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Los salvavidas del mundo mundial

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Agradecimientos

Agradecimientos

Cuento ganador Gustavo Ledezma Reyes, 8 años Municipio: Magdalena de Kino, Escuela Primaria Juan Fenochio

Había una vez una Hormiga y un Toro, eran los mejores amigos; un día se encontraban en la casa del Toro viendo televisión, donde miraron noticias sobre la pandemia, la Hormiga comentó: —¡No pasa nada, ni que a nosotros nos pegara la enfermedad!

Y el Toro le respondió: —¡No digas eso, nos puede pegar a nosotros ese feo virus!

En eso la hormiga empezó a convulsionar, el Toro se asustó tanto y la llevó con el Doctor Ardilla, quién le dijo que mantuviera su sana distancia; se alejaron el Doctor Ardilla y el Toro. El Doctor Ardilla dijo: —Tiene Covid-19.

La Hormiga comenzó a gritar muy fuerte, todo el pueblo fue con el Doctor; todos asustados dijeron —¿Qué pasa aquí?

El Doctor Ardilla dijo: —¡No se asusten, les tengo una buena noticia: la Hormiga se va a recuperar, pero todos debemos usar cubrebocas, gel antibacterial y es muy importante mantener sana distancia!

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La Hormiga empezó a gritar cada vez más fuerte y el Toro para consolar a su amigo le dijo —¡Cálmate hormiga, te vas a recuperar, ya lo dijo el Doctor!

Días después, el amigo Toro le llevó un caldo de pollo, se lo dio al Doctor Ardilla para que se lo diera a su amigo. La Hormiga, al saber que ahí estaba su amigo, le pidió al Doctor verlo, quien después de pensarlo dijo: —Bueno, pero va a haber una barrera.

La Hormiga acepta, entonces el Doctor Ardilla fue a avisarle al Toro, quien se emocionó mucho, “ya quiero verlo”, decía. Fueron al cuarto donde estaba la Hormiga, el Toro dijo:

—¡Amiga Hormiga! La Hormiga dijo:

—¡Amigo Toro!

Se pudieron saludar a través del vidrio. Las cosas continuaron muy feas, la pandemia seguía infectando a los animales, más porque no se cuidaban. Ni las manos se lavaban.

Un año después tocaron la puerta de la casa del Toro, era la Hormiga, se abrazaron y se pusieron a platicar. La Hormiga le dijo a su amigo Toro: —¡Me recuperé, ya estoy mejor!

El Toro dijo: —¡Qué bueno!—gritando de alegría. —Bueno, vamos a la playa—dijo la Hormiga.

Pero el Toro dijo: —¡No podemos, todavía hay coronavirus!

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—¡Ándale, solo un día! - dijo la Hormiga y lo convenció.

A la mañana siguiente se fueron a la playa y se dieron cuenta que estaba sola. Rentaron una casita y se pusieron a ver las noticias: ¡Alerta, alerta! un tsunami cargado de coronavirus llegó a las playas de Acapulco.

Los amigos se quedaron mirando y congelados gritaron: —¡Hay que buscar la vacuna, vamos amigo!

Después de mucha búsqueda sin parar, el día 12 de septiembre del 2021, encontraron la primera vacuna contra el coronavirus. La Hormiga y el Toro al mirar que, cada vez había más contagios y también muchas muertes, se dieron a la tarea de viajar por el mundo ayudando a los animales más necesitados y más pobres a conseguir la vacuna.

Pero había un problema ¿De dónde iban a sacar el dinero para tantas vacunas? Era urgente ponerse en acción. El Toro y la Hormiga pensaron y pensaron, ellos estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para salvar a los más necesitados. No encontraban la solución, estaban muy desilusionados y tristes porque los demás vecinos animales se burlaban de ellos, creían que estaban locos por querer ayudar a los animales enfermos de todo el mundo, sin ánimos, se fueron a la playa.

Caminado, se encontraron un mapa viejo tirado en la arena, pero la Hormiga dijo: —De seguro es una hoja de papel solamente. Pero el Toro lo agarró y se sorprendió al mirar que si era un mapa. —¡Mira amigo! hay que seguir el camino para ver a dónde nos lleva; capaz encontramos el tesoro.

