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Nature-Based Protection for our Shores
By Lindsey Precht
With more than 7 miles of sand dunes, Miami Beach has made great strides in recent years to fortify the city’s coastline through the protection and enhancement of this important natural resource.
A healthy dune system provides nature-based protection from storms, climate change and sea level rise. The dunes are a critical piece of the city’s green infrastructure and even serve as the first line of defense against hurricanes.
The city has partnered with various organizations over the years to protect the dunes from threats such as the intrusion of nonnative plants and dune erosion. The organizations have also worked with the city on sandtrapping and reconfiguration of crossovers to reduce light pollution.
Fairchild Tropical Botanic Garden has worked with the city to restore endangered plant species like Jacquemontia reclinata, which is also known as beach clustervine. The rare plant is native to southeast Florida and was placed on the Endangered Species List in 1993 with a narrow habitat range — from approximately Biscayne Bay to Jupiter Inlet.
“In the past decade, most of South Florida’s federally endangered beach clustervine has been sharply declining but not at North Beach Oceanside Park,” observed Conservation Program Manager Jennifer Possley of the Fairchild Tropical Botanic Garden. “Fairchild’s reintroduction of plants is thriving and even spreading here because the park’s dunes still retain open sunny spaces for dune-building plants like beach clustervine. The park is a much-needed stronghold for coastal dune species along the crowded South Florida coast.”
In 2006, Fairchild staff planted 157 individual clustervines adjacent to the North Beach Oceanside Park between 84 and 86 streets. It planted another 103 plants in 2010 between 82 and 87 streets.
This past January, the city’s Environmental Resources team met with Fairchild staff and Miami Dade College professor Sonali Saha to document the effort to repopulate the dunes with clustervines. Specimens were found beyond the area where they were initially planted, extending as far south as 79 Street. The next phase of the project involves documenting individual plants and collecting seeds for research and future planting efforts.
“We have driven it to the brink of extinction by incessantly destroying its coastline habitat,” according to Saha, an instructor of biology and environmental science at the college.
Thanks to well-planned and science-based restoration efforts, the beach clustervine may once again thrive on Miami Beach, Saha said, adding that reintroduced populations have been established in locations where trees have not shaded the coastal dune habitat.
“We are cautious, but hopeful and can’t wait for these beauties to come back home,” Saha shared. “Protecting our dunes and the native plants that add ecological value is an endeavor that must be undertaken by all.”
Las dunas ofrecen una protección natural
Con más de 7 millas de dunas, Miami Beach ha avanzado enormemente en los últimos años para fortalecer el litoral de la ciudad mediante la protección y el mejoramiento de este importante recurso natural.
Un sistema de dunas sano proporciona una protección natural contra las tormentas, el cambio climático y la subida del nivel del mar. Las dunas son parte fundamental de la infraestructura verde de la ciudad y sirven incluso como primera línea de defensa contra los huracanes.
Durante años, la ciudad se ha asociado con varias organizaciones para proteger las dunas de amenazas como la proliferación de plantas no autóctonas y la erosión de las dunas. Las organizaciones también han colaborado con la ciudad en el desarenado y la reconfiguración de los cruces para reducir la contaminación lumínica.
Fairchild Tropical Botanic Garden ha colaborado con la ciudad para restaurar especies vegetales en peligro de extinción, como la Jacquemontia reclinata, también conocida como campanilla de playa. Esta rara planta es originaria del sureste de la Florida y se le incluyó en la lista de especies en peligro de extinción en 1993. Tiene un hábitat muy reducido que abarca desde aproximadamente la bahía de Biscayne hasta la ensenada de Júpiter.
“En la última década, ha habido una disminución considerable de las campanillas de playa del sur de la Florida, que están en peligro de extinción a nivel federal, lo que no sucede en North Beach Oceanside Park”, observó la Directora del Programa de Conservación, Jennifer Possley, de Fairchild Tropical Botanic Garden. “La reintroducción de plantas por parte de Fairchild está prosperando e incluso se está extendiendo aquí porque las dunas del parque aún conservan espacios abiertos y soleados para las plantas que ayudan a crear dunas, como las campanillas de playa. El parque es un baluarte necesario para las especies que habitan las dunas costeras a lo largo de la concurrida costa del sur de la Florida.”
En 2006, el personal de Fairchild plantó 157 campanillas individuales junto a North Beach Oceanside Park, entre las calles 84 y 86. En 2010 plantó otras 103 plantas entre las calles 82 y 87.
El pasado mes de enero, el equipo de Recursos Ambientales de la ciudad se reunió con el personal de Fairchild y la profesora de Miami Dade College, Sonali Saha, para documentar el esfuerzo de repoblar las dunas con campanillas. Se han encontrado ejemplares más allá de la zona de plantación inicial que se extienden hasta el sur de la calle 79. La siguiente fase del proyecto consiste en documentar cada una de las plantas y recoger semillas para la investigación y futuras plantaciones.
“Las hemos llevado al borde de la extinción al destruir incesantemente su hábitat costero”, según Saha, profesora de biología y ciencias ambientales en la universidad.
Gracias a los esfuerzos de restauración bien planificados y fundamentados en la ciencia, la campanilla de playa prosperará nuevamente en Miami Beach, dijo Saha; y añadió que las poblaciones reintroducidas se han establecido en lugares donde los árboles no han dado sombra al hábitat de las dunas costeras.
“Somos cautelosos, pero albergamos esperanzas y estamos deseosos de que estas bellezas vuelvan a casa”, compartió Saha. “La protección de nuestras dunas y de las plantas autóctonas que aportan valor ecológico es una iniciativa y un esfuerzo que debe ser asumido por todos.”