Germinar Mayo 2018

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Agropecuario

AÑO 8 / EDICIÓN Nº 24 / MAYO 2018

ISSN: 1659-1089

Germinar 3


Créditos

Contenido 3

4 6 8 10

Editorial

Actuar con sentido estratégico

OPINIÓN

Los retos de la nueva Administración en Agricultura Sector forestal productivo de Costa Rica de cara a la nueva Administración Desarrollo rural territorial y la idoneidad para desarrollar proyectos Cambio climático desde la actividad productiva

Actualidad 12 14

16 18

Año

19

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Sobre forraje verde hidropónico a base de maíz Política Nacional de Semillas de Costa Rica: ¿Hacia dónde vamos?

innovación

D&PL Semillas: 20 años de avances en el mejoramiento y producción de semilla de algodón Raza Gyrolando como opción de genética animal en sistemas intensivos sostenibles de lechería tropical La yuca amarga muestra su potencial como sustituto del maíz amarillo para alimentación animal

Edición

24

Mayo

2018

DESDE EL SUELO 21

Aporte de las pasturas al carbono orgánico del suelo

Comité Editorial Ing. For. Xinia Robles Alarcón Ing. Agr. Edgar Rojas Cabezas Ana L. Chacón Villegas, Periodista Coordinación general Unidad de Comunicación Mercadeo y publicidad Periodista Valeria Campos Quesada Correo vcampos@ingagr.or.cr Teléfono 2240-8645 Diseño gráfico y diagramación María Zúñiga Mena Impresión Impresiones Unicornio

Las opiniones expresadas en esta revista no corresponden, necesariamente, con la posición del Colegio de Ingenieros Agrónomos. Colegio de Ingenieros Agrónomos de Costa Rica Residencial Los Colegios, Moravia Apdo 281-1000 San José www.ing-agronomos.or.cr Correo electrónico achacon@ingagr.or.cr Teléfono: 2240-8645, fax: 2240-2642


editorial

Actuar con

sentido estratégico

S

aludamos desde estas páginas el advenimiento de la nueva Administración que tomará las riendas del país, con la enorme responsabilidad de poner en marcha soluciones a los más complejos problemas acumulados en todos los frentes. Lo hacemos con la plena convicción de que las tareas pendientes son responsabilidad de todo el tejido social y por ello esta felicitación está acompañada de nuestra oferta de colaboración en todos los ámbitos a nuestro alcance. No es secreto que el sector agropecuario, donde transcurre nuestro diario quehacer, representa un área sensible para la economía y la convivencia de todo el conglomerado nacional, y que es un sector que requiere decisiones y acciones inmediatas, que potencien su capacidad productiva y en consecuencia su condición de generador de ingresos y bienestar social. No vamos a redundar en este breve espacio sobre la percepción que tiene el Colegio de Ingenieros Agrónomos de las tareas pendientes. Compartimos en lo esencial las recomendaciones planteadas a la nueva Administración por el Ing. Agr. Marco Chaves en el artículo Los Retos de la nueva Administración en Agricultura (páginas 4 y 5 de esta edición de Germinar). No obstante, es nuestro interés enfatizar en la importancia de acciones con sentido estratégico en dos campos vitales: preservación del medio ambiente y capacidad nacional de abastecimiento alimentario.

El éxito de la gestión en torno a estos temas garantizará apropiadas condiciones materiales de vida para nuestra sociedad en el largo plazo. La economía y el ambiente deben marchar de la mano. Por ello, las altas metas productivas, inherentes a las demandas del comercio global, que exigen en muchos casos, productividad intensiva, normas de calidad y altos rendimientos, no deben conquistarse en detrimento de las metas de protección del medio ambiente, por el contrario, ambas deben guardar un equilibrio razonable para que el país goce de capacidad generadora, cuando nuestros nietos y los hijos de nuestros nietos sean quienes pueblen esta geografía. Dirigir las acciones del sector agropecuario con sentido estratégico en el campo ambiental significa para nosotros eso: no perder de vista que los mantos acuíferos sanos, los ríos en movimiento, la fauna saludable, los bosques vivos y nosotros -que hacemos usufructo de ellos- conformamos un ecosistema que no se sostiene si alguno falta (salvo nosotros). Insistiremos una vez más en la importancia de robustecer la capacidad nacional de abastecimiento alimentario. Este énfasis no es gratuito, si tenemos en cuenta dos factores que representan amenaza permanente para el sector productivo: los efectos del cambio climático y la volatilidad de los precios de los productos agrícolas en los mercados internacionales. El desarrollo de capacidades para el autoabastecimiento será la retaguardia segura que garantice satisfacción de la básica necesidad de alimento y tiene, a su vez, una vertiente social muy importante, el sostenimiento de un conglomerado productivo nada despreciable: el pequeño y mediano productor nacional, que según la Dra. Marcela Dumani, coordinadora de la Comisión Institucional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, en el 2016, aportaba el 60% de los alimentos que consumimos los costarricenses. Dirigimos nuestra mirada a estos escenarios del sector agropecuario, sin pretender que sean el único centro de atención de la nueva Administración, pero preocupados ante la posibilidad, a veces tendencia, de que la búsqueda de los objetivos macro -que suelen medirse en toneladas exportadas y dólares captadosnos impidan la consideración de factores estratégicos que, bien atendidos, aseguran bienestar a la gente, más allá de la época que nos toca vivir. Es un asunto de humanidad también. Ing. Agr. José Ramón Molina Villalobos Presidente Colegio de Ingenieros Agrónomos

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Opinión

Los retos

DE LA NUEVA ADMINISTRACIÓN

en Agricultura

Marco A. Chaves Solera. Ingeniero Agrónomo, MSc. Ex Presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Costa Rica. chavessolera@gmail.com

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na democracia señera y consolidada como la costarricense nos permite cada cuatro años conocer, discutir y acoger por decisión libre y mayoritaria, la propuesta de ideas y medidas de solución que mejor se adapta a nuestra realidad y mejor perspectiva de futuro ofrece a la ciudadanía. El ejercicio democrático implica sin embargo, distinguir, discernir y acertar entre lo real y lo posible, entre lo potencial y lo viable, entre lo necesario, prioritario y urgente; es una decisión que trasciende lo meramente suntuario y superficial para ceñirse en lo que el país necesita para crecer y desarrollarse en un entorno social y económico satisfactorio, generando bienestar a toda su población. La decisión política ya fue tomada y corresponde ahora gestionar entre todos, no solo los gobernantes, sino también los gobernados, los planes y medidas que permitan estratégicamente atender y resolver nuestros problemas, superar nuestras limitantes, desarrollar nuestros potenciales y transitar por la deseada y añorada senda del bienestar general. El agro no está ajeno de esas necesidades y deseos, pues por el contrario, es un sector sensible al que se le han venido sistemáticamente cerrando los espacios de crecimiento y mejora, sea por el limitado apoyo político con el que ha contado en las últimas décadas, la calidad y profundidad de los problemas y limitantes por resolver y el profundo paternalismo con el que se ha tradicionalmente conducido, creyendo errónea e inconscientemente que como buen padre, el gobierno de turno debe proveer y resolver todo. Hoy, la llegada apoteósica de un nuevo gobierno como siempre ha ocurrido, llena de entusiasmo, esperanza y júbilo a una mayoría del pueblo que lo llevó al poder con la confianza, certeza e ilusión de resolver y satisfacer nuestras múltiples demandas y necesidades. No resulta difícil comprender que los desafíos traducidos en verdaderos retos que enfrenta el gobierno que recién inicia en todos los ámbitos, obliga adoptar medidas y acciones contundentes en la misma dimensión que conduzcan a su solución.

