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Entrevista Bruno Leone
El Presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, Bruno Leone, mantiene la postura del gremio en cuanto a la no ampliación de la Reserva Marina de Galápagos. Señala que es necesario que el sector tenga una política de Estado.
Diana Holguín
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Por primera vez la Cumbre Pesquera reunió a pescadores industriales y artesanales del país ¿Qué motivó la participación conjunta del gremio en esta nueva edición que se desarrolló en Galápagos? El mar es el denominador común. Si bien es cierto que hay pesca costera y pesca oceánica, al final del día es un solo ecosistema por eso es importante que los actores de la pesca chi-
ca y de la pesca grande se unan a conversar y hablar de cómo o qué hacer para que la explotación de esos recursos sea de manera sostenible. Por ejemplo, se habla de que el calentamiento global va a tener un efecto sobre la pesquería (…) La idea es conocer cómo se va a afectar, qué vamos a hacer, cómo vamos a lograr medidas de ordenamiento para que los stocks estén en estado saludable. En el pasado había la creencia de que el industrial era el malo y el artesanal era el bueno. Ese tipo de discurso es retrógrada, no nos lleva a nada. Hoy me da mucho gusto ver que hay una evolución positiva, tanto en el sector industrial y artesanal.
Esa dinámica de trabajo conjunto trajo consensos al final de jornada de la cumbre. Uno de los principales fue el rechazo a la ampliación de la Reserva Marina de Galápagos ¿Por qué sería un desacierto esta ampliación?
A nosotros, como sector pesquero industrial nos interesa tanto como a los señores ecologistas que Galápagos, que es un Patrimonio de la Humanidad, se mantenga (…). La reserva actual tiene 133 mil km² y la nueva área propuesta es que sea de 435 mil km². Si la reserva actual no la pueden cuidar, quién dice que ahora por aumentar la zona habrá mayor protección. Además, esa área de pesca que está entre las 40 millas de la reserva y las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) es un caladero de pesca exclusivo de los barcos ecuatorianos. Ahí se captura entre un 25% y 30% del atún de Ecuador y faenan el 53% de barcos pequeños. Ampliar el área de la forma como está planteada, sin sustento técnico, afectaría la consecución de materia prima, el trabajo. ¿Qué acciones llevarán a cabo para hacer escuchar su postura?
Estamos dispuestos a sentarnos en una mesa y de hecho, llevábamos una mesa de diálogo en donde se iban a analizar las diferentes opciones, pero ellos (Más Galápagos) sin haber hablado con nosotros, lanzaron su propuesta al público y nos opusimos, y nos seguimos oponiendo a medidas de esa naturaleza. La mesa de diálogo que se formó entre el sector industrial y ecologista es el escenario correcto para poder discutir una propuesta. En vista de que ellos optaron por irse por otro camino, le hemos hecho llegar nuestro punto de vista a la autoridad pesquera y nuestra no aceptación a un planteamiento a lo que están haciendo los señores ecologistas. ¿En los últimos años ha sido necesaria la institucionalidad de un Ministerio exclusivo de Pesca y Acuacultura?
Entre la pesca y la acuacultura el año pasado se logró casi US$ 6 mil millones en exportaciones. Somos casi el 47% de las exportaciones no petroleras del país. Definitivamente, estos dos sectores deben tener una instancia en donde se pueda trabajar de forma más directa en la toma de decisiones. Ojalá que el ecuatoriano que resulte ser elegido como nuevo Presidente de la República considere ese pedido del sector y apruebe la creación del Ministerio. Otro de los puntos abordados en el encuentro fue la falta certera de información científica de parte del Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca (IPIAP) ¿Qué datos son necesarios analizar de inmediato para futuras decisiones en el sector pesquero? El IPIAP no
“Ampliar tiene el presuel área (de puesto necesario para hacer la Reserva las investiga-
Marina de ciones del caso. Galápagos) de la forma Ahí se necesitan investigaciones climatológicas, como está de dinámica planteada, sin sustento poblacional, físico químicas de las corrientes y técnico, de las aguas, el afectaría la consecución estado de las poblaciones, los desoves, las mide materia graciones, hay prima, el una cantidad de trabajo”. cosas que hay que considerar para tomar una medida de ordenamiento. En el caso del atún, se vienen tomando medidas a través de la Comisión Interamericana de Atún Tropical (CIAT) que tiene más de 50 años haciendo investigaciones de esta especie.
Desde el sector pesquero ¿qué programas sustentables se han impulsado para mantener el equilibrio entre conservación y captura?
Los mercados están pidiendo certificaciones pesqueras. En Ecuador llevamos casi cuatro años, en donde cinco empresas nos hemos unido para conseguir la certificación Marine Stewardshio Council (MSC), la de mayor prestigio en el mundo, que estamos a punto de conseguir. En el momento que tengamos esa certificación, ese modelo de gestión se va a ampliar para que toda la flota del Ecuador que esté dispuesta y en capacidad de cumplir toda esa normativa, también pueda certificarse. Eso en cuanto a la pesca del atún. En el caso de los peces pelágicos pequeños también iniciaron un proceso de mejora pesquera con más en 20 empresas. ¿Cuál es el principal objetivo del sector pesquero para este 2021?
Queremos que la pesca y el sector de la acuacultura tengan una política de Estado. Es decir, que no tengamos que estar supeditados al funcionario de turno para que en función de lo que le parece o no, tome una medida en favor o en contra. Tiene que ser declarado como un sector prioritario con unos lineamientos muy claros. Esa es nuestra aspiración y en eso vamos a insistir. Incluso en estos días estamos trabajando en diseñar un borrador de lo que podrían incluir estas políticas de Estado.