Mujeres que cambiaron nuestra historia

Page 1


MUJERES QUE CAMBIARON NUESTRA HISTORIA

MUJERES QUE CAMBIARON NUESTRA HISTORIA

La lucha por el sufragio femenino en Panamá: 1920-1946

Marco y Ángela Alvarado

Yolanda

ISBN: 978-9962-8564-4-3

© Segunda edición

Yolanda Marco y Ángela Alvarado

Fundación Ciudad del Saber

Calle Luis Bonilla, edificio 104 Ciudad del Saber, Panamá República de Panamá ciudaddelsaber.org

Créditos:

Editor: Walo Araújo

Coordinación editorial: Amalia Aguilar Nicolau

Diseño e ilustración: Meera Sachani

Algunos derechos reservados

Esta obra se publica bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas 4.0 Internacional (CC-BY-NC-ND 4.0). Esto significa que obra puede ser descargada libremente; puedes también compartirla, copiarla, distribuirla y comunicarla públicamente, bajo las siguientes condiciones:

• Atribución: Debes dar crédito de manera adecuada a las autoras, mencionando el título de la obra y el nombre del editor (Fundación Ciudad del Saber)

• No Comercial: No puedes utilizar el material para fines comerciales

• Sin Derivadas: No puedes alterar, transformar o crear a partir de esta obra, a menos que tengas autorización expresa de los titulares del copyright

Para más detalles sobre esta licencia, visita: https://creativecommons.org/licenses/by-ncnd/4.0/deed.es

Segunda edición, 2024 1,000 ejemplares

Impreso en Costa Rica, octubre de 2024

Imprenta Master Litho S.A.

Sobre las autoras

Catedrática de Historia de la Universidad de Panamá, investigadora asociada del Instituto de la Mujer de esa casa de estudios y miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT). Ha publicado numerosos libros y artículos científicos sobre la historia de las mujeres en Panamá y, especialmente, sobre la historia del movimiento sufragista y la conquista de los derechos políticos de las panameñas. Sus artículos se encuentran en revistas especializadas y medios de comunicación, así como en las memorias de congresos y conferencias sobre el empoderamiento de las mujeres panameñas a lo largo de la historia republicana.

Ángela Alvarado Aguilar

Abogada e investigadora especializada en el área de la condición jurídica de la mujer, fue miembro del equipo editorial de la revista Mujer hoy y del Taller de Estudios de la Mujer de la Universidad de Panamá (1986-1991) y colaboradora del Centro de Estudios de Capacitacion Familiar (CEFA). Laboró en la Dirección de Relaciones de la UP con las universidades y centros particulares de educación superior de la Vicerrectoria de Extensión, hasta su jubilación de la institución. Autora de una gran cantidad de artículos publicados en libros, revistas y medios de comunicación sobre la situación de discriminación y violencia que viven las mujeres en los ámbitos sociales y políticos en Panamá.

De parte de las investigadoras

Nota a la segunda edición

Introducción

1

Su historia, nuestra historia

Panamá a comienzos del siglo XX

Las precursoras del feminismo

La poeta

Las educadoras

Los años veinte

El contexto del país

Las primeras feministas. Reformistas y sufragistas

Los años treinta

Movilizaciones y represión, fin de una etapa

El final de la lucha

La Asamblea Constituyente y la consecución del derecho al sufragio

2 Las protagonistas

Introducción Educadoras

3

Los logros jurídicos

Introducción

Período de 1903-1919

Período de 1924-1937

Período de 1945-1946

4

Las organizaciones

La educación

La filantropía y la asistencia social

La producción intelectual y cultural

La militancia

Centro Feminista Renovación

Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer

Lista de delegadas al Primer Congreso Feminista

Partido Nacional Feminista

Unión Nacional de Mujeres

Liga Patriótica Femenina

de una lucha

Presentación

Es un orgullo para Ciudad del Saber hacer posible la segunda edición de Mujeres que cambiaron nuestra historia, una obra de Yolanda Marco y Ángela Alvarado, que ha sido referencia obligada para comprender la lucha histórica de las mujeres panameñas por la igualdad, desde que fue publicada por primera vez en 1996.

La obra se centra en el período de 1920 a 1946 y nos invita a conocer más de cerca (poniéndole nombres y caras) a una generación de mujeres que luchó por el derecho a participar plenamente en la vida civil y política del país, incluyendo el derecho a votar y a ser elegidas para cargos públicos, en igualdad de condiciones.

Desde Ciudad del Saber queremos contribuir a que esta obra llegue a un público lo más amplio posible, especialmente a las generaciones más jóvenes, quienes sin duda disfrutarán de esta historia, así como del diseño y de las imágenes de esta segunda edición. Hoy, estas mujeres que cambiaron nuestra historia nos inspiran a ser agentes de cambio y a seguir trabajando por un futuro con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas.

Irene Perurena Fundación Ciudad del Saber

De parte de las investigadoras

Este libro tiene dos autoras: Yolanda Marco y Ángela Alvarado. Nació de la colaboración de una historiadora y una abogada en 1996. Hoy Ángela Alvarado no está presente para conocer la segunda edición del libro. Queremos recordarla como pionera en los estudios de la historia de las mujeres en Panamá.

La realización de esta investigación fue posible gracias a la colaboración prestada por muchas personas. Dejamos constancia del reconocimiento especial a Gilberto González y a Laura González de Lombana, sobrino y sobrina-nieta respectivamente de Clara González. El amor a su tía les hizo conservar sus viejos papeles, que son una ayuda inestimable para la investigación.

Gracias a Mary Morgan de Lyons, a Nelly Morgan, a Carlos Patterson, a Luis Daniel Crespo y a Ana Casís por ayudar a conseguir información sobre sus parientes. Gracias también a Berta Quezada de Moscote, a Rafael Moscote, a Diógenes de la Rosa, a Stella Sierra, a María Isabel Mendoza y a Yolanda Camarena de Sucre por su conversación, sus recuerdos y su gentileza.

Agradecemos asimismo la colaboración de Mario Lewis Morgan y de Ricardo López Arias, quienes proporcionaron fotografías para la primera y la segunda edición de este libro. Igualmente, le debemos un reconocimiento a la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. por su apoyo en la Hemeroteca.

Nuestra gratitud también a todas las amigas que en su momento nos alentaron para realizar este trabajo; son muchos nombres, a todas se las recuerda.

Reiteramos nuestro reconocimiento a quienes hicieron posible la primera edición de este libro: UNICEF, el Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá y la Embajada de Canadá, cuyas autoridades apoyaron desde el comienzo este proyecto.

Agradecemos a Ciudad del Saber por la reedición de Mujeres que cambiaron nuestra historia y, de manera muy especial, al equipo que ha trabajado en la segunda edición: Amalia Aguilar Nicolau (coordinación editorial), Walo Araújo (edición) y Meera Sachani (diseño e ilustraciones).

Merece un reconocimiento especial Nadya Vásquez, quien, desde su posición en UNICEF, contagió su entusiasmo y motivó el interés de quienes hicieron posible la primera edición de este libro.

Yolanda Marco

Nota a la segunda edición

A propuesta de la periodista y experta en género Amalia Aguilar Nicolau, acepté el reto de preparar una segunda edición de este libro, agotado en las librerías hace años, pero que sigue siendo tan relevante hoy como cuando se publicó por primera vez. A ambos nos pareció que el centenario del Primer Congreso Feminista y de la fundación del Partido Nacional Feminista (1923-24) ofrecía una oportunidad inmejorable para acercar Mujeres que cambiaron nuestra historia a nuevos públicos y generaciones.

Con ese propósito, revisamos los textos de la primera edición (que se mantienen) para corregir posibles erratas e incorporar nuevos datos o referencias cuando aportaran valor. Nos esforzamos especialmente en enriquecer y actualizar los anexos, que incluyen una cronología y una bibliografía sobre el sufragio femenino y, en general, sobre la lucha de las mujeres por la igualdad.

En línea con la vocación didáctica del libro, propusimos un nuevo formato y un diseño gráfico atractivo, contando para ello con la creatividad y el compromiso de la diseñadora e ilustradora Meera Sachani. Igualmente importante ha sido la labor de búsqueda y edición de las imágenes que enriquecen el cautivador relato de esta obra.

Walo Araújo Fundación Ciudad del Saber

Ilustración Somos un montón, Meera Sachani, 2018.

INTRODUCCIÓN

Esta publicación trata de las mujeres que con sus acciones influyeron de forma decisiva en la transformación de la vida de sus congéneres en Panamá. Estaban convencidas de que solo podrían ser dueñas de su destino si conquistaban el derecho a intervenir en la vida política, que solo así alcanzarían la igualdad con el hombre. Por primera vez en la historia del país exigieron espacios de poder para las mujeres. Su rebeldía las llevó a construir organizaciones militantes y a llamar a sus compatriotas a unírseles. Pero su irrupción en la vida política perturbaba la tranquilidad con la que algunos hombres privilegiados habían administrado el poder durante años y años. Pese a eso, algunos de los líderes del país (y en ocasiones también sus partidarios) las apoyaron. Otros, sin embargo, se irritaron profundamente por sus exigencias y las confrontaron. Su actividad proselitista tuvo consecuencias en las vidas de esas pioneras y, por eso, fueron diferentes a las mujeres que las precedieron. Quizá también porque fueron diferentes hicieron lo que hicieron. Recorrieron un camino de más de dos décadas para conseguir su objetivo prioritario: derechos políticos igualitarios. Así fue como trazaron el camino. Las sucesoras empezaron donde ellas culminaron su obra.

En realidad, las mujeres panameñas comenzaron a transgredir las normas sociales impuestas a ellas desde los tiempos de la sociedad colonial, mucho antes de irrumpir en la política. Al ocuparse de la creación literaria, por ejemplo, hicieron algo distinto a lo que se esperaba de ellas. También el hecho de recibir educación en las escuelas y después en las universidades fue un hecho transgresor. En Panamá, la transformación del papel social de las mujeres empezó desde la segunda mitad del siglo XIX y, especialmente, en las dos primeras décadas del siglo XX. Lentamente, pero con seguridad, se incorporaron a la educación, accedieron a profesiones como las de enfermera, maestra o telegrafista. En una palabra,

su papel en la sociedad se modernizó con el ingreso progresivo a las esferas de la vida pública.

Lo ocurrido en Panamá fue semejante a lo que se daba en el resto de los países de América, con la notable característica de que el nacimiento del sufragismo en Panamá fue más temprano que en los países americanos que le eran parecidos en materia de desarrollo socioeconómico.

En el mundo moderno, el acceso a la escena política ha jugado un papel determinante en el proceso de incorporación de la mujer a la vida pública, porque tradicionalmente ha sido en ese ámbito, y lo es todavía, donde se manifiesta de manera más evidente la subordinación social de las mujeres. Efectivamente, hoy es suficientemente conocida y aceptada la discriminación de las mujeres en la sociedad y la existencia de un sistema de género social, referido "a los procesos y mecanismos que regulan y organizan a la sociedad de modo que mujeres y hombres sean, actúen y se consideren diferentes, al mismo tiempo que determina cuáles áreas sociales serán de competencia de un sexo y cuáles del otro”.1

En la sociedad panameña, organizada según este sistema, a la mujer se le ha adjudicado como ámbito propio el área de la vida doméstica, en la familia, en la que se realiza la reproducción, mientras que para el varón se ha dejado el área de la vida pública (el trabajo remunerado, la economía, la ciencia y la cultura, la política). Esta división sexual del trabajo y de las actividades sociales se ha justificado con razonamientos diferentes según el momento y ha sido la base del alejamiento de la mujer de la política. La prohibición de participar en la vida pública no se establecía solamente mediante la tradición, los principios éticos aceptados socialmente, o a través de otros mecanismos que se ampararan en el convencimiento, sino en el hecho de que

han existido, tal como existen todavía en algunos países, mecanismos coercitivos de carácter secular. Hasta hace relativamente poco tiempo, las constituciones y las leyes de países que se proclamaban igualitarios y liberales les negaban a las mujeres el derecho al sufragio. La lucha por cambiar esas leyes y ganar el derecho a participar en la política en igualdad ha sido ardua, violenta, larga y muy difícil en todo el mundo. Todavía lo sigue siendo en bastantes países.

El reclamo a la ciudadanía, es decir a la igualdad política, fue en Panamá el momento álgido del feminismo. Al exigir las mujeres derechos de participación en el poder público rompían en términos radicales con el estereotipo de mujer socialmente valorado según las normas discriminatorias vigentes. Las sufragistas marcaron pues, desde un muy particular punto de vista, la última etapa del nacimiento de la mujer panameña moderna. Por esa razón decimos que fueron ellas las que cambiaron el mundo para redención de las generaciones actuales.

El apoyo de Unicef y del Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá ha permitido publicar este trabajo, que constituye el primer paso para el rescate de la historia de la participación política de las mujeres panameñas. Esta publicación es, inevitablemente, la recuperación de la historia de las mujeres que lucharon por el sufragio y la plena igualdad legal, así como de las organizaciones que crearon. Aquí se quiere mostrar a las protagonistas, tanto a las que con su genialidad liderizaron el movimiento, como a las militantes anónimas que con su fuerza y solidaridad hicieron posible el avance. Y se trata de mostrar en forma amena, que pueda interesar a todo el mundo, especialmente a las jóvenes generaciones; enseñar a las niñas y a las jóvenes de hoy una imagen de las mujeres panameñas que no conocen, y que es mucho más real que la que se difunde habitualmente.

El libro está organizado en cuatro capítulos y dos anexos. El primer capítulo es una síntesis de la historia de la lucha por el voto y la igualdad jurídica, desde comienzos del siglo XX hasta 1946, en la que se ha querido dejar la palabra a las mismas protagonistas, siempre que se ha podido. Con miras a ese objetivo se reproducen textos de las mujeres de la época. El segundo capítulo lo constituyen las biografías de las feministas más destacadas de la misma época, 22 en total, seleccionando no solo a aquellas que incursionaron en la política sino también en el mundo de la cultura y del arte, intelectuales y educadoras. La idea es mostrar la vida y la obra de quienes liderizaron el proceso de transformación de las mujeres en entes participativos. (Seguramente no están todas las que deben estar y es de esperarse que trabajos posteriores recuperen a las que faltan aquí). El tercer capítulo es una recopilación de logros legales conseguidos por el movimiento feminista desde sus orígenes hasta mediados del siglo XX. El capítulo cuarto es una síntesis histórica de sus organizaciones y cuadros con los nombres de sus primeras directivas. La última parte del libro incluye dos anexos: una cronología de la lucha por el sufragio femenino en Panamá y el mundo, y una bibliografía sobre el tema.

Este trabajo se ha basado en el manejo de fuentes primarias documentales y en entrevistas a las protagonistas, o a personas que tuvieron con aquellas relaciones familiares o de amistad.

La prensa de la época proporcionó una ayuda inestimable, así como las obras publicadas por las protagonistas. Sin embargo, la fuente más importante ha sido la documentación inédita de los archivos de Clara González que, gracias a su familia, ha estado a disposición y ha permitido documentar bastante bien la historia del Partido Nacional Feminista y de la Unión Nacional de Mujeres. Lamentablemente no se contó con archivos similares para el estudio de otras organizaciones feministas. Se espera que trabajos

posteriores puedan incorporar otras fuentes documentales no disponibles todavía.

Pese a las dificultades, debidas sobre todo a las carencias de información, en este trabajo se han podido alcanzar los objetivos propuestos. El primero ha sido conocer la evolución de las organizaciones feministas de la década de 1920 y sus principales actividades hasta la Asamblea Constituyente de 1945. En segundo lugar, se ha establecido definitivamente el carácter de los acontecimientos que condujeron a la conquista del derecho al sufragio femenino entre 1941 y 1946, así como el papel que jugaron las agrupaciones feministas para alcanzarlo. En tercer lugar, se han podido identificar a las feministas de las distintas organizaciones, pese a que todavía solo se conoce el nombre de muchas de ellas. Por último, se ha podido reconstruir la evolución de las reformas de la legislación referida a las mujeres desde 1904 a 1946, lo que permite comprender el papel del movimiento feminista de la época en la transformación de las leyes.

Es deseable que este libro, pionero en el tema, pueda ayudar a niñas y jóvenes mujeres de este país, Panamá, a comprender su situación en la sociedad actual y también estímulo para construir una vida y un mundo mejor. Acercarse a ese objetivo siempre será motivo de satisfacción.

NOTAS

1 Judith Asterlarra: Las mujeres podemos: otra visión política. Icaria Editorial, Barcelona, 1986, p. 18.

1 SU HISTORIA, NUESTRA HISTORIA

Nos damos cuenta de que la inclusión de las mujeres en la historia implica necesariamente la redefinición y ampliación de nociones tradicionales del significado histórico, de modo que abarque la experiencia personal y subjetiva lo mismo que las actividades públicas y políticas. No es demasiado sugerir que, por muy titubeantes que sean los comienzos reales, una metodología como esta implica no solo una nueva historia de las mujeres, sino también una nueva historia.

Ann D. Gordon, Mari Jo Buhle y Nancy Shrom Dye (1976)

Hay mujeres en la historia y hay hombres en la historia, y sería de esperar que ningún planteamiento histórico de un período determinado pudiera haberse escrito sin tratar de las acciones e ideas tanto de hombres como de mujeres.

Gerda Lerner (1981)

PANAMÁ A COMIENZOS DEL SIGLO XX

Panamá contaba en el momento de su nacimiento como república independiente en 1903 con unos 315,000 habitantes1, siendo por lo tanto la densidad de población de poco más de 4 h. por km2. La República y su Estado se construían al mismo tiempo que el canal interoceánico, y las relaciones con los Estados Unidos se constituirían a partir de entonces en un elemento fundamental en la vida nacional. La introducción de medidas sanitarias y de la medicina moderna revolucionó la demografía del país al reducir enormemente la mortalidad en las dos primeras décadas del siglo XX. Panamá y Colón, las dos ciudades terminales del canal, fueron las que recibieron primero estos beneficios y fueron también las de mayor crecimiento demográfico, que luego, sobre todo a partir de la década de 1940, se extendieron al resto de la República. De esta forma, la población se multiplicó por tres entre 1920 y 1960, pasando en esta fecha a tener un millón y medio de habitantes. La ciudad de Panamá en la primera década del siglo, período que nos ocupará, tenía algo más de 50,000 habitantes.

La vida económica del país, activada por la construcción del canal y los negocios que surgieron en relación con él, se transformó profundamente. Desde el punto de vista social, el país se vio modificado de manera intensa por la integración de los trabajadores del canal y de los norteamericanos, que introdujeron nuevas formas de vida y de pensar.

Las dos primeras décadas de la vida republicana, especialmente bajo la presidencia de Belisario Porras, se caracterizaron por los esfuerzos para construir un Estado moderno, y por la atención especial del gobierno a la educación, a la construcción de una infraestructura de comunicaciones en el país y por el desarrollo del comercio y la agricultura.

Estos cambios afectaron la situación de la mujer. Favorecieron su inserción en el sistema educativo, como maestras y como educandas; y en el trabajo remunerado, en viejas y nuevas profesiones (como lavadoras, planchadoras y en otros servicios, y como educadoras, telefonistas, secretarias y enfermeras). Pese a lo mucho que nos falta conocer sobre la situación de las mujeres en esta época, sí sabemos que ese fue el momento en que comenzaron a insertarse masivamente en la educación y en nuevas profesiones2.

Foto de Carlos Endara. Colección de Mario Lewis.

LAS P RECU RSORAS DEL FEMINISMO

La poeta

Una poeta: Amelia Denis de Icaza. Pero ¿por qué una poeta si aquí se habla de mujeres políticas? Quizá no haya una razón lógica, quizá sea una razón puramente emocional, si se puede decir así, lo que lleva a incorporar a esta mujer entre las que hablaron de política.

Amelia Denis de Icaza es uno de los pocos nombres femeninos que aparecen en los manuales de historia que conocen los escolares del país. Todas las niñas y niños aprenden desde hace muchas generaciones estos versos.

Ya no guardas las huellas de mis pasos, ya no eres mío, idolatrado Ancón; que ya el destino desató los lazos que en tu falda formó mi corazón3

Estas líneas testimoniales pueden considerarse como un verdadero manifiesto político. Manifiesto político a la manera femenina, tal vez la única permitida a una mujer en 1906, cuando escribió su poema dedicado al cerro Ancón. Textos que reflejan la tristeza que sintió al conocer los términos del Tratado Hay - Bunau Varilla, que dejaba al cerro Ancón encerrado dentro de los límites del territorio de lo que desde entonces fue la Zona del Canal, administrada por los Estados Unidos. No hay en sus versos nada que no sea cotidiano, nada distinto a la existencia de las personas corrientes, nada heroico, tan solo sentimientos compartidos por las personas de su época y por las generaciones siguientes.

Amelia Denis de Icaza transformó al cerro Ancón y su fuente de El Chorrillo en sinónimos de vida, como el país entero, simbolizado por el mismo Ancón. La pérdida del cerro es la pérdida de la tierra-refugio, tierra-madre, y también es la pérdida de la propia identidad:

Denis de Icaza (1836 - 1911). Tomada del libro Valores femeninos panameños de Juana Oller.

¿Qué se hizo tu Chorrillo? ¿Su corriente al pisarla un extraño se secó? Su cristalina bienhechora fuente, en el abismo del no ser se hundió.

(...)

Más tarde con mi lira enlutecida, en mis pesares siempre te llamé; buscaba en ti la fuente bendecida, que en mis años primeros encontré.

(...)

Soñaba yo con mi regreso un día de rodillas mi tierra saludar, contagiarle mi nostalgia, mi agonía, y a su sombra tranquila descansar. Sé que no eres el mismo, quiero verte y de lejos tu cima contemplar; me queda el corazón para quererte ya que no puedo junto a ti llorar.

De esa manera, Amelia Denis de Icaza, un ama de casa que en sus horas libres escribía poesías, legó al Panamá recién nacido en 1903 su sentimiento de añoranza hacia la tierra, esa tierra que le daba identidad, en unos versos sencillos y quizá no perfectos desde un punto de vista estrictamente literario. Se podría decir que esta es la primera demostración política femenina en Panamá, que muestra el ser más íntimo de su autora a través de la emoción, de ahí la fuerza que ha tenido y sigue teniendo esta poesía.

Amelia

Las educadoras

La educación de la mujer en el siglo XIX dejaba mucho que desear. De la información fragmentaria de que se dispone4, se puede deducir fácilmente que solo se educaban en esta época unas pocas mujeres de las clases altas de la sociedad panameña.

Desde finales del siglo XIX funcionaba en la capital la Escuela Normal de Institutoras, dirigida por muchos años por las maestras colombianas Rosa y Matilde Rubiano. En ella se graduaron como maestras de escuela primaria Tomasita Casís, en 1900, y Josefina Aldrete, en 1904, las que serían (junto con sus maestras) las promotoras de la educación de las mujeres panameñas. Bajo su dirección, la Escuela Santa Ana Nº 2 y la Escuela San Felipe de Niñas multiplicarían el número de mujeres que se educaban en la capital5 .

Los primeros gobiernos de la República tuvieron la capacidad de entender la necesidad de formar educadoras que pudiesen, a su vez, promover la educación femenina. De esta manera un numeroso grupo de panameñas fueron becadas por el gobierno nacional para seguir estudios de

pedagogía en Europa y Estados Unidos. Del primer grupo de estas formaban parte Emilina González Revilla, Teresita Porras, Isabel Alvarado, Susana Clement, Lucha Cervera, Débora de Ayala, Lucía Tejada, Domitila Arias de Parada, Rita Andrión, Georgina Rangel, Esther Neira y Enriqueta Morales, que estudiaron en el colegio Wavre de Bruselas, y Angélica Chávez de Patterson que estudió en Nueva York. Algunas de ellas se quedaron en Europa después de tomar los hábitos de monja. Las otras, a su regreso al país, contribuyeron a la modernización y extensión de la educación, y de manera especial de la educación de las mujeres. Su estancia en el exterior no solo las formó como profesionales, sino que además las puso en contacto con las ideas feministas.

Fue, no por casualidad, en la Escuela de Niñas Santa Ana Nº 2 donde trabajó como maestra desde 1911 Juana Oller de Mulford, quien por su pensamiento es sin duda la antecesora más clara de las feministas de la década siguiente. En 1916 Juana Oller fundó, junto a otras maestras de su escuela, el Club Ariel, primer centro de cultura femenina del país, cuyo lema era “Virtud y patria”.

Su objetivo era “promover el acercamiento social por medios que fueran de cultivo y solaz del espíritu”6. El Club Ariel promovió un concurso de cultura física entre las escuelas primarias de las ciudades de Panamá y Colón y las de la Zona del Canal, muy ensalzado por la prensa de la época y tremendamente innovador por lo que significaba promover la cultura física entre las mujeres. Fue también el Club Ariel quien convocó un concurso de ensayo en el año 1916, cuyo primer premio obtuvo Juana Oller con el trabajo titulado “Influencia de la mujer en el sostenimiento de nuestra independencia”. En este ensayo, que por lo que se sabe tiene el enorme valor de ser el primero en su género, Juana Oller ofrece por primera vez el punto de vista femenino sobre las causas de la nula participación de la mujer panameña en la política:

La mujer panameña, hablando en sentido general, carecía en tiempos atrás de la instrucción

Rosa y Matilde Rubiano. Detalles de una foto de Carlos Endara. Del libro 100 Años Panamá - 100 Portadas de Épocas. Vida y obra de Carlos Endara Andrade, de Mario Lewis.

necesaria, de lo cual no era ella culpable, sino el medio ambiente en que se desenvolvía, hostil, con intensidad abrumadora, a su participación en las distintas esferas de la vida que hoy palpamos. La falta de planteles de educación a su alcance; la absoluta ausencia de oportunidades para demostrar las múltiples capacidades que más tarde ha revelado; cierta rigidez, fruto de las preocupaciones de la época, todo ello contribuía a retardar su participación directa en los destinos de la Patria. La panameña de hoy día se agita en otra atmósfera distinta, si es permitida la expresión; posee los medios indispensables para combatir la ignorancia, despertando, fortaleciendo y enriqueciendo sus capacidades intelectuales, sin descuidar los impulsos naturales de su ingénita terneza, sus inclinaciones caritativas y sus impulsos generosos. A su paso se abren las puertas de los templos de la instrucción y del trabajo, que la ponen en condiciones de ganarse el sustento y ponerse a la par del hombre en su deseo de prosperar, al influjo del estudio y de la protección que el medio circundante le proporciona 7 .

En su opinión, la sociedad anteriormente había sido hostil a que la mujer participase en muchas esferas de la vida pública, y en especial en la educación, pero eso había cambiado ya y las mujeres accedían a la educación y al trabajo, lo cual las situaba en la posibilidad de equipararse al hombre.

Ese pensamiento es la vindicación de la necesidad de la educación y el trabajo para la mujer. Sin embargo, Juana Oller de Mulford es mucho más recatada al hablar de la participación de la mujer en la política, y se limita a reivindicar la

importancia de la influencia de la mujer en la formación de las nuevas generaciones y lo que supone esto de participación indirecta de la mujer en el desarrollo político del país:

De lo expuesto deducimos que la mujer influye en el sostenimiento de nuestra independencia como nación, porque está a su alcance formar verdaderos patriotas; porque ya como madre obra directamente sobre el hombre, cuidando de su desarrollo físico, formándole el carácter, educándole el alma, guiando su corazón, despertando en él sentimientos religiosos y amor al estudio, al trabajo y al ahorro; y colocando ante su vista los distintos campos que se abren a su paso en los cuales puede encontrar un porvenir próspero ya sea en las artes, en las ciencias, en las industrias, etc., y provocándole aversión a los vicios a que se halla el hombre expuesto8

Primer profesorado del Instituto Nacional fotografiado por Carlos Endara. Del libro 100 Años Panamá... Aparecen: Elvira M. Ayala, Nicole Garay, María Aguilera de Valdés y María Escobar de Bruner.
Alumnas de la sección de sombrerería de la Escuela Profesional de Mujeres. Foto: Carlos Endara. Del libro 100 Años Panamá...
Portada del libro Valores femeninos panameños de Juana Oller de Mulford, editado en 1978 por Marcos Ostrander Mulford.

Primeras telegrafistas del país, fotografiadas por Carlos Endara. El libro 100 Años Panamá... identifica en esta foto a Isabel Méndez de Ramírez, Carmen Méndez y Hermelinda Parrilla de Palacios, en compañía de Luis Felipe Ramírez.

LOS AÑOS VEINTE

El contexto del país

Al estudiar el nacimiento del movimiento feminista en la década de 1920 hay que tener en consideración, además de los antecedentes que se analizaron anteriormente, estos elementos: el nacimiento del movimiento obrero panameño, la influencia del pensamiento liberal, la influencia de la presencia norteamericana en el país y la del movimiento feminista internacional.

El período que siguió a 1914 se caracterizó por grandes tensiones sociales y movimientos huelguísticos protagonizados principalmente por los trabajadores del Canal de Panamá debido a que, una vez terminada su construcción en 1914, sobrevino el desempleo, por una parte, y los requerimientos de una gran cantidad de mano de obra en las construcciones civiles de la Zona del Canal. A la crisis producida por la terminación del proyecto canalero, se agregó poco después el fin de la Gran Guerra en 1918, y con ello el período de apogeo para la vía acuática.

En medio de la gran agitación internacional obrera que siguió a la revolución rusa de 1917, denominada “bienio rojo” (1918-1920), y como

Del libro 100 Años Panamá: Enfermeras panameñas en el viejo Hospital Santo Tomás, en compañía del doctor José E. Arjona y del mayor Bockock, por entonces superintendente del hospital. Foto de Carlos Endara.

consecuencia, se originó en 1919 la Sociedad Hijos del Trabajo, organización de carácter socialista, que constituye un antecedente de la Federación Obrera de la República de Panamá, creada en 1921, en la que coexistían una corriente socialista con una anarcosindicalista. La federación, al igual que el movimiento obrero internacional, promovía en su seno la participación de las mujeres de la clase trabajadora, luchaba por la reglamentación del trabajo de las mujeres y de los niños, y en su programa de julio de 1921, tenía como objetivo importante “tratar de establecer el sufragio femenino” 9. La Federación Obrera fue la primera fuerza social orgánica que planteó el tema del sufragio de la mujer en Panamá. Desde estas mismas filas ideológicas, se expresó José María Blázquez de Pedro, uno de los fundadores del sindicalismo panameño, a favor de los derechos de la mujer en su artículo “El feminismo completo” en diciembre de 1922.

Los intelectuales y políticos liberales del Panamá de esta época constituyen también un soporte importante a las ideas transformadoras en relación con la mujer y su papel en la sociedad.

El propio presidente, Belisario Porras, y algunos de sus ministros como Octavio Méndez Pereira apoyaron la modernización del papel de la mujer. Ricardo J. Alfaro, José Dolores Moscote y José D. Crespo tuvieron un pensamiento muy avanzado en relación con las mujeres. No todos ellos tenían las mismas ideas. El abanico iba desde las posiciones más atemperadas de Méndez Pereira, pasando por el equilibrio de Alfaro o Moscote hasta las más radicales y socializantes de Crespo. De esa manera, el tema de los derechos de la mujer era centro de atención a finales de la década de 1910 entre los juristas y educadores. Eduardo Chiari, quien fue profesor de Clara González, escribió en esos años su tesis sobre la “Situación jurídica de la mujer casada en Panamá”, que fue el primer estudio en su género y posiblemente de gran influencia en el despertar del movimiento feminista panameño.

La presencia norteamericana en el país también jugó un papel que, en el estado actual de la investigación sobre el tema, no es posible conocer en profundidad, pero que sin duda fue importante. Lo que sí se sabe de esta década es que:

κ Las mujeres norteamericanas en Panamá, algunas de ellas profesionales (enfermeras y maestras), tenían relación con las mujeres profesionales panameñas y tenían actividades conjuntas.

κ En los periódicos en inglés aparecían informaciones sobre el movimiento feminista norteamericano que estaba al alcance de todo quien pudiera leerlo.

κ La presencia norteamericana y su influencia en la organización de la educación en el país tuvo como una de sus consecuencias la existencia de becas de estudio para las mujeres panameñas en Estados Unidos, donde podían conocer las actividades del movimiento feminista internacional.

κ Aunque más difícil de precisar, sí es muy probable que las mujeres norteamericanas en la Zona ofrecieran un modelo de mujer modernizado para un sector de mujeres panameñas.

Estudiantes de la Escuela Normal de Institutoras. Carlos Endara. Colección de Ricardo López Arias.

Por último, las noticias y la influencia del movimiento feminista internacional, todavía en plena lucha por el derecho al sufragio, llegan a Panamá por varias vías: en primer lugar, a través de los socialistas y anarcosindicalistas, que se hacen presentes no solo en el movimiento obrero sino en libros y publicaciones periódicas como Cuasimodo; en segundo lugar, a través de las publicaciones para los norteamericanos de la Zona y la labor divulgativa de las feministas norteamericanas, como se verá que ocurre con la visita de Carrie Chapman Catt a Panamá. Por último, es importante recordar, como se señaló con referencia a las educadoras, que las mujeres que encabezaron y fundaron las organizaciones feministas panameñas habían estudiado en Europa y en Estados Unidos, a excepción de Clara González que no viajó al exterior hasta 1927.

Las primeras feministas. Reformistas y sufragistas

En este contexto histórico, se gradúa la primera abogada panameña. En junio de 1922, Clara González obtiene su título de Licenciada en Derecho con un trabajo de graduación titulado “La mujer ante el derecho panameño” 10

Su tesis es el primer estudio sistemático sobre la situación legal de la mujer en el país. Es también la primera manifestación de un pensamiento integralmente feminista. Se trata de un análisis de la situación de la mujer, desde los fundamentos de la opresión femenina, que revisa todas las áreas del derecho.

En la familia, centro fecundo de casi todas las relaciones jurídicas de los hombres entre sí, fue donde primero encontramos consagrado el principio de la superioridad del hombre sobre la mujer11

Así, Clara califica la situación de la mujer de esclavitud: “La esclavitud de la mujer dijimos y no nos equivocamos”. En este documento la igualdad de derechos entre los dos sexos aparece totalmente reivindicada, por primera vez hasta donde se sabe, sin ningún tipo de alusiones más o menos sutiles a la “naturaleza” o a otra característica femenina que justificara la desigualdad.

No seremos tan exagerados que afirmemos que en Panamá la mujer ha llegado al máximo de la cultura, no; solamente diremos que si aún no se encuentra al nivel que fuera de desearse por lo menos se halla en el camino de conseguirlo, y que si el hombre a quien también falta mucho, goza de todas las garantías, es justo que a ella también se le tenga en cuenta, ya que la Humanidad la forma uno y otra en proporciones que quizá favorecen a la última12

Egresados de la Escuela Nacional de Derecho en 1922. Sentados, de izquierda a derecha: Ricardo Carles, Ricaurte

Augusto Arjona Q. y José María Barría. De pie, de izquierda a derecha: Narciso Martínez, David Robles, Samuel

Correa, Miguel Talavera C., Humberto Echevers y Julián Valdez. Del libro 100 Años Panamá, de Mario Lewis.

En su tesis, Clara sostiene algunas posiciones muy novedosas, e incluso a veces actuales, en torno a temas como la investigación de la paternidad, el matrimonio, las causales de divorcio, los derechos económicos de la mujer, etc.

Todo este disimulo de la ley en lo tocante a la investigación de la paternidad ratifica una tradicional injusticia que hace responsable a la mujer de los deslices no solo de ella sino del infame seductor que rehúye cobardemente la responsabilidad de sus actos. ¿Hasta cuándo continuará este estado de inicua desigualdad? 13

Sin embargo, con toda probabilidad lo más impactante para la sociedad de su época fue la rotunda defensa de los derechos políticos de la mujer:

No sabemos si nuestros constituyentes, basados en el prejuicio de que solo a los varones corresponde el ejercicio de derechos que llevan en sí ciertas responsabilidades, o que traen consigo ciertas ventajas, se olvidaron de excluir expresamente a

S.,

Pedro

la mujer del ejercicio de esos mismos derechos, o si, convencidos de que ya no deben existir esas diferencias, que resultan denigrantes, entre individuos de ambos sexos, dejaron la puerta franca para que la mujer tuviera la oportunidad de participar de las funciones públicas del Estado. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que al romper el liberalismo el círculo de hierro en que se encerraban los prejuicios con respecto a la inferioridad de la mujer, nuestra Constitución no puede interpretarse en sentido restrictivo, sino en un sentido amplio que le permita aprovecharse de los derechos que pudiera creerse se hallan consignados en ella para el hombre solamente14

El argumento que Clara González y las feministas panameñas esgrimieron en esa época, hasta que Arnulfo Arias cambió la Constitución en 1941 era el siguiente: la Constitución de 1904 no excluía explícitamente a las mujeres de los derechos a la ciudadanía, ya que decía que “todos los ciudadanos mayores de 21 años de edad tienen derecho al sufragio”. Para ellas, hubiera bastado con que las mujeres ejercieran el derecho que la Constitución les daba, y, por supuesto, era necesario que las

Rivera
Clara González,
Quintero Jr.,
Moreno

leyes electorales no interpretasen la Constitución de otra manera (como ocurrió a partir de la Ley Electoral Nº 60 de 31 de marzo de 1925).

Clara González, junto a un grupo de mujeres, maestras en su mayoría, funda en diciembre de 1922 la primera asociación feminista de la República llamada Centro Feminista Renovación que se dirigía a las mujeres en estos términos:

Vosotras sabéis que, en casi todas las naciones del mundo civilizado, las mujeres, sacudiendo unos cuantos prejuicios seculares que las han mantenido en un plano inferior al que ocupa el hombre, se han levantado en un gesto de altivez y perfectamente unidas, a reclamar los derechos que hasta ahora les han sido negados. Panamá no podía quedarse atrás siendo, como es, uno de los países más progresistas del mundo, y es así como un grupo de mujeres que tienen a honra pertenecer a tan privilegiada fracción universal, se han aprestado a la lucha por la conquista de sus derechos, desconocidos no tanto por las leyes, como por la costumbre y el prejuicio.

El Centro Feminista Renovación perseguía estos objetivos: La intensificación y difusión de la cultura en el elemento femenino istmeño; su mejoramiento desde el punto de vista social y moral; la independencia económica; y la igualdad con el hombre ante los derechos y responsabilidad ante la ley15 . Su Junta directiva se conformó así:

Clara González (presidenta), Elida L. Campodónico de Crespo (1ª vicepresidenta), Sara Sotillo (2ª vicepresidenta), Sara María Barrera (secretaria), y Enriqueta R. Morales (tesorera).

El mismo día que el Centro Feminista Renovación difundía su circular, Clara González en la conferencia que dictó en el Aula Máxima del Instituto Nacional, definía el feminismo así:

El feminismo es la lucha de la mujer por alcanzar la plenitud de su vida, o el esfuerzo supremo de la misma por la adquisición de todos los derechos que por naturaleza le corresponden en igualdad de condiciones al hombre16

En toda la disertación, al igual que en su tesis, hay un tono que es novedoso, el de la mujer segura de sí misma, que exige sus derechos:

La mujer que se levanta altiva, y no diré vengadora pero sí resuelta y consciente, a reclamar lo que le pertenece y lo que considera que es hoy imprescindible en la obra social que ya despunta con irisados albores en el cielo de la ansiada realidad.

En esa oportunidad Clara hizo una exposición completa de su ideario para las mujeres. Tres eran las orientaciones básicas para transformar la situación de la mujer: la educación integral y armónica de la mujer; la mejora de sus condiciones morales, cuyo deterioro se debía a sus malas condiciones económicas; y la igualdad ante la ley.

En nuestro país el obrerismo femenino aún no está desarrollado de manera muy intensa, pero sí existe suficiente cantidad de mujeres que trabaja de manera desventajosa respecto del hombre pues también existe ¡quién lo hubiera creído! la tradicional injusticia de “para trabajo igual en individuos de ambos sexos, sueldo menor...para la mujer”. En caso de duda, consúltese a la mayoría de las empleadas de comercio.

Para ella, “la principal razón de ser del feminismo” era la consecución de la igualdad de la mujer frente a la ley, lo cual explicaba de esta forma:

Foto del pasaporte de Clara González de 1927. Archivos de Clara González (ACG).

Artículo sobre la conferencia “Orientación del feminismo en Panamá” de Clara González publicada en Diario de Panamá, el 21 de enero de 1923. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional.

El sufragio es la facultad concedida al ciudadano para intervenir en la vida del Estado; hay más, el sufragio viene a ser el medio por el cual los representantes del pueblo ejercen la soberanía en nombre de la nación (...) Pero a la verdad, pensaréis, ¿qué tiene que ver esto con las justas reivindicaciones del feminismo? Es cierto, hasta ahora nada tiene que ver; pero si agrego que el sufragio es el timón

que dirige la nave de la República. Que el sufragio en sus dos formas correlativas, a saber: el derecho de elegir y el de ser elegido, es el único medio de intervenir en el funcionamiento de la maquinaria del Estado. Si continúo diciendo que todos los ciudadanos tienen parte en las cargas sociales y que el gobierno ha sido instituido para hacer una proporcional distribución de esas cargas; que cada cual tiene derecho a defender sus intereses, su libertad, y que todo esto es realizable por medio del voto, ¡comprenderéis las aspiraciones de la mujer a servirse de él cuanto antes!

En el mes de enero de 1923 se produjo realmente la explosión del feminismo en Panamá. El día 11 de ese mes, nueve días antes de que Clara González dictara su conferencia en el Instituto

Nacional, Esther Neira de Calvo dio una conferencia titulada “El feminismo, triunfante” en el Conservatorio de la ciudad, que fue el preludio de la constitución de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, que se dio unos días después. En esa conferencia, Esther Neira explicó lo que constituirían los antecedentes de la Sociedad

Nacional para el Progreso de la Mujer: el Congreso de Ginebra de 1920, que se celebró como consecuencia del destacado papel jugado por las mujeres en la Gran Guerra de 1914-18, responsabilizó a las mujeres norteamericanas de promover la liberación de sus congéneres en toda América, y eso ocasionó el Congreso de Baltimore de 1922 al cual el gobierno panameño envió a Esther Neira como delegada nacional. Uno de los acuerdos del Congreso de Baltimore fue la creación de una

Asociación Panamericana de Mujeres, y otro fue el compromiso de cada delegada para fundar en su país una asociación semejante. En cumplimiento de ese acuerdo, Esther Neira convocaba a las mujeres en su conferencia a la creación de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer.

Para Esther Neira, el feminismo era:

...la doctrina que expone y sostiene la capacidad y derechos de la mujer para desplegar en la vida todas sus energías y mostrar su personalidad como lo hace el hombre 17 .

Y ampliaba su definición así:

El sano y prudente feminismo...defiende la restauración del equilibrio social... ve en cada mujer un alma libre y responsable...defiende y sostiene la capacidad y derecho de la mujer para desenvolver en la vida todas sus energías y ostentar su personalidad como lo hace el hombre…el feminismo pretende que la mujer sea algo más que la materia creada para servir al hombre y obedecerle como el esclavo a su amo, pues debe ser la cooperadora y no la súbdita del hombre, su consejera, su asociada y no su esclava.

Para Esther, el principal objetivo del feminismo era lograr una educación igualitaria para la mujer:

Igualdad de educación para la mujer, para darle consciencia de su propio valor, de su poder y de su misión para que tenga una noción bien definida de su personalidad con toda la plenitud y con toda la dignidad que la palabra encierra, para que reconozca sus deberes antes de reclamar sus derechos.

En relación con el sufragio, decía que:

El sufragio es una de las actividades del feminismo, un factor de importancia capital, pero insuficiente para una solución general.

De manera que el objetivo central del feminismo debía ser:

Formar una Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, entre cuyos objetivos esté la educación de la mujer que la conduzca al disfrute de sus derechos, la aleje de la miseria y transforme su hogar en templo sagrado del amor y del bien.

Porque Esther Neira sintetizaba su pensamiento con esta frase: “En una palabra, la educación es la que emancipa sin violencia a la mujer”. Neira fundó en enero de 1923 la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer bajo los principios que fueron enunciados por ella, y ratificados por Esperanza G. de Miró, en una reunión de la Sociedad en Antón:

Se había descartado, por ahora, el sufragio porque si bien la mujer panameña ha adquirido una instrucción de carácter general, ha permanecido ajena a los asuntos de índole política y legal, dejando al hombre toda iniciativa y aceptando como bueno cuanto él hacía18 .

En esa misma oportunidad, Esperanza Miró definía el feminismo con palabras que anunciaban el carácter asistencial que la organización tendría posteriormente:

El feminismo es un lazo de unión entre todas las mujeres sin distinción de razas ni posiciones sociales, en el que la mujer adinerada e influyente se pone en contacto con la obrera para estudiar sus necesidades y contribuir a precaverla de la miseria y el vicio.

A la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer pertenecieron también Angélica Ch. de Patterson, Tomasita Casís, Aminta de Osses (que constituían la junta directiva del comité de educación), Hilda María Vallarino, Lucila Aguilar, Lastenia Lewis, Evelina A. de Orillac, Rafaela D. de Ramírez, Julia Julio de Mora, Juana R. Oller (que formaban la junta directiva del comité de bienestar del niño).

Foto de Esther Neira de Calvo, de entre 1927 y 1928. ACG.

Titular sobre la conferencia “El feminismo, triunfante” de Esther Neira, publicado en La Estrella de Panamá el 13 de enero de 1923.

En el mes de marzo de 1923 se produjo la visita a Panamá de Carrie Chapman Catt, presidenta de la Alianza Internacional pro-Sufragio de la Mujer, eminente dirigente feminista norteamericana de la nueva y más conservadora generación que sucedió a la vieja guardia de Elizabeth C. Stanton y Susan B. Anthony en los Estados Unidos, a finales del siglo XIX. Su visita a Panamá, que formó parte de una gira que hizo por varios países de América Latina, fue un acontecimiento importante, seguido por la prensa en todos sus detalles. Fue acompañada por Esther Neira de Calvo y otras integrantes de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, y por la esposa del presidente de la República y la del representante del gobierno norteamericano.

En la conferencia que dio en el Instituto Nacional, Carrie Chapman Catt afirmaba que promover la educación de la mujer era la tarea más importante del feminismo en América Latina. La segunda etapa, en su opinión, era la reforma de las leyes. Y en la tercera las mujeres buscarían un programa común para trabajar mejor. La reivindicación del sufragio no sería tarea importante por mucho tiempo. Parece bastante evidente que las directrices expuestas por Carrie Chapman Catt tenían una gran influencia en Esther Neira y las mujeres de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, y concordaban en lo referente a la posposición de la lucha por el derecho al sufragio.

Por su parte, el Centro Feminista Renovación de Clara González trabajó arduamente en la convocatoria del Primer Congreso Feminista que, finalmente, se reunió los días 20 y 21 de septiembre de 1923, contando con 43 delegadas de todas las provincias del país, a excepción de Chiriquí y Coclé.

Titular sobre la visita a Panamá de la sufragista estadounidense Carrie Chapman Catt, publicado en La Estrella de Panamá el 7 de marzo de 1923.

La directiva del congreso estuvo formada por: Linda Smart (presidenta), Felicidad Hauradou (vicepresidenta), Carlota Calvo (secretaria) y Carmen Yánez (subsecretaria). El congreso escogió una comisión redactora del programa constituida por: Elvira Ayarza, Emilia Gutiérrez, Sara María Barrera, Benilda María Zamora, Elena Tejada y Clara González; y una comisión redactora de la constitución del Partido Nacional Feminista que estuvo formada por: Felicia Santizo, Virginia Hill, María González, Georgina Jiménez y Clara González.

El primer acuerdo del congreso fue la fundación del Partido Nacional Feminista, cuyos objetivos fueron resumidos por Elida Campodónico de

Linda Smart, presidenta del Primer Congreso Feminista en 1923. Tomada de Recuerdo del Partido Nacional Feminista, 1926.

Aspiramos a la total emancipación de la mujer: a su emancipación de las garras de la ignorancia por medio de la educación; a su emancipación social, mediante la extirpación de los prejuicios que la mantienen aherrojada al funesto carro de la tradición; a su emancipación económica por medio de la nivelación de los salarios con los del hombre en las empresas comerciales e industriales; y por último, y este es nuestro fin más importante, a su emancipación política, mediante el reconocimiento de su igualdad absoluta con el hombre ante la majestad de la ley 19

En lo que fue su segundo acuerdo, el congreso adoptó para el Partido Nacional Feminista un programa que entrañaba “una transformación social, política y económica favorable, no solo a la mujer sino a todo el país”20 .

El programa del partido estaba expuesto en 20 puntos, referidos a los siguientes temas:

Artículo publicado en la portada de La Estrella de Panamá el 21 de septiembre de 1923. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional

κ Educación: reforma de la educación femenina, escuelas para personas adultas, reforma de los planes de educación y del Código de Instrucción Pública, propaganda a favor de las escuelas profesionales y talleres-escuelas, fundación de bibliotecas populares y circulantes.

κ Lucha contra la prostitución, el alcoholismo y las drogas.

κ Necesidad de crear establecimientos y reformatorios para mujeres y menores, de reglamentar el vicio, y del establecimiento de cortes y cárceles juveniles.

κ Expedición de leyes protectoras de la mujer y la niñez (reconocimiento de hijos ilegítimos e investigación de la paternidad), y reforma de las leyes (Código Penal para darle más protección a la mujer, y los Códigos Civil, Comercial y Judicial para eliminar las incapacidades que tenía la mujer en ellos).

κ Trabajo de la mujer: redención económica de la mujer mediante el establecimiento de industrias nacionales y talleres para proporcionar trabajo, vigilancia de las condiciones de trabajo (salario, jornada,

condiciones higiénicas, descanso dominical), expedición de leyes protectoras de la mujer obrera y sobre la creación de cajas de ahorro, fondos de auxilio y sociedades cooperativas para la mujer y el niño.

κ Creación de casas cuna y comedores infantiles.

κ Derechos políticos de la mujer (sufragio, representación legislativa y municipal, ejercicio de la judicatura, representación en el poder ejecutivo).

κ Crianza y educación de los huérfanos indigentes por parte del Estado.

κ Creación de ligas femeninas para la construcción y embellecimiento de calles, parques, etc. y creación de hospitales de emergencia en los pueblos donde no los hubiera.

κ Intensificación de campañas sanitarias contra la anemia, sífilis, tuberculosis y paludismo.

Enriqueta Morales, sentada en el cento, con otros integrantes de la Cruz Roja Panameña. Foto de Carlos Endara. En el libro 100 Años Panamá..., de Mario Lewis

Detalle de la portada del Nº6 de la revista Orientación Feminista publicada por el Partido Nacional Feminista en junio de 1923. ACG.

Otra de las decisiones del Congreso Feminista fue proclamar la candidatura de Clara González para las siguientes elecciones legislativas. Esta decisión no se pudo poner en práctica porque la Ley Electoral Nº 60 de 31 de marzo de 1925 determinó que los ciudadanos con derecho a voto eran solo los varones.

Las dos agrupaciones feministas emprendieron sus actividades. Con marcado carácter benéfico la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, y de campañas reivindicativas por la igualdad civil y política de la mujer, el Partido Nacional Feminista.

La Escuela de Cultura Femenina, una de las obras por la que más orgullo sentían sus fundadoras, creada por el Partido Nacional Feminista en junio de 1924 para mujeres casadas y solteras mayores de 16 años, existió por siete años y en ella colaboraron unas 20 maestras. Funcionaba de siete a nueve de la noche con matrícula constante de entre 400 y 500 alumnas. Algunas de sus maestras fueron María Escallón, Ana M. Vincensini, Sara Sotillo, Esther María Fernández, Georgina Jiménez, Eloísa Benjamín, Guillermina Retally, Emilia Gutiérrez, Mercedes Lasso, Mercedes Mendoza, Hermelinda Sogandares, el doctor R. Arce, Clara de Turner, Lolita Jiménez y la propia Clara González.

Desde el año de su constitución, el Partido Nacional Feminista presentó sistemáticamente a la legislatura un pliego de aspiraciones sobre reformas civiles y judiciales, y el sufragio. En octubre de 1924, el partido presentó por primera vez un memorial a la Asamblea Nacional en el que pedía las reformas que proponía su programa. La comisión formada por J. Guillermo Batalla, D.H. Turner, Rosendo Jurado, Pedro Vidal E. y Guillermo Méndez P. se mostró anuente a casi todas sus propuestas (discreparon en las encaminadas a la redención de la prostitución, porque según ellos, existían causas fisiológicas que la harían necesaria siempre).

Las leyes Nº 43 y Nº 52 de 1925, que incluyeron la mayoría de las reformas reclamadas, fueron resultado de esa petición. También se le permitió el ejercicio de la abogacía a la mujer. Pero las demás aspiraciones, sobre el sufragio, jurado femenino, igualdad de derechos en la patria potestad, cortes juveniles y cárceles especiales para mujeres, no fueron concedidas. Tampoco se tomaron en consideración las peticiones de carácter social, educativo y económico.

Las ofensivas feministas tuvieron además el efecto de hacer reaccionar a las fuerzas políticas

Enriqueta Morales fue una de las primeras mujeres que manejó un automóvil en Panamá. Colección familia Morgan.

antifeministas que definieron, en la nueva Ley Electoral de 1925, que eran ciudadanos elegibles “todos los ciudadanos varones de la República”.

La celebración en Panamá del Congreso Interamericano de Mujeres de 1926, paralelo al Congreso Bolivariano, fue un evento que revivió las actividades de las feministas panameñas21 . Esther Neira de Calvo fue nombrada presidenta del congreso por el entonces secretario de educación Octavio Méndez Pereira. En el congreso, que se celebró del 19 al 26 de junio de ese año, participaron 58 delegadas: 23 panameñas, 19 norteamericanas de la Zona del Canal y 16 del resto del continente. Entre las delegadas panameñas hubo dos del Partido Nacional Feminista (Elida C. de Crespo y Georgina Jiménez) y una de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer (Elvira M. Ayala).

Las resoluciones del congreso tenían un tono bastante moderado en todos los temas tratados, que eran bienestar del niño, educación, legislación y relaciones internacionales. En el apartado sobre la legislación, si bien se reconocía a la mujer capacitada para el ejercicio de todos los derechos civiles que la ley concedía al hombre y se pedía que “se modifique las disposiciones vigentes y deben derogarse las que se oponen a este principio”, no se pidió de manera explícita el derecho al sufragio femenino. En esta reunión se decidió igualmente la creación del Comité Interamericano de Mujeres.

En este mismo año, un artículo de Orientación

Feminista se refería a algunos cambios de la situación para las mujeres:

Han cambiado los tiempos en beneficio de las mujeres panameñas que ya pueden empinarse ante los hombres y reclamar sus derechos, no con discursos llenos de palabras altisonantes, sino con el poder que dan las acciones y obras efectuadas por ellas en pro del adelanto y mejoramiento del país, tales como la Cruz Roja Nacional, los socorros a los niños pobres en el Hospital Santo Tomás, los Talleres Escuelas para Mujeres, la Escuela de Cultura Femenina, las mejoras de la legislación en lo que se refiere al niño y a la iniciativa o casi total concurso de las mujeres istmeñas, apóstoles de la paz y la justicia que, agrupadas en centros sociales y políticos, con amplios programas de beneficencia y salubridad pública, laboran sin descanso en su noble afán de hacerles comprender a los hombres la justicia de sus reclamaciones a fin de equipararse con ellos en la responsabilidad de los cargos y las cargas de las funciones públicas. El Partido Feminista existente en Panamá, la Cruz Roja, los Talleres Escuelas y

Portada del programa del Congreso Interamericano de Mujeres celebrado en ciudad de Panamá en 1926. Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, Madrid.
halftone

otras instituciones similares, son oportunidades magníficas para la mujer panameña; ellas son las bases, con una bien encaminada y sostenida propaganda interna y externa sobre cuestiones políticas y civiles, del fin último a que deben dirigir sus esfuerzos todas las mujeres panameñas de buena voluntad: el sufragio22

Un grupo de señoras del Partido Nacional Feminista. Tomada de Recuerdo del PNF a las delegadas del Congreso Interamericano de Mujeres, 1926.

Clara González junto a la sufragista estadounidense Doris Stevens en enero de 1928, durante la Sexta Conferencia Internacional de la Unión Panamericana en La Habana, Cuba. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

LOS AÑOS TREINTA Movilizaciones y

represión,

fin de una etapa

La década de 1930, que a nivel internacional se desarrollaba de manera tan compleja y difícil con la crisis de las democracias, el ascenso de los regímenes totalitarios y fascistas y con la crisis económica, fueron también tiempos difíciles en Panamá. La economía sintió los efectos de la crisis internacional originada por la caída de la bolsa de Nueva York en 1929; la situación política se polarizaba con la organización de los partidos socialista y comunista y el crecimiento de las opiniones filo fascistas. Para las mujeres no hubo avances significativos, aunque no cejaron en sus reivindicaciones. El Partido Nacional Feminista siguió presentando sus memoriales a la Asamblea Legislativa, y Clara González (que había estado ausente del país por sus estudios de postgrado de 1927 a 1930) organizó los primeros cursos de asistencia social en 1937. Duraron dos años, fueron acogidos por la Universidad de Panamá y formaron a un grupo de mujeres en el trabajo social antes de que existiera la carrera.

En 1932 el Partido Nacional Feminista envió nuevamente un memorial a la Asamblea pidiendo reformas y el voto para las mujeres. En esta ocasión también hubo una gran agitación en toda la República, con gran movilización del partido en el interior y destacada participación de las dirigentes de Colón.

En 1936, el Partido Nacional Feminista hizo de su actividad principal la lucha para conseguir que se les expidiera la cédula de identidad personal a las mujeres, que se había creado en el año 1934. La lucha no obtuvo el resultado deseado, pero sirvió para que gran cantidad de mujeres de

todos los sectores de la sociedad, pese a todas las dificultades que ello entrañaba, se unieran al partido. Este creció en esa época especialmente en Chiriquí, donde se incorporaron Mercedes de Abraham y Zaita Davis.

Ese mismo año de 1936 el diputado colonense

Víctor Navas, del Partido Liberal Renovador, presentó a la Asamblea el proyecto del sufragio femenino. El diputado Alfredo Alemán defendió el proyecto en el hemiciclo y en sus programas de radio, junto a Clara González. El proyecto de ley de sufragio femenino fue debatido apasionadamente, en medio de una gran agitación social promovida por el Partido Nacional Feminista, en la que el partido dispuso de un programa que se emitía todas las tardes por radio Miramar. En la votación hubo un empate que se mantuvo por varios días y, según el testimonio de Clara González, “siguiendo consigna superior, los sectores antifeministas secuestraron un diputado y así perdimos un voto”23. El proyecto fue rechazado por la Asamblea en una coyuntura social y política que parecía la más adecuada para su aprobación.

Esto ocurría al mismo tiempo que el partido promovía (en medio de un gran apoyo de mujeres de toda la República) el Segundo Congreso Feminista, que debía celebrarse en agosto de 1938. Libertaria Cohen, Emma Laurenza, Rosa Gordón, Ernestina Sucre, Gumersinda Páez, Emma Botello y Amelia Estribí formaban la comisión para la preparación del congreso; y Rafaela Duque de Ramírez, Soledad de Porras, Emma Laurenza, Mélida Macía y Emilia Gutiérrez constituían la comisión para recabar fondos entre los partidos políticos.

La agitación feminista alcanzó su momento culminante ese año de 1938 con la propuesta y los preparativos para el congreso, que no llegó a realizarse. La reacción fue muy dura: el Municipio de Panamá retiró la autorización para el uso de sus locales en actividades relacionadas con los preparativos del evento, y el presidente de entonces, Juan Demóstenes Arosemena, furibundo antifeminista, destituyó a un número importante de maestras miembros del Partido Nacional Feminista y amenazó con vetar la ley si la Asamblea aprobaba el derecho de sufragio

Vista general de una sesión en el marco de la Primera Conferencia de la Comisión Interamericana de Mujeres, realizada en La Habana en 1930, en la que participó Clara González por Panamá. Se le ve sentada en la tercera fila (de abajo hacia arriba), primera desde la derecha. ACG.

femenino. De estos hechos se conserva el testimonio de Otilia Arosemena de Tejeira, secretaria general del partido entonces y directora de su revista Nosotras:

Querida María Olimpia: Ya a estas horas debe saber que las socias del partido somos personas non gratas. Que su paisano Aníbal (Ríos) cree que vamos a dejar de ser buenas maestras las mujeres si nos metemos a feministas. Debemos ser muy buenas maestras antes de ser feministas pues le dedicamos tanto tiempo a la profesión que no nos queda tiempo para nada más. ¿Por qué no hay más mujeres directoras y ninguna inspectora de educación pública?24

El Partido Nacional Feminista, no obstante, la situación que hacía peligrar su propia existencia tomó partido en el litigio fronterizo (que amenazaba con convertirse en enfrentamiento armado) que surgió entre Panamá y Costa Rica. Hicieron un llamado a la paz y solicitaron a sus hermanas costarricenses, las mujeres de la Liga Feminista de Costa Rica que hicieran lo propio en su país. Sobra decir que no era esa la forma de congraciarse con el gobierno.

Uno de los titulares en la portada de La Estrella de Panamá del 9 de octubre de 1936 informa sobre la discusión en la Asamblea de un proyecto de ley para el sufragio femenino. Al parecer, el tema causó muchas risas entre los diputados y el público. Hemeroteca de la B.N.

Que en esta hora histórica para la República de Panamá quede nuestra posición de ciudadanas y de simples panameñas bien definida ante la faz del país. (…..)

Las mujeres no queremos la guerra. Las mujeres queremos paz, trabajo, prosperidad y cultura. Ese millón de balboas y muchos millones más los necesita nuestro pueblo para implementos agrícolas, para escuelas y útiles escolares, para medicinas, para habitaciones sanas y decentes, para medios de transporte y vías de comunicación, para bibliotecas, laboratorios y fábricas, para luz y agua para las poblaciones rurales, etc.25

La llegada al poder del presidente Arnulfo Arias no supuso la satisfacción de las demandas feministas, ni tampoco, como se cree a veces, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres. En el año 1941, bajo el mandato de Arias, se elaboró una nueva Constitución que, en su artículo 61, decía: “Son ciudadanos de la República todos los panameños varones mayores de 21 años. El Legislador podrá conferir a las mujeres panameñas mayores de 21 años la ciudadanía con las limitaciones y los requisitos que la ley establezca: no obstante, la mujer panameña mayor de 21 años podrá desempeñar empleos con mando y jurisdicción”.

Era un indudable retroceso frente a la norma anterior, que en su artículo 11 definía: “Son ciudadanos de la República todos los panameños mayores de 21 años”. Por primera vez decía ahora la Constitución, explícitamente, que solo los varones eran ciudadanos con derecho al voto26 . Por otra parte, la Ley Nº 98 del 5 de julio de 1941, sobre elecciones populares decretó en su artículo 2: “Son electores y elegibles los ciudadanos panameños con las limitaciones que la Constitución y las leyes establecen. La mujer panameña, mayor de 21 años que posea diploma universitario, vocacional, normal o de segunda enseñanza, podrá elegir y ser elegida en elecciones para representantes a los ayuntamientos provinciales”27

Conviene recordar que en esta época el reconocimiento del derecho al sufragio femenino avanzaba por el mundo. En América Latina, los

países que iban más rápido otorgaron el pleno derecho al sufragio femenino en la década de los treinta, como Uruguay y Brasil en 1932, Cuba en 1934, Puerto Rico en 1935, El Salvador en 1939. Pero en otros países, más lentos en este reconocimiento, se trataba de evitar esta situación dándoles a las mujeres el derecho al voto municipal como, por ejemplo, ocurrió en Chile (1934) y en Perú (1933).

En Panamá, la reforma constitucional de 1941 y la concesión a las mujeres del sufragio censitario y restringido a los ayuntamientos provinciales tenía este mismo significado. Por esa razón, aunque algunas mujeres fueron a votar en las elecciones a ayuntamientos provinciales ese año, las mujeres organizadas denunciaron las restricciones de sus derechos ciudadanos que las reformas constitucionales y electorales significaron, y no participaron en ellas. En opinión de las interesadas, se trataba de un intento de comprar el apoyo de las mujeres que habían estado luchando más de dos décadas por el derecho al sufragio a cambio del pequeño beneficio que les brindaba esta ley, intento que quedó frustrado porque ninguna feminista dio su apoyo. Cuando el 1 de noviembre de ese mismo año fue depuesto el presidente Arnulfo Arias, el Partido Nacional Feminista lanzó esta declaración:

Silenciadas violentamente por la fuerza gobernante desde 1938, año en que las actividades del Partido Nacional Feminista al que hemos dedicado nuestras energías cobraron inusitado vigor; año en que el proyecto del voto femenino y el plan de organización de un Congreso Nacional de Mujeres despertaron el mayor interés entre el elemento femenino del país, no habíamos podido continuar nuestras labores pro-feminismo en forma organizada hasta en estos momentos cuando, en gesto de vitalidad que no logró extinguir quien tuviera en sus manos los destinos y las vidas de los ciudadanos panameños hasta hace pocos días, volvemos a la tribuna pública para decir nuestra palabra llena de optimismo y de confianza en días mejores para las instituciones democráticas que hemos defendido y defenderemos siempre 28

EL FINAL DE LA LUCHA

Caricatura de Eudoro Silvera publicada en El Mundo Gráfico del 21 de julio de 1934. En ella Clara González baila la rumba con Ricardo Zozaya, mientras dirige la orquesta Octavio Méndez Pereira y otros personajes tocan diversos instrumentos musicales. Alude a la publicación del libro El Instituto Nacional en sus Bodas de Plata, escrito por Clara González y editado por Ricardo Zozaya por encargo de la comisión organizadora de la celebración, siendo Méndez Pereira rector del plantel. Tomado de Memorias de un caricaturista, de Lolo Silvera, 2004.

La Asamblea Constituyente y la consecución del derecho al sufragio

El Partido Nacional Feminista siguió existiendo durante los primeros años de la década de 1940, aunque probablemente arrastraba ya el cansancio y desaliento de tantos años de lucha infructuosa. Quizá por ello algunas de sus dirigentes como Clara González, se involucraron también en otros proyectos políticos. En este período, Clara González cooperó en la redacción del Decreto Nº 467 del 1 de agosto de 1942 que creaba el Instituto de Vigilancia y Protección del Niño, el Departamento de Corrección y una Clínica Psiquiátrica Móvil, antecedentes del Tribunal Tutelar de Menores. Desde finales del año 1943, con Francisco Arias, Domingo Turner y otros, participará del Partido del Pueblo, del que saldrán

un año después para construir el Partido Liberal Renovador. El 30 de diciembre de 1944, el presidente Ricardo Adolfo de la Guardia anunció por fin la convocatoria de las esperadas elecciones que habían estado pidiendo casi todos los partidos políticos.

Clara González y las mujeres que estuvieron en el Partido Nacional Feminista se organizaron inmediatamente para la coyuntura y fundaron la Unión Nacional de Mujeres el día 31 de diciembre de 1944. En una volante podemos leer sus bases organizativas:

Bases de la Unión Nacional de Mujeres

La Unión Nacional de Mujeres es una concentración democrática integrada por el elemento femenino que habita en el territorio de Panamá, sin discriminación de raza, credo religioso, instrucción, posición social o económica y estado civil, que tiene por objeto luchar:

Primero: Por que la mujer panameña tenga derecho a elegir y ser elegida en los próximos comicios para la elección de una Asamblea Constituyente; Segundo: Por que los propósitos nacionales de dotar a la República de una Constitución democrática no sean defraudados, sino antes bien se cumplan dentro del mayor orden, patriotismo y libertad; Tercero: Por que en la nueva Constitución quede consignada la igualdad jurídica de la mujer y del hombre y el activo ejercicio de derechos políticos irrestrictos; Cuarto: Por la participación permanente de la mujer en la solución de todos los problemas nacionales, y Quinto: Por la mayor unión de las mujeres del continente y del mundo en el afán de consolidar en una paz permanente el esfuerzo de guerra de las Naciones Unidas.

Panamá, 31 de diciembre de 194429.

El objetivo principal de la Unión Nacional de Mujeres era tratar de garantizar que las mujeres efectivamente disfrutasen de plenos derechos y tuvieran las mismas posibilidades que los hombres en esa contienda electoral. Así, la unión hacía llamados a que las mujeres panameñas exigieran la plena igualdad de derechos sin ninguna discriminación ante los anunciados comicios electorales.

Las elecciones fueron formalmente convocadas por el Decreto Nº 12 del 2 de febrero de 1945, que decía en su artículo 2: “Puede votar toda persona varón o mujer en pleno goce de sus derechos y que haya cumplido 21 años”. Y en el su artículo 3: “Puede ser elegido delegado principal o suplente todo panameño varón o mujer en pleno goce de sus derechos, mayor de 25 años, que no esté impedido por este decreto”31 . Por primera vez, las mujeres podrían participar en las elecciones en las mismas condiciones que los hombres.

En la campaña que se inició de cara a las elecciones a la Asamblea Constituyente se dio por primera vez la oportunidad a las mujeres de expresar sus opiniones en torno a los problemas nacionales, y de esa manera se hicieron más evidentes las diferencias de opinión y posiciones políticas entre ellas. Sin duda, esas diferencias de opinión dieron lugar a la creación de la Liga Patriótica Femenina.

“Manifiesto a la nación y a todas las mujeres del país” de la Unión Nacional de Mujeres

Las mujeres panameñas, en nuestra calidad de ciudadanas, reclamamos con la razón de derecho y con la exigencia del principio de la soberanía popular, los derechos y deberes electorales plenos que en toda integración democrática corresponde ejercer a los ciudadanos, sin discriminación de condición social, raza, instrucción, estado civil o posición económica (...)

MUJERES PANAMEÑAS:

Ha llegado el momento de las reivindicaciones y de las responsabilidades.

La Patria reclama nuestros esfuerzos unidos.

Solo mediante la unificación organizada podremos lograr nuestros objetivos.

A incorporarse a la UNIÓN NACIONAL DE MUJERES30

Efectivamente, el 9 de enero otro grupo de mujeres aglutinadas en torno a Esther Neira de Calvo, crearon la Liga Patriótica Femenina, cuyos objetivos se definían así en un diario:

Objetivo inmediato de la Liga Patriótica Femenina:

κ Trabajar por que el mayor número de mujeres panameñas participe en los próximos comicios electorales;

κ por que su intervención en el torneo político en que actuará por primera vez prestigie su causa;

κ por que su trabajo en la Asamblea Constituyente contribuya a darle a la República una Constitución democrática que consulte los valores eternos de la libertad y de honor, y el bienestar y el progreso nacionales y que garantice la soberanía de la República.

Credo:

1º Solidaridad entre las mujeres y cooperación con el hombre.

2º Formación de la conciencia ciudadana, educación cívica en las escuelas de ciudadanía.

3º Mejoramiento moral de la mujer, social, político y económico, en base a la igualdad ciudadana.

4º Justicia y paz universales, solidaridad de las mujeres de América32 .

El día 11 del mes de marzo, la Unión Nacional de Mujeres postuló la candidatura de Clara González de Behringer a la Asamblea, con Graciela Rojas Sucre y Magdalena Icaza de Briceño como suplentes. En los mítines realizados en El Chorrillo y Marañón, Clara González expuso su programa mínimo:

Foto de una reunión de la Unión Nacional de Mujeres en 1944. ACG.

Recorte de un artículo sobre Clara González de Behringer, publicado el 24 de abril de 1945 en La Estrella de Panamá. Hemeroteca de la B.N.

Ciudadano: Apoye la causa democrática

Defendemos:

1. La igualdad de derechos para la mujer y el hombre.

2. La protección a la maternidad y la rehabilitación económica y moral del hogar panameño.

3. La asistencia social integral del niño panameño.

4. Las reivindicaciones de las masas obreras, campesinas e indígenas.

5. La orientación democrática de la educación.

6. La dignificación del magisterio y todas las carreras femeninas33 .

La Unión Nacional de Mujeres hizo el ofrecimiento de votar en bloque dentro del partido que apoyara su candidatura nacional y su programa. Pocos días después, el Partido Liberal Renovador se ofreció oficialmente y, de esa manera, las candidatas de la Unión Nacional de Mujeres fueron postuladas por el Partido Liberal Renovador en base a un acuerdo programático. La Liga Patriótica Femenina tuvo una opción distinta. No se sabe si por decisión colectiva o personal, el hecho es que sus candidatas, entre las que estaban Esther Neira de Calvo (con sus suplentes: Carlos L. López y María Olimpia de Obaldía) y Gumersinda Páez, fueron postuladas por diferentes partidos políticos cada una de ellas. Por ejemplo, y según información parcial recogida en La Estrella de Panamá del 7 de abril de ese año, a Esther Neira de Calvo la propusieron el Partido Conservador, el Partido Liberal, el Partido Demócrata, el Partido Nacional Revolucionario y el Partido Liberal Doctrinario. Gumersinda Páez fue postulada por el Partido Nacional Revolucionario.

