desierto con el ejército Right Arm se extiende hasta el cansancio). Esta continuación de la historia es aceptable, pero con muchas cosas que pudieron mejorar y sólo es recomendable para todos aquellos que ya han visto la primera entrega y dudarán por ningún minuto en ver el desenlace. Para el resto del público, la cartelera tiene otras opciones. P.D. Seguimos agradeciendo que por lo menos no haya un triángulo amoroso en esta saga.
P
ese a su desigual filmografía, el cineasta estadounidense Steven Soderbergh siempre ha tenido algo interesante qué decir a través de su cine, cualidad que le permitió dotar al drama Magic Mike (2012) de cierto interés pese a una intrascendente premisa que versaba sobre un sensible stripper con grandes aspiraciones; una premisa, por cierto, basada en las propias experiencias de la ahora exitosa estrella de Hollywood Chaning Tatum y sus inicios en el mundo del entretenimiento erótico para mujeres antes de irrumpir en la Meca del Cine. Tres años después llega Magic Mike XXL con Soderbergh participando en el proyecto únicamente como productor ejecutivo y cediendo a Gregory Jacobs (Criminal y Wind Chill) su lugar en la silla del director del filme que vuelve a centrarse en el sensible bailarín (Tatum, por
supuesto) que ahora trabaja como ebanista, pero al recibir una llamada de sus amigos y ex compañeros de baile, algo lo mueve a querer participar una última vez en un gran show en la convención de strippers. Y así tenemos que si la película original fue rescatada de la total intrascendencia gracias al talento de su director para revestirla con una personalidad propia y hablar de manera intimista sobre el lado humano y la ambición en el mundo de los strippers con un sutil tratamiento melodramático, esta secuela pierde total frescura, quedando su elemental premisa una suerte de road movie de hombres en crisis de la edad que es aderezada con subtramas coming of age- expuesta como una simple excusa para seguir mostrando buenos cuerpos y sugerentes coreografías.
E
l director Joe Wright (Atonement, Orgullo y Prejuicio, Anna Karenina y Hanna) se embarca en una aventura de fantasía para relatarnos el origen de un entrañable personaje infantil: Peter Pan. Esta precuela de la clásica historia escrita por el dramaturgo J.M. Barrie, nos sitúa en un orfanato de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial; ahí vive Peter, un niño abandonado ahí por su madre al nacer y que anhela el día en que ella regresa por él para estar juntos nuevamente y para siempre. En el lugar, dirigido por una vil monja, Peter y su mejor amigo Nibs comienzan a notar que algunos huérfanos desaparecen misteriosamente durante las noches, por lo que deciden investigar qué es lo que sucede; pronto descubren el misterio: la monja vende a los pequeños a los piratas que los abducen durante las noches mientras duermen, y esa noche, también toca el turno a Peter de ser raptado. Así es como en un barco volador se enfila hacia la segunda estrella a la derecha y hasta el amanecer llegando de esta manera al País de Nunca Jamás, un lugar gobernado por el temible pirata Barba Negra que utiliza a los infantes raptados para que trabajen en las minas de la fantástica isla flotante buscando polvo de hadas, el cual utiliza para mantenerse siempre joven. En las minas, Peter conoce a un joven llamado James Hook, con cuya ayuda intentará escapar del lugar, no sin antes enterarse sobre una profecía que habla sobre un elegido que dirigirá a las fuerzas de los nativos de la isla contra los piratas de Barba Negra que han explotado las naturales y mágicas riquezas de las fantásticas tierras de Nunca Jamás. Las películas de Joe Wright siempre se han caracterizado por su extraordina-
ria propuesta audiovisual, desde la elegancia más clásica de Atonement y Orgullo y Prejuicio hasta la vertiginosidad de Hanna con la letalidad de Saoirse Ronan al ritmo de The Chemichal Brothers, pasando por supuesto por la fastuosidad teatral de Anna Karenina. Peter Pan (Pan, 2015) no es la excepción a la regla. El mundo propuesto por Wright para la historia del origen del niño que nunca creció tiene una detallada recreación de la Inglaterra en Guerra y para contrastarla posee un mundo mágico que cobra vida gracias a los vibrantes colores; se trata de una propuesta barroca en la que la inserción de canciones modernas como Smells Like Teen Spirit de Nirvana o Hey! Oh! Lets Go! de The Ramones a manera de himnos del Pirata Barba Negra no es tan desafortunada como podría pensarse, sino que se unen para formar parte de una amalgama aún más recargada de la ya de por su saturada propuesta visual. La película es visualmente extraordinaria, los duelos de espadas están resueltos con astucia y las escenas de acción son emocionantes y todo un deleite visual -un 3D exacto ayuda a la experiencia de las aventuras por cielo, mar y tierra-. No obstante sus múltiples virtudes técnicas, como historia es un tanto fallida. Lo desafortunado es el guión que resuelve cosas de una manera demasiado fácil como la improbable amistad de Peter y James Hook que nace en los calabozos de las minas sin una razón muy lógica; o el repentino surgimiento de la habilidad para volar de Peter en el último instante para salvar el día sin una motivación muy evidente. Además, el desempeño actoral es por demás irregular, por lo que de igual manera nos encontramos con un sorprendente trabajo del debutante
Levi Miller quien interpreta con gran corazón al inocente héroe que se convertirá en el líder de los Niños Perdidos en Nunca Jamás, como a un Hugh Jackman sobreactuando a su Barba Negra que por momentos parece ser una malvada y barata copia del Jack Sparrow de Johnny Depp; por su parte, Garrett Hedlund y Rooney Mara como Hook y Tiger Lily respectivamente cumplen cabalmente con sus unidimensionales papeles sin aportar nada extra a los personajes que se ven envueltos en una subtrama amorosa sin una pizca de química, aunque hay que concederles que hacen un buen trabajo en las elaboradas secuencias de acción. Y si además de esto añadimos que las participaciones de Amanda Seyfried como Mary, la mamá de Peter, y de Cara Delevingne como las sirenas son tan breves que apenas pueden ser consideradas como meros cameos, entonces tenemos la completa panorámica de una trabajo actoral endeble y con tonos diversos en su gran mayoría. En resumen, Peter Pan es un producto de entretenimiento familiar de extraordinaria manufactura y con cierto grado de originalidad en su propuesta visual; una cinta que seguramente dejará a los niños complacidos, pero por su convencionalidad en la que finalmente cae la historia difícilmente perdurará en la memoria, puesto que nunca alcanza la magia y trascendencia del clásico animado de 1953 que se ha vuelto entrañable para muchas generaciones; esto a pesar de dejar un final abierto que podría utilizarse para una trilogía precuela a la historia original escrita por el dramaturgo inglés.
