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Superior de la Comunidad, H. José Manuel García García
from Revista colegial 71
by Colegio SJP
Superior de la Comunidad
H. José Manuel GaRcía GaRcía
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H. José Manuel García García, diplomado en EGB, licenciado en Geografía e Historia. Con un recorrido profesional en la educación de más de 40 años, de entre los cuales estuvo 25 años en la Dirección/Coordinación de centros educativos maristas de Guadalajara, Madrid (Chamberí / San José del Parque) y Talavera. Asimismo, estuvo en Bolivia y Colombia.
¿Tuvo clara su vocación en dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar a través de la evangelización y educación de los niños y jóvenes desde su infancia o encontró su vocación más tarde con ayuda de otra persona como lo fue San Marcelino para Montagne?
Lo de tener clara la vocación no es fácil de decir ya que siendo solo un niño, de 11 años de edad, fue cuando inicié mi vida en el Seminario. Lo que sí que tenía claro es que viendo a mis formadores, quería ser como ellos. Esto te lleva a vivir y formarte para lograrlo con sinceridad de intención. Como todo en la vida, la vocación no se tiene de golpe, sino que se va conformando con el día a día y año tras año. Ya, más adelante, los dos años de formación propia Marista te dan una visión distinta y es cuando empecé a tener que ir decidiendo paso a paso. Una vez superada la formación inicial, empecé una labor profesional que a mí me llenó totalmente, y así ha sido hasta hoy. En mi recorrer marista, no recuerdo momentos “ extraordinarios “ que hayan despertado mi vocación, esta la he encontrado en mi día a día. Los dos años de formación marista (postulantado y noviciado) sí que fueron años importantes en ese camino marista.
Usted es ejemplo de humildad, sencillez y modestia, ¿qué es lo que más valora en sus alumnos, en su día a día, en clase?
Eso de que yo soy ejemplo de humildad , sencillez y modestia, ya me gustaría que fuera verdad. Procuro como todos, tanto Hermanos como profesores y alumnos, vivir esas tres características humanas y maristas.
Lo que más valoro en mis alumnos y alumnas, en el día a día, es la naturalidad y cercanía en el trato y que se les vea, habitualmente, felices y contentos. Me atrevo a decir que, en general, son buenas personas y creo que eso, hoy en día, vale mucho más que la capacidad intelectual que a veces la ponemos como bandera y creo que son otros
valores y actitudes las que van a marcarles en su vida. Si tuviese que poner algún “pero”, podría ser que quizá les falte esa cultura del esfuerzo, aunque supongo que tarde o temprano tendrán que hacerse con ella, por la cuenta que les trae. En nuestras manos también está la labor de prepararlos para ello.
Como Superior de la Comunidad de Hermanos del Colegio San José del Parque, ¿qué razones daría a nuestros jóvenes que pudiesen estar planteándose dedicar su vida a la familia Marista como discípulo de San Marcelino Champagnat?
En primer lugar, me gustaría hacer mención a una canción que me gusta mucho y que dice. : “Qué detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tú eras mi amigo…” Lo primero es sentir, en algún momento, esa llamada de la que habla la canción. Después, yo procuraría que mi vida ayudara a mantener y a aumentar esa llamada, con una vida cercana y fraternal con la persona que esté planteándose un compromiso especial con el Señor. Sinceramente, es muy difícil, yo diría que incluso inútil hoy en día, dar razones a un joven para que se dedique a la vida marista o religiosa. Tiene que ser la persona quien lo vea, lo sienta y lo experimente. Yo puedo acompañarlo, animarlo y estar a su lado, pero me cuesta mucho creer que con mis palabras, con lo que yo pueda decirle, vaya a lograr que esa vocación fructifique. Principalmente, es el Señor quien debe actuar y yo no debo ser estorbo para que esa persona pueda seguir esa llamada.