Club de Lectores 32 - Verano 2010

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México D. F. Verano de 2010. Año 8 Número 32

Lorenzo Meyer La historia es un

instrumento para comprender la cultura Atención a clientes: 01 800 001 5337 / www.clublectores.com

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l doctor Lorenzo Meyer nos recibe, justo el día de su cumpleaños, en su cubículo de El Colegio de México, un lugar lleno de libros, máscaras, estatuillas y figuras de búhos de distintos materiales (símbolo de la sabiduría), un ambiente ideal para comprender el México real y actual. -Doctor Meyer, usted trabaja dos vertientes: una de historiador y otra de politólogo. ¿Cree que hay alguna manera especial para enseñar la historia y sobre todo en este año 2010 que se conmemoran el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana? La respuesta puede ser muy sucinta o puede ser terriblemente larga. Trataré de hacerla cortita. No hay una fórmula para lograr una historia científica. En realidad estamos siempre revisando el pasado y, por lo tanto, tendremos nuevas historias sobre lo mismo. Pongamos por ejemplo la Guerra de Reforma en México. Cada vez que sale un nuevo libro de historia tendremos una nueva versión del mismo hecho. La visión tanto del historiador profesional como la del ciudadano común y corriente cuando piensan en el pasado, que no es muy seguido, se colorea por los problemas que tiene cada quien en el presente; y como el presente siempre está cambiando y los problemas están saliendo todo el tiempo, entonces somos nosotros los que le pedimos al pasado respuestas diferentes conforme corre el tiempo.


Por ello, un maestro debe de estar consciente de que nunca podrá darle a sus alumnos la misma historia, por ejemplo, ahora que hablamos de centenarios, de la Independencia de México o de la Revolución Mexicana. Siempre será una historia nueva. Insisto, como el presente tiene problemas nuevos, entonces le hacemos preguntas que queremos que el pasado nos responda para explicarnos a nosotros mismos ahora. Hay dos formas de ver el pasado. Los historiadores más conservadores señalan que el gusto por saber qué pasó antes de nosotros es un gusto casi estético, es porque sí. Otros dirían que siempre hay una pregunta interesada, que nuestra mirada está cargada de prejuicios, de valores, de intereses de nuestra propia nacionalidad, de nuestra clase, del Estado en el que nacimos, etc. Todo eso conforma una visión del mundo y se la pasamos a la visión de lo que sucedió hace muchos años. Cuando un profesor invita a sus estudiantes a estudiar y recorrer el pasado para que entiendan por qué están aquí y en las condiciones en que están, lo hace quiera o no quiera, con un sesgo, no hay posibilidad de una historia objetiva. Hay una obligación, ésa es la parte interesante, no sólo de la historia, sino de todas las ciencias sociales: aunque sepamos que no es posible alcanzar la objetividad tenemos que alcanzarla, hay que intentar alcanzarla sabiendo que es imposible. La calidad de un historiador está en ese intento por alcanzar la objetividad, siendo consciente de las técnicas actuales, cómo está el estado de la disciplina en el mundo, qué documentos tomamos y qué información ofrecemos. Debe haber un compromiso con la verdad. Pero, como hay varias verdades, ahí entra la subjetividad. Yo, por ejemplo, me declaro abiertamente partidario de estudiar las relaciones de México con el mundo exterior, particularmente con Estados Unidos de América. Ésa es una manera de que tenga efectividad mi sentimiento antiimperialista. Entonces tomo partido por México, un país periférico, pobre, al cual la historia no lo ha tratado muy bien en esta relación con las grandes potencias, y escojo los momentos en donde se ve claramente la brutalidad del imperio sobre nosotros. Por eso debo ser cuidadoso y equilibrado en juzgar a las partes que entran en el asunto y cómo utilizo los datos. No se puede ser imparcial. --Entonces, ¿la historia son los hechos que han sucedido? ¿Y éstos están mediatizados por la mirada del historiador? Nosotros, como historiadores, no sabemos --ni se puede saber verdaderamente-- qué sucedió. Hay muchísimas variables que entran en el análisis de los hechos. Hay que saber cuántas cosas fueron accidentes y cuántas fueron deliberadas. Los hechos ocurrieron y jamás alguien volverá a recrearlos. Pero hay que intentarlo. La historia es para una nación, para un pueblo o para

