CHINA HOY Mayo 2021
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Khesum: al frente de la reforma democrática Esta comunidad dejó atrás una historia aciaga y se apresta a dar un salto mayor en su desarrollo Por NORBU TSERING y WANG ZEHAO*
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ada vez que Lozang Drolma, de 79 años, pasa por la puerta de la comunidad residencial de Khesum, se detiene y levanta la cabeza para ver las palabras grabadas allí: “Khesum: la primera aldea del Tíbet en implementar la reforma democrática”. Al verlas, siempre se conmueve y su memoria retrocede unos 60 años. En 1959, la reforma democrática del Tíbet marcó el inicio de la entonces aldea de Khesum. Se establecieron tanto la primera asociación de campesinos como la primera célula del Partido Comunista de China (PCCh) de nivel de base rural en el Tíbet. Los siervos se emanciparon, se volvieron sus propios amos y comenzaron una nueva vida. Hoy en día, se pueden ver calles anchas, viviendas de estilo tibetano con delicadas pinturas multicolores y residentes que andan rápidamente pero con un rostro apacible, todo lo cual muestra el cambio drástico y la esperanza de una comunidad que se encuentra a la vanguardia de la reforma democrática.
16 de junio de 2020. Técnicos de la empresa State Grid Anhui Electric Power, enviados al Tíbet en misión de ayuda, colocan el cableado eléctrico expuesto bajo tierra en la aldea de Khesum.
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Sangre y lágrimas En la sala de exposición de la comunidad residencial de Khesum, en la ciudad de Shannan, uno puede ver escenas y objetos como las restauradas chozas que ocupaban los siervos, instrumentos de tortura y lúgubres jaulas, los cuales resumen la servidumbre feudal de esos años y hacen sentir escalofríos. Hace 62 años, Khesum era la finca de Surkhang Wangchen Geleg, un propietario de siervos del viejo Tíbet, los cuales trabajaban laboriosamente durante meses y años, pero que solo recibían en retribución prendas rotas que no llegaban a cubrir sus cuerpos, una precaria e insuficiente alimentación y despiadados golpes. Sonam Dondrup, de 78 años y exsecretario de la célula del PCCh en la aldea de Khesum, dice que la crueldad que ocurría en la finca de Khesum era más extrema que la que se muestra en las fotos y objetos de la sala de exposición. En 1968, los pobladores de Khesum escribieron y dirigieron la obra de teatro Lágrimas de los siervos, basada en hechos reales ocurridos en la finca Khesum, en la que la familia del siervo Trinley Dorje es cruelmente maltratada por el propietario, lo cual muestra los años de oscuridad del viejo Tíbet. “El siervo Trinley Dorje llegó a estar tan hambriento que les arrebataba la comida a los perros. Fue golpeado por el estanciero y se levantó a luchar. Desgraciadamente, le torturaron despiadadamente y murió. Su mujer, Gaduo, enloqueció por ello. Sus hijos, Dawa y Sabo, intentaron vengar su muerte, pero también fueron torturados hasta la muerte por el propietario”, es lo que se dice en un episodio de la obra. En las décadas de 1960 y 1970, esta famosa obra fue representada en muchos lugares del Tíbet y el público terminaba siempre llorando. Desde hace