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Sugerencias

Mucho puede señalarse y hasta recomendarse al nuevo equipo de funcionarios que asumió el 8 de mayo la responsabilidad inmensa de conducir los destinos del agro nacional, lo que resulta pretencioso y hasta presuntuoso, aunque la verdad todos tenemos el derecho y la obligación de contribuir en la noble misión de favorecer y provocar los cambios coyunturales, mediáticos y con visión de futuro que consideramos son necesarios. La agricultura más que un acto de producir, comprar, vender y negociar, conlleva numerosos y variados elementos de fondo científicos, tecnológicos, sociales, legales, comerciales y ambientales que trascienden la simple habilidad y exigen formación profesional específica en las materias que lo componen para una correcta comprensión de lo que se trabaja. Respetando otras opiniones, siempre defenderé por convicción propia que la cartera del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) debe ser ocupada por un Ingeniero Agrónomo calificado y experimentado o un profesional en áreas afines ¡En la era del conocimiento no basta ni es suficiente la simple inspiración, los antecedentes lo demuestran y el MAG está lleno de ellos! 2 Los valores, la honestidad y decencia en el cargo no son negociables. La valoración del desempeño debe imponerse y aplicarse. 3 El pensamiento estratégico resulta fundamental en el abordaje de los temas tratados. Establecer metas de impacto y no de simple gestión es sano y muy efectivo. Se debe crecer pero reduciendo las desigualdades, pues de lo contrario poco impacto social se tendrá. 4 Esperemos una cartera mirando al futuro y no centrada en atender lo que la anterior hizo mal, no hizo, no finalizó o dejó de hacer. Hay cosas buenas de los dos gobiernos anteriores que merecen continuidad, evitando cerrar actividades y partir de cero en una muestra ególatra de falsa autenticidad. 5 Una meta insoslayable de la cartera ministerial es visibilizar y posicionar de nuevo al agro donde por mérito y antecedente le corresponde. El presupuesto del MAG y algunas de sus dependencias debe defenderse con mayor fuerza y mejor argumentación, pues resulta la verdad muy lamentable comprobar como la rectoría ofrece pasivamente por el contrario, reducción presupuestaria unilateral existiendo necesidad institucional. 6 Debe apoyarse, liberarse y darle espacio de acción al sector empresarial privado para que pueda operar, actuar y crecer. La integración inclusiva, la consulta oportuna, la articulación y el apoyo son importantes para favorecer la inversión, la mejora continua y su crecimiento, lo que se traducirá en mayor desarrollo rural y empleo, más producción, más exportación, ventas e ingresos a la hacienda pública. La producción interna y la agro exportación deben recibir por su particular conformación trato diferenciado. Resolver el tema de la legislación y tramitología excesiva, obstructiva e innecesaria (ventanilla única) es esencial. 7 Es de extrema necesidad lograr acercamientos efectivos, acuerdos y consensos al más alto nivel con otros ministerios que eviten y superen conflictos sectoriales innecesarios generados por egos personales y favorezcan resolver problemas añejos, como acontece con el registro de agroquímicos, un problema MAG-MINAE que ya cansa y serias consecuencias productivas, económicas y ambientales ha traído a nuestra agricultura. 8 En las condiciones actuales resulta un contrasentido pretender la adhesión a la Alianza del Pacífico, si ya tenemos relaciones bilaterales con los 1


El tiempo se acaba para segmentos productivos importantes del sector agropecuario. Ahora todos debemos contribuir y apoyar para que las soluciones sean una realidad

cuatro países (México, Colombia, Perú y Chile), con beneficios similares y exclusiones de quienes lo solicitaron y fue aceptado; de todas formas, ya ese grupo cerró posibles nuevos ingresos. Sin embargo, debe trabajarse seriamente en los temas desfavorables y las disconformidades que nos limitan el acceso a nuevos y mejores mercados, con el fin de mejorar nuestra posición comercial nacional e internacional de cara al futuro. 9 Comercio exterior en vinculación directa con el tema anterior, debe mantenerse como uno de los tópicos prioritarios y de primer orden en la agenda ministerial, que deben ser atendidos directamente por el jerarca con la debida, sana y recomendable integración, coordinación, consulta permanente y apoyo de las organizaciones del sector privado empresarial. La correcta administración de tratados comerciales en beneficio del productor y el consumidor sigue, luego de muchos años, quedando en deuda. 10 Es recomendable continuar con el apoyo y consolidación de los mercados regionales, los centros de acopio y de valor agregado (Chorotega, Brunca y Caribe); como también al Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), que tan buenos resultados ha generado. 11 Resulta sano revisar con prudencia, sensatez, tranquilidad y sentido de oportunidad la institucionalidad actual del sector agropecuario, pues pareciera excesiva, pudiendo sin afectación de los servicios prestados, reunirse e integrarse en menos dependencias, lo que coadyuva a facilitar sus procedimientos y administración con ahorro presupuestario. Queda por responder la pregunta ¿Son las instituciones actuales del agro las realmente necesarias o resulta prudente integrar y fusionar algunas? 12 El tema ambiental mantiene gran actualidad no apenas por razones comerciales, sino también por motivos de riesgo e impacto productivo, social y económico; lo que obliga al abordaje de tópicos vinculados con producción en ambientes controlados, adaptación, resiliencia, pago de servicios ambientales, generación de energías limpias, calidad, certificaciones, trazabilidad, investigación y eco eficiencia como meta final. Los

seguros (cultivo y cosecha) tienen relevancia, necesidad y actualidad por lo que deben atenderse y disminuirse en su costo. Hay que facilitar el acceso a la información climática, pues actualmente es deficiente y caótica. 13 Virtud de su relevancia y trascendencia para regiones y zonas productivas, lo concerniente al riego y el drenaje mantiene prioridad en la agenda ministerial, obligando a proseguir con el acelerador puesto en apoyar proyectos como “Agua para Guanacaste”, favorecer con apoyo real y tangible la implementación de sistemas modernos que lleven y saquen agua en periodos críticos. La Ley de Recurso Hídrico debe aprobarse con las demandas propuestas por el agro. Sin agua no es posible desarrollar agricultura eficiente y rentable. 14 La iniciativa promovida por el gobierno anterior de fijar metas de rendimiento y productividad en el tiempo por rubro es acertada, necesaria y debe continuarse y ampliarse en el campo pecuario, pesquero y forestal. 15 No se puede dejar de citar el enorme problema que persiste desde hace muchos años con el registro de insumos agropecuarios, donde la inscripción de nuevas, modernas y mejores moléculas se torna imposible, sumiendo al sector productivo en un atraso tecnológico que resulta inconcebible, inaceptable y que cobra perjuicios en todos los sentidos. El esfuerzo y valioso aporte del gobierno anterior al tema es reconocido, sin embargo es insuficiente y debe retomarse con carácter, valentía y capacidad en defensa de los intereses nacionales. Resulta incomprensible pensar como dogmáticos fundamentalistas del MINAE detienen el avance nacional, imponiendo e interpretando casi a placer criterios técnicos que tienen al sector postrado y operando con agroquímicos ya superados. Es inadmisible e intolerable que pocos afecten a tantos. El rector MAG debe resolver de inmediato sin dilación ni justificación esta situación; es su obligación. 16 En materia de investigación e innovación se debe apoyar más al INTA pero exigirle mayor eficiencia en la generación

Opinión

de tecnologías viables, pragmáticas, eco eficientes y rentables para los diferentes segmentos que conforman nuestro agro. El área de la genética, biotecnología, agua, clima, agroquímicos, sanidad y semilla son esenciales y prioritarias. 17 En torno al servicio de extensión agropecuaria del MAG y las instituciones públicas del sector hay mucho que hacer, pues considero a nivel regional el MAG lamentablemente perdió hace mucho la clorofila y se anquilosó sumido entre papeles y el ejercicio permanente de la planificación continua con baja ejecución y menos finalización; no necesariamente por decisión de sus funcionarios, aunque muchos por comodidad así lo favorecen, sino por disposición superior. El sector público debe contar con verdaderos líderes y agentes de cambio, que orienten y contribuyan al ajuste que los tiempos y las difíciles condiciones del entorno productivo y comercial actual requieren con urgencia. Corresponde al ente rector tomar con valentía las medidas correctivas para separar y erradicar lo que no se ajuste a ese objetivo. 18 Materias vinculadas con asociatividad, cooperativismo (dar seguimiento y resolver con autoridad lo acontecido en INFOCOOP), facilitar acceso al crédito productivo (Banca para el Desarrollo), promover e impulsar actividades de género, agricultura familiar, juventud rural, emprendedurismo y agroindustria, reducir la migración rural, la intermediación y favorecer el acceso a las ferias del agricultor y CENADA, promover la inversión externa, elevar seguridad alimentaria y autoabastecimiento, incorporar valor agregado a materias primas y residuos, promover e incorporar al pequeño agricultor al trabajo con visión de cadena agro productiva, mejorar la deficiente infraestructura productiva y vial. Como corolario solo cabe reiterar la premura, necesidad y prioridad con que se debe actuar, pues el tiempo se acaba para segmentos productivos importantes del sector agropecuario. Ahora todos debemos contribuir y apoyar para que las soluciones sean una realidad ¡El tiempo lo dirá! Germinar 5


OPINIóN

Sector forestal productivo de Costa Rica de cara a la nueva Administración Gilbert Canet Brenes. Ingeniero Agrónomo. Comisionado Nacional Forestal, MINAE. gcanet@minae.go.cr

