PSICOLOGÍA
EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
22
dónde ¿ Por empezar ? LA PANDEMIA NOS HA CAMBIADO LAS PREGUNTAS Y TENEMOS EL DESAFÍO DE BUSCAR NUEVAS RESPUESTAS EN TODAS LAS DIMENSIONES PERSONALES, FAMILIARES Y LABORALES. por Andrea Saporiti
Ciudad Nueva | 619 | Mayo 2020
Y
de pronto el mundo se detuvo. Casi sin darnos cuenta, por primera vez en la historia de la humanidad, todo el planeta está atravesando la misma situación. Ya no importa en qué país, en qué ciudad, en qué lugar remoto de la tierra uno está, “todos estamos en lo mismo”. La incertidumbre comenzó a aparecer en escena vestida de múltiples trajes, algunos conocidos y otros difíciles de comprender. Con ella trajo un sinfín de emociones que salieron al encuentro de cada uno de nosotros: miedos, angustia, asombro, dolor, y cada día aparece alguno nuevo, todos de la mano de la incertidumbre. ¿Qué significa esta palabra que evocamos a cada instante? El diccionario de la Real Academia Española lo define de esta manera: “Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”. Las palabras tienen esa magia de contener en su significado el motivo por el cual las utilizamos o no. En este caso, nunca mejor empleadas. En los últimos tiempos la velocidad en la que veníamos mostraba signos y síntomas cada vez más evidentes: el cambio climático, los incendios a grandes escalas, altos niveles de angustia y ansiedad que ocupaban el ranking de los trastornos prevalentes en el mundo. Sin embargo, nuestra sordera no nos permitía escuchar y comprender que nos habíamos equivocado de camino. Seguíamos corriendo vaya Dios a saber dónde. Nos perdimos, dejamos de mirarnos, de empatizar, de ayudar y ayudarnos. Y un día, la Vida nos dijo: “Ahora tienen que parar y reaprender, pensar, vuelvan a casa, hagan silencio, busquen en su interior” y de pronto nos encontramos todos en la misma
situación, sin certezas, con un alto grado de inquietud e inseguridad. Las preguntas han cambiado y nos desafían a buscar nuevas respuestas en todas las dimensiones personales, familiares y laborales. Ante este panorama la primera pregunta que surge es: ¿por dónde empezar? Siguiendo las enseñanzas de Brother David, monje benedictino, su simpleza y profundidad nos invitan a una práctica que tiene tres pasos y que puede ayudarnos en estos tiempos: Parar- Observar- Seguir (Stop-Look-Go). El imprevisto muchas veces nos paraliza y en esta situación todos hemos tenido que Parar, pero es importante que este parar sea consciente, es decir, detenernos y comenzar por registrar qué emociones, sentimientos, me genera esta situación. Parar nos permite Observar mi situación, la de mi entorno, la del mundo. Cuando uno para puede ver con más claridad el paisaje, diferenciando objetos, colores, olores, sonidos. Y este quizá sea el primer desafío para comenzar a hacerme las preguntas esenciales, mirar lo cercano, lo que hay, darnos la oportunidad de volver a encontrarnos, con nosotros y con los otros. El ejercicio no es fácil, requiere de un tiempo de acomodación a la nueva situación. Todo sucede en simultáneo y corremos el riesgo de no ver con claridad. Calma, es el siguiente objetivo. No se pueden cambiar los hábitos de un día para el otro. En este proceso pueden aparecer todas las emociones juntas. Calma, compartámoslas, son parte del proceso. Tenemos una ayuda, nos tenemos que quedar en casa, y es importante que abramos nuevos espacios, organicemos rutinas que nos ayuden a ordenarnos. Espacios de ejercicios, de juego, de silencio, de oración, de descanso, de compartir con la familia y espacios para estar solos. Este es un tiempo único en la historia. Sin caer en negar la realidad que estamos viviendo, es una oportunidad para “volver a casa”. Ordenarla por dentro y por fuera, seamos pacientes, es un tiempo de siembra. Seguramente la cosecha se verá en una nueva época que aún no sabemos cuándo será. Este proceso interno de cada uno dará paso al tercer desafío: Seguir, con mayor claridad, con espíritu renovado donde comprendamos que nos necesitamos entre todos y que seremos, cada uno desde su lugar, protagonistas de un nuevo orden · *La autora es licenciada en Psicología. Magister en Familia y profesora en la Universidad Austral.