DEPORTE FASCÍCULO 4 CIRCLE Magazine DOLOR Y LA LEY DEL MÁS FUERTE.
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La idea general que se tiene en el mundo occidental con respecto a las actividades deportivas desciende directamente del ideal apolíneo griego del cultivo a las destrezas humanas, la disciplina racional, la armo nía física, el orden natural y el equilibrio entre cuerpo y mente. Las justas deportivas que se repetían cada 4 años en los Juegos Olímpicos antiguos, llevaban ese nombre en particular porque se disputaban en la pequeña ciudad de Olimpia, situada en el Pelopo neso. Allí, atletas de todas las polis griegas, compe tían duramente encauzando los conflictos y las ten
siones internas en una batalla deportiva que, si bien era de alta exigencia para la época, reivindicaba la celebración de una cultura en común, la helena, en un mundo mediterráneo fragmentado en miles de pequeñas ciudades-estado que solían estar en esta do beligerante, condición que cesaba para dar paso a una tregua durante la celebración olímpica. Entre las disciplinas practicadas, algunas cumplían profun damente con el ideal agónico, en el sentido griego de la palabra. Es decir, aquella que oponía en lucha a dos adversarios hasta llegar, en algunas ocasiones, hasta la muerte de alguno de ellos. La lucha, asimila ble a la lucha libre actual, el pugilato, símil box, y el pancracio, una suerte de arte marcial mixto, eran las competencias más duras y de mayor contacto físico expresadas en una gran brutalidad entre los conten dientes que habitualmente terminaba con heridas, golpes y traumatismos para muchos de sus partici pantes. No fueron los griegos, sin embargo, el único pueblo que tenía hábitos deportivos violentos. Los egipcios, los persas, los chinos y también los incas, aztecas y mayas, contaban con una amplia cultura en cuanto a disciplinas deportivas, tanto de contac to como sin él, y muchas veces asociadas a rituales más profundos que tenían que ver con lo religioso y el porvenir de cada una de las culturas donde se llevaba a cabo. En la actualidad, una serie de curiosos como clásicos deportes, muy difundidos en el mundo entero, con llevan una gran carga de violencia y contacto físico. Como en el antiguo Circo Romano, la fricción y la ba talla cuerpo a cuerpo suelen despertar manifestacio nes apasionadas en el público asistente. He aquí un recorrido por algunos de ellos, masivos y locales, antiguos y contemporáneos, un registro de diferentes modalidades de disciplinas donde lo físi co parece predominar sobre los demás elementos, aunque siempre la resistencia mental y la voluntad de los contrincantes tenga mucho que ver también con el triunfo o la derrota en el campo de batalla deportivo. Si vamos al ejemplo bíblico, un pequeño David victorioso frente a un gran Goliat derrotado es la moraleja de contienda más certera que quizás po damos encontrar en la historia de los enfrentamien tos humanos.
INTRODUCCIÓN
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FÚTBOL AUSTRALIANO.