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urante una misión de exploración en Marte se suscita una letal tormenta que obliga un equipo de astronautas a abortar la misión que tenían en suelo marciano y regresar a la Tierra; pero el botánico Mark Watney es golpeado bruscamente por los restos de una antena que se desprende por la violenta ventisca y sus compañeros de misión se ven obligados a iniciar la retirada pensando que Watney ha muerto, pues los sensores han detectado que su traje se ha perforado y eso no le permitiría sobrevivir más allá de un minuto. Sorprendentemente el astronauta sobrevive pero ha quedado varado en el planeta rojo con comida limitada para unos cuantos meses, por lo que debe idear un plan para subsistir hasta que la misión de su rescate se presente, lo cual podría durar unos cuatro años. Con esta premisa se presenta Misión Rescate (The Martian, 2015), la adaptación de la novela homónima de Andy Weir con la que el director Ridley Scott regresa a los terrenos de la ciencia ficción después de explorar el relato bíblico de Moisés con la muy fallida Éxodo: Dioses y Reyes (Exodus: Gods and Kings; 2014) y el mundo del
crimen organizado con la desastrosa El Abogado del Crimen (The Counselor, 2013). La película es protagonizada por Matt Damon quien sustenta con total eficacia la mayor parte de la cinta, ya que casi el 80% de su extenso metraje -casi dos horas y media- se centra en su personaje, mientras el resto de la película gira en torno a los sucesos en nuestro planeta y la nave de la misión que lo abandonó cuando descubren que ha sobrevivido, así como el plan que la NASA comienza a elaborar para rescatarlo y traerlo con vida; es aquí donde podemos ver al resto del reparto Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Kate Mara, Sebastian Stan, Michael Peña, Kristen Wiig y Jeff Daniels. En este producto hollywoodense con mensaje optimista sobre el ingenio ante la adversidad, Ridley Scott deja de lado su estilo personal -tanto visual como discursivo- con el que construyó esos clásicos transgresores de la ciencia ficción como Alien o Blade Runner para entregarnos una ligerísima cinta de aventuras interplanetarias. Se trata de un blockbuster de tardío estreno en el que, a pe-
sar de agradecer que no tiene toques del pretensioso tono metafísico de Interstellar (2014, Christopher Nolan), sí abandona toda propuesta artística personal para manufacturar una película casi genérica de aventuras espaciales en las que a veces el humor sirve para aligerar la carga dramática de la cinta, pero en otras ocasiones no entra ni con calzador. El vehículo para el lucimiento actoral de Matt Damon que es a final de cuentas Misión Rescate, es un filme que resulta efectivo como entretenimiento momentáneo, con situaciones emocionantes aunque previsibles y personajes unidimensionales con nulos o muy superficiales dilemas éticos y morales interpretados por un puñado de competentes actores que aquí parecen estar trabajando en automático. Queda claro entonces que es un trabajo que está muy lejos de ser el cine que alguna vez ofreció Ridley Scott, ese cine que transformaba al espectador al hacerle cuestionamientos sobre su naturaleza, a ese público que no era el mismo tras el visionado de Blade Runner que antes de éste.
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ntrar en el palacete. Recorrer con la vista la decoración, nutrida de utilería teatral y entre ella, múltiples portarretratos de la anfitriona con atuendos propios de las heroínas de operas famosas a través de los tiempos. Ataviada de música, así vivía Marguerite. En los años veinte franceses, el glamour se encontraba entre la rancia sociedad que buscaba recaudar fondos para los heridos o huérfanos de la Primera Guerra Mundial. Aunado a ello, estaba el estímulo de los mecenas para los nuevos artistas de academias clásicas, como el conservatorio, pero también, los grupos reaccionarios ante aquella "apacible inestabilidad", quienes aún llevaban el estandarte de la revolución en contra de los opresores del pueblo. Una
vida lejana por completo de la que rodeaba a Marguerite. Xavier Giannoli dirige magistralmente a una Catherine Frot, quien interpreta a la Baronesa de Dumont, de cierta edad, quien gusta de rodearse de los elementos que proporcionan magia a la interpretación del bel canto, por lo cual, vive en una esfera de belleza onírica que flota gentilmente entre el vacío de un hogar y los tonos vocales de tenores, contraltos, bajos, sopranos y mezo sopranos. Desde su mirada, el mundo se mueve con grácil inocencia, la amistad es inquebrantable y la lealtad, lo es todo. Siempre en busca de hacer el bien, no pretende encontrar lo obscuro, rebuscado, irónico o sarcástico en el actuar de los demás: espera el pago con la misma moneda. No alcanza a retener los retrué-
canos en su mente, pues las palabras viajan con el viento y sólo regresan en forma de aria. Pero, ¿quien era ella? La esposa, la dueña de la casa y poseedora de una gran fortuna. Ama de un Madelbos a su entero servicio (conocedor de cada uno de sus deseos, autor de sus fotografías artísticas, corrector de imperfecciones de su cotidianidad y enlace entre sus fantasías y el mundo alrededor), entusiasta promotora de arte, ávida de nuevas experiencias en el mundo artístico y colaboradora accidental de un performance activista así como de un triángulo amoroso. Da igual, su respiración será entrecortada por la emoción que la embarga y la ansiedad que la mueve. De hecho, el Conde Dumont resultó el personaje cuya ausencia justifica la pre-
sencia de ese mundo que bien podría reducirse a una habitación de música. Como esposo, sufría los eventos en los cuales Marguerite actuaba para sus amigos, razón por la cual siempre tenía el pretexto adecuado para ausentarse. De igual forma, no podía sino permanecer a su lado pues su situación económica peligraba en ese momento histórico. Su amante, convenientemente cercana a su esposa, resultó ser la sumisa confidente que su esposa no podía ser, pues los negocios y la expansión no formaban parte de su contexto. Para esa vida a ritmo de adagio, debía llegar Kyrill Von Priest, mordaz periodista que logra colarse en el palacete de Marguerite para hacer una reseña cargada de ironías retocadas con el suave encanto de una persona entregada al placer de descubrir al personaje de la baronesa en su culmen, en una suerte de esencia que le deja maravillado al mismo tiempo que extasiado por tener un sujeto del cual hacer blanco para sus reportes. A la larga, aquel texto logrará cambiar el movimiento a un sutil allegro que irá in crescendo hacia el clímax de la historia. Es en ese momento en que las piezas comenzarán a moverse para lograr lo imposible, desde cualquier ángulo, pues lo único que puede conseguirlo es el dinero que se debe invertir para cumplir el sueño que le regresa un hálito de vida a Marguerite y, la complicidad de un maestro que le pueda guiar en su cometido: Atos Pezzini. Será él, ataviado en sedas y ropajes propios del ambiente operístico de élite, con su inseparable equipo de colaboradores y la siempre oportuna atención de Madelbos, quien busque obtener la rara belleza de la capacidad tonal de la aspirante a estrella. Precisamente ahí reside el leitmotiv de esta historia: tratar de hacer bello lo que
no es. En México tenemos la frase "Canta feo pero con sentimiento", para referirnos a ese imparable entusiasmo que muestran algunas personas por hacer público su gusto por la interpretación, cuando en realidad, les falta mucho por lograr una armonía, ya no digamos alcanzar notas o realizar florituras con su voz. Y también cabe la pregunta: ¿quiénes somos nosotros para decirle que no lo haga? Ante esta divergencia, los espectadores pueden encontrar la tendencia de su opinión basándose en la evidencia presentada, pues no hay lugar para opiniones a medias, sino para tomar bandos directamente. Tal como lo hacen los personajes alrededor de Marguerite. Entre las metáforas visuales y auditivas que encontramos en el film, podemos reconocer también los momentos álgidos, las verdades a medias, los descubrimientos personales, pero también la sutil manera en que todo va, como en un gráfico financiero, en picada hacia el fracaso. De ahí la divergencia: que suceda por su bien, pero mejor que no suceda, por su bien. Extraña dicotomía en la que el director lleva al espectador a cambiar, entre una escena y otra, su parecer respecto de lo que debe acontecer. Curiosamente, hay un momento en que parece arribar el realismo mágico latinoamericano a la historia, en el cual creemos que habrá un resultado maravilloso, después todo, que encontraríamos la farsa en lo mostrado previamente y nos daríamos cuenta que la historia cambiará de pronto. Un pequeño scherzo para darnos cuenta de la ópera que estamos presenciando, donde ya identificamos plenamente a los personajes y cómo hemos saltado de la comedia a la tragedia con eslabones tan firmes que no nos permiten perder el ritmo de la narración.
