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VIDA Y SALUD
Revista del Centro San Camilo para la Humanización de la Salud
VIDA Y SALUD
AÑO XVII - No. 101 SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019 REVISTA BIMESTRAL
ALZHEIMER
REDACCIÓN Y DISTRIBUCIÓN CENTRO SAN CAMILO A. C. Av. Pablo Casals No. 2983 Col. Prados Providencia C.P. 44630 - GUADALAJARA, JAL. TEL: (33) 3640-4090
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019 Año XVII - Número 101
Los escritos firmados son responsabilidad del autor: no de la publicación ni del titular
Tanatología PAG. 8 - 9 El olvido del otro
Cultura PAG. 18 - 20
Discapacidad PAG. 28-29
Reseña de la presentación del número 100 de Vida y Salud
La sexualidad y la discapacidad
ÍNDICE
EDITORIAL 1 LAS PERSONAS CON ALZHEIMER NOS CUESTIONAN PUNTO DE VISTA SEGURIDAD PERSONAL Y VIOLENCIA 3 SOCIEDAD Y SALUD 4 LA EUGENESIA Y EL FUTURO DE LA NATURALEZA HUMANA TANATOLOGÍA 6 EL OLVIDO DEL OTRO PSICOLOGÍA 8 LOS CONFLICTOS INTERPERSONALES
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ALZHEIMER
CULTURA 18 RESEÑA DE LA PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 100 DE VIDA Y SALUD JÓVENES 21 SERVICIO SOCIAL, ¿ESTÍMULO O DESENCANTO? NATURALEZA 22 DOS GRADOS: LA DIFERENCIA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE PARA EL PLANETA ÉTICA COTIDIANA 24 BIOÉTICA Y TECNOLOGÍA EN MEDICINA BUENOS HÁBITOS 26 ENCANTANDO AL HIPOTÁLAMO DISCAPACIDAD 28 LA SEXUALIDAD Y LA DISCAPACIDAD VOLUNTARIADO 30 SURGIMIENTO DEL VOLUNTARIADO FUNDACIÓN STELLA VEGA SEPTIEMBRE OCTUBRE 2019 PARA LA SALUD RENAL 2 32 -DESAFÍOS
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Colaboradores: Óscar Ernesto Velasco Ruiz Jesús Humberto del Real Sánchez Victoria Molina Luz Elena Navares Moreno Cliserio Rojas Santes Yolanda Zamora Fabiola Navares Moreno Eduardo Casillas González Judith Jiménez López Patricia Medina Segura Teresa Millán Anahí Madrigal Figueroa Omar Olvera Cervantes Mario Martínez Barone Georgina Hernández José Carlos Bermejo Higuera Marisa Chávez Correa Luis Enrique Fuentes Francisca Guadalupe Delgadillo González Hortensia Beatriz Amador Ochoa Antonio Kobayashi Gutiérrez Xabier Azkoitia
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LAS PERSONAS CON ALZHEIMER NOS CUESTIONAN
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EDITORIAL
ticas, útiles, productivas y que dan gratificaciones; las personas son valoradas por su éxito y utilidad social. Es difícil, en esta mentalidad, mantener viva la actitud del cuidado desinteresado, la asistencia y el acompañamiento de las personas con Alzheimer. Se corre el riesgo de valorar el cuidado según los parámetros dominantes: es una vida “inútil”, es sólo pérdida sin ninguna gratificación ni económica ni afectiva. Los mismos profesionistas de la salud pueden percibir sus esfuerzos para limitar el avance de la patología y para ofrecer la mejor calidad de vida como algo “de segunda”; otras actividades clínicas y de asistencia son más gratificantes, ofrecen mayor posibilidad de “hacer carrera”, ofrecen más reconocimiento. El abandono - en algunos casos físico y en otros, de tipo afectivo - por parte de los familiares y de los mismos profesionistas, puede ser el resultado de una manera sesgada de considerar al enfermo y nuestra responsabilidad. Frente a este peligro estamos todos llamados a un despertar ético, renovando, de manera incondicional, nuestra convicción que de personas se trata, personas en plenitud, personas más frágiles, vulnerables e indefensas y, por eso, merecedoras de todos los esfuerzos para hacer su vida más digna, a pesar de sus limitaciones y de su estado de consciencia. El valor de una civilización se mide en la capacidad de ofrecer a sus miembros más débiles toda la protección y la ayuda que necesiten. Las personas con Alzheimer nos confrontan con nuestra pobreza existencial, nuestra fragilidad, en fin, con nuestra mortalidad. Eso es ciertamente una de las razones por las cuales queremos a ignorar a las personas y su sufrimiento y aparentar de que no existe el problema. Paradójicamente, los enfermos de Alzheimer nos cuestionan, con su silencio sufrido, respecto a nuestro estilo de vida, nuestras prioridades y objetivos, nuestros valores y, finalmente, sobre el modelo de sociedad y de cultura que tanto apreciamos.
Pbro. Silvio Marinelli / Director
Me ha llamado la atención un comentario, triste aunque en tono de broma, que hizo una voluntaria de 65 años con el desafío de atender a su madre con padecimiento de Alzheimer: “Tengo el deseo de ser huérfana”. En esta frase, manifiesta toda su dificultad y tristeza: la carga de la asistencia, la soledad en la tarea, la incomprensión de los demás familiares, en particular sus hijos con sus respectivas familias, la falta de gratificaciones, etc. Estoy seguro de que esta hija quiere mucho a su madre y le está ofreciendo una asistencia de calidad excelente; sin embargo, se siente sola e incomprendida en su labor y entrega. Si, por un lado, no podemos desentendernos de quien padece esta enfermedad, por otro lado, debemos hacer mucho más para apoyar a las familias y las cuidadoras: a menudo son quienes sufren más. Nos han repetido muchas veces que los seres humanos somos “racionales”. Y es cierto. Por eso, pienso, la enfermedad de Alzheimer suscita una ola de miedo; el deterioro cognitivo nos espanta: significa perder – esa sí es una pérdida mayúscula – nuestra identidad más apreciada, la facultad de la razón; significa perder nuestra historia, ser obstaculizados en las relaciones y los afectos; conlleva una dependencia total de los cuidados de otras personas. Desde el punto de vista de la mentalidad común, además, se asiste a algo más grave: la persona con Alzheimer, cuando está en estado avanzado, es como si no tuviera toda su dignidad; el riesgo es que la persona sea tratada como una cosa, un objeto, un bulto. Si la sociedad del descarte es un riesgo para muchas personas, eso se vuelve todavía más presente y peligroso para quien padece deterioro cognitivo. En efecto, la persona es incapaz de defenderse, de hacerse valer; se transforma en un bebé, pero sin las características de éste: sin su simpatía, sin la capacidad de generar ternura, sin la apertura al futuro. El Alzheimer es “muerte social” en la espera de la muerte biológica. Nuestra cultura y sociedad privilegian las conductas pragmá-
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Mario Martínez Barone
PUNTO DE VISTA
SEGURIDAD PERSONAL Y VIOLENCIA
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stamos viviendo en México y en el mundo momentos complicados en términos de seguridad personal, y cada vez con más frecuencia oímos que alguien cercano ha pasado por un momento en el que su seguridad fue amenazada por otra persona; si es que le podemos decir persona a aquel ladrón que se atreve a quitarle a otro, a alguien inocente, su activo que ese ratero no estuvo dispuesto a ganarse de forma honesta, con el sudor de frente, y que busca apropiarse de forma rápida, sin pensar en todo el daño que esta causando su acto. Cuando tú o alguien cercano ha sido objeto de un atraco, te das cuenta de todo lo que significa este acto; no es sólo el hecho de que te quiten lo que es tuyo, que lo has obtenido la mayoría de las veces con mucho trabajo y esfuerzo, sino que también se llevan algo de tu dignidad, un pedazo de ti. Hay mucha impotencia, dolor, enojo, tristeza y miedo, se deja una huella, una marca que puede durar muchos años y que afecta a la persona y a su familia. No creo que estos rateros sean conscientes del gran daño que hacen, no sólo en tema patrimonial, sino también en lo psicológico; creen que sólo se llevan tus cosas, pero se llevan mucho más. Yo me pregunto qué pasa con todos esos ladrones, después de haber despojado a gentes inocentes, que nada les han hecho, que ni siquiera conocen, que no saben las situaciones por las que están pasando sus víctimas, cómo llegan a sus casas estos criminales, cómo saludan a sus padres, cómo ven a los ojos a sus hijos, cómo los ven a la cara y, después, que les pregunten, ¿y cómo te fue hoy? respondan, tuvimos un gran día de trabajo, logramos un gran robo, un gran asalto, un gran atraco, y les estoy trayendo un buen sustento a mis seres queridos, gracias a lo que pudimos despojar a nuestras víctimas, que su gran culpa fue toparse con nosotros. Y con esto creen vivir dignamente y se compran y les compran cosas a sus seres cercanos; todo con un dinero mal habido, que tiene su origen en el gran dolor y perjuicio de otros. Existen también una serie de personas que, aunque no intervienen directamente en un robo,
son cómplices; como policías que aceptan sobornos o no cumplen su trabajo; funcionarios públicos que no actúan eficientemente ya sea por contubernio, incapacidad o miedo: si no están dispuestos a cumplir, pues que busquen otros trabajos; jueces que por unos pesos se corrompen y dejan en libertad a criminales, o personas que cooperan con información para facilitar el delito. Todos los beneficios que obtengan de esta manera también son mal habidos y causan mucho dolor a gente que ha confiado en ellos. A todos los que han sufrido cualquier clase de robo, les queda tener mucho cuidado para evitar que se repita el acto, tomar precauciones, denunciar a las autoridades y exigirles que actúen de forma honesta y eficaz, perdonar al agresor, pero no quedarse indiferente hasta no ver que el agresor a tenido que pagar su culpa de forma legítima al estado, para evitar que estos malhechores sigan haciendo daño a otras personas. Después de todo este dolor y trauma, hay que entender que las cosas materiales son sólo eso, materiales, y que el valor de la vida es muy grande. Pero es importante no perder de vista que como sociedad debemos ser mucho más exigentes con las autoridades.
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SOCIEDAD Y SALUD
Dr. Jesús Humberto Del Real Sánchez
LA EUGENESIA Y EL FUTURO DE LA NATURALEZA HUMANA
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a eugenesia o “bien nacer” fue un término acuñado por el naturalista británico Francis Galton en 1883. El interés de Galton por la eugenesia surgió poco después de la publicación del libro “Origen de las especies” (1859) de Charles Darwin. Galton sugirió que, así como el hombre había obtenido extraordinarias razas de caballos y perros, también se podría mejorar la raza humana. Con el desciframiento del genoma humano se ha incrementado el conocimiento de la manipulación y la realización de la eugenesia (por selección de embriones o por la manipulación genética), así como los distintos modos de eugenesia (terapéutica: para corregir enfermedades; de perfeccionamiento o diseño para mejorar rasgos físicos, de inteligencia y comportamiento) y a distintos niveles de realización (en la línea somática, que afecta sólo al individuo, pero no a su descendencia, o en la línea germinal, que afecta a las nuevas generaciones). (Sagols, L. ¿Es ética la eugenesia contemporánea? Dilemata, 2010, No 3, pp 27-43). Mediante la manipulación genética se pueden perseguir fines terapéuticos o de perfeccionamiento de ciertas características del ser humano. Terapéuticamente, un gen defectuoso puede ser reparado o intercambiado por uno sano. El objetivo es éticamente aceptable, aunque deben considerarse los riesgos de provocar nuevas alteraciones o producir efectos inesperados en la interacción genética. La ingeniería genética con fines de perfeccionamiento de ciertos rasgos podría crear una raza de individuos privilegiados en los rasgos elegidos como inteligencia, estatura, color de la piel, vigor corporal, etc. En este sentido, “el perfeccionamiento genético ha sido en general rechazado por frívolo, peligroso y arbitrario” (Kottov, M. Introducción a la bioética, Mediterráneo, Santiago, 2005, pp 179). Cuando nos planteamos un problema ético – cualquier problema acerca de ¿se debe o no se debe de hacer? -, intentamos hacerlo desde la perspectiva de los principios fundamentales que rigen la conducta humana. ¿Qué principio se vulnera? Este parecería ser el meollo del asunto. El imperativo categórico de Kant podría ser el mejor punto de partida para juzgar, la bondad o maldad, la justicia o la injusticia de la eugenesia o de cualquier otra manipulación de los seres humanos: “Actúa de tal manera que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y
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nunca únicamente como un medio”. No manipules al otro en tu propio beneficio, pues el otro es un ser humano que merece siempre el respeto debido a cualquier otro ser humano. Respetar la dignidad del otro implica no tratarlo como si fuera una cosa al servicio de nuestros intereses. Cuando la manipulación es inevitable, como cuando acudimos al médico, el respeto al otro se manifiesta en la obtención del consentimiento informado, un requisito que no puede ser cumplido en el caso de la eugenesia, ya que no es posible pedírselos a quienes aún no han nacido, que son quienes verán modificados sus genes. Los padres deciden por sí mismos y, sobre todo, por su descendencia. La pregunta es: ¿pueden decidir sin límites? ¿o se deben imponer ciertos límites a sus deseos? ¿qué razones hay que los justifiquen? La ética de las consecuencias quizá sea suficiente para vetar el uso de la libertad de forma arbitraria o indiscriminada. En pocos casos de la manipulación genética se puede actuar con la certeza de que el resultado que se busca se dará sin efectos indeseables. En el supuesto de que lo que se persigue son objetivos claramente terapéuticos se considera que la intervención es éticamente permisible y no plantea mayores problemas que los producidos en otras intervenciones clínicas de resultados inciertos. Ahora bien, si hablamos de intervenciones genéticas destinadas a perfeccionar determinadas funciones, el cálculo de las consecuencias es mucho más problemático tanto ética como científicamente, porque las consecuencias son menos previsibles, y porque no podemos evitar las consideraciones que nos lleven al terreno de los derechos (Aultman, J. M. Eugenics: Eugenics and Ethics in the 21° Century. Genomics, Society and Policy, 2006; 2 (2): 28-49). Ante cada avance de la biotecnología se plantea de nuevo la pregunta: ¿quién es el hombre para cambiar el curso de lo natural? En nuestro caso, ¿quién es el hombre para intervenir en los genes hasta el punto de llegar a alterar el patrimonio genético? La proclamación del Genoma Humano como Patrimonio de la Humanidad es la primera respuesta jurídica y política a tales interrogantes. El Consejo de Europa (“El proyecto de convenio sobre la protección de los derechos humanos y la dignidad de la persona respecto a las aplicaciones de la biología y la medicina” del 1995) proclama que “El genoma humano es
SOCIEDAD Y SALUD un componente fundamental del patrimonio común de la humanidad y necesita ser protegido para salvaguardar la integridad de la especie humana, como un valor en sí mismo, y de la dignidad y derechos de cada uno de sus miembros”. De acuerdo al artículo 13 del Convenio relativo a los Derechos Humanos y la Biomedicina “únicamente se podrá efectuarse una intervención que tenga la finalidad de modificar el genoma humano por razones preventivas, diagnósticas o terapéuticas y sólo cuando no tenga por finalidad la introducción de una modificación en la descendencia”. ¿Se pueden justificar filosóficamente dichas afirmaciones?
El filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas en su libro El Futuro de la Naturaleza Humana. Hacia una eugenesia radical, entra de lleno en dicho planeamiento con la intención de llevarnos hasta su fundamento ontológico, es decir, El futuro de la naturaleza humana. ¿Hacía la eugenesia radical? constituye una crítica radical hacia la eugenesia. La libertad, tal como tendemos a entenderla en la época pos-metafísica, como mera ausencia de normas, puede generar comportamientos éticamente reprobables. Al filósofo le corresponde pensar y razonar sobre los límites de una autonomía que con demasiada frecuencia se confunde con arbitrariedad. Para Habermas, hay dos razones fundamentales en contra de la eugenesia liberal: 1) la eugenesia afecta a los descendientes de una manera irreversible: 2) la eugenesia atenta contra “la indisponibilidad de lo natural” o “los fundamentos genéticos de nuestra existencia corporal”. Nuestros hijos podrían pedirnos cuentas al haberlos hecho de tal o cual manera, pero también podrían pedirnos cuentas de haberlos traído al mundo sin más ni más. ¿Dónde está la diferencia? La diferencia la pone Habermas en ese matiz nada fácil que distingue la procreación natural de la procreación programada. La diferencia está en que lo genético ha sido hasta hoy “indisponible”, casual. Modificarlo, significa cambiar
radicalmente esa condición: lo que no se podría escoger, ahora será cada vez más frecuente materia de elección, los llamados “bebes de diseño”. Algo que hay que reconocer es que, en principio, esto no es muy diferente de lo que ocurre con la cirugía plástica. Hasta hace poco, una persona no tenía más remedio que cargar con el físico que le había tocado en suerte. Hoy, casi todo es susceptible de ser operable y modificable. La técnica ha permitido tantas cosas, ¿por qué ha de preocuparnos el paso de lo indisponible a lo disponible? Para Habermas, la clave de la respuesta está en que precisamente ese paso de lo que era indisponible a algo disponible “afecta la identidad de especie”; el dominio de lo genético es más grave que todas las formas de dominación. La intervención sobre los genes atenta contra la continuidad de la humanidad. Al intervenir genéticamente, estamos eligiendo lo que hasta ahora era casual, y quien lo elige no es precisamente la persona afectada, sino sus progenitores. Vuelve el argumento de la autonomía vulnerada, ya que no es posible preguntarle al no nacido. Pero Habermas va más allá: de la vulneración de la autonomía, deduce algo así como la pérdida de la autonomía del futuro ser o, por lo menos, una amenaza a la libertad que puede hacer de él un ser privado de aquello que le otorga una dignidad moral al ser humano. Piensa que es legítimo prever el peligro de que los seres humanos, nacidos tras la manipulación genética, no puedan verse así mismos tan libres como los que no tuvieron un origen previamente programado. De donde habría que concluir que, salvo en los casos específicos en los que se busca un efecto terapéutico como el evitar una enfermedad hereditaria importante, no podemos tener la seguridad de que la pérdida de un comienzo “indisponible” o “natural” no signifique al mismo tiempo una simetría insalvable entre el que sencillamente ha “nacido” y el que por el contrario ha sido “hecho”. Dicho de otra manera, la vida humana no debe ser manipulada hasta ese punto. La libertad humana es el nombre que damos a lo que está en nuestras manos elegir o cambiar. Si destruimos ese punto de partida al condicionar los caracteres del futuro ser humano, estamos poniendo en duda la libertad y también la igualdad entre los seres humanos. Por lo que respecta a la libertad ética de llevar una vida propia bajo condiciones orgánicas no elegidas por uno mismo, la persona programada no se encuentra en las mismas condiciones que los engendrados en forma natural. Una programación provoca objeciones morales, al fijar a la persona afectada a un determinado plan de vida, se ésta coartando su libertad para elegir una vida propia. Lo que inquieta a Habermas, es la imprecisión de las fronteras entre la naturaleza humana que somos y la dotación orgánica que nos damos. Él resalta insistentemente la diferencia entre “lo que somos por naturaleza” de lo “hecho”. Nos dice que los procesos culturales, además de la naturaleza, nos ha dado un cuerpo físico y un cuerpo social, cuyas fronteras se han venido desvanecido (Ramírez, G. El “futuro de la naturaleza humana” según Habermas. Praxis Filosófica, 2015, No 41, pp 165-191, 2015). SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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TANATOLOGÍA EDUCATIVA
Mtro. Omar Olvera Cervantes
EL OLVIDO DEL OTRO
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n las épocas pasadas de nuestra historia, la muerte tenía gran relevancia social y ritual; para nuestros antepasados la muerte no tenía un aspecto cruel o condenatorio y en realidad no se le temía. Tenía un aspecto que se interpretaba desde una mentalidad ritual. La forma en que acontecía la muerte era muy importante. Es curioso el hecho de que existiera un concepto semejante al del más allá al del cristianismo. En ese entonces, se buscaba una forma de muerte honrosa: la mejor forma de morir tenia que ver con la muerte propia de los guerreros en batalla, con la muerte materna durante el parto y, sobre todo, con la muerte sobre la piedra de sacrificio. Nuestra cultura nos ha hecho relacionarnos con la muerte como un hecho biológico inevitable, con una causalidad diversa que tiene que ver con nuestras conductas, la forma de alimentarnos, con las adicciones, con la violencia en sus distintas formas. Esta realidad diversa, muchas veces trágica por la forma en que acontece, nos hace intentar borrar las huellas de la muerte en nuestra conciencia; tratamos de no pensar en ella, pero no por eso se aleja de nosotros, permanece ahí y somos testigos de su presencia por medio de la muerte del otro. La cosmovisión de nuestros pueblos tenía que ver con un más allá, con un anhelo de inmortalidad: los muertos eran personas que, finalmente, despertaban como de un sueño y emprendían una nueva vida, en la tierra del dios que les acogía; ahora eran espíritus o dioses si sus hazañas terrestres así lo ameritaban. Nosotros ahora justificamos nuestra existencia con argumentos de tipo tecnocrático, consumistas y hedonistas que han contribuido a este desplazamiento de la muerte del mundo de lo simbólico al ámbito de lo técnico e impersonal. Estamos atrapados en la cotidianeidad, sin previsión para el futuro inmediato y, muchas veces, sin la expectativa de una trascendencia; ahora pretendemos una eternidad tecnificada por medio de la digitalización de nuestra conciencia, lograda mediante el uso de nuestros recursos tecnológicos. No esperamos compartir la eternidad con nadie, la idea del paraíso prometido se ve como parte de algún relato mitológico, esto es también una consecuencia de la sumisión de los argumentos teológicos a los márgenes de la razón. Quizás ignorar y negar la muerte pueda ser una forma de facilitar este convencimiento y de reforzarlo, porque la muerte se percibe como la condena a ser olvidados. La cosmovisión de nuestros pueblos evitaba el olvido, porque en sus celebraciones religiosas se reSEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
memoraba la memoria de un dios y también al conjunto de difuntos acogidos en el reino celestial, marino o del inframundo, en el que estos ahora existían; se tenía cierta certeza de la suerte de los parientes y seres queridos por la forma en que éstos habían muerto. Eran celebraciones comunitarias, que tenían como sentido el reunirse con la estela de antepasados, para pedir su protección, bendición o consejo. La muerte tenía un mayor protagonismo social y tenía un carácter simbólico que le daba un significado trascendente a la vida, ya que unía dos realidades, la inmediata y la trascendente a la que se aspiraba. Este carácter sagrado influía en la forma de vida en este mundo, impidiendo la banalización de la existencia y no sólo la del hombre: el vínculo con la naturaleza era en la misma sintonía de lo sagrado. No sólo no aspiramos a compartir la eternidad con
TANATOLOGÍA EDUCATIVA
nadie, tampoco pretendemos compartir los beneficios, el espacio, la tierra; nos hemos empezado a olvidar entre nosotros, nos estamos olvidando del otro; el otro no se ve como semejante, no vemos a un prójimo porque incidimos en la distancia que resulta de las diferencias. Vemos como se aplauden los discursos racistas… Si bien n o c o m p a rto la postura ética de Peter Singer, por las consecuencias al respecto de una valoración disminuida de la dignidad de la vida humana, sí le concedo importancia, en es te tema, al valor que tiene de poner sobre la mesa también el sufrimiento que se infringe por parte de la especie humana a los seres considerados inferiores: a los animales, que son torturados para deleite de muchos o asesinados sin un motivo de necesidad y podemos ver sus cuerpos presentados como trofeos. El hombre occidental pretende distinguirse por la “confianza en la razón” y la “idea de progreso”; se abrió la idea de la posibilidad de una mejora indefinida de la condición humano-social; esta hegemonía acabó relegando las cuestiones éticas, y subordinando la razón política. Se ha olvidado que la economía no debe ser una ciencia puramente pragmática, sino que debe estar orientada, como ciencia y razón instrumental, por una
motivación ética y en vistas a servir al hombre: el valor absoluto ya no es la vida humana. En ese sentido es que hay muertes que se temen más que la muerte definitiva y que terminan por banalizar la verdadera muerte: el fracaso económico, amoroso, la muerte social o política… Este vaciamiento de sentido transforma esta cultura en un campo en el que se busca “un plus de vida” a base de adrenalina, se actúa la muerte del otro de la manera más inmisericorde posible, como un negocio frente a una sociedad que simula ser incluyente. Muchos seres humanos quedan entonces sumidos en la perplejidad, en la angustia existencial, sencillamente porque la razón instrumental no sabe decirles quiénes son o simplemente no son incluidos en el ideal de progreso. Hasta hace no mucho, la muerte era el fin de la vida física y el inicio de la aventura hacia una forma de vida espiritual y gozosa, pero el binomio sobre el que se erige nuestra cultura, razón – progreso, ha reducido lo humano y su cultura a su expresión mínima en cuanto a la funcionalidad y eficiencia. Es evidente la existencia de una postura que ha ido desvinculando al hombre de esa necesidad de trascender; al conformarse con resolver necesidades inmediatas, al mirar su realidad por medio de una pantalla, etc., el modelo de vida que se persigue tiene que ver con tener cosas, con proyectar una imagen, importan más los likes que el contacto directo con el otro. La vida que se vive con sentido, con esa expectativa sagrada de trascendencia, no tiene motivos de temor. La muerte se abraza, incluso se desea; es así como nuestros antepasados podían incluso celebrarla como una fiesta. Por opuesto que parezca, la muerte proveía vitalidad a la vida y - aún más contradictorio - era generadora de sentido. Se le buscaba con pasión y se le enfrentaba de forma serena, quizás con una carcajada; lo vemos en las representaciones en esculturas o pinturas antiguas, donde
vemos esqueletos bailando, mostrando sonrisas, quizás hasta encontremos alguno lanzando una carcajada. La muerte manifestó su presencia se manifestó en los mitos, se la encuentra como un ser vivo y dinámico; constituyó un pilar de la ideología social y política; en el imaginario popular ciertos tipos de muertes eran deseadas, al ser motivos de prestigio humano y trascendencia divina; permeaba toda la actividad cultural de la poesía a la escultura, de la educación al juego, de la arquitectura al símbolo, de la religión a lo cotidiano, de la paz a la guerra, su búsqueda era inquieta y su llegada, serena. La vida y la muerte no eran extremos opuestos, eran solo momentos diferentes dentro de un ciclo, una antecede a la otra de forma continua, una genera a la otra, sin distinción, de manera que no existe una muerte inútil. Todas conllevan una finalidad y una trascendencia, todas contienen un sentido y cada una se relaciona con el todo. De este mismo modo no existen vidas sin sentido, cada vida humana o animal, cada fenómeno natural o cósmico aporta contenido al sentido sagrado de la existencia. La vida natural se respeta, no porque se le haya vinculado a alguna deidad, sino porque la vida de cada persona tiene su espejo en la vida natural de la que procede. Se hablaba de la muerte como una realidad inevitable, pero no una realidad negativa; sino más bien como una oportunidad de trascendencia, no como un camino al olvido, sino todo lo contrario, como un medio para encontrarse en la estela de seres eternos. Es la oportunidad también de que cada persona se asuma como parte del mundo que habita, contingente e igual a sus semejantes mortales, es la oportunidad de descubrir que compartimos el mundo con otros seres vivos que igualmente tienen el derecho a existir y a ser cuidados por el hombre que posee el poder de la razón. La mirada dirigida al otro significaría: soy tu igual, me importas, estoy aquí contigo, ¡te recordaré!… SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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PSICOLOGÍA Y DESARROLLO HUMANO
Victoria Molina / Psicoterapeuta
LOS CONFLICTOS INTERPERSONALES
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xisten los conflictos inconscientes inherentes a todo ser humano; son conflictos intrapsíquicos que no trataremos en esta ocasión. Nuestro interés en este momento estará centrado en los conflictos interpersonales, externos y, generalmente, conscientes. Para el diccionario de la Real Academia Española, conflicto significa: “Apuro, situación desgraciada y de difícil salida. Enfrentamiento, combate, lucha, pelea. Problema, materia de discusión”. Por tanto, el conflicto implica posiciones antagónicas; oposición de intereses. Stephen Robbins define el conflicto como: “Un proceso que se inicia cuando una parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa, alguno de sus intereses”. Otro concepto interesante apunta al conflicto como una incompatibilidad entre conductas, percepciones, objetivos y/o afectos entre individuos y grupos, que definen estas metas como mutuamente incompatibles. Puede existir o no una expresión agresiva de esta incompatibilidad social. Dos o más partes perciben que en todo o en parte tienen intereses divergentes y así lo expresan. Se observa, entonces, que para que exista el conflicto será necesaria la presencia de dos o más personas, por lo que se menciona que se trata de conflictos interpersonales. El conflicto es un fenómeno natural en toda sociedad, es decir, se trata de un hecho social consustancial a la vida en sociedad. Así mismo, las disputas son una constante histórica, puesto que han comparecido en todas las épocas y sociedades a lo largo de los tiempos. Lo cierto es que sin antagonismo social no habría transformaciones sociales o éstas ocurrirían en forma excesivamente lenta, lo que haría a la sociedad algo demasiado estático. El progreso social, con frecuencia aparejado a la idea de cambio, es no pocas veces un efecto de las luchas sociales. Por otro lado, también se puede decir que la vida sin conflicto sería terriblemente aburrida; para que no lo hubiera, todas las personas tendrían que pensar igual, tener los mismos gustos, hacer lo mismo, etc., lo cual es un imposible. La existencia del conflicto es una parte inevitable de la interacción social. La vida sin conflicto es una ilusión; si existiera esa vida sin conflicto estaríamos privados de las imprescindibles oportunidades para desarrollar nuestras habilidades. Cada vez que se presenta un estímulo (objeto, situación o conducta capaz de ocasionar una reacción) a la persona, ésta decide si ese estímulo cae dentro de alguna
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de las categorías siguientes: Agradable, conveniente, interesante, adecuado a sus objetivos, benéfico, etc., y por lo tanto está motivada para acercarse a él, aceptarlo, o dejar que se acerque; se trata de una valencia positiva; Nocivo, desagradable, inconveniente, doloroso, dañino; está en contra de sus objetivos, etc., y por ende queda motivada para evadirlo, rechazarlo, alejarse de él; se trata de una valencia negativa. Indiferente; no despierta su interés, es inocuo y no presenta otra reacción que el de percibirlo y analizarlo: valencia cero; la persona permanece a la expectativa; en caso de que exista algún cambio, éste constituye un nuevo estímulo y el proceso se inicia nuevamente.