Es poco conocido el hecho de que muchas mujeres fueron postuladas como candidatas en esas elecciones, aunque más como suplentes que como principales. Se pueden recordar algunos nombres como los de Marina Ucrós, Stella Sierra de Ruiz Vernacci, Emelina E. de Romero, Ana de Calvo, Elvira Ayala, de las que al parecer solo una, Raquel W. de Ducruet, resultó electa como suplente.

En Colón se presentó la candidatura de libre postulación de Felicia Santizo de García, miembro destacada y fundadora del Partido Nacional Unión Nacional de Mujeres

Feminista y de la Unión Nacional de Mujeres, y en ese momento miembro también del Partido del Pueblo.

La campaña fue intensa, las mujeres de los dos grupos recorrieron todo el país llamando a las mujeres a votar por ellas. La prensa de la época está llena de información sobre las reuniones celebradas en todos los rincones de la geografía nacional. Las candidatas y las dos agrupaciones de mujeres realizaron un enorme despliegue de actividad en mítines, conferencias y charlas radiofónicas. Por entonces, Clara González se expresaba de esta manera:

Y por sobre todo, queremos ir a la Constituyente porque el estado deplorable en que se halla nuestra sociedad actualmente, por el desarrollo del vicio en todas sus formas, reclama que quienes más afectadas se encuentran por las condiciones existentes, sean las que invoquen con todos sus recursos la

unión de todas las fuerzas vivas de la nación para que se haga un alto en la disolución que amenaza el porvenir de la posteridad, la salud de la raza y la estructura misma de nuestra organización social34

Recogemos algunas opiniones de Esther Neira de Calvo reproducidas por la prensa:

La mujer panameña está tan capacitada como el hombre para el desempeño de los cargos públicos (...)

La salubridad pública y la educación deben llamar nuestra atención con marcada preferencia (...)

Todavía no he logrado estructurar definitivamente mi pensamiento político respecto a los problemas nacionales inmediatos, pero soy sustancialmente y eminentemente demócrata35

Estas primeras elecciones en las que participaron dieron a las mujeres oportunidad de mostrar de muchas maneras sus aptitudes políticas y creatividad. Como ejemplo de ello, compartimos

aquí el “Himno de la Unión Nacional de Mujeres”, escrito por María Magdalena Icaza de Briceño36:

Venid mujeres a las urnas el voto libre a conquistar; venid, la Patria nos reclama junto a los hombres a luchar.

Hemos de hallar la solución al afianzar nuestros derechos que han de marcar sin discusión el nuevo rumbo a la Nación.

Hay que observar en conclusión que nuestra “Unión” será ya un hecho delibera con precisión en la nueva Constitución.

Como es conocido, en las elecciones del 6 de mayo de 1945 solo resultaron electas dos mujeres de

Recorte de un artículo sobre Esther Neira de Calvo, publicado en La Estrella de Panamá del día 23 de abril de 1945. Hemeroteca de la B.N.

un total de 51 diputados: Esther Neira de Calvo, como diputada nacional, y Gumersinda Páez, como diputada por la provincia de Panamá. El Partido Liberal Renovador fue, con mucho, el más votado de toda la República, sin embargo, obtuvo muchas menos diputaciones de lo que podía esperarse. Clara González y sus suplentes de la Unión Nacional de Mujeres no obtuvieron su diputación. La causa fue que el Jurado Nacional de Elecciones resolvió que en el escrutinio de los votos de los candidatos nacionales se sumaran los votos obtenidos en todas las listas de todos los partidos donde aparecieran y no los de la lista donde habían sido más votados, tal como solicitaba en su demanda el Partido Liberal Renovador37. La información parcial de que se dispone indica que Esther Neira de Calvo obtuvo 56,201 votos y Clara González 30,000.

En una cena homenaje a las diputadas electas, Dirigentes de la Unión Nacional de Mujeres en un acto público, probablemente durante la campaña electoral de 1948. En el centro, haciendo uso de la palabra, Clara González. ACG.

Esther Neira de Calvo y Gumersinda Páez, la primera anunciaba así sus propósitos, con el dominio de la lengua que le era usual:

Si llego a la Constituyente llevaré el corazón lleno de amor patrio, la mente clara, llena el alma de ansias de crear para hacer la grandeza de la República, la voluntad decidida para servirle incondicionalmente, los oídos cerrados a toda palabra bastarda, el verbo vibrante para engrandecer a Panamá.

Hablaré en nombre de Dios, en quien creo y a quien le sirvo; en nombre de la Justicia, de la libertad y de la paz. Trabajaré por que triunfen los postulados de la democracia, por que se escriba una Constitución que garantice los derechos del hombre, que asegure la vida de la República, la existencia de su soberanía en los siglos por venir38 .

De esa manera llegaron a la Asamblea Constituyente las dos primeras diputadas de la República de Panamá. La mesa directiva de esta Asamblea quedó constituida por Rosendo Jurado (presidente), Harmodio Arosemena (primer vicepresidente), Gumersinda Páez (segunda vicepresidenta) y Domingo Turner (secretario general). Esther Neira de Calvo fue incluida en la primera comisión legislativa que se nombró para revisar el proyecto de Constitución Nacional presentado al gobierno por los comisionados José Dolores Moscote, Ricardo J. Alfaro y Eduardo Chiari39

de la

Constituyente

Miembros
Asamblea
electa en 1945 en una foto con el presidente Enrique Jiménez Brin y su esposa. Sentada, primera a la izquierda, la diputada Gumersinda Páez; segunda por la derecha, la diputada Esther Neira de Calvo. La Estrella de Panamá.

A propuesta de Esther Neira, la Asamblea declaró prócer de la independencia a María de la Ossa de Amador40. Fue además proponente de la Ley Nº 30 del 6 de septiembre de 1946, creadora de la Escuela de Servicio Social en la Universidad de Panamá; de la Ley Nº 51 del 27 de septiembre de 1946, creadora de la Escuela de Policía; de la Ley Nº 56 del 27 de septiembre de 1946, creadora del Consejo Nacional de Menores; y fue miembro de la Comisión Permanente de Educación de la Asamblea41

Las dos diputadas hicieron oír su voz durante los debates sobre la Constitución, especialmente en temas álgidos como educación y libertad religiosa con posiciones bastante conservadoras en el tema religioso, en el caso de Gumersinda Páez. Ambas, más Raquel Walker de Ducruet (que era diputada nacional suplente), firmaron la Constitución de 1946, que proclamó por vez primera la igualdad de derechos políticos de las mujeres42 y fueron firmantes, además, de la Carta de San Francisco constitutiva de las Naciones Unidas, donde se proclamó por primera vez la igualdad de ambos sexos.

Es importante recordar que cuatro delegadas a esa conferencia, en 1945, impulsaron la reforma del artículo 8 del preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, para que se reconociera que también las mujeres eran sujeto de los derechos que proclamaban. Minerva Bernardino, de República Dominicana, y las representantes del

Brasil, Estados Unidos y China Nacionalista, fueron las únicas mujeres firmantes del documento.

Gumersinda Páez ocupó en noviembre de 1945 la presidencia de la Asamblea en sustitución del titular. Así culminó una etapa de la historia de la participación de las mujeres panameñas en la vida política. Comenzó la fase en la que otros obstáculos mucho más sutiles e invisibles impedían a las mujeres participar en la toma de decisiones políticas. Pero esa es ya otra historia.

Esther Neira de Calvo y Diógenes de la Rosa, diputados de la Asamblea Constituyente, en 1945. Archivos de Larissa de la Rosa.
Nota sobre la diputada Gumersinda Páez, publicada en La Estrella de Panamá, 21 de junio de 1945. Hemeroteca de la B.N.

Miembros de la Convención Nacional Constituyente (1947) se reúnen para debatir algunos conceptos en torno al Convenio Filós - Hines. De izquierda a derecha: Agustín Ferrari, Jacinto López y León, Abilio Bellido, Esther Neira de Calvo, Harmodio Arosemena F., Didacio Silvera, Domingo H. Turner (secretario), Diógenes de la Rosa, José Isaac Fábrega, Enrique Ruíz Vernacci, Manuel Varela Jr., y otro no identificado. Colección de Ricardo López Arias.

NOTAS

1 Esta información, así como la que aparece posteriormente sobre la población panameña ha sido tomada de Omar Jaén Suárez: La población del istmo de Panamá, del siglo XVI al siglo XX Panamá. 1979.

2 Aún no existe una historia de la educación de la mujer en Panamá, de la misma manera en que faltan estudios sobre la historia social de la mujer en otros muchos ámbitos. Sin embargo, para ampliar este tema se pueden consultar: Octavio Méndez Pereira: Historia de la instrucción pública en Panamá, Silvio Meléndez: Breve historia de la educación en Panamá (1510-1950).

3 Estrofas de la poesía “Al cerro Ancón”, de Amelia Denis de Icaza (1906), en la obra de Juana Oller de Mulford: Valores femeninos panameños, edición de Marcos D. Ostrander Mulford, Panamá, 1978, pp. 134 y 135.

4 En 1813 se creó el primer colegio para señoritas que fracasó por falta de matrícula. En 1844 se conoce de un total de 39 escuelas públicas para niños en las provincias de Panamá y Veraguas con un total 1,353 niños, y tan solo una escuela pública para niñas con un total de 11 niñas, mientras que la enseñanza privada tenía en estas mismas provincias 35 escuelas para niños con 331 alumnos y 56 escuelas para niñas con 394 alumnas (Silvio Meléndez: opus cit., p. 10).

5 Citemos como ejemplo a Tomasita Casís, que incrementó el número de alumnas de su escuela de 70 a más de mil, con casi 70 maestras y 18 grados (ver en Juana Oller de Mulford: Valores femeninos panameños, p. 74).

6 Ver Juana Oller de Mulford, ibidem. p.21.

7 Extractos del ensayo que ganó el premio del Club Ariel en 1916, escrito por Juana Oller de Mulford y cuyo título es “Influencia de la mujer en el sostenimiento de nuestra independencia nacional”. En Juana Oller de Mulford, opus cit., pp. 221-229.

8 Juana Oller de Mulford, ibidem, p. 228.

9 Ver Hernando Franco. Movimiento obrero panameño 19141921, p. 57.

10 Ver el trabajo de Yolanda Marco titulado “El nacimiento del movimiento feminista, 1923”, publicado en la Revista Humanidades de la Universidad de Panamá. Tercera época, Nº 1, diciembre de 1993.

11 Extractos de la tesis de graduación de Clara González, titulada “La mujer ante el derecho panameño”, sustentada el 14 de junio de 1922. Texto inédito, mecanografiado, p. 1. Con ocasión de la conmemoración del centenario de la tesis de Clara González, el Tribunal Electoral publicó la obra en 2023, honrando así a su autora y poniendo su pensamiento al alcance del público.

12 Ver Clara González, ibidem, p. 6.

13 Ibidem, p. 27.

14 Ibidem, p. 44.

15 Párrafos de la circular Nº 1 del Centro Feminista Renovación del 20 de enero de 1923, en los archivos de Clara González (en adelante ACG).

16 Extractos de la conferencia que Clara González dictó en el Aula Máxima del Instituto Nacional el día 20 de enero de 1923, titulada “Orientación del feminismo en Panamá”, cuyo texto fue reproducido en La Estrella de Panamá los días 27, 28, 29 de enero y el 6 de febrero del mismo año.

17 Esta cita y las siguientes han sido extraídas de la conferencia de Esther Neira de Calvo titulada “El feminismo, triunfante”, que dictó en el Conservatorio la noche del 11 de enero de 1923. Reproducida por La Estrella de Panamá el día 13 de enero del mismo año.

18 Esta cita y la siguiente son párrafos del discurso de Esperanza G. de Miró, pronunciado el 31 de marzo de 1923 en la reunión fundacional de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer en Antón, y reproducido por La Estrella de Panamá el 6 de abril.

19 Párrafo de la conferencia de Elida Campodónico de Crespo titulada “Algunos fines del Centro Feminista Renovación”, dictada el 25 de enero de 1923 en una reunión del grupo. Reproducida en el libro Recuerdo del Partido Nacional Feminista —a las delegadas al Congreso Interamericano de Mujeres , Panamá, junio de 1926, pp. 6-15.

20 Ver los acuerdos del Primer Congreso Feminista en Recuerdo del Partido Nacional Feminista, opus cit., pp. 27-35.

21 Ver el trabajo de Yolanda Marco: “La mujer y la política en Panamá: el Congreso Interamericano de Mujeres de 1926”, mecanografiado. Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, 1991.

22 Del artículo “Algunas oportunidades de la mujer moderna en Panamá”, firmado por Z.S. (seguramente Zoraida D. de Schtronn), publicado en la revista Orientación Feminista — Órgano del Partido Nacional Feminista —, época III Nº 6, junio de 1926, p. 4 (en ACG).

23 Documento “Antecedentes personas y políticos”, p. 2 (en ACG).

24 Extracto de la carta de Otilia Arosemena de Tejeira a María Olimpia de Obaldía del 21 de junio de 1938 (en ACG).

25 Del comunicado del Partido Nacional Feminista “Las mujeres no queremos la guerra ni hoy ni nunca” (en ACG).

26 Ver artículo de Mery Alfaro de Villageliú: “¿Quién le dio el voto a la Mujer?”, en revista Momento Nº 11, año 1, Panamá, diciembre de 1991.

27 Gaceta Oficial Nº 8560 del 21 de julio de 1941, p. 4.

28 Primer párrafo del “Manifiesto a las mujeres del país” del Partido Nacional Feminista, del 1 de noviembre de 1941, firmado por Clara González como presidenta.

29 Reproducción de las bases organizativas de la Unión Nacional de Mujeres publicadas en una hoja suelta (en ACG).

30 En La Estrella de Panamá del 1 de enero de 1945, p. 1. ”Manifiesto a la nación y a todas las mujeres del país” de la Unión Nacional de Mujeres, firmado por Georgina Jiménez de López (secretaria general), Elida C. de Crespo (secretaria de relaciones), Clara González de Behringer (secretaria de organización), Graciela Rojas Sucre (secretaria de propaganda) y Elvira Ayala (secretaria de finanzas), el 1 de enero de 1945. El Manifiesto llevaba además las siguientes firmas: Magdalena Icaza de Briceño, Josefina Oller, Elsa Mercado, Emilia Gutiérrez, Felicia Santizo de García, Sabina de González, Elena Cowes, Oliva de Iglesias, Jilma de González, Ramona Lefevre, Teresa López de Vallarino, Berta Cabezas, Berta Arango, Cecilia C. de Mackeib, Guillermina Arias de Castro Díaz, Esther María Osses de Arandaklé, Juanita R. Oller, Gumersinda Páez, Braulia Vda. de Gualfi, Esther María Fernández, Selena Ocaña, Gilda Benítez, Ana Díaz, Eufemia de Warburton, América Fca. Serrano, María

del Carmen Rábago, Rosa López de Beltrán, Elena T. de Ramírez (siguen otras que no aparecen en el periódico).

31 Decreto Nº 12 del 2 de febrero de 1945 por el cual se organiza y reglamenta la elección popular a la Convención Nacional Constituyente. Gaceta Oficial Nº 9620 del 7 de febrero de 1945, pp.1-11.

32 Publicado en La Estrella de Panamá del 7 de febrero de 1945. El mismo periódico, el 18 de enero hablaba de la formación de distintas comisiones de la Liga Patriótica Femenina y mencionaba entre sus componentes a las siguientes mujeres: Marina Ucrós, Angélica Ch. de Patterson, Esther N. de Calvo, Josefina Mendoza de Jaén (en la junta directiva), Susana Clement, Carmen Ruiz, Marta Cohen, Estelvina Tejeira, Elena Ocaña, Enriqueta Morales, Isabel Icaza de Chanis, Juan Oller de Mulford, Catalina G. de Pezet y Gumersinda Páez, entre otras.

33 Este programa mínimo fue impreso en hojas volantes. Va precedido por el siguiente texto: “Vota por Clara González, candidata nacional a la Asamblea Constituyente” (en ACG).

34 Párrafo de texto titulado “Por qué pedimos la participación de la mujer en la Constituyente”, de Clara González de Behringer, que reproduce una charla radial dada por ella en el mes de enero de 1945 (en ACG).

35 Extractos de la entrevista realizada a Esther Neira de Calvo y publicada en La Estrella de Panamá del día 23 de abril de 1945, que aparece bajo el título de “Doña Esther N. de Calvo o la discreción política”.

36 Reproducido de una hoja volante de la época (en ACG).

37 Ver la nota de Morgan al Jurado Nacional de Elecciones en La Estrella de Panamá del 14 de mayo de 1945, p. 1.

38 En “Ecos del banquete a la Dra. Esther Neira de Calvo y a la Srta. Gumersinda Páez”, La Estrella de Panamá del 27 de mayo de 1945, p. 2.

39 La comisión de la Constituyente sobre el proyecto de Constitución estaba formada por Harmodio Arosemena (presidente) José I. Fábrega, Didacio Silvera, Esther Neira de Calvo, Diógenes de la Rosa, Agustín Ferrari, Abilio Bellido, Felipe O. Pérez y Jacinto López y León.

40 Aprobado por la Asamblea por unanimidad el día 1 de octubre de 1945.

41 Del folleto titulado “Datos biográficos e información sobre la obra de la Dra. Esther Neira de Calvo”, mecanografiado, s.f.

42 La Constitución fue aprobada el 1 de marzo de 1946. Su artículo 97 decía: “Son ciudadanos de la República todos los panameños mayores de 21 años sin distinción de sexo”, y el artículo 98: “La ciudadanía consiste en el hecho de elegir y de ser elegido para puestos públicos de elección popular y en la capacidad para ejercer cargos oficiales con mando y jurisdicción, excepto lo dispuesto para caso especial en el artículo 192”.

En el pasado se han seguido dos enfoques en la historia de las mujeres latinas. En uno se pretende definir a las mujeres mediante el empleo de fuentes que son el reflejo de normas culturales más que de una conducta típica. Entre ellas, las más comunes son las educativas y las legales. El otro enfoque se concentra en las obras realizadas por cierto número de mujeres desde el siglo XVI en adelante, que se suponen modelos representativos de lo que han sido las mujeres, pero que en su mayoría son casos excepcionales y no verdaderos representantes de la mayoría de los de su sexo. Por sí mismo, ninguno de estos dos enfoques es ya satisfactorio, puesto que tan solo presentan aspectos parciales de las actividades y de los valores de las mujeres. En el segundo caso, se ha utilizado con exageración la biografía de las grandes mujeres sin que se haya logrado una mejoría importante en cuanto a calidad o a otros matices adicionales de interpretación. Consecuentemente, es indispensable que se lo sustituya por un tipo de trabajo que nos permita escoger las vidas de un mayor número de mujeres que sean más representativas de unas épocas y de sus clases. Lo que debe quedar es la preocupación por definir los ideales que sirvieron como normas de conductas de las mujeres y para el estudio del verdadero comportamiento de las mismas en su realidad histórica.

Asunción Lavrin (1985)

INTRODUCCIÓN

Del pasado emergen las mujeres cuyas biografías a continuación se reseñan, personajes únicos que dan, a través de sus vidas, el testimonio de las luchas libradas para alcanzar sus derechos; lucha ignorada por los textos de historia.

El origen, desarrollo y evolución del movimiento feminista panameño es producto primordialmente del protagonismo y participación activa de estas y otras mujeres en la educación y en la organización del sistema de asistencia social, de su incorporación a la fuerza de trabajo, de su fecunda producción intelectual y de su incorporación a la militancia política.

Las 22 biografías femeninas y las siete mujeres mencionadas en este capítulo corresponden a las que tuvieron participación en el acontecer histórico de esa época. Para cubrir las expectativas de selección y síntesis de este capítulo se atendió, en primer lugar, la importancia sociocultural del personaje. En segundo término, se consideró la disponibilidad de información para poder estructurar cada historia de vida. Y, por último, se tomó la decisión de redactar algunas biografías de mujeres cuya importancia constaba, pero de las que no se tenía, por el momento, datos suficientes, reconociéndose así su participación histórica, social y política.

Se deja constancia de que la inclusión de las protagonistas en cada área responde necesariamente a un juicio subjetivo de elección de los aspectos del quehacer en el que más sobresalieron. Sin embargo, estas mujeres tenían una participación multifacética que perfectamente las calificaría para incorporarlas en varias secciones.

María Recuero 1869-1953

Matilde Obarrio de Mallet 1872-1964

Nicole Garay 1873-1928

Tomasita Ester Casís 1878-1962

Josefina Aldrete 1880-1974

Zoraida Díaz de Schtronn 1880-1948

Angélica Chávez de Patterson 1888-1978

Esther Neira de Calvo 1890-1978

María Olimpia de Obaldía 1891-1985

Enriqueta Morales 1891-1986

Juana Oller de Mulford 1891-1975

Felicia Santizo 1893-1965

Elida Campodónico de Crespo 1894-1960

Clara González de Behringer 1898-1990

Sara Sotillo 1900-1961

Georgina Jiménez de López 1904-1994

Otilia Arosemena de Tejeira 1905-1989

Concepción Peña Pastor 1906-1960

Lidia Gertrudis Sogandares 1907-1971

Martha Matamoros 1909-2005

Gumersinda Páez 1910-1991

Stella Sierra 1917-1997

EDUCADORAS

La educación es probablemente la condición previa más importante para la emancipación, pues la ignorancia es un medio tanto para mantener sometida a la mujer como para justificar su sometimiento.

Tomasita

Ester Casís

1878-1962

Como pionera de la educación, Tomasita Ester Casís formó a generaciones de mujeres y hombres, estudiantes destacados, y algunas congéneres con las que trabajó y militó posteriormente en el movimiento feminista, como es el caso de Juana Oller.

Después de terminados sus estudios primarios en la Escuela de San Felipe de Nº 2, ingresó como alumna en el colegio dirigido por la colombiana María Luisa Munévar de Cristofine. Cuando Tomasita contaba con 19 años ganó una beca para estudiar en la Escuela Normal de Institutoras, dirigida por Rosa y Matilde Rubiano. En 1900 recibió su grado de maestra. Ese mismo año fue nombrada maestra de la Sección Preparatoria del Colegio Secundario del Istmo para varones, dirigida por Nicolás Victoria Jaén y Melchor Lasso de la Vega. Tres años más tarde desempeñó el cargo de maestra en la Escuela San Felipe de varones de la que fue directora en 1905.

Entre 1906 y 1907 prestó sus servicios como maestra en la Sección Preparatoria de la Escuela Superior de Señoritas de la capital, dirigida por la colombiana Encarnación Vaquera.

En 1907 fue designada directora de la Escuela de Santa Ana Nº 2 para niñas. Ocupó ese cargo hasta 1926, cuando esta pasó a formar parte del Centro Amador Guerrero, con el nombre de Escuela

República de Cuba. La Escuela Santa Ana Nº 2 era una institución que no tenía historia, apenas comenzaba a funcionar, y le dio la oportunidad a Tomasita Casís de poner en práctica sus ideas renovadoras sobre educación. El primer problema que enfrentó fue la escasez de la matrícula escolar que solo llegaba a 70 alumnas. Emprendió una campaña de propaganda entre las familias del barrio “que se mostraban refractarias a la enseñanza”1.

El trabajo resultó muy positivo, al pasar de varios años esta escuela se convirtió en un gran centro educativo con una considerable matrícula y mucho prestigio. Tomasita probó en esta escuela sus dotes indiscutibles de gran organizadora. Estando ella en la dirección de esa escuela, Juana Oller organizó junto a otras maestras el Club Ariel, primera sociedad cultural femenina de Panamá, se puso en práctica el primer Jardín de la Infancia del país y se iniciaron los ejercicios de desocupación de edificios para prevenir desastres.

Tomasita Casís fue miembro de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer y posteriormente de la Liga Patriótica Femenina. En estas organizaciones tuvo siempre responsabilidades relacionadas con la educación. En 1928 se jubiló, y en 1960 el gobierno nacional le concedió la condecoración de Cruz de Vasco Núñez de Balboa en el Grado de Comendador.

Josefina Aldrete

1880-1974

Nació en Santiago, provincia de Veraguas. Su madre se llamaba Manuelita Aldrete. Los estudios primarios (distinguiéndose por su consagración) los hizo en la escuela que dirigía María Medina de Mendoza. Se graduó con primer puesto y obtuvo una beca para ingresar en la Escuela Normal de Institutoras que dirigían las profesoras Matilde y Rosa Rubiano. Se graduó en 1900 y ese mismo año inició su carrera como directora de la Escuela de San Felipe de Niñas. Ocupó ese cargo hasta 1917. En 1914 publicó su primera obra, Cartilla istmeña, para la enseñanza de la lectura en los primeros grados, convirtiéndose en la primera autora didáctica nacional.

Después la nombraron directora de la Escuela Normal, en donde demostró excepcionales cualidades de organizadora. Pudo jubilarse en el ejercicio de ese cargo, sin embargo, su brillante carrera educativa y su rápido ascenso despertaron rivalidad y presentó renuncia irrevocable. Prestó, entonces, servicios profesionales en la Zona del Canal y, en esa área, se empeñó en la difusión del idioma castellano. Para tal fin, escribió la obra titulada La oportunidad (1917), adoptada como texto oficial para la enseñanza del castellano en las escuelas zoneítas.

Su vida dedicada al magisterio la complementó con estudios de pintura, piano, inglés y contabilidad, a costa de recursos económicos propios.

Señala Juana Oller que el desprendimiento de Josefina Aldrete era una de sus cualidades más sobresalientes. Por esta razón, en 1942, con la ganancia de un billete premiado de la Lotería Nacional fundó el Ropero de Santa Rita de la Casia. Esta institución confeccionaba ropa para niños y niñas, mujeres y ancianos pobres, y repartía más de mil piezas de ropa al año en la comunidad2

En 1959 le fue otorgada la condecoración

Angélica Chávez de Patterson

1888-1978

Hija del bogotano Cornelio Chávez Sánchez y de la educadora Angélica Alvarado de Chávez, nació el 14 de julio de 1888. Inició sus estudios primarios en la Escuela de San Felipe de Niñas, dirigida entonces por Josefina Aldrete.

Ingresó posteriormente a la Escuela Normal de Institutoras, al frente de la cual se encontraban Matilde y Rosa Rubiano. Obtuvo el título de Maestra Normal de Escuela Primaria en 1907.

Inmediatamente fue nombrada directora de la Escuela Superior de Señoritas de la capital.

El gobierno nacional le otorgó una beca para estudiar pedagogía en el Normal College de la ciudad de New York. Más tarde ingresó a la universidad de esa ciudad.

De regreso al país, en 1911, se convirtió en la primera inspectora de escuelas primarias de niñas de la capital. Desempeñó ese cargo hasta el año 1915. En esos años influyó de manera determinante en la modernización y organización de la educación nacional. Bajo su influencia se crearon kínderes en cada escuela (siendo Tomasita Casís su directora y Juana Oller maestra en ellos). Se crearon también los gimnasios en cada institución educativa, y se mejoraron los locales y mobiliarios de las escuelas. Tuvo también una influencia decisiva en la organización de las bibliotecas escolares, en la planificación del trabajo de las maestras y en la elaboración de planes y programas de estudio.

Desde fecha tan temprana como 1911, Angélica promovió la creación de asociaciones gremiales y la idea de la necesidad de crear el escalafón de maestras, así como el aumento de un 10% del salario cada cinco años para todo el gremio magisterial. Ya en 1912 recomendaba al secretario de Instrucción Pública, Alfonso Preciado, la creación de una Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, que sería la continuación de la escuela elemental para adiestrar mano de obra femenina en oficios tales como modistería, sombrerería, telegrafía, comercio y educación para el hogar. De su cargo de inspectora pasó a ser subdirectora de la Escuela Normal, para ser después fundadora y primera directora de la Escuela Profesional para Mujeres.

En 1923, en su discurso de inauguración de la Escuela Profesional como directora recién nombrada, diría:

¿No habéis tenido vosotros alguna vez un sueño, un ideal, algo así como un vago deseo que se pierde en lontananza, como la luna que el niño perseguía y que se alejaba más y más mientras más aceleraba sus pasos? Yo he tenido ese sueño. Ese anhelo ideal que parecía irrealizable hoy no se aleja como la luna, sino que se acerca como las uvas que cuelgan al alcance de la mano. Ese ideal mío de muchos años, señores, ha sido establecer en Panamá una Escuela Profesional sobre bases productivas, que son las únicas seguras, las únicas inconmovibles.

Su responsabilidad en la Escuela Profesional le dio la oportunidad de poner en práctica sus ideas sobre la educación, no solo para formar a las mujeres necesitadas de un trabajo en algunos oficios sino para crear un departamento de economía doméstica que, sin importar las clases sociales a las que perteneciesen, las instruyese en la administración del hogar.

Angélica Ch. de Patterson fue la primera que dio conferencias y la primera también que obtuvo licencia para conducir cuando todavía esto les estaba vedado a las mujeres. Publicó cuatro libros pedagógicos sobre la educación y el hogar: Compendio de higiene, Conferencias e informes pedagógicos, Esfuerzos e ideales, y El hogar feliz. Fue miembro honorario del Club Ariel, primera asociación intelectual femenina de Panamá, y presidenta de la Sociedad de Exalumnas de la Escuela Normal de Institutoras. Se activó en la lucha feminista, en las filas de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer liderizada por Esther Neira, de cuya directiva formó parte y fue siempre integrante destacada. Al organizarse en 1945 la Liga Patriótica Femenina, Angélica de Patterson formó parte de su junta coordinadora, la que presidió después de la elección de Esther Neira como diputada.

En 1959 se le otorgó la condecoración de Vasco Núñez de Balboa en el Grado de Comendador.

Matilde Rubiano y Rosa Rubiano, pioneras de la educación

A propósito de la designación en 1942 de la Sección Pedagógica de la Biblioteca Nacional con el nombre de Matilde Rubiano, el primer director de la institución, Ernesto J. Castillero R., se refirió a las hermanas Rubiano de esta manera:

“una insigne educadora colombiana que convivió con nosotros dándonos el néctar de su espíritu en el aula y la esencia de su dinamismo como organizadora de la Escuela Normal de Señoritas (...) Venida al seno de esta sociedad en 1897 en compañía de otra meritosísima maestra que fue su más eficiente colaboradora, la señorita Rosa Rubiano, su hermana, para ponerse al frente de la Escuela Normal restablecida a fines del siglo pasado (...) dedicaron ambas hermanas su vida toda a la educación femenina istmeña.

Ni la prolongada guerra de mil días que puso en receso por cuatro años el plantel; ni el cambio político de 1903 que provocó la secesión de Panamá de Colombia, su patria, las hizo alterar su resolución de continuar entre nosotros su labor docente. Los dirigentes de la naciente República, conocedores de sus méritos, encomendaron a las señoritas Rubiano la reorganización del primer plantel femenino del nuevo Estado. Sus huellas en el alma de las maestras que formaron, son inalterables y ello proclama lo profundo que sembraron la semilla de la educación en aquella primera Escuela Normal de comienzos de este siglo”.

Tomado de La Biblioteca Nacional de Panamá, su origen, su inauguración y su futuro desarrollo, de Ernesto J. Castillero R., 1942.

Según el libro 100 Años Panamá - 100 Portadas de Épocas. Vida y obra de Carlos Endara Andrade, de Mario Lewis (de donde tomamos esta fotografía), Matilde murió en Barcelona el 25 de febrero de 1939 y Rosa Helena en Panamá el 10 de febrero de 1948.

SAMARITANAS

La organización de las primeras instituciones de asistencia social fue una labor asumida principalmente por mujeres, pioneras en la concientización de la nación en cuanto a la responsabilidad que existe con los menos afortunados y con los marginados sociales. Rodrigo Noriega (1993)

Matilde Obarrio de Mallet

1872-1964

Hija de ecuatorianos, Matilde Obarrio nació el 13 de marzo de 1872, en Guayaquil. Fue educada en Estados Unidos y Francia. Se destacó por su inteligencia y consagración al estudio. En 1908 contrajo matrimonio con Claude Mallet, embajador británico en Panamá.

Desde joven le atrajo la concepción humanista del servicio social que ejerció de dos formas: colaborando en las funciones oficiales y empresas de su esposo y fundando organizaciones de carácter asistencial, según los principios de la filantropía. Así, en 1917 fundó la Cruz Roja Nacional 3, después de que una serie de desastres naturales y siniestros causados por la mano humana dejaran desprotegidas a las víctimas.

En el edificio que hoy es sede de la Gobernación de Panamá (frente al Parque Porras) operó la Cruz Roja Panameña, a partir de su creación en 1917. Según Rodrigo Noriega, ahí se instalaron las primeras clínicas que atendían, libre de costo, a los desposeídos y se coordinaban las acciones de reconstrucción, resarcimiento y asistencia a las víctimas de distintas desgracias.

La labor asistencial de Matilde Obarrio de Mallet no se limitó a Panamá. Durante la Primera Guerra Mundial ayudó a crear una serie de pabellones en el hospital de asistencia pública de Surrey,

Inglaterra. Al principio estos recintos fueron utilizados por los soldados ingleses heridos en la guerra. Después los dedicaron a atender indigentes y, posteriormente, por insistencia de Matilde, fueron habilitados para atender a extranjeros que no tenían instituciones que los atendieran.

Aparte de las obras asistenciales que la mantenían constantemente ocupada, Matilde también incursionó en la creación intelectual. En efecto, escribió un libro titulado Descripción de la vida colonial española en Panamá, editado en español e inglés, única recopilación conocida de la vida cotidiana a través de los usos y costumbres del medio siglo anterior a la independencia de Panamá de España.

Aunque no se le conoce militancia feminista sistemática, no estuvo totalmente desvinculada de este movimiento. En efecto, asistió como delegada especial al Congreso Interamericano de Mujeres de 1926.

Matilde Obarrio de Mallet recibió numerosas condecoraciones nacionales e internacionales por su trabajo filantrópico. Murió en Inglaterra a edad avanzada.

Enriqueta Morales 1891-1986

En la época histórica que le tocó vivir a Enriqueta Morales en los centros urbanos y rurales del país faltaban la mayoría de los servicios públicos o su funcionamiento era deficiente. En efecto, afirma Juana Oller que “Enriqueta despertó a la vida en un país que carecía en absoluto de servicios sociales, sin agua potable, en un ambiente poblado de insectos que transmitían enfermedades peligrosas y mortales, con escasez de hospitales y condiciones higiénicas deplorables”4

Quizás está situación determinó lo que en ella era un apostolado: el deseo de servir y aliviar las penurias de los marginados sociales. Enriqueta hizo sus estudios primarios en el Colegio de las Hermanas de San Vicente de Colón y en el de las Hermanas Ucrós en Panamá. Formó parte del grupo de mujeres becadas por el gobierno nacional a comienzos de la República para realizar estudios en Europa. Hizo sus estudios secundarios en el Wavre Notre Dame de Bruselas, donde también recibió formación de profesora de kínder y, posteriormente, la especialización en enfermería y en organización de sociedades de la Cruz Roja.

Enriqueta provenía de un hogar liberal. Hija de Eusebio A. Morales, ilustre político y economista

destacado, y de Enriqueta Bermúdez de Morales. En el marco familiar (seis hermanos, de los cuales tres eran mujeres) desarrolló sin duda su innata sensibilidad humana y social. También su estadía en Europa y, como dijo Juana Oller, “el ambiente de la revolución social” que invadía el Viejo Continente, contribuyeron a definir sus ideas en pro de reformas de carácter feminista y social.

Al terminar estudios en Europa, Enriqueta pasó un tiempo en Estados Unidos en donde su padre era embajador. Ya en el terruño participó en la fundación del Centro Feminista Renovación (de cuya junta directiva fue miembro) y luego del Partido Nacional Feminista, en el que militó largo e indeterminado tiempo y de cuya directiva fue miembro en varias ocasiones. Delegada en el Primer Congreso Feminista de 1923, y en el Congreso Interamericano de Mujeres de 1926, representando a la Cruz Roja. La lucha por los derechos de los marginados, las mujeres y los desamparados ocupó toda su vida, con una dedicación y una tenacidad que resultan admirables.