Las máscaras no fueron necesarias en este caso aunque sí los vestuarios celosamente cuidados: Marguerite en lujosas telas para sus vestidos, incluso cuando aparece con sus batas o pijamas. El Barón, su esposo, en austeros trajes de forzosa corbata, sacos de color obscuro y pesados abrigos para el invierno. Madelbos en su rígido uniforme de mayordomo, sin una arruga y solo descompuesto en los confines de su habitación. Kyrill, en su traje económico a la usanza de los burócratas de la época, solo con la melena despeinada para enfatizar su desprecio hacia las formas aristócratas de la época. Todos perfectamente definidos en cuanto a su papel. Por extraña que pareciera, la historia está basada en hechos reales y seguramente, como dijo el adusto mayordomo, las fotografías están viendo pasar el tiempo, con las expresiones propias de las heroínas de Verdi, Wagner y Puccini. Más aún, el solo reconocimiento de la existencia de dicho personaje, seguro ha hecho que varios nos interesemos por lo que aconteció para que Marguerite Dumont originará su mundo en tan alta expectativa, con tan pobre espíritu. Esta película francesa en automático se convertirá en clásica, ya que pocas veces la ópera ha estado tan relacionada con el episodio que se proyecta en forma casi simultánea, con la contraparte tan marcada de una voz apagada que desea ser escuchada (la excepción sería M. Butterfly, 1993). Por supuesto, es la versión hardcore de las cantantes que dedican su vida y entusiasmo a colocar las notas correctas para hacer de la música, un discurso armónico en el cual las tragedias y las alegrías pueden percibirse con el color del sonido, con la ligereza de su alma y con la potencia de su voz.
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a lo ha dicho Woody Allen a través de su cine: el Hombre es una especie en perpetua insatisfacción, nunca está conforme y siempre quiere más o algo diferente a lo que tiene. Sébastien Nicolas, el protagonista de Un Ilustre Desconocido (Un Illustre Inconnu, 2014), lleva esta afirmación al extremo. Sébastien (Mathieu Kassovitz) es un personaje con una personalidad gris y con una existencia igualmente anodina; desde hace ya algún tiempo –suponemos por su confesión a un sacerdote que son muchos años– este agente inmobiliario se apodera de ajenas personalidades como parte de su ritual de repudio hacia su propia identidad. Imitación de voz, aprendizaje de ademanes y muletillas, y la modificación de las facciones
mediante un cuidado proceso de creación de prótesis faciales, pelucas y maquillaje, son las herramientas que Sébastien utiliza para usurpar la personalidad de la persona que desea ser... hasta que esa personalidad ya no le satisface por completo y el vacío interior vuelve a imperar; entonces busca a otro individuo que posea una personalidad de la que se quiere apropiar y el ritual comienza nuevamente. El encuentro con un afamado violinista y la usurpación de su identidad arrastran a Sébastien a una vorágine de la que ya no podrá salir. Aunque parte de una premisa que está muy lejos de ser completamente original –recordemos títulos cinematográficos como Una vez en la Vida (Dead Ringers, 1988, David Cronenberg), El Talentoso Sr. Ripley (The Talented Mr. Ripley,
1999, Anthony Minghella), Atrápame si puedes (Catch me if you can, 2002, Steven Spielberg) o textos como El Hombre de la Multitud (1840, Edgar Allan Poe)– y a pesar que en el segundo acto entra en juego una subtrama con tintes moralistas sobre la paternidad, el director Matthieu Laporte sabe cómo huir de los convencionalismos, y apoyado por la estupenda labor histriónica del verdaderamente camaleónico Kassovitz, elabora un thriller con gran sofisticación y autenticidad; se trata de un trabajo que más que jugar con el público y su recurrente fantasía de querer ser alguien más, elabora un complejo y reflexivo tratado sobre la personalidad humana y lo que define nuestra identidad.