U

na vez más el sector forestal productivo de Costa Rica, está de cara a un nuevo cambio de gobierno, y con esto se vuelven a poner sobre la mesa las expectativas, retos y frustraciones no alcanzadas con las anteriores administraciones. ¿Qué podemos esperar en este sentido de la nueva Administración?. Revisando el Plan denominado “Creer y crear la Costa Rica del siglo XXI: compromiso país”, podemos identificar algunas señales interesantes y prometedoras. Por ejemplo se anuncia en este Plan el establecimiento de un Plan Nacional de Desarrollo Forestal (PNDF), como sabemos el actual PNDF 2011-2020, es considerado por la Contraloría General de la República como el principal instrumento sectorial de la política forestal, éste debe de ser evaluado a finales de este año 2018, e iniciar a solicitud del nuevo ministro del MINAE, la formulación del nuevo plan 2020-2030, lo cual permitirá al sector entrar en un proceso de planificación y priorización de mediano plazo y conseguir el aval político para su implementación; así mismo hay que gestionar la inclusión en el nuevo Plan algunos lineamientos de política relacionados con el PNDF. Volviendo al Plan de la nueva Administración, menciona que se debe “Iniciar el proceso de consolidar al sector Forestal como un verdadero sector económico independiente del MINAE”. Este enunciado no es nuevo y las acciones para lograrlo están en su mayoría identificadas; el reto es encontrar la

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viabilidad política para poder concretarlas. En los últimos veinte años hemos visto como la actividad forestal se ha venido cargando, como ninguna otra actividad productiva, de una serie de restricciones, regulaciones y mitos que limitan su desarrollo, su competitividad y por ende su sostenibilidad. La administración recién terminada, si bien es cierto tenía la voluntad política para hacer cambios importantes, plasmados en el documento “Lineamientos para el cumplimiento de Plan Nacional de Desarrollo Forestal (2015-2018)” y ubicar el tema forestal como un eje relevante del desarrollo económico del país, no pudo implementarlos como esperaba. Y entre las principales razones para que se diera esta situación, está la gestión de las estructuras implementadoras de políticas públicas, en este caso específico el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), que según el artículo 22 de la Ley de Biodiversidad, hereda las competencias de la Administración Forestal del Estado, pero se diluye en un quehacer institucional sobrecargado y pierde efectividad en su aplicación. Desde que fue creado el SINAC en 1996, ha pasado por lo menos por tres largos y desgastantes procesos de búsqueda de la mejor estructura operativa, que le permita cumplir con los mandatos de al menos cinco leyes, pero el resultado es que se han generado arreglos institucionales, como el actual, especialmente en la Secretaria Ejecutiva, en donde los mismos funcionarios se encuentran desorientados en su rumbo y sobre saturados de responsabilidades. Esto es particularmente cierto cuando los mismos usuarios, no terminan de entender cómo funciona el SINAC y se desnaturaliza la verdadera razón de ser de una institución pública. Esto sucede porque las propuestas de organización institucional se gestan desde adentro y no considerando la opinión y expectativas de los administrados, que esperan una mejor atención en sus demandas y necesidades de servicio. Dentro de este aspecto de la institucionalidad forestal, la Oficina Nacional Forestal (ONF), no ha logrado tampoco ejercer las competencias que la Ley Forestal le confirió y seguramente tendrá excusas válidas, pero lo cierto es que también se espera más de ella. Es muy revelador cuando el Plan de


OPINIóN

Gobierno menciona “Realizar con el sector forestal una identificación de las experiencias realizadas por CORBANA, CONARROZ, CANAPALMA. CANAPEP, INCOPESCA, CORFOGA, ICAFE-CCC, CCCERDOS e identificar cuál sería la “mejor organización gremial productiva” y avanzar al menos el 50% del proceso de consolidación sectorial”, lo cual envía una clara señal de que debe de revisarse a luz de otros referentes la funcionalidad de la actual Oficina Nacional Forestal, con una intencionalidad de fortalecerla. Sobre Gobernanza Ambiental, el Plan de Gobierno indica que se deben de “Estimular procesos de participación y gestión comunitaria que permitan seguir avanzando en un esquema de conservación de la mano de las comunidades y la gente”. Este es un tema relevante para el sector forestal y del que no se ha tenido mayor avance. Se había planteado la creación del Consejo Nacional Forestal que viniera a llenar el vacío de tener un espacio de diálogo político con representación de los actores relevantes del sector forestal con el ministro rector, así como la figura del Administrador Forestal del Estado que apoyara la rectoría del ministro en materia forestal, pero ninguna de estas iniciativas contó con los apoyos políticos e institucionales, requeridos. Es un hecho de que Costa Rica tiene un gran potencial de producción de madera en sus recursos forestales los cuales se calculan en cerca de medio millón de hectáreas de bosques productivos, que están en manos de propietarios privados y que no tienen limitaciones legales ni ambientales para su manejo. Pero también es cierto que un segmento de la sociedad ha venido sistemáticamente externando criterios subjetivos alejados de la ciencia y la tecnología que han generado una opinión negativa sobre el manejo forestal y el uso de la madera.

En este sentido el Plan de la nueva Administración nos indica: “Producción sostenible en armonía con el ambiente. Ofrecer una gestión inteligente y sensible con la producción a favor del ambiente, mejorando las prácticas existentes y controlando la expansión incontrolada de cultivos”, con lo cual podríamos esperar una mayor apertura y disposición de la AFE hacia el fomento del manejo forestal sostenible. También es un hecho real las limitaciones legales históricas al legítimo acceso que tienen los propietarios de los recursos forestales. En este sentido resulta prometedora la iniciativa que se propone de “impulsar un nuevo marco legal del Patrimonio Natural del Estado que permita diferenciar el patrimonio forestal del patrimonio natural, ampliar los usos para un aprovechamiento sostenible, autorizar permisos de uso y concesiones”. Se podría identificar que el principal generador de obstáculos para lograr que el sector forestal sea competitivo, radica en el actual marco normativo, el cual tiene una serie de artículos especialmente en la Ley Forestal y Ley de Biodiversidad, que ya han sido identificados e incluso hay textos sustitutivos, pero no se ha contado con la viabilidad política para gestionar tales ajustes. En este mismo sentido también nos hemos topado con interpretaciones legales timoratas, y “mete miedos”, que provocan temores en los funcionarios de la Administración Forestal del Estado, en los mandos medios que son los que toman decisiones y es más seguro decir NO que un SI. En este sentido el Plan indica la necesidad de contar con “Un marco normativo ambiental eficiente. Dar prioridad a la generación de un proceso de revisión de los principales marcos legales que rigen el sector ambiente: Ley Orgánica del Ambiente, Ley Forestal, Ley de Biodiversidad y

Ley de Aguas para identificar duplicidades de funciones, contrariedades o competencias accesorias y facilitar su homologación, estimulando el avance hacia la definición de legislación integradora, como por ejemplo, la Ley de Ordenamiento Territorial.” Este lineamiento nos abre la posibilidad de reabrir en los próximos meses los espacios de negociación necesarios para gestionar los cambios de ley requeridos. Por último renace la inquietud de que si el sector forestal productivo debe quedarse en el SINAC o salir, incluso trasladarse al Ministerio de Agricultura y Ganadería. Al parecer todo apunta a que debe salir y buscar la especificidad y concentración de esfuerzos y recursos para satisfacer las demandas específicas de los sectores de protección y conservación y del sector forestal productivo. Y esto parece tener fundamento cuando se analiza lo que plantea el Plan de la nueva Administración en el sentido de dar “Solidez económica para el Sistema Nacional de Áreas de Conservación: Garantizar la consolidación económica del Fondo Solidario de Parques Nacionales mediante la obtención de recursos frescos que sean destinados exclusivamente al fortalecimiento y conservación de áreas silvestres protegidas.” Más que antes debemos encontrar los arreglos y rutas de solución en el marco que esta nueva oportunidad plantea, y que le permita al sector forestal consolidarse como un verdadero eje económico para el desarrollo sostenible de Costa Rica. Germinar 7


opinión

Desarrollo rural territorial y la idoneidad para desarrollar proyectos Marcos Guillermo Solano Solano Ingeniero Agrónomo msolano@inder.go.cr

