Com-Unión núm. 9

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Año IV | Núm. 9 Octubre-diciembre de 2019

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ÓRGANO OFICIAL DE LA COMUNIÓN MEXICANA DE IGLESIAS REFORMADAS Y PRESBITERIANAS A.R. (CMIRP) SGAR/4647/2018 Organizada el 28 de octubre de 2012

LUIS ANGUIANO ORTEGA LEOPOLDO CERVANTES-ORTIZ JUDITH CORONEL FERNANDO DÍAZ NAVAS EMMANUEL FLORES ROJAS HUGO GALLARDO DUARTE DAN GONZÁLEZ ORTEGA SILFRIDO GORDILLO BORRALLES MARGARITA ISLAS MARÍN † ROBERTO JIMÉNEZ COLÍN AMPARO LERÍN CRUZ YADAMY SARAY LÓPEZ ACERO RAÚL MÉNDEZ YÁÑEZ HÉCTOR MENDOZA NÚÑEZ RUBÉN MONTELONGO JOSÉ LUIS PÉREZ SÁNTIZ ADÁN A. RAMÍREZ FRÍAS SAÚL RODRÍGUEZ JIMÉNEZ TANIA TAMEZ GRENDA GERSON TREJO GUTIÉRREZ FELIPE VERA PALACIOS ALEJANDRO ZAMORANO ÁVILA

AÑO IV, NÚM. 9 OCTUBRE-DICIEMBRE DE 2019 CONTACTO: cmirpweb@gmail.com

 Un año desafiante y complejo, 3

EDITORIAL SENDEROS

 Permanecer donde Dios está: reflexiones sobre la Confesión de Belhar 25 años después, 3 Allan Aubrey Boesak  Boesak desafía a la CMIR a sostener la lucha global, 21 Phil Tanis  Misión en contexto: del “testimonio” a la “con-otridad”, 23  CMIR lamenta la muerte de teólogo profético sudafricano, 25

PERSPECTIVAS

 Sermón por el Día de la Reforma Protestante, 26 Edwin A. González Castillo  La Reforma anima a la responsabilidad, 31 Najla Kassab  Bajo protesta, 32 Raúl Méndez Yáñez  Primera presbítera guatemalteca ordenada, 32  Falleció Sallie McFague, notable teóloga estadunidense, 33  Moltmann reflexiona sobre el espíritu de la verdad, 33  Metz, un teólogo sensible al clamor del pueblo, 34 Víctor Hernández Ramírez  Se necesita un Beato evangélico, 35 Magali Cunha  Fallece Scannone, mentor teológico del papa Bergoglio, 37  Una criatura pequeña les guiará, 38 Chris Ferguson  ¡Dios de vida! ¡Dios de gracia! ¡Dios de amor!, 40 Olav Fykse Tveit

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HORIZONTES XXXII aniversario de la Iglesia Antioquía, 41 Falleció el Pbro. Abel Clemente Vázquez, 41 Evangélicos y poder, matrimonio de conveniencia en AL, 43 AMLO y la religión, 46 Julio Patán Casiodoro de Reina, 48 Félix de Azúa La Biblia en Bolivia, 50 Pablo Barrera Mártires de la UCA: A 30 años del martirio de jesuitas en El Salvador, 51 Miguel Concha

NOTICIAS Y MATERIALES

 Respondiendo a un éxodo: Agua Prieta y Douglas, 53  AIPRAL: 25 de noviembre, contra la violencia de género, 54  Reunión de trabajo sobre el Plan estratégico y comida navideña, 54  Amparo Lerín en programa Sacro y profano sobre la Virgen de Guadalupe, 55  Novedades bibliográficas, 56

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EDITORIAL UN AÑO DESAFIANTE Y COMPLEJO

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n año lleno de complejidades, sorpresas y dificultades sociales, políticas y de todo tipo. Eso fue 2019 visto desde una perspectiva inicial de análisis. Todavía están por plantearse muchas hipótesis interpretativas sobre lo sucedido hasta el momento. En América Latina, lo acontecido en Bolivia, con el golpe de estado contra Evo Morales vino a romper el precario equilibrio de la región y a recordar viejos momentos que parecían ya idos. Mientras tanto, el triunfo de Albeerto Fernández en Argentina replanteó la distribución política del área en términos que permiten asomarse a la esperanza. En este número se retoma la figura y la acción de alguien que marcó profundamente del devenir de las iglesias reformadas en el mundo. A Allan Boesak como presidente de la Alianza Reformada Mundial le correspondió enfrentar la situación política de su país desde una trinchera incomparable. El régimen de segregación racial en Sudáfrica debió ser cuestionado teológicamente por esta organización desde el plano del debate ético profundo. Ahora, este teólogo vuelve a la CMIR para renovar su participación y proponer nuevos senderos de vida. Asimismo, se incluye la transcripción del sermón por el Día de la Reforma a cargo del Rev. Edwin A. González Castillo, de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, además de otros textos de importancia que se fueron acumulando en los últimos meses del año.

SENDEROS PERMANECER DONDE DIOS ESTÁ: REFLEXIONES SOBRE LA CONFESIÓN DE BELHAR 25 AÑOS DESPUÉS Allan Audrey Boesak “To stand where God stands: reflections on the Confession of Belhar after 25 years”, en Studia Historiae Ecclesiasticae, Sociedad de Historia de la Iglesia de Sudáfrica, vol. XXXIV, núm. 1, julio de 2008, pp. 143-172.

Allan Audrey Boesak (1946) es un personaje casi mitológico en la historia de las iglesias reformadas a nivel mundial. Presidente de la antigua Alianza Refromada Mundial en los años 80, debió plantear en su periodo, de manera valiente y arriesgada, la condena teológica del régimen de segregación racial que gobernaba en Sudáfricam, su país de origen. Exponente de una sólida expresión de la teología reformada, puso a dialogar ambas realidades (la racial y la espiritual) de un modo sumamente crativo desde uno de sus libros: Black and Reformed: apartheid, liberation and the Calvinist tradition (Negro y reformado: apartheid, liberación y tradición calvinista, 1984), además de otros volúmenes de una gran pertinencia para su momento histórico (tales como Farewell to innocence. A socio-ethical study on black theology and power, Adiós a la inocencia. Un estudio socio-ético sobre la teología negra y el poder, 1976), Comfort and Protest: Reflections on the Apocalypse of John of Patmos (Comodidad y protesta: reflexiones sobre el Apocalipsis de Juan de Patmos, 1987) y The Tenderness of Conscience: African Renaissance and the Spirituality of Politics (La ternura de la conciencia: renacimiento africano y espiritualidad de la politica, 2008), entre otros. En español puede leerse Caminando entre espinas. El llamado a la obediencia cristiana (CUPSA, 1989). 1. Una ocurrencia rara y preciosa ace veinticinco años, la iglesia en la que sirvo, la entonces Iglesia de la Misión Reformada Holandesa (ahora la Iglesia Reformada Unida en el sur de África), adoptó una nueva confesión conocida como la Confesión de Belhar, llamada así por el municipio “de color” donde el se celebró el sínodo. Fue la primera confesión de fe que se formuló en casi 300 años dentro de la familia de iglesias reformadas y la

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primera en proceder de una iglesia en África en los tiempos modernos. Fue un hecho raro y precioso, y uno que ha impactado significativamente en el paisaje teológico en Sudáfrica y en otros lugares. Cambió la vida de especialmente las iglesias en la familia reformada, y cada vez más, emerge ahora, representa una separación de los caminos. Lo que sigue es un análisis narrativo y una reflexión teológica sobre el significado de este documento para la vida de la iglesia en Sudáfrica y más allá.1 Como todas las confesiones verdaderas, Belhar nació de los corazones de los fieles, en una situación de profunda desesperación e Las últimas confesiones oficiales de las iglesias de la Reforma son la Confesión de Westminster de la Iglesia de Escocia (1647) y Formulae Concordiae (1657). La Declaración de Barmen de la Iglesia Confesante en Alemania siguió en 1934, pero la iglesia misma vio esto como una “declaración” teológica y no una “confesión”, tal como se entiende 1

incertidumbre, de prueba y tribulación, de crisis y pruebas, un tiempo en el que los principios fundamentales del evangelio y el corazón de nuestra fe estaba bajo una amenaza tan severa que no sería suficiente una simple declaración religiosa o incluso una declaración teológica, ni una repetición ansiosa de certidumbres doctrinales: la iglesia solo podía recurrir al raro y radical acto de confesión para proclamar el evangelio nuevamente. Fue un momento de verdad y de kairós, de ser dominado por la Palabra de Dios y de ser empoderado por el Espíritu de Dios. Surgió en una situación específica, pero como todas las confesiones verdaderas, debido a su arraigo en las Escrituras, habló de una realidad universal. Su necesidad era parroquial, su aplicación ecuménica. El evangelio estaba en juego, nuestras vidas estaban en riesgo y el testimonio de la iglesia estaba en peligro. Sólo podríamos invocar a Aquel que es la fuente de todo. Por lo tanto, la Confesión habló y todavía habla de la situación humana en todas partes. Como todas las confesiones verdaderas, la Confesión de Belhar no busca atacar ni defender, sino defender y afirmar. No condena ni racionaliza, sino que testifica y proclama. Como todas las confesiones verdaderas, responde a la herejía, ese alejamiento deliberado y deliberado de la verdad lejos de la luz del evangelio a la sombra de la distorsión y satisfacción humanas. El redescubrimiento y el reconocimiento de esa verdad no es un momento de regodeo triunfalista, sino de una alegría profunda y humilde: la verdad nos ha encontrado, recuperado y reclamado. Nosotros no somos la luz; La luz nos ilumina y nos guía. Por eso no anunciamos, proclamamos; no pontificamos, confesamos. Por esa razón, la alegría es el rasgo más visible, sostenido y duradero de la confesión. Esa alegría reverbera vibrantemente a lo largo de la Confesión de Belhar. De la primera oración: “Creemos en el Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que reúne, protege y cuida a la iglesia por la Palabra y el Espíritu de Dios, como Dios lo ha hecho desde el principio del mundo y lo hará para el fin “hasta el final,” ¡Para el único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos! “Con alegría, reclama tradicionalmente. La Declaración de Barmen fue, sin embargo, en las décadas siguientes, aceptada por muchas iglesias como una confesión de fe, ya que, en su situación particular, habló mucho al corazón de su fe. La Confesión de Belhar fue la conclusión de un proceso de status confessionis anunciado por la Iglesia de la Misión Reformada Holandesa y adoptada por el sínodo como una cuarta confesión oficial a la par de las confesiones tradicionales de las iglesias de la tradición reformada holandesa, a saber, la Confesión Belga, el Catecismo de Heidelberg y los Cánones de Dordt. Véase J. Botha y Naudé Piet (1998). 4


con todos los santos la afirmación de la unidad del pueblo de Dios como un regalo y obligación, el mensaje de reconciliación que Dios ha confiado a la iglesia y la verdad de que a través de Jesucristo somos la luz del mundo y la sal de la tierra, llamados a ser pacificadores. Celebra las buenas noticias de que Dios es un Dios que trae verdadera justicia entre la humanidad y que la iglesia como posesión de Dios debe estar donde Dios está, contra toda injusticia y con los injustos e impotentes contra los poderosos. Canta alegremente que estamos llamados a confesar todas estas cosas no a través del poder terrenal, la arrogancia o la imprudencia, sino en obediencia a Jesucristo, aunque hacerlo puede provocar la ira de las autoridades terrenales y las leyes humanas, porque sobre todo sabemos: Jesús es el Señor. Belhar, entonces como ahora, proclama la victoria de Cristo, y a través de él el nuestro, sobre el poder del pecado y la muerte, el miedo y la impotencia. Ya no tendremos miedo.

Véase, por ejemplo, Jeremy Seekings, 2000; Anthony W. Marx 1992. 3 Véase D.P. Botha, 1982, 264. Botha señala que la ideología del apartheid representa una “revolución” en el pensamiento y la 2

2. De entre los pobres y los de abajo Para comprender el poder de esta confesión y la razón de nuestra alegría, uno debe comprender algo de la situación en la que nació la Confesión de Belhar. No muy diferente de las crisis que dieron origen a algunas de las antiguas confesiones reformadas, la Confesión Escocesa, por ejemplo, o la Confesión Belga, la crisis que nos llevó al momento de la confesión fue política y espiritual. Sudáfrica estaba entonces bajo el control del sistema de apartheid, un sistema de opresión racial, dominación y explotación económica que dominaba cada área de nuestras vidas. Deshumanizó a los negros mientras que de acuerdo con un estado idólatra a los blancos. El color de la piel lo determinó todo: desde la educación hasta el empleo, desde los tribunales hasta la definición de la dignidad humana. Causó un inmenso sufrimiento entre millones. Era un sistema inherentemente violento e indescriptiblemente destructivo, y requería leyes cada vez más draconianas y una creciente violencia física para mantenerlo en su lugar. El impacto de estas leyes, la amplia gama de poderes otorgados a la policía, el aparato de seguridad y el ejército, y los estados secuenciales de emergencia proclamados por el gobierno posiblemente hicieron de la década de 1980 el período más oscuro de la era del apartheid. Sin embargo, al mismo tiempo provocó la resistencia más fuerte y más persistente al sistema.2 Pero Sudáfrica no era el único lugar en el mundo donde la opresión racista, la discriminación social y la explotación económica eran el pan de cada día de los pobres e indefensos. Lo que hizo que nuestra situación fuera única fue el papel de la iglesia cristiana, no solo en crear una apertura al prejuicio racial, o en justificar el prejuicio racial después del hecho, sino en la configuración real de la política basada en el prejuicio racial y la opresión. La política del apartheid fue en esencia el legado del dominio colonial inglés, y aunque a ninguno de nosotros nos reconforta, es justo siempre recordarnos que la ideología y las prácticas de superioridad racial no fueron invenciones afrikaner. Sin embargo, también fue el resultado político lógico de la llamada “política de misión” de la Iglesia Reformada Holandesa.3 Pero fue más que eso. Se presentó tanto a los blancos como a los negros como una solución global, cargada de soteriología y dada por Dios a lo que se consideraba “el problema racial”. No sólo se presentó como la voluntad de Dios; había una razón teológica vida del nacionalismo afrikaaner y argumenta firmemente que ninguna otra institución en la comunidad afrikaaner, incluida la afrikaaner broederbond, hizo tanto como la Iglesia reformada holandesa para preparar al afrikaaner por la aceptación del apartheid y sus consecuencias radicales para la política, la sociedad y la iglesia. 5


completa, una “teología del apartheid” integral para su justificación bíblica, moral y teológica. Como tal, se convirtió en algo más que una ideología y un sistema político o una construcción socioeconómica. De hecho, se convirtió en un pseudoevangelio, desafiando y reemplazando la verdad y la autoridad del verdadero evangelio en nuestras vidas personales, en la vida de la iglesia y en la vida corporativa de la nación. La iglesia de la que ahora estoy hablando específicamente es la Iglesia Reformada Holandesa de Sudáfrica. Esa iglesia estaba (y en gran medida todavía lo está) dividida en función de la raza y el color de la piel. Esto no quiere decir que otras iglesias no apoyaran, abierta o encubiertamente, el apartheid.4 Este hecho es difícil de discutir. Pero esta es la iglesia que vino con la colonización de Sudáfrica, en la cual los primeros nativos y los esclavos que se convirtieron en cristianos fueron bautizados y se convirtieron en miembros. Con el tiempo, esta iglesia se convirtió cada vez más en la iglesia del dueño de los colonos y esclavos, la iglesia del blanco, “cristiano europeo” (a diferencia del “cristiano pagano”) cuya posición superior en la jerarquía política y socioeconómica de la sociedad colonial tenía para reflejarse en la iglesia. A medida que la sociedad se hizo más y más consciente de la raza, el color de la piel y el estatus social, cada vez había menos espacio para aquellos que no eran blancos y que eran considerados “paganos” a pesar de que confesaban a Jesucristo

como su Señor y Salvador. A medida que surgieron las tensiones políticas y económicas, la comunión cristiana se marchitó. Las tensiones de poder e impotencia, de superioridad e inferioridad forzadas, de propiedad y pertenencia, ya no podían ocultarse. A medida que los cristianos blancos reclamaban cada vez más tierras, destruían comunidades y personas enteras, los esclavos y los nativos reaccionaron de manera contradictoria, como se puede esperar en tales circunstancias. Algunos comenzaron a reafirmar la propiedad de sus tierras y a exigir el reconocimiento de su dignidad humana, otras comunidades e individuos simplemente comenzaron a desmoronarse. Al final, para aquellos en la comunidad de la iglesia, las contradicciones resultaron demasiado. La misma Biblia que proclamó la infancia de Dios justificó la subyugación y la propiedad de las almas humanas. La esclavitud y los lazos del amor cristiano no podían vivir lado a lado. La “religión de esclavos, azotes de mujeres, oscurecimiento de la mente, destrucción del alma”, en las palabras de Frederick Douglass,5 no podía compartir el mismo bautismo, partir el mismo pan y beber la misma copa en la mesa del Señor, ni hacer la misma confesión de que Jesucristo es el Señor, con aquellos que buscaron una religión que es “primero pura, luego pacífica, luego gentil, sin parcialidad y sin hipocresía...”. ¿Se puede violar a una mujer el viernes y azotar a un hombre hasta la muerte o lincharlo el sábado porque buscó su libertad, y el domingo ser testigo del bautismo de su hijo y celebrar una unidad en Cristo? ¿Podría el opresor escuchar los salmos que cantaban del Dios que “protegerá al extraño y apoyará al oprimido, aplastará al opresor” mientras está de pie junto a los oprimidos a quienes se les promete libertad, que levantaron la cabeza porque serían “levantados” del polvo de la tierra “? ¿Podría escucharse el mensaje de Jesús mientras los gritos de la cabaña de esclavos al otro lado de la calle no podían ahogarse?

Véase, por ejemplo, C. Villa-Vicencio, C. (1994), quien explora los dilemas de las

iglesias anglófonas sudafricanas durante el apartheid. 5 Véase A. Boesak (1984) [1977], p. 38.

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A mediados del siglo XIX, estas contradicciones, encarnadas como estaban en los cuerpos y las voces de los esclavos y exesclavos, simplemente se volvieron insoportables. Y como la iglesia no podía ignorarlos ni negar su existencia, buscó eliminar su presencia. La iglesia lo encontró más fácil, a pesar de que sabía y reconocía que lo que el evangelio exigía era diferente, primero optar por bautismos separados y una comunión separada, luego por servicios de adoración por separado, y finalmente por organizar iglesias separadas y basadas en la raza. Ahora se podría predicar la justificación de la esclavitud o las condiciones de esclavitud sin la presencia acusadora de aquellos cuya herida constituía la riqueza de la sociedad. Ahora la comunión podría ser servida sin el cuerpo roto de Cristo recordando a las Rev. M. C. Vos, 19th century Dutch Reformed Minister and missionary, véase A: Boesak, (1984, [1977]), pp. 104-105. 6

congregaciones los cuerpos rotos de los esclavos “castigados”. Ahora el bautismo ya no sería un recordatorio de que todos eran, en igual medida, pecadores ante Dios, y que, por la gracia redentora de Dios, todos pertenecen a Cristo. Ahora, el “catecismo de los esclavos” sería menos vergonzoso, y se podría enseñar a los esclavos que a pesar de que su suerte era injusta, triste e inmerecida, y que las cosas que les parecían insoportables eran la voluntad de Dios por su propio bien; y que, de hecho, si hubieran permanecido en sus países de origen, nunca habrían oído hablar de la gracia salvadora de su Señor y al morir se habrían perdido para siempre.6 Abundan las racionalizaciones: la separación racial fue “preferida” por los “cristianos paganos”; sería mejor para la “misión” de la iglesia, era “la forma más práctica”, y como se formuló en una decisión oficial de 1857, la iglesia lo hizo para acomodar “la debilidad de algunos” (miembros blancos). Esta decisión se presenta como el momento crucial en la historia de la iglesia en Sudáfrica. De ahora en adelante, no sólo la fe en Jesucristo, sino que la raza, la cultura y la pigmentación comenzarían a definir la membresía de la iglesia. Este momento es, en palabras del historiador de la iglesia Chris Loff, “el nacimiento de una herejía”.7 Las dolorosas consecuencias de esa decisión han estado con nosotros durante 150 años. Pero despojada de toda pretensión, esta fatídica decisión esencialmente proporcionó un refugio para una conciencia que no se doblegaría a la voluntad de Cristo. Me he demorado un poco más en este contexto histórico particular, porque creo que esta historia es de hecho el nacimiento de la herejía contra la cual la Iglesia de la Misión Reformada Holandesa proclamó su status confessionis más de un siglo después. Pero la historia es más que el registro de eventos y hechos. La historia también se trata de la memoria viva y la historia continua de las personas. Las personas de las cuales el científico británico Robert Knox preguntó: “¿Qué significan estas razas para nosotros? ¿A quién le importan especialmente los negros, los hotentotes o los cafres?... Destinados por la naturaleza de su raza para correr, como los animales, un cierto curso limitado de existencia, poco importa cómo se produce su extinción“,8 fueron nuestros antepasados. Despojados de tierra, dignidad y todo lo que querían, buscaron y encontraron consuelo y fortaleza en el evangelio, incluso si, como el poeta y catequista africano ciego John Ntsikana confesó en 1884, ese evangelio era un “fantasma C Loff, 1983, 17-20. Loff llama a esto una "disposición pecaminosa" alimentada por una “teología engañada”. 8 Robert Knox en Magubane (1999), p. 26. 7

