Introducción 1. Contexto artístico.
Mientras que un gran número de artistas de los años ochenta compartían un profundo sentimiento de decepción ante las constantes diferencias entre sexos y la carencia de una emancipación verdadera de la mujer en el arte, así como en otros aspectos de la vida; una generación de mujeres más jóvenes aprovecharon los logros que el feminismo había alcanzado y eligieron una orientación artística más jovial para explorar aspectos como el sexo y la identidad femeninas. Bárbara Kruger, por su parte, se enfrentaba con sus imágenes mordaces y provocadoras a un espectador masculino con el único propósito de convertirse en la propia conciencia de la sociedad. De esta manera, este período histórico marcado por la aparición de la escuela de política de Frankfurt, el postestructuralismo semiótico y los primeros logros socialmente visibles del feminismo, como el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sus funciones reproductoras, definió el panorama cultural de su generación. Estas características todavía enmarcan gran parte de la literatura crítica presente en la obra de Kruger.
2. Características de su obra.
2.1.
Temática de la obra
Kruger analiza dentro de sus obras la manera en la que los medios de comunicación producen y hacen visible la violencia, el poder y la sexualidad en nuestra sociedad. Sus códigos visuales, compuestos por la superposición de imágenes con cierto tono publicitario y un texto que evoca una voz crítica, se centran en las estructuras ideológicas de los sistemas de control, la medicina, las representaciones del cuerpo, la identidad sexual, las emociones, el trabajo, el poder y el abuso de poder.
2.2.
Postura de la artista
La artista parte de la base de que nuestra visión de la realidad, las ideas de normalidad, los roles fijos de cada sexo y la aceptación de la violencia diaria son constantemente recreados y están influenciados por las imágenes y el lenguaje. De esta manera, identificamos el impacto de sus trabajos a una derivación de la tensión que se produce entre las asociaciones y los contextos que evocan las imágenes, los que normalmente muestran asombrosas afinidades o tremendos antagonismos. Bárbara Kruger se identifica a sí misma como “hija” de los medios de comunicación: “…crecí con la televisión, las películas, los magacines y por esa razón mi trabajo emerge en parte en medio de esa multitud de imágenes y palabras.”1 Su apelativa cualidad de combinación y su repertorio de texto e imagen, hacen de Bárbara Kruger una artista política. Pero política no en el sentido de esperar convertirnos en su propio punto de vista, sino apostando por transmitir una imagen de nuestra realidad social y deconstruir los mecanismos de poder y dependencia sobre los que estamos construidos.
De esta manera el trabajo de Kruger se dirige directamente hacia los preceptos más anclados en nuestra sociedad con la intención de darles la vuelta y demolerlos con el tono aforístico de sus mensajes. Estos aforismos; a diferencia de los “Tópicos” de Jenny Holzer, (una artista con la que es natural compararla, ya que ella también usa las palabras en su obra) que parten de ser algo que ya se sabe para pasar a la sabiduría popular; duelen en el sentido de que son palabras corrosivas que van contra lo que está establecido, son la voz de la conciencia generalizada de la sociedad. “…yo estoy mostrándoles como son ellos y soy sus conciencias. No estoy interesada en sus consciencias particulares. No soy mejor que nadie ni tengo todas las respuestas. No soy moralista a ese nivel, la moralidad no es el tema, lo que importa es el fortalecimiento y la reflexión personal. Hay algo en lo que ves que te hace pensar acerca de tu vida, de la vida de los demás y del mundo en el que vivimos.”2
En mi opinión, desencadenar esta poderosa acción en la sociedad es signo de una utilización del lenguaje y la imagen de una manera magistral. Así, el trabajo de Kruger nos fuerza a posicionarnos, nuestra propia identidad está en juego: “Estoy interesada en cómo se construyen las identidades, como se forman los estereotipos y las narrativas que se coagulan convirtiéndose en historias”3
Al fin y al cabo, estamos hechos para darnos cuenta como de alterables son los mecanismos de poder, como dependen de la situación y la perspectiva. Además el estilístico parecido de las obras de Kruger con la publicidad y la industria del entretenimiento demuestran como el lenguaje puede ser empleado como instrumento de manipulación. Este comentario me lleva a introducir el siguiente punto dentro de las características de su obra. Me estoy refiriendo al rápidamente identificable sello particular de la artista, que la ha acompañado durante toda su carrera. Encontró un formato válido para su obra y no tuvo en ningún momento la mínima intención de modificarlo, le servía perfectamente en su propósito como artista. 2.3.
