Volumen 95 No. 2 Publicado por Christian Triumph Co. julio, ago., sept. 2018
ADORACIÓN DURANTE LA DESESPERACIÓN Y DEBILIDA por Ps. Narciso Zamora “No tengo descanso ni sosiego; no encuentro paz, sino inquietud.” Job.3:6
H
acen 20 años que a mi esposa Udelia le pronosticaron insuficiencia renal crónica terminal. Como familia tuvimos que enfrentar su enfermedad con la fe y la esperanza de que la voluntad de Dios para su vida sería otra. Durante todo ese tiempo, Udelia no dejó de adorar a Dios. Hubo momentos muy difíciles, pero aún en esos momentos, ella me decía que debía confiar en la voluntad de Dios, ya que esta es buena y perfecta. Udelia recibió un riñón y fue trasplantada. Años después enfrentamos situaciones duras. Yo me accidenté y caí del tercer piso de la casa, se rompió mi cabeza, mi muñeca, mi rodilla y tobillo. No debo negar que hubo ocasiones en que la angustia y el temor invadieron mi corazón al punto de quebrantarme, pero todavía hoy sigo creyendo que la voluntad de Dios para los que somos fieles a Él, es buena y perfecta, y que Él es soberano. Y hoy nuevamente puedo dar gracias a Dios por la vida de Udelia y de mí y de mis hijos. Job reconoce que está atravesando por un momento difícil de su vida, y que su dolor es tan grande por las pérdidas sufridas, diez hijos que murieron en un minuto, sus
animales fueron desaparecidos, sus cultivos y frutos quemados, matrimonio roto y su cuerpo con sarna maligna. Sus gemidos de Job salen de su boca como el agua que corre; con lo que quiere decir que así de abundantes son sus dolores. Todos sus temores se han hecho realidad, y los días de paz, tranquilidad y reposo se han ido, quedando en su lugar sólo angustia. La vida de Job ha sido trastornada, y así lo expresa. Su vida normal ha desaparecido y él se ha quedado sin saber qué hacer ni decir. Tan emocionalmente afectado se encuentra, que en los versículos anteriores lo vemos incluso maldecir el día en que nació. Si un hombre así de recto y justo como Job tuvo que pasar por todos los sufrimientos que pasó, también nosotros en un momento de la vida podemos llegar a pasar por situaciones en las que nos sintamos atribulados y confundidos. Mientras vivamos en este mundo, no estamos exentos del sufrimiento. Job estaba atribulado, pero aun así para Dios seguía siendo el mismo hombre íntegro del que tenía tan buen concepto. Es completamente humano que en un momento de crisis nos sintamos desconcertados. Lo que no es bueno ni saludable, es permanecer por mucho tiempo en ese estado. ¿Estás tú pasando por un tiempo difícil de enfermedad? ¿Estás cuidando de algún enfermo? En ambas situaciones, adora a Dios, confía y ríndete a su voluntad, sigue el ejemplo de Job. Pide a Dios sabiduría y fortaleza. Es necesario ser sabios y prudentes ante nuestros enfermos y serviles con amor