UN PASATIEMPO PARA PRESIDIARIOS Y CONVICTOS
Hasta hace no mucho tiempo, la elaboración de árboles genealógicos en Australia se identificaba con un tema tabú u oculto, ya que no muchos ciudadanos de ese país estaban dispuestos a reconocer que sus familias des cendían de la enorme cantidad de convictos y presidia rios que Gran Bretaña envió a esta isla continente que se había convertido en su colonia, entre 1788 y 1868. Hoy en día, paradójicamente, con el cambio en el contexto cultural, se reivindica como un orgullo el poseer algún antepasado con legajo criminal en la familia. Aquellos pioneros que llegaron a un mundo hostil, desconocido y poblado por aborígenes que fueron brutalmente so
metidos, debieron abrirse camino en durísimos trabajos forzados para la corona, hoy son vistos y considerados como casi héroes nacionales. La metrópoli llegó a enviar a más de 160.000 presidiarios a Australia, descartándose de una población que vivía hacinada en el sistema peni tenciario inglés. El contexto social de marginalidad exis tente en Inglaterra durante la primera mitad del siglo XIX, producto de los cambios producidos por la Revolución Industrial, se reflejaba en un alto porcentaje de criminali dad de la población. Ladrones, prostitutas, convictos por razones políticas y terroristas de aquellos años, todos debieron amalgamarse en la nueva frontera que les de
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paraba un horizonte extraño donde comenzar de nuevo era posible. En aquel medio predominantemente mas culino, donde la proporción entre mujeres y hombres era de 5 a 1 y el ambiente, por decirlo de alguna manera, po dría calificarse como de alta densidad, un deporte iba a funcionar como válvula de escape para liberar tensiones y ansiedades propias de la extraordinaria epopeya de colonización de casi un continente entero que se estaba llevando a cabo. Iba a nacer entonces, durante la primera mitad del siglo, el Australian Football o “footy”, como lo denominan los habitantes de ese país. Se trata de un deporte de extre mo contacto, fricción y desarrollo físico. En un campo de entre 135 y 185 metros de largo y 110 y 155 de ancho, 18 jugadores por equipo se disputan la posesión de un balón ovalado debiendo convertir goles y behinds al pa tear la pelota dirigiéndola hacia los dos postes centrales, o hacia un central y un lateral, y dependiendo por dónde entre la bola será la anotación de 6 (gol) o 1 (behind) puntos. Los integrantes de los equipos suelen poseer cuerpos prominentes y no utilizan ninguna protección que amortigüe los frecuentes golpes dados y recibidos, ya que está totalmente permitido derribar, tacklear, em pujar y golpear al adversario, siempre entre sus rodillas y los hombros utilizando las piernas, el cuerpo o los bra zos. En muchísimas ocasiones, la exposición corporal es tal que es inevitable el surgimien to de monumentales trifulcas que, por cierto, suelen abarcar a los 18 integrantes del equipo y también a los seis suplentes permitidos por cada bando. Por otra
parte, la acción más espectacular del juego se produce cuando el balón se patea en alto y jugadores de los equi pos contrarios, en un salto espectacular, se disputan en el aire la recepción de la pelota, permitiéndose en el salto apoyarse en el cuerpo del rival para obtener mayor altura y así recolectar y conseguir la posesión de la pelota. El descenso de estos saltos suele mostrar caídas de gran espectacularidad que pueden terminar con desmayos de cara al césped. Hoy en día existen gigantescos y hermosos estadios que funcionan como virtuales catedrales del fútbol austra liano. Imaginamos el contexto colonial cuando de pos tes se utilizaban árboles y de rivales se entremezclaban tanto las tropas británicas, como los colonos granjeros y los presidiarios de dudosa calaña. En aquel ambiente de condiciones precarias y exilio, las justas deportivas deben haber poseído ribetes y aristas de gran vehemen cia deportiva, casi una batalla campal sometida apenas a las incipientes reglamentaciones de una disciplina que crecería hasta convertirse en uno de los tres deportes na cionales. Para finalizar, un dato más que demuestra de qué astilla están hechos los australianos: existen en ese país más de 18.000 mujeres profesionales dedicadas a la práctica de este deporte en la llamada Liga Femenina de Fútbol Australiano. Es una liga que se presenta, por lo pronto, tan dura y agresiva como la de sus compañeros varones.
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Quizás exista en este título una falacia. Y es que sí exis tían en el circo romano, que gozó de auge entre los siglos III a.C. y el IV d.C., una verdadera saga de equi libristas que pendulaban entre la vida y la muerte, en los atroces espectáculos que este hijo bastardo de las majestuosas competencias griegas ofrecía durante el Imperio. Con algunos de los escenarios más sofistica dos en cuanto a arquitectura del mundo antiguo, los romanos llevaron el arte de la violencia a un nivel ja más alcanzado hasta entonces. Batallas campales en tre gladiadores, bestias y animales destrozándose en tre sí, pistas de carreras, fieras aniquilando cristianos, esclavos o prisioneros de guerra y hasta combates navales sostenidos por una maquinaria escenográfica nunca vista, fueron algunos de los espectáculos con los que los emperadores romanos embriagaban a una plebe y una población ávida de violencia cada vez que la temporada del circo se abría. Los enfren
tamientos entre los luchadores solían ser a muerte y, una vez herido y postrado, el perdedor esperaba el juicio de la tribuna o del emperador para aniquilar al moribundo. Para principios de la era cristiana se lle garon a enfrentar en la arena hasta 10.000 hombres a la vez, cosechando otra vez un récord de agresividad extrema. Como en la actualidad, que los campeona tos deportivos llevan algún nombre conmemorativo, aquellos fastos abrían una temporada en honor a al gún emperador ilustre o a algún muerto célebre. Los primeros juegos celebrados en el circo romano da tan del año 264 a.C., bajo el mandato del emperador Décimo Junio Bruto, y fueron realizados en honor a su padre.