La teoría del conflicto
La sociología ha estudiado ampliamente el “conflicto” y elaborado una variedad de teorías al respecto. De un modo bastante general, se habla de teorías del conflicto y teorías de la cooperación, según el dominio de uno u otro planteamiento como vértice principal de la explicación o interpretación acerca de la sociedad. No todo conflicto conduce a actitudes agresivas, pero puede haber auto-agresión cuando no se puede dirigir la agresión hacia el exterior. La teoría del conflicto basa las necesidades de autodefensa en la escasez inevitable de los recursos disponibles, que obligaría a las partes a competir entre sí por su obtención. Si, en cambio, se percibe un marco de abundancia, los conflictos se encauzan más fácilmente hacia la cooperación. La teoría moderna de los conflictos sostiene que éstos no son ni buenos ni malos en sí, sino que son sus efectos o consecuencias los que determinan que un conflicto sea bueno o malo. En base a esto, podemos clasificar los conflictos como funcionales o disfuncionales. Los conflictos funcionales son aquéllos de intensidad moderada, que mantienen y, sobre todo, mejoran el desempeño de las partes: cuando promueven la creatividad, la solución de problemas, la toma de decisiones, la adaptación al cambio, el trabajo en equipo, el replanteamiento de metas, etc. Los conflictos disfuncionales son los que tensionan las relaciones de las partes a tal nivel que pueden afectarlas severamente, limitando o impidiendo una relación armoniosa en el futuro; generan estrés, descontento, desconfianza, frustración, temores, deseos de agresión, etc., todo lo cual afecta el equilibrio emocional y físico de las personas, reduciendo su capacidad creativa y, en general, su productividad y eficacia personal.
PSICOLOGÍA Y DESARROLLO HUMANO
flicto
Las causas o fuentes del con-
Se pueden considerar como todo aquéllo que ha podido originar o motivar el conflicto. Stephen Robbins las clasifica en tres grupos: las personales, las derivadas de las comunicaciones y las estructurales o del entorno. Causas personales: en este grupo se ubican los sistemas de valores individuales y las características de la personalidad que explican el temperamento, el modo de ser y las diferencias individuales. Pertenecen a este grupo, fundamentalmente, las percepciones y las emociones que muchas veces son la causa de reacciones negativas. Podemos citar: los deseos y aspiraciones insatisfechos, frustraciones, celos, envidia, necesidad de reconocimiento, de ser respetado, deseos de progreso, de pertenencia a un grupo (aceptación), etc. Causas derivadas de las comunicaciones: también pueden generarse conflictos por problemas de comunicación entre las personas o grupos, tales como malos entendidos, desinformación, problemas semánticos, por mentiras o engaños, los gestos y actitudes que forman parte del lenguaje corporal, las comunicaciones poco claras o transmitidas a través de terceros, etc. Causas estructurales o del
entorno: el entorno tiene muchísimas variables que pueden afectar a las personas, a los grupos y a sus relaciones. Por ejemplo: disposiciones legales; la política tributaria del país; la falta de trabajo, la baja calidad del servicio de salud a cargo del Estado o la seguridad social; las condiciones inseguras de trabajo; la escasez de recursos; el sistema de reconocimiento en el trabajo; el estilo de mando duro y exigente, falta de límites a la autoridad y responsabilidad, las funciones en el trabajo que no están claramente definidas, metas antagónicas entre áreas de una misma empresa, posesión irregular de bienes, etc. Es muy usual entender el conflicto como algo negativo, que es malo y se debe evitar; sin embargo, se le puede tomar como algo positivo. Los conflictos, como sabemos, son inevitables; las diferencias de opiniones son naturales. Sería un error intentar suprimir los conflictos, ya que pueden ser benéficos. Proporcionan la oportunidad de obtener nueva información, estudiar alternativas, desarrollar mejores soluciones a los problemas, mejorar la creatividad, la cooperación y el aprendizaje, etc.
El tratamiento de los conflictos
Existen muchas técnicas para el tratamiento de los conflictos, aquí
se presenta una sencilla en la que se pueden identificar cinco estrategias diferentes. Se caracterizan por el modo de situarse el individuo ante las dos principales preocupaciones que comporta todo conflicto: el logro de los propios objetivos y el mantenimiento de una buena relación con el otro. Retirarse – evitación: huida, retirada o negación; una estrategia “pierdo-pierdes”; empobrece las relaciones y empobrece el logro de los propios objetivos. Suavizar – acomodación: la persona cede y renuncia a los objetivos: “pierdo-ganas”; mejora las relaciones y empobrece el logro de los propios objetivos. Imponerse – competición: imposición de soluciones: “gano-pierdes”; empobrece las relaciones y mejora el logro de los propios objetivos. Pactar para llegar a un acuerdo: consenso mediante concesiones; tanto la relación como el logro de los propios objetivos quedarían neutros. Resolución – cooperación: confrontación madura; “gano-ganas”; mejora la relación y mejora el logro de los propios objetivos. Por lo tanto, la resolución madura sería la estrategia adecuada. En esta opción encontraríamos a un perfil asertivo y colaborador. Son personas que trabajan con los demás para hallar una solución que satisfaga plenamente los objetivos de ambas partes. Para ello, analizan, contrastan intereses, valoran, exploran los desacuerdos, resuelven diferencias y aplican una gran creatividad. El adecuado tratamiento de los conflictos tiene sólo ventajas, como, por ejemplo, más oportunidades de lograr nuestros deseos y objetivos; mejorar las relaciones interpersonales, incrementando la comunicación eficaz, apoyo y confianza mutua, aprecio y cooperación; mantener emociones positivas como la alegría, autoestima, seguridad, confianza, etc. La meta es saber manejar el conflicto para sacarle el mejor partido y convertirlo en una fortaleza más que en una amenaza, para sí mismo o para las relaciones. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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Intervención multidominio en la enfermedad de Alzheimer Dra. Luz Elena Navares Moreno
En la tierra de mi olvido (Fragmento)
Sufro de un terrible mal que distorsiona mi mente. Hay veces que entre la gente creo poder reconocer un rostro que estuvo ausente. Pero, es en vano mi empeño, y aunque miro sonriendo, no inspira ningún recuerdo, ni nada en particular.
S
er conscientes de nuestro propio envejecimiento resulta, por lo general, difícil y algo que, en el fondo, evitamos; sin embargo, es una realidad de la que muchos ya somos parte… el número de adultos mayores ha aumentado exponencialmente en el mundo. Esta condición conlleva también a un incremento del número de personas con demencia, lo que genera una enorme presión sobre la sociedad en general, así como en los sistemas de atención de la salud. La demencia es un síndrome neurodegenerativo de causas diversas, que afecta principalmente a adultos mayores de 60 años. Altera de manera progresiva la memoria, el pensamiento y la habilidad para realizar actividades de la vida cotidiana (bañarse, cambiarse de ropa, lavarse los dientes, etc.) Conforme progresa, la persona que la padece pierde la capacidad de vivir de manera independiente, lo que da lugar a la dependencia y a mayor necesidad de apoyo. Es una enfermedad multidimensional muy compleja, que abarca desde lo biológico, emocional, cognitivo, social y espiritual; devastadora no sólo para aquellos que la padecen, sino también para los cuidadores del enfermo, su respectiva familia y la sociedad en su conjunto.
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¿Qué es este mal que me aqueja, que en cautiverio me tiene? Las historias que forjé no existen, ya no las tengo; a pesar de mis esfuerzos, no las logro rescatar. ¡Se escaparon mis recuerdos para nunca regresar! Carmen Rosa Morales (poetisa boricua)
La demencia por enfermedad de Alzheimer (EA) es la más común de las demencias, representa de 60 a 80% del total de casos reportados. La prevalencia de la demencia aumenta de forma exponencial de los 65 a 85 años; esta cifra se duplica cada 5-6 años y se estabiliza a partir de los 85 a 90 años. La demencia por EA se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria que comienza por afectar la memoria episódica (memoria basada en los recuerdos de nuestras vidas) y la memoria reciente. También presenta alteraciones de la denominación (capacidad de referirnos a un objeto, persona, lugar, concepto o entidad por su nombre) y de la fluencia verbal, entre otras. Además de los síntomas cognitivos, la EA presenta síntomas neuro-psiquiátricos (SNP). Éstos pueden aparecer desde etapas iniciales de la enfermedad: apatía, indiferencia, desinhibición, alucinaciones, entre otros. Se estima que hasta 90% de las personas con demencia presentará al menos un SNP a lo largo de la enfermedad. La importancia de los SNP radica en el impacto directo que tienen en la calidad de vida de la persona que los padece y de sus familiares, ya que se ha demostrado que tienen efectos negativos en la dinámica familiar y aumentan de manera significativa la carga del cuidador. En aquellos casos en los cuales los síntomas inician después de los 65 años, se denominará EA de inicio tardío (o esporádico) y cuando los síntomas dan comienzo antes de esta edad, EA de inicio temprano (o genética).
Fisiopatología
La fisiopatología de la enfermedad es compleja; sin embargo, se reconoce que en general la EA se caracteriza por presentar dos lesiones histopatológicas características (aunque no son las únicas): Depósitos de proteína b-amiloide denominados placas seniles; marañas intracelulares (neurofibrilares) compuestas de proteína tau hiperfosforilada. Se ha encontrado que tanto la EA de inicio temprano como la EA de inicio tardío tienen un componente genético importante.
Síntomas cognitivos La EA empieza a manifestarse con alteraciones de la memoria, del lenguaje, viso-espaciales (responsables de que comprendamos el espacio que nos rodea y seamos capaces de movernos dentro del mismo) y, finalmente, las ejecutivas. Según el grado de afectación la EA puede ser leve, moderada y severa.
Síntoma
Leve
Moder.
Severa
Alteraciones de la memoria
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Muy afectado
Orientación tempo-espacial
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Alteraciones visoespaciales
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Anomias ( nombrar objetos y/o personas)
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Dificultad para manejar el dinero
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Afectación del juicio
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Alteraciones Ejecutivas
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Actividades de la vida diaria
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Actividades instrumentales de la vida diaria
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Necesidad de supervisión
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Control de esfínteres
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Apraxia ideomotora*
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Apraxia ideacional*
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Dependencia
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Recuerdos autobiográficos de la infancia Imposibilidad de hablar
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Postración prolongada
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*La apraxia ideomotora es la incapacidad de ejecutar el movimiento apropiado en respues ta a un comando verbal; la apraxia ideacional es la incapacidad de coordinar actividades con movimientos múltiples y secuenciales, como ves tirse, comer y bañarse.
