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Zona de diálogo
Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”
Los grupos de diálogo entre personas de diversas convicciones se han diseminado por el mundo en los últimos decenios. No es casualidad sino causalidad: se trata de la respuesta al pedido de Chiara Lubich en el entendido de que estos grupos serían una herramienta fundamental en pos de la fraternidad universal. Hoy compartimos la experiencia de Damjana Zupan, quien en su Eslovenia natal transita por el camino del diálogo según la propuesta del Movimiento de los Focolares.
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Conocí el Movimiento hace más de 25 años. Al principio era un poco escéptica, me preguntaba qué querrían estas personas de mí, ya que no tenía una fe religiosa y era una más entre los “raros” de diferentes convicciones en Eslovenia.
Luego de un tiempo, los valores que Chiara subrayaba —amar a todos, ser los primeros en amar, etc.— me parecieron la única elección correcta en la vida. El Movimiento se volvió mío en aquel momento en que sentí a Chiara decir que el único error en la vida es no amar. De a poco comencé a cambiar. No era más aquella que siempre tiene razón, sabía escuchar a los otros, aprendía el diálogo donde los dos interlocutores están al mismo nivel. Y como la vida no es solo bella, también para mí vinieron muchos momentos difíciles que cambiaron completamente mi existencia. Así, hace seis años mi marido imprevistamente abandonó a la familia e inició otra vida. El dolor y la consternación fueron enormes. Pero las tribulaciones no terminaron allí: un año después perdí a mi mejor amiga.
Christophe Meneboeuf Wikipedia
Me invadió un gran dolor, pero al mismo tiempo me parecía sentir una voz interior que me aconsejaba vivir el momento presente.
También perdí el trabajo, y no obstante tener título profesional y una larga experiencia, permanecí desocupada por casi un año. Fue un período difícil, pero comprendí aquello que en 15 años no había comprendido nunca y que hasta me había parecido absurdo, que el dolor es amor, como decía Chiara. Ahora pienso que el dolor te da la posibilidad de comprender, de tener compasión por quien sufre. Debo decir que a pesar todas las dificultades que tuve, no dudé ni una sola vez en que el único camino justo en la vida es la elección del amor, más allá de que a veces no me he sentido capaz.