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Tras la sostenibilidad de los pelágicos pequeños
El programa de mejoramiento pesquero de estas especies busca alcanzar un estado saludable de las poblaciones y lograr la certificación MarinTrust para la producción de harina de pescado.
Fausto Lara E cuador goza de una gran riqueza ictiológica en su plataforma marina, que queda de manifiesto todos los días a lo largo del perfil costero con el desembarque de diversas especies en caletas, en muelles artesanales y en los puertos de las industrias pesqueras.
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Dentro de esta multivariedad de especies, los pelágicos pequeños juegan un rol relevante en nuestro país, pues constituye la segunda pesquería más importante con capturas promedio de 300 mil toneladas anuales y exportaciones que bordea-
Foto PNUD
EL FIP DE PELÁGICOS pesqueros contempla acciones para mejorar las prácticas de pesca en estas especies.
ron los 160 millones de dólares en 2019.
Una pesquería en la que la macarela, pinchagua, sardina redonda, chuhueco, botellita y picudillo, representan más del 80 por ciento del recurso capturado. Estas especies, en su mayoría, no llegan a las cocinas de los hogares para su preparación, sino que son utilizadas como materia prima para la producción de harina y aceite de pescado, así como conservas.
Jimmy Anastacio, asesor de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), resalta la importancia de los pelágicos pequeños, sin embargo, reconoce que hasta el 2017, estudios del Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca (IPIAP) estimaban que las poblaciones de estas seis especies estaba sobleexplotada y que el 50% estaba sobrepescada.
Cifras preocupantes en un entorno complejo para esta pesquería que contaba con la flota industrial más grande del país, integrada por cerca de 280 embarcaciones y atomizada en todas las localidades pesqueras.
Esta realidad levantó la señal de alerta en el sector. Así, en 2018 la Cámara Nacional de Pesquería y tres empresas fabricantes de alimentos balanceados, con el acompañamiento técnico de la oenegé Sustainable Fisheries Partnership, trabajaron en el diseño de un Proyecto de Mejoramiento Pesquero (FIP, por sus siglas en inglés).
Anastacio recuerda que, tras meses de trabajo, en octubre de ese mismo año, se aprobó el plan de acción del proyecto y se comenzó con el FIP, denominado Small Pelagics Sustainability. Este busca alcanzar el estado saludable de estas poblaciones pesqueras y lograr, al final, la certificación MarinTrust.
Este sello está dirigido para la producción de harina de pescado, que es uno de los principales componentes del balanceado usado para la alimentación del camarón
LOS PELÁGICOS pequeños son utilizados, en su mayoría, para la elaboración de conservas, así como para subproductos como harina y aceite de pescado.
de piscina. Por ello, cuatro productoras de este insumo son parte del proyecto, en el que también intervienen 16 armadores de barcos y algunas procesadoras.
Una de ellas es Pesquera Polar, que se dedica a la producción de harina y aceite de pescado, solubles o concentrados y congelados. Contribuye en el FIP con financiamiento y también participó en los cruceros científicos en conjunto con el Instituto de Investigación Acuícola y Pesquera, aportando con embarcaciones, personal y también con provisiones.
“Nuestra empresa tiene un tiempo largo mejorando sus procesos productivos para adecuar sus instalaciones a estándares internacionales. Esto ha implicado que no haya sido necesario un alto nivel de inversión en nuestras plantas por el tema de este proyecto”, afirma Carlos Cacao, gerente de Pesquera Polar y presidente del Comité de Pelágicos Pequeños de la CNP.
Paralelo a esto, a finales de 2017 se creó la primera plataforma de diálogo multisectorial para esta pesquería, la “Plataforma de Diálogo de la Pesquería de Pelágicos Pequeños”, un espacio liderado por el Viceministerio de Acuacultura y Pesca en el que participan representantes de toda la cadena de suministro para analizar los retos y temas más relevantes relacionados a la pesquería y proponer acciones para mejorar su desempeño ambiental, social y económico.
Este espacio cuenta, además, con el soporte técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el proyecto Cadenas Mundiales Sostenibles de Productos del Mar, un aliado clave que facilita un mecanismo de gobernanza participativo y vincula los objetivos del FIP con los de la pesquería en general.
Para Diego Orellana, Coordinador Internacional de proyecto Cadenas Mundiales Sostenibles de Productos del Mar del PNUD, el principal resultado es lograr que las perspectivas de los diferentes actores involucrados en esta pesquería sean integradas en la construcción de un Plan de Acción y Manejo que beneficiará a la sostenibilidad y manejo adecuado de estos recursos.
Entre 2018 y 2020 se realizaron 11 reuniones con las que se avanzó con la construcción del Plan de Acción y Manejo para la Pesquería de Pelágicos Pequeños, un instrumento clave para la certificación de esta pesquería.
META 2023 El plan de trabajo contempla cinco años para alcanzar el mejoramiento pesquero de los pelágicos pequeños, es decir, la meta es el 2023.
En este tiempo, la organización MarinTrust realizará auditorías periódicas para evaluar los avances y cumplimientos según los estándares de la certificación. Por ejemplo, explica Jimmy Anastacio, de la Cámara Nacional de Pesquería, en enero pasado se efectuó la evaluación del segundo año de este proyecto.
En la investigación pesquera, el FIP registra datos positivos. Con cruceros científicos determinó la biomasa de pelágicos pequeños y se evidencian mejoras en las poblaciones gracias a la reducción de las capturas. “Las evaluaciones de stock más recientes del IPIAP (datos de 2019) muestran que dos de las seis especies cubiertas por el FIP salieron de su condición de sobreexplotación y ninguna de las seis especies muestra evidencia de sobrepesca”, dice Anastacio.
Pero aún queda mucho por hacer, sobre todo para lograr la certificación, pues las empresas tanto pesqueras como industrias productoras de harina y aceite de pescado, necesitan implementar un sistema de trazabilidad basado en la sustentabilidad y aseguramiento de la calidad, aclara Fabricio Vargas, representante de las empresas de alimento balanceado en el FIP y gerente de Vitapro en Ecuador.
Esta compañía es parte del proyecto desde el inicio y fue uno de sus promotores, justo con miras a construir un negocio sustentable. “El principal objetivo es que en los próximos años la industria acuícola cuente con una pesca ordenada de pelágicos pequeños, con un control adecuado, que asegure la sostenibilidad a largo plazo”.
Lograr la certificación del Small Pelagics Sustainability generaría diversos beneficios, asegura Karina Briones, gerente de Calidad de Skretting Latam, otra que es parte del proyecto. Entre esas apoyar a los exportadores de camarón de nuestro país para que alcancen una mejor y mayor penetración en los mercados internacionales, por el uso de ingredientes sustentables. “Pero la más impactante es asegurar un stock de especies pelágicas para el abastecimiento de los próximos años, responsabilidad por el recurso natural para las futuras generaciones”.