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LA SOMBRA DE DISRAELI n el Congreso
de los Estados Unidos —nos dicen
| Eos periódicos— se agita movimiento de opinión contra
un poderoso la política de
matrona en el Palacio de Windsor. Disraeli, arquitecto
del Imperio
distancia
Inglés en su fase crepuscular, parece, a la
de un
siglo,
un
personaje
de
museo.
El
bombardeos que desarrolló en Vietnam del Norte durante las Navidades el Presidente Nixon. Capitanea el movimiento el Senador Mike Mansfield, portavoz
Queene”,
un
conservador que se creyó de verdad que Inglaterra regiría al planeta por los siglos de los siglos, amén, es
del
Partido Demócrata. Conocemos a Mansfield. Es hombre
profundas,
serio,
de
Mansfield
mesurado,
gran
de
probidad
poses
ni
de
de
convicciones
intelectual.
alharacas.
No
gusta
No ama
el
politiqueo. Ama el. servicio público. Es un senador ejemplar y un ejemplar demócrata que no toma posiciones a humo de pajas. | Entre el Presidente Nixon y el Congreso Demócrata comienzan
a
trazarse
inevitables
líneas.
No
están err
juego esas diferencias normales entre el Ejecutivo y el. Legislativo
que
son
esencia'de
la lucha
política en
Washington y corolario de la división de poderes dentro del régimen constitucional. Entre Nixon y el ala liberal del Congreso tendrá que ocurrir tarde o temprano una ruda batalla. En juego está un conflicto de actitudes, de sensibilidad, de filosofía política. triunfo
su
Tras
abrumador
reveló
algo
de su pensamiento
haber
leído
una
difusión.
El
extraña
Nixon
de
Nixon
diciembre,
íntimo.
Recordamos
entrevista que recibió gran
raro,
retraído,
misterioso,
descubría algunos de sus verdaderos anhelos.
nos
¿A qué
presidente o jefe de estado quería imitar? La respuesta era singular. No quería parecerse Nixon ni a
Eisenhower ni a Teodoro Roosevelt. No tenía como modelo a Lincoln, nia ninguno de los presidentes del Partido Republicano. Nixon buscaba su paradigma, su
ejemplo, fuera de la historia de los Estados Unidos.
pueblo inglés ha dejado atrás sus ideas y su política y
las
cartas
zalameras
que le escribía
a su
“'Faerie
la Reina Victoria. Pero la figura del político
la que entusiasma a Nixon, La nostalgia de un poder
mundial fundado en un rancio conservadurismo monárquico, tipo Siglo X|X, seduce al Presidente de la más antigua de las repúblicas. ¡Extraña paradoja! El. conservadurismo imperial del Presidente le impulsó a una política de bombardeos en Vietnam que le ha granjeado un gran repudio mundial. Dentro del país, ha herido la conciencia moral de mucha gente. El poder crudo mo conquista amigos. Y el
reciente
bombardeo
de Vietnam
del
Norte
es un
ejemplo del uso crudo, crudísimo, del poder aéreo. Si el Profesor Henry Kissinger no logra entenderse
pronto con los vietnamitas del Norte, el Presidente
Nixon: va a vérselas con un Congreso parael que lareciente política, de. bombardeos resulta gesto intolerable. La guerra sigue como tema candente, alimentando la inflación y. la discordia interna, y dando
pábulo
a
toda
suerte
de
ataques
propagandísticos de parte de aquellos que convierten a Estados Unidos en el gran espíritu maligno de
nuestra
época.
Hubiéramos
querido
ver en
el
Presidente Nixon algode la paciencia de Lincoln, del
pacifismo
de
Cleveland,
de la sensibilidad
de
-Kennedy, de la cautela, si se quiere, de Eisenhower.
Pero
no el culto
crudo de la fuerza que a fin de
Su» modelo era Benjamín Disraeli, el Primer Ministro * cuentas terminó dominando la política internacional
de
favorito
conservador, Inglaterra.
la
Reina
Victoria
de
' Nada más lejos de Nixon que Disraeli, judío fino, amanerado, culto. Nada más lejos del Estados Unidos de
hoy que la Inglaterra
mundo con
su
flota,
su
Victoriana, mandando librasesterlina y
aj
su gran
del Siglo Queene. atrás; el ya toca
XIX. Dejemos en paz a Disraeli y a su Faerie El Siglo XIX de los imperios se ha quedado Siglo XXI de las grandes interdependencias a la puerta. Y urge atrapar bien pronto la
paloma de la paz en Vietnam.
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avance 65
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