L

a metodología de idoneidad es un concepto clave, que se implementa a partir de la Ley de Transformación del Instituto de Desarrollo Agrario en Instituto de Desarrollo Rural (Inder) Nº 9036 del 22 de marzo de 2012. Se refiere a los requisitos y condiciones sociales, técnicas y capacidades que presenta un solicitante para implementar un proyecto. La Ley Inder relaciona el término de idoneidad con el proyecto productivo de la actividad agrícola o de servicios para el desarrollo rural territorial. Si esta relación es positiva, la persona seleccionada es idónea para realizar determinado proyecto. Para tal efecto deben realizarse los estudios sociales y técnicos de acuerdo con lo consignado en el artículo 46 de esa Ley. Existe entonces una vinculación entre el estudio de idoneidad y el proyecto propuesto, ya que, este último define los temas que se deberán evaluar a la persona solicitante en el estudio de idoneidad. En este contexto, la idoneidad se define como la relación que existe entre los requisitos que establece la Ley No. 9036 y las capacidades, características o atributos que presenta una persona o grupo de personas solicitantes que le permiten ejecutar un proyecto. Igualmente, inserta en su metodología de trabajo parámetros para no excluir a poblaciones vulnerables, como son las mujeres cabeza de familia, o que se encuentren en estado de desprotección social y económica por causa de la violencia, el abandono, o la viudez; las personas jóvenes, indígenas, con discapacidad o adultos mayores. 8 Germinar

Para su determinación, se ha creado una escala de idoneidad (alta, moderada, baja e inconsistente), que nos da alertas (luces); de confianza (luz verde y esmeralda: idoneidad alta y moderada), precaución (luz amarilla: idoneidad baja) y reserva (luz roja: idoneidad inconsistente), que para el Inder representa apoyar o no el proyecto de la persona solicitante. Las alertas derivadas de los instrumentos aplicados, nos indican el perfil de la persona solicitante por ejemplo, las condiciones socioeconómicas; si es micro, pequeño o mediano productor (a) o empresario, la situación de arraigo, el conocimiento, la experiencia; y por otro lado nos señalan por un lado, debilidades de capacitación o formación de las personas solicitantes para disminuir el riesgo de fracaso del proyecto o áreas que requiere atención para, si es del caso establecer estrategias para corregirlas. Así el método es evaluar, no calificar, siendo consistente con la Ley 9036, cuando nos habla de desarrollar competencias. Aunque, nuestra Constitución Política en el artículo 56 nos indica que “…los costarricenses tenemos derecho a elegir nuestro trabajo y además es una obligación”; científica y técnicamente, se requiere de un instrumento que identifique las debilidades y fortalezas de la persona solicitante sea física o jurídica, de tal manera que el proponente y

el patrocinador del proyecto tengan claras las virtudes y riesgos de su implementación. Por tanto, la idoneidad es la antesala de la toma de decisiones de la persona solicitante y lo prepara para dar ese paso; y a la Institución le previene de los resultados que se pueden dar. La metodología de idoneidad, posee como uno de sus fines la búsqueda de la igualdad y justicia de medición de la persona solicitante, al disminuir en gran medida la arbitrariedad, la subjetividad y el factor político como criterios de elección. Así como muestra garantía de imparcialidad y una actuación más eficiente de la Administración Pública. En conclusión, minimiza los problemas legales por situaciones en el manejo de proyectos como pueden ser: a) el abandono de instalaciones; b) la alta rotación de arriendos en una propiedad; y c) cualquier otro tipo de recurso legal que dificulte la administración de los bienes institucionales. También, coadyuva a evitar el riesgo en las deficiencias en la comprobación de la idoneidad por falta de capacitación de los analistas, o por omisiones de requisitos y procedimientos, que derivan en proyectos poco productivos y beneficiarios no idóneos, entre otros. La falta de idoneidad de la persona solicitante, incide negativamente en los fines nacionales e institucionales, puesto que no garantiza que los beneficiarios contarán con una base de experiencia y capacidad real, a la hora de ejecutar el proyecto.


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opinión

Cambio climático desde la actividad productiva Jhonny Vásquez Jiménez MSc. Ingeniero Agrónomo. Investigador independiente jvasquez@proagrocr.com

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e motivó escribir estas líneas la lectura de un artículo reciente que sugiere que el cambio climático traerá una mejora en la producción agrícola debido a un aumento en la concentración de CO2 en el ambiente, por lo que las plantas tendrían disponible más carbono para fijar y producir biomasa.

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Es posible que lo anterior sea cierto. Sin embargo, esa afirmación no tiene el contexto suficiente si consideramos los efectos del cambio climático de manera integral, como debe ser. Sobre lo anterior quiero compartir mi experiencia en el cultivo de piña. El análisis de la respuesta fisiológica de la planta de piña a diferentes condiciones climáticas, nos da una luz de lo que va a ocurrir en nuestro agroecosistema y productividad específica, conforme el cambio climático lo comienza a modificar. Es importante entender que debemos medir, monitorear y registrar; que es indispensable definir un indicador productivo válido para nuestro cultivo, el cual debe tener una estrecha relación con la productividad y con la respuesta fisiológica del cultivo al ambiente. Para la piña, propongo como indicador el índice de cosecha “IC” que se ha definido como la relación existente del peso fresco de la fruta al momento de la cosecha entre el peso fresco de la planta al momento del forzamiento. Está reportado en la literatura que entre mayor sea la temperatura mínima promedio de una zona, menor es el “IC”, y que “IC” cercanos a 1 (más eficientes), se encuentran en zonas con temperaturas mínimas promedio relativamente bajas. Es decir, en piña el “IC” es más eficiente (menos kg de tallo y hojas se requiere para producir un kg de fruta) en ambientes con temperaturas promedio mínimas más frescas que en ambientes donde las temperaturas son más calientes. En Costa Rica, en el distrito de Venecia de San Carlos (trópico húmedo), he medido índices de cosecha entre 0.71 y 0.77, con temperaturas mínimas promedio de 24ºC mientras que en América del Sur y África (trópico


opinión seco y tropical monzónico respectivamente), con riego, he medido índices de cosecha entre 0.38 y 0.55, con temperaturas mínimas promedio de 29ºC. La implicación práctica de lo anterior es que un diferente criterio de peso de forzamiento debe ser utilizado para obtener similar peso promedio de fruta en los anteriores agroecosistemas, por lo que las reglas de duración de ciclo de cultivo, presupuesto agrícola y productividad son muy diferentes en esas condiciones y adicionalmente, que la ausencia de floración natural en los ambientes calurosos no compensa las diferencias en costos, duración del ciclo de cultivo y productividad que se tiene entre los diferentes agroecosistemas. Lo interesante y peligroso de esto, es que entre mayor temperatura mínima promedio se tenga (superior a 28 ºC, por ejemplo), más rápido y vigoroso aparenta ser el crecimiento de la planta de piña, tanto es así que rápidamente se obtiene el peso de forzamiento que podría ser considerado ideal para una condición de temperatura mínima promedio como la mencionada para Venecia de San Carlos (24 ºC). Sin embargo, si el forzamiento se efectúa con dicho peso en esos agroecosistemas, la fruta resultará significativamente más pequeña de lo esperado, ya que el criterio de forzamiento se habrá aplicado con base en experiencias de peso fresco y edad de planta y no con base a un conocimiento de la fisiología del cultivo y por ende de su “IC” para dicha condición particular. Por esta razón, quizás convenga evitar hablar en términos positivos de volumen de biomasa en piña, porque ciertamente en ambientes con temperaturas mínimas promedio altas se produce más biomasa, pero si ésta no se particiona de manera óptima en fruta, no es lo que se busca, si es fruta lo que se quiere producir. Pero ¿qué tiene que ver esto con cambio climático? Pues bien, la importancia de lo anterior, es que demuestra que un aumento en la producción de biomasa no necesariamente significa un aumento en la producción “de la estructura vegetal que nos interesa”, y que los efectos del cambio climático no pueden ser analizados como variables aisladas sino de manera integral. Ahora bien, teniendo claro que el cambio

