8 minute read

Cómo mantener el plato lleno

Las medidas emprendidas por China en seguridad alimentaria

Por LI XIAOYU

Advertisement

Los impactos del conflicto entre Rusia y Ucrania, conocidas como el “granero de Europa”, se están sintiendo en los supermercados. Según el boletín de marzo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el índice de precios de los alimentos ha alcanzado un máximo histórico, al estar casi un 30 % por encima de los niveles observados en la misma época del año pasado y muy por encima del récord de 2011. Además, la agencia de la ONU ha advertido que los precios mundiales de los alimentos podrían aumentar hasta en un 20 % a raíz de la crisis, con lo cual la seguridad alimentaria mundial se ha convertido en una gran preocupación.

Hay mucho en juego para China, que debe alimentar a una quinta parte de la población mundial con solo el 9 % de la tierra cultivable y el 6 % del agua dulce del mundo. De hecho, la seguridad alimentaria ha sido durante mucho tiempo una de las principales prioridades del Gobierno. Por ello, la agricultura, el desarrollo rural y los agricultores han encabezado la agenda del Gobierno chino durante 19 años consecutivos en su Documento Central n.º 1, el documento de política más importante del año que se publica en febrero. El presidente Xi Jinping siempre ha enfatizado la importancia de la seguridad alimentaria para el crecimiento nacional y el bienestar del pueblo chino. De acuerdo con el mandatario, este es uno de los intereses supremos del país y es imperativo alimentar al pueblo chino con los propios productos agrícolas del país.

Alto nivel de autonomía

“Tanto Ucrania como Rusia son una fuente de importación para China de productos y materiales agrícolas. Aun así, el impacto que ha tenido el conflicto sobre el mercado de granos básicos del país es limitado”, dijo Qian Jingfei, investigador asistente del Instituto de Economía y Desarrollo Agrícola de la Academia de Ciencias Agrícolas de China, a la revista ChinAfrica.

Las cifras del Buró Nacional de Estadísticas muestran que la producción de cereales de China en 2021 superó los 680 millones de toneladas, sobrepasando la marca de los 650 millones de toneladas por séptimo año consecutivo. En la actualidad, la tasa de autosuficiencia de los tres granos principales (arroz, trigo y maíz) ya supera el 98 % y ha representado más del 95 % del consumo total en cada año consecutivo desde 2005. Según la Administración General de Aduanas de China, las importaciones de trigo de China desde Rusia representan apenas el 0,5 % de las importaciones totales del país. Por otro lado, el 30 % de las importaciones de maíz de China provienen de Ucrania y Rusia, pero estas se utilizan principalmente para el procesamiento de alimentos para animales.

No obstante, según las predicciones de Qian, los costos de los cereales forrajeros y los aceites vegetales crecerán. De hecho, el país importó 3,21 millones de toneladas de cebada de Ucrania el año pasado, o el 26 % de sus importaciones totales. De los 1,27 millones de toneladas de aceite de girasol que China importó en 2021, un total de 890.000 toneladas procedieron de Ucrania y 360.000 toneladas de Rusia.

“También es probable que el conflicto aumente el costo de los materiales agrícolas”, predijo el experto. En China, los fertilizantes y la maquinaria representan más de un tercio del costo total de la producción de granos. El año pasado, el país importó el 30 % de su fertilizante potásico de Rusia, el mayor productor y exportador de fertilizantes del mundo. En este contexto, la escasez de oferta en el mercado mundial de fertilizantes, producto de la crisis, hará que aumente el precio de estos y, en consecuencia, que los ingresos relacionados con la actividad agrícola también se vean reducidos.

Respuesta a la incertidumbre

Si bien China mantiene un alto grado de autosuficiencia alimentaria, depende en cierta medida del mercado internacional para garantizar su suministro, de acuerdo con los investigadores. Cifras de la Administración General de Aduanas de China muestran que el año pasado, el país importó 165 millones de toneladas de granos, lo que lo convierte en el mayor importador de granos del mundo. La soja representa la mayor parte de las importaciones agrícolas del país, con un total de 96,5 millones de toneladas y un 90 % de dependencia en las importaciones.

Ante la interrupción de la cadena de suministro mundial, el presidente Xi ha subrayado la necesidad de consolidar la industria agrícola y garantizar la seguridad alimentaria del país. “Es un error pensar que el suministro de alimentos ya no es un problema en una sociedad industrializada, o basarse en el mercado global para resolver la cuestión”, señaló Xi en una ocasión. Por eso, el mandatario ha llamado a que se hagan mayores esfuerzos para optimizar la distribución geográfica y estabilizar la producción de granos básicos, al tiempo que se amplía la producción de soja y oleaginosas.