Sello Artístico
Bárbara Kruger es muy conocida por sus trabajos fotográficos. Al final de los setenta empezó a combinar fotografías y texto siguiendo un estilo que se convertiría en su firma personal: 1. Fotografías Sus fotografías granuladas en blanco y negro, banales y anónimas, reproducen modelos que son a su vez reproducciones distribuidas por los medios de comunicación. Son sinónimos de la sociedad de consumo. Las imágenes pertenecen principalmente a álbumes de fotos de los años cuarenta y cincuenta, de prospectos y cartelería de la época que difunden clichés y estereotipos sociales conservadores de una manera especialmente concisa.
El elemento fotográfico en las obras tiene referencias directas con la publicidad y por consiguiente en relación con el arte en su época de la reproducción técnica. Desarrollaré este aspecto en profundidad más adelante, haciendo referencia a Walter Benjamin y a Berguer, pero para ello necesitaré apoyarme en la obra de Kruger.
2. Texto El texto dentro de las obras aparece superpuesto a la imagen y posee unas características específicas: La artista utiliza en todas sus obras la misma tipografía, Futura Bold Italic, siendo las letras de color blanco y enmarcadas por unas franjas rojas. El texto que acompaña a las imágenes evoca la voz de una crítica moral, helada, inteligente, sarcástica y algo despectiva que actúa con el papel de la conciencia.
La obra de Kruger muestra una extraordinaria coherencia caracterizada por la omnipresencia del lenguaje. El lenguaje domina el acto de la comunicación, lo utilizamos para intercambiar información, pero también como una herramienta pragmática para causar
una reacción o algún efecto particular, como cuando damos una orden. La comunicación verbal, con todas las complejidades de forma que implica su práctica, no es solo uno de los factores más importantes dentro de la coexistencia humana, sino que se trata de un sutil instrumento de poder. En relación a lo dicho, Kruger lleva a cabo un calculado, deliberado y enrevesado uso del lenguaje. Juega con su potencial y su ambigüedad de una forma tan significativa que podríamos considerarlo el punto clave de su obra. El leguaje es poder.
3.
La evolución dentro de su obra
Haciendo un breve repaso por su formación previa, Bárbara Kruger empezó a estudiar en 1964 en la Syracuse University. A partir de 1965, asistió a la Parsons School of Design, donde su obra recibió la influencia de la fotógrafa Diane Arbus y el diseñador gráfico y artista Marvin Israel.
Tras completar sus estudios trabajo en una agencia para la revista de moda Mademoiselle y ha estado en activo como artista desde 1969. Al trasladar su estudio a Nueva York en 1970, entro en contacto con los grupos feministas a través de las exposiciones locales.
Entre 1975 y 1979, Kruger fue profesora en distintas universidades y escuelas de todo el país, actividad que le permitió descubrir conceptos y teorías más recientes y que posteriormente la llevarían a reconsiderar su identidad artística y a ampliar el campo de acción de su obra. Su producción artística recibió asimismo la influencia de los argumentos sobre la determinación social y cultural de la identidad femenina. Kruger explotó este aspecto en su trabajo como crítica.
En 1979 expuso sus primeras obras estilo collage en la galería PS1 de Nueva York. Imágenes y texto que en un principio incluían palabras sueltas como “naturaleza” o “tradición”, así como elementos fotográficos que acompañaban o contrastaban al texto y que imitaban fielmente las estrategias publicitarias. En este momento es cuando la artista desarrolla su propio sello artístico, que aparece prácticamente inherente a la obra de Kruger. Como hemos comentado, esos textos caracterizados por la tipografía favorita de la artista, Futura Bold Italic, se fueron haciendo cada vez más complicados. El diseño rápidamente identificable de los textos y el tono agresivo, refuerzan la brutalidad y la fuerza gráfica de sus códigos visuales.
En vista de la explotación de las técnicas y las estrategias de los mass media y el objetivo de captar el mayor publico posible, kruger abandona durante la década de los años ochenta en variadas ocasiones los espacios institucionales del comercio del arte y se traslada a los espacios públicos con campañas de carteles y posters de gran tamaño. También se dan casos dentro de la década de los noventa, de diseños para bolsas de la compra con el aforismo característico “compro luego existo” o carteles en movimiento en los autobuses de Nueva York con el lema de “No seas estúpido”. Estos casos, que ejemplifican el rechazo del prestigio hacia la obra de arte por parte de la artista, concluyen en la máxima de que el arte no queda excluido por el consumo. A partir de esta afirmación me remito a Berguer, en su ensayo perteneciente a Modos de ver que habla acerca de la relación entre el arte y la publicidad:
“…la publicidad se vale del arte del pasado, para aumentar la seducción, la autoridad y el poder atrayente y misterioso de sus propios mensajes. Esto se lleva a cabo de diferentes maneras, utilizando por ejemplo encuadres similares a las obras de arte. La obra de arte podría verse como algo superior al interés material, que denota riqueza y espiritualidad, pero que a la vez transmite poder social. Esto contrasta con su utilización por parte de la publicidad con fines puramente materiales. El propósito de la publicidad está en hacer sentir al espectador marginalmente insatisfecho con su modo de vida presente. Donde la publicidad sugiere que si compra lo que le ofrece su vida mejorará.”4
De aquí se extrae que Kruger no busca elevar sus obras alrededor de un prestigio clásico, lo que traicionaría su particular naturaleza, sino que intentará rebajar el arte a un nivel puramente publicitario, donde no hay diferencias entre una cosa y la otra, ya que el comercio del arte conlleva en si un universo de consumo que lo acerca cada vez más a la vida. Aunque la artista utiliza recursos publicitarios, sus obras no dejan de ser una burla mordaz hacia lo que está establecido, utilizándolo como punto de partida. Al fin y al cabo, estamos presenciando el afán de llevar el arte a la vida.
A partir de los años 90 el interés de la artista por lo arquitectónico aumentó y se manifestó en su obra. El concepto de cubrir paredes, suelos y techos con imágenes y textos a gran escala se dio por primera vez en una instalación de 1991, seguida tres años después por una instalación que incluía una variación tanto como una ampliación de los recursos utilizados. Se trataba de incluir en la obra los sentidos del oído y el tacto usando paneles en el suelo y reproduciendo un sonido. La trayectoria dentro del terreno multimedia de la autora, como indagación sobre el espacio culminó con su instalación de 1997, Power Pleasure Desire Disgust, donde la artista incluía videos en movimiento, sonidos atronadores mezclados con las voces de los individuos que aparecen en los videos, texto cambiante y más extenso que en sus trabajos fotográficos. Hablaré de manera más extensa de esta obra más adelante.
A medida que su contexto se aleja del material fotográfico vincula su procedimiento a puntos de partida situados fuera del marco artístico y los integra en una estrategia basada en alternar espacio y significados.
4. La obra y el espectador
Kruger habla a su audiencia directamente a través del uso de pronombres personales (yo, tú, nosotros) de este modo nos hace partícipes de las afirmaciones que lanza. Esos discursos tan directos a la moral nos fuerzan a comprometernos, de alguna manera, con el trabajo personalmente.
Sus mensajes directos y rudos unidos al talento altamente sofisticado del tratamiento del espacio-tiempo, complementado con el hecho de que somos directamente captados, instantánea e inescapablemente nos atrapan con un sobresalto tanto emocional como psicológico.
Lo más importante dentro de la obra de Kruger radica en cómo llevar el mensaje al público:
“…a través de lo visual, de sonidos, de imágenes y videos…no hay una receta, solo prueba y observa si funciona.”5
5. Obras destacadas
5.1. “Your body is a battleground” (Tu cuerpo es un campo de batalla) 1989 En su montaje, Sin título (Tu cuerpo es un campo de batalla) de 1989, Kruger trata de proteger los derechos de la mujer a través de una imagen que también plantea cuestiones relacionadas con el poder, el patriarcado, los estereotipos, y el consumo. Esta obra que se muestra en su libro, Amor en venta (Love in sale), muestra una fotografía en blanco y negro que retrata el rostro de una mujer que mira directamente al espectador. La imagen está modificada a partir de una división simétrica de la cara a lo largo del eje vertical. Aquí la autora introduce un juego de espacios positivos y negativos entre las dos mitades de la imagen, resaltando la ideas de “…positivo y negativo, blanco versus negro, el bien y el mal…”6 El diseño de la obra fue ejecutado para apoyar los derechos de las mujeres en reacción a las campañas contra el aborto, apostando por los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sus funciones reproductoras. En mi opinión es interesante pararse a comentar una de las características más apremiantes de la obra. Me estoy refiriendo a la mirada directa y acusadora que
confronta de una manera violenta con el espectador, en el sentido de que es un cambio radical ante la establecida mirada sumisa y entregada al hombre del arte convencional, que ha venido representando el rol de la mujer en el arte. En relación a este tema, veo una estrecha relación de inspiración entre la obra de Kruger y las palabras del escritor británico John Berger, quien afirma en Modos de ver, específicamente en su ensayo dedicado a la mujer en el arte: “El modo esencial de ver a las mujeres no ha cambiado. Las mujeres son representadas de un modo completamente distinto a los hombres, y no porque lo femenino sea completamente distinto a lo masculino, sino porque siempre se supone que el espectador “ideal” es varón y la imagen de la mujer está destinada a adularle. Los hombres miran a las mujeres y ellas se limitan a mirarse a sí mismas.”7 La mirada masculina convierte a las mujeres en objetos a los que no se les permite pensar por sí mismos. Sus pensamientos, opiniones y comportamientos son razón de constantes juicios por parte de los hombres. En la obra Sin título, (Tu cuerpo es un campo de batalla), Kruger afronta el reto de plasmar el problema que representa la figura femenina en la confrontación con el espectador.
En esta pieza, las palabras "Tu cuerpo es un campo de batalla" se refieren a una serie de políticas y posiciones sociales, tanto como a la constante lucha en la que las mujeres participan, siendo obligadas a defenderse a sí mismas y sus medios de vida en la sociedad. La lucha por un derecho de la mujer a elegir lo que ocurre con su propio cuerpo. En su ensayo "biológicamente correcto", la escritora feminista Natalie Angier escribe que hay una lucha entre hombres y mujeres “sobre el mismo hecho de poseer el cuerpo femenino, unos por poseerlo y otras por liberarlo del yugo masculino”8 Hay una batalla constante entre los sexos: lucha de las mujeres por tener control sobre sus cuerpos y su integridad física, así como su lugar en la sociedad; mientras que los hombres luchan por mantener su dominio sobre las mujeres en la sociedad. Dentro de la obra de Kruger nace un discurso sobre el tema del patriarcado. Según Jane Pilcher e Imelda Whelehan, las autoras de los Cincuenta Conceptos clave en Estudios de Género:
“…literalmente, patriarcado significa el gobierno por el jefe de una unidad social (una familia o tribu, por ejemplo). El patriarca tiene el poder legítimo sobre los demás en la unidad social, incluyendo otros (especialmente los más pequeños) hombres, mujeres y todos los niños” 9 Tal como fue revisado por la psicóloga y escritora Carol Gilligan en su ensayo Una revolución silenciosa en Psicología: “las formas tradicionales de la sociedad definidas por el patriarcado han construido una barrera que obliga a las mujeres a ser inferiores a los hombres. El patriarcado se forma cuando los hombres toman el papel dominante en la familia. Si un hombre es la cabeza de la familia, y luego difundirá sus ideas a través de los miembros inferiores de la familia, lo que les llevará a tomar sus ideas como propias. De esta manera, las opiniones del hombre predominan no sólo en su familia inmediata, sino también en la sociedad a la que pertenece”10 (Gilligan, 2003, p. 98100).