climático no es sinónimo de déficit hídrico, que tampoco necesariamente implica mayor producción de biomasa comercializable, y que inevitablemente cambios en la temperatura, la precipitación y la radiación solar implicará cambios en las estrategias técnicas, tecnológicas y operativas, para mantener una productividad estable, las preguntas son: ¿Estamos cuantificando el cambio climático en nuestros agroecosistemas específicos? ¿Qué tecnología necesitamos para cuantificarlo, es suficiente con la que tienen las instituciones del Estado? Para responder estas preguntas, es importante comprender que el cambio climático no afecta de la misma forma los agroecosistemas, y los efectos sobre los cultivos dependerán de cambios específicos en agroecosistemas específicos, tal como hoy tenemos diferencias en producción entre lotes dentro de las fincas, producto de diferencias de suelo y/o microclimas. No hay otra forma de medir el clima que con sensores que midan nuestras variables de interés, sin embargo, no necesitamos instalar en las fincas los equipos y sensores que tiene el Instituto Meteorológico Nacional. Para agricultura lo mínimo necesario es registrar las variables de interés a intervalos constantes dentro de los microclimas que podamos definir en nuestra explotación con base en experiencias propias de producción, de manera que se puedan crear bases de datos que permitan comparaciones a través del tiempo y poder inferir cambios en estas variables y lo más importante, si estas variaciones se pueden asociar a cambios fisiológicos y finalmente productivos sobre nuestro cultivo. Por otra parte, contar con un equipo que mida variables de clima en una finca no solamente es útil para registrar y cuantificar el cambio climático por variable, sino que es posible utilizarlo para proyectar el crecimiento del cultivo, por ejemplo, mediante el método de “unidades calóricas o grados día” o bien predecir la fecha de cosecha exacta posterior a cierto evento fisiológico u operativo, en piña por ejemplo a partir del forzamiento. Existen diferentes herramientas de predicción y modelación del crecimiento vegetal que toman como base

la información climática; en este sentido no es conveniente carecer de un equipo que mida y registre las variables climáticas que influencian nuestro cultivo dentro de las fincas. Es posible que quien comience a medir y registrar el clima de su finca hoy, ya haya comenzado tarde, pero al menos comenzó. Espero que mi experiencia le sea útil para proponerse metas técnicas que le ayuden a comprender y anticipar posibles cambios productivos en su actividad agrícola, producto del cambio climático.

Recomendaciones 1

2

Adquiera un equipo que mida y registre el clima;

Defina una línea base para cada una de las variables climáticas que influencian la respuesta fisiológica del cultivo, transformándola cuando sea necesario en variables agronómicas;

3

Defina una línea base para un buen indicador fisiológico que sea productivamente sensible al ambiente;

4

Realice reuniones técnicas con sus colegas dentro de la organización y discutan los resultados todas las semanas.

Germinar 11


ACTUALIDAD

Sobre forraje verde hidropónico a base de maíz

N

o resulta extraño escuchar hablar sobre el forraje verde hidropónico (FVH). Es especialmente interesante dado el costo de la alimentación animal y en momentos que se sufren los efectos del desajuste climático, tanto extensos periodos sin lluvia como altas precipitaciones en cortos ciclos: en ambos casos se hace más difícil el acceso a pastos frescos. El maíz y algunas otras especies poáceas, han sido estudiadas con suficiencia como fuente de FVH y su uso ha sido demostrado en la literatura para diversidad de especies animales. La investigación científica por lo general, ha tomado como base un protocolo escrito por FAO (2001). Durante el análisis de las propuestas hechas para valorar el potencial de producción de FVH en Costa Rica con base en maíz (de otras especies habría que importar la semilla), se consideraron algunos elementos que atender, tal como el tiempo requerido por el productor y los insumos necesarios para la producción. Despejar estas inquietudes en el contexto operacional, eliminaría del horizonte una serie de aseveraciones populares basadas en experiencias realizadas sin debido soporte estadístico y sin criterios de razonabilidad. Al mismo tiempo, se debía dar énfasis a la búsqueda de herramientas para facilitar al productor la obtención de material de buena calidad y en corto plazo, mediante un sistema de trabajo eficaz y poco oneroso. Con el apoyo económico de la fundación FITTACORI (MAG), el Programa Nacional Sectorial de Producción Agrícola bajo Ambientes Protegidos (ProNAP) y colegas de la Universidad Técnica Nacional, la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, desarrollamos un trabajo en busca de poder ofrecer a los productores una alternativa congruente de apoyo para sus múltiples necesidades.

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Francisco Marín-Thiele Gerente del ProNAP, Convenio CNP/MAG framathi@costarricense.cr

Resultados disponibles

Un primer proyecto que inició en el 2015 por ProNAP y UTN, permitió desarrollar varias investigaciones. Los logros son importantes y se resumen en demostrar la viabilidad en el uso del maíz para producir FVH con un apropiado aporte de nutrientes, alta digestibilidad, aunque con poco aporte de materia seca. En el trabajo de tesis de Carolina Ramírez, UCR, se estableció un módulo para la investigación, que aún continúa operando con otros ensayos. Se determinó una reducida necesidad de agua para la producción (de entre 1/15 hasta 1/35 de la necesaria para producir 1 TM de MS con forrajes a campo abierto) y elevado aporte de proteína cruda (15-23 %), y superaría además a algunos pastos de corte en torno de productividad de biomasa, reflejado ello en hasta 160 TM de MS ha-1 año-1. Así mismo, se comprobó que es innecesario implementar nutrición mineral o emplear sustratos. Y en trabajos paralelos, se determinó que la cantidad de 3 kg de semilla por metro cuadrado era una aproximación adecuada, con un rendimiento de cerca de 4 kilos de FVH por kilogramo de granosemilla, que podría potenciarse al alza. De importancia resaltar es que en la tesis de Isaac Moreno, UNA (en preparación) se trabajó fundamentalmente con varios genotipos de grano comercial, de productores de maíz de diferentes zonas del país (se le comparó con semilla certificada). Datos preliminares revelarían buena respuesta de los distintos maíces para la mayoría de las variables estudiadas (peso fresco, peso seco, proteína cruda, digestibilidad y otras). ¿Qué se está ejecutando?

Los trabajos realizados en primeras instancias, llevaron a mejorar los procesos de preparación del material de siembra. Por ejemplo, se redujo el tiempo de preparación de la “semilla” de 25 a 6-8


ACTUALIDAD

horas y se logró evitar el uso de un cuarto oscuro (infraestructura) para la pre-germinación. Estos avances se han ido incorporando en los ensayos subsecuentes hasta lograr un protocolo más manejable, de eventual fácil aplicación por parte del productor, con resultados apropiados. Actualmente, se encuentra en desarrollo una tercera tesis de grado (Alexander Salazar, UCR), mediante la que se estudia el efecto del sombreamiento y la disponibilidad de luz PAR sobre el desarrollo y calidad del forraje, la eficiencia del sistema de trabajo (uso eficiente del agua y el espacio), todo ello como parte del segundo proyecto iniciado en 2017 bajo la coordinación de ProNAP y UCR; y también, en forma paralela, se ejecutan otros esfuerzos como la mejora de la condición fitosanitaria (pues el cultivo es sensible a bacterias y hongos), efecto del tiempo de cosecha y otros ajustes que apoyarán la construcción de un criterio más sólido, basado en resultados formalmente obtenidos. Algunas inquietudes

Tres han sido las mayores inquietudes. Se ha puesto en tela de duda la viabilidad económica del proceso. Sería fácil plantear su no-rentabilidad si se emplean por ejemplo, costosos equipos para control ambiental y el uso de semilla certificada de maíz. Pero se ha demostrado que bajo otros escenarios sí se logra viabilidad económica, como lo hemos hecho con estructuras sencillas para producción cuyos equivalentes podrían estar disponibles en las fincas de los productores, así como empleando genotipos de maíz de fácil adquisición y bajo costo, que con un poco de atención, se transmuta en “semilla” que ofrece un resultado adecuado. Así mismo, podría ser esto parte de un proceso de reducción de gastos (costo de los concentrados) y divisas, además de potenciar nuevos agronegocios. En otro ámbito se encuentra la calidad misma de la materia verde. Como se indicó, se obtiene un forraje de alta calidad nutricional y digestibilidad (FDN con valores superiores a 40 %, menos de 1 % de lignina), aunque carece de suficiente fibra (apenas 13-19%) para completar el cuadro deseado por un nutricionista. Se parte del criterio experto de que es mala pretensión pensar en alimentar animales (especialmente rumiantes)

con base exclusiva de FVH; más bien, debe tenerse claro que se dispone de él como complemento para uso debidamente proporcionado, o como producto fresco, rico en nutrientes, altamente palatable y al alcance de la mano por su corto ciclo y fácil distribución. Finalmente, la escala es un asunto de necesaria discusión. Las implicaciones propias del protocolo de trabajo, permitirían un razonable empleo de los recursos materiales, del espacio y del tiempo por parte del productor. Podría ser más complicado para un pequeño productor tener su propia producción de FVH que para uno que se especialice en tal evento. Y las asociaciones de productores de grano podrían ser importante referencia en una operación de esta naturaleza. Producir todos los días “x” cantidad de forraje fresco para “y” cantidad de animales, requiere de un ordenamiento “industrial”, en el que se requieren importantes cantidades de semilla (grano en origen) tal vez cada 2 o 3 días; queda implícito además, un flujo al menos trimestral de grano (para evitar pérdida de vigor) y condiciones mínimas para su almacenamiento. Hay muchos otros elementos que tratar, mas faltan aún por obtener algunos resultados y generar las debidas propuestas; dentro de ello la presentación de resultados de la segunda tesis y la conclusión de la fase experimental de la tercera. Hay en ciernes además, varios artículos y publicaciones para ampliar la exposición de los hallazgos y facilitar los escenarios para el análisis y los límites de aplicación, pero se ha recorrido un importante camino que ha permitido demostrar que la línea original de pensamiento, esto es, la oportunidad de contar con material fresco, altamente digestible y nutritivo, localmente producido y con ahorro de divisas, es factible. Medidas de compensación de las dietas, deben considerarse según las condiciones de escenarios particulares. Se pretende establecer y transferir a mediano plazo un mecanismo certero para posibilitar un proceso de siembra/cosecha de 15 días, en una estructura semi-aislada a cubierto, con poco requerimiento de agua y un sistema automatizado de nebulizadores de bajo costo y valores medios de luminosidad, que abarcaría distintas condiciones de clima del país.

