Los maestros del niño Jesús

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Los Maestros del niño Jesús Marcel Arvea Damián

MATERIALES DE ESTUDIO DE LOS CÍRCULOS DE INVESTIGACIÓN


Los maestros del niño Jesús Marcel Arvea Damián

I

En todo el Nuevo Testamento no existe registro o referencia alguna de la educación, enseñanza o instrucción del niño Jesús. Este silencio bíblico respecto a la formación y educación del Maestro en su identidad judía devino finalmente en dogma religioso. Lo cierto es que gracias a muchos episodios y pasajes de los Evangelios es posible asegurar, con mucha certidumbre, que Jesús adulto sabía leer y escribir, que su lengua materna era el arameo y hablaba además hebreo y griego, quizá latín... El Evangelio de Juan en algún momento menciona que Jesús escribió con su dedo en la tierra… Los cuatro evangelistas refieren que leía la Torah; es decir, sin duda sabía leer y escribir; lo intrigante es que ningún Evangelio bíblico ofrece datos sobre su instrucción o sobre sus maestros. Este hecho es muy relevante porque Jesús, siendo Rabbí (maestro), debió ser adoctrinado por otro Rabbí, conforme a la Torah y en apego a la tradición judía… El silencio de los Evangelios bíblicos es inexplicable precisamente porque el judaísmo es, en esencia, Torah… y Torah es enseñanza antes que Ley… Torah es educación, enseñanza, aprendizaje… Vida. Verdaderamente es desconcertante que los Evangelios bíblicos nada digan de la educación del niño Jesús… ¿Quiénes fueron sus maestros? ¿Qué y cómo le enseñaron? ¿Quién le enseñó a leer y escribir? Quizá este silencio bíblico de la educación del niño tenga que ver con lo que pensaba el propio Jesús respecto al magisterio (Mt.23.8) (Jn.15.16): “Sólo hay un maestro” —dice Jesús—; y aclara que fue precisamente él quien eligió discípulos y no al revés, pues en la cultura judía es el Rabbí quien elige sus alumnos… Sólo hay un Maestro, y por ello pide a sus discípulos principalmente amarse, ser hermanos y humildes… Con todo, existen referencias históricas confiables para afirmar que Jesús vivió y se educó en los preceptos de la escuela de Hillel; el niño Jesús fue instruido en la Torah de acuerdo a los preceptos de dicha corriente rabínica. Jesús vivió y se educó cuando en Palestina existía un gran debate religioso entre la escuela de Shamai y la escuela de Hillel. Por las acciones y palabras de Jesús podemos deducir que pertenecía a la escuela rabínica de Hillel, contraria a los escribas y fariseos de Shamai, quienes finalmente organizaron el complot de su captura, tortura y asesinato. Situación semejante puede observarse en relación a la comunidad esenia, pues hechos y palabras registrados en los Evangelios hacen suponer que Jesús pertenecía a dicha comunidad religiosa y política. Lo cierto es que la vida comunitaria esenia y las enseñanzas de Hillel son hipótesis que emanan de un cuerpo doctrinario (léase…. pedagogías, contenidos de aprendizaje, reproducción cultural) y de maestros que enseñaron dichas doctrinas (léase… ideas, teorías, prácticas). El vacío de los Evangelios se extiende sobre gran parte de la infancia del niño Jesús; luego del exilio en Egipto aparece de pronto con doce años, en el Templo de Jerusalem, dialogando y disertando con maestros y doctores de la Ley. El suceso es memorable por el comportamiento desconcertante del niño, por el reclamo de su madre y por la respuesta de Jesús…. Luego de ello, los Evangelios bíblicos sólo dicen que el niño “creció en sabiduría” y “gracia”, obediente “en todo” a su madre y padre… Nada dicen de sus maestros, ni de su aprendizaje, ni de su educación...