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fabuloso” al que intentaron abrazar en vano.9 Sus luchas con la presencia del mal y la ausencia de Dios son en gran parte desconocidas. Tampoco nosotros, en contraste con los afroamericanos, tenemos un gran registro de cómo se sintieron cuando escucharon a esos predicadores esclavos contarles sobre el Dios de Jesucristo o cuando les dijeron que ya no eran bienvenidos en la iglesia donde habían aprendido a conocer a su Señor. Pero el evangelio siempre se afirma. Puede ser manipulado y distorsionado, pero su verdad no se puede negar. Puede ser pervertido, pero no puede ser enterrado. Aplastado a la tierra, esa verdad se levantará de nuevo. Aquí y allá, casi como ecos perdidos por los dongas y los valles de nuestra historia, y en las historias transmitidas de generación en generación, hay testigos de aquellos que encontraron en las palabras de los profetas y el mensaje de Jesús el poder del evangelio, esa Palabra de vida que no puede ser ligada, que empodera y proporciona justicia y libertad, dignidad y paz. Hablaron, y en su discurso nosotros, sus hijos y los hijos de sus hijos, descubrimos la continuidad con los profetas y Jesús de Nazaret. Llevados y sostenidos por su fe, caminamos por el desierto y bebimos el agua de la mano del ángel con Agar; subimos a la cima de la montaña con Moisés y dormimos debajo de la escoba con Elías. Lloramos en el templo con Ana y lloramos con Eliseo por la destrucción que se avecinaba. Nuestras voces se alzaron con la del salmista: “¿Cuánto tiempo, Señor?”. Y

con Isaías y Jeremías escuchamos, y creímos, la promesa de salvación y restauración. Con María cantamos el Magnificat y con Jesús sufrimos en una cruz hecha por manos humanas. En la prisión, aprendimos a cantar con Pablo y Silas, y con la antigua iglesia descubrimos que no hay poder en el cielo o en la tierra, ni siquiera la muerte, que pueda separarnos del amor de Dios que está en Jesucristo: Jesús es el Señor. Pero debemos considerar además que los contextos históricos de la esclavitud y el apartheid no son los únicos contextos dentro de los cuales la Confesión de Belhar habla poderosamente. La confesión vive de la afirmación que concluye el Artículo Uno, que trata de la unidad de la iglesia, a saber, que “la verdadera fe en Jesucristo es la única condición para ser miembro de esta iglesia”. Creo que esta afirmación tiene consecuencias mucho más radicales de lo que se admitió hasta ahora, tal vez porque la confesión se lee demasiado fácilmente como un documento que responde a una situación “racial”. Tenga en cuenta que la “separación forzada de personas por motivos de raza o color” se menciona por primera vez y sólo en el Artículo Tres que habla de la “separación forzada de personas sobre una base racial” y en el “rechazo” que sigue. La afirmación de la “verdadera fe en Jesucristo” se relaciona primero con el rechazo de cualquier absolutización de “la diversidad natural o la separación pecaminosa de las personas” que “obstaculiza o rompe la unidad visible y activa de la iglesia”, y al lado del tipo de creencia que profesa que la unidad espiritual genuina realmente se mantiene “en el vínculo de la paz, mientras que los creyentes de la misma confesión están en efecto alienados unos de otros por el bien de la diversidad y en la desesperación de la reconciliación”. Esto va mucho más allá del tema de la raza. En mi opinión, esto aborda con bastante profundidad los contextos históricos y reales de opresión, rechazo y explotación tanto de las personas homosexuales como de las mujeres. Esto comienza con el reconocimiento de que la comprensión de Belhar de la diversidad mencionada anteriormente es holística, positiva y enriquecedora,

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en oposición a la comprensión de la “diversidad” que es negativa y, por lo tanto, conduce a una separación “natural” que la ley debe imponer y luego sagrado por la iglesia. Belhar rechaza la absolutización pecaminosa que tiene como objetivo separar, oprimir y volver inferior a algunos, pero celebra expresamente la diversidad que afirma a la humanidad y la acoge como un regalo de Dios para la vida de la iglesia. Belhar abraza esa diversidad enriquecedora que une y edifica la iglesia. En este sentido, el rechazo de las personas homosexuales o la degradación de las mujeres como si su “verdadera fe en Jesucristo” no fuera suficiente, pero en realidad está sujeta a alguna forma de aprobación humana y algo “extra”, es parte de la “doctrina” pecaminosa que Belhar rechaza. Su rechazo no sólo es un pecado, sino que, según la confesión, también es un pecado negarse “fervientemente a perseguir esta unidad visible como un regalo invaluable”. Este lenguaje fuerte es inclusivo. Todas las manifestaciones de la pecaminosidad que “rompe la unidad visible”, “la desesperación de la reconciliación”, provoca “alienación unos de otros” y bendice la “separación forzada de personas” por cualquier motivo que sea tan aplicable a las personas homosexuales como a las mujeres. a las realidades de la opresión racial. Además, todo el Artículo Cuatro, que trata con Dios como “El que desea lograr la justicia y la verdadera paz en la tierra”, habla de la situación de las personas homosexuales y las mujeres. En su herida, su vulnerabilidad, la enemistad de muchos en la sociedad y el rechazo de su verdadera y plena humanidad, las mujeres y las personas

homosexuales tienen el derecho inalienable de invocar al Dios “que de una manera especial [es] el Dios de los indigentes, los pobres y los perjudicados”. Su sufrimiento no es menor que el de las viudas y los huérfanos y es en relación con su derecho a la justicia que Dios “desea enseñar al pueblo de Dios a hacer lo que es bueno y buscar el derecho”. Por lo tanto, en la lucha por el reconocimiento del derecho de las personas homosexuales y las mujeres a la humanidad plena, la iglesia también debe aprender a “estar donde Dios está”, y a ser testigo y luchar contra “cualquier forma de injusticia” perpetrada contra estos miembros del cuerpo de Cristo para que “la justicia caiga como las aguas, y la justicia como una corriente desbordante”. A medida que la iglesia busca seguir a Cristo en la lucha por la justicia para los pobres y los discriminados, la iglesia debe seguir a Cristo en este asunto. Esto no solo significa que la iglesia debe apoyar, defender e implementar esos derechos otorgados a las mujeres y las personas homosexuales en la Constitución de Sudáfrica en la plaza pública, sino que debe buscar activamente salvaguardar y promover esos derechos dentro de sus propias estructuras, sus predicando y viviendo, su adoración y testimonio. Rechazar, como Belhar nos ordena, “cualquier ideología que legitime formas de injusticia y cualquier doctrina que no esté dispuesta a resistir tal ideología en el nombre del evangelio”, significa por la misma señal, o mejor aún, por la misma convicción, rechazo de cualquier forma de opresión de la mujer, o cualquier forma de homofobia, flagrante o sutil. Esta es la forma en que la inclusión de la Confesión de Belhar refleja la inclusión del abrazo de Dios. “Creemos que, en obediencia a Jesucristo, su única Cabeza, la iglesia está llamada a confesar y hacer todas estas cosas, a pesar de que las autoridades y las leyes humanas pueden prohibirlas y el castigo y el sufrimiento son la consecuencia. Jesús es el Señor”. Y así, entre los pobres y los oprimidos, los despreciados y los que no tienen voz, los desanimados y oprimidos, llegó la Confesión de Belhar, y esta es, quizás, la más eminente, y para algunos, su característica más ofensiva. En otras palabras, y en los momentos de debate sin vigilancia y acalorados, vemos que esto emerge cada vez más, la verdadera razón del rechazo de Belhar es el hecho de que es la voz de aquellos que no tenían voz, que, de hecho, tenían sin derecho a hablar; el menor de los que Dios 9


debería haber elegido para hablar proféticamente a los poderosos. Que aquellos que no tienen nombre en las calles podrían atreverse a nombrar el Nombre de Dios en el santuario y en la plaza pública, no solo a su “propia gente” en sus espacios separados ordenados, sino a la iglesia mundial, eso parece ser ser demasiado Su lugar de nacimiento no eran los palacios de los privilegiados o los santuarios de poder blanco con ventanas de vidrio y manchas altas. Dio voz a los que no tenían voz y poder a los que no tenían poder. Tampoco fue hijo del debate académico esotérico; surgió de las luchas de la gente común que vivía en presencia del mal y con las promesas de Dios y habló con la elocuencia de la fe. Los poderosos no le encargaron legitimar el poder terrenal. Coloca el poder terrenal bajo la crítica del cielo y la tierra: del Dios indignado y de las personas que sufren. En sus palabras pulsa una vida, vivida no bajo la protección del trono sino a la sombra de la cruz. En él no se encontrará la arrogancia de la certeza; es la firmeza temblorosa de quienes caminan por fe, no por vista. En esencia, esto es lo que abrazan los que abrazan la Confesión de Belhar, y esto es lo que comparten con aquellos que aceptan la confesión como propia. Lo que quiero decir no es tanto socio-económico o político, es profundamente teológico. En este sentido, Belhar es una representación única de la identificación de Dios con los pobres, los que no tienen voz y los desposeídos. Abrazarlo revela y preserva la integridad del proceso de reunificación con el que la familia de la Iglesia Reformada Holandesa está

ahora comprometida. En este abrazo no reside tanto la corrección como la redención.

Dietrich Bonhoeffer Werke, Eberhard Bethge et al. eds., 1986-1998, 8, p. 402.

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3. Someter nuestra voluntad a la mente de Cristo Belhar no ve la necesidad de repetir las verdades doctrinales profundas heredadas de la iglesia antigua, y algunos usan eso para argumentar que Belhar, por lo tanto, no es “una verdadera confesión”. Eso, sin embargo, es un argumento falso. Hay algunas confesiones veneradas en la tradición cristiana que no se refieren únicamente a asuntos doctrinales. Además, la primera confesión conocida de la iglesia cristiana, “Jesús es el Señor”, se hizo no como una declaración doctrinal, sino como un testimonio vivo contra un estado idólatra y los reclamos de divinidad de los Césares romanos. El compromiso de aquellos en Belhar con estas verdades nunca ha flaqueado. Que Jesús de Nazaret era el Hijo de Dios no era el problema; más bien la pregunta era: ¿con qué seriedad tomamos la presencia encarnada de Dios en Jesucristo? Fuimos llamados a volver a visitar, para nuestro tiempo una y otra vez, la pregunta que Jesús le había hecho a sus discípulos, “¿Quién dices que soy?” (Marcos 8:29), tan bien entendido y preguntado nuevamente por Dietrich Bonhoeffer en un tiempo similar. lleno de dolor, sufrimiento y contradicciones irritantes: “¿Quién es Jesucristo para nosotros hoy?”.10 Ésa es la pregunta con la que lidiamos. ¿Qué valor tiene formalmente confesar a Jesús como el Cristo cuando la iglesia pierde su camino por las consecuencias morales, socioeconómicas y políticas del evangelio, e incluso mientras confiesa a Cristo, la iglesia hace causa común con los poderes destructivos del mundo? Entonces, también, ¿qué significa cuando la doctrina se repite piadosamente, pero la vida de la iglesia, aun cuando afirma la doctrina, niega el mensaje y la vida misma de Jesús? Luchamos con nuestra identidad cristiana: ¿qué significaba ser cristiano cuando uno de los sistemas más sistemáticamente explotadores y opresores del siglo XX estaba siendo reclamado con orgullo por la iglesia cristiana como propia?11 ¿Qué significaba cuando, a ciegas y la sumisión pecaminosa a una sociedad obsesionada con la raza, la raza y el color de la piel, en Véase, como un ejemplo entre muchos más, Die Kerkbode, órgano official de la Iglesia Reformada Holandesa, 22 de septiembre de 1948. 10


lugar de la fe en Jesucristo solo, ¿se hizo el criterio de membresía en la iglesia? La respuesta fue una confesión de que “la verdadera fe en Jesucristo es la única condición para ser miembro de (la) iglesia”. Este fue un momento en que la divinidad de Jesús no fue negada, pero sí la humanidad de los pobres, y de ahí las buenas noticias para los pobres que Jesús trajo. El continuo empobrecimiento de los pobres fue el resultado de una política deliberada y la iglesia, en lugar de buscar la justicia que cae como las aguas, y la justicia que fluye como una corriente poderosa, eligió beneficiarse de la explotación de los pobres y justificó su difícil situación. como la voluntad de Dios En tal situación, estamos llamados a confesar, audaz y públicamente, “que Dios se ha revelado a sí mismo como Aquel que trae justicia y verdadera paz entre la humanidad, que, en una palabra llena de injusticia y enemistad, Dios es de manera especial el Dios de los pobres, los indigentes y los agraviados; que, por lo tanto, la iglesia debe estar donde Dios está: con los injustos y contra cualquier forma de injusticia”. La iglesia afirmó a Cristo como mediador, pero predicó la irreconciliación de las personas sobre la base de la raza, la cultura y el color de la piel. La iglesia administró los sacramentos, pero permitió que los prejuicios racistas les quitaran poder a la eficacia de los sacramentos. La

iglesia afirmó la unidad de la iglesia, pero insistió en su división sobre la base de la raza. La iglesia apoyó las misiones, pero rechazó la reciprocidad del amor que trasciende todo y que debe caracterizar la vida de los seguidores de Jesús. Entonces, estamos llamados a confesar que compartimos una fe, tenemos un llamado, somos de una sola alma y mente; tener un Dios y un Padre, están llenos de un Espíritu, son bautizados con un solo bautismo, comen de un pan y beben de una copa, confiesan un Nombre...

La iglesia confesó la pecaminosidad de toda la humanidad, pero en efecto hizo una idolatría de la identidad racial y negó la igualdad de todos ante Dios que esa misma confesión expresó. Reconstruyó los muros de enemistad que Cristo derribó con un propósito político y teológico deliberado que desmentía la afirmación de esa verdad bíblica central. Cuando esto sucedió, fuimos llamados a confesar que La obra de reconciliación de Cristo se manifiesta en la comunidad de creyentes que se han reconciliado con Dios y entre ellos, que esa unidad es, por lo tanto, un don y una obligación para la iglesia de Jesucristo ... y que esta unidad debe hacerse visible para que el mundo Puede creer que la separación, el odio y la enemistad entre personas y grupos es un pecado que Cristo ya ha conquistado.

La iglesia profesó su dependencia del Dios trino, pero en realidad se basó e hizo causa común con poder mundano, privilegios políticos, explotación económica y poder militar para que la iglesia misma se convirtiera en una fuerza poderosa en la justificación y salvaguarda del sistema y de su propio poder, privilegio y supervivencia. Por lo tanto, no podíamos sino confesar que al estar donde está Dios, “la iglesia debe testificar contra todos los poderosos y privilegiados que buscan egoístamente sus propios intereses y, por lo tanto, controlan y perjudican a otros”. Si algunos buscan esconderse detrás de la pecaminosidad de la humanidad y la fragilidad del mundo, Belhar a su vez les recuerda que “la Palabra y el Espíritu vivificantes de Dios han conquistado los poderes del pecado y la muerte” y nos han hecho a todos vencedores por medio de Jesucristo, y que la Palabra y el Espíritu vivificantes de Dios “permiten a la iglesia vivir en una nueva obediencia que puede abrir nuevas posibilidades de vida para la sociedad y el mundo”. Y si recordamos la ira del estado, la implacabilidad de su violencia, la amplia gama de sus poderes y el alcance de su aparato de seguridad, a su vez nos recordamos que “creemos que, en obediencia a Jesucristo, su solo Cabeza, la 11


iglesia está llamada a confesar y hacer todas estas cosas, a pesar de que las autoridades y las leyes humanas pueden prohibirlas y el castigo y el sufrimiento pueden ser la consecuencia “. En este Belhar no hace más, pero no menos que hacer eco de la Confessio Scotica, que llama a los cristianos reformados a “salvar la vida de los inocentes, reprimir la tiranía, defender a los oprimidos”. Y luego dijimos: “Jesús es el Señor”. Debo hacer una o dos observaciones más importantes a este respecto. Al hacer esta confesión, incluso mientras hablábamos, muchos de nosotros habíamos sido encarcelados sin cargos; muchos bajo cargos falsos. Vidas habían sido amenazadas, perdidas y destruidas. Muchos habían desaparecido. Nuestra juventud estaba en las calles de la nación en protesta, arriesgando sus vidas todos los días en enfrentamientos con la policía y el ejército. Las bajas fueron miles. Bajo la más draconiana de las leyes, la policía de seguridad tuvo un reinado libre para hostigar y torturar a cientos de quienes se resistieron. Los padres vieron a sus hijos huir sin la esperanza de volver a verlos. Años después, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación descubriría pequeñas partes de las realidades con las que vivíamos entonces. Vivíamos en el miedo diario de nuestras vidas. La confianza mutua fue destruida: muchos fueron comprados o forzados a convertirse en espías de la policía. La enemistad, el odio, la desconfianza y el miedo fueron las respuestas más naturales. Nuestro país se estaba volviendo cada vez menos nuestra madre y más y más nuestra tumba.

Sin embargo, en medio de todo esto, la Confesión de Belhar, que constantemente da cuenta de la esperanza que está dentro de nosotros, y que se ha basado en la Palabra, la tradición y la fe de la iglesia antigua, llama principalmente a la obra de reconciliación de Cristo. , proclamando a aquellos que sufren opresión que no se dejen tentar por el odio, la enemistad y la venganza autojustificante, sino que recuerden “que estamos obligados a entregarnos voluntaria y alegremente para beneficiarnos y bendecirnos unos a otros [ya que] compartimos el una fe...“. En Sudáfrica en ese momento, los blancos y los negros eran enemigos temibles y temerosos. En política, hablar de reconciliación se consideraba prematuro, si no traidor. El odio era natural, la enemistad era una virtud. Y aunque la mayoría de nuestros miembros estaban involucrados de manera crucial en la lucha por la liberación, no fue el llamado de la política lo que dictó nuestra conducta, sino el llamado del evangelio. La realidad de nuestra unidad en Cristo anuló la necesidad política de ver al otro como un enemigo, incluso si había sangre en las calles. Aquí la popularidad con nuestras masas en lucha no era el problema, nuestra obligación con Cristo sí lo era. Tenga en cuenta también que a pesar de todo esto, la confesión nunca menciona la palabra apartheid, porque el tema nunca fue apartheid, sino justicia, unidad, reconciliación, la integridad del evangelio, la fe de la iglesia y el señorío de Jesucristo. Centrarse en el apartheid habría alejado fatalmente el enfoque de Cristo y, tanto espacial como históricamente, habría parroquializado la confesión más allá de la redención. Es importante recordar que aquellos que se pusieron de pie ese día en la aceptación solemne de la confesión incluyeron tanto blancos como negros, y, por el contrario, aquellos que no incluyeron tanto a blancos como a negros. Los blancos que se pusieron de pie ese día no vinieron de la nada. Se quedaron allí porque allí es donde habían estado todo el tiempo, es decir, donde se encuentra Dios. Nunca se trató realmente de raza y pigmentación; siempre se trataba de fe, compromiso y convicción. En el caldero de polarización blanca / negra, éste fue y sigue siendo un testimonio sorprendente del verdadero no racialismo, pero fue más: fue un testimonio de reconciliación y la unidad de la iglesia, tan central 12


en Belhar. Entonces, como ahora, los que estaban allí no fueron impulsados por la corrección política. Fueron, como todavía lo son, impulsados por el amor de Cristo y su pasión por la unidad, la reconciliación y la justicia. Por esa razón, es extremadamente gracioso, si no es que falso, en extremo argumentar que el rechazo de Belhar por parte de algunos negros es una invalidación de la confesión. Pero tenga en cuenta algo más: la obligación de adoración, reconciliación, unidad y posición con los pobres se dirige en primer lugar a los que confiesan, y solo en segunda instancia a los que pueden escuchar. La fe que Belhar defiende no es una fe que se justifique a sí misma; Es una fe autocrítica. Además, los que están llamados a confesar también están llamados a la obediencia. El acto de confesión es un acto de compromiso: no permite arrogancia, desconexión ni sentido de superioridad espiritual. Y es esta humilde sumisión a la Palabra de Dios, esta inclinación de nuestra

mente y voluntad a la obediencia a Cristo lo que nos fortalece y nos envalentona a decir lo que sigue: “Por lo tanto, rechazamos ...”. Ese acto de rechazo no significa la eliminación espiritual de una persona o grupo; lejos de eso. El rechazo no se sostiene por sí solo; Está incrustado en la obligación de amar, perdonar y reconciliar. Sin esta obligación queda invalidada. Debemos tener, dijo Juan Calvino en su Institución, la humildad de darnos cuenta de que estamos de pie y somos sostenidos solo por Dios, que “desnudos y con las manos vacías huimos a su misericordia, reposamos por completo en él, nos escondemos en lo profundo, y dieciséis solo por justicia y mérito “.12 En Jesucristo, continúa, el rostro de Dios brilla con perfecta gracia y gentileza, incluso sobre aquellos que profanan el nombre de Dios, traicionan la confianza de Dios y deshonran nuestro bautismo. Con ese espíritu, Belhar fue escrito, discutido y finalmente adoptado como una cuarta confesión en nuestra iglesia. Por esa razón, hemos pedido que la carta adjunta se lea antes de leer la Confesión. Y es en ese espíritu que lo hemos ofrecido a la iglesia ecuménica. Y una vez ofrecido así, ya no es propiedad de la Iglesia Reformada Unida. No se puede usar para juzgar, humillar o aniquilar al otro. Nunca puede ser la medida de nuestra superioridad espiritual, ni puede ser una cruz sobre la cual se clava al otro y se mantiene colgado. Al hacerlo, crucificaríamos a Cristo nuevamente. No es un arma para blandir, es un bastón en el que apoyarse. Belhar simboliza, indiscutiblemente y sublimemente, el abrazo inclusivo, misericordioso y amoroso de Jesús el Mesías. Todas las nociones de exclusividad, en cualquier forma o forma, le son ajenas. Hay signos alentadores de que un número significativo de la RDC está listo para abrazar por completo la Confesión de Belhar, y que incluso están listos para ir más allá de la decisión tomada por el Sínodo General de 2004 de que Belhar debería ser parte de la base confesional de un Iglesia re-unida. Pretenden no ser accidentales, sino herederos decididos de la confesión. El impacto en el proceso de unificación dentro de la familia de la iglesia reformada holandesa podría ser profundo. Aún más profundo sería si eso significara el surgimiento de una nueva comunidad de fe, basada en convicciones teológicas renovadas y la convergencia de la comprensión, una comprensión e interpretación diferente de las Escrituras y la tradición reformada. Esta sería una comunidad más allá de los límites de la raza y la cultura, más allá de la resurgente pero fatalmente