En el mundo antiguo otras culturas contaban también con celebraciones lúdicas. Donde radica la especifi cidad romana es en la escala colosal hasta donde se llevó el asunto. En el año 55 a.C. el general Pompe
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UN CIRCO SIN PAYASOS NI EQUILIBRISTAS
yo Magno inauguró un período de cinco días festi vos donde se llegó a matar hasta 500 leones. Por otro lado, para el siglo I de nuestra era, el célebre empe rador Julio César amplió las instalaciones del famoso Coliseo para llegar a albergar hasta 300.000 especta dores. Se calcula que a lo largo de la historia de los juegos habrían muerto solamente en el Coliseo de Roma (existían muchas ciudades en el Imperio que contaban con arenas y circos) alrededor de un millón de personas. Los subsuelos de la arena estaban com puestos por un complejo entramado de mazmorras, túneles, pasadizos y plataformas con montacargas que servían de utilidad en la realización de los dife rentes espectáculos que se ofrecían. La disposición de los asientos para los asistentes se conformaba por una severa estratificación social: emperadores, magis trados, tribunos, generales y sacerdotes contaban con posiciones de privilegio. Las clases patricias también.
En lo más alto se ubicaban, claro, los plebeyos. A partir de Constantino, el primer emperador cristia no que prohibió los juegos por su carácter pagano y violento, el circo romano entró en su etapa de deca dencia, aunque esta prohibición no significó el cese total de su funcionamiento. Sin embargo, poco a poco fue perdiendo importancia hasta quedar aban donado como institución hasta que a fines del siglo IV d.C. se entablara la última batalla entre gladiadores. Séneca, el famoso e influyente pensador romano, es cribiría tras asistir a uno de los espectáculos del Coli seo: “Llego a casa más lleno de avaricia, más cruel e inhumano, porque he estado entre los hombres”. En 1980 la Unesco decretó al Coliseo Patrimonio de la Humanidad. Desde el 2000, las autoridades mantie nen el edificio iluminado durante 48 horas seguidas cada vez que una sentencia de muerte es condonada o permutada en algún lugar del mundo.
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Bianchi
RUGBY,
UN DEPORTE DE CABALLEROS PRACTICADO POR AUTÉNTICAS FIERAS
Tal como lo conocemos en la actualidad, el rugby es un deporte originado en los claustros de los tradicio nales colegios británicos durante el siglo XIX, donde 30 señoritos ingleses se enfrentaban en un campo de juego con el legítimo derecho de derribarse, taclear se, empujarse, amontonarse unos sobre otros y hasta pasarse por encima si la posición del adversario así lo ameritaba. Claro que, con buen espíritu inglés, todo hecho muy civilizadamente.
Reglamentado durante la primera mitad del siglo XIX por integrantes de tradicionales colegios ingleses, el rugby aglutina una extraña e interesante combina ción de rudeza física, alto contacto físico, potencia y golpes, con una disciplina ejemplar, respeto y apego casi absoluto a las reglas y la autoridad, sumado a un espíritu de caballerosidad y compañerismo que se traduce en la costumbre de compartir, al final de cada competencia, una reunión llamada tercer tiempo. Allí, jugadores de ambos bandos, referís, entrenadores, allegados y parte del público, comparten un refrige rio para hablar sobre las instancias del partido y enta blar amistad.
Auténticas bestias salvajes dentro de la cancha, y vir tuales caballeros y compañeros afuera, el espíritu rug bístico encierra una contradicción algo esquizofrénica que ha funcionado por décadas, consolidándose
como deporte popular no sólo en las Islas Británicas, sino en Francia e Italia, en las ex colonias inglesas de Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia y en Argentina, entre otros.