Octavio Méndez Pereira dijo que Enriqueta Morales trató de resolver con su trabajo los problemas sociales antes de que en Panamá hubiera una política social y una legislación laboral, y que fue la precursora de la acción social en Panamá5

Al regreso de Europa, y durante dos años, dirigió el kínder de la Escuela Anexa a la Normal de Institutoras. Después se hizo funcionaria de la Cruz Roja Nacional, todavía dirigida por Matilde Obarrio de Mallet. Ocupó primero la secretaría y después el puesto de superintendenta cuando Mallet se retiró. Desde esta posición pudo trazar su plan de previsión y mejoramiento social. Con su trabajo le impulsó a la institución un desarrollo que, sin ella, sería impensable, y que es muestra de su enorme capacidad de servicio a los demás, especialmente a la niñez y a la juventud.

Desde la Cruz Roja coordinaba además los trabajos de otras instituciones de beneficencia

que recibían subsidios estatales. Bajo su dirección se realizaron los siguientes proyectos: creación de los comedores escolares; fundación de la clínica prenatal popular, gratuita, dedicada a las mujeres pobres, en la que colaboraban los mejores ginecólogos de la ciudad; fundación de la primera clínica postnatal para niños de mujeres sin recursos; y fundación de una farmacia gratuita.

Fundó con Amelia Lyons de Alfaro la primera Casa Cuna de Panamá, para tratar desde niños recién nacidos hasta niños de seis o siete años, y luego el kínder de la Cruz Roja. Fundó, asimismo, el dispensario y la clínica para tuberculosos, el asilo de infancia, los programas de protección a los ”pobres de solemnidad”, y se ocupó también de los enfermos del leprosorio de Palo Seco. La Cruz Roja atendía igualmente la salud de las prostitutas a través de diversos programas sanitarios como los relacionados con las enfermedades de transmisión sexual.

Enriqueta Morales, como directora de enfermeras del Hospital Santo Tomás, coincidió con Arnulfo Arias, cuando este fue director médico, y lo enfrentó para impedir que acosara a las enfermeras.

Se retiró de la Cruz Roja en 1940. En los años de la guerra mundial, de 1941 a 1944, estuvo en Estados Unidos y prestó sus servicios como enfermera a las tropas aliadas.

Durante 15 años fue cronista social de El Tiempo, El Diario de Panamá y La Estrella de Panamá. A su regreso de Estados Unidos, en 1944, Enriqueta fue elegida presidenta de la Federación de Damas de la Acción Católica. En 1945, en la primera campaña electoral en la que participaron mujeres, la de la Asamblea Constituyente, fue miembro destacada de la Liga Patriótica Femenina. Mujer de arraigados principios cristianos, los que guiaron todos los actos de su vida, Enriqueta también fue ampliamente liberal, con la flexibilidad y

tolerancia que le permitían relacionarse con gente muy dispar. Amiga íntima de Esther Neira de Calvo y amiga de Clara González. Su capacidad como organizadora y empresaria fue reconocida por el profesor Bonstet, de la Universidad de Panamá, quien dijo que la Cruz Roja era “la única institución organizada, llevada con inteligencia, que cumple con sus objetivos”.

En 1947 el gobierno nacional la designó secretaria (equivalente a viceministra) del Ministerio de Previsión Social, Trabajo y Salud Pública, en reconocimiento de su labor. En 1950 con el ascenso de Arnulfo Arias a la presidencia, dimitió de su cargo y ya no tuvo ninguna actividad de carácter público. El Papa Pío XII le concedió la condecoración “Pro Ecclesia et Pontifice”.

Los últimos años de su larga y fructífera vida los pasó apaciblemente en el seno de su familia, cuidando a su hermana menor, Elena Morales de Morgan, y a sus sobrinos y sobrinos nietos. Como siempre había hecho, disfrutaba paseando en su automóvil, viajando cuando podía, oyendo música, viendo buen teatro. Murió a los 95 años.

Las fotos de las protagonistas que aparecen en este capítulo han sido tomadas de las siguientes fuentes: Juana Oller de Mulford, Georgina Jiménez de López, Zoraida Díaz de Schtronn, Nicole Garay, María Olimpia de Obaldía, Lidia Gertrudis Sogandares: Valores femeninos panameños, de Juana Oller de Mulford (1978). Tomasita Ester Casís, Josefina Aldrete, Sara Sotillo, María Recuero: Homenaje póstumo a valores femeninos panameños, de Federico Zentner Jr. (1975). Angélica Chávez de Patterson: Revista Acercamiento Nº47, de agosto de 1938. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. Stella Sierra: Stella Sierra - Poesía completa (Academia Panameña de la Lengua, 2017). Enriqueta Morales, Matilde Obarrio de Mallet: Colección de Ricardo López Arias. Concepción Peña Pastor: Revista Mundo Gráfico del 1 de julio de 1931. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España. Clara González de Behringer, Esther Neira de Calvo, Otilia Arosemena de Tejeira, Martha Matamoros: Archivos de Clara González. Elida Campodónico de Crespo: Archivos familiares de Luis Daniel Crespo. Gumersinda Páez: Revista Mujeres adelante, Nº3 (1985). Felicia Santizo: Revista Mujeres adelante, Nº8 (1986).

POLÍTICAS

El feminismo es la resistencia de las mujeres a aceptar roles, situaciones sociales y políticas, ideologías y características psicológicas que tienen como fundamento el que hay una jerarquía entre hombres y mujeres que justifica la discriminación.

Judith Astelarra (1975)

Clara González de Behringer

1898-1990

La más preclara de las feministas panameñas nace en 1898, con los cambios augurados para el siglo XX, en un campito de Remedios, provincia de Chiriquí, tierra de campesinos e indios pobres6.

De su padre, David González Gallol, se sabe que era oriundo de la región asturiana del norte de España; un hombre humilde que llegó a Panamá entre 1895 y 1898, y que participó en la Guerra de los Mil Días. Clara hablaba con gran afecto de su padre, de quien conservó hasta su muerte una foto, visible en su sala al lado de la de su marido, Charles Behringer. De su madre, Basilia Carrillo Sánchez, se sabe poco. Era una mujer pobre,

El movimiento feminista surgió en primer lugar cuando las mujeres de clase media comenzaron a movilizarse para conseguir su admisión en la vida profesional, lo que era la única garantía de unos ingresos y una posición que correspondieran al nivel social de la familia en que habían nacido.

Richard J. Evans (1980)

originaria de Remedios, seguramente analfabeta y descendiente de españoles. Según testimonios familiares, debió ser mestiza y de rasgos marcadamente indígenas, lo mismo que el resto de su familia.

Clara asistió a la escuela en Natá y luego fue becaria del colegio de La Santa Familia en Panamá, de 1907 a 1914. Hizo estudios de maestra de enseñanza primaria en la Escuela Normal de Institutoras, donde se graduó en 1918. De 1919 a 1922 cursó estudios en la Facultad Nacional de Derecho.

En 1922, a los 24 años, se convierte en la primera mujer panameña en obtener el título de Licenciada en Derecho. Su tesis de graduación, “La mujer ante el derecho panameño”, es uno de los primeros documentos que hacen un análisis de la situación de discriminación de género en Panamá y nos proporciona una visión histórica aproximada de la posición legal de las mujeres en aquella época. Su estudio revela que el sexo determinaba una serie de consecuencias legales de carácter civil, político, comercial y penal, disímiles para ambos sexos. En efecto, temas jurídicos de tanta importancia como capacidad jurisdiccional, administración de bienes, sucesión, matrimonio, divorcio, segundas nupcias, ejercicio de la tutela, ejercicio de los derechos políticos y del comercio, entre otros, revelaban la desigualdad legal existente de las mujeres con respecto a los hombres.

Desde muy joven Clara tuvo una visión definida de la desigualdad social. Estaba apercibida de las opiniones de intelectuales y políticos que escribían en la prensa panameña y había recibido la influencia directa de sus maestros en la Escuela de Derecho, en especial de Eduardo Chiari, autor de un trabajo sobre “Situación jurídica de la mujer casada”. Gracias a una beca viajó a Estados Unidos en 1927 para realizar estudios de postgrado en la Universidad de New York. En esa universidad, en 1929, obtuvo el diploma de Máster en Derecho. Ese mismo año fue nombrada representante de Panamá en la Comisión Interamericana de Mujeres.

Clara no pudo trabajar después de graduarse porque la ley le impedía ejercer la abogacía7. En abril de 1923, el presidente de la República, Belisario Porras, solicitó la reforma de la ley a la Asamblea Nacional8. Probablemente fue a partir de la aprobación de la Ley Nº 55 de 17 de diciembre de 19249, mediante la cual se instituyó el ejercicio de la abogacía para las mujeres, cuando Clara empezó a ejercer. Una abogada temida por la policía que, según un testimonio, “cuando detenían a una mujer, decían suéltenla rápido, que nos cae Clara González”. Son muchas las anécdotas que nos muestran a Clara como lo que se suele llamar “una mujer recta”, y un periodista de la época habla también de “esa dulce sonrisa que la caracteriza” 10 .

Clara se casó siendo una mujer madura, muy avanzados sus 40 años, con un ingeniero norteamericano que trabajaba en la Zona del Canal. De ella dice una de sus amigas que era una mujer “a la que no se le podían hacer determinadas preguntas” 11 y que no hablaba nunca de sí misma. Otra amiga suya la describe como una mujer “muy bondadosa, de carácter afable, imbuida toda su vida de la misión para la que sentía que había nacido: la causa de las mujeres”, por lo que probablemente no quiso casarse antes, y afirma que su mayor atractivo no era su belleza, que era mucha, sino su bondad, sus buenos sentimientos, su sencillez y austeridad12

Su vida privada sigue llena de interrogantes para nosotras. Nunca tuvo hijos, aunque tuvo una estrecha relación con su sobrino y sus sobrinas nietas.

La jurisprudencia nacional recoge valiosos precedentes jurídicos de los fallos que durante más de una década le correspondió dictar frente al Tribunal Tutelar de Menores. En una entrevista concedida por Clara a Rosa América de Vásquez dice en 1963, por ejemplo, que “uno de los momentos más emocionantes de sus funciones de juez del Tribunal Tutelar de Menores era indicarles a las madres cómo se inician los trámites legales necesarios para el reconocimiento de la paternidad. Es terrible ver a un niño que se pega al vestido de su padre y le llama papá y que aquel insista en que nunca ha visto a su madre” 13

La Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá tiene en la entrada de su edificio una placa que recuerda a Clara González por ser la primera mujer abogada del país y por haber determinado con su lucha la extensión de los derechos de la ciudadanía.

La legisladora Mery Alfaro de Villageliú presentó un proyecto a la Asamblea Legislativa que se convirtió en la Ley Nº 26 de 4 de octubre de 199114, para que el Tribunal Tutelar de Menores llevara el nombre de Clara González de Behringer.

Caricatura de Clara González por Eudoro "Lolo" Silvera. Tomado de Memorías de un caricaturista, 2004

Desde 1930 sus actuaciones públicas más importantes son:

κ En 1937 organizó, con dos años de duración, los primeros cursos de Asistencia Social en la Universidad de Panamá. Allí dictó clases de Criminología, Penología y Derecho de Familia. Estos cursos fueron el origen de la carrera de Trabajo Social15

κ Organizó los Centros Populares de Cultura para Adultos (1941 a 1945).

κ Redactó junto con otras personas el Decreto Nº 467 de 1 de agosto de 1942, que creó el Instituto de Vigilancia y Protección del Niño, el Departamento de Corrección y una Clínica Psiquiátrica Móvil. Ese mismo año formó parte de una comisión integrada por seis miembros que hizo estudios sobre Delincuencia Juvenil, Institutos para Menores y Régimen Penitenciario en Estados Unidos, bajo los auspicios del Departamento de Justicia, el procurador general, el Bureau de Prisiones y la Oficina de Washington. A su regreso asumió las funciones de comisionada general del Instituto de Vigilancia y Protección del Niño16

κ Candidata por la Unión Nacional de Mujeres (postulada por el Partido Liberal Renovador) a las elecciones de la Asamblea Constituyente de mayo de 1945.

κ Viceministra en el Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública (1945 a 1947)17

κ Directora del Departamento de Previsión Social de este ministerio

κ Primera representante panameña en la Comisión Interamericana de Mujeres (de 1929 a 1936).

κ Participó en la creación de la Caja de Ahorros

κ Participó en la estructuración del sistema penitenciario panameño.

κ Miembro de diversas organizaciones internacionales y asistente al Congreso

Internacional de la Federación Internacional de Abogadas (1931 a 1959).

κ Candidata a la segunda vicepresidencia de la República en 1948, junto a José Isaac Fábrega, que encabezaba la nómina como presidente y Ricardo Arias Espinoza como primer vicepresidente, por el Partido Liberal Renovador.

κ Directora del Instituto de Vigilancia y de Protección del Niño en la Secretaría del Ministerio de Previsión Social y Salud Pública (1951).

κ Primera jueza del Tribunal Tutelar de Menores. Desde 1926, el Partido Nacional Feminista propuso una reforma penitenciaria, que incluía la creación del Tribunal Tutelar de Menores, que Clara González gestó. Conquista que obtuvieron 25 años más tarde, mediante Ley Nº 24 de 19 de febrero de 195118 con el apoyo de distintos grupos cívicos. Luego de ser nombrada magistrada del tribunal, desempeñó el cargo por 13 años, hasta el momento de su jubilación19 , en 196420.

Aunque el activismo político la absorbía, tuvo tiempo para escribir y publicar varios trabajos, entre los que se pueden mencionar:

κ Varios artículos en la revista Orientación Feminista, que tuvo cuatro años de existencia (1923 a 1927).

κ El programa académico de la Escuela de Cultura Femenina (1924).

κ La instrucción cívica en las escuelas secundarias de Panamá (1926).

κ Las cortes juveniles y el sistema de libertad vigilada (1930).

κ El Instituto Nacional en sus bodas de plata (1934).

κ La familia y la escuela en relación con la delincuencia juvenil (1952).

κ La reforma penitenciaria en Panamá (1956).

Esther Neira de Calvo

1890-1978

Figura de gran relevancia del movimiento feminista, nació en la provincia de Coclé en 1890. Era hija del penonomeño Rafael Neira Ayala, abogado y miembro principal de la primera

Asamblea de Constituyentes de la República de Panamá, y de Julia Lafargue de Neira. Por lo tanto, aunque de clase media, su familia estaba relacionada con la clase dirigente del país.

A la edad de 14 años se traslada a la ciudad capital con su madre y padre, e ingresa a la Escuela

Normal de Institutoras, bajo la dirección de Rosa y Matilde Rubiano. Con posterioridad, en posesión de una beca otorgada por el gobierno nacional, viaja al exterior para continuar estudios.

Cuando pocas mujeres tenían en nuestro país la oportunidad de estudiar en el exterior, el primer gobierno de la República de Panamá le otorga una beca para realizar estudios superiores y universitarios en el campo de la educación en Bélgica, en el Instituto Pedagógico Wavre - Notre Dame, afiliado a las universidades de Lovaina y Bruselas. Permanece allí 8 años. En ese período obtiene los diplomas de maestra de enseñanza primaria y profesora de pedagogía especializada en educación media y administración; asimismo, se gradúa de profesora de francés e inglés y de profesora de educación física. Aprovecha la oportunidad y recibe certificados de enfermera especializada en higiene de la comunidad; de primeros auxilios de la Cruz Roja Belga; y de enseñanza de canto, refrendado por el Conservatorio de Música de Amberes21

En 1912 se traslada a Estados Unidos donde estudia los programas de educación de ese país. Regresa a Panamá en 1913 e inicia su carrera profesional como profesora de pedagogía en la Escuela Normal de Institutoras. Más adelante se desempeña como profesora de higiene y

puericultura en la Escuela Profesional. Continúa su carrera en el área de la educación. También fue la primera directora y profesora del primer curso de educación física para maestras en 191522 , y miembro del comité de revisión de los planes y programas de estudios de educación primaria, secundaria, normal y vocacional.

En 1923 ocupa el cargo de inspectora general de enseñanza secundaria, normal y profesional en la Secretaría de Instrucción Pública hasta el año de 1927. Ese año regresa a la Escuela Normal de Institutoras, donde ocupa la dirección de ese plantel hasta 1938.

Esther Neira Lafargue se casó en 1917 con Raúl J. Calvo, que procedía de una provincia del interior del país, y tuvo una hija: Gloriela. Lo que se sabe de la vida privada de Esther Neira corresponde a la vida habitual de una mujer de la época y de su condición social: casada a los 27 años, madre de familia, enviudó en 1953 y no volvió a contraer nupcias. Quizás la edad no tan temprana en la que se casó la diferenciaba de otras mujeres de su condición debido, tal vez, a su estatus de mujer profesional. De ella se conocen anécdotas que la muestran como una mujer de fuerte personalidad y, a la vez, muy femenina. Sus alumnas la recuerdan como una mujer “de carácter, de gran firmeza”. Otras “un poco distante”, “siempre ocupada en sus actividades”. Un periodista nos la recuerda “ricamente vestida de negro en una

conferencia23. Otras la recuerdan como una mujer extremadamente agradable, que podía resultar muy convincente y seductora, y que destacaba por su oratoria24

En abril de 1922 fue comisionada por el gobierno nacional para participar en el Congreso Feminista de Baltimore. En ese evento ocupó una vicepresidencia. Por mandato del congreso, junto con otras mujeres, en marzo de 1923 fundó la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer.

Delegada, en 1925, a la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres, organizada por la Liga Nacional de Mujeres Votantes de los Estados Unidos de América, en Washington. En 1926 fue nombrada presidenta y organizadora del Congreso Interamericano de Mujeres (único congreso feminista internacional realizado en Panamá) que se celebró en forma paralela al Congreso Bolivariano. En la década de 1940 participó como delegada de Panamá en varias asambleas de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA.

Al abrirse a las mujeres la posibilidad de participar con plenos derechos en las elecciones de la Asamblea Constituyente de 1945 fundó la Liga Patriótica Femenina, en cuyo nombre y con el patrocinio de varios partidos políticos fue proclamada candidata a una diputación nacional. Esther Neira de Calvo y Gumersinda Páez se convirtieron, en esa oportunidad, en las dos primeras diputadas panameñas. Durante su actuación en la Asamblea Constituyente introdujo disposiciones en la Constitución Nacional sobre protección a la maternidad, a la infancia, y al trabajo de la mujer y de los menores.

Esther Neira fue delegada de Panamá en varios congresos de educación en las décadas de 1920 y 1930. De 1938 a 1945 fue directora del Liceo de Señoritas. Fue representante de Panamá, de 1939 a 1949, en la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM). En 1949 el secretario general de la OEA la designó secretaria ejecutiva de la CIM, cargo que desempeñó hasta el momento de su

retiro, en 1965. De 1966 a 1968 el gobierno nacional la nombró representante alterna ante el consejo de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Durante los últimos años de su vida se dedicó a la pintura, afición esta para la que al parecer tenía destacadas aptitudes.

Juana Oller de Mulford 1891-1975

Esta mujer brillante y talentosa nació en el hogar formado por Fernando Oller, cubano de nacionalidad, que llegó a Panamá huyendo de la persecución política por profesar ideas libertarias, y por la panameña Rosario Ortega.

En 1904 obtuvo el título de maestra normal de escuela primaria. De esta manera aseguró su permanencia en la prestigiosa Escuela de Niñas de Santa Ana Nº 2 donde laboraba como educadora entusiasta y creativa desde 1911. Junto a la directora de esa escuela, Tomasita Casís, y con el apoyo de Angélica Chávez de Patterson, impulsó la educación al crear los primeros jardines de infancia en nuestro país y fomentó el deporte.

Juana Oller incursionó en la poesía, el periodismo, la crónica, el ensayo y la literatura. En 1916 ganó el primer premio en un concurso literario con la conferencia titulada “Influencia de las mujeres en el sostenimiento de nuestra independencia nacional”. El punto de vista bastante conservador que sustentó constituía, quizás, la única forma posible de abordar el tema de la mujer en aquella época. Lo significativo es que Oller tiene el mérito indiscutible de haber escrito el primer análisis, por lo que se sabe, sobre el papel político de la mujer en Panamá.

Mostró dotes de gran organizadora al fundar en 1916 el primer centro cultural femenino de nuestro país: el Club Ariel, del que fue presidenta. Este tipo de experiencias reforzaron los intereses intelectuales y profesionales de las mujeres, y abonaron el camino para la tarea que más tarde llevaría a cabo en el movimiento feminista25. El Club Ariel tuvo gran repercusión social y mucho éxito al promover una competencia atlética, en conmemoración del aniversario de la separación de Panamá de Colombia, entre las escuelas primarias de las ciudades de Panamá y Colón, y las de la Zona del Canal.

El escritor anarquista y crítico de arte José María Blázquez de Pedro se expresó así de este evento: “El concurso de cultura física celebrado por el Club Ariel en la tarde del miércoles 18 de noviembre de 1917 me ha dejado muy satisfecho, porque fue, sin duda alguna, un verdadero exitazo, bajo todos los aspectos. Con consciente y sincero entusiasmo, felicito al Club Ariel en pleno y con señalamiento a su presidenta, la señorita Juana R. Oller”26

Durante esa época colaboró con la sección femenina de La Estrella de Panamá que estaba a su cargo, en la que publicó cuentos cortos y comentarios sobre “La tolerancia”, “El cinematógrafo”, “El carácter”, “La armonía conyugal”, “La economía doméstica”, bajo el seudónimo de Alma. Dirigió además el periódico El Maestro, órgano de difusión del magisterio

nacional, que se publicaba mensualmente con temas relativos a la educación.

En 1919, desafiando las conservadoras normas sociales de la época, emprende un largo viaje a caballo, en barco, en carreta y a pie por todo el territorio nacional. Como resultado de ese viaje escribió su primera obra titulada Impresiones de viaje (De mi tierra), con prólogo de José Dolores Moscote.

Juana Oller era una mujer que tenía fama de indiferente, fría para el amor y enemiga del matrimonio. Más de un despechado le dedicó poemas de amor. Uno de ellos fue el poeta Ricardo Miró, que le escribió el poema “Alma dormida”:

Tendió Cupido el arco de flecha voladora detrás de una divina silueta femenina, y al alcanzar el pecho de carne alabastrina, rompióse en mil pedazos la flecha cazadora. Armó de nuevo el arco, Cupido sorprendido, y dirigió la punta certera al casto pecho, y el dardo hirió al romperse, por nueva vez deshecho, en su rebote extraño, la frente de Cupido. Las dos pupilas blancas del ángel blondo y ciego, lanzaban ya coléricos relámpagos de fuego, cuando tendió la flecha con trágica intención, y ya a lanzarla iba, cuando llegó a su oído el Céfiro y le dijo: “No sabe el buen Cupido que las estatuas nunca tuvieron corazón?27

Pese a su fama de inconquistable, durante una estancia en Cartagena, Colombia, lugar en el que trabajó de 1920 a 1923 organizando jardines de infancia, se casó con Ascanio Mulford, abogado que desempeñaba un alto cargo en la Gobernación Departamental de Bolívar. En 1925 volvió al país para el nacimiento de su primera hija y, en 1928, para el nacimiento de su segundo hijo. En 1939 fue nombrada profesora de español de la Escuela Profesional.

Todas las veces que estuvo en el terruño las aprovechó para participar en la lucha por los derechos femeninos, integrándose a la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer. En el período de la Constituyente de 1945, Juana Oller

formó parte de la Liga Patriótica Femenina. Su nieto, Marcos O. Ostrander Mulford, dice que, por participar en el movimiento feminista, en los años 1930, se vio obligada a abandonar el país por un período de tres años28

Su segunda obra, Tradiciones y cuentos panameños, editada en 1968, contenía cuentos, refranes, leyendas y tradiciones. Su último libro, Valores femeninos panameños, editado en 1978 por Marcos Ostrander Mulford, lleno de frescura y vivacidad, es un texto importante porque recupera para la historia las biografías de mujeres que realizaron una labor meritoria.

Después de su muerte, ocurrida a los 84 años, la Sociedad de Esposas de Abogados instituyó el Premio Juanita Oller de Mulford que se otorgaría al estudiante, mujer u hombre, que se graduara con el mejor índice académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.

Gumersinda Páez

1910-1991

Según contaba, su padre le enseñó el camino de la rectitud y la generosidad, y su madre la impulsó siempre en sus estudios y participación política29

La preocupación por sus semejantes la indujo, desde muy joven, a luchar por la justicia social, la educación, la salud, la cultura; por las causas obreras, la familia y los derechos políticos y civiles de las mujeres. Su temprana afición artística la llevó a fundar la agrupación Cultura Juvenil (más tarde conocida como Fraternidad Intelectual Latinoamericana) y a escribir dramas y canciones. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Hizo estudios primarios en la Escuela Santa Ana Nº 2 y un curso nocturno de comercio de dos años en el Instituto Nacional. En el Artes y Oficios estudió técnicas en reparación de máquinas de escribir. Laborando como maestra de enseñanza primaria, y con varias interrupciones, logró terminar el bachillerato, graduarse de maestra, estudiar tres años de Derecho y graduarse en Filosofía y Letras. Además, estudió pintura y piano.

Empezó a trabajar como maestra desde muy joven debido a que su familia era muy humilde y sobre ella descansó la responsabilidad de sostenerla. Ejerció en el Panama College y luego en Setegantí. De allí se la trasladó a Garachiné, provincia de Darién, donde estuvo durante tres años.

Enseñó español en la Escuela Antillana. Esa experiencia se tradujo en una profunda simpatía por los antillanos panameños, de quienes se hizo firme defensora. También ejerció el magisterio en Macaracas, en Chilibre y en la Escuela Pedro J. Sosa de Panamá. Luego pasó a trabajar en los archivos del Ministerio de Educación y, por último, durante dos años, como subdirectora en la Escuela República de Venezuela. Renunció a ese cargo para ser candidata a la Asamblea Constituyente de 1945.

Nació en la ciudad de Panamá. Sus padres fueron Elías Páez, venezolano, descendiente del general José Antonio Páez, y Mercedes Villarreal de Páez, panameña. Tuvo dos hermanos.

Fundadora del Centro Feminista Renovación en Garachiné y del Partido Nacional Feminista, del que formó parte durante toda su existencia,

suscribió el manifiesto de fundación de la Unión Nacional de Mujeres y después se sumó, desde sus inicios, a la Liga Patriótica Femenina, fundada en 1945 por Esther Neira. Candidata a la Asamblea Constituyente del Partido Nacional Revolucionario, arnulfista, resultó electa diputada por la provincia de Panamá para el período de 1945 a 1948. Es probable que haya sido la primera mujer del mundo escogida vicepresidenta de una cámara parlamentaria.

Su afición por el teatro era evidente: escribió 34 obras que fueron radiadas a través de La Voz de Panamá y Radio Chocú. El Ministerio de Educación invitaba a escuchar estos programas que llegaron a tener una gran audiencia. Esa popularidad ayudó mucho a que resultara electa diputada30 .

En 1947 participó en el Congreso Interamericano de Mujeres de Guatemala, en el que fue elegida vicepresidenta. Gumersinda dictó múltiples conferencias de carácter educativo, político y feminista en Guatemala, México, Colombia, El Salvador, Costa Rica y Honduras.

En la Asamblea Constituyente defendió la igualdad de derechos de las mujeres, la creación de guarderías infantiles, el reconocimiento de la paternidad y el matrimonio de hecho, la igualdad de salarios por igual trabajo sin distinción de sexo, la seguridad social para las mujeres embarazadas. Defendió, también, a los grupos antillanos y sus ideas religiosas en el debate sobre la nueva Constitución31

Desempeñó los siguientes cargos y recibió las siguientes condecoraciones:

κ Presidenta honoraria de la Sociedad Escolar Bolivariana de Garachiné.

κ Miembro de la Federación de Maestros de la República.

κ Presidenta de la Liga Epworth Internacional.

κ Hija de la Cruz de Lorena.

κ Secretaria del Primer Congreso del Educador Panameño.

κ Presidenta de la Asociación de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional.

κ Miembro fundador de la Unión de Trabajadores de la Radio.

Gumersinda Páez recibió gran cantidad de distinciones nacionales e internacionales, entre ellas, la Orden de Vasco Núñez de Balboa. Se retiró después de terminar su período en la Asamblea, y vivió sus últimos años en Veracruz (Panamá Oeste) Murió en 1991.

Felicia Santizo

1893-1965

Dos circunstancias influirían decisivamente en la vida y obra de Felicia Santizo. Por un lado, pertenecer a una familia que profesaba la doctrina liberal y, por el otro, ser oriunda de Portobelo, son ambos factores que influyeron en su trabajo. En efecto, su padre, Jesús Santizo, liberal que llegó a ser lugarteniente de Belisario Porras en la plaza de Portobelo inculcó a sus hijos e hijas el respeto por la persona humana, por las opiniones ajenas

y por los postulados democráticos de justicia social, principios que Felicia asimiló e integró a su carácter y quehacer sociopolítico. El hecho de haber nacido en Portobelo, provincia de Colón, una de las áreas geográficas históricamente menos atendidas por los gobiernos nacionales, la impulsó a dedicar todo su trabajo a los sectores sociales más necesitados, entre ellos, al de las mujeres.

En 1914 se graduó de maestra de enseñanza primaria en la Escuela Normal de Institutoras de la ciudad capital. Inició su ejercicio profesional cuando la maestra de escuela era la menos considerada de las servidoras públicas. En ese tiempo eran escasas las reivindicaciones y conquistas del magisterio. El atraso cultural, la hostilidad a las innovaciones y los convencionalismos en el ramo de la instrucción pública y privada eran la nota predominante en las altas esferas políticas y administrativas de la educación32

Estimulada tal vez por la situación descrita, Felicia Santizo se comprometió con la comunidad en la que ejercía profesionalmente. Organizó los primeros clubes de padres de familia y amigos de la escuela, los comedores escolares para infantes, el ropero escolar, las bibliotecas escolares, campañas de alfabetización y el movimiento inquilinario de Colón. Fundó la Escuela de Menores Desajustados Sociales y Emocionalmente, creó coros, dirigió dramatizaciones e hizo ingentes esfuerzos por recuperar el folclore.

Es autora de piezas musicales tales como El Cangrejal, Qué bonito es Panamá, Himno del Deporte del Colegio Abel Bravo, entre otras. Hizo el arreglo musical de algunos poemas de autores nacionales entre los que se destaca el pasillo Istmo de Panamá del poeta Gaspar Octavio

Hernández. Escribió El método natural de lectura escritura. Guía metodológica. Boletín de ejercicios prácticos (impreso en la Tipografía del Colegio Don Bosco, Panamá, sin fecha) y El método natural de lectura escritura por combinaciones (impreso en la Imprenta La Moderna, Panamá, 1938).

Estudió con gran dedicación las danzas, ritmos y cantos de los grupos de origen africano asentados en las costas y otros sitios del país, y desentrañó sus significados, definiéndolos como “la epopeya de una raza humillada, pero no vencida”33. Organizó el primer Ballet Nacional de los Negros Congos.

Vinculó estrechamente su quehacer intelectual, la organización de la asistencia social y las expresiones artísticas con la lucha por los derechos femeninos. En el Primer Congreso Feminista, celebrado los días 20 y 21 de septiembre de 1923, cuyo objetivo central era fundar el Partido Feminista, Felicia Santizo estuvo entre las delegadas de la provincia de Colón con el ánimo de obtener más información sobre tan singular proyecto. Clara González explicó, entonces, que hacía falta “una concentración democrática del mayor número de mujeres, para defender los intereses femeninos e hizo la presentación del proyecto del partido”34. Fundadora del Partido Nacional Feminista, Felicia Santizo asumió la presidencia de la comisión de prensa de la junta directiva de Colón. También se destacó como fundadora de la Unión Nacional de Mujeres en 194435 .

Aunque no salió electa como candidata de libre postulación a la Constituyente en 1945, obtuvo una gran cantidad de votos en reconocimiento a su labor por el pueblo colonense. En las elecciones de 1948 participó como candidata a la primera

Georgina Jiménez de López

1904-1994

Georgina Jiménez nació en la ciudad de Panamá, en el hogar formado por Antonio Jiménez y Paula Rivera Urriola, familia que por razones económicas tuvo que trasladarse a la ciudad de David, provincia de Chiriquí. Este desplazamiento, junto a la falta de influencia y apellidos ilustres, además de dinero, impedían a Georgina el acceso expedito a la educación36. No obstante, obtuvo los recursos mínimos para ingresar en la Escuela Normal de Institutoras y en 1922 se graduó de maestra.

Tropezó con los mismos inconvenientes al incorporarse al trabajo. A pesar de haberse graduado con las más altas calificaciones, por falta de influencias la enviaban a lugares apartados del interior de la República.

Con recursos propios continuó estudios en Estados Unidos. En ese país, pobre y llena de carencias, enfrentó toda clase de privaciones y desempeñó cualquier tipo de oficio. Sus méritos como estudiante la hicieron acreedora a una beca para estudiar en el Wittenberg College, de Springfield, Ohio, prestigioso colegio luterano. Después ingresó a la Universidad de New York y obtuvo el grado de Bachiller Universitario de Ciencias, sufragándose ella los gastos de la carrera en 1932. Esta última institución la presentó como candidata a una beca y así cursó estudios en la

Escuela de Graduados de Columbia, New York, en donde obtuvo, en la Facultad de Ciencias Políticas, su título de Maestría (B.A.), en 1934, y de Doctorado (Ph.D) en Filosofía, entre 1939 y 1943. Como las becas solo cubrían derechos de matrícula y enseñanza, Georgina sufragó sus gastos personales trabajando en sus horas libres, haciendo traducciones, dando clases en español y, cuando dominó el idioma inglés, dictó conferencias sobre Panamá.

Inició su carrera profesional en 1940 cuando el gobierno nacional la nombró asesora en las tareas relacionados con la organización el primer censo de población y comenzó a impartir clases en la Universidad de Panamá. Más tarde fue designada jefa de la Oficina del Censo y permaneció en el cargo hasta 1945.

Durante el tiempo que estuvo en el país, antes de iniciar y concluir estudios de postgrado, estuvo militando en el movimiento feminista que representaba Clara González. Fundadora del Centro Feminista Renovación de Los Santos, participó también como delegada de esa provincia en el Primer Congreso Feminista, en septiembre de 1923. En 1926 representó al Partido Nacional Feminista en el Primer Congreso Interamericano de Mujeres. Posteriormente, en 1945, ocupó la secretaría general de la Unión Nacional de Mujeres.

Publicó muchas obras, entre las que podemos mencionar: Ensayo sobre la clase media en Panamá (1949), La participación de la mujer en Panamá (1960), La familia panameña y sus problemas, ensayo premiado en el Concurso Ricardo Miró, 1960.

Representó a Panamá en diferentes misiones oficiales tales como:

κ Delegada al X Congreso Interamericano del Niño, celebrado en Panamá en 1955.

κ Directora coordinadora del Seminario sobre “La opinión pública”, de la Universidad de Panamá en 1958.

κ Representante principal al II Seminario Femenino de las Naciones Unidas sobre la participación de la mujer en la vida pública.

κ Delegada de Panamá al Seminario Regional sobre la participación de la mujer en la vida política, realizado en Bogotá en 1959 y auspiciado por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Perteneció a las siguientes asociaciones:

κ Presidenta fundadora de la Unión de Catedráticas de la Universidad de Panamá.

κ Socia fundadora de la Asociación de Mujeres de la Universidad de Panamá (1940).

κ Miembro del Instituto Panameño de Cultura Hispánica.

κ Socia de la Asociación Nacional contra el Cáncer.

Elida Campodónico de Crespo

Nació en Macaracas, provincia de Los Santos. Su padre, José Juan Campodónico, de origen italiano, era comerciante y ganadero.

Su madre, Josefa María Moreno de Campodónico, panameña, que atendía la tienda familiar había aprendido medicina de su padre, el médico Manuel Balbino Moreno, y atendía en ese lugar a los enfermos de la comunidad37 .

Elida Campodónico desarrolló un marcado interés por la educación en contacto con su primera maestra en Macaracas. Hizo estudios primarios en Los Santos y luego en la Escuela Santa María de las Hermanas Cristianas, en Panamá.

Su familia la envió, junto a su hermano Domiluis, a Balinzona en el Cantón Tizino de la Suiza italiana para especializarse en educación. En 1919 obtuvo el título de maestra normal para escuelas primarias, certificados para la enseñanza de español como lengua materna, e italiano y francés, así como también diploma de maestra de jardines de la infancia.