En respuesta a este llamado, el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales publicó en abril un plan de acción sobre la expansión de la siembra de soja y semillas oleaginosas. Según el plan, este año se plantarán más de 973.300 hectáreas de soja y 300.000 hectáreas de semillas oleaginosas, incluidas colza, girasol y maní, en fincas estatales ubicadas principalmente en el noreste del país. Asimismo, el año 2022 verá la implementación de un proyecto de siembra de soja y maíz a modo de prueba en 16 provincias de China.

Se espera que la producción de maíz alcance los 273 millones de toneladas para fines de este año, casi igual al nivel alcanzado en 2021, y que la producción de soja llegue a los 18,48 millones de toneladas, lo cual representa un aumento interanual del 18,8 %. Por último, se estima que la producción de aceite vegetal alcanzará los 29,25 millones de toneladas, 1,1 millones de toneladas más que el año pasado.

Una visión global

Si bien el presidente Xi ha enfatizado la necesidad de preservar la línea roja de 120 millones de hectáreas de tierra cultivada y asegurar una producción anual de cereales de más de 650 millones de toneladas, también se quiere promover una visión alimentaria global.

De acuerdo con Cheng Guoqiang, profesor de desarrollo agrícola de la Universidad Tongji de Shanghai, en la medida que el PIB per cápita de China supere los 10.000 dólares, se espera que la demanda de cereales disminuya en el futuro, con el correspondiente aumento de la demanda de productos pecuarios como carne, huevos y leche, al igual que lo sucedido en otros países desarrollados de Asia como Japón y Corea del Sur.

Estos cambios en la estructura alimentaria han impulsado al Gobierno a llevar a cabo una reforma estructural por el lado de la oferta en el campo de la agricultura desde 2014, con el fin de mejorar la calidad nutricional de los alimentos y no solo centrarse en el aumento de la producción de granos. Esta visión integral del papel que juegan los alimentos fue presentada por primera vez en una conferencia sobre el trabajo rural en Beijing en 2015, antes de incluirse en el Documento Central n.° 1 al año siguiente, como uno de los componentes principales de la reforma por el lado de la oferta. En la quinta sesión del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino celebrada en marzo, el presidente Xi reiteró la importancia de la agricultura para satisfacer las demandas de las personas por una dieta cada vez más diversa.

Para el mandatario, resulta clave asegurar tanto el suministro de granos como la provisión efectiva de diversos alimentos, como carne, verduras, frutas y productos acuáticos, ya que todos ellos resultan necesarios para una dieta balanceada.

Contra el desperdicio de alimentos

Independientemente del rendimiento de las cosechas en un año u otro, la seguridad alimentaria ha sido establecida como una de las principales prioridades en China. Un ejemplo es la campaña contra los residuos. El presidente Xi anunció la campaña a mediados de agosto de 2020, con el objetivo de empatar la creciente urbanización con la seguridad alimentaria, en un momento en que China se ha embarcado en un camino de desarrollo verde y sostenible.

Los restaurantes de todo el país han adoptado medidas para alentar y recompensar a los clientes que terminan sus platos, solicitan porciones más pequeñas o restringen sus pedidos.

“Dada su tierra cultivable limitada y su enorme población, es difícil para China aumentar significativamente la producción de alimentos de forma continua”, manifestó Cheng Guangyan, director del Centro de Investigación de Políticas sobre Alimentación y Nutrición Animal del Instituto de Desarrollo de Alimentos y Nutrición del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales, a la revista ChinAfrica.

“Ante la creciente fragilidad de los recursos y la creciente demanda de la población, intensificar los esfuerzos para prevenir y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos podría traer muchos beneficios económicos y ambientales que, en última instancia, contribuirán a construir un país socialista moderno de manera integral”, concluyó Cheng.

2 de septiembre de 2020. La escuela primaria Shiyan de la ciudad de Cangzhou, en la provincia de Hebei, lanza la actividad educativa “Aprecia los alimentos”. Wang Fengzhi, experto en el cultivo de trigo, transmite sus conocimientos a unos alumnos.

Fotos de Xinhua

9 de abril de 2021. Dos agricultores rocían pesticidas a través de drones en un campo de la aldea de Cao’an, provincia de Anhui.

This article is from: