Biocompartiendo Nro. 16-2022

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Editor: Fernando Alvarado de la Fuente E-mail: bioferdi@hotmail.com Blog: http://fernandoalvaradodelafuente.blogia.com/ FaceBook: Fernando Alvarado BioFerdi WEB: www.ideas.org.pe Facebook: http://www.facebook.com/centroideas.peru


NOTICIAS Y EVENTOS DE LA SEMANA

¿Revivirá el trueque en el Perú? " En el antiguo Perú, las personas intercambiaban productos marinos desde la costa con artículos como el maíz, lana, chuño, quinua, ají, papas, coca y charqui, entre otros, desde la sierra, según indica Mauricio W. Moscoso Rantes”. Angie Higuchi Lima, 20/06/2022 05:32 a.m. Profesora e Investigadora de la carrera de Administración de la Universidad del Pacífico El ingreso está relacionado con el consumo de alimentos. Muchos países tercermundistas destinan entre 25 a 40% de su ingreso para alimentarse, de acuerdo a The Economist. La pandemia, la guerra de Rusia con Ucrania y el cambio climático han conllevado a pérdidas de ingreso que pueden evidenciarse en una inseguridad alimentaria que podría conllevar a efectos nefastos en los peruanos hacia fines de este año. Las personas de bajos ingresos son quienes sufrirán más los estragos, ya que podrían emplear hasta 80% de sus ingresos para conseguir alimentos tras la escasez y subida de precios de éstos. Como ya lo señaló Tewodaj Mogues en el 2020, los más vulnerables, con recursos económicos insuficientes, limitada capacidad de almacenamiento y refrigeración en sus hogares, tenderán, en un escenario más alentador al consumo de cereales, raíces, tubérculos y algunas legumbres y, en un escenario negativo, al reemplazo de calorías más costosas como las frutas y verduras por productos ultra procesados. Esto conllevará a una malnutrición- sobre todo en los niños- traducida en una baja participación en la PEA (población económicamente activa) en un futuro no lejano y en una baja preparación para hacer frente a enfermedades al no tener una debida inmunización alimentaria. El trueque sirvió como “mercadeo” de alimentos y productos utilitarios como modelo económico sin uso de moneda. Según el analista financiero Henkel García, en la Segunda Guerra Mundial, se usaban los cigarrillos como dinero de intercambio. En el antiguo Perú, las personas intercambiaban productos marinos desde la costa con artículos como el maíz, lana, chuño, quinua, ají, papas, coca y charqui, entre otros, desde la sierra, según indica Mauricio W. Moscoso Rantes. Este método ancestral de pago será una alternativa patente en el Perú ante esta crisis alimentaria devenida de dos fenómenos: la importación de alimentos trascendentales en nuestra canasta básica familiar como lo es el trigo, el maíz amarillo duro y las oleaginosas, y, por otro lado, el incremento de precios ante la escasez de productos frescos de la agricultura familiar, que verán la producción disminuida por la falta de rendimiento de los cultivos ante el alza de precios y escasez de fertilizantes que importamos de Rusia y China, principalmente. Como lo han registrado diversos medios, este “trueque” de alimentos se ha ido gestado en países como Venezuela y Argentina como respuesta a la caída de poder de compra de sus monedas nacionales y como mecanismo de supervivencia ante la inflación. Le llaman “el trueque del siglo XXI”. Esta forma de comercialización les ha permitido a muchos pobladores vulnerables sortear la crisis, cambiando un paquete de arroz, pasta, aceite u otro, por algún producto alimenticio que se venda por kilo como plátanos o incluso pescado. ¿Volveremos a estas prácticas rudimentarias de intercambio comercial?, todo indica que sí. Buscar una salida para palear una patente crisis alimentaria es tarde. Muchos países ya han realizado planes de prevención al respecto, negociando de Gobierno a Gobierno el tema de fertilizantes. Es una realidad que los países como el nuestro, cuyo desarrollo es incipiente y con poca o nula preparación para afrontar esta recesión, los más desprovistos serán los más afectados.