La historia es

un instrumento para comprender la cultura por Virginia Krasniansky

Lorenzo Meyer una comunidad como la memoria para los individuos. El pasado es una manera de aprender a hacer frente al presente. El pasado usado de manera inteligente evita caer en errores, impide que tropecemos con la misma piedra tanto para las personas como para las sociedades. La historia, en resumen, es un instrumento para comprender la cultura en general. --¿Por qué se daban fenómenos similares en distintos lugares o países del imperio español en América sin tener la tecnología que tenemos hoy? La razón exacta es complicada, pero una versión parcial es que España perdió su independencia y eso se reflejó en el resto de América. Los franceses hicieron que el rey de España perdiera su trono. En todos los países había un grupo criollo que se sentía excluido por un pequeño grupo burócrata enviado de España. Se dio por primera vez la posibilidad de crear una estructura más o menos soberana y así chocaron los intereses peninsulares con la elite criolla y se destapó en todos lados igual y esto fue así a consecuencia de la invasión napoleónica de España en 1808. La reacción mexicana es interesante, porque fue el primer país que desde el primer momento de iniciado el movimiento dejó en claro de que se trataba de una lucha de clases y racial. Un cura de provincia con oficiales que no eran militares

de carrera, sino criollos ricos de la región, adquirieron los grados militares por su riqueza; todos provincianos que conspiraron. Cuando su conspiración fue descubierta por la autoridad virreinal y ante la disyuntiva de tener que responder ante un tribunal que podía condenarlos a muerte o llamar en su favor a las clases subordinadas, decidieron optar por este camino sin saber lo que hacían. Esto también fue por la riqueza mineral con una demografía densa; estos territorios tan exitosos como colonias eran de explotación de riqueza mineral y mano de obra nativa. Apenas a fines del siglo XIX los países se convirtieron en Estados – Nación reales. --Doctor Meyer, saltemos un poco en el tiempo porque me gustaría hablar de la Revolución Mexicana. Desde su perspectiva. ¿qué hacemos? Es decir, ¿la celebramos?, ¿la festejamos?, ¿la conmemoramos?, o ¿la recordamos? Parto de cifras duras. La empresa Consulta Mitofsky hizo una encuesta a fines del 2009 para saber a qué estaban más dispuestos los mexicanos y qué les entusiasmaba más de la celebración. Cuarenta y tanto por ciento estaban a favor de celebrar ambos eventos. Otro cuarenta y tantos por ciento quería celebrar básicamente la Independencia y sólo un once por ciento dijo que tenía preferencia por la Revolución Mexicana. ¿Por qué tan mal cartel? Si la Independencia finalmente no la ganaron los independentistas. El México desde 1822 hasta 1867 fue un desastre para todos y luego se convirtió en un sistema autoritario con Don Porfirio.


La Revolución Mexicana duró nada más 10 años. Empezó la reconstrucción hacia 1920. Sin embargo, la estabilidad que vino con la Revolución fue la estabilidad autoritaria, ya no de una persona, como en el caso de Don Porfirio, sino modernizada y ésa es la explicación. En el siglo XX, México es el país que tiene el sistema político más estable de América Latina y quizá del mundo. El nuevo régimen comenzó con la Constitución de 1917, cuando más o menos ya pudo haber un gobierno centralizado. De ese grupo que tomó el poder, salió el PRI en 1929 y gobernó hasta el año 2000. Se trata de un arco temporal de 84 años dominado de manera no democrática a pesar de que la Revolución enarboló la bandera del principio de sufragio efectivo. Se entregaban el poder por herencia, hasta que las urnas lo quitaron en el año 2000. Por eso la Revolución Mexicana está en la población como el origen del PRI y el PRI toma a la Revolución como su punto de legitimidad. Pero el PRI no tiene legitimidad respecto al recuerdo que tenemos de la Revolución. Los líderes caudillos más recordados de la Revolución Mexicana son Zapata y Villa, y la población mexicana se identifica con Zapata. --¿Qué papel desempeña la sociedad civil? La Revolución Mexicana en materia de educación, por ejemplo, se pudo sentir orgullosa de lo que hizo. Los gobiernos de la década de 1920 mostraron al mundo con enorme orgullo, incluso antes que la reforma agraria, el cambio que se produjo en la educación. Fue un cambio cultural, fue haber hecho, con Vasconcelos, que la Secretaría de Educación Pública fuera un motor de transformación de la imagen que los mexicanos tenían de sí mismos. Patrocinaron la escuela de pintura mural, entre otras. Se puso énfasis en las escuelas rurales. También se reforzó la educación laica. Se puso en marcha la educación socialista por parte de Calles, y el general Cárdenas la mantuvo y apoyó. En la escuela estaba montada la mejor parte de la Revolución en la década de 1920 y en la siguiente se alineó codo con codo la reforma agraria con la educación. Había un compromiso del educador con el país y con la transformación. Creo, por último, que tenemos que hacer un esfuerzo colectivo para lograr un cambio en las instituciones que beneficie la educación y así alcanzar un desarrollo sano en este siglo XXI.