Tanto el rugby como el fútbol actuales poseen un origen y un antepasado común aún más violento: el Fútbol de Carnaval o Shrovetide Football, que solía disputarse durante el martes de Carnaval anterior a la Cuaresma. De gran esplendor durante el Medioevo y los períodos Tudor y Estuardo, fue varias veces pro hibido debido al encarnizamiento de su juego, que podía culminar inclusive con alguna muerte. Se prac ticaba entre facciones o grupos rivales de una villa o de ciudades. Cada bando tenía una marca o portería conformada por un muro de piedra con la rueda de un molino incrustada. Entre cada una de ellas podía haber hasta un kilómetro de distancia. La cantidad de jugadores por cada equipo era ilimitada y, como casi no existían reglas, el único objetivo del juego era con ducir un balón pesado y voluminoso hasta la piedra del molino propio. Tantas fatalidades debieron haber ocurrido que uno de los pocos códigos que existían establecía textualmente que “nadie debía asesinar voluntariamente o no a un contrincante durante la competencia”.
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UN TORNEO QUE ERA DE 4, PASÓ A SER DE 5, Y TERMINÓ CON 6
El certamen más tradicional en el universo del rugby es el de las 5 Naciones, integrado por los países que forman el Reino Unido: Ingla terra, Gales, Escocia e Irlanda del Sur, sumados a Francia. Se disputa anualmente desde 1883 (Francia se
sumó en 1910, hasta ese año se lo denominaba de las 4 Naciones).
Desde el 2000, Italia se incorporó a este grupo de notables países, pasando a llamarse de las 6 Nacio nes. Inglaterra es el país con más triunfos obtenidos en este clásico
torneo, que incluye también di versas copas que se juegan entre algunos de los participantes del 6 Naciones, como Inglaterra-Gales, Francia-Italia, entre otras.
RUGBY MUNDIAL
La Copa del Mundo de Rugby se viene organizando desde el año 1987, cuando Australia y Nueva Zelan da fueron las sedes de ese evento de gran magnitud internacional. Estos últimos fueron los vencedores de aquella cita mundial. En Europa se desarrolló el primer evento de esta envergadura en 1991 con sede en In glaterra, obteniendo el título el seleccionado austra liano. En 1995 la copa organizada en Sudáfrica, que
acababa de salir del apartheid político y deportivo gracias a Nelson Mandela, fue ganada por los locales en un agónico 15 a 12 contra los All Blacks de Nueva Zelanda. Hasta ahora, en los seis torneos organiza dos, se manifiesta un dominio del hemisferio sur en los ganadores, siendo Inglaterra la única nación euro pea en conseguir un título en el certamen celebrado en el año 2003.
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LA HERMOSA ESTÉTICA DE LA MUERTE DEL TORO PASIÓN TAURINA,
Hay pocas ceremonias más crue les, auténticas y conmovedoras que las corridas de toros. Animal y hombre, en una conjunción le tal y preciosa, se enfrentan en la Plaza taurina, los estadios espe cialmente diseñados para estos rituales, en una junta que será ge neralmente mortal para uno de ellos: el toro.
Profundamente arraigada en la cultura hispanoamericana, el arte taurino comprende un ritual don de un soberbio animal es pasea do, confundido y aguijoneado con puntas filosas, para llevarlo a un estado de profundo enojo y provocación, al que le sigue otro de patética rendición, cuando acabará atravesado por la espada de un torero, el otro gran prota gonista de esta velada de muerte, en un pase de gran displicencia y majestuosidad viril.
Diferentes escuelas y técnicas han rodeado la práctica de este fes tín bovino que data de tiempos
inmemoriales, aunque su cariz moderno fue dado a partir de las reglamentaciones surgidas en el siglo XVIII.
El torero antiguo solía pertene cer a una familia acomodada. En la época moderna, su figura dió paso a la del matador profesio nal perteneciente, en general, a la estirpe del pueblo. Numerosos nombres famosos engalanan la historia de las corridas taurinas. Toreros que por su elegancia, es tilo y técnica en el arte de matar estéticamente al toro han enlo quecido a las tribunas colmadas.
