Donación Cidoncha. Colección de Fotografía Alcobendas
FECHA INICIO: 22/10/13 CLAUSURA: 04/01/14 LUGAR:_CENTRO DE ARTE ALCOBENDAS
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Donación Cidoncha.
Colección de Fotografía Alcobendas
Donación Cidoncha. Colección de Fotografía Alcobendas
Arrancamos este año 2013 con la celebración del 20 aniversario de la Colección de fotografía Alcobendas llenando la ciudad con imágenes que forman parte de estos fondos fotográficos, algunas ya vistas anteriormente y muchas otras adquiridas en los últimos años y que salían a la calle por primera vez. Después de varios meses donde los visitantes de las salas del Centro de Arte Alcobendas han podido ver pintura, escultura, vídeo o dibujo, terminamos este año con una nueva exposición de fotografía, en esta ocasión mostrando las imágenes que conforman la colección que Pepe Cidoncha donó el pasado año a Alcobendas y que desde ese momento pasó a engrosar los fondos de nuestra colección. Más de cincuenta fotografías, entre las que podemos encontrar algunas realizadas por autores que ya estaban presentes como Chema Madoz, Humberto Rivas, Juan Manuel Castro Prieto, Ramón Masat, Virxilio Vieitez, Carlos Pérez Siquier o el recientemente fallecido Oriol Maspons, y nuevas incorporaciones como la de Rafael Sanz Lobato, Ana Yturralde, Eduard Ibáñez o Frank Horvat, que vienen a completar y a mejorar estos fondos que, durante los últimos años, han ido incrementando su reconocimiento dentro del ámbito fotográfico de nuestro país. Me gustaría agradecer a Pepe Cidoncha que eligiera nuestra ciudad para realizar esta donación y en muestra de gratitud y para que todos los vecinos puedan también disfrutar de ella realizamos esta exposición que se podrá visitar en el Centro de Arte Alcobendas hasta el mes de enero de 2014. Luis Miguel Torres Hernández Concejal de Cultura, Juventud, Infancia y Adolescencia
¿Por qué colecciono fotografías? José Cidoncha
Se me ocurren muchos motivos por los cuales una persona empieza a coleccionar, por «curiosidad», por «necesidad vital», por «afán de poseer y acumular», por «vanidad», por «orgullo social», por «hacerse un nombre en el futuro» o por «ansias de conocimiento». En mi caso, estoy completamente seguro, que es por esto último. Yo vengo de una familia que gracias al esfuerzo, tenacidad, trabajo y perseverancia de mis padres pasó de clase trabajadora a ser de una clase claramente acomodada. Mi madre había estudiado Bellas Artes y durante unos años, antes de dedicarse a cuidar a sus seis hijos, trabajó repintando fotografías en un estudio. Puede resultar curioso o anecdótico, pero aún guardo trofeos suyos de premios ganados en concursos fotográficos de nuestra ciudad familiar, Xàtiva. Mi padre también estudió artes y oficios en la especialidad de joyería, profesión que luego ejercería el resto de su vida. En nuestro hogar había un pensamiento liberal y una predisposición muy grande a la cultura en general, y a los libros en particular, con lo cual a lo largo de toda mi vida y hasta el día de hoy siempre he estado rodeado de cientos de libros. Se leía mucho, se debatía todo y siempre estaba presente en la familia un anhelo por ir a más, por viajar y por emprender. De estas ganas de conocer, de aprender, de observar y de esta curiosidad por todo deviene claramente mi pasión por coleccionar. El mundo para mí era y es una gran obra de teatro, un espectáculo inmenso, un lugar donde puede ocurrir lo inenarrable e imprevisto, una ventana a una realidad llena de seres animados o inertes pero, sin duda, maravillosos. Siempre he tenido interés por indagar el alma humana o la vida en general, y en gran parte la fotografía me ha permitido acceder a ese conocimiento. La capacidad de mirar y ver qué tienen los grandes maestros de la fotografía no tiene parangón con nada, y gracias a ellos, he aprendido también a mirar, a ver, a contemplar, percibir, descubrir, conocer, curiosear y amar la existencia de una forma diferente. Cuanta más buena fotografía examinas más va cambiando tu sentido de la vida y tu forma de relacionarte contigo mismo y con el mundo que te rodea. Ya nada es indiferente, nada es ajeno a ti, todo te llama la atención y te conviertes en un detective vital, en un voyeur apasionado. En definitiva, eres como una «ventana indiscreta». Me apasionan las fotografías en blanco y negro con ese regusto a nostalgia o melancolía, y con ese toque clásico o «vintage», como se diría actualmente, que las hace diferentes y distantes. Lejanas no solo de nuestro presente más inmediato y próximo, sino también de nuestro pasado que, en cierta manera, influye en la comprensión y admiración de todo aquello que nos rodea. 7