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l tándem responsable de Amigos (Intouchables, 2011), Olivier Nakache y Eric Toledano, está de regreso con una propuesta que recurre nuevamente a la fórmula de ligero melodrama con tintes de comedia en pos de repetir el éxito obtenido con aquella película nominada al Globo de Oro como Mejor Película Extranjera en 2013. No obstante el esfuerzo, la nueva película, Samba (2015), pierde la frescura de su antecesora y lamentablemente adquiere pretensiones de denuncia social que nunca terminan por funcionar debido a la indecisión de los también guionistas del relato en cuanto al tono de la película. En esta pretenciosa feel-good movie Samba (Omar Sy), un inmigrante senegalés que lleva ya una década viviendo en París, inesperadamente es arrestado y retenido en un centro de reclusión para indocumentados en donde conoce a Alice (Charlotte Gainsbourgh), una trabajadora social voluntaria que se encuentra temporalmente imposibilitada para ejercer como ejecutiva tras un explosivo ataque de ansiedad, y con la que comienza inesperadamente una relación de amistad que se va transforman-
do en algo más. Con esta trillada premisa de personajes opuestos, Nakache y Toledano pretenden mostrar que a pesar de las desigualdades sociales se encuentra siempre un punto en común, pues tanto el senegalés indocumentado como la económicamente acomodada ejecutiva son personajes que están fracturados emocionalmente y se apoyan mutuamente para salir adelante. Como se mencionó en el primer párrafo, en este desesperado intento por repetir la fórmula que les brindó éxito internacional hace tres años, la propuesta pierde frescura e intensidad dramática, tanto por el desganado desempeño de los actores protagónicos –Omar Sy esforzándose por ser encantador y divertido carece de toda naturalidad, mientras que Charlotte Gainsbourg vuelve a interpretarse a sí misma (ya saben, chica loquita y emocionalmente inestable) pero no tan intensa y muy deslactosada como en sus trabajos previos como los de Lars von Trier– como por los lamentables recursos manidos de un guión de ritmo desigual que crea personajes de lo más elementales y poco definidos en cuanto a su personalidad, forzando también las situaciones y giros en la trama
hasta volverlas completamente inverosímiles y ridículas –entiéndase el ridículo baile durante la limpieza de las ventanas y el absurdo cambio de abrigos entre Samba y su "amigo" previo a la tragedia–, provocando con ello la previsibilidad de la resolución del misterio final que involucra la supuesta muerte del protagonista, resolviéndose por una infame solución Deus ex machina. Nakache y Toledano igualmente pretenden insertar comentarios y críticas sociales hacia la desigualdad económica y la inmigración europea, pero estos temas son abordados con superficialidad, y la ligereza de su tono en general hacen imposible que uno pueda tomarse en serio las referencias sociales, por lo tanto no funcionan. Samba es una comedia dramática ligera que no escapa de los clichés más elementales del estilo Hollywood –incluido el drama impostado y la melosa música de Ludovico Einaudi para intentar manipular emocionalmente a la audiencia–, una exagerada y fallida repetición de lo logrado con Amigos y una ingenua mirada a la problemática de la inmigración y la marcada diferencia de clases.
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n su sexto largometraje, El Precio de la Fama (La rançon de la gloire, 2014), el director Xavier Beauvois (De Dioses y de Hombres, 2010) rinde un homenaje a las comedias silentes de Chaplin y a sus personajes con una premisa que involucra directamente al mítico comediante... o por lo menos a su cadáver. Basándose en un hecho real ocurrido en 1977, Beauvois junto con Etienne Comar cincelan el guión de esta melancólica comedia sobre dos ilegales en Suiza —Eddy Ricaart, recién liberado de la prisión, y Osman Bricha, padre de una pequeña llamada Samira que quiere estudiar una carrera para ser veterinaria y
casado con Noor, una mujer con problemas de salud que la obligan a estar hospitalizada— que ante la fuerte problemática económica, deciden robar el ataúd del recientemente fallecido Charles Chaplin y pedir un rescate a cambio de éste a su familia. Con esta sencilla y anecdótica premisa, Beauvois incursiona en los terrenos de la comedia y confecciona una película que con gran soltura y elegancia se mueve entre el realismo social más descarnado y la fantasía más ingenua y absurda. En la divertida y conmovedora El Precio de la Fama nos convertimos en cómplices de esta extraña aventura de dos entrañables amigos en la que Beauvois
inserta con astucia referencias y homenajes tanto a la figura icónica del cine silente como a sus obras y personajes. Así tenemos a estos dos personajes al borde de convertirse en el legendario vagabundo Charlot ante una dura realidad económica, cuyas peripecias quedan expuestas mediante escenas con diálogos silenciados por la partitura de Michel Legrand. Por supuesto, la sátira social hacia la eterna lucha de clases está también presente, reuniendo con esto todos los elementos necesarios para emular y homenajear con éxito, tanto en temática como en su forma, a los grandes clásicos del genio humorista inglés.
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l actor francés Clovis Cornillac (Amor eterno) debuta tras las cámaras con una ligera comedia romántica. La trama de Me quiere, no me quiere (Un peu, beaucoup, aveuglément!), genérico título que le han puesto a la cinta para su distribución en México y cuya traducción más certera sería Un poco, mucho, ¡a ciegas!, es completamente elemental y apenas logra ser rescatada por el divertido guión y el desempeño de los protagonistas: la guapa Mélanie Bernier y el mismo Cornillac. Ella interpreta a una aspirante a pianista profesional y acaba de mudarse a su nuevo departamento, ubicado en un edificio contiguo al de él, un inventor de complicados rompecabezas y otros complejos juegos de mesa que requieren un elevado conocimiento matemático y estratégico, por lo que gusta del silencio y la soledad para obtener la concentración requerida para la creación de sus inventos. El problema surge debido a que los muros que separan los edificios no logran aislar en absoluto el sonido del departamento aledaño, lo cual lo obliga a él a escuchar las actividades y
conversaciones de cuanto inquilino renta el departamento, por lo que ha ideado varias estrategias para deshacerse de ellos de manera casi inmediata. Una de estas estrategias es utilizada con su nueva vecina pero ella lo descubre y comienzan entonces una guerra campal; él para martirizarla y obligarla a abandonar el departamento, y ella para igualmente torturarlo y acceda a establecer estrictos horarios de actividades para no perturbarse mutuamente. Al final los horarios son establecidos y entablan una relación de cordialidad que con el paso de los días va evolucionando a una buena amistad y a una relación sentimental improbable pero práctica y efectiva en la que incluso sobran los nombres propios -nunca se revelan sus verdaderos nombres y se llaman cariñosamente 'cosa' y 'coso'. Me quiere, no me quiere es una cinta que no descubre el hilo negro del género romántico, y que tampoco lo pretende; se trata de una chick flick de manual, tiene todos los ingredientes, situaciones y pasos básicos que demandan para su elaboración este tipo de películas: hay
personajes aparentemente opuestos que acaban sintiendo una atracción intempestiva que los lleva a formar la pareja ideal; también están presentes los mejores amigos de los protagonistas que sirven de apoyo moral -y funcionan también como el elemento comic-relieve para la trama- y que eventualmente terminarán conociéndose y con la probabilidad de una relación, aunque sea fugaz; también están presentes los conflictos que, casi siempre por un malentendido, terminarán separando a la pareja en el segundo acto de la película, tan sólo para darse cuenta, ya en la recta final del tercer acto, que están hechos el uno para el otro y se reconciliarán. Así pues, Clovis Cornillac deja de lado cualquier aspiración artística y encamina sus esfuerzos hacia la construcción de una comedia romántica que cumple su cometido, y que resalta de otras propuestas del género por el ingenio de su guión con divertidas líneas y una frescura sorprendente de sus protagonistas, quienes logran una gran química en pantalla aún estando separados por un muro de concreto.