Al Gobierno peruano se le ve dubitativo respecto a tomar decisiones concretas y firmes en este sentido. El asunto se agrava cuando tenemos un cambio de ministro- carente de especialización comprobada en el agro- en una de las carteras más importantes de un país que es el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI). A pesar del retraso, el Gobierno debe actuar ahora con medidas claras y planificadas respecto a los fertilizantes y también a reforzar los programas de asistencia social liderados por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), así como promover la inversión pública en el país. Lo que es cierto es que, si el Gobierno peruano no es capaz de dar una respuesta a esta nueva crisis, la gente de a pie sí. Ante la falta de recursos y de trabajo, revivirá el trueque como estrategia de supervivencia a la actual crisis alimentaria, evidenciando un significativo retroceso. BioFuente: https://gestion.pe/opinion/revivira-el-trueque-en-el-peru-opinion-noticia/

Aumenta demanda por superalimentos orgánicos peruanos Nampi Foods espera triplicar las ventas en los próximos dos años, principalmente a través del negocio de consumo. También planea contar con nuevas categorías y abrir cafeterías a nivel mundial. Débora Dongo Soria Saito Lima, 20/06/2022 05:30 a.m. Nampi Foods, empresa agrícola internacional que produce y comercializa productos especializados y saludables, así como superalimentos orgánicos para la exportación y el consumidor final, proyecta duplicar este año la facturación del 2021 y alcanzar los US$ 5,5 millones. Las diferentes marcas que maneja la compañía participan en las categorías de café, chocolate, barras, bites y chocobites. El crecimiento del negocio de consumo responde a la creación de nuevos productos y marcas, la mejora de los empaques, la mayor penetración del canal moderno en el Perú y en Estados Unidos, y la alta demanda por alimentos saludables. “Hemos creado una cadena de suministros global y verticalmente integrada, que logra trazabilidad desde el cultivo hasta el producto para devolverles el poder a los consumidores y agricultores. Los clientes están dispuestos a pagar por una marca que refleja justicia social”, afirma Patrick Vásquez de Velasco, CEO de Nampi Foods. El objetivo de la compañía es triplicar las ventas en los próximos dos años. La proporción se inclinaría en un 70% al negocio de consumo y un 30% a la exportación. Hoy cada uno representa el 50%. Nampi Foods tiene cuatro marcas para el negocio de consumo (One, Village, CO, Nampi y Ashi) y dos para la exportación y la comercialización a granel de café y cacao: Tropic-X y Village Coffee Imports. El 90% del negocio de consumo proviene de Estados Unidos, a través de la venta a los principales retailers del noreste del país. La marca tiene presencia en 600 tiendas este año. Nampi Foods ya está en negociaciones para también penetrar el sureste americano. El 80% del negocio de exportación proviene del café y el resto por cacao; sin embargo, conforme las plantas de cacao maduren, se proyecta que la distribución sea igual entre los dos cultivos. “El desarrollo de nuestro portafolio está orientado a las categorías que están en tendencia y auge (productos orgánicos, superalimentos, con bajo azúcar añadido, no genéticamente modificados, sin preservantes), principalmente en el mercado estadounidense. En Latinoamérica, y en el Perú, la tendencia es la misma, pero avanza a un ritmo más lento”, dice Luis Carlos Medina, vicepresidente de Productos de Consumo de Nampi Foods. Los planes Medina explica que la marca se diferencia por tener una línea de productos funcionales (como los superalimentos) y otra de especialidad (gourmet, orgánicos). Ambas están en proceso de expansión


a Estados Unidos, Costa Rica, Chile y México. Además, Nampi Foods planea abrir 12 cafeterías alrededor del mundo a partir del próximo año. El objetivo es que los clientes se conviertan en embajadores de la marca y que, a través de soluciones de realidad aumentada, puedan visitar las fincas peruanas de café y cacao. La compañía también proyecta ampliar las líneas de productos funcionales y de especialidad (para repostería), y lanzar una categoría de bebidas tipo smoothies. BioFuente: https://gestion.pe/economia/empresas/aumenta-demanda-por-superalimentos-organicosperuanos-noticia/

Crisis de la agricultura y la alimentación: una tormenta perfecta Fernando Eguren1 «Estamos enfrentando una tormenta perfecta»: son palabras del representante regional de la FAO, Julio Berdegué, pronunciadas en la 37.a Conferencia de la FAO, realizada hace poco en la ciudad de Quito. No se equivoca Berdegué. La pandemia ya había creado situaciones muy críticas —tanto en la provisión de alimentos como en su acceso— en muchas partes del mundo. Gracias a los avances de la vacunación contra la covid-19, la economía global se fue reactivando, pero la demanda, al crecer más rápido que la oferta, empujó los precios de las mercancías hacia arriba. Súmese a lo anterior que la mayor demanda de transportes para llevar los bienes a los consumidores de todo el mundo condujo a su saturación y contribuyó al alza de precios. Todo ello no podía dejar de afectar, igualmente, el precio de los combustibles: en efecto, subió el del petróleo —con impacto en toda la economía—, lo que coadyuvó al proceso inflacionario. Por su lado, los precios de la urea —insumo fundamental de la agricultura, derivado del gas natural— también subieron, y lo propio ocurrió con alimentos esenciales como los granos, los lácteos y las oleaginosas. La invasión de Rusia a Ucrania terminó por empeorar todo, al ser ambos, en conjunto, importantes exportadores de hidrocarburos y de alimentos (sobre todo, granos y oleaginosas). No sabemos cuál será el límite. La guerra no afecta solo a los países que importaban de Ucrania y de Rusia –este último, principal abastecedor de urea del Perú—, pues los precios suben para todos. Los países importadores tienen que competir entre sí en la búsqueda de fuentes alternativas (y algunas de estas fuentes están reduciendo sus exportaciones para garantizar su propia seguridad), lo que termina por empujar los precios aún más. A todo ello se agrega el impacto adverso del clima en algunas importantes regiones agrícolas, entre ellas el Cono Sur latinoamericano, afectado por una larga sequía. Crisis de proporciones globales Estamos, pues, ante una crisis de proporciones globales que ha provocado la preocupación de los gobiernos del mundo y de las agencias internacionales que analizan y velan por la alimentación en el globo. El índice de precios de la FAO alcanzó, en febrero pasado, un récord histórico: 21 % por encima de hace un año. El director general de la FAO señala que la crisis representa un desafío para la seguridad alimentaria de muchos países, principalmente para aquellos de bajos ingresos que dependen de las importaciones de alimentos, y para los grupos poblacionales vulnerables. Las proyecciones del incremento de los precios en el mediano plazo, en un escenario moderado, son de 10,3 % para el trigo, 8,5 % para el maíz, 9,1 % para otros granos (cebada, avena, sorgo, etc.) y 8,5 % para las oleaginosas. En un escenario severo, los precios podrían elevarse, en el mediano plazo, en 19,4 % para el caso del trigo, 13,9 % para el del maíz, 15,4 % para el de otros granos y 13,3 % para el de las oleaginosas2