II

Con todo, la tradición cristiana ha conservado 5 textos antiguos relativos a la infancia y educación del niño Jesús. Estos textos pertenecen a un grupo de documentos históricos denominados “Evangelios apócrifos” (ocultos). Cinco de estos textos aluden a la educación del niño Jesús y a sus maestros. Los textos apócrifos relativos a los maestros se presentan con cierta regularidad y coincidencia descriptiva; por ejemplo, el maestro Zaqueo es mencionado en cinco libros distintos, el “maestro muerto” en cuatro (Anónimo I) y el “buen maestro” en tres (Anónimo II). Así, para el interés de quienes quisieran conocer las historias de estos Evangelios apócrifos relativos a la educación y los maestros del niño Jesús, ofrezco un apartado de análisis que integra los pasajes de los 5 Evangelios apócrifos que describen al niño Jesús como aprendiz de la letra (alfabetización), de la doctrina (Ley) y de un oficio (trabajo). Conviene decir previamente que los Evangelios apócrifos utilizados para este propósito fueron escritos en diferentes lugares, momentos y lenguas. 1. (ESM) Evangelio del Seudo Mateo. Mateo Siglo VI. Versión latina del protoevangelio de Santiago. 2. (RISTFI) Relato de la infancia del Señor por Tomás filósofo israelita israelita. Siglo II. Escrito griego también denominado “Evangelio de Santo Tomás”. 3. (HIJSST) Historia de la infancia de Jesús según Santo Tomás. Tomás Siglo VI. Escrito latino. 4. (HIJSST) Evangelio árabe de la infancia. infancia Siglo V. Escrito árabe traducido al siriaco. 5. (EAI.) Evangelio armenio de la infancia. infancia Siglo XII. Escrito siriaco traducido al armenio.

Estos 5 Evangelios apócrifos, cada uno por separado, describen el intento de 6 distintos maestros por alfabetizar, adoctrinar e instruir al niño Jesús. Los textos ofrecen pintorescas e interesantes historias y sucesos respecto a los distintos maestros que tuvo Jesús en su infancia. Evidentemente fantasía y realidad están mezcladas en los textos; sin embargo, es conmovedor descubrir que ningún maestro pudo conservar a Jesús como discípulo por más de un día; tanto era el saber del niño —dicen los textos—, que sus maestros nada podían enseñarle y sí, en cambio, mucho tenían que aprender de él… Casi todos los maestros que tuvo el niño se declararon discípulos; todos le reconocieron Maestro… incluso dicen: “maestro de maestros”; es decir, siendo niño ya era formador docente... Maestro de maestros y Maestro del pueblo. El Evangelio armenio registró el deseo expreso de Jesús, cuando apenas tenía “nueve años dos meses”, meses” de ser “profesor de niños.” La temática relativa a los maestros del niño Jesús en estos 5 textos apócrifos podría ser dividida en dos grandes grupos. El primero correspondiente al interés que María y José tenían, pero también los maestros y la comunidad, para que Jesús fuese instruido en las letras y en la Ley; es decir, por alfabetizarlo y enseñarle la instrucción y doctrina religiosa. Y un segundo grupo, correspondiente al aprendizaje de oficios, educación tardía y sugerida por el maestro Gamaliel luego de reconocer que nada ni nadie podría enseñarle al niño. Considerando los elementos y datos que aportan los mismos Evangelios apócrifos, es posible ubicar con precisión la edad de Jesús y su maestro correspondiente. • • • • • •

Zaqueo o Zaquías, Zaquías cuando Jesús tenía cinco años de edad. Leví, Leví entre 5 y 8 años (probablemente 5 ó 6 años). (Solamente en ESM) ESM Anónimo I (Maestro muerto). 8 años. Anónimo II (Buen maestro). 8 años. Gamaliel. Gamaliel 7 años. (Solamente en EAI) EAI Israel. Israel 9 años y medio. (Solamente en EAI) EAI 3


De acuerdo a estos Evangelios apócrifos, el niño Jesús tuvo seis maestros; cinco maestros de escuela y un sexto maestro de oficio. Cada maestro atendió a Jesús en diferentes momentos de su vida; el tiempo de aprendizaje e instrucción abarca poco más de cuatro años de la vida del niño Jesús. De acuerdo a los textos evangélicos, tanto canónicos como apócrifos, Jesús tuvo desde muy pequeño una inteligencia excepcional y admirada por quienes fueron testigos de ella. Por increíble que parezca, los Evangelios apócrifos describen a Jesús además como un niño muy travieso, sensible, juguetón y desconcertante… Todo indica y sugiere que el niño crecía en libertad absoluta aprendiendo a controlar y regular por sí mismo el gran poder que le había sido asignado. Los textos apócrifos describen muchas situaciones y momentos curiosos y conmovedores del niño Jesús. Como alumno, a pesar de su corta edad, el niño Jesús fue siempre consecuente con sus maestros aunque les confrontó muy severamente cuando fueron autoritarios y soberbios; se comportó generoso con el maestro bueno y benévolo con el maestro que aprendió de sus errores. … Sólo con el maestro violento fue violento… y luego, por la acción del maestro bueno, graciosa y generosamente benevolente… Pero ante todo, como alumno, el niño Jesús fue el ser de la palabra y el conocimiento, del cuestionamiento y el deseo incesante de aprender y enseñar… de educar y educarse. A pesar de las exageraciones y fantasías de los Evangelios apócrifos, en ellos pueden distinguirse con exquisita claridad las cualidades y necesidades intrínsecas de niñas y niños en tanto alumnas y alumnos... Quiero decir; quizá reconociendo estas necesidades y cualidades en el niño Jesús, como aprendiz, podamos distinguirlas también en cada niña y niño que enseñamos… • • • • • • • •

