MIRADAS
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“T
he economy, stupid” (“es la economía, estúpido”) fue el caballo de batalla que llevó a Bill Clinton en 1993 a la presidencia de los EE.UU., batiendo a un George H. W. Bush que gozaba aún de alta popularidad entre la población estadounidense. Fue sin duda un lema eficaz y que permanece como símbolo del predominio de la economía sobre la política, con todas las consecuencias que están a la vista: aumento de la riqueza concentrada en pocas manos y aumento de la llamada “cultura del descarte” denunciada por el papa Francisco, con efectos devastadores sobre el planeta. En los mismos años noventa, una mujer, Chiara Lubich1, lanzaba en un acto profético el Movimiento Políticos por la Unidad2, definiendo la política –en fuerte contraste con el pensamiento común– como “el amor de los amores”. Lubich recupera la dimensión originaria de la política como “el arte de gobernar la ciudad”, que precede y ordena a todas las demás dimensiones y exigencias humanas. Porque “la tarea del amor político –son sus palabras– consiste en crear y preservar las condiciones para que florezcan todos los otros amores: el de los jóvenes que quieren formar una familia y necesitan trabajo y una casa; el amor de quien desea estudiar y necesita escuelas y libros; del empresario que necesita de créditos, rutas, ferrovías, reglas precisas...”3. “El amor de los amores”. Qué lejos que hemos estado, en todos estos decenios, de pensar y experimentar la política en su más alta dimensión de ordenar y armonizar los sueños de la gente para que cada uno pueda crecer y desarrollar sus talentos, con las necesidades básicas cubiertas. Sin embargo, en plena crisis causada por la pandemia que afecta gran parte del planeta, pareciera que la política estuviera recuperando su rol, dejando en segundo plano –en muchos casos– la inevitable crisis económica para poner en primer lugar el cuidado y la salud de la gente. Las primeras
emergencias que la mayoría de los gobiernos han asumido en todo el mundo, también en nuestra región, fueron las sanitarias, bajo todos los puntos de vista: cuarentena obligatoria, cierre de fronteras, medidas de protección con inversiones orientadas a la adquisición de todo lo necesario para alistar centros de salud, hospitales, la protección del personal sanitario, los insumos necesarios para toda la sociedad, y una atención especial hacia las franjas más vulnerables, o por edad o por situación de marginalidad. En una segunda fase han llegado las medidas económicas, digitadas ya no desde la economía sino desde la política. Los gobiernos latinoamericanos, en su mayoría, están
UN MUNDO CON PANDEMIA
Ciudad Nueva | 620 | Junio 2020
La política
al centro de la escena LA CRISIS SIN PRECEDENTES CAUSADA POR EL COVID-19, PARADÓJICAMENTE PODRÍA DEVOLVER A LA POLÍTICA SU ROL DE MEDIADORA AL SERVICIO DE LOS CIUDADANOS, POR ENCIMA DEL HASTA AHORA MONOPOLIO DE LA ECONOMÍA. UN HORIZONTE NO EXENTO DE PELIGROS Y DESAFÍOS. por Gustavo Clariá