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a obsesión por alcanzar la fama y el reconocimiento social como gran escritor son el motor que impulsa a Mathieu Vasseur, protagonista de la nueva película del director francés Yann Gozlan, Un Hombre Ideal (Un Homme Idéal, 2015), a robar el diario de un muerto mientras realiza uno de sus trabajos de mudanzas en la compañía de su tío, y a transcribirlo para presentarlo como "Arena Negra", una novela de su propia autoría escrita a manera de diario sobre un soldado francés inmerso en la infernal guerra de independencia de Argelia. A sus 26 años, y con varios desaires de editoriales que habían rechazado su trabajo previo -El Hombre de Espaldas-, Mathieu logra un éxito avasallador y se convierte en la próxima gran promesa de la literatura europea. Los años pasan y la presión editorial para que entregue una nueva novela -de la que ya le han dado un cuantioso ade-
lanto económico que tendría que regresar- va en aumento con cada día que pasa; a este contratiempo se unen la llegada de Stanislas, ex pareja de su novia Alice e ahijado de sus acomodados suegros Alain y Valeria, así como la aparición de un enigmático hombre que conoce el verdadero origen de la apócrifa novela. Mathieu se ve atrapado por la vorágine de mentiras y crímenes con que, a toda costa, busca mantener el estatus social y económico de la vida que ha alcanzado. A pesar de dejar importantes cabos sueltos y de abusar de las vueltas de tuerca en la trama -a las que varios personajes secundarios (entiéndase Alice y sus padres) reaccionan de una manera bastante inverosímil-, Yann Gozlan sale airoso en esta empresa cinematográfica al bordar un apasionante filme de suspenso con evocaciones a los grandes clásicos de Hitchcock con opresivas at-
mósferas que desde el comienzo cautivan al espectador, quedando éste magnetizado a la pantalla, pues el filme además de presentar una historia seductora, nunca pierde el ritmo y no hay tiempos muertos en los 97 minutos de su ajustado metraje. Además, la cinta encuentra su principal pilar en la portentosa interpretación de Pierre Niney -un actor al que el año pasado vimos en Yves Saint Laurent (2014)-, quien sabe utilizar sus particulares rasgos faciales especialmente esa fascinante miradapara encarnar al multidimensional Mathieu Vasseur, un personaje psicológicamente complejo al que el francés logra trazar en pantalla con una gran sensibilidad. Un Hombre Ideal, a pesar de ciertas torpezas del guión, termina por ser un thriller solvente sobre la obsesión por la fama y la profanación de la memoria de un muerto.
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espués de la provocativa Joven y Bella (Jeune et Jolie, 2013), François Ozon vuelve a tomar la sexualidad como eje y motor, y busca desmitificar la identidad y la orientación sexual como sinónimos en su más reciente propuesta: Une nouvelle amie (2014), libérrima traslación a la pantalla grande del relato corto The New Girlfriend de la escritora británica Ruth Rendell, recién fallecida en mayo pasado. Con un prólogo de diez minutos, que supone una verdadera lección de cine y que formalmente representa de lo mejor que ha ofrecido Ozon en su filmografía, se establece el contexto de la historia, se presenta a los personajes y se plantea el conflicto que se desentrañará a lo largo del filme: Claire y Laura se conocen en la infancia y de inmediato se convierten en mejores amigas; ya como adultas, ambas contraen nupcias y Laura se convierte en madre, aunque también enferma gravemente y fallece, no sin antes recibir la promesa de Claire de cuidar siempre de su hija y su esposo David. Una tarde, tras una pausa de algunos días por el duelo, Claire decide visitar a David, pero la escena que encuentra es la del viudo cuidando a su bebé completamente travestido. Este desconcertante episodio es el punto de partida que permite a Ozon nuevamente jugar con los absurdos límites morales preestablecidos y busca, como en anteriores ocasiones, demoler los
tabúes que se ciernen en torno a la orientación e identidad sexual del ser humano. En esta ocasión, para dinamitar la subyugante moral y los estereotipos sexuales, Ozon ha tomado como estandarte esta la relación que se va gestando y estrechando hasta niveles íntimos entre Claire y Virginia (nombre con el que le "bautiza" su nueva amiga), una relación que jamás se había suscitado con la "identidad" sexual anterior de David, quien a su vez va asimilando paulatinamente su nueva identidad sexual (aunque su orientación se mantiene intacta) como la que debió asumir desde hace muchos años. Desafortunadamente, en esta ocasión parece que el director pierde el rumbo de la historia que se siente inconexa, es un trabajo que se asemeja más a una colección de anécdotas irregulares. Une nouvelle amie cuenta con algunos momentos de brillante delirio e inspiración (el ya mencionado prólogo, así como la secuencia de canto en el bar -una oda a la feminidad a través de un personaje transexual-, o las escenas previas y durante un día de compras en la plaza comercial que marcarán el inicio de la vida pública de Virginia), pero que desaparecen poco después para dar paso a otros momentos que pecan de superficiales hasta el extremo de banalizar el travestismo y lo difícil que es ser mujer se retrata con una escena de la depilación. Ozon se muestra indeciso y parece no encontrar el to-
no exacto de la película, vacila peligrosamente entre la comedia ligera, la tragedia y luego también se aventura por momentos al suspenso, que aunque es preciso señalar que lo hace con agilidad, no siempre alcanza resultados positivos. En este recorrido por diversos géneros tiene momentos sublimes pero otros cursis y melosos (ya lo verán con ese "happy ending" de corte semejante al estilo melodramático televisivo de Hallmark Channel), y en ocasiones parece imitar el estilo almodovariano, y bien sabemos que ése sólo lo puede ejercer el manchego. Son las estupendas interpretaciones de Romain Duris (David/Virginia) y Anaïs Demoustier (Claire), y el aplomo y sensibilidad con la que Ozon realiza su trabajo (pues a pesar de todo estamos ante un director talentoso), lo que la salva de convertirse en el completo despropósito en el que se hubiera con-vertido si hubiera sido rodada otro realizador carente la sensibilidad del francés. Une nouvelle amie es una propuesta que engancha al espectador a la pantalla de principio a fin, y eso es algo que no se le puede reprochar jamás a Ozon; no estamos para nada ante una cinta despreciable, pero sí ante una obra menor del parisino que ha corrido con mejor suerte en anteriores ocasiones en las que se ha aventurado a indagar en los rincones de nuestra psique sexual.