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defectuosa “política de identidad” que amenaza con arrastrar a los sudafricanos de regreso a los caprichos de la movilización étnica y las peligrosas corrientes subterráneas del estancamiento racial. No importa si toda la iglesia en Sudáfrica no sigue inmediatamente este curso de acción. La iglesia será conocida y juzgada, no por la reticencia de muchos, sino por la fidelidad de unos pocos, no por las dudas de sus legiones, sino por el coraje de sus profetas. 4. Situarse donde Dios está La Confesión de Belhar nos ayudó entonces, y nos ayuda ahora, a medida que enfrentamos los nuevos desafíos del siglo XXI.  Primero, Belhar nos ayuda a ver el valor de la tradición dentro de la cual nos encontramos. En una época de asombrosa arrogancia, cuando un nuevo fundamentalismo cristiano se separa por completo de la herencia de la iglesia primitiva, 13

encuentra refugio y legitimidad en alianzas con poderes mundanos y se mide a sí mismo y su éxito al ser aceptado por esos poderes, Belhar nos recuerda el verdadero significado de la confesión de que Jesús, y solo Jesús, es Señor. Esto no significa Jesús y nuestra lucha, ni Jesús y nuestro orgullo nacional, ni Jesús y nuestra prosperidad económica, ni Jesús y nuestro fervor patriótico. Esa es la primera confesión de la iglesia cristiana que se opuso a los reclamos imperiales de poder absoluto, contra los reclamos de divinidad del César, y contra la creencia de que el verdadero poder reside en el poder militar y que el poder militar puede ser una doncella de la cruz ejercida en el nombre de Jesús. Nos une a la iglesia primitiva que entendía que el verdadero poder radica en la impotencia de la Cruz, en la disposición de dar la vida por el bien de los demás y en el amor que vence al mal.  Segundo, Belhar nos reenfoca en nuestro vínculo ineludible y llamamos a la unidad: su fuente es el Dios trino; su realidad es el cuerpo visible de Cristo; su vida: compartir y recibir los dones del Espíritu; su fuerza impulsora es el amor de Cristo; su objetivo: “para que el mundo pueda creer”. Destruye nuestro sentido de aislamiento autosuficiente, obstinado y engañoso. Busca grabar en los rostros de los hermanos y hermanas el rostro de Cristo, de modo que, para hablar nuevamente con Juan Calvino, “ninguno [de ellos] pueda ser herido, despreciado, rechazado, abusado o de ninguna manera ser ofendido por nosotros, sin, al mismo tiempo, insultar, despreciar y abusar de Cristo por los errores que hacemos ... que no podemos amar a Cristo sin amarlo en los hermanos [y hermanas]... porque son miembros de nuestro [propio] cuerpo...”.13  Tercero, Belhar nos ayuda a comprender que al permanecer donde Dios está, la iglesia en una situación particular, sin importar cuán presionada o aislada esté, nunca está sola. Estamos instalados en el útero de la iglesia universal, unidos por el Espíritu del Señor en una solidaridad y amor que no conoce fronteras: culturales, políticas, socioeconómicas o físicas. Al redescubrir el corazón del evangelio, descubrimos la comunión de los santos y nos encontramos abiertos a su corrección, apoyo y amor. Hubo pocas cosas en esos días oscuros y tristes que nos fortalecieron más que el conocimiento de la solidaridad ecuménica. Y había pocas cosas más humillantes que la comprensión de que nuestras palabras, pronunciadas en nuestro sufrimiento, dolor,

J. Calvino, Institución, IV, 17, 38. 14


esperanza y fe, fueron palabras pronunciadas en el corazón de la iglesia universal. En nuestra impotencia, facultamos a la iglesia para responder y hacer cosas audaces en el nombre del Señor.  Cuarto, Belhar nos ayuda a encontrar nuestra voz y nuestro lugar a nivel mundial, a medida que enfrentamos los cambios y desafíos trascendentales que la globalización está imponiendo a los países y pueblos, a medida que luchamos con nuevas idolatrías y con las inmensas tentaciones de las alianzas imperiales que nos confrontan hoy. En nuestro mundo globalizado con sus poderes y mitos de poder, sus distorsiones de la realidad y el descuido de la verdad, Belhar nos ayuda a discernir la diferencia entre el evangelio y la ideología, entre las buenas noticias y la propaganda genuinas, entre decir la verdad y hacer mitos, entre los dictados del llamado “realismo político” y la realidad del reino de Dios. Nos ayuda a distinguir entre vacilación y compromiso a medias, entre obediencia y solidaridad cristiana. En la Biblia, “estar donde está Dios” era la garantía para que los profetas distinguieran entre los mitos de los ídolos, las demandas del palacio y los “susurros” del Señor. Y como hemos descubierto nosotros mismos, aunque no es el lugar más seguro para estar de pie, es sin duda el lugar correcto para estar de pie. Es el único lugar

desde donde podemos hacer la afirmación a la que se aferra la Confesión de Belhar: “Jesús es el Señor”.  Quinto, Belhar nos ayuda porque afirma esa verdad bíblica inalterable de que el Dios de Jesucristo es de manera especial el Dios de los pobres, los débiles, los indigentes y los perjudicados. Esta es la afirmación del éxodo, de los mandamientos, de los profetas y los escritores de canciones de la Biblia hebrea; y esta es la canción de Hannah, de Mary in the Magnificat, y el mensaje y la vida de Jesús de Nazaret. Luego, nos ayuda a entender que los pobres no son pobres debido a algún accidente histórico, rasgos genéticos o porque es la voluntad de Dios. Los pobres son pobres porque están maltratados. Son pobres debido a la injusticia. Son víctimas, no de un acto de Dios, sino de decisiones históricas, políticas y económicas deliberadas a través de las cuales se les hizo injusticia, de manera sistemática y sistemática. Estas decisiones fueron y siguen siendo tomadas por seres humanos en posiciones de poder que comprenden completamente las consecuencias de sus acciones. Al reconocer que los pobres son “perjudicados”, Belhar también reconoció que la lucha por los pobres es la lucha por los derechos de los pobres. Los pobres no sólo están privados de sustento y dignidad; están privados de derechos.14  En primer lugar, estar con los pobres significa ponerse de pie y ser contado. Pararse no solo donde, sino como está Dios: no solo frente a los pobres para protegerlos; pero junto a la solidaridad con su lucha. No solo en simpatía, sino en identificación empática con ellos. En Mateo 25, Jesús se convierte en el pobre, el prisionero, el desnudo y el hambriento. Lo que les hemos hecho a ellos, se lo hemos hecho a él. Al no hacer lo correcto, hacemos mal a Dios. Lo que hacemos por y con los pobres se hace por y con él. Con el grito “cuánto tiempo, Señor”, Juan Calvino nuevamente nos recuerda, ya que emana de entre los pobres y los oprimidos, que en realidad proviene del corazón de Dios. “Es”, afirma Calvino, “lo mismo que si Dios se escuchara a sí mismo cuando escucha los gritos y los gemidos de aquellos que no pueden soportar la injusticia”.15  Dietrich Bonhoeffer nos ha enseñado otra verdad más que ilustra cuán íntimamente Belhar refleja nuestra comprensión de Juan Calvino sobre este punto. Estar donde está Dios no solo significa estar con los pobres y los indigentes. Significa,

Debo esta información a Nicholas Wolterstorff, cuyos desarrollos continuos de estos pensamientos me parecen completamente convincentes. Véase

Wolterstorff, en Barnes Lampman (1999) pp. 107-130; también A. Boesak (2005), pp. 204-205. 15 J. Calvino, Commentaries on the Twelve Minor Prophets, Vol 4. On Habakkuk 2.6.

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dice Bonhoeffer, “estar con Dios en la hora del duelo de Dios”.16 Debemos estar “atrapados en el camino de Cristo”. No es nuestra religión la que nos hace creyentes y seguidores de Cristo, sino nuestra participación en los sufrimientos de Dios. Estamos llamados a compartir los sufrimientos de Dios a manos de un mundo hostil. Bonhoeffer sostiene que eso es lo que distingue no de las personas de otras religiones sino de los paganos. Pero aquí Bonhoeffer no critica a los paganos, sino a los cristianos cuya religiosidad, símbolos y rituales se han convertido en el sello distintivo de su vida. Son aquellos que piensan que es más importante ser religioso que ser seguidores de Cristo.  Somos discípulos de Cristo cuando estamos con Dios en la hora de la aflicción de Dios. El duelo de Dios no está en el dolor de Dios por Dios, sino en el dolor de Dios por el sufrimiento de la humanidad. Ese dolor infligido por las personas sobre las personas, se inflige a Dios. Cuando Bonhoeffer habla del dolor de Dios, no mira al cielo, sino a su alrededor, al dolor de las personas creadas a imagen de Dios. Cuando fallamos en estar con ellos, fallamos en estar con Dios. No preguntamos si su dolor es el dolor de paganos, paganos o enemigos. Es el pagano dentro de nosotros quien pregunta eso. Los apoyamos porque su dolor es el 16

Dietrich Bonhoeffer Werke, 8, pp. 515-516.

dolor de un Dios afligido. Eso es discipulado, porque está siendo atrapado en el camino de Jesucristo. Es por esa razón que la Confesión de Belhar es adoptada por los cristianos palestinos, así como por los cristianos norteamericanos marginados, pobres y sin voz, y por aquellos que escuchan su voz. Dará consuelo al pueblo sufriente de Iraq como lo hará a esos valientes luchadores por la democracia en Birmania, como a nosotros todavía. Empodera a las mujeres, las personas homosexuales y lesbianas y a todos aquellos que están relegados al margen de la sociedad. Y en sus luchas estamos con ellos, porque somos discípulos de Cristo, atrapados en el camino de Cristo.  Somos la posesión de Dios, dice Belhar, y, por lo tanto, impulsados por el amor y la justicia compasiva de Dios. Belhar nos ayuda a seguir recordando esto, a seguir recordando quiénes somos y para qué estamos llamados; para reclamar en nuestra vida y trabajo esa espiritualidad sin la cual no podemos enfrentar los desafíos que tenemos ante nosotros, para lograr la transformación que alcanza la justicia, la dignidad humana y la libertad; por la responsabilidad por la tierra, por las cosas más necesarias en nuestra realidad global.17 Es una espiritualidad que no es cautiva del triunfalismo, no depende de los poderes terrenales para ganar aceptación en el mundo. No está encerrado en un deseo de escapar de las realidades de este mundo, una experiencia interior privatizada de Dios mientras se cierran las voces del dolor. Es el temblor del alma ante Dios, de modo que somos enviados a buscar la gloria de Dios y el señorío de Jesucristo en todas las áreas de la vida. Nos deja abiertos a las heridas de los demás y nos hace correr el riesgo de ser vulnerables. Está compartiendo el dolor de Dios en el dolor de la humanidad, pero también está compartiendo la ira de Dios contra la injusticia y todas las formas de inhumanidad. Dos años antes de que se escribiera la Confesión de Belhar, a un nivel intensamente personal, me di cuenta de algo que es más cierto hoy que incluso entonces. Fue un momento triste y difícil, nuestra lucha parecía en vano, la muerte y el terror estaban por todas partes. Era como si toda la humanidad hubiera huido. Entonces descubrí en las antiguas confesiones reformadas algo que me proporcionó fe profética y consuelo pastoral. Proviene del Catecismo de Heidelberg, el primer día del Señor, en respuesta a He desarrollado mi comprensión de la espiritualidad en A. Boesak (2005), capítulo siete. 17

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la pregunta más crucial: “¿Cuál es su único consuelo en la vida y la muerte?”. El Catecismo responde: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no soy mía, sino que pertenezco a mi fiel Salvador Jesucristo; quien con su preciosa sangre ha satisfecho completamente mis pecados y me libró de todo el poder del demonio, y me preserva de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial no se me puede caer un pelo de la cabeza; sí, que todas las cosas deben estar subordinadas a mi salvación, por lo cual, por su Espíritu Santo, también me asegura la vida eterna y, de ahora en adelante, me hace estar dispuesto y dispuesto a vivir para él.

Dije entonces que esta es una espiritualidad revolucionaria sin la cual nuestro ser cristiano en el mundo no está completo, y sin el cual las tentaciones que son parte integrante de la lucha de liberación serán demasiado para nosotros. Creo que así es como Belhar nos bendice en este momento. La “audacia autoritaria” que atribuí entonces a los poderes en Sudáfrica se ve una vez más en los poderes destructivos que están desenfrenados hoy. Se habla del “mercado” como si fuera un dios: la vida humana parece ser fácilmente prescindible. Las personas no importan, pero las ganancias sí. Estos poderes destructivos reclaman con arrogancia totalitaria un lugar en nuestras vidas que solo Dios puede. Entonces, como ahora, es de vital importancia que nunca olvidemos a quién se debe nuestra máxima lealtad y obediencia. Dije entonces y lo creo ahora, que nuestras vidas tienen sentido sólo cuando están en manos de Aquel que ha dado su vida por el bien

de los demás. Y aunque él es el Cordero que es sacrificado, para aquellos que lo llaman Señor, él también es “Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra”. Es a este Jesús que Belhar testifica. Es este Espíritu quien nos da poder. Es este Dios a quien nos llama a adorar cuando termina la confesión: “A este Dios sea gloria, honor y alabanza por los siglos de los siglos”.

LA CONFESIÓN DE BELHAR (1986) 1. Creemos en un Dios Trino, Padre, Hijo, Espíritu Santo quien nos congrega, protege y cuida a su Iglesia a través de su Palabra y su Espíritu. Así Dios lo ha hecho desde el principio del mundo y lo hará hasta el fin de los tiempos. 2. Creemos en una Santa, Universal Iglesia cristiana, la Comunión de los Santos llamados de la familia humana entera. Creemos  Que la obra de reconciliación de Cristo es manifestada en la Iglesia como la comunidad de fieles que ha sido reconciliada con Dios y con el prójimo.  Por lo tanto, la unidad es un don como una obligación para la Iglesia de Jesucristo que a través de la obra del Espíritu de Dios es un vínculo de unión, simultáneamente es una realidad que deber ser perseguida, mantenida, en la cual el Pueblo de Dios debe crecer continuadamente en su búsqueda.  Esta unidad debe ser visible para que el mundo crea que la segregación, la enemistad y el odio entre los grupos y el pueblo es un pecado, el cual Jesucristo ha conquistado, consecuentemente, todo lo que amenace esta unidad no puede tener lugar en la Iglesia y debe ser rechazado.  La unidad del Pueblo de Dios debe ser manifestada activamente en una rica variedad de formas: amarnos los unos a los otros en todo lo que experimentamos, practicamos y buscamos en comunidad. estamos obligados a darnos a nosotros mismos voluntaria y gozosamente para ser de beneficio y bendición unos a los otros. Asimismo, compartimos una sola fe, una sola vocación en una sola mente y alma. Tenemos un solo Dios y Padre, somos plenos por un solo Espíritu, bautizados en un solo bautizo, comemos un solo pan y de una misma copa bebemos, confesamos un solo 17


Nombre, obedecemos a un solo Señor, trabajamos para una sola causa y compartimos una única esperanza, juntos hasta llegar a conocer la altura, la anchura y la profundidad del amor de Cristo. Juntos ir creciendo en la estatura del varón perfecto: Jesucristo, hacia la nueva humanidad, juntos conocer y llevar las cargas unos a otros y así cumplir la ley de Cristo, pues nos necesitamos unos a otros, ayudándonos a crecer unos a otros. Amonestarnos y exhortándonos unos a otros, sufrir unos por otros por causa de la justicia, orando juntos, sirviendo a Dios en este mundo y juntos luchar contra todo lo que pueda amenazar y obstaculizar nuestra unidad.  La unidad sólo puede ser establecida y mantenida en libertad, nunca bajo amenaza o coacción. La pluralidad de los dones del Espíritu: capacidades, herencia, convicciones, así como también la variedad de lenguajes y culturas son por el poder reconciliador de Jesucristo oportunidades para el mutuo servicio y enriquecimiento dentro del único y visible Pueblo de Dios.  La verdadera fe en Jesucristo es la única condición para entrar en la Iglesia Por lo tanto, rechazamos cualquier doctrina que:  Absolutice la diversidad como natural o la pecaminosa división del pueblo la cual es una forma en la que esta absolutización obstaculiza y rompe la visible y activa unidad de la Iglesia e incluso

lleva al establecimiento de una iglesia dividida.  Confiese que la unidad espiritual está verdaderamente mantenida en el vínculo de la paz, mientras los fieles de una misma tradición están de hecho alienados, separados unos de otros por causa de las diferencias y en detrimento de la reconciliación.  Que niegue que el oponer un enérgico rechazo por mantener la visible unidad como don inapreciable es pecado  Explícita o implícitamente sostenga que la decencia o cualquier otro factor humano y social deba ser considerado en la determinación de la membresía de la Iglesia. 3. Creemos que Dios ha confiado a la Iglesia con el mensaje de la reconciliación en y a través de Jesucristo,  por lo cual la Iglesia está llamada a ser la sal de la tierra y la luz del mundo. La Iglesia es llamada bendita ya que es hacedora de la paz, la Iglesia testifica de obra y de palabra el nuevo cielo y la nueva tierra en los cuales se establece la justicia.  La Palabra vivificadora de Dios y su Espíritu han conquistado los poderes del pecado y de la muerte, así como también la irreconciliación y el odio, la amargura y la enemistad. La Palabra vivificadora de Dios y su Espíritu capacitará a la Iglesia para vivir en novedad de obediencia la cual puede abrir nuevas posibilidades de vida para la sociedad y el mundo.  Que la credibilidad del mensaje de reconciliación es severamente afectado y obstruida su obra bienhechora cuando es proclamado en una nación la cual confesando ser cristiana, obstinadamente fomenta la separación del pueblo sobre bases raciales promoviendo y perpetuando la alienación, el odio, y la enemistad.  Cualquier enseñanza que pretenda por la fuerza legitimar la segregación para hacer atractivo el evangelio y no está preparada para aventurarse en el camino de la obediencia y reconciliación e ir más allá de todo prejuicio, miedo, egoísmo, e incredulidad, rechaza el avance del poder reconciliador del evangelio, debe ser considerada ideología y falsa doctrina. Por lo tanto, rechazamos cualquier doctrina que pretenda legitimar en nombre del evangelio o de la voluntad de Dios la segregación forzada del pueblo en grupos según su color y raza, y, por lo tanto, incremente la obstrucción y debilite el ministerio y la experiencia de la reconciliación en Cristo.

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4. Creemos que Dios se ha revelado a sí mismo como quien desea traer la justicia y la paz verdaderas entre los pueblos. Dios en un mundo lleno de injusticia e iniquidad, Dios es el Dios preferencial del desamparado, el pobre y el excluido. Dios llama a la Iglesia a seguir a Jesucristo de tal forma que Dios haga justicia al oprimido y le da pan al hambriento. Para que Dios libre al preso y restaure la vista al ciego. Dios proteja, sostenga al caído, proteja al extranjero, socorra el huérfano y a la viuda y obstruya el camino del impío. Que la pura y perfecta religión es visitar al huérfano y a la viuda en su dolor. Dios desea enseñarle a la Iglesia a hacer lo bueno y buscar la justicia.  Por lo tanto, la Iglesia debe defender al pueblo de cualquier forma de sufrimiento y necesidad, lo que implica, entre otras cosas, que la Iglesia debe testificar y luchar en contra de cualquier forma de injusticia, y así la justicia corra como ríos caudalosos y el derecho fluya como una fuente viva.  La Iglesia es posesión de Dios, debe levantarse donde su Señor se levante, principalmente contra la injusticia y a favor del desamparado. Siguiendo a Jesucristo, la Iglesia debe ser testigo contra el poderoso y el privilegiado que con egoísmo busca su propio interés para controlar y dañar a los otros. Por lo tanto, rechazamos cualquier ideología que pudiera legitimar cualquier forma de injusticia y cualquier doctrina que se niegue a resistir dicha ideología en nombre del evangelio.

5. Creemos que, en obediencia a Jesucristo, nuestra única cabeza, la Iglesia está llamada a confesar y hacer todas estas cosas, aunque las autoridades y las leyes humanas nos lo prohíban y el castigo y el sufrimiento sean la consecuencia. Jesús es el Señor. Al único y solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo sea el honor, la gloria por siempre y siempre. Amén.

