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De vuelta a la granja

Cómo despertar el interés de los más jóvenes en la agricultura

Por HU FAN

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JIANG Hui se encuentra en una situación única en su aldea de la ciudad de Anlu, provincia de Hubei (centro de China). Este hombre de 38 años es el único de su generación que aún vive en el pueblo. “No conozco a ningún adulto menor que yo, no solo en esta aldea, sino en todas las aldeas cercanas”, dice a la revista ChinAfrica.

Antes de involucrarse en la agricultura, Jiang trabajó para una empresa de construcción en Sudán y luego en Angola durante más de seis años en total. Cuando decidió que era hora de establecerse en China, usó sus ahorros para construir una granja de cerdos en la aldea donde nació. Fue una decisión extraña entre sus compañeros, pues casi todos preferían ganarse la vida en las ciudades.

A principios de este año, Jiang arrendó la granja de cerdos a otros después de haberla administrado durante nueve años y comenzó un nuevo programa: la plantación de cultivos. Se las arregló para alquilar alrededor de 3,33 hectáreas de campos de cultivo y ha terminado la construcción de la infraestructura para el riego y el transporte, a tiempo para la temporada de siembra del arroz.

Su estilo de vida es muy diferente al de los demás en su aldea, quienes son básicamente adultos mayores de la generación de su padre. Han mantenido la forma tradicional de vida rural autosuficiente, administrando cierta cantidad de tierra y un poco de ganado.

La aldea de Jiang es un caso típico de la China rural. La urbanización masiva a lo largo de los años ha hecho que muy pocos jóvenes se queden en las aldeas, de modo que los de la generación anterior asumen en gran parte las responsabilidades de la producción agrícola. Se ha vuelto una gran preocupación en China quién producirá alimentos para el 20 % de la población mundial cuando aquellos se jubilen.

Nuevos actores

En China, la tierra cultivable de una aldea es asignada para el uso de los hogares que cultivan su parte de la tierra como contratistas independientes. Como resultado de una reforma crucial que tuvo lugar hace más de 40 años, la política permitió a los agricultores chinos alimentarse a sí mismos y al resto de la población china.

Aparentemente, este sistema de agricultura ha perdido atractivo para cualquiera que pueda encontrar trabajo en las ciudades. A menudo sucede que el rendimiento de la tierra adjudicada que una familia puede obtener en un año es menor que el ingreso de un miembro de la familia que trabaja durante un mes en una fábrica. Cuando a un hogar le falta el tiempo o la motivación para labrar su tierra, esta se queda sin cultivar.

Una solución clave a este problema es la introducción de nuevos tipos de organizaciones agrícolas, que incluyen cooperativas, empresas agrícolas y granjas familiares. Según un documento emitido por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales en marzo, incubar y desarrollar este nuevo tipo de operaciones es una de las principales tareas del año.

La idea es permitir un nivel moderado de operación a gran escala sin cambiar la política fundamental. Los aldeanos pueden confiar sus derechos de uso de la tierra o subcontratar ciertas tareas de producción agrícola a cooperativas o empresas agrícolas. Esto ha permitido a los agricultores la flexibilidad de decidir en qué medida quieren involucrarse y beneficiarse del cultivo de sus tierras.

En opinión de Zhu Qizhen, director del Instituto de Asuntos de los Agricultores de la Universidad de Agricultura de China, las denominadas “granjas familiares” son una forma ideal de organización para el desarrollo sostenible de la agricultura en el país. El término se refiere a una gran cantidad de tierra operada de forma estable por una familia cuyo sustento e ingresos dependen de los rendimientos de la tierra.

Lo que Jiang está haciendo con la tierra que contrató puede ser clasificado dentro de la etapa inicial de una granja familiar. Los terrenos, una vez asignados a diferentes hogares para su uso, están básicamente uno al lado del otro y han sido arrendados a largo plazo, lo que le ha permitido invertir en infraestructura de riego y transporte allí, y hacer también planes a largo plazo.

Zhu cree que estas granjas disfrutan de múltiples ventajas. Conforme al tamaño de la tierra, los agricultores pueden beneficiarse mejor de la aplicación de tecnología moderna, están más motivados para unirse a cooperativas y utilizar sus ventajas, desarrollarán un mayor apego hacia su tierra y así la protegerán mejor.

En particular, con la ayuda de maquinaria y tecnología moderna, la escala de la propiedad de la tierra permite una ganancia competitiva en comparación con el trabajo en las ciudades, lo que motiva a los agricultores experimentados a centrarse en esta labor, y brinda una razón sólida para que los jóvenes que tienen una pasión por la agricultura regresen a sus pueblos y comiencen una carrera en las zonas rurales. Mejor aún, ellos pueden también transmitir sus conocimientos a la siguiente generación.

Imprescindible para el futuro

La migración de la población rural a las áreas urbanas no representa una amenaza inminente para la seguridad alimentaria de China. De hecho, ha creado las condiciones para el desarrollo de nuevos medios de producción agrícola, como granjas familiares más grandes. Sin embargo, Zhu manifiesta a ChinAfrica que se requiere una mejor implementación de las políticas nacionales y más apoyo a los agricultores para despertar el interés de las generaciones más jóvenes en la agricultura en beneficio del futuro.

“No tenemos en este momento una amenaza inmediata para la seguridad alimentaria porque los agricultores de la generación anterior todavía están trabajando. ¿Pero qué pasará cuando se jubilen?”, se pregunta.

Zhu señala que algunos agricultores que intentan construir grandes fincas enfrentan contratos de tierras inestables, lo que aumenta sus costos cuando se incrementa la renta. La inestabilidad también obstaculiza su voluntad

de invertir en infraestructura esencial, como pozos. También enfrentan dificultades para obtener financiamiento porque no pueden usar la tierra alquilada como garantía.

El problema para Jiang es que los terrenos que alquiló no están al mismo nivel debido a la topografía montañosa típica de la región, que solo es apta para el uso de maquinaria agrícola pequeña. Esto ha restringido el área de tierra que puede manejar a 3,33 hectáreas, en lugar de varios cientos en áreas planas.

Zhu cree que se necesita más exploración para implementar la iniciativa nacional. “Cuando esta sea implementada correctamente, una granja familiar debería sostener permanentemente a una familia. Este es el requisito previo para un pleno empleo en la granja y, por lo tanto, la voluntad de la generación más joven que se hará cargo en el futuro”, considera.

28 de octubre de 2021. Un agricultor alimenta a los pollos de su huerto en una aldea de Lingchuan, región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi.

Fotos de Xinhua

Marzo de 2022. Gu Bingfa (der.) con su padre Gu Daopeng observan el crecimiento de las pitayas.

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