La naturaleza del problema Si bien la coyuntura de la guerra ha agravado la crisis de la situación alimentaria, los problemas que aquejan al sistema alimentario son más profundos y de naturaleza estructural. El 24 de setiembre de 2021, las Naciones Unidas convocaron a una cumbre mundial para analizar las fallas de un sistema alimentario en el que, pese a producir suficientes alimentos para toda la población, más de 800 millones de personas pasan hambre y un número mucho mayor padece malnutrición, sobrepeso u obesidad, en buena medida porque en todos los países y sectores sociales el consumo de comida chatarra aumenta. En la convocatoria a la cumbre mundial, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, aseveró que era necesario «cambiar radicalmente la forma en que producimos, procesamos y consumimos los alimentos»3 . El primero de abril de este año concluyó, en Quito, la 37.a Conferencia Regional de la FAO —a la que aludimos líneas atrás—, instancia que reúne cada dos años a los representantes de los gobiernos de todos los países de América Latina y el Caribe con el objetivo de definir sus orientaciones programáticas para el nuevo periodo bienal. Estas orientaciones, según la FAO, deberían establecerse sobre algunas tendencias, como la persistencia de la pandemia y sus consecuencias económicas, pero también sobre aspectos más estructurales: el aumento de las tasas de pobreza, el aumento de la desigualdad, y la degradación de los recursos naturales y los ecosistemas. La crisis alimentaria no es, pues, solo una cuestión de precios, por importante que esta sea en la actual coyuntura, sino también —y sobre todo— de estructuras socioeconómicas injustas y un deficiente sistema alimentario que hay que transformar y que requieren intervenciones de naturaleza profundamente políticas. No es un problema menor el desperdicio y la pérdida de alimentos que ocurren en diferentes momentos de una cadena que va desde la producción hasta el consumo: la FAO estima que, a nivel global, se pierde aproximadamente el 30 % del total de alimentos producidos en un año dado. Sin embargo, un estudio más o menos reciente da cuenta de que casi la mitad de la producción de alimentos del Perú —12,8 millones de toneladas— se pierde o desperdicia en dicha cadena4 , cantidad tan asombrosa que lleva a preguntarnos cómo no ha provocado hasta el momento reacciones y motivado medidas para reducirla radicalmente. Perú: dependencia de las importaciones Aunque el Perú es considerado un país de ingresos medios, la inseguridad alimentaria aqueja a un alto porcentaje de la población a causa de la profunda desigualdad en la distribución de los ingresos. La advertencia del director general de la FAO en la reunión de ministros de Agricultura del G7, a la que nos referimos líneas atrás, es, pues, plenamente aplicable al Perú. Nuestro país depende, precisamente, de la importación de los alimentos que menciona —trigo, maíz y oleaginosas— y cuyos precios proyectados seguirán en aumento. En el Perú, la industria alimentaria, abastecedora de alrededor de un tercio de los alimentos, depende de las importaciones, vía por la que nos llega la casi totalidad del trigo y derivados que consumimos. También importamos las tres cuartas partes del maíz amarillo duro, principal insumo de la industria avícola (el pollo es la mayor fuente de proteínas de origen animal de la población peruana), así como la casi totalidad de la soja, insumo fundamental de la industria oleaginosa. En síntesis, el volumen y el valor de las importaciones de alimentos aumentarán con respecto a los años anteriores. La situación actual devela la significativa dependencia que la agricultura y la alimentación peruanas tienen de las importaciones5 y pone sobre el tapete la frivolidad con la que en el Perú se ha tratado el tema de la soberanía alimentaria, soberanía que no debe ser entendida como una imposible e inconveniente búsqueda de autarquía, sino como la responsabilidad del Estado en aplicar una estrategia que le permita al país una mayor autonomía alimentaria —como lo hacen muchos países desarrollados— y el aprovechamiento óptimo de sus recursos. Por el contrario, el Estado peruano se ha abocado en las últimas tres décadas a crear y fortalecer una plataforma agroexportadora en beneficio de un reducido número de grupos económicos e inversionistas, facilitándoles tierras, agua y subsidios, y dejando al margen a los productores —la mayor parte, de pequeña escala—, de los que depende en buena medida la seguridad alimentaria del país.