La fotografía es un «ojo» que se vuelve faro, microscopio, linterna o lámpara, que ayuda a aprehender, captar y capturar más allá del aquí y el ahora. Porque un fotograma no nos muestra únicamente un «momento decisivo» sino todas las fracciones de segundo que son congeladas en muchos instantes o soplos maravillosos, y que a partir de aquí se vuelven eternas y universales a la vez. En diferentes momentos de mi vida he tenido la suerte de encontrarme con personas que han influido no solo en mi pasión por la fotografía, sino en el hecho de empezar a coleccionar fotografías. Estoy pensando en Pep Benlloch y su galería Visor, o en los hermanos Font de Mora, en especial Juan Pedro, responsables de poner en marcha las Carpetas Railowsky, una genial idea para que personas como yo, pudiéramos darnos el gusto de adquirir fotografías de los mejores autores que siempre habíamos deseado tener y que no sabíamos dónde encontrar. A título personal quisiera agradecer a Juan Pedro toda la paciencia, pasión, dedicación, tiempo y amabilidad que ha tenido conmigo. Su Galería Railowsky ha sido para mí algo más que una librería o una galería, llegando a convertirse en un lugar donde he encontrado una buena amistad, interesantes libros y magníficas exposiciones de fotografía. Concebir esta colección me ha proporcionado muchos momentos de felicidad y bienestar que ahora me gustaría poder compartir con todas aquellas personas que se acerquen durante estos meses a contemplarla al Centro de Arte, para que así, en cierta manera, puedan disfrutarla tanto o más que yo. José Cidoncha
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La continuidad y la buena salud de la fotografía se encuentra en las colecciones José María Díaz-Maroto «Coleccionar fotografías es coleccionar el mundo»1. Susan Sontag. El ámbito de los objetos o piezas que una persona puede coleccionar es tan variado como inabarcable: monedas, primeras ediciones de libros, cámaras fotográficas o automóviles son sólo algunos de los ejemplos más populares que se destacan en manos de quienes son capaces de recorrer largas distancias y de invertir grandes cantidades de dinero por sostener, complementar y aumentar su pasión. Pero también existe otro tipo de coleccionistas, que no se parecen en nada a aquellos que dedican parte de su vida a buscar entradas de míticos conciertos o una cámara de la que solo se hicieron cien ejemplares en el momento de su producción, son los coleccionistas de arte, éstos son algo más, son personas apasionadas, excitantes y —en ocasiones— atormentadas por la difícil o imposible búsqueda de la ansiada pieza que complementa un movimiento artístico. Son los responsables de dar a conocer a nuevos creadores, de presentarlos a galeristas, críticos o directores de museos y de hermanar su trabajo al de colegas más consagrados, de modo que a corto plazo puedan convertirse en un valor apreciado para quienes no los conocen. Los coleccionistas de arte también se dedican a conocer y descubrir cómo es su proceso creativo, llegando en multitud de ocasiones a participar de él. Recorren galerías de arte, visitan ordenadamente exposiciones y museos, viajan de forma incansable a cualquier lugar del planeta para participar en ferias, de tal modo que al final acaban introduciéndose en el mundo personal y profesional de los autores a los que admiran. A lo largo de las últimas décadas he tenido la ocasión de conocer a muchos coleccionistas, sobre todo de fotografía contemporánea, y siempre tienen algo en común, amor y pasión por la fotografía sin cortapisas, sumando, en casi todos los casos, el interés constante por libros y publicaciones fotográficas. De forma muy especial Pepe Cidoncha cumple con todas las características enunciadas, pasión, amor y generosidad. La donación altruista a la Colección Alcobendas quedará marcada, para siempre, como un momento importante en su historia, ya que con esta aportación de más de cincuenta obras de autores nacionales e internacionales que atesoraba, contribuye a complementar aún más, el patrimonio creativo de nuestra Colección. Como me ha apuntado en repetidas ocasiones, los preámbulos que desataron en Pepe Cidoncha el interés por la fotografía se gestaron en la galería valenciana Railowsky, especializada en esta disciplina artística. Este espacio, dirigido en sus inicios por José y Juan Pedro Font de Mora e Ignacio Paes, desde su creación en 1985 además Susan Sontag, Sobre la fotografía, Editorial Edhasa, 1996.
