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5.1.3.Transjurisdiccional
Desde el punto de vista del derecho a saber, el anonimato resulta deseable para la denuncia ciudadana de actos de corrupción o delitos pues reduce los riesgos de represión contra los denunciantes, y es necesario también en las solicitudes de acceso a la información pública pues evita la discriminación en una posible respuesta selectiva, así como la potencial persecución de los solicitantes por autoridades o particulares cuyas responsabilidades hayan revelado.
5.1.3. Transjurisdiccional
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El diseño fundamental de Internet no está basado en territorios ni fronteras nacionales. Si el identificador que le es propio es solamente la dirección IP, el único agrupamiento de éstas fue inicialmente el “bloque” de direcciones con números contiguos y posteriormente el ASN o “número de sistema autónomo”, que tampoco está sujeto a consideraciones territoriales. Internet fue diseñada para maximizar el acceso y la intercomunicación en una comunidad colaborativa global. Podemos comparar este diseño con los planes de numeración de las redes telefónicas y los Reglamentos Internacionales de Comunicaciones, que permiten que en cada país la numeración telefónica sea diferente (los mexicanos recordamos bien los múltiples prefijos requeridos en telefonía celular durante un par de décadas, y en países como Brasil la situación ha sido aún más compleja) y ponen el sistema y el control del flujo de información en manos de las autoridades nacionales. Como consecuencia, la contigüidad en Internet no es geográfica sino en el mejor de los casos topológica y en general solamente lógica. Incluso con la asignación geográfica de direcciones IP a los RIRs (registros regionales de Internet, por sus siglas en inglés), las direcciones no quedan atadas a un territorio y las comunicaciones se plantean sin reconocimiento de fronteras. El resultado de esta propiedad de Internet, derivada de sus principios de diseño, es que la comunicación en Internet puede atravesar fronteras nacionales o subnacionales sin que las entidades que toman parte en ella lo noten. Un efecto positivo inmediato es que las comunicaciones cruzan fronteras siguiendo los enlaces más rápidos
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y eficaces en cada momento; esto sucede en comunicaciones cuyo origen y destino están en un mismo país (México) pero pasan por ruteadores y nodos de red en otro (Estados Unidos). Estas rutas son dinámicas y dependen del estado de las redes, así como del tráfico; recordemos que los algoritmos de enrutamiento están diseñados para evitar la congestión, y que el principio de best effort o “mejor esfuerzo” que dio inicio a Internet parte de la hipótesis de que los enlaces y nodos no son confiables y deben ser substituidos incluso en el curso de una misma comunicación, para que al reensamblar los paquetes en el sitio de destino éste reconstruya los mensajes. Además de esta consecuencia que podemos considerar parte de la infraestructura, y sólo visible para usuarios expertos y operadores, el diseño no orientado a fronteras llevó a la fácil implantación de Internet en casi todos los países. Grupos relativamente pequeños de investigadores y técnicos crearon nodos de acceso a Internet, a veces con una sola computadora y un enlace telefónico o satelital, y a partir de ahí iniciaron la propagación de Internet al interior de su país al mismo tiempo que se integraban a una comunidad mundial cálida y colaborativa. En ésta, compartir el conocimiento era la norma; un ejemplo de ello está en los NTW o Network Training Workshops de la Internet Society, que en nuestra región se concretó en los WALC, talleres para América Latina y el Caribe. Este intercambio internacional se correspondía bien con el que es habitual en la academia, un ambiente en el cual la formación de estudiantes en escuelas distintas a las de su origen, el intercambio entre investigadores, los años sabáticos, la colaboración entre laboratorios, la interdisciplina y multidisciplinar, los congresos y escuelas temporales, y la difusión de publicaciones son tradiciones centenarias. De hecho, ya con la aparición del fax se habían acelerado estos intercambios, en particular el envío de manuscritos de artículos científicos previos a la publicación. Internet se construyó en laboratorios de investigación. Incluso en la limitada medida en que era un proyecto de seguridad nacional para algunos países, se basaba desde su origen en conceptos surgidos 80T en el Reino Unido, en Estados Unidos, en Francia y en Noruega, para sólo citar unos cuantos. En el imaginario de Taylor (Flichy,
2007), colaboración asistida por computadoras, y muchos otros, las fronteras eran irrelevantes. Así, en Wikipedia vemos una colaboración sin límites nacionales, especialmente en temas de alcance global como las ciencias y tecnologías. Basta una conexión a Internet para contribuir. El resultado adicional es que cuando un tema está sujeto a restricciones en una geografía o cultura determinadas, digamos por ejemplo la educación sexual y reproductiva en ambientes religiosos conservadores, el efecto transjurisdiccional permite escribir y publicar el contenido relevante para ese país o cultura desde otro en el que no se corre riesgo de represión. Sin duda éste subsiste para la lectora en el país represivo, pero suele suceder que el riesgo sea menor en probabilidad de detección y en la magnitud de las penas para quien lee que para quien escribe y publica. En los grandes espacios compartidos de la lengua española es posible acumular una producción de conocimiento que suma las de distintos países con el potencial de alcanzar a una población mayor que la angloparlante nativa. La “sociedad de los flujos” de Castells (Torres, 2013), (Castells, 2005) tiene mucho que agradecer al factor transjurisdiccional. Muchas comunicaciones y contenidos, así como numerosas comunidades epistémicas y de acción, son independientes de las leyes específicas del lugar de residencia de cada uno de sus miembros, y en el cruce de fronteras geográficas –desde la ranchería y el municipio hasta las distancias intercontinentales– enriquecen tanto a sus participantes como a su entorno en cada localidad. Es éste uno de los caminos fundamentales por los que la sociedad civil organizada logra marcar la agenda a nivel global. Y uno de los efectos más inequívocos de esta agenda-setting global es ni más ni menos que la transparencia, la demanda de acceso al conocimiento, a la información pública, a la rendición de cuentas de los gobiernos y también de las empresas, con raíz en el derecho a saber. Por otra parte el efecto transjurisdiccional es un elemento clave para el delito cibernético. Un acto de phishing puede llevarse a cabo to81 I talmente dentro de un mismo territorio nacional, a lo largo de toda la cadena comisiva, pero esto es inusual. Lo más común es que