Síntomas neuropsiquiátricos (SNP)
Conforme se han estudiado las demencias y las etapas de éstas, se han identificados diferentes síntomas neuropsiquiátricos, mismos que son importantes tanto para valorar su prevalencia en la EA, como para relacionarlos con la calidad de vida, el grado de dependencia y el riesgo a la institucionalización. Conforme la EA avanza, la presencia de SNP oscilan en cuanto a su frecuencia e intensidad. La presencia de síntomas psicóticos incrementa el riesgo a la institucionalización y al deterioro cognitivo. Las causas fisiopatológicas de los SNP no se han entendido; se piensa y se han hecho posibles relaciones entre el síntoma con el área dañada en el cerebro, por ejemplo, las ideas delirantes con la afección del hemisferio derecho; apatía con afección de la región frontal medio y el cíngulo anterior; mientras la agitación y la inhibición pueden estar relacionados con daño a la región orbitofrontal. Otra característica de los SNP es que su presencia está vinculada con el grado de atrofia cortical. A pesar de tantos avances en la investigación científica y en el manejo médico, no se ha observado un tratamiento efectivo para esta enfermedad. Sin embargo, el nuevo modelo de investigación apuesta, según refiere la Dra. Miia Kivipelto (Director de Investigación y Desarrollo del Tema del Envejecimiento en el Hospital Universidad de Karolinska, Estocolmo, Suecia), conforme al estudio FINGER, en dirección a la prevención de la demencia como la principal alternativa para su tratamiento, la identificación temprana y la modificación de los factores de riesgo. Esta prevención consiste en una intervención multidominio, donde se enfatiza el cambio de estilo de vida, así como la prevención o el retardo de la enfermedad. Este modelo de abordaje se basa principalmente en modificaciones y adaptaciones culturales diseñadas para a diferentes factores de riesgo. Hasta el momento, las modificaciones en los estilos de vida como la nutrición, el ejercicio, entrenamiento cognitivo y monitorización del riesgo cardiovascular principalmente, son las únicas en demostrar evidencia en brindar beneficios en la cognición. Estos cambios en los riesgos mencionados ofrecerían una mejora sustancial, no sólo en la aparición de la enfermedad de Alzheimer, sino de muchas otras enfermedades. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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Previniendo la demencia
N
Dr. Antonio Kobayashi Gutiérrez - Geriatra
o hay nada más humano que el cocinar los alimentos, ¿Qué ocurriría el día que no podamos hacer esto?, ¿Qué ocurriría el día que nuestro órgano más preciado, el cerebro, no pudiera hacer adecuadamente su función? Cientos de personas ven día a día, al envejecer, la pérdida de sus capacidades mentales y, con ello, el mundo se va tornando en un lugar hostil, incomprensible y solitario. Desde que nacemos, nuestra familia, nuestro barrio y la sociedad en general se encargan de ir conformando estructuras de empalabramiento que nos permiten navegar y desempeñar las funciones necesitamos. Dichas estructuras a un nivel biológico se construyen en nuestro cerebro, el órgano encargado de administrar nuestros recuerdos, de ejercer nuestra voluntad y nuestra capacidad de juicio, de enlazar en nuestra memoria de trabajo los pasos a seguir para realizar acciones ordenadas y con sentido. Ese pequeño órgano, que muchas veces pasa desadvertido, es el encargado de contener o sobrellevar nuestras emociones para no solamente reaccionar, sino responder a ellas. Es el encargado en última instancia de modular y ejecutar conductas que nos hacen funcionales y moralmente buenos. Es por ello que siempre ha sido de mi asombro al preguntar a mis médicos residentes cómo cuidan su cerebro, el encontrarme con caras de sorpresa, o respuestas nulas o incluso inocentes. La verdad es que no lo cuidan, en general nos enseñan a cuidar los dientes, los ojos, la piel, el riñón, el corazón, pero rara vez nos enseñan a cuidar nuestro cerebro. De ahí que estas pequeñas sugerencias que espero sean de su utilidad en su día a día para cuidar el órgano que nos hace humanos. La dieta. Los principales estudios de prevención de demencia han sido centrados en este tópico. La
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ganadora ha sido la dieta mediterránea consistente en un alto consumo de alimentos del mar como el pescado, de verduras de hoja verde como la espinaca o el brócoli y de aceite de oliva en forma de vinagreta o aderezo. El consumo de nueces también se ha relacionado con una prevención de la caída de nuestras capacidades mentales, recomendando por el momento 8 a 10 piezas por día. El sueño. El cuidado del sueño es importante para la prevención de la demencia; es por ello que tener una adecuada higiene del mismo evitando el tomar siestas prolongadas, el utilizar aparatos electrónicos previo al sueño o el no respetar horarios de para entrar y salir de la cama, pueden volverlo poco profundo y no reparador. Es un mito el que se requieran 8 horas de sueño diario; lo que sí es cierto es el hecho de que debemos de cui-
darlo evitando el llevarnos preocupaciones a la cama o consumiendo bebidas estimulantes con cafeína previo al dormir. Algunas personas tienen la costumbre de realizar actividades en cama, lo cual disminuirá la calidad del sueño con el paso del tiempo, es por ello que, al entrar a la cama, lo debemos hacer sólo cuando vayamos a dormir. La actividad física. 150 minutos de actividad física moderada se recomiendan por semana para lograr disminuir nuestro riesgo de demencia. En este rubro entra desde el arreglar el jardín hasta correr, todo movimiento del cuerpo por un tiempo sostenido mayor a 15 minutos podemos considerarlo como actividad física. La lógica es simple, busquemos el activar nuestro cuerpo. El estudio. Las personas que están constantemente aprendiendo sobre temas nuevos, tienden a disminuir su riesgo de padecer demencia. Somos curiosos por naturaleza, podemos usar esto a nuestra conveniencia investigando sobre temas que nos sean desconocidos. La música. Aquellas personas que tocan algún instrumento o que cantan tienden a tener menor incidencia de demencia, por eso no nos limitemos a disfrutar música. La meditación y la oración. El hacerlo con un verdadero sentido de curiosidad y concentración ayuda a nuestro cerebro a desarrollar una mayor tolerancia al dolor, una menor reactividad al estrés y, en última instancia, un crecimiento personal que nos permite tener un sentido de trascendencia. Esto se ha relacionado con un mayor volumen cerebral y con menores tasas de depresión y demencia. Amistades. Las personas que cultivan amistades y actividades sociales tienden a tener menor tasa de demen-
cia; lo importante es evitar el sentirnos solos y recordar participar en diferentes grupos que muestren apoyo y comprensión a nuestro día a día. Consumo moderado de alcohol. El consumo de una copa de alcohol por semana se ha vinculado a un riesgo menor de generar la perdida de la memoria: lo importante no es sólo su consumo, sino el ritual alrededor del mismo, el hacerlo con amigos, disfrutando una buena charla nos permitirá sentirnos parte de un grupo y con ello evitar la temida soledad. Control de enfermedades crónicas. La presencia de Diabetes mellitus, hipertensión arterial y obesidad pueden acelerar la presentación de demencia. El problema principal en este rubro es que la comunidad médica ha fallado en hacer entender a la población en general la importancia del adecuado control de estas patologías; atrás han quedado los tiempos donde los efectos adversos de los fármacos eran insufribles. Hoy existe una gran cantidad de opciones que dependen principalmente de su toma por parte del paciente para generar un adecuado control. Evitar el tabaquismo. El evitarlo se ha relacionado con una disminución del riesgo de padecer demencia; no importa el momento ni el tiempo de consumo: el beneficio de suspenderlo siempre aporta mayor ganancia. Estos son las principales sugerencias que los estudios a lo largo de todo el mundo han validado para la prevención de demencia. No esperemos a que la enfermedad haga su presencia para iniciar su prevención, en el día de hoy podemos con pequeños actos iniciar a cuidar nuestro cerebro que tanto hace por nosotros al permitirnos experimentar una realidad que es maravillosa. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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La espiritualidad en el enfermo y su familia Xabier Azkoitia - Colaborador del Centro de humanización de Tres Cantos (España)
¿Qué entendemos por espiritualidad?
L
a dimensión espiritual hace referencia a la experiencia más honda de la persona, es lo genuinamente humano. Es la dimensión del ser humano que se caracteriza por la capacidad de búsqueda de sentido en la vida, la capacidad de tener confianza y valor, la capacidad de amar y perdonar, de orar y ver más allá de las circunstancias: capacita a las personas a trascender el sufrimiento. La espiritualidad manifiesta la aspiración profunda del ser humano, el anhelo de una experiencia de la vida y de la realidad que integre, conecte, trascienda y dé sentido a la existencia. Se asocia también al desarrollo de unas cualidades y valores que fomenten el amor y la paz: “Ser espiritual significa andar apasionadamente en busca del sentido de la vida y mantenerse abierto a las respuestas que pueden conmovernos profundamente” (P. Tillich, La dimensión perdida).
El sufrimiento
El Alzheimer actúa como un ladrón de memoria que, en pocos años, sume al paciente en una tremenda oscuridad y le va robando progresivamente todas sus capacidades mentales. Roba memoria del día a día, mina su capacidad de razonar, conocer, hablar y actuar; arrebata las capacidades más básicas del ser humano. “La persona con Alzheimer es alguien que, siendo muy rico, se va haciendo muy pobre”. La persona con Alzheimer nos recuerda que la condición humana está llena de sufrimiento; nos enseña los límites y las pérdidas de esa condición humana, tan profundos. Karl Jaspers habla de “situaciones límite”: experiencias vitales en donde el ser humano pone a prueba sus convicciones más profundas. Lo son, por ejemplo,
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el sufrimiento y la muerte. Las personas con Alzheimer nos recuerdan lo siguiente: que huir de la experiencia de sufrimiento del otro, es huir de la propia condición humana; que la historia de cada persona con Alzheimer es un templo vivo que ha de ser conservado, cuidado y transmitido; que todo ser humano, hasta el desposeído de algunas de las facultades más genuinamente humanas, como son la razón y la memoria, no sólo no pierde su condición humana, sino que expresa la humanidad común a la que pertenecemos y de la que somos responsables; que el vínculo espiritual mantenido y alimentado con la persona con Alzheimer es, desde el reconocimiento de la dignidad del otro, la mejor manera de expresar nuestra lucha contra el sufrimiento evitable y contra el sinsentido; que, probablemente, la única espiritualidad posible, al menos desde el ámbito cristiano, es la espiritualidad de la fragilidad, no sólo porque conecta con la dimensión humana tan frágil, sino también con la experiencia del crucificado. La enfermedad y el sufrimiento han sido grandes catalizadores de transformaciones espirituales: muchos de los grandes maestros fueron despertados por el sufrimiento. El sufrimiento impulsa a convertir lo inevitable en un acto de abandono y de consciencia: tal es la tarea de la vida espiritual. El sufrimiento es un estado del cuerpo o del psiquismo que nos coloca en una situación límite. El sufrimiento es sagrado porque estamos ante algo no ordinario, que puede ser revelador y transformador, en lugar que destructivo. Tal es la aportación que la espiritualidad hace en tales situaciones: darles un sentido y proveer de unas herramientas para atravesarlas de un modo fecundo.
Trascender
El sufrimiento y la muerte, como la mayoría de los problemas importantes en la vida son, fundamentalmente, insolubles: no pueden nunca solucionarse, sólo trascenderse. Cuando nos enfrentamos a un destino que no podemos cambiar, estamos llamados a dar lo mejor de nosotros, elevándonos por encima y creciendo más allá de nosotros mismos; es decir, a través de la transformación de nosotros mismos. La enfermedad no debuta en su fase más avanzada: es un camino, un itinerario doliente que se puede convertir en un itinerario de crecimiento espiritual tanto para el paciente, su familia y amigos y los cuidadores formales o informales. La crisis produce cambios indeseados, múltiples y en profundidad. De entrada, las
crisis se asemejan a un muro contra el cual chocamos. Nos producen dolor y resistencia: no es lo que queríamos, ni lo que esperábamos; las circunstancias se imponen sin haberlo nosotros consentido, y creemos no estar preparados para afrontar esta situación. Las crisis, además, se caracterizan porque fuerzan una coyuntura de cambios substanciales y profundos, y en múltiples dimensiones de nuestra existencia: cambios cognitivos, emocionales, conductuales, sociales y espirituales. Para Tauler, el tiempo de crisis es tiempo de fecundidad: “Cuando la serpiente percibe que comienza a envejecer, a arrugarse y a oler mal, busca un lugar con juntura de piedras y se desliza entre ellas de tal manera que deja la vieja piel y con ello crece la nueva. Lo mismo debe de hacer la persona con su vieja piel, esto es, con todo aquello que tiene por naturaleza, por grande y bueno que sea, pero que ha envejecido y tiene fallos. Por ello es preciso que pase por entre dos piedras muy juntas (…) Si una criatura te quita la apretura, sea la criatura que sea, arruina por completo el nacimiento de Dios”. La apretura provoca la apertura. A través de la asunción del propio dolor por medio de la atención plena, ese dolor se atraviesa y se trasciende. Ello conduce a una comprensión más honda de uno mismo y de lo que se está viviendo, lo cual con lleva su aceptación, asunción y una profunda liberación que tiene como fruto una mayor compasión por lo propio y lo ajeno. Esta compasión es también sabiduría. De este modo,
el dolor y la enfermedad se convierten en camino de crecimiento.
Una mirada espiritual
Desarrollamos una espiritualidad de lo carencial, del “no poder”: no sólo eficacia, sino la confianza, la esperanza, el sentido, la salvación del otro. Surge la responsabilidad desde el amor; hay mucho más de lo que vemos, sentimos, pensamos o creemos. La vida tiene muchas capas de profundidad y crecemos en la medida en que avanzamos hacia esa profundidad, a la interioridad. Nos identificamos con la persona enferma, reconocemos su dignidad, recibimos un sentido a nuestro vivir cotidiano, somos enriquecidos por la relación, nos percibimos de la misma dignidad, escuchamos la exigencia de ser tratado bien, con respeto y consideración; se siente la apelación a hacer bien el bien. Porque eres valioso, te doy voz, te escucho, busco tu amistad. La persona es siempre sujeto “activo”, dando o recibiendo. El cuidado a las personas enfermas nos permite desarrollar habilidades, actitudes, virtudes: en el servicio a los enfermos, mientras las manos realizan su tarea, los ojos estén atentos a que no falte nada, los oídos a escuchar, la lengua a animar, la mente a comprender, el corazón a amar y el espíritu a rezar.
Capacitarnos para amar
Interioridad no es lo contrario de exterioridad, es, más bien, lo
contrario de superficialidad. El progresivo descentramiento del yo es lo que atestigua que el trabajo de la interioridad es verdadero. La interioridad indica el silencio que hay detrás de las palabras y de los actos: cuando crece la interioridad, también se revela la profundidad de la exterioridad. Son correlativas porque no vemos la realidad tal cual es sino tal como somos. El trabajo sobre la interioridad tiene consecuencias directas sobre la solidaridad: la relación con los demás se transforma ya que la interioridad abre un espacio en las relaciones humanas, de manera que permite la alteridad. ¿Qué actitudes son precisas para poder conectar lo más a fondo posible con una persona con Alzheimer?: Compasión: el enfermo siente que tu acercamiento genera compromiso, una apuesta por no abandonarlo, encuentro desde la pasión; Presencia: mi “estar” de una determinada manera quiere expresar una manera de pensar y de sentir y de reconocerle como persona; la persona con Alzheimer “capta” que no huyo de su falta de palabra, de su agresividad, etc.; Hospitalidad: en el encuentro te acojo con el mensaje de que estamos en un hogar propio, que nos pertenece porque hay encuentro, el que nosotros construimos; el hogar se logra desde el encuentro, no desde la oferta de un espacio incondicional: en la hospitalidad no hay “tú vienes, yo acojo o acepto”, sino “nosotros nos encontramos”.
¿Qué me dicen los enfermos de Alzheimer?