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de ser una extraordinaria y bien surtida librería y una editorial dedicada a la edición de fotografías, contaba con una galería destinada a la exposición de los trabajos de reconocidos fotógrafos.Tenían un objetivo claro, querían facilitar a los incipientes coleccionistas interesados en fotografía, la adquisición a precios asequibles de obras de autores de reconocido prestigio, mediante la puesta en el mercado de series limitadas de veinticinco copias numeradas y firmadas de algunos de sus mejores trabajos. Cada año salía a la luz una carpeta con fotografías de cuatro autores y en una década la Galería Railowsky consiguió reunir el trabajo de treinta y cinco fotógrafos nacionales e internacionales. La diversidad de los autores que en su día conformaron las ediciones tiene, en un porcentaje muy alto, algo en común y es que se seleccionaron imágenes en blanco y negro, procesadas todas ellas por el sistema tradicional de revelado y por tal circunstancia todas están editadas en papel baritado, añadiendo a las fotografías una belleza sutil propia de los sistemas tradicionales, hoy ya en desuso. En la donación que ha recibido la Colección Alcobendas se encuentran representados autores con obras de considerable interés que transmiten y reflejan las características formales y temáticas de estos fotógrafos seleccionados. Un amplio listado del que forman parte autores como Jean Dieuzaide, Alberto Adsuara, Frank Horvat, Eduard Ibañez, Juan Peiró, Carlos Serrano G.A.H., José Miguel de Miguel, Ferrán Freixa, Juan Manuel Castro Prieto, Carlos Cánovas, J.A.M. Montoya, Alfonso Garcés, Manel Esclusa, Miguel Oriola, Jorge Rueda, Juan Manuel Díaz Burgos, Rafael Navarro, Carlos Pérez Siquier, Luis Baylón, Cristóbal Hara, Pablo Ortiz Monasterio, Vari Caramés, Javier Campano, Koldo Chamorro, Joan Colom, David Hilliard, Fernando Herráez, Pablo San Juan, Chema Madoz, Ramón Masats, Isabel Muñoz, Bernard Plossu, Humberto Rivas, Chema de Luelmo, Rafael Sanz Lobato, Alberto Schommer y Ferdinando Scianna. La donación, además de las ediciones de la Galería Railowsky se complementa con obras fotográficas de los siguientes autores Francisco Mas Manchón, Pablo Fuentes, Esther Cidoncha, Ana Yturralde, Susi Arta y Virxilio Vieitez. La continuidad y la buena salud de la fotografía se encuentra en las colecciones. Sin la pasión y excentricidad de los coleccionistas no existiría este agitado, apasionante y enloquecedor mundo del arte. Como con descaro y buena parte de razón apuntó Krzystof Pomian: «¿El coleccionista? Un maniático inofensivo que pasa el tiempo clasificando sellos de correo, pinchando mariposas en alfileres o deleitándose en la contemplación de grabados eróticos. O bien, por el contrario, un especulador ladino que, so pretexto de amor por el arte, compra a bajo precio obras artísticas para revenderlas haciendo fabulosos beneficios. O, tambien, un señor de la alta sociedad que ha heredado un castillo y muebles de época y posee una colección de cuadros, los más bellos de los cuales permite reproducir en las páginas satinadas de las revistas de moda»2. No lo olvidemos, sin coleccionistas palpitantes como Pepe Cidoncha el arte sería otra cosa y no precisamente mejor. José María Díaz-Maroto Conservador Colección Alcobendas 2 Krzystof Pomian: «La colección, entre lo visible y lo invisible», en Revista de Occidente, nº 141, Madrid, febrero de 1993, pág. 41. A su vez publicado en Gabinete artístico. Colección de Arte Contemporáneo Los Bragales, catálogo del Palacio de Sástago, texto de Fernando Castro Flórez titulado «Elogio de la pintura como territorio de la contemplación», pág. 22.
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Obras
Luis Baylon Sin tĂtulo. Madrid, 1990 28 x 28 cm
Frank Horvat Anna Karina. ParĂs, 1959 35 x 23 cm
Bernard Plossu Ranchos de Taos, 1978
Bernard Plossu Sin tĂtulo
20,5 x 13,5 cm
8 x 11,5 cm
Carlos Cรกnovas Pamplona, 1996 24 x 32 cm
Carlos Perez Siquier Isleta del moro. AlmerĂa, 1970 28,5 x 27,5 cm
Carlos Serrano G. A. H. Sin tĂtulo. Florencia, 1989 38 x 24,5 cm
Chema de Luelmo Leer para creer ciegamente, 1996 9 x 16 cm
Chema de Luelmo Sin tĂtulo 7,5 x 15,5 cm
Chema Madoz Sin tĂtulo, 1993 28 x 20 cm
Isabel Muñoz Sin título. Etiopía, 2005
Montoya, J. A. M. Sin título, 2003
33,5 x 27 cm
29 x 22 cm
Rafael Navarro Hacia la bruma, 2006 21,5 x 33 cm
Alfonso Garcés Sin título, 2003 32 x 22 cm
Alberto Schommer Sin tĂtulo 18 x 28 cm
Ana Yturralde Caminos. Senegal, 2007 30 x 45 cm
Ana Yturralde Los ojos del alma. Senegal, 2007 29 x 41,5 cm
Cristobal Hara Sin tĂtulo. Cuenca, 1970 23,5 x 35,5 cm
Ferdinando Scianna BenarĂŠs, 1997 35,5 x 24 cm
Alberto Adsuara Sin tĂtulo, 1997-1998 37,5 x 27,5 cm.