Jesús alumno no acepta la violencia al educarse. Jesús alumno no admite autoritarismo e intolerancia en la enseñanza. Jesús alumno es respetuoso y benevolente con sus maestros. Jesús alumno posee conocimientos previos que enriquecen el proceso educativo. Jesús alumno exige ser tratado con mucha dulzura. Jesús alumno es un formador docente Jesús alumno es centro de la acción humana y educativa Jesús alumno expresa una vocación que debe ser respetada.

III

Los maestros del niño Jesús Zaqueo (Zaquías) Cuando el niño Jesús tuvo cinco años de edad, fue solicitado a José por el maestro Zaqueo (Zaquías), un maestro de escuela y doctor de la Ley de la ciudad de Jerusalem. La descripción de hechos es la siguiente: Un niño corriendo golpea accidentalmente a Jesús por la espalda y caen al suelo. Encolerizado, se levanta, maldice al niño y con el poder de su palabra lo mata en el acto para resucitarlo momentos después... José reprende y amonesta a Jesús por la travesura, incluso le jala una oreja, pero el niño responde a su padre de manera muy prudente y sensata. Entretanto, un maestro de la Ley de nombre Zaqueo escuchó la argumentación del niño y le increpa a José la necesidad de atenderle en su educación, pidiéndole que lo lleve a su escuela para instruirle en “las 4


ciencias humanas y en la religión.” (ESM. XXX-1) (RISTFI.VI-2) Pero José muy desconcertado por las travesuras del niño le responde al maestro Zaqueo: “Nadie puede enseñarle sino Dios ¿Crees que este niño es como los demás?” (HIJSST.VI-5) El niño escucha el reclamo insistente de Zaqueo a su padre y pide que ahí mismo le sean enseñadas las letras: Zaqueo entonces escribe el alefato hebreo a los ojos del niño y le “ordena: di Aleph, y Jesús dijo: Aleph. El maestro continuó: di Beth.” Y Jesús respondió: “Explícame primero el término Aleph, y entonces te diré Beth.” (HIJSST.XLVIII-1) El maestro dijo ignorar la respuesta y el niño entonces reclama: “Los que no saben explicar Aleph y Beth ¿Cómo enseñan…? Hipócritas, enseñad, ante todo, lo que es Aleph, y os creeré sobre Beth. Y al oír esto el maestro quiso pegarle.” (HIJSST.XLVIII-1) “Tú, que no conoces la naturaleza de Alpha ¿Cómo quieres enseñar a los demás la Beta?”. Beta?”. (RISTFI.VI-3) “Conviene que yo te instruya a ti, y no tú a mí”, mí” le dijo el niño al maestro. (HIJSST.VI-22) El niño continuó enseñando a su maestro: “Escucha doctor y comprende la primera letra: nota que tiene dos trazos que se unen, se separan y engruesan, y que son el símbolo de la permanencia, de la dispersión y de la variedad.” (HIJSST.VI-26,27) El maestro Zaqueo se espantó de la respuesta y se sintió ridiculizado por el niño Jesús… “En verdad que esta criatura es capaz de quemar el fuego mismo.” (HIJSST.XLVIII-3) Los fariseos allí reunidos no salían de su asombro: “Jamás oímos a un niño tan pequeño pronunciar tales palabras,” (ESM.XXX-3) Jesús concluye su discurso sobre las letras del alefato: “entre las letras, unas son rectas, otras desviadas, otras redondas, otras marcadas con puntos, otras desprovistas de ellos. Y hay que saber por qué cierta letra no precede a las otras; por qué la primera primera letra tiene ángulos; por qué sus lados son adherentes, puntiagudos, recogidos, extensos, complicados, sencillos, cuadrados, inclinados, dobles o reunidos en grupo ternario; por qué los vértices quedan desviados y ocultos. En suma; se puso a explicar cosas que el maestro no había oído, ni leído en ningún libro.” (HIJSST.XLVIII-2)

Asombrado y sin poder responder, Zaqueo escuchaba consejos de la gente cuando de pronto Jesús echó a reír, a maldecir y herir de enfermedad a las personas que allí estaban; luego, al terminar de hablar, les restableció su salud. (RISTFI.VIII-2) Zaqueo pidió entonces a José que se llevara al niño a casa “porque es un maestro, un Señor o un ángel.” (HIJSST.VI-38) Mirando a José terminó diciéndole: “Me has traído un niño para que que lo instruya en calidad de discípulo, y se me ha revelado como maestro de maestros.” (HIJSST.XLVIII-3)

Leví Por consejo de Zaqueo, José llevó a Jesús con otro maestro de escuela de nombre Leví. Este maestro era un doctor de la Ley y un maestro más instruido y preparado que Zaqueo. Así, fue Jesús muy alegre a la escuela de la mano de José y entregado al “viejo” Leví, quien en la primera lección le pidió repetirle el nombre de la letra Aleph. Jesús, sin embargo, se mantuvo en silencio y el maestro enfurecido “cogió una vara y le golpeó en la cabeza.” (ESM.XXXI-1) Jesús le respondió entonces: “Sabe, en verdad, que el que es golpeado instruye al que le pega, en vez de ser instruido por él.” (ESM.XXXI-2) Y Jesús, mirando al maestro, dice: “Toda letra, desde la Aleph a la Thau, se distingue por su disposición. Di primero lo que es Aleph y te creeré cuando me digas Beth”(…) “Diga el Maestro de la Ley lo que es la primera letra, o por qué tiene numerosos numerosos triángulos, graduados, agudos, etc.” (ESM.XXXI-2)

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Leví quedó estupefacto de escuchar al niño y lo despide diciendo: “Ahora que creía tener un discípulo, he encontrado un maestro…”(ESM.XXXI-3)

Anónimo I Cuando Jesús tenía 8 años, gente del pueblo se acercó a María y José para pedirles que llevaran al niño Jesús a la escuela. Madre y padre siguieron la solicitud del pueblo y buscaron un nuevo maestro para el niño Jesús. José dio finalmente con un Doctor de la Ley muy severo y estricto y le pidió enseñarle “primero las letras extranjeras y luego las letras hebreas.” (HIJSST.XII-3) Tan pronto Jesús estuvo en la escuela, su maestro le mostró el alfabeto pero el niño permaneció callado a toda solicitud…. Luego de ello Jesús dijo: “Si eres verdaderamente un un maestro, y conoces bien el alfabeto, dime primero el valor de Alpha y yo te diré luego el valor de Betha.” (RISTFI.XIV-2) (ESM.XXXVIII-1) (HIJSST.XII-7) (HIJSST.XLIX.1) El maestro, irritado por la respuesta, golpeó a Jesús con la mano y en el acto cayó muerto y con la mano seca. Jesús salió de la escuela y regresó a su casa ante la alarma y preocupación de José, que temía por su vida. (HIJSST.XLIX.1) (ESM.XXXVIII-1) (RISTFI.XIV-2) (HIJSST.XII-7)

Anónimo II Muy pocos días después del evento anterior, un doctor de la Ley amigo de José pidió a Jesús como discípulo para enseñarle las letras y la Ley. José advierte a su amigo de lo sucedido pero el maestro advierte que le enseñará “tratándolo con mucha dulzura”. dulzura” (HIJSST.XIII-10) (ESM.XXXIX-1) (RISTFI.XV-1)

Jesús fue conducido a la escuela y al entrar tomó un libro que estaba en un pupitre arrinconado y comenzó a leerlo y a interpretarlo maravillosamente. El niño Jesús hablaba “como si un torrente de agua brotase de una fuente viva y mucha gente se congregó a escucharle.” (ESM.XXXIX-2)

El maestro, al escuchar al niño hablar “cayó a tierra y lo adoró”. adoró” Un gentío se congregó alrededor del niño para escucharle. José, al saber lo que allí sucedía corrió a la escuela “temiendo por la salud del profesor”, “temeroso de que el maestro muriese”, muriese” pero al verle llegar el maestro con mucho júbilo le dijo: “Hermano, yo he recibido a tu hijo para instruirlo, empero, he aquí que él está lleno de sabiduría. Llévalo a tu casa con gozo, porque la sabiduría que tiene es un don del Señor. Y oyendo Jesús hablar así a su maestro, se regocijó, y dijo: Tú ahora, maestro, has dicho la verdad. Y por ti, el que es muerto, debe resucitar.”(…) “Y en seguida el otro maestro fue curado.” (HIJSST.XIII10,11,12) ( RISTFI.XV-2) (RISTFI.XV-4) (ESM.XXX-2)

Gamaliel Cuando Jesús tenía siete años de edad, María pidió a José reconsiderar la necesidad de educar e instruir a Jesús en la palabra. José accedió favorablemente y buscó otro maestro que pudiera enseñar al niño. Así fue que decidió visitar al rey Baresu, monarca hebreo de una pequeña comarca vecina de nombre Bodosoron y que tenía fama de ser un rey justo y bueno. Al hablar con él, José le pidió ayuda para que un maestro muy afamado de la comarca, llamado Gamaliel, pudiera “educar educar” adoctrinar” educar y “adoctrinar adoctrinar a su hijo Jesús.

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El rey pidió entonces ver al niño para convencerse del encargo y llamar en firme al maestro Gamaliel. José regresó a su casa muy contento para informar a María de todo ello pero la madre no estaba segura ni convencida, pues temía por la seguridad del niño. Finalmente José convence a su esposa de la bondad y honor del rey y ambos deciden que Jesús sea llevado con el rey y Gamaliel. Fue así que José llevó a Jesús frente a Beresu. Muy pronto el rey se convenció de llamar al maestro Gamaliel para la instrucción y adoctrinamiento del niño. Al día siguiente, José llevó a Jesús con su nuevo maestro. Al entrar a la casa de Gamaliel y verle, el niño muy respetuoso se inclinó ante su maestro. Rápidamente Jesús comenzó a deliberar y discutir las enseñanzas de su maestro; las razones y argumentaciones del niño fueron muy admirables para el gran maestro Gamaliel. De este modo fue que el maestro se declaró incompetente para educar al niño y le pidió a José que lo mejor sería instruirle en algún oficio, pues todo lo que él sabía ya lo conocía el niño. Al escuchar al maestro decir ello, María y José regresaron muy tristes a su casa porque no podían encontrar un maestro para Jesús… Ya en la casa, viendo jugar al niño con las tablillas de las letras, José le preguntó: “¿Aprendiste todas las letras? Y Jesús respondió: Todo lo he aprendido, y quisiera ser profesor de niños.” (EAI.XX-7)

Israel Cuando Jesús tenía nueve años y dos meses de edad, su familia llegó a la villa de Tiberíades. Tan pronto llegaron a la villa se detuvieron a descansar a la puerta del taller de un afamado tintorero de nombre Israel, quien muy amablemente les acogió y hospedó en su casa. Muy pronto Israel solicitó a José le permitiera enseñar el oficio de tintorero a su hijo. María y José accedieron y el niño fue entregado a Israel para ser instruido en el arte de teñir telas. Tan pronto Israel conoció a Jesús, le dice que le enseñará todo lo que necesita conocer para el oficio de teñir telas; pero lo primero que le pide es cuidar del taller hasta su regreso. Israel se va y Jesús por su propia decisión mete todos los listones y telas en una cubeta con tinta azul. Luego de ello, salió del taller para jugar en la calle con otros niños de la villa. Al pasar por allí, José y María, cada quien por separado, le increparon a Jesús estar jugando cuando el Maestro le había dejado obligaciones, pero Jesús respondió que todo había sido hecho satisfactoriamente y nada tenían que preguntar... Al regresar al taller, el maestro Israel se percató que todas las telas y listones habían sido colocadas por el niño en la bandeja de tintura azul. Encolerizado, el maestro gritaba y no dejaba de lamentarse de su desgracia, persiguió al niño que huyó corriendo para salvarse de las agresiones de su maestro. Así, el maestro le persiguió hasta que Jesús pudo escapar caminando por las aguas del Mar de Genezaret. Al llegar al taller y revisar su mercancía, el maestro desconsolado se percató que telas y listones salían de la cubeta conforme a los colores registrados en la lista de encargos y clientes que él mismo había elaborado… Confundido y desconcertado por el milagro, arrepentido de su actuar, regresó a la playa buscando a Jesús para pedirle perdón. Mientras lloraba triste, arrepentido y en gran consternación, el niño Jesús se le aparece y despide a su maestro con estas hermosas palabras: “Bendito seas, tú y lo que hay en tu casa” (…) “Ve en paz y que que el Señor permanezca contigo” (EAI.XXI-19)

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Consulta Bibliográfica El Nuevo Testamento Original. Versión y traducción de Hugo Schnofield. Roca. 1990. Evangelios Apócrifos. Traducción anónima. Grupo Libro Madrid. 1992, Evangelios Apócrifos. Colección Jorge Luis Borges. 1997. Evangelios Apócrifos. Traducción Edmundo González Blanco. CONACULTA. 2010. Sagrada Biblia. Versión Reyna Valera. 1960.