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ACTUALIDAD

Política Nacional de Semillas de Costa Rica:

¿Hacia dónde vamos? Walter Paulo Quirós Ortega Ingeniero Agrónomo. Director Ejecutivo Oficina Nacional de Semillas wquiros@ofinase.go.cr

La semilla es la base de todo sistema alimentario; es un insumo indispensable y estratégico para la producción agrícola. Es el elemento que contiene toda la información genética que define el potencial y características de una variedad vegetal y es un medio de transferencia tecnológica por excelencia

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urante los últimos cuatro años Costa Rica ha contado con una “Política para el Sector Agropecuario y el Desarrollo de los Territorios Rurales 20152018”, como marco orientador de este Sector, la cual contempla varias acciones en materia de semillas (promoción de la producción, disponibilidad y uso de semillas de calidad superior, rescate e intercambio de semillas autóctonas, modernización de la legislación, promoción de especies subutilizadas para diversificar la producción de alimentos, fortalecimiento de los programas de investigación en fitomejoramiento y certificación de la calidad como valor agregado para favorecer la exportación de semillas). Sin embargo, dado el valor estratégico de las semillas para el sector agropecuario y su papel determinante ante los desafíos en cuanto a seguridad alimentaria, adaptación al cambio climático y competitividad, el Ministerio de Agricultura y Ganadería decidió apoyar una iniciativa conjunta del Centro para Investigaciones en Granos y Semillas (CIGRAS) y la Oficina Nacional

de Semillas (ONS), conducente a la elaboración de una Política Nacional específica para la actividad de semillas. Esta tarea fue asumida por un grupo de trabajo constituido por la ONS, el CIGRAS, la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA), y con el apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la facilitación metodológica del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Este proceso inició con el Seminario “Valor estratégico de las semillas en la agricultura”, realizado en julio del 2015, que permitió revisar el entorno nacional e internacional de semillas y tendencias en diferentes áreas de esta actividad. Posteriormente hubo varios talleres organizados con representantes de los sectores institucional, académico, así como el productivo y semillerista (tanto público como privado). Resultado de este proceso participativo, se logró contar con una versión final de la Política Nacional de Semillas, la cual fue ava-


ACTUALIDAD lada por el Consejo Agropecuario Nacional (CAN) y, mediante acuerdo ejecutivo Nº 003-2017-MAG fue oficializada y declarada de interés público, entrando a regir el 16 de enero del 2018. ¿Pero por qué después de casi 40 años de existir legislación de semillas (Ley Nº 6289) se considera conveniente contar con una política en esta materia? Idealmente una política, como instrumento orientador, debería definirse antes de aprobarse la ley, en este caso para la actividad semillera nacional. Consecuentemente, la legislación debería concebirse acorde a la visión y objetivos establecidos en la política. Por mucho tiempo hemos seguido las tendencias mundiales en este campo, no obstante, la acelerada evolución que ha tenido la actividad semillerista, tanto a nivel de comercio, desarrollo de la industria, convenios internacionales en biodiversidad y recursos fitogenéticos, roles de los sectores públicoprivado, avances tecnológicos tanto en mejoramiento genético como en tecnología de semillas, han justificado más que nunca hacer un alto en el camino para revisar todo ese entorno y tendencias, evaluar el contexto nacional y entonces definir hacia dónde queremos seguir. Efectivamente, este instrumento debió haberse concebido desde hace muchos años, pero aun así, se resalta por ser una iniciativa pionera, ya que pocos países de la región y en el mundo, cuentan con marcos nacionales de este tipo. Esta política es un instrumento cuyo objetivo es “promover el desarrollo del sector semillerista costarricense, con un enfoque articulador de intereses y recursos de sus integrantes, para mejorar la eficiencia productiva del sector agropecuario, en función de los retos que plantean la seguridad alimentaria y nutricional, la preservación de la biodiversidad, el cambio climático, la globalización de mercados y la garantía de la calidad de las semillas”.

La política cuenta con

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ejes estratégicos interrelacionados:

1. Desarrollo de variedades: como fundamento para potenciar la actividad semillerista, enfocando el fitomejoramiento en cultivos prioritarios y mediante la alianza de los sectores públicoprivados.

3. Extensión agrícola: promoviendo la conexión entre investigadores, extensionistas (estatales y asistencia técnica privada) y productores; introduciendo los conceptos de calidad y variedades mejoradas en las estrategias de extensión.

6. Seguridad en semillas: fundamental en tiempos de cambio climático, mediante el establecimiento de un marco de referencia a través de un sistema de alerta temprana que permita reaccionar oportunamente ante situaciones de riesgo de eventuales desabastos.

2. Producción de semillas y aseguramiento de la calidad: sin programas eficientes de producción y distribución de semillas de calidad, el mejoramiento genético no tiene mayor impacto. Con clara definición de los roles que ocupan los diferentes sectores involucrados, se desarrollará una cultura de calidad en esta actividad.

4. Mercadeo de semillas: bajo una normativa técnica y legal equilibrada se promoverá un trato transparente y sana competencia por parte de los diferentes actores en el mercado de semillas, en donde el Estado y sus instituciones en forma coordinada ejecutarán acciones de fiscalización, extensión e información, generando sinergias con el sector privado.

5. Desarrollo de empresas de semillas, importación y exportación: generando un entorno apropiado mediante servicios eficientes, facilitación de trámites e información relevante para estudios de factibilidad o identificación de oportunidades que estimulen estos emprendimientos.

7. Generación y fortalecimiento de capacidades: como requisito indispensable para promover el desarrollo del sector semillerista se requiere de un recurso humano capacitado. Para ello se prevé una urgente atención en universidades, escuelas técnicas y centros internacionales para la formación y capacitación permanente de estudiantes y profesionales, principalmente en las áreas de fitomejoramiento y tecnología de semillas.

8. Plataforma Legal: acorde a las condiciones actuales y necesidades del sector agropecuario, propiciando un sano comercio y un adecuado abastecimiento de semillas de calidad, accesibles para los diferentes sistemas productivos. Si bien la Oficina Nacional de Semillas es designada como organismo encargado de velar por la aplicación de esta Política, su implementación debe ser de manera conjunta con el sector semillerista y del propio sector agropecuario nacional.

Tanto la misión, visión y objetivos de esta política han concebido la necesidad de una articulación de sectores público, privado, académico, productivo. Para ello deberá convocarse a una red de actores altamente representativa, apostando en todas sus áreas, a las alianzas público-privadas. Germinar 15


Innovación

D&PL Semillas: 20 años de avances en el mejoramiento y producción de semilla de algodón

Ing. Agr. Luis Guillermo Vargas (izquierda) e Ing. Agr. José Ramón Molina, durante visita a proyecto en La Palma de Abangares.

Ana Lía Chacón Villegas Periodista Revista Germinar achacon@ingagr.or.cr

E

l cambio climático obliga a modificar y adoptar estrategias para la producción agropecuaria. En esta dirección, en el año 2012, D&PL Semillas puso en marcha un proyecto innovador para desarrollar nuevas variedades de semillas de algodón. 4.800 metros cuadrados de invernaderos y 8 hectáreas de casa malla, forman parte de la iniciativa que permitió trasladar del campo abierto a sistemas de producción bajo ambientes protegidos, la investigación y mejoramiento genético para exportación de semillas de algodón. En seis años, los resultados evidencian progresos significativos que se reflejan en un aumento importante de volumen, semillas de mejor calidad, variedades con mayor resistencia a plagas y enfermedades, eficiencia en el uso del agua y mayor seguridad para los trabajadores. “Identificamos los retos de nuestra empresa y tratamos de ofrecer soluciones viables por medio de la investigación y el mejoramiento genético bajo condiciones de ambiente protegido”, ese es el desafío”, indicó el Ing. Agr. Adrián Vargas Sánchez, Gerente D&PL Semillas Costa Rica.