José Miguel de Miguel Sin título, 1961 25 x 38 cm
José Miguel de Miguel Cosiendo. La Beneficiencia, 1961 25 x 38 cm
José Miguel de Miguel Sin título, 1960 25 x 38 cm
Koldo Chamorro Sin tĂtulo. Utrera, 1982 38 x 25 cm.
Ramรณn Masats Iglesia/silo. Guadix, 1959 37,5 x 25 cm
Juan Manuel DÃaz Burgos La cruz. Cuzco, 1997 21,5 x 32 cm
Pablo Ortiz Monasterio Altar Tarahumara. MĂŠxico, 1980 24,5 x 35 cm
Ferrรกn Freixa Son Collet. Mallorca, 1983 28,5 x 28 cm
Manel Esclusa Barcelona ciutat imaginada II-014, 1994 27,5 x 27,5 cm
Pablo San Juan Sonargaon, Bangladesh
Pablo San Juan Dhaka, Bangladesh
37,5 x 25 cm
37,5 x 25 cm
Jean Dieuzaide Madeira. Cรกmara de Lobos, 1956 34,5 x 27 cm
Rafael Sanz Lobato El maletilla. Pedro Bernardo (Ă vila), 1967 34 x 24 cm
Joan Colom Sin tĂtulo. Barcelona, 1958-1964 37 x 18 cm
Susi Arta El lector, 2001 38 x 26 cm
Javier Campano Sin tĂtulo. Madrid, 2003 26 x 18 cm
Humberto Rivas Lleida, 1996 28 x 38 cm
Juan Peiró Grao de Valencia. Almacén H. E., 1996 25,5 x 38 cm
Pablo Fuentes La chica del colegio, 2009 50 x 33 cm
Vari Caramés Sin título, 1997 38 x 25 cm
Fernando Herrรกez Sao Bartolomeu do Mar, 1978 37 x 26 cm
Fernando Herrรกez Castejo do Quejido, 1978 31 x 47,5 cm
Juan Manuel Castro Prieto Memoria del agua. Cespedosa, 2002 35 x 45 cm
Virxilio Vieitez Sin tĂtulo, 1955-1965 14 x 14 cm
Francisco Mas Manchรณn La mirada lenta, 2008 38 x 57 cm
Francisco Mas Manchรณn Estambul, 2008 57 x 38 cm
Esther Cidoncha Ted Curson, 1991 38 x 26,5 cm
Esther Cidoncha Donald Harrison y Cyrus Chestnut, 1991 39 x 27,5 cm
David Hilliard Sin tĂtulo. New Hampshire, EE.UU., 1993 51 x 33 cm
Eduard Ibañez Sin título, 1998 40 x 40 cm
Jorge Rueda Galga, 2004 30 x 40 cm
Miguel Oriola Sin tĂtulo, 1999 31,5 x 39 cm
FICHA TÉCNICA Donación Cidoncha. Colección Alcobendas de Fotografía Centro de Arte Alcobendas Del 22 de octubre de 2013 al 4 de enero de 2014
EXPOSICIÓN / CATÁLOGO AYUNTAMIENTO DE ALCOBENDAS IGNACIO GARCÍA DE VINUESA / Alcalde LUIS MIGUEL TORRES HERNÁNDEZ / Concejal de Cultura, Juventud, Infancia y Adolescencia Organización y edición / SERVICIO DE ARTES PLÁSTICAS. PATRONATO SOCIOCULTURAL Comisario / JOSÉ MARÍA DÍAZ-MAROTO Textos / JOSÉ CIDONCHA, JOSÉ MARÍA DIAZ-MAROTO Maquetación y producción / MOONBOOK Impresión / BRIZZOLIS ISBN: 978-84-938431-3-7 Depósito legal: M-27723-2013 © de la edición, Ayuntamiento de Alcobendas © de los textos, sus autores © de las fotografías, sus autores
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