En resumen, Kruger nos muestra aquí una metáfora del conflicto que ha venido siendo para el feminismo el tema de la representación corporal, representando la necesidad de autorepresentarse sin caer en el peligro de que estas imágenes se confundan con las representaciones sexistas comunes a la historia de la reproducción de las imágenes.
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5.2. Power Pleasure Desire Disgust, 1997 En la primera pieza de carácter multimedia de Bárbara Kruger, Power Pleasure Desire Disgust de 1997, la autora bombardea con un arsenal de palabras, imágenes, sonidos, mensajes hablados todos nuestros sentidos. Su ferocidad y mordacidad de mensaje nos provocan opresión, sofoco, estrés, enfado…la emoción de la pieza nos infecta. “Bárbara Kruger es una maestra de las emociones y en esta pieza se ha superado a sí misma” 11 Esta obra, instalada por primera vez en Nueva York en la galería Deitch Projects, pertenece la época en la que kruger decide indagar en los mass media para incorporarlos a modo de recursos enriquecedores en su obra. También se da en este período de su creación la característica conquista de todo el espacio expositivo disponible, llevando las imágenes, videos y textos a formar parte de la arquitectura del lugar. Su obra, ahora en paredes, suelos techos, no podría escapar a la vista de nadie.
Los elementos estáticos son ahora eliminados y reemplazados por constantes textos que cambian, siendo proyectados en las paredes, el suelo e incluso superpuestos a las imágenes en movimiento. La habitación donde está instalada la obra se halla en completa penumbra y oscuridad, los únicos puntos de luz son los proyectores. Todos los elementos, el texto en secuencias, las imágenes en movimiento y los textos hablados disuelven la rígida arquitectura de la sala y la convierten en una habitación que respira. Se convierte en un organismo vivo y perceptivo, un microcosmos. Esto constituye un vehículo perfecto para los intereses de la autora, y el llevarlos a cabo significa hacerlos visibles.
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Power Pleasure Desire Disgust (1997). Instalaci贸n Multimedia, Deich proyects (New York) EEUU. B谩rbara Kruger
En relación a los videos en movimiento que incluye la autora como novedad, nos enfrentamos a una serie de individuos cuyas voces expulsan una serie de emociones, palabras que no han sido pasadas por ningún filtro ético o moral. Caminando a través de la instalación, encontramos tres túneles, donde unas cabezas hablantes nos devoran prácticamente. El discurso coloquial de los videos es familiar, directo e informal y completamente alejado de lo ceremonial. Lo que pronuncian esos desconocidos podrían ser monólogos que dan voz a nuestras propias frustraciones, a pensamientos que nunca nos atreveríamos a poner en palabras, o a situaciones reales, donde no hay un control social, no hay inhibiciones ni vergüenza. Situaciones que todos nosotros hemos experimentado. Kruger expone en esas convenciones del lenguaje dándoles un lugar completamente distinto al que pertenecen, trasladándolas de sus usuales domicilios al espacio artístico de la galería. De esta manera el espectador emerge en un contexto que no está acostumbrado a ver desde fuera. La autora no nos deja permanecer aislados, su uso de un discurso directo nos envuelve en un bombardeo de emociones. El impacto de esas palabras perdura porque el rango de las emociones está dominado por la agresión, la arrogancia, la rabia, la impotencia, el sarcasmo, la humillación, la sumisión, el insulto y el desprecio. El apocalíptico ambiente de la sala, generado gracias al carácter infinito de la pieza (sin principio ni fin), imparable e intenso, ruidoso y rápido, con muchas voces hablando a la vez, causa un persistente sentimiento de impotencia y no nos deja ni un momento de paz intelectual para intentar absorber lo que estamos viendo. Esta dramaturgia dirigida a atrapar y cautivar por completo al público, toma el ejemplo de los medios de comunicación a partir de su tratamiento iridiscente de la palabra y la imagen, su velocidad y poder de la sugestión.
6. Conclusión
Al llevar a cabo este trabajo de investigación, he descubierto muchísimo acerca de muchos aspectos: La manera de adaptación del arte a las nuevas tecnologías introducidas por los mass media, el gran esfuerzo por parte de unas mujeres que lucharon y siguen luchando por sus derechos dentro de una sociedad que, aun hoy en día, es alimentada por los estereotipos sexistas difundidos por la publicidad, que no ayudan en absoluto a dar el cambio hacia una sociedad donde no exista diferencia alguna entre sexos. Estoy de acuerdo con la artista en su comentario acerca de que el arte es una especie de comentario acerca de lo que acontece en cada momento, yo incluyo en este caso que el papel que el arte interpreta a modo de crítico es muy positivo en la medida que este mundo, antes considerado completamente aislado de la vida, se acerca más y más a la vida. Sin un acercamiento de este tipo de obras a la vida, se convertirían con el paso del tiempo en obras que, a pesar de su amplia reproducción gracias a las nuevas tecnologías, son consideradas como obras de arte en su sentido más tradicional y clásico. Les introducimos un aura a pesar de que nacieron sin ella. Esto me lleva a comentar el caso de la artista a tratar, quien, a pesar de seguir una tendencia de anti prestigio artístico dentro de su obra, necesita del museo, de la institución arte, para hacer circular su obra a través de la civilización para que así sea más cercana a la “vida”. Sin embargo, algunas de sus obras más famosas han sido absorbidas por los museos y reconvertidas en obras de arte en el pleno sentido clásico y aurático. Gracias a que Bárbara Kruger ha venido siendo una artista con una recepción social comparable a la de Andy Warhol, los museos han aprovechado para hacer negocio. Uno se encuentra en el museo con la sensación de que está viendo el original de algo que ha sido ampliamente reproducido, como ver la Mona Lisa después de haberla visto solo en postales. En definitiva Bárbara Kruger plasmó la teoría de sus obras como una crítica social, particularmente enfocada a los signos y a la manera en la que los estereotipos definen nuestra forma de vivir y ejercen un poder a través de la manera en la que nos representamos a nosotros mismos.
Citas 1. cita de la exposición Folder of South London Gallery 2001 2. Fragmento de una entrevista con la artista por Peter Fischer en agosto de 2001, p 68. 3. De una entrevista con Bárbara Kruger por Lynne Tillmon, en la exhibición de la propia artista Catalogue, Museo de arte contemporáneo de Los Angeles 1999, p 189. 4. Berguer 2003, ensayo sobre arte y publicidad. 5. De una entrevista con Bárbara Kruger por Lynne Tillmon, 1999, p 190. 6. Kruger, 1990, p 87 7. Berguer 2003, la mujer en el arte. 8. Angier, 2003, p 10. 9. Pilcher, 2008, p 93 10. Gilligan, 2003, p 98 – 100 11. Fischer, 2002, p 67
7. Bibliografía Libros: -
FISCHER Peter (2002), Nauman Kruger Jaar. Daros eshibitions: a selection from Daros collection and Daros Latin America.
-
DANTO Arthur (2005), Unnatural Wonder: essays from the gap between art and life. New York: Colombia University Press.
-
GROSENICK Uta (2001), Mujeres Artistas de los siglos XX y XXI. Tachen
-
KRUGER Barbara (1990), Love for Sale. New York : Harry N. Abrams, Inc.
Artículos: -
CALAK Katherine, Women’s studies program, p 155 – 158. http://dspace.sunyconnect.suny.edu/bitstream/1951/43953/1/Barbara_Kruger_Your_Body_Is_a_Battleground.pdf
Web: -
KRUGER Bárbara. Pagina oficial de la artista www.barbarakruger.com
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Instalación multimedia de 1997 en la galería Deitch: http://www.deitch.com/projects/sub.php?projId=87