Carta que acompaña a la Confesión 1. Estamos profundamente conscientes de que pueden surgir momentos de tal seriedad en la vida de la iglesia que puede sentir la necesidad de confesar nuevamente su fe a la luz de una situación específica. Somos conscientes de que tal acto de confesión no se realiza a la ligera, pero solo si se considera que el corazón del evangelio está tan amenazado como para estar en juego. A nuestro juicio, la situación actual de la iglesia y la política en nuestro país y particularmente dentro de la familia de la Iglesia Reformada Holandesa exige tal decisión. En consecuencia, hacemos esta confesión no como una contribución a un debate teológico ni como un nuevo resumen de nuestras creencias, sino como un grito desde el corazón, como algo que estamos obligados a hacer por el bien del Evangelio en vista de los tiempos en que estamos parados Junto con muchos, confesamos nuestra culpa, ya que no siempre hemos sido testigos con suficiente claridad en nuestra situación y, por lo tanto, somos responsables conjuntamente de la forma en que esas cosas que se experimentaron como pecado y confesaron ser así o deberían haber sido experimentadas y confesadas como pecado, han crecido a tiempo para parecer evidentemente correctos y para ser ideologías extrañas a las Escrituras. Como resultado, a muchos se les ha dado la impresión de que el evangelio no estaba realmente en juego. Hacemos esta confesión porque estamos convencidos de que todo tipo de argumentos teológicos han contribuido a un énfasis tan desproporcionado en algunos aspectos de la verdad que, de hecho, se ha convertido en una mentira. 2. Estamos conscientes de que la única autoridad para tal confesión y los únicos motivos por los cuales se puede hacer son las Sagradas Escrituras como la Palabra de Dios. Sin embargo, estando plenamente conscientes de los riesgos que implica dar este paso, estamos convencidos de que no tenemos otra alternativa. Además, somos conscientes de que ningún otro motivo o convicción, por válida que sea, nos daría el derecho de confesar de esta manera. La iglesia solo puede hacer un acto de confesión en aras de su pureza y credibilidad y de su mensaje. 19


Tan solemnemente como podemos, declaramos ante todos que nuestro único motivo reside en nuestro temor de que la verdad y el poder del evangelio en sí estén amenazados en esta situación. No deseamos servir a ningún grupo de intereses, avanzar en la causa de ninguna facción, promover ninguna teología ni lograr ningún propósito posterior. Sin embargo, habiendo dicho esto, sabemos que nuestras intenciones más profundas solo pueden ser juzgadas en su verdadero valor por Dios ante quien todo se revela. No hacemos esta confesión desde el trono de Dios y desde lo alto, sino ante el trono de Dios y ante otros seres humanos. Por lo tanto, alegamos que esta Confesión no debe ser utilizada indebidamente por nadie con motivos ocultos y que no debe ser resistida a servir tales motivos. Nuestro sincero deseo es no poner falsos escollos en el camino, sino señalar el verdadero escollo de Jesucristo, la roca. 3. Esta confesión no está dirigida a personas específicas o grupos de personas o una iglesia o iglesias. Lo proclamamos contra una falsa doctrina, contra una distorsión ideológica que amenaza el evangelio mismo en nuestra iglesia y nuestro país. Nuestro anhelo sincero es que nadie se identifique con esta doctrina objetable y que todos los que hayan sido cegados total o parcialmente por

ella se aparten de ella. Somos profundamente conscientes de la naturaleza engañosa de una doctrina tan falsa y sabemos que muchos de los que han sido condicionados por ella han aprendido en mayor o menor medida a entender la verdad a medias. Por esta razón, no dudamos de la fe cristiana de muchas de esas personas, su sinceridad, honor, integridad y buenas intenciones, y su práctica y conducta estimables de muchas maneras. Sin embargo, es precisamente porque conocemos el poder del engaño que sabemos que no estamos liberados por la seriedad, sinceridad o intensidad de nuestras certezas, sino solo por la verdad en el Hijo. Nuestra iglesia y nuestra tierra tienen una intensa necesidad de tal liberación. Por lo tanto, es que hablamos de manera suplicante en vez de usar un tono acusatorio. Abogamos por la reconciliación, esa verdadera reconciliación que sigue a la conversión y el cambio de actitudes y estructuras. Y mientras lo hacemos, estamos conscientes de que un acto de confesión es una espada de dos filos, que ninguno de nosotros puede lanzar la primera piedra, y ninguno está sin un rayo en su propio ojo. Sabemos que las actitudes y conductas que actúan contra el evangelio están presentes en todos nosotros y seguirán siéndolo. Por lo tanto, esta Confesión debe verse como un llamado a un proceso continuo de búsqueda del alma juntos, una lucha conjunta con los problemas y una disposición a arrepentirse en el nombre de nuestro Señor Jesucristo en un mundo quebrantado. Ciertamente no pretende ser un acto de auto justificación e intolerancia, ya que eso nos descalificaría en el acto mismo de predicar a los demás. 4. Nuestra oración es que este acto de confesión no coloque obstáculos falsos en el camino y, por lo tanto, cause y fomente divisiones falsas, sino que reconcilie y una. Sabemos que tal acto de confesión y proceso de reconciliación necesariamente implicará mucho dolor y tristeza. Exige el dolor del arrepentimiento, el remordimiento y la confesión; el dolor de la renovación individual y colectiva y una forma de vida cambiada. Nos coloca en un camino cuyo fin no podemos prever ni manipular a nuestro propio deseo. En este camino inevitablemente sufriremos intensos dolores de crecimiento mientras luchamos por conquistar la alienación, la amargura, la irreconciliación y el miedo. Tendremos que llegar a conocernos y encontrarnos a nosotros mismos y a los demás de nuevas maneras. Estamos muy conscientes de que esta confesión requiere el desmantelamiento de las estructuras de pensamiento, de la iglesia y de la sociedad que se han desarrollado durante muchos años. Sin embargo, confesamos que, por el bien del evangelio, no tenemos otra opción. Oramos para que nuestros 20


hermanos y hermanas de toda la familia de la Iglesia Reformada Holandesa, pero también fuera de ella, quieran hacer este nuevo comienzo con nosotros, para que podamos ser libres juntos, y juntos podamos recorrer el camino de la reconciliación y la justicia. En consecuencia, nuestra oración es que el dolor y la tristeza de los que hablamos serán dolor y tristeza que conducirán a la salvación. Creemos que esto es posible en el poder de nuestro Señor y por el Espíritu de Dios. Creemos que el evangelio de Jesucristo ofrece esperanza, liberación, salvación y verdadera paz a nuestro país.

Bibliografía Anthony, W. (1992). Lessons of struggle: South African internal opposition, 19601990. Cape Town: Oxford University Press. Barth, K. (1938). The knowledge of God and the service of God according to the teaching of the Reformation. London: Hodder & Stoughton. Bethge, Eberhard, et al. eds. (1986-1999). Dietrich Bonhoeffer werke. 17 Vols. Múnich-Gütersloh, C. Kaiser and Gütersloher Verlagshaus. Boesak, A. (1984) [1977]. Farewell to innocence: A socio-ethical study on Black Theology and Black Power. Nueva York, Orbis. _____. (2005). The tenderness of conscience: African Renaissance and the spirituality of politics. Stellenbosch, Sun. Botha, D.P. (1982). “Church and Kingdom in South Africa”, en J.H.P. Serfontein, ed., Apartheid, change and the NG Kerk. Emmerentia, Taurus, pp. 260-269. Botha, J. y P. Naude (1999). Op pad met Belhar: Goeie nuus vir gister, vandag en more. Pretoria, Van Schaik.

Calvino, J. (1536). Institutes of the Christian Religion. Traducida y anotada por Ford Lewis Battles. Londres, Collins, 1975. _____. Commentaries on the Twelve Minor Prophets. Vol. 4. Loff, C. (1983). “The history of a heresy”, en C. Villa-Vicencio y J.W. De Gruchy, eds., Apartheid is a heresy. Ciudad del Cabo, David Philip, pp. 10-23. Magubane, B. (1999). “African Renaissance in historical perspective”, en W.M. Malegapuru, ed., African Renaissance: The new struggle. Ciudad del Cabo, Tafelberg & Mafube, pp. 10-36. Seekings, J. (2000). The UDF: A history of the United Democratic Front in South Africa, 1983-1991. Ciudad del Cabo, David Philip. Wolterstorff, N. (1999). “The contours of justice: An ancient call for Shalom”, en Lisa Barnes Lampman, ed., God and the victim: Theological reflections on evil, victimisation, justice and forgiveness. Grand Rapids, Eerdmans. Nota. Ésta es una traducción del original en afrikaans de la confesión tal y como fue adoptada por el Sínodo de la Iglesia Misionera Reformada Holandesa en Sudáfrica en 1986. En 1994 la Iglesia Misionera Reformada Holandesa y la Iglesia Reformada Holandesa en África se unieron para formar la Iglesia Reformada Unida de Sudáfrica (URCSA). Este texto en lenguaje inclusivo fue preparado por la Oficina de Teología y Liturgia de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos de América (PCUSA).

BOESAK DESAFÍA A LA CMIR A SOSTENER LA LUCHA GLOBAL Phil Tanis

Luchas por la justicia y la dignidad humana se están sucediendo en todas partes”, dijo Allan Boesak, en una ponencia de apertura pronunciada la semana pasada durante un encuentro de planificación estratégica, realizado en las afueras de la ciudad de Alejandría, Egipto. 21


“Pretender que la lucha no es necesaria, o que ya no hay luchas en curso, es una mentira. Al igual que pretender que la lucha contra la opresión no era un deber para aquellas personas que creían en un Dios justo y compasivo”, expresó. “Quienes heredamos la tradición reformada sabemos aún más. Calvino nos enseña que Dios se considera a sí mismo violado en las heridas ocasionadas a los seres humanos creados a imagen de Dios”. “Dios se vuelve el pobre y la oprimida”, dijo. Boesak enmarcó la situación actual como una lucha contra el “apartheid global, que incluye la explotación socioeconómica y las inequidades, la exclusión política y social, la discriminación racial y étnica, así como la injusticia de género y la opresión heteronormativa”, Boesak recurrió a algunas ideas de Juan Calvino. “Calvino comprendió que la humanidad plena, es decir, la vida con sentido como hijos e hijas libres de Dios, dotados y dotadas de derechos inalienables a la valoración, a la justicia, a la equidad, a poder elegir y a la dignidad, no pueden realizarse mientras las personas permanezcan encadenadas a la tibieza social, la privación económica y la ambigüedad política. Se necesita libertad”, dijo Boesak. “Es por esta razón que, en numerosas ocasiones, Calvino habla de la tiranía, vale decir, de la opresión política, la explotación económica y el privar a las personas de sus derechos y de sus posibilidades de elegir por causa de leyes y de prácticas injustas. Estas cosas son totalmente inaceptables, equiparables a la rebelión contra Dios, a la negación de

derechos de las personas más vulnerables y a la denigración de los derechos de Dios”, afirmó. “Y es por eso que Calvino insiste en que no ponerse de pie y resistir esa opresión es ‘cobardía’. Rebelarse contra esto es un deber sagrado”. Alan Boesak, ex presidente de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas (una organización predecesora de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR)), es un teólogo sudafricano, activista de los derechos humanos y el primer titular de la Cátedra Desmond Tutu para la Paz, la Justicia y los estudios de reconciliación en el Seminario Teológico Cristiano y en la Universidad Butler. Chris Ferguson, secretario general de la CMIR, manifestó su acuerdo: “Cuando nos reunimos, provenientes de todo el mundo, traemos nuestros contextos con nosotros y nosotras. Las cargas del mundo están totalmente sobre nosotros y nosotras, y debemos responder a la amenaza masiva a la vida, debemos responder al Dios creador, haciendo sagrada la presencia de Dios en nuestro medio, en cada uno de nuestros contextos”. Agregó, además, que discernir, confesar, dar testimonio y vivir nuestro ser reformados y reformadas de manera conjunta, impulsa a la CMIR como una koinonía global a trabajar dentro de cinco áreas estratégicas: 1) cultivar una comunión justa, 2) establecer una alianza por la justicia, 3) hacer teología para la transformación, 4) asumir el compromiso con la misión de Dios en contextos de crisis y 5) trabajar con todas las compañeras y compañeros que Dios va proveyendo. “Como una koinonía global llamada a la comunión y comprometida con la justicia, debemos continuar fortaleciendo nuestras relaciones mutuas, incluso a medida que fortalecemos nuestra tarea para obtener un mayor impacto global», expresó Ferguson, enfatizando que «se trata de transformarnos en lo que debemos ser, y no solo hacer lo que debemos hacer.» Nady Labib, moderador del Sínodo del Nilo de la Iglesia Evangélica de Egipto, enfatizó: “Los gritos de las personas 22


empobrecidas, oprimidas, marginadas, olvidadas y silenciadas, señalan la arrogancia destructiva de los poderosos y la necesidad de la irrupción del reino de Dios en Cristo, donde existen la justicia y la inclusión en una comunidad que da vida”. Por su parte, la presidenta de la CMIR, Najla Kassab, destacó la importancia de los fundamentos teológicos. “Desarrollar ésta comprensión teológica de por qué estamos haciendo nuestra tarea es muy importante. Cuanto más seamos perturbados y perturbadas, mejor trabajaremos por la justicia”, dijo. Los y las integrantes de los Grupos de Referencia de la CMIR se reunieron en el Centro de Retiros Beit El Salam, hospedados por el Sínodo del Nilo, para analizar el progreso en la implementación del plan y decidir sobre las actividades y proyectos para los próximos años. Los Grupos de Referencia informarán, a través del Grupo del Programa del Plan Estratégico, al Comité Ejecutivo de la CMIR, que se reunirá en mayo próximo en Sudáfrica.

MISIÓN EN CONTEXTO: DEL “TESTIMONIO” A LA “CONOTRIDAD” Phil Tanis Un grupo de 26 líderes y lideresas eclesiales, teólogos/as y activistas han abogado por una teología profética que refleje la preocupación de Dios por la justicia compasiva. En un encuentro realizado en el Centro de Retiros Beit El Salam (Alejandría, Egipto), compartieron sus experiencias, deliberaron y debatieron la siguiente cuestión misiológica:

¿Cómo iniciar y mantener el testimonio cristiano y la coexistencia pacífica en un contexto donde las personas cristianas son minoría, enfrentando a menudo violencia y marginación de la comunidad mayoritaria? De este modo, avanzaron en el cumplimiento del mandato de la Asamblea General del año 2017, que pedía “establecer un marco para la coexistencia pacífica y la protección de los derechos de las minorías” (Acción 53). Los y las participantes afirmaron que la realidad geopolítica actual se puede describir como un «apartheid global», marcado por el etno-nacionalismo, el racismo, el autoritarismo, los fundamentalismos y el extremismo, vinculados a diferentes religiones y a los crecientes fascismos. “Escuchamos los clamores de personas de varios contextos en todo el mundo, donde ellas viven como minorías, no solo desde la perspectiva de ser minorías religiosas, sino también minorías por motivos de raza, etnia, casta, opresión económica, género e idioma», se afirma en un extracto del mensaje que aún se encuentra en proceso de redacción final. El mensaje dice, además, que es necesario tener «una teología profética que refleje la preocupación de Dios por la justicia compasiva, ya que, sin el cumplimiento de esta justicia, la coexistencia pacífica es imposible». Los y las participantes representaban una amplia gama de experiencias y contextos, incluidos aquellos en situaciones mayoritarias y minoritarias, y al escucharse mutuamente, comenzaron a entender cuán matizados eran sus posiciones. “Definimos minoría no en términos de número, sino en términos de poder y acceso a recursos, procesos de toma de decisiones y oportunidades para desarrollar acciones independientes. Las minorías son, por lo tanto, aquellas que están excluidas de una participación significativa en la sociedad y en la iglesia”, señalaron. La consulta ofreció un análisis global que permitiera una comprensión de los contextos, al escuchar voces 23


de diferentes partes del mundo, incluyendo Angola, Bangladesh, Camerún, Alemania, India, Indonesia, Kenia, Filipinas, América Latina, Sudáfrica, Sri Lanka y el Reino Unido. Las personas participantes enfatizaron que el contexto de la misión hoy ocurre en el marco de un imperio global; señalando que el imperio es la unión del poder económico, cultural, político y militar que está constituido por una realidad y un espíritu de dominación sin señorío, creado por la humanidad. “Nuestros debates nos permitieron recuperar las historias y las ramificaciones continuas del colonialismo en tanto seguimos oyendo historias de continua recolonización económica y política, que han resultado en una competencia por los recursos y en un enfrentamiento de las comunidades entre sí”, expresaron. Las historias compartidas por quienes viven dentro del vientre del imperio, aportaron un análisis más detallado de cómo las ideologías y teologías del autoritarismo y el etnonacionalismo se están utilizando para enfrentar a las personas más marginadas, y están al servicio de la «alteridad» de los vulnerables. Juan Calvino puso luz a las deliberaciones. «Calvino habló de todas aquellas personas “que no pueden soportar la injusticia», no solo de aquellas a quienes se les inflige injusticia, sino de aquellas que claman en su nombre y, por lo tanto, hacen lo correcto y lo que es justo. En su clamor, además, Dios se escucha a sí mismo, y al actuar con justicia, deshaciendo la injusticia, las heridas de Dios se sanan”, afirma el mensaje. Los y las participantes animaron a la

iglesia a caminar con las personas marginadas en una solidaridad que denominaron “con-otridad”. Esto implica ir más allá de la presencia y busca poder escuchar y ser orientados por quienes han sido forzados hacia los márgenes de la sociedad y por quienes, dentro de las comunidades marginadas, sufren discriminación. y exclusión. Además, desafiaron a las iglesias que son numéricamente minoritarias pero que tienen un poder y privilegios considerables debido a sus conexiones globales y económicas, que comprendan que están llamadas a caminar con aquellas que están marginados y perseguidas. “Nuestra fe proclama la victoria de Cristo, y a través suyo, también la nuestra, sobre el poder del pecado y de la muerte, el miedo y la impotencia. Ya no tendremos miedo y nos comprometeremos en la tarea del testimonio profético, guiados y guiadas en un caminar común con quienes están marginados y marginadas», finaliza el mensaje. Una vez que el mensaje tenga su redacción final, se compartirá públicamente y se distribuirá por toda la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas. Esta consulta sentó las bases para nuevos diálogos sobre la misión, especialmente en contextos de crisis y marginación. Sus resultados serán valiosos insumos conceptuales para los próximos pasos en el proceso. El original inglés juega con la palabra “witness” y el neologismo “withness”, que hemos intentado traducir como “con-otridad”. Podría también traducirse, eventualmente, como “co-existencia”.

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CMIR LAMENTA LA MUERTE DE TEÓLOGO PROFÉTICO SUDAFRICANO

Phil Tanis

La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas lamenta el fallecimiento de Vuyani Vellem el 4 de diciembre en su país de origen, Sudáfrica, después de una lucha contra el cáncer. Vellem, profesor de la Universidad de Pretoria, era especialista en teología de la liberación, centrando su investigación en temas como el cristianismo y la democracia y el cristianismo y la economía, así como en campos como la eclesiología, las espiritualidades y las teologías públicas y de la liberación. “De hecho, hemos perdido a un profeta de la fe reformada”, dijo Chris Ferguson, secretario general de la CMIR. “Era conocido por su pasión y compromiso, entregándose total y amorosamente a todos los que lo conocían”. Una voz poderosa y profética para la teología negra y para la causa de las comunidades marginadas en todo el mundo, que “defendió la justicia en todo momento”, dijo Philip Vinod Peacock, secretario ejecutivo de Justicia y Testimonio de la CMIR. “Prometió su solidaridad con los heridos y, en la historia reciente de Sudáfrica, permitió a los estudiantes y a otros entender sus luchas para vincularlos con las personas

marginadas y vulnerables y la tierra de Dios”. En una entrevista en 2018, Vellem dijo: La Confesión de Belhar... es una apertura a una existencia alternativa de fe... Es... un llamado a una encarnación de un cristianismo alternativo que afirme la vida. Tal encarnación de la fe cristiana colapsa los esquemas binarios que existieron y surgieron como efectos de una raza superior cuya lógica no está dentro de la anterior que dividió, arruinó y gobernó Sudáfrica y se podría agregar, todo el mundo eurocéntrico del cristianismo.

Vellem era un líder de la iglesia muy conocido y querido. Pastor ordenado en la Iglesia Presbiteriana Unida de Sudáfrica, también sirvió en ella como secretario general. Estuvo activo en el movimiento ecuménico en diversos cargos con el Consejo para la Misión Mundial (CWME), el Consejo de Iglesias de Sudáfrica y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Fue un cuadro invaluable para la WCRC, co-moderando el Grupo de Referencia del Programa de Teología y Comunión. “Estamos conmocionados con la noticia de la pérdida de un gran hombre. Se echará mucho de menos su contribución, ideas y compromiso con la CMIR”, dijo Najla Kassab, presidenta de esta organización. “Lo perdimos demasiado temprano con muchos asuntos pendientes en nuestro camino hacia la justicia. Que el Señor prepare líderes que continúen por esa ruta”. A Vellem le sobreviven su esposa, Phuzema, y sus dos hijos, Vovo y Philly. Recordemos a su familia, amigos y colegas en nuestras oraciones. El funeral tuvo lugar en la mañana del viernes 13 de diciembre. En la iumagen superior aparece Vuyani Vellem dirigiéndose a la conferencia del CMI y el CWME en Tanzania, en 2018. Cortesía del CMI/Albin Hillert. wcrc.ch, 5 de diciembre de 2019 25


