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LA DANZA DE LOS SIETE VELOS
-Baila, maligna Salomé, la grata
Danza oriental que estremeció a los santos - y Salomé vio en sueños la escarlata
Cabeza trunca y se llenó de espantos ... .
Bulle el vino en las ánforas de plata .. ..
Y enardecida por lascivos cantos
Los siete velos Salomé desata
Y ostenta triunfadora sus encantos ....
En el palacio de oro y de fayenza
La danza locamente se destrenza ....
Arde en la seda de sus labios rojos
Sangrienta rosa de sensual caricia
Y fulgura el puñal de la malicia
Tras la gasa verdosa de sus ojos .... XII
De nuevo la luz. De nuevo la luz sobre el barro. Llega con pies ligeros, Aleteando, Cantando, Vibrando, Riendo en la suave humedad del mundo.
La luz moja los árboles, Gotea su cristal de sueños sobre la angustia de los caminos, Por los cuales ya no peregrina el hombre descalzo y desnudo, El hombre atragantado de dolor.
Los gallos picotean los granos del silencio que amanece Tristes, los campos se envuelven en una niebla color de mortaja.
Mi corazón grita en el barro .
Mi corazón grita, golpeándose las ansias, Contra la faz de los caminos.
Los caminos se mecen en un sueño que a ún perdura.
¿Qué podré decir yo ahora,
Cuando la luz surge de nuevo?
La luz me da en el rostro con sus manos blandas de amanecer.
Pero yo voy solo, solo, solo , sin la sombra doblada y sumisa, Sin Ja sombra que sabe de la desnudez , de la enfermedad, del cansancio y del desamparo.
El hombre desnudo y descalzo no está conmigo.
Pero su recuerdo entra en mi corazón.
Como un puñal en herida. De nuevo la luz.
Pero el barro se conserva negro, negro en el amanecer.
¿Dónde está el hombre desnudo y descalzo, El hombre sin nadie?
¿Cuándo vendrá el dios que lo quiere, El dios de manos fuertes y de alma de pan de. amor?
Su sombra ya cae sobre los campos como la sombra de la montaña .
Pero yo sangro en los caminos
La madeja de los caminos es, en mis manos
Un inmenso sollozo de huellas de muerte. '