El ser humano es más que su yo consciente; la verdadera humanidad habita en lo interior y no en el ego; aquél que entra en contacto con su propio ser, con su mismidad, es capaz de trascender la contingencia para vivir el ahora, el momento, el instante; en el camino espiritual no hacemos nada especial: intentamos llegar al momento y hacernos uno con aquello que en ese momento hacemos. ¿Qué es lo que en ese momento hacemos? Amarnos a la luz de cómo Tú nos has amado, poniendo nuestro corazón en las manos del otro/Otro, para que éste lo y nos sostenga. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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Deterioro cognitivo
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Mtra. Francisca Guadalupe Delgadillo González
s un hecho que, conforme nos vamos haciendo mayores, vamos perdiendo muchas capacidades y otras van mermando hasta llegar a límites muy bajos. El cerebro, como el resto del cuerpo, cambia a medida que se envejece. No obstante, muchas personas ancianas pueden quejarse de problemas de memoria, pero ser aún capaces de cumplir independientemente todas sus tareas ordinarias. Usualmente, su habilidad para funcionar de manera correcta está basada en la compensación para superar estas dificultades, tales como utilizar agendas, notas en los calendarios, realizar listas de tareas, etc. En algunos casos, estas dificultades en la memoria son signos de que el empeoramiento de ésta, eventualmente, es posible. Uno de los problemas más comunes al llegar a la vejez es el deterioro cognitivo; esto puede implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio crítico que son más significativos que los cambios normales relacionados con el envejecimiento. Sin embargo, la preocupación consistente o creciente sobre el desempeño mental puede sugerir también un deterioro cognitivo leve. La familia y amigos cercanos también podrán notar los cambios. No obstante, estos cambios no son tan graves como para que interfieran significativamente en la vida diaria y actividades habituales de las personas. Si bien es cierto que el deterioro cognitivo afecta a prácticamente toda la población mayor, la verdad es que no a todos les afecta de igual forma. Hay factores que influyen más en unas personas que en otras, como el aislarse de la sociedad y permanecer mucho más tiempo solos y no tener
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contacto con otras personas. Los cambios psicológicos propios de cada persona relacionados con el estrés y la depresión a la cual este sometido cada individuo de acuerdo con su forma de vida pueden ocasionar un desgaste mayor en las neuronas y esto da como resultado alguna pérdida de memoria. Por otra parte, los pensamientos negativos acerca de lo que se concibe como acciones asociadas con la vejez hacen que muchas personas mayores no traten de mejorar y de realizar actividades que antes si podían hacer. Hay que tener en cuenta de que, con la vejez, independientemente del deterioro o no, hay facultades que se ralentizan de manera inevitable, con lo que hay que asumir que esto es normal y no dejarse llevar por el pesimismo de no sentirse tan joviales y vigorosos como años atrás. Aunque pareciera extraño, una persona que sufre deterioro cognitivo leve puede hacerse cargo de sí misma ya que esto no causa ninguna incapacidad significativa para seguir siendo autónomo y realizar sus actividades de forma normal. Los problemas de memoria en el deterioro cognitivo leve pueden incluir una serie de situaciones que alarman tanto al propio individuo como a las personas cercanas al afectado, y esto puede ir desde las perdida de objetos frecuentemente, olvidarse de citas, tener más problemas para encontrar las palabras adecuadas en un momento para expresarse, perder el hilo de una conversación, de una película o un libro, se dificulta seguir instrucciones, o se tiene problemas en la toma de algunas decisiones. A partir de estos síntomas se pueden presentar otros como resultado del estrés, que causa todos estos cambios como la ansiedad, depresión, irritabilidad y agresión, asimismo como apatía.
No existe una causa única del deterioro cognitivo, los síntomas pueden permanecer estables durante años, avanzar derivado de la enfermedad de Alzheimer u otras demencias o mejorar con el tiempo. Hay algunas enfermedades relacionadas con factores de riesgo para que se presente deterioro cognitivo como la diabetes, tabaquismo, hipertensión, colesterol elevado, obesidad, falta de ejercicio físico, poca participación en actividades que sean estimulantes desde el punto de vista mental. Existen muchas formas de proteger nuestro cerebro y así reducir las posibilidades de presentar deterioro cognitivo. Los hábitos que nos ayudan a tener o mantener nuestro cerebro saludable son el mantener la mente en forma, tanto en las actividades sociales recreativas como realizar actividades nuevas y desafiantes.
de memoria. Un descanso adecuado contribuye para el buen funcionamiento de la memoria, por lo cual respetar unas 8 horas de sueño es de suma importancia. Los trastornos de la atención asociados a la ansiedad son una causa frecuente de quejas de memoria; el estrés crónico tiene también un efecto negativo sobre áreas del cerebro relevantes para la generación de nuevos recuerdos. Dado que el deterioro cognitivo puede ser una señal de padecimientos más serios, es conveniente que se consulte a un especialista y se hagan las pruebas necesarias para tener un diagnostico más certero en relación con los síntomas. Hasta este momento, no hay un tratamiento efectivo contra el deterioro cognitivo y el especialista tendrá que estar realizando pruebas para valorar si hay cambios en
Hay también programas de entrenamiento cognitivo desarrollados por profesionales expertos que han demostrado ser beneficiosos para tratar los problemas de memoria, así como retrasarlos. La actividad física regular disminuye la atrofia cerebral que algunas personas sedentarias presentan. También una alimentación saludable que incluya frutas, verduras, lácteos descremados, pescado, cereales, aceites en crudo y escasa cantidad tanto de sal como de grasas saturadas reduce las posibilidades de presentar problemas
la memoria y en los procesos intelectuales a través del tiempo. En conclusión, es recomendable que cuando a una persona mayor se le ha detectado un deterioro cognitivo evidente sea tratado por profesionales que lo conduzcan adecuadamente en el manejo de su padecimiento y sigan teniendo una mejor calidad de vida. Todo esto es sin menospreciar las medidas preventivas que, en muchas ocasiones, evitan llegar a una situación de mayor sufrimiento para la persona y sus familias. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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CULTURA
Yolanda Zamora / yolandazamora@hotmail.com
RESEÑA DE LA PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 100 DE VIDA Y SALUD
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on gran alegría y entusiasmo, pero también con sencillez y gratitud fue presentada, el viernes 12 de julio, en el Centro San Camilo, el número 100 de la Revista Vida y Salud, en el marco de las fiestas de su Santo Patrono Camilo de Lelis.
La palabra más presente: ¡Gracias! Estamos hablando de una edición conmemorativa, que presenta en su portada, al centro, el número cien, 2002-2019. Imágenes de portadas de números anteriores ilustran la porta-
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da. En su interior, la revista número cien da cuenta del sendero recorrido, “Historial del camino”: objetivos iniciales, colaboradores, forma en que ha estado estructurada… y sobre todo, documenta el hecho de que, poco a poco, la revista fue siendo aceptada y asumida como propia, no sólo por la comunidad camiliana, sino más allá, en diversos escenarios que se hermanan con la misión pastoral y de asistencia en el campo de la salud, y encuentran en la revista información seria pero accesible, empatía, hallazgos, rostros que reflejan el dolor humano, y al mismo tiempo, la sonrisa del encuentro y la mano tendida. En la primera parte de la celebración tuvimos oportunidad de dialogar con el Padre Silvio Marinelli, quien, frente a un público cordial, numeroso y atento, fue narrando los avatares de la revista, a través de una conversación sencilla, cotidiana, amena… en la que también participaron, al final, algunas de
las personas asistentes. El Padre Silvio fue desgranando los recuerdos sobre cómo fue que nació la revista, con qué objetivos, cómo se enfrentaron los retos y desafíos que en toda revista se enfrentan, y cómo se dio el “paso a paso” paulatino, firme, creativo hasta llegar, en la actualidad, a una revista que, además de su publicación, aprovecha los recursos digitales para ampliar su cobertura. A lo largo de la charla, saltó, como niña juguetona, una palabra, una y otra vez. Esta palabra fue ¡Gracias! poniendo sobre el mantel el he-
CULTURA cho de que los mejores proyectos son resultado de la convergencia y generosidad de muchas personas, como fue el caso de la revista Vida y Salud; en la que han participado, y siguen haciéndolo, numerosas personas que, desde diferentes enfoques, enriquecen nuestra revista. A todos esos colaboradores fue dirigida la palabra ¡Gracias!, con gran significación. Al final, como hemos dicho, muchos de los presentes tomaron la palabra, y se unieron a esta conversación, sencilla, coloquial, pero profundamente significante y emotiva. Posteriormente, el Doctor Óscar Velasco ofreció una brillante conferencia titulada “El arte y la salud”, a través de la cual nos hizo ver el camino andado del hombre, desde la antigüedad hasta nuestros días, en busca del equilibrio físico, de la salud, de las diversas maneras
de hacer frente a los desequilibrios que, por diversas causas, alteran el cuerpo humano. Así, a través de muy bien elegidas imágenes, fuimos recorriendo la historia: desde el cacharro de arcilla que ilustraba conocimientos sobre el cuerpo, o la forma en que una mujer de la antigüedad daba a luz, las paredes egipcias adornadas con jeroglíficos, pero también, sorprendente, con sobre relieves de instrumental médico que
podría ser muy bien utilizado en la actualidad, hasta las grandes pinturas con el tema de la “Lección de Anatomía” (Rembrandt 1632). Profundo y bien documentado contenido, sazonado con un probado dominio en el manejo de la palabra e ingenio, hizo de la conferencia del Doctor Velasco un motivo de aprendizaje, pero también de gran disfrute, que el auditorio presente aplaudimos con agradecimiento.
Se reconoció el compromiso de tres colaboradores que, ininterrumpidamente, dieron su aporte como escritores, desde el inicio: el Dr. Jesús Humberto Del SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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CULTURA
uno mismo, en prójimo, para comprender así, y aliviar su dolor y necesidad. La celebración de la fiesta continuó compartiendo y disfrutando queso, pan y vino, mientras se escuchaba la música de un trío armónicamente interpretada.
Real Sánchez, el Psic. Cliserio Rojas Santes (en la foto de arriba) y la Dra. Luz Elena Navares Moreno. Llegó el momento de la liturgia, y en la capilla resonaron los cantos, y nuevamente, los agradecimientos, y ofrendas de todo lo vivido en ese camino de unidad. La homilía nos invitó a vivir el carisma de San Camilo, a partir de la narración del evangelio de Lucas, del buen samaritano, invitándonos a reflexionar en la vivencia que propone Jesús: el encuentro humano, no desde la distancia, sino desde la experiencia misma de vida y amor, y desde la capacidad empática de convertirse,
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Y de pronto… los truenos anunciaron la tormenta y todos supimos que el compartir y participar de un proyecto de vida comunitaria, así como el disfrutar y darnos la mano con la alegría de coadyuvar en un maravilloso plan mayor que nos rebasa… recibía, con la lluvia, la bendición y el mensaje del agua de vida, en toda nuestra comunidad…
JÓVENES
Ing. Luis Enrique Fuentes Salinas Voluntario de Amigos de san Camilo
SERVICIO SOCIAL, ¿ESTÍMULO O DESENCANTO?
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lo largo de este tiempo de motivar al compromiso a diversos grupos juveniles ya conformados y hacer invitaciones a través de las redes sociales, nos hemos topado con una barrera del miedo al compromiso que nos hace caer en cuenta de que muchos jóvenes perciben al voluntariado como un deber social que no nace del corazón, sino de un remordimiento de conciencia que, muchas veces, ni siquiera se llega a consolidar para ser el empuje para salir a las periferias sociales. Y, entonces, solamente recibimos un “gracias por la invitación” o un “like” de aprobación en las imágenes alusivas a la labor que desempeñan los voluntarios. Es probable que esto se deba a que se nos ha tratado de formar a la solidaridad a través de una imposición en el sistema educativo para poder concluir con el proceso de titulación: con una cuota de horas que se deben de registrar, contabilizar y ser autorizadas por el supervisor de aquel prestador de servicio social. Una vez escuché que el servicio social surgía como una manera de retribuir a la sociedad aquello que nos había sido dado como una oportunidad (el estudio) a través de aquellos sistemas que son subsidiados por el gobierno, siendo estos subsidios posibles gracias a los impuestos recaudaos. Sin embargo, más allá de entregar la documentación que acredite el periodo de tiempo que ha permanecido el estudiante en su servicio y si ha desarrollado las herramientas que demuestren que tiene ahora esa habilidad como futuro profesionista, se debería conocer si ha encontrado el sentido de realizar esas labores sin recibir remuneración, es decir, que no sólo lo hace para obtener la liberación del servicio social, sino que concientiza que existe una necesidad en los demás de manera física y psico-espiritual y que no siempre se cuenta con suficientes recursos económicos para pagar por estos servicios. Es ahí donde creo que estriba uno de los mayores problemas. Estos futuros técnicos, licenciados e ingenieros no han recibido una orientación para encontrar un profundo sentido caritativo o filántropo en sus acciones, para no ser activistas por sólo un momento en
que se ven comprometidos por medio de un convenio estudiantil con aquella institución. Muchas veces, las acciones llevadas a cabo en dependencias de gobierno o algunas asociaciones civiles se ven empobrecidas por labores que se limitan a las de sacar fotocopias, registrar en una hoja de cálculo un sinnúmero de nombres y folios o hacer el trabajo tedioso que nadie quiere realizar. No todo es trágico, pero queda mucho por mejorar. ¿Dónde queda la esencia del servicio en estas labores? Es por eso que se pierde la motivación cuando esto parece ser un castigo inevitable si uno quiere tener un papel que acredite sus estudios. Por supuesto que ésta no es la manera para enamorar a los jóvenes de cualquier tipo de voluntariado, desde el relacionado con lo que estudian o simplemente por gusto y concientizar de la necesidad que clama por consuelo y ayuda. Me sigo cuestionando, sin llegar a ninguna conclusión, sobre qué es lo que falta para generar ese compromiso y un estilo de vida hacia el servicio. Me gustaría pensar que no sólo forma parte de una cierta personalidad o esencia de la persona, que puede trascender a todos cuando se experimentan en carne propia aquellas situaciones de angustia y sufrimiento. Además, sea cual sea la motivación - por amor a la causa, por haber sido víctima también de tal injusticia, por ayudar al hermano necesitado, por servir y honrar a Dios, por creer en el karma, por querer expiar alguna situación que genere culpabilidad -, sea eso u otras razones infinitas, no importa mucho, ¡porque no se puede ignorar el sufrimiento del otro! Ya después, con un acompañamiento y maduración se lograrán purificar esas motivaciones. Queda la tarea de seguir propiciando los momentos para llevar a grupos juveniles donde hace falta más corazón en las manos y que la invitación hacia los demás no sólo sea a través de discursos conmovedores, sino con nuestro ejemplo, para que los demás logren ver que eso vale más que aquella recompensa u honorarios que se puedan recibir. De esta forma, se llegará a ver que el servicio social deja de ser una obligación y puede convertirse en el primer momento en el que el joven empieza a enamorarse y ocuparse de la fragilidad. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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NATURALEZA
Biól. Fabiola Gpe. Navares Moreno
DOS GRADOS: LA DIFERENCIA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE PARA EL PLANETA
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eguramente, en más de alguna ocasión habrán escuchado sobre las consecuencias del cambio climático y sobre los efectos adversos de la contaminación. De manera breve trataré de explicar. Comenzaremos por definir qué es el cambio climático: es la variación en los patrones meteorológicos los cuales han estado estables por periodos extensos de tiempo que pueden ser desde décadas hasta miles de años. Sin embargo, de manera natural el planeta ha tenido sus periodos de reacomodo climático a través de diferentes circunstancias como son la separación de los continentes, actividad volcánica intensa, y caída de meteoritos. Todos ellos, en su momento, ocasionaron cambios en el clima con sus respectivas consecuencias para diversos lugares. Por ejemplo, los geólogos y paleontólogos saben que en donde fue un desierto anteriormente, podía haber estado un mar o un lago. Los cambios de clima siempre ocasionan pérdidas de vida de las especies que no lograron adaptarse. Podemos comparar el calentamiento global con este sencillo ejemplo: cuando nos enfermamos y presentamos una temperatura de 37 o C nos sentimos algo irritados, cansados; si la fiebre sube a 38o C el malestar es
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mayor, hay debilidad, fuerte dolor del cuerpo; cuando tenemos 39 o C nuestro alarma nos indica que realmente hay algo malo que tenemos que atender; y ya a 40 o C estamos en riesgo de fallecer si no hay una rápida atención. Si se fijan son 3 grados, y ¿qué son tres grados? Es la clásica respuesta que muchas personas me dan, pero cuando les doy el ejemplo con la calentura, entonces es cuando mejor me comprenden. Con nuestro planeta Tierra, pasa algo muy similar, pero su tolerancia es cada día menor, secundario a las actividades del ser humano, que han incrementado las emisiones de gases de invernadero en 200 años, a un equivalente a lo que la naturaleza tardaría más de 100,000 años en producir tales cantidades de gases. Según la ONU, la principal causa del cambio climático es la generación desmedida de los gases de invernadero. Y en esto todos aportamos: desde las fábricas, los automóviles, hasta lo que desechamos cada uno. Un bebé, por ejemplo, utilizará un aproximado de 2,000 pañales desechables que tardaran más de 500 años en desintegrarse. Un niño en promedio puede consumir de 30 a 60 cajitas de jugo para su desayuno y/o merienda en un tiempo de 15 días. En promedio, una
NATURALEZA
persona genera 1 kilo diario de basura, si sumas esto por los millones de habitantes en Guadalajara y lo multiplicas por 30 días se observa un panorama nada agradable. ¿Qué tenemos que hacer? Pequeñas acciones diarias a nivel individual y a nivel comunidad, para que sumarlas logren mantener un equilibrio, un cambio favorable hacia el medio ambiente. Si no cambiamos nuestras acciones, refiere la ONU, la temperatura aumentará 1.5o C, lo que terminaría con el sistema de arrecifes, sobreviviendo sólo un 30 %; el nivel del agua incrementaría más de 19 cm. lo que provocaría que ciudades costeras quedaran bajo el agua, se perderían los glaciares, se destruirían las selvas y los desiertos se extenderían. Si el clima variara 2 grados, el 90 % de los ecosistemas se perderían y, en consecuencia, la sobrevivencia del hombre sería muy difícil.
Lo que puedes hacer
4. Conviértete en defensor de los árboles. Cada día en la ciudad se pierde arbolado (plagas, vejez, cambio del suelo, sequias e inundaciones, sobre todo por intereses del hombre); sin árboles se incrementarían los efectos “islas de calor” en algunas colonias ocasionando que la temperatura pueda exceder los 40 grados. La sombra ayuda a refrescar el ambiente, el arbolado disminuye la captación de la humedad, se incrementa el ruido y la cantidad de bióxido de carbono. 5. Cuida el agua. La ciudad gasta 9,000 litros por minuto y a veces de una forma tan inconsciente, como el tomar baños de media hora. 6. Practica las 3 R: Reduce la cantidad de residuos que generas en tu hogar. Reutiliza ciertos empaques y Recicla: lleva a centros de acopios los residuos que se reciclen. 7. Evita comprar productos que tengan empaques que solamente se utilizaran una sola vez como son popotes, charolas, platos, vasos de unicel, bolsas de plástico, etc. Así como productos que dañen la capa de ozono al tener clorofluorocarbonos. Si nuestros antepasados vivían en armonía con la naturaleza; ¿porque nosotros no? 8. Protege las abejas y no introduzcas a tu ciudad especies de plantas o animales provenientes de otro país, ya que a la larga esto ocasiona daño al ambiente. 9. Produce tu propia composta a fin de que los desperdicios de cocina se transformen en abono; crea tu propio huerto familiar: puedes hacerlo en cajas fijas en la pared, incluso en una parte de la azotea. 10. Ahorra energía: no dejes prendidas las luces si no las estás utilizando, así como los televisores, ipad y celulares; utiliza focos ahorradores. 11. Con el ejemplo predica a las nuevas generaciones: ¡Salvemos juntos al planeta!
1. Proponte no usar ya tanto el carro, camina más, usa la bicicleta o toma el tren ligero, camión o macro. 2. No uses el aire acondicionado en tu vehículo, salvo sea necesario como en una tormenta para poder ver y que no se empañe el vidrio; ya que los aires acondicionados también generan daño a la atmosfera. 3. Planta no uno, sino cien árboles y comprométete a cuidarlos: de nada sirve plantar sino los vas a cuidar. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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ÉTICA COTIDIANA
Eduardo Casillas González/ Master en Bioética
BIOÉTICA Y TECNOLOGÍA
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a medicina, como bien sabemos, es una de las ciencias que más relación tienen con la Bioética. Es en este sentido que van de la mano muchas veces ambas ciencias. La medicina, considerada en el momento histórico actual, comprende varias áreas de interés: la investigación científica, el desarrollo tecnológico de soporte, la organización de los servicios sociales, el momento asistencial propiamente dicho, llevado a cabo por la figura del médico y sus colaboradores (enfermeros y técnicos). Se da, sin lugar a dudas, un punto de encuentro de las problemáticas de carácter ético en, por ejemplo, el momento profesional asistencial, la relación entre médico y paciente. De hecho, ya sea la ciencia, la organización sanitaria y tecnológica, o la formación didáctica, han tenido y tienen como punto final y objetivo último, el de ofrecer en la persona del médico profesionista y de sus colaboradores la ayuda al enfermo, o previniendo o curando la enfermedad o rehabilitando al paciente o asistiendo al moribundo. El desarrollo de la ciencia médica ha tenido un aumento progresivo y acelerado, especialmente en los últimos tiempos, en lo que se refiere a ámbitos de investigación, con sus respectivas metodologías cognoscitivas, a tal punto que al día de hoy se debería hablar de ciencias médicas en lugar de medicina en general. El progreso de las especializaciones ha sido rápido especialmente en los últimos sesenta años, sea en términos de nuevas áreas de indagación, sea en términos de logros y descubrimientos. Un ejemplo de lo que mencionamos, es el hecho de que algunas de las más recientes es-
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pecializaciones, como son la genética, la psiquiatría, la radiología, la medicina, la inmunología, etc., implican visiones y parámetros de lectura que no necesariamente tienen que ver de forma inmediata con las disciplinas tradicionales, como la anatomía, la anatomía patológica, la fisiología, la patología médica. Esta notoria progresiva subdivisión y súper especialización del saber médico implica problemas de carácter epistemológico-didáctico y también de orden ético. Lo que se ha ido perdiendo, antes que nada, es la visión global, la concepción holística del paciente y de su historia personal. Por otra parte, sabemos que no es posible un ejercicio humano de la medicina si no es personalizado. La observación por la cual se acentúa la denominación del “caso” más que el conocimiento del sujeto, incluso en el lenguaje médico, es síntoma de una fragmentación del enfermo y del saber médico. No es necesario explicar en qué medida el progreso de la medicina, especialmente a partir de Galileo hasta nuestros días, le deba a los medios tecnológicos tanto en el campo diagnóstico como en el experimental y en el campo terapéutico, médico y quirúrgico su avance. Algunas especializaciones no serían imaginables sin la ayuda de la tecnología: basta pensar en la microbiología, genética, radiología, medicina nuclear, bioquímica. De hecho, ya entramos en una era en la cual el medio técnico ya no es concebido solamente como ampliación de la fuerza física, sea manual o sensorial, sino también como potenciación de
la mente a través de las aplicaciones de la informática. Pero incluso este recurso tan valioso, implica riesgos y, por lo tanto, requiere integraciones correctivas e integrativas. Hay quien piensa que el empleo de la tecnología, reduciendo los tiempos de diagnóstico y dando a la ciencia más capacidad de penetración y seguridad , permitiría al médico tener más tiempo a disposición para la relación con el paciente. La experiencia no permite, sin embargo, un descontado optimismo en este sentido. No es necesario, por otra parte, caer en un rechazo emotivo ni
olvidar cuánto se debe al empleo de la tecnología para los progresos de la medicina, pero es necesario tener
ÉTICA COTIDIANA
siempre presente lo que se ha venido dando en el campo de la evolución cultural de los pueblos: el invento de un instrumento no ha modificado sólo las condiciones ejecutivas del trabajo, sino que ha “inducido” una cultura de reflejo, ha provocado una mentalidad y una cultura diferentes. Como ejemplos, podemos citar lo que se ha dado en la historia de las civilizaciones con el descubrimiento de los medios para el trabajo del suelo y del subsuelo o con la invención del automóvil: las que hoy llamamos civilizaciones agrícolas y civilizaciones industriales-urbanizadas han tenido en estos medios su punto de partida para un cambio de valores y modos de vivir. El medio técnico expresa en definitiva una relación, la relación hombre-naturaleza, y cambiando el medio se ponen las condiciones para un cambio de la relación. Hay una ley de circularidad en tema de tecnología: es el hombre el que constituye el medio técnico, pero el medio técnico cambia al hombre. Regresando al campo de la medicina, es cierto que el empleo de medios de diagnóstico, por ejemplo, implicando por su misma naturaleza los caracteres de la estandarización, tasa definitoria, memorización del dato, implica una doble operación epistemológica: la sectorización por parcelas del diagnóstico y la despersonalización de la enfermedad. La enfermedad tiene una historia, un ambiente en el cual surge, un sujeto en el cual vive y se expresa por símbolos, más allá que por datos. L a concepción del diagnóstico en sentido holístico racional, en otras palabras, en sentido holístico personal, puede estar comprometida. De esta forma, el em pleo del medio técnico, en vez d e aum e nt ar el tiempo a disposición del médico para el diálogo y para la escucha del paciente, lo reduce. La tecnología en otras palabras puede convertirse en mentalidad y cultura, y puede convertirse de esta manera también en una especie de “reduccionismo” sui generis en medicina.
Hay que poner atención, además, en otros riesgos de carácter ético en este sentido. El primero es la tentación aumentada en el sentido de poder y de hacer: el medio permite el llamado “encarnizamiento terapéutico”, la tentación ingenierística en la manipulación de la corporeidad humana (las propuestas, por ejemplo, de la sustitución mediante transplante de órganos que expresan la identidad de la persona como la cabeza, las gónadas…). Finalmente, vale la pena mencionar la relación del problema económico con la terapia: por una parte las empresas fabricantes tienden a producir cada vez más nuevas y perfectas las máquinas para volver caducas las precedentes, para producir ganancias; el gasto público en el área de salud aumenta desproporcionadamente; en los lugares donde la salud está socializada como en México, el peso excesivo del gasto público en el área obliga al abandono de algunas categorías de pacientes, que se han vuelto demasiado costosos para ser asistidos y curados. Compartimos la conclusión que ofrece S.J. Reiser: “el médico debe considerar a todas las tecnologías con cautela, como simples medios a elegir cuando sirvan para un objetivo específico”. Quisiera añadir que, cuanto más crece el empleo del medio y se afirma la mentalidad que acompaña su uso, en esa misma medida debe intensificarse la relación interpersonal entre médico y paciente; lo anterior, no sólo porque los medios técnicos pueden fallar, sino porque incluso éstos no indican el fondo de la enfermedad y mucho menos la profundidad humana del enfermo.
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BUENOS HÁBITOS
Lic. en Nutrición Judith Jiménez López
ENCANTANDO E
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iempre he disfrutado la comida, pero la Nutrición no era mi primera opción en cuanto a estudio y creo que no lo era porque prácticamente la “estudiaba” y la “estudio” tres o más veces al día. Parece algo más natural en mí, así que sólo lo reafirmé en la universidad. Si cierro mis ojos aún me veo los domingos en casa de la abuela con toda la familia y una o dos ollas de cocido, plato típico de los altos de Jalisco que lleva carne de res y vegetales. Aún puedo oler las tortillas en el comal y el calor de la cocina al querer entrar por un vaso de agua de limón. Tengo memorias diversas aunque no recuerdo la fecha exacta, pero sí la comida. Me pasa lo mismo con la música o con los aromas. Mi cerebro ha grabado de forma aleatoria recuerdos y eventos interesantes de todo tipo, no siempre gratos, no siempre me traen sonrisas, pero están ahí y muchas veces aparecen como respuesta a algo que vivimos en este momento. Hay investigadores que han demostrado que nuestro cerebro guarda información desde el vientre materno que después usamos en nuestro día a día, de manera que somos la mejor computadora del mundo, programándose prácticamente desde la concepción. Creo que lo que debemos observar es si la programación con la que contamos ha hecho nuestra vida más plena, nuestro momento presente más consciente. Como profesionales, buscamos darle sentido a aquello que amamos en nuestra vida y en la de otros. Lograr el impacto que deseamos a la hora
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de compartir nuestro camino, que no es sólo un tema o temas, es todo un conjunto, una vida: este instante.
La comida ha sido una excelente herramienta para mí, para conectar con el cuerpo y sus procesos y observar el impacto de las funciones básicas en la mente, en las emociones. Por ejemplo: una dieta baja en vitaminas y minerales hace que el sujeto tenga menos tolerancia al estrés, por tanto, sus niveles de cortisol aumentan y su riesgo a enfermar también. Pero, claro, puede hacer uso de la respiración y modificar la concentración de neurotrasmisores, por lo que puede prevenir la enfermedad, aumentando las endorfinas, dopamina y gaba, incluso si no consume suficiente cantidad de vitaminas y minerales. Por lo que la dieta es sólo un punto de partida, un lugar desde el cual observarnos, pero no el único.