PERSPECTIVAS SERMÓN POR EL DÍA DE LA REFORMA PROTESTANTE

Edwin A. González Castillo Iglesia Antioquía, 27 de octubre de 2019

T

rabajando con la oficina de Desastres de la Iglesia Presbiteriana durante el tiempo del huracán María, una de las cosas que pasó, y me imagino que ustedes vivieron la misma experiencia con el terremoto, fue mirar la cantidad de desastres alrededor. Sentir de alguna manera desesperanza. En Puerto Rico había árboles caídos en todas las esquinas, postes de luz tirados en todas las calles. Nosotros venimos de un clima tropical donde los árboles son siempre verdes, pero todo lo que se veía era marrón quemado, en una de las iglesias más afectadas de uno de nuestros pastores originario de Argentina [Jorge Zijlstra], mirando todo lo que parecía destrucción, todo lo que parecía tristeza y dolor. Aquel pastor tomó una fotografía y la colocó en una de las redes sociales. ¿Se levantarán estos huesos?, ¿habrá vida después de esto?, así que cuando

leía y me enteraba de la lectura bíblica del día de hoy, no pude menos que reflexionar y pensar en esa historia y también de alguna manera recordar y reconocer que ustedes también tienen su historia de tristeza y dolor, de momentos en que ustedes también se preguntaron: ¿se podrán levantar estos huesos?, ¿habrá vida después de esto? La historia de Ezequiel es también un desastre, es una historia de dolor. Leer los capítulos de ese texto hoy es una introducción a la vida del pueblo de Israel en cautiverio, a la vida de un pueblo cuyos hogares han sido destruidos, que en muchos casos tenían que ser exiliados, abandonados, su lugar, su templo, lo que conocían, lo que tenían. Así que vivían un momento de destrucción y desolación. En los salmos, en las lecturas anteriores a ésta, podemos captar muchas de las palabras del pueblo, preguntándose una y otra vez ¿dónde está Dios? En medio de esto, hay quienes incluso reconocen que el pueblo en muchas ocasiones, se preguntaba: ¿será que Dios está dormido?, ¿será que está vencido y en medio de esta circunstancia, en medio de este dolor, de esta tristeza, de esta destrucción de comunidades y pueblos? Ezequiel es llevado por la mano del Señor, no a un lugar hermoso, bello, no a un lago resplandeciente, no a veredas verdes de bellos pastos, sino que lo pone en un lugar de huesos secos. La mano del Señor llevó a Ezequiel a ese lugar. Y a veces nosotros nos enfocamos en la lectura y hablamos cómo los huesos se levantan, pero no nos damos el tiempo de reflexionar y pensar lo que estaba viviendo el autor en ese momento, en lo que el profeta tuvo que haber experimentado en medio de esa desolación. Imagínese usted ahí, imagínese usted en medio de huesos secos, vacío y desolado, en medio del caos. ¿Cómo se sentía el profeta en medio de aquella situación en la que nada más, ni nada menos, Dios los había puesto? En medio, claro, usted y yo conocemos la lectura, usted y yo conocemos cómo termina la lectura, pero imagínese, aquí hay muchos pastores y pastoras, imagínese en medio de esa 26


desolación y quizá no es tan difícil imaginarlo porque esta metáfora, esta alegoría, esta enseñanza, se realiza y se reafirma en nuestra realidad muchas veces. Porque mucha ocasiones usted y yo hemos sentido que estamos caminando en valles de huesos secos, momentos de dolor y tristeza, momentos en los cuales nuestra familia, nuestra comunidad, nuestro trabajo, incluso nuestra iglesia nos hacen sentir en valles de huesos secos. Y la historia, la realidad que usted y yo vivimos, cuando nos ponemos a ver las noticias, cuando cambiamos los canales, leemos los periódicos, cuando vemos lo que esta ocurriendo en medio de nuestro, pero también a nivel internacional, en tantas partes del mundo. Cuando leemos que en África por primera vez se ha declarado hambruna en tres países a la vez, cuando vemos las circunstancias de desastres una y otra vez en tantos lugares. Yo caminaba hace unas semanas en las Bahamas y tomaba una foto y pensaba que era la peor foto que había tomado, lo peor que había vivido, al ver esa foto y luego iba conduciendo unos minutos y veía otra casa peor y otra situación peor y me preguntaba: ¿dónde termina esto? Gobiernos que nos hacen sentir que en ocasiones también estamos en medio de huesos secos, situaciones en nuestra vida que nos hacen sentir de esa manera. Sé que no es tan difícil entender las circunstancias de Ezequiel en ese momento, quizá debemos adaptarlo a nuestra realidad y darnos cuenta de que tú y yo, también en muchas ocasiones, también hemos caminado y nos hemos sentido en valles de huesos secos. En medio de esa situación, Ezequiel, en

medio de esa realidad, Dios lanzó una pregunta maravillosa a Ezequiel, quizá parece una pregunta de examen: “¿Se levantarán estos huesos?, ¿habrá vida después de esto?, ¿podrán estas cosas volverse a formarse y levantarse?”. Parecería quizá una pregunta capciosa, una pregunta difícil para Ezequiel, para poder responderla. Pero la respuesta de Ezequiel es maravillosa: “Aún más Señor, Señor mi Dios tú lo sabes”. Ezequiel, a pesar del conocimiento, a pesar de saber quién es Dios, no se atreve a decirle a Dios lo que tiene que hacer. Confía en que el Señor sabe lo que va a suceder. Que el Señor es quien tiene control y soberanía sobre lo que va a pasar. En estos días, al compartir con ustedes me he dado cuenta de qué tenemos en común los puertorriqueños con los mexicanos. Y es que cada vez que hablamos de futuro, del día próximo, usamos la frase de “Dios lo permite” o “Si Dios quiere”, y eso es bien puertorriqueño. Y me doy cuenta de que ustedes también lo usan mucho porque es una manera de hacerse los días y reconocer que las cosas pasan si Dios quiere, y eso es lo que está diciendo Ezequiel: estos huesos pueden tener vida, esto puede levantarse, pero sólo tú lo sabes, si tú lo quieres, si tú así lo determinas. No hay prepotencia en la respuesta de Ezequiel, no hay intención de poner a Dios en vergüenza, es la manera humilde de Ezequiel, de reconocer que quizá para mí humanamente esto es imposible, que para mis fuerzas lo estoy enfrentando, lo que estoy viviendo entiendo lo que está pasando esta fuera de mi control, que yo no puedo hacer más allá de lo que estoy viendo, lo que está frente a mí, “pero si hay alguien que puede hacer la diferencia”, contesta Ezequiel, “eres tú, Señor, sólo tú lo sabes”, y a veces quizá en medio de nuestros propios huesos secos, en medio de nuestros propios valles, ante la duda y la pregunta, ante el miedo, ante de la desesperación, quizá también es importante mirar esta contestación de Ezequiel y darnos cuenta de si hay alguien y si sabe cómo salir de esto. Si hay alguien que sabe cómo 27


cambiar esta situación, no soy yo, no es la iglesia, es el Señor que es dueño de la vida y de la muerte. Así que Ezequiel pone la situación en las mejores manos, no en las suyas, las pone en las manos del Señor, “si esos huesos se han de levantar, sólo tú lo sabes, Señor”. Y entonces Dios da una encomienda a Ezequiel: “Profetiza a estos huesos”. Quizá a algunas personas que no han pastoreado, que no tienen Iglesia, quizá no les aplique la pregunta, pero imagínese los pastores, las pastoras, teniendo que profetizar a huesos secos. Pero quizá también ustedes imagínense, usted también debe profetizar o hablar al vacío, a la desesperación. Yo no sé usted, pero en muchas ocasiones, en muchos funerales, a mí se me seca la boca al tratar de brindar palabras en medio del dolor. Y Dios está mandando a Ezequiel a profetizar a esos huesos secos. Ofrece una palabra de esperanza en medio de esa desesperación, hablarle a la muerte, hablarle a la pérdida, hablarle al dolor, hablarle a un pueblo que está sintiéndose vacío y seco, a un pueblo que se siente también en muchas ocasiones como un valle de huesos secos. La actitud de Ezequiel es

ejemplar, a pesar de lo que estaba viendo, a pesar de su realidad, Ezequiel decide seguir la voluntad del Señor. “Miré”, podría haberle contestado y quizá yo lo hubiera hecho, a quién profetizarle, ¿dónde, a quién?, si aquí no hay nadie que me escuche, si aquí no hay nadie que me entienda, que me reconozca la voz, esto está vacío, esto está seco, aquí no hay nada. Ésa pudo haber sido una vez más su confianza en Dios y decide profetizar aquellos huesos y la escena parece sacada de una película de Hollywood, huesos se empiezan a unir, tendones empiezan a crecer, me imagino vasos sanguíneos, se empiezan a formar, en algún momento Ezequiel tuvo que haberse movido, sentido un poquito de algo, no sé qué, eso que uno siente, cuando ve sangre y cosas raras. Y de repente lo que era vacío y seco, lo que estaba destruido, lo que no había nada de repente empieza a ver algo, el valle deja ser valle de huesos secos, y de repente es un valle de muchos cuerpos. Cuerpos por todas partes y si la historia terminará ahí sería algo mágico, si la historia terminará ahí se quedarían y, ¿qué hacemos ahora?, pero hay algo que falta en esa historia, hay algo que falta en esa ocena, en ese vacío, en esa desesperación, falta el mismo espíritu de Dios, que se movió en el Génesis y ante aquella desolación Dios le vuelve a dar un mandato nuevamente a Ezequiel, profetiza de nuevo, ahora no son huesos, ahora son simplemente cadáveres, cuerpos ahí tirados, falta el espíritu, falta el aliento de vida, falta ese viento sanador que se había alterado en el Génesis y que una vez más hace falta en este momento Ezequiel nuevamente le vuelve a preguntar, vuelve a profetizar y lo interesante del texto es que en medio de esa situación, momentos antes, se había forado un temblor en aquel lugar dice el relato, aún quizá para usted y para mí, temblores y desastres pueden tener cosas destructivas en este caso Dios hizo vida en esa situación y dice el texto que el Espíritu

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Santo del Señor, empezó a levantar aquellos huesos, aquellos cuerpos. El espíritu del Señor creó vida donde no había, creo vida donde había desesperanza, creó, hizo, cambió lo que parecía un final y lo convirtió en un nuevo principio. Cuando nosotros nos acercamos a la historia de la Reforma Protestante, cuando leemos las situaciones que vivieron los reformadores, el caos que estaban viviendo en ese momento, la situación que estaban enfrentándose, la persecución, el odio, el desprecio, muy posiblemente muchos de ellos también se sintieron en un momento dado en valles de huesos secos y lo que hizo Dios con la Iglesia, ese nuevo amanecer, ese resucitar de la Iglesia a algo nuevo y diferente, no ocurrió por Calvino, no ocurrió por Lutero, ocurrió porque así lo quiso el Señor. Porque esa fue la voluntad de Dios para su Iglesia y nos enseña entonces tanto el texto de Ezequiel, como la lectura y la información que leímos y la historia de los reformadores, nos enseña una y otra vez que las cosas pasan, no porque nosotros lo designemos sino porque es la voluntad de Dios, levantarnos una y otra vez para la gloria de su nombre. A través de los salmos, salmo 3, salmo 6, el pueblo muchas veces hizo referencias a cómo sentía sus huesos, sus huesos debilitados, sus huesos abatidos, sus huesos cansados. En muchas ocasiones el pueblo de Dios, clamó a Dios por una respuesta y la contestación de Dios es maravillosa en este momento, diciendo: “Así como estos huesos se han levantado, así como ha habido vida nueva en medio de este desierto, así yo voy hacer con mi pueblo”. Y una y otra vez, la historia se repite y nos enseña que la

promesa de Dios se ha cumplido, se sigue cumpliendo y ahí donde parecía que había desolación y vacío, el Señor sigue trayendo vida, el aliento de Dios sigue transformando corazones, los huesos siguen levantándose. En la historia de Puerto Rico, la historia de México y de muchos otros países, donde han ocurrido y siguen ocurriendo desastres, la historia de la Iglesia se ha tenido que enfrentar momentos difíciles y duros, momentos en los que parece que todo se ha terminado, nos demuestra que Dios sigue haciendo la diferencia, que Dios sigue levantando aquello que parecía que no podía levantarse ante toda adversidad, ante toda duda, ante toda desesperanza, el mensaje de Dios, para nosotros para ti y para mí, es que el sigue siendo él Dios para toda la vida. El Dios que levanta, el Dios de esperanza, “papá Calvino”, como algunos le decimos, entendía que este texto, de eso se trataba, más allá del tema de la resurrección, más allá de los huesos, del desierto, del dolor, el texto de Ezequiel es un texto para brindar esperanza al pueblo, para reafirmar el mensaje poderoso de la gracia de Dios, que nos deja saber que lo que parece imposible para uno, nunca lo será para el Señor. El texto se reafirma una vez más, en la lectura que hacíamos hace un momento en Efesios. Ahí Dios nos habla y nos recuerda que tú y yo también fuimos huesos secos en un momento dado también tú y yo, nos tuvimos por el pecado, caminamos en medio de la muerte y en ese momento la promesa de Dios se volvió a cumplir en Cristo Jesús, quien trajo vida y esperanza para el pueblo que una vez andaba muerto. Para que tú y yo no podamos olvidar que esa historia maravillosa de que tú y yo estamos aquí, 29


no por que quisiéramos, no porque lo deseamos, no porque deseamos venir a comer biz cochos, sino porque Dios nos ha traído, y que hasta aquí a este lugar. Dios sigue levantando huesos secos y eso es importante para nuestra Iglesia donde quiera que estamos y eso es importante para el liderazgo pastoral, saber que en ocasione tal vez sí parece que estamos caminando en valles de huesos secos, pero nuestra confianza no está en nosotros, no está en las constituciones en los libros de orden, nuestra confianza está en el Dios que resucitó a Jesús entre los muertos. Hace unas semanas, casi dos meses caminaba por la Iglesia de Calvino en Ginebra, y estuve a punto de perderme, que fui a caminar y estuve a punto de perderme en el área en la Iglesia de Calvino en la parte de debajo de la Iglesia en donde Calvino fue pastor, hay unas ruinas y no camina por ahí, y si uno escucha la historia se entera que debajo de esa Iglesia hay varios templos que fueron construidos uno después de otro. Templos que datan del año 400 antes de Cristo, templos para otras cosas de otras razones. De ahí se construyó un templo pasó la guerra, se destruyó aquel templo, se levantó otro templo, paso otra guerra y otra situación y se construyó otro templo, hasta el último que es el lugar donde Calvino pastoreaba. Y para mi es fascinante pensar que lo que es para uno parece el fin de la historia, en aquel lugar se puede reafirmar y se puede ver claramente que Dos sigue siendo el Dios de la historia. Que Dios puede hacer de las ruinas algo nuevo, que Dios puede hacer de los huesos secos una nueva humanidad. Y para ti y para mí, para la Iglesia, para

nosotros el pueblo de Dios el mensaje de Ezequiel debe ser uno también de esperanza al celebrar no solamente 500 años de Reforma de una Iglesia que ha sido una reformada no por nosotros, sino por la gracia de Dios, al celebrar siete años de una nueva comunión, de una nueva comunidad que quizá para otros parece ser una de huesos secos, en algún momento, pero hoy da testimonio de que Dios ha traído vida y esperanza. Como decía el cántico, “no puede caer la esperanza” porque usted y yo servimos a un Dios de esperanza. Amén, oremos al Señor. Dios de gracia y misericordia, en muchas ocasiones tu pueblo ha caminado y se ha sentido en el valle de huesos secos y en muchas ocasiones cada uno de nosotros en nuestra vida hemos acudido a ti reconociendo así que hay alguien que puede hacer la diferencia. Eres tú, Señor, y te damos gracias y celebramos Señor tu poder y tu gloria. Y celebramos a aquel que levanta de entre los muertos a su Iglesia, a aquel que levantó de entre los muertos a Jesucristo, a aquel que nos llama a proclamar esperanza de vida a su pueblo. Gracias por la Comunión Mexicana de Iglesias Reformadas y Presbiterianas, gracias por su liderazgo, por los hermanos y hermanas que continúan trabajando para la gloria de tu nombre y en beneficio de tu Reino. Gracias porque a través del testimonio de esta Iglesia tú sigues afirmando que eres un Dios de vida y de poder. Rogamos, Señor, que de igual manera como Iglesia podamos salir de estos lugares de nuestros templos e ir ahí donde continúa habiendo huesos secos y atrevernos a ser como Ezequiel y profetizar por el espíritu de Dios que se sigue moviendo. Que tu Espíritu, Señor, se siga moviendo en nuestras vidas. Que tu Espíritu, Señor, nos siga resucitando como una Iglesia de servicio y de amor, a la Iglesia de Jesucristo, nuestro Señor. Por Él y sobre Él oramos y tú pueblo dice: “Amén”.

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LA REFORMA ANIMA A LA RESPONSABILIDAD Najla Kassab

¡F ¡Feliz Día de la Reforma! Desde las calles de Beirut, en medio de una revuelta, les envío mi saludo en esta jornada en que conmemoramos y celebramos el Día de la Reforma. Una de las mayores enseñanzas que nos legó la Reforma es la responsabilidad: que los y las líderes y todas las personas debemos rendir cuentas ante a la comunidad. No hay autoridad que esté por encima del deber de la responsabilidad. Por medio de la rendición de cuentas, nos reformamos juntos y juntas y verificamos cómo nuestro ministerio y nuestros líderes trabajan hacia el Reino de Dios, hacia una justicia para todas las personas. Si tomáramos en serio el desafío de la Reforma continua, de mantener viva la Reforma, necesitamos incrementar nuestra responsabilidad. Hoy en día, muchas calles en todo el mundo están en huelga, ya sea en Beirut, Hong Kong, Irak, Chile o en otros sitios. La gente decidió no permanecer más en silencio, y la juventud se mostró dispuesta a correr el riesgo de estar en las calles, para expresar la necesidad de que sus líderes se responsabilicen de proporcionar una vida digna para todos y todas, haciendo oír sus gritos contra la corrupción. Sí, los líderes y las lideresas deben rendir cuentas, y

todo lo que sea injusto debe ser señalado. A pesar del hecho de que cada país tiene sus propias causas de injusticia y situaciones que han llevado a las personas a la injusticia, el factor común es que los y las jóvenes se atreven a hablar, pagando incluso un alto precio por ello. Es hora de pensar conjuntamente cómo generar un cambio, ya sea gradual o radical. El silencio es un factor importante que alienta la injusticia. Es la mentalidad que afirma que no debería involucrarse en problemas que no le afectan directamente. Nuestra Confesión de Accra nos recuerda hoy que los asuntos relacionados a la justicia económica y ecológica no son solo asuntos sociales, políticos y morales, sino parte integral de la fe. Ser fieles al pacto de Dios requiere que los cristianos y las cristianas, individualmente, y las iglesias asuman una postura en contra de las injusticias económicas y ambientales actuales «mirando a través de los ojos de las personas sufrientes y despojadas de todo poder». Las Confesión de Accra desafía a las iglesias y a la sociedad a escuchar los gritos de las personas que sufren y las heridas de la creación misma, sobreexplotada y subvaluada por la economía global actual. Se nos presenta hoy el desafío de seguir hablando en contra de la injusticia económica, tener voz y usar nuestra imaginación juntos y juntas en busca de un futuro mejor. Hoy quisiera compartir el testimonio de Wittenberg, que asumimos como compromiso común con nuestras hermanas y hermanos luteranos hace dos años, diciendo juntos y juntas: Anhelamos conjuntamente una imaginación renovada de lo que podría significar ser una iglesia en comunión, para nuestro mundo, en nuestro tiempo. Necesitamos nueva imaginación para vivir conjuntamente de un modo que abrace nuestra unidad, no solo como un don sino también como un llamado. Necesitamos nueva imaginación para soñar un mundo diferente, un mundo en el que prevalezcan la justicia, la paz y la reconciliación. Necesitamos nueva imaginación para desarrollar espiritualidades de resistencia y visión profética, espiritualidades al servicio de la vida, espiritualidades formadas por la misión de Dios. En este día, sumamos nuestra voz a todas aquellas que luchan en las calles del mundo. Se nos recuerda la potencia de defender nuestros valores y de confiar que, sin importar cuál sea nuestro número, podemos marcar una diferencia. Martin Luther nos animó a decir “Aquí estoy”, incluso cuando eso significaba pagar un alto precio. Hoy, agregamos a las palabras de Lutero: “Aquí me expreso”. 31


Creemos que podemos marcar una diferencia y comprometernos con una Reforma que sea continua. En Cristo. BAJO PROTESTA Raúl Méndez Yáñez

Ayer no publiqué, en este muro, algo referente a la #ReformaProtestante. La razón es que tengo un malestar histórico. La herencia de la Reforma está en un declive vertiginoso y presenta muchas paradojas. Presento sólo tres. ¿Iconoclasia? Se supone que los protestantes no adoramos imagenes. Pero nos ofenden los memes sobre Jesús como si esas imagenes lo representaran. Hay protestantes que defienden monumentos de rayones y supermercados de saqueos con más afán que la vida de las personas a verdadera imagen y semejanza de Dios. Porque, en el fondo, los protestantes deploran la protesta política. ¿Lectura del pueblo? Los protestantes históricos de la superioridad intelectual consideran que dejar la Biblia en manos del pueblo es peligroso. Porque como no saben de hermenéutica y exégesis la van a interpretar equivocadamente. Los protestantes, ¡sí!, ¡los protestantes!, hoy niegan la lectura

popular de la Biblia, sin griego ni hebreo, y creen que la única forma de intepretarla es con mucho conocimiento teológico. Llamaré a esto, “papismo de la sana doctrina”. ¿Reforma y ruptura? La Reforma fue una Revolución. Hubo violencia, muertos, confrontaciones. Pero los protestantes de hoy se la han ingeniado en presentar a la Reforma como un movimiento ¡hasta pacifista!, por Dios, como si sólo se hubiera hecho cantando alabanzas y conjurando versículos bíblicos. Los protestantes deberíamos ser los primeros en estar en las calles haciendo lo nuestro: ¡Protestando! Y no me vengan, progresistas correligionarios, con que esos que menciono no son "protestantes" sino "evangélicos", porque como decía Miguel de Unamuno, “con ponerle mote a las cosas no resolvemos nada”. La derecha evangélica es hija de la Reforma y mientras sigamos negándolo desde nuestra torre progresista, refugiados cual Lutero, sin hacer nada para resisistir y hasta atacar, increpar, molestar abierta, franca y blasfemamente a los fundamentalismos, pronto de la Reforma Protestante sólo quedará el eco de aquellos legendarios golpes de martillo en Wittenberg. Soy un protestante bajo protesta.

PRIMERA PRESBÍTERA GUATEMALTECA ORDENADA 26 de diciembre de 2019 El 20 de octubre de 2019, una comisión integrada por ancianos y pastores del Presbiterio Central ordenó al Santo Ministerio a la hermana Rosa Sambrano Poma que no solo es la primera mujer ordenada como ministro en la comunidad Presbiteriana Ixil sino es la primera mujer pastora en 137 años de historia de la Iglesia Presbiteriana Central, Guatemala, y aunque no está en la capital quedó a cargo de la Congregación Presbiteriana de la Aldea Chichel, San Juan Cotzal, Quiché. Junto con ella fueron ordenados otros dos pastores Francisco Chamay (Cotzal) y Miguel Ramírez Asicona (Chajul).

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MOLTMANN REFLEXIONA SOBRE EL ESPÍRITU DE LA VERDAD

FALLECIÓ SALLIE MCFAGUE, NOTABLE TEÓLOGA ESTADUNIDENSE Era profesora en la Escuela de Teología de Vancouver.