Los amigos siguieron paso a paso las instrucciones del mapa, 15 pasos al Noroeste, pasar la palma y girar a la derecha, así se la llevaron, todo el día, pero por más que hacían todo lo que decía, no encontraban nada. Tenían mucha hambre, así que fueron a buscar algo de comer, para su suerte se encontraron un sándwich que alguien había olvidado. De

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lo lleno que estaban se quedaron dormidos.

La Hormiga comenzó a soñar, el Toro miraba como se movía, gritaba y hablaba como loco.

—¡Amigo despierta, despierta! Estás soñando. —¿Estás bien? ¡Tranquilo ya pasó! —¡Amigo Toro, ya tengo la respuesta del mapa! ya sé lo que estamos haciendo mal. Pero lo que no me gustó es que sale una calavera que cuida el tesoro, tendremos que luchar con el Guardián. ¿Le entramos? necesitamos el dinero.

—¡Bueno pues todo sea por salvar el mundo! dijo el Toro. El Toro siguió a su amigo Hormiga, atrás de él durante todo el recorrido, caminaron 15 pasos al Noroeste, giraron a la puesta del sol, 5 pasos al Sur, pasaron la palma, 3 pasos de Toro y 6 de Hormiga.

Y ahí estaba el Guardián, con espada, dispuesto a defender el tesoro. —¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren? ¡Váyanse de aquí!

El Toro y la Hormiga se miraron, un poco asustados. —¡Somos los mejores amigos de todo el mundo y venimos por el tesoro, necesitamos el dinero para salvar el mundo!

El Guardián comenzó a reírse a carcajadas: —¿Mejores amigos? Por favor, que buen chiste. No existen los mejores amigos. Ustedes son muy diferentes. ¡Una Hormiga y un Toro ja ja ja ja, son lo más chistoso!

Entonces los amigos se comenzaron a enojar y agarrar fuerzas por todas las burlas del Guardián.

—¿Cómo qué no? ¡Si existe y te lo vamos a demostrar!

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—Aunque somos muy diferentes físicamente, nos respetamos y aceptamos nuestros defectos. Nos la pasamos bien juntos, el Toro cuenta los chistes más chistosos y prepara el mejor caldo de pollo. Él ha estado cuando yo he estado muy enferma, muy preocupado por mí, dijo la hormiga. —Y la Hormiga puede hablar mucho, pero es muy leal. Siempre tiene buenas ideas, como ésta: encontrar el tesoro para comprar muchas vacunas, para salvar al mundo del Coronavirus. No me imaginaría la vida sin mi mejor amigo. Ese virus atacó a mi amigo y tuvo mucho tiempo muy enfermo, pensé que iba a morir, me sentía muy triste. Todos los días iba a verlo, hasta que por fin despertó, dijo el Toro.

El Guardián cambio su cara de burla por asombro. —¡Yo nunca he tenido un mejor amigo, nadie se ha preocupado por mí! —Pues eso es la amistad. Y lucharemos hasta el final por ese tesoro. No nos vamos de aquí sin él, dijo el Toro. —¡No es necesario! dijo el Guardián. - Ustedes me han dado una buena lección, que no importa ser diferentes. Lo importante es cómo eres. El tesoro es suyo, llévenselo y vayan a salvar al mundo.

Los amigos se pusieron muy felices y le dieron las gracias al Guardián. Le prometieron que cuando pasara el COVID, y salvaran el mundo, irían al Caffenio a tomarse un rocaccino con una dona.

Muy apurados los amigos, ya con todas las monedas, se fueron a comprar las vacunas. Muy bien protegidos con guantes, caretas y gel antibacterial, recorrieron cada rincón del mundo, llevando la vacuna a todos los países. Los pacientes se pusieron muy felices y agradecidos con la Hormiga y el Toro. Poco a poco salvaron al mundo de ese feo virus.

Enlace a videocuento: https://youtu.be/VF_lbDCaqoQ

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Avril Guadalupe Armenta Celaya

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