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Evangelio Evangelio del Seudo Mateo (ESM) (Versión latina del protoevangelio de Santiago). Escrito en Latín. Siglo VI. Cap. III.

Evangelio de Santo Tomás o “Relato de la infancia del Señor por Tomás filósofo israelita.” (RISTFI.) Finales del sigo II. Escrito en griego. Cap. VI,VII,VIII, XIV, XV

1er maestro (Zaqueo-Zaquías)

2do maestro (Leví)

3er maestro (Anónimo I)

4º maestro (Anónimo II)

Zaquías, maestro de la ley, solicita a José le permita educar a Jesús en las “ciencias humanas y en la religión.” (ESM. XXX-1) Jesús, de cinco años, años escucha la solicitud y reclamo de Zaquías a su padre y le ridiculiza con su respuesta. Los fariseos dicen entre sí: “jamás oímos a un niño tan pequeño pronunciar tales palabras,” (ESM.XXX-3)

Jesús, por consejo de Zaquías, fue confiado al Doctor Leví, quien le enseñaría las letras y lo instruiría. Jesús es conducido a la escuela y entregado al “viejo” Leví, quien le pide a Jesús que repita el nombre de la letra Aleph. Jesús guarda silencio y el maestro se enfurece y lo golpea con una vara en la cabeza. (ESM.XXXI-1) Jesús responde: “El que es golpeado instruye al que le pega” (ESM.XXXI-2). Jesús desafía al maestro: “Diga “Diga el Maestro de la Ley lo que es la primera letra, o por qué tiene numerosos triángulos, graduados, agudos, etc.” (ESM.XXXI-2) Leví quedó muy asombrado de escuchar todo esto y deja en ese momento de ser su maestro.

El pueblo solicita a José y María llevar a Jesús a la escuela. Lo llevaron con un maestro intransigente y autoritario que imperiosamente solicitaba respuestas al niño. “Dí Alpha. Pero Jesús le contesto: Dime primero que es Beth, y te diré qué es Alpha”. Alpha” El maestro irritado, golpeó a Jesús y en el acto el maestro cayó muerto. (ESM.XXXVIII-1)

Nuevamente José y María llevan a Jesús a la escuela para ser instruido con “dulzura” por otro maestro. (ESM.XXXIX-1) Al llegar a la escuela Jesús toma un libro de un pupitre y comienza a leerlo y a interpretarlo. Jesús hablaba “como si un torrente de agua brotase de una fuente viva” y mucha gente se congregó a escucharle. (ESM.XXXIX-2) El maestro “cayó a tierra y lo adoró”. adoró” José, al saber lo que sucedía, corrió a la escuela “temeroso de que el maestro muriese” muriese” pero al verle le dijo: “No me has dado un discípulo sino un maestro.”(ESM.XXX-2) maestro.”

2do. Maestro (Anónimo I) José lleva a Jesús con un segundo maestro. El maestro le dice a José que primero le enseñará las letras griegas y luego las hebreas. El maestro procedió a mostrarle el alfabeto pero Jesús permaneció callado… Luego de ello le dijo: “Si eres verdaderamente un maestro, y conoces bien el alfabeto, alfabeto, dime primero el valor de Alpha y yo te diré luego el valor de Betha.” Betha El maestro, irritado por ser

3er. Maestro (Anónimo II) Luego de algún tiempo, un maestro de escuela y amigo de José, solicita a Jesús quien con “dulzura” le enseñaría las letras. (RISTFI.XV-1) Al llegar a la escuela tomó un libro de un pupitre y comenzó a leerlo y a enseñar respecto a la Ley. Mucha gente se congregó para escuchar al niño. Al saber ello, José corre a la escuela “temiendo por la salud del profesor”. Al llegar a la escuela, el maestro le dice a José: “Yo he tomado al niño

1er. Maestro (Zaqueo) Zaqueo solicita a José le permita instruir a su hijo Jesús en las letras y las ciencias. (RISTFI.VI-2) El maestro le muestra al niño todas las letras, pero Jesús mirando a Zaqueo le dice: “Tú, que no conoces la naturaleza de Alpha ¿Cómo ¿Cómo quieres enseñar a los demás la Beta?” (RISTFI.VI-3) Luego discutió con el maestro respecto a las letras. Así, el

