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Pintura africana en los cuerpos, taller de Rita Doris Ubah

PINTURA AFRICANA EN LOS CUERPOS, TALLER DE RITA DORIS UBAH

El 18 de octubre a las 17 horas se efectuó el taller en el Centro Cultural Casa Azul. Se inscribieron 16 personas de entre 9 y 39 años de edad, sumados a algunos de los entusiastas artistas y jurados de la exposición Aluvión. El encuentro tuvo como propósito el intercambio de experiencias entre la cultura del pueblo igbo del sudeste de Nigeria –a la que pertenece Rita–, y la agrupación antofagastina Afro Unión, que pone en valor las raíces afrodescendientes a través la música y danza afroperuanas y afrochilenas, en especial de la zona de Arica. Se practicó la pintura textil, por medio de la generación de matrices de papel y de la pintura corporal al estilo uli. Se trata de una técnica tradicional de las mujeres igbo, utilizada también para marcar paredes de chozas y casas, basada en el color azul o índigo, más pigmentos de tierra, con los que se diseñan abstracciones curvas y, en algunas ocasiones, elementos figurativos.

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Al son de los timbales y la danza libre, con reiteración de brincos y levantamiento de los brazos, Rita motivó la generación de símbolos territoriales, los que luego fueron convertidos en plantillas de esténcil, para así grabar dichas referencias en una gran tela amarilla, acompañada con símbolos africanos mientras la artista pintaba los rostros de los presentes. De este proceso emergieron distintos tipos de iconografías. Por un lado, símbolos universales como el sol, el agua y algunas espirales; por otro, símbolos de los Andes como la cruz de la chacana, cerros y cactus, también pictogramas de la cultura de los changos, hasta el monumento antofagastino del ancla invertida. Igualmente, la artista motivó las consultas destinadas a la comprensión de símbolos africanos como las garras de león, del lagarto como amistad y la espiral de círculos concéntricos referido a la serpiente pitón –agwolagwo–, característica de la energía vital.

El taller ayudó a visibilizar las expresiones artísticas de los pueblos afro que históricamente han sido oprimidos y excluidos de los relatos oficiales. En este sentido, el trabajo desde los afectos y el goce colectivo ayudó a aminorar las tensiones previas por las marchas y el despliegue policial relacionados con la conmemoración del segundo año de la revuelta social de Chile del 18 de octubre del 2019. Sublimado por los cuerpos en movimiento, las risas y el color, el refugio permitió que se abrazaran dos culturas perseguidas. El final fue quizás lo más conmovedor, por cuanto el diálogo de sur a sur, sin pasar por los juicios de valor de los antiguos imperios, terminó en un rezo de Rita que también eludió los idiomas coloniales. El castellano y el inglés, esas lenguas que hoy nos permiten comunicarnos, perdieron momentaneamente su primacia recordándonos, además, que el lenguaje tiene más aristas que la informativa. Todos parecieron comprender sus palabras en igbo, como al leer a la ahora afamada Chimamanda Ngozi Adichie, con quien Rita comparte ese origen.

La emoción general fue de agradecimiento, al compartir la mística igbo a manos de la alegría, y sencillez de Rita que, con sus consejos y presencia, transforma los espacios. Se comentó ampliamente entre los asistentes que este taller fue una celebración de carácter ritual por el modo en el que fluían las energías, reciprocidad y agradecimiento colectivo. Tal como mencionó Dagmara Wyskiel, “sentimos una energía de profunda fraternidad, en la que se dibujaba bailando y se bailaba dibujando”. Por primera vez, una artista africana participa en SACO, consolidando el diálogo internacional desde una perspectiva crítica, poscolonial y pensada desde los márgenes.

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