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Pacha-tikray, cámara de inversión, taller de coproducción con Nicolás Sáez

PACHA-TIKRAY, CÁMARA DE INVERSIÓN, TALLER DE COPRODUCCIÓN CON NICOLÁS SÁEZ

Otro cruce y complemento entre los programas museo sin museo y escuela sin escuela se generó con el taller de construcción de la obra Pacha-tikray, cámara de inversión del arquitecto y fotógrafo de la ciudad de Concepción, Nicolás Sáez, realizada junto a sus ayudantes Ismael Sandoval y Patricio Valderrama (ex alumnos del artista) en la azotea del Instituto Profesional AIEP de Antofagasta del 2 al 5 de octubre. Para la confección de esta pieza se contó, además, con la colaboración y entusiasmo de cuatro estudiantes de la carrera de Técnico en Arte del Instituto que, luego de la inauguración, se transformaron en mediadores de la obra.

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La obra de Nicolás es una cámara oscura de gran escala, cuyas particularidades son su habitabilidad, diseño, manufactura e interactividad. Entrar individualmente en ella, sentarse y percibir a oscuras una imagen invertida del mundo es parte fundamental de este trabajo artístico. Su forma triangular se vincula directamente con las representaciones ancestrales de las montañas andinas. Su rigurosa manufactura hizo desaparecer las coordenadas espaciales del mundo, al mismo tiempo que lo proyectaba invertidamente. De ahí su potencial expresivo, un punto de vista transpuesto con un horizonte borroneado, que exhibía una imagen indeterminada del oriente antofagastino, entre cerros velados e interminables edificaciones urbanas. Su exterior se exhibía como un bloque de maderas cepilladas, en el que los visitantes podían intervenir libremente con sus impresiones sobre la experiencia vivida. Una de estas escrituras expresaba: “Fue una experiencia especial, si bien me generó un poco de claustrofobia, fue una instancia para reflexionar”. Una cámara oscura de gran escala cuyas particularidades son su habitabilidad, diseño, manufactura e interactividad.

La confección de la obra se transformó en un verdadero laboratorio pedagógico. Los conocimientos teóricos y prácticos de la arquitectura y la construcción se pusieron a prueba de la manera más rigurosa posible, sin dejar de lado nunca la calidez de las relaciones humanas promovidas por el artista. Uno de sus ayudantes, el estudiante de segundo año de diseño gráfico publicitario del AIEP, Raly Molina Collao (30), mencionó que “Nicolás nos recibió como si fuéramos sus amigos. Trabajamos duro, pude meter las manos y aprendí mucho”.

Una vez concluida la obra, el artista fue invitado por el Instituto Profesional AIEP a dar una charla virtual a sus estudiantes.

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