¿Y la Segunda Reforma Agraria? Es necesario precisar que la promesa de la Segunda Reforma Agraria (SRA) —lanzada con toda fanfarria el 3 de octubre de 2021 por el presidente en Sacsayhuamán— de ninguna manera, como ya lo hemos afirmado en otras ediciones de La Revista Agraria, abandonaba esta estrategia de modernización de la agricultura basada en la agroexportación. Desde los primeros anuncios de la SRA, el entonces ministro de Agricultura, Víctor Maita, y otros altos funcionarios del nuevo gobierno se esmeraron en afirmar que el tema de la tierra no se tocaría para nada (es decir, no tomarían ninguna acción para regular la concentración de tierras y derechos de agua, en curso en la costa), pues — sostenían— la reforma agraria de Velasco ya lo había resuelto en los años setenta. Más explícito ha sido el actual ministro del ramo (cargo que aún ocupa cuando se escribe esta nota), Óscar Zea, quien propone que los empresarios agroexportadores deberían recibir incentivos económicos adicionales ¡por enseñar a los pequeños agricultores a exportar su producción! Con tal comprensión de lo que es el problema agrario y alimentario en el Perú, no podemos esperar que las actuales autoridades se planteen, siquiera, si es o no conveniente contar con algún grado de soberanía alimentaria. Problemas con la producción interna En los dos primeros años de lapandemia, la producción nacional de alimentos se mantuvo en niveles aproximadamente normales, a pesar de las condiciones tremendamente adversas que son de dominio público. Ello fue posible gracias a la gran capacidad de resiliencia de la pequeña y mediana agricultura. Sin embargo, las condiciones actuales a las que se enfrentan los agricultores son de otra naturaleza, pues inciden de forma directa sobre los costos de producción. En efecto, el principal fertilizante de la agricultura comercial del Perú es la urea, que importamos en su totalidad, un componente significativo en los costos de producción agrícola. El alto precio de la urea se ha multiplicado tres veces en los últimos meses. Los agricultores le han indicado al gobierno que es indispensable el subsidio del precio del fertilizante, en ausencia de lo cual se verán obligados a reducir su aplicación, con perjuicio en los rendimientos de los cultivos y la consecuente reducción de la oferta de alimentos. El monto destinado hasta el momento por el gobierno es irrisorio, y el Ministerio de Economía y Finanzas continúa rechazando que la urea sea incorporada al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles para regular su precio6 En cuanto al guano de islas, su producción es insuficiente. En los últimos tiempos, el volumen anual ofertado de guano se ha situado, en promedio, algo por encima de las 20 000 toneladas. El ministro Zea ha ofrecido distribuir más de 100 000 toneladas para compensar la escasez de urea, ignorando la advertencia de AgroRural: que el recojo del guano «debe realizarse responsablemente, considerando la recolección anual del 20 % de la reserva potencial estimada en unas 100 000 toneladas, a fin de no agotar este valioso insumo agrícola»7 , de lo cual se deriva que la propuesta del ministro es una barbaridad, pues se agotaría el recurso. Precisamente, para evitar que esto ocurra, existe un plan anual de recolección aprobado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), que limita el volumen recolectable. La previsible reducción de la oferta de alimentos de producción doméstica deberá ser compensada con importaciones, aunque ya hemos mencionado los actuales problemas que atraviesa el mercado internacional de alimentos. Alza de precios y el acceso a los alimentos Si habrá problemas previsibles con la oferta de alimentos en el futuro cercano, ya los hay —y muy grandes— por el lado de la demanda, pues el precio de ellos no solo ha subido, sino que, como prevé la FAO, continuará subiendo. A partir de 2020, los despidos y el desempleo han afectado la capacidad de amplios sectores de la población para acceder a alimentos suficientes y oportunos. Es obvio que, a medida que los alimentos se encarecen, los sectores de menores ingresos se ven obligados a comer menos o a comer alimentos más baratos y menos nutritivos. Una alimentación nutritiva es cara: la FAO estima que una dieta saludable en América del Sur cuesta USD 4,05 diarios (aproximadamente, 15 soles)8 No podemos ignorar que este es uno de los principales motivos por los que las protestas sociales han comenzado a multiplicarse en lo que va del mes de abril. En un estudio sobre la inseguridad alimentaria


