Érase una vez una aldea global.
Todos vivĂan perfectamente infelices, globalmente solos.
Los muchos poseían tan sólo el aire. No comían, no bebían, no existían.
Los pocos poseĂan su cajita. Y el derecho a hacerla crecer a costa de los demĂĄs, diferentes, distintos, otros, contrarios, rivales.
Perfectamente comunicados, vivían totalmente incomunicados, alienados. Vivían para sí.
Pas贸 que los muchos se cansaron de las cajitas que los oprim铆an. Pas贸 que varios de los pocos quisieron salir de las cajitas en que los envolv铆a un sistema.
Y el sistema no tuvo respuesta para tanta infelicidad.
Mรกs temprano que tarde iba a pasar...
Y entonces pas贸. Cost贸 la sangre de un sistema.
Pero cayeron unas, cayeron todas las cajitas.
Todo fue uno. La libertad, la igualdad, la solidaridad, el amor. El comunismo.
FIN (多o principio?)