A su regreso de Europa se instaló en la capital para buscar trabajo como maestra y fue nombrada (siendo su primer cargo) profesora de geografía e historia en la Escuela Normal. Se casó con el ilustre educador y político José Daniel Crespo, hombre de profundas convicciones liberales, con quien compartió esfuerzos encaminados a mejorar la educación en el país. Tuvieron tres hijos y una hija.

La pareja, que fundó e instaló una escuela para maestros de kínder en su propia casa y utilizó el método Montessori, considerado el más avanzado de la época, formaron y graduaron a las primeras maestras de jardines de infancia de Panamá. Posteriormente, Elida fue nombrada subdirectora de la Escuela Normal en los tiempos en que fungía de directora Esther Neira de Calvo. Sin embargo, la inestabilidad y la manera como se nombraba al profesorado le hizo difícil todo intento encaminado seriamente a mejorar la educación desde su puesto de trabajo. Finalmente, tanto ella como a su esposo fueron despedidos.

El matrimonio Campodónico - Crespo, sin dejar de dedicarse a actividades de carácter político y social, administró una pensión en las cercanías del Instituto Nacional durante los años siguientes. En virtud de su profunda conciencia social, Elida Campodónico (en un esfuerzo titánico por erradicar la desnutrición infantil) fundó “La gota de leche”, institución que tenía por finalidad proporcionar un vaso de leche diario a todos los niños y niñas del país. En esos años culminó sus estudios en la Escuela Libre de Derecho y, en 1935, se graduó con la tesis titulada “La delincuencia de la mujer en Panamá”, constituyéndose en la segunda mujer abogada del país después de Clara González. Litigó por un tiempo y fundó una asociación (con bastante éxito) para educar y enseñar oficios decorosos a las mujeres que estaban en la cárcel.

Destaca Elida Campodónico por su pensamiento y actividad feministas. Fundadora del Grupo Feminista Renovación y redactora de su primer manifiesto, en 1923, fungió como conferencista y primera vicepresidenta de la junta directiva del Partido Nacional Feminista en los primeros meses de existencia. Varios trabajos suyos fueron reproducidos en el libro Recuerdo del Partido Nacional Feminista, en 1926. Nunca cejó en su militancia feminista junto a Clara González y, por ello, también formó parte de la Unión Nacional de Mujeres, en cuya directiva ocupó la secretaría de relaciones.

Elida Campodónico de Crespo fue la primera mujer embajadora de América Latina. En 1952 fue designada en la embajada de Panamá en México y, desde ese cargo (como continuación de su trabajo a favor de la educación) gestionó unas 30 becas con el gobierno mexicano para estudiantes panameños. Al regresar a su país, después de retirarse de la diplomacia, se dedicó a los negocios. Murió en Panamá el 6 de enero de 1960.

Zoraida Díaz de Schtronn

1880- 1948

Zoraida Díaz Chamize nació en Las Tablas, hija de Francisco Díaz Medina y de Carolina Chamize de Díaz. Bajo la égida de la maestra Petra María Bendiburg, hizo sus estudios primarios en el centro escolar de su ciudad natal.

Pasó luego a la Escuela Normal de Institutoras de la capital, en aquellos tiempos dirigida por las hermanas Matilde y Rosa Rubiano, y quienes la conocieron destacaron su consagración al estudio, su carácter alegre y su vivaz inteligencia.

Inició su carrera de maestra en Las Tablas y desde el primer momento demostró gran sensibilidad social al crear un curso nocturno para personas analfabetas. Esa iniciativa (a solicitud de poderosos caciques y gamonales que veían en su labor docente amenazas a su autoridad) le costó el cargo.

El período inmediato a su boda con Eleazar Escobar Restrepo, maestro colombiano y entonces alcalde del pueblo (que murió en la agitada revolución de 1899) estuvo lleno de desgracias. A su temprana viudez le siguió la muerte de su segunda hija a los dos años.

En esas horas de dolor y dificultades empezó a escribir poemas. Volvió al magisterio y fue nombrada directora de la Escuela de Chitré. Allí escribió la mayor parte de los versos que publicó. Regentó la Escuela de Las Tablas por varios años. Luego fue trasladada como maestra a la Escuela de Varones de la capital, la más popular y numerosa de la época, a la que, según Juana Oller, concurrían niños de todas las capas sociales. Juana Oller, que fue muy amiga de Zoraida Díaz, cuenta que antes de conocerla personalmente se la describían como “una viudita simpatiquísima que escribe versos, toca guitarra, recita y canta canciones colombianas”. Vivía entonces con su único hijo, Heraclio, estudiante del Instituto Nacional.

En 1915 contrajo matrimonio con el comerciante español Pedro Ross y días después publicó en un periódico local un poema:

Y

en medio de mi dicha me parece ver la luz de un resplandor incierto, que mi antiguo dolor se desvanece y a una nueva vida de dichas

me despierto38 .

Su dicha, sin embargo, no duró mucho. Su esposo murió a las pocas semanas. Trató de rehacer su vida y consiguió empleo en los Archivos Nacionales, lugar donde trabajó hasta su jubilación. En 1918 celebró su tercer matrimonio con el ruso Mendel S. Schtronn, con quien estuvo casada hasta su muerte.

En 1921, Zoraida Díaz de Schtronn fue reconocida como la primera mujer panameña que publicara un libro de versos: Nieblas del alma, romántico, sentimental, lleno de melancolía:

¿En dónde estás, alma mía, que no te puedo encontrar,  ni en el cielo, ni en el mar, ni en mi constante agonía? Quiero ser rosa... botón,  ser celaje, rosicler, ser todo... menos mujer,  con memoria y corazón.

Ser ola muerta en la playa,  ser rosa que se desmaya  despué s de vivir un día.

Ser toda yo, pensamiento,  y disolverme en el viento  en busca tuya... alma mía39 .

Zoraida perteneció desde su fundación al Centro Feminista Renovación. En 1923 participó como delegada (destacándose como conferencista) en el Primer Congreso Feminista. Ese mismo año fue elegida vicepresidenta de la primera directiva nacional del Partido Nacional Feminista, organización de la que fue miembro durante las dos largas décadas de su existencia.

Participó también como delegada de la Asociación de Maestros de la República en el Congreso Interamericano de Mujeres de 1926. En 1937 publicó Cuadros, colección de poemas cortos de carácter intimista. Dedicó sus últimos poemas a su ciudad natal.

En 1946 sufrió un derrame cerebral que la dejó casi paralítica. Le repitió en 1947, dejándola casi ciega. Murió el 14 de junio de 1948.

Linda Smart de Chubb

Políticas

Reconocimiento especial merecen Libertaria de Cohen, Linda Smart de Chubb, Sara Barrera, Judith H. Juliao, Norberta de Tejada y Julia Palau de Gámez, por su participación en el movimiento feminista, aunque no se tiene suficientes datos personales sobres ellas.

Maestra de profesión, se sabe que fue delegada por la provincia de Colón (y además escogida presidenta) del Primer Congreso Feminista celebrado el 20 y 21 de septiembre de 1923. En la clausura de dicho evento, Linda Smart dictó una conferencia titulada “La mujer en la política”, cuyo contenido se desconoce. Desde su fundación, en 1945, estuvo inscrita en la Liga Patriótica Femenina.

Sara María Barrera

Una de las maestras que organizó y trabajó en las Escuelas de Cultura Femenina. Fundadora del Grupo Feminista Renovación y miembro de la junta directiva del Partido Nacional Feminista, donde ocupó el cargo de secretaria.

Judith Juliao

Primera vicepresidenta de la directiva del Partido Nacional Feminista en Chitré.

Norberta de Tejada

Militó activamente en el Partido Nacional Feminista desde el primer momento de su existencia. Llegó a ocupar el cargo de vicepresidenta de la junta directiva de ese partido en Las Tablas.

Julia Palau de Gámez

Fue sindicalista y participó en el movimiento inquilinario panameño. Miembro fundador del Grupo Feminista Renovación, organizó y dirigió las escuelas taller para obreras y prestó estas instalaciones para la celebración del Primer Congreso Feminista.

GREMIALISTAS Y SINDICALISTAS

Muchas de las primeras feministas, y sobre todo las más radicales, vieron en los problemas económicos y sociales de las clases obreras, un serio obstáculo a la consecución de su objetivo último de una sociedad basada en la igualdad de oportunidades para todos.

Sara Sotillo

1900-1961

La dirigente magisterial y feminista Sara Sotillo nació el 19 de abril de 1900, en la isla de San Miguel, archipiélago de Las Perlas. El hecho de proceder de un hogar humilde y trabajador, alejada de los centros educativos y culturales, y por ser de raza negra en una época en que ser mujer, pobre y negra no eran precisamente las mejores credenciales para un brillante futuro, le auguraba un fracaso en su vida profesional y política. Pero su inteligencia, trabajo, destacada personalidad, elevado sentido del deber y liderazgo lograron cambiar este designio40

Sus padres, Bathilia Guillén y Braulio Sotillo, establecieron hogar permanente en la ciudad de Panamá cuando Sara era niña. Este desplazamiento familiar facilitó su educación. Luego de cursar estudios en la Escuela Normal de Institutoras, a base de esfuerzos y brillantez intelectual, se graduó de maestra en enseñanza primaria.

Prestó servicios profesionales al magisterio panameño en la Escuela de Garachiné, provincia de Darién. Fue trasladada con posterioridad a la Escuela Manuel José Hurtado, a donde enseñó por 29 años. La capacidad de Sara Sotillo (pese a las fuertes presiones gubernamentales en su contra) le permitió dirigir los movimientos reivindicativos que movilizaron al sector docente en la década de 1940 y que definieron en parte sus principios y conquistas laborales.

Las radicales creían que todas las mujeres debían unirse en la lucha por sus derechos, y que los beneficios de las reformas feministas no se debían limitar a una minoría relativamente pequeña y adinerada de la población femenina.

Richard J. Evans (1980)

En 1944, junto con otras colegas fundó el Magisterio Panameño Unido, institución fundamental en la aprobación de la Ley Nº 47 de 24 de septiembre de 1946 (Orgánica de Educación), y de la Ley Nº 36 de 14 de septiembre de 1946 (Ley de Escalafón) que se presentó a la Asamblea Legislativa en 194641 . Sara Sotillo, refiriéndose a lo que costó la aprobación de estas leyes, dijo:

En 1945, no había todavía ley de escalafón. En las elecciones de mayo de ese año para elegir constituyentes, nosotros votamos por la nómina renovadora de Francisco Arias Paredes, quien había ofrecido que los diputados de su grupo lucharían por las reivindicaciones de los derechos de los maestros. En 1948, luchamos por la candidatura del licenciado José Isaac Fábrega. Él había actuado como ministro de educación, donde hizo magnífica labor ya levantando escuelas en nuestro país, ya favoreciendo la preparación de elementos del ramo que deseaban estudiar fuera. Tanto en el caso de don Pancho como en el del licenciado Fábrega, tuvimos en cuenta los mejores intereses de la educación42.

Como presidenta y como asesora del Magisterio Panameño Unido en otras administraciones, Sara se constituyó en factor decisivo en la creación de la Ley de Escalafón y la Cooperativa de Ahorro

del Educador, la Ley Orgánica de Educación, la barriada de Miraflores para maestros y la Casa del Maestro de la urbanización Obarrio. Respecto a estas actividades, expresó:

El Magisterio Panameño Unido considera haber realizado muchas cosas a favor del maestro. Intervenimos en la Ley de Escalafón, presentada a la Asamblea Nacional en 1946 por el ministro Crespo. Hemos dignificado al maestro, que hoy se siente respaldado por una Ley y por una agrupación fuerte. La urbanización de Miraflores, barriada para maestros, es algo de lo que nos sentimos orgullosos43 .

Sara, mujer de sólidos principios éticos en el desempeño del liderazgo, desechó toda posibilidad de ascenso porque, en su concepto, solo como maestra podía luchar por sus ideales. Para jubilarse tuvo que esperar hasta los 30 años de ejercicio profesional (cuando por ley eran 28) debido al entorpecimiento del proceso de jubilación realizado por sus enemigos gubernamentales.

Como feminista y como miembro del Partido Nacional Feminista (donde llegó a ocupar la segunda vicepresidencia de la junta directiva) participó en la lucha por los derechos civiles y políticos de la mujer. Hasta el día de su muerte, acaecida el 16 de diciembre de 1961, se interesó por todos los asuntos educativos y los problemas nacionales.

Martha Matamoros

1909-2005

Si por feminismo entendemos la doctrina que preconiza la extensión de los derechos y del papel de la mujer en la sociedad, Martha Matamoros, aparte de ser reconocida como una de las más destacadas dirigentes sindicales de la historia panameña, debe ser considerada como una feminista que no se asume a sí misma como tal.

Las largas pláticas que sostenía con su padre, Gonzalo Matamoros, costarricense, soldado de la independencia y fundador de la Banda Republicana, influyeron en su conducta y fortalecieron su innata cualidad de líder. Padre e hija sostenían largas pláticas en relación con los postulados de la Revolución Francesa, la lucha de los obreros, el nacionalismo, etc., opiniones y conocimientos que sedimentarían principios y objetivos que más tarde Martha incorporaría a su vida y militancia sindical. “Cuando él (su padre) me conversaba de estos temas yo me imaginaba ya como una gran líder”44. De su madre, Josefa Figueroa de Matamoros, habla poco en sus entrevistas.

Modista de profesión, en 1941 se incorporó al mundo laboral en las fábricas textiles porque, tal como explica: “Me sentía incomoda cosiendo en casa por lo rutinario del trabajo, la carencia de relaciones con los demás trabajadores y mujeres de la profesión y decidí ir a trabajar a una fábrica”45 .

Trabajó primero en El Corte Inglés, una fábrica de confección en cadena. Después pasó a La Mascota y más tarde a la Sastrería del Bazar Francés. En esa época las condiciones de trabajo en las fábricas, insalubres y humillantes para las trabajadoras, se caracterizaban por los espacios reducidos, el calor asfixiante, la férrea disciplina y estricto control impuesto hasta para ir al baño a realizar las necesidades fisiológicas. En ocho horas de trabajo intenso las obreras procuraban multiplicar la cantidad de piezas para mejorar el salario de 50 centavos diarios que se les pagaba. No había derecho a vacaciones ni fuero de maternidad46 .

Las condiciones de trabajo descritas y la inseguridad laboral motivaron a un grupo de sastres y modistas a fundar en 1943 el Sindicato de Sastres y Similares. Martha Matamoros decidió afiliarse a este sindicato en 1945. Cuando las mujeres apenas se integraban a la esfera pública en cantidades visibles y su participación sindical era todavía escasa, Martha logró escalar hasta las posiciones de mando y toma de decisiones sindicales al ser escogida como secretaria de finanzas47. Participó activamente en la discusión y elaboración de las reivindicaciones obreras que este sector social solicitaba que se incluyeran en el Código de Trabajo de 1946. Luchó incansablemente para introducir en esta regulación laboral la protección a la maternidad de las trabajadoras.

Esta propuesta de Martha tuvo acogida en el directorio del sindicato, sobre todo y como era de esperarse, entre las mujeres. Se generó un proceso interesante desde el punto de vista del proselitismo y la concientización. Se recogieron firmas hasta de las amas de casa y se organizó una gran marcha obrera a la Asamblea Legislativa. Una vez en el parlamento panameño, se le solicitó a Esther Neira de Calvo y Gumersinda Páez que defendieran la propuesta de incluir el fuero de maternidad en la legislación laboral panameña. Este objetivo se alcanzó y, al alcanzarse, se dio un paso muy importante en relación con la protección de la madre trabajadora.

En 1946 organizó una huelga que duró 38 días con el objeto de reivindicar, de los dueños del Bazar Francés, mejores condiciones salariales para las trabajadoras. En 1947 participó, como militante política, en la movilización de rechazo al Convenio de Bases Militares Filós - Hines y en la Marcha del Hambre y la Desesperación de Colón. Para 1952 ya tenía un prestigio sólidamente consolidado y fue electa secretaria general de la Federación Sindical de Trabajadores. Durante este período se desencadenó una huelga de transportistas de buses de Río Abajo. El apoyo y la solidaridad de la federación a este movimiento provocó el encarcelamiento de sus dirigentes. Martha

enfrentó así la primera de sus muchas sentencias judiciales. Fue privada de libertad durante 99 días inconmutables, 14 de los cuales los pasó en la celda más temida de la Cárcel Modelo: la “Macarela”48

Su encuentro con el socialismo data de la década de 1950. La inquietud por saber si la teoría socialista resultaba cierta en relación con la práctica (impulsada por su protagonismo y militancia política) la llevó a conocer el movimiento obrero de la antigua Unión Soviética. Se inscribió en el Partido del Pueblo, partido comunista de Panamá, convirtiéndose en miembro de su buró político. A partir de entonces concurrió a los más importantes encuentros del obrerismo internacional en América, Europa y Oriente49

En sus últimos años Martha vivía humildemente en un apartamento ubicado en la calle 17 del barrio de Santa Ana, sola, íntegra, sin arrepentimientos; todavía a mediados de la década de 1990 expresaba sus opiniones en relación con las reformas propuestas al Código de Trabajo (convertidas luego en la Ley Nº 44 de 12 de agosto de 1995)50:

Lo siento mucho por la Central Nacional de Trabajadores (CNTP) a la cual pertenezco, pero considero que lo poco que quedaba del Código de Trabajo ahora se va a perder...

Afortunadamente no estoy activa en el movimiento; si lo estuviera, estaría protestando en los parques y en las calles y seguramente me volverían a encarcelar porque denunciaría todas las injusticias y lucharía porque el código no se modificara51

INTELECTUALES Y ARTISTAS

Lo que hace seres inteligentes es la facultad de pensar, y los estímulos que ponen en acción esta facultad son el interés y la dignidad del mismo pensamiento y un terreno para su aplicación práctica. Ambos móviles se suprimen en aquellas a quienes desde la infancia se dice que el pensamiento y todas sus importantes aplicaciones son asunto de otras personas, y que a ellas solo les corresponde hacerse agradables a los demás. La mujer no descollará por sus facultades intelectuales más que excepcionalmente, mientras no se les abra la posibilidad de cualquier carrera y mientras no se eduque tanto a ella como al hombre para sí mismos y para el mundo, no un sexo para el otro.

Harriet Taylor Mill (1851)

María Recuero 1869-1953

María Tranquilina Recuero tuvo dos ocupaciones principales a lo largo de su vida. Una (y para eso era la fortuna familiar) era ejercitar la filantropía con sus propios recursos económicos. En efecto, María nació en el seno de una familia acomodada, formada por José Narciso Recuero, un acaudalado comerciante colombiano, y por Ifigenia Carranza. Profundamente religiosa, practicó la asistencia social en el seno del movimiento católico. Su otra ocupación era de carácter intelectual. María adquirió una sólida preparación académica siguiendo estudios en el colegio de enseñanza primaria La Esperanza, que regentaba la profesora norteamericana Mary McKoll, y en la escuela secundaria de Santa Bárbara High School de la ciudad de Kingston, Jamaica. Complementó su bagaje cultural con frecuentes y prolongados viajes a Estados Unidos y Europa. Poseía una extensa biblioteca y escribía y hablaba fluidamente inglés y francés.

Aficionada a los estudios científicos, especialmente a los de la flora panameña, estableció intercambios de información y de especímenes de vegetales con renombrados

institutos norteamericanos dedicados a investigar las plantas tropicales.

Participó como delegada de la Sociedad de Damas de la Caridad al Congreso Interamericano de Mujeres que, con ocasión del Congreso Panamericano conmemorativo de Bolívar de 1926, organizó y presidió en forma paralela Esther Neira de Calvo.

Aunque los periódicos de la época publicaron muchos escritos suyos, su obra más importante, Breve historia del periodismo en Panamá, editada en 1935, una historización del periodismo panameño de 1820 a 1928, no se conoce. En un intento por salvarla del olvido, Concha Peña y el profesor, periodista y escritor Bonifacio Pereira, después de recuperarla de los anaqueles de la Biblioteca Nacional, con motivo de la muerte de María Recuero ocurrida a los 95 años, reeditaron esta obra. El esfuerzo, al parecer, resultó infructuoso: no ha sido posible encontrar ningún ejemplar en las bibliotecas públicas o privadas.

Nicole Garay 1873-1928

Artista, poeta y educadora, Nicole Garay era hija del pintor, músico y medio aventurero colombiano Epifanio Garay Caicedo, que llegó a Panamá en 1870, y de la panameña Mercedes Díaz Remón, “que también era aficionada a la literatura, a las bellas artes y era poseedora de un razonamiento analítico”52, Su padre ejerció gran influencia sobre ella a tal punto que, cuando este murió, su salud se resintió significativamente.

La historia escolar de Nicole Garay es un ejemplo de lo complicada que resultaba la educación femenina en la época de su infancia y adolescencia. Comenzó sus estudios en los años iniciales, bajo la supervisión de Cristina Medrano de Patterson. Recibió lecciones de la maestra María de Nelatón, de nacionalidad chilena, y luego de las institutoras colombianas Sarah de Cienfuegos y Margarita Roca, las que le descubrieron las fábulas de Félix Samaniego y José Iriarte.

La vida de Nicole era un constante ir y venir de un país a otro. El primer viaje lo hizo repentinamente a los nueve años, en 1882, como consecuencia de la muerte de su abuela, Nicolasa Remón de Díaz. Por esa época, el gobierno colombiano la becó para realizar estudios en Europa. Viajó y se instaló con su familia en París.

Inició estudios en una escuela primaria de las señoritas Carré y conoció las fábulas de Lafontaine, que según su hermano, Narciso Garay, recitaba en casa a todas horas del día53 En Francia tradujeron su nombre, Nicolasa, por el de Nicole, con el que se quedó por el resto de su vida. Ingresó, de regreso a Panamá, en el Colegio de La Esperanza regentado por dos norteamericanas: Miss Maclord y Miss Howell.

Nicole salió por tercera vez de Panamá cuando José E. Díaz, un tío que trabajaba en la Compañía Universal del Canal Interoceánico, falleció. La familia viajó a Colombia para acompañar a la viuda, con tan mala suerte que, estando en ese país, estalló la revolución contra el régimen político del presidente Rafael Núñez. Aún en esas difíciles circunstancias, Nicole fue inscrita en el colegio particular de las señoritas Convers. La familia regresó a Panamá una vez controlada la situación política. Entonces Manuel J. Hurtado, primo de la madre de Nicole, se brindó para dictarle clases junto a su hija Manuelita.

Más tarde, Manuel J. Ospino y Sofía Crisolle se encargaron de la educación de Nicole. Su aprendizaje de las materias científicas y literarias se combinaba con lo que aprendía en las pláticas sobre la historia de las bellas artes con su padre y en los esfuerzos que hacía para pulir su técnica en el uso del piano. En la ejecución de ese instrumento musical, su hermano Narciso consideraba que Nicole, aunque tenía una salud delicada y poca resistencia física, alcanzaba resultados relativamente sorprendentes. Estrenó con éxito la Rapsodia Húngara Nº 2 de Liszt en el Teatro Sarah Bernardt de Panamá54

De 1893 a 1903 permaneció Nicole en Colombia acompañando a su padre que, por encargo del Banco Nacional de Bogotá, pintaba al presidente Núñez. Durante esos años se vinculó al magisterio privado y oficial que, posteriormente, ejercería en Panamá. De esa época también data un número importante de sus poemas y la composición de

una ópera sobre un argumento polaco, Sobieslawa, escrita por Nicole en italiano, que se perdió. La muerte de su padre, ocurrida en octubre de 1903, afectó profundamente a Nicole, como se mencionó anteriormente. Quedó afectada moral y físicamente. La depresión que le sobrevino dejó secuelas irreparables: disturbios nerviosos y afecciones patológicas que requirieron, desde 1905, la intervención frecuente del cirujano”55

Durante la última época de su vida se interesó de sobremanera en el estudio del problema de la mujer y militó con Esther Neira en el movimiento feminista. El 1 de febrero de 1921 asumió Nicole la dirección del Conservatorio Nacional de Música, la cual ejerció hasta diciembre de 1925. A la ceremonia de su despedida asistió el presidente de la República y Octavio Méndez Pereira, quien pronunció un discurso que, junto con el Nicole, se publicó en el libro El alma de las cosas (Editorial de Alma Panameña). También ejerció el magisterio en la Escuela Normal de Institutoras y la Escuela Profesional. Perteneció además a asociaciones humanitarias como la Cruz Roja Nacional.

Su obra poética completa fue publicada por su hermano Narciso Garay con el nombre de Versos y prosas 1873-1928. Cuando estaba en los umbrales de la muerte, todavía tuvo inspiración y valor para componer el siguiente poema:

Aquí estoy a dos pasos de la muerte : Un cadáver, tabique de por medio, me predice que vano es el remedio que absorbo ya, si echada está la suerte. La labor que en el día me hace fuerte, cede, en la noche, su lugar el tedio. Huye el valor y a la enfermedad asedio. Vuelvo a luchar hasta que yazgo inerte. Dime, ¡oh Cristo! si es mía la victoria, si al mundo volveré de vida llena, a continuar con brío la jornada. ¡Ay! El humano es víctima ilusoria del ansia de vivir que lo encadena el ansia de saberlo, todo o nada56

María Olimpia de Obaldía

1891-1985

La poeta y feminista María Olimpia de Obaldía vino al mundo en Dolega, provincia de Chiriquí, en un hogar de carácter humanista, constituido por Manuel del Rosario Miranda y Felipa Roviera, que formó a cinco hijos e hijas.

Aunque tuvo una infancia feliz, rodeada por la naturaleza y el cariño de sus seres queridos, de pronto su vida se vio ensombrecida por la tragedia, en 1899, al estallar la Guerra de los Mil Días entre liberales y conservadores. Su padre era por esos días jefe político del pueblo y, durante la guerra, jefe del Batallón Dolega. Los liberales invadieron su ciudad natal y, en presencia de María Olimpia, saquearon la casa y exterminaron el ganado vacuno y equino de la finca.

Durante esta difícil época, su madre, como suele ocurrir con todas las mujeres cuando se declaran las guerras, se encargó del cuidado y mantenimiento de la familia, asumiendo responsabilidades relacionadas, además de las propias del hogar, con las labores agrícolas. Esta mujer moriría de disentería, enfermedad que contrajo días antes de viajar a pie desde Dolega a

David, en busca de una casa para su padrastro a quien los liberales le habían dado esa ciudad por cárcel.

Después de la firma de la Paz de Wisconsin, que puso fin a la guerra, María Olimpia regresó a Dolega con su padre Manuel y fue matriculada en 1908 en la Escuela de David. Dentro de las posibilidades de la época, recibió una buena educación y comenzó a escribir desde muy joven. Eusebio A. Morales, impresionado con la inteligencia de la poeta, le concedió una de las nueve becas destinadas a la provincia de Chiriquí. En 1909 se trasladó a la ciudad de Panamá con el objeto de estudiar en la Escuela Normal de Institutoras.

De 1913 a 1918 trabajó como maestra en las escuelas rurales de Dolega y Boquete. El 12 de enero de 1918 se casó con José de Obaldía Jované y, de ese matrimonio, nacieron cinco hijos e hijas.

Su obra es un canto a la vida cotidiana, a la naturaleza, a la identidad nacional y de aproximación a la vida de los indígenas, especialmente guaimíes57. Poeta de importancia en la literatura nacional, incorpora en sus poemas las temáticas, los sentimientos, las vivencias y la visión de la mujer en el mundo real y cotidiano. Sobre su último libro de poemas, Visiones eternas, escrito en 1953 para conmemorar el aniversario 50 de la separación de Panamá de Colombia, y que fue publicado tardíamente en 1961, comenta Marta Lucía Moncada que María Olimpia le da voz a los grupos étnicos que otros autores deciden obviar, no saben cómo manejar o deciden representar como mito. En contraste, María Olimpia, a pesar de haberse educado en los tiempos en que prevalecía la más densa de las corrientes académicas indigenistas en América Latina, en las décadas de 1920 y 1930, y a pesar de que, como mujer, no tenía a su alcance los recursos para desenmarañar intrigas intelectuales, supo ir más allá de la tradición paternalista indigenista para representar en su poesía la cruda realidad indígena

de su presente. En “Ñatore May” por ejemplo, que es un poema que se encuentra en Visiones eternas, describe y denuncia que los indios siguen pobres, alienados y sin tierra, y que las mujeres aún se sienten obligadas a decir “estoy bien” a pesar del cansancio, del abuso y del peso innecesario que la sociedad hace cargar sobre sus hombros58

Consecuente con su pensar y sentir, María Olimpia siempre estuvo apoyando al movimiento feminista panameño. Desde los tiempos del Grupo Feminista Renovación, en 1922, y en las dos décadas de existencia del Partido Nacional Feminista, la poeta chiricana colaboró y militó en estas organizaciones. Varios de sus poemas fueron publicados en Orientación Feminista: la mejor forma en que podía colaborar una poeta con la causa de Clara González y sus compañeras. En las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1945, María Olimpia de Obaldía fue postulada por la Liga Patriótica Femenina como suplente de Esther Neira de Calvo, pero declinó la candidatura por no haber sido consultada59. Sin embargo, por motivos que desconocemos, permaneció en las listas electorales.

Su obra se compone de las siguientes publicaciones: Crepuscular (1913), que apareció publicada en su primer libro Orquídeas (1926); Breviario lírico, su segundo libro; Parnaso Infantil (1948); y su último libro Visiones eternas (1961). Su obra completa, por iniciativa del Club Kiwanis de Panamá, se editó bajo el título de Poesías y está compuesta por 195 poemas que se encontraban inéditos o dispersos hasta el año de 1976.

Durante su larga vida (María Olimpia murió a los 94 años) fue objeto de merecidos e innumerables homenajes y se le otorgaron muchas condecoraciones. Pero, como dice María Lucía Moncada, a pesar de todos los homenajes que le rindieron en vida, María Olimpia no abandonó nunca sus visiones que la acercaban a otras mujeres a través de barreras de clase, color e historias. Ella siempre tuvo clara la diferencia entre

la utopía, el idealismo, la fantasía, la demagogia y la toma de conciencia, la inconformidad y la esperanza60

Se reproducen aquí dos estrofas de una de las poesías de María Olimpia, “Tala”, en la que canta a la naturaleza maltratada:

Sobre la alfombra de sus mismas hojas queda a lo largo, tembloroso, inerme, recibiendo los rayos postrimeros del sol que lo amortaja como a un cacique, con brillantes plumas.

Cuando se aleja el sol y viene la luna con pálida linterna y se detiene también en la ventana que dejara en la selva el gigante que muere entre las sombras.

Con sus largos cabellos teje un manto sobre el árbol que fuera lira salvaje para el viento, en largas serenatas que ella pagó con besos de poesía al escucharlo entre las noches largas.

Poco a poco, a su vez, llega la aurora con vacilante lámpara: mezcla su llanto con el llanto acerbo del árbol imperial que desfallece, y así la encuentra el sol en su retorno envuelta en los vapores de besos y suspiros y rezando en silencio su rosario de lágrimas.

Lidia Gertrudis

Sogandares

1907-1971

Esta mujer se convirtió en la primera médica de Panamá61 . Su vida es una prueba del esfuerzo intelectual que tenía que hacer toda mujer interesada en desarrollar cualquier tipo de actividad que se saliese del papel tradicional en que se desenvolvía una parte importante del género femenino en nuestro país a principio del siglo XX.

Desde su tierna infancia, tuvo que demostrar disciplina para el estudio, aplicación y consagración por entero, además de un expediente académico perfecto a través de toda su vida de estudiante. Sus estudios primarios los hizo en la Escuela de Niñas de Santa Ana Nº 2, dirigida por la educadora Tomasa Casís y fue alumna de Juana Oller. Después ingresó en el Instituto Nacional donde obtuvo, en 1926, su título de Bachiller en Ciencias y Letras con el primer puesto de honor, con lo cual se hizo acreedora de una beca para continuar estudios en el extranjero.

Comenzó sus estudios de medicina en el Colegio de Santa Teresa de Winona, Minnesota, Estados

Unidos, terminando allí su Pre-Médica. Después se trasladó a la Universidad de Arkansas, donde recibió su grado de Doctorado en Medicina en el año de 1934.

Como las estructuras tradicionales no ceden con facilidad, de regreso en Panamá se le ofreció una cátedra en la Escuela Normal de Institutoras y en el Liceo de Señoritas, pero no se le solicitó que prestara sus servicios profesionales en un hospital público, aunque sus créditos académicos eran inmejorables. Obviamente, pertenecer al sexo femenino le impedía tener las mismas oportunidades laborales que los hombres. Probablemente los cambios que el movimiento feminista introducía en la sociedad panameña ayudaron a que fuera nombrada médica interna del Hospital Santo Tomás, para ser designada luego jefa de sala de la Sección de Maternidad de dicho hospital.

La doctora Sogandares tuvo una trayectoria profesional destacada. Ocupó, entre otros puestos importantes, los siguientes:

κ Presidenta de la Academia Panameña de Medicina y Cirugía, de la Asociación Médica Nacional y de la Sociedad Panameña de Obstetricia y Ginecología.

κ Profesora suplente de Obstetricia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Panamá.

κ Profesora y miembro de la junta directiva de la Escuela Nacional de Enfermeras y Médicas y del Liceo de Señoritas.

κ Miembro de la Isthmian Medical Association y de la Alianza Panamericana de Mujeres Médicas.

κ En 1959 el gobierno nacional la distinguió con la condecoración de Vasco Núñez de Balboa, en el Grado de Comendadora.

Concepción Peña Pastor

1906-1960

Nació en Ciudad Real, España. Doctora en Derecho, políglota, conferencista, escritora y política. La extensa obra intelectual y los trabajos desempeñados por Concha Peña abarcan un campo muy variado, pues diversos fueron también sus intereses personales e ideológicos.

Terminó sus estudios de bachillerato en 1917, se graduó de maestra y en las licenciaturas de Filosofía y Letras, Derecho y Medicina. Fue docente y ejerció la abogacía, también fue miembro del Ateneo de Madrid, de la Asociación Española de Mujeres Universitarias y de varias asociaciones de juristas.

Destacada por su militancia política en el Partido Republicano Democrático Federal y por su activismo feminista. Perteneció a la Agrupación Femenina de Acción Republicana, de cuya junta directiva formó parte, siendo presidenta Clara Campoamor en 1929 y con quien participó en la lucha por el sufragio femenino en España, reconocido por primera vez en la Constitución de 1931. En enero de 1932 participó en la clausura de la

“Semana abolicionista de la prostitución”, junto a Carmen de Burgos e Hildegart Rodríguez.

La dictadura militar que se impuso en España con el fin de la guerra civil la obligó a exiliarse del país; en su ausencia, fue inhabilitada de la carrera jurídica por el régimen franquista. Su primer refugió fue París, Francia, donde conoció al yugoeslavo José Adjef, profesor de idiomas y políglota, con quien contrajo matrimonio y del que nació una hija, Aurora, en 1946. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el matrimonio decidió viajar al continente americano y residir en Panamá desde 1938.

Concha se doctoró en Derecho en la Universidad Central de Madrid, pero una vez que se exilió de España se dedicó a múltiples actividades, desde fundar un jardín de la infancia o una escuela de modistería y otra de biblioteconomía hasta su incorporación a la Universidad de Panamá, dictando el curso de Derecho Civil (1941 a 1942) y Derecho Romano (1942 a 1944).

Concha Peña se destacó en la creación literaria. Entre sus obras podemos mencionar, La libertadora del libertador (ediciones 1941 de Panamá y 1942 de México), José Martí, periodista, Bolívar triunfador de Ayacucho, Poetas de Haití, El baile andaluz, Estampas de la calle, Biografía del poeta Gaspar Octavio Hernández y la del General Tomás Herrera (ediciones todas con fecha de publicación desconocida) y Las estampas de Santa Ana (edición de 1957).

En 1951 el gobierno nacional la nombró subdirectora de la Biblioteca Nacional. Su permanencia en esta institución le permitió recuperar las obras de destacados políticos, intelectuales, literatos, filósofos y artistas.

De esa época datan los trabajos que tituló: “El lirismo del Dr. Belisario Porras”, “Centenario y nacimiento de Rodolfo Aguilera”, “En los 130 años del nacimiento de Manuel Jaén”, “En el Centenario del nacimiento de Víctor Dubarry”, “Ante el

monumento de Amelia Denis de Icaza”, “Manuel Espinosa Batista, “Carlos A. Mendoza”, “Guillermo Andreve” y otros que se publicaron en las revistas y periódicos de entonces.

