8 minute read

La pirografía de calabaza

Un antiguo arte que se remonta a más de dos milenios

Por DENG DI

Advertisement

DESDE hace mucho tiempo las calabazas han sido consideradas como objetos auspiciosos en China. Con una boca pequeña y un cuerpo grande, fueron utilizadas como recipientes en el pasado, e incluso los médicos guardaban en ellas los medicamentos y las colgaban frente a su despacho. De esta forma, las calabazas se convirtieron progresivamente en un símbolo de los especialistas en medicina tradicional china. Durante ese proceso surgió el refrán chino de “colgar una calabaza para ayudar a las personas” ( 悬壶济世 , xuanhu jishi), el cual resalta la benevolencia de los médicos que ayudan a los pacientes en momentos de dolor.

En la cultura folclórica, muchas personas sienten una predilección especial por las calabazas, ya que su pronunciación en chino es igual a la de las palabras “feliz” y “rico”. Además, como la calabaza tiene muchas semillas, también simboliza “la descendencia próspera y las abundantes cosechas de granos”, un deseo de los pueblos antiguos.

De objeto común a uno extraordinario

La pirografía de calabaza consiste en la decoración de una calabaza quemando un diseño en la superficie. Esta técnica se remonta a más de 2200 años durante la dinastía Qin (221 a. C.-206 a. C.), pero no fue sino hasta el final de la dinastía Ming (1368-1644) que el arte se aplicó por primera vez en las calabazas.

Según la leyenda, el arte comenzó por casualidad con la entrega de un lote de calabazas como tributo al emperador por parte de un grupo de artistas. Las calabazas se enmohecieron en el camino durante la temporada de lluvias. Temiendo ser castigados, a los artistas se les ocurrió la idea de quemar hermosos diseños en la superficie de las calabazas para ocultar las áreas mohosas. El resultado final le gustó mucho al emperador, gracias al cual nació un nuevo tipo de arte.

Sin embargo, este oficio no recibió una gran atención por parte del público sino hasta los tiempos modernos. Gracias a los esfuerzos y dedicación de artistas especializados, este arte ha alcanzado su apogeo en los últimos tiempos. De esta manera, las artesanías de pirografía de calabaza con figuras históricas, patrones auspiciosos, plantas, animales, insectos, entre otros, se han convertido en obras de arte popular. Utilizando un soldador eléctrico como bolígrafo y fuego como tinta, aparecen en la superficie encantadoras figuras y vívidos animales en un instante.

Pasos detrás de la creación

Para hacer una bella artesanía de pirografía de calabaza, hay tres pasos esenciales: elegir una buena calabaza, diseñar un patrón y dibujar en ella. Sin embargo, estos pasos aparentemente sencillos pueden tardar días o incluso meses en completarse.

En primer lugar, se debe seleccionar una calabaza dorada y madura. Hay varios tipos de calabaza y de múltiple formas, todas las cuales tienen un encanto especial. Aun así, hoy en día, gracias al desarrollo de las tecnologías de cultivo, se puede obtener una calabaza con la forma específica que cada persona desee. Esto les da a los artistas múltiples opciones de elección.

En segundo lugar, se debe diseñar un patrón. Para hacer una buena obra de arte, la creatividad siempre es esencial. Hay una gran diferencia entre pintar sobre calabazas y pintar sobre papel, ya que la primera se realiza en una superficie curva, lo que provoca la deformación del patrón.

Por esa razón, los artistas más hábiles no transfieren simplemente un diseño en una hoja de papel a una calabaza. En su lugar, aprovechando la forma y la textura naturales de la calabaza, utilizan una herramienta caliente o un alambre para quemar o chamuscar los diseños en ella. El resultado suele ser una pintura tridimensional mucho más viva que la pintura sobre papel. A veces, incluso las calabazas con una forma extraña pueden terminar como objetos de arte totalmente inesperados.

En tercer lugar, se debe pintar la calabaza. Durante este proceso, los artistas deben controlar la velocidad y la presión de su “bolígrafo”, es decir, la plancha eléctrica, y pueden hacer sutiles gradaciones de color en la superficie de la calabaza.

Los primeros dos pasos son los más importantes de todos, ya que las calabazas no son difíciles de encontrar y las buenas ideas de diseño se escapan fácilmente. A veces, una calabaza puede quedarse en el escritorio durante meses antes de que el artista haya ideado un diseño como borrador final. Para la quema del diseño en la calabaza, los artesanos más virtuosos lo pueden hacer en apenas unos minutos.