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Impulso modernizador

70 mil nuevas variedades

Con más de 20 años de experiencia en la obtención de variedades y producción de semilla de algodón para exportar, D&PL Semillas dio un impulso modernizador a la investigación y mejoramiento genético convencional en sistemas de ambientes protegidos. La iniciativa, que se desarrolla en La Palma de Abangares, combina invernaderos (8 módulos) con casa malla. Está orientada al análisis de la adaptabilidad, productividad y calidad de semillas. “Este es un nuevo modelo de producción para ofrecer soluciones, enfocado en cinco grandes ejes: obtención de nuevas variedades con mayor resistencia a plagas y enfermedades, reducir el uso de insecticidas, maximizar la eficiencia en el uso del agua; mejorar los rendimientos en menos espacio y asegurar la salud de los trabajadores”, expresó el Ing. Agr. Luis Guillermo Vargas. Una instalación con condiciones óptimas ofrece al equipo de fitomejoradores nuevas oportunidades, no solo para obtener variedades de semillas que se adapten a diversos entornos ambientales, sino también para acortar el ciclo productivo. Aquí se implementan nuevas herramientas para el manejo integrado de plagas mediante el control biológico y prácticas de sostenibilidad para la reducción de la huella carbono, como cosecha de agua, riego por goteo, reducción de desechos y agricultura de precisión, entre otras.

En La Palma de Abangares, bajo ambientes protegidos, se obtienen, por ciclo productivo, un promedio de 70 mil nuevas variedades de semillas de algodón, que se envían a la casa matriz de D&PL Semillas en Estados Unidos para su evaluación y mejoramiento genético. Una vez concluido el ensayo, las variedades que demuestran mejor desempeño, regresan al país para su reproducción en la finca de la empresa en Chomes, Puntarenas, donde actualmente se siembran 240 hectáreas, conforme a los protocolos y normativa vigente para la producción de semillas de algodón modificadas genéticamente. “Este es el resultado de muchos años de historia y es también la oportunidad para continuar creciendo y cosechando, con calidad y sostenibilidad, variedades de semillas más resistentes a plagas y enfermedades, adaptables a las nuevas condiciones climáticas, para beneficio de los agricultores, de nuestros trabajadores y de las comunidades donde desarrollamos nuestros proyectos”, concluyó el Ing. Vargas. El equipo al frente del proyecto está conformado por los Ingenieros Agrónomos Adrián Vargas y Luis Guillermo Vargas y los señores Juan Carlos Cordero e Ignacio Vega.


Agropecuario

Germinar 17


innovación

Raza Gyrolando como opción de genética animal en sistemas intensivos sostenibles de lechería tropical Ana Lía Chacón Villegas Periodista Revista Germinar achacon@ingagr.or.cr

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l pasado 22 de marzo, durante el día de campo “Tecnologías para promover los sistemas de ganadería sostenible de cara al cambio climático”, realizado en la Estación Experimental Los Diamantes en Guápiles”, tuvimos la oportunidad de conocer y escuchar a don Freddy Carmona y don Víctor (Pipe) Pérez, dos productores de leche que ya empezaron a invertir en la modernización de sus fincas. Según explicaron, con el manejo que están dando al hato pasaron de 1.5 a 4 UA/ha y de producir 5 litros pasaron a 17 litros de leche por vaca. Don Freddy y don Víctor son beneficiarios del Proyecto Sistemas de Manejo Intensivo Sostenible (MIS), una iniciativa que viene desarrollando el Instituto Nacio-

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nal de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) y el MAG, desde hace cinco años, con el objetivo de especializar el sector lechero de bajura. La experiencia compartida por estos productores confirma que la lechería del trópico puede ser competitiva y adaptable al cambio climático, pero que requiere cambios. Mejoramiento genético

“El país puede apostarle a la lechería tropical, es una opción real”, afirmó el Dr. Jorge Morales González, especialista en nutrición animal del Programa Pecuario del INTA, quien compartió la realidad del sector y los cambios que requiere para que sea competitivo.

Explicó el experto que dichos cambios se pueden dar con el uso de metodologías novedosas y tecnologías existentes; con un buen plan de alimentación en la finca con base en el manejo rotacional de las pasturas; suplementación con recursos propios de la finca; salud preventiva del hato y un componente clave: el uso de la más apropiada y mejor genética disponible. En este sentido, indicó que el Proyecto Sistemas de Manejo Intensivo Sostenible apunta al Gyrolando, una raza sintética que resulta de cruzar la raza Gyr Lechero con Holstein. “La necesidad de cambios rápidos obliga a considerar estrategias disponibles y viables, probadas dentro y fuera del país. En este caso apuntamos al ganado Gyrolando, una raza atractiva, con muchas bondades, que en condiciones similares a la nuestras, de trópico húmedo y trópico seco, se utilizan con éxito en Brasil y Colombia”, expresó el Dr. Morales. ¿Cuáles son las vías disponibles para realizar ajustes en la genética animal, que sean rápidas y viables tal como lo amerita la actividad lechera? Explicó el Dr. Morales dos opciones que se pueden realizar en forma paralela: la transferencia de embriones y los cruzamientos. Ambas vías son similares en tiempo y efectividad. La diferencia está relacionada con la inversión inicial a favor de los cruzamientos, además de que es de implementación inmediata. Identificada la necesidad del cambio a sistemas de lechería tropical y la disponibilidad de los principales componentes para hacerlo, se deben hacer todos los esfuerzos para implementarlos en el breve plazo, si se quiere proteger el futuro mediato de más de 17 mil familias, principalmente pequeños ganaderos, que se dedican a esta actividad directamente y todo lo que representa en la dinámica económica nacional, concluyó el Dr. Morales. El cambio: dos ejemplos Don Freddy Carmona

Con el apoyo de su esposa y dos hijos maneja su finca El Manzano, una pequeña explotación pecuaria ubicada en el distrito de Cutris, San Carlos, dedicada a la producción de quesos bajo el sistema “doble propósito”, con una venta promedio de 5


kg de queso por día, que equivalen a una producción vendible de aproximadamente 30-35 kg de leche. El área dedicada a la ganadería es de solo 2.23 ha. El cambio más relevante que ha introducido es el mejoramiento de las pasturas y la instalación de un sistema de pastoreo rotacional intensivo, a partir del uso de cercos eléctricos y la construcción de 28 pequeños apartos, y pasturas mejoradas en un área de 1.5 ha. Como parte del Proyecto Sistemas de Manejo Intensivo Sostenible, don Freddy, al igual que don Víctor, recibió las primeras hembras de la raza Gyrolando. Estos cambios le permitirán transformarse de una lechería de doble propósito a una lechería tropical, aumentar la productividad de su finca, bajar costos, incrementar sus ingresos y mejorar su entorno ambiental. Y más importante aún se convierte en un modelo de transferencia de tecnología.