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5º maestro (Gamaliel)

6º maestro (Israel)


Historia de la infancia de Jesús según Santo Tomás. (HIJSST.) Escrito en Latín. Siglo VI. Capítulo VI,XII,XIII.

maestro se sintió ridiculizado por el saber del niño. Al final, mientras el maestro recibía consejos respecto al niño, éste comenzó a reír y los maldijo y “les hirió de enfermedad”. Al terminar sus palabras, les restableció su salud.( RISTFI.VIII-2)

confrontado en su autoridad, golpeó al niño y en el acto cayó muerto. (RISTFI.XIV-2)

por discípulo, pero está lleno de sabiduría y de gracia.”( gracia.” RISTFI.XV-3) Al escuchar las palabras de su maestro Jesús dijo: “Has hablado bien, y has dado buen testimonio, sea por tu causa curado quien fue herido. Y en seguida el otro maestro fue curado.” (RISTFI.XV-4)

1er maestro (Zaqueo) Zaqueo escucha un diálogo entre Jesús y José y le pide al padre del niño que le permita instruir a su hijo en el aprendizaje de las letras. José le responde: “Nadie puede enseñarle sino Dios ¿Crees que este niño es es como los demás?” (HIJSST.VI-5) La discusión es escuchada por Jesús, quien le responde al maestro de modo contundente. Pero Zaqueo insistió y Jesús fue llevado con su maestro para aprender las letras. El maestro comenzó pero Jesús le dijo: “Conviene que yo te instruya a ti, y no tú a mí.” (HIJSST.VI-22) Explicando Aleph, Jesús le dice su maestro: “Escucha doctor y comprende la primera letra: Nota que tiene dos trazos que se unen, se separan y engruesan, y que son el símbolo de la permanencia, de la dispersión dispersión y de la variedad.” (HIJSST.VI-26,27)

2do. Maestro (Doctor(Doctor-Anónimo I) Jesús tiene 8 años. José le pide al doctor que le enseñe “primero las letras extranjeras y luego las letras hebreas.” (HIJSST.XII-3) Tan pronto el maestro describe la lección es interrumpido por el niño Jesús que le dice: “Si eres verdaderamente un maestro, y sabes las letras, dime la potencia de la letra letra Alpha, y yo te diré la potencia de la letra Beta.” Al escuchar esto el maestro, encolerizado, golpeó en la cabeza al niño y en el acto murió. (HIJSST.XII7)

3er Maestro (Doctor, amigo de José. Anónimo II) Jesús tiene 8 años. A los pocos días del evento anterior, un doctor de la Ley amigo de José pidió a Jesús como discípulo para enseñarle las letras “tratándolo con mucha dulzura”. Jesús fue muy contento a la escuela y al entrar tomó un libro y comenzó a leerlo y a interpretarlo y mucha gente se reunió a escuchar al niño. José preocupado fue con el maestro quien le dijo: “Hermano, yo he recibido a tu hijo para instruirlo, empero, he aquí que él está lleno de sabiduría. Llévalo a tu casa con gozo, porque la sabiduría que tiene es un don del Señor. Y oyendo oyendo Jesús hablar así a su maestro, se regocijó, y dijo: Tú ahora, maestro, has dicho la verdad. Y por ti, el que es muerto, debe resucitar”, resucitar” refiriéndose al maestro que murió por golpearle en la cabeza. (XIII-10,11,12)

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Evangelio árabe de la infancia (HIJSST.) Lengua árabe. Texto siriaco. Siglo V. Capítulos. XLVIII ss.

Zaqueo se siente ridiculizado y pide a José se lleve al niño a su casa “porque es un maestro, un Señor o un ángel.” (HIJSST.VI38) 1er maestro. Zaqueo Zaqueo, un maestro de escuela de Jerusalem, pide a José le lleve a su hijo para instruirlo. Así, lo llevan y Zaqueo y éste escribe el alefato y le “ordena: di Aleph, y Jesús dijo: Aleph. El maestro continuó: di Beth.” Beth.” Y Jesús le interpeló: “Explícame primero el término Alaph, y entonces te diré Beth.” Entonces el maestro dijo desconocer esa explicación, a lo que el niño respondió: “Los que no saben explicar Alaph y Beth ¿Cómo enseñan? Hipócritas, enseñad, ante todo, lo que es Alaph, y os creeré sobre Beth. Y al oír esto el maestro quiso pegarle” (HIJSST.XLVIII-1) Jesús Explica: “entre las letras, unas son rectas, otras desviadas, otras redondas, otras marcadas marcadas con puntos, otras desprovistas de ellos. Y hay que saber por qué cierta letra no precede a las otras; por qué la primera letra tiene ángulos; por qué sus lados son adherentes, puntiagudos, recogidos, extensos, complicados, sencillos, cuadrados, inclinados, inclinados, dobles o reunidos en grupo ternario;