Colaboró con las revistas más importantes de la época como la de la Cruz Roja Nacional (de la cual fue redactora jefa), Lotería, Épocas, Acercamiento y Elites; así como en diarios de la localidad: La Estrella de Panamá y El Panamá América.

Desde principios de 1959, una afección cardíaca comenzó a minar su organismo y a afectar su producción intelectual. Murió en 1960 a la temprana edad de 54 años.

Stella Sierra

1917-1997

El primer premio del concurso Ricardo Miró, establecido por el Ayuntamiento Provincial de Panamá en 1942, lo ganó una mujer, la poeta Stella Sierra, con su obra Sinfonía jubilosa en doce sonetos.

Sus padres, Alejandro Tapia Escobar y Antonia Sierra Jaén de Tapia se divorciaron siendo ella muy pequeña. De manera que su verdadero nombre

es Stella María Tapia Sierra. Acerca de su nombre, la poeta comentó: “Tiene como base, entre otras cosas, el que yo siempre usara el apellido de mi madre para escribir, como un seudónimo. A lo que me acostumbré”62 .

Stella vivió sus años más felices entre su niñez y juventud, tiempo que pasó al lado de su madre y abuela materna en Aguadulce, provincia de Coclé, entre 1922 y 1931. Estudió en la Escuela Primaria de Puerto Rico y luego en el Colegio Internacional de María Inmaculada, regentado por las Madres Franciscanas, como alumna externa.

Allí, en 1936, obtiene su título de bachiller en comercio. En 1937 inicia sus estudios universitarios en la Universidad de Panamá, matriculando un curso para el profesorado de historia. Quería ser (era lo que realmente le gustaba) profesora de historia, pero como no existía como carrera optó por una alternativa, obteniendo el título de profesora de español en 195463. Fue docente en el Instituto Nacional, Liceo de Señoritas e Instituto José D. Moscote hasta su jubilación en 1973.

Se casó dos veces. En 1941, con el catedrático universitario Enrique Ruiz Vernacci. Contrajo segundas nupcias en 1953 con el periodista Lorenzo Sánchez-Galán, con quien tuvo dos hijos y cinco nietos, y del que se divorció también.

En palabras de Stella: “La necesidad de escribir llegó desde muy niña. A los diez años emborronaba mis primeros escritos. Quería hacer versitos. Uno de los primeros versos fue a un caballito mío que se llamaba Golondrina y como no tenía auditorio, escogí a los trabajadores de la finca”64

Entre su obra poética podemos mencionar Canciones de Mar y Luna (escrito entre 1939 y 1940). Libre y cautiva, su libro de poemas más conocido y probablemente su mejor obra, se editó en México y obtuvo comentarios muy favorables de la crítica nacional e internacional. De ahí reproducimos el soneto que le da nombre al libro:

Por sentirme despierta en la cautiva morada oscura de tu sangre, llevo este amargo laurel de gajo nuevo y esta miel de cilicio rediviva. Y no quiero saberme fugitiva de la celda de amor en que me muevo: porque el ángel te encuentre, yo renuevo mis llamadas de intacta sensitiva.

Extenderás tu mano que —impasible— quiere lograr la flor indivisible: su cauto aroma velará tu frente. Como cierva te hui. ¡Qué te encadena más ese afán de hallarme en la colmena, carcelera celosa de tu mente!

Stella publicó sus poemas en periódicos de Bogotá y El Salvador. Escribió en Mundo Gráfico de Panamá la columna literaria “Marginalia” y, luego, la página cultural “El mundo de las letras” en el semanario Mundo Gráfico y en Épocas Colaboró con el Correo Literario de Madrid y en la revista mexicana Poesía de América. Fue miembro de número de la Academia de la Lengua Castellana.

Entre los premios que obtuvo se pueden mencionar el Demetrio H. Brid, auspiciado por La Estrella de Panamá (1944); primer premio con “Himno para la glorificación de Franklin D. Roosevelt” en Uruguay (1946); y mención honorífica en el concurso de cuentos de La Estrella de Panamá con el cuento “La muerte en las cuatro esquinas” (1944). Triunfó en el concurso auspiciado por la Universidad de Panamá para escoger la letra del himno de la Universidad (1939).

No concursó más en el Premio Miró porque, como ella comentó: “Tomé el Consejo de Octavio Méndez Pereira. Él me dijo que cuando uno

obtiene un primer premio de un primer concurso de esta naturaleza, es mejor quedarse ya invicta”65

Una de las feministas más jóvenes que participó en el movimiento de reivindicación de las mujeres inició su militancia con la firma del “Manifiesto a la nación y a todas las mujeres del país” de la Unión Nacional de Mujeres en 1945. Ese año, fue candidata suplente de esa misma organización a la Asamblea Constituyente, pero no fue electa.

Stella Sierra es una de las poetas con mayor sensibilidad de las letras panameñas. A manera de ejemplo de su compromiso feminista se reproduce, del libro Libre y cautiva, algunos versos del poema “Mujer, sexo dolido”:

Mujer, sexo dolido, criatura de mi imagen: te recuerdo en la órbita de la danza y las horas: delicia de la cumbre ideada a tu antojo, perfección de lo casto, ala de cielo y tierra...

Mujer, fecunda, grave, frágil como caricia de la rosa que juega a escondidas del sueño: de tus nueve arcoíris doblegaste las flechas.

Otilia Arosemena de Tejeira

¡Mujer débil y fuerte, suavidad de paloma, fruta madura, roja, que mordió presto el hombre!

(No sé si Adán desnudo, allá en su paraíso, te sintió tan lejana, tan fecunda, cual surco que se abre a la herida de la tierra y la fruta.

No sé si el hombre, dueño de todos tus pesares, en la flor de su angustia y de su amor intenso, te miró —¡Oh la lujuria de su sueño inconsciente! — y estrujó tus dos senos como esponjas de coco, dulces de eternidad).

1905-1989

Otilia Arosemena de Tejeira es quizás la mujer panameña que ha desempeñado cargos públicos de mayor importancia a nivel internacional, y una destacadísima personalidad en el campo de la educación, la cultura, los derechos humanos y la vida política del país.

Nacida en la ciudad de Panamá en 1905, quedó huérfana a los ocho años, lo cual influyó en la actitud responsable que caracterizó toda su vida66. Se graduó de maestra en 1923 y ejerció por dos años en la isla de Taboga. En 1925 se ganó una beca y viajó a Estados Unidos para realizar estudios. Regresó al país en 1930 con los títulos de Licenciada y Máster en Pedagogía de la Universidad de Columbia de Nueva York.

También, a partir de su regreso de Estados Unidos, en 1930, se activó en el movimiento feminista de la época. Ingresó al Partido Nacional Feminista, del que fue secretaria general en 1937 y 1938, y dirigió Nosotras, la revista del partido.

Desde esta misma época inició su lucha a favor de los derechos de las minorías étnicas, también una constante en su vida pública. Otilia Arosemena estuvo siempre en la vanguardia del movimiento

feminista de su época. Como miembro destacado de la Unión Nacional de Mujeres participó activamente en la campaña electoral de la Constituyente de 1945. En las décadas posteriores, pese a la desaparición de las organizaciones políticas feministas, Otilia siguió ocupándose de la situación y derechos de las mujeres en sus reflexiones y publicaciones.

Se casó con el ingeniero Alfonso Tejeira en la mitad de la década de 1930, y tuvo una hija y un hijo.

Dedicó toda su vida a la educación. Fue directora de la Escuela Nueva Federico E. Libby entre 1930 y 1933; profesora de enseñanza secundaria entre 1934 y 1941; y catedrática de la Universidad de Panamá de 1942 a 1961. Los cargos que detentó en su carrera docente ilustran la importancia de su labor educativa: miembro del Comité de Estudio del Niño del Ministerio de Educación en 1942; jefa del Departamento de Educación de la Facultad de Filosofía, Letras y Educación de 1944 a 1961; presidenta de la Comisión de Estudio de la Educación Nacional de 1947 a 1950; directora de la Escuela de Demostración de los Estados Unidos de Brasil entre 1953 y 1960.

Se convirtió en la primera mujer decana del país al ser electa como tal en la Facultad de Filosofía, Letras y Educación de la Universidad de Panamá, en 1954. También ejerció la cátedra en la Universidad Santa María la Antigua, en 1976.

Presidenta fundadora de la Asociación de Mujeres Universitarias de Panamá, en 1940, reelecta por tres períodos. Entre otras actividades, podemos citar que fue miembro del Consejo Nacional de Educación de 1950 a 1962; secretaria por cinco períodos de dos años de la Comisión Nacional de la UNESCO en Panamá y vicepresidenta de 1954 a 1968; directora del Ballet Concierto Universitario en 1969; y presidenta del Consejo Nacional de Mujeres en 1979.

Entre los cargos internacionales que ocupó, podemos mencionar los siguientes: representante de Panamá en el Primer Congreso Femenino Centroamericano de Educación en Costa Rica, en

1938; representante en la Conferencia Mundial de la New Education Followship en EE.UU. en 1941; representante por Panamá en el Noveno Congreso Panamericano del Niño en Venezuela, en 1948.

Fue la primera ciudadana panameña elegida, por seis años, como miembro del Consejo Directivo de la UNESCO en 1962, organismo en el que participó a diferentes niveles por más de 20 años. Representó a Panamá en la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, siendo su presidenta de 1972 a 1974. Sus actividades en el campo de la educación y en la defensa de los derechos de las mujeres y de las minorías étnicas tuvieron repercusión a nivel continental. Por ello fue elegida Mujer de las Américas en 1967. En las últimas décadas de su vida, en años complejos y difíciles para el país, Otilia Arosemena fue la primera presidenta del Comité Panameño por los Derechos Humanos en 1978, desde donde siguió defendiendo sus ideas como lo había hecho siempre.

Publicó muchas obras, entre las que destacan La mujer en la vida panameña, La jaula invisible, varios textos escolares de matemáticas y obras sobre educación, infinidad de artículos en periódicos y revistas sobre la educación, los derechos de las mujeres, los derechos de la minoría afroantillana y sobre la situación nacional.

Dictó conferencias, tanto en Panamá como en el extranjero, entre las cuales se destacan la dictada ante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas, en 1967; en el Noveno y Décimo Congresos Panamericanos del Niño; en el Congreso Mundial de Alfabetización; en el Seminario sobre acceso de la mujer a las profesiones técnicas y científicas; y en tres conferencias anuales de la Oficina Internacional de Educación durante los años 1956, 1963 y 1974.

Otilia Arosemena fue una intelectual polifacética, interesada hasta sus últimos años en ampliar su formación en todas las áreas del conocimiento, y que participó activamente en los grandes temas nacionales hasta sus últimos días.

1 Juana Oller de Mulford, Valores femeninos panameños, edición de Marcos D. Ostrander Mulford, Panamá, 1978, p. 75.

2 Ibidem, p. 83.

3 La Cruz Roja Nacional de la República de Panama fue creada mediante Ley Nº 40 de 1 de marzo de 1917. Gaceta Oficial Nº 2,563 de marzo de 1917, p. 6,927.

4 Juana Oller de Mulford, op. cit., p. 179

5 Ibidem, p. 183.

6 Para una biografía completa ver Yolanda Marco, Clara González de Behringer, editado por Hans Roeder. Universidad de Panamá, UNIFEM y Cooperación Española. Panamá, 2007.

7 Información proporcionada por María Isabel Mendoza quien fue la secretaria de Enriqueta Morales en la Cruz Roja y que la conoció de cerca, en la entrevista realizada por Yolanda Marco.

8 En La Estrella de Panamá el 3 de abril de 1923 aparecen las noticas sobre el proyecto de ley presentado por el presidente Belisario Porras el 2 de abril, por conducto de la comisión legislativa, por el que se reformaría el artículo 415 del Código Judicial y se anularía el artículo 416, lo cual permitiría a la mujer el ejercicio de la abogacía y se reglamentaria la profesión. Se argumentaba esta reforma diciendo: “resulta un contrasentido el estado actual de las cosas en esta materia, pues mientras por un lado se le han abierto las puertas de la Facultad Nacional de Derecho, por otro se le prohíbe ejercer funciones judiciales. Las modernas ideas de renovación social y política imponen la derogación de esa desigualdad”. Citado por Yolanda Marco en su trabajo “El nacimiento del movimiento feminista en Panamá, 1923”, publicado en la Revista Humanidades de la Universidad de Panamá. Tercera época, Nº1, diciembre de 1993.

9 Gaceta Oficial Nº 4548 de 5 de enero de 1925, p. 14.

10 Ver Yolanda Marco, artículo citado.

11 Ver el trabajo de Yolanda Marco anteriormente citado, p. 172.

12 Testimonio de Berta Quezada de Moscote, citado en Yolanda Marco, ibidem, p.172.

13 Citado por Ángela Alvarado Aguilar en La unión consensual, el matrimonio de hecho y la trampa de la doble moral, mecanografiado, 1993, p. 11.

14 Gaceta Oficial Nº 21,892 de 11 de octubre de 1991, p.1.

15 La organización de la Escuela de Servicio Social para la formación de profesionales con derecho a ejercer la profesión de trabajo social fue institucionalizada mediante Ley Nº 30 de 6 de septiembre de 1946. Gaceta Oficial Nº 10,112 de 1 de octubre de 1946, p. 5.

16 Decreto Nº 472 de 11 de agosto de 1942.

17 Decreto Ejecutivo Nº 1 de 9 de julio de 1945.

18 Gaceta Oficial Nº 11,433 de 19 de marzo de 1951, p. 1

19 Ver Ángela Alvarado Aguilar y Gladys Miller Ramírez: Las Mujeres a ambos lados del encierro. Situación de las mujeres en el sistema penitenciario panameño. Proyecto Mujer, Justicia y Género. ILANUT, San José, Costa Rica, 1993.

20 Resolución Nº 32 de 16 de abril de 1964, en los archivos de Clara González.

21 Ver Ángela Alvarado Aguilar. “Cien años de soledad”, La Otra Mitad Nº 5, CELA, Panamá, abril de 1990, p. 6.

22 Información proveniente de Yolanda Marco: “El nacimiento del movimiento feminista en Panamá, 1923”, p. 172.

23 Ibidem, p. 172.

24 María Isabel Mendoza añade además que “resplandecía, que era una mujer brillante”.

25. Ver Ángela Alvarado Aguilar: “Las primeras rebeldes”, La Prensa, Suplemento Ellas N°197, del 11 de septiembre de 1990.

26 Juana Oller de Mulford. op. cit., p. 22.

27 Ibidem, p. 19.

28 Ibidem, p. 5.

29 Ver entrevista de María del Pilar Moreno, publicada en Mujeres adelante, Nº 3. 1985, p. 9.

30 Ibidem, p. 10.

31 Recogimos parte de esta información de la entrevista antes citada de María del Pilar Moreno, p. 11.

32 Ver Eugenio Barrera. Felicia Santizo, Cuadernos Populares. CELA, Panamá, 1980, p. 6.

33 Ver Cecilia Moretti y María del Pilar Moreno: Cuatro mujeres y una lucha, p. 15.

34 Ver el citado artículo de Yolanda Marco: “El nacimiento del movimiento feminista en Panamá, 1923”, p. 179.

35 Ver Yolanda Marco, op. cit., p. 9.

36 Juana Oller de Mulford, op. cit., p. 92.

37 En la elaboración de esta síntesis biográfica hemos utilizado la información suministrada por el escrito de Daniel Jacinto Fuentes titulado: “Entrevista a la Lic. Elida Luisa Campodónico de Crespo”.

38 Estrofa de la poesía “Primavera”, en Juana Oller de Mulford, opus cit., p. 147.

Recibimiento a María Olimpia de Obaldía por una delegación de la Escuela Normal de Institutoras en el aeropuerto de la ciudad de Panamá en noviembre de 1929. Tomada de Mujeres en las artes de Panamá en el siglo XX, de Monica E. Kupfer, 2011. Colección familia de Obaldía.

39 Sonetillo titulado “Deseos”, ver Juana Oller, ibidem, p. 150.

40 Ver Ángela Alvarado Aguilar. “Sara Sotillo: dirigente magisterial y feminista”, La Otra Mitad Nº 5, CELA, Panamá, 1990, p. 6.

41 Publicadas ambas leyes en la Gaceta Oficial Nº 10,113 de 2 de octubre de 1946.

42 La voz del Magisterio Panameño Unido Nº 26, Edición Especial de Sara Sotillo, Panamá, p. 4, s/f.

43 Ibidem, p. 5, s/f.

44 Entrevista a Martha Matamoros, titulada, “Vivo sola, pero no me pesa”, realizada por Ileana Golcher, La Prensa, 13 de agosto de 1995.

45 Entrevista a Martha Matamoros, titulada: “Un momento con Martha Matamoros”, realizada por Celia Sanjur, Diálogo Social Nº 216, año XXI, de diciembre de 1988.

46 Entrevista citada a Martha Matamoros por Ileana Golcher.

47 Ver Ángela Alvarado Aguilar. “Las Primeras Rebeldes”, op. cit., p. 14.

48 Entrevista citada a Martha Matamoros por Ileana Golcher.

49 Ibidem.

50 Gaceta Oficial Nº 22, 847 de 14 de agosto de 1995.

51 Entrevista citada a Martha Matamoros por Ileana Golcher.

52 Artículo de periódico “Mi hermana Nicole (1873-1928)”, escrito por Narciso Garay, La Prensa, Suplemento Época, segunda era N° 1, enero de 1928.

53 Ibidem.

54 Ibidem.

55 Ibidem.

56 Juana Oller de Mulford, op. cit., pp. 141 y 142.

57 La antigua denominación guamí comprendía los grupos indígenas que hoy llamamos gnäbes y buglés.

58 Artículo de periódico “Las visiones de María Olimpia”, escrito por Marta Lucía Moncada, La Prensa del 18 de septiembre de 1991.

59 La Estrella de Panamá de 10 de abril de 1995, p. 1.

60 Artículo de periódico citado “Las Visiones de María Olimpia”.

61 Para una biografía completa y actualizada sobre Lidia Sogandares, ver La Doctora Lidia Sogandares. La primera médica panameña, de Vannie Arrocha, Panamá, 2022.

62 Entrevista con Stella Sierra, titulada “Del primer Miró. Stella Sierra”, realizada por Daniel Domínguez, La Prensa, de 27 de junio de 1993.

63 Ibidem.

64 Ibidem.

65 Ibidem.

66 Nos hemos apoyado en la elaboración de este trabajo en el artículo inédito de Ricardo Lavieri titulado “Otilia Arosemena de Tejeira” y en el “Currículum vitae de la Profesora Otilia Arosemena de Tejeira”, que gentilmente nos facilitó su hija, Otilia Tejeira de Koster.

3 LOS LOGROS JURÍDICOS 1920 - 1946

Las leyes nos proporcionan una de las más valiosas fuentes de información para llegar a comprender la posición de las mujeres. Son, hasta cierto punto, una manifestación de las costumbres y actitudes de uso. Aunque no reflejan necesariamente la posición real de la mujer (pues es obvio que unas recibieron un trato mejor, y otras peor, que el que les correspondía por su posición legal, según su clase social, región, carácter de sus maridos, etc.), proporcionan una expresión aproximada de una realidad histórica.

Geraldine M. Scanlon (1979)

Introducción

En este capítulo se ofrece una recopilación de las legislaciones que cambiaron la condición jurídica de las mujeres panameñas en el período histórico de 1920 a 1946.

Las leyes recopiladas, seguidas de un breve comentario, desarrollan el debate constitucional acerca del sufragio femenino. Se trata de una primera aproximación a esta temática. A partir de este trabajo básico podría incursionarse en el análisis de la situación legal de las mujeres de la época en cuestión. La investigación jurídica debe, primero que todo, describir detalladamente la situación de la mujer con respecto al resto de la sociedad. Luego, aplicando una metodología de género, establecer la concatenación del derecho y la realidad social de las mujeres.

El temario de la investigación que se podría desarrollar en el futuro sobre esta disciplina podría concretarse en lo siguiente: En primer lugar, estudiar la documentación legal existente. Esta línea de investigación compararía la tesis de licenciatura de Clara González de Behringer, que describía las discriminaciones de las diversas legislaciones en contra de las mujeres, y un análisis de la normativa jurídica vigente en la época. Este método permitiría trazar una panorámica del estatus jurídico de las mujeres atendiendo a su estado civil, condición socioeconómica, etnia, etc.

Por otra parte, con la descripción se mostraría las carencias, la inmovilidad, los retrasos de la ley y la lucha del movimiento feminista y el movimiento de mujeres, para hacer vigente un principio básico de la democracia: la igualdad legal.

La segunda línea de investigación consistiría en analizar los cambios o retrocesos que experimentaron las conquistas legales femeninas en el proceso de administración de la justicia. En este contexto, sería conveniente emprender el estudio de los casos jurídicos que se juzgaron, los recursos jurídicos, especialmente

de inconstitucionalidad y contencioso administrativos, que se interpusieron, reflexionar sobre el peso de la tradición y el sexismo en las sentencias, etc.

La tercera línea de investigación estaría directamente relacionada con la cultura jurídica. Se realizaría una comparación entre la tradición legal, la aplicación de las leyes y la situación real de las mujeres. Además, se indagaría sobre el uso que la ciudadanía daba a la ley.

Período de 1903 - 1919

Decreto Nº 25 de 12 de diciembre de 1903. Sobre convocatoria a la Convención Nacional Constituyente y el modo de elegir diputados que deben componerla. Gaceta Oficial Nº 7 bis de 22 de diciembre de 1903, p. 1.

Ley Nº 24 de 19 de abril de 1904. Por la cual se crea una casa de maternidad, una escuela práctica de parteras en la ciudad de Panamá. Gaceta Oficial Nº 19 de 12 de mayo de 1904, p.3.

Ley Nº 40 de 1 de marzo de 1917. Por la cual se funda la Cruz Roja Nacional de la República de Panamá. Gaceta Oficial Nº 2,563 de 3 de marzo de 1917, p. 6,927. Las mujeres impulsaron la fundación y desarrollaron los proyectos de numerosas organizaciones voluntarias de asistencia social. Instituciones como la Cruz Roja Nacional brindaron los servicios sociales que los gobiernos de principio de siglo no podían dar. A su vez, las mujeres de clase media y alta se capacitaron en el ejercicio de la vida pública, en la medida que administraron esas asociaciones.

Ley Nº 35 de 10 de marzo de 1919. Por la cual se reforman algunos artículos del Código de Instrucción Pública y se dictan otras medidas sobre el ramo. Gaceta Oficial Nº 3,052 de 18 de marzo de 1919, p. 8,903. Aunque las mujeres se educaban antes de su promulgación, con esta

ley se estableció la coeducación en el sistema educativo panameño. El Estado participa desde entonces directamente y con un mayor grado de control sobre los programas educativos. Además, se instituyó con esta ley un reconocimiento oficial de la necesidad de la educación femenina.

Período de 1924 - 1937

Ley Nº 9 de 8 de octubre de 1924. Por la cual se crea una renta con el objetivo de auxiliar al Cuerpo de Telegrafistas de la República. Gaceta Oficial Nº 4,504 de 18 de octubre de 1924, p. 14,811. Mediante esta ley se estableció una renta al cuerpo de telegrafistas que cubrió pensiones y jubilaciones.

Ley Nº 55 de 17 de diciembre de 1924. Por la cual se reglamenta el ejercicio de la abogacía. Gaceta Oficial Nº 4, 548 de 5 de enero de 1925, p. 14,991. En esta ley se estableció que las mujeres podían ejercer la profesión de abogada.

Ley Nº 43 de 13 de marzo de 1925. Sobre reforma Civil. Gaceta Oficial Nº 4,622 de 25 de abril de 1935, p. 15,295. Esta ley varió la situación jurídica civil de las mujeres. Entre las modificaciones introducidas en la legislación civil podemos mencionar la capacidad que se le dio a la mujer para fijar residencia conjuntamente con su cónyuge. Con anterioridad, según el Código Civil de 1917, la mujer estaba obligada a seguir a su marido donde este fijara su residencia, sin alternativas de ningún tipo (artículo 112a en concordancia con el 83 del Código Civil).

La ley Nº 43 de 1925 también permitió la contratación entre los cónyuges, estableció que la mujer no necesitaba la autorización del marido ni del tribunal para comparecer en juicio y que uno solo de los cónyuges, sin el consentimiento expreso del otro, no podía vender, donar, hipotecar o gravar en cualquier forma bienes que pertenecían a la sociedad conyugal constituida

bajo la legislación anterior (artículos 1167 y 1169, respectivamente, del Código Civil).

Ley Nº 52 de 28 de marzo de 1925. Sobre reformas judiciales. Gaceta Oficial Nº 4,623 de 27 de abril de 1925, p. 15,311, reproducida en Gaceta Oficial Nº 4,636 de 28 de mayo de 1925, p. 15,385. Se reformó con esta ley el artículo 416 del Código Judicial que establecía que la mujer solo podía ejercer poder de su padre, marido e hijos, por el artículo 415 del mismo cuerpo legal, que reglamentó que podían ser apoderados judiciales cualquier varón o mujer mayor de 21 años.

Ley Nº 23 de 29 de octubre de 1930. Por la cual se protege la maternidad y se establecen las casas cuna. Gaceta Oficial Nº 5,857 de 5 de noviembre de 1930, p. 20,548. Con la vigencia de esta ley se protegió la maternidad al prohibirse el despido de las trabajadoras embarazadas y se les concedió un descanso por razón del embarazo. Además, se estableció legalmente la posibilidad de crear casas cuna.

Ley Nº 78 de 24 de diciembre de 1930. Por la cual se dictan varias disposiciones relacionadas con el ramo de la instrucción pública. Gaceta Oficial Nº 5,907 de 14 de enero de 1931, p. 20,779. Esta ley reglamentó los procedimientos para el nombramiento de educadoras y educadores y creó un auxilio especial a las maestras en estado grávido.

Ley Nº 11 de 1 de octubre de 1932. Sobre sueldos y asignaciones y sobre fijación del personal administrativo de las oficinas de la República. Gaceta Oficial Nº 6,420 de 7 de octubre de 1933, p. 24,628.

Ley Nº 18 de 15 de noviembre de 1932. Sobre inquilinato. Gaceta Oficial Nº 6,453 de 21 de noviembre de 1932, p. 24,897. Se estableció en esta ley la obligación de construcción de nuevas viviendas de inquilinato y sus condiciones higiénicas, se fija el precio del costo de la vivienda

de alquiler y se prohíbe negar el arrendamiento a las personas con niños o niñas y con su familia.

Ley Nº 34 de 28 de enero de 1937. Por la cual se deroga y reforman varias disposiciones del Código de Comercio. Gaceta Oficial Nº 7,475 de 5 de febrero de 1937, p. 4. Por medio de esta ley se derogaron los artículos del 17 al 24 del Código de Comercio y se permitió a las mujeres casadas el ejercicio del comercio.

1941

En la Constitución de la República de Panamá de 1941 se estableció con respecto al sufragio femenino lo siguiente:

Artículo 60: La ciudadanía consiste en el derecho de elegir y de ser elegido para puestos públicos de elección popular. Se requiere ser ciudadano para ejercer cargos oficiales con mando y jurisdicción.

Artículo 61: Son ciudadanos de la República todos los panameños varones mayores de 21 años. El legislador podrá conferir a las mujeres panameñas mayores de 21 años la ciudadanía, con las limitaciones y los requisitos que la ley establezca; no obstante, la mujer panameña mayor de 21 años podrá desempeñar empleos con mando y jurisdicción.

En realidad, la Carta Magna de 1941 introdujo en materia de sufragio femenino una discriminación legal en contra de las mujeres. En efecto, la Constitución de la República de Panamá de 1904 había establecido que:

Artículo 49: Todos los ciudadanos mayores de 21 años tienen derecho al ejercicio del sufragio, excepto los que estén bajo interdicción judicial y los inhabilitados judicialmente por causa de delito.

Desde el punto de vista constitucional, esta disposición de 1904 era de carácter democrático porque el sufragio podía ser ejercido por todos los

ciudadanos, sin hacer diferencia, entre varones y mujeres. Eliminó incluso la redacción de la Constitución de 1886 que rigió en Panamá desde aquel año hasta 1903 y en la que se establecía que la ciudadanía y el sufragio eran potestad de los varones mayores de 21 años que ejercieran profesión, arte u oficio o tuvieran ocupación lícita u otro medio legítimo y conocido de subsistencia, entre otras limitaciones. También suprimió la forma gramatical de redacción del Decreto Nº 25 de 12 de diciembre de 1903, Gaceta Oficial Nº 7 bis de 22 de diciembre de 1903, sobre convocatoria a la Convención Nacional Constituyente y el modo de elegir diputados que deben componerla, que establecía en el artículo 4:

Tienen derecho a votar en las elecciones de diputados los varones mayores de 21 años nacidos y residentes actualmente en el territorio del Istmo de Panamá que no hayan perdido sus derechos políticos de conformidad con las leyes.

Además, este decreto en su artículo 20, expresaba:

Igualmente se refutarán como blancos los votos dados a favor de mujeres y demás personas no elegibles y de los extranjeros.

Las autoridades públicas nunca interpretaron que la eliminación del término varones de la Constitución de 1904 concedía los derechos políticos a las mujeres. Por el contrario, la Ley Nº 89 de 7 de julio de 1904 (Gaceta Oficial Nº 37 de 20 de julio de 1904, p. 1, sobre elecciones populares) estableció la restricción de sufragio a la mujer tanto en elecciones directas, como en las de concejales municipales y diputados. Reiteramos, sin embargo, que la discriminación de los derechos políticos contra las mujeres no estuvo establecida en la normativa constitucional sino en la legislación electoral.

Clara González de Behringer con respecto a este tema estableció en su tesis:

No sabemos si nuestros constituyentes, basados en el prejuicio de que solo a los varones corresponde el ejercicio de derechos que llevan en sí ciertas ventajas, se olvidaron de excluir expresamente a la mujer del ejercicio de esos mismos derechos, o si, convencidos de que ya no deben existir esas diferencias, que resultan denigrantes, entre individuos de ambos sexos, dejaron la puerta franca para que la mujer tuviera la oportunidad de participar de las funciones públicas del Estado. Sea lo que fuere, lo cierto es que al romper el liberalismo el círculo de hierro en que se encerraban los prejuicios con respecto a la inferioridad de la mujer, nuestra Constitución no puede interpretarse en sentido restrictivo, sino en un sentido amplio que le permita aprovecharse de los derechos que pudiera creerse se hallan consignados en ella para el hombre solamente1.

Por su parte, Georgina Jiménez de López expresó:

Pocas mujeres tuvieron tan temprano asegurado el derecho a participar como ciudadanos en la vida pública de su país como la mujer panameña, pues, ya desde febrero de 1904, la Constitución del nuevo Estado americano, nacido algunos meses antes, en 1903, no hacía distinciones entre los sexos en cuanto al derecho de elegir para puestos públicos de elección popular, ni en cuanto a la capacidad legal para ejercer cargos con mando y jurisdicción como puede comprobarse con la confrontación de los artículos 11, 12 y 49 de este estatuto. De haber estado listas las mujeres a entrar en el ejercicio de esos derechos, y de no haberse dado al caso también de que las disposiciones reglamentarias de los comicios electorales, contrariando el mandato constitucional o interpretando torcidamente que para el caso es lo mismo, hubiesen limitado el derecho del sufragio a los varones solamente, Panamá podría contarse hoy en la categoría de los Estados precursores en la defensa de los derechos humanos en lo que se relaciona a la mujer, a la par de Nueva Zelandia y Australia, que habían reconocido a sus mujeres el derecho del sufragio desde 1893 y 1902, respectivamente, y de los cuatro estados de la Unión Americana, Wyoming, Colorado, Utah e Idaho, que también habían hecho lo mismo2

Analizando esta temática retrospectivamente, los legisladores, a nuestro juicio, empleaban el término ciudadanos sin distinguir el sexo, pero se interpretaba contra legem que las mujeres estaban excluidas por las costumbres y la tradición de la posibilidad de elegir y ser elegidas para ocupar cargos públicos, correspondiendo a la legislación electoral impedir el sufragio femenino. En las elecciones que se celebraron en Panamá en años posteriores a esta fecha, las mujeres no tenían acceso al ejercicio del sufragio.

Se lo prohibió, precisamente, la Ley Nº 60 de 31 de marzo de 1925, Gaceta Oficial Nº 4,624 de 30 de abril de 1925, p. 15,329, en los mismos términos de la Ley Nº 89 de 7 de julio de 1904 citada.

Cuando la Constitución Política de 1941 consagró que solo los ciudadanos varones mayores de 21 años podían votar y el legislador podía extender este derecho a las mujeres con las limitaciones y los requisitos establecidos en la Ley, introdujo, por primera vez en el sistema constitucional panameño, la discriminación contra las mujeres en materia de derechos políticos3

En este contexto, se procedió mediante la Ley Nº 83 de 1 de julio de 1941, sobre cédula de identidad personal (Gaceta Oficial Nº 8,557 de 17 de julio de 1941, p. 16) a dotar de este documento personal a las mujeres (cédulas de color azul) y a los hombres (cédulas de color rojo) que era la forma legal de establecer los derechos políticos disímiles para ambos sexos.

Asimismo, la Ley Nº 98 de 5 de julio de 1941, sobre elecciones populares, Gaceta Oficial Nº 8,560 de 21 de julio de 1941, p. 339, estableció que solo las mujeres mayores de 21 años que poseían diploma universitario, vocacional, normal o de segunda enseñanza, podrían elegir y ser elegidas en las elecciones para representantes de los ayuntamientos municipales. Es decir, no podían elegir ni al presidente, ni a los diputados de la República y únicamente votaban las mujeres educadas.

La Constitución Política de la República de Panamá de 1941 consagró los siguientes derechos a favor de las mujeres (artículo 52):

• La protección de la familia por el Estado.El principio de igualdad de todas las hijas e hijos frente a la ley, nacidos dentro o fuera del matrimonio.

• La investigación de la paternidad.

• La protección de la maternidad.

• El principio de igualdad de los cónyuges en el matrimonio.

• La patria potestad (autoridad parental) compartida por el padre y la madre con relación a los hijos e hijas.

• La protección a la infancia.

En 1941 también se aprobaron varias leyes en favor de la familia, las mujeres y sus hijas e hijos.

Ley Nº 22 de 20 de marzo de 1941. Sobre el patrimonio familiar de las clases campesinas pobres. Gaceta Oficial Nº 8,476 de 24 de marzo de 1941, p. 1; reproducida en la Gaceta Oficial Nº 8,477 de 25 de marzo de 1941, p. 1.

Ley Nº 38 de 22 de abril de 1941. Sobre empleados públicos remunerados. Gaceta Oficial Nº 8,503 de 1° de mayo de 1941, p. 1. Por medio de esta ley se estableció licencia de maternidad y el derecho a lactar.

Ley Nº 48 de 13 de mayo de 1941. Por la cual se permite la esterilización. Gaceta Oficial Nº 8,515 de 19 de mayo de 1941, p. 1.

Ley Nº 23 de 21 de mayo de 1941. Por la cual se crea la Caja de Seguro Social. Gaceta Oficial Nº 8,481 de 31 de mayo de 1941, p. 1.

Período de 1945 -

194 6

El Decreto Nº 12 de 2 de febrero de 1945, por el cual se organiza y reglamenta las elecciones

populares a la Convención Nacional Constituyente, Gaceta Oficial Nº 9,620 de 7 de febrero de 1945, p.1., estableció el sufragio para las mujeres y la posibilidad de ser electas a puestos de elección popular, al decretar:

Artículo 2: Puede votar toda persona varón o mujer en pleno goce de sus derechos y que haya cumplido 21 años.

Artículo 3: Puede ser elegido delegado principal o suplente todo panameño varón o mujer en pleno goce de sus derechos, mayor de 25 años, que no esté impedido por este decreto.

Resolución Nº 33 de 31 de octubre de 1945. Por la cual se declara prócer de la independencia de la República de Panamá a Doña María de la Ossa de Amador. Gaceta Oficial Nº 9,944 de 12 de marzo de 1946, p.3.

La Constitución Política de la República de Panamá de 1946 eliminó la discriminación establecida por su antecesora de 1941 y consagró el sufragio universal. Estableció a este respecto que:

Artículo 97: Son ciudadanos de la República todos los panameños mayores de 21 años sin distinción de sexo.

Artículo 98: La ciudadanía consiste en el derecho de elegir y de ser elegido para puestos públicos de elección popular y en la capacidad para ejercer cargos oficiales con mando y jurisdicción, exceptuando lo dispuesto para los casos establecidos en el artículo 192.

La Constitución de 1946 instituyó importantes derechos a las mujeres, hijas e hijos y a la familia en general:

• El Estado garantiza los derechos de la niña y el niño hasta su adolescencia (artículo 54).

• El Estado protege el matrimonio y la maternidad (artículo 54).

• El Estado se compromete a sustituir a los padres cuando estos se encontraran económicamente incapacitados para criar y educar a sus hijos e hijas (artículo 61).

• El Estado se compromete a reducir la mortalidad infantil por medio de asistencia médica y nutrición adecuada (artículo 92).

• El Estado garantiza la atención de los menores abandonados y a los “deficientes físicos o mentales”, a quienes hoy nos referimos como personas con discapacidad (artículo 62).

• Se somete a menores con conductas “descarriadas o delincuentes” a legislación especial de vigilancia, rehabilitación y protección (artículo 62).

• Se reconoce la unión de hecho como un tipo especial de matrimonio (artículo 56).

• Se prohíbe el trabajo a menores de 14 años (artículo 69).

• Se decreta que la escuela primaria es obligatoria y se garantizan los útiles escolares necesarios para el aprendizaje de la enseñanza preescolar y primaria (artículo 78).

• Se establece la igualdad del salario sin distinción de sexo (artículo 66).

• Se prohíbe el despido de la mujer embarazada (artículo 71).

• Se establece que el matrimonio descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges (artículo 55).

• La patria potestad (artículo 57).

• Igualdad de los hijas e hijos habidos fuera del matrimonio (artículo 58).

• Investigación de la paternidad (artículo 59).

• Se reiteraran y extienden algunos principios consagrados en la Constitución de 1941.

Durante el año 1946 se legisló sobre lo siguiente:

Ley Nº 30 de 6 de septiembre de 1946. Por la cual se dictan disposiciones a favor de la organización de una escuela de Servicio Social para la formación de profesionales con derecho a ejercer la profesión de trabajo social. Gaceta Oficial Nº 10, 112 de 1 de octubre de 1946, p. 5. Esta ley fue propuesta por la diputada Esther Neira de Calvo.

Ley Nº 36 de 14 de septiembre de 1946. Por la cual se fija el personal del ramo de educación y se le asigna sueldo. Gaceta Oficial Nº 10,113 de 2 de octubre de 1946, p. 8.

Ley Nº 47 de 24 de septiembre de 1946. Orgánica de Educación. Gaceta Oficial Nº 10,113 de 2 de octubre de 1946, p. 2. Esta Ley fue una reivindicación fundamental del sector magisterial.

Ley Nº 51 de 27 de septiembre de 1946. Por la cual se crea la Escuela de Policía. Gaceta Oficial Nº 10,113 de 2 de octubre de 1946, p.56. Esta ley la propuso la diputada Esther Neira de Calvo.

Ley Nº 56 de 27 de septiembre de 1946. Por la cual se crea el Consejo Nacional de Menores. Gaceta Oficial Nº 10,111, 30 de septiembre de 1946, p. 12. Esta Ley (promovida por la diputada Esther Neira de Calvo) desarrolla del artículo 62 de la Constitución Política de 1946, que determinó la necesidad de la legislación especial de menores con conductas "descarriadas o delincuentes.".

Ley Nº 60 de 30 de septiembre de 1946. Por medio de la cual se desarrollan los artículos 54, 56, 57, 58, 59, 61, 62 y 71 de la Constitución, se reforman los Códigos Civil, Judicial y Fiscal y, se reorganiza el Registro del Estado Civil. Gaceta Oficial Nº 10,113 de 2 de octubre de 1946, p. 62.

Aunque fueron aprobadas posteriormente, es importante incluir aquí otras dos leyes:

• Ley Nº 67 de 11 de noviembre de 1947. Por la cual se adopta el Código de Trabajo. Gaceta Oficial Nº 10,459 de 26 de noviembre de 1947.

• Ley Nº 24 de 19 de febrero de 1951. Por la cual se crea el Tribunal Tutelar de Menores. Gaceta Oficial Nº 11,433 de 19 de marzo de 1951. Esta Ley es una conquista tardía del movimiento feminista.

NOTAS

1 Clara González de Behringer, La mujer ante el derecho panameño, p. 44.

2 Georgina Jiménez de López, Participación de la mujer en la vida política. Separata Anuario de Derecho de la Universidad de Panamá, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Panamá, 1960, p. 4.

3 Precisamos que esa era la fórmula legal que se aplicó en los países de América Latina y del mundo en esta época. Sin embargo, el sufragio restringido no se considera como la solución política a las aspiraciones de las mujeres. Solo cuando se institucionaliza el sufragio universal se entiende que las mujeres adquieren la plenitud de los derechos políticos.

De pie, Stella Sierra en un homenaje ofrecido por la Unión Nacional de Mujeres. Primera por la izquierda, Clara González. Archivo de Stella Sierra

LAS ORGANIZACIONES

El origen, desarrollo y evolución del movimiento feminista panameño se debió, en parte muy importante, al protagonismo y participación activa de las mujeres en la educación, a la organización del sistema de asistencia social, a su incorporación a la fuerza de trabajo remunerada y a la destacada producción intelectual de que hicieron gala1

La educación

En Panamá, durante la época colonial, la instrucción de las mujeres era prácticamente inexistente2. Sus primeras incursiones en la educación se conocen a partir de 1813, en la ciudad de Panamá, con el Colegio de Señoritas. Posteriormente, mediante un decreto de 1835, se establecieron escuelas primarias de niñas en la provincia de Panamá. Uno de estos centros era la Escuela Santa Ana, fundada en 1836.

Escuelas creadas y dirigidas por mujeres: Anita Remón de Brin fundó una escuela primaria privada en el barrio de San Felipe (1888); Tomasita Esther Casís fue directora de la Escuela de Varones y de la Escuela Santa Ana Nº 2 (en 1908); Matilde y Rosa Rubiano fueron directoras de la Escuela Normal de Institutoras; posteriormente fue también directora de la Escuela Normal Esther Neira de Calvo (1937), así como del Liceo de Señoritas.

Estos centros de enseñanza fueron de enorme importancia para la consolidación de la instrucción pública nacional, y constituyeron una fuente de ingresos para las mujeres, y por lo tanto también de independencia. También hicieron posible su desarrollo individual y ampliaron su participación en la vida social y económica del país. Esta situación hacía cada vez más difícil que se les mantuviera privadas de los derechos adquiridos por los hombres.

La instrucción y el ejercicio del magisterio también dieron lugar a la organización de sociedades culturales e intelectuales de mujeres, como el Club Ariel, fundado por Juana Oller de Mulford en 1916, la Escuela de Cultura Femenina del Partido Nacional Feminista de 1924, y el Centro Cultura Juvenil organizado por Gumersinda Páez en 1929. Estas experiencias reforzaron los intereses intelectuales y profesionales de las mujeres y abonaron el camino para las tareas reivindicativas del movimiento feminista.

La filantropía y la asistencia social

En las primeras décadas del siglo XX, la participación de las mujeres en la filantropía y en la organización del sistema de asistencia social dio respuestas parciales a la inexistencia o ineficiente funcionamiento de los servicios públicos en los centros urbanos. La filantropía constituía el medio social aprobado para que se desarrollaran las aptitudes de las mujeres que no trabajaban fuera de su hogar y también de las mujeres profesionales.

Para muchas mujeres estos fueron los primeros contactos con el ámbito de la vida pública, por medio de los cuales se hicieron visibles. Dos ejemplos se destacaron. Uno fue Matilde Obarrio de Mallet, que fundó la Cruz Roja Nacional. El otro fue Enriqueta Morales, destacada precursora de la acción social en Panamá antes de que existiera en el país legislación social.

La producción intelectual y cultural

Fue muy importante la producción intelectual de las mujeres de esta época y también muy poco conocida. Se mencionan aquí algunos ejemplos: Amelia Denis de Icaza, María Olimpia de Obaldía, Ana Isabel Illueca, Ester María Osses, María T. Recuero y Georgina Jiménez.

La militancia

Centro Feminista Renovación (1922-1923)

El Centro Feminista Renovación, fundado por Clara González de Behringer y un grupo de maestras en los primeros días del mes de diciembre de 1922, buscaba el voto de la mujer y la emancipación total de las mujeres con una perspectiva socialista. Su directiva nacional estaba constituida por:

Clara González de Behringer (presidenta), Elida C. de Crespo (1ª vicepresidenta), Sara Sotillo (2ª vicepresidenta), Sara Barrera (secretaria) y Enriqueta R. Morales (tesorera).

Las primeras adherentes fueron, además de las anteriores3: Elena Tejada, Clara M. de Turner, Rosa Navas, Felicidad Hauradou de Hernández, Emilia Gutiérrez, Rafaela Duque de Ramírez, Carolina Pérez de Morales, Antonia Pérez, Pastora de Sousa, Julia Palau de Gámez, Carmen Yánez, Rosa Gordón Herrera, Zoraida D. de Schtronn, Rosa G. de Llanos, Benilda Zamora, Romualda de Morales, Emma de Laurenza, Celia Caballero de Mckabe, Julia Julio, Matilde Villaverde, Francisca Montoya, Carlota Calvo, María Escallón de Robles, Blanca Mora de Colbert, Silvia Tibault, Juana A. Sánchez, Isabel Orozco, Ana L. Vda. de Carrol, María L. Hayares, Juana Barsallo, María Garcés, Mariana Magallón, Lastenia Páez, Abigail Batista, Isabel Vda. de Hurranti, Hermicenda Barrera, Eudocia Simons, Leonor de Lombardi y Carolina Lombardi.

Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer (1923)

La Sociedad Nacional Para el Progreso de la Mujer fue fundada por Esther Neira de Calvo en enero de 1923. La perspectiva política de este grupo era el progreso de la condición de las mujeres a través de la educación y la equiparación de los derechos entre las mujeres y los hombres. Representaba el ala conservadora del feminismo de la época. Sus fundadoras fueron, junto con Esther Neira de Calvo4: Evelina Alfaro de Orillac, Julia R. de Quelquejeu, Manuelita A. de Arias Feraud, Sofía F. de López, Esperanza G. de Miró, Ana Luisa L. de Ehrman, Angélica Ch. de Patterson, Elvia de Ruiz Vernacci, Emma G. de Valdés, Otilia Jiménez, Nicole Garay, Inés M. Fábrega, Marina Ucrós y Juana Oller de Mulford.

Lista de delegadas al Primer Congreso Feminista de 19235

Las delegadas al Primer Congreso Feminista, celebrado en 1923, fueron:

Linda Smart, Felicia Santizo, Ángela Rodríguez, Enriqueta R. Morales, Elvira Ayarza, Matilde Ayarza, Emma Botello, Virginia Hill, Ildaura Correa, Elida C. de Crespo, Zoraida D. de Schtronn, María González, Georgina Jiménez, Carmen Sotillo, Sara Sotillo, Raquel Tejada, Sofia Velasco de Contreras, Margarita de Almengor, Matilde M. de González, Paula de León, Carmen Justiniani, América Mantilla, Leonor Arosemena, Ligia Robolt, Ana Elena Casís, Irene Álvarez, Evangelina Gustavino, Sara Barrera, Julia Palau de Gámez, Dolores Méndez, Esther M. Jiménez, Lucía Smit, Lastenia Páez, Petra Alvarado, Isabel vda. de Hurranti, Elena de la Barrera, Francisca Montoya, Fernanda Sileso, Felicidad Hauradou, Elena Tejada, Carmen Yánez, Carlota Calvo, Benilda María Zamora y Clara González de Behringer.

Partido

Nacional Feminista (1923-1944)

El Partido Nacional Feminista fue fundado septiembre de 1923 por resolución del Primer Congreso Feminista, en los Talleres Escuela para Mujeres, promovido por el Grupo Feminista Renovación. Entre las fundadoras estuvieron6:

• Santiago: Angélica P. de Riera, Ana Bonilla, Ester Bonilla, Carmen de Esclops.

• Las Tablas: Norberta de Tejada, María del R. González, Benilda de Céspedes.

• Los Santos: Ana M. Calderón, Cristina Plicet, Cristina Moreno Correa.

• Colón: Rosario P. de Delgado, Virginia Hill, Felicia Santizo, Libertaria G. de Cohen.

• Balboa: Raquel Tejada, Matilde M. González.

• Bocas del Toro: Elena A. de Jurado, Castora de Hall, Dora M. Agnew.

• Chitré: Rebeca W. Crespo, Judith Juliao, Inés M.Barrera.

• Garachiné: Gumersinda Páez, Ildaura M. Oliva, Francisca Correa, Hermicenda Correa.

• Chiriquí: Gilda M. Araúz, María Olimpia de Obaldía (colaboradora).

La directiva nacional del Partido Nacional Feminista, elegida en el Primer Congreso Feminista, estaba formada por: Clara González de Behringer (presidenta), Zoraida Díaz de Schtronn (vicepresidenta), Elena Tejada (vocal), Julia P. de Gámez (vocal) y Benilda M. Zamora (vocal).

Unión Nacional de Mujeres (1944)

Algunas de las primeras integrantes de la Unión Nacional de Mujeres, fundada por Clara González de Behringer y otras integrantes del Partido Nacional Feminista, fueron7: Josefina Oller, Guillermina Arias de Casco Díaz, Felicia Santizo, Otilia Arosemena de Tejeira, Gumersinda Páez, Teresa López de Vallarino, Stella Sierra, Elsa Mercado, Ramona Lefevre, Emilia Gutiérrez, Ester M. Fernández, Rosa M. Navas, Esther M. Osses y Celia Caballero de Mckabe.

Su junta directiva la constituían: Georgina Jiménez de López (secretaria general), Clara González de Behringer (secretaria de organización), Elida C. de Crespo (secretaria de relaciones), Graciela Rojas de Sucre (secretaria de propaganda y cultura) y Magdalena Icaza de Briceño (secretaria de finanzas).

Liga Patriótica Femenina (1945)

Esther Neira de Calvo y otras que habían pertenecido a la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer, con el concurso de algunas que pertenecieron con anterioridad al Partido Nacional Feminista, fundaron la Liga Patriótica Femenina, en enero de 1945, después de que el presidente de la República decretara la participación de las mujeres en las elecciones a la Asamblea Constituyente.

La junta coordinadora estaba constituida por8: Marina Ucrós, Angélica Ch. de Patterson, Esther Neira de Calvo, Josefa Mendoza de Jaén. Otras integrantes eran: Carmen Ruiz, Martha Conte, Estelvia Tejeira, Elena Ocaña, Enriqueta R. Morales, Isabel Icaza de Chanis, Catita Lewis, Martina Guerrero, Pola García, Juana Oller de Mulford, Emiliana M. de Molino, Coralia C. de Arias, Virginia de Vieto Guardia, Gladys Valdés y Gumersinda Páez.

NOTAS

1 Ver Ángela Alvarado Aguilar: Las mujeres a ambos lados del encierro. Situación de la mujer en el sistema penitenciario panameño, op. cit., p.60.

2 Ver notas 3 y 6 que hacen referencia a la educación.

3 Información obtenida de los Archivos de Clara González de Behringer.

4 En “La labor del feminismo en Panamá”, La Estrella de Panamá, 20 de diciembre de 1922.

5 Ver Recuerdo del Partido Nacional Feminista, pp. 26 y 27.

6 Documento manuscrito de Clara González de Behringer (ACG).

7 Ver La Estrella de Panamá del 1 de enero de 1945, "Lanza Manifiesto a la ciudadanía la Unión Nacional de Mujeres. "

8 Ver en La Estrella de Panamá del 18 de enero de 1945, pg. 1, el artículo "Varias comisiones han sido designadas por la Liga Patriótica Femenina".

Clara González con un grupo de integrantes de la Unión Nacional de Mujeres en 1948. ACG.

ANEXOS

Cronología de una lucha

Fotografía tomada del artículo “Diez mil mujeres piden a los diputados rechacen el convenio” (en referencia a el Convenio Filós - Hines) publicado en la revista Épocas Nº25 de 25 de diciembre de 1947. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional.

Entre mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX, movimientos de mujeres en distintas partes del mundo comenzaron a organizarse para lograr el derecho al sufragio. Generaciones de mujeres crearon asociaciones y revistas, escribieron, publicaron en los medios, dictaron conferencias, hicieron aliados, presionaron a los políticos, realizaron marchas y protestas, y hasta practicaron la desobediencia civil, con el fin de acceder al derecho a votar y a ser elegidas para desempeñar cargos públicos en igualdad con los hombres.

En estas páginas presentamos una selección de hitos importantes en la lucha histórica de las mujeres por la igualdad, tanto en Panamá como en el resto del mundo, haciendo énfasis en aquellos acontecimientos que marcaron avances en el derecho al sufragio femenino.

Se resaltan en color los hitos relativos a Panamá.

1405

κ Christine de Pizan, una de las primeras mujeres que logró vivir de su trabajo como escritora, publica en París La ciudad de las mujeres. Con esta obra se inicia un largo debate literario e ideológico en defensa de la dignidad de las mujeres. La polémica se conocía con el nombre de “Querella de las mujeres ” y duró hasta final del siglo XVIII.

1651

κ Nace en México sor Juana Inés de la Cruz, escritora, poeta, ensayista y erudita en ciencias, una de las precursoras de la reivindicación de la educación femenina.

1789

κ Se inicia la Revolución Francesa, durante la cual se plantearon abiertamente muchas reivindicaciones feministas, especialmente el derecho a la educación, al trabajo remunerado y al divorcio.

1791

κ Fundación de los primeros clubes políticos de mujeres. Olympe de Gouges publica La declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana, en la que pide igualdad de derechos políticos entre mujeres y hombres.

1792

κ Proclamación de la República Francesa. Se promulga la ley del divorcio y se concede a las mujeres el derecho de actuar como testigos en los juicios públicos.

κ Publicación de Vindicación de los derechos de la mujer de la inglesa Mary Wollstonecraft, uno de los textos fundacionales del feminismo, donde se reivindica la igualdad de las mujeres y su derecho a la educación.

1793

κ La Revolución Francesa entra en una etapa de gran violencia. Durante el gobierno de los jacobinos, se prohíbe a las mujeres tener actividades políticas y se cierran sus clubes. Olympe de Gouges es ejecutada.

1806

κ Promulgación del Código Civil en Francia que sitúa a las mujeres en una posición de dependencia legal hacia el padre o el marido. El Código Napoleónico servirá de modelo, a lo largo del siglo XIX, a la legislación de muchos países europeos y americanos.

1813

κ En Venezuela, Juana Ramírez organiza un ejército de mujeres a favor de la causa de la independencia que tomará el nombre de batallón "Las Mujeres", y recibe el título de "Juana Ramírez, la Avanzadora" por ser la primera en avanzar hacia el enemigo.

1816

κ Final del reinado de Napoleón y restauración de las monarquías europeas. Época de represión política y social. Queda abolido el divorcio en Francia.

1820

κ Intentos revolucionarios en favor de regímenes liberales en Europa. Primeras corrientes del pensamiento socialista formuladas por Fourier, Saint Simon y Owen.

1827

κ En Concepción, Chile, nace Rosario Ortiz, apodada "La Monche", una de las primeras periodistas de América Latina.

1830

κ En Argentina, aparece el primer periódico de mujeres titulado La Argentina, para difundir los derechos femeninos.

1832

κ Circula en Francia La mujer libre, publicación fundada y dirigida por mujeres que difunde los ideales del feminismo socialista. Esta iniciativa es seguida en otros países europeos.

1836

κ En Perú, Nicolasa Butler, gracias a permiso especial, rinde exámenes y opta al título de farmacéutica, convirtiéndose en la primera mujer titulada de América Latina.

1842

κ Nisia Floresta, abolicionista, republicana y feminista, traduce el libro de Mary WoIlstonecraft en Brasil, bajo el título Direitos das Mulheres e injustiça dos Homens.

1843

κ En Francia, Flora Tristán publica Unión Obrera, en la que plantea que la emancipación de la clase trabajadora es inseparable de la emancipación de las mujeres.

1848

κ Grandes movimientos revolucionarios en toda Europa. En Francia, grupos de mujeres socialistas luchan por conquistar igualdad de derechos civiles y políticos.

κ La celebración de la Convención por los Derechos de la Mujer en Seneca Falls, Nueva York, es el inicio de la lucha organizada por la conquista de los derechos políticos de las mujeres.

κ Se funda en Inglaterra el Queen's College, que proporcionaba educación universitaria a las mujeres.

1856

κ En Costa Rica, Pancha Carrasco se enlista en el ejército patriota para luchar contra el filibustero Walker. En la vida cotidiana Pancha pelea contra los prejuicios de la época y en defensa de la libertad de las mujeres.

1866

κ En el Reino Unido, el político John Stuart Mill, representando a un numeroso grupo de mujeres, presenta en el parlamento la petición del sufragio femenino. Se inicia el movimiento sufragista de ese país.

1868

κ En Cuba, Rosa Castellanos, llamada "Rosa la Bayamesa”, pelea en las guerras independentistas y se le otorga el grado de capitana. Funda un hospital para heridos en el que aplica sus conocimientos sobre hierbas medicinales.

1869

κ John Stuart Mill publica bajo su nombre La subordinación de las mujeres, texto elaborado conjuntamente con su esposa Harriet Taylor Mill. Esta obra tendrá una gran influencia en la difusión de las ideas feministas.

κ En Cuba, Ana Betancourt demanda a la Asamblea Constituyente de Guáimaro la igualdad de derechos para las mujeres en la nueva Constitución.

1870

κ En México, se crea la sociedad La Siempreviva, para defender el derecho de la mujer a la educación. Esta sociedad funda una escuela para niñas y edita un periódico.

1876

κ En La Serena, Chile, un grupo de mujeres logra inscribirse para participar en las elecciones presidenciales de ese año. Lo hacen amparadas en la ley de 1847, que no prohíbe de manera explícita el voto femenino, pero no se les permite votar. Este incidente tiene como consecuencia la reforma de la Constitución de 1884 con el fin de establecer de manera explícita la prohibición del sufragio femenino.

1879

κ August Bebel, dirigente socialista alemán, publica La mujer y el socialismo, que en su época tuvo una gran influencia entre las mujeres y las juventudes socialistas.

κ En Puerto Rico nace Luisa Capetillo, feminista, anarquista y sindicalista.

1881

κ María Augusta Generosa Estrella, que en 1874 se traslada a Estados Unidos para estudiar medicina y se convierte en la primera médica brasileña, funda en Nueva York el periódico A Mulher

1889

κ En Chile, Martina Barros Borgoño traduce La esclavitud de la mujer de John Stuart Mill y la publica en el periódico La mujer, causando gran escándalo.

1890

κ La militante socialista alemana Clara Zetkin funda la Oficina de las Mujeres y un periódico llamado Igualdad, con la finalidad de movilizar a las mujeres de las clases trabajadoras para reivindicar mejores condiciones laborales.

1892

κ En Costa Rica, nace Ángela Acuña, fundadora de la Liga Feminista y primera mujer abogada del país.

1893

κ Nueva Zelanda se convierte el primer país que concede a las mujeres el derecho al voto

para el parlamento, en gran medida gracias al movimiento sufragista liderado por Kate Sheppard. La ley incluyó a las mujeres maoríes, a diferencia de lo que pasaría con las mujeres no blancas más adelante en otros países como Australia, Canadá y Estados Unidos. Las neozelandesas, sin embargo, tuvieron que esperar hasta 1919 para poder ser electas al parlamento.

1894

κ En Santiago de Chile, se funda la Sociedad Emancipadora de la Mujer.

1895

κ El Partido Socialdemócrata alemán apoya la demanda del voto para las mujeres.

1897

κ Con la creación de la Unión Nacional de Sociedades para el Voto, el movimiento sufragista adquiere en Reino Unido el carácter de un movimiento de masas.

1900

κ Se celebra en París el Congreso Internacional de la Condición y el Derecho de las Mujeres (con acento en temas laborales), convocado por feministas francesas.

1901

κ La sufragista uruguaya María Abella funda en Buenos Aires, Argentina, la revista Nosotras

1902

κ La primera ley federal de Australia sobre elecciones concede el derecho al voto y a ser electos tanto a hombres como a mujeres. Las indígenas, sin embargo, no accederían a este derecho sino hasta 1962, seis décadas después.

1903

κ En Argentina, la gremialista Carolina Muzzilli (1889-1917) funda la Unión Gremial Femenina, dependiente de la Unión General de Trabajadores.

1904

κ Se funda en Berlín la Alianza Internacional para el Sufragio Femenino (IWSA), hoy conocida como Alianza Internacional de Mujeres (IAW)

1905

κ Berta von Suttner, feminista austriaca, obtiene el premio Nobel de la Paz.

κ En Asunción, Paraguay, la feminista Serafina Dávalos funda el Colegio Mercantil de Niñas.

1906

κ En Reino Unido, Emmeline Pankhurst crea la Unión Social y Política de las Mujeres que, a partir de 1908, utilizará métodos violentos de lucha.

κ En Rusia, Alexandra Kollontai crea una organización socialista de mujeres similar a la que Clara Zetkin había fundado en Alemania.

κ En México, Dolores Jiménez y Muro, Inés Malvaez y Elisa Acuña Rosetti editan en prisión el periódico Las hijas de Cuauhtémoc, para "vincular la lucha revolucionaria a la transformación de la mujer”.

κ Leyes aprobadas en Finlandia (y ratificadas por el Imperio Ruso) reforman la asamblea llamada Dieta de Finlandia y conceden tanto a hombres como a mujeres el derecho a votar y a ser elegidos. Se convierte así en el primer país europeo que implanta el sufragio femenino en las mismas condiciones que los hombres.

1907

κ Se aprueba la ley de divorcio en Uruguay.

κ En Argentina, Juana Rouco Buela, con Virginia Bolten, Teresa Caporaletto y María Collazo organizan el Centro Femenino Anarquista.

κ En Asunción, Paraguay, Serafina Dávalos presenta su tesis de graduación para optar al título de abogada donde analiza la situación de la mujer, suscitándose un gran escándalo.

1908

κ En Londres, las feministas de la Unión Social y Política de las Mujeres encabezan un desfile de 400 mil sufragistas. Se inicia la etapa violenta

de la lucha (acción directa) en el Reino Unido.

κ En París, se celebra el Congreso de los Derechos Civiles y del Sufragio Femenino, con participación sindical.

κ En Argentina, Paulina Luisi, sufragista y feminista, se gradúa de médica.

κ En Perú, después de las campañas realizadas por mujeres literatas de la generación de 1890, se promulga la ley que permite a las mujeres el acceso a la enseñanza universitaria.

1909

κ En Estados Unidos, las militantes socialistas comienzan a celebrar el Día de la Mujer con reuniones y conferencias para exigir el derecho al voto.

1910

κ Aunque no conocemos el año, fue probablemente a comienzos de la segunda década del siglo cuando Eduardo Chiari escribió su tesis titulada “Situación jurídica de la mujer casada en Panamá”.

κ La Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague toma la resolución de celebrar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora para luchar a favor del sufragio.

κ La Asociación de Mujeres Universitarias Argentinas celebra el Primer Congreso Feminista Internacional en Buenos Aires, con delegadas nacionales y extranjeras y un temario muy amplio.

κ En Uruguay, María Abella de Ramírez crea el primer grupo feminista, Sección Uruguaya de la Federación Femenina Panamericana.

κ En Brasil, se crea el Partido Femenino Republicano.

1911

κ La Ley Nº 55 de 7 de octubre sobre reformas judiciales, regula los juicios de divorcio, disolución y nulidad del matrimonio en Panamá.

κ En Perú, María Jesús Alvarado Rivera, precursora del feminismo peruano, da una conferencia en defensa del feminismo.

1912

κ En Costa Rica, Lita Chaverri Matamoros es la primera mujer en ingresar a la Escuela de Farmacéuticos, de la que sale graduada en 1917.

1913

κ Años de gran agitación sufragista (reprimida violentamente por el gobierno) en Reino Unido.

κ En Antofagasta y otras ciudades de Chile, se funda el Centro Femenino "Belén de Zárraga", en homenaje a la librepensadora y anarquista española que recorre América Latina divulgando su pensamiento y la lucha por la emancipación de las mujeres.

κ Las mujeres en Noruega acceden al sufragio para elecciones nacionales en las mismas condiciones que los hombres.

1914

κ Inicio de la Primera Guerra Mundial. Participación masiva de las mujeres en las fábricas y en la asistencia a los soldados. Las principales organizaciones feministas dan soporte al esfuerzo de guerra.

κ María Jesús Alvarado Rivera funda en Lima, Perú, la primera agrupación feminista de esa época, llamada "Evolución Femenina".

κ Se constituye en La Habana, Cuba, el Partido Nacional Feminista que plantea la igualdad política.

1915

κ Reunión feminista en el Congreso Internacional de Berna, en Suiza, para pedir el fin de la guerra. Poco tiempo después se reúne el Congreso de Mujeres Socialistas con la misma finalidad.

κ En Chile se crea el Círculo de Lectura, que inicia la lucha por el sufragio y cuya protagonista es Amanda Labarca.

κ En Cuba, la feminista, anarquista y sindicalista puertorriqueña Luisa Capetillo es arrestada por vestir pantalones en público.

κ Las mujeres de Dinamarca e Islandia logran el derecho al sufragio.

1916

κ Juana Oller escribe el ensayo titulado “Influencia de la mujer en el sostenimiento de nuestra independencia nacional”, destacando el papel de las mujeres en los asuntos del Estado. El trabajo gana el concurso del Club Ariel.

κ Se celebra el Primer Congreso Feminista de Yucatán, México, promovido por el gobernador Salvador Alvarado.

κ En Uruguay, Paulina Luisi crea el Consejo Nacional de Mujeres, que en 1917 presentará una solicitud ante la Asamblea Constituyente para obtener el derecho al sufragio. En 1919 derivará de él la Alianza Uruguaya por el Sufragio Femenino. Se realizan las primeras manifestaciones sufragistas.

1917

κ Código Civil de 1917 reconoce capacidad para administrar sus bienes a la mujer casada; seculariza el matrimonio, aunque reconoce efectos civiles a los matrimonios religiosos; establece el régimen de separación de bienes, a falta de capitulaciones matrimoniales.

κ Matilde de Obarrio lidera la fundación de la Cruz Roja Nacional de Panamá.

κ Inicio de la Revolución Rusa. Alexandra Kollontai, dirigente de la Oficina Comunista de la Mujer, impulsa en Rusia una legislación que reconoce la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, el voto femenino, el matrimonio civil y el divorcio.

1918

κ Final de la Primera Guerra Mundial.

κ El parlamento británico concede el derecho de voto a las mujeres, pero con un requisito de edad superior al de los hombres (30 años).

κ Austria aprueba el derecho al voto femenino.

κ Creación de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, organización feminista de carácter conservador, y diversas organizaciones sufragistas en varias ciudades españolas.

κ En Buenos Aires, Alicia Moreau de Justo, socialista y feminista, crea la Unión Feminista Nacional.

κ Se aprueba la ley de divorcio en Cuba, y la patria potestad compartida.

κ En Paraguay, Serafina Dávalos, Virginia Corvalán y otras mujeres promueven la creación del movimiento feminista en Asunción.

1919

κ Clara González comienza sus estudios en la Escuela de Derecho, que culminará en 1922.

κ Creación de la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad.

κ En Chile, Amanda Labarca funda el Consejo Nacional de Mujeres.

κ En Argentina, se funda el Partido Feminista Nacional, dirigido por María Luisa Lanteri y Alfonsina Storni.

κ En Chile, se funda el Partido Cívico Femenino. La educadora Amanda Labarca crea el Consejo Nacional de Mujeres, que plantea los derechos cívicos de las mujeres.

κ En otros siete países las mujeres acceden al sufragio: Alemania, Canadá, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Suecia y Checoslovaquia (hoy Chequia y Eslovaquia).

1920

κ En la huelga protagonizada por 17 mil miembros de la fuerza obrera del Canal de Panamá se reivindica la igualdad de salarios para las trabajadoras.

κ Legalización del aborto en la Unión Soviética.

κ En esta década se crea en Puerto Rico la Asociación Feminista Popular, presidida por Franca de Armiño, líder tabaquera.

κ En Brasil, la lucha por el sufragio femenino, que se había iniciado a finales del siglo XIX, recrudece cuando Bertha María Júlia Lutz funda la Liga por la Emancipación Intelectual de la Mujer.

κ En EE.UU. se aprueba la enmienda XIX a su Constitución, que prohibió denegar el derecho al voto en base al sexo, tanto a nivel federal como de los Estados de la unión. Las mujeres indígenas, de origen asiático, hispano y afro accedieron al sufragio varias décadas más tarde.

1921

κ El programa de la Federación Obrera de la República de Panamá reivindica el sufragio femenino.

1922

κ José María Blázquez de Pedro, anarcosindicalista español quien fue importante influencia en el movimiento sindical panameño, escribe su artículo “El feminismo completo”.

κ Presentación a la Asamblea del proyecto de ley Pérez Venero sobre el sufragio femenino.

κ Clara González sustenta su tesis “La mujer ante el derecho panameño”, convirtiéndose en la primera abogada panameña. Con un grupo de maestras funda el Centro Feminista Renovación.

κ Gobierno fascista de Benito Mussolini en Italia.

κ Se celebra la Primera Conferencia Panamericana de Mujeres, en Baltimore, EE.UU. Por Panamá, el gobierno envía a Esther Neira de Calvo.

κ Se funda la Liga de los Derechos de la Mujer en Argentina, presidida por Julieta Lanteri Renshaw.

κ En Brasil, Bertha Lutz funda la Federación Brasileña por el Progreso Femenino, para luchar por el voto.

κ En Argentina, Juana Rouco Buela, anarquista, funda el periódico feminista Nuestra Tribuna, primera publicación anarquista internacional escrita por mujeres para mujeres.

κ Las mujeres en Irlanda acceden al sufragio.

1923

κ Enero: Esther Neira de Calvo dicta la conferencia “El feminismo, triunfante”, preludio de la creación de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer. Clara González dicta la conferencia “Orientación del feminismo en Panamá”.

κ Marzo: visita Panamá Carrie Chapman Catt, feminista norteamericana.

κ Conferencias de Elida Campodónico de Crespo, Sara Sotillo, Rosa Navas y otras socias del

Centro Feminista Renovación los domingos en los locales de los Talleres Escuela para Mujeres.

κ Se celebra el Primer Congreso Feminista (20 y 21 de septiembre), organizado por el Centro Feminista Renovación, con delegadas de casi toda la República.

κ El Partido Nacional Feminista comienza la publicación de Orientación Feminista, órgano del partido que se publicará por cuatro años.

κ En Uruguay, Paulina Luisi crea la Alianza Uruguaya de Mujeres, organización que combina la lucha por el sufragio con reivindicaciones económicas y sociales.

κ Se realiza el Primer Congreso de la Liga Panamericana para la Elevación de las Mujeres en México.

κ Se funda en Cuba el Club Femenino para luchar por el sufragio femenino.

1924

κ El Partido Nacional Feminista (PNF) crea la Escuela de Cultura Femenina para madres de familia y mujeres mayores de 16 años, que se instala en la Escuela Manuel José Hurtado.

κ El PNF presenta memorial a la Asamblea Nacional, pidiendo: igualdad de las mujeres en la legislación civil, comercial y penal; redención de la prostitución y alcoholismo; jurados femeninos, cortes y cárceles juveniles; apoyo a la Escuela de Cultura Femenina; creación de talleres, bibliotecas y agencias de colocación; garantía del ejercicio de la ciudadanía para la mujer.

κ La ley autoriza a las mujeres a ejercer la abogacía en Panamá.

κ En Ecuador, Matilde Hidalgo, primera doctora en medicina de su país, se inscribe en el censo electoral gracias a que la Constitución de 1897 no excluye explícitamente a las mujeres de ese derecho. Después de una consulta elevada a los tribunales superiores, Matilde Hidalgo puede votar, siendo así la primera mujer en ejercer ese derecho en su país.

κ La escritora y feminista Zoila Aurora Cáceres crea en Perú la Asociación Feminismo Peruano para luchar por el sufragio femenino.

κ La Constitución de Mongolia de 1924 garantiza el derecho al voto de las mujeres.

1925

κ La Ley Electoral Nº60 de 31 de marzo determina que los ciudadanos con derecho a voto son solo los varones.

κ La Ley Nº 43 de 13 de marzo y la Ley Nº 52 de 28 de marzo cambian la situación jurídica y el estatus de inferioridad civil de la mujer ante la ley.

κ Sara Gratz, anarquista polaca, y Julia Palau de Gámez, sindicalista panameña y miembro fundador del Partido Nacional Feminista, participan como dirigentes en el movimiento inquilinario.

κ Después de los trágicos acontecimientos del 10 de octubre, Clara González presta su casa de la Avenida Central a un grupo de dirigentes de izquierda para que se acuerden planes para el movimiento inquilinario y sindical.

κ En Puerto Rico, se crea la Asociación Puertorriqueña de Mujeres Sufragistas.

1926

κ El secretario de Instrucción Pública, Octavio Méndez Pereira, encarga a Esther Neira de Calvo la organización y la presidencia del Congreso Interamericano de Mujeres, que se celebraría en Panamá paralelamente al Congreso Bolivariano. El Partido Nacional Feminista y la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer son invitados. Entre acalorados debates, sus delegadas aprueban reclamar igualdad de derechos políticos para la mujer. Clara González presenta la ponencia “La mujer latinoamericana en la conquista de sus derechos”.

κ En diciembre, el PNF envía al presidente Rodolfo Chiari tres propuestas de ley: para la creación de los tribunales de menores, de la caja de crédito popular y para la petición del voto para las mujeres.

1927

κ Clara González viaja con una beca a Estados Unidos para realizar estudios de postgrado.

κ En EE.UU., la Sexta Conferencia Internacional Americana, por gestiones del National Woman’s Party, crea la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM).

1928

κ Clara González es nombrada representante de Panamá en la CIM junto a Ernestina A. López de Nelson (Argentina), María Helena Hinestrosa (Colombia), Teligny Mathon (Haití), María Álvarez de Guillén Rivas (El Salvador) y Lucila Luciani de Pérez Díaz (Venezuela).

κ Tras una larga lucha, las sufragistas del Reino Unido logran el derecho al sufragio en las mismas condiciones que los hombres.

1929

κ Cae de la Bolsa de Nueva York y comienza una gran crisis económica en los países capitalistas.

κ Se realiza en Londres el Tercer Congreso Mundial para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas (siendo el primero en Berlín, 1921). Gran actividad de las organizaciones feministas y socialistas para la legalización de la anticoncepción y el aborto.

κ En Ecuador, se aprueba la ley que otorga el derecho al sufragio optativo a las mujeres analfabetas. (El voto será obligatorio en 1967).

1930

κ Clara González asiste como delegada de Panamá a la Primera Conferencia de la CIM celebrada en La Habana. Es comisionada por la CIM para participar en la Conferencia sobre Codificación de Derecho Internacional en La Haya, para presentar un proyecto. Pese a las gestiones de la misma CIM y de Ricardo J. Alfaro, el Ejecutivo boicotea el viaje.

κ Se realiza en Bogotá el IV Congreso Internacional Femenino, impulsado por la feminista Georgina Fletcher, donde se reivindica el derecho al sufragio para las mujeres.

κ Las mujeres blancas de Sudáfrica acceden al derecho al voto.

1931

κ Proclamación de la Segunda República Española. La diputada Clara Campoamor consigue la aprobación de la ley del sufragio femenino en España. Tras la Guerra Civil, con la dictadura de Francisco Franco, tanto hombres como mujeres pierden el derecho al voto, que no recuperarán sino hasta 1977.

κ En Tabasco, México, se funda el Partido Feminista Radical.

κ La Acción Feminista Dominicana, fundada por la escritora Abigail Mejía, hace un llamamiento a todas las mujeres dominicanas para luchar por sus derechos.

1932

κ Se forma el Comité de Mujeres Inquilinarias que promovió las llamadas "ollas comunes" y que era el responsable de administrar, preparar y repartir los alimentos a los integrantes del movimiento inquilinario. Estaba dirigido por Ernestina Martínez, Pastora Bagams y Agustina González, entre otras.

κ Se aprueba la ley de divorcio en España y otras medidas legales que reconocen los derechos civiles de las mujeres.

κ En Tabasco, México, participan por primera vez las mujeres en las elecciones legislativas locales.

κ Se concede el derecho al sufragio a las mujeres en Uruguay, Brasil y Tailandia

1933

κ Hitler llega al poder en Alemania. Se instaura un sistema totalitario basado en los principios del nacionalsocialismo. Se relega a las mujeres a un segundo puesto en la sociedad.

κ En Perú, se otorga el voto a las mujeres para las elecciones municipales.

κ En Colombia, Ofelia Uribe de Acosta y un numeroso grupo de mujeres consiguen la aprobación de la ley que le abre la puerta de las universidades a las mujeres.

1934

κ El Partido Nacional Feminista pide nuevamente a la Asamblea Nacional, vía memorándum, reformas y el voto para las mujeres. Hay gran agitación. El partido se moviliza en el interior, especialmente en Colón y obtiene gran respuesta por parte de las mujeres.

κ Se crea por ley la cédula de identidad personal, restringida solo a los ciudadanos varones mayores de edad.

κ Lidia Sogandares termina sus estudios de Medicina en Estados Unidos en 1934, convirtiéndose en la primera doctora de Panamá. Vuelve al país en 1935 y al año siguiente se incorpora a la práctica en la sección de maternidad del Hospital Santo Tomás.

κ Stalin recorta muchos de los derechos que las mujeres habían conseguido en las etapas iniciales de la Revolución Rusa.

κ En Chile, las mujeres votan por primera vez en las elecciones municipales.

κ En Cuba, se reconoce derecho de sufragio a las mujeres (que confirmará la Constitución de 1940). También en Turquía.

κ En Haití aparece la Liga Femenina de Acción Social, la primera organización en plantear la igualdad de las mujeres y que lucha por la reforma del Código Civil y el sufragio.

1935

κ Elida Campodónico de Crespo se gradúa de abogada con la tesis “La delincuencia de la mujer en Panamá”.

κ En ciudad de México nace el Frente Femenino Pro Derechos de la Mujer, la más fuerte y masiva organización de mujeres de esa década.

κ En Puerto Rico, se promulga la ley que reconoce el derecho al sufragio a todas las mujeres.

κ En Santiago, se crea el Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile, de carácter socialista, una de las más importantes organizaciones de mujeres en esa década y la siguiente.

1936

κ El Partido Nacional Feminista envía memorial al ministro de Gobierno para que se expida la cédula de identidad personal a las mujeres, y también, en el mismo sentido, al Gran Jurado Nacional de Elecciones. Ricardo J. Alfaro y Eduardo Morgan se manifiestan partidarios del sufragio femenino. Ese año el PNF crece enormemente con maestras, profesoras y mujeres de todas las clases sociales.

κ Se crea en España la organización anarquista Mujeres Libres, que desarrolla una gran actividad sobre la reforma sexual. Estalla la Guerra Civil en España y un gran número de organizaciones de mujeres juegan papeles protagónicos.

κ Gran movilización de la República Femenina en México pro Asamblea Constituyente.

1937

κ En España, el gobierno de la Generalitat de Catalunya aprueba la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

κ En Uruguay se crea el Partido Democrático Femenino.

κ Feministas vinculadas a la Sociedad de Médicas Mexicanas hacen la primera propuesta de despenalización del aborto y piden campañas de educación para la anticoncepción.

1938

κ Los diputados Luis Navas y Alfredo Alemán presentan un proyecto de ley sobre el sufragio femenino que, después de discutirse durante 12 días, es rechazado en la votación.

κ El Partido Nacional Feminista (PNF) hace una gran campaña de apoyo al proyecto de ley del diputado Alemán por patios, prensa, radio y a través de Nosotras (órgano escrito del partido). Se destaca el apoyo de las organizaciones de mujeres de la Zona del Canal.

κ Se inician preparativos para celebrar el Segundo Congreso Feminista. El presidente de la República, Juan Demóstenes Arosemena, toma represalias contra organización del congreso y destituye a maestras miembros del PNF. Las

organizaciones de mujeres de la Zona del Canal retiran apoyo al PNF.

κ En Bulgaria y en Filipinas las mujeres acceden al derecho al sufragio.

1939

κ Fin de la Guerra Civil en España e instauración de un régimen totalitario. Se anulan todas las medidas legales que reconocen los derechos civiles y políticos a las mujeres.

κ Comienza la Segunda Guerra Mundial.

κ Se otorga el voto a las mujeres en El Salvador.

1941

κ El presidente Arnulfo Arias deroga la Constitución de 1904 y proclama una nueva, que concede el derecho de voto a los ciudadanos varones solamente. La ley electoral de ese año concede, sin embargo, derecho al sufragio a las mujeres mayores de edad profesionales, universitarias o con estudios secundarios, en los ayuntamientos provinciales.

κ El Partido Nacional Feminista emite el “Manifiesto a las mujeres del país”, tras la caída de Arnulfo Arias.

κ La ley permite a las mujeres panameñas tener cédula de identidad personal.

1942

κ Stella Sierra gana la primera edición del concurso Ricardo Miró.

κ Se concede el derecho al sufragio a las mujeres en República Dominicana.

1943

κ En Venezuela, diversos grupos de mujeres reúnen casi 12 mil firmas pidiendo el derecho al sufragio femenino

1944

κ El 30 de diciembre, el presidente de la República anuncia la convocatoria a elecciones a la Asamblea Constituyente. Al día siguiente, se funda la Unión Nacional de Mujeres por Clara González, las mujeres del Partido Nacional Feminista y otras.

κ Sara Sotillo, junto con otras colegas, funda el Magisterio Panameño Unido.

κ En Colombia, Ofelia Uribe de Acosta y un grupo de mujeres fundan el periódico Agitación Femenina para la conquista del voto y otras demandas.

1945

κ “Manifiesto” de la Unión Nacional de Mujeres (UNM) en enero. Fundación de los centros populares de cultura por la UNM. En marzo, la UNM proclama candidatas a Clara González, Magdalena Icaza de Briceño y Graciela Rojas Sucre

κ Fundación de la Liga Patriótica Femenina por Esther Neira de Calvo, mujeres que habían pertenecido a la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer y otras.

κ El Decreto Nº 12 del 2 de febrero, por el cual se reglamenta la elección popular a la Asamblea Constituyente, concede el derecho pleno de sufragio a las mujeres en Panamá.

κ Postulación de Clara González y demás candidatas de la UNM por el Partido Liberal Renovador. Postulación de Esther Neira de Calvo por cinco partidos y de Gumersinda Páez por el Partido Nacional Revolucionario.

κ El Partido Liberal Renovador presenta su programa para la Constituyente, que contenía entre sus puntos fundamentales la lucha contra la discriminación por razón de sexo, y por la igualdad política, social y jurídica entre la mujer y el hombre.

κ El 6 de mayo se celebran las elecciones para la Constituyente. Esther Neira de Calvo y Gumersinda Páez se convierten en las primeras mujeres en ganar una curul en la Asamblea Nacional.

κ Fin de la Segunda Guerra Mundial. EE.UU. ataca con bombas atómicas al Japón. División del mundo en dos zonas de influencia: EE.UU. y Unión Soviética.

κ En el mes de julio se firma en San Francisco (EE. UU.) la Carta de las Naciones Unidas, con la que se funda esta organización internacional.

κ Voto para las mujeres alfabetas en Guatemala (que se extendió a las analfabetas en 1965).

κ En Francia se promulga la ley que concede el derecho al sufragio a las mujeres.

κ En Venezuela, las mujeres pueden votar en las elecciones municipales. Al mismo tiempo, se funda la organización Acción Femenina para luchar por la extensión del voto.

κ En Bolivia, se concede el voto municipal a las mujeres y surge un comité para iniciar una campaña por los derechos civiles, el voto, la igualdad de salario y acceso a la educación superior.

κ Las mujeres acceden al sufragio en Francia, Hungría, Indonesia, Japón, Trinidad y Tobago.

1946

κ La nueva Constitución de Panamá consagra el derecho al sufragio de las mujeres en su totalidad y otros importantes derechos.

κ En Chile, y bajo la influencia de Eva Perón, María de la Cruz crea el Partido Femenino Chileno. Al mismo tiempo, el Movimiento pro Emancipación de las Mujeres de Chile inicia una campaña por el voto a través de un manifiesto.

κ En Venezuela, la ley permite la participación de las mujeres en las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente. Son electas dos mujeres.

κ También en estos países las mujeres logran el derecho al sufragio: Benín, Liberia, Italia, Rumania, Yugoslavia (hoy Bosnia Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Serbia, Macedonia del Norte y Kosovo).

κ Se crea la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), como el primer organismo intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género. Dentro del marco del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC).

1947

κ Protestas generalizadas del pueblo panameño, incluida una histórica marcha de diez mil mujeres, logran que la Asamblea rechace el Convenio Filós - Hines, que habría dado permanencia a las bases militares

estadounidenses ubicadas fuera de la Zona del Canal.

κ Las mujeres obtienen el derecho al voto en Argentina y en Venezuela a las elecciones presidenciales. También logran el acceso al sufragio femenino en Malta, Togo y Vietnam.

1948

κ La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión...”

κ Bélgica, Israel, Corea del Norte y Corea del Sur conceden el derecho al sufragio a las mujeres.

1949

κ Enfrentamiento entre EE.UU. y la Unión Soviética. Se desencadena una grave y prolongada tensión internacional llamada Guerra Fría.

κ Simone de Beauvoir publica El segundo sexo, considerado el punto de arranque de una nueva etapa del movimiento feminista.

κ Las mujeres logran el derecho al sufragio en Chile, Costa Rica, India y Siria. También, con la fundación de la República Popular de China, se da la implementación plena y efectiva del derecho al sufragio femenino en ese país.

En la década de 1950, las mujeres acceden al voto en un número importante de países: Nepal (1951), Etiopía, Ghana (ambos en 1955), Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, Egipto, Gabón, Guinea, Costa de Marfil, Laos, Madagascar, Mali, Mauritania, Níger, Senegal, Sudán, Túnez, Alto Volta, Pakistán (todos en 1956), Líbano, Malasia (1957), Albania, Argelia, Irak, Somalia (1958), Chipre, Mauricio, Marruecos (1959).

1950

κ Del continente americano, destacamos el acceso al sufragio de las mujeres en Haití y en Barbados en 1950.

1952

κ La Asamblea General de las NN.UU. adopta la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, que entra en vigor en 1954.

κ En Bolivia y en Grecia las mujeres acceden al derecho al voto.

1953

κ México y Jamaica conceden el derecho al sufragio a las mujeres.

κ En Perú, nace la Asociación Femenina Universitaria para realizar campañas educativas y lograr el derecho al sufragio.

1954

κ Otilia Arosemena de Tejeira se convierte en la primera mujer decana de Panamá, al ser electa en la Facultad de Filosofía, Letras y Educación de la Universidad de Panamá.

κ Aprobación de la ley de divorcio en Argentina.

κ Las mujeres obtienen el derecho al sufragio en Colombia y en Belice (siendo aún colonia británica).

1955

κ Las leyes otorgan el derecho al sufragio a las mujeres en Perú, Honduras y Nicaragua.

1959

κ Se crea en Bolivia la Alianza de Liberación de la Mujer Americana, liderada por Yolanda Bedregal, para luchar por la igualdad de derechos.

En las décadas de 1960 y 1970, se produce otra gran ola de acceso al voto para las mujeres: Nigeria, Zaire (ambos en 1960), Burundi, Gambia, Ruanda, Sierra Leona, Tanzania (todos los anteriores en 1961), Uganda (1962), Irán, Kenia, Libia (1963), Afganistán, Malawi, Zambia (1964), Botsuana, Singapur (1965), Guayana Británica, Lesoto (1966), Yemen (1967), Suazilandia (1968), Fiyi (1970), Bangladesh (1972), Jordania (1974).

1961

κ El último país en el continente americano, Paraguay, aprueba el derecho de las mujeres al sufragio.

1968

κ Movilizaciones estudiantiles en EE.UU. y Europa occidental contra la guerra de Vietnam. Nace la "nueva izquierda" y el movimiento estudiantil. Apogeo de la lucha por los derechos civiles de los afrodescendientes en EE.UU.

κ Surge el Movimiento de Liberación de las Mujeres en Estados Unidos y Europa.

1971

κ Se aprueba en Suiza el voto femenino a nivel federal. A nivel regional, el último cantón suizo en reconocer el voto femenino lo hizo en 1990.

1973

κ En Panamá, la Ley Nº 107 del 8 de octubre establece que la patria potestad sobre los hijos menores no emancipados la ejercen tanto el padre como la madre, conjuntamente.

κ Una sentencia del Tribunal Supremo de EE.UU. garantiza el derecho al aborto a nivel federal.

κ En Francia, se publica un manifiesto firmado por 300 mujeres famosas que reconocían haber abortado.

κ Fuertes movilizaciones en los países europeos a favor de la despenalización del aborto.

1974

κ Naciones Unidas proclama 1975 como el Año Internacional de la Mujer.

1975

κ Durante el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas empiezan a conmemorar el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo). Dos años más tarde, la Asamblea General lo formaliza oficialmente.

κ Tiene lugar en México la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer. Se formula un plan de acción mundial de diez años para la promoción de la mujer, tras lo cual la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama 1976-1985 como el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz, a fin de implementarlo.

1976

κ Reunión en Bruselas del Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres, con participación de feministas de todo el mundo. Se denuncian todas las clases de violencia ejercidas contra las mujeres.

κ Tras la Revolución de los Claveles, la Constitución de 1976 establece en Portugal el sufragio universal para todos los ciudadanos mayores de edad, hombres y mujeres.

1978

κ Se aprueba en Italia ley que regula el aborto.

1979

κ Se adopta la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (conocida como CEDAW), que entra en vigor en 1981. Su protocolo facultativo reconoce competencias a un comité de expertos independientes para supervisar la aplicación.

κ Ley del aborto en Francia.

1981

κ En Bogotá, se reúnen grupos feministas de toda América Latina en el Primer Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe.

1982

κ En Inglaterra el campamento pacifista de mujeres en Greenham Common junto con otros grupos de mujeres pacifistas de Europa, establecen el 24 de mayo como Día Internacional de las Mujeres para la Paz y el Desarme.

1984

κ El principado de Liechtenstein se convierte en el último país europeo que aprueba el sufragio femenino.

A lo largo de las décadas de 1990, 2000 y 2010 una última oleada de países concede el derecho al sufragio a las mujeres: Namibia, Samoa (1990), Catar (1999), Bahrein (2002), Oman (2003), Kuwait (2005), Emiratos Árabes Unidos (2006) y Bután (2008).

1990

κ En Panamá, la Ley Nº 8 del 11 de julio modifica la regulación del Código Civil que consagraba como primera causal de divorcio el adulterio de la mujer y como segunda, el concubinato escandaloso del marido.

κ Ley Nº 22 del 7 de diciembre establece que es optativo para la mujer casada adoptar el apellido de su cónyuge en los documentos de identidad personal.

1993

κ Se crea el Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos.

κ La Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena adopta pasos históricos para proteger los derechos de las mujeres reconociendo la violencia contra ellas como una violación de los DD.HH., e instando a tomar medidas hacia su eliminación.

κ La Asamblea General de las NN.UU. aprueba la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, convirtiéndose en el primer instrumento internacional en abordar explícitamente y definir formas de violencia contra las mujeres, y desplegar un marco para la acción a nivel mundial.

1994

κ Se adopta en Panamá el Código de la Familia.

κ La Asamblea General de la OEA aprueba el 9 de junio la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Convención de Belém Do Pará, suscrita en Brasil.

κ En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo, Egipto, y en su programa de acción para 20 años, la comunidad internacional reafirma que el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas es un motor fundamental del desarrollo sostenible. Considera el derecho de las mujeres y las parejas a controlar su propia fertilidad como el núcleo fundamental de las políticas y los programas sobre población.

1995

κ La Ley Nº 27 de 16 de junio tipifica los delitos de violencia intrafamiliar y maltrato de menores, y ordena el establecimiento de dependencias para la atención de las víctimas de estos delitos. Modificada por la Ley Nº 38 de 10 de julio de 2001.

κ Se crea el Consejo Nacional de la Mujer (CONAMU) por Decreto Ejecutivo Nº 70 de 27 de julio.

κ 17 mil participantes y 30 mil activistas (una cifra sin precedentes) se reunieron en Beijing, China, para participar en la Cuarta Conferencia Mundial de las NN.UU. sobre la Mujer. En ella, 189 países aprueban por unanimidad una referencia progresista a favor del empoderamiento de las mujeres y se proclama la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing.

1997

κ Se crea el Ministerio de la Juventud, la Mujer la Niñez y la Familia, mediante Ley Nº 42 del 19 de noviembre de 1997; que se reorganiza como Ministerio de Desarrollo Social por Ley Nº 29 de 1 de agosto de 2005.

1999

κ Se aprueba la Ley Nº 4 de 29 de enero, sobre igualdad de oportunidades para las mujeres. Se reglamenta mediante Decreto Ejecutivo Nº 53 de 2002.

2000

κ El Decreto Ejecutivo Nº 33 del 24 de abril declara el mes de marzo, Mes de la Mujer para la realización de actividades en el marco del Día Internacional de la Mujer.

κ La Ley Nº 6 de 4 de mayo establece el uso obligatorio del lenguaje, contenido e ilustraciones con perspectiva de género en las obras y textos escolares.

κ En la Cumbre del Milenio, líderes de 189 naciones aprobaron la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, de la cual deriva una serie de ocho objetivos diseñados para reducir

la pobreza extrema (Objetivos de Desarrollo del Milenio) con plazos y fecha límite de 2015. Si bien cada uno de los objetivos está estrechamente relacionado con la promoción de los derechos de las mujeres, el Objetivo 3 insta específicamente a fomentar la igualdad de género y el Objetivo 5, a mejorar la salud materna.

2002

κ La Ley Nº 29 de 13 de junio garantiza la salud y la educación de la adolescente embarazada.

2008

κ La Ley Nº 71 del 23 de diciembre crea Instituto Nacional de la Mujer (INAMU).

2010

κ La Asamblea General de las Naciones Unidas crea ONU Mujeres para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en todo el mundo.

2011

κ Expresando su seria preocupación por las violaciones de derechos humanos sufridas por la comunidad LGBT, el Consejo de Derechos Humanos de las NN.UU. aprueba la primera resolución sobre orientación sexual e identidad de género (17/19).

2012

κ Ley Nº 54 de 17 de septiembre, en su artículo 239, que modifica el Código Electoral, establece que, en las elecciones internas de los partidos políticos y, hasta la etapa de las primarias, las postulaciones se harán garantizando que el 50% de las candidaturas sean de mujeres.

κ Creación de la Política Pública de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (PPIOM) mediante el Decreto Ejecutivo Nº 244, de 18 de diciembre.

2013

κ La Ley Nº 7 de 5 de marzo establece el marco regulatorio para efectuar el procedimiento quirúrgico de esterilización femenina en los centros hospitalarios públicos del país, considerando que la esterilización es un derecho personalísimo y voluntario de la mujer.

κ La Ley Nº 82 de 24 de octubre, adopta medidas de prevención contra la violencia hacia las mujeres y reforma el Código Penal para tipificar el femicidio y sancionar los hechos de violencia contra la mujer.

2015

κ Las mujeres en Arabia Saudita votan por primera vez, en las elecciones municipales (en las que también pueden ser candidatas).

κ Todos los Estados miembros de las NN.UU. aprueban 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzarlos en 15 años. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. Su objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. La igualdad de género no solo es un derecho humano, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas, pero el mundo está lejos de alcanzar la igualdad de género para 2030.

2023

κ En Panamá, mediante Ley Nº 375 del 8 de marzo, se crea el Ministerio de la Mujer.

Para la elaboración de esta cronología se ha consultado a García Pleyan y Montserrat Roset Fábrega en Historia del feminismo, Urania Ungo en Subordinación genérica y alienación política: el discurso de las organizaciones de mujeres de la región centroamericana, Luis Vitale en La mitad invisible de la historia, Geraldine M. Scanlon en La polémica feminista en la España contemporánea (1868-1974) y a Ana María Portugal en su trabajo Cronología (1651-1961), de la revista Mujer/ Fempress, especial 1991 sobre Precursoras del feminismo en América Latina. También se han utilizado los trabajos de Yolanda Marco citados en capítulos anteriores de este libro, el libro Recuerdo del Partido Nacional Feminista y el documento inédito de Clara González titulado La mujer panameña en la conquista de sus derechos.

Nota: La cronología que apareció en la primera edición de este libro ha sido complementada y actualizada. Para ello se ha consultado principalmente, en el caso de Panamá: Los derechos de la mujer, recopilado por Enriqueta Davis y Aura Feraud para FundaMujer (1992) y “Movilización social de las mujeres en Panamá” de Lollalty Moreno de Cuvillier en la revista Societas (UP, 2017). Para el resto del mundo, los sitios web oficiales de parlamentos de varios países, así como de las Naciones Unidas.

Artículo “Diez mil mujeres piden a los diputados rechacen el convenio” publicado en la revista Épocas Nº25 de 25 de diciembre de 1947.

Ilustración Libres e iguales, Meera Sachani, 2023. Cortesía del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá.

Bibliografía

Alfaro de Villageliú, Mery. "¿Quién le dio el voto a la mujer?", Revista Momento, N°11, año 1, Panamá, diciembre de 1991.

Allard O., Briseida. "Clara González. La voluntad del poder", Mujer y poder. Escritos de sociología política, Panamá, 1992.

Alvarado Aguilar, Ángela y Gladys Miller Ramírez. La Mujer a ambos lados del encierro. Situación de la mujer en el sistema penitenciario panameño ILANUD, Programa Mujer, Justicia y Género, San José, Costa Rica, 1993.

Alvarado Aguilar, Ángela. “Clara González: la mujer del siglo”, La otra mitad, N°4, CELA, 1990.

“Cien años de soledad y Sara Sotillo: dirigente magisterial y feminista", La otra mitad, N°5, CELA, 1990.

“Las uniones consensuales, el matrimonio de hecho y la trampa de la doble moral", mecanografiado, 1993.

Anónimo. "Datos biográficos e información sobre la obra de la Dra. Esther Neira de Calvo", folleto, s.f.

Aparicio, Fernando, Yolanda Marco, Miriam Miranda y Josefina Zurita. “El retorno de las organizaciones políticas de Mujeres. Las organizaciones de mujeres de los años 70 y 80”, en Historia de los movimientos de mujeres en Panama en el siglo XX, Yolanda Marco (Coord.), Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá (IMUP), 2002.

Aparicio, Fernando, y Josefina Zurita. “Vida después del sufragismo. Las organizaciones de mujeres en el período 1950-1970”, en Historia de los movimientos de mujeres en Panama en el siglo

XX, Yolanda Marco (Coord.), IMUP, Universidad de Panamá, 2002.

Arosemena de Tejeira, Otilia. La mujer en la vida panameña, Panamá, s.f.

Arrocha, Vannie. La doctora Lidia Sogandares: La primera médica panameña, Novo Art, Panamá, 2022.

Astelarra, Judith. Las mujeres podemos: otra visión política, Icaria Editorial, Barcelona, 1982.

"El feminismo como perspectiva teórica y como práctica política", Teoría feminista. Selección de textos, CIPAF, Santo Domingo, República Dominicana, 1984.

Autoras varias. “Situación de la mujer en Panamá”, revista Realidad Nacional, N°3, Departamento de Sociología, Universidad de Panamá, Panamá, 1989.

Barrera, Eugenio. “Felicia Santizo”, Cuadernos Populares, CELA, Panamá, 1980.

Beretche de Muñoz, María Rosa. “En torno a la historia del movimiento de mujeres en Panamá”, revista Humanidades, IV época, Nº3, 2003, Universidad de Panamá.

Campodónico de Crespo, Elida. "La emancipación de la mujer", Recuerdo del Partido Nacional Feminista, Editora La Moderna, Panamá, 1926.

“La delincuencia de la mujer en Panamá”, tesis de graduación presentada ante la Junta Examinadora de la Escuela Libre de Derecho de Panamá en agosto de 1935. Publicada ese mismo año.

Carrera, Bárbara. “La mujer en el pensamiento filosófico panameño”. Trabajo de graduación para

optar por el título de Licenciatura en Filosofía, Letras y Educación con especialidad en Filosofía e Historia de la Universidad de Panamá, 1981.

Crespo, José D. "Estatus social y educación de la mujer moderna", revista Cuasimodo, Nº 9, Panamá, 1920.

Denis de Icaza, Amelia. Hojas secas, edición facsimilar, Panamá, 1980.

Evans, Richard J. Las feministas. Los movimientos de emancipación de la mujer en Europa, América y Australasia, 1840-1920, Siglo Veintiuno Editores, Madrid, España, 1980.

Franco Muñoz, Hernando. Blázquez de Pedro y los orígenes del sindicalismo panameño, Movimiento Editores, Panamá, 1986.

Movimiento obrero panameño, 1914-1921, Panamá, 1979.

Fuentes, Daniel Jacinto. "Entrevista a la Lcda. Elida Luisa Campodónico de Crespo", texto mecanografiado, s.f.

García Pleyan, Clara y Montserrat Roset Fábrega. Història del feminisme. Graó Editorial, Collecció Biblioteca de la Classe, Nº 62, Barcelona, 1992.

González, Clara. La mujer ante el derecho panameño, tesis presentada a la Escuela de Derecho, Panamá, 1922. Tribunal Electoral, Panamá 2023.

Gordon, Ann D., Mari Jo Buhle y Nancy Shrom Dye. “The Problem of Women's History”, Berenice Carrol (ed.), Liberating Women's History, Urbana, Illinois, 1976.

Herrera, Lil María, Marta Noemí Noriega y Consuelo Thomas. Citadinas sin bambalinas. Ochenta mujeres en la historia de la ciudad de Panamá, Alcaldía de Panamá, Panamá, 2019.

Jiménez de López, Georgina. “Participación de la mujer en la vida pública”, separata del Anuario de Derecho de la Universidad de Panamá, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, 1960.

Kupfer, Mónica E. Mujeres en las artes de Panamá en el siglo XX, Fundación Arte y Cultura, Panamá, 2011.

Lavrin, Asunción. Las mujeres latinoamericanas. Perspectivas históricas, Fondo de Cultura Económica, México, 1985.

Lerner, Gerda. “The challenge of Women's History”, The majority finds its past. Placing women in history, Oxford University Press, Nueva York, 1981.

Lewis Morgan, Mario. 100 años Panamá, 100 portadas de Épocas: vida y obra de Carlos Endara Andrade (1865-1954), Panamá, 2003.

Mackay, Elsy. “El Panameñismo Auténtico y la mujer istmeña”, documento preparado para conmemorar el XLII aniversario de la conquista del voto femenino en Panamá. 5 de octubre de 1941 - 5 de octubre de 1983.

Marco Serra, Yolanda. "Antecedentes históricos del feminismo en Panamá", 1º Encuentro de la Mujer Panameña, mimeografiado, Panamá, 1990.

"La mujer y la política en Panamá: el Congreso Interamericano de Mujeres de 1926", mecanografiado, Facultad de Humanidades, Universidad de Panamá, 1991.

"Antecedentes históricos y actualidad de la participación política de la mujer en Panamá", ponencia presentada en las 14 Jornadas Interdisciplinarias de Estudios de la Mujer, realizadas por el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma de Madrid, marzo - abril de 1992.

"El nacimiento del movimiento feminista en Panamá, 1923”, Revista Humanidades, III época, Nº1, Universidad de Panamá, diciembre de 1993.

“El feminismo de los años veinte y la redefinición de la femineidad en Panamá”, Entre silencios y voces: Género e historia en América Central (1750-1990), Eugenia Rodríguez Sáenz (editora), Editorial de la UCR e Instituto de las Mujeres, San José, Costa Rica, 1997.

Mujeres parlamentarias en Panamá (1945-1995), Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá, 1999.

“El movimiento sufragista en Panamá y la construcción de la mujer moderna”, Historia de los movimientos de mujeres en Panamá en el siglo XX, Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá, 2002.

“Mujeres y política educativa en Panamá a inicios del siglo XX”, Mujeres, género e historia en América Central durante los siglos XVIII, XIX y XX, Plumsock Mesoamerican Studies, UNIFEM, San José, Costa Rica, 2002.

“Ser ciudadana en Panamá en la década de los años treinta”, Un siglo de luchas femeninas en América Latina, editorial Universidad de Costa Rica, San José 2002.

“Ruptura de la tradición, construcción de la mujer moderna y resistencia del patriarcado liberal en Panamá en las décadas de 1920 y 1930”, en Diálogos: Revista electrónica de historia, Vol. 5, Nº 1-2, Universidad de Costa Rica, 2005.

Clara González de Behringer - Biografía, editada por Hans Roeder, Universidad de Panamá, UNIFEM y Cooperación Española, Panamá, 2007.

Meléndez, Silvio. Breve historia de la educación en Panamá (1510-1950), Ferguson y Ferguson, Panamá, 1977.

Méndez Pereira, Octavio. Historia de la instrucción pública en Panamá, revista Lotería Nº 377, julioagosto, 1987.

Michel, Andrée. El feminismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1983.

Mill, Harriet Taylor y John Stuart Mill. Ensayos sobre la igualdad sexual, Ediciones Península, Barcelona, España, 1973.

Miranda, Miriam. “Las organizaciones femeninas en la Zona del Canal, 1907-1930”, en Historia de los movimientos de mujeres en Panama en el siglo XX, Yolanda Marco (Coord.), Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá (IMUP), 2002.

Moreno de Cuvillier, Lollalty. “Movilización social de las mujeres en Panamá” en revista Societas, Vol. 19 Nº 2, julio - diciembre, año 2017, pp. 61-74. Vicerrectoría de Investigación y Postgrado de la Universidad de Panamá.

Moreno, María Pilar. "Yo soy Gumersinda Páez, me debo a la gente: Entrevista con Gumersinda Páez", revista Mujeres adelante, Nº 3, Panamá, mayojunio de 1985.

Moreno, María Pilar y Cecilia Moretti. Cuatro mujeres y una lucha, Panamá, 1985.

Oller de Mulford, Juana. Valores femeninos panameños, editado por Marco O. Ostrander, Panamá, 1978.

Partido Nacional Feminista. Recuerdo del Partido Nacional Feminista - A las delegadas al Congreso Interamericano de Mujeres, Panamá, junio de 1926.

Portugal, Ana María. "Cronología (1651-1961)", en revista Mujer/Fempress, especial de 1991 sobre Precursoras del feminismo en América Latina, Santiago de Chile.

Quintero, César. Derecho Constitucional, Editorial Antonio Lehmam, Costa Rica, 1967.

Rodríguez Blanco, Eugenia, Yolanda Marco Serra, Vannie Arrocha Morán, Patricia Rogers Marciaga y Katherine Marino. Pioneras de la ciencia en Panamá, SENACYT y CIEPS, Panamá, 2022.

Samudio, Edda O. Imaginario, feminismo y modernidad en Panamá (1907-1947), SENACYT, Panamá, 2023.

“La actividad deportiva en la construcción del imaginario de la mujer moderna en Panamá”, Historia y Memoria Nº 25, Colombia, 2022.

Santamaría, José Daniel. “El sufragio de la mujer en Panamá 1920 - 1946”, tesis para optar por el título de Maestría en Historia de la Universidad de Panamá, 2000.

Scanlon, Geraldine M. La polémica feminista en la España contemporánea (1868-1974), Siglo Veintiuno Editores, Madrid, España, 1976.

Trejos, Rosa María. “Participación política de la mujer en Panamá”, tesis de graduación, Universidad de Panamá, 1982.

Turner, A. Clara Gonzalez. La mujer del siglo, Lombana Ed., Imprenta Articsa, Panamá 2006.

Ungo, Urania. “Subordinación genérica y alienación política: El discurso de las organizaciones de mujeres de la región centroamericana”, tesis para optar al grado de Maestría en Estudios Latinoamericanos, UNAM, México, 1992. Inédita.

“Las mujeres en el Centenario de Panamá como República: logros, contradicciones y retos”, revista Istmo, 2003.

Vitale, Luis. La mitad invisible de la historia. El protagonismo social de la mujer latinoamericana, Sudamericana-Planeta, Buenos Aires, Argentina, 1987.

Voz del Magisterio Panameño Unido, N°26, edición especial de Sara Sotillo, Panamá.

Zentner Jr., Federico. Homenaje póstumo a valores femeninos panameños, Panamá, 1975.

Runión de la Unión Nacional de Mujeres en un patio interior de un barrio popular de la ciudad de Panamá, probablemente durante la campaña electoral de 1945.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.