Don Víctor Pérez

Con apoyo de su esposa y dos hijos maneja su finca de 58 hectáreas, distribuidas en tres terrenos separados, con una sección de 28 ha dedicada a la ganadería para producción de quesos bajo el sistema de doble propósito. Con el proyecto Sistemas de Manejo Intensivo Sostenible, duplicó el número de apartos, 68 en total, todos con abrevaderos para el ganado. También introdujo varias especies de pastos mejorados. Al igual que la finca de “Freddy” hoy es un modelo de lechería tropical activo en transferencia de tecnología Estos cambios en el manejo de los potreros le han permitido llegar a una carga cercana a las 3 UA/ha. La producción actual de leche vendible ha aumento en promedio 2kg/ vaca/día en los últimos dos años y actualmente es de 212 kg/día (7,3 kg/vaca/día), con un rendimiento de leche a queso de 7.5 a 1(28 kg de queso por día).

innovación

La yuca amarga

muestra su potencial como sustituto del maíz amarillo para alimentación animal

Ana Lía Chacón Villegas Periodista Germinar achacon@ingagr.or.cr

L

os resultados de once años de investigación proyectan la yuca amarga como una excelente alternativa para sustituir el maíz amarillo, como alimento para animales. Así lo dio a conocer el Dr. Jorge Morales, Investigador del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), el pasado 22 de marzo, durante un día de campo realizado en la Estación Experimental Los Diamantes en Guápiles. En este escenario, el experto puso al servicio de los agricultores y de la empresa privada la nueva tecnología, señalando que: “Con esto respondemos a la demanda del sector productivo”. Explicó el Dr. Morales, que la yuca amarga es un producto ideal para la alimentación animal, y que, si se sembraran 120 mil hectáreas en el país, se dispondría de materia prima nacional para sustituir la importación de 600 mil toneladas de maíz amarillo que representa un costo de 180 mil dólares anuales. Resultados

El INTA inició la investigación con la yuca amarga en el año 2008, con variedades de alto rendimiento, importadas de

Colombia. En forma paralela invirtió más de 200 mil dólares en la construcción de una planta procesadora y compra de maquinaria. Los primeros resultados confirmaron que el tubérculo muestra ventajas, en contraste con el maíz amarillo, hasta más de 40 toneladas contra 2 por hectárea. Sin embargo, los datos evaluados en el 2014 y 2015 mostraron que el costo de producir un kilo de harina de yuca, ¢800 y ¢301 respectivamente, no es competitivo con el precio de un kilo de maíz amarillo, de ¢128 al consumidor. Ante la realidad de las cifras, entre el 2015 y 2017 la investigación se llevó a la región del pacífico, donde por razones climáticas y de suelos, se logró no solo incrementar el tonelaje promedio por hectárea, sino también, bajar a ¢160 el costo de producción de un kilo de harina de yuca. Si bien aún no se alcanza el punto de equilibrio, es decir ¢120 por kilo, con la nueva tecnología se espera mejorar la productividad y con ello los beneficios para los productores. “La tecnología está ahí, disponible, ahora le corresponde a la empresa privada invertir para mejorarla”, afirmó el Dr. Morales. Añadió el experto que la propuesta es usar el tubérculo como fuente de alimento energético para ganado, pero que su uso puede ampliarse a la alimentación de otros animales como cerdos, donde ya iniciaron los ensayos con buenos resultados, incluso indicó, dieron el paso en dirección de su uso para consumo humano. Germinar 19


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desde el suelo

Aporte de las pasturas al carbono orgánico del suelo Francisco Arguedas Acuña Investigador en agricultura y cambio climático INTA-MAG farguedas@inta.go.cr

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n Costa Rica, normalmente las remociones de carbono (C) atmosférico se asocian al crecimiento de árboles, en bloques reforestados y al crecimiento sucesional en su estado de bosque secundario. Recientemente, se ha observado que una forma rápida de remover C ocioso de la atmósfera, es mediante la deposición de carbono orgánico en los suelos (COS), siempre y cuando estos sean bien manejados. Este tipo de remoción en Costa Rica se ha invisibilizado. Los suelos de uso agropecuario en las regiones tropicales tienen un alto potencial para incorporar nuevamente grandes cantidades de carbono al suelo (luego de la deforestación se reduce el contenido de C en los suelos), por medio de la materia orgánica y para retenerlo mediante buenas prácticas agropecuarias. La captura de carbono atmosférico que realizan las diferentes es-

pecies de pastos, dentro de los sistemas de producción ganaderos, no ha sido valorada en toda su dimensión y a futuro promete contribuir grandemente. La ganadería bovina es la actividad más difundida a nivel nacional y representa la mayor área de uso agropecuario, con especies forrajeras que poseen profusos y profundos sistemas de raíces que son un aporte para el incremento del carbono del suelo; esto junto a las buenas prácticas de pastoreo pueden mantener e incrementar los niveles de carbono en los suelos con cobertura de pastos. Esto se evidenció con los resultados de dos estudios realizados por tres investigadores del área pecuaria del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA). En el primer estudio se seleccionaron 38 fincas ganaderas de cría de ganado bovino, distribuidas en 19 cantones rurales de las siete provincias de Costa Rica. Todas las fincas contaban con dos coberturas de suelo: bosque y pasto, pero con diferentes pendientes, altitudes y

regímenes de precipitación; siendo catalogadas por los técnicos de CORFOGA, MAG e INTA como poseedoras de un manejo adecuado de pasturas dentro del entorno de cada sitio. En las mismas se tomaron muestras de suelo a una profundidad de 0-10 cm, para determinar las concentraciones (%) de carbono (C) y nitrógeno (N), la masa (mg. ha-1 ~ ton.ha-1) de carbono orgánico del suelo (COS) y la densidad aparente (DA). Los muestreos se realizaron siempre en la época de menor precipitación, entre febrero 2015 y abril 2017. Como se observa en el Cuadro 1, las diferencias entre bosque y pastura para las variables evaluadas se obtuvieron para concentración de Nitrógeno y la Densidad Aparente. Aunque no se obtuvieron diferencias significativas para la relación C : N, se observó una tendencia a ser mayor en la pastura, lo que sugiere un mayor potencial de retener más carbono que el bosque. No obstante, podría ser la mayor limitante para el incremento de productividad de las especies forrajeras que componen las pasturas.

Germinar 21


desde el suelo Cuadro 1. Concentración de C, N, relación C:N, cantidad de COS y densidad aparente; en suelos de fincas de ganadería bovina de cría en Costa Rica. Variable

Cobertura

Promedio

Límite Inferior

Límite Superior

Carbono (%)

Bosque

1,74 a

1,50

1,97

Pastura

1,67 a

1,46

1,87

Bosque

0,38 a

0,27

0,49

Pastura

0,27 b

0,23

0,32

Bosque

5,76 a

4,48

7,04

Pastura

6,83 a

5,77

7,89

Bosque

15,9 a

14,0

17,8

Pastura

16,6 a

14,6

17,8

Bosque

0,93 a

0,85

1,02

Pastura

1,02 b

0,98

1,05

Nitrógeno (%)

Relación C:N

COS (ton.ha-1)

Densidad Aparente (g.cm-3)

El segundo estudio tuvo como objetivo conocer la profundidad de deposición y la proporción de carbono orgánico aportado por las pasturas al almacén de carbono orgánico total del suelo (COTP), después de la deforestación (corta del bosque para formar el potrero). A diferencia del bosque natural mesoamericano de plantas C3, en las pasturas predominan las plantas C4. Los métodos para medir la adicionalidad de COS, se basan en la profundidad a la que el suelo está siendo afectado en su almacén de C, por efecto de la cobertura de pastos. La sostenibilidad de las pasturas está relacionada con la disponibilidad de N y su relación con el C, donde manejo, pendiente y tipo de suelo, influyen en el potencial de retención de C. Se muestrearon 11 fincas ganaderas de carne (cría), ubicadas en las 5 regiones del país y que están dentro de un programa de mejoramiento de CORFOGA (fincas piloto). El muestreo de suelo se realizó a 5 profundidades (capas de 20 cm), en áreas de bosque y pasto en cada finca y se evaluaron la cantidad de C, la masa de COS y los contenidos de los isótopos C12 y C13 (éste último segrega preferentemente hacia plantas tipo C4). Como se observa en la Figura 1, si partimos del hecho de que entre menos negativo es el valor de d13C hay una menor discrimi22 Germinar

nación de este isótopo (mayor deposición de C al suelo por parte de plantas C4). Entonces la diferencia que se observa en los primeros 20 cm de suelo, entre la pastura y el bosque de las fincas evaluadas, se debe principalmente al aporte de las plantas que constituyen las pasturas. El aporte del COS remanente del bosque en la pastura, correlacionó (P>0,01) en forma creciente en las capas más profundas muestreadas (40-100 cm) de las pasturas. Así mismo, los suelos del orden Ultisol, presentaron menos cantidad de COTP, que los del orden Inceptisol. Como se puede inferir, la capacidad para secuestrar C que tienen las áreas de ganadería de cría es muy prometedora a futuro, principalmente si tomamos en cuenta que las mismas no reciben o es mínima la fertilización con abonos granulados o foliares y que si se aumenta el nivel de N en el suelo, habría un efecto directamente proporcional en el aporte de C al suelo por parte de la pastura y por ende en el COTP. Por ello, es muy importante iniciar un sistema de pago de servicios ambientales por secuestro de C en el suelo, que estimule a los ganaderos y agricultores en Costa Rica, para colaborar de gran manera con la carbono neutralidad que persigue nuestro país a partir de la segunda década de este siglo.

Figura. 1 Variación de los contenidos de d13C en el suelo de bosque y pasturas de fincas ganaderas de cría.

Bosque Pastura




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