Entonces, siendo tan complejos, tan maravillosos, debemos encontrar las herramientas adecuadas para el equilibrio. Como cada ser humano es distinto, la lista de herramientas es enorme y no es el caso vivir discutiendo sobre cuál es mejor, sino lograr tomar aquellas que sean significativas y con ello lograr el cambio, si éste fuera necesario, o la aceptación. Saber cómo funcionamos me ha ser vido para estar eternamente agradecida. Cada detalle, cada aspecto, cada circuito neuronal u hormonal es perfecto, por lo que logra asombrarme: ahora aún queda mucho más que ignoro. Así que cada mañana nos disponemos a usar este cuerpo para recordar que nos somos sólo eso. ¡Qué maravilla! Pero podemos asombrarnos como los niños y permitir que los procesos sucedan sin estar en control constante, podemos confiar y podemos ajustar con compasión aquellos hilos que hemos observado tensos o flojos. Este quizá sea el ejercicio más simple y, a la vez, más complejo, aceptarnos y abrazarnos en un “todo” sin juicio, como una abeja sólo acepta que puede volar y lo hace. Bioquímicamente, la concentración adecuada de neurotrasmisores nos mantiene en alegría y paz, pero ¿cómo logramos encantar a nuestra máquina para que produzca éstos en los momentos donde parece imposible? ¿Cómo ir en contracorriente
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EL HIPOTÁLAMO cuando, de manera instantánea, nuestra mente se descarrila y comienza la frustración, el enojo y los niveles de cortisol aumentan y la adrenalina invade nuestro torrente sanguíneo alterando la respiración, la frecuencia cardiaca, tensando los músculos y capilares? Cuando nos damos cuenta, todo esto ya está sucediendo… El abordaje puede ser muy diverso, aquí podemos aportar todos, desde la experiencia personal hasta lo que nuestra especialidad ha decidido estudiar y buscar; a veces llega por inspiración. Desde mi profesión, es llenar las reservas de antioxidantes, de precursores de estos neurotrasmisores, aportarle al cuerpo las sustancias que puede usar para contrarrestar el proceso que se desencadena y lograr el anclaje a través de los alimentos a la respuesta contraria el estrés. Se sabe que la comida produce endorfinas y gaba, dos neurotrasmisores que reducen el estrés y la ansiedad y generan relajación y felicidad. Pero, mi ejemplo de recuerdo en casa de la abuela produce dopamina que mejora el estado de ánimo, la energía y la motivación. Por tanto, podemos hacer uso de la comida como herramienta no sólo si la comemos, por el efecto químico, sino también podemos construir nuevas memorias con los alimentos, anclajes. De tal forma que podemos usar dos momentos: comer o recordar. Y obtener la misma respuesta positiva.
¿Por qué no probar?
Le propongo un ejercicio. Siéntese cómodamente y permita que su cuerpo se relaje. Puede respirar 3 veces profundamente y buscar en su memoria un evento donde la comida haya sido deliciosa, no importa si es un recuerdo de la infancia o del día de ayer. No importa el platillo. Recuerde su consistencia, el sabor, cómo se derretía en la boca o si crujía al masticarla; recuerde el sabor que invade su boca y sienta cómo saliva; ahora hay una respuesta física: quizá sienta algo de hambre, pero observe, usted está comiendo. Puede incluso hacer ruiditos, como nuestro clásico ¡mmmmm! Ahora, respire nuevamente tres veces profundamente y regrese al momento presente. Quédese con la sensación de placer del recuerdo. A nuestro maravilloso cerebro no le importa si aquello que estamos pensando es real o no, él recrea la respuesta que se generó entonces, como si estuviéramos viviéndola en este momento. La producción de los neurotrasmisores se lleva a cabo. Esto sucede con cualquier otra memoria positiva, como recordar un viaje, una fiesta, una reunión con amigos, un premio, un abrazo, un baile, la sensación de la arena en los pies, acariciar una mascota, etc. O negativa,
de esto sí que tenemos experiencia. Recordamos con más facilidad los eventos dolorosos y los seguimos contando con lujo de detalle. ¿Qué cree que sucede con su cerebro? Produce cortisol, adrenalina, etc., como si estuviera viviendo esto una y otra vez. Por tanto, vamos a entrenar nuestro cuerpo a dar la respuesta que deseamos, sólo que lo haremos con la comida porque ésta sucede un mínimo de tres veces al día, ¿por qué no aprovechar para producir neurotrasmisores? Segundo ejercicio. Cuando vaya a comer, primero respire tres veces profundamente; puede aprovechar para agradecer por todas las personas y eventos que tuvieron que ocurrir para que su plato esté frente a usted. No se limite, vaya a los detalles: el agricultor, la semilla en la tierra, la lluvia, el sol, el transporte, las personas en el mercado, las que cocinan o usted. Dispóngase a comer, aleje el celular y concéntrese en la forma de la comida, en el acomodo en el plato, los colores, el aroma, la temperatura, el sabor, la textura; si puede, cierre sus ojos y deje que la comida sea su momento presente. Deje que suceda, sin control, sin esperar algo… Tome el tiempo que necesite. Al terminar, vuelva a agradecer por ese alimento que formará parte de sus células y que estará en su ADN. Respire tres veces. Cuando llegue a un momento crítico durante el día, aproveche para ir a una memoria positiva o bien, cuando vaya a comer, aproveche para generarla. Esto no resuelve los problemas del día a día, pero sí, nos coloca en un lugar mejor anímicamente para abordarlos. Que su alimento sea su medicina y, su medicina, su alimento.
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DISCAPACIDADES
Mtra. Georgina Hernández Abarca
LA SEXUALIDAD Y LA DISCAPACIDAD
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a sexualidad y la discapacidad son dos temas muy distorsionados y cubiertos de desconocimiento y prejuicios. Se piensa que una persona con discapacidad pierde la función sexual, mientras que existe, o se comenta: “No puede” o “No debe”. Ésta es una gran equivocación, ya que no podemos olvidar que la sexualidad es un impulso vital, siendo parte importante del desarrollo humano de la per- sona: la sexualidad nace y muere con la persona, ya que somos seres sexuados por naturaleza, capaces de sentir y expresar el afecto que sentimos en diferentes situaciones de la vida. La sexualidad es parte de la personalidad de cualquier ser humano y la integran elementos físico-biológicos, psicológicos (emocionales e intelectuales), sociales (históricos y culturales) y espirituales: El ser humano actúa, siente, valora y se manifiesta como hombre o mujer. Por su magnitud, la sexualidad trasciende de la simple relación sexual, de genitalidad y erotismo; es la expresión psicológica y social de una persona sexuada en una sociedad y cultura determinada. En el caso de las personas con alguna discapacidad, la sexualidad está afectada por múltiples motivos y tal afectación depende de su tipo de discapacidad y grado y, también, por los fenómenos y percepciones culturales. No podemos olvidar tampoco que todos los seres humanos poseemos un cuerpo, íntegro o con algunas deficiencias, en el que cada milímetro de piel es capaz de percibir y hacernos sentir sensaciones placenteras; de igual forma en el cerebro vivimos nuestra sexualidad. Las personas con discapacidad, debido a las secuelas físicas, sensoriales o mentales y al contexto normalmente hostil que les rodea, generalmente presentan dificultades sexuales. La sexualidad en personas con algún tipo de discapacidad es una realidad; sin embargo, con bastante
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frecuencia queda ignorada esta necesidad, pues estas personas son percibidas como infantiles y asexuadas. Mucha gente piensa en las personas con discapacidad como seres humanos que necesitan sólo cuidados y protección, olvidando que todos somos seres sexuados: se piensa – equivocadamente – que no necesitamos manifestarnos sexualmente y, veces, se nos reprime. Los papás a menudo están preocupados por la manifestación de la sexualidad de sus hijos con discapacidad; emergen también prejuicios y tabúes, en donde se dice: «De eso no se habla”, “No toquemos este asunto”, “Son angelitos”. Las consideraciones sociales son las más variadas: “Son asexuados”, “Son hiper-sexuados”, “Tienen una sexualidad dormida”, “No pueden casarse”, “No pueden amar”, “No deben formar pareja y procrear hijos”. Todos estos prejuicios y los mitos impactan negativamente sobre la sexualidad de una persona con discapacidad. L a s alud s e x ual de una persona con alguna discapacidad está relacionada con las condiciones psicosociales, las creencias, las expectativas y los prejuicios que sus padres, familiares y la comunidad tienen con respecto a su sexualidad. Podríamos enumerar algunas de las características que debemos conocer de la persona con alguna discapacidad en relación con la sexualidad. Es una persona sexuada tanto física como espiritual, porque comparte con las personas que no tienen algún tipo de discapacidad emociones y sentimientos, necesita de contacto físico, afecto y compañía como cualquier persona lo puede necesitar. El desarrollo psicosexual sigue las mismas etapas en todas las personas sea cual sea su condición y conforme crecen. En algunos casos como en el retardo mental, el desarrollo es un poco más lento porque necesita de mayores ajustes para poder pasar de un estadio a otro. Es un ser dispuesto a amar y con especial intuición para descubrir quiénes son las personas que lo aman y
DISCAPACIDADES
variadas circunstancias que presentan son múltiples y particulares para cada individuo.
Aspectos a tomar en cuenta
Las personas con discapacidad se interesan por la sexualidad: desean tener citas, casarse; se sienten atraídos por aspectos físicos del sexo opuesto.
las que lo rechazan. Si bien presentan interés por el sexo, ello no significa que todos ellos comprendan la idea del matrimonio. No todos son capaces de tener una relación afectiva estable y profunda. Hoy en día, se sabe que la persona con discapacidad tiene la capacidad para manifestar adecuadamente su sexualidad dentro de un contexto de respeto. Con conductas aceptables para su medio ambiente y siguiendo las normas establecidas, siempre y cuando se les brinde la estructura y orientación sexual necesaria.
Dificultades orgánicas en las personas con discapacidad
* Enfermedades neurológicas: lesiones medulares, degenerativas, lesiones en los nervios pelvianos, traumatismos craneoencefálicos, insuficiencia renal crónica. * Enfermedades metabólicas: diabetes mellitus, amiloidosis. *Enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial, cardiopatía isquémica. Estas enfermedades pueden manifestarse con algunos síntomas: modificaciones de la sensibilidad en el área genital, alteraciones de los reflejos vinculados con la respuesta sexual, trastornos vasculares que dan origen a una anomalía orgánica, dificultad sexual y su magnitud (disfunción eréctil, trastornos de lubricación, ausencia de eyaculación, etc..) ya que todo esto depende del lugar donde radique el daño biológico, pues las
Las personas con discapacidad son “deseadas” y pueden llevar una muy buena relación con otra persona. La pareja se conecta por aspectos más profundos de su ser, deseos, sentimientos, intereses, lo que da como resultado que cualquier barrera desaparezca y esto resulte beneficioso para los dos. Experimentan satisfacción sexual. Y esto da como resultado la procreación dependiendo del nivel de lesión de cada persona. Pueden tomar sus propias decisiones en cuanto a la sexualidad, dependiendo de su discapacidad: no podemos olvidar y dejar de lado que toda persona con discapacidad tiene derecho a disfrutar de su sexualidad de manera responsable y libre. La discapacidad a menudo provoca una disminución de la autoestima y esto genera (o agudiza) alteraciones del deseo sexual, dificultad con la erección en los varones y dificultades interpersonales de pareja. En las personas con discapacidad, mas allá de las alteraciones propias de la respuesta sexual, se pueden presentar circunstancias que perjudican su capacidad de erotismo por lo que hay que tomarlas en cuenta: deformidades y contracturas de miembros y tronco, que restringen la movilidad en general y posiciones de coito en particular; parálisis musculares que limitan la movilidad y desplazamiento; movimientos involuntarios (temblores, atetosis, ataxias); una espasticidad muy marcada; pérdida de visión y del habla; trastornos sensitivos; dolores propiciados por tratamientos; pérdida de control de esfínteres; disnea y/o angina de pecho; limitación para realizar algunas actividades (vestirse, higiene personal, alimentación, traslados); dificultad para desempeñarse con normas y conductas sociales (fundamentalmente en el retardo mental).
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VOLUNTARIADO
Psic. Hortensia Beatriz Amador Ochoa
SURGIMIENTO DEL VOLUNTARIADO
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l voluntariado es una labor muy antigua en la humanidad y en la que sigue dejando en quien la efectúa una felicidad que se ve expresada en su motivación de continuar con el compromiso. Pero ¿de dónde nace la idea de ayudar sin esperar nada a cambio?
Historia del voluntariado
La crónica acerca de la ayuda a los demás se arraiga en la convicción de la caridad, ejercida en diversas religiones, desde el discernimiento del amor al prójimo. No obstante, las peculiaridades de los voluntarios y su campo de acción son diferentes en cada contexto histórico en el que se presenten. La generosidad inmersa en una tarea social es una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Algunos autores como Casado, 1999 y Giner y Sarasa 1997 afirman que, en una comunidad surge dentro de ella diversas formas de ayuda mutua entre iguales, pero también en forma de donaciones distributivas a favor de las personas más desfavorecidas. Lipovetsky (1994) decía que los valores morales, en lo esencial, eran los mismos desde hacía siglos y milenios. En la Edad Media, la caridad se creía una virtud cristiana y su expre-
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sión tenía un papel primordial en la vida social y económica. Fue en este lapso en el que se inicia con los primeros hospitales sin fines de lucro, cuya finalidad era asistir a los que más lo requerían. Cabe destacar la incorporación de mujeres, enfermeras o no, quienes ayudaban con los enfermos. Las guerras fueron períodos significativos en la evolución de la labor voluntaria. En estas no había tiempo de llevar al herido a un hospital que no fuera el mismo que se improvisaba por los soldados. En efecto, eran pocos los médicos que podían dejar los hospitales en la ciudad, así que se convocaba a voluntarios para cubrir estos acontecimientos. Asimismo, esta situación de conflicto bélico proporciona otro hecho trascendental que fue un punto de inflexión en el voluntariado en el mundo que se presenta en la segunda mitad del siglo XIX (24 de junio de 1859) en Solferino, al norte de Italia, lugar en el cual se libra una batalla entre franceses e italianos contra los austríacos que ocupaban el país. Este enfrentamiento causó en pocas horas cuarenta mil víctimas entre muertos y heridos. Los servicios sanitarios del ejército eran insuficientes para curarlos y morían en él abandono y el dolor; acontecimientos presenciados por el ciudadano suizo Henry Dunant, quien con ayuda de los habitantes de algunas localidades vecinas atendieron a los soldados sin ning ún t ip o d e discriminación. Es a partir de estas vicisitudes que se inicia con la conformación de lo que
hoy se conoce como la Cruz roja. Anteriormente, el trabajo del voluntario era mucho más libre. Sin duda, no había ninguna condición en efectuar ese tipo de actividades más que la de que acoplarse a un grupo de sujetos que haga algo por la comunidad que lo necesitara. A partir del siglo pasado, las instituciones internacionales comienzan a ser sutilmente precisas con sus voluntarios, buscando garantizar que todos ayuden en los espacios donde tienen capacidad para llevarlo a cabo. En nuestros días, estos gremios optimizan el apoyo en el mundo al que lo necesita, sin recibir un beneficio económico; por el contrario, buscan la seguridad de las personas en tiempos de fragilidad.
Historiales de las tareas voluntarias y el voluntariado en México
Numerosos investigadores indican que existen referencias de actividad solidaria y voluntaria en las raíces prehispánicas del pueblo mexicano; no obstante, en realidad tienen poco parecido con lo que se conoce en la actualidad como instituciones sin fines de lucro. En las escuelas de la sociedad azteca, el tepochcalli y el calmecac, se instruía a los jóvenes a servir a la comunidad y ayudar en actividades de las escuelas y templos. Verduzco (2003) en este punto señala que; “Algunas costumbres como el tequio, por ejemplo, pasaron a la colonia a través de trabajo o labor que los españoles imponían a los indios en forma de tributo”. La información que se tiene sobre las acciones caritativas de la época de la Colonia es escasa y de orden general. Se apunta que la Iglesia católica, mediante sus distintas órdenes religiosas, enseñaban la caridad
VOLUNTARIADO de manera significativa. A partir del periodo colonial en nuestro país aparecen instancias sociales importadas de Europa por medio de las cuales se establecieron las bases políticas y benéficas que habrían de prevalecer durante los siglos siguientes. Partiendo de los supuestos anteriores, el origen del voluntariado en México se inicia de forma más estructurada en el sanatorio de Jesús, fundado en 1524 por Hernán Cortés y conocido así el hospital del Marqués en la Nueva España; bajo el argumento de misericordia al prójimo. Años más tarde, en México el voluntariado sigue vinculado a valores y creencias religiosas de ayuda al desprovisto; al mismo tiempo se caracteriza por ser mayoritariamente femenino. Derivado de esto, en el supuesto benéfico actual, incluso prevalece la idea de las “Damas Voluntarias” que son mujeres de los sectores acomodados quienes, alrededor de organizaciones humanitarias, se dedican a la caridad y a la asistencia hacia los pobres. En seguimiento de esta actividad Carmen García González, esposa del presidente Emilio Portes Gil, fue la precursora de la acción social en México, operando a partir de la igualdad humana, para proveer servicios, resguardo y apoyo a favor del desprotegido. A petición de los médicos Aquilino Villanueva e Isidro Espinosa de los Reyes, el 24 de enero de 1929, en el Castillo de Chapultepec, se creó la Asociación Nacional de Protección a la Infancia. La ANPI es el embrión de lo que hoy se nombra sistema nacional para el desarrollo Integral de la familia (DIF). En la época cardenista se concibieron ciertos cambios, entre los que enfatizan, dejar de considerar a la beneficencia en el rubro de la caridad para pasar a ser un compromiso del Estado. Derivado de esto se creó la Secretaría de la Asistencia Pública. Esto permitió el desarrollo de programas e instituciones para apoyo a los sectores desamparados de la población mediante proyectos educativos que designa a las Casas de Estudiantes en el aprendizaje de oficios que resultaron fundamentales, al igual, misiones médicas, culturales y deportivas; simultáneamente, se sentaron las bases legales en la reglamentación para la participación de la iniciativa privada en acciones de ayuda. En ese periodo la primera dama es la representante del movimiento altruista, lo que se convirtió en una tradición de la política nacional.
Al examinar la colaboración de hombres y mujeres en el perfil de las organizaciones no gubernamentales, es interesante observar el crecimiento cuantioso de personas interesadas en brindar apoyo hacía los vulnerables. Las estadísticas realizadas por el INEGI en este rubro de participación solidaria han aumentado el interés en los jóvenes. En 2016, el 58.3% de las personas que colaboraron en las actividades de las instituciones sin fines de lucro fueron trabajadores voluntarios. De cada 100 mexicanos con edades de 15 y más años, dos participan en alguna asociación no gubernamental del país.
Voluntariado en organizaciones no gubernamentales
Acerca de la conformación de estos grupos, en años recientes en la carta de las naciones unidas, describe que una organización no gubernamental (ONG) es “cualquier grupo de ciudadanos voluntarios sin ánimo de lucro que nace en el ámbito local, nacional o internacional, de naturaleza altruista y dirigida por personas con un interés común”. El documento refiere que son “organizaciones cuya constitución no sea consecuencia de un tratado internacional”. Estas asociaciones se consideran independientes de las instituciones y poderes públicos y llevan a cabo servicios humanitarios con claros objetivos de beneficio social. No es difícil averiguar qué significa la expresión ONG, sin embargo, cabe preguntarse sobre el origen de estas entidades. Dentro de este marco del desarrollo y evolución de las instituciones que en Europa empezó a ser significativo a partir del siglo XIX, se inició con la profesionalización y es donde florecen organismos civiles que prestan asistencia en situaciones de emergencia. En este sentido se puede elaborar un recorrido hasta el inicio de ciertas “entidades” y hay que remontarse a la edad media, cuando ni existían, y menos siquiera se contemplaban como una realidad. Los precursores de las organizaciones son grupos religiosos con fines caritativos, hospitalarios o de acogida. Esto da como fruto a algunas de las ONG más importantes que se conocen, entre las que se encuentra Cáritas, organización que nació como medio de acción caritativa de la Iglesia Católica. Con el paso de los días, agrupaciones al margen de ésta irán surgiendo para dar respuesta a las problemáticas de la época. Éstas se sitúan alrededor de los movimientos sociales del tiempo; y aparecen para dar solución a los conflictos a través de la movilización. Resumiendo, se puede vislumbrar, por lo tanto, que la ayuda humanitaria existe desde los inicios de la sociedad, ya que el ser humano por naturaleza busca salvaguardar al más débil, en especial en momentos de adversidad o miseria; y es en este momento cuando nos podemos dar cuenta de que, invariablemente, hay quien esté dispuesto a auxiliar sin que exista una entidad de por medio; es decir, la voluntad siempre está presente. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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DESAFÍOS PARA LA SALUD RENAL
A
pesar de la creciente carga de enfermedades renales en todo el mundo, la disparidad y la inequidad en la salud de los riñones siguen siendo recurrentes. A menudo, surgen de las condiciones sociales en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluidas la pobreza, la discriminación de género, la falta de educación, los riesgos laborales y la contaminación, entre otros. El estudio publicado por Kurella-Tamura ha contribuido al cambio de paradigma de la última década, al demostrar que se sobrevive con un nivel de vida que no sirve al individuo por su pésima calidad. Este hecho hace que se empiece a replantear algunas cuestiones, al considerar que se puede estar perdiendo la orientación y el sentido que tienen las terapias de sustitución como es la Hemodiálisis o Diálisis Peritoneal. El trasplante se considera el tratamiento más rentable de la ERC. Sin embargo, tiene altos costos de configuración con respecto a la infraestructura y requiere equipos altamente especializados, disponibilidad de donantes de órganos y no se puede hacer sin un respaldo de diálisis. Los requisitos de infraestructura física y legal y el sesgo cultural contra la donación de órganos a menudo presentan barreras en muchos países, por lo que la diálisis es la opción predeterminada. Sin embargo, aunque las políticas y estrategias nacionales para las enfermedades no transmisibles (ENT) en general están presentes en muchos países, a menudo faltan políticas específicas dirigidas a la detección, prevención y tratamiento de las enfermedades renales. En cuanto a equidad, no todos los mexicanos tienen igualdad de oportunidad para acceder al tipo de servicios que en realidad necesitan de acuerdo con su condición de salud, a pesar de que el Artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos estipula que “toda persona tiene derecho a la protección de su salud”. Sin embargo, esto dista bastante de ser una realidad, ya que las personas sin seguridad social no cuentan con herramientas suficientes para hacer frente a los costos de la enfermedad por sus tratamientos, además de la dieta y demás aristas de la enfermedad. En el siglo pasado los avances en el diagnóstico y tratamiento de bastantes enfermedades llevaron a mar-
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ginar al pronóstico como una competencia básica, dando un mayor protagonismo sólo a la curación; por lo tanto, es un desafío la inclusión de este tema en la discusión actual. Entre los factores pro nósticos más relevantes a considerar tenemos la edad, estimación de sobrevivencia, velocidad de la función renal, auto aceptación del paciente, funcionalidad, estado nutricional, deterioro cognitivo, comorbilidad y sintomatología. Es por ello que, en la última década es importante dar relevancia a la estimación pronóstica, por lo que a continuación se exponen los beneficios ante la ERC: Adecuada selección: identificar lo antes posible a los pacientes que son mejores candidatos para un tratamiento sustitutivo o conservador, ya que ayuda a que mejore la calidad de vida. En varios países la ejecución de este punto permite acceder a una serie de recursos que pueden facilitar la dinámica familiar en el transcurso de la enfermedad. Ayuda a establecer objetivos en los cuidados y el mejor lugar para ello, identificando el contexto del paciente. Facilita la toma de decisiones en torno a la enfermedad y su propia evolución. El paciente y familiar tiene información suficiente para saber lo que pueda venir, esto da tiempo a la acción oportuna.
Lo que pedimos
Todos los estudios nos alertan sobre la alta y creciente carga de enfermedades renales en todo el mundo, y la necesidad de estrategias para la prevención y el tratamiento de las enfermedades renales. El objetivo final de una política de cobertura universal de salud es promover la salud de la población garantizando un acceso universal, sostenible y equitativo a la atención médica esencial de alta calidad, protegiendo a las personas del empobrecimiento de la salud y mejorando la equidad en la salud en todos los grupos socioeconómicos. Es por eso que la Academia Nacional de Medicina (ANM), como órgano consultivo del Gobierno Federal, apuesta a la innovación y al cambio de las estructuras
Y en México, nos unimos al proyecto de la WKD con estos puntos: - Definición de un modelo de detección temprana de la ERC. - Diseño del modelo de intervención médica protocolizada con base en las mejores prácticas de guías clínicas. - Diseño de un modelo de intervención para el combate a las comorbilidades más impactantes, como son la obesidad mórbida y el daño microvascular. - Diseño de una política integral para pacientes en necesidad de tratamiento sustitutivo con diálisis peritoneal y/o hemodiálisis (etapas 4 y 5). - Desarrollo de un modelo integral de trasplantes y procuración de órganos de personas fallecidas. - Diseño de lineamientos para el manejo protocolizado de la inmunosupresión. - Diseño y desarrollo de un modelo de promoción y educación para la salud dirigido a poblaciones en riesgo de desarrollar ERC. - Desarrollo de un sistema experto de información digital para acopio, registro, manejo, seguimiento y análisis de toda la información generada por las distintas acciones que contemple la digitalización.
Salud Renal Integral Camilo de Lellis A.C.
CONTACTO:
PROMOCIÓN
institucionales de la salud para fortalecerlas por medio de recomendar nuevos modelos de gestión, operación y financiación que resuelvan la problemática. Específicamente, WKD hace un llamado a todos para abogar por medidas concretas en cada país para mejorar el cuidado de los riñones: Fomentar y adoptar estilos de vida saludables (acceso a agua limpia, ejercicio, dieta saludable, control del tabaco). Que la detección de enfermedades renales sea una intervención de atención médica primaria. La detección de individuos de alto riesgo y el diagnóstico y tratamiento tempranos son rentables para prevenir o retrasar las enfermedades renales en etapa terminal. Asegurar que los pacientes renales reciban los servicios de salud básicos que necesitan para retrasar la progresión de la enfermedad sin sufrir dificultades financieras. Solicitar políticas transparentes que rijan el acceso equitativo y sostenible a servicios avanzados de atención médica (por ejemplo, diálisis y trasplante) y mejor protección financiera (por ejemplo, subsidios) a medida que haya más recursos disponibles. Romper las barreras socioeconómicas y ampliar el acceso a servicios integrales para satisfacer las necesidades de la población es esencial para garantizar un cuidado renal equitativo y aumentar la calidad.
Venezuela 781-A - Colonia Moderna Guadalajara, Jalisco Tel (33) 3810-2054 Horario de lunes a viernes de 8:00 a 14:00 hrs
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¡Únase a nuestro llamado en pro de la salud del riñón para todos en todo lugar! SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019
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El número 102
DIPLOMADOS Y EVENTOS
(Noviembre - Diciembre 2019) de la Revista
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Vida y Salud será dedicado a
“Emociones
y Salud”
Suscripciones secretaria@camilos.org.mx para enviarse por vía electrónica
El equipo de Redacción de la Revista y el Centro San Camilo A.C., expresan su más sentido agradecimiento a los bienhechores y patrocinadores: Ignacio y Marina Jiménez Ma. Eugenia Villaseñor M. Q.D.E.P
Tequila San Matías Mónica Gómez Flores Antonio Salles Ramírez Fundación Stella Vega, A.C. Comercializadora Laser Atlética S.A de C.V ¡QUE EL SEÑOR LES PAGUE!
RELIGIOSOS CAMILOS AL SERVICIO DE LOS ENFERMOS Religiosos de la Orden de San Camilo Somos religiosos unidos por el mismo ideal: servir a los enfermos y a los que sufren.
Para jóvenes varones, solteros, de 17 a 29 años ¡Quieres descubrir tu vocación? ¡Estás interesado en un acompañamiento vocacional? Religiosos Camilos Guadalajara, Jal. Tel. 33-3640-4090 sancamilo@prodigy.net.mx www.camilos.org.mx ENERO- FEBRERO 2018
San Camilo nació en Italia en 1550, se convirtió a los 25 años, consagró su vida atendiendo a los enfermos más pobres y desasistidos, fundó en 1582 la Orden de los Ministros de los Enfermos (Religiosos Camilos). Eligió como distintivo la cruz roja. La intuición de San Camilo fue fundar una “compañía de hombres piadosos y de bien que, no por dinero, sino voluntariamente y por amor a Dios, sirvieran a los enfermos con aquel
amor y cariño de una madre hacia su hijo único enfermo”. Elaboró las reglas para servir con esmero y toda perfección a los enfermos. Adoptó nuevos medios para mejor servir al enfermo. Creó un modo original de estar frente a Dios. Inspirado en el Evangelio de San Mateo: ‘Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron’.
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34 SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2019 Se expiden recibos deducibles de impuestos. Tel. (33) 3640-4090 / sancamilo@prodigy.net.mx / http://www.camilos.org.mx San Camilo de Lelis