La sublimación de la muerte que se presenta en la arena como es pectáculo masivo, no pudo sino cautivar a los más diversos artis tas, desde Francisco de Goya has ta Ernest Hemingway, verdadero habitué de estos espectáculos, amigo personal de los matadores y hasta autor de una obra maestra de las letras llamada “Muerte en la Tarde”, donde el ritual taurino es llevado a otro nivel supremo,
sólo que esta vez únicamente dentro de los límites de lo litera rio. Allí reflexiona magistralmente acerca del arte del riesgo, el en frentamiento contra una bestia de 500 kgs., la relación entre la cruel dad y la vida, el sentido trágico vi tal y el instinto de autodestrucción tan presente en toda su obra. Ya en el siglo XXI, las corridas de toros gozan de tan buena salud como en sus tiempos más dora dos. Figuras de la talla de César Rincón (colombiano), Enrique Pon ce o César Tomás, entre muchos otros, todavía logran llevar este arte de muerte y esteticismo ex quisito hasta niveles de exuberan te pasión popular.
En América Latina muchos países continúan con la tradición oriunda de España, entre ellos Colombia, Venezuela, Panamá, Perú y Boli via.
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Ante la reiteración de conductas deportivas cuestio nables que han terminado en episodios violentos, ya sea dentro de un campo de juego como fuera de él, se ha lanzado en todo el mundo una cruzada a favor del juego limpio que involucra a todos los actores sociales que forman parte de las competencias de portivas, desde el público asistente hasta los depor tistas protagonistas, los jueces, los entrenadores y los sponsors también. La recuperación de una ética del “juego”, en detrimento de una mentalidad ganadora “a cualquier costo”, es la que sostiene esta filosofía. Numerosos episodios de violencia entre las hincha das que han culminado en destrozos generalizados, la falta de respeto por el adversario que ha provoca do el auge de un juego fuerte con las consecuentes lesiones y heridas entre los deportistas y una actitud responsable de quienes promocionan los eventos deportivos, son algunos de los reclamos que se efec túan desde esta posición. En el caso particular del fútbol, el advenimiento de una preponderancia física por sobre la destreza, el roce constante, la pasividad de los jueces ante los jugadores violentos y el per manente castigo a los “cracks” futbolísticos son algu nos de los signos que han disparado esta situación. A continuación algunas de las normativas de esta movi da que estipulan conductas en cuanto a infringir dolor o lesionar al adversario, más el registro de los casos más representativos de violencia deportiva.
FAIR PLAY, LA CRUZADA DE LOS JUSTOS RESPETAR AL CONTRARIO EVITAR CHOCAR AL PORTERO. ES PREFERIBLE NO ANOTAR UN GOL ANTES QUE LESIONAR A UN DEPORTISTA NO REALIZAR ENTRADAS POR DETRÁS, SON MUY PELIGROSAS, UN GOL SE PUEDE REMONTAR, Y UNA UNA LESIÓN NO. EN CASO DE RECIBIR UNA ENTRADA DURA, ACEPTAR LAS DISCULPAS DEL RI VAL SI ÉSTAS SE PRODUCEN SI EL RIVAL ES MUY INFERIOR, NO LO DESPRECIES NI TE ENSAÑES CON ÉL. FAIR PLAY, ALGUNAS NORMATIVAS DEL FÚTBOL PROFESIONAL: EL
REUTERS/ Alessandro Bianchi
HOOLIGANS Y BARRAS BRAVAS,
DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
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La década del 80 vió surgir en el seno del ci vilizado fútbol inglés una temible horda de fa náticos violentos y agresivos denominados por el periodismo deportivo como hooligans. Ra pados, de aspecto siniestro y extremadamente agresivos, esta casta de vándalos tuvo su pico de hostilidad en 1985 cuando en el encuentro entre el Liverpool y la Juventus por la Copa de Europa disputado en Bruselas, murieron 39 personas, en su mayoría italianos, en un ataque despiadado que los hooligans ingleses propi naron a los simpatizantes italianos. A partir de estos eventos se crearon en diversos países legislaciones para intentar prevenir estos de sastres. Desde la quita de pasaportes cuando se efectúa una Copa Mundial, hasta el derecho de admisión en estadios. Valga como anécdota que en el estadio Olímpico de Roma se han instalado unas sillas anti-hooligans que no pueden ser arrancadas y tiradas. Se encuentran en un
sector especial del estadio y están previstas para los hinchas ingleses. Se calcula que en la déca da del 90, como promedio, morían seis personas por año en sucesos vinculados con la violencia del fútbol.