Lorenzo Meyer La segunda muerte de la revolución mexicana En este libro Lorenzo Meyer plantea las premisas que dieron sentido a la Revolución Mexicana 274págs Nº 371029 175 puntos

Lorenzo Meyer Liberalismo autoritario Las contradicciones del sistema político mexicano Esta obra analiza las raíces históricas del vicio en la gestión política y nos alerta en la recurrencia. Incorpora ideas, observaciones históricas y relato de un presente de verdad. 281 págs. Nº 224107 215 puntos

Lorenzo Meyer El estado en busca del ciudadano Un ensayo sobre el proceso político mexicano contemporáneo En este libro se ofrece un análisis de las causas, efectos y riesgos de los procesos políticos de México. En este esfuerzo del autor queda clara la importancia de la sociedad civil. 199 págs. Nº 224109 195 puntos

Lorenzo Meyer El cactus y el olivo Las relaciones de México y España en el siglo xx El cactus y el olivo cuenta la difícil interacción de dos naciones inmersas en sus procesos históricos. En esta investigación se exploran los vínculos entre México y España una vez consumada la independencia. 340 págs. Nº 224108 245 puntos

Héctor Aguilar Camín / Lorenzo Meyer A la sombra de la revolución mexicana El lector encontrará en este libro un texto que abarca desde el porfirismo, la revolución mexicana hasta el México de nuestros días. ¡Lo recomendamos!. 318 págs. Nº 371031 220 puntos

Lorenzo Meyer El espejismo democrático De la euforia del cambio a la continuidad En este libro Lorenzo Meyer analiza, entre otras, las oportunidades perdidas tras la alternancia, los amagos mediáticos basados en el miedo para evitar la transición y la posibilidad de construir y validar un nuevo proyecto nacional 290 págs. Nº 224110 245 puntos

Lorenzo Meyer La raíces del nacionalismo petrolero en México En este libro se puede leer y encontrar los orígenes del nacionalismo petrolero en México. Estudio e investigación del principal recurso natural y las consecuencias en la riqueza nacional. 355 págs. Nº 224111 295 puntos


VERANO 2010 Legal

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Club de Lectores Revista trimestral Año 8 Núm. 32 Junio 2010

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Información y textos Virginia Krasniansky

Director Ignacio Uribe Ferrari

Corrección de estilo Sara Giambruno Miguel Echenique Virginia Krasniansky

Director Administrativo Miguel Echenique

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Coordinadora del fondo editorial Virginia Krasniansky

Fotos Lorenzo Meyer Pedro Zúñiga Montes

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Editor responsable Nelson Uribe de Barros

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Club de Lectores Nº 32 Editorial

La promoción de la lectura: un compromiso de todos*

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alabras que se convierten en ideas para hacer volar la imaginación, palabras que conmueven nuestros sentidos y encienden el deseo de conocer y pensar. Todo esto puede suceder cuando abrimos un libro.

Abrir un libro y leer es una parte importante de los derechos de cada niño, de cada joven, de cada ser humano. Es la llave que permite el acceso a la cultura y la historia comunes. Por eso debe estar presente como un eje central en todas las agendas de las políticas y las prácticas de la educación y la cultura. Las oportunidades con que contamos los seres humanos para aprender a aprender de forma permanente e integral comienzan a reducirse desde muy temprano si no se dispone de los instrumentos adecuados para actualizar esas oportunidades. Se debe comenzar a estimular el crecimiento de las habilidades cognitivas para que las oportunidades iniciales que todos poseemos se desarrollen en el mayor nivel posible, evitando, al mismo tiempo, la aparición de inequidades insalvables en etapas madurativas posteriores. Despertar el lenguaje --y profundizar los sentidos a través de hábitos de lectura temprana-- es una herramienta básica y sólida, una herramienta transversal por la que fluye el resto del conocimiento y las posibilidades de aprender en forma continua. De esta manera, se facilita la formación de ciudadanos con posibilidad de expresión, imaginación y producción de saberes. Estamos hablando de la confección de un recorrido de maduración y crecimiento que se inicia con el murmullo de la lectura materna, a través del tacto de un libro de cuentos, con experiencias lúdicas en bibliotecas y salas infantiles de lectura, para continuar luego creando hábitos autónomos en el ámbito escolar que favorezcan el acceso a una biblioteca universitaria o especializada, para continuar paralelamente y, para toda la vida, desde una biblioteca pública o a través de una biblioteca digital en

