Volumen 90 No. 1 Publicado por Christian Triumph Co. jen. feb. mar. 2013
La Luz Que No Se Apaga Juan 8:12
Un explorador ingles tenía muchos deseos de ir a América, para conocer a “Cacahuamilpa”, una cueva, o túneles, muy antigua. Este llevó consigo solo agua, comida, y una lámpara de mano con pilas nuevas. Dentro de la cueva habían muchos túneles, y de repente se sintió perdido y la luz de mano se apagó. Estuvo en aquel lugar dando vueltas y vueltas, buscando la salida sin resultados positivos. Le faltó el oxígeno; todo era oscuridad. Estaba solo, perdido sin comida, sin agua y se murió. Años mas tarde hallaron su cadáver disecable. Amigo, en los años que tengo de vida conozco una luz que puntualmente alumbra a buenos, malos, a ricos y pobres. Algunas tribus de las pasadas generaciones lo adoraban porque el era puntual y no discriminaba, me refiero al sol. Este llega oportuno y rápido—algunos científicos dicen que se desplaza a la velocidad de 3000 kilómetros por segundo. Amigo, la humanidad de hoy está buscando una religión que sea la verdad, una religión que lo salve. La verdad es que la religión solo causa una luz muy opaca que trasmite a nuestro espíritu y conciencia, que nos dice que hay un ser supremo que debemos de buscar hasta encontrarle. Y cuando ya le encontramos nos damos cuenta que no necesitamos religión porque la religión no nos salva. A veces la religión nos confunde mucho y nos preguntamos, ¿por qué hay tanta? Son miles de religiones, unas de ellas nos dicen: no creas en las imágenes; no crea en Jesús; no creas en el espíritu santo; solo tienes que creer
en Dios; no creas en la ley de Moisés. Hermanos, ahora que me identifiqué con Cristo creo en la religión, no como religioso, creo en las imágenes como dice en Deuteronomio, en el primer mandamiento que no me incliné hacia ellas porque Dios es celoso. Creo en ellas porque siempre han existido y existen el día de hoy, pero no son la luz. Yo creo en el Espíritu Santo porque es una de las tres divinas personas y Él me guía el día de hoy. Creo en Dios porque es Él es creador de todo. Creo en la ley de Moisés porque son los mandamientos. Yo creo en el verbo como dice el evangelio, “y se hizo carne y habitó entre nosotros, y comió como nosotros y bebió como nosotros y padeció como nosotros, pero sin pecado. Y murió por nosotros. Pero esto es lo más sorprendente y por eso creo en Él. Y le sirvo, y le alabo, y le adoro porque aunque murió, no se quedó en la tumba, resucitó y está sentado a la diestra de Dios y desde allí vendrá otra vez por sus redimidos. Dígame usted, ¿piense detenidamente cual de los ídolos o dioses que la gente adora ha resucitado? Cristo ha resucitado; le dijo a Marta, la hermana de Lázaro, que Él es la resurrección y la vida, el que este muerto vivirá, y si Cristo resucitó, vive y si el vive, también yo viviré. Hermano, cuando buscamos a Jesús para que nos alumbre, allí está rápido como la luz del sol, Él llega oportuno y rápido, dice Apocalises 3:20 “He aquí yo estoy a la puerta y llamo si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a el y cenaré con el”. Si tu dejas que Cristo dirija tu vida entonces eres un cristiano y te conviertes en un antorcha alumbrado siempre a tu alma alumbrando en tu aposento, en tu familia y cuando duermes el reflejo de esa luz no dejará acercarse a los demonios