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Avances en la educación en el Tíbet

Un proceso a paso firme en la última década

Por YANG JIN

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SON poco más de las 9 de la mañana y hay más de 60 alumnos de primer grado sentados en una de las aulas de la escuela primaria Qilu en la aldea de Qila, en la ciudad de Shigatse, en el Tíbet. Hoy, la maestra utiliza la pizarra inteligente para explicar el texto El patito y el gallito, ante el asombro de los estudiantes, cuyos ojos brillan con novedad y alegría.

La región autónoma del Tíbet se encuentra desde hace unos años en un proceso acelerado en pos de la modernización y calidad de la educación, además de la construcción de bases educativas sólidas con las que la gente se pueda sentir satisfecha. Se han alcanzado una serie de logros históricos en el ámbito educativo: en los últimos cuatro años se han ido elevando los estándares de la educación obligatoria y la inversión anual por estudiante ha promediado los 3720 yuanes. Además, la región se ha convertido en la primera del país en alcanzar los 15 años de educación pública obligatoria, desde la etapa preescolar hasta el ciclo superior de enseñanza secundaria. Por último, el proceso de estandarización de las escuelas y el desarrollo de la educación obligatoria han continuado avanzando, junto con la construcción de universidades de “doble primera clase”.

En la actualidad, hay 2995 escuelas de diversos tipos y niveles en la región, con 841.500 alumnos inscritos. En 2019, la tasa neta de matrícula en la región autónoma del Tíbet en escuelas primarias, escuelas secundarias, escuelas secundarias superiores, en la educación superior y en la educación preescolar fue del 99,71 %, 102,88 %, 86,62 %, 47,65% y 84,42%, respectivamente.

Un cambio generacional

Cuando Gelsang Mezom, una joven del distrito de Amdo, en la ciudad de Nagqu, estudiaba en la Universidad Xizang Minzu (situada en la provincia de Shaanxi), su familia le aconsejó regresar a su pueblo natal para convertirse en maestra. “Mi sueño era regresar al Tíbet para poder enseñar en lugares remotos”, señala la joven tímidamente, mientras esboza una sonrisa frente a la cámara.

“Cuando estaba en la escuela primaria, muchos niños abandonaban sus estudios. Durante mucho tiempo, el trabajo de los maestros era persuadirlos para que continuaran estudiando. Ahora, con el aumento constante de la inversión en educación, las condiciones son cada vez mejores y también hay una mayor conciencia respecto a la importancia de la educación”, dice Gelsang Mezom. “El año pasado se construyó otro edificio en la escuela primaria de nuestra aldea, y los niños en el pueblo tienen nuevas aulas, solarios y baños. Los maestros también usan diapositivas en PowerPoint en clase, y en marzo de este año, mi hermana tuvo clases en línea desde casa”.

La joven manifiesta que las políticas educativas han experimentado una mejora continua, gracias a lo cual los niños tibetanos se han convertido en los primeros del país en disfrutar de 15 años de educación gratuita. Su hermana menor asiste a una escuela en otra provincia, mientras que su hermano –también menor– estudia en una escuela secundaria de Lhasa, la capital del Tíbet.

Las necesidades educativas también han cambiado en el curso de los años. Al principio, el objetivo era lograr que los niños asistieran a la escuela, mientras que ahora, el foco está centrado en la calidad de la educación. Tres generaciones de la familia de Gelsang Mezom han sido testigos del apoyo del Partido Comunista de China (PCCh) y de las políticas públicas que han logrado sacar de la pobreza a un creciente número de niños, quienes han dejado las montañas y logrado cambiar su destino gracias a la formación educacional que han recibido.

En esta línea, se ha establecido un moderno sistema de educación que incluye los niveles de preescolar, básica, secundaria y superior, además de la educación vocacional y la educación especial, siguiendo un camino de desarrollo con peculiaridades chinas y tibetanas. Gracias a todo esto, la educación en el Tíbet se ha visto transformada y mejorada sustancialmente ante una nueva etapa de desarrollo educativo.

Los sueños de la nación china

La educación es la base de toda sociedad y los maestros son aquellos a quienes se les confía la importante tarea de formar a los niños de una forma integral que sirva para avanzar la causa del pueblo.

“Los estudiantes de hoy son la fuerza principal para cumplir el sueño chino de la gran revitalización de la nación china en el futuro, y los maestros son los constructores de sueños que han construido el equipo de ensueño de la nación”, dijo Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh, quien siente un gran respeto hacia los maestros y ha depositado sus esperanzas en ellos.

En los últimos años, el comité del PCCh y el gobierno de la región autónoma, guiados por el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era, han puesto gran énfasis en la formación docente. En esa línea, se ha privilegiado la formación práctica, la calidad y los estándares éticos de los maestros, adaptándose a las nuevas necesidades que plantea la educación de acuerdo con los tiempos.

Según las estadísticas, a fines de 2019, la región autónoma del Tíbet tenía 56.513 docentes activos, un aumento de más de 50.000 en comparación con 1965. De estos, 51.903 corresponden a profesores de tiempo completo, en su mayoría jóvenes o de mediana edad, toda vez que también se ha registrado un aumento de maestros altamente calificados. Las tasas de calificación de maestros para enseñanza preescolar, primaria, secundaria de primer ciclo, secundaria de segundo ciclo, vocacional y universitaria fueron del 99,62 %, 99,94 %, 99,91 %, 98,68 %, 96,41 % y 99,69 %, respectivamente. Todos estos logros son el resultado de los esfuerzos continuos a lo largo de los años, además de las políticas de diseño y planificación detrás.

Con el fin de promover la construcción del personal docente, el comité del PCCh y el gobierno de la región autónoma del Tíbet han emitido una serie de políticas relevantes para la capacitación del personal docente. Esto ha asegurado el progreso constante de varias tareas de construcción y reforma en la nueva era. En la actualidad, el Tíbet tiene un completo sistema de gestión de docentes y uno de políticas que se aplican a nivel de la región autónoma, las ciudades, los distritos y las escuelas, abarcando la formación, la asignación, el estudio, la transferencia, la promoción, la jubilación, la remuneración, la ética docente y la evaluación. Todos estos aspectos han sido pensados para sentar una base sólida en la construcción de equipos docentes de alta calidad.

“Ahora existen más oportunidades de capacitación y las políticas han mejorado mucho en el curso del tiempo, lo que hace que nos sintamos cada vez más motivados como maestros y llenos de entusiasmo por esta profesión”, declara Liu Na, una maestra de secundaria quien ahora también siente más confianza y felicidad con la labor que ejerce, lo cual ha aumentado su sentido de responsabilidad y misión. “En el futuro, la educación será cada vez mejor”, asegura.

Del “ir a la escuela” a “ir a una buena escuela”, la educación avanza a paso firme en el Tíbet, con un especial énfasis en la calidad y la equidad, lo que ha aportado nuevos talentos para la construcción de un Tíbet socialista moderno.

23 de agosto de 2017. Gao Qunbin, profesor de arte de la Escuela Afiliada a la Escuela Secundaria n.º 2 Caoyang de Shanghai, enseña técnicas de pintura a una estudiante del Tíbet.

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