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omo ya es bien sabido, soy súper fanático de las películas de acción, pero el poder escribir acerca del mejor, no tiene precio. Me refiero al grandísimo súper espía inglés, el increíble, el magnífico agente 007, James Bond. Muchos dirán que exagero, que nunca se despeina, que nunca le pasa nada, que son una “jalada” sus películas. Y a todos los detractores les pregunto: ¿Y? Ya hablando en serio y enfocándonos a las últimas películas de este gran espía, podemos ver a un James Bond (interpretado muy bien por Daniel Craig) más humano, mas imperfecto, ya no es el agente perfecto de ediciones anteriores y vemos como ya la edad y los martinis han causado estragos. Pareciera que fue ayer cuando lo vimos por primera vez interpretando a este carismático espía. Muchos tenían la duda, hasta yo, de si sería el James Bond correcto, y a muchos nos tapó la boca. Ya es su cuarta película siendo 007 y papeles como el interpretado por Pierce Brosnan, han quedado en el pasado. Tampoco podemos olvidarnos del director Sam Mendes, que repite película al hacer una muy buena película anterior, Skyfall, y también el que dijo en una de sus entrevistas para la BBC que “ya no más James Bond”. Posiblemente quiere cerrar con broche de oro y no que lo encasillen en las películas de espías cuando hemos visto excelentes producciones como el caso de Belleza Americana. Por mí, puede seguir haciendo películas de James Bond toda la vida y quizá si económicamente lo tientan puede hacer otra más. En esta ocasión veremos en esta película, como es costumbre, muchos países en los que se llevan a cabo sus
aventuras, ahora incluido México, y enfrentándose a una organización secreta llamada “Spectre”. Aquí es donde recibe un mensaje codificado y va en una misión no autorizada por MI6. Como en sus últimas películas vemos la fricción que existe con la agencia de inteligencia inglesa, por querer hacer siempre las cosas a su manera, a la usanza antigua y no de la manera políticamente correcta. Y veremos cómo cada vez que se adentra en esta organización más cosas oscuras de su pasado aparecerán. En esta ocasión veremos al increíble y uno de mis actores favoritos Christoph Waltz, interpretando al malo de la película, a la bellísima Monica Bellucci y al luchador de la WWE Dave Bautusta, entre otros muy buenos actores como Lèa Seydoux, quien se convierte en la nueva chica Bond y Ben Whishaw, quien interpreta nuevamente al ahora joven experto en gadgets Q. ¿Qué podemos esperar de esta película? Muchísima acción, excelentes efectos especiales, muy buena historia, y una excelente dirección, sin olvidarnos de excelentes actuaciones. Como siempre los invito a ver los trilers de esta gran película y que sin duda será una de las mas taquilleras no sólo de la temporada sino de la franquicia entera. No queda más que comernos las uñas, esperar para su estreno, y no cansarnos de repetir las frases “My name is Bond, James Bond” y “Shaken not stirred”.
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ué cosa es el tiempo? Matemáticamente es una magnitud física con la que medimos o separamos los eventos pasados de los futuros para mantenernos en el presente. El tiempo cambia las cosas pero la esencia en sí del tiempo siempre es la misma. Por fortuna algo que no cambió con el paso del tiempo fue el amor que sentimos por Back To The Future (Volver al futuro), una cinta que en este mes cumplen 30 años las aventuras de Marty y el Doc al arribar el 21 de Octubre del 2015, es decir dentro de unos días querido lector. Más allá de la popularidad de la saga en general habría que rebobinar y entender qué fue lo que nos presentó Robert Zemeckis, director y creador de la historia junto con Bob Gale, para que millones de personas formaran parte de este evento mundial. Back to the Future siguió las andadas de Marty Mcfly, un joven que vive en Hill Valley, no es un buen estudiante pero tampoco es el peor, su familia siempre ha mantenido un bajo perfil en la historia de la ciudad pero el nuevo invento de su mejor amigo, el Dr. Emmett Brown, una máquina del tiempo en un auto deportivo De Lorean, lo llevará a 1955 donde alterará los eventos ya ocurridos, específicamente el
enamoramiento de sus padres. Con el tiempo en contra y sin el modo de regresar inmediatamente a su época debe asegurar su propia existencia haciendo que sus futuros padres, en esa época jóvenes adolescentes se conozcan y se enamoren. Para llegar a toda esta elaborada historia, Robert Zemeckis y Bob Gale reflexionaron sobre la posibilidad de que uno como hijo pudiera conocer y entender más a sus padres si hubieran ido al mismo colegio con la misma edad, teniendo eso en mente comenzaron los primeros borradores. Lamentablemente ningún estudio colocó su voto de fe en el guión y no fue hasta que Zemeckis obtuvo un éxito de taquilla con Romancing the Stone de 1984 que los Estudios Universal dieron luz verde al proyecto. Michael J. Fox obtuvo el papel principal para luego dejarlo y ser reemplazado por Eric Stoltz por problemas de agenda pero tras dos semanas de filmación los productores junto con el director ordenaron su remplazo por Michael J. Fox nuevamente debido a que Stoltz estaba dando una actuación más dramática que lo que el personaje necesitaba, ocasionando que los momentos humorísticos se vieran opacados. Fue de esta manera que Michael tuvo que hacer una filmación titánica al estar en cine y televisión al mismo
tiempo. Por otra parte Christopher Lloyd estuvo a punto de rechazar a su personaje, el Doctor Emmett Brown, debido a que no consideraba que tuviera la seriedad que necesitaba al protagonizar una cinta de viaje por el tiempo, su esposa fue la encargada de convencerlo. El resto del reparto fue añadiéndose poco a poco. La que estaría por convertirse en un clásico del cine pasó por varios momentos críticos al grado de que el director comentó tiempo después que Back To The Future era una cinta que no quería terminar de filmarse debido a la apretada agenda que tenía Michael J. Fox para la filmación que sólo le permitía filmar por las noches algunos días por semana y pocas horas los fines de semana para las escenas al aire libre de día sumando los retrasos constantes en el desarrollo de la historia al modificar algunas veces los rasgos de los personajes y de la máquina del tiempo, ya que poco antes que se convirtiera en el singular auto que conocemos estuvo a unos momentos de ser un simple refrigerador. El cambio fue necesario debido a que imaginaron que miles de niños podrían morir asfixiados en sus refrigeradores al emular esa extraña manera de viajar por el tiempo.
La filmación terminó después de 100 días un pasado 20 de abril de 1985, debido a la fatiga que esta había provocado el director y el equipo de producción acordaron retrasar su estreno de mayo a agosto sin embargo al proyectar una parte del material a los productores, emocionados con lo que acababan de ver optaron por adelantar su estreno a julio por lo cual se contrataron a dos editores y varios más de sonido con turnos de 24 horas sin interrupción de edición para que estuviera lista lo antes posible. Aunque muchos consideran a Back To The Future una cinta llena de efectos especiales, esta sólo cuenta con 32 tomas que estuvieron a cargo de Industrial Light & Magic, y únicamente el director estuvo conforme con dichos efectos especiales cuando la cinta estuvo terminada. Al final del día la cinta llego a más de 1200 salas de cine el 3 de julio de 1985, Robert Zemeckis estaba preocupado de que la cinta terminara siendo un rotundo fracaso debido a que su estrella principal estaba lejos promocionando la serie de televisión con un capítulo especial filmando en Londres. Por su parte, Bob Gale, el cocreador estaba en disgusto debido a que el lema final que los Estudios Universal habían optado por colocar en los afiches de cine era ¿Estás diciendo que mi madre se ha enamorado de mí? Sin importar aquellos detalles que los realizadores no lograron controlar la cinta se colocó 11 semanas en el puesto # 1 en las salas americanas, Zemeckis y Gale comentaron tiempo después que la mayor recaudación se logró a partir de la segunda semana de estreno debido a que el fenómeno boca en boca por parte del público fue el adecuado para que miles de curiosos acudieran a ver la cinta. La película tuvo tan sólo en los Estados Unidos un total de 170 millones de dólares convirtiéndola en la más taquillera de 1985.
La crítica especializada se comió a la cinta en elogios llamándola el Blockbuster con el mejor guión en toda la historia de Hollywood, mientras que la revista Variety alabó la estrecha relación entre Marty y Doc Brown comparándolas con la fuerte amistad que hay entre el Rey Arturo y Merlín, mientras que la cadena BBC destacó la extrema complejidad en la que el guión fue ejecutado remarcando el hecho de que ningún personaje tiene alguna línea sobrante que no ayude al desarrollo de la historia, el diario británico The Guardián señaló que la cinta tiene el drama y el humor justos para ser dignamente comparado con cualquier buena obra de Shakespeare. Mientras que en los premios mundiales la cinta que al parecer no quería terminarse de filmar llegó a los Premios Oscar para ganar la categoría de Mejor Edición de Sonido, mientras que la canción del filme The Power of Love también fue nominada para terminar con la nominación de Robert Zemeckis y Bob Gale a Mejor Guión y Mejor Película Original. Pero si de algo estamos seguros es que este es el año de Back To The Future II, debido a nos encontramos en pleno año 2015, un año y mes que valen oro puro para cada fan de la trilogía. En su momento como siempre ha comentado Zemeckis, nunca hubo planes de hacer una segunda parte, pero debido al éxito económico que esta presentó, el trabajo se puso en marcha al ahora crear una aventura que nos llevara al 21 de Octubre del 2015 (así es querido lector, estamos a tan solo unos días de su arribo) para resolver unas serie de problemas en la familia Mcfly con la ayuda de Doctor Brown, pero la misión sale de sus manos cuando la máquina del tiempo es robada para crear un 1985 (el año presente de los personajes) alterno donde el villano de la cinta, Biff, se ha vuelto poderoso, millonario y corrupto todo gracias a un almanaque deportivo que Marty compró en el futuro con todos los resultados deportivos que el planeaba usar para su beneficio. La solución: Regresar al 12 de Noviembre de 1955 (fecha crucial en la primera cinta) para evitar que el joven Biff se quede con el almanaque que su viejo yo esta por darle. La historia que terminó siendo de las más taquilleras de 1989 implicó un largo trabajo en lo que refiere la escritura del guión al crear el singular futuro que se nos presenta. Patinetas voladoras,
autos con sistema de propulsión que le permiten volar, la famosa versión 2015 del envase de Pepsi, hologramas 3D impresionantes, una moda estrafalaria así como colores y estilos arquitectónicos llamativos inspirados en 1960 fue el futuro que el director imaginó para nosotros y que algunos de esos elementos estamos por vivir. Esta segunda parte fue filmada simultáneamente con la tercera dando un cambio radical del futuro al pasado de Hill Valley cuando nos muestran una peculiar historia digna de un buen Western con todo y la chica en apuros. Back To The Future III, un buen final para la trilogía que ya no mantuvo el éxito económico de sus dos anteriores entregas demostrando que la magia verdadera de la cinta sólo se mantuvo en la primera parte. Aquí se nos presenta a Marty atrapado en 1955, la única manera de volver a su época es con la ayuda del Doctor Brown de 1955 y gracias a una serie de indicaciones que le proporciona el Doctor Brown del futuro que se encuentra en el pasado, se logran restaurar al De Lorean y Mcfly se dispone a hacer su último viaje pero todo cambia cuando se percata que en un duelo mortal, el Doctor Emmet Brown es asesinado. La única opción viable es rescatarlo a pesar de su negación por volver a su presente para salvarle la vida. Una premisa interesante y bien ejecutada sin embargo ya no logró mantener los elogios y los premios que antes se le habían otorgado a la saga. Al final del día, después de una impactante escena donde el De Lorean es empujado con un ferrocarril para alcanzar los 140 k/h a falta de gasolina esta es destruida por un tren al llegar junto con Marty Mcfly a su tiempo presente. El último viaje en el tiempo había llegado a su fin. Con todo esto ya dicho, Volver al Futuro es más que una cinta sobre viajes en el tiempo, nos ha enseñado que el futuro no está escrito, lo tenemos en nuestras manos y de nosotros depende hacernos el futuro que cada uno quiere para sí mismo. El legado que la trilogía ha dado al mundo es enorme, desde su alusión en el discurso del ex presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan al citar "Nunca ha habido un momento más emocionante para estar vivo, un momento de asombro conmovedor y de hazañas heroicas. Pues como dicen en Volver al Futuro, a dónde vamos no ne-
cesitamos caminos". Mientras que en el año 2008 la cinta se colocó en el puesto #23 de las mejores películas jamás hechas en base a un listado de opiniones en base a los lectores de la revista Empire, así mismo también apareció en el listado del diario The New York Times en la se enlistaron 1000 títulos imprescindibles en la historia del cine americano. Mientras que el 27 de diciembre de 2007 la cinta fue galardonada para ser parte del National Film Registry por ser estética, cultural e históricamente importante. Libros, revistas, historietas, una serie animada, videojuegos que salen a la luz por el 30 aniversario más un parque de atracciones conocido como Back to the Future: The Ride donde uno realmente vive la experiencia de viajar por el tiempo al ayudar al Doctor Brown a rescatar un De Lorean que ha sido robado por Biff más la reciente salida de la versión especial de la botella Pepsi estilo 2015, el reestreno de las trilogía dando especial atención en la segunda parte, así como una proyección especial con orquesta en vivo, sólo hace parecer que las sorpresas están lejos de acabar y hace notar el poder que la serie de películas ha tenido en la vida de millones de personas. Al momento de terminar de escribir este artículo especial los autos no vuelan aún como lo hace el elegante De Lorean, no existen las patinetas voladoras y el viaje en el tiempo es más complicado para crearlo en un auto deportivo (pero no por ello imposible), pero el cine nuevamente nos regaló una de las grandes historias que hay dentro de su haber, los viajes en el tiempo nunca habían sido tan divertidos y junto con el De Lorean solo nos queda formarnos con nuestros boletos en mano para ser testigos del reestreno de la trilogía y al final de la función estar atentos y esperar las sorpresas que nos tiene guardada Back To The Future los próximos 30 años.