“Barra brava” es un término acuñado en la dé cada del 60 en Argentina y que surgió cuando un agente policial fue asesinado en manos de fanáticos del fútbol. Se propagó por toda Amé rica Latina y ahora designa al grupo violento que maneja la hinchada de cada club. Se le han reconocido vínculos con la dirigencia de las ins tituciones deportivas, ingesta de alcohol y dro gas, manejo de recursos económicos y acceso a financiamiento a cambio de favores, asesinatos y hasta vínculos con la política. Si bien es propio de toda Latinoamérica, sólo en Argentina, desde 1924, el fenómeno ya se ha cobrado más de 250 muertes.
17 REUTERS/ STR New
LA BATALLA DE
SANTIAGO
Quizás el encuentro internacional más violento de la historia del fútbol, por lo menos en lo que respecta a lo que sucede dentro del campo de juego, haya sido el disputado en Chile 1962 por la primera ronda de la Copa Mundial de Fútbol entre los locales y los italia nos. Si observamos el contexto donde se produjo el evento, hay que recordar que Chile había sufrido un devastador terremoto en 1960 con pérdidas cuantio sas tanto materiales como humanas. Por ese motivo, y aunque valientemente se decidió continuar con la organización del evento, la Copa debió resolverse con una gran austeridad de recursos. En ese marco causaron enorme malestar las declaraciones de al gunos periodistas italianos que, previo al choque de sus seleccionados, publicaron un artículo que circuló por todos los medios del mundo donde se describía al ambiente chileno como lugar perdido, dominado por la pobreza y la prostitución, triste y marginal, para rematar calificando a sus habitantes como “retrógra dos” (sic). La herida en el orgullo chileno no pudo ser más grande. El diario Clarín de Santiago tituló la jornada anterior al partido con el título de “Guerra Mundial”. Los ánimos estaban muy caldeados y de muy poco sirvió que los jugadores itálicos salieran a la cancha con un ramo de flores que arrojaron a
las tribunas. Fueron abucheados por los asistentes chilenos. Para acrecentar las cosas, dos argentinos componían parte del plantel italiano jugando como extranjeros nacionalizados. El partido fue una autén tica batalla campal. El árbitro inglés Keneth Aston condonó absolutamente todas las gravísimas faltas del equipo local y terminó echando a dos jugadores italianos. En un momento determinado del encuentro, el chileno Leonel Sánchez le propinó un trompazo en la cara al italiano Mario David tras una infracción. Como resultado, el italiano fue expulsado y el juga dor trasandino no recibió sanción alguna. Humberto Maschio, uno de los deportistas argentino italiano, sufrió una fractura del tabique nasal producida por el mismo jugador, que otra vez dejó impune la falta. Finalmente, Chile venció por 2 goles a 0, asegurando su pase a la ronda siguiente. El árbitro fue duramente criticado por la prensa y el consulado de Chile en Mi lán debió ser vigilado durante 48 horas por temor a represalias. Créase o no, Ken Aston, quien declarara tras el partido que tenía temor de que se produjera un motín durante aquel enfrentamiento, fue nombra do Juez de jueces, es decir parte de los árbitros que valoran la actuación de sus colegas, por la FIFA para los mundiales de Inglaterra 1966 y México 1970.
Redacción:
Director: Héctor Bravo hectorbravo@circlepress.com.ar Redactor Responsable: Augusto Lasalvia Documentación: Santiago Bravo de la Serna Arte: Lucila Minici / Nicolás Sofo / Pablo Calviño SERVICIOS FOTOGRÁFICOS REUTERS
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