en el Perú el año 2021, solo el 10,7 % de los encuestados respondieron que tenían plena seguridad alimentaria, y un 38,3% adicional declaró que percibían que su seguridad alimentaria era moderada; el resto, algo más de la mitad de los encuestados, respondió que no tenían seguridad alimentaria. En un país tan desigual, no es de extrañar que hubiese grandes diferencias entre los departamentos, siendo los extremos Ayacucho (67,2 % de inseguridad alimentaria) y Moquegua (37,5 %)9 . Para hacer frente a esta situación tan crítica, en la que intervienen tantos factores y diversas facetas, se requiere voluntad y consenso político, claridad sobre la naturaleza de la crisis y cómo enfrentarla, y capacidad de gestión para implementar las medidas diseñadas. Lamentablemente, el Poder Ejecutivo y el Congreso no parecen estar a la altura de estos requerimientos. Más grave aún: no se dan cuenta de que estamos en medio de una «tormenta perfecta». Notas 1 Director de La Revista Agraria. 2 Presentación del director general de la FAO, QU Dongyu, el 11 de marzo de este año, en la Reunión Extraordinaria de Ministros de Agricultura del G7, donde detalla el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en los precios de los alimentos y las perspectivas en el corto y mediano plazo. Ver https://cutt.ly/kFy7BT9 3 Naciones Unidas. Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios. Ver https://cutt.ly/pSMPVDV 4 Noelia S. Bedoya-Perales, Glenio Piran Dal’ Magro (2021). «Quantification of food losses and waste in Peru: A mass flow analysis along the food supply chain». Sustainability 2021, 13(5), 2807. Ver https://cutt.ly/gFuGqsZ Ver el artículo de Miguel Pintado en esta edición de LRA. 6 Ver información sobre el Fondo en https:// cutt.ly/zDEzldz 7 AgroRural (diciembre de 2018). Manual de abonamiento con guano de las islas, p. 13. Ver https://bit.ly/38zT2ih 8 FAO (2021). SOFI 2021. 9 Midagri, Midis, PMA (2022). Perú: evaluación de la seguridad alimentaria ante emergencias (ESAE). Ver https://cutt.ly/gFuVhM4 BioFuente: https://larevistagraria.files.wordpress.com/2022/04/lra_197_web-4-91.pdf


CALENDARIO AGROECOLÓGICO JUNIO * 5 junio, Día Mundial del Medio Ambiente * domingo 19 junio, Día del Padre * 21 junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía * 24 junio, Día del Campesino, Inti Raymi, feriado * Miércoles 29 de junio: San Pedro y San Pablo. Feriado * 30 de Junio, día nacional de los granos andinos: quinua, kañiwa, kiwicha, tarwi. JULIO * 6 julio, Día del Maestro * 11 julio, Día Mundial de la Población * Jueves 28 de julio: Fiestas Patrias. Feriado * Viernes 29 de julio: Fiestas Patrias. Feriado AGOSTO * 9 agosto, Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. * 12 agosto, Día Internacional de la Juventud * 19 de agosto (1989-2022) Trigésimo tercer (33) aniversario RAE Perú * 22 agosto, Día Mundial del Folklore * 27 de agosto (2011-2022) Décimo primer Aniversario del Mercado Saludable de La Molina * Martes 30 de agosto: Santa Rosa de Lima. Feriado. SETIEMBRE * 1 setiembre, Día del Árbol * 12 setiembre, octavo aniversario de la Red de Ferias y Mercados Ecológicos * 16 setiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono * 21 setiembre, Día Internacional de la Paz. * 23 setiembre, Día de la Juventud y la Primavera. OCTUBRE * Sábado 8 de octubre: Combate Naval de Angamos. Feriado * 15 octubre, Día Mundial de la Mujer Rural * 16 octubre, Día Mundial de la Alimentación * 19 octubre, (2007-2022) Décimo quinto aniversario de la Plataforma PERÚ País LIBRE DE TRANSGÉNICOS * 29 octubre, (2004-2022) décimo octavo aniversario de la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético NOVIEMBRE * Martes 1 de noviembre: Día de todos los Santos. Feriado * 7 noviembre, (2002-2022) vigésimo aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos * 10 noviembre, Día del Libro * 17 noviembre, (1998–2022) Aniversario 24 del Grupo EcoLógica Perú * 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño * 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer * 29 noviembre, (1978-2022) el Centro IDEAS celebra su 44 aniversario DICIEMBRE * 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA * 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos. * 3 diciembre, Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica. * 6 diciembre, (1999-2022) Vigésimo tercer Aniversario de la BioFeria de Miraflores. * Jueves 8 de diciembre: Inmaculada Concepción. Feriado * viernes 9 de diciembre: Batalla de Ayacucho. Feriado


* 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos * 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano * Domingo 25 de diciembre: Navidad. Feriado * 1 de enero 2021, feriado

BIOCOMPARTIENDO # 16- 2022 ¡ Por una vida productiva, sana y feliz, libre de transgénicos ! Miembro de ▪ Centro IDEAS: Innovando procesos de calidad de vida ▪ RAE Perú (Red de Agricultura Ecológica del Perú) Promoviendo sociedades con cultura agroecológica ▪ Consorcio Agroecológico Peruano - CAP


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