algún portal de internet. Por otra parte, las capacidades desarrolladas por las formas de lectura tradicionales se ven hoy desafiadas por las nuevas competencias que nos reclaman la velocidad con que viaja la información y el conocimiento en la trama de la sociedad global: la cantidad y calidad de datos por procesar, su presentación en distintos soportes multimedia y digitales, y en varias lenguas extranjeras. Al mismo tiempo, la formación de comunidades económicas regionales abre el juego a escenarios laborales que requieren mentes y manos inteligentes. Por ello, promover la lectura como una política pública es un paso a favor de un cambio y crecimiento que requiere continuidad, planeamiento de acciones a largo plazo y adecuado diseño de recursos y medios, tanto como capacitación de recursos humanos. En este sentido, es deseable superar la etapa voluntariosa pues saber leer en la sociedad de la información y el conocimiento implica mucho más que el dominio del abecedario para insertarse en los escenarios laborales y ciudadanos. La brecha todavía abierta del analfabetismo tradicional en nuestra región compite en nuestros días con la brecha del denominado analfabetismo digital. En síntesis, la promoción de la lectura, en sus distintas formas y para todos, es una prioridad más amplia que debe implementarse en términos legislativos y volcarse en las agendas públicas nacionales, regionales o internacionales. Debe constituirse en una pauta cultural asumida por la comunidad, resignificada por su valor y su contribución al cambio social. De este modo se asumen las políticas, como un bien y un valor común, como una herencia de padres a hijos, de gobernantes a ciudadanos.

Graciela Perrone Editora Invitada Directora de la Biblioteca Nacional de Maestros, Argentina

*http://www.educoas.org/portal/es/tema/tinteres/temaint34.aspx?culture=es&navid=1

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Carlos Montemayor (1947- 2010) Singular luchador de la justicia

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ue un escritor y traductor mexicano, activista social en defensa de las comunidades indígenas y de los grupos más vulnerables de su país, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas y cantante de ópera. Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal, y la preparatoria en la Universidad de Chihuahua. Se trasladó a la ciudad de México, en donde cursó la licenciatura en derecho y una maestría en letras iberoamericanas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, de 1965 a 1971. Realizó estudios de lengua hebrea en El Colegio de México, y de forma paralela, de 1967 a 1976, estudió griego clásico, latín, francés, portugués, italiano e inglés. Impartió clases en la Escuela Preparatoria de la UNAM y fue profesor de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco (UAM) desde 1974. Colaboró como articulista para las revistas y periódicos Plural, Excélsior, Unomásuno y La Jornada. Dirigió la Revista de la Universidad de 1973 a 1975, y fue fundador de la revista Casa del Tiempo, de la UAM, la cual dirigió de 1980 a 1982. Su libro Tarahumara es el compendio más completo acerca de los rarámuris de la sierra de Chihuahua. Su novela Guerra en el Paraíso es el relato trágico de los hechos violentos que se vivieron en México a principios de la década de 1960 durante la guerra sucia, especialmente la guerrilla encabezada en la sierra de Guerrero por Lucio Cabañas Barrientos. Para esta obra recabó testimonios de campesinos sobrevivientes a la represión e investigó, en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, documentos sobre las operaciones del Ejército durante el conflicto. Mal de piedra se remite a una de las constantes de Parral, su pueblo natal: la minería. Lo mismo que en Minas Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Montemayor

del retorno, donde rompe con el modelo de la tradicional novela lineal. Tradujo clásicos como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías Carlos Montemayor de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas modernos como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Mostró un gran interés por las culturas indígenas de México, realizó una antología de cuentistas oaxaqueños entre 1979 y 1980; escribió además Encuentros con Oaxaca, Arte y trama en el cuento indígena, Arte y plegaria en las lenguas indígenas de México, La voz profunda: antología de literatura mexicana en lenguas indígenas y el Diccionario del náhuatl en el español de México Como activista y luchador social analizó el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y simpatizó con algunas de las actividades organizadas por el subcomandante Marcos. Al respecto, escribió Chiapas: la rebelión indígena de México. Entre sus últimas actividades, fue miembro de la Comisión de Mediación entre el gobierno federal y el Partido Democrático Popular Revolucionario - Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR), que investigaba el paradero de dos desaparecidos políticos. Colaboró también con el Frente Amplio Opositor (FAO) de San Luis Potosí, a favor de los defensores del Cerro de San Pedro, combatiendo jurídica y políticamente a la empresa canadiense New Gold-Minera San Xavier, que pretende desde hace tiempo hacer explotar, con dinamita, ese cerro, lo que generaría graves cambios en la naturaleza y dañaría la arquitectura de San Luis Potosí Falleció el 28 de febrero de 2010. ¡Descanse en paz!


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