Hoy en día, hay muchos artesanos dedicados al arte de la pirografía de calabaza, pero pocos de ellos pueden crear obras de arte realmente finas. Un buen pirograbador de calabazas debe ser un pintor de primera clase, un buen juez de calabazas, una persona literata y creativa, y tener destreza en el uso de soldadores eléctricos. Para los aficionados a este arte, las clases de capacitación del Museo de Artesanías Baigongfang de Beijing, sin duda, pueden satisfacer sus expectativas.

Heredero de este arte

En el círculo de la pirografía de calabaza de Beijing, Ji Shun es bastante conocido. Ahora con más de 60 años, Ji es un destacado artista chino y heredero del patrimonio cultural inmaterial de la pirografía de calabaza del distrito de Dongcheng.

Ji solía trabajar en su propio estudio en el Museo de Artesanías Baigongfang, pero habilitó un espacio en su propia casa, en el distrito de Fengtai, debido a las renovaciones en curso en el museo. En un pequeño dormitorio de su apartamento, sus obras de calabaza, caligrafía y pintura cuelgan por toda la pared, dándole la apariencia de una galería de arte.

Durante la mayor parte de su vida, Ji se dedicó al periodismo. Luego, alrededor del año 2000, la empresa en la que trabajaba quebró debido a la crisis financiera asiática de entonces. Como resultado, Ji abrió su propia galería en Beijing con el sueño de convertirse en artista. Fue en esta galería donde accidentalmente se encontró con el arte de la pirografía de calabaza.

Ya que Ji incursionó en la pintura desde su niñez, también es hábil en la técnica del gongbi (una cuidadosa técnica realista en la pintura china) y en su tiempo libre también escribe poesía. Estos pasatiempos alimentaron su carrera desde el primer momento en que comenzó como artista novato de pirograbado de calabaza. Las primeras calabazas que pintó fueron un éxito instantáneo, lo que le dio la oportunidad más adelante de llevarlas a exhibiciones en el extranjero como miembro de las delegaciones de arte del Gobierno.

Al ser consultado sobre lo que hace que sus obras de calabaza sean únicas, Ji señala que simplemente sigue la forma natural de la calabaza, para luego dar rienda suelta a su imaginación. Además, a diferencia de la mayor parte de los artesanos, quienes utilizan la técnica del gongbi en sus creaciones, Ji integra técnicas modernas en su obra para darle un estilo más versátil.

En sus primeros años, a Ji le gustaba hacer obras únicas con calabazas de formas extrañas. Sin embargo, poco a poco se dio cuenta de que crear nuevas ideas utilizando las calabazas con formas comunes era el mayor desafío.

Debido a su gran afición por este arte, antes de la concepción de una nueva obra, Ji siempre sostiene la calabaza y la mira bajo la luz. “A medida que voy girando la calabaza en mis manos, los cambios en la forma de sus sombras me van inspirando”, dice.

“Al principio, mi esposa y yo dibujábamos en calabazas solo por diversión. Ella tenía una mejor técnica del gongbi que yo. Durante un tiempo, ambos nos sumergimos en este arte, pero luego pasó a convertirse en mi carrera”, explica Ji mientras contempla sus preciadas calabazas.

Xu Qing era la esposa de Ji e hija de Xu Yongkang, maestro de pintura gongbi de pájaros y flores, además de heredera de las sedas pintadas a mano, otro patrimonio cultural inmaterial de Beijing. Ji siente que el estilo de pintura de su esposa era distinto al suyo, por lo que durante años trabajaron juntos y se inspiraron mutuamente.

“Hablábamos constantemente sobre nuestro arte y muchas veces nuestras conversaciones se convertían en peleas. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, cada cual servía como fuente de inspiración al otro”, agrega Ji.

A principios del año pasado, Xu Qing falleció, lo que dejó un gran vacío en el corazón de Ji Shun. A pesar de su dolor, Ji dice que seguirá adelante con su carrera artística. Su gran deseo es poder organizar una exposición para compartir con los amantes del arte aquello a lo cual tanto él como su esposa dedicaron sus vidas.

17 de agosto de 2008. Ji Shun crea una obra en el taller del Museo de Artesanías Baigongfang en Beijing.

Wei Yao

10 de febrero de 2022. Zhao Wei, heredero del arte de la pirografía de calabaza de Tianjin, en plena creación en un taller del municipio de Tianjin.

Xinhua

This article is from: