México D.F. Primavera de 2004. Año 2 Número 7
Alí
CHUMACERO Arte suspendido en el tiempo 01 800 31 222 00 • www.clublectores.com
ARTE SUSPENDIDO EN EL TIEMPO
Alí
Arte suspendido en el tiempo por Susana Garduño
CHUMACERO SG: ¿Cómo surge un escritor? ACh: El escritor se inicia siempre de acuerdo con su sensibilidad. La sensibilidad no es exclusiva del escritor, sino que se comparte con todos los adolescentes, los jóvenes, las personas mayores, ¡con todo el mundo! Eso no es particular. Lo que sí es peculiar es que el escritor pueda transformar esa sensibilidad, ese sentimiento, esa relación con los demás y con el mundo en palabras. La palabra es, sigue y seguirá siendo siempre la que sobrecoge, la que lleva en sí el temblor de la emoción. La emoción del escritor es la misma que todos sentimos. Así, por ejemplo, cuando una mirada toca la parte más sensible del espíritu de otra persona, solamente el que sabe transformarla en palabra y dejarla ahí, quizá para siempre, es el escritor. Un amor, un odio, la ira, la belleza, en fin, todas las pasiones e ilusiones, están dentro del alma de todos; pero tenemos siempre la antena del escritor que sabe
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recoger a aquello y transformarlo en palabra. La palabra es lo que diferencia al escritor del que no lo es. SG: En el oficio de escribir, ¿la poesía es uno de los desempeños más difíciles? ACh: Sí, porque la poesía es no sólo el que la palabra recoja el concepto que lleva en sí, sino que es algo más que eso. La palabra sigue siendo en sí misma, en cuanto poesía, el reducto de una emoción que se conserva en sí misma, por sí misma, y que no tiene relación con el mundo que la circunda. Paúl Valéry estableció la diferencia entre la prosa y la poesía. La prosa busca algo, camina hacia algo, conserva, dentro de su palabra, los objetos que ha recogido. Es como la marcha, como el caminar, como el ‘ir hacia’, tiene un fin, tiene un objeto. Tiene una razón de ser fuera de sí misma. La poesía, aunque tenga esa misma relación, cuando está acabada, ya no busca nada. Es como la danza. Esta
El autor que lo inspiró Los primeros libros que me inspiraron fueron los de Amado Nervo. Es natural, porque Nervo, es el poeta que debe entregarse en manos de los jóvenes, de los niños o, por lo menos, de los adolescentes, para que empiecen a ver que cuanto ellos sintien está reflejado ahí. Este poeta supo traer a la pluma el mundo interno del adolescente, del muchacho, del hombre ingenuo, del bueno, del enamorado, del que cree, no del que duda.
Ser escritor Yo nunca me preocupo por saber si soy un buen escritor o un mal escritor, para mí es secundario. Lo importante en la vida es hacer lo que a uno le da la gana. A mí me dio la gana ser escritor y llegué a serlo, independientemente de que el desempeño de ese oficio sea o no sea válido o valioso. Para mí, lo que importa, es haber hecho lo que me dio la gana.
comparación entre marcha y danza es muy clara. Mientras la prosa ‘va hacia’, recoge algo, la poesía se recoge en sí misma, ésa es la auténtica, la verdadera poesía, que muchas veces, claro, se comunica con experiencias cotidianas y eso la lleva a incorporar en su temblor interno la existencia del mundo; pero una vez escrita, vale por sí misma, en sí misma se corrige, se asusta, tiembla, se alegra o se entristece. La poesía es la forma superior del arte. Sin ella no podríamos vivir. SG: ¿Qué opina del verso libre como la principal tendencia en la poesía moderna?
ACh: El verso libre es una forma que se impuso a partir de los años veinte, mediante la lucha que los surrealistas aplicaron a la poesía y, sobre todo, se apoya en la imagen, en la metáfora, más que en la emoción y la música de la palabra. En la poesía moderna, la que hacen los más jóvenes, se nota un amor por expresarse mediante metáforas, mediante la representación más o menos equívoca de las cosas a fin de que la imaginación vaya de un lado a otro, como una sonaja, y encuentre la belleza precisamente en el uso de esa forma metafórica de evocar el mundo. Es cierto que la poesía es, sobre todo, sonido. La poesía es buen sonido. Es un reconocimiento de la belleza de la palabra, de la sílaba, de la letra, de las consonantes y las vocales que se cruzan en un concierto de frases. Ésa es la poesía clásica, la tradicional, la que viene a ser, tarde o temprano, dominante en la lucha por expresar los toques más íntimos del espíritu. La poesía sin medida; la poesía sin acertar lo que es un pie, lo que es una sílaba respecto de otra, si se apoya en otras formas, como la metáfora, entonces puede ser tan hermosa como
ARTE SUSPENDIDO EN EL TIEMPO
El arte El arte tiene por objeto detener el tiempo. Una Venus de Milo no tiene tiempo. No está, ni estará, ni estuvo hecha en tal o cual siglo. Es una pieza que está fuera del tiempo. Una vez completada, la obra de arte pervive por encima de todo transcurrir. No transcurre, es, en sí misma, lo que debe ser: algo que está fuera del tiempo.
la poesía clásica… Y lo es, ¿por qué no? Entre un poema de Góngora y otro de un muchacho, por ejemplo, de José Hierro –poeta español que acaba de morir– hay una gran diferencia. No me refiero a la calidad, sino que hay una diferencia expresiva. Y tan válida es la expresión de Góngora, uno de los más grandes poetas de la lengua, como la expresión de José Hierro. Entre un verso de Sor Juana Inés de la Cruz (Esta tarde, mi bien cuando te hablaba…), en que está calculado sonido por sonido, y un verso suelto, digamos de Juan Bañuelos, para citar a un poeta distinguido, pues son tan válidos el uno como el otro. Yo no soy
reaccionario en el sentido de que la poesía debe estar siempre medida, siempre acentuada donde debe acentuarse, que es la poesía que yo hago. Sino que debe estar, desde luego, bien escrita, fácil de expresarse, contenida en aquello que precisamente quiere revivir o hacer que permanezca. SG: ¿Siempre supo que iba a ser poeta? ACh: No. Yo empecé a leer de muy niño. A los doce años leí los libros normales que lee un niño. Y empecé a pensar que podía ser un crítico literario. Porque, según yo, había leído ¡dizque tanto! a los doce, trece años, que pensé que podría ser crítico literario y, ya mucho después, a los dieciocho o diecinueve años, empecé por hacer un breve intento de poema. Hice varios, y después, vi que podía llegar a ser un escritor. Lo fui, lo soy y lo seré.
PALABRAS EN REPOSO La vida, la muerte y la danza, la música y el silencio, todo aquello que acompaña al hombre desde el principio de los tiempos, está contenido en este libro, donde se compilan sentimientos que estremecen las fibras del alma. Bellamente editado en fino papel cuché y forrado en tela de lino ocre. 102 págs.
EN LA ORILLA DEL SILENCIO Y OTROS POEMAS La obra poética de Chumacero ha sido galardonada con los premios Xavier Villaurrutia, Alfonso Reyes y Nacional de Lingüística y Literatura, entre otros. 1 CD.
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PÁRAMO DE SUEÑOS Este es el primer libro de poemas de Alí Chumacero, uno de los más destacados poetas de este siglo y reconocido hombre de letras. En estos poemas se conjuga lo angelical con lo diabólico, lo celeste y lo infernal, luces y sombras de un territorio donde sueña la poesía. 72 págs.
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Se une a la colección ‘Entre voces’, un nuevo compendio de poemas de Alí Chumacero, uno de los poetas más grandes que ha tenido México. Este CD se edita como parte del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe, adjudicado en 2003 al autor. 1 CD.
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LEGAL
El Club de Lectores constituye un sistema para la consecución de fines culturales donde se anima a descubrir y compartir el gusto por la lectura, facilitando la adquisición de buenos libros con la intención de formar e incrementar el acervo de las bibliotecas familiares. El Club de Lectores trata de acercarse, particularmente, a personas o comunidades que en razón de su situación social, física o cultural no pueden acudir a otras instancias.
Programa Nacional Hacia un País de Lectores La consolidación de nuestra democracia, a través del ejercicio cabal de la ciudadanía, exige la formación de ciudadanos en el sentido completo de la palabra: personas capaces no sólo de elegir a sus gobernantes sino de participar en la toma de decisiones que afectan a la vida colectiva. Para la formación integral del ciudadano, para su capacidad de decisión, para el desarrollo cultural del individuo y el de los grupos sociales, la lectura es una condición indispensable: una lectura libre, autónoma, ejercida como forma de vida, como afición placentera y satisfacción personal, como manera de encuentro con los otros […] […] Este Programa es el conjunto de esfuerzos que el gobierno de la República propone a la sociedad para incorporar la lectura en la vida de todos los mexicanos: en el hogar, la escuela, la universidad, los espacios culturales, los lugares públicos, y los centros de distribución y acceso a los libros y a otros materiales de lectura. Considera, asimismo, la unión y la colaboración de todos los actores y esferas de la sociedad como condición básica para lograr su objetivo: autores, editores, impresores, libreros, bibliotecarios, promotores voluntarios, maestros, padres de familia, organizaciones sociales y privadas, medios de comunicación y ciudadanos en general. También el firme compromiso y la colaboración de las órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. De ahí que, como política de Estado, habremos todos de garantizar un esfuerzo colectivo sin precedentes para desarrollar nuestras capacidades y consolidar nuestro proyecto democrático; esto es, hacer de México un país de lectores. Fuente: Programa Nacional Hacia un País de Lectores, Presidencia de la República.
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Bienvenido al Club de Lectores En Club de Lectores trabajamos para procurarle una gran variedad de libros cuyas características —así como nuestras promociones— se dan a conocer en nuestra revista trimestral y en nuestra página web www.clublectores.com Una vez que seleccione los libros de su agrado comuniquese al 01800 31 222 00 o en www.clublectores.com y utilice sus puntos para adquirirlos y recibirlos en el siguiente envío mensual. Al solicitar el canje, le sugerimos confirmar la equivalencia en puntos y la existencia de los libros elegidos, ya que éstas pueden variar sin previo aviso debido a cambios de políticas en las distintas editoriales que los proveen a Club de Lectores. Asimismo, la presentación de los libros que usted reciba puede ser diferente de la que se muestra en esta revista, debido al frecuente lanzamiento de nuevas ediciones. Todo lo ofrecido en esta revista, será válido únicamente del 1° de Diciembre de 2003 al 29 de Febrero de 2004. Para cualquier aclaración, o para realizar su canje de puntos, también puede recurrir a la sección "Use sus puntos" en www.clublectores.com Agradecemos su confianza y esperamos que disfrute de las excepcionales facilidades que Club de Lectores ofrece para hacer de la lectura una actividad de deleite familiar.
Club de Lectores Revista trimestral Año 2 Núm. 7 Marzo 2004 Director Ignacio Uribe Ferrari Información y textos Susana Garduño Soto Coordinación del fondo editorial Virginia Krasniansky Corrección de estilo Gerardo de la Cruz Celina Orozco María Jesús Arbiza Virginia Krasniansky
Diseño, formación y fotografía digital Pedro Zúñiga Montes Asistente de diseño Héctor Morales Franco Fotos Alí Chumacero: Laura Alejandra Alcaraz Editor responsable Nelson Uribe de Barros El contenido de las colaboraciones es responsabilidad exclusiva de sus autores.
©Club de Lectores es una publicación trimestral editada por Edilar S.A. de C.V. con domicilio en Blvd. Manuel Ávila Camacho 1994, Desp. 403, Torre Ejecutiva Satélite, Tlalnepantla, Edo. de México, C.P. 54055. Teléfonos (01) 55 53 61 96 11, larga distancia sin costo 01 800 31 222 00. Fax (01) 55 53 62 08 51. Correo Electrónico: club@clublectores.com, dirección en Internet: www.clublectores.com. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2002-090919153500-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 12203. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 8858. RFC: EDI940408HPA. Editor Responsable: Nelson Uribe de Barros. Edición computarizada: Edilar S.A. de C.V. Impresión: Gráficas Monte Albán S.A. de C.V., Emiliano Zapata 93, Col. San Juan Ixhuatepec, Tlalnepantla, Edo. de México.
EDITORIAL
LOS PECES, EL INFINITO Y LOS LIBROS Madrugada, el sol aún tardará unas horas en salir. El pescador flota sobre el océano rumoroso, bajo las tablas de su bote, iluminado por una lámpara de gas, todo parece estar en calma. El pescador ve la superficie del agua, intuye la profundidad, imagina un cielo invertido y apenas un poco más denso que el que se encuentra sobre su cabeza. ¿Sabrán los peces que el agua los contiene? Si el pescador no ingresa de algún modo dentro del agua, con su red, con su caña o con todo su cuerpo, y tan solo se deja mecer en la superficie, no podrá alimentarse, pero, sobre todo, no será pescador. Madrugada, el mar está en silencio, la noche herida de estrellas reposa sobre las olas. El pescador prepara su carnada. Sabe que en algún lugar de la inmensidad está el pez que el destino le ha asignado. También sabe que el destino no llega, siempre hay que ir hacia él. Antes de dar con su pez atrapará algunos, que arrojará de nuevo al mar; otros, los usará de carnada o los comerá sólo para subsistir. Es posible que descubra algún ser inesperado y luche contra él, y alguno de los dos venza la voluntad del otro. Mientras tanto, intentará una y otra vez encontrar a su pez. Quizás éste tarde en aparecer, quizá no lo haga hasta el día siguiente o dentro de once noches. Pero sin duda se encontrarán, porque el pez también busca a su pescador, y en esa mutua búsqueda se atraen y ambos aprenden hacia dónde ir. Sin embargo, la fauna marina, abrumadora y mayoritaria, vivirá ajena a esta búsqueda. Leer es ir a pescar a oscuras en un inmenso mar de libros rumorosos. La mayoría serán ajenos a nuestra búsqueda; unos cuantos se atravesarán en nuestro camino y los leeremos por subsistencia, y otros los arrojaremos de nuevo a sus libreros sin haberlos probado. Nos ignoraremos mutuamente con la inmensa mayoría y sólo algunos serán tan fuertes e hipnóticos, que quizá lleguen a devorarnos. Leer es un desafío y un azar, porque el libro que el destino señaló para cada uno puede estar muy alejado, y sólo yendo hacia él, hacia el libro, éste vendrá hacia nosotros. ¿Para qué leer? Para atravesar la noche y el océano. Para aprender a nadar. Para tener conciencia de lo que no se ve y noción de lo profundo. Leer es perder el bote bajo los pies, es transformarse en pez y tomar conciencia de que el universo es infinitamente más extenso que el mar que nos contiene y sus orillas. Cuando alguna vez por azar, por intuición o por ingenio, logremos reunirnos con el libro indicado nos daremos cuenta
de que no venía solo, detrás de ese libro esperaban otros y otros más, y mientras más leamos, más libros nos quedarán por leer y ya nada podrá calmar esa angustia de haber visto de frente el infinito. Aquellos que hayan tenido la suerte o la desgracia de encontrarse con el primer libro de su destino, ya no podrán volver a pisar tierra firme, porque la lectura nos arroja al vacío. Leer no es maravilloso, es una experiencia desoladora , porque la lectura nos enfrenta a lo pequeños, necios y limitados que somos. Entonces ¿por qué querría uno transformarse en lector? Por curiosidad. Porque es la curiosidad la que nos hace crecer, descubrir, arriesgarnos. La utilidad nos muestra de las cosas sólo un aspecto de su forma, mientras que la curiosidad nos hace ver el infinito. La curiosidad es el motor de la lectura. Quienes no sean curiosos y pacientes quizá se salven de la lectura. Quienes sólo vean en la lectura un lado útil, vivirán siempre en la superficie del mar, y el pez más sabroso se lo comerá otro o seguirá vagando una eternidad. Madrugada, la noche está estrellada, todo parece en calma, habrá que ir a explorar. Rodolfo Castro* soycuentero@yahoo.com.mx
*Argentino en México, realizó numerosos oficios hasta transformarse en cuentacuentos. Da funciones para niños, jóvenes y adultos y también imparte talleres de lectura y narración. Es autor del libro La intuición de leer, la intención de narrar y Las otras lecturas (pág. 30), en colaboración con otros autores. Club de Lectores Nº 7
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Amado Nervo (1870-1919) Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino… … Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tú sólo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas… Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz! 1 Poeta, novelista, ensayista y periodista mexicano; una de las personalidades más complejas de la literatura hispana. Nació en Tepic, Nayarit. Realizó estudios teológicos y después ingresó en el Cuerpo diplomático; fue embajador de México en Madrid, España y en Montevideo, Uruguay. En 1894 se instaló en la Ciudad de México donde conoció a Manuel Gutiérrez Nájera y con él fundó la revista Azul que pretendía llevar a cabo una renovación artística en la literatura hispanoamericana. Al lado de otros compatriotas, como Luis G. Urbina y el propio Gutiérrez Nájera, creó el movimiento ‘modernista’ que habría de dar a las letras iberoamericanas algunas de sus plumas más sublimes. Desarrolló con maestría todas las modalidades modernistas. Impregnó su obra de misticismo, temas patrióticos, y alcanzó niveles de introspección profunda y admirable. La gracia y habilidad con que esculpe en la mente de los lectores imágenes y cuadros de sus percepciones íntimas es uno de los rasgos más admirados de su obra. Proyectó la calidad melancólica de sus contradicciones emotivas, como el desapego, el olvido y el dolor, frente a la resignación, la esperanza y la evocación. Sin embargo, el fervor religioso es uno de sus rasgos primordiales, fuente de sentimientos atormentados en el poeta. Yo no soy demasiado sabio para negarte, Señor: encuentro lógica tu existencia divina; me basta con abrir los ojos para hallarte; la creación entera me convida a adorarte, y te adoro en la rosa y te adoro en la espina. ¿Qué son nuestras angustias para querer por ellas argüirte de cruel? ¿Sabemos por ventura, si Tú con nuestras lágrimas fabricas las estrellas, si los seres más altos, si las cosas más bellas se amasan con el noble barro de la amargura? 2 Esta religiosidad le llevó a alejarse del movimiento modernista para encontrar un estilo propio lleno de panteísmo y fervor religioso que algunos de sus contemporáneos consideraron fuera de tiempo. Encontramos ejemplos de su sentimiento religioso en Plenitud, publicada en 1918 (disponible en la pág. 57 de este número de Club de Lectores).
1. En paz, fragmentos. 2. Yo no soy demasiado sabio, fragmento. 3. Gratia plena, fragmentos. 4. Inmortalidad, fragmentos.
La obra por la que Amado Nervo es más recordado y leído es La amada inmóvil (1922), que se publicó tras la muerte del poeta. Está inspirada en la muerte de Ana Daillez, mujer a la que el poeta amó en vida. Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar… El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría; ¡quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar! ... ¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía; pero flores tan bellas nunca pueden durar! Era llena de gracia, como el Avemaría, y a la Fuente de Gracia, de donde procedía, se volvió... ¡como gota que se vuelve a la mar! 3 Su sensibilidad se manifestó no sólo en su obra, sino en el trato gentil que brindaba a todo el que conocía. Era famosa su generosidad sin límites, por ejemplo, se cuenta que, al llegar a la ciudad de México, tomó por costumbre recorrer la antigua calle de Plateros, hoy Madero, socorriendo a los necesitados con generosas dádivas, sin percatarse siquiera que él mismo se quedaba sin dinero. Amado Nervo había publicado ya veinte libros, poseía un gran renombre en todos los países de habla hispana y se encontraba en el ápice de su fama, pero su salud era deficiente. En medio de un viaje en el cual dictó conferencias por Nueva York y Buenos Aires, llegó a Montevideo y tuvo que presentarse en numerosos actos públicos y entrevistas. Enfermó seriamente y agravó. En su habitación del Parque Hotel, frente a la Playa de Pocitos, murió en la mañana del 24 de mayo de 1919. Los honores tributados a Nervo, en su muerte y exequias, incluyeron guardias diplomáticas, oficiales, estudiantiles, populares; honores militares y discursos innumerables en el sepelio. Ofrendas florales y notas en la prensa mundial. Cien días después, el cadáver fue traído a México en un crucero uruguayo, acompañado por otro crucero argentino, a los que se unió luego un barco de guerra cubano; Uruguay obsequió el sarcófago, que está en la Rotonda de las Personas Ilustres, en México, donde yace Amado Nervo. ¡No puedes olvidarme: te condeno a un recuerdo tenaz! Mi amor ha sido lo más alto en tu vida, lo más bueno; y sólo entre los légamos y el cieno surge el pálido loto de tu olvido. … ¡Y habrás de recordar! Esa es la herencia que te da mi dolor, que nada ensalma. ¡Seré cumbre de luz en tu existencia, y un reproche inefable en tu conciencia y una estela inmortal dentro de tu alma! 4