Volumen 94 No. 3 Publicado por Christian Triumph Co. oct, nov, dec 2017
El testimonio de fe de una mujer negra y esclava: AGAR
matrimonial. Se descalifica y acusa de Agar moralmente como la “mala” de la novela. Sin embargo, Agar es la heroína de la historia; ella es la víctima y no la victimaria. Les invito a releer la historia.
por Gerson Zamora Santiago
Agar, La Irrespetuosa Recordemos la historia que empieza en Génesis 16. Sarai no puede concebir. Mujer que no concebía en el antiguo oriente perdía consideración y estatus; además, la esterilidad era calificada como una maldición. En la antigüedad, la mujer se salvaba (religiosa y culturalmente) engendrando hijos. Por otro lado, Abraham necesita descendencia para asegurar el estatus de su linaje, era una cuestión de poder. Entonces, se tomó como solución la siguiente norma cultural; Sarai entrega su esclava Agar a Abraham para que concibiese al primogénito. En otras palabras, Agar se convierte en una especie de vientre de alquilar. Así, el hijo de Agar resolvía el problema de la descendencia y, hasta cierto punto, salvaría el honor de Sarai. Cuenta la historia que Agar queda embarazada y, sorpresivamente, Sarai se molesta. Según el texto bíblico, Sarai acusa a Agar de faltarle el respeto (Gn 16,4-5). ¡Pues claro! La esclava, entregada contra su voluntad a un hombre mayor. Convertida en vientre de alquiler se da cuenta que tiene un tipo de poder a pesar de su condición. El poder de la fertilidad. Su panza la muestra a diestra y siniestra, frente a las propias narices de Sarai. Parafraseando, Agar con su panza
Génesis 21, 8-21
E
s inevitable referirse al lamentable y criminal muerte de dos jóvenes trabajadores a causa del incendio desatado el 22 de junio en las Malvinas (Lima, Perú). Sus nombres: Jovi Herrera Aliana y Jorge Luis Huamán. Debemos nombrarlos para que no queden en el anonimato. Ya que es costumbre en nuestro país marginar a sectores de la población, por eso debemos nombrarlos constantemente para visibilizarlos. Lo mismo ocurre cuando leemos la biblia, nuestras lecturas se orientan hacia los grandes personajes de la biblia invisibilizando/marginando a otras. Cuando leemos el Antiguo Testamento predominan Moisés y los patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob. O los grandes profetas. Ésta práctica de lectura invisibiliza a otros personajes de igual importancia. A ellos debemos nombrarlos. Convertirlos en lecturas cotidianas. Por ese motivo escogí a Agar, la esclava egipcia de Abraham y Sarai. Curiosamente, cuando se leen los relatos de Agar y Sarai se construye una especie de novela mexicana donde Agar es la “otra”, la querida que perturba una dulce relación