2do maestro (Anónimo I) Un segundo maestro, más hábil que Zaqueo, pidió a José la instrucción de Jesús. El niño fue llevado a la escuela y el maestro comenzó ordenándole que dijera Aleph, a lo que el niño respondió “Aleph”: “Aleph” Siguió el maestro, Dí Beth, pero Jesús cuestionó: “Dame antes la significación de Aleph, y después diré Beth,” (HIJSST.XLIX.1) Al escuchar el maestro el cuestionamiento del niño, encolerizado, golpeó con la mano y al instante se le secó y cayó muerto.

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por qué los vértices quedan desviados y ocultos. En suma; se puso a explicar cosas que el maestro no había oído, ni leído en ningún libro.” (HIJSST.XLVIII-2) El maestro se espantó de la respuesta del niño… “En verdad que esta criatura es capaz de quemar el fuego mismo” (HIJSST.XLVIII-3) Mirando a José le dijo: “Me has traído un niño para que lo instruya en calidad de discípulo, y se me ha revelado como maestro de maestros.” maestros.” (HIJSST.XLVIII-3) Evangelio armenio de la infancia. (EAI.)

Sexto maestro. Gamaliel. Siete años María le pide a José considerar que Jesús asista con un maestro para su instrucción. José accede y busca quien pueda ser maestro de Jesús. Así, visita al rey Baresu, un rey hebreo de Bodosoron y le pide se encargue de los estudios de Jesús. José le dice al rey Baresu que hay en la ciudad un doctor de mucho talento que “educa” y “adoctrina” a los niños de nombre Gamaliel. El rey pide ver al niño para convencerse y José y María debaten al respecto. Finalmente José lleva a Jesús frente a Beresu y el rey se convence de llamar a Gamaliel. Al día siguiente José llevó a Jesús

Siriaco, traducido al armenio. Siglo XII. Cap. XIX,XX,XXI

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Séptimo maestro (de oficio) Israel. Jesús tenía en este momento nueve años y medio. Jesús y su familia se desplazan a Tiberíades. Al llegar a la villa, se detuvieron a la puerta del taller de un tintorero de nombre Israel, quien les acogió y hospedó en su casa. Israel le solicita a José le permita enseñarle a Jesús el oficio de tintorero, a lo que José y Jesús acceden. Tan pronto Israel conoce a Jesús, le dice que le enseñará el oficio de teñir telas. Lo primero que le encarga el maestro Israel a Jesús es el cuidado del taller hasta regreso. Tan pronto Israel se va, Jesús tiñe de azul todas las telas.


con su maestro Gamaliel. Al entrar a la casa, el niño se inclinó ante su maestro. Deliberación entre alumno y maestro. Profundidad del pensamiento de Jesús y admiración del maestro por la sabiduría del niño. Gamaliel se declara incompetente para educar al niño y le pide a José que le instruya en el oficio de carpintero. María y José entristecieron mucho porque no había maestro que pudiera enseñar a Jesús. Al llegar a casa, viendo al niño con las tablillas de las letras, José le preguntó a Jesús: ¿Aprendiste todas las letras? Y Jesús respondió: “Todo lo he aprendido, y quisiera ser profesor de niños.” (EAI.XX-7)

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Pero el niño, sin que nadie se lo diga, se adelanta y pone todas las telas e hilos en la cubeta de la tintura azul. Luego de ello, salió a jugar con los otros niños. Tanto José como María le increpan estar jugando, pero Jesús responde que ha realizado completamente su trabajo y sólo espera a su maestro. Al regresar el maestro Israel al taller, se percata que todas las telas están en una bandeja teñidas de azul. Se lamenta de su desgracia y enfurece contra Jesús, que tiene que salir corriendo por la agresión que sufre de su maestro. Al regresar al taller, el maestro se percata que a pesar que la tintura era azul, las telas salían dispuestas de distintos colores, colores que correspondían con su trabajo por hacer… Arrepentido, se dirige a la costa donde rompe a llorar muy consternado. Jesús se le aparece y le dice a su maestro: “Bendito seas, tú y lo que hay en tu casa.” (EAI.XXI-19)


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