“La política nacionalista del poder ya no está interesada en la verdad. Hacen la guerra bajo el pretexto de la paz, una forma híbrida de guerra con sanciones económicas y ciberguerras, noticias falsas y mentiras”, afirmó el Prof. Dr. Jürgen Moltmann en la apertura de su conferencia pública en la sede del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Ginebra, el 2 de diciembre. El Prof. Dr. Moltmann, uno de los teólogos más leídos de nuestro tiempo, reflexionó sobre el tema del “espíritu de la verdad” en la era de la posverdad, un momento “en el que la verdad objetiva ya no existe, en el que cualquier afirmación puede ser corroborada y en el que ya no es posible distinguir entre falsedad y verdad”. “La verdad genera confianza, y la confianza genera paz, y, sin paz, la vida no es posible. La lucha por la verdad contra la falsedad es una cuestión de vida o muerte. Es la lucha por la supervivencia de la humanidad”, afirmó. La conferencia pública en Ginebra fue parte del lanzamiento del libro más reciente del Prof. Dr. Moltmann, Hope in These Troubled Times (Esperanza en estos tiempos difíciles), publicado por el CMI y, en América del Norte, por la editorial presbiteriana Westminster John Knox Press. La triple reflexión del Prof. Dr. Moltmann sobre la verdad en transformación en nuestros tiempos se centró en la objetividad de la ciencia, la humanidad de la verdad y el espíritu de la verdad revelado por la divinidad. Describiendo el conocimiento científico como parte de la civilización científico-técnica que se ha establecido en todo el mundo, señaló que “cada diez años, nuestro conocimiento científico se duplica, pero no tenemos poder sobre esto. 33


Nuestro instinto de investigación y nuestra competencia nos obligan a progresar. ¡Estamos condenados a progresar!”. La manera de salir de este sistema autodestructivo es, para el Prof. Dr. Moltmann, la adopción de “una sabiduría humana y ecológica para gestionar nuestros inmensos conocimientos de manera que estos sean adecuados para el desarrollo de la vida, para evitar la optimización de los seres humanos de una manera 'transhumana' y que la tierra sea inhabitable”, apuntó. La verdad genera confianza, y la confianza genera libertad “La confianza es la antesala de la libertad. La convivencia social de personas libres es siempre una intrincada red de compromisos y confiabilidad. La fiabilidad y la fidelidad son los sellos distintivos de la verdad de las personas. En este sentido, la 'personalidad' es la verdad”, afirmó. “Sabemos más y queremos saber más de lo que los humanos necesitamos para sobrevivir”. Para el Prof. Dr. Moltmann, esta búsqueda imparable de la verdad debe llevarse a cabo desde la perspectiva de que “el secreto de la verdad humana se encuentra en nuestro espíritu sincero y en nuestros corazones honestos. El secreto de lo divino, es decir, la pura y plena verdad, nos debe ser revelado”.

“Desde la fe, nos cautiva la autorrevelación de la Verdad eterna, y entonces el Espíritu de la Verdad nos impulsa a buscar la Verdad y perseguir la paz.” El Rev. Prof. Moltmann, un destacado pensador en teología cristiana, teología política y ecológica, y teología de la esperanza, cerró su reflexión con las palabras del Salmo 36:10: “en tu luz veremos la luz” de la Verdad. El secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, expresó su agradecimiento al Prof. Dr. Moltmann por haber planteado estas cuestiones: “Nos ha dado la oportunidad de entrar en un tema muy profundo de la vida humana, y de la vida con Dios y entre nosotros”. “Con su manera de plantear este tema multidimensional, nos lleva a una reflexión muy profunda sobre nosotros mismos. No sólo nos proporciona un análisis teológico y filosófico del tema, sino también político, ayudándonos al mismo tiempo a hacernos estas preguntas a nosotros mismos”, añadió el Rev. Tveit. Como parte de su visita al CMI, el Prof. Dr. Moltmann celebrará un seminario con estudiantes del Instituto Ecuménico de Bossey y de la Universidad de Ginebra sobre el tema “La iglesia ecuménica y el nacionalismo” el 3 de diciembre. METZ, UN TEÓLOGO SENSIBLE AL CLAMOR DEL PUEBLO Víctor Hernández Ramírez Cuando la Segunda Guerra Mundial se encaminaba hacia su final, yo, que entonces tenía 16 años, fui arrancado de la escuela y obligado a incorporarme a filas […] La compañía de la que yo formaba parte estaba compuesta exclusivamente por jóvenes, bastantes más que 100. Una tarde, el capitán me mandó a entregar un parte al puesto de mando del batallón. Pasé la noche vagando por pueblos y caseríos destrozados por proyectiles y en llamas; y cuando, a la mañana siguiente, regresé adonde se encontraba mi compañía, no encontré más que muertos, sólo muertos, arrollados por un ataque combinado de bombarderos y tanques. A todos ellos, con quienes el día anterior había compartido miedos infantiles y risas adolescentes, ya sólo pude verles el rostro inerte y apagado. No recuerdo sino un grito callado. Así me veo todavía hoy; y detrás de ese recuerdo se desmoronaron todos mis sueños de la infancia. (J.B. Metz, Memoria

Passionis. Una evocación provocadora en una sociedad pluralista. [2006] Maliaño (Cantabria), Sal Terrae, 2007, pp. 99–100.) 34


Con este trozo de autobiografía, que fue el doloroso desmoronamiento de sueños y de toda armonía con el mundo, Johann Baptist Metz quedó marcado por el clamor silencioso del sufrimiento humano. Y ese clamor atravesó ya para siempre sus oraciones y su trabajo teológico. Hasta el pasado lunes 2 de diciembre de 2019, día en que murió a la edad de 91 años en Münster, Alemania. Renuncio a reseñar, así sea sucintamente, el legado de Metz. Es inmenso en su desafío y planteamientos, por lo que habrá que re-leer su obra con la esperanza de llegar a entenderla. Otros han reseñado bien en estos días la herencia que nos deja Metz, como el texto de Juan Pablo Espinosa Arce, que ofrece algunas claves de lectura para su obra, o la nota del profesor Xabier Pikaza, que resume la significación de la teología de Metz, comparándola con la teología de Karl Rahner. En estos días de obituarios y memoriales por Metz, vale la pena leer una antigua nota periodística de Reyes Mate (quien estudió con Metz en Münster), de diciembre de 1989 (“Mística y política en J.B. Metz“), donde habla del aporte de Metz para un trabajo filosófico–político que rompa con la noción de “tiempo” de la modernidad (la nueva mitología del tiempo) y recupere la noción bíblica de historia. E igualmente decisivo es el aporte de Metz, dice Reyes Mate, sobre la memoria de las víctimas, de un dolor que no se puede ni se debe banalizar. Por mi parte, sólo apunto dos propuestas que nos ha legado Metz: su inquietante pregunta sobre “después de Auschwitz”: ¿cómo hacer teología

o cómo rezar después del horror de Auschwitz? Y el gran mérito de Metz es su entereza para no caer en falsas “superaciones” ni negar la oscuridad del mal y del sufrimiento. En su teología se mantiene siempre la memoria y el reconocimiento respetuoso de las víctimas: “podemos rezar después de Auschwitz porque también en Auschwitz se rezaba: en el canto, en el clamor de los prisioneros judíos” (Ibíd., p. 48). Metz sostuvo siempre que el mensaje cristiano exige más una sensibilidad hacia el sufrimiento que una excesiva preocupación por la culpa. La actitud fundamental de la fe cristiana es una “compassio”, que Metz no entiende como “una vaga ‘simpatía’ experimentada desde arriba o desde fuera, sino como com– pasión, como percepción participativa y comprometida del sufrimiento ajeno, como activa rememoración del sufrimiento de los otros”. (Ibíd, p. 167). Metz jamás se cansó de insistir en las víctimas, en los pequeños y los de abajo, porque desde aquella mañana que encontró muertos a todos sus compañeros, supo que el tiempo nos arrastra a enterrar en el olvido a quienes son insignificantes. Y sin memoria, pero sobre todo sin la memoria de los perdedores y de las víctimas, muere también la dignidad de todos, de vivos y de muertos. Sea pues bendita la memoria de Johann Baptist Metz. blog.cristianismeijusticia.net

SE NECESITA UN BEATO EVANGÉLICO Magali Cunha

E

l pastor Joaquim Beato dejó su huella como defensor cristiano de la igualdad racial, superando la intolerancia y el diálogo ecuménico. Vivimos en un clima social y político marcado por reveses y desesperanza. Cada semana que pasa está marcada por noticias que provocan desánimo: propuestas para congelar el salario mínimo, impuestos a los desempleados, trabajo obligatorio los domingos, 35


desmantelamiento de los servicios públicos, proyecto de represión en la ciudad y en el campo con autorización de la policía y las fuerzas armadas, matar a quienes se oponen a “la ley y el orden” (represión de quienes protestan por lo que se está haciendo y lo que no) y amenazas de implantación de un “AI-5” (censura, cierre de instituciones democráticas y persecución violenta a los oponentes). Para hablar sólo de las situaciones impuestas más recientemente. Lo que dice esta imagen es que el gobierno que se hizo cargo de Brasil en 2019 está dispuesto a crear insatisfacción y tensiones entre la masa de la población (por supuesto, no entre los privilegiados que se benefician de las decisiones tomadas). En lugar de invertir en paz y relajación, uno actúa sólo para promover lo contrario. Y todo esto con el apoyo de grupos religiosos, que niegan sus bases confesionales arraigadas en la paz, en la convivencia, en la vida plena para todos. En este contexto necesitamos memoria. Sí, el recuerdo que revive un pasado que no está muerto, pero que se puede mencionar para iluminar el presente y ayudar a construir el futuro. Como dijo el profeta Jeremías, según la Biblia cristiana: “Quiero recordar lo que me puede dar esperanza” (Lam 3.21). Y el profeta vivía en una época de consternación muy parecida a la que vivimos hoy en Brasil, con la destrucción violenta de su país, el dominio extranjero y muchas injusticias. En estos días de noviembre, aún bajo el clima del Día de la Conciencia Negra, es importante recordar a uno de los líderes evangélicos negros que

comprometió su vida por la paz con justicia: Joaquim Beato. Pastor y teólogo de la Iglesia Presbiteriana Unida, Beato vivió 91 años. Fallecido en 2015, siempre declaró: “Mi entrenamiento básico es una Biblia, pero teniendo a la vista que el pensamiento bíblico no es un pensamiento nacido en las alturas de los cielos, sino en las luchas de cada día”. Fue por este motivo que el pastor se convirtió en maestro en Antropología y doctor en Sociología. Beato dejó huella como defensor cristiano de la igualdad racial, superando la intolerancia y el diálogo ecuménico. Su voz y acciones resonaron durante la dictadura militar. Rompiendo los límites religiosos, fue profesor universitario, senador suplente y secretario estatal y municipal para las carteras de Educación, Bienestar Social, Cultura y Ciudadanía en el estado de Espíritu Santo. Dijo que uno de los momentos más importantes de sus 65 años de pastorado fue participar en la famosa Conferencia del Nordeste como orador. Y aquí es donde quiero llegar con este artículo. Ésa fue la reunión más importante hasta la fecha celebrada por los líderes evangélicos en Brasil. Celebrada en 1962, en Recife, fue promovida por la Confederación Evangélica de Brasil, una asociación de iglesias evangélicas históricas, fundada en 1934. Con el tema “Cristo y el proceso revolucionario brasileño”, el evento se considera la culminación de 20 años de esfuerzos educativos surgidos de las acciones de diálogo y unidad entre evangélicos. El sitio de la conferencia en sí fue elegido como un símbolo del acercamiento al Brasil de la exploración, de la miseria, dentro del mundo capitalista y también de la esperanza, de la alternativa política. Se destacó el hecho de que dicha reunión de evangélicos también contó con oradores no religiosos como Celso Furtado (en ese momento superintendente de Sudene) y personas de renombre como Paul Singer, Gilberto Freyre, Juarez Rubens Brandão Lopes. Fue el último gran evento de la Confederación, pues debió cerrar unos años más tarde debido a la represión de la dictadura militar que golpeó a las iglesias. Joaquim Beato habló en Recife sobre “Los profetas en tiempos de cambio político y social”. El secretario de la reunión, el presbiteriano Waldo César, informó sobre esto: “Los sociólogos presentes siguieron la descripción de la sociedad israelita con interés. Hubo una cierta exclamación en el auditorio, menos por el hecho en sí mismo que por la similitud de situaciones, cuando 36


el orador dijo que ‘los terratenientes ricos y los nuevos capitalistas ricos podían anular el derecho a canjear hipotecas y devorar hombres y tierras, manteniendo al agricultor en la tierra como colono o vendiéndola con su familia como esclavo’ (palabras del profeta Amós). La naturaleza contemporánea de los profetas parecía desafiar nuestra fe estática y acomodada”. ¡Cómo necesitamos “Joaquines Beatos” entre los evangélicos de hoy! ¡Cómo nos faltan los verdaderos profetas! Ya he tenido la oportunidad de escribir en este espacio que sí, hay evangélicos que siguen caminos muy similares a éste, sin embargo, son invisibles porque no están “golpeando” o “mordiendo” en los medios, como dicen por ahí. Actualmente, los discursos y prácticas como las de Beato se interpretan, en la mayoría de los espacios religiosos, como infructuosos, “fuera de la vista” (de Dios) o incluso descalificados por error como “comunistas” (repitiendo lo que ya se hizo en los años sesenta). El final de esa conferencia de Joaquim Beato sigue resonando. Quien tenga oídos para oír, que escuche: Los profetas sólo estaban comprometidos con el Dios que los había llamado y enviado, cuyo propósito era (¡como todavía lo es!) crear una comunidad en la cual su justicia encontraría el cumplimiento perfecto. ¿Qué dirían los profetas en nuestro tiempo? ¿Qué harían los profetas en nuestro tiempo? ¿Cuál es el propósito de Dios para el pueblo brasileño? ¿Qué testimonio daremos ante nuestro actual orden social? www.cartacapital.com.br, 27 de noviembre de 2019

FALLECE JUAN CARLOS SCANNONE, MENTOR TEOLÓGICO DEL PAPA BERGOGLIO “Lamentamos comunicar la partida a la Casa del Padre del P. Juan Carlos Scannone SJ. Agradecidos a Dios por su vida y vocación, por la dedicación y reflexión que enriqueció la filosofía y teología latinoamericanas. Querido Juan Carlos, descansa en paz”, con estas palabras han comunicado el fallecimiento del teólogo los jesuitas de Argentina en sus redes sociales. Nacido en Buenos Aires en 1931, el religioso fue uno de los profesores de Jorge Mario Bergoglio en el Seminario de San Miguel. En el panorama latinoamericano es uno de los referentes principales de la “teología del pueblo” como una evolución y concreción de la Teología de la liberación, dentro de la llamada “escuela de Buenos Aires” que trazó la nueva propuesta con los mimbres conciliares. Entre sus obras, PPC ha publicado El Papa del pueblo. Conversaciones con Bernadette Sauvaget (2017), una serie de entrevistas sobre el papa Francisco. En el prólogo, Sauvaget señala que “como filósofo y teólogo, Juan Carlos Scannone es una de sus figuras prominentes. Todavía hoy, esa teología del pueblo inspira poderosamente al papa Francisco”. “Bergoglio, mi alumno” Scannone entró en la Compañía de Jesús en 1949; su carrera académica comienza en 1956, cuando se licenció en Filosofía en la Facultad de Filosofía de San Miguel, Argentina. Luego estudió Teología, en la Universidad de Innsbruck, Austria (1963) y obtuvo el grado de Doctor en Filosofía en la Universidad de Múnich, Alemania (1967). Era profesor emérito de varias universidades de Argentina y Europa, así como en numerosos grupos de investigación de entidades eclesiales latinoamericanas. Desde 2003 formaba parte del equipo asesor del Departamento Justicia y Solidaridad del CELAM y, entre 2014 y 2016, fue colaborador permanente de la conocida publicación jesuita italiana, La Civiltà Cattolica. Recibió la noticia de la elección de Francisco desde el Colegio Máximo, otro lugar de referencia en la formación del pontífice. Desde el primer momento se refirió al Papa como “Bergoglio, mi alumno”, quien llamaba de forma cariñosa a Scannone con el apodo de “Cacho”. En una reciente entrevista a Vida Nueva reivindicaba la teología del pueblo como “una opción preferencial por los pobres, pero crítica del uso del análisis marxista para el ver y el actuar”. Religión Digital, 27 de noviembre de 2019 37


Y UNA CRIATURA PEQUEÑA LOS GUIARÁ Chris Ferguson Del tronco de Isaí brotará un retoño; un vástago nacerá de sus raíces. El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Él se deleitará en el temor del Señor; no juzgará según las apariencias, ni decidirá por lo que oiga decir, sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra. Destruirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será el cinto de sus lomos y la fidelidad el ceñidor de su cintura. El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el cachorro de león, y un niño pequeño los guiará. ISAÍAS 11.1-6 (NVI) Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron. — ¿Oyes lo que esos están diciendo? — protestaron. —Claro que sí — respondió Jesús—; ¿no han leído nunca: “En los labios de los pequeños y de los niños de pecho has puesto la perfecta alabanza”? MATEO 21.15-16 (NVI)

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n todo el mundo, este año, nos sentimos atrapados y atrapadas en el verdadero y más crudo significado bíblico del Adviento. No se trata de una espera apacible, expectante y preparada anhelando algunas buenas e inevitables noticias para las que debemos hacer espacio en nuestras atestadas vidas, sino más bien de una sensación desesperada de estar sobrepasados por el peso del mundo.

Para la mayoría de las personas y para el planeta mismo, las realidades sociales, políticas, económicas, culturales y religiosas son, en el mejor de los casos, inquietantes y, de hecho, angustiantes. La realidad de la guerra, la violencia, la agitación social, la emergencia ambiental, el racismo y el aumento del autoritarismo y la opresión religiosamente justificada es para todos y todas, un peso en la vida de cada día. Esto nos abre un espacio receptivo para percibir el mundo del profeta Isaías como un mundo en el cual el impacto del sufrimiento y la injusticia son insoportables y dominan la vida del pueblo de Israel. La situación global actual nos sensibiliza para sentir la desesperación de vivir en un mundo donde todos los indicadores apuntan hacia una situación cada vez peor de desigualdad, miedo y violencia, hacia el anhelo de que la situación cambie, hacia la tensión por el alivio. El tiempo del Adviento no es la expectativa de que la ayuda llegue pronto, sino la duda creciente de que tal vez no llegue. La emergencia climática y la masividad del desplazamiento humano, junto a la pobreza e inequidad crecientes, no parecen, francamente, indicar un final feliz en el corto plazo. El surgimiento de liderazgos que fomentan la división y la dominación apunta a una lucha polarizada y prolongada por la justicia y la dignidad. Estos liderazgos y mayorías asumen posiciones intolerantes que hubieran parecido impensables y que, sin embargo, reciben un apoyo popular aparentemente masivo. La coyuntura de Isaías no señala en absoluto la cómoda seguridad de que todo esto tendrá un final feliz. O la falsa esperanza de fingir que no importa cómo suframos ahora porque recibiremos una recompensa más adelante en el cielo. La imaginación profética se enciende no con promesas de gracia barata y de resultados garantizados, sino con un llamado a construir esperanza en otros lugares. Una invitación a ver el presente no en términos de una situación mejor pre-enlatada, sino como una oportunidad para descubrir que Dios está ofreciendo posibilidades en los lugares absolutamente opuestos a los de las reglas del poder. Isaías no solo está presagiando lo que ya conocemos sobre Jesús, sino también sobre cómo Dios obra en nuestros tiempos actuales. La profecía tiene que ver tanto con el discernimiento de las acciones de Dios en el presente como en aquello que está por venir. 38


Dios está haciendo su tarea no en lugares de poder, fuertes y dominantes. El retoño verde de la esperanza proviene de un tronco seco e infértil, no de un árbol robusto. Proviene de vidas ya destrozadas y menospreciadas. Un brote de un tronco seco. Mira a tu alrededor. Discierne, detecta. Dónde y quiénes han sido diezmados y disecados, ¡allí espera una sorpresa! No modelada por lo que vemos o escuchamos como posibilidades, sino por la justicia que no se puede reprimir. Criaturas que se resisten y se oponen, armonizan y unen fuerzas, no domesticadas por los poderosos sino guiadas por una criatura pequeño. Es difícil no asimilar la visión profética de Isaías cuando vemos los múltiples estragos de la opresión, del sufrimiento y de la destrucción y, a la vez, desde lugares muy inesperados, percibimos que las fuerzas opositoras están siendo dirigidas por niños y niñas. Jesús, pero en nuestro propio tiempo y contexto, desde sitios con poca esperanza aparecen brotes de nueva vida. En el frente ambiental global, no hay duda acerca del lugar desde el cuál asoma el verdadero liderazgo para el cambio. Imagínese, hace apenas un año que Greta Thunberg comenzó una huelga escolar en absoluta soledad. Ahora los niños y niñas de las escuelas están literalmente liderando el movimiento ambiental global. Y este Adviento de movimiento de liderazgo no es solo inspirador, edificante. Son las voces urgentes de los niños y de las niñas que dicen: «No queremos que se sientan esperanzados, esperanzadas. Queremos que entren en pánico”. La visión profética nos ayuda a ver que,

en ocasiones – como en la resistencia a la violencia armada o al enfrentar una catástrofe ecológica – los niños y las niñas son las únicas personas adultas en la sala. Desde Hong Kong hasta Beirut, pasando por Chile y más de nueve protestas populares lideradas por jóvenes, rechazan la clase política actual, poniéndose a favor de la política de la vida y de la justicia. Isaías nos señala dónde se encuentra el espíritu, el espíritu de Dios, el espíritu de Jesús en momentos desesperantes. Entre las personas maltratadas e ignoradas. Los niños y las niñas se encuentran entre aquellas personas llenas del espíritu de sabiduría y de comprensión. El espíritu del temor y del conocimiento del Dios de la vida. En el Evangelio de Mateo, luego de la entrada de Jesús a Jerusalén, el patio del templo está lleno de niños y de niñas de la calle que gritan: “¡Hosanna!”. Sálvanos. Rescátanos, hijo de David, ahora. Y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se indignaron y dijeron: “¿Escuchan lo que dicen estos niños?”. La respuesta es: sí. En este Adviento de las voces esperadas de los niños y de las niñas, escuchamos la convocatoria a unirnos al movimiento de Jesús. Para salvar, para rescatar la vida donde ella se encuentre en riesgo. Adviento nos ayuda a recordar hacia dónde mirar para percibir el obrar de Dios. Porque una criatura los guiará. wcrc.ch, 17 de diciembre de 2019

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¡DIOS DE VIDA!, ¡DIOS DE GRACIA!, ¡DIOS DE AMOR! Olav Fykse Tveit

¡D

ios de vida!, ¡Dios de gracia!, ¡Dios de amor! ¡Santísima Trinidad!, ¡Padre, Hijo y Espíritu Santo! En este último día de 2019, nos acercamos a ti con acción de gracias y en oración. Dios nuestro creador, por este 2019 que nos diste para vivir juntos como tu creación y con toda tu creación, como tus seres humanos amados, como una familia humana, agradecemos por quienes han visto y recibido verdaderas señales de tu amor, a través del esplendor de tu creación y a través de la generosidad de otros seres humanos, pero, también, a través de signos de justicia y paz convertidos en auténticas señales de la presencia de tu reino entre nosotros y nosotras. En este día nos acercamos a ti con nuestras oraciones por todas aquellas personas que han experimentado que sus vidas han estado llenas de tristezas, miedo, violencia y muerte, por todas aquellas que han perdido sus expectativas de un mejor mañana de un feliz año nuevo que está llegando.