E
n su ópera prima, Christian Díaz Pardo se aventura a abordar el tema del fanatismo religioso y la comercialización de la fe, a través de una historia ficticia que surge de una anécdota verdadera que le platicó alguna vez una de sus compañeras en la carrera de Cine; esto originó el desarrollo del proyecto original como un documental sobre el lucro de la fe, pero se transformó en un relato de ficción producido por Harold Torres junto a Laura Pino. La trama sigue a González González, un hombre golpeado (como muchos) por la crisis económica en México y que ja contraído una fuerte deuda con el banco, aparte de deber varios meses de renta de su departamento y tener que mantener a su madre. Su condición de desempleado y crítica situación financiera, lo obligan a solicitar empleo en un Call Center de una iglesia cristiana, lugar donde descubre un mundo oscuro, denso y perturbador, donde se comercializa con la fe del pueblo necesitado. El dilema al que se enfrenta se ve remarcado cuando conoce al Pastor Elías (un Carlos Bardem con un excelente acento brasileño), el hombre con mayor po-der (y dinero obviamente) dentro de la organización religiosa; y a Betsabé (interpre-
tada por Olga Segura), una compañera nización religiosa; y a Betsabé (interpredel Call Center (y verdadera fanática del culto) de la que se ha enamorado perdidamente. González, a pesar de su ritmo inicial pausado que podría alejar al cinéfilo promedio y de una que otra inconsistencia en el guión (sobre todo en el tercer acto y un final un tanto forzado) destaca por las solventes interpretaciones del trío protagónico: Torres, Bardem y Segura (aunque sobresale la pareja masculina -Torres/Bardem-, llevándose, por cierto, el Premio a Mejor Actuación Masculina en la Sección Largometraje Mexicano, otorgado por primera vez en el FICM) y por la eficaz mezcla del trabajo fotográfico y sonoro (cuyos merecidos honores recaen en Juan Pablo Ramírez y Carlos Durán, respectivamente). Sobresale también el uso de la ficticia premisa para hacer una fuerte y mordaz crítica a la comercialización de la fe por parte de estas 'nuevas religiones' que tan de moda se han puesto en nuestro México, y a la cínica sociedad mexicana, cuyo muy cuestionable comportamiento ha sido muchas veces provocado por la ya insostenible situación económica del país.
P
edro Almodóvar realizó en 2004 un filme que se caracterizó por ser controversial, dividir opiniones y emociones en su público más fiel y en el desertor, como lo ha hecho casi siempre. Y era de esperarse ya que la filmografía del cineasta español se ha caracterizado por tocar las fibras más sensibles de los distintos contextos sociales que retrata y a los que se dirige. La Mala Educación significó el regreso del cineasta a un cine con temática homosexual por un lado, y la realización de un retrato perturbador del mundo religioso por el otro, las referencias: La Ley del Deseo (1987) y Entre Tinieblas (1983) respectivamente. El filme narra la vida pasada y presente de dos hombres que se conocieron en el colegio y que 16 años después se vuelven a encontrar: Enrique e Ignacio. En una tarde del año de 1980 Ignacio Rodríguez (Gael García Bernal) visita inesperadamente a su excompañero Enrique Goded (Fele Martínez), director de cine, para pedirle trabajo como actor, haciendose llamar Ángel Medrano. En esa visita Ignacio/Ángel le deja un relato llamado La Visita, el cual ha escrito él mismo y que narra lo que vivieron juntos en la infancia, y lo que sucedió tres años antes. La historia nos traslada al año 1977. Un travesti termina su actuación frente a algunas personas en un teatro-bar para presentar a Zahara, una hermosa vedette, ella es Ignacio. Ignacio/Zahara acompañada de un amigo visitan la Iglesia del padre Manolo, quien lo educó en la infancia, y con quien tenía una relación más alla de la que supone tienen un alumno y un maestro. Ignacio acude con Manolo para pedirle dinero con tal de no publicar el relato La Visita donde también se narra lo sucedido entre ellos dos hace ya varios años. Almodóvar nos vuelve a trasladar a otro tiempo, más atrás, para contarnos la relación que hubo entre Ignacio y el padre Manolo. La manera en que separo a Enrique e Ignacio
cuando se dio cuenta de que había una atracción entre ambos niños, el motivo: no pensaba compartir a Ignacio. El filme nos mostrará lo que realmente pasa años después entre Ignacio, el padre y los cabos que va enlazando Enrique para descubrir lo que trama un personaje más, el hermano de Ingacio: Juan. Contarles más sería arruinarles la película, la recomendación es estar atentos. El filme retrata una época de represiones, deseos ocultos, corrupción y desmoralización de la Iglesia Católica dentro de la educación, institución que estuvo ligada con el Estado en la época franquista, impunidad sexual y un claro despertar del deseo erótico homosexual. La Mala Educación también representa un cine más autobiográfico para el español Pedro Almodóvar, quien después de 25 años de haber escrito el relato corto La Visita, y después de 14 películas, decidió plasmarlo en pantalla. Destaca la estructura dramática del guión, mezclando tiempos y espacios dentro de un mismo espacio y tiempo, “el cine dentro del cine”, mezclando la ficción con la realidad y la realidad con la ficción, se vuelve un escenario de dimensiones diversas. Hay momentos en que esta forma de narrar confunde al espectador, a veces la intención es dar más fuerza al clímax, pero en esta ocasión pudiera confundir a más de uno. Por otro lado están las actuaciones memorables de Daniel Giménez Cacho y Gael García Bernal, este último interpreta a cuatro personajes dentro del filme, mostrándose más vulnerable con unos personajes que con otros, lo más complejo que Gael había hecho hasta entonces. Una historia que te hará reír por momentos y te hará enojar en otros, un crimen, una historia de amor, hipocresía, engaño, alevosía, actuación. Con los ya clásicos contrastes en el color y el diseño de arte que maneja Almodóvar. Al final tu decides si te quedas con la ficción o la realidad. Vela y sabrás por qué lo digo.