quienes tienen sed y el anhelo por justicia y por paz: dales toda tu gracia, tus signos de amor, ¡dales tu justicia, tu alegría! ¡Kyrie Eleison! Danos, oh Jesucristo, el valor de transmitir el abrazo y la presencia que has ofrecido a todos y a todas, a través de tu sufrimiento, muerte y resurrección. Que podamos concluir este año en tu santo nombre, oh Jesucristo, el nombre que te fue dado porque fuiste enviado para salvarnos de nuestros pecados, ¡Christe Eleison! Que podamos iniciar el próximo año en tu santo nombre, oh Jesucristo. Tú estás allí, en lo que viene, para darnos tu amor. Estás ahí y nos pides que te amemos y que a amemos a todas las personas que te importan. Oh Espíritu Santo, haz que cada uno de nosotros, cada una de nosotras, y la una, Santa Iglesia, y el mundo entero podamos unirnos en la esperanza, movidos y movidas por el amor de Cristo. Amén. Versión modificada de la traducción de Gerardo Oberman oikoumene.org, 31 de diciembre de 2019

Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general saliente del Consejo Mundial de Iglesias

Dios, en tu misericordia, escucha nuestras oraciones por 40


HORIZONTES XXXII ANIVERSARIO DE LA IGLESIA ANTIOQUÍA

FALLECIÓ EL PBRO. ABEL CLEMENTE VÁZQUEZ 29 de diciembre de 2019

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acido en el estado de Veracruz, creció en Matamoros, Tamaulipas, adonde fue un militante entusiasta del Esfuerzo Cristiano en sus años gloriosos, acerca del cual ofrece un emotivo testimonio en el número conmemorativo de El Faro del centenario de esa organización juvenil, en febrero de 1981. Allí habla de esa época con un sano y sólido mezclando por su formación eclesiástica. Hizo estudios normalistas para luego ingresar al Seminario Teológico Presbiteriano de la Ciudad de México (STPM) adonde fue discípulo de la pléyade de profesores que consolidaron esta institución. Se graduó en 1951. Su interés por la teología lo llevó a cursar estudios de posgrado en Escocia, donde escribió una tesis sobre la eclesiología de John A. Mackay, de quien se volvió un ferviente seguidor para consolidar su identidad reformada, y en Princeton, Estados Unidos. De Mackay tradujo en 1970 El sentido presbiteriano de la vida, una obra clásica que resume el desarrollo de la

tradición calvinista, aunque sobre todo para el ambiente anglosajón. En los años marcados por una fuerte polarización eclesiástica ejerció el pastorado en multitud de iglesias dentro y fuera del Distrito Federal, sobresaliendo su ministerio en las iglesias Príncipe de Paz, en los años cincuenta, y El Divino Salvador, en los años ochenta. Su estilo homilético expositivo e inferencial ha dejado escuela, particularmente a la hora en que acometía la predicación sobre el mensaje de libros completos de la Biblia. Desarrolló una amplísima tarea institucional en la estructura de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (INPM), de la cual fue moderador entre 1984 y 1986 y, más tarde, secretario. Asimismo, en el departamento de Educación Teológica y en la Comisión de Puntos Constitucionales, por citar sólo dos espacios organizativos, además de haber ocupado todos los cargos en los escalafones presbiteriales y sinódicos. Su labor como canonista, valga la expresión, se ha manifestado, sobre todo, en la revisión de la Constitución, cuya última versión se ha publicado recientemente. Junto con otros pastores y líderes, fundó en 1969 el Presbiterio Azteca, vanguardia teológica y eclesial en un ambiente marcado por las disputas entre corrientes teológicas, y 20 años más tarde el Presbiterio Juan Calvino, constituyéndose ambas iniciativas en proyectos renovadores, pues en el caso del primer cuerpo eclesiástico, se realizaban, por ejemplo, encuentros teológicos denominados “liceos”, que intentaban acercar la teología a las iglesias y congregaciones y así contribuir a superar el lamentable existente entre las instituciones de formación y las comunidades. En este punto es obligado señalar la forma tan singular en que ha promovido a estudiantes y pastores jóvenes para ubicarlos en iglesias y congregaciones, así como su apoyo irrestricto para la superación teológica. Un excelente resumen de su experiencia pastoral y de su perspectiva sobre el arte de delegar responsabilidades fue publicado en la revista Continente Nuevo, en 1982. Entre 1991 y 1992 dirigió la revista Encuentro del Presbiterio Juan Calvino, un esfuerzo notable de difusión y 41


comunicación. Sobra decir que la orientación teológica de estos dos cuerpos en gran medida ha dependido de su visión profética y de la forma en que concibe la labor ministerial, pastoral y teológica. De no ser así, estos organismos habrían sucumbido a los embates y acusaciones gratuitas acerca de su supuesto liberalismo y laxitud doctrinal. Tampoco debe olvidarse que ser vanguardia implica el pago de un alto precio en términos institucionales y de política interna. En ese sentido, ha sido irrestricto su apoyo a los ministerios femeninos y a la praxis de una teología reformada siempre dispuesta a dialogar y transformarse para ser más eficaz. Participó en diversos congresos, coloquios y consultas internacionales, entre los que es preciso citar el ya legendario Congreso Presbiteriano Latinoamericano de 1963 sobre La naturaleza y misión de la Iglesia, de 1963, en Bogotá, Colombia, organizado por la Comisión de Cooperación Presbiteriana de América Latina (CCPAL), antecedente inmediato de la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina (AIPRAL), de la cual fue presidente a fines de los años 90, logrando que en la reunión ordinaria de 1997, en Debrecen, Hungría, fuera recibida como el capítulo latinoamericano de la Alianza Reformada Mundial (ARM). El congreso de 1963 fue un evento pionero, un verdadero parteaguas, en el surgimiento de la teología protestante latinoamericano, llevado a cabo justamente en los años del Concilio Vaticano II y de los albores de las teologías contextuales. Su colaboración con la ARM fue intensa, pues participó en varias reuniones y

consultas patrocinadas por este organismo. Un ejemplo de ello fue la reunión de AIPRAL con el tema “Teología y culturas”, llevada a cabo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en 1995. Su pasión por la Biblia, demostrada mediante su enorme capacidad oratoria y creatividad homilética, como ya se ha mencionado, lo llevó a colaborar en la Sociedad Bíblica de México, que dirigió por varios años y le permitió realizar diversas iniciativas de traducción y difusión de las Sagradas Escrituras, dentro y fuera de México. Es particularmente memorable el proyecto que desarrolló durante la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, en Puebla, en enero de 1979. Nunca dejó de apoyar cuanta solicitud se le presentaba para aportar materiales bíblicos gratuitos para la evangelización. Por supuesto, no faltó la oposición que enfrentó, por ejemplo, cuando una iglesia quiso enjuiciarlo oficialmente en el Presbiterio Azteca porque las Sociedades Bíblicas Unidas publicaron la Biblia con los libros deuterocanónicos, olvidando (si es que lo sabían sus acusadores) ¡que la primera edición de la Biblia de Casiodoro de Reina, en 1569, los incluye! Pueden mencionarse varias de sus iniciativas teológicas, como fue el caso, en el ámbito institucional, una infinidad de congresos teológicos y de estudio (muchos de los cuales se echan de menos en la actualidad), la Academia Mexicana de Teología Reformada (su sueño dorado), más recientemente el Centro de Estudios Teológicos y de Ciencias de la Religión “Karl Barth”, en el seno del STPM, y en el campo ecuménico, la Facultad Latinoamericana de Teología Reformada, en la cual participó al lado de otros insignes presbiterianos como los doctores Alfonso Lloreda y Benjamín Briseño, en los años 60. Además, fue el impulsor de la revista Pensamiento Reformado Hoy, en sus dos etapas. Entre 1994 y 1998 fue rector del STPM, siendo su periodo uno de los más fructíferos de la historia, debido a que, por mencionar un par de casos, se instituyeron varias cátedras con los nombres de insignes dirigentes presbiterianos, a las cuales se invitaron a teólogos y teólogas de renombre mundial. Más tarde se hizo cargo de la división de estudios de posgrado y del Centro de Estudios ya mencionado. En resumen, sus tareas pastorales, teológicas e institucionales han dejado y siguen dejando una profunda huella en la vida del presbiterianismo mexicano, en medio de momentos difíciles, porque vaya que los ha habido, prácticamente en cada 42


década de su ministerio, y han creado toda una línea de acción que debe ser recuperada y seguida por las nuevas generaciones de creyentes, estudiantes, pastores y teólogos, hombres y mujeres, que deseen, verdaderamente, aplicar en su vida cotidiana los principios y valores de una teología genuinamente reformada. Si se permite una nota personal, es posible decir que, sin haber estado nunca en alguna de sus clases formales, quien escribe estas líneas aprendió más de la fe, la Biblia y la teología reformada en sus inolvidables sermones, particularmente aquel que dedicó a exponer íntegramente el contenido del libro de Josué, ¡en escasos 45 minutos! A él le debemos, varias generaciones, la pasión por reencontrar, valorar, practicar y divulgar las virtudes de la teología reformada, aquella que se gestó de diversas formas y con matices propios en Francia, Suiza, Alemania, Holanda, Escocia y Estados Unidos, hasta llegar a ser parte integral de nuestra fe calvinista, ahora ya autóctona, propia, latinoamericana y mexicana. (LC-O, 2008)

EVANGÉLICOS Y PODER: MATRIMONIO DE CONVENIENCIA EN AMÉRICA LATINA

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as iglesias evangélicas extienden su influencia en Latinoamérica. Convertidas en muchos casos en la segunda religión más importante, han traducido esa fuerza no sólo en poder económico, sino político. Concesionarios de medios, impulsores de candidaturas legislativas y presidenciales, integrantes de Congresos, fundadores de partidos políticos, cercanos a los gobiernos de turno, los grupos evangélicos han aanzado sus redes y su agenda al paso de los años, revela una investigación del Grupo de Diarios América. Los evangélicos en la región han aprovechado ventajas como el no tener que hacer aportaciones tributarias, leyes que en el mejor de los casos son vagas y, en el peor, inexistentes y les permiten actuar con libertad. Aunque hay casos especícos donde se les asocia con algún partido político en particular, estas asociaciones han sabido adaptarse a los cambios y, señalan expertos, su objetivo es acercarse al poder esté en manos de quien esté Su ascenso no ha estado exento de polémica; al contrario, y es apenas el principio. “La iglesia evangélica recién empieza a asomar la cabeza”, advierte a El Nuevo Día el doctor Samuel Silva Gotay, profesor distinguido de Historia y Sociología de la Religión en la Universidad de Puerto Rico. Aunque diversas, las iglesias evangélicas tienen una agenda común que pasa por el No al aborto, la lucha contra los derechos de la comunidad LGBTTQ (en Puerto Rico impulsaron en el Senado un proyecto para aplicar terapias de conversión de menores homosexuales y transexuales que el gobierno frenó) y ganar acceso a los medios de comunicación donde no los tienen.

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Ha sido una labor de décadas. En Brasil, uno de los ejemplos más notorios del poder evangélico, estos grupos se consolidaron en la década de 1970 y su inuencia se ha disparado en el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, cuya candidatura impulsaron. En México, agrupaciones evangélicas como los protestantes y pentecostales se incrementaron, en poco menos de 10 años, 35%, al pasar de mil 331 en 2010 a 5 mil 843 en la actualidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En Uruguay, señala El País, aunque sólo 7% de la población se dene como evangélica, según Latinobarómetro (2018), los expertos coinciden en que la cifra subestima la realidad y, desde 2009 un pastor, Jorge Márquez, intentó contender en las elecciones. Venezuela vivió en 2018 el llamado fenómeno Bertucci, cuando el pastor evangélico Javier Bertucci se lanzó como candidato presidencial y su partido, Esperanza por el Cambio, alcanzó más de un millón de votos, una cifra histórica para una organización política de esa tendencia religiosa, advierte El Nacional. En este país, 17% se declara evangélico o protestante, según Latinobarómetro (2018). De todo el universo de iglesias evangélicas, destacan por su poder económico y político los pentecostales y neopentecostales. En Puerto Rico suman 840 mil creyentes, de un total de 3 millones de habitantes. En Uruguay se fundó en 2004 el Consejo de Representatividad Evangélica (CREU), que aglutina a las iglesias de este tipo y representa a más de 700 congregaciones locales en el país. Y aunque no se les asocia al presidente,

en las primarias de este año al menos 16 listas electorales fueron encabezadas por pastores evangélicos. Tres legisladores titulares son evangélicos, todos del Partido Nacional. Brasil, la meca Un caso que cabe destacar es el de Brasil, no sólo por la relación evangélicos-Bolsonaro, sino por la fuerza política, mediática y económica de este grupo. La Iglesia Universal del Reino de Dios (conocida en México como Pare de Sufrir) es considerada pionera en la expansión nacional e internacional de la iglesia neopentecostal, indica O Globo. Es propietaria de Radio Aleluia, con más de 90 emisoras y su fundador, el obispo Edir Macedo, es dueño de Grupo Record. Otro obispo, Marcelo Crivella, fue senador y nominado a ministro de Estado en el gobierno de Dilma Rousseff. Hoy es alcalde de Río de Janeiro. De las las de una de las iglesias evangélicas más antiguas de Brasil, la Asamblea de Dios, han salido también pastores que han sido líderes políticos, como Everaldo Pereira. En el censo de 2010, 12.3 millones de personas se declararon eles de esta iglesia. En México existe la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), que agrupa a 7 mil iglesias. La encabeza Arturo Farela, quien se declara amigo de años del actual presidente Andrés Manuel López Obrador. 44


De acuerdo con datos de El Universal, la presencia de los grupos evangélicos se ha incrementado en la administración actual, en la que han solicitado acceso a medios electrónicos de comunicación y han asistido a por lo menos cinco actos públicos del mandatario, quien durante su campaña estableció una alianza con el Partido Encuentro Social, de liación cristiano-evangélica. El censo de 2010 identicaba a 8 millones 386 mil mexicanos protestantes, pentecostales, cristianos o evangélicos. Un caso particular en México es el de la Luz del Mundo, fundada en 1926 y que arma contar con más de 600 mil eles. Tiene empresas filiales de diversos giros comerciales en sectores inmobiliarios, cultural, editorial e informativo. A nivel político, cuenta con tres legisladores y se le ha asociado a diferentes partidos políticos, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y el que está actualmente en el poder, Morena. Gran polémica causó en el país un evento realizado el 15 de mayo en el recinto cultural de Bellas Artes, en la Ciudad de México, para homenajear al líder de la Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, al que asistieron legisladores morenistas. Naasón está hoy detenido en Estados Unidos, acusado de violación de menores y tráco de personas, entre otros cargos. En Colombia, explica El Tiempo, hay dos partidos con personería jurídica y cada uno cuenta con tres senadores. Ambas agrupaciones políticas son cercanas al uribismo, el movimiento de apoyo al expresidente Álvaro Uribe. Uno de ellos es el partido Mira, derivado de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo

Internacional y con presencia en el Congreso colombiano desde el 2000. En Chile, los últimos 20 años han visto la caída en el número de eles católicos y el ascenso de los evangélicos. Los primeros pasaron de representar 73% de la población en 1998 a 55% en 2018; por contraparte, los segundos pasaron de 14% a 16%, o un total de 3 millones 57 mil 154 eles, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas proporcionados por El Mercurio. Pareciera un número pequeño, pero que no reeja el poder económico: para 2017, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Valores y Seguros, más de 40 distintas iglesias y corporaciones del mundo protestante poseían acciones en empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio. También han incursionado en la educación. El Santiago College y el Instituto Inglés son muestras de ello. Los evangélicos pentecostales se han enfocado además en la compra/renta de medios. Tienen dos canales de tv, un centenar de radiodifusoras, como radio Armonía y radio Corporación. A nivel político, hay siete diputados evangélicos, de un total de 155, y hoy la apuesta es a conformar, ellos mismos, agrupaciones políticas que puedan contender en el futuro. El Salvador, católicos a la baja Uno de los ascensos más notorios de los evangélicos se ha dado en El Salvador, donde pasaron de tener 28.70% de eles en 2004 a 39.50% en 2019. Los católicos, primer grupo religioso del país, han sufrido un declive igualmente impactante en el mismo periodo: de 55.10% a 40.50%. Igual que en otros países, se han hecho de medios de comunicación y forman parte de consejos ciudadanos para el diseño de políticas públicas. No se les asocia con un partido político en particular, sino con el poder, explica La Prensa Gráca. Se llevan bien con quien gane Muestra de ello es que en las tomas de posesión de los últimos cuatro presidentes ha habido presencia de sacerdotes católicos, pero también de pastores, y en la Asamblea Legislativa se han realizado sesiones especiales con motivaciones religiosas. En Argentina aún no se nota tanto la inuencia de los evangélicos, a pesar de que son el segundo grupo religioso más importante, con 3 millones 600 mil eles, de acuerdo con datos recabados por La Nación, en un país con una población de unos 40 millones. Una de las razones por las que no son tan inuyentes es que no han logrado constituir una organización política que los estructure. Tampoco cuentan con algún candidato político con suciente trayectoria.

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De la Cartilla moral a la declaración México-Uruguay El acercamiento de los grupos evangélicos al poder tiene un objetivo particular: impulsar su agenda. Y en algunos países, eso se ha traducido en acciones muy concretas. Es el caso de México, donde la Confraternice se encargará de distribuir la cartilla moral impulsada por el presidente López Obrador, con la que busca, según ha declarado, “reconstruir el tejido social” para disminuir la violencia que hay en el país. Será difundida en 7 mil iglesias evangélicas y los pastores planean incluso ir casa por casa. La Confraternice busca sumarse, asimismo, a programas “emblema” del gobierno de López Obrador, como Jóvenes Construyendo el Futuro, que otorga becas a personas de entre 18 y 29 años por ser capacitados en empresas, y Sembrando Vida, para impulsar políticas de desarrollo que ayuden a disminuir la migración centroamericana. En Brasil los evangélicos se anotaron un gran triunfo en mayo de 2019 cuando a pedido del propio Personajes polémicos ligados a las iglesias evangélicas Algunos de sus líderes se han visto envueltos en escándalos que, en algunos casos, los han llevado a prisión... En Brasil, los evangélicos se anotaron un gran triunfo en mayo de 2019, cuando a pedido del propio presidente Bolsonaro la Reserva Federal acordó exibilizar las obligaciones accesorias de las iglesias (sus declaraciones diarias y mensuales de movimientos nancieros). El mandatario causó polémica al advertir que tendrá la oportunidad de nominar a dos ministros para el Tribunal

Supremo y que uno de ellos será “terriblemente evangélico”. En Uruguay, el 15 de junio de 2017 fue una fecha clave para los evangélicos. Ese día, 670 parlamentarios de la región, incluyendo tres evangélicos uruguayos, suscribieron la Declaración de México, que se opone a que las resoluciones de organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos obliguen a los Estados miembros a modicar sus leyes locales “en asuntos relacionados a la vida, la familia y la libertad religiosa”. En Colombia, estos movimientos mostraron su poder al impulsar el voto por el “No” a los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el plebiscito de 2016, que nalmente se impuso. Tras el fracaso del Sí, el entonces presidente Juan Manuel Santos se reunió con una decena de pastores para escuchar sus planteamientos. Paso a paso, las iglesias evangélicas han ganado terreno en Latinoamérica. Su cercanía al poder está redibujando la división Iglesia-Estado que solía prevalecer. Y van por más. El Universal, 8 de diciembre de 2019

AMLO Y LA RELIGIÓN Julio Patán a un presidente que hiciera más ¿R ecuerdan referencias a la Biblia? ¿Y a uno que le metiera mano a un texto de Alfonso Reyes, la Cartilla moral, para luego distribuirlo masivamente, porque un objetivo de su administración es “purificar” –sí: purificar– la vida pública? ¿Habían oído lo de que el neoliberalismo multiplicó los divorcios? ¿Qué tal la idea de darle radio y televisión a los grupos evangélicos? No: esto no se había visto. Hacía falta que llegara la izquierda al poder para que lo del Estado laico se fuera al basurero de la historia. Hacía falta AMLO. De ahí que Roberto Blancarte y Bernardo Barranco hayan unido fuerzas para publicar AMLO y la religión. El Estado laico bajo amenaza (Grijalbo), un libro de veras útil para entender uno de los aspectos centrales de esto que llamamos 4T. ¿Resuelven Blancarte y Barranco los grandes misterios de la relación de López Obrador con lo religioso? No, ni lo pretenden. Pero ofrecen un recuento de los exabruptos religiosos del presidente, retratan sus vínculos con católicos duros y evangélicos (ahí su amistad con Arturo Farela), y sobre todo sitúan la embestida antilaica del régimen en el contexto latinoamericano, con triunfos como el de Bolsonaro en Brasil o Jimmy Morales en Guatemala. Así que no sabremos si López Obrador es evangélico o católico de vieja escuela, una ambigüedad que ha alimentado 46


QUÉ DICE LA INICIATIVA QUE QUIERE TERMINAR CON EL ESTADO LAICO

conscientemente, pero lo veremos oscilar entre unas alianzas y otras, y luego apuntarse a un ritual de purificación propio de los pueblos originarios, o pidiendo permiso a la madre tierra para lo del tren maya. O sea, puede que tengamos a un presidente entregado a una religiosidad sincrética, a medida, tutifruti, pero en todo caso ultraconservadora. O puede que tengamos a un presidente pragmático, que usa la fe como un modo de conectar con sus clientelas políticas. ¿No es alentador? Pues no. Elijan, queridos lectores, la versión que más los tranquilice para iniciar el año. Pero háganlo después de leer este libro necesario. * Es cierto que hace poco hubo otra embestida contra el Estado laico, de la senadora morenista Soledad Luévano, y que el Presidente se opuso expresamente. Milenio, 31 de diciembre de 2019

La senadora de Morena, María Soledad Luévano Cantú, presentó este martes en el Senado de la República una iniciativa de reforma que permitiría a las asociaciones religiosas realizar actividades en coordinación con los tres órdenes de gobierno, participar dentro de las escuelas del país y centros de readaptación social, y difundir sus preceptos a través de cualquier medio de comunicación [https://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/64/2/2019-12-111/assets/documentos/Inic_Morena_Sen_Luevano_Asociaciones_Religiosas_Cult o_Publico.pdf]. La iniciativa busca “el reconocimiento de derechos inherentes a la libertad religiosa”, entre ellos el de profesar y participar individualmente, en público como en privado, en ceremonias o actos de culto; el derecho a la objeción de conciencia por motivos religiosos. El texto propuesto establece en el Artículo 1 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público el derecho a “otorgar y recibir acompañamiento, asistencia y asesoramiento espiritual acorde a su doctrina y profesión religiosa en cualquier lugar, incluidos centros de salud o de reinserción social, instituciones de asistencia, estancias migratorias –públicas y privadas-, instalaciones de los cuerpos de policía, unidades del Ejército, Fuerza Aérea y la Marina”. También indica que, al justificarse en convicciones éticas y religiosas, cualquier persona tendrá derecho a abstenerse de actuar, y que en los casos donde los objetores de conciencia sean trabajadores del Estado, será el gobierno quien garantice el goce pleno de los derechos de terceros. Las autoridades correspondientes, además, deberán brindar apoyo a las asociaciones religiosas que lo soliciten, para preservar, salvaguardar, mejorar y conservar la integridad de los templos y bienes que sean monumentos arqueológicos, artísticos e históricos propiedad de la nación. En el artículo tercero, el dictamen aclara que el Estado mexicano “es laico”, por lo que, en consecuencia, “garantizará plenamente el derecho humano a la libertad de religión de todas las personas y ejercerá su autoridad en la materia”, y que “no podrá establecer ningún tipo de preferencia o privilegio a favor de religión alguna”. Sin embargo, dice, “lo anterior no impedirá la colaboración entre éstas y el Estado en la promoción conjunta del desarrollo 47


cultural y social de las personas, a través de los mecanismos previstos en las leyes correspondientes”. Acerca de la asociación con fines políticos de los ministros de culto, el texto propone que estos no podrán realizar proselitismo ni propaganda política, es decir, llamar a votar por algún candidato o partido en locales de uso público o en medios de comunicación; tampoco podrán realizar o promover aportaciones económicas a partidos políticos, aspirantes o candidatos a algún cargo de elección popular. “Sin menoscabo de la laicidad del Estado, las autoridades podrán asistir en su carácter a actos de culto público, así como a las actividades que tengan motivos o propósitos similares”, señala la iniciativa. De acuerdo con la senadora, con esta reforma, “esperamos que creyentes y no creyentes gocen de la más amplia libertad de conciencia, convicciones éticas y de religión para contribuir al enriquecimiento del debate público, y al fortalecimiento de los valores éticos y religiosos enraizados en las culturas populares”. Acerca de la iniciativa, el líder de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, dijo que las y los legisladores de su partido discutirán la propuesta de Soledad Luévano, para su aval. “Sin precipitación ni regresión, todas las voces serán escuchadas”, aseveró. Animal Político, 17 de diciembre de 2019

CASIODORO DE REINA: RELEVANCIA RELIGIOSA, GRANDEZA LITERARIA Félix de Azúa Casiodoro de Reina (15201594), el gran reformador español, fue uno de nuestros más sobresalientes renacentistas. No fue, sin embargo, una personalidad teológica, característica de aquellos años de enfrentamientos dogmáticos, sino, sobre todo, un caso único de tolerancia en un siglo fieramente intolerante. También se puede leer como a uno de los mejores prosistas de la lengua española. Su vida es una verdadera novela de aventuras. Poco sabemos de él antes de su pertenencia a los jerónimos del monasterio de San Isidoro, pero su pensamiento parece haber cristalizado antes de entrar en el cenobio. Su obsesión fue traducir los textos testamentarios, como parte de una defensa de la libertad individual. Nadie, según Reina, se ha de interponer entre el texto sagrado y el lector. Las palabras de Dios no pueden quedar en manos de unos pocos. No es que defendiera el libre acceso al texto porque se había reformado siguiendo los escritos de Erasmo primero y Lutero después, sino más bien al revés: llegó a las Iglesias reformadas movido por su deseo de sostener la libre iniciativa como algo esencial para un cristiano. Quizás ese deseo de independencia intelectual le venía ya de su familia, judíos conversos conocedores de la persecución. Así se entiende que jamás llegara a un acuerdo duradero con ninguna de las confesiones reformadas y actuara con total independencia de criterio. El episodio crucial fue su huida de Sevilla antes de que, como a sus compañeros (seguramente unos 50), le quemaran vivo los esbirros de la Inquisición. Pero una vez a salvo en Ginebra, en 1557, poco dura su tranquilidad. Los calvinistas eran tan intolerantes como los católicos y al poco se vio perseguido por el propio Calvino, que había quemado vivo a Miguel Servet cuatro años antes por sus ideas sobre la Trinidad. Reina hace suya la frase de su amigo Sebastián Castellio: “Matar a un hombre para defender una doctrina no es defender una doctrina, es matar a un hombre”. En consecuencia, Casiodoro 48


tiene que huir a Londres en 1558, año en el que sube al trono Isabel I y se abren las esperanzas de los evangelistas. Es preciso tener presente la actividad inaudita de los servicios secretos de Felipe II y las enormes cantidades de dinero que emplearon para destruir a los reformistas españoles. A las calumnias y sobornos de los espías de la Inquisición se unen la desconfianza y el rechazo que producen los españoles entre las Iglesias calvinistas francesa y flamenca allí refugiadas. Al constatar tanto rechazo cabe pensar en algo más: la sospecha de que casi todos los españoles reformados que escapan a la Inquisición son de origen judío. Sólo el antisemitismo de los reformados franceses, flamencos e ingleses explica la unanimidad contra la congregación española. En 1563 las acusaciones contra Casiodoro suben de tono; los espías le acusan de sodomía (penada con la muerte en Inglaterra), adulterio y servetismo, y aunque el obispo de Londres, Edmund Grindal, las rechaza, los calvinistas franceses y flamencos las aceptan y utilizan. Ello provoca una nueva huida, esta vez a Amberes, pero la persecución calvinista le obliga a ir de un lado a otro siempre expulsado por los luteranos, los espías españoles, los calvinistas o los anglicanos. La ingente tarea de traducir la Biblia a partir de las fuentes hebreas la lleva a cabo de un modo heroico en los 12 años que vive por media Europa. Fue durante su estancia, casi en paz, en Estrasburgo cuando pudo por fin dar el texto a una imprenta de Heidelberg, en 1567, pero aún faltarían dos años de dificultades para

que en verdad se imprimiera. Es un milagro que en los dos años que pudo vivir sin persecución en Basilea, de 1567 a 1569, apareciera la que conocemos como Biblia del Oso. En Basilea, ciudad que sólo perseguía a los anabaptistas, encontró la protección del banquero Marcus Pérez, otro converso de origen portugués, cabeza de una red económica que cubría toda Europa. Este singular Rothschild de la época le tomó bajo su amparo y financió la impresión de la Biblia en la imprenta de Thomas Guérin. Durante años se supuso que el impresor había sido Samuel Biener (Apiarius) porque su marca tipográfica (el oso que quiere alcanzar un panal) apareció en la portada sin que se haya averiguado la causa. Quizá tan sólo se trataba de despistar a los perseguidores. El caso es que la Biblia del Oso no se publicó en el negocio editorial del oso, sino en la de Guérin. Conseguido su propósito, Reina se dedicó a otras actividades, además de la pastoral. De 1570 a 1578 se estableció en Fráncfort, donde vivía su suegro, un importante comerciante de sedas, y se unió a la Iglesia calvinista francesa a pesar del rechazo de los calvinistas ginebrinos. También allí ganó la ciudadanía. Se empeñó en volver a Londres para que se juzgaran públicamente las calumnias que le habían hecho huir precipitadamente 15 años antes y se limpiara su nombre. Fue declarado inocente de todos los cargos. Cuando los luteranos de Fráncfort le ofrecieron ser pastor de la congregación valona, aceptó tras firmar una Fórmula de Concordia en la que condenaba todos los errores heréticos de católicos, anabaptistas, zwinglianos, schwenkfeldianos y hasta 11 sectas calvinistas, al tiempo que se adhería a todas las confesiones luteranas. Y allí estuvo hasta su muerte en 1594, sin descuidar su negocio de sedas y criar a cinco hijos. La facilidad vertiginosa con la que Reina pasaba del calvinismo al luteranismo, o del anglicanismo al servetismo, no es un efecto de la indiferencia, sino de la tolerancia. No aceptaba 49


Reina las disputas teológicas si eran dogmáticas, no consentía la división de los cristianos por motivos sectarios, era un caso rarísimo de liberal en aquel siglo de fanáticos. Sobre la Biblia del Oso como extraordinaria obra literaria, alguien tan poco amigo del heterodoxo como Menéndez y Pelayo dijo de la Biblia por él traducida que era, junto con la obra de Cervantes, la mayor aportación a la lengua literaria española. Esa era también la opinión de dos grandes prosistas del siglo XX, Rafael Sánchez Ferlosio y Juan Benet. Sin embargo, aunque ambos se referían a la Biblia del Oso, es decir, a la traducción de Casiodoro de Reina, en realidad la que leían era la corrección que Cipriano de Valera puso en circulación en 1602 y que será a partir de aquel momento el libro de los protestantes españoles hasta el día de hoy. Esta biblia sí se encontraba fácilmente, porque era la que habían repartido por España los pastores protestantes durante la Guerra Civil y la misma que difundió, con riesgo de su vida, George Borrow entre 1836 y 1840, durante la guerra carlista. Las diferencias entre el texto de Reina y el de Valera son muy notables. La principal fue el reordenamiento de los libros, ya que Reina había optado por la disposición católica, con los apócrifos incluidos, en tanto que Valera restituye el orden protestante. En medio de los tormentos de su persecución, Reina trabajaba con ahínco y cada palabra que escribía era relevante. Como él mismo dice, trabajó de manera que “nos acercásemos de la fuente del texto hebreo cuanto nos fuere posible (pues que sin controversia ninguna de él es la primera autoridad)” (Amonestación

p. 9). Se vio obligado a inventar neologismos porque no encontraba referente del hebreo en español. Él menciona “reptil” y “esculptura”, pero los hay más notables. Por ejemplo, Jehová, castellanización de Yahvé, que ya había usado Valdés en lugar de “Señor” que es lo habitual en las biblias protestantes. Que a pesar de sus sufrimientos dedicara tanto esfuerzo a un texto literario nos permite decir que, si bien la relevancia religiosa de la Biblia del Oso es mucha, más aún, o no menor, lo es su grandeza literaria. Y que una de las desdichas de nuestra cultura ha sido que no se pudiera leer hasta 1987, cuando Alfaguara lo volvió a publicar en edición de Juan Guillén Torralba. Esta misma editorial tiene previsto rescatarla en 2020. Este artículo es un resumen de la conferencia “Heterodoxia renacentista. La Biblia del Oso”, que Félix de Azúa impartió en Sevilla el 7 de noviembre (www.youtube.com/watch?v=nxqGp0g7Q5o). El País, 27 de diciembre de 2019

LA BIBLIA EN BOLIVIA Pablo Barrera Excelente síntesis de lo esencial del golpe en Bolivia: la Biblia sobre una bandera tricolor. Camacho fc, líder del golpe oligárquico, fascista y racista, arrodillado frente a la Bíblia que (según sus declaraciones) debía volver al palacio de donde habría sido retirada por el "izquierdista" Evo. El fundamento es la bandera boliviana tricolor, símbolo de la independencia de la colonización española, que nada significó para la mayoría india. La wipala, bandera multicolor del tawantinsuyo, ha sido retirada. El golpe no es sólo contra el único presidente que puso al indio/a en primer lugar en su proyecto de gobierno, Bolívia es el único país plurinacional que resulta de su gestión. Es un golpe, entonces, contra el índio, el pobre, el migrante, el analfabeto en toda América Latina. Golpe en el que la Bíblia es un accesorio importante. No son pocos los ingenuos que culpan a Evo: "se emborrachó de poder". ¿Qué son 14 años de gobierno contra 500 años de colonización racista? La misma Biblia cristiana fue usada para evangelizar toda América Latina y es usada hoy como justificación del golpe contra Evo, golpe contra un modelo de sociedad alternativo al impuesto por el imperialismo capitalista. No son pocas las noticias de los evangélicos que apoyaron y 50


apoyan el golpe en nombre de Dios. Por eso esa imagen es elocuente y cuestiona discursos "democráticos" de cristianos progresistas que culpan a Evo por e golpe. Frente a la violencia de la derecha fascista y racista no hay lugar para cristianismos del medio, mediocres: o con el proyecto de Evo o contra él. Con un país plurinacional o con un país racista. La derecha ya entró al Palacio, pero la violencia contra el MAS continúa. La derecha está cedienta de venganza acumulada en 14 años. Su objetivo mayor no es la alternancia del poder y sí acabar con un modelo alternativo de sociedad. No perdonan que un índio les haya arrebatado su histórica hegemonía y demostrado que una sociedad igualitária es posible. Toda nuestra solidaridad al pueblo boliviano. Todo nuestro apoyo a Evo. La esperanza no ha muerto. El vecino pueblo chileno en las calles lo está demostrando. Jesús, el pobre carpintero, camina por las calles de América Latina sin Biblia en las manos.

MÁRTIRES DE LA UCA: A 30 AÑOS DEL MARTIRIO DE JESUITAS EN EL SALVADOR Miguel Concha

El próximo 13 de noviembre se cumplen 30 años de la masacre de los seis jesuitas de la Universidad

Centroamericana José Simeón Cañas de San Salvador, y dos de sus trabajadoras, por efectivos del batallón de élite Atlacatl. Se tiene además noticia de que la Corte Suprema de Estados Unidos despeja el camino para extraditar, por fin, al coronel salvadoreño que ordenó su muerte. Ellas y ellos son, Elba Ramos, ama de llaves; su hija adolescente, Celina; Ignacio Ellacuría, rector; Ignacio Martín-Baró, vicerrector y jefe del Departamento de Psicología; Segundo Montes, profesor de teología; Juan Ramón Moreno, director espiritual y ex presidente de la Conferencia de Religiosos de Panamá y Nicaragua; Amando López, profesor de filosofía, y Joaquín López y López, director de los Colegios Fe y Alegría de El Salvador. En entrevista concedida el pasado 24 de octubre al semanario estadunidense National Catholic Reporter (www.ncronline.org), el P. Jon Sobrino S.J., quien venturosamente se libró de ser ejecutado, por encontrarse en esos días en una conferencia de teología en Tailandia dirigiendo un taller sobre Jesús crucificado, recuerda el coraje que le dio el asesinato de las dos primeras personas, pues al fin y al cabo el de los jesuitas en aquellos días era hasta cierto punto previsible, pero el de las dos mujeres inocentes resultaba totalmente inexplicable. En un mundo entonces políticamente polarizado entre el oriente, ateo y comunista, y el occidente, cristiano y democrático, era muy fácil, en efecto, estigmatizar en bloque a los partidarios de la teología de la liberación como absolutamente marxistas y comunistas. Y un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas (1993) planteaba que el objetivo principal de la agresión era el rector Ellacuría, y que los demás fueron asesinados para eliminar testigos. Recuerdo que entonces la Universidad Nacional Autónoma de México publicó, de manera extraordinaria, en los principales diarios de circulación nacional una esquela en la que subrayaba la saña con la que los soldados se habían cebado contra la cabeza de Ignacio Ellacuría, destruyéndola a culatazos, como símbolo de la aversión que le producía su pensamiento estructural sobre la injusticia y la violencia de la oligarquía salvadoreña. Vano intento por tratar de aniquilar la libertad de pensamiento y el compromiso ético de la inteligencia por la verdad y la justicia, pues hoy en día son muchas las investigaciones que se han venido haciendo para comprender mejor y desarrollar su pensamiento, y muchas de las cátedras e instituciones académicas que, sobre todo en Iberoamérica, llevan su nombre o se encuentran inspiradas por él. Prueba de ello es el libro Ignacio Ellacuría en las fronteras, coordinado por Óscar Arturo Castro Soto, Luis Mauro Izazaga Carrillo y Helena Varela Guinot, de la cátedra de análisis de la realidad política y social, del Tecnológico Universitario del Valle 51


de Chalco, que también lleva su nombre, y que próximamente será presentado en varias sedes y exposiciones, dentro y fuera del país. Como explica Jon Sobrino en el reportaje mencionado, para Ellacuría los males que debían superarse, y que de alguna manera desgraciadamente siguen, eran obvios: pobreza, empeoramiento de la explotación, la escandalosa brecha entre ricos y pobres, la destrucción ecológica, así como la perversión de los avances reales en democracia y la manipulación ideológica de los derechos humanos. Como explican los autores del libro mencionado, para Ellacuría, las violaciones a los derechos humanos son en sí mismas aspectos negativos de la historia y la humanidad tiene que liberarse de ellos. Sin embargo, el proceso de liberación tiene que caminar hacia algo distinto, hacia la utopía de un mundo mejor. Así, la liberación no es la libertad en abstracto, sino el tránsito de una situación negativa a otra positiva en permanente reconocimiento y construcción histórica (p. 11). Por ello, en repetidas ocasiones habló contra la deshumanización, la degradación y la prostitución del espíritu, sobre las cuales se decía y todavía se dice muy poco. Para Sobrino, como para Ellacuría, su mentor, para sanar a una civilización que está muy enferma, necesitamos de alguna manera el aporte de los pobres y las víctimas. Y por cierto, a propósito de Jesús crucificado, del que se ocupaba Sobrino en Tailandia, mientras sus hermanos eran salvajemente ejecutados, el 15 de octubre pasado, con ocasión del 40º aniversario del

Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos, el teólogo español Juan José Tamayo recordaba en un conversatorio que cuando sacaban de su habitación el cadáver de Ignacio Ellacuría, cayó inesperadamente de uno de los estantes sobre su cuerpo el libro de Jürgen Moltmann, El Dios crucificado. La cruz de Jesucristo como base y crítica de toda teología cristiana, el cual quedó impregnado con la sangre del rector recién sacrificado [En realidad fue en el cuerpo de Juan Ramón Moreno]. Lo que desde entonces dejó profundamente impresionado a su autor. La Jornada, 9 de noviembre de 2019

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NOTICIAS Y MATERIALES RESPONDIENDO A UN ÉXODO: AGUA PRIETA, SONORA Y DOUGLAS, ARIZONA, SOBRE MIGRACIÓN 8-10 de noviembre de 2019

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AIPRAL: 25 DE NOVIEMBRE, CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Como mujeres cristianas, hacemos un llamado a conservar la esperanza en que otro mundo es posible y que la lucha por la dignidad plena para todas y todos es necesaria. Sólo así se podrá tener una vida libre de violencias. A los 38 años de haberse iniciado la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género, parece que hay un retroceso en cuanto a los derechos de las mujeres en todo el mundo. Se han incrementado y se han diversificado las formas de violencia contra las mujeres. Es por ello que expresamos nuestra indignación y repudio frente a tal situación. En lo que corre de 2019 hemos sido testigos de cómo la ola de medidas neoliberales que nos azotan, tienen una de sus bases ideológicas en el fundamentalismo religioso. Con esto se refuerza los cuerpos de las mujeres como escenarios de guerra y territorios de conquista. Aunque hemos tenido algunos avances, se sigue recargando la responsabilidad de los cuidados de la vida sobre las mujeres y con eso se incrementa la desigualdad de género. Como consecuencia de esto, vemos que cuando se ha salido a ejercer los derechos de protestas en diferentes países del continente, las fuerzas policiales y militares se ensañan en el abuso de autoridad contra las mujeres.

En Chile hay 19 denuncias de violencia sexual por parte de los carabineros a las mujeres que apresaban durante las protestas contra el Gobierno de Piñera. El asesinato de Daniela “La Mimo” Carrasco ha conmocionado al mundo: la artista callejera de 36 años, fue encontrada ahorcada y colgada de una reja en su barrio porque los carabineros querían “dar un ejemplo” de lo que les podría pasar a las mujeres que encabezaran las protestas. conmocionado al mundo. La falsa concepción de una “ideología de género” ha servido para promover retrocesos de los derechos humanos y de los derechos de las mujeres en toda América Latina. Y esto se hace desde los discursos fundamentalistas. Ejemplo de esta violación de derechos es Bolivia. En esa nación andina, recientemente la Biblia ha sido utilizada como un arma para quitar del poder a un Gobierno democráticamente electo, como bien se denunció en la declaración de AIPRAL sobre Bolivia. El trato despiadado contra las mujeres indígenas y las legisladoras que no están de acuerdo con el Golpe de Estado en esa nación andina, deja claras las intenciones de un Gobierno autonombrado que atenta contra la cultura ancestral de un pueblo y especialmente contra las mujeres de esa cultura. A pesar de todas estas circunstancias, como mujeres cristianas hacemos un llamado a conservar la esperanza en que otro mundo es posible y que la lucha por la dignidad plena para todas y todos es necesaria. Sólo así se podrá tener una vida libre de violencias. El deseo de los humildes [de las mujeres] escuchas, oh Señor; tú dispones su corazón y tienes atentos tu oído para juzgar al huérfano y al oprimido [a la huérfana y a la oprimida], a fin de que el hombre de la tierra no vuelva a hacer más violencia. SALMO 10:17-18

REUNIÓN DE TRABAJO Y COMIDA NAVIDEÑA, IGLESIA REFORMADA PENIEL, 7 de diciembre de 2019

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 TEXTOS DEL CURSO LAS MUJERES EN LA IGLESIA, UNIVERSIDAD DE BOSTON

 TALLER SOBRE ULRICH ZWINGLIO

 LO QUE SIGNIFICA SER REFORMADO

PROGRAMA SACRO Y PROFANO, 9 de diciembre de 2019

Se pueden solicitar por correo-e